Reflexion Lectio 2 Dom de Adviento

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AMBIENTACIÓN

Si el domingo pasado se nos invitaba a estar en «vigilante y activa espera» porque el Señor anuncia su venida, en este segundo domingo de

Adviento se nos invita a estar gozosos por la cercanía de Dios y a preparar su llegada.

Sobre nuestra conversión para preparar el camino al Señor y la proximidad de

su venida, se nos habla en las lecturas de hoy. Nuestra vida cristiana no es una «herencia adquirida» sino un logro, una conquista alcanzada por nuestra lucha generosa en la acogida que damos a la Palabra de Dios.

Esa palabra de Dios nos pide rectificar lo torcido, suavizar lo escabroso

y trabajar por una conversión seria y verdadera. Pero todo ello con el gozo

de sabernos liberados por Cristo Jesús, ya que nuestra redención es obra gratuita de Dios. La Eucaristía de hoy nos ayudará a conseguirlo.

1. PREPARACION: INVOCACION AL ESPIRITU SANTO

Ven, Espíritu Santo, llena y mueve nuestros corazones. Ayúdanos a acoger a Jesucristo, la Palabra de Dios hecha carne.

Que Jesucristo, luz del mundo, ilumine nuestra mente y nos haga testigos de la Verdad y defensores de la Vida,

para que nuestra comunidad eclesial sea la morada de Dios entre nosotros, «Casa y escuela de comunión»,

por la escucha y puesta en práctica de la Palabra Que nosotros no rechacemos la invitación de Dios

a acercarnos y escuchar su Palabra, y trabajar por el Reino,

sino que con nuestras obras y palabras demos testimonio de nuestra fe

y ejemplo de nuestra esperanza.

Ven, Espíritu Santo, ilumina nuestra mente, nuestro corazón y nuestra voluntad,

para que podamos comprender, aceptar y vivir la Palabra de Dios.

Amén.

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2. LECTURA: ¿QUE DICE el texto?

Bar. 5, 1-9: «Dios mostrará su esplendor sobre ti»

Estamos ante un texto paralelo al de Isaías, citado en el evangelio de hoy. Se acentúa, sin embargo, la gloria de Jerusalén, la ciudad humillada por la destrucción y por el exilio de sus habitantes, pero radiante ahora de esperanza por el retorno y por la manifestación de la gloria de Dios. Es una magnífica interpelación a la esperanza.

La 1ª lectura nos traslada al período final de la cautividad de Babilonia. La

Jerusalén destruida y abandonada ha de dirigir su mirada «hacia el Oriente» (Bar 4, 36; 5, 5), es decir, hacia Mesopotamia, pues aquellos que en una ocasión «a pie se marcharon, conducidos por el enemigo» (Bar 5, 6) «Dios los traerá con gloria, como llevados en carroza real» (alusión al pueblo de Dios durante la peregrinación sinaítica) (Bar 5, 7) y volverán a la patria.

En este bellísimo poema Baruc canta con fe jubilosa la hora inminente en que

el Eterno va a cumplir todas las promesas Mesiánicas, va a crear la nueva Jerusalén, va a dar su Salvación. Lo leemos • muy oportunamente en «Adviento» al rememorar y revivir la proximidad de nuestra Redención. La nuestra es la que está prefigurada en el canto de Baruc:

- Vv 1-3: Con magnífica prosopopeya es presentada Jerusalén como

«Madre» enlutada por los innúmeros hijos expatriados. Ahora se la invita a

deponer su vestido de luto. Debe vestirse de gozo y de gala. Vuelve a tener el

amor de Yahvé; vuelve a hervir de hijos. Dios regala a Sión, su Esposa, la

«Salvación» como manto regio; le ciñe como diadema la «Gloria» del Eterno.

- V 4: A la vez le da un nombre nuevo simbólico: «Paz de Justicia-Gloria de Misericordia»; es decir: Ciudad-Paz por la Salvación recibida de Dios.

Ciudad-Gloria por el amor misericordioso que le tiene Dios. - Vv 5-9: La Madre-Sión, como vigía o centinela siempre en vela, mira desde

la altura de todos los caminos atenta a escrutar la hora y el punto por donde retornan sus hijos. La Madre que, desolada, los vio partir esclavos y encadenados,

los va a ver retornar libres y festejados como un rey que va a tomar posesión

de su trono. En este retorno, Dios reiterará los prodigios del Exodo y los

hará mayores.

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Allanará los caminos para que Israel no halle ni barrancos ni montañas; la «Gloria» de Yahvé le guiará mejor que en el Exodo la «Columna» de luz; un bosque de árboles aromáticos darán sombra al Pueblo que retorna y le orearán con sus brisas y su perfume. En vanguardia, Dios le guía con la luz de su Gloria.

En retaguardia Dios le protege con los brazos de su Providencia que son su

Justicia y Misericordia. Este canto de Redención lo podemos cantar nosotros

al celebrar nuestra próxima «Redención». La Iglesia es esta Esposa del Eterno,

esta Madre que nos da la Vida de Dios, esta Reina Gloriosa.

Sal. 126(125): «El Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres»

El salmo canta la obra de Dios, el cambio de la situación del pueblo, el paso

de la aflicción a la alegría, de la siembra penosa a la cosecha exultante. Podemos decir muy bien que es el cántico de la alegría pascual. En definitiva, ¿no es el retorno del Señor, la plenitud de la Pascua, que es la obra de Dios por excelencia?

Flp. 1, 4-6.8-11: «Manténganse limpios e irreprochables para el día de Cristo»

El día de la alegría, de que nos informa la primera lectura, quedará precisado

en la segunda lectura como el «Día de Cristo Jesús» (Flp. 1, 6.10. El pueblo de

Dios del Nuevo Testamento se encuentra -de la misma manera que el pueblo de Israel del Viejo Testamento a la vuelta de la cautividad de Babilonia- en una gran peregrinación, en la que, conforme al deseo del apóstol Pablo, sobre todo «vuestra comunidad de amor siga creciendo más y más en penetración y en sensibilidad para apreciar los valores» (Flp. 1, 9-10). Pero, ¿qué son los valores?

La espiritualidad de la vida cristiana vista como un Adviento continuado

queda bien descrita en estas frases llenas de efecto del Apóstol. También aquí se insiste en la obra de Dios, que es la vida en la fe, con todas las manifestaciones que de aquí se derivan: amor, justicia, pureza, valores auténticos... Y como fin: ¡el día de Jesucristo!

La Liturgia de «Adviento» nos hace leer esta perícopa de la Carta de San

Pablo a los Filipenses en razón de la exhortación que hace a los neófitos: que se

preparen para el «Día de Cristo Jesús» (v 11).

Para Pablo, como para nosotros, es un secreto de Dios la hora de este

«Día». Quien se dispone para el «Adviento» del Redentor se prepara para la

llegada q Parusía final del Divino Juez. Nuestra disposición debe abarcar:

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- V. 9a: «Que la caridad de ustedes crezca siempre más y más». El

cristiano debe crecer incesantemente en amor a Dios y de los hermanos.

- V. 9b: «Que tengan un pleno conocimiento y cabal discernimiento. A fin de que sepan aquilatar lo más perfecto». El cristiano tiene como guía y

luz al Espíritu Santo. A esta luz entiende, juzga y discierne. Los caminos del cristiano no son los del filósofo prudente, sino los de la ciencia de la cruz. Y con la luz de la gracia del Espíritu Santo ve, busca y alcanza la perfección.

- Vv. 10-11: «Y de esta suerte sin pecado, incontaminados, os dispongáis para el día de Cristo Jesús». Este «Día de Cristo», tanto para

cada uno por la muerte como para el mundo entero por la Parusía final, es un

secreto. De ahí que nos urja estar siempre dispuestos. En el «Día de Cristo»

seremos su gozo, y su gloria, si, con la gracia del Redentor, nos presentamos colmados de frutos de justicia, a gloria y alabanza de Dios (v 11).

Lc. 3, 1-6: «Todos verán la salvación de Dios»

EVANGELIO DE JESUCRISTO SEGÚN SAN LUCAS

R/. Gloria a Ti, Señor. 1 El año quince del reinado del emperador Tiberio, siendo

gobernador de Judea Poncio Pilato, tetrarca de Galilea

Herodes, su hermano Felipe tetrarca de Iturea y Traconítida,

y Lisanio tetrarca de Abilene, 2 bajo el sumo sacerdocio de

Anás y Caifás, la Palabra del Señor se dirigió a Juan,

hijo de Zacarías, en el desierto. 3 Juan recorrió toda [la] región del río Jordán predicando un

bautismo de arrepentimiento para perdón de los pecados, 4 como está escrito en el libro del profeta Isaías:

Una voz grita en el desierto: Preparen el camino al Señor, enderecen sus senderos. 5 Todo barranco se rellenará,

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montes y colinas se aplanarán, lo torcido se enderezará

y lo disparejo será nivelado 6 y todo mortal

verá la salvación de Dios.

Palabra del Señor. R/. Gloria a Ti, Señor Jesús.

Re-leamos el texto para interiorizarlo: El título de este evangelio recoge la originalidad de Lucas al dar la cita de

Isaías: llegar hasta el anuncio de la universalidad. ¡La salvación es para todos! Jesús ha venido en la historia de los hombres, para todos los hombres. Recordemos que san Lucas nos explica el Evangelio desde una perspectiva paulina, y la universalidad es un aspecto básico de la predicación del Apóstol, porque lo es de su misma experiencia. El Adviento es misionero por esencia.

En el Evangelio pone el pie Juan el Bautista ante la comunidad del Nuevo

Testamento para proporcionarle una contestación a ese problema. La edad de Cristo es una época de muy duras exigencias y de una trabajosa limpieza de labores previas. Todavía es tiempo de trabajo. Primeramente el «Día de Cristo Jesús» es día de cosecha, pues nadie puede continuar después trabajando. La frase sobre elevar los valles y descender los montes y colinas está tomada del Deutero-Isaías (40, 4); pero se escucha también en Bar 5,7, el texto de la primera lectura.

a) Contexto de ayer y de hoy: El Evangelista San Lucas nos ofrece un cuadro de los días que preceden la

próxima y ya inminente manifestación de Jesús-Mesías: Un momento de silencio orante para que la Palabra de Dios pueda entrar

en nosotros e iluminar nuestra vida.

Algunas preguntas para ayudarnos en la meditación y en la oración.

a) ¿Cuál es el punto de este texto que más te ha gustado o que ha

llamado más tu atención? ¿Por qué b) ¿En qué lugar y en qué época aparece Juan?

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c) ¿Cuál es el significado de la iluminación bíblica para entender las actividades de Juan?

d) Desierto, camino, senderos, barranco, montes, colina, pasos tortuosos, lugares ásperos: ¿Cuál es el significado de estas imágenes para entender mejor la actividad de Jesús?

e) ¿Cuál es el mensaje de este texto para nosotros hoy?

- Lucas tiene cuidado en sincronizar su narración con la historia universal. Tiberio fue asociado a Augusto el 765 de Roma. Su año 15 nos lleva al

180 ó 782 de Roma, según que Lucas cuente o no en su cómputo el bienio de corregno de Tiberio con Augusto. Pilato fue Procurador o Gobernador de Judea, Idumea y Samaría del 26 al 36 a. C. Iturea y Traconítide eran regiones al E. de la Alta Galilea. Abilina era la región del Antilíbano, colindante con Siria. El poder religioso (v 2) lo detentaban Anás, Pontífice del 6 al 15, y Caifás, su yerno, del 18 al 36 p. C.

- Lucas coloca la actividad de Juan Bautista en el año 15 del gobierno de

Tiberio, emperador de Roma. Tiberio fue emperador del 14 al 37 después de Cristo. En el año 63 antes de Cristo, el imperio romano había invadido a Palestina y había impuesto al pueblo una dura esclavitud. Las revueltas populares se sucedían, una tras otra, sobre todo en Galilea, pero fueron duramente reprimidas por las legiones romanas.

- Del año 4 antes de Cristo hasta el 6 después de Cristo, esto es, durante el

gobierno de Archelao, la violencia se hizo sentir en toda la Judea. Este hecho

empuja a José y María a regresar a Nazaret en Galilea y no hacia Belén en la

Judea (Mt. 2,22). - En el año 6, Archelao fue depuesto y la Judea se convirtió en Provincia

Romana con el Procurador nombrado directamente por el emperador de Roma. Pilatos fue uno de estos procuradores. Gobernó desde el año 25 al 36. Este cambio de régimen político trajo una cierta calma, pero revueltas esporádicas, como la de Barrabás (cfr. Mc. 15,7) y la subsiguiente represión romana (Lc. 13,1), recordaban la extrema gravedad de la situación.

Bastaba que alguno atizase la brasa para hacer saltar el incendio de la

revuelta. La calma era apenas una tregua, una ocasión ofrecida por la historia, por Dios, para que el pueblo pudiese hacer una revisión del camino emprendido (cf. Lc 13,3.5) y, así, evitar la destrucción total. Y Roma era cruel. En caso de revuelta, terminaría con el Templo y con la Nación (Jn. 11, 48; cf. Lc. 13, 34-35; 19, 41-44).

* Es en este contexto en el que, hacia el año 28 después de Cristo, Juan

Bautista aparece como profeta en el desierto. Lucas habla de la gran expectativa

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que se creó entre la gente en torno a la predicación de Juan Bautista, que anunciaba un bautismo de conversión para el perdón de los pecados. También hoy existe una gran expectativa de conversión y reconciliación con Dios que se manifiesta de muchas maneras: la búsqueda de un significado que dar a la vida, búsqueda de espiritualidad, el movimiento internacional del Foro Social Mundial “Otro mundo es posible” y tantos otros movimientos religiosos. Sociólogos y políticos a la búsqueda de un mundo más humano que revelan el deseo de conversión o reconciliación con Dios. El adviento es un tiempo apropiado para renovar este deseo de cambio en nosotros, de conversión de acercamiento a Dios.

b) Comentario del texto:

Estructura del texto

Una organización del texto para ayudarnos en su lectura: Lc. 3,1-2: Colocación de la acción de Juan en el tiempo y en el espacio Lc. 3, 3,3: Resumen de la actividad política de Juan Lc. 3, 3,4-6: Iluminación bíblica de la actividad de Juan

Lc. 3,1-2: Recordando a los antiguos profetas El modo como Lucas introduce la predicación de Juan es muy semejante al

comienzo de los libros de los antiguos profetas. Ellos solían señalar los nombres de los reyes, en cuyo gobierno el profeta desarrollaba su actividad. Véase por ejemplo Isaías (Is. 1,1), Jeremías (Jer. 1,1-3), Oseas (Os. 1,1), Amós (Am. 1,1) y otros.

Lucas hace la misma cosa para decir que, casi 500 años sin tener un

profeta, aparece de nuevo un profeta que se llama Juan, hijo de Zacarías y de

Isabel. Lucas se preocupa de colocar los hechos en el tiempo y en el espacio. Presenta los nombres de los gobernantes y describe los lugares donde Juan se movía. La historia de la salvación, de hecho, no es una historia diversa de la historia humana y de nuestra historia personal.

Esta preocupación de Lucas suscita una curiosidad. Hoy día, cuando una

persona se ordena de sacerdote o emite la profesión perpetua se acostumbra a imprimir una estampa de recuerdo en la que se indica la fecha y el lugar de la ordenación o de la profesión y se añade una frase significativa de la Biblia o de un santo para expresar el significado de la ordenación o de la profesión para su vida.

Pero no se ve nunca una pequeña estampa, por ejemplo, diciendo: «En el

quinto año de Bush, presidente de los Estados Unidos: siendo Blair el presidente

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del Consejo del Reino Unido; Prodi el presidente de Italia, Zapatero presidente del gobierno de España; siendo Joseph Ratzinger Papa con el nombre de Benedicto XVI, recibió la ordenación sacerdotal para anunciar la Buena Nueva a los pobres, para abrir los ojos a los ciegos, para liberar a los oprimidos y anunciar un año de gracia por parte del Señor!». ¿Por qué Lucas prefiere colocar los datos de la historia de la salvación en el conjunto de la historia de la humanidad?

Lc. 3,3: Arrepentimiento y perdón Juan recorre la región del Jordán predicando un bautismo de penitencia

para obtener el perdón de los pecados. Arrepentimiento ( en griego metanoia) significa cambio, no sólo de la conducta moral, sino también y sobre todo de la mentalidad. ¡Cambio en el modo de pensar!

La gente debía tomar conciencia del hecho de que su modo de pensar,

bañado por el “fermento de los fariseos y de Herodes” (Mc 8,15), o sea por la propaganda del gobierno y de la religión oficial, era un error y se debía cambiar. El perdón lleva consigo la reconciliación con Dios y con el prójimo.

De este modo, Juan anunciaba un nuevo modo en el que el pueblo se

ponía en relación con Dios. Reconciliación será también el marco de la predicación de Jesús: reconciliarse hasta «setenta veces siete» (Mt 18,22).

Lc. 3,4-6: Define la misión de Juan Lucas cita el siguiente texto de Isaías para ayudar a los lectores a captar

mejor el sentido de la predicación de Juan: “Una voz grita: «Preparad el camino al Señor en el desierto, enderezad en la estepa una calzada para nuestro Dios. Que se alcen todos los valles y se rebajen todos los montes y collados; que se allanen las cuestas y se nivelen los declives. Y todos verán la salvación de Dios”. (Is 40,3-5).

En este texto, Isaías anunciaba el regreso del pueblo del destierro hacia la

Palestina y lo describía como si fuese un nuevo Éxodo. Era como si la gente,

retornando de la esclavitud de Babilonia, saliese de Egipto y entrase de nuevo en el desierto.

Para Lucas, Jesús comienza un nuevo éxodo que estaba preparado por la

predicación de Juan en el desierto. Los evangelios de Mateo (Mt. 3,3) y de Marcos (Mc. 1,3) citan ellos también la misma frase de Isaías, pero citan sólo el principio

(Is. 40,3). Lucas lo cita enteramente, hasta donde dice: «Y todos verán la salvación de Dios» (Is 40,5).

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Aparece la preocupación de Lucas por mostrar a las comunidades que la

apertura a los paganos ¡era ya prevista por los profetas! Jesús no sólo ha venido por los judíos, sino para que “todo ser humano” pudiese ver la salvación de Dios. Lucas escribe su evangelio para las comunidades de la

Grecia, que, en su mayoría, eran paganos convertidos.

3. MEDITACION: ¿QUE NOS DICE el texto?

Juan, el profeta Desde el siglo VI antes de Cristo la profecía había cesado. «Ya no existen

profetas», se decía (Sl. 74,9). La gente vivía con la esperanza de la llegada del profeta prometido por Moisés (Dt. 18,15; 1Mac. 4,46; 14,41).

Esta larga espera terminó con la venida de Juan (Lc. 16,16). Juan era

considerado por el pueblo, no como un rebelde del tipo de Barrabás, ni como un

escriba o fariseo, sino como un profeta esperado por todos (Lc. 1,76) Muchos

pensaban que él fuese el Mesías. Hasta en la época de Lucas, en los años 80, había personas y sobre todo judíos que consideraban a Juan como el Mesías (Hch.19,1-6).

Juan llega y anuncia: «¡Conviértanse, porque el Reino de los cielos está cerca!» (Mt. 3,2). Fue encarcelado por su valor en denunciar los errores tanto del pueblo como de los hombres de gobierno (Lc. 3,19-20).

Jesús al oír que Juan estaba en la cárcel, vuelve a Galilea y anuncia las

mismas cosas anunciadas por Juan: «El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios está cerca, convertíos y creed al evangelio» (Mc. 1,15). Jesús continúa la predicación de Juan y va más allá.

En Juan termina el Viejo Testamento, en Jesús empieza el Nuevo. Jesús

llega a decir: «Yo les digo, entre los nacidos de mujer, no hay ninguno más grande que Juan; pero el más pequeño en el Reino de Dios es más grande que él». (Lc. 7,28).

El texto del Evangelio de esta segunda semana de Adviento, nos presenta a

Juan Bautista, profeta, que aparece en el desierto para preparar los caminos

del Señor.

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La gente, desde hacía siglos, vivía en una espera de la venida del Mesías, pero el dominio cada vez más opresor de la ocupación romana había

hecho aumentar el deseo de la venida del Liberador, del Salvador. La aparición de Juan en el desierto era señal del hecho de que Dios estaba de nuevo visitando a su pueblo. ¡La redención estaba cerca!

Lucas se preocupa de colocar la aparición de Juan en el contexto político

social y en el contexto religioso de la época. En el contexto político social, Tiberio es el emperador, Pilatos es el gobernador de Judea, Herodes gobierna la Galilea, Anás y Caifás son los sumos sacerdotes. Después,

El contenido de la predicación de Juan (. ,7-18): Juan atrae muchedumbres predicando un bautismo de cambio y perdón de

los pecados. Señal de que la gente quería cambiar y deseaba relacionarse con Dios de un modo nuevo. Juan denunciaba los errores y atacaba privilegios. Decía que el hecho de ser hijo de Abrahán no ofrecía ninguna garantía ni ventaja delante de Dios.

Para Dios la piedra y el hijo de Abrahán es la misma cosa: «¡Porque yo les digo que Dios puede hacer nacer hijos de Abrahán de estas piedras»” (Lc. 3,8). Lo que da valor a la persona delante de Dios no es el

privilegio de ser hijo de Abrahán, sino la práctica que produce buenos frutos.

Lucas señala tres categorías de personas que van a pedir a Juan:

«¿Qué debemos hacer?»: el pueblo (Lc. 3,10), los publicanos (Lc.

3,12) y los soldados (Lc. 3,14).

- La repuesta para el pueblo es sencilla: «¡Quien tenga dos túnicas, dé una

a quien no tiene; y el que tenga para comer, haga otro tanto!»(Lc. 3,11). Respuesta clara: Compartir los bienes es la condición para recibir la visita de Dios y pasar del Viejo al Nuevo Testamento.

- En la respuesta para los publicanos (Lc. 3,13) y a los soldados (Lc.

3,14) Juan pide la misma cosa pero aplicada a su categoría. Los publicanos no pueden exigir más de lo permitido. El abuso por parte de los publicanos era la plaga de la sociedad de aquella época. Los soldados no pueden hacer extorsión a nadie o denunciar falsamente, deben contentarse con el salario.

Cuando Lucas escribe, hacia los años ochenta, todavía había mucha gente

que pensaba que Juan fuese el Mesías (cf. Hch.19,3; 13,15). Lucas cita las mismas palabras de Juan para ayudar a los lectores a colocar la persona de Juan

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en el conjunto de la historia de la Salvación. Juan reconoce que Jesús es el más

fuerte. La diferencia entre Jesús y Juan está en el don del Espíritu que será dado a través de Jesús.

- Juan es el heraldo del Mesías. Pudo, tal vez, formarse en el célebre

cenobio de Qumram, «en el desierto» (v 2). Inicia su ministerio no lejos de aquel

cenobio, en el valle del Jordán, al sur de Jericó. Su mensaje es señalar la inmediata llegada del Mesías y disponer con la penitencia y la conversión (el Bautismo es un símbolo de conversión) los corazones a recibirle:

Por tanto, este Profeta ya no tiene ningún acento terreno o político en su

mensaje: el «Retorno» no es ya del exilio a la Patria, sino la «conversión» del

pecado a la gracia.

4. ORACION: ¿QUE LE DECIMOS NOSOTROS a DIOS?

Señor Jesús, te damos gracia por tu Palabra que nos ha hecho ver mejor la voluntad del Padre.

Haz que tu Espíritu ilumine nuestras acciones y nos comunique la fuerza

para seguir lo que Tu Palabra nos ha hecho ver.

Haz que nosotros como María, tu Madre, podamos no sólo escuchar,

sino también poner en práctica la Palabra.

En la plenitud de los tiempos, Juan Bautista proclamó un bautismo de conversión

para el perdón de los pecados. Jesús, tu Hijo y Señor nuestro,

es el supremo y perfecto revelador tuyo.

Hoy y aquí, al reunimos en comunidad, y reconocer que todo creyente,

al recibir el Espíritu, confesar su fe y comunicar a los hermanos su propia palabra,

es un profeta, queremos darte gracias por el don de la profecía.

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Te bendecimos, Padre, por los profetas que saben discernir los signos de los tiempos;

por los que edifican, exhortan y consuelan, y al mismo tiempo denuncian

«la injusticia y la opresión, la intolerancia y el absolutismo».

Reconocemos, Señor,

que tenemos miedo a ser profetas, a ejercer hoy este carisma cristiano;

preferimos no ver para no hablar.

Te bendecimos porque en el interior de nuestras conciencias, y gracias a tu Espíritu y a tu Palabra,

tenemos una conciencia viva de la dignidad de la persona humana.

Jesucristo, tu Hijo y Señor nuestro,

anunció en el imperio romano de Tiberio, en Judea y Galilea,

un reino de perdón, salud, gracia, alegría y caridad.

Acusado de traidor, de político rebelde, de glotón, embustero y endemoniado, fue sometido a un juicio sumarísimo;

pero, antes de ser condenado a muerte, libre de todo odio, proclamó el amor,

rechazó toda violencia y nos recomendó que,

como muestra de su amor y del amor fraterno,

celebrásemos el ágape de caridad.

Por tanto, nosotros, tu pueblo cristiano, al recordar el memorial de Cristo,

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con fe y esperanza, te ofrecemos el esfuerzo que todos hacemos,

a tientas y a ciegas, con esperanza y desesperación, con indignación y con ternura, para que hoy podamos decir:

Queremos preparar tus caminos, Señor; allanar los senderos, enderezar lo torcido

e igualar lo escabroso.

Para que todos veamos en Cristo y con tu Espíritu tu salvación, Señor,

a quien sean dados todo honor y gloria por los siglos de los siglos.

Amén

5. CONTEMPLACION - ACCION: ¿QUE NOS PIDE HACER la PALABRA?

La «Redención» no es ya la de Egipto o Babilonia, sino la del «pecado». El

«Redentor» no está ya lejos, sino a la vista de cuantos se dispongan a recibirle: «Preparad el camino del Señor... Y verán todos al Salvador: la Salvación de Dios» (v 6).

- Bajo, pues, el simbolismo de barrancos que se rellenan, de montículos que

se allanan, de senderos torcidos y escabrosos que se enderezan y se afinan, exhorta a prepararse a recibir al Salvador y su Salvación. Así, pues, debemos nosotros disponernos: «Por el manjar celeste con que nos has saciado, te pedimos, Señor, nos enseñes a valorar sabiamente lo terreno y a adherirnos a los bienes celestiales» (Poste).

- Juan es modelo para todo predicador del Evangelio:

a) Hombre de oración y silencio, forja en el desierto su temple y prepara su función. La Palabra de Dios es su alimento. Así se prepara a predicarla.

b) El objetivo de su mensaje es proclamar la «conversión » como disposición

para recibir la gracia Mesiánica. El orgullo, los egoísmos, la hipocresía, la mala voluntad, serían obstáculos que cerrarían el paso al Señor que viene a redimirnos.

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Para orar y vivir la Palabra:

«¡Nos parecía soñar!...» (Sal. 126(125), 1)

Señor, de las penas y sufrimientos de esta vida ya sé bastante; pero en ningún momento quiero que el peso del realismo corte las alas de mis sueños. Por encima de todo quiero ser optimista, quiero ser soñador. Decididamente quiero apostar por la utopía.

Desde mi fe en la Resurrección, afirmo que la vida es bella, que vale la pena luchar por hacer un mundo más humano, más justo, más fraterno, más habitable. Desde mi fe en la Resurrección afirmo que cualquier tiempo pasado fue peor y que lo que me espera es infinitamente mejor que lo que estoy viviendo,

Me da náuseas un mundo sin sueños, sin ilusión, sin esperanza, sin utopías. Dame la gracia de vivir siempre enamorado de la vida.

«Tú, al que llenas de ti, lo elevas; mas, como yo aún no me he llenado de ti, soy todavía para mí mismo una carga» (San Agustín) «El mismo Dios en persona es el premio y el término de todas nuestras fatigas» (Santo Tomás)

Algunas preguntas para meditar durante la semana:

1. ¿Cuál es el sector de mi vida en que estoy fallando, sobre el cual debería trabajar especialmente, a fin de «enderezar mi camino» para la venida del Señor?

2. ¿Qué medidas prácticas puedo tomar para mejorar los sectores de mi vida

en que estoy fallando?

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