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RESEÑA DE LIBROS: LOS SISTEMAS DE CLASIFIC. DE LA DOCUMENTACIÓN PEDAGÓGICA 55 La primera división de las bases comprende los prin- cipales factores que intervienen en la enseñanza, so- bre los que puede versar la legislación educativa, y dentro de cada uno de ellos, las subdivisiones marcan los distintos puntos de vista sujetos a una ordenación estatal. Las divisiones comunes o generalidades de otras cla- sificaciones han sido sustituidas por símbolos (ma- yúsculas de la A a la I), que expresan la categoría le- gal de la clasificación, muy importante, pues de ella dependen en la práctica la duración, fuerza u obliga- toriedad y la jerarquía que implícitamente se asigna al asunto legislado. En cuanto a la forma hemos introducido una va- riante, que es la edición por hojas intercambiables, de modo que en cada una de ellas figure tan sólo un ni- vel de división con sus diez apartados. Este sistema permite intercalar las hojas necesarias cuando sucesivas ampliaciones del Plan así lo exijan, sin necesidad de editar de nuevo las clasificaciones básicas. El Centro de Legislación y Estadística de la O.E.I. ha realizado la clasificación de la legislación educativa de los países iberoamericanos a base del Plan y así la ofrecerá a través del Indice de legislación, publicación trimestral que aparecerá en breve. ANGEL OLIVEROS LUIS ALONSO SCHOEKEL, S. J.: La forma- ción del estilo. Libro del alumno. Bi- bliotheca Comillensis. Ediciones "Sal Terrae", Santander, 1956. 286 págs. No abundan en España los manuales dedicados a la enseñanza del arte de es- cribir. Los franceses poseen una extensa bibliografía sobre la didáctica del len- guaje escrito y los problemas del estilo literario; pero nosotros apenas sí conta- mos con algunos libros que se dediquen exclusivamente a la enseñanza de la re- dacción, mediante normas de carácter más o menos empírico y dogmatismos gramaticales. Salvamos el Manual de Composición Literaria, de Narciso Alon- so Cortés (Valladolid, 1939), algo anti- cuado en el conjunto de sus ejemplos, y meritorios ensayos conlo el de León Sanz y Elena Villamana: La composición española y la redacción comercial (Má- laga, 1956), entre otros. Por eso es muy de agradecer la pu- blicación de un libro como el del padre Alonso Schökel, destinado específicamen- te a la formación del estilo. Diríamos, vista su adecuada conformación y estruc- tura, a la formación del estilo según el estudio y análisis de los mejores escrito- res de nuestra lengua, preferentemente de la actualidad más estricta; y en ello reside, a nuestro juicio, uno de los acier- tos iniciales de la obra. No es un tra- tado de literatura por medio de textos, ni una antología más o menos extensa, sino una prudente selección pedagógica de fragmentos literarios del mayor inte- rés y, en gran parte de nuestros días, para evitar afectaciones arcaizantes y ana- cronismos expresivos en los balbuceos de composición del principiante. Fragmen- tos agrupados con tino y buen pulso, de acuerdo con la ejemplaridad buscada en ellos, bien se trate de su riqueza de voca- bulario, bien de la propiedad o varie- dad en el uso de epítetos, imágenes y otros factores estéticos del lenguaje. Se subtitula Libro del alumno, pero igual podría llamarse del profesor, por- que a él principalmente van dirigidos los consejos y sugestiones en la orientación de las primeras tentativas literarias de sus alumnos. Es más: la explicación com- plementaria, viva y personal del profesor ayudará a conseguir los frutos más ape- tecibles de este libro, generoso y de no- ble ambición. En el apartado sobre "el trabajo del estilo" se apunta el extraordinario inte- rés que tendría el poseer una colección de manuscritos de grandes autores para cotejar distintas fases de su labor. Es cier- to que abundan poco los ejemplos de perfeccionamiento estilístico en la lite- ratura española, aunque supere a otras en potencia creadora; pero con fines do- centes quizá fuera provechoso traer a la consideración del alumno algún caso como el de la Canción a las ruinas de Itálica, de Rodrigo Caro, en dos de las cinco redacciones que conocemos: la pen- última y la definitiva; o presentar fren- te a frente los dos textos conservados del Rinconete y Cortadillo, de Cervantes. Muy laudable es la incorporación a la pedagogía de los más recientes hallazgos y estudios estilísticos, publicados en la Biblioteca Románica Hispánica, dirigida por Dámaso Alonso. La doctrina de los modernos tratadistas de Lingüística y Es- tilística, de manera asequible para los alumnos de cultura media, se diluye en este libro sobre el aprendizaje del arte de escribir. Se omiten largas disquisiciones teóricas. Toda una gama de ejemplos, analizados y comentados, se ofrecen a la imitación desinteresada. El padre Alonso Schökel, buen conocedor de la poesía del siglo xx, como ha demostrado en otros valiosos libros suyos, lleva los ejemplos hasta las más exigentes innovaciones de la creación lírica. El estudio del Quijote "como obra de arte del lenguaje", realizado por Hatz- feld, proporciona buen material como pauta para los análisis del estilo en la obra inmortal. Una adecuada selección de este material, según la traducción espa- ñola del profesor Cardenal de Iracheta, pone al alcance de los alumnos las ense- ñanzas estilísticas del primer libro es- pañol. Sin que se omita la advertencia sobre la unidad superior de la obra de arte, superada la vieja distinción entre fondo y forma; por ello se les recuerda "que todos esos recursos, que ahora es- tán aprendiendo a manejar—eufemismos, antítesis, hipérboles, ironías, acumulacio- nes, paradojas, etc.—habrán de brotar un día de una fuerza interior conformadora que es el espíritu vital de la obra lite- raria" (Form. Ea., pág. 112). Aunque no se divide en partes la obra del padre Alonso Schökel, bien se dibu- jan en su arquitectura general dos fases en el análisis estilístico, fundibles entre sí. La primera corresponde al estilo des- articulado, con el examen del vocabulario, los giros, epítetos, imágenes y antítesis, en textos que van desde el período nu- meroso de Fray Luis de León, o la prosa conceptista de Quevedo, hasta las gregue- rías de Ramón Gómez de la Serna y los rasgos de Zunzunegui, Cela y Laforet, o la curva poética que salta desde Garci- laso y Góngora hasta Rubén, Gerardo Diego, García Lorca, Neruda, Aleixan- dre, Laffón y Blas de Otero... Tal vez la poesía de signo tradicional y popular se encuentra preferida ante el valor for- mativo de un estilo culto. Una segunda etapa analiza el estilo, ya configurado en tres concreciones predo- minantes: el estilo descriptivo—en sus formas impersonal, subjetiva, e incluso lírica—, el narrativo—con atención a las cualidades expresivas del diálogo—y el de idéas—desde lo difícil y elemental del aforismo, la sentencia o el proverbio, has- ta la complejidad y galanura de exposi- ción en el estudio o el ensayo filosófico, histórico y religioso: con ejemplos de. Menéndez Pelayo, Ortega, Unamuno, D'Ors, Marañón, Menéndez Pidal, Pemán o Giménez Caballero. Personalmente he podido comprobar con mis alumnos que el estilo descrip- tivo presenta más dificultades que el na- rrativo: exige una atención, una finura en la captación de matices y un orden, que solamente se adquieren con una cierta madurez. La forma de alocución más sencilla es el relato, y con él estimo que debe comenzar el aprendizaje del arte de escribir. Por las rápidas sugerencias que acaba- mos de esbozar, tras una primera lectu- ra de este jugoso libro del Padre Alonso Schökel, se comprenderá su gran utilidad y el inestimable servicio que viene a cumplir en la enseñanza española, tan necesitada de manuales de esta categoría. ALBERTO SÁNCHEZ. Catecismo Católico. Editorial Herder. Barcelona, 1957. 318 págs. La Casa Herder nos ha hecho un buen regalo con la edición de este libro, que es versión—apenas se justifica el título de adaptación—del catecismo único re- cién implantado en Alemania. El episcopado católico alemán había promulgado su texto escolar de Religión, en 1924, después de meticuloso y pa- cientísimo trabajo. Contrastado aquel ca- tecismo en la práctica pedagógica de treinta años, no ha resultado satisfacto- rio y han querido los obispos mejorarlo, atentos principalmente a dotarlo de ma- yor eficiencia formativa, de más poder vivificante. También esta reforma ha ido

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RESEÑA DE LIBROS: LOS SISTEMAS DE CLASIFIC. DE LA DOCUMENTACIÓN PEDAGÓGICA

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La primera división de las bases comprende los prin-cipales factores que intervienen en la enseñanza, so-bre los que puede versar la legislación educativa, ydentro de cada uno de ellos, las subdivisiones marcanlos distintos puntos de vista sujetos a una ordenaciónestatal.

Las divisiones comunes o generalidades de otras cla-sificaciones han sido sustituidas por símbolos (ma-yúsculas de la A a la I), que expresan la categoría le-gal de la clasificación, muy importante, pues de elladependen en la práctica la duración, fuerza u obliga-toriedad y la jerarquía que implícitamente se asignaal asunto legislado.

En cuanto a la forma hemos introducido una va-riante, que es la edición por hojas intercambiables, demodo que en cada una de ellas figure tan sólo un ni-vel de división con sus diez apartados. Este sistemapermite intercalar las hojas necesarias cuando sucesivasampliaciones del Plan así lo exijan, sin necesidad deeditar de nuevo las clasificaciones básicas.

El Centro de Legislación y Estadística de la O.E.I.ha realizado la clasificación de la legislación educativade los países iberoamericanos a base del Plan y así laofrecerá a través del Indice de legislación, publicacióntrimestral que aparecerá en breve.

ANGEL OLIVEROS

LUIS ALONSO SCHOEKEL, S. J.: La forma-ción del estilo. Libro del alumno. Bi-bliotheca Comillensis. Ediciones "SalTerrae", Santander, 1956. 286 págs.

No abundan en España los manualesdedicados a la enseñanza del arte de es-cribir. Los franceses poseen una extensabibliografía sobre la didáctica del len-guaje escrito y los problemas del estiloliterario; pero nosotros apenas sí conta-mos con algunos libros que se dediquenexclusivamente a la enseñanza de la re-dacción, mediante normas de caráctermás o menos empírico y dogmatismosgramaticales. Salvamos el Manual deComposición Literaria, de Narciso Alon-so Cortés (Valladolid, 1939), algo anti-cuado en el conjunto de sus ejemplos,y meritorios ensayos conlo el de LeónSanz y Elena Villamana: La composiciónespañola y la redacción comercial (Má-laga, 1956), entre otros.

Por eso es muy de agradecer la pu-blicación de un libro como el del padreAlonso Schökel, destinado específicamen-te a la formación del estilo. Diríamos,vista su adecuada conformación y estruc-tura, a la formación del estilo según elestudio y análisis de los mejores escrito-res de nuestra lengua, preferentementede la actualidad más estricta; y en elloreside, a nuestro juicio, uno de los acier-tos iniciales de la obra. No es un tra-tado de literatura por medio de textos,ni una antología más o menos extensa,sino una prudente selección pedagógicade fragmentos literarios del mayor inte-rés y, en gran parte de nuestros días,para evitar afectaciones arcaizantes y ana-cronismos expresivos en los balbuceos decomposición del principiante. Fragmen-tos agrupados con tino y buen pulso, deacuerdo con la ejemplaridad buscada enellos, bien se trate de su riqueza de voca-bulario, bien de la propiedad o varie-dad en el uso de epítetos, imágenes yotros factores estéticos del lenguaje.

Se subtitula Libro del alumno, peroigual podría llamarse del profesor, por-que a él principalmente van dirigidos losconsejos y sugestiones en la orientaciónde las primeras tentativas literarias desus alumnos. Es más: la explicación com-plementaria, viva y personal del profesorayudará a conseguir los frutos más ape-tecibles de este libro, generoso y de no-ble ambición.

En el apartado sobre "el trabajo delestilo" se apunta el extraordinario inte-rés que tendría el poseer una colección

de manuscritos de grandes autores paracotejar distintas fases de su labor. Es cier-to que abundan poco los ejemplos deperfeccionamiento estilístico en la lite-ratura española, aunque supere a otrasen potencia creadora; pero con fines do-centes quizá fuera provechoso traer ala consideración del alumno algún casocomo el de la Canción a las ruinas deItálica, de Rodrigo Caro, en dos de lascinco redacciones que conocemos: la pen-última y la definitiva; o presentar fren-te a frente los dos textos conservados delRinconete y Cortadillo, de Cervantes.

Muy laudable es la incorporación a lapedagogía de los más recientes hallazgosy estudios estilísticos, publicados en laBiblioteca Románica Hispánica, dirigidapor Dámaso Alonso. La doctrina de losmodernos tratadistas de Lingüística y Es-tilística, de manera asequible para losalumnos de cultura media, se diluye eneste libro sobre el aprendizaje del arte deescribir. Se omiten largas disquisicionesteóricas. Toda una gama de ejemplos,analizados y comentados, se ofrecen a laimitación desinteresada. El padre AlonsoSchökel, buen conocedor de la poesía delsiglo xx, como ha demostrado en otrosvaliosos libros suyos, lleva los ejemploshasta las más exigentes innovaciones dela creación lírica.

El estudio del Quijote "como obra dearte del lenguaje", realizado por Hatz-feld, proporciona buen material comopauta para los análisis del estilo en laobra inmortal. Una adecuada selección deeste material, según la traducción espa-ñola del profesor Cardenal de Iracheta,pone al alcance de los alumnos las ense-ñanzas estilísticas del primer libro es-pañol. Sin que se omita la advertenciasobre la unidad superior de la obra dearte, superada la vieja distinción entrefondo y forma; por ello se les recuerda"que todos esos recursos, que ahora es-tán aprendiendo a manejar—eufemismos,antítesis, hipérboles, ironías, acumulacio-nes, paradojas, etc.—habrán de brotar undía de una fuerza interior conformadoraque es el espíritu vital de la obra lite-raria" (Form. Ea., pág. 112).

Aunque no se divide en partes la obradel padre Alonso Schökel, bien se dibu-jan en su arquitectura general dos fasesen el análisis estilístico, fundibles entresí. La primera corresponde al estilo des-articulado, con el examen del vocabulario,los giros, epítetos, imágenes y antítesis,en textos que van desde el período nu-meroso de Fray Luis de León, o la prosa

conceptista de Quevedo, hasta las gregue-rías de Ramón Gómez de la Serna y losrasgos de Zunzunegui, Cela y Laforet, ola curva poética que salta desde Garci-laso y Góngora hasta Rubén, GerardoDiego, García Lorca, Neruda, Aleixan-dre, Laffón y Blas de Otero... Tal vezla poesía de signo tradicional y popularse encuentra preferida ante el valor for-mativo de un estilo culto.

Una segunda etapa analiza el estilo, yaconfigurado en tres concreciones predo-minantes: el estilo descriptivo—en susformas impersonal, subjetiva, e inclusolírica—, el narrativo—con atención a lascualidades expresivas del diálogo—y elde idéas—desde lo difícil y elemental delaforismo, la sentencia o el proverbio, has-ta la complejidad y galanura de exposi-ción en el estudio o el ensayo filosófico,histórico y religioso: con ejemplos de.Menéndez Pelayo, Ortega, Unamuno,D'Ors, Marañón, Menéndez Pidal, Pemáno Giménez Caballero.

Personalmente he podido comprobarcon mis alumnos que el estilo descrip-tivo presenta más dificultades que el na-rrativo: exige una atención, una finuraen la captación de matices y un orden,que solamente se adquieren con unacierta madurez. La forma de alocuciónmás sencilla es el relato, y con él estimoque debe comenzar el aprendizaje delarte de escribir.

Por las rápidas sugerencias que acaba-mos de esbozar, tras una primera lectu-ra de este jugoso libro del Padre AlonsoSchökel, se comprenderá su gran utilidady el inestimable servicio que viene acumplir en la enseñanza española, tannecesitada de manuales de esta categoría.ALBERTO SÁNCHEZ.

Catecismo Católico. Editorial Herder.Barcelona, 1957. 318 págs.

La Casa Herder nos ha hecho un buenregalo con la edición de este libro, quees versión—apenas se justifica el títulode adaptación—del catecismo único re-cién implantado en Alemania.

El episcopado católico alemán habíapromulgado su texto escolar de Religión,en 1924, después de meticuloso y pa-cientísimo trabajo. Contrastado aquel ca-tecismo en la práctica pedagógica detreinta años, no ha resultado satisfacto-rio y han querido los obispos mejorarlo,atentos principalmente a dotarlo de ma-yor eficiencia formativa, de más podervivificante. También esta reforma ha ido

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REVISTA DE EDUCACIÓN

precedida de largos años de estudio. Eslamentable que no haya llegado a nos-otros todavía una introducción que haescrito Fischer, en que expone las razo-nes y el proceso de la renovación quecomentamos.

Predomina en el nuevo catecismo ale-mán la forma expositiva sobre la inte-rrogativa, concediendo así una victoriaparcial, pero importante, a la vieja—y dis-cutida—opinión del austríaco MonseñorPichler. Hasta tal punto, que de las 318páginas de la edición española de Her-der toda la formulación interrogativa po-dría encerrarse en menos de 20. Contiene247 preguntas seguidas de sus correspon-dientes respuestas: las del catecismo re-tirado sumaban 286. Apenas afectan,pues, las modificaciones al número defórmulas, Como tampoco alteran funda-mentalmente su redacción, sino que re-caen de lleno sobre la parte expositiva.

El plan de la obra, la sistematizaciónde materias, se hace notar por su orien-tación psicológica, a diferencia de la ma-yor parte de los catecismos, que suelenbasarse, aunque diversamente, en unaordenación más objetiva.

Aquí la urdimbre es el reino de Dios,que Jesucristo vino a establecer. Se co-mienza por situar al niño en el plan dela Redención, preguntándole en primerlugar para qué estamos en la tierra, ysumergiéndole pronto en la Buena Nuevadel reino de Dios.

Siguen doce lecciones que describenatributos divinos, a las que la primera,Dios nos habla, sirve de enlace con laintroducción, y que desembocan en seislecciones sobre la creación. Tras del pe-'cado original, se nos presenta al Reden-tor prometido, Jesucristo, que es tema dediecisiete capítulos. Del estudio de Jesu-cristo derivan cinco apartados sobre elEspíritu Santo, anunciado por Jesús, y suobra, y es a continuación de este peque-ño tratado donde el catecismo alemánintroduce la doctrina de las SantísimaTrinidad, como síntesis o remate de loexpuesto acerca de las tres Personas di-vinas.

Se trata luego con extensión de laIglesia y, como corolarios, de la comu-nión de los santos y de la Santísima Vir-gen, asunto este último sobre el quevolverá con reiteración.

Vienen después los sacramentos, enconcepto de medios de ingreso y perse-verancia en el reino de Dios. A conti-nuación del bautismo se insertan leccio-nes sobre las tres virtudes teologales, quese nos infunden al recibir aquel sacra-mento, sobre la imitación de Cristo (to-mando pie de la invitación que hace elBautista a sus discípulos de seguir alCordedo de Dios) y sobre la oración, exi-gencia de la filiación divina que se nosda en el bautismo.

La Eucaristía es largamente estudiadaen sus tres aspectos: sacrificio, sacramen-to y pervivencia de Jesús entre nosotros.Antes de acometer el estudio del sacra-mento de la penitencia, presenta los te-mas de la tentación, el pecado y la pe-nitencia como virtud.

La tercera parte, que es de la vida se-gún los mandamientos de la Ley deDios, se nos aparece toda ella como se-cuela del orden divino de la creación.No hay tratado especial de los manda-mientos de la Iglesia, sino que éstos van

intercalados entre los del Decálopo, comocomplemento de ellos que son. Pero enel cuarto mandamiento hay una instruc-ción acerca de los poderes de la Iglesiapara legislar. Las obras de misericordiavan en el quinto mandamiento. Visible-mente se procura presentar el aspecto po-sitivo de los preceptos.

Finalmente, con la doctrina de los no-vísimos, de la renovación del mundo vi-sible y de la total y definitiva implanta-ción del reino de Dios, se emplaza el fi-nal del catecismo con su comienzo, de-jándolo todo encerrado en una unidadde plan divino.

Hemos de confesar que el ensamblajede algunas materias para lograr esta uni-dad nos parece, a veces, un tanto for-zado y artificioso.

Este catecismo es cristocéntrico. LaLa Persona y la obra de Jesús están la-tiendo en todas las lecciones, condiciónesta de alto valor formativo.

Ya el lector habrá echado de ver quealgunos temas se desarrollan con ampli-tud y con insistencia desusadas en nues-tros catecismos, a causa del ambiente dedisidencias religiosas en que han de for-marse aquellos niños. Si se tiene en cuen-ta la convivencia de los católicos alema-nes con los protestantes, tampoco parece-rá desmedida la casi ininterrumpida ape-lación de este texto a la Sagrada Escritu-ra, siempre, por cierto, muy sabia y ati-nadamente aducida. Agreguemos que estecatecismo toca, con más o menos deteni-miento, todos los problemas religiososmodernos, en especial los más vivos enaquel país; por ejemplo, el divorcio y laincineración de cadáveres. Hay un capí-tulo para las misiones de infieles y, aun-que sin tanto asiento, se invita tambiénal encuadramiento en la Acción Católica.

Verdaderamente admirable y más se-ñaladamente psicológico es el desarrollode cada lección. Trae a la memoria elmétodo de Stieglitz.

Comienza con un brevísimo pasaje bí-blico y, cuando no, con un retazo dehistoria o un detalle litúrgico, que hacenfunción de centro de interés. Viene luegola exposición de doctrina, siempre magis-tral, en la que se concilian la densidadde pensamiento, la fluidez y la transpa-rencia, la unción y el suave convenci-miento. Las preguntas de recapitulaciónque siguen al desarrollo doctrinal sonmodelo de corrección y eficacia pedagó-gicas: centran los conceptos, excitan eldiscurso y siempre abren paso a respues-tas amplias.

A continuación, co casi todas las lec-ciones, se formulan, impresas en negritafuerte, las preguntas y respuestas quehan de aprenderse de memoria. En lasrespuestas se incluyen generalmente laspreguntas, pero no con el rigor literal conque se hace entre nosotros (rigor que,en nuestro caso, nos parece provechoso).Es muy de notar que en estas fórmulasse esquivan, acertadamente, las definicio-nes. Las respuestas son sencillas y bienordenadas y tienden, con frecuencia, amover la voluntad, más que a ilustrar lainteligencia, lujo codiciable que tan sólopueden permitirse catecismos tan amplioscomo éste y en que tanto prevalece loexpositivo. En algunas ocasiones son sim-ples citas de la Sagrada Escritura.

Viene después una sugerencia ascética,bajo cl epígrafe de práctica. Casi siempre

hay a continuación un breve apartado quese titula la palabra de Dios, y que esuna atinadísima selección de pensamien-tos bíblicos. Suele terminar la leccióncon una seción de ejercicios, que, por locomún, son de reflexión. Entre la palabrade Dios y los ejercicios hay frecuente-mente otros apartados de diversa natura-leza; a veces es una aclaración apolegética.Al final de algunos capítulos vienen ex-tensas ampliaciones litúrgicas, sobre todoen el tratado de sacramentos, aparte unalección íntegra dedicada a días y tiem-pos santos.

Vale la pena dedicar una palabra alas ilustraciones de este libro, que sonlas mismas del original. Hechas con téc-nica muy moderna, no menoscaban, ge-neralmente, la dignidad de las figuras,y en muchas ocasiones tienen sorpren-dente fuerza de expresión.

Esta obra es de lectura grata y forma-tiva para todo católico, no obstante sucondición de libro escolar. Pero cuan-tos cultivan la pedagogía religiosa tie-nen mucho que aprender en ella, aun-que también se le puede señalar algúndefecto, como el de emplear algunas ve-ces locuciones más abstractas de lo con-veniente, si no es que hay que acha-car esta deficiencia a la versión, que enconjunto nos parece buena.

Nadie, sin embargo, caiga en la ten-tación de considerar este catecismo comoapto para nuestros niños, ni aun a tra-vés de fáciles adaptaciones.

Por lo pronto, el catecismo alemán nose pone en manos de los escolares has-ta los nueve años. Previamente han te-nido una formación basada en cateque-sis bíblicas. Es seguro que los excelen-tes pedagogos que lo han elaborado yque en él tantas lecciones nos dan debuena pedagogía religiosa, si hubiesen decomponer un catecismo para niños es-pañoles después de conocer su medio, sutemperamento, las influencias que gra-vitan sobre ellos y el ritmo de nuestrosCentros de enseñanza, redactarían unoquizá muy distinto de los que nosotrosconcebimos, pero muy diverso tambiéndel que ellos han compuesto para niñosalemanes. Diverso en el contenido y enla forma.--JOSÉ LUIS PÉRDIGO.

Código de la educación boliviana. Minis-terio de Educación. Departamento dePublicaciones y Difusión Cultural. LaPaz, '1956. 183 págs.

Una ley de educación ofrece al críticodificultades especiales, que no siemprepuede salvar la atención y el buen de-seo. En primer lugar, porque se tratade una construcción jurídica, cuya am-plitud se extiende a campos diversos yconjugados, que van desde la realidadeconómicosocial del país en cuestión, has-ta la problemática que plantea siemprela adecuación del molde jurídico a lasactitudes psicológicas de sus habitantes,sin olvidar el acierto técnico que presi-da su enfoque y su estructura desde elpunto de vista pedagógico. Todo ello de-cide el carácter viable o utópico de unaley educativa. Y no es raro en ellas pe-car involuntariamente por exceso.

Tal problematicidad acusa con particu-lar vigor su fisonomía cuando, como enel presente caso, se trata de un pueblo

en trance de honda transformación polí-

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L ESPAÑA

ACTUALIDAD EDUCATIVA

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ticosocial, a consecuencia de la Revolu-ción nacional de abril de 1952, que ele-vó a la Presidencia de la República aPaz Estenssoro.

Los frente primordiales en que el ím-petu revolucionario del nuevo régimenboliviano actúa son, según declaracióndel propio presidente en los textos lega-les que precedente a este Código, cua-tro: la nacionalización de las minas, lareforma agraria, el sufragio universal yla reforma de la educación.

Para llevar a cabo el último punto senombró una Comisión de técnicos, pro-cedentes de campos ideológicos diversos,que, bajo la presidencia de don Fernan-do Díez de Medina, redactó el oportunoproyecto tras cuatro meses cd trabajo, si-guiendo una organización que puede ca-lificarse de excelente.

La situación cultural país, que justi-fica la reforma, podemos apreciarla agrosso modo mediante los datos que laexposición de motivos del Código aporta.Según el censo de población de 1950, elanalfabetismo se extendía al 69,5 por 100de la población total, y el 83 por 100 delcenso infantil carecía de escuela. Partien-do de semejante situación se comprendebien el impulso que esta ley intenta dara la formación de las futuras generacio-nes de Bolivia, así como el énfasis conque subrayan sus palabras el presidentede la República y el de la Comisión dereforma educativa en los discursos e in-formes que precedente al articulado deltexto legal.

Consta éste de 329 artículos, distribui-dos en 43 capítulos, cuya sistemática nosparece acertada, salvo la colocación delcapítulo X, que desarrolla uno de losaspectos encuadrados en el apartado a)del artículo 136, que corresponde al ca-pítulo XIII. Pero aún este defecto se ex-plica por la importancia fundamental delasunto (la alfabetización), dadas las cir-cunstancias del país.

En el orden pedagógico, el Código dela educación boliviana es uno de los másperfectos que conocemos, aunque hemos

de señalar la falta de una declaraciónexpresa sobre el carácter religioso de laeducación que, a nuestro entender, hu-biera debido completar los caracteres defunción del Estado, universal, gratuita yobligatoria, democrática, nacional, revo-lucionaria, antiimperialista y antifeudal,activa, globalizadora, coeducativa, pro-gresista y científica, que le asigna el ar-tículo I°

Es atinada la apelación a los valoresnacionales, a la actividad del educando,a la valorización didáctica y humana delmedio que rodea a la escuela, a la inte-gración vigorosa del pueblo en una co-munidad eficiente y robusta. La finali-dad religiosa, en cambio, queda desdi-bujada, como si fuera tolerada más quequerida: apéndice y no nervio.

La organización general del sistemaeducativo es muy acertada. Divide el con-junto de actuaciones formativas en cua-tro sistemas, que se apoyan y refuerzanrecíprocamente: el de la educación regu-lar y los de educación de adultos, edu-cación especial de irregulares y educaciónextraescolar y de extensión cultural.

A la educación regular pertenecen lossiguientes ciclos: preescolar, primario, se-cundario, vocacional, técnico-profesionaly universitario. El primero comprendedesde la primera edad del niño hasta losseis años; el segundo, de los seis a losdoce, dividiéndose en dos sistemas muydiferenciados: el urbano, con escuelasque desarrollan los tres grados comple-tos (de dos cursos cada uno) y el cam-pesino, objeto de una organización muyrealista en núcleos, subnúcleos y escue-las seccionales de tres cursos.

El grado secundario se divide en dosciclos: el inferior, de cuatro cursos deduración (doce-dieciséis años), y el su-perior, de dos (dieciséis-dieciocho). Elprimero es, en el orden cultural, unaampliación obligatoria y común de lacultura primaria, aunque da tambiénorientación vocacional; en el segundo ci-clo, con plan selectivo obligatorio y bi-furcación de los estudios en dos ramas:

Ciencias Naturales y Ciencias ociales. Alos dieciséis años se otorga un certifica-do de capacitación para trabajos o estu-dios ulteriores, y con él termina la esco-laridad general.

La educación vocacional comprende tresgrados: prevocacional (de diez a doceaños, que se da en las escuelas prima-rias), vocacional (de doce a dieciséisaños, en las escuelas secundarias) y téc-nico-profesional (después de los dieciséisaños), en institutos profesionales especia-lizados. Tiene las siguientes ramas: indus-trial, comercial y administrativa, asisten-cia social y sanitaria, agropecuaria y fe-menina.

La educación de adultos o educaciónobrera se dirige ya a los anafalbetos, yaa los aprendices, ya a los obreros adul-tos, mediante cursos y enseñanzas distin-tas en cada caso.

Importante es el principio de la ense-ñanza compensatoria para adultos, "me-diante un sistema de pruebas y exáme-nes que les permita obtener la certifica-ción oficial de sus conocimientos y laasignación del curso desde el cual co-menzarán o reiniciarán sus estudios re-gulares en el ciclo secundario" (artícu-lo 138). Se establecen las Universidadespopulares para "la capacitación cultural,políticosocial y sindical de los trabajado-res, en dependencia respecto de las tradi-cionales.

Tanto la educación de los niños irre-gulares como la extensión cultural estánbien concebidas, y son de señalar dos delos objetivos que se asignan a esta últi-ma: facilitar medios de autodidactismo aquienes no concurren a cursos de edu-cación regular y ofrecer oportunidadespara mantener su cultura a los post-gra-duados universitarios y de escuelas téc-nico-profesionales.

Finalmente, se permitirá el acceso a laUniversidad de algunos jóvenes que noposean el diploma de bachiller, con arre-glo a las condiciones que establezca elConsejo Nacional Universitario, creado eneste . Código.—AD0LF0 AIAÍLLO.

MOVIMIENTO DE CATEDRAS

OPOSICIONES: UNIVERSIDAD: Patolo-gía y Clínica Médicas, Fac. Medicina Sa-lamanca (2. cátedra) y Sevilla (Cádiz),1.: cátedra; Geografía, Fac. Filosofía yLetras Murcia, Vaalldolid y Oviedo (enesta última, Geografía geenral y de Es-paña); Derecho Internacional público yprivado, Fac. Derecho Granada y Mur-cia; Electricidad y Magnetismo, Fac. Cien-cias Barcelona (00. MM. 28-XI-56, BOE16-XII-57); Filosofía griega, Fac. Filo-sofía y Letras Barcelona (2.° cátedra) yValladolid, ídem (para desempeñar Len-gua y Literatura griegas en esta últimaUniversidad); Lengua y Literatura lati-nas, Fac. Filosofía y Letras Murcia y

Oviedo; Historia Antigua Universal y deEspaña, Fac. Filosofía y Letras Salaman-ca (OO. MM . 29-XI-56, BOE 16-11-57);Matemáticas especiales 1° y 2.°,Fac. Cien-cias La Laguna, Murcia y Salamanca;Biología, Fac. Ciencias Valladolid; Físicageneral (antigua Física experimental) paraMedicina, Fac. Ciencias Salamanca; Físi-ca general (antigua Física experimental),Fac. Ciencias Murcia y Sevilla (00. MM.30-XI-56, BOE 16-XII-57); Matemáticasespeciales 1.0 y 2.°, Fac. Ciencias Gra-nada; Matemáticas especiales 1. 0 y 2.°,Fac. Ciencias Oviedo (00. MM. 3-X1I-56, BOE 16-11-57); Física general (anti-gua Física experimental), Fac. CienciasValladolid, con el nombre de Física teó-rica y experimental (O. M. 4-XII-56, BOE

16-11-57); Fitografía (Criptogatnia y Fa-nerogamia), antigua de Fitografía y Eco-logía vegetal, Fac. Ciencias Madrid (O.M. 6-XII-56), BOE 16-11-57). Véansetambién las convocatorias a todas estascátedras en BOE 16-11-57, págs. 957-966;Derecho canónico, Fac. Derecho Barcelo-na y Zaragoza, relación de opositores(BOE 19-11-57); e Historia del Derechoespañol, Fac. Derecho La Laguna (0. M.30-1-57, BOE 27-11-57).

ADIUNTIAS: 90 plazas de profesoresadjuntos para las Universidades de Bar-celona (12 plazas), Granada (7), La La-guna (5), Madrid (20), Murcia (6), Sa-lamanca (8), Sevilla (8), Valencia (8),Valladolid (8), y Zaragoza (8). Los rec-tores respectivos determinarán a qué cá-tedras han de quedar adscritas estas pla-zas (O. M. 6-XII-56, BOE 24-11-57);plaza de profesor adjunto Fac. CienciasPolíticas, Económicas y Comerciales Ma-drid, adscrita a Estructura e Institucio-nes Económicas (O. M. 20-XII-56, BOE24-11-57).