René del Real - Conceptualización de...

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1 Seminario Estudios de la República http://www.estudiosdelarepublica.cl SEMINARIO DE EMINARIO DE EMINARIO DE EMINARIO DE ESTUDIOS DE LA STUDIOS DE LA STUDIOS DE LA STUDIOS DE LA REPÚBLICA EPÚBLICA EPÚBLICA EPÚBLICA Facultad de Derecho Universidad de Chile CONCEPTUALIZACIÓ CONCEPTUALIZACIÓ CONCEPTUALIZACIÓ CONCEPTUALIZACIÓN DEL POPULISMO N DEL POPULISMO N DEL POPULISMO N DEL POPULISMO René Del Real Morales En el presente artículo presentamos un panorama general sobre los diversos estudios que se han realizado respecto al concepto del populismo, el cual ha cobrado una notoria importancia en los últimos años, a raíz del surgimiento de nuevas experiencias populistas en América Latina, haciendo más atingente un trabajo de estas características. Este término, muy recurrente en la historia de nuestro continente, ha sido utilizado para definir experiencias políticas de variada índole. Por ello, es importante el examen que han efectuado los diversos estudiosos del tema, quienes nos ayudan a moldear un concepto que abarque los distintos modelos y gobiernos populistas. Sobre el particular, el trabajo diferencia las dos principales etapas en el estudio del populismo, la primera surgida como correlato a las experiencias de mediados del siglo XX, en tanto la segunda etapa emerge de los nuevos ensayos populistas que han caracterizado las décadas de 1990 y 2000.

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CONCEPTUALIZACIÓCONCEPTUALIZACIÓCONCEPTUALIZACIÓCONCEPTUALIZACIÓN DEL POPULISMON DEL POPULISMON DEL POPULISMON DEL POPULISMO

René Del Real Morales

En el presente artículo presentamos un panorama general sobre

los diversos estudios que se han realizado respecto al concepto del

populismo, el cual ha cobrado una notoria importancia en los

últimos años, a raíz del surgimiento de nuevas experiencias

populistas en América Latina, haciendo más atingente un trabajo

de estas características.

Este término, muy recurrente en la historia de nuestro continente,

ha sido utilizado para definir experiencias políticas de variada

índole. Por ello, es importante el examen que han efectuado los

diversos estudiosos del tema, quienes nos ayudan a moldear un

concepto que abarque los distintos modelos y gobiernos

populistas. Sobre el particular, el trabajo diferencia las dos

principales etapas en el estudio del populismo, la primera surgida

como correlato a las experiencias de mediados del siglo XX, en

tanto la segunda etapa emerge de los nuevos ensayos populistas

que han caracterizado las décadas de 1990 y 2000.

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El populismo como fenómeno político ha sido estudiado desde distintas miradas, partiendo de una de tinte global, que la asimila a una definición laxa, en la que caben figuras muy disímiles. Por tanto, en tanto se trate de un concepto que unifica a estas figuras tan diversas, se hace complejo arribar a una definición unívoca.

En efecto, el estudio del populismo ha resultado complejo, siendo particularmente relevante su análisis a través de los componentes y especialidades que se aprecian en cada uno de los países, lo que ha permitido que se aplique a un sinnúmero de casos1. Sobre el particular, muchos autores han buscado configurar un concepto de populismo, algunos de ellos sostienen que lo ideal sería construir una explicación de este fenómeno a través de los procesos históricos, más que sobre convergencias historiográficas, para lo cual el populismo debería estudiarse como un estilo político con características comunes, mediante las cuales podríamos acercarnos y diferenciar a algún proceso como populista o no2.

A través del corto período en que se ha desarrollado este concepto, se ha ido colocando el énfasis en distintos aspectos como la economía, la ideología, en la transición a otro estadio de desarrollo, entre otros. En este artículo partiremos hablando de los orígenes de esta noción, de algunas consideraciones hechas al populismo en general, y luego, nos referiremos al populismo latinoamericano, para lo cual explicaremos las teorías más importantes, sus postulados y una enunciación a alguna de las críticas hechas. A continuación, analizaremos la nueva hornada del populismo, surgida a fines del Siglo XX y comienzos del XXI.

Las primeras referencias a este concepto las encontramos en la década de 1950, definido por historiadores y luego por sociólogos que caracterizaron lo que se llamó “el populismo agrario”, fenómeno situado en la segunda mitad del Siglo XIX, derivado del movimiento socialista utópico ruso “narodnichastvo” y de la experiencia política de los “farmers” del Medio Oeste estadounidense.

El primero de ellos corresponde a un movimiento reformista surgido en el seno de la elite intelectual rusa, que mezclaba las ideas de los eslavófilos conservadores que valoraban el tradicionalismo campesino y las ideas de fraternidad del socialismo occidental, por el cual, buscaban reencontrarse con las raíces del bajo pueblo ruso3. En forma paralela, emerge en

1 ROBERTS. Kenneth. El neoliberalismo y la transformación del populismo en América Latina; El caso peruano en MACKINNON, María Moira y PETRONE, Mario Alberto (compiladores). Populismo y Neo populismo en América Latina. El problema de la Cenicienta, Buenos Aires, Eudeba, 1999.Pág. 377. 2 KNIGHT, Alan. Revolución, democracia y populismo en América Latina. Santiago, Ed. Centro de Estudios del Bicentenario, Pontificia Universidad Católica, 2005. Págs. 240-242.El autor sostiene que el estilo, si bien no está determinado a ciertas etapas, períodos o ideologías, si resulta más efectivo en ciertos períodos, lugares y momentos. En ese “estilo”, es importante el estrecho lazo entre los líderes y sus seguidores. 3 MACKINNON, María Moira y PETRONE, Mario Alberto “Los complejos de la Cenicienta” en MACKINNON, María Moira y PETRONE, Mario Alberto (compiladores). Populismo y Neo populismo en América Latina. El problema de la Cenicienta, Buenos Aires, Eudeba, 1999.Pág. 16.

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Estados Unidos4 un movimiento político originado en las magras condiciones económicas de los empobrecidos granjeros del medio oeste5.

1.1.1.1.----EL POPULISMO LATINOAMERICANO CLASICOEL POPULISMO LATINOAMERICANO CLASICOEL POPULISMO LATINOAMERICANO CLASICOEL POPULISMO LATINOAMERICANO CLASICO6666////7777::::

Sobre este fenómeno político, han existido numerosos estudios y enfoques, pero se ha concordado que está asociado al crecimiento de las urbes y el fin del letargo de las masas. Sin embargo, ha variado en las diversas etapas históricas de Latinoamérica, existiendo al efecto tres períodos: “temprano”, “clásico” y “tardío”.

Los movimientos políticos denominados “populismos tempranos” emergen en las primeras décadas del siglo XX, período caracterizado por la erosión de la hegemonía tradicional de las clases altas. Su origen se vincula a los grupos no relacionados con las redes del poder, como la clase media emergente y algunos reductos obreros. Estos movimientos limitaron sus programas reformistas a la democratización de pequeños grupos medios y populares8, ejemplos de “populismos tempranos” serían los gobiernos de Irigoyen en Argentina (1916-1922) y Alessandri en Chile (1920-1925).

Las experiencias políticas denominadas “populismos clásicos” surgen en los años treinta, movilizando a vastos sectores urbanos en pos de programas con ideas socialistas, frases provocativas o slogans. Estos movimientos buscaban la reforma social a favor de la clase obrera y la democracia. Ya hacia los sesentas, el movimiento comienza a flaquear ante su incapacidad para adaptarse a las nuevas circunstancias sociales y económicas, como a la creciente influencia del marxismo en la izquierda latinoamericana. Una de las causas del declive del populismo fue la decadencia del proceso de sustitución de importaciones, que en algunos sectores de la región fue un desencadenante del populismo. Esta forma denominada “clásica” fue la más ubérrima en exponentes como Lázaro Cárdenas en México (1934-1940), Getulio Vargas en Brasil (1930-1945), Juan Domingo Perón en Argentina (1944-1955), José María Velasco Ibarra en Ecuador (1952-1956)9.

Finalmente, en los setentas se desarrolló la forma “tardía” del populismo como intento de revitalizar los viejos programas, tal fue el caso de Echeverría en México (1970-1976) y el

4 Esta forma de populismo surge como una forma de protesta de los granjeros en contra de las políticas económicas del gobierno nacional y de la acción de los bancos. Piden intervención del Estado para terminar con la manipulación de las corporaciones ferroviarias y de sus propios acreedores. El origen de las penurias de estos grupos se deriva de la reducción del circulante que forzó una baja en los precios de sus productos y el aumento de su endeudamiento. MACKINNON, María Moira y PETRONE, Mario Alberto. Op. cit. Pág. 18. 5 MACKINNON, María Moira y PETRONE, Mario Alberto. “Los complejos..”. Op. cit. Pág. 18. 6 Esta conceptualización se encuentra en MOSCOSO PEREA, Carlos: El Populismo en América Latina. Madrid, Centro de Estudios Constitucionales, 1990. 7 Durante el estudio de las teorías que explican al “Populismo Clásico”, se utilizarán términos sociales usados por los autores en cada una de sus explicaciones, razón por las que se reproducirán en este artículo. Ejemplo de dichos términos son el de burguesía y oligarquía. 8 MACKINNON, María Moira y PETRONE, Mario Alberto. “Los complejos..”. Op. cit. Pág. 20. 9 MOSCOSO PEREA, Carlos. Op. cit. Pág. 35.

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regreso de Perón en Argentina (1973). No obstante, la tarea fue ardua, pues los tiempos habían cambiado, y los nuevos populismos eran incapaces de lidiar con la complejidad social. En definitiva, los militares desplazaron las experiencias populistas con las dictaduras que se instauraron en la mayoría de los países del continente.

La verdad sea dicha, se han dado diversas explicaciones a este complejo puzzle histórico-político denominado populismo, construyéndose así múltiples teorías sobre este complicado tema. Sobre éstas hablaremos a continuación, pero deberemos hacer un alcance que citamos de Carlos Moscoso, al decir que “no existen teorías de el populismo, pero sí que existen y compiten varias teorías sobre el populismo”10, lo que en otras palabras, significa que estas interpretaciones más que explicar su existencia, preguntándose ¿de qué modo existe? buscan explicar la esencia del concepto, vale decir, responder la incógnita ¿qué es? A continuación analizaremos las diversas teorías que explican el concepto de populismo.

2.1.2.1.2.1.2.1.----Teorías formalistasTeorías formalistasTeorías formalistasTeorías formalistas::::

La problemática del populismo es relativamente reciente en la academia, de unos cuarenta años atrás. En sus comienzos sólo se trató de describirle, reseñar sus características o sus rasgos clásicos. Se podría hacer un parangón con la medicina diciendo que era una enfermedad reciente a la cual no puede explicarse su causa, pero sí sus síntomas.

Las teorías formalistas podrían ser definidas como descriptivas, pues no hacen más que explicar lo inherente al populismo, sus rasgos típicos, las formas que tiene. A este respecto, conforme se han ido difundiendo, y a falta de un acuerdo sobre el concepto, han adquirido el grado de teorías11.

Estas concepciones caracterizan al populismo como un movimiento, ya que este “fenómeno de masas exige que sus miembros renuncien a su individualidad y se conviertan en vehículos de una causa”12. El populismo surge como un movimiento de grupos sociales que buscan un espacio de participación y solución a sus problemas, lo que ocasiona un choque social de repulsa o asimilación que se resolverá a través del mismo.

Además, no sólo se necesita de un movimiento de masas para generar una experiencia populista, sino que también se requiere de estrategias determinadas, que se transforman en el eje del concepto, ya que sin éstas, el fenómeno de masas no pasaría a convertirse en populismo. En este sentido, el populismo sería la manifestación deformada o ‘estratégica’ de unos nuevos grupos altos que pretenden imponen su modelo de desarrollo y de paso, convertirse en clase hegemónica13. Por eso, también se ha definido al populismo como una

10 MOSCOSO PEREA, Carlos. Op. cit. Pág. 40. 11 MOSCOSO PEREA, Carlos. Op. cit. Pág. 45. 12 MOSCOSO PEREA, Carlos. Op. cit. Pág. 50 13 MOSCOSO PEREA, Carlos. Op. cit. Pág. 62.

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“borrachera ideológica de la clase media”14, pues desde sus ansias de poder, surgen ideólogos y líderes populistas que intentan hacerse de la primacía social.

Desde la perspectiva de las teorías formalistas, el populismo como configuración ideológica, no es más que la suma de muchas otras ideologías, por eso se le ha denominado “plagio ideológico”15.

Luego, el análisis del populismo se hace descartando, en primera instancia, todo aquello que difiere entre sus distintas manifestaciones, manteniendo los elementos constantes, y así de ese “algo común”16 se extrae intuitivamente lo que es populista. Por ello, las teorías formalistas llegan a decir que el populismo además de ser un fenómeno de masas, es “algo más” que puede ser un discurso demagógico, fenómeno de liderazgo y caudillismo, exaltación de lo rural y/o indígena, o nacionalismo de masas. A continuación analizaremos cada uno de esos elementos que junto a la movilización de masas configuran al populismo.

Discurso demagógico:Discurso demagógico:Discurso demagógico:Discurso demagógico: Este elemento se define como la retórica emotiva que llama al pueblo, el acicate de los líderes para alcanzar la convergencia con el pueblo. Su importancia es radical, pues el populismo basa su eficacia, en la movilización de las masas a partir de una retórica de contenido fundamentalmente emocional y auto afirmativa, centrada en torno a la idea de “pueblo” como depositario de las virtudes nacionales17.

El populismo es esencialmente moralista, tanto en lo referente al pueblo como al líder. El pueblo se define como una fuente de virtudes, en un sentido mítico, como dice Sagrario Torres: “un conjunto de imágenes cálidamente coloreadas capaces de crear una moral superior”18.

A la vez, la importancia de pertenecer a ese pueblo, ensalzado en virtudes míticas, radica en que se enfrenta a un ente definido, el “antipueblo”, un enemigo externo, que no pertenece a ese “pueblo”, y que puede variar desde una elite, partido, movimiento, o una idea foránea. Con el “antipueblo” se intenta suplir el vacío del discurso populista. En efecto, el populismo, a través de su vibrante oratoria, aparece como la alternativa unívoca a los problemas que sufre el país, ocasionados por ese “antipueblo”. Al “no pueblo”, como dice Ludovico Incisa, se lo conceptualiza como “un núcleo conspirativo, como una suerte de conjura permanente y de proporciones universales”.19

14 MOSCOSO PEREA, Carlos. Op. cit. Pág.64. 15 MOSCOSO PEREA, Carlos. Op. cit. Pág.65. 16 MOSCOSO PEREA, Carlos. Op. cit. Pág. 51. 17 TORRES, Sagrario., “El populismo. Un concepto escurridizo”, en Álvarez Junco, José. Populismo, caudillaje y discurso demagógico. Madrid, Centro de Investigaciones Científicas/Siglo XXI Editores, 1987 Pág.171. 18 Ibidem. 19 INCISA, Ludovico, “Populismo” en BOBBIO, Norberto. MATTEUCCI, Nicola y PASQUINO, Gianfranco Diccionario de Política México, Siglo XXI Editores, 1991.Pág. 1249.

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En consecuencia, para estas teorías cuando un discurso político se reduce a convocar al pueblo, en torno a un líder, sin ningún contenido ideológico ni programático, podemos hablar claramente de populismo20.

CaudillismoCaudillismoCaudillismoCaudillismo: Al advenimiento del sufragio universal, la mayor parte de la población era campesina, en una situación cercana a la servidumbre y cooptadas políticamente por los caciques de cada localidad. Ante esa situación, los partidos de las ciudades deciden negociar con los caciques más que cautivar a esos electores. Con el paso del siglo XX, las ciudades van creciendo y surgen nuevos electores, no comprometidos plenamente con un movimiento obrero organizado, ya que ellos son instrumentalizados por los partidos tradicionales.

Nos dice Lambert, citado por Moscoso: “Al no haber partidos obreros auténticos (con ideología y masas), estos colectivos (obreros y campesinos) tienden a agruparse en torno a una persona reconocida como defensor de los débiles, sin ideología o partido”21; así, apoyados por ese pueblo obrero, logran alcanzar el poder. En general, estos caudillos, a ojos de sus simpatizantes, poseen virtudes como la honestidad y la fuerza, y se les cree garantes del sentir del pueblo, ignorado por el sistema vigente, unos verdaderos intérpretes del sentir colectivo, en definitiva, unos “iluminados”.

Pasión rural y/o indígena:Pasión rural y/o indígena:Pasión rural y/o indígena:Pasión rural y/o indígena: Algunas experiencias populistas exaltan pasionalmente lo rural o lo indígena, y lo hacen desde dos perspectivas. La primera, desde el “desarraigo”22, atendido que un sector social es distante a las estructuras sociales significativas; para ellos es primordial la comunidad antes que el Estado. En el segundo caso, nace de las costumbres muy arraigadas en lo tradicional que se conforman como estereotipos y se transforman en ejemplos a seguir, así lo ancestral es visto como un modelo para el futuro, como lo señala Ionescu, citado por Moscoso “el atraso se transforma así en una virtud y la pobreza en experiencia ennoblecedora”23.

Se intenta integrar a los campesinos migrantes al resto de la sociedad, lo que se alcanza apelando a elementos tradicionales a los que están muy unidos, lo que efectúan los movimientos populistas.

Canovan e Ionescu24 dicen que al surgir el populismo en una época de transformaciones, la sociedad se ha dividido entre los que quieren la modernización y aquellos que no asienten a ésta, prefiriendo el pasado, representados por los partidos populistas “agrarios” o “populistas campesinos”.

20 TORRES, Sagrario. Op. cit. Pág. 178. 21 LAMBERT, Jaques. América Latina .Estructuras sociales e instituciones políticas. Barcelona-Caracas, Ed. Ariel, 1964 citado por MOSCOSO PEREA, Carlos. Op. cit. Pág.56. 22 MOSCOSO PEREA, Carlos. Op cit. Pág. 58. 23 IONESCU, Ghita; GELLNER, Ernest y otros. Populismo. Sus significados y características nacionales. Buenos Aires. Ed. Amorroutu, 1969, citado por MOSCOSO PEREA, Carlos. Op. cit. Pág. 58. 24 MOSCOSO PEREA, Carlos. Op. cit. Pág. 59.

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Nacionalismo:Nacionalismo:Nacionalismo:Nacionalismo: Muchos consideran que es sinónimo de populismo, ya que propugna una división entre lo nacional y lo extranjero, simbolizado en el poder económico y político de las potencias que quieren someter y subordinar a las naciones subdesarrolladas. De esta contradicción emergen movimientos que salen en defensa de los pueblos, los que son populistas y que también pueden ser conceptualizados como nacionalistas. A lo nacional se contrapone lo extranjero, aquello que ha explotado las economías o que ha sometido políticamente a los países, frente a lo cual, el populismo aparece como agente de salvación, que enfatiza las formas cooperativas y comunitarias.

Sin embargo, lo esencial en este punto es la defensa de la tesis apasionada del “enemigo étnico”25, la que propone la existencia de un ente extranjero que es contrario a los intereses nacionales. Así, a través de esta noción, se garantiza la unidad del país y se crean nuevas necesidades que el Estado debe sustentar.

2.2.2.2.2.2.2.2.----Teorías Estructural Funcionalistas:Teorías Estructural Funcionalistas:Teorías Estructural Funcionalistas:Teorías Estructural Funcionalistas:

La teoría estructural funcionalista es formulada por el autor argentino Gino Germani en su obra “Política y Sociedad en una época de transición”26, cuya primera edición es de 1965. Su tesis se basa en la idea de transición entre un sistema político de escasa participación a un sistema político de amplia participación27. A su vez, Torcuato Di Tella, también argentino, desarrollará algunas ideas que complementarán las ideas de Germani, señalando que, para una efectiva movilización populista de las masas, es necesaria la existencia de una elite comprometida en dicho proceso de movilización28.

2.2.1.2.2.1.2.2.1.2.2.1.---- Gino Germani:Gino Germani:Gino Germani:Gino Germani:

Gino Germani se ha constituido en uno de los pioneros en el tratamiento de esta temática, siendo el primero en analizar el populismo en un contexto estructural. Su punto de partida es el concepto de transición, surgido de su obra de 1965.

Germani considera a los fenómenos populistas como movimientos propios de las fases históricas de transición desde una “sociedad tradicional” predominantemente agrícola a una “sociedad moderna industrial”. Dicho proceso se produce por el desarrollo económico de mediados del Siglo XX.

25 MOSCOSO PEREA, Carlos. Op. cit. Pág. 61. 26 GERMANI, GINO. Política y sociedad en una época de transición: de la sociedad tradicional a la sociedad de masas. Buenos Aires. Ed. Paidós. 1965. 27 MOSCOSO PEREA, Carlos. Op. cit. Pág. 72. 28 DI TELLA, Torcuato. “Populismo y reformismo”, en IANNI, Octavio y DI TELLA, Torcuato. Populismo y contradicciones de clase en Latinoamérica. México, Ed. Era, 1973.

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Durante una primera etapa, elementos de la antigua sociedad tradicional coexisten con los de la nueva sociedad industrial, superponiéndose entre sí. Uno de ellos es la acción social, que explica que se transita desde las tradicionales acciones prescriptivas a las modernas electivas; otro de estos elementos es la actitud de rechazo frente al cambio y, finalmente, la acción de institucionalización, donde se pasa de un conjunto indiferenciado de instituciones a uno especializado y particularizado. Esta transposición de elementos produce distintos tipos de asincronías en este proceso transicional. Para Germani, tales asincronías pueden ser de cuatro tipos: Geográfica (cuando el desarrollo se produce en un mismo espacio temporal creando sectores, regiones o países, de doble faz); institucional (cuando coexisten normas contradictorias de diversas épocas para una misma situación); de grupos sociales (se distinguen grupos más avanzados y otros atrasados en su desarrollo); y motivacional (al coexistir formas sociales que caracterizan a distintas épocas).

Para Germani, los fenómenos populistas son aberraciones resultantes de alguna asincronía en los procesos de transición desde una sociedad tradicional a una sociedad moderna29.

A su vez, señala que las mencionadas asincronías se caracterizan por dos tipos de efectos: “demostración” y “fusión”. El primero surge de la propagación en los países menos desarrollados del nivel de vida de los países ya desarrollados, lo que provoca en la población de los primeros aspiraciones de algunos grupos sociales que condicionan su actuar en política. El conflicto se suscita en cuanto a la forma de alcanzar este objetivo. El segundo efecto consiste en la fusión de actitudes de niveles tradicionales con los más modernos; al implantarse estas últimas, se refuerzan las posturas anacrónicas.

Para Germani son importantes otros dos conceptos, el de “movilización” y el de “integración”. El primero dice relación con el tránsito de la sujeción a la norma tradicional a un comportamiento de orden deliberativo; los grupos pasivos pasan a ser entes activos, ya sea orgánica o inorgánicamente. El efecto de integración corresponde a aquel en el que los cambios se llevan a cabo por medio del cauce institucional, vale decir a través de la institucionalidad política y legal vigente.

Así, Germani elabora su análisis respecto del proceso que inician los países en forma tardía y lo compara con la situación europea y, con ello explica los movimientos a los que llama “nacional populistas”. Germani nos dice que la diferencia entre Europa y América radica en que, en el primer caso, se produjo una consolidación de la democracia en dos etapas, una limitada y otra, total o plena, en la que el pueblo se incorpora sin traumas a lo político. En Latinoamérica, en cambio, la rápida industrialización y el crecimiento urbano llevan a una temprana inclusión del pueblo en política que excederá los frágiles cauces institucionales diseñados. En definitiva, Europa adoptó fácilmente el criterio del efecto de la integración y en

29 TORRES, Sagrario. Op. cit. Pág.162.

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América Latina se desarrolló el de demostración, que refiere a la difusión en sociedades tradicionales de pautas de comportamiento de otras más avanzadas30.

En consecuencia, el populismo habría surgido en América Latina por la existencia de asincronías, que se producen por el “efecto de movilización”, que se lleva a cabo a través de formas aberrantes y no institucionales, de las cuales emergen los movimientos populistas31, lo que se suma al declive de la democracia liberal y el surgimiento de movimientos fascistas y comunistas.

Luego, Germani señala que la vertiginosa y masiva incorporación de amplios sectores a la vida pública desborda todos los cauces legales de participación, pues los partidos tradicionales son incapaces de solucionar esta coyuntura, lo que torna explosiva la coyuntura política, y explica que no se pueda llegar al nivel de integración alcanzado en Europa desde comienzos del siglo XX. Además de lo ya señalado, la burguesía, la clase media y las elites tradicionales esperan utilizar a esas incipientes masas para satisfacer sus propios fines. Ante esta rigidez del sistema político, surge una figura carismática capaz de superar esta situación, que unida a las citadas elites, recluta y encanta a las masas, creando vínculos político-sociales que también atraerán a otros sectores modernizadores.

En estos casos, los movimientos populistas representan la forma particular de participación de los estratos populares en la vida política nacional, cuando éstos se encuentran en un curso de rápida movilización en los países de industrialización tardía32. En efecto, al decir de Germani: “los movimientos nacional-populares, al mismo tiempo que presentan una discordia en el curso de formación del régimen democrático, movilizan e incorporan políticamente a las masas marginadas. En el mundo urbano-industrial sobreviven o predominan las masas y el líder, cuyos vínculos son la demagogia y el carisma”33.

En último término, Germani define a los movimientos populistas con un carácter heterónomo, tanto en lo ideológico, como en su organización y en sus metas políticas. En definitiva, dichos movimientos se subordinan a las elites, y por lo general, al líder carismático, que dirige y controla la movilización popular, no siendo, por tanto, entidades construídas de forma autónoma por las masas34.

2.2.2.2.2.2.2.2.2.2.2.2.---- El aporte de Torcuato Di Tella: El aporte de Torcuato Di Tella: El aporte de Torcuato Di Tella: El aporte de Torcuato Di Tella:

El aporte de este autor radica en su énfasis en la necesidad de contar con una elite comprometida con el proceso de movilización; lo cual se suma a la decadencia del

30 “Populismo latinoamericano” en BOBBIO, Norberto y otros. Op. cit. Pág. 1254. 31 TORRES, Sagrario. Op. cit. Pág. 16 32 TORRES, Sagrario. Op. cit .Pág. 164 33 GERMANI, Gino y otros. Populismo y contradicciones de clase en Latinoamérica, citado por TORRES, Sagrario. Op. cit. Pág.162 34 “Populismo latinoamericano” en BOBBIO, Norberto y otros. Op. cit. Pág. 1254.

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‘liberalismo’ que al fracasar posibilitará el surgimiento del populismo35. Como dice Di Tella, el paso en Europa de una sociedad “feudal” a una organizada se debe a la fuerte presencia del liberalismo. No obstante, este modelo es impracticable en Latinoamérica, atendida la imposibilidad que la clase obrera construya una alternativa36.

Este autor pondrá el énfasis en la llamada “revolución de las expectativas”, definida como el deseo de tenerlo todo de una vez sin esperar que se consoliden los mecanismos que lo proporcionan37. Las clases populares crecen y forman una masa sustanciosa, que se encuentra insatisfecha de la democracia liberal y sus respuestas. Este grupo se dispone a seguir a un líder, elegido u ofrecido por el grupo político populista. En consecuencia, el surgimiento de ese caudillo, que a su vez, encabeza a dicho colectivo, es imprescindible para dar origen al populismo.

A juicio de este autor, el populismo es un movimiento político con fuerte apoyo popular, con la participación de sectores no obreros que sustentan una ideología anti-statu quo. En definitiva, este fenómeno está compuesto por una elite situada en los niveles medios o altos de la estratificación social y provista de motivaciones contrarias al establishment; una masa movilizada que nace como resultado de la “revolución de aspiraciones” y una ideología o un estado emocional que favorece un entusiasmo colectivo y entrega un diálogo fluido entre el líder y sus seguidores38.

Finalmente, Di Tella clasifica a los populismos de acuerdo a dos criterios básicos, uno corresponde al hecho que la elite dirigente pertenezca o no a los estratos superiores de la sociedad, y el otro se deriva de la aceptación o repudio que esas élites reciban por parte de su clase de origen39. De acuerdo a lo anterior, Di Tella plantea la existencia de cuatro tipos de populismos. Los primeros tienen su origen en las clases superiores, distinguiéndose entre los que son admitidos por su grupo de origen, que tienden a ser moderados y volverse conservadores rápidamente; y los que no son aprobados por su respectiva clase, consintiendo los valores del orden establecido, sin renegar completamente de la violencia.

Los movimientos populistas generados por grupos medios, bajos o por intelectuales, si son aceptados por su clase de origen, seguirán los conductos legales, pero criticarán duramente al establishment; si no son tolerados por su propia clase, tenderán a ser radicales e incluso revolucionarios en su accionar.

2.3.2.3.2.3.2.3.----Teorías evasivasTeorías evasivasTeorías evasivasTeorías evasivas

35 MOSCOSO PEREA, Carlos. Op. cit. Pág. 83. 36 MOSCOSO PEREA, Carlos. Op. cit. Pág. 84 37 MOSCOSO PEREA, Carlos. Op. cit. Pág. 86. 38 DI TELLA, Torcuato, “Populismo y reforma en América Latina” en Desarrollo Económico. Buenos Aires, Abril- Junio 1965 citado por MACKINNON, María Moira y PETRONE, Mario Alberto. “Los complejos..”. Op. cit. Pág.25. 39 “Populismo latinoamericano” en BOBBIO, Norberto y otros. Op. cit. Pág. 1254.

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Las teorías evasivas se basan en una premisa muy básica: la falta de una concepción clara y comúnmente admitida sobre el populismo, lo que ha ocasiona que algunos autores renuncien a definir el populismo e incluso le nieguen la existencia como categoría válida para poder elaborar una teoría40. Por tanto, estos autores proponen la eliminación del concepto de la terminología de las ciencias sociales.

La primera aproximación a estas teorías se concibe mediante el denominado “nihilismo populista”, que define al populismo como un concepto vacío de contenido41, por lo que debería ser reemplazado por análisis directos de los movimientos catalogados de populistas en razón de la naturaleza de clase.

A continuación expondremos las ideas de dos autores que niegan al populismo su lugar como categoría conceptual en las ciencias sociales: Ian Roxborough y Margaret Canovan.

2.3.1.2.3.1.2.3.1.2.3.1.---- Ian Roxborough:Ian Roxborough:Ian Roxborough:Ian Roxborough:

Este autor se mostró contrario al uso del concepto “populismo”, ya que éste no se adecua con la realidad económica, social y política que éste pretende ordenar y explicar42. Asimismo, sostiene que resulta inadecuada la construcción de tipos ideales, debiendo reemplazarse por el estudio específico de los elementos fundantes del populismo, mientras se acumula un mayor conocimiento empírico sobre distintos aspectos del fenómeno43.

Respecto de la definición de populismo “clásico”, Roxborough señala que el apoyo de las masas no está articulado en torno a líneas de clases, a diferencia de la aparente naturaleza clasista de las sociedades industriales desarrolladas44. El apoyo a los caudillos populistas no se traduce en una alianza policlasista, en la que los sindicatos obreros brindan apoyo a una figura bonapartista, sino que más bien corresponde a un movimiento de masas amorfo o que denota un vínculo directo entre los individuos y un líder carismático45.

Según el autor, para que el concepto de populismo tenga utilidad, hay que demostrar que se está analizando situaciones donde las clases son incorporadas a la coalición populista en forma heterónoma46. Si no fuese así, estaríamos ante meras alianzas de clases, no populismo.

2.3.2.2.3.2.2.3.2.2.3.2.----Margaret Canovan:Margaret Canovan:Margaret Canovan:Margaret Canovan:

40 MOSCOSO PEREA, Carlos. Op. cit. Pág. 95. 41 Ibidem. 42 MACKINNON, María Moira y PETRONE, Mario Alberto. “Los complejos..”. Op. cit. Pág. 38. 43 MACKINNON, María Moira y PETRONE, Mario Alberto. “Los complejos..”. Op. cit. Pág. 39 44 MACKINNON, María Moira y PETRONE, Mario Alberto. “Los complejos..”. Op. cit. Pág. 39 45 Ibidem. 46 Ibidem.

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Esta autora señala que no se puede reducir el populismo a una sola definición, pues no se puede hallar una esencia común a todos los regímenes calificados como populistas47.

Canovan manifiesta dos fuentes de confusión para definir al populismo. La primera basada en el hecho que al populismo se lo ha conceptualizado como característico de sociedades rurales, lo que se contradice con el hecho que muchos populismos tienen una base eminentemente urbana o que enfatizan los caracteres políticos. La segunda fuente de duda es la existencia de un amplio espectro de experiencias populistas, las cuales impiden cualquier definición unitaria. A este respecto, la autora postula una clasificación de populismos agrarios y populismos políticos.

Canovan establece que hay interconexión entre los distintos tipos de populismos; como también que muchos no reúnen tales condiciones, lo que nos impide incluirlos en un concepto unitario.

En conclusión, y citando a la propia autora: “Una cosa es cierta, si la noción de populismo no existiera, ningún científico social la habría inventado deliberadamente; el término es demasiado ambiguo para eso. Sería hasta preferible inventar diferentes palabras para describir los distintos fenómenos que se designan. Sin embargo el término existe: está allí, muy escondido en varios lenguajes, usado constantemente tanto por investigadores, como por periodistas. No podemos librarnos de él…”48.

Vale decir, Canovan, reconoce al populismo sólo como un convencionalismo conceptual, más que una realidad para las ciencias sociales. Dicha noción corresponde a un término ambiguo, siendo preferible crear otras definiciones que aludiesen a esta realidad. Por ello, la autora lo termina definiendo como un concepto huidizo.

2.4.2.4.2.4.2.4.---- La Escuela Desarrollista o HistóricoLa Escuela Desarrollista o HistóricoLa Escuela Desarrollista o HistóricoLa Escuela Desarrollista o Histórico---- Estructural:Estructural:Estructural:Estructural:

La Escuela Desarrollista está basada en el famoso trabajo de Fernando Enrique Cardoso y Enzo Faletto realizado en los años sesenta, “Dependencia y Desarrollo en América Latina, Ensayo de Interpretación Sociológica”49, en el marco de la “Escuela Desarrollista”. Tal línea de pensamiento pone el énfasis en la coyuntura histórica que hizo posible el surgimiento del populismo, como una propuesta de “análisis integrado de desarrollo”50, conceptualizándolo como un movimiento político que aspira a modernizar la economía y la sociedad, dejando atrás la dependencia económica que viven las sociedades iberoamericanas.

47 MOSCOSO PEREA, Carlos. Op. cit. Pág. 96. 48 CANOVAN, Margaret. Populism. Londres, Junction Books Ltd., 1981 citado por MOSCOSO PEREA, Carlos. Op. cit. Pág. 99. 49 CARDOSO, Fernando Henrique y FALETTO, Enzo. Dependencia y desarrollo en América Latina, Ensayo de interpretación sociológica. México, Siglo XXI, 1969. 50 MOSCOSO PEREA, Carlos. Op. cit. Pág. 103.

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2.4.1 Fernando Henrique Cardoso2.4.1 Fernando Henrique Cardoso2.4.1 Fernando Henrique Cardoso2.4.1 Fernando Henrique Cardoso y Enzo Falettoy Enzo Falettoy Enzo Falettoy Enzo Faletto::::

Conforme nos dicen Cardoso y Faletto, luego del período de la Independencia, surge un nuevo orden en que los grupos que controlaban el sector productivo-exportador tuvieron que asegurar sus vinculaciones y definir nuevas relaciones político-económicas en un doble sentido: reorientar las vinculaciones externas hacia nuevos centros hegemónicos, y construir un nuevo sistema de alianzas entre las oligarquías, ahora conectadas por ese desarrollo hacia el exterior.

Entre los países del continente, Cardoso distingue entre las economías con control nacional de la producción y las de enclaves. Las primeras se organizan a través de la alianza de sectores tradicionales y modernos, lo que robustece el control del Estado por parte de ese primer grupo. El segundo tipo de economía surge de la entrada de grupos extra- nacionales que se adueñan de la producción, en ese mismo período, el Estado está dominado por una oligarquía que promueve la emergencia de burocracia, dando origen a una gran clase media.

Dentro de estas dos tipologías se encuentra el concepto de la “dependencia”, que corresponde a una forma particular de relación entre lo externo y lo interno, entre grupos y clases sociales “periféricas” y “centrales”, que implica una situación de dominio que conlleva estructuralmente la vinculación con el exterior51.

El período de transición (acceso de la clase media al poder político) en una economía de enclave, se produce cuando existe un mercado interno incipiente, que se va ampliando gradualmente, debido a la imposición del sector externo que propugna la expansión económica o a la inserción de los sectores medios. La “transición” produce diversos efectos en la producción, como en la estructura social y política, derivados de la actuación del Estado, dirigido por la oligarquía.

El populismo y sus formas están vinculados a una etapa de transición de las sociedades, que sienta las nuevas bases económicas y las transformaciones en la división del trabajo. En este contexto, las masas se hacen presentes, lo que será el hecho que caracterizará al denominado “desarrollo hacia adentro”52.

En este punto, el juego político y social se encausa en dos variantes, una que denota la intención creciente de participación de las masas y el interés por la redistribución, y la otra es el intento de los dominadores (clases altas tradicionales) por mantener el statu quo. No obstante, en ambos casos se denota un interés hacia lo interno, a lo nacional, una “preocupación por lo propio antes que por lo ajeno o extranjero”53 , y cualquier estructura política desarrollista debe considerar esta naciente forma transicional. Para estos autores,

51 MACKINNON, María Moira y PETRONE, Mario Alberto. “Los complejos...”. Op. cit. Pág.26. 52 MOSCOSO PEREA, Carlos. Op. cit. Pág. 111. 53 Ibidem.

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esta propensión es una tendencia al nacionalismo, que posibilitará la incorporación de las masas al sistema económico y político54.

A través del nacionalismo, se busca mantener el antiguo sistema de dominación, para lo cual se constituye una “alianza desarrollista” entre fuerzas opuestas, reservándose la primacía el empresariado. Esta alianza involucra un interés por lo nacional, que propugna una novedosa forma de abordar la nueva situación. En ese estado de cosas, y ante esa conjunción entre masas y empresariado, nace el “populismo desarrollista”, que da cuenta de una fórmula de consenso que legitima el naciente sistema de poder, apoyado sobre un programa de industrialización que propone beneficios para la ciudadanía en su conjunto55.

Tal fenómeno es una respuesta a la crisis de legitimidad ocasionada por dos procesos: el afán de industrialización en la fase de consolidación del mercado interno y la incorporación de las masas al sistema de producción y al sistema político56. Esta situación, en definitiva, gatilla una alianza entre fuerzas contradictorias, en la que prima la burguesía naciente o el empresariado. Este pacto es de tipo económico, fundado en la industrialización y en la equitativa distribución del ingreso. En estos casos, el Estado es un agente de desarrollo interno y de dependencia externa.57

El populismo desarrollista será efímero, toda vez que la industrialización producirá un fortalecimiento de una nueva oligarquía asociada a la inversión foránea, la cual al maniobrar en el Estado provoca que el desarrollo hacia adentro se transforme en fomento al capitalismo, con el consecuente fin del populismo. Las causas de este declive se encuentran en la ruptura de la alianza desarrollista, derivada del surgimiento de contrariedades de los sectores agrarios contra los urbanos, el deterioro de los términos de intercambio y la presión de las masas.

2.4.2.2.4.2.2.4.2.2.4.2.---- Alain TouraineAlain TouraineAlain TouraineAlain Touraine:

Para Touraine, el populismo emerge cuando trata de superar la exterioridad del poder económico, configurada por una industrialización importada o facilitada por factores externos, a través de una mayor participación ciudadana58. Los componentes del populismo son la defensa de una continuidad socio- cultural frente a la penetración de elementos extranjeros, junto a la búsqueda de participación y un desarrollo ligado a lo nacional, y el papel de los grupos medios que se oponen a cualquier conflicto social59.

54 Ibidem. 55 CARDOSO, FERNANDO HENRIQUE y FALETTO, ENZO. Dependencia y Desarrollo en América Latina. Ensayo de interpretación sociológica. México, Ed. Siglo XX, 1969. Pág. 106 citado por MOSCOSO PEREA, Carlos. Op cit. Pág. 113. 56 MOSCOSO PEREA, Carlos. Op. cit. Pág. 113. 57 MACKINNON, María Moira y PETRONE, Mario Alberto. “Los complejos...”. Op. cit. Pág.26 58 TOURAINE, Alain. Op. cit. Pág. 329. 59 TOURAINE, Alain. Op. cit. Pág. 330.

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Para el autor, el populismo no es una defensa de las clases medias ante la industrialización o el esfuerzo de una búsqueda de la continuidad frente a la ruptura o un movimiento ideológico político, sino que la mezcla de estas ideas, en un conjunto social, político y estatal60. Así, Touraine conceptualiza al populismo de la siguiente manera: “una política nacional popular, expresión que une la referencia al pueblo como esencia, la nación como colectividad amenazada por la dominación externa y sus consecuencias internas y, al Estado como agente de cambio, pero también de expresión y defensa de la unidad nacional”61.

En ese sentido, habría una confusión en los conceptos de Estado, sistema político y actores sociales, pues estos últimos no pueden ser definidos según su función socioeconómica; el segundo es un espacio de unión entre el Estado y los actores sociales; y finalmente, el Estado es un actor complejo incorporado como fuerza política. Consecuentemente, ello provoca la sobredeterminación de las categorías políticas por encima de las sociales y la ausencia de diferenciación entre el sistema político y el Estado62.

En América Latina, a diferencia de Europa, las clases sociales no son elementos básicos de la organización social, pues éstas son una respuesta a la intervención del Estado en el proceso de transformación nacional63. Para Touraine lo esencial del populismo es la fusión de tres elementos en un todo armónico, que es, político, cultural y social, a la vez. El populismo es la identificación del movimiento con el Estado y por eso se define mejor como una política64. Así, cada forma populista es definida por el orden de importancia de cada uno de estos componentes, pasando de los regímenes autoritarios a otros de corte revolucionario. Podemos caracterizar que la política nacional popular es propulsora del cambio social, pero sin llegar a la radicalidad, y contiene un discurso que exalta al pueblo y lo identifica con el líder populista65.

La política nacional popular combina tres elementos: independencia nacional, modernización política e iniciativa popular. Esta combinación de elementos produce diversos tipos de populismo, de acuerdo al elemento más importante en cada una de dichas experiencias. Asimismo, existen populismos parciales, en que se combinan uno o dos de los componentes de la política nacional popular. Así podemos distinguir entre partidos populistas (en los que tiene importancia la participación política), Estados populistas (en que es relevante el poder del Estado popular) y movimientos populistas (en que importa la presión popular).

2.4.3.2.4.3.2.4.3.2.4.3.---- Otras posturas de la Escuela Desarrollista:Otras posturas de la Escuela Desarrollista:Otras posturas de la Escuela Desarrollista:Otras posturas de la Escuela Desarrollista:

60 TOURAINE, Alain. Op. cit. Pág. 331. 61 Ibidem. 62 MACKINNON, María Moira y PETRONE, Mario Alberto. “Los complejos...”. Op. cit. Pág. 30. 63 TOURAINE, Alain. Op. cit. Pág. 333. 64 MACKINNON, María Moira y PETRONE, Mario Alberto. “Los complejos...”. Op. cit. Pág. 30. 65 TOURAINE, Alain. Op. cit. Pág.352.

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Postura de la crisis de la hegemonía:Postura de la crisis de la hegemonía:Postura de la crisis de la hegemonía:Postura de la crisis de la hegemonía: Para otros autores lo esencial es la recuperación de la lógica del proceder obrero66. Se proponen explicar la permanencia del peronismo en Argentina en base a la industrialización tardía y a lo que han señalado como crisis del predominio burgués, luego del golpe militar de 1930. Para estos autores, la industrialización trae consigo el quiebre de la clase hegemónica, debilitando los cánones tradicionales de la institucionalidad, modificando los grupos de poder, los cuales realizarán la industrialización67.

Juan Carlos Torre68 se centra en la función que cumplen los sindicatos en el encauzamiento de las masas en la experiencia argentina de los cuarentas. Este autor propone ampliar el concepto de la racionalidad en el obrar obrero, estableciendo la doble realidad del accionar de las masas69, dada tanto por la maximización del bienestar material, como por el reforzamiento de la unidad y la cooperación de los obreros entre sí. Entonces, la actuación política tiene como objetivo intrínseco la consolidación de la identidad política colectiva de los sujetos implicados70.

2.5.2.5.2.5.2.5.---- Teorías de Alianzas Policlasistas:Teorías de Alianzas Policlasistas:Teorías de Alianzas Policlasistas:Teorías de Alianzas Policlasistas:

Octavio Ianni, en su obra La formación del Estado populista71 de 1975, define al populismo como un movimiento que sincroniza a diversos grupos sociales, no excluyendo a ninguno de ellos, formando lo que llamó la “alianza policlasista”.

Uno de los aspectos esenciales en su teoría son las contradicciones de clases, en que las masas aparecen como un elemento constructor de una nueva estructura de clase. Otro elemento fundamental es la alianza de diversas clases que reelaboran al Estado y lo convierten en un Estado Populista. Finalmente, su teoría se basa en la conformación del mercado en el marco de producción del tipo capitalista. Para este autor, el populismo corresponde a un proceso -político y sociocultural- que da origen a la plena formación de las relaciones de clase en América Latina72.

Este fenómeno tendría su génesis en la proceso de urbanización de mediados del siglo XX. Con anterioridad, se ha abierto el camino para nuevos cambios, pues ha surgido un gran grupo medio que será capaz de desplazar a la oligarquía dominante. Ese hecho genera una nueva estratificación social73 debido a la movilización de las masas y la industrialización. Esta

66 MURMIS, Miguel y PORTANTIERO, Juan Carlos. Estudios sobre el origen del populismo. Buenos Aires, Ed. Siglo XXI, 1971. 67 MACKINNON, María Moira y PETRONE, Mario Alberto. “Los complejos...”. Op. cit. Pág. 29. 68 TORRE, Juan Carlos. La vieja guardia sindical y Perón. Sobre los orígenes del populismo, Buenos Aires, Sudamericana, 1990. 69 MACKINNON, María Moira y PETRONE, Mario Alberto. “Los complejos...”. Op. cit. Pág. 29. 70 Ibidem. 71 IANNI, Octavio. La formación del Estado Populista en América Latina. México, Ediciones Era, 1984.También en IANNI, Octavio. "Populismo y relaciones de clase", en IANNI, Octavio (compilador). Populismo y contradicciones de clase en Latinoamérica. México, Ed. Era/21, 1977 72 MOSCOSO PEREA, Carlos. Op. cit. Pág. 122 73 MOSCOSO PEREA, Carlos. Op. cit. Pág. 123.

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estructura social se forjará con la nueva burguesía, militares, intelectuales y obreros, quienes provocarán el declive del dominio oligárquico y el surgimiento de democracias participativas, dictaduras o de populismos. Los anhelos de la naciente burguesía coinciden temporalmente con los de los otros grupos que han emergido, lo que fomenta el surgimiento de organizaciones políticas de carácter policlasista.

Los movimientos de masas definen a los procesos de desarrollo económico, industrialización y de reformas institucionales. La burguesía, potencialmente aliada con los grupos medios, se convierte en líder de las luchas de reivindicación y de reforma. Las clases obreras llegan a ese punto de crisis con algún grado de experiencia organizativa.

Al definir a estas clases, Ianni nos señala que el proletariado acepta aliarse con la burguesía. En este momento podemos hablar del populismo como una alianza policlasista, que provocará la emergencia de nuevas organizaciones, un liderazgo novedoso imbuido de demagogia y postulados comunes. Dicho proceso va evolucionando conforme la estructura de clases se va desarrollando, enmarcado en el anhelo burgués de reemplazar a la dirigencia oligarca.

En esta circunstancia, los movimientos de masas actúan como un “diluyente de clases”74 que impide el surgimiento de alguna posición conservadora en la burguesía o radical en las masas trabajadoras. A su vez, los obreros no pueden ser alternativa de poder, toda vez que la conciencia de la movilidad social supera a la de clase. La alianza policlasista será inevitable, ya que las clases pasan por un momento de crisis.

El proceso es encabezado por la burguesía, que tiene el predominio sobre la clase obrera, dada la ventaja que posee, por su triunfo sobre la oligarquía, siendo la poseedora de la ideología para conducir este proceso y de la competencia para alcanzar mayores grados de desarrollo. Las masas recién llegadas a las ciudades están en un proceso de resocialización, y son presa fácil para conseguir su voto.

A través de la alianza policlasista, la burguesía utiliza los movimientos de masas, surgidos de la clase obrera, para encausarlos a través del populismo. Así, se conforma una trenza burguesía-masas obreras, en la que se da presencia y movilización a estas últimas, que utiliza demagógicamente la primera.

El populismo legitima la entrada de las masas en el marco de las estructuras de poder75, y como los movimientos de masas han debilitado a las clases sociales, ellas entran en alianza76.

La formación del denominado “Estado Populista” fomentará la participación de las masas en la vida social, siendo influido por la incorporación de las masas al Estado, surgido de

74 MOSCOSO PEREA, Carlos. Op. cit. Pág. 127. 75 MOSCOSO PEREA, Carlos. Op. cit. Pág. 127. 76 MOSCOSO PEREA, Carlos. Op. cit. Pág. 128.

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las contradicciones de las clases dominantes y de la alianza de antagonismos contra la aristocracia tradicional. Asimismo, el populismo realiza una política de masas desde el Estado, ya que trata de representar a todas las clases, como un todo llamado pueblo, confiriendo funciones peculiares a los sindicatos, dotándoles de preeminencia, para que así se involucren en las políticas gubernamentales. Este Estado es intervencionista y nacionalista en lo económico77. Conforme las masas obreras se organizan, ellas pasan a ser subalternas, ahora de un personaje o protagonista histórico.

De acuerdo al grupo que termina radicalizando, burguesía o masas, se producirá el colapso de este modelo. En el primer caso, existe un predominio de la burguesía o clases medias, que al sentir temor por la politización de las masas y la posible pérdida de su hegemonía, se aliarán con los grupos tradicionales, convirtiéndose en una nueva oligarquía. En el segundo caso, durante los llamados “tiempos de paz” o de tranquilidad se asume un orden dominado por las clases obreras que cumplen la función de clases subalternas, pero lideradas por miembros de la burguesía, incluso desde los mismos sindicatos. Pero, en cambio, en tiempos de crisis, las relaciones de clase se vuelven tensas y tirantes, lo que debilita y finalmente destruye la alianza. De lo anterior, Ianni construye la regla, por la cual, a mayor desarrollo clasista, habrá menos populismo78, siendo el límite del populismo, la lucha de clases79.

Dentro de estas teorías, podemos también incluir la de Francisco Weffort, quien señala que el origen del populismo se encuentra en la crisis de la oligarquía y el liberalismo a comienzos de los treinta en Brasil, que se suma a la debilidad de los grupos dominantes urbanos que tratan de sustituir a la oligarquía en su predominio político80. Sin embargo, ante todo, este fenómeno político fue la manifestación de las clases populares en el desarrollo urbano e industrial brasileño.

Weffort sostuvo el concepto de “Estado de Compromiso”. La derrota de la oligarquía no afectó la preponderancia que tenía en el control de la economía, lo que lleva a nuevas experiencias políticas, en las que se sostiene un precario equilibrio entre los nuevos grupos dominantes (clases medias, cafeteros, entre otros), que ninguno puede afirmar su control sobre los demás. Así, este tipo político es definido como un Estado de masas, derivado de una prolongada crisis agraria que afecta a Brasil, de la dependencia de los grupos medios y burgueses, y de la creciente presión popular.

2.6.2.6.2.6.2.6.---- Teorías PostTeorías PostTeorías PostTeorías Post---- marxistas o del discurso marxistas o del discurso marxistas o del discurso marxistas o del discurso ideológicoideológicoideológicoideológico:

77 MOSCOSO PEREA, Carlos. Op. cit. Pág. 131-132. 78 MOSCOSO PEREA, Carlos. Op. cit. Pág.132. 79 IANNI, Octavio. O colapso do Populismo no Brasil (1930-1970). Río de Janeiro, Ed. Civilizaçao brasileira, 1968. Pág. 225 citado por MOSCOSO PEREA, Carlos. Op. cit. Pág.132. 80 MACKINNON, María Moira y PETRONE, Mario Alberto. “Los complejos...”. Op. cit. Pág. 29.

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El libro “Política e ideología en la teoría marxista. Capitalismo, fascismo, populismo”81 del argentino Ernesto Laclau, publicado en 1977, es el punto de inicio de las teorías postmarxistas, las que explican el populismo a través de los postulados de Antonio Gramsi, siendo central la noción de la interpelación, entendida como una respuesta antagónica al orden establecido. Esta interpelación, para llegar a ser populista, debe enfocarse en el concepto de pueblo.

Laclau trae un nuevo enfoque, basado en primera instancia, en el carácter impreciso del término populismo, que no obstante ser real y evidente, contiene una vaguedad que evita darle un contenido a este concepto. Laclau sostiene que este fenómeno ha servido para designar experiencias completamente disímiles. Para lograr la definición del populismo, Laclau se sumerge en los enfoques explicativos de este fenómeno que conceptualiza como una manifestación política o ideológica de algún grupo. Conforme nos señala Laclau, estas formas de explicación resultan impracticables, pues la evidencia empírica nos demuestra que existe un amplio espectro de bases sociales presentes en el populismo, como por ejemplo, la de los granjeros norteamericanos o la burguesía ilustrada rusa del siglo XIX, por lo que la principal dificultad para lograr la conceptualización del populismo es reducirlo a bases sociales.

Posteriormente, Laclau analiza al estructural- funcionalismo de Germani y Di Tella, basado en una fase transicional de desarrollo, de la sociedad tradicional a la industrial. Laclau los objeta, pues han existido populismos en países desarrollados, y nos expresa que sería reduccionista tratar al populismo como un fenómeno de cierta época histórica, por lo que cuestionará desde la pertinencia de los conceptos básicos hasta la explicación del cambio social82.

Asimismo, Laclau señala que si lo esencial del populismo no tiene que ver con las bases sociales, ni con determinada fase de desarrollo económico, se puede decir que este fenómeno no es ni movimiento político, ni organización, sino un fenómeno ideológico, inmerso en movimientos de distinta base social y de color político diverso.

Para desarrollar su teoría, Laclau se apoya en los postulados de la teoría althusseriana de la ideología, particularmente en la noción de interpelación, inscribiéndola en el seno del pensamiento de Gramsci. Althusser señala que toda ideología consiste en un interpelar- constituir los individuos en “sujetos”. Así, Laclau aterriza lo dicho por Althusser a la discusión del populismo: “los individuos que son meros soportes de las estructuras, son transformados por la ideología en sujetos, es decir, viven la relación con sus condiciones reales de existencia

81 LACLAU, Ernesto. Política e ideología en la teoría marxista: capitalismo, fascismo, populismo, Siglo XXI, México, 1977. 82 BOBBIO, Norberto y otros. Op. cit. Pág. 1257.

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como si ellos constituyeran el principio de determinación autónomo de dicha relación. El mecanismo de esta inversión característica es la interpelación.”83

Luego, el autor distingue entre lucha popular democrática y lucha de clases. La última opera como el antagónico básico en el plano de relaciones de producción, pero en el que existe una contrariedad diversa que se expresa en las llamadas “formaciones sociales”, donde operan las relaciones políticas e ideológicas de dominación, así los sectores sometidos se sienten como “lo otro”84, o lo opuesto a los dominadores. A su vez, esta contradicción se manifiesta en el nivel de modo de producción, como también lo hará en el nivel ideológico, en la interpelación de los agentes como clase.

La segunda contradicción se expresa en la interpelación como pueblo como una particular determinación del sistema, que es diferente a la de clase85. Sin embargo, dicha apelación no es cualquier llamado, sino una peculiar forma de articulación de las interpelaciones popular-democráticas al mismo. Para este autor, el populismo consiste en la presentación de las interpelaciones popular-democráticas como conjunto sintético- antagónico respecto a la ideología dominante86. Laclau indica que primero hay una interpelación de clase y luego una interpelación popular-democrática. Esta última denota solamente un antagonismo potencial respecto de la ideología dominante, pero adquiere significado cuando se articula en un discurso de clase, puesto que la lucha de clases es prioritaria sobre la popular-democrática.

Los componentes popular-democráticos siempre se encuentran en la ideología imperante y en las antagónicas. Estos elementos se hallan en la clase dominante, puesto que ésta no sólo apela a si misma, sino que también a las otras clases, realizando una absorción y neutralización de los elementos que expresen resistencia a su supremacía y, en contraposición, las clases dominadas articularán su discurso, potenciando el antagonismo con la ideología dominante. De esta doble referencia, denominada doble articulación del discurso político87, surge el populismo.

Para este autor, el populismo es: “la presentación de las interpelaciones popular-democrática como conjunto sintético-antagónico respecto de la ideología dominante”88. En definitiva, se necesita que la estructura de interpelación propugne un antagonismo específico (pueblo/ bloque de poder), que se oponga a la ideología dominante. Laclau precisa que no es necesario que la ideología que sustenta al populismo sea revolucionaria, pues basta que una

83 LACLAU, Ernesto. Política e ideología en la teoría marxista. Capitalismo, fascismo, populismo. México, Ed. Siglo XXI, 1980. Pág. 112. 84 LACLAU, Ernesto. Op. cit .Pág. 166. 85 LACLAU, Ernesto. Op. cit. Pág. 122. 86 LACLAU, Ernesto. Op. cit. Pág. 201. 87 TORRES, Sagrario. Op. cit. Pág. 167 88 LACLAU, Ernesto. Op. cit. Pág. 201

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clase o fracción de clase necesite, para convertirse en hegemónica, una transformación de las estructuras de poder, para que pueda emerger y consolidarse una experiencia populista89.

Los populismos pueden revestir dos formas, la primera, denominada de clases dominantes, en que se incita a que las masas se opongan al Estado90; en tanto, la segunda corresponde al de las clases dominadas, en la que se expande la contradicción, articulándose como discurso de clase.91 En esta tipología se intenta lograr la fusión entre la ideología popular- democrática y la marxista.

En 2005, Ernesto Laclau reedita esta perspectiva en su libro “La razón populista”92, alejándose del determinismo clasista.93 En esta obra, presenta una forma de articulación, basado en las demandas sociales, a partir de las cuales construye la unidad de un ente político, emergiendo una particular lógica de carácter político.

La importancia de estas demandas radica en que configuran lo social, por medio de una particular articulación que supone la constitución de los individuos en un sujeto político que, en este caso, es el pueblo. El autor sostiene que dichas demandas pueden ser de dos tipos, las democráticas, que permanecen aisladas, pero que son atendidas una a una por el Estado, y las populares, que construyen al pueblo como actor histórico potencial. Laclau señala que el populismo se inicia cuando una demanda no es cumplida, marginándola de la institucionalidad. Sin embargo, ella no queda aislada, pues dentro de la denominada “lógica de equivalencias”, las que son semejantes o equivalentes, y se encuentran insatisfechas, se unen con otras igualmente incumplidas. Los grupos igualmente relegados se conforman como un colectivo de caracteres similares, al que Laclau define como “el pueblo”.

La denominada “cadena de equivalencias” es trascendental para la formación del populismo, ya que a medida que avanzan y se funden, provocan una articulación de un “nosotros”, que conformará al “pueblo”. Dicha trenza, que atraviesa nuevos grupos sociales, cada vez más heterogéneos, se contrapone a los “otros”, que sí son satisfechos por las estructuras sociales. Sin embargo, las equivalencias no pueden atemperar las diferencias, las que ocasionan una tensión en esas cadenas. No obstante, éstas son necesarias para la construcción de lo social, ya que las primeras generan el “pueblo”, a través del cual, se articulan los sectores insatisfechos, a diferencia de los grupos atendidos.

Asimismo, la totalización necesita de un elemento diferencial que la asuma y represente, los “significantes vacíos”, que conforman al discurso. Tales estructuras son incapaces de diferenciar las demandas que ingresan en la cadena de equivalencias, lo que les da una amplitud mayor.

89 BOBBIO, Norberto y otros. Op. cit. Pág. 1258. 90 MOSCOSO PEREA, Carlos. Op cit. Pág. 160. 91 Ibidem. 92 LACLAU, Ernesto. La Razón Populista. Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica, 2005. 93 DE LA TORRE, Carlos. “Populismo, ciudadanía...”. Op. Cit. Pág. 28.

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El discurso antes señalado, coloca un límite entre el pueblo y el resto de la sociedad. En éste, el primero pretende ser concebido como única unidad legítima, lo que marca el momento de la denominada “hegemonía”, vale decir, cuando una diferencia sin dejar su carácter particular, pasa a asumir el carácter de una totalidad. Así, una demanda especial se convierte en estandarte de un conjunto de demandas. En ese momento, surgen los “significantes vacíos” que asumen la representación de una cadena de equivalencias, un totalizador que es resumen de las apelaciones insatisfechas, por lo que al exceder sus límites puede representar a un todo heterogéneo, el que se personifica en la figura del líder populista.

2.7.2.7.2.7.2.7.----Teorías coyunturalistas:Teorías coyunturalistas:Teorías coyunturalistas:Teorías coyunturalistas:

Estas teorías cuestionan la versión del carácter pasivo y de anomia de los obreros, enfatizando las oportunidades y restricciones que rodean a las distintas clases sociales, en determinadas coyunturas de la historia latinoamericana. Los principales exponentes de estas posturas llamadas “coyunturalistas” son Daniel James94 y John French95, los que manifiestan el carácter errado del desarrollismo como punto de partida para el estudio del populismo.

Estos autores señalan las oportunidades y limitaciones de los obreros en coyunturas particulares, los que se enfrentan a una serie de opciones que, al ir moviéndose de una decisión a otra, permiten reconstruir la cronología de los triunfos populistas96. Estas teorías plantean que no importa cómo vaya configurando el fenómeno populista, toda vez que no puede ser anticipado antes de su surgimiento.

Daniel James rechaza que se estudie al populismo como un fenómeno patológico que explica el desvío del camino normal de la modernización97. Este autor desglosa las condiciones subjetivas de la emergencia populista, partiendo desde los protagonistas, examinando cómo éstos deciden construir sus opciones98. Dicho fenómeno se convierte en una estrategia de interpelación a los actores sociales, que reestructura y equilibra el sistema político. Así, cualquier proyecto contrario al establishment debe contar con una etapa de experiencia populista, ya que si ello no ocurriera, dicho proyecto sería ineficaz o estaría destinado al fracaso por no contar con el apoyo popular.

John French expone que la relación entre las masas urbanas y los políticos populistas corresponde a una alianza tácita entre clases sociales99. El autor señala que un modelo de interacción de clases nos otorga una clave para enlazar una condición económica objetiva y el

94 JAMES, Daniel. Resistencia e Integración, El peronismo y la clase trabajadora argentina 1946-1976. Buenos Aires, Sudamericana, 1990 95 FRENCH, John. The Brazilian Workers's ABC, Class Conflict and Alliances in Modern Sao Paulo, Chapell Hill and London, The University of North Carolina Press, 1992. 96 MACKINNON, María Moira y PETRONE, Mario Alberto. “Los complejos...”. Op. cit. Pág. 31. 97 Ibidem. 98 MACKINNON, María Moira y PETRONE, Mario Alberto. “Los complejos...”. Op. cit. Pág. 32. 99 MACKINNON, María Moira y PETRONE, Mario Alberto. “Los complejos...”. Op. cit. Pág. 32.

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populismo. Así, la relación entre obreros y líderes populistas es la de un acuerdo, en que cada uno tiene su rol que jugar, que permite comprender que la lucha entre las clases sólo puede desenvolverse por medio de una red de pactos relacionados con los procesos socio-económicos, los cuales cambiaron a las diversas clases, creando nuevas posibilidades de alianza para los trabajadores100.

2.2.2.2.---- NEOPOPULISMO Y POPULISMO NEOPOPULISMO Y POPULISMO NEOPOPULISMO Y POPULISMO NEOPOPULISMO Y POPULISMO RADICALRADICALRADICALRADICAL: LAS: LAS: LAS: LAS VARIANTES DEL CAMBIO DE SIGLOVARIANTES DEL CAMBIO DE SIGLOVARIANTES DEL CAMBIO DE SIGLOVARIANTES DEL CAMBIO DE SIGLO

Como hemos visto, el populismo tuvo un gran desarrollo a mediados del siglo XX, pero éste no ha sido la única época en que ha surgido, pues a fines del siglo XX y comienzos del XXI emergen nuevos populismos, diferentes a los anteriores. En efecto, los “populismos clásicos” se desarrollan al alero de la política de sustitución de importaciones, pero al agotarse estas estrategias, se erosionan las condiciones de construcción de alianzas policlasistas, lo que provoca el incremento de los conflictos entre las diversas clases, generando nuevos autoritarismos.101 Asimismo, la expansión de la industria interna ocasiona endeudamiento externo, que se torna caótico, produciendo que muchos de los países del continente acuerden reformas macroeconómicas con los Organismos Internacionales de Crédito, tornando el modelo económico en uno neoliberal.102 En ese contexto, a comienzos de los noventa se abrieron nuevos cauces para la emergencia de nuevos populismos, las elecciones de Menem en Argentina (1989), Collor de Mello en Brasil (1989) y Fujimori en Perú (1990) mostraron la estrechez de las teorías clásicas y la necesidad de nuevas formas de examinar estos fenómenos, fuera del período de los denominados “populismos clásicos”.

La emergencia de estos nuevos populismos se deriva del mismo origen del neoliberalismo, vale decir, un modelo enfocado en el mero crecimiento económico, que desatiende áreas como la política o la social. En efecto, para cumplir las metas de los programas de los Organismos Internacionales de Crédito, los Estados debieron sacrificar programas sociales y el empleo público. Como resultado, los cauces institucionales y sociales se vieron dañados gravemente, a raíz de las reformas que promovieron. Asimismo, las organizaciones sindicales se vieron debilitadas, ya que muchos trabajadores fueron relegados al mercado informal. Las consecuencias sociales del neoliberalismo fueron, en lo económico, el debilitamiento de la institucionalidad estatal, y en lo político, los populismos de fines del Siglo XX o “neopopulismos”103. Un aspecto importante para la formación de ese fenómeno se deriva del poder de los medios, que crearon lazos directos entre las masas y los líderes,

100MACKINNON, María Moira y PETRONE, Mario Alberto. “Los complejos...”. Op. cit. Pág. 28. 101 ROBERTS, Kenneth. Op. cit. Pág. 378. 102 FRAIJA, Farith. “El modelo político de Chávez ¿Populismo, Neopopulismo, o Qué?” en ingcomercial.blogutem.cl/files/. Pág. 9. 103 ROBERTS, Kenneth. Op. cit. Pág. 405.

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particularmente la televisión, principal fuente de información de los sectores menos educados.104

Sobre el particular, los autores generaron dos modelos de estudios, unos que se basan en factores económicos específicos, y otros que se centran en una dimensión cultural, fundada en el discurso político.105

El primer grupo considera que las masas no se sienten apeladas por los partidos políticos representativos, los cuales se encuentran débiles, ante lo cual los líderes personalistas establecen relaciones directas con las masas. Para Kenneth Roberts, la complementariedad de neoliberalismo y neopopulismo está dada por la explotación que hacen los líderes populistas de las desilusiones populares respecto de la institucionalidad y por la asignación discrecional que hacen de los recursos estatales.106

En tanto, Kurt Weyland discurre que el populismo es una estrategia política, en la que prima el actuar del líder, que no considera a sus seguidores, pues los cree meras masas desorganizadas107. Asimismo, considera que el populismo y el neoliberalismo son compatibles y afines, pues emergen de pretensiones de transformación, en un caso políticas, y en el otro, económicas.108

Para Carlos De la Torre, el populismo debe ser analizado como una estrategia y un estilo discursivo que polariza a la sociedad en dos campos antagónicos, privilegiando elementos socioculturales109. Es estrategia, puesto que es un mecanismo de movilización desde arriba que se produce en sistemas políticos débilmente institucionalizados. Asimismo, es un estilo discursivo, ya que provoca una profunda polarización política. El discurso populista se basa en la diferenciación de la sociedad en dos bandos que se enfrentan de manera maniquea, en la lógica de enemigos. Si bien, acota De la Torre, el análisis discursivo sigue basándose en condiciones de producción, éstas no explican cómo se generan las identidades y subjetividades populares110.

Otra perspectiva es la relacionada con el análisis económico del populismo, que entiende al populismo como la mera expresión de indisciplina fiscal y políticas expansionistas o redistributivas111, Dichas teorías tienen el problema de volver a este concepto como demasiado elástico y demasiado restrictivo. En primer término, es elástico, ya que cabe todo gobierno que no mantenga una disciplina fiscal; en cambio, es restrictivo, pues excluye a los

104 DE LA TORRE, Carlos. “Populismo, ciudadanía...”. Op. cit. Pág. 36 105 Ibidem. 106 ROBERTS, Kenneth. Op. cit. Pág. 405 107 DE LA TORRE, Carlos. “Un balance crítico a los debates sobre el nuevo populismo”. Quito, Centro Andino de Acción Popular, CAA, 2004. Pág. 72 108 FRAIJA, Farith. Op. cit. Pág. 6. 109 FRAIJA, Farith. Op. cit. Pág. 5. 110 DE LA TORRE. “Populismo, ciudadanía...”. Op. cit. Pág. 29. 111 ROBERTS. Kenneth. Op. cit. Pág. 377.

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proyectos populistas que mantienen un esquema de equilibrio macroeconómico, por ortodoxia o estrechez de flujo112.

En último término, cabe analizar una nueva hornada de populismos que han emergido en este siglo y que no se encuentran vinculados a los “neopopulismos”. En efecto, en algunos países de la región la implantación del modelo neoliberal no acarreó la formación de gobiernos que se asilasen en éste, como fue el caso de Fujimori o Menem, sino que provocó una reacción contraria a dicho modelo. Sobre el particular, el ejemplo más claro es la elección de Hugo Chávez en 1998, que fue seguida por las de Evo Morales en Bolivia (2005) y Rafael Correa en Ecuador (2006).

A estos movimientos, Carlos De la Torre los ha denominado “populismos radicales”, definiéndolos como una categoría particular113. Sin embargo, también se les ha considerado cercanos a los denominados “populismos clásicos”, en razón a su visión maniquea de la sociedad, su nacionalismo y su antiimperailismo114. Sin perjuicio de lo anterior, otros autores consideran que efectivamente Chávez tiene caracteres particulares, ya que no da cuenta de un movimiento policlasista, de hecho, es un movimiento que proviene de las clases medias y bajas; tiene similitudes con el neopopulismo, por el uso que se hace de la televisión y en particular, de las cadenas presidenciales, combinados con las tradicionales marchas, concentraciones y mítines.115

3.3.3.3.---- CONCLUSIONESCONCLUSIONESCONCLUSIONESCONCLUSIONES

El fenómeno populista dista de tener una clara definición entre los autores, quienes no han podido atender a un concepto unívoco por la amplitud de gobiernos o movimientos señalados como tal y al descrédito que ha provocado la categorización de cierto o determinado régimen con esa nomenclatura.

Sin embargo, algunos aspectos se reiteran dentro de las teorías populistas, el carácter del líder, que no necesariamente debe ser carismático pero sí convocante, y el discurso, el cual debe provocar y aunar a un grupo social en torno a éste, mediante una interpelación, hecha por medios tradicionales, marchas o concentraciones, o televisión, en la actualidad. Lo relevante de la convocatoria está en la atribución de un carácter aglutinador a un grupo particular y significativo de la sociedad, que lo transforma en “pueblo”, el que se diferenciará del resto de la población y generará relaciones antagónicas con aquellos fuera de ese grupo, el “no pueblo”.

112 ROBERTS. Kenneth. Op. Cit. Págs. 378-379. También en Knight, Alan. Op. Cit. Pág. 259-260. 113 DE LA TORRE, Carlos. “El retorno del Populismo” en De la Torre, Carlos y Peruzzotti, Enrique (editores) El retorno del pueblo. Populismo y nuevas democracias en América Latina. Quito, Ed. Flacso, 2008. Pág. 25 114 DE LA TORRE, Carlos. “Un balance…”. Op. Cit. Pág. 65. 115 FRAIJA, Farith. Op. Cit. Pág. 13.

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Por ello, si bien todavía no podemos dar una definición clara de populismo, sí podemos describir los rasgos que le son comunes y que se vinculan a la especial relación con el pueblo y el liderazgo que tienen los caudillos respecto de sus seguidores.

El primero de dichos aspectos es la relación entre los seguidores o masas y los líderes o grupos populistas. En las teorías clásicas, ese elemento se encuentra dado en la tesis de Germani por masas desorganizadas que al no tener marcos o patrones normativos que los canalizasen se vieron influenciados por los líderes populistas116. En tanto, Laclau considera que lo relevante es el elemento discursivo, los significantes vacíos (los líderes) que canalizan las demandas insatisfechas de ese ente denominado “pueblo”117. Para Knight, el populismo es un estilo político, consistente en un estrecho lazo entre los líderes políticos y sus seguidores118. De la Torre considera que el populismo es una estrategia y un discurso, por el cual los líderes logran conectarse con sus seguidores119. En tanto, Roberts señala que al no existir organizaciones que cumplan la función mediadora entre la gente y el Estado, se allana el camino para la movilización directa y personalista de las masas, por tanto, el líder llena un vacío de representatividad120.

Asimismo, resulta relevante la apelación a las masas o seguidores. Como señaló Laclau, la interpelación es fundamental en el populismo, no obstante, otros autores señalan otras razones de la importancia de este elemento en la explicación del fenómeno populista. En efecto, De la Torre indica que los discursos populistas han sido dados en momentos de confrontación política y generan formas de entender la política.121 Roberts señala que el populismo tiene que tener un patrón personalista y paternalista y una ideología amorfa que exalta el antielitismo y a los sectores bajos122.

Como vemos, esos elementos, el liderazgo y el discurso resultan relevantes en la conformación del populismo. En efecto, el populismo afianza una configuración social, expuesta a través de ese líder que convoca a los electores en torno a un proyecto común, pero que a su vez los rebaja a meras masas o seguidores, que no son más que un número, y los convierte en el sostén sin rostro de su proyecto. Así, las masas se convierten en algo pasivo, dándole el apoyo político al líder a través del voto a cambio de prerrogativas estatales.123 La articulación populista se realiza a través de la particular función del líder y del discurso populista. A este respecto, el populismo puede describirse como un elemento degradador de sus adherentes, en tanto, considera a cada uno de sus miembros, como entes convocantes

116 DE LA TORRE, Carlos. “Populismo, ciudadanía y Estado de derecho” en De la Torre, Carlos y Peruzzotti, Enrique (editores) El retorno del pueblo. Populismo y nuevas democracias en América Latina. Quito, Ed. Flacso, 2008. Pág. 26 117 VALERIO, José Luis. “¿La lógica del populismo o el populismo bajo otra lógica?”. Monterrey, CONfines, Departamento de Relaciones Internacionales, Tecnológico de Monterrey, Número 3, enero-junio de 2006. Pág. 106. 118 KNIGHT, Alan. Op. cit. Pág. 243 119 DE LA TORRE, Carlos. “Populismo, ciudadanía...”. Op. cit. Pág.38. 120 ROBERTS, Kenneth. Op. cit. Pág. 404. 121 DE LA TORRE, Carlos. “Populismo, ciudadanía...”. Op. cit. Pág. 25. 122 ROBERTS, Kenneth. Op. cit. Pág. 381. 123 DAVILA, Luis. La América noble y republicana de fronteras intelectuales y naciones. Bogotá, Ed. Saber ULA. 2005. Pág. 75.

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para formar parte del “pueblo”, y ya dentro de éste, se tornan un miembro fungible de este colectivo.

Sin embargo, debemos conceder que, mediante el populismo, los grupos que se habían tornado marginales de la estructura política entran al ruedo político, quizás no de una forma institucionalizada, pero que sin éste estarían al margen de la vida política de nuestro continente. Por lo cual, debemos apreciar su influjo en el aprendizaje político latinoamericano, e incluso, en la superación del mismo populismo, atendido que las masas desorientadas , seguidoras del líder, luego de haberlo elegido, conocen mejor el sistema político, abriéndose a nuevas alternativas.

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