Representaciones de La Separaciones Respecto a Niños o Niñas Pequeñas

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FACULTAD DE PSICOLOGÍA MAESTRÍA EN PSICOLOGÍA Y EDUCACIÓN SEMINARIO DE DISEÑO DE TESIS DOCENTE MAG. MONICA OLAZO REPRESENTACIONES DE LA SEPARACIONES RESPECTO A NIÑOS O NIÑAS PEQUEÑAS Ps. Daniel Moreira El título no ha sido fácil. Requiere de un esfuerzo terminológico, y da cuenta de algunos movimientos que se han producido en las últimas décadas en torno a un hecho que hemos llegado a llamar la separación respecto de niños/niñas pequeñas. Eva Giberti es quien ha insistido reiteradamente en la necesidad de dejar de lado el término abandono. Expresa que puede significar “dejar tirado”. Remite a una práctica que no es la habitual. En la mayoría de las situaciones no sería esta la situación sino que habría una delegación de la función materna, en condiciones que permiten una serie continua de cuidados a los o las niñas. Propuso incluir el término desvínculo, que fue permeando en distintos niveles de los operadores psicosociales en primer lugar y algo más tardíamente en los de la salud en general. Todo ello con naturales resistencias y persistencias de concepciones y acciones profesionales marcadas por el paradigma tutelar. Sin embargo, más recientemente, comenzamos a recibir cuestionamientos respecto también al significante 1

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FACULTAD DE PSICOLOGÍA

MAESTRÍA EN PSICOLOGÍA Y EDUCACIÓN

SEMINARIO DE DISEÑO DE TESIS

DOCENTE MAG. MONICA OLAZO

REPRESENTACIONES DE LA SEPARACIONES RESPECTO A NIÑOS O NIÑAS PEQUEÑAS

Ps. Daniel Moreira

El título no ha sido fácil.

Requiere de un esfuerzo terminológico, y da cuenta de algunos movimientos que se han producido en las últimas décadas en torno a un hecho que hemos llegado a llamar la separación respecto de niños/niñas pequeñas.

Eva Giberti es quien ha insistido reiteradamente en la necesidad de dejar de lado el término abandono. Expresa que puede significar “dejar tirado”. Remite a una práctica que no es la habitual.

En la mayoría de las situaciones no sería esta la situación sino que habría una delegación de la función materna, en condiciones que permiten una serie continua de cuidados a los o las niñas.

Propuso incluir el término desvínculo, que fue permeando en distintos niveles de los operadores psicosociales en primer lugar y algo más tardíamente en los de la salud en general. Todo ello con naturales resistencias y persistencias de concepciones y acciones profesionales marcadas por el paradigma tutelar.

Sin embargo, más recientemente, comenzamos a recibir cuestionamientos respecto también al significante desvínculo. Desvincularse puede ser sinónimo de desentenderse de algún tema, asunto o en este caso persona.

Hablar de las separaciones respecto de niños o niñas pequeñas se presenta como una forma de expresar el hecho de modo más libre de posibles valoraciones. Sin que se nombre la prevalencia de ningún género ni actor en particular en el acto.

Partimos de la base de que se trata de acciones cargadas de significaciones respecto a lo que entendemos por niño o niña, bebe, mamá, papá, familia, etc. Y que se encuentran atravesadas por mitos y preconceptos que coagulan

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nuestra visión acerca de la realidad como parte de la subjetividad que nos atraviesa.

Entendiendo por subjetividad lo que Silvia Bleichar define como:

…todos aquellos aspectos que hacen a la construcción social del sujeto, en términos de producción y reproducción ideológica y de articulación con las variables sociales que lo inscriben en un tiempo y espacio particulares desde el punto de vista de la historia política.1

Nos ubicamos en una postura epistemológica que no toma a lo real como algo preexistente. Para la cual todo hecho es interpretado, capturado en un sistema de saber, saturado de afectos y creencias. En el cual las representaciones (entendidas con Jodelet como formas de conocimiento socialmente compartido, que tienen un sentido práctico y convergen en la construcción de una realidad común a un conjunto social) determinan nuestras acciones incluso las profesionales.

Muy poéticamente lo expresa Viñar;

La realidad es pues, una construcción, un recorte, una síntesis, siempre insuficiente y mal hecha, pero que arroja alguna luz a las opacidades de nuestra comprensión.2

En las separaciones respecto a niños o niñas pequeñas hay algo de la realidad construida y de la subjetividad que nos atraviesa y que hace que tomemos como naturales universales e históricamente constantes la niñez, la maternidad, la paternidad y la familia.

Nuestra hipótesis es que existe una depositación de la responsabilidad en el cuidado de los niños en las mujeres y que resulta irrepresentable que una mujer se separe de sus hijos.

Irrepresentable en tanto imposible de representación sino lo es desde su consideración de algo abyecto.

Con Butler vamos a considerar a esto abyecto como constitutivo de la propia performatividad, de la normalidad, de la construcción de los cuerpos que importan:

esta matriz excluyente mediante la cual se forman los sujetos requiere pues la producción simultánea de una esfera de seres abyectos, de aquellos que no son “sujetos”, pero que forman el exterior constitutivo

1 Bleimar, Silvia. Entre la Producción de subjetividad y la construcción de psiquismo. Versión web: arielviguera.googlepages.com/bleich_subjetividad.pdf Consultada el 2 de marzo de 2010 a las 21:28 hs.2 Viñar, Marcelo. Qué tiene que ver el inconsciente freudiano con la subjetividad. Montevideo, Junio de 2006. Versión web: www.apuruguay.org/bol_pdf/bol-vinar-4.pdf consultada e 26.2.10 a las 21:05 hs.

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del campo de los sujetos. Lo abyecto designa aquí precisamente aquellas zonas “invisibles”, “inhabitadas” de la vida social que, sin embargo, están densamente pobladas por quienes no gozan de la jerarquía de los sujetos, pero cuya condición de vivir bajo el signo de lo “invisible” es necesaria para circunscribir la esfera de los sujetos. (….) En este sentido, pues, el sujeto se constituye a través de la fuerza de la exclusión y la abyección, una fuerza que produce un exterior constitutivo del sujeto, un exterior abyecto que, después de todo, es “interior” al sujeto como su propio repudio fundacional.3

Como producto de la dominación masculina en términos de Bourdieu es la mujer quien queda absolutamente ligada al cuidado del niño, y sobre ella recae prácticamente toda la responsabilidad de su sobrevivencia. La existencia de mujeres que no cumplen con esa responsabilidad es parte de esa abyección necesaria para la repetición de los discursos que sostienen y repiten performativamente la maternidad como algo sagrado. Y también desde el pensamiento de Bourdieu tal vez la mayor efectividad de estos discursos tiene que ver con su presentación como algo totalmente natural con el argumento de la biología.

El marco jurídico es tanto producto de estas naturalizaciones como de los intentos de trascenderlas.

En su preámbulo la Convención de Derechos del Niño (CDN) establece que:

“la familia, como grupo fundamental de la sociedad y medio natural para el crecimiento y el bienestar de todos sus miembros, y en particular de los niños, debe recibir la protección y asistencia necesarias para poder asumir plenamente sus responsabilidades dentro de la comunidad” (el resaltado es mío).

La separación de un niño de su ámbito de origen parece ser así un corte que debería ser evitado por todos los medios posibles. Sobre todo, según expresa nuestro Código4 de Niñez y Adolescencia, no debería ser separado de ella por motivos económicos.

La misma norma jurídica establece en su artículo 7, inciso 1 que

“La efectividad y protección de los derechos de los niños y adolescentes es prioritariamente de los padres o tutores -en su caso-, sin perjuicio de la corresponsabilidad de la familia, la comunidad y el Estado”.

De acuerdo a ese texto, la responsabilidad es en primer lugar de la familia. Según algunos analistas, este discurso difiere de la letra de la CDN, que

3 Butler, Judith. Cuerpos que importan. Sobre los límites materiales y discursivos de “sexo”, Paidós. Buenos Aires, 2002. pp. 19-204 Ley Nº   17.823 , de 7 de setiembre de 2004 (Código de la Niñez y la Adolescencia)

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ubicaría al mismo nivel de responsabilidad a estos tres actores. Ello implica una importante paradoja cuando pensamos en las mujeres (familias) que no cuentan con los medios básicos indispensables para ejercer esa responsabilidad. La norma las ubica en el mismo nivel sin tener en cuenta el contexto en el cual se encuentran.

Carolina Silvestre aporta en ese sentido que:

“Frente al Estado, en este sentido, ubicado como Otro, las familias, mejor dicho los padres, deben demostrar que son capaces y están en condiciones de criar a sus hijos, deben dar cuenta de esto. En caso contrario es el Estado bajo las figuras de los nuevos montajes normativos y ficciones jurídicas quien recoge a estos niños reglamentando su porvenir……..”

“Es decir, desde lo social existe un montaje institucional que sanciona en tanto Tercero Social, discursos referidos a lo que se espera y lo que no de un "buen" Padre y que en tanto tal deberá representar esta ficción institucional”.

“Actualmente estos discursos pueden ser más o menos favorecedores, posibilitar o no el ejercicio y el desempeño de la función paterna, pues bien desde los montajes normativos está regulado el Ideal Institucional de Padre, Ideal que será soportado, asumido y maniobrado por cada sujeto que se sienta convocado a ocupar ese lugar”. 5

Existen algunas mujeres (familias) que, a partir de esta evaluación, son sagradas en tanto son dignas de sacrificio, como expresa Giorgio Agamben6. Son nuda vida o vida desnuda, según recoge este autor el concepto de Walter Benjamin. Vidas desperdiciadas en términos de Bauman. Cuerpos que (no) importan de acuerdo a Butler. Sobre ellas se puede intervenir con fundamentos de distinta índole, pero que como resultado obtienen muchas veces un apuntalamiento de la separación respecto del niño en pos de lo que parece ser su beneficio superior en términos (literales) de la Convención.

Volviendo a las terminologías, Agamben relaciona el término abandono desde su relación histórica con otro término que desde su acepción en nuestro lenguaje ha quedado en desuso: bando. Según la Real Academia, bando es “edicto o mandato solemnemente publicado de orden superior”. El abandonado queda fuera del bando, en el sentido que queda fuera de la ley que lo regula, que lo ubica en la sociedad. Es la misma raíz que refiere a los bandidos, como aquellos sobre los cuales existe un bando soberano que los expulsa a la vez que requiere su captura.

5 Silvestre, Carolina. Ley Paterna: ¿Juguete rabioso? En http://www.cemfundacion.org.ar/nota.asp?IdNota=53&Id=16 Agamben, Giorgio, Homo Sacer. El poder soberano y la nuda vida. Pre-textos, 2003, Valencia

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Las mujeres (familias) que no pueden hacerse cargo de sus hijos entran en el bando al mismo tiempo que son abandonadas fuera de él. Se las incluye solo a fuerza de ser excluidas.

Al niño se lo saca del abandono mediante otro bando, el que determina su internación, o su asignación a un hogar de acogimiento formal, o mediante su adopción. Pero para hacerlo, se necesita construir una situación de abandono inicial se requiere la tipificación de ese abandono. El abandono deja al niño ante el rigor sin límites de la ley a la que se encuentra expuesto.

Una reciente y auspiciosa reforma del Código de la Niñez y la Adolescencia7

establece límites a esta discrecionalidad. En los incisos dos y tres de su artículo 134 se establece que:

“Bajo la responsabilidad del Juez, previo asesoramiento del INAU, los niños y niñas de hasta dos años de edad, no podrán permanecer en establecimientos de internación institucional por más de cuarenta y cinco días, salvo que se encontraren residiendo en los mismos con alguno de sus progenitores o que motivos de salud hagan aconsejable su permanencia en centros debidamente equipados.”

“Asimismo, tratándose de niños o niñas mayores de dos años y de hasta siete años de edad, el plazo máximo de permanencia en establecimientos de internación institucional será de noventa días, resultando aplicables las mismas responsabilidades y excepciones previstas en el inciso anterior.”

Establece además un plazo de dos años para que el INAU adecue sus prácticas a estas normas. Hasta el momento, sin embargo, y luego de pasados ya seis meses de su promulgación, la Institución no habría tomado ningún avance en ese sentido, creemos que como parte de las resistencias a un cambio de paradigmas muy importante al que la obliga la norma jurídica.

Creemos que esta medida pretende cambiar de raíz prácticas institucionales muy arraigadas en un sistema estatal o civil de atención al niño que tiene en la presencia de la separación respecto a niños o niñas pequeñas un pilar fundamental de su existencia.

7 Ley 18590 de 18 de setiembre de 2009

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Por otro lado, también el psicoanálisis y su énfasis sobre la construcción del psiquismo en las primeras etapas de vida del infans también ha abonado la construcción de la separación respecto a los o las niñas como algo imposible de representar. Ha sido necesario que aparecieran cuestionamientos como los de Badinter, o Roudinesco, o de Gil en nuestro medio para que pudiéramos pensar en el papel que han tenido las teorías que se han tejido en torno a la obra freudiana en el apuntalamiento del patriarcado ya en declive a fines del siglo XIX. Y el papel que le adjudicaba a la mujer desde la propia asimilación de esta con el masoquismo.

Giberti en ese sentido aporta:

“Si admitimos que no podemos asumir la existencia de un instinto maternante, lo que tornaría en obligatorio e inevitable el cuidado de la prole, entonces debemos aceptar que la maternidad es una delegación que la sociedad ha depositado en la mujer. Un oficio asignado. Asumido como propio , generado en-si por innumerables mujeres.” 8

Desde la idealización de la experiencia original, el significante madre aparece asociado a la propia experiencia de madre que hayamos tenido. Pensar la separación se vuelve siniestro en tanto implica enfrentarse a nuestras propias vivencias y/o fantasías de separación. Lo intolerable, lo familiar que resulta extraño (a partir del particular significado de los términos heimlich y umheimlich en Freud9), lo que puede estar tan cerca que resulta insoportable. Si le sacamos la carga idealizada a este significante, encontramos que todos podríamos haber vivido esa separación.

Por otro lado, quienes realmente vivieron esta separación necesitan construir una narración que le otorgue sentidos a estos hechos. La ausencia de significados compartidos y comprensivos respecto a la separación nos parece un obstáculo muy importante para el encuentro de tales narrativas.

La experiencia clínica de muchos años en a temática de adopción nos muestra que en ese punto existe una especie de punto ciego, de zona de convergencia de tensiones irresoluble, tanto para los padres como para los hijos.

El interés de esta temática tiene por tanto al menos tres vertientes importantes:

8 -Giberti, Eva. El “abandono” del niño y la maternidad patriarcal. En Página12, Jueves 12 de junio de 2003. Buenos Aires. Ubicable en http://www.pagina12.com.ar/diario/psicologia/index-2003-06-12.html

9 Freud, S. "Lo ominoso". OC. Vol. XVII. pg.228, Amorrortu Editores, Buenos Aires

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1. El derecho de los niños y niñas a la convivencia familiar y comunitaria consagrado por la Convención y el Código de Niñez y adolescencia.

2. El sufrimiento psíquico que viven quienes tienen que separarse de los o las niñas. Sufrimiento que está ligado a hegemonías de género, y que recae fundamentalmente sobre las mujeres y específicamente sobre las mujeres pobres. Pero que desde una perspectiva más global, atenta contra la mujer en sentido más genérico ya que las recarga performativamente en sus funciones.

3. El conflicto presente en quienes encuentran dificultades para la construcción de narrativas que otorguen significados a sus propios tránsitos por situaciones de separación en etapas tempranas del desarrollo.

No conocemos investigaciones publicadas en nuestro medio que aborden la cuestión de las representaciones respecto a la separación, ni en cuanto a la adopción en general.

En Buenos Aires, existe una investigación realizada por Giberti, Chavanneau de Gore y Taborda desde 1991 hasta 1994.10. En ella realizaron análisis documental de 123 expedientes que registraban las entrevistas psicosociales realizadas a mujeres que pensaban entregar a sus hijos en adopción.

Además de proporcionar datos acerca de quiénes son las mujeres que se separan de sus niños, el contexto de pobreza y marginación social de la cual parten, plantean la existencia de la violencia invisible

que se encuentra en la génesis de los procesos que conducen a la entrega de niños en adopción. En primer término, los sectores profesionales y los futuros adoptantes parten de la idea de su supuesta superioridad cultural respecto del origen del niño; esta apreciación implica violencia invisible(Bordieu, 1983) .Las mujeres que entregan,por su parte, no la reconocen como tal, por haber naturalizado el trato que reciben. Ya sea por parte del varón que no coadyuvó en el cuidado para evitar el embarazo, así como su posterior alejamiento de la mujer grávida, como por parte de la familia que no dispuso de medios para sostener otro niño en ese grupo familiar, así como la ausencia de políticas nacionales destinadas a preservar los derechos reproductivos

10 Giberti, Eva; Chavanneau de Gore, Silvia; Taborda, Beatriz. Madres excluidas. Norma-FLACSO, Buenos Aires, 1995

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que permitan disponer de la propia sexualidad sin arriesgar un embarazo no deseado.

A partir de lo expuesto esbozamos este proyecto:

Objetivo general:

Aportar a la temática del cuidado de los niños pequeños desde el marco de la psicología y de lo socio-educativo.

Objetivo específico:

Analizar representaciones presentes en nuestra sociedad acerca de la separación respecto a niños o niñas pequeñas.

Metodología

La forma en que pensamos abordar estas cuestiones es a través de la técnica de grupos de discusión.

Los grupos de discusión permiten:

la puesta en habla de la lengua social que comparten los miembros del grupo, y reproduce para del grupo. Produce un grupo, que se crea entre los participantes, mediante el ritual y el trabajo de hablar corno tal. Los grupos son esencialmente conversaciones, juegos de preguntas y respuestas con las que hablan su "realidad común", discursos y códigos con los que interpretan su mundo, sostenidas sus palabras en la autoridad del conjunto, por sobre la singularidad y la contingenciadel tú.11

En principio pensamos grupos en dos ámbitos específicos en los cuáles se toman decisiones en torno a las posibles separaciones:

1. Centro Hospitario Pereira Rosell2. INAU 3. ONGs

Sería interesante integrar grupos estratificados de Médicos, Asistentes Sociales, Psicólogos, Enfermeros, Auxiliares de Enfermería a modo de ejemplo para el Hospital.

En el INAU, se trabajaría con los Centros de Estudio y Derivación, Centro 4 (casa cuna). Nos parece interesante incluir grupos de personas que trabajen

11 Canales, Manuel. (2006). El Grupo de Discusión y el Grupo Focal. En Canales (ed) (2006) Metodología de investigación social. Santiago de Chile LOM, pp. 265-287.http://www.esnips.com/nsdoc/7271c5f0-c4bb-4fa6-b0bb-0a3b7a9b1e62

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desde la sociedad civil en convenio con el INAU, como el Hogar El Retoño, o la Bonne Garde. Con respecto a estos últimos grupos, nos parece que la estratificación no sería lo más adecuado, por el tipo de funcionamiento que tienen.

Estos aspectos sería necesario seguirlos trabajando, pero se trata de un esbozo que deberá seguirse trabajando.

Tal vez podría ser interesante incluir entrevistas en profundidad con algunos participantes en los grupos que resulte interesante permitirle desplegar más su discurso.

Montevideo, Marzo de 2010

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