Rescatados 2004 12

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Nº 2 - dic. -

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David y sus vanos intentosContaba con nueve o diez años y con otros muchachos de mi edad, decidimos organizar un programa de radio ¡muy diferente a los demás!; practicábamos con improvisados micrófonos y estudios de grabación; nuestros padres nos animaban, pero con cierta indife-rencia y falta de convicción, pensaban que era un “juego” más propio de nues-tra edad.En realidad la sorpresa se suscitó cuan-do fuimos a visitar una radioemiso-ra, a nuestro parecer la más

indicada, aparentemente barata y con poca audien-cia, donde “practicar” para llegar a la cima del éxito. Lamentablemente nadie reparó en nosotros, incluso la recepcionista se mofo de nosotros; conocimos los precios de alquiler de espa-

cios radiales, las cabinas de grabación, locu-tores, una inmensa discoteca, etc., lejos de las improvisadas herramientas que teníamos en casa. Ustedes se imaginarán, salimos con los ánimos por los suelos y nadie más se atrevió a mencionar el tema. Pasado mucho tiempo lo recordamos como una ingrata anécdota.Han transcurrido muchos años en mi vida des-

de esa experiencia, ahora si puedo ma-nifestar y gozarme de que mi deseo

se hizo realidad, tuve no solo un programa de radio, sino varios, realice grabaciones, locución, producción, controlar equipos técnicos, etc., lo satisfactorio es que son programas que

hablan de Dios, de su Palabra, de anunciar las Buenas Nuevas, en su

momento lo logré.David falló al principio en querer trasladar el Arca de Dios, tal vez no era oportuno, pero después si, en el tiempo de Dios, lo que ge-neró también bastante gozo, no solamente a David y su familia, sino que a todo el pueblo de Israel.Reflexiona, ¿estaremos en el tiempo adecua-do de Dios?

William Javier Aguilar Cruz, La Paz

Hice todo lo posible, pero...

A la edad de once años me fascinaba tremendamente el mensaje del Evangelio.

Yo leía la Biblia con avidez y asistía a los cultos. Iba comprendiendo cada vez me-

jor dos cosas: que el pecado reinaba en mi vida, y que Jesucristo podía librarme.

Por fin venció el deseo de pertenecer a Cristo. “Señor, te prometo –le dije– que

ya no mentiré más, y que voy a respetar a mis padres...” Además confesé a

varias personas mis mentiras y les pedí perdón.

Pero, con todo esto, mi interior no cambió. Yo no tenía esa paz. La mentira se-

guía siendo “natural”, no era “hermano” pues no me veía aceptado por Dios.

Esta lucha tremenda duró siete meses. Luego no pude más. “Señor –le

dije– estoy perdido; ¡soy absolutamente incapaz!, si tú puedes salvar a un

muerto perdido como estoy yo, por favor, hazlo, Señor.”

Poco tiempo después Él me dio la comprensión de que los que creen en

Jesucristo, son perdonados, sin merecerlo. Por Dios mismo son declarados

“justos”. (Romanos 10:4)

Así tuve la experiencia de que nadie se salva “a su manera”, aunque sea

muy honesto. Dios dice cómo uno puede salvarse. Hay que conocer Su

palabra, la Biblia. – Para mí fue importante, comprender que los peores

pueden ser los primeros en salvarse. ¡Qué bueno es el Señor Jesús!

Juan U. Kunz

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Nº 2 - dic. - feb. 2005

Finalmente, después de muchos años, Dios cum-plió su promesa y dio el reino de Israel a David. Israel es el pueblo escogido por Dios para realizar sus planes. Todo el pueblo amó al rey David. Es-cogió la ciudad de Jerusalén como capital y cons-truyó un palacio muy hermoso. También venció sobre todos sus enemigos. Todo el mundo estaba a sus pies – gloria y honra, riquezas y poder.Pero David no estaba contento, él necesitaba algo más, más importante que su éxito. Mientras tanto el arca del testimonio de Dios, que representa la presencia de Dios, quedó olvi-dada en la casa de un hombre lejos de Jerusalén. El arca de Dios era una caja de madera cubierta con oro por dentro y por fuera. Dentro de él se encontraban las tablas con los Diez Mandamien-tos y otros recuerdos de los milagros hechos por Dios. Encima del propiciatorio (la tapa) se encon-traban dos ángeles de oro con alas extendidas, que recordaban a la santidad y al amor de Dios.

David quería tener el arca de Dios en Jerusalén. Sabía que una vida sin Dios no tenía sentido – aún siendo rey amado, glorioso y bueno. En-tonces reunió al pueblo de Israel. Sería un gran evento el traer el arca de Dios a la ciudad.Pusieron el arca sobre un carro nuevo con dos bueyes. Ahío y Uza, los hijos de Abinadab, que vivían donde estaba el arca, lo acompañaron. David y el pueblo cantaban y regocijaban a Dios con muchos instrumentos. De repente los bueyes tropezaron y Uza trató de sostener el arca, para que no cayera. En ese momento cayó al piso Uza; estaba muerto. En las leyes dadas a Moisés Dios había prohibido que alguien tocara el arca. Solo hombres escogidos podían llevarla a través de las barras hechas es-pecialmente para cargarla. Esa era la única forma de transportar el arca. Se pueden imaginar, que el rey David tenía mu-cho miedo, por lo que Dios le haría, si se llevara el arca. ¿Qué pasaría, al tener el arca del testimo-nio en su casa? Por eso dejó el arca en la casa de Obed-Edom.Al rey David le llegaron noticias de que Dios estaba ben-diciendo a Obed-Edom y que no le aconteció nada – desde que dejo el arca en su casa. A David le dio nuevo ánimo. Él quería llevar el arca a Jerusalén, la ciudad del rey para mostrar que Dios estaba presente en Israel.David leía la palabra de Dios y leyó como se tra-taba al arca del testimonio. Ahora sabía él, como llevar el arca a Jerusalén. Al llevar el arca, los sacerdotes hicieron sacrificios, ofrecieron a Dios un buey y un carnero grueso. David y todo el pueblo se regocijaron y danzaron hasta Jerusalén. Este gozo seguía mostrándose en David, aún en circunstancias no tan buenas, durante toda su vida. Él amaba a Dios y Dios nunca lo dejó. Hartmut Sayk

Versículo para memorizar:

Bendito el Señor Dios de

Israel, que ha visitado y

redimido a su pueblo

Lucas 1:68

David lleva el Arca a Jerusalén

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Dios da felicidadDavid, el rey de Israel era muy rico y poderoso. Su pueblo estaba contento y le quería mucho.David amaba a Dios sobre todas las cosas y quería tenerlo siempre a su lado. Por eso deci-de ir a buscar el arca de Dios que desde hacía muchos años estaba en un pueblo muy lejos de Jerusalem.(El arca simboliza la presencia de Dios).Pusieron el arca de Dios sobre un carro nuevo y enprendieron el viaje de regreso. Sucedió en el camino que los bueyes tropezaron y Uza agarró el arca para que no se cayera. Jehová se enfadó con Uza porque había tocado el arca y lo hirió de muerte.David se puso muy triste y decidió dejar el arca de Dios allí en casa de Obed-Edom, pues tuvo miedo de Jehová.Pasado un tiempo, David se enteró que Dios ben-

decía a Obed-Edom y a toda su familia.Entonces decide ir a buscar nuevamente el arca de Dios. Pero esta vez la transportan como Dios había mandado y todo sale bien.David y todo el pueblo esta-ban muy contentos de tener el arca de Dios en Jerusalem.¿Verdad que es muy bonito amar a Dios y tenerle siem-pre a nuestros lado?Pero no nos olvidemos que a Dios le gusta que le obedezcamos.

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1 = amarillo2 = marrón3 = azúl oscuro4 = azúl claro5 = naranjado6 = verde claro7 = verde

Pinta los espacios con el color que corresponde al número.

Para descubrir la figura une los puntos 1 -48.

Betty Lozano

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publicacíon trimestral dedicada a los niños.

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Para adultos y jóvenes recomendamos el pe-riódico mensual Mensaje de Paz.

Nº 2 - dic. - feb. 2005

¡Envíanos tu foto para que la publiquemos en este espacio!

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4 S JD 5 6 E 12 EE A S R A SS R A 9 I 11 S U

1 O R L 8 I C N I CP 3 B E V 7 T S O I R RR 2 G E P A P A R R N I I

14 O B E D E C E R A D I O SF A N E N I Z S E I V S TE R T C T O I L A E OT C I I I N SA O L O M

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ImportantePedimos a los suscriptores de Mensaje de Paz que to-davía no han pedido su cantidad de Rescatados que lo hagan ahora por medio de nuestra página web: www.mensajedepaz.org, por correo electrónico: [email protected] o por correo tradicional. La próxima edición de Rescatados, mes de marzo, se en-viará exclusivamente a los suscriptores registrados.

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Solución del crucigramadel mes de septiembre

¿Tienes muchos deseos? ¡Cómo sería, tener tanta suerte como David! A él se le cumplieron todos sus deseos. La Biblia nos dice que David era un hombre rico, famoso y hermoso. David sabía que todo eso no valía nada, si no fuera por

Dios y su relación con Él. Hoy día es lo mismo!Hoy día no tenemos el arca, que mostraba la presencia de Dios, por-que Dios no es materia, no está suje-to al tiempo y al espacio. Hoy día no tienes que hacerle ritos para aceptarlo como Señor de tu vida. No necesitas sacerdotes, como en aquel entonces, para acercarte a Dios. Lo único que necesitas es un sacrificio.¿Cuál es el sacrificio que necesitas dar a Dios? Es importante que no le trates de dar una cosa cualquiera, ¿con que piensas calmar a Dios? David trató de hacer eso. Él trató de hacer-lo de su propia forma y no funcionó.Si David hubiera leído la palabra de Dios atenta-

mente, no habría sido castigado. ¡Para nosotros la Biblia es nuestra guía! ¿Qué dice

la Biblia acerca de acercar-se a Dios?Nos dice que Jesús, el hijo de Dios, murió en la cruz por nuestros pecados y

que Dios lo resucitó. Dios tomó todo lo malo, lo que nos

separaba de Él, y lo echó. A tra-vés de este sacrificio, es posible tener

a Dios en nuestro corazón, no sólo como un símbolo con nosotros. Dios mismo entra

a nuestra vida, si lo permitimos. ¡Si aceptamos su reinado, nos puede dar este gozo y este amor, que vale más que cualquier tesoro!

Hartmut Sayk