REVISTA AZTLÁN

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Año XXll Número 04 09 / Mayo / 2011 Barra de Copalita Primeros Pobladores Actividades Principales Casa de Muertos, ahora habitada por vivos La Leyenda del Majahual

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Aborda sobre la comunidad de Copalita, desde sus primeros asentamientos, así como las leyendas e historias del lugar.

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Año XXll Número 04

09 / Mayo / 2011

Barra de Copalita

Primeros Pobladores

Actividades Principales

Casa de Muertos, ahora habitada por vivos

La Leyenda del Majahual

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Año XXII Número 04 09 de Mayo de 2011

Fundador: Faviola Onofre Fermín y Nery Ortíz García

Director: Faviola Onofre Fermín

Editor: Nery Ortíz García

Fotografía: Faviola Onofre Fermín y Nery Ortíz García

C O N T E N I D O

3 Barra de Copalita: Primeros pobladores

5 Actividades Principales de los primeros pobladores.

8 Casa de muertos, habitada por vivos.

10 Leyenda: El Majahual

E D I T O R I A L

Actualmente, existe una diversidad de expresiones artísticas, monumentos, museos para que podamos conocer más del legado histórico de nuestros antepasados. Sin embargo muchos de nosotros no estamos acostumbrados a visitar este tipo de lugares, porque para algunos es sinónimo de aburrimiento. No obstante, es importante saber de la cultura de cada pueblo, del lugar en donde cotidianamente estamos, para saber de dónde venimos y quienes fue-ro nuestros ancestros.En muchas ocasiones solo nos enfoca-mos y entretenemos en lo que los me-dios de comunicación nos transmiten, programas cuyos contenidos son elitis-tas en cuanto al término cultura.Hace falta medios de comunicación, que en sus contenidos aborden los lu-gares en donde se asentaron nuestros antepasados, los mitos y leyendas de cada unos de estos pueblos, así como conocer la historia y la fundación de cada población.Es por eso que la Revista Aztlán sigue invitando a sus lectores que conozcan más a cerca de nuestra cultura, a co-nocer la historia de los pueblos de la Costa de Oaxaca y los mitos y leyen-das que ésta le ofrece.En esta edición se habla de Barra de Copalita, comunidad que pertenece al municipio de San Miguel de Puerto, Oaxaca. En donde podrás conocer más de esta población, y la diversidad de culturas que allí existen.

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BARRA DE COPALITA: PRIMEROS POBLADORES

Cuenta la Señora Daniela Sánchez Pinacho originaria de Santa María

Xadani que ella empezó a visitar a la población que ahora es llamada Copali-ta cuando tenía como 12 años, allá por el año de 1952. Ella visitaba la pobla-ción debido a que una familia la traía para cuidar a su hija, el señor que la llevaba iba a Copalita matar lagartos, el señor capturaba diversos animales en el rio, a los patos buzos por ejemplo les quitaba las plumas y la carne la ponía en un anzuelo para después tirarlo a una hondura grande y toda verde. La hondura estaba en el recodo, allá por donde vivía la señora Eleuteria junto a la carretera federal que podemos ver en la actualidad.

La señora Daniela observaba y cuenta ahora como este señor sacaba a los la-

gartos, les quietaba la piel del pecho, les ponía sal y los enrollaba para llevár-selos a vender a los pueblos circunve-cinos. En ese mismo año la señora Da-niela que hoy habita en Copalita, vivía en Santa María Xadani, pero cuando murió su papá, su mamá la Señora Mó-nica, decidió irse a vivir a la población de Copalita junto con todos sus hijos, con el objetivo de cuidar un rancho lla-mado Macahuital, propiedad del señor Daniel Martínez.

El rancho Macahuital estaba situado a más de un kilometro del puente de Co-palita, en el rancho era rico en ganado y cultivo. La mamá de la señora Danie-la llegó a trabajar al rancho con todos sus hijos, Antonio, Esteban, Antonia, Eleuteria, Daniela, Gelasia y Maura Sánchez Pinacho.

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Por Delfino Pérez

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Cuando La señora Mónica llegó a vivir con sus hijos a Copalita, la población ya estaba un tanto habitada por demás personas, ranchos que en la actualidad existen, como por ejemplo el rancho La Bocana, perteneciente al señor Santia-go Cruz, su esposa Herlinda Barragán y sus hijos. Más adelante se encuentra el rancho de Don Antelmo y su esposa Doña Patrocinia, así también estaba el rancho de doña Micaela Cruz y su es-poso Margarito Barragán, hermana de don Santiago Cruz, habitaba también la señora Natalia Vega y su esposo Ber-nardino García, poco después llegó ha-bitar el señor Julián Pérez y esposa.

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Foto: Faviola Onofre

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ACTIVIDADES PRINCIPALES DE LOS PRIMEROS POBLADORES

Antonio y Esteban Sánchez Pinacho eran los hijos mayores de la seño-

ra Mónica Pinacho, ellos se dedicaban a cultivar las tierras del señor Daniel Martínez, quien vivía con su familia en Santa María Xadani y sólo venia al ran-cho de Copalita de vez en cuando; lo que cultivaban principalmente en esas tierras era: maíz, frijol, ajonjolí, cala-baza, chile y tomate. Para guardar el maíz costuraban unos petates grandes y a este le llamaban saca, guardaban

el maíz con el sólo propósito de que les durara para todo el año, la mazor-ca con totomoxtle era almacenada en trojas, las trojas eran una especie de choza construidas con varas.Otra de las actividades a la que se de-dicaban estos habitantes de Copalita, era la ordeña de vacas, por medio de este liquido podían las familias hacer

dió irse a vivir un poco más abajo, en donde ahora es el centro de Copalita. Lo que hoy conocemos como el centro de Copalita, desde la carretera federal hasta donde está la Agencia de Poli-cía Municipal y donde está la Escuela Primaria Emiliano Zapata era un llano cultivado por el señor esteban y su her-mano Antonio.

quesos, ponían a remojar el cuajo de venado y el agua de éste se la echaban a la leche para cortarla, así es como se elaboraban los quesos.

El señor Esteban Sánchez tenía una parcela de caña en ocotillal, un rancho arriba del puente de Copalita, ahí tenía un trapiche para hacer panela, pero en una ocasión cuando hubo una crecien-te del rio se llevó la cosecha de caña y el trapiche, fue entonces cuando deci-

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Por Delfino Pérez Cruz

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En aquellos años aparte de sembrar tierras, otra de las actividades de los habitantes de Copalita, cazaban igua-nas, venado, jabalíes entre otras es-pecies, así también pescaban en el rio con tarrayas hechas de hilo que com-praban con los chontales que llegaban hasta Copalita en burro. El rio era muy rico en especie, los habitantes del lugar podían ir a pescar roncador, guabina, trucha y hasta robalo subía del mar.

También estos lugareños frecuentaban la laguna “las garzas” en donde saca-ban camarones, también iban a la pla-ya la bocana en donde sacaban huevos de tortuga; en las playas de magueyi-to, conejos y punta arena podían sacar un molusco llamado lapa, la carne de este molusco la extraían, la salaban y la secaban con el sol, para poder co-merla la hervían en agua hasta que se pusiera blandita, cuentan los habitan-tes que este moluscos era el mejor de los majares, a su vez que la concha de este molusco era utilizado para hacer cal, la concha la quemaban con leña, pues cuando ya estaba bien quemada le rociaban agua fría y esto se conver-tía en cal, que ocupaban para piscar el maíz y hacer el nixtamal.

Así mismo con la cal que sacaban de las conchas se hacia el jabón, para esto, mezclaba la cal y la ceniza para sacar una legía, misma que se ponía a hervir con el coco molido hasta que

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toda esta mezcla espesara, para que posteriormente se tendiera la mezcla en un lienzo, después se ocupaban en cortar los trozos de jabón; sin embrago el coco no era el único elemento para poder hacer el jabón, pues ellos tam-bién podían hacerlo con almendras de grilla y piñón, los piñones son arbustos que abundan en Copalita.

Los habitantes de Copalita aprovecha-ban todo sustrato de la naturaleza para satisfacer sus necesidades, pues también, para lavar sus cobijas utiliza-ban la fruta del árbol de Guanacaste y las semillas del pipe, este tipo de arbo-les aun existen en esta zona, para los estropajos utilizaban las frutas de una enredadera llamada Colastillo.

En los meses en que el rio tenía menos agua, ellos lo cruzaban e iban al puerto de Salina Cruz para comprar productos para sus necesidades básicas, produc-tos como, azúcar, galletas, sal, aceite, etc. Primero cruzaban el rio y se iban en burro por veredas que pasaban por La Bocana, Magueyito, Conejos, Pun-ta Arena, Tangolunda, hasta llegar al puerto de Santa Cruz donde estaba la tiendita de Don Cirilo Acevedo. Más tarde, con el paso del tiempo se fue-ron fundando pequeñas tienditas en Copalita, las primeras que se pusieron fueron de los señores: Juan Días, Cres-cencio Santos y Fulgencio Díaz.

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Cuenta la Señora Daniela Sánchez Pinacho que hace mucho tiem-

po, hasta antes de 1960, las personas originarias de la población de Copali-ta cuando fallecían eran sepultadas en la Bocana, una comunidad que está a 20 minutos de la población, pues en su comunidad no contaban aun con un panteón municipal, por motivos de se-guridad y para que los muertos no con-vivieran con los vivos las gente decidió que a su muertos los enterrarían lejos de su localidad.

Los difuntos eran sepultados en La Bocana, ellos escogieron un lugar cer-ca de unos peñascos, por un cerro y es ahí donde le daban los vivos santa

sepultura a sus muertos, así la gente de Copalita podía dormir tranquila, con sus muertos sepultados un tanto lejos, porque según la creencia si los muertos convive los vivos, los muertos vienen seguidos o a menudo por sus familia-res, es por eso que decidían enterrar a sus muertos fuera de la localidad.

Según se dice, que por esa misma épo-ca falleció un señor de nombre Hono-rio, hombre originario de Copalita, los familiares de este señor decidieron se-pultarlo en el mismo pueblo, lo ente-rraron en lo que ahora es el centro de Copalita, exactamente junto al Jardín de Niños Nicolás Bravo. Dicen los pue-blerinos que los restos de Honorio ya-

CASA DE MUERTOS, AHORA HABITADA POR VIVOS

Foto: Faviola Onofre

Foto: Faviola Onofre

Por Delfino Pérez Cruz y Nery Ortìz

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cen aún en esta zona, en las entrañas del jardín de niños.Se dice también que más tarde murie-ron otras personas que llevaban por nombre; Gildardo Martínez, Cirilo hijo de Doña Eleuteria Sánchez, Crisóforo Santos, Arsenio marido de doña Siria, entre muchas otras personas; todas ellas fueron sepultadas por sus fami-liares y demás conocidos atrás de un cerro, ahí en la misma comunidad, en la actualidad en ese lugar se encuen-tra un comedor que pertenece a Don Marino Enrique Pérez Juárez.

Así los lugareños iban escogiendo el lugar idóneo para dejar descansar los restos de familiares y amigos. Mucho después el señor Esteban Sánchez es-cogió un lugar para enterrar a la gente

de ahí, los enterraban pasando un ce-rro, la gente de ese tiempo no pensaba que la zona de Copalita seria totalmen-te habitada y que podrían seguir convi-viendo bajo sus muertos.

Con el paso del tiempo fue llegando más gente a la población, la zona se fue poblando poco a poco, en la actua-lidad en el cerro donde enterraban a los muertos es un barrio y los cadáve-res se encuentran bajo las casas, en las propiedades de los avecindados.

Por eso la gente originaria de Copa-lita que los muertos fueron invadidos por los vivos, ahora la casa que era de los muertos pertenece a los vivos, los restos yacen bajo las casas de algunas personas originarias de Copalita.

Foto: Faviola Onofre

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“EL MAJAHUAL”

Cuentan que hace muchos años la gente que vivía en Santa María Xa-

dani venían a cazar iguanas a territorios que ahora pertenecen a Barra de Copa-lita, así fue como llegaron dos campe-sinos, ellos acostumbraban a quedarse dos días en el campo para poder cazar la mayor cantidad de animales, lo que más cazaban eran las iguanas, pues en Barra de Copalita es rica en este tipo de especies, las iguanas que ellos ca-zaban, las rajaban y las asaban para así poder llevárselas a su casa.

Se dice que una de esas noche en que ellos se quedaron a cazar, los dos caza-dores se encontraban asando las igua-nas que ya habían capturado, cuando de pronto escucharon un ruido muy fuerte y misterioso de entre los arbus-tos, ellos se quedaron perplejos y muy asustados, pues en todo el tiempo que habían ido a ese lugar a cazar iguanas nunca antes habían oído algo así.

Disimulando su miedo no dándole mu-cha importancia, nuevamente escu-charon el fuerte ruido y fue entonces cuando uno de los cazadores contestó al grito que habían escuchado, el otro cazador le ordenó que no lo hiciera, pero él no le hizo caso y siguió con-testando al grito misterioso, él lo hacía pensando que era otro cazador como ellos. De pronto el ruido desapareció un rato, después el sueño venció a uno de los

cazadores, mientras el otro continuaba asando las iguanas, cuando de pron-to el ruido se escuchó aún más cerca y fue entonces cuando el hombre que estaba asando los animales se asustó mucho y trató inmediatamente de des-pertar a su compañero, sin embrago este estaba profundamente dormido y no logró despertarlo; el ruido tan ex-traño comenzó a escucharse aún más cerca, el hombre decidió huir, empezó a correr y se subió a un árbol para esconderse y que la bestia no lo viera, desde lo alto de un árbol podía obser-var a su compañero que aún se encon-traba muy dormido.

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Centro de Copalita

Por Delfino Pérez Cruz y Nery Ortìz

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El hombre pudo ver como un animal muy grande y feo se iba acercando mas y mas por donde estaba su compañero, fue así como la bestia llego hasta los pies del cazador dormido, el casador desde arriba del árbol pudo ver como la bestia se devoraba a su compañero, se sintió impotente por no poder gritar ni pedir ayuda.Entonces el cazador esperó a que ama-neciera para poder irse a casa y decir todo lo que había pasado esa noche, la mañana llego, el hombre bajo del árbol y contemplo las huellas de la bestia y el rumbo que había tomado la misma. Posteriormente decidió ir en busca de

ayuda, el hombre se fue muy apresu-rado, caminó hasta Santa María Xadani a contar lo que había sucedido, llegó al pueblo y se dirigió a la iglesia, le con-tó al sacerdote todo, el padre reunió a toda la comunidad, le contó nueva-mente la historia y entre todos decidie-ron ir en busca de la bestia. Todos fueron en busca del animal, el sacerdote llevaba consigo agua bendita y un lazo también bendito para poder amarrar al animal, llegaron a Copali-ta, ahí también le contaron a la gente que estaba, todos juntos fueron en la búsqueda, fueron hasta el lugar don-de había pasado la noche el cazador, pudieron observar las huellas enormes del animal, siguieron cada una de las huellas para llegar al destino de la bes-tia. Finalmente llegaron hasta donde estaba un árbol de Guanacastle, ahí se encontraba recostado el enorme ani-mal, el sacerdote el comenzó a rociar agua bendita, entre todos lo amarra-ron con la reata ventita que llevaba el sacerdote, amarraron el animal y entre todos lo llevaron a Santa María Xadani, ahí el padre lo bautizo con el nombre de Majahual, posteriormente el animal murió, y este fue enterrado en el pan-teón municipal de Xadani.Fue a si los habitantes de Barra de Co-palita llaman al lugar donde encon-traron recostado al animal “Majahual”. Todos los habitantes de Copalita saben porque el lugar lleva por nombre Ma-jahual.

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