RESUMEN DE LA ENCÍCLICA LAUDATO SI.docx

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RESUMEN DE LA ENCCLICA LAUDATO SI

CAPTULO 1 LO QUE LE EST PASANDO A NUESTRA CASAEl captulo asume los descubrimientos cientficos ms recientes en materia ambiental como manera de escuchar el clamor de la creacin, para convertir en sufrimiento personal lo que le pasa al mundo, y as reconocer cul es la contribucin que cada uno puede aportar. EI cambio climtico: El cambio climtico es un problema global con graves dimensiones ambientales, sociales, econmicas, distributivas y polticas, y plantea uno de los principales desafos actuales para la humanidad. Si el clima es un bien comn, de todos y para todos La cuestin del agua: El Papa afirma sin ambages que el acceso al agua potable y segura es un derecho humano bsico, fundamental y universal, porque determina la sobrevivencia de las personas, y por lo tanto es condicin para el ejercicio de los dems derechos humanos. Privar a los pobres del acceso al agua significa negarles el derecho a la vida radicado en su dignidad inalienable.La prdida de la biodiversidad: Cada ao desaparecen miles de especies vegetales y animales que ya no podremos conocer, que nuestros hijos ya no podrn ver, perdidas para siempre La deuda ecolgica: Conociendo las profundas divergencias que existen respecto a estas problemticas, el Papa Francisco se muestra profundamente impresionado por la debilidad de las reacciones frente a los dramas de tantas personas y poblaciones.

CAPTULO SEGUNDO EL EVANGELIO DE LA CREACINEl Papa Francisco relee los relatos de la Biblia, ofrece una visin general que proviene de la tradicin judeo-cristiana y articula la tremenda responsabilidad del ser humano respecto a la creacin, el lazo ntimo que existe entre todas las creaturas, y el hecho de que el ambiente es un bien colectivo, patrimonio de toda la humanidad y responsabilidad de todos.Por ello, aunque si es verdad que algunas veces los cristianos hemos interpretado incorrectamente las Escrituras, hoy debemos rechazar con fuerza que, del hecho de ser creados a imagen de Dios y del mandato de dominar la tierra, se deduzca un dominio absoluto sobre las dems criaturas. Al ser humano le corresponde labrar y cuidar el jardn del mundo (cf. Gn 2,15) (67), sabiendo que el fin ltimo de las dems criaturas no somos nosotros. Pero todas avanzan, junto con nosotros y a travs de nosotros, hacia el trmino comn, que es Dios.Que el ser humano no sea patrn del universo no significa igualar a todos los seres vivos y quitarle al ser humano ese valor peculiar que lo caracteriza ni tampoco supone una divinizacin de la tierra que nos privara del llamado a colaborar con ella y a proteger su fragilidad.

CAPTULO TERCERO LA RAZ HUMANA DE LA CRISIS ECOLGICAEste captulo presenta un anlisis de la situacin actual de manera que no miremos slo los sntomas sino tambin las causas ms profundas, en un dilogo con la filosofa y las ciencias humanas.Desde esta perspectiva, la Encclica afronta dos problemas cruciales para el mundo de hoy. En primer lugar, el trabajo: En cualquier planteo sobre una ecologa integral, que no excluya al ser humano, es indispensable incorporar el valor del trabajo, pues Dejar de invertir en las personas para obtener un mayor rdito inmediato es muy mal negocio para la sociedad.En segundo lugar, los lmites del progreso cientfico, con clara referencia a los Objetivos Generales del Milenio, que son una cuestin ambiental de carcter complejo. Si bien en algunas regiones su utilizacin ha provocado un crecimiento econmico que ayud a resolver problemas, hay dificultades importantes que no deben ser relativizadas, por ejemplo una concentracin de tierras productivas en manos de pocos.

CAPTULO CUARTO UNA ECOLOGA INTEGRALEl ncleo de la propuesta de la Encclica es una ecologa integral como nuevo paradigma de justicia, una ecologa que incorpore el lugar peculiar del ser humano en este mundo y sus relaciones con la realidad que lo rodea. De hecho no podemos entender la naturaleza como algo separado de nosotros o como un mero marco de nuestra vida. Esto vale para todo lo que vivimos en distintos campos: en la economa y en la poltica, en las distintas culturas, en especial las ms amenazadas, e incluso en todo momento de nuestra vida cotidiana.La ecologa integral implica tambin la vida cotidiana, a la cual la Encclica dedica una especial atencin, en particular en el ambiente urbano. El ser humano tiene una enorme capacidad de adaptacin y es admirable la creatividad y la generosidad de personas y grupos que son capaces de revertir los lmites del ambiente, aprendiendo a orientar su vida en medio del desorden y la precariedad. Sin embargo, un desarrollo autntico presupone un mejoramiento integral en la calidad de la vida humana: espacios pblicos, vivienda, transportes, etc.

CAPTULO QUINTO ALGUNAS LNEAS ORIENTATIVAS Y DE ACCINLos anlisis no bastan: se requieren propuestas de dilogo y de accin que involucren tanto a cada uno de nosotros como a la poltica internacional y que nos ayuden a salir de la espiral de autodestruccin en la que nos estamos sumergiendo. Para el Papa Francisco es imprescindible que la construccin de caminos concretos no se afronte de manera ideolgica, superficial o reduccionista. Para ello es indispensable el dilogo, trmino presente en el ttulo de cada seccin de este captulo: Hay discusiones sobre cuestiones relacionadas con el ambiente, donde es difcil alcanzar consensos. [...]la Iglesia no pretende definir las cuestiones cientficas ni sustituir a la poltica, pero [yo] invito a un debate honesto y transparente, para que las necesidades particulares o las ideologas no afecten al bien comn.Igualmente en este captulo, el Papa Francisco insiste sobre el desarrollo de procesos de decisin honestos y transparentes, para poder discernir las polticas e iniciativas empresariales que conducen a un autntico desarrollo integral (185). En particular, el estudio del impacto ambiental de un nuevo proyecto requiere procesos polticos transparentes y sujetos al dilogo,mientras la corrupcin, que esconde el verdadero impacto ambiental de un proyecto a cambio de favores, suele llevar a acuerdos espurios que evitan informar y debatir ampliamente.

CAPTULO SEXTO EDUCACIN Y ESPIRITUALIDAD ECOLGICAEl captulo final va al ncleo de la conversin ecolgica a la que nos invita la Encclica. La raz de la crisis cultural es profunda y no es fcil redisear hbitos y comportamientos. La educacin y la formacin siguen siendo desafos bsicos: todo cambio necesita motivaciones y un camino educativo. Deben involucrarse los ambientes educativos, ante todo la escuela, la familia, los medios de comunicacin, la catequesis.El punto de partida es apostar por otro estilo de vida (203-208), que abra la posibilidad de ejercer una sana presin sobre quienes detentan el poder poltico, econmico y social . Es lo que sucede cuando las opciones de los consumidores logran modificar el comportamiento de las empresas, forzndolas a considerar el impacto ambiental y los patrones de produccin.