Resistencia Aerobica Y Anaerobica
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LA RESISTENCIA
La resistencia puede considerarse, en términos generales, como la
capacidad que posee el cuerpo humano para soportar una actividad
física prolongada durante el mayor tiempo posible.
Sin embargo la resistencia se desglosa en dos conceptos según la forma
de proveer y emplear el oxígeno:
- Resistencia Aeróbica, también llamada orgánica.
- Resistencia Anaeróbica, también llamada muscular.
Resistencia Aeróbica:
Cuando se realiza un esfuerzo de larga duración, pero de intensidad
moderada, la cantidad de oxígeno que se utiliza es igual al que se
absorbe; Hay por tanto un equilibrio (steady state) entre el aporte y
consumo de oxígeno por parte del organismo.
Esta fase donde el oxígeno es entregado en cantidad suficiente es
llamada "fase aeróbica" o, más aún, "estado de equilibrio fisiológico".
"Esta resistencia está en relación directa con la capacidad de los
sistemas circulatorio y respiratorio para abastecer de oxígeno y materias
nutritivas a los músculos y transportar hacia los puntos de eliminación
los productos de desecho que se forman durante el esfuerzo".
Según investigaciones, los músculos del corredor de fondo reciben una
cantidad suficiente de oxígeno para mantener un estado de equilibrio en
el organismo, si la carrera permite mantener las pulsaciones entre 120 y
130-140. Al sobrepasar este límite se produce un aumento de ácido
láctico y se contrae deuda de oxígeno. Con 130 pulsaciones por minuto
es posible realizar un trabajo dinámico en equilibrio de oxígeno.
Desarrollar y mejorar esta cualidad ofrece la ventaja de poder realizar
un trabajo sostenido cada vez con más intensidad en equilibrio de
oxígeno, como es el caso del ciclismo de fondos.
Resistencia Anaeróbica:
Cuando el esfuerzo que se realiza es intenso, la cantidad de oxígeno que
se debería consumir en ese momento es muy superior a la que se puede
aportar, sin que se pueda establecer el equilibrio (steady state),
originándose la "deuda de oxígeno", que será pagada cuando el esfuerzo
finalice.
Esta situación donde el oxígeno es insuficiente es llamada "fase
anaeróbica”.
"Cuando más intenso es el esfuerzo anaeróbico más elevada es la
cantidad de oxígeno para las necesarias combustiones, pero el
abastecimiento de éste por el torrente sanguíneo es limitado al igual
que su absorción por los tejidos. En esta situación el organismo debe
seguir trabajando y rindiendo; es decir, en deuda de oxígeno (con menor
cantidad de oxígeno que la necesitada), como consecuencia de lo
anterior, se forman en los tejidos (principalmente en el muscular) ácidos
que entorpecen el movimiento y el rendimiento, siendo uno de los más
abundantes el láctico (el que produce las agujetas).
Si el esfuerzo es muy intenso o si se sostiene mucho tiempo, o ambas
cosas, llega el momento en que hay total inhibición de movimientos, las
fibras musculares llegan a encontrarse imposibilitadas para contraerse.
En este tipo de resistencia a la neutralización de los ácidos por las
reservas alcalinas de la sangre es sumamente importante.
A este tipo de resistencia se le llama también resistencia de velocidad.
MEDIOS PARA SU DESARROLLO
El desarrollo de la resistencia, tanto orgánica como muscular, requiere
tiempo. Como hemos visto está íntimamente vinculada a la mejora de
los sistemas respiratorio y circulatorio y del metabolismo muscular. Para
el desarrollo de la resistencia aeróbica nos podemos valer de cualquier
esfuerzo sostenido de larga duración como son las carreras suaves, el
ciclismo y el deporte en general. Y de estos medios nos valemos para
desarrollar la resistencia anaeróbica con esfuerzos de gran intensidad y
corta duración.
A TENER EN CUENTA
La intensidad de un esfuerzo se establece por las pulsaciones. Se ha de
procurar mantener las pulsaciones entre 120 y 140, recomendándose no
pasar por encima de las 130, ya que llegando a las 140 aparece la
deuda de oxígeno.
Haciendo ejercicios de este tipo, siguiendo las normas, se pueden
conseguir estas ventajas a la larga:
-Aumento del volumen/minuto del caudal de sangre del corazón.
-Descenso del número de pulsaciones en reposo.
-Aumento de la capacidad respiratoria. La absorción del oxígeno se
incrementa por el volumen/minuto respiratorio, favoreciendo por ello el
rendimiento aeróbico.
TÉCNICAMENTE
Las fibras musculares obtienen energía, para realizar su actividad, a
través de tres grandes vías metabólicas. Estas son 1)- La vía anaeróbica
a láctica, compuesta especialmente por el ATP y la fosfocreatina
presentes en el músculo 2)- Metabolismo anaeróbico láctico, consistente
en la degradación de la glucosa en ausencia de aporte de oxigeno; y 3)-
Metabolismo anaeróbico, en el que las células musculares utilizan como
combustibles básicos a los hidratos de carbono y las grasas, oxidados en
las mitocondrias. En la mayoría de los deportes participan, en mayor o
menor proporción, las tres vías. ADENOSINTRIFOSFATO (ATP). El
músculo para contraerse, precisa de una molécula rica en energía, que
es el ATP, que contiene tres moléculas de ácido fosfórico unidas a una
de adenosina. La rotura del último enlace de fósforo libera la energía
química, que será utilizada para la contracción muscular.
ATP-------------------> ADP+P+Energía.
El organismo dispone de unos sistemas energéticos encargados de
suministrar ATP al músculo. Estos sistemas utilizan varios tipos de
combustibles que al ser degradados (metabolizados) sufren una serie de
transformaciones en cadena hasta convertirse en productos de desecho.
Vía anaeróbica a láctica o de los fosfagenos
El músculo contiene en su interior una pequeña cantidad de ATP que se
utiliza en los primeros instantes del ejercicio, descomponiéndose en ADP
(adenosindifosfato) y un fósforo, con lo que se obtiene energía. Casi
instantáneamente, el ATP es re sintetizado a expensas de una molécula
de fosfocreatina (PC). La PC está compuesta por creatina y un fósforo,
que es cedido al ADP para formar el ATP de la siguiente forma:
ADP + Fosfocreatina ------------> ATP + Creatina.
Con esta reacción, el músculo se restablece de ATP lo cual le permite
continuar su trabajo por un espacio de tiempo estimado entre los 5 y 10
segundos. La gran ventaja de esta vía es su ultra rapidez, puesto que los
combustibles se encuentran en el mismo músculo.
Vía anaeróbica láctica
Cuando el músculo interviene en actividades de mayor duración está
obligado a poner en funcionamiento otro sistema energético. Por ello
emplea los hidratos de carbono, y más concretamente la glucosa, la cual
puede provenir de las propias reservas del músculo, o bien de la sangre.
El músculo, al igual que el hígado, almacena glucógeno en su interior. El
glucógeno es un azúcar complejo compuesto por moléculas de glucosa,
que pueden descomponerse cuando es necesario. La glucosa, al
metabolizarse (glucolisis) sufre transformaciones progresivas en otras
moléculas hasta llegar a una intermedia llamada ácido pirú vico. El ácido
pirú vico se transformará en ácido láctico. Por cada molécula de glucosa,
al final se obtienen dos moléculas de ácido láctico y, lo más importante,
se libera energía para formar ATP a partir de la unión del ADP más el
fósforo.
Este sistema presenta la ventaja de ser rápido. Por ello, será el sistema
principal en los ejercicios realizados a máxima intensidad y que tengan
una duración aproximada de 1 a 2 minutos. Por otra parte, presenta el
inconveniente de que la producción de ATP es muy limitada, de tal
forma que por 180 gramos de glucógeno únicamente se obtienen 3
moles de ATP. Además, una acumulación considerable de ácido láctico
en el interior del músculo, provocará una fatiga importante que impedirá
continuar el ejercicio a un ritmo alto, obligando a detenerlo, o bien a
disminuir su intensidad.
Durante la recuperación, el lactado puede reconvertirse en glucógeno
muscular o hepático, o transformarse en ácido pirú vico para ser
metabolizado por la vía aeróbica. Otra parte del ácido láctico, pasará a
la sangre y será neutralizado por los sistemas <<buffer>> (alcalinos).
Finalmente, el lactato restante será eliminado por los riñones y el
hígado.
Vía aeróbica
La vía aeróbica proporcionará una cantidad ilimitada de ATP mediante la
combustión aeróbica (con el oxígeno suficiente) de los hidratos de abono
y las grasas.
En los ejercicios de baja o moderada intensidad, la sangre podrá
abastecer de abundante oxígeno a las células musculares que trabajan.
En estas condiciones, el ácido pirú vico no se trasforma en ácido láctico,
Sión que pasa al interior de las mitocondrias donde, tras sufrir una serie
de reacciones químicas (ciclo de Krebs) en las que fabrica ATP, se divide
en CO2 y H2 O. Este sistema es lento pero muy rentable ya que por cada
180 gramos de glucógeno, se obtienen 39 moles de ATP. El CO2 restante
de la oxidación será transportado a los pulmones y eliminado durante la
espiración. Así mismo, las grasas representan una importante reserva de
energía que podrá utilizarse cuando los depósitos de glucógeno se estén
agotando. Los ácidos grasos penetran en las mitocondrias y serán
oxidados (Beta-oxidación). Los atletas bien entrenados, durante
esfuerzos de mediana intensidad, obtienen la energía a expensas,
básicamente, de las grasas, con lo cual ahorran parte del glucógeno
muscular, y así retardan al máximo la aparición de la fatiga.
Por último, las proteínas, aunque son capaces de proporcionar energía,
sólo lo hacen en circunstancias muy especiales en las que no se dispone
de hidratos de carbono ni de grasas. Su participación en este sentido es
mínima, puesto que su función primordial es de carácter estructural.
Deportes y vías energéticas
Cada uno de los sistemas resulta más o menos empleado en función del
TIEMPO y de la INTENSIDAD de la actividad física realizada; aunque
todos ellos están interrelacionados. Por ejemplo en las actividades
cortas, explosivas y de gran rapidez (lanzamientos, saltos, 100 metros
lisos, sprint, etc.), la participación del sistema de los fosfagenos es
fundamental.
A medida que aumenta el tiempo de la prueba disminuye su intensidad,
tendrán mucha más importancia el sistema del ácido láctico y aeróbico.
En una carrera de 400 metros lisos, parte del ATP es suministrado por la
vía de los fosfagenos, pero el predominio máximo corresponde al
sistema del ácido láctico. En las actividades físicas más largas (ciclismo
en ruta, maratón, esquí de fondo, etc.), la intervención de los procesos
aeróbicos es cada vez más importante.
Todo ello hace referencia al hecho de que, si bien existen ejercicios
claramente aeróbicos y anaeróbicos, la mayor parte de actividades
deportivas pueden clasificarse como mixtas, puesto que la energía
necesaria para realizarlas será suministrada por las tres vías en mayor o
menor proporción.
Dentro de la categoría de deportes mixtos podemos incluir al fútbol,
baloncesto, tenis, voleibol, 400 y 800 metros natación, 800 y 1500
metros lisos, etc. Todos ellos tienen un componente aeróbico y otro
anaeróbico.