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MINISTERIO DE EDUCACIÓN, CULTURA Y DEPORTE

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GERENCIA DE INFRAESTRUCTURAS Y EQUIPAMIENTOS

SUBDIRECCIÓN GENERAL DE OBRAS

Situación en el compacto casco histórico de la ciudad de Cádiz.

Breve historia del edificio El edificio número 6 de la Plaza de Mina se sitúa en el corazón del casco

antiguo de la ciudad de Cádiz, junto a la trasera del antiguo convento de San Francisco, cuya huerta fue convertida en el siglo XIX en plaza pública.

Tras la desamortización eclesiástica, la plaza (antigua huerta) fue

inaugurada en 1838. En esas fechas también fue reconstruida por Juan Daura la fachada del convento que daba a la huerta con el fin de convertir el edificio en sede de la Academia de Bellas Artes, hoy edificio principal del Museo de Cádiz. La importancia que desde el principio adquirió la plaza como hito urbano favoreció que a lo largo de las siguientes décadas fueran reformándose casi todas las fachadas de los edificios circundantes. La propia plaza fue remodelada en 1861 adquiriendo entonces el aspecto que, con escasas alteraciones, ha llegado hasta la actualidad.

Vista del entorno urbano desde la torre mirador.


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El aspecto de la Casa Pinillos era el resultado de una serie de reformas

que habían ido adecuando su estructura a los cambios de gusto y modos de vida de la burguesía mercantil gaditana durante la Edad Moderna y la Contemporánea. Se pueden diferenciar cuatro fases, aunque es probable que entre ellas existieran otras intervenciones menores.

Primera fase. Se carece de datos concretos sobre la fecha de inicio de la

construcción del edificio, pero algunos rasgos permiten ubicarla en torno al último cuarto del siglo XVII o primeros años del XVIII. La fachada de la calle Santiago Terry conserva la estructura original barroca. La fachada principal, que da a la plaza de Mina, ha sido alterada posteriormente. También los frentes porticados del primer cuerpo del patio y la estructura de las escaleras son característicos de las casas principales de este periodo. Los dos primeros cuerpos de las torres, aunque muy alterados, presentaban una tipología que podemos fechar asimismo en esta primera fase.

Fotografías del patio principal. (estado previo)

Fotografías del estado previo.

Fachada principal a Plaza de Mina Fachada a Plaza de Mina Fachada a c/ Santiago Terry


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Segunda fase. Puede datarse en torno al segundo tercio del siglo XVIII, de

acuerdo al análisis de algunos elementos constructivos y decorativos. La torre es la estructura que muestra con mayor claridad una intervención en la etapa barroca del siglo XVIII, cuando se reconstruye el interior y se añade un nuevo cuerpo, transformándola en una torre de tipo “sillón”.

Tercera fase. El aspecto general que presenta actualmente la Casa

Pinillos es consecuencia de las reformas realizadas a mediados del siglo XIX, que transformaron su aspecto barroco original para adaptarla a la estética de carácter clásico del momento. La intervención en la fachada principal se data en este punto y se enmarca en el neoclasicismo tardío, con lo que resulta notablemente más sobria que la fachada de la calle Santiago Terry. También el patio sufrió remodelaciones en este periodo, siendo la más evidente la reestructuración de la crujía izquierda.

Todas las habitaciones de la planta principal fueron redecoradas a

mediados del siglo XIX. Fue entonces cuando se rebajó algo la altura con falsos techos de escayola. A la terraza superior de la torre se añadió una estructura de madera y cristal cubierta a cuatro aguas (eliminada hacia 1980).

Cuarta fase. Durante el siglo XX se realizaron varias intervenciones, entre

ellas el picado de los paramentos del primer cuerpo y la eliminación de la estructura de madera y cristal de la torre. También, en fechas indeterminadas, fueron eliminados los cierres de madera y cristal de los vanos laterales situados en la tercera planta de la fachada principal y se abrieron las puertas del garaje.

Panorámica con la torre mirador (estado previo).


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Descripción del proyecto.

Se ha puesto en valor la casa burguesa original, construida a finales del s. XVII y principios del XVIII, adecuándola a las necesidades técnicas y funcionales que demanda el nuevo uso cultural.

El edificio existente era el resultado de un proceso de reformas que

habían ido adecuando su estructura inicial a los cambios de gusto y modos de vida de la burguesía mercantil gaditana durante la Edad Moderna y Contemporánea.

Dispone de un primer cuerpo basamental organizado en dos niveles (el

bajo estaba destinado a almacén y el entresuelo a oficinas), un nivel principal (ocupado anteriormente por la vivienda familiar) y una planta superior de servicio. La composición se remata con una torre-mirador ─ atalaya desde la cual se controlaba el movimiento de buques ─ que se convierte en uno de los elementos más característicos de la arquitectura civil gaditana de esta época.

La sección de la casa es singular por su condición variable: el nivel

superior sólo construye las crujías externas y abre la sección del edificio para recibir la luz natural a modo de impluvium; el nivel noble cierra el patio al construir galerías que sirven a los espacios principales de la vivienda y el nivel inferior vuelve a recuperar su dimensión completa generando un espacio más flexible que facilita el desarrollo de otras actividades complementarias. Este estrangulamiento o ajuste en sección hace de filtro entre las plantas inferiores y las cubiertas, redundando en una privatización de las funciones que se desenvuelven en los niveles superiores.

Fachada a Plaza de Mina. Sección longitudinal.


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Propuesta de actuación

La propuesta surge de la valoración de los elementos arquitectónicos esenciales que definen la casa, toda vez que la pieza principal del discurso museográfico es el propio edificio.

Analizadas las distintas reformas de las que ha sido objeto la pieza

barroca original a lo largo de dos siglos, el proyecto ha operado sobre las actuaciones que incidieron negativamente en el entendimiento de su estructura arquitectónica, esencial y principalmente, sobre los elementos añadidos que afectaron al patio y las cubiertas.

En relación con las plantas, se conservan el patio, las escaleras

principales, la estructura de la torre mirador y las crujías principales con sus galerías.

Se devuelve a la torre su escala, liberándola de los volúmenes añadidos

(S. XIX) y clarificando la forma de su remate.

Fotografías de la obra terminada realizadas por Fernando Alda.


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Descripción de la intervención

Una vez eliminadas las estructuras existentes en el área de servicio, el espacio resultante en el extremo norte de la parcela se convierte en un pozo de luz ─ análogo al tradicional patio secundario o patinillo ─ donde se inserta el nuevo núcleo de escaleras y ascensor-montacargas, dotación necesaria para garantizar una adecuada comunicación vertical entre los distintos niveles. Se introduce con naturalidad en la secuencia espacial de la casa, extendiendo las superficies de las áreas principales de uso y galerías de circulación con zonas vestibulares de descanso o estancia para el visitante. El nuevo fondo iluminado se articula en planta baja con el zaguán-casapuerta, el patio y las escaleras, haciendo más evidente desde el eje de accesos la profundidad total del inmueble.

El proyecto reconoce la potencialidad de los niveles superiores de la casa

como espacios articuladores básicos del museo, lugares privilegiados para la estancia y la visión del entorno urbano.


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La adecuación de estos nuevos espacios al museo se confía a una

superficie plegada de acero y vidrio que protege el patio a modo de montera, reinterpretando este elemento tradicional y habitual en las viviendas burguesas del XIX. Mantiene resonancias de las azoteas originales volcadas al patio principal y asoma con naturalidad la tercera planta al plano de las cubiertas. La nueva pieza se aproxima al concepto de vitrina ─ no sólo por la existencia de objetos flotando en sus espacios a doble altura ─ donde la torre-mirador se erige protagonista desde la visión cercana de las cubiertas y desde la ciudad.

Despliega su forma a una distancia ajustada con respecto al bien

patrimonial otorgándole su espacio necesario. Inflexiona sus planos para evitar incidir sobre los esgrafiados barrocos y ajusta su trazado en planta para convertir a la torre-mirador en el centro de gravedad de la nueva escenografía. Ahora aparecerá liberada de construcciones y presente desde los distintos niveles del museo, aspecto que se evidencia gráficamente en las secciones.


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Con esta intervención se intenta restablecer un equilibrio perdido en las cubiertas tras las reformas llevadas a cabo durante el XIX y XX. Acondiciona y cualifica los espacios de los niveles superiores, se identifica como un elemento añadido ─ con independencia formal y material con respecto a lo preexistente ─ y se incorpora a las azoteas con una presencia silenciosa. Aspira a ser leve: no construye fachadas, encuentra sus límites en el contacto con las blancas medianeras y la propia torre delimitando sólo un plano de cubierta que flota sobre lo conservado y limita el volumen de aire contenido. Hace más equilibrada la relación espacial entre el interior y el exterior, creando espacios intermedios (zona de estancia, descanso, eventual cafetería), donde no se está ni dentro ni fuera. Se sitúa a una distancia determinada de la torre-mirador y la envuelve, convirtiéndose ella misma en otro mirador ─ que de noche proyectará luz ─ cualificando las azoteas como nuevo plano de uso.

Se corrige la volumetría del cuerpo superior de la torre al objeto de

recuperar su perfil original próximo a la tipología compositiva de torre-sillón. El nuevo núcleo de comunicación vertical del museo y la pieza que

coloniza las cubiertas se entienden como una misma operación, construyendo un único sistema que se ensambla al edificio barroco. En su concepción material se concibe como un elemento ligero, autónomo y complementario.


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Organización funcional. Programa de necesidades

El edificio se organiza en base a las cuatro áreas definidas: área pública

sin colecciones, área pública con colecciones, área interna con colecciones y área interna sin colecciones.

Se prima el funcionamiento original de la Casa: el patio, las escaleras

principales y las crujías de fachada con sus galerías y sistemas de acceso mantienen su funcionalidad original. Las crujías de fachada se liberan de particiones para disponer de espacios expositivos flexibles a excepción de la planta noble, donde se mantiene la distribución y se recupera el salón original situado en la esquina del edificio.

Como reforma más significativa que afecta a todas las plantas se elimina

la antigua zona de servicio situada tras el cuerpo de escaleras principales para ubicar un núcleo complementario de escaleras y ascensor-montacargas y las distintas instalaciones. Este nuevo sistema de comunicación garantiza el acceso de piezas y colecciones, flexibiliza los recorridos a través de la exposición e integra por planta áreas de descanso.


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En planta baja (cota +0,40), el acceso se produce a través del zaguán-

casapuerta, estableciendo el control de público desde la dependencia situada en la crujía de fachada, la recepción-consigna. Una vez que se realiza el ingreso al patio ─ vestíbulo general del museo protegido por la nueva montera ─ el recorrido se puede iniciar a través de la sala audiovisual o polivalente ubicada en la medianera norte o bien ascender a la entreplanta a través de las escaleras originales.

La situación del nuevo núcleo de comunicación vertical beneficia la

disposición de un área de descanso-vestíbulo previo a un núcleo de aseos, que se ubica bajo la caja de escaleras principales, evitando de este modo la inmediatez del patio. En esta zona del inmueble se habilita un segundo acceso desde la calle lateral Santiago Terry que garantiza las necesidades de evacuación y permite una entrada independiente para personal y colecciones. Bajo las escaleras principales se habilita un acceso para la visita al aljibe que ocupa en planta la superficie del patio principal.

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Planta cota +0,40

Emplazamiento

Plaza Mina


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La entreplanta (cota + 3,55 m.) se dedica en su totalidad a exposición

permanente. El paso a través del vacío del zaguán lo habilita una pieza acristalada que remata el cortavientos de planta baja. El fijo de vidrio, iluminado desde la galería de paso, queda a la vista del público desde la casapuerta (acceso principal) por lo que podría ser soporte de información relativa a los contenidos del propio museo. Con acceso desde el vestíbulo de las nuevas escaleras se dispone un segundo núcleo de aseos generales.

En planta principal (cota + 6,35 m.), se dedica a exposición permanente,

organizando las circulaciones de manera flexible al disponer de galería-corredor. Con independencia de la reforma puntual expuesta en apartados anteriores que afecta a la distribución de la crujía de fachada al objeto de recuperar el antiguo salón, destacar que el recorrido de ascenso a las plantas superiores se desplaza al nuevo núcleo secundario (de manera análoga a lo que ocurría en la vivienda original). Al desvincularse el recorrido del ámbito de las escaleras principales, se sugiere el carácter doméstico original de las plantas superiores del inmueble.

Planta cota +3,55 Planta cota +6,35


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La planta tercera (cota + 11,80 m.), en origen destinada al servicio,

evidencia de manera más clara el carácter de la reforma general que se proyecta. Desaparece el volumen añadido (s. XIX) situado en la medianera oeste, extendiendo el espacio de las antiguas terrazas en torno al patio. Las terrazas ─ ahora cubiertas y acondicionadas ─ se transforman en galerías y elevan su plano de suelo hasta hacerlo coincidir con el de las crujías de fachada. De este modo, sirven a las salas expositivas y flexibilizan los recorridos. La elevación del suelo, en el perímetro del patio, permite el alojamiento de instalaciones y sistemas de acondicionamiento climático tanto de las salas situadas a este nivel como de las situadas en el inferior. Una nueva escalera, dispuesta tangencialmente a la medianera norte, aparece en el tramo final del recorrido de planta para llevar al visitante a un mirador-cortavientos situado a nivel de las antiguas azoteas. El gran desarrollo en altura que presenta la sección de las galerías permite la disposición de material expositivo suspendido de la cubierta.

Próximo al núcleo secundario y con vestíbulo propio, se ubican una

dependencias dedicada a despacho equipada con aseo (zona interna sin colecciones).

Planta cota +11,80

Sección transversal


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Las azoteas (cotas +15,25 y +15,70) se convierten en áreas de expansión,

dedicadas al descanso y observatorio de la ciudad y el territorio. El acceso ─ que se produce tanto desde el núcleo secundario como desde las escaleras situadas en las galerías expositivas de la planta inferior ─ se realiza a través de espacios intermedios acristalados que, protegidos de los vientos y la lluvia, se convierten en zonas de estancia y eventuales miradores cuando las condiciones climatológicas no sean favorables.

El control de iluminación natural de los espacios situados bajo la nueva

cubierta acristalada ─ montera sobre el patio y galerías de planta tercera ─ se realizará mediante el despliegue de estores de tejido traslúcido u opaco y accionamiento automático alojados en lugares accesibles para su mantenimiento, en los bordes de los forjados o vigas de la estructura soporte.

Planta cota +15,60


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Cuadro de superficies


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Rehabilitación de la Casa Pinillos para su adecuación como ampliación del M U S E O D E C Á D I Z Fecha adjudicación proyecto: Agosto 2008 Fecha comienzo obras : Diciembre 2009 Fecha final obras : Abril 2011 Promotor :

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte Dirección General de Bellas Artes y Bienes Culturales y de Archivos y Bibliotecas Gerencia de Infraestructuras y Equipamientos Arquitecto coordinador: Olga Casado Deleito Aparejador coordinador: José Luis Báscones Canal Redacción de Proyecto y Dirección obra :

Arquitecto director:

Francisco Reina Fernández-Trujillo

Arquitecto Técnico: Francisco Alcoba González (Dirección de ejecución) Colaboradores

Juan Pablo Rodríguez Frade (Museografía) Mercedes Sánchez González (Arquitecta) Olga Valderas Grisalvo (Arquitecta) José Allona Rosendo (Arquitecto) Pedro Lobato Vida (Estructuras) MB Consultores (Instalaciones) Carlos Núñez Guerrero (Restauración) Juan Miguel Pajuelo Sáez (Arqueología)

Fotografías :

Fernando Alda Estudio Francisco Reina

Empresa constructora :

EDHINOR S.A.

Inversión realizada : Servicios: 359.473 € Obra: 3.526.653 € T o t a l : 3.886.126 €

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