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    LA COOPERACIN ENTRE AGENTES DE INNOVACIN EDUCATIVA: FORMAS YELEMENTOS BSICOS

    JosMiguel Nieto CanoAntonioPortela PruaoUniversidad de MurciaEMAIL: [email protected]:[email protected]

    Resumen

    El objeto de este artculo es sistematizar las formas que puede adoptar la cooperacin entre

    mltiples agentes involucrados en contextos de innovacin educativa. La atencin a esta clase derelaciones relevantes que se producen entre agentes adopta una perspectiva general que no afecta asituaciones de cambio particulares por otro lado, prcticamente inabarcables, sino que hace hincapien aquellos escenarios educativos que, por su propia naturaleza cooperativa, poseen una enormepresencia e importancia para promover la innovacin a partir de la contribucin de diversos agentes,ya sean conceptuados estos como individuos, grupos o entidades organizativas. Con este propsito seidentifican tres tipos fundamentales de estructuras de cooperacin (formalizadas y jerarquizadas, demercado, solidarias) que, a modo de marco global, permiten clarificar, a su vez, dos modelos bsicosde cooperacin cada vez ms en boga en el mbito educativo: las redes y las comunidades.Finalmente, se aborda la cuestin del papel del Estado en este entramado de relaciones profesionales.

    Abstract

    This article aims to systematize cooperation among agents involved in educational innovation.Cooperation is approached from a broad perspective which doesnt neglect concrete settings, though itrather emphasizes those settings, cooperative in essence, whose presence and relevance are highenough to foster innovations involving a number of agents (individuals, groups or organizations).Three categories of cooperation structures are identified (formal and hierarchical, market, andsolidarity ones). They outline an overall framework relevant for understanding two increasinglypopular models of cooperation: networks and communities. The paper concludes by focusing on therole of States in these intermingled professional relationships.

    Introduccin

    Nadie cuestionara que las experiencias educativas que los alumnos viven en el centro escolaro en la familia, en interaccin directa con sus profesores o sus padres, constituyen un destino decisivode innovacin. Esos agentes seran, metafricamente hablando, los actores principales de estafuncin. No obstante, sin menoscabo de tal protagonismo, sera igualmente acertado asumir que enel resultado final intervienen otros actores, en papeles secundarios o extras, y que, todos ellos enconjunto, operan bajo ciertas condiciones de produccin donde, adems, intervienen otros agentes enapariencia ms difusos o, si se quiere, menos notorios.

    Ciertamente hay mltiples acciones educativas innovadoras que pueden ser llevadas a caboautnomamente por algn individuo (un profesor, un orientador, un apoyo,) bien actuandoaisladamente o bien interactuando con su entorno relevante de forma independiente. Su efecto no tienepor qu ser insignificante. Al contrario, pueden producir resultados con una significativa repercusin

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    educativa. Sin embargo, es comn que los cambios educativos que se vienen acometiendo secaractericen por ser complejos y multidimensionales, as como de gran envergadura o magnitud. Deeste modo, pueden identificarse contenidos y procesos innovadores, de enorme relevancia socioeducativa, que desbordan la capacidad de cualquier agente considerado aisladamente y, enconsecuencia, hacen precisa la intervencin de multitud de profesionales, organizaciones u otrasentidades.

    En resumidas cuentas, frecuentemente nos hallamos frente a complejas aspiraciones colectivasque resultan irrealizables para agentes separados o aislados. Ms bien, tales innovaciones educativasrequieren un contexto de relacin que es altamente comprehensivo: las relaciones cooperativas. Supresencia y relevancia son determinantes de la atencin que hay que dedicar a ellas, asumiendo pordescontado que las relaciones competitivas constituiran un contrasentido no slo con respecto alesfuerzo de promover mejora (cualidad sometida a criterios de valor previos), sino tambin, yfundamentalmente, en relacin con lo que implica la esencia de una educacin pblica orientada a laconstruccin de una sociedad democrtica.

    1. El concepto de cooperacin

    El propio concepto de cooperacin en modo alguno es unvoco, con un contenido homogneocapaz de suscitar un acuerdo generalizado: antes bien, admite sentidos significativamente diferentes eigualmente relevantes. Por lo dems, la cooperacin en el mbito de las relaciones interprofesionales ointerorganizativas no est muy distante de otras nociones que presentan una complejidad semejante,hasta el punto de llegar a ser consideradas virtualmente equivalentes: coordinacin, concertacin,colaboracin, Como poco, estamos ante trminos que an carecen de una definicin suficientementeprecisa y diferenciada que susciten un consenso suficientemente amplio.

    Por ejemplo, Hall y Wallace (1993) optan por un continuo de conductas y modos de relacindonde la coordinacin, la cooperacin y la colaboracin se distinguen por el grado en que distintosagentes comparten una determinada cantidad de recursos y se comprometen con respecto a unas metasmutuas desde posiciones equiparables.

    Implican relacionespositivas entra las partes

    Colaboracin Cooperacin

    CoordinacinImplican relaciones

    negativas entre las partes Competicin

    Conflicto

    Requieren estrategias deresolucin de conflictos Requieren estrategias deresolucin de problemas

    En este continuo, la coordinacin evocara la idea de compatibilidad entre rdenes. As, puedeser empleado para designar la simple presencia de coherencia y articulacin entre diferentes agentes, oincluso, entre determinados aspectos o dimensiones ligadas a los mismos (Alexander, 1995). En lassituaciones de cooperacin y colaboracin, lo requerido no sera la mera intervencin de mltiplesagentes. Ms concretamente, tales contextos de relacin demandan su accin concertada o conjunta.Pero, entonces, podramos encontrarnos desde agentes que se ayudan entre s para conseguir metaspropias, hasta agentes que trabajan juntos por un mismo fin. De ah que, en ocasiones, la cooperacinse identifique con un conjunto o unidad de accin, mientras que la colaboracin se caracterice,

    adems, por constituir un conjunto o unidad de destino.

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    De cualquier modo, estos matices pueden resultar muy difusos cuando se trata de combinarvarios agentes diferentes y/o similares en el marco de una innovacin que exige accin conjunta y/ocumplimiento de una meta comn. Es perfectamente factible que no podamos separar fines (metas) demedios (acciones), o que no exista contradiccin entre lograr fines particulares y fines comunes. Esigualmente posible identificar tanto relaciones de transferencia como de intercambio de recursos, y esfrecuente encontrar agentes coordinados entre s en torno a un proyecto de mejora o rea educativaobjeto de poltica innovadora, sin que tenga sentido negar que los agentes involucrados, en principioindependientes o dispersos y con intereses particulares, cooperan o colaboran con el propio esfuerzo aun mismo fin.

    En consecuencia, podemos convenir que el concepto de cooperacin es perfectamente viable,en el contexto de la interrelacin profesional y la promocin de la innovacin educativa, como puntocentral de un continuo. Su proximidad con los conceptos de coordinacin y colaboracin podraofrecer rasgos atribuibles a stos sin distorsionar o forzar en exceso su significado. En suma,destacable de los contextos de cooperacin sera que ciertas circunstancias (ligadas a dimensiones

    sustantivas de una innovacin) hacen aconsejable plantear metas de cambio y mejora cuyo logro exigela participacin de varios agentes educativos (individuos, grupos, entidades organizativas). stosasumen como propias esas metas y perciben que slo las pueden alcanzar si los dems tambin lohacen, poniendo al servicio de ese esfuerzo unos recursos cuya mayor virtud es su complementariedad.

    Por lo dems, ser comn que la cooperacin tenga lugar en el entorno de un ordenamientoinstitucionalizado en cuyo seno es ejercido el poder y el control (el caso del Estado). Pero resultaradifcil poder hablar de interacciones relevantes o efectivas si stas, en lugar de ser promovidas ofacilitadas por una entidad superior, implicaran una sumisin o dominacin no aceptadavoluntariamente por parte de los agentes involucrados. Obviamente, la cooperacin no tiene por qusuponer una prdida de la identidad diferencial de cada agente, ni significa que stos no puedan tomardecisiones o actuar de forma autnoma en otros mbitos que les sean propios. Efectivamente tambin,

    no todos los problemas y tareas precisan de cooperacin. Al menos, la necesidad de sta no esigualmente acuciante en todas las circunstancias. Pero en todos los entramados de relaciones, desde losms simples hasta los ms complejos, prima la idea de que este tipo de interaccin an tendiendo aser compleja y dinmica constituye una respuesta necesaria y apropiada a mltiples desafos queplantea el desarrollo de innovaciones educativas.

    2. Estructuras generales de cooperacin

    A los contextos de cooperacin es inherente la nocin de estructura. Dicho con otras palabras:las relaciones cooperativas necesitan algn tipo de estructura para existir. Una estructura cooperativapuede ser definida como la forma mediante la cual son concertados agentes relevantes en un

    determinado entorno. Podran utilizarse otras denominaciones (formatos, sistemas, esquemas,mecanismos,...) pero, en definitiva, lo que merece ser destacado es que, prcticamente en todos loscasos, se hace referencia a la naturaleza de las interacciones y, concretamente, al medio que permitetransformar esas interacciones que acaecen en un contexto multiprofesional o multiorganizativo endecisiones y acciones concertadas (Jennings, 1994; Alexander, 1995; Sarason y Lorentz, 1998)

    Es normal observar estructuras informales que surgen casi de forma espontnea comoresultado de la interaccin cotidiana. Llamadas telefnicas, correspondencia, distribucin deinformacin o encuentros, por ejemplo, contribuyen a crear canales informales de comunicacin y, enconsecuencia, vnculos entre las personas. Y al igual que pueden identificarse dentro de lasorganizaciones, tambin cabe hacerlo fuera de ellas, particularmente cuando interactaninformalmente individuos que ocupan una posicin significativa dentro de las mismas, lo cual puedeconducir a concertar decisiones y acciones no ya slo entre esos individuos, sino tambin entre losgrupos u organizaciones a las que representan por filiacin. En tales casos, estamos ante agentes que

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    estn vinculados, no por lazos de autoridad formal, sino por contactos interpersonales e intercambioinformal de informacin. Cuando la interaccin establecida tiene un carcter muy elemental es comnrecurrir a estas redes informales de forma exclusiva, mientras que suele ser preciso recurrir a otrasestructuras formales e incluso jerrquicas cuando la interdependencia es elevada y hay una claraconciencia de la existencia de intereses comunes.

    Ciertamente, una importante caracterstica respecto de la que es posible clasificar lasestructuras de cooperacin es su grado de jerarquizacin (Alexander, 1995). En tal caso, este criterioviene a constituir un continuo de referencia al cual suelen quedar contrapuestos, el mercado, de unaparte, y la organizacin formal, de otra: estas constituiran, pues, las posiciones extremas de dichocontinuo. Esta diferenciacin plantea, sin embargo, el problema de no alcanzar a reflejaradecuadamente la diversidad de estructuras cooperativas. La realidad es, a juicio de este mismo autor,que el mercado y la organizacin jerrquica difieren por la naturaleza de los mecanismos en que, encada caso, estn basadas las relaciones establecidas y que, a su vez, permiten el control de stas. Msan, atendiendo exclusivamente a estos mecanismos y no otros, difcilmente conseguiremos dar cuenta

    de la totalidad de las estructuras de cooperacin identificables. Para que esto sea posible, sernecesario recurrir a un mecanismo adicional. Cabe hablar entonces de tres mecanismos (precio,autoridad y confianza) que definen respectivas estructuras generales de cooperacin, las cuales secorresponderan con tres modelos organizativos bsicos.

    Estructuras bsicas Carcter deinteraccin

    Mecanismo de base Modelo organizativo

    Jerarqua Ordenes y mandatos Autoridad Organizacin formal

    Mercado Intercambio derecursos

    Precio Mercado

    Solidaridad Consenso y acuerdo Confianza Comunidad

    As, nos encontraramos ante otro continuo que refleja el grado relativo de jerarqua osolidaridad: a) en un extremo del mismo, que representara el polo de mxima jerarqua, estara situadala organizacin formal; b) al otro extremo, que representara el polo de mxima solidaridad, estarasituada la comunidad orgnica; c) el centro del continuo estara ocupado por el mercado perfecto,caracterizado por la ausencia tanto de jerarqua como de solidaridad.

    Lo normal ser que sistemas interprofesionales, interorganizativos o incluso agentes concretoscombinen las tres estructuras de cooperacin de modo particular, por lo que dichas combinacionessern mltiples y variadas. No obstante, dependiendo del grado en que cada tipo de interaccin, con su

    correspondiente mecanismo, est presente y el modo en que sean combinados, prcticamente cualquierestructura de cooperacin entre agentes educativos podr ser ubicada en dicho continuo.

    2.1. Estructuras formalizadas y jerrquicas

    Si aumenta la interdependencia entre los agentes de innovacin educativa y hay conciencia dela existencia de unos intereses comunes, lo normal es recurrir a la formalizacin de unos vnculos y,de este modo, a estructuras de cooperacin cada vez ms jerarquizadas que tienen como modelo dereferencia a la organizacin formal. Con un grado mximo de formalizacin y jerarqua, talesestructuras estn asentadas sobre un conjunto de derechos y obligaciones basados en la autoridad. Enefecto, la cooperacin viene determinada por alguna forma de autoridad impuesta, que, a su vez, puede

    ser resultado bien de algn tipo de acuerdo voluntario previo, bien de algn tipo de acuerdo oconsenso general.

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    En el caso de estructuras de cooperacin con un grado incipiente o dbil de formalizacin yjerarquizacin, pueden ser destacadas dos categoras generales:

    Redes. Una red es un sistema de agentes dbilmente articulado, alguno(s) de cuyos integrantestienen mayor estabilidad que los dems (por ejemplo, un conjunto de profesionales pertenecientesa una misma organizacin con un centro de poder). Algunos autores han definido las redes comoconglomerados de agentes formalmente separados entre los cuales no hay relaciones jerrquicasestablecidas. Lo cierto es que, si bien estos trminos son aplicables a algunas redes, hay otras entrecuyos agentes se establecen vnculos jerrquicos, para lo que pueden recurrir a otras estructuras decoordinacin. As, pues, pueden combinar, en todo caso, vnculos formales e informales.

    Asociaciones Mutuas. La asociacin mutua tiene unas reglas y cuenta con unos recursos. Losagentes integrados participan en ella por acuerdo mutuo, basado este acuerdo en las relacionessolidarias que existe entre ellos o en la interdependencia respecto a unos recursos. Esta estructurase constituye, precisamente, a partir de unos intereses compartidos y el intercambio de recursos

    que se produce entre los agentes. Pero, una vez que ha adquirido entidad, dentro de ella seestablecen, por acuerdo, unas reglas, las cuales sirven de base al ejercicio de la autoridad.

    De otra parte, hay una serie de estructuras jerrquicas que alcanzan la cooperacin a travs deun marco normativo o legal que se caracteriza por regir modalidades de intercambio de recursos. Porejemplo:

    Regulacin comprehensiva: regulacin general de amplias reas o sectores como el sistemaeducativo.

    Gobierno bilateral: estructuras legales o reguladoras que controlan las interacciones entre dospartes interdependientes, cada una de las cuales tiene unos intereses propios, como un estatutofuncionarial que regula las relaciones entre Estado y el colectivo de funcionarios.

    Relaciones contractuales: marcos de carcter contractual negociados y acordados que regulan lasrelaciones entre clases o grupos sociales, como los convenios entre una patronal y los trabajadores.

    Finalmente, pueden ser identificados marcos reguladores basados en un conjunto de normas yreglas, establecidas por decisiones sociopolticas, que pueden adoptar la forma de legislacin, deregulacin administrativa, o de asignacin sistemtica de recursos, a menudo en forma de incentivos osanciones. A estos marcos pueden venir incorporadas estructuras generales de cooperacin como lassiguientes:

    Por un lado, las polticas, programas y proyectosson estructuras que pueden ser caracterizadascomo iniciativas emprendidas conjuntamente por diferentes agentes para el logro de unas metascomunes. Por tanto, la concertacin de decisiones y acciones se alcanzar directamente a travs dela planificacin, que, a su vez, requerir el sometimiento a una supervisin y control. No varanentre s ms que respecto a su grado de abstraccin, siendo ms generales las polticas y msespecficos y concretos los proyectos.

    Por otro lado, el uso de estmulos adecuados (bsicamente, incentivos o sanciones) puedecontribuir a que el comportamiento de un conjunto de agentes siga una determinada direccin.Este es el caso de lo que se ha denominado programa no administrado. Estas circunstanciasconducen a que la concertacin de decisiones y acciones operado por el marco regulador (queestablecera el sistema de asignacin de incentivos y/o sanciones) llegue a alcanzarseindirectamente.

    2.2. Estructuras de Mercado

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    Una estructura de mercado consiste en intercambios y ajustes mutuos basados en el precio. Lacooperacin se consigue aqu a travs de la adaptacin espontnea de agentes con interesesparticulares (individuales, grupales, organizativos) a su entorno, tal como ste es percibido, o si seprefiere a la informacin relevante disponible sobre los dems agentes. En efecto, la cooperacinviene a considerarse el resultado de decisiones adoptadas libremente por los agentes y, por tanto, noimpuestas externamente, pese a que estuvieran determinadas por tal grado de interdependencia entreellos que las opciones entre las que poder elegir fueran escasas.

    Pueda o no existir el mercado perfecto, lo cierto es que s es posible identificar mercadoscreados deliberadamente, en el sentido de que se puede llegar a establecer un conjunto de normas yreglas de conducta (reglas de decisin y accin), acordadas o prescritas, que introduzcan incentivosy/o limitaciones que contribuyan a la concertacin de las decisiones y acciones de los agentes pormedio de un intercambio de una naturaleza similar al caracterstico del mercado. En ciertas ocasiones,esta cooperacin revestir carcter voluntario; en otras, sin embargo, no ocurrir as: los intercambiostendrn lugar entonces en el marco de una normativa cuyo cumplimiento previsiblemente ser objeto

    de control a travs de algn dispositivo, sin que, por ello, queden establecidos vnculos jerrquicosdirectos.

    2.3. Estructuras Solidarias

    Una estructura de solidaridad consiste en acuerdos o consensos basados en la confianza. Aqu,la cooperacin viene determinada, esencialmente, por el sentido de obligacin mutua queexperimentan los agentes vinculados, que, a su vez, puede ser resultado de varios factores operandoindividual o conjuntamente: filiacin compartida, interaccin recproca a lo largo de un periodoprolongado de tiempo, valores compartidos, No obstante, este ltimo factor es el ms importanteentre ellos, siendo particularmente frecuente su combinacin con el primero.

    De una parte, los vnculos asociativos pueden llegar a ser tan fuertes que sus efectos sobre laconducta pueden llegar a no ser superados por ningn otro tipo de vnculo, elicitando en los individuosun sentido de adhesin y obligacin altamente resistentes. La singularidad a destacar de estos vnculosreside en su carcter adscriptivo: la pertenencia o afiliacin ocurre por adscripcin del individuo (estoes, ocurre en virtud de quin es y no tanto en virtud de lo que es, lo que ha hecho o lo que sabe).Normalmente toman como punto de partida atributos personales y atienden a unas reglas, que son, noobstante, variables. As, por ejemplo, las relaciones de parentesco adscriben al individuo en virtud deuna determinada consanguinidad. Otra caracterstica que puede ser resaltada de estos vnculos es sunaturaleza afectiva, en el sentido suscitan fuertes emociones que los reafirman. Son ejemplos devnculos asociativos la familia y la relacin de parentesco, pero tambin la tribu, el clan o la etnia, sibien estas formas presentan ya un carcter ms comprehensivo.

    De otra parte, los vnculos solidarios estn basados en unos valores compartidos. A establecervnculos solidarios pueden contribuir: una misma asociacin o afiliacin; ideologas comunes (porejemplo, ideologas polticas o sociales); religin; una orientacin cultural; un estilo de vida comn;unas metas e intereses comunes; formacin, socializacin profesional y experiencias de trabajocomunes, No obstante, conviene matizar que, en ocasiones, esos valores compartidos(particularmente, una ideologa) constituyen una expresin de una asociacin o filiacin comn. Contodo, valores comunes pueden tambin establecer vnculos entre grupos que carecen precisamente defiliacin comn.

    Pueden ser destacadas las siguientes estructuras de cooperacin, no jerrquicas y basadas envnculos solidarios:

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    Profesionalizacin. Aunque basada principalmente en una filiacin comn y unos valorescompartidos que son resultado de una intensa socializacin, los miembros de una misma profesincomparten, adems, otros aspectos, como la formacin o el lenguaje. Disponer de una experienciay unas normas profesionales comunes constituye, a menudo, la base de vnculos informales entreagentes. El intercambio de informacin y apoyo entre profesionales puede ser un incentivoadicional para la creacin de redes interprofesionales o interorganizativas informales.

    Colegialidad. Caracteriza a aquellos grupos de iguales (por ejemplo, colegas o compaeros) quecomparten unos valores profesionales o disciplinarios (organizaciones profesionales, tribunales dejusticia, organizaciones acadmicas), as como un mismo lenguaje. En estos grupos, el consenso (osea, la concertacin de acciones y decisiones) es alcanzado como consecuencia de esos valorescomunes. Sin embargo, dicho consenso suele ser, a su vez, consecuencia de conflictos ydiscusiones que, no obstante, ocurren dentro de un universo de discurso mutuamente aceptado y,con frecuencia, en un marco de carcter ms formal.

    Clanes. Es ms frecuente dentro de una organizacin que entre organizaciones y hace referencia agrupos vinculados por unos valores compartidos que, dentro de un mismo ambiente de trabajo,

    participan cotidianamente en unas tareas tambin compartidas. Cultura, ambiente y experienciascomunes en ocupaciones donde la implicacin en tareas creativas es muy intensa, generan unosvnculos interpersonales que, aunque inicialmente informales, llegan a ser muy estrechos.

    Coaliciones partidarias. Pese a que es frecuente atribuir el fenmeno de las coaliciones al merointercambio de recursos entre grupos con intereses particulares, responden estas agrupaciones noslo a unos intereses o preocupaciones comunes, sino tambin a unos valores compartidos y unaideologa comn.

    Los vnculos solidarios pueden constituir la base de relaciones y redes informales, perotambin pueden institucionalizarse, siendo la primera circunstancia prcticamente tan frecuente comola segunda, precisamente por la frecuencia con que se recorre el trnsito de una a la otra. A su vez, lainstitucionalizacin puede incluso llegar a hacer emerger vnculos jerrquicos e incluso a la

    organizacin formal. Es de este modo que los vnculos solidarios llegan a constituir no slo la base deredes, sino incluso la base de organizaciones jerrquicas: no es difcil identificar redes yorganizaciones basadas en valores comunes (por ejemplo, aquellas que comparten valores relativos aideologas polticas o religiones).

    3. Modelos bsicos de cooperacin profesional

    Naturalmente, los modelos que acaban de ser esbozados encuentran presencia en mbitosajenos al de la educacin. No obstante, presentan aqu sus particularidades y es precisamente suconcrecin lo que seguidamente pasa a ser objeto de atencin.

    Su caracterizacin es mnimamente rigurosa, pero no exhaustiva, lo que requerira unaextensin mucho mayor. Con ello no se persigue ms que resaltar los rasgos bsicos que cada uno dedichos modelos reviste en el mbito escolar y, al hacerlo, presentar asimismo referencias con arreglo alas cuales poder confrontarlos. Conviene tener presente desde este momento que no es fcildiscriminar entre unos modelos mejores y otros peores para el campo de la innovacin educativa.Ciertamente, algunos rasgos pueden ser considerados ms adecuados que otros, dada la singularidadasociada al mismo. Pero no puede omitirse que no estn absolutamente excluidas las concomitanciasentre ellos y que, en cualquier caso, lo ms comn es que se produzcan combinaciones.

    3.1. Red

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    El mbito educativo no es, en absoluto, ajeno a esta nocin, que ha sido aplicada,principalmente, a determinadas relaciones que se establecen entre organizaciones educativas (porejemplo, redes de centros), a determinadas relaciones que se establecen entre los profesionales quetrabajan en ellos (por ejemplo, redes de profesores) e incluso a determinadas relaciones que seestablecen entre centros escolares y sus sistemas de apoyo, as como entre stos mismos (lo que hallegado a recibir la denominacin de redes de apoyo, de acuerdo con la conceptuacin propuesta porStainback y Stainback, 1990).

    No puede afirmarse que sea abundantes los trabajos que en ellos han analizado y/o estudiadoespecfica, y sistemticamente, esta forma de cooperacin, pero s que cada vez han sido msfrecuentes. En particular, merece ser destacada la labor realizada, en Europa, por Busher (Busher yHodgkinson, 1995, 1996), Huberman (1990, 1995), Lunt y otros (1994), ONeill (1995/96, 1996),Parrilla (1996) y Wallace (Hall y Wallace, 1993; Wallace y Hall, 1994; Wallace, 1998), as como, enEstados Unidos, por Lieberman (Lieberman y Grolnick, 1996; Lieberman y Miller, 1999) y Pennell yFirestone (1996).

    Especial inters tiene llamar la atencin por la siguiente circunstancia: a menudo, lasiniciativas para crear o consolidar redes se han producido, siquiera en parte, precisamente comorespuesta a las exigencias de competicin derivadas de aquellas otras iniciativas encaminadas aintroducir un cuasimercado en este contexto. Wallace (1998) llega a referirse a ellas como unacontrapoltica, explcita y/o implcita: el modo en que agentes relevantes de un determinadocontexto local responden a una poltica externa que perciben como amenaza a sus creencias y valores,empleando coordinadamente sus recursos para intervenir en la puesta en prctica de dicha poltica,desafiando e incluso socavando las metas originales.

    Con todo, hay que tener presente que, en el mbito de la educacin, la utilizacin de estanocin (a veces empleando trminos equiparables) no es completamente consistente, aunque suele ser

    aplicada a determinadas relaciones que se establecen bien entre profesionales o entre organizaciones(Lunt y otros, 1994). Ms an, resulta frecuente que el trmino comience a ser empleado tan sloesbozando una definicin que carece de plena correspondencia con los significados normalmenteasociados al mismo, o incluso en ausencia de definicin expresa alguna del mismo. En todo caso, eluso que de l se hace tiende a presentar concomitancias suficientemente significativas.

    Para contribuir a la clarificacin de esta nocin, conviene empezar destacando que, en general,es comn emplearla en un sentido altamente comprehensivo. En efecto, no es infrecuente asimilarla ala categora de modelo o enfoque de cooperacin, situndola virtualmente al mismo nivel que elmercado y la organizacin jerrquica, ya sea como modelo hbrido de ambos o como modelocualitativamente distinto de ellos; o incluso, considerndola capaz de subsumir a ambos (Frances yotros, 1991; Armson y otros, 1995). No es de extraar que siga siendo considerada una nocin

    compleja y ambigua.

    Es relativamente comn emplear esta nocin para hacer referencia tanto a una serie de nodos,o posiciones, como a las conexiones identificables entre ellos: la red es entonces conceptuada como unconjunto de nodos, o posiciones (en el caso que aqu nos ocupa, ocupadas por personas, grupos oincluso organizaciones), ligados por una serie de interacciones. Esta es, sin embargo, una definicinmuy general, aplicada en numerosas disciplinas, que no alcanza a reflejar los significados quenormalmente son asociados a esta nocin en el mbito de las organizaciones. As, su caracterizacinpuede hacer aconsejable tratar de poner de relieve los caracteres bsicos asociados normalmente a lamisma, unos ms ligados a los agentes que la integran y otros a las relaciones que entre ellos seestablecen.

    Una red puede ser considerada como un enfoque de cooperacin entre agentes, entendidoeste trmino en sentido amplio (Frances y otros, 1991; Grandori y Soda, 1995). Ms an, es preciso

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    destacar que los elementos de que consta una red (esto es, los agentes en ella insertos) son autnomos.Pueden incluso llegar a estar separados entre s, siquiera en dos sentidos: carecern tanto de propiedadcomn como de un nico (y homogneo) marco legal. Por consiguiente, la constitucin de una redpuede no implicar modificacin alguna en la propiedad o en los lmites formales de las entidadesinsertas en ella (Powell, 1991; Grandori, 1997). Asimismo, hay que destacar que, bsicamente, taleselementos tienen igualconsideracin dentro de la red: las relaciones se establecen, pues, entre unaserie de agentes que son esencialmente iguales unos con respecto a otros. As, ha llegado a afirmarseque representa una forma organizativa plana, particularmente al ser comparada con la organizacinjerrquica. El control sera ejercido por sus miembros, no emanando de ninguna fuente de podercentralizado (Frances y otros, 1991).

    Entre los elementos insertos en una red se establecen entre ellos relaciones deinterdependencia , o dependencia mutua: ms que haber elementos que dependen de otro(s), todosvendran a depender entre s. Una red puede incluso ser considerada como un modo de regular lainterdependencia entre agentes, diferente al modo en que es regulada dentro de una organizacin o en

    el mercado. Pues bien, tales relaciones de interdependencia demandan, a su vez, la realizacin deintercambios entre las partes involucradas, en el curso de los cuales algunas de ellas proporcionarnalgo de valor, mientras otras lo recibirn a cambio (Ouchi, 1991). Como consecuencia de estosintercambios, las relaciones establecidas reportarn beneficios mutuos y, por tanto, sern mutuamenteventajosas o, al menos, estn en condiciones de serlo (Armson y otros, 1995).

    Congruentemente, la reciprocidad(o correspondencia mutua entre las partes) se convierte enuna caracterstica central de este enfoque de coordinacin. Sin embargo, esta reciprocidadcaracterstica de las redes ha sido entendida, bsicamente, de dos formas marcadamente diferentes(Powell, 1991):

    bien implicando la realizacin de intercambios de valor sustancialmente equivalente en el curso de

    una secuencia claramente delimitable, en cuyo caso la reciprocidad podra ser asimilada a laequivalencia de beneficios entre las partes involucradas en el intercambio y acabara siendocongruente con la bsqueda del inters particular,

    bien implicando la realizacin de transacciones cuya continuidad, que se prolonga duranteextensos periodos de tiempo e incluso indefinidamente, depende ms bien de la existencia dedesequilibrios entre las contribuciones de las partes involucradas: en estos casos, intercambiosinicialmente desproporcionados generan un sentido de obligacin entre las partes con relacin alos futuros intercambios, sentido de obligacin (y, en definitiva, unas determinadas referenciasnormativas) que es lo que las mantiene conectadas entre s. Ms an, aqu la exigencia deequivalencias precisas previsiblemente llegara a deteriorar este tipo de relaciones. Son losdesequilibrios existentes los que mueven a que se produzcan nuevos intercambios.

    Naturalmente, estas condiciones favorecen la cooperacinentre los agentes insertos en la red.Ahora bien, pese a que la cooperacin suele considerarse un rasgo asociado a las redes, las relacionesde competicin no quedan en absoluto excluidas dentro de este enfoque. En efecto, no es extrao que,en el contexto de una red, se produzca cooperacin entre agentes que sean competidores unos conrespecto a las otros (Powell, 1991; Armson y otros, 1995).

    Llegados a este punto, es preciso destacar que otro rasgo considerado definitorio de esta formade cooperacin reside en que las interacciones que se establecen entre los agentes insertos en una redterminan estando basadas en la confianza. Incluso no han faltado los autores que le confieran un papeldecisivo en la caracterizacin de esta modalidad de cooperacin, con capacidad para articularla(Frances y otros, 1991; Armson y otros, 1991; Alexander, 1995)

    Precisamente un problema que ha afectado particularmente a esta nocin es haber quedado amenudo confundida con la cooperacin, hasta el punto de llegar a constituir sinnimos una de otra

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    (Mayer, Davis y Schoorman, 1995; Rousseau y otros, 1998). Sin embargo, hay que tener presente que,aun siendo comn que la confianza conduzca a la cooperacin, no es menos cierto que sta puedeocurrir en ausencia de aqulla (o sea, es posible cooperar con alguien sin confiar en l), por lo que laconfianza no constituye una condicin necesaria para que la cooperacin ocurra.

    La nocin de confianza es altamente comprehensiva y, como cabe suponer, carece de reflejoen una definicin que suscite una aceptacin generalizada. Puede incluso ser considerada una nocinmultidimensional (TschannenMoran y Hoy, 1997). Con todo, de ella merecen ser destacados aqu losdos rasgos siguientes:

    La confianza comporta tener una expectativa positiva relativa a la conducta de otra persona oentidad, expectativa que mitiga el temor a una conducta oportunista por parte de otro u otraentidad: confiar implicar aceptar que la probabilidad de que aquel o aquello en lo queconfiamos acte en beneficio o, al menos, no en perjuicio nuestro es suficientemente alta comopara cooperar con l (Bradach y Eccles, 1991).

    Atendiendo a tales expectativas, la confianza implica la exposicin a las acciones finalmentellevadas a cabo por la otra parte, con independencia de su capacidad para supervisarla ocontrolarla. En otras palabras, confiar implicar asumir la vulnerabilidad con respecto a esa otraparte y, consecuentemente, disponerse a correr un riesgo (Mayer, Davis y Schoorman, 1995).

    Esta caracterizacin de las redes lleva, finalmente, a hacer referencia a la importancia queadquieren las relaciones informalesen esta modalidad de cooperacin . A fin de cuentas, tienden acobrar existencia en los intersticios de las relaciones sociales (Frances y otros, 1991: 15). Endefinitiva, pues, la cooperacin suele adoptar un carcter informal en ellas. Como consecuencia deello, es ms penetrante y generalizada, aunque frecuentemente operando a pequea escala, sin que ellosuponga menoscabo alguno de su importancia. Al tiempo, ocurre de modo menos transparente,llegando incluso a quedar oculta por su opacidad, de forma que algunas redes llegan a ser altamente

    excluyentes de todo aquello que no participa de ella.

    3.2. Comunidad

    Este es otro modelo al que a menudo se ha recurrido no ya slo para hacer referencia ycomprender determinados contextos educativos, sino tambin para proponer cmo habran de ser. Noobstante, puede observarse, una vez ms, que su uso ha sido considerablemente heterogneo. Puedeser conveniente empezar destacando que uno de los aspectos respecto de los que vara el uso dado aeste concepto es el mbito por l comprendido. Qu abarcan nociones como comunidad educativaocomunidad escolar? Las respuestas a esta cuestin habran sido mltiples, no necesariamenteincompatibles entre s. Merz y Furman (1997) han tratado de sistematizarlas, e identifican los

    siguientes usos:

    Comunidad como entorno social. En este caso, la nocin de comunidad suele utilizarse en dossentidos:

    Como zona local geogrficamente delimitada (por ejemplo, un barrio) con un alto grado decohesin, en el seno de la cual estara incardinada la escuela, desempeando un papelcrecientemente importante. Como entorno o ambiente relevante del centro, especialmente aquellas instanciassociopolticas con intereses en el centro y/o en las que ste tiene intereses (por ejemplo,instituciones u organismos pblicos, empresas, asociaciones,...).

    Comunidad como grupo. Este concepto sirve tambin para designar agrupaciones constitutivas de

    la vida de los centros que integran a personas con unos valores compartidos: es el caso, porejemplo, de las agrupaciones que se establecen entre quienes tienen una misma profesin

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    (comunidades profesionales) o unas mismas creencias religiosas (centros educativosconfesionales).

    Comunidad como atributo. Esta nocin es tambin empleada para hacer referencia a un atributo,propiedad o cualidad que presenta una organizacin: en la medida en que incorpore un conjuntocoherente de rasgos, podr ser considerado como comunidad.

    Naturalmente, estas acepciones no carecen de relaciones significativas entre s. Tal comoafirman expresamente estas autoras, cada una de ellas no hace sino concentrar su atencin endeterminados atributos de la comunidad. Ello demanda prestar atencin al contenido de esta nocin.Antes es preciso aclarar, no obstante, que este modelo y el anterior presentan concomitancias quemerecen ser tenidas en cuenta: entre ambos hay coincidencias, hasta el punto de poder considerar quela comunidad queda subsumida, siquiera parcialmente, dentro de la red. En efecto, una comunidadparticipa significativamente de los rasgos que permiten identificar a una red (Alexander, 1995). Sinembargo, hay que introducir una precisin concerniente a lo que, segn qued puesto de manifiestoanteriormente, es frecuente considerar como la base de las relaciones caractersticas de las redes: la

    confianza. Naturalmente, sta puede emanar de fuentes diversas, no necesariamente incompatiblesentre s (Bradach y Eccles, 1991). Pues bien, cuando son un conjunto de creencias, valores y normascomunes las que generan esa confianza, la nocin de red se aproxima tanto a la nocin de comunidadque no es fcil localizar rasgos significativos que permitan distinguir entre ambas.

    Debe as quedar claro que tales elementos normativos no constituyen la nica fuente deconfianza. Las propias relaciones personales y profesionales que cotidianamente se establecen tambinlo son. No obstante, extremadamente difcil resultar especificar qu produce la confianza en undeterminado contexto. Lo ms comn ser que mltiples condicionantes se combinen para contribuir asu desarrollo.

    Pero, en cualquier caso, cmo suele ser conceptuada especficamente una comunidad, modelo

    al que ha sido comn recurrir para hacer referencia a contextos de interrelacin profesional? Otra vezel principal problema reside en que hay mltiples significados asociados a dicho trmino, que, comoconsecuencia de ello, carece de una definicin precisa lo bastante consensuada. Con todo, hay unaserie de temas comunes (Shields y Seltzer, 1997; Furman, 1998; Strike, 1999), a los que seguidamentese har referencia para completar una mnima clarificacin del concepto.

    Ante todo, hay que poner de relieve que el postulado ms comn y ms relevante es considerarque la condicin ms importante que permite asimilar una colectividad a una comunidad es laexistencia de alguna identidad entre sus miembros (Furman, 1998). En efecto, para que cualquierindividuo sienta que forma parte de una comunidad es preciso tener algo en comn con los demsindividuos de esa colectividad: entre todos ellos, ha de haber algo en comn. En trminos muybsicos, ello puede ocurrir de dos maneras: bien congregando a individuos entre los que ya existe esa

    identidad, o bien crendola en una colectividad ya existente.

    Ahora bien, no menos importante es atender al contenido de esa identidad. Una comunidad noest basada en la mera constatacin de rasgos comunes entre sus agentes miembros, cualesquiera sean.Es tambin frecuente considerar que quienes forman parte de una comunidad acabarn teniendo encomn un conjunto de valores y normas. En su revisin sobre las connotaciones asociadas al concepto,Beck (1999) llega a afirmar de modo casi categrico: prcticamente todas las definiciones decomunidad hacen referencia a la presencia de normas o valores comunes como caractersticadistintiva. Merece llamar la atencin sobre la circunstancia de que no es infrecuente hecer extensibleesa unidad en cuanto a valores a una unidad en cuanto a creencias o a conducta.

    Ms an, a tales elementos estaran asociados unos propsitos o finalidades con capacidadpara guiar la actividad desplegada. En efecto, es igualmente frecuente atribuir carcter intencionala lacomunidad, lo que contribuye a conferir singularidad a este modelo. A este respecto, tiene inters

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    hacer referencia a la precisin introducida por Strike (1999). A juicio de este autor, no todo lo que esvalorado en un colectividad resulta decisivo para alcanzar la categora de comunidad. Desde estaperspectiva, el mero acuerdo con relacin a ciertos valores ni siquiera sera, considerado en s mismo,suficiente. Antes bien, tales valores habran de tener carcter constitutivo; es decir,...

    tendran que suscitar unos fines compartidos los agentes de esa colectividad (por tanto, talesvalores y normas permitiran que los agentes de la colectividad estuvieran unidos por unos mismosfines), y

    tendran que promover proyectos comunes dirigidos al logro de esos fines (por tanto, tales valoresy normas permitiran tambin que los agentes de la colectividad estuvieran unidos por unasmismas tareas).

    En todo caso, la constitucin de una comunidad no est estrictamente ligada a valores ynormas con un determinado contenido. Beck (1999) considera que, con independencia de que puedanser identificadas grandes tendencias favorecedoras de unos valores (en particular, valores positivos y

    edificantes, como la crtica y la justicia) en detrimento de otros, la mayor parte de los expertos en estetema reconocen que pueden ser de cualquier tipo, hasta el punto de haber entre ellos ampliacoincidencia a este respecto. Significa todo esto que valores y normas adquieren tal importancia parala constitucin de una comunidad que cualquier otro aspecto queda postergado? Ofrecer una respuestaafirmativa a esta cuestin no sera adecuado, y en modo alguno ha de colegirse de lo expuesto hastaahora.

    La cohesin caracterstica de una comunidad vendr determinada, en ltimo trmino, por lasinteracciones que se establecen entre quienes, perteneciendo a ella, comparten un conjunto de rasgos,entre los que valores y normas adquieren particular relieve (Louis, Kruse y Bryk, 1995). Lasrelaciones que tienen lugar entre los agentes que forman parte de una comunidad tienen un carctersingular. De ellas merecen ser destacados siquiera los rasgos siguientes (Shields y Seltzer, 1997; Strike

    1999):

    a) son continuas y mltiples, producindose en escenarios diversos y, a la vez,complementarios;b) es comn que revistan carcter informal;c) desarrollan vnculos personales, e incluso afectivos o emocionales;d) estn presididas por la bsqueda de consenso.

    Naturalmente, el aglutinante de este tipo de relaciones sera, tal como anteriormente quedpuesto de manifiesto, la confianza. Otros trminos, muy prximos al de confianza, han sido tambinempleados: lealtad, seguridad en los dems, sentido de pertenencia, De cualquier modo, estosrasgos, como cualquier otro atribuible a este modelo, pueden considerarse fruto de la presencia de

    unos valores y normas comunes. stos representan a menudo una condicin previa para conseguirconstatar otros rasgos significativos de la comunidad.

    4. A modo de conclusin: el papel del estado

    Los esfuerzos de promover innovacin educativa por medio de contextos interprofesionales einterorganizativos ha operado sobre la idea de que ningn agente considerado aislada oseparadamente, puede dar respuesta a las necesidades mltiples e interconectadas, generadas porproblemas tambin multidimensionales e interrelacionados que afectan a los alumnos y a sueducacin. Tales problemas, demandan soluciones que, con frecuencia, desbordan la capacidad yposibilidades de respuesta de centros y profesores particulares. Por tanto, puede afirmarse que lanaturaleza de dichos problemas hace aconsejables, incluso necesarias, respuestas igualmente

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    comprensivas y coordinadas por parte de mltiples agentes, adquiriendo la innovacin un carctertambin sistmico.

    Las formas y elementos bsicos de cooperacin considerados en este artculo configuranopciones vlidas, no necesariamente excluyentes, para que mltiples agentes (profesionales, entidadessemiorganizadas, organizaciones) interaccionen de modo relevante en iniciativas llevadas a caboconjuntamente para el logro de unas metas mutuas que tienen que ver con disear, desarrollar opromover innovacin educativa. Empero, no podemos obviar el hecho de que tales esfuerzos estnreferidos, por lo general, a un marco normativo o regulador que define un conjunto de normas y reglasa las que han de ajustarse los agentes implicados para coordinarse, cooperar o colaborar. En otraspalabras, la cooperacin suele depender de un marco regulador.

    Ello puede ser caracterizado en dos sentidos que normalmente se complementan (Anderson,1993; Alexander 1995). Por un lado, la concertacin de decisiones y acciones de los agentesinvolucrados adquiere un carcter indirecto; son concertadas mediante un sistema de distribucin de

    recursos que opera como fuente de incentivos y sanciones: la perspectiva de acceder a unos recursosinduce a los agentes a ajustarse a las normas y reglas establecidas, mientras que su eventual supresinu otras medidas disuaden de su incumplimiento. Estas expectativas orientaran las decisiones yacciones de los agentes en la direccin deseada. Por otro lado, es fcil identificar la tendencia arecurrir tambin a la planificacin, regulacin y control de su comportamiento. Suelen tener carcterprescriptivo bien el propsito perseguido, bien las actividades emprendidas o ambos aspectos a la vez,como tambin es comn el inters por garantizar que la puesta en prctica se ajusta a lo establecido.La concertacin de decisiones y acciones adquiere as un carcter ms directo.

    En este sentido, el Estado desempea un papel fundamental en los contextos de relacincreados para que varios y/o diversos agentes puedan promover la innovacin educativa. En efecto, laeducacin puede verse como un mbito reconocido de actividad tcnica y de vida institucional, esto

    es, un entorno consolidado que est regulado por el Estado, al tiempo que muchos agentes llamados ainteraccionar en aqul dependen de ste. El sistema educativo funciona como un campo interorganizativo, integrado por un conjunto de centros escolares (que podramos denominar la poblacinfocal) y otras organizaciones (organismos y unidades estatales en materia educativa, asociaciones demadres y padres de alumnos, sindicatos de enseanza, otras organizaciones educativas, empresas dematerial educativo, etc.) que tienden a interactuar entre s ms que con otras entidades situadas fuerade ese entorno.

    El Estado puede ser definido como una organizacin estructurada burocrticamente concapacidad para gobernar en un territorio delimitado geogrficamente. Como tal, posee reglas internasy reglas que limitan su autoridad (y, en definitiva, sus decisiones y acciones). Pero el Estado es algoms. De l dependen la configuracin y supervivencia de otras organizaciones y profesionales porque

    de l obtienen recursos y legitimacin. Este hecho trascendental para lo que nos ocupa, tiene que vercon dos funciones bsicas, de naturaleza y alcance diferentes, que rigen el comportamiento externo delEstado moderno: la coercin y la prestacin de servicios (Zhou, 1993; Vanberg, 1994).

    Al Estado, en su funcin de agente coercitivo, le corresponde asegurar el cumplimiento de lasreglas sobre la s que se asienta el orden social. Dispone de autoridad (poder legtimo) para hacer uso dela coercin (legtima) sobre las organizaciones y otros agentes sociales con el propsito de que ajustensu comportamiento (externo) a las reglas establecidas. En este sentido, el Estado monopoliza lacoercin legtima a travs del mecanismo de la regulacin(normas legales, regulacin administrativa,procedimientos formales), y todos sus miembros se ven sujetos a la misma. Por este motivo, el Estadoes fuente de institucionalizacin, especialmente para aquellas organizaciones y profesionales cuyapermanencia est ligada al mismo.

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    En la medida en que los agentes inmersos en innovacin educativa, actan y se relacionan enel entorno de unas mismas expectativas institucionales (reglas informales, regulaciones legales) ydependen de un poder o autoridad coercitiva fuertemente consolidados, tienden a ser homogneos oequivalentes, al menos en lo que concierne a su forma o estructura. Es decir, estn sometidos a unmismo proceso compulsivo que los fuerza a parecerse entre s. Esto, que se conoce como isomorfismo,tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Por un lado, facilita el intercambio y movilidad de recursos(rebajando costes), fomenta una lgica de la confianza y crea oportunidades de relacin entre partes alcompartir condiciones similares. Por otro, consolida la pauta de adoptar estructuras y procesos porobligacin o imposicin y dificulta afrontar creativamente problemas prcticos, en especial, cuando lasestructuras existentes no son capaces de responder satisfactoriamente a la ambigedad y laincertidumbre propias tanto de la tarea educativa como de su cambio y mejora.

    Por otra parte, el Estado puede funcionar tambin como agente de prestacin de servicios. Eneste caso, la autoridad del Estado est restringida al control de una cantidad limitada de recursos,materiales y personales, confiada al mismo para que puedan ser prestados unos determinados

    servicios, operando como un agente ms y no desde una posicin de monopolio. Sus miembros, pues,no estn sujetos, necesariamente, a la autoridad estatal en lo que concierne a esta funcin puesto quetambin pueden usar o generar recursos a tal fin, siempre dentro de las reglas generales que el Estadotiene obligacin de hacer cumplir. En este sentido, el Estado operar sobre las organizaciones y otrosagentes educativos principalmente a travs del mecanismo de la distribucin de recursos; va,mediante la cual, a su vez, los gratificar o sancionar.

    En suma, se hace cada vez ms patente la necesidad de afrontar problemas socioeducativosde enorme complejidad y envergadura, que precisan ser abordados con acciones a gran escala y,particularmente, desde marcos interprofesionales e interorganizativos. Pero el Estado dispone de unacapacidad cada vez ms limitada. No slo est sometido a una creciente sobrecarga de cometidos yresponsabilidades, sino que su legitimidad para ejecutarlas es continuamente desafiada. A ello hay que

    agregar que la propia interdependencia reduce su capacidad para actuar, puesto que las accionesllevadas a cabo por otras organizaciones limitan las acciones que emprende y llegan a tener efectossignificativos en ellas. As, organismos centrales del Estado encargados de acometer o promoverdeterminadas innovaciones deben delegar responsabilidad en un conjunto de agentes, entre los quepodrn estar incluidos no ya slo otros organismos, unidades o profesionales situados en otros nivelesde la administracin estatal, sino incluso organizaciones privadas, profesionales autnomos y partesafectadas.

    Se constituyen, en estas coordenadas, entramados de relaciones, cambiantes a travs deltiempo en funcin de las innovaciones que es preciso desarrollar, fruto de una iniciativa concertada dedecisiones y acciones. Como consecuencia de todo ello, el diseo y puesta en prctica de polticasinnovadoras por parte del Estado no pueden producirse sin la intervencin de sus mltiples organismos

    y, adems, de otros agentes no vinculados directamente al mismo; ms an, esa intervencin,necesaria, con frecuencia habr de realizarse al mismo nivel y estar concertada, lo que,consecuentemente, desdibujar o incluso eliminar los lmites y jurisdicciones tradicionales.

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