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    Ao 1 -N 1Abril de 2011

    Sectores populares y accesibilidaden el contexto actual

    Tema

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    Ao 1 -N 1 Abril de 2011

    Presentacin

    Publicacin de Ciencias Sociales que lleva adelante la Carrera de

    Trabajo Social de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de

    Buenos Aires, con el objetivo de generar un espacio de debate y difusin

    de conocimiento social.

    Esta publicacin se propone divulgar aportes sobre lo pblicoque realizan

    el colectivo profesional del Trabajo Social en particular, y las ciencias

    sociales en general, con la pretensin de aportar a su fortalecimiento, apartir de revisitar las disputas que construyen como tal. La configuracin

    de lo pblicoen este contexto y las reflexiones que se suscitan interpelan

    al Trabajo Social, en tanto posible ngulo de interrogacin sobre la

    intervencin, pues en este debate se centran algunas claves para la lectura

    de las polticas, las instituciones y las prcticas que entablan distintos

    actores.

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    Revista Debate Pblico Ao 1 Nro. 1 Abril 2011ISSN 1853-6654

    La revista Debate Pblico es una publicacin de propiedad de la Carrera de Trabajo

    Social de la Universidad de Buenos Aires.

    Cuerpo Editorial

    Directora General:Ana Arias

    Directora Editorial: Brbara Garca Godoy

    Secretaria Editorial:Ana Beovide

    Coordinadora:Romina Manes

    Consejo Editorial:Adriana Clemente (Facultad de Ciencias Sociales - UBA), Sergio Caletti (Fa-cultad de Ciencias Sociales - UBA), Mara Isabel Bertolotto (Facultad de Ciencias Sociales - UBA),

    Alfredo Carballeda (Facultad de Ciencias Sociales - UBA), Margarita Rozas (Universidad Nacionalde La Plata), Claudio Ros (Universidad Nacional de La Plata), Mariela Diloreto (Universidad Na-cional de La Plata), Cazzaniga (Universidad Nacional de Entre Ros), Lorena Molina (Universidadde Costa Rica), Mnica De Martino (Universidad de la Repblica. Uruguay), Jos Mara Alberdi(Universidad, Nacional de Rosario).

    Comit Cientfico: Norberto Alayn (Facultad de Ciencias Sociales - UBA), Cristina Melano(Facultad de Ciencias Sociales - UBA), Raquel Castronovo (Facultad de Ciencias Sociales UBA/ Universidad Nacional de Lans), Claudia Danani (Facultad de Ciencias Sociales - UBA), Vio-leta Correa (Facultad de Ciencias Sociales - UBA), Carolina Mera (Instituto Gino Germani

    FSOC / UBA), Mnica Petracci (Instituto Gino Germani FSOC / UBA), Esteban De Gori(Facultad de Ciencias Sociales - UBA), Ana Rosatto (Facultad de Ciencias Sociales - UBA), Carla

    Wainsztok (Facultad de Ciencias Sociales - UBA), Estela Grassi (Facultad de Ciencias Sociales -UBA), Gloria Mendicoa (Facultad de Ciencias Sociales - UBA), Mara Carman (Facultad de Cien-cias Sociales - UBA), Diana Rossi (Facultad de Ciencias Sociales - UBA), Nicols Rivas (Facultadde Ciencias Sociales - UBA), Cecilia Hidalgo (Facultad de Ciencias Sociales - UBA), AlejandroRofman (Facultad de Ciencias Sociales - UBA), Miguel Vallone (Facultad de Ciencias Sociales- UBA), Lucrecia Raffo (Ministerio de Salud de la Nacin), Ricardo Rubio (Universidad Nacionalde Cuyo), Liliana Barg (Universidad Nacional de Cuyo), Silvia Mabres (Universidad Nacional deSan Juan), Marcelo Lucero (Universidad Nacional de San Juan), Laura Garcs (Universidad Na-cional de San Juan), Susana Cazzaniga (Universidad Nacional de Entre Ros), Florencia Cendali(Universidad Nacional de Lujn), Bibiana Travi (Universidad Nacional de Lujn), Ins Seoane(Universidad Nacional de La Plata), Juan Ignacio Lozano (Universidad Nacional de La Plata),Ins Hadad (Universidad Nacional de Ro Negro), Mariano Barberena (Universidad Nacionalde La Plata), Jess Acevedo (Universidad Autnoma de Coahuila. Mxico), Ana Monge (Uni-

    versidad de Costa Rica), Mara Noel Miguez Passada (Universidad de la Repblica. Uruguay), DenisMerklen (Escuela de Altos Estudios de Pars) y Silvia Faraone (Facultad de Ciencias Sociales - UBA).

    Composicin y armado: dg Leo Tambussi - [email protected] de tapa: Valeria Brudny - http://www.valeriabrudny.blogspot.com/

    Direccin: Santiago del Estero 1029 - CP:1075 / Buenos Aires - ArgentinaTel/fax: (54-11) 4305-6168.email: [email protected] / web: www.trabajosocial.fsoc.uba.arLas opiniones expresadas en Debate Pblico. Reflexin de Trabajo Social son independientes yno reflejan necesariamente las del Comit Editorial. Se permite reproducir el material publicado

    siempre que se reconozca la fuente.Sistema de arbitraje: todos los artculos centrales y los artculos seleccionados han sido someti-dos a arbitraje por miembros del Comit Cientfico de la publicacin.

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    Indice

    TemaSectores populares y accesibilidad

    en el contexto actual

    Editorial

    Ana Arias

    Conversaciones sobre lo pblico

    Raquel Castronovo entrevista a Carlos Vilas

    Miradas sobre la intervencin

    Polticas pblicas de jvenes y su costado oculto: la subjetividad

    Mara Garca y Antonio Colicigno

    Artculos Centrales

    Asignacin Universal por Hijo (AUH):

    extensin de las asignaciones familiares

    Emilia Roca

    El entrevero poltico-religioso en torno

    a la educacin sexual

    Juan Cruz Esquivel

    Notas sobre las tensiones en el cambio de paradigma

    de las polticas de asistencia directa

    Adriana Clemente

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    Reflexiones sobre actores en las polticas sociales

    Jos Carlos Escudero

    Artculos seleccionadosLo pblico estatal, la exclusin y las polticas sociales.

    Neoliberalismo y despus.

    Sebastin Gimnez

    Hogares de ancianos,

    transformaciones posibles para un buen envejecer

    David Zolotow

    Recuperando Historia

    La CREAR, una experiencia de poltica integral

    Manuel Gomez

    Debates de ctedra

    Las prcticas pre-profesionales en el contexto actual.

    Tensiones y nuevos desafosGraciela Roza y Graciela Touz

    Educacin, historia, verdad y justicia

    Mara Cristina Melano

    Producciones de fin de grado

    Adolescencia e identidad

    Martn E. Hornes y Antonio J. De Gasperi

    Aportes a lo pblico desde la investigacin

    La produccin en investigacin social y la actitud investigativa

    en el trabajo social

    Estela Grassi

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    Una reflexin

    del contexto actual

    Esta editorial se propone comentar el nacimiento de esta revista desde la carrera de trabajo

    social de la UBA y tambin el recorte desde el cual se propone crecer como espacio de debate poltico

    y acadmico.

    El desafo de generar un espacio de produccin escrita como una revista es interesante en

    tanto apuesta a una polifona que asuma conjuntamente una bsqueda.

    La idea de polifona nos parece altamente representativa de la bsqueda de muchas voces,

    ya que nos reconocemos en un conjunto amplio que nos excede como comunidad de carrera, pero

    es cierto que esta multiplicidad de voces por s misma no justifica la fundacin de esta revista. No

    necesitamos un espacio para publicar, sino, principalmente publicar para construir un espacio.

    Este espacio es un espacio de construccin poltica y acadmica. Volviendo sobre la idea del

    recorte que planteamos en el prrafo anterior, este espacio tiene que tener un objetivo poltico que se

    traduzca en un recorte temtico.

    Elegimos el mbito de construccin de lo pblico. Y esto tiene una explicacin que se

    vincula directamente con la voluntad de incidencia en nuestra poca.

    El neoliberalismo, sin dudas, nos posicion durante ms de veinte aos en un desprecio por

    lo pblico. La privatizacin, la familiarizacin de la crisis, nos volvi en una lgica de resistencia, como

    Editorial

    Ana Arias

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    defensores de lo pblico asociado a aquello que era atacado en trminos de desmantelamiento de

    instituciones. La defensa que supimos organizar se vincul con esta denuncia al ajuste y a la privati-

    zacin.

    Sin embargo, desde espacios de formacin y desde las lecturas que mantenamos desde lareconceptualizacin en adelante, el desprecio por lo institucional, la bsqueda de lo alternativo, de lo

    no formal, nos colocaba en un lugar que si bien lgicamente era complejo, prcticamente era posible

    en el marco de una ferocsima embestida o revancha contra los intereses de los sectores populares.

    El cambio de etapa que estamos viviendo en Argentina y en Latinoamrica nos coloca en una nueva

    coyuntura compleja en muchsimos sentidos.

    La forma de presentacin de las medidas consideradas ms interesantes en nuestros con-

    textos nos hablan de una vuelta a la centralidad estatal en las nuevas configuraciones sociales. Las

    medidas asociadas a la estatalizacin del sistema de jubilaciones y pensiones y la ampliacin de su

    cobertura, la asignacin universal por hijo, son ejemplos de esto.

    Sumado a esto nos encontramos en un proceso de discusin sobre el andamiaje legal sobre

    lo social. Las modificaciones de las leyes dirigidas a nios, nias y adolescentes y la nueva ley de salud

    mental, suponen avances significativos que son el resultado de una bsqueda de sectores comprome-

    tidos con las temticas.

    Evidentemente estas cuestiones suponen nuevos desafos para la intervencin social de

    acuerdo a formas de reconocimiento de los derechos de los sujetos, tantas veces denunciados. La

    posibilidad incluye, ya en su definicin, una superacin de las estructuras institucionales consideradas

    violatorias de las bsquedas emancipatorias, los institutos de menores, los manicomios, son, por ley,

    planteados como instancias a ser superadas.

    Sin embargo, las estructuras institucionales actualmente distan mucho de poder ser conside-

    radas en estado de consolidacin y muestran grados de deterioro provocadas por aos consecutivos

    de desfinanciamiento, pero que actualmente no pueden ser explicadas exclusivamente desde lo pre-

    supuestario. Este debilitamiento institucional, lejos de demostrar el debilitamiento de las formas de

    control social opresoras, se constituye en un obstculo para pensar un nuevo andamiaje institucional

    capaz de contener a los sujetos necesitados de soporte. Sin este andamiaje, es muy posible que la

    superacin de las anteriores estructuras institucionales supongan una forma de negacin social del

    soporte, o en trminos de la Dubet, una dbil proteccin de los ms dbiles.

    Cmo negar que si no se cambian cuestiones centrales en las escuelas, ser muy difcil que los

    nios que volvieron a las mismas se queden all. Cmo no reconocer que si no tenemos un entramado

    institucional que pueda contener a las y los adolescentes salir del patronato ser dejar librados a su

    destino, por dems conocido, a los mismos.

    Una lectura conservadora puede reconocer la inadecuacin de estas leyes ya que no se cuenta

    con consistencia suficiente para su contencin. Nuestra postura es que es el momento de reflexionar

    sobre cmo adecuamos nuestro sistema pblico estatal a los desafos de la etapa. Y esto exige serie-

    dad y creatividad.

    Hoy no slo necesitamos energa crtica para la denuncia, con esto slo no alcanza, necesi-tamos energa crtica para la construccin de opciones polticas superadoras, y estas opciones deben

    tener en el rediseo institucional un abordaje muy relevante. El rediseo no es un problema gerencial,

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    7ARIAS: Una refexin del contexto actual

    es principalmente una construccin de un nuevo sentido de lo pblico y de sus reglas y herramien-

    tas.

    Pudimos ver durante muchos aos mltiples intentos de generar organizaciones sociales,

    mesas de concertacin, etc. En el ltimo tiempo, sin embargo, podemos observar el despliegue depolticas que con amplia incidencia sobre las condiciones de pobreza no han sido, sin embargo, las

    tradicionalmente consideradas promotoras de participacin. Si por ejemplo tomamos el caso de la

    asignacin universal para la niez podemos observar que en su forma de gestin implica una gestin

    administrativa dentro del sistema previsional, sin mesas locales, ni consejos locales. De hecho, sus

    beneficiarios no deben participar de talleres ni de instancias de capacitacin, son simplemente

    portadores de este derecho. Si bien a gestin de esta poltica es centralizada estatalmente, no puede

    negarse que esta ha sido debatida en mltiples mbitos entre los que se encuentran las iniciativas del

    FRENAPO (Frente Nacional contra la Pobreza), los debates parlamentarios, las discusiones mediti-

    cas, etc.

    El que no exista una mesa de concertacin, vuelve a estos intentos menos participativos?

    Sin dudas, conviene hacer una apelacin a considerar que una nueva manera de pensar la participa-

    cin ciudadana no puede plantearse por fuera de la apuesta a la politizacin creciente de la sociedad.

    El politizar el qu y el cmo de la poltica social es altamente significativo para la redefinicin

    que debemos hacer de nuestros anlisis sobre la participacin social.

    En este sentido la lectura sobre los canales de participacin no debe pensarse de la manera

    procedimentalista o formalista que se plante el tema de la participacin ciudadana.

    El quienes deben participar es otro tema de relevancia, ya que si la forma en cmo se plantela participacin en clave neoliberal fundament la focalizacin, la participacin que buscamos en esta

    nueva etapa debe abrir los caminos para que el debate pblico. El problema de la pobreza, el proble-

    ma de la educacin, de la salud, etc., son problemas del funcionamiento de la sociedad toda, no de

    sectores sociales particulares.

    El congreso, las distintas formas de las legislaturas locales, los sindicatos, las organizaciones

    territoriales, son todas instituciones de participacin ciudadana. La asociacin entre participacin ciu-

    dadana como participacin no poltica slo ha contribuido a generar formas vacas, poco duraderas

    en el tiempo y escasamente convenientes para los involucrados, con excepcin de tcnicos empleados

    a tales efectos.

    Esto quiere decir que tienen dejarse de atender o valorar las organizaciones de usuarios, las

    organizaciones o comisiones barriales, las mesas de gestin local, etc.? No, muy por el contrario, estos

    pueden ser instrumentos de gestin que democraticen los accesos y las decisiones. Pero con slo estas

    instancias o canales, la posibilidad de la participacin buscada ser una forma degradada de accin pol-

    tica en tanto los canales que debemos construir deben incluir el despliegue creativo de la accin poltica

    y no slo la institucionalizacin de espacios para la gestin de recursos previamente asignados.

    Porque estamos convencidos, hasta que se nos demuestren lo contrario, que los procesos

    populares latinoamericanos han apostado al fortalecimiento de sus Estados es que la mirada sobre lo

    pblico estatal nos parece central en este espacio de debate sobre lo pblico, pero de ninguna maneranos resulta contradictoria con lo generacin de una red organizacional popular fuertemente consoli-

    dada.

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    Revista Debate Pblico. Refexin de Trabajo Social - Editorial8

    En esto tendremos que dar una vuelta sobre las tradiciones que anteriormente planteamos

    ya que si seguimos planteando la apuesta a la construccin colectiva en lgica de lo alternativo, si no

    disputamos la hegemona de las construcciones que hoy norman una parte importante de la vida de

    los sectores populares, si slo construimos lgicas perifricas no estaremos a la altura de los desafos

    que hoy nos involucran.

    Dra. Ana Arias

    Directora

    Carrera de Trabajo Social

    UBA - Buenos Aires

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    Raquel Castronovoentrevista a Carlos Vilas

    Esta seccin se propone habilitar conversaciones

    con aquellos que para nosotros son referentes en

    la construccin de lo pblico, tanto por su rol

    como intelectuales como por su despliegue pol-

    tico y su capacidad para la intervencin.

    Logramos vincular en este dilogo a Raquel Cas-

    tronovo, que es profesora de nuestra Carrera y

    una referente para pensar prcticas construc-

    toras de lo pblico, y a Carlos Vilas, que es un

    intelectual con el que nos hemos formado para

    pensar los procesos polticos latinoamericanos y

    que adems se encuentra comprometido con la

    transformacin de estructuras estatales en la Ar-

    gentina de los ltimos aos.

    A continuacin la desgrabacin del encuentro.Fecha de realizacin: 28 de febrero de 2011.

    Conversaciones sobre lo pblico

    RC- Empezamos por una pregunta pararepensar la relacin entre la poltica y lapoltica pblica, y con el peso que esa vin-culacin en lo pblico, - entendiendo que lo

    pblico incluye no solamente el gobierno, la

    administracin, sino tambin todo aquelloque hace a la sociedad civil - para la confor-macin de la agenda de la toma de decisio-nes, especialmente cuando no est claramen-te encuadrada la direccionalidad de la fuerza

    poltica que gobierna. Tengo la sensacin deque actualmente hay una participacin, o unintento de escucha por lo menos, de la inicia-tiva de los otros actores sociales. Claro queel lmite para eso sera la confrontacin cla-ra con la direccionalidad del gobierno. Me

    gustara saber cmo lo ves vos Cul es elgrado de esa apertura?

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    Revista Debate Pblico. Refexin de Trabajo Social - Conversaciones sobre lo pblico10

    CV- El punto de partida para este debate es que

    una poltica es la definicin y ejecucin de ciertos

    objetivos y metas referidas a cmo debe desen-

    volverse la sociedad, o aspectos determinados de

    ella. Implica por lo tanto el ejercicio de poder, ytoda construccin y ejercicio de poder, para ser

    legtima, debe tomar en cuenta las aspiraciones,

    las inquietudes, las expectativas de sectores rele-

    vantes de la poblacin. Esto es lo que diferencia

    al poder poltico del poder militar, que es pura

    coaccin fctica. La poltica tambin implica la

    virtualidad de la coaccin cuando los consensos

    y acuerdos a los que se llega democrticamente

    no son cumplidos. Toda decisin poltica supone

    una discusin lo ms amplia posible respecto deobjetivos, modos de implementacin, etc. Pero

    una vez que la discusin se cerr y la decisin

    se tom, la decisin se convierte en una orden,

    obligatoria para todos. De lo contrario, ninguna

    sociedad, por ms democrtica que fuera, podra

    funcionar.

    El tema fundamental de la poltica es la organi-

    zacin y la conduccin de la sociedad, sociedad

    que tiene por caracterstica principal, y ms en

    nuestros tiempos, la diversidad. Entonces hayque tener en claro de qu hablamos cuando esta-

    mos hablamos de poltica. Organizar y conducir

    supone articulacin de las demandas, las expec-

    tativas de la poblacin, de acuerdo a un proyecto,

    o diseo, o modelo que cuenta con el consenti-

    miento de una parte considerable de la poblacin

    el gobierno de las mayoras o majority rule

    de la teora de la democracia. Ese proyecto, para

    alcanzar legitimidad y consenso, debe compati-

    bilizar una enorme variedad de perspectivas, in-

    tereses, etc., y encontrar y movilizar los recursos

    requeridos para su implementacin. Las polti-

    cas pblicas representan la operacionalizacin

    de ese gran diseo, de ese proyecto, en reas par-

    ticulares de la sociedad. Expresan en su particula-

    ridad la universalidad del proyecto para decirlo

    en trminos hegelianos. En trminos ms terre-

    nales, las polticas pblicas conforman la agenda

    de gobierno que se hace cargo de los objetivos,

    fines, etc. del gran diseo.

    Lo fundamental es cmo se convierten en polti-

    cas pblicas las demandas y expectativas de la po-

    blacin y cmo ingresan en la agenda de gobier-

    no. Porque muy frecuentemente esas demandas

    son inorgnicas, desarticuladas, inmediatas, sec-

    toriales, reflejando la propia diferenciacin y los

    antagonismos de la sociedad. Y aqu entra nueva-mente la poltica, porque es desde la poltica que

    se hace posible construir una unidad de prop-

    sito y de conduccin a partir de la diferenciacin

    y la diversidad. Eso uno no puede pretenderlo

    de los sindicatos, o de las cmaras patronales, o

    de las organizaciones de la sociedad civil, porque

    por su propia constitucin estn orientados hacia

    cuestiones sectoriales. Pueden existir y de hecho

    han existido excepciones, dirigentes sindicales que

    vieran ms all de lo reivindicativo, empresariosque fueran ms all de lo categorial, etc., pero su

    propia excepcionalidad demuestra que no cons-

    tituyen la norma. Solamente desde lo poltico es

    posible alcanzar una visin de conjunto. Esto no

    significa que la poltica no tenga sus races en lo

    social, sino que, para ser efectiva, toda propuesta

    poltica debe asumir que su legitimidad depende

    de su eficacia para obtener la cooperacin incluso

    de quienes piensan distinto porque lo ms fcil

    es conseguir la colaboracin de los que piensan

    como uno-, de convencer, con hechos y no slocon discursos, que esos intereses particulares se

    realizarn en la medida en que se acepte el modo

    en que la poltica los articule en una visin integral

    del conjunto social en el fondo, toda la teora gra-

    msciana de la hegemona se reduce a esto.

    - Sobre este tema, a m se me ocurre tambinotra perspectiva de la tesis. Uno est acos-tumbrado a pensar a partir de la experienciadel neoliberalismo y de entender, adems deluchar por restaurar y constituir la presenciade la poltica, en la poltica pblica cuntofue descalificada, puesta de costado. Peroa partir de esto que vos estabas diciendorecin, en esa recuperacin de la poltica,siempre qued, por lo menos para m, comoa resguardo, que hay o una direccionalidadclara de un proyecto que, en lo dems, se vacompatibilizando al hacer poltica. Pero al-gunas experiencias recientes, a mi me han

    hecho pensar que en realidad esa direccin oese proyecto que uno supone claro, tambinse va modelando sobre la marcha. Y lo digo

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    11VILAS: Raquel Castronovo entrevista a Carlos Vilas

    a partir de experiencias como el matrimonioigualitario, que a mi me parece que no estu-

    vo nunca en la agenda del proyecto de go-bierno, no? Pero que a partir de

    - No me lo imagino yo en el pensamiento poltico

    de algunos dirigentes importantes.

    - Pero digo ms. Por ejemplo, puede habertambin un debate similar con el tema delaborto, que todos sabemos claramente cmoes el pensamiento de la presidenta, y que yocreo que eventualmente podra dispararseun movimiento en las fuerzas sociales que

    incidan. Y creo que ha habido algunas otrascuestiones. La pregunta es: en tu apreciacincul es el grado de incidencia en la coyun-tura, cmo se van comportando los actoressociales en el modelaje del proyecto? Hayun margen para que efectivamente una fuer-za poltica como la que tenemos en nuestro

    pas hoy, o como la que tiene Chvez en supas, o como la que conform Lula, puedanser permeables y reconfigurar sus proyectosa partir de actores muy fuertes?

    - Si es percibido que la receptividad a esos temas,

    a esas demandas coadyuva a mantener y a acre-

    centar el poder requerido para avanzar el proyec-

    to global, s, sino la cosa es ms problemtica.

    Porque lo central en la accin poltica, y esto a

    veces se pierde de vista, es la construccin y el

    ejercicio del poder. Pods tener las mejores in-

    tenciones y los ms bellos deseos, pero si no con-

    ts con poder para realizarlos, lo ms que pods

    hacer es escribir un libro y apostar a que alguien

    dirigente, partido, organizacin..- que s tiene

    poder lo lea y trate de ponerlo en obra.

    Y como para eso es necesario contar con la co-

    laboracin de muchos, el poltico siempre es un

    pragmtico. Eso no significa que no tenga ideo-

    loga, pero poltica e ideologa son cosas dis-

    tintas aunque relacionadas. La ideologa te dice

    hacia dnde ir, la poltica te dice cmo recorrer

    ese camino, cmo convertir en realidad efectiva

    el deber ser de la doctrina o la ideologa. Y haycuestiones que surgen sobre la marcha, porque

    tambin se hace camino al andar, y es el caso

    que mencions del matrimonio igualitario y tan-

    tos otros. En el fondo no importa si en 2003 el

    kirchnerismo ya tena pensado ese asunto. De

    hecho es una demanda que surgi de la socie-

    dad, primero de los directamente involucrados,y luego, a partir de sus movilizaciones, argumen-

    taciones, movilizaciones, fueron convenciendo a

    grupos ms amplios, mejorando sus argumentos,

    y sobre todo demostrando que esa reivindicacin

    era parte integral de una agenda democrtica. Y

    es en tal carcter que la poltica la hace suya y

    gracias a esa intervencin poltica este aspecto

    del respeto a la diversidad se convierte en obli-

    gatorio para todos y todas. Porque hay algo en lo

    que creo necesario insistir: la reivindicacin so-cial puede ser, como lo es en este y otros casos,

    justa, bella, enriquecedora de nuestra humanidad,

    pero slo articulada al poder poltico se convierte

    en algo que es de cumplimiento obligatorio para

    todo el mundo.

    Significa esto que el poltico sea un oportunis-

    ta? Yo digo que no. Significa que la poltica tiene

    sus propios tiempos, sus propios ritmos, lo que

    los griegos llamaban kairos, es decir el momento

    apropiado para que la accin a emprenderse lo-gre el fin buscado. Una cosa es tener la sabidura

    requerida para reconocer cundo se presenta la

    oportunidad, otra cosa es ser un oportunista. La

    diferencia pasa por el pragmatismo, es decir, el

    reconocimiento de la realidad.

    A veces los acadmicos tenemos una idea muy

    rgida del ejercicio y de la prctica de la poltica.

    La poltica es pragmtica porque la configuracin

    de la coyuntura siempre tiene en ella un peso

    muy fuerte. Tambin por eso en la poltica nun-

    ca o muy raramente existen alianzas permanen-

    tes o enemistades permanentes. Las promesas

    de amor y los rencores difcilmente son de por

    vida, salvo que afecten la dimensin doctrinaria

    o ideolgica o filosfica, digamos: los principios.

    Pero hay veces en que para cuestiones puntua-

    les o concretas es posible encontrar aliados en

    quienes son nuestros adversarios en otros temas.

    Otra vez, la ley de matrimonio igualitario es un

    excelente ejemplo. Muchos de quienes votaron afavor piensan cosas completamente opuestas en

    materia de poltica exterior, ley de medios de co-

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    municacin, etc., pero en ese asunto concreto fue

    posible construir una mayora que puso entre pa-

    rntesis estas otras disputas y prioriz el consen-

    so sobre el asunto principal. Como decas Mao:

    una cosa es la contradiccin principal, y otra elaspecto principal de la contradiccin

    Entonces, en la accin poltica vos vas arman-

    do sobre la marcha Que no es improvisacin,

    sino que no hay otra manera de hacerlo porque

    uno no puede anticipar racionalmente todas las

    configuraciones de los escenarios polticos, que

    adems varan a partir de las decisiones que vos

    y otros sectores van tomando, pero tambin de

    los escenarios externos. Entonces, eso le da a lacosa poltica mucho de oficio, de arte. Y a veces

    cita textual pero es la idea. Es decir: la poltica es

    lucha, es antagonismo, y en toda lucha hay que

    saber desorientar al adversario, no ponerlo de

    sobreaviso. Te imagins la reaccin de la iglesia

    catlica, de La Nacin, si en 2003, cuando apenascontaba con 22% de los votos, Kirchner hubie-

    ra anticipado la ley de matrimonio homosexual?

    Si desde La Nacin Jos Claudio Escribano le

    dio apenas seis meses de vida a su gobierno! En

    poltica el disimulo es sabidura. Lo mismo con

    el juicio a los militares del proceso. En vs-

    peras de terminar su interinato, Duhalde estaba

    dispuesto a poner fin, mediante una ley, a los

    juicios que se estaban llevando a cabo y ratificar

    las leyes de obediencia debida y punto final.De acuerdo a la ancdota, Kirchner le pidi que

    a nosotros, los que escribimos, nos cuesta darnos

    cuenta de eso. Crudamente es as.

    Y hay veces en que tens bien en claro qu hay

    que hacer, pero no es prudente anticiparlo, por-

    que si levants la perdiz vuela y se te escapa.

    Jos Mart tiene una expresin muy linda, muyprofunda sobre esto. En la carta que le escribe a

    su amigo Manuel Mercado en vsperas de la ba-

    talla en la que dio la vida, le cuenta Mart que

    su principal objetivo, desde siempre, fue luchar

    contra el imperialismo estadounidense en Cuba y

    de esta manera impedir que, desde Cuba, ese im-

    perialismo se abalanzara sobre el resto del conti-

    nente. Todo lo que he hecho en la vida ha sido

    con ese fin, le escribe, y agrega lo siguiente: En

    silencio ha tenido que ser y como indirectamente,

    porque hay cosas que, si se conocen de antema-

    no, estn condenadas al fracaso bueno, no es

    le dejara ese asunto a l, como forma de for-

    talecerse frente al establishment que lo miraba

    con tanta desconfianza y encono (todos haban

    apostado a Menem). Duhalde acept y bue-

    no, todos sabemos cmo sigui la historia. La

    depuracin de las fuerzas armadas y de seguri-dad de los elementos involucrados en las tro-

    pelas del la dictadura y abusos de autoridad

    formaba parte del proyecto de Nstor Kirch-

    ner desde mucho antes de asumir lo puedo

    asegurar porque yo form parte del equipo de

    campaa y haba estado vinculado en el tema

    seguridad- pero hubiera sido contraproducente

    andar vocendolo antes de llegar al lugar insti-

    tucional desde donde la intencin poda trans-

    formarse en realidad, y construir la fuerza pol-

    tica que le permitira resistir los embates de los

    grupos procesistas.

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    13VILAS: Raquel Castronovo entrevista a Carlos Vilas

    La poltica requiere la construccin de consen-

    sos, pero esos consensos se construyen como

    parte de una lucha, de una confrontacin entre

    proyectos antagnicos. Ver solamente la necesi-

    dad del dilogo, de la deliberacin, puede llevara formarse peligrosas fantasas, que usualmente

    revierten en contra de uno y, peor an, en contra

    de los pueblos.

    En sntesis, y volviendo a tu pregunta: si la de-

    manda social es vista como coadyuvante a ese

    objetivo poltico que es la preservacin y la am-

    pliacin del poder, obviamente que se incluye en

    la agenda.

    Ciertamente hay un lmite a este juego de circuns-

    tancias y coyunturas, y ese lmite es la conciencia

    de justicia del pueblo. Eso es fundamental. Eso

    tiene que ver con el desarrollo de las fuerzas pro-

    ductivas, tambin con el desarrollo de la cultura

    de los trabajadores, de las organizaciones socia-

    les, porque esos son los que te van fijando el piso

    mnimo de lo que se considera como un bienes-

    tar social, justicia social o lo que sea. Bajar de ah

    es lo que plantea la consigna actual: Ni un paso

    atrs. Nunca menos. Si es para arriba s. Esoes lo que te explica por qu suceden algunas co-

    sas que no se crean posibles.

    - Pero hay otros aspectos que a m me in-tranquilizan de esta cuestin. El concepto dejusticia es un concepto cultural. De algunamanera, lo que es justo para unos, no es justo

    para otros.

    - Si es cierto, pero yo me refiero a lo que se con-

    sidera justo en la estructura dominante de una

    sociedad. No es justo, que se yo Bueno, no es

    justo que los homosexuales no puedan entablar

    relaciones matrimoniales. Y eso se consideraba

    anormal, hace treinta, cuarenta aos. Por qu?

    Porque hoy hay ms homosexuales que antes?

    No s, antes si salan del placard les iba muy

    mal, ahora el prejuicio ha retrocedido mucho y a

    ello han contribuido las polticas pblicas. Va am-

    plindose la visin de la sociedad. La conciencia

    universal de justicia, va evolucionando, va subien-do, los alcances de la democracia, de los derechos

    se van expandiendo. Y eso pasa en muchos rde-

    nes de la vida: en el ejercicio de memoria, verdad

    y justicia en el terreno de los derechos humanos,

    en la eliminacin del trabajo no registrado, en la

    vigencia de la negociacin colectiva de las condi-

    ciones de trabajo, en el acceso a servicios bsicoscomo salud, educacin, vivienda. Y en todo esto

    estn presentes las polticas pblicas que, o bien

    crearon las condiciones para que esa expansin

    tuviera lugar, o bien ellas mismas impulsaron la

    ampliacin.

    -Esta pregunta es un poquito lateral a esoque estas planteando. Nosotros tuvimos haceunos aos, gracias a la iniciativa de Nstor

    Kirchner, una ley que se llam despus PatriaGrande, que fue la que facilit la insercin detodos los inmigrantes latinoamericanos queestaban en situacin irregular. Y esa ley, conlo revolucionaria que es, permiti que mu-chas personas que estn viviendo en nuestro

    pas, padeciendo situaciones de mucha jus-ticia por no poder regularizarse, esten muycontentos y agradecidos, pero no es una leyde buena prensa. El conjunto de la sociedadni la conoce, pero cuando la conoce muchas

    veces la rechaza, porque en realidad persistela idea de que los inmigrantes (especialmen-te los de origen latinoamericano) no tienenlos mismo derechos que los argentinos y queno est bien de que vayan al hospital y seoperen gratis. Lo que yo marco en referen-cia a este gran paraguas de la cultura, es quems all de que hay acuerdo en el instrumen-to jurdico que porta un concepto superador,en la cultura media sigue persistiendo la dis-criminacin.

    - Sabs las cosas que dijo Macri en el Parque In-

    teramericano incluso la Defensora del Pueblo

    de la Ciudad

    - Y que es compartido por muchos

    - S, s

    - Esto yo quera preguntrtelo en el sentido

    de cmo opera a la inversa de lo que venimoshablando, con el ejemplo del MatrimonioIgualitario, que podramos decir un sector

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    Revista Debate Pblico. Refexin de Trabajo Social - Conversaciones sobre lo pblico14

    progresista meti presin para modelar as-pectos del proyecto nacional. Cmo operanlas otras cuestiones, por ejemplo, la temticade seguridad. O la temtica de la asignacin

    universal por hijo, que es una de las polticasms exitosas, pero que muchsima gente nocomparte. Y yo voy a poner un solo ejemplo

    para fundamentar. Hablando con un funcio-nario de obras pblicas del Municipio de La-ns, yo le preguntaba por el Plan de Urbaniza-cin de Villa Jardn, que es un plan interesantede construccin de viviendas. Y me dijo: Nolo podemos decir porque nos quita votos Estan limitante, digamos, que as como existe

    un sector de la sociedad que coloca propues-tas superadoras, tambin existe una especiede lastre que presiona en otra direccin.

    - S, claro que s, es el sentido comn de la gen-

    te Una de las cosas importantes de las grandes

    cadenas de medios es que instalan un sentido co-

    mn en la poblacin. El sentido comn en mate-

    ria de seguridad es que tenemos un sistema legal

    que permite que el delincuente entre por una

    puerta y salga por la otra, y que es garantista para

    los delincuentes y no con la vctima. Es el senti-do comn, no slo el nuestro, es universal. Otro

    planteo es que los extranjeros vienen a quedarse

    con el laburo de los criollos. Eso te lo dicen en

    todo el mundo, y mir que yo he sido extranjero

    y laburante en un montn de pases.

    Entonces, una de las tareas ms duras que tiene

    un proyecto poltico emancipatorio es ir limando

    y erosionando esa trama de prejuicios, de aparen-

    tes razones Ahora bien, es un tema difcil por-

    que as como eso se construye por adicin y por

    agregacin y sobre todo se construye en la vida

    cotidiana, vos no podes terminar con eso por ley.

    Es importante tener la ley, tener las constitucio-

    nes, y las condiciones para quien sufre ese tipo

    de injusticias pueda recurrir a las instituciones,

    porque la injusticia cuando est sancionada por

    ley se convierte en delito. Y entonces la mujer

    a quien su pareja le pega, en vez de ir a llorar su

    dolor a lo de alguna amiga o parienta, puede ir a

    la comisara de la mujer, lo que sea, y saber que

    el estado, como expresin del conjunto social, vaa tomar cartas en el asunto. Pero el cambio en

    la cultura lleva mucho tiempo. Porque el mundo

    de representaciones, imgenes, prcticas, etc. se

    fue construyendo a lo largo de dcadas y siglos.

    Las desigualdades de raza, de gnero, de religin,

    son anteriores a las desigualdades de clase y a su

    lucha. El tema es cmo uno lo va planteando,de qu manera se logra sumar voluntades. Que

    los heterosexuales tambin estemos a favor del

    matrimonio igualitario, que los varones tambin

    estemos en contra de la violencia contra las mu-

    jeres, que los que no somos nios, que los que

    no somos obreros Y as. Y ese es un trabajo

    poltico: meter armnicamente esa suma de rei-

    vindicaciones especficas derechos de los ho-

    mosexuales, de las mujeres, de los nios, de los

    trabajadores, de los indgenas, de los inmigrantes,de los jvenes, de los desempleados y de to-

    das las combinaciones que son posibles- en un

    proyecto poltico de convivencia solidaria y de-

    mocrtica.

    - Y hay algunos gobernantes que ceden a la ten-tacin de mimetizarse con ese sentido comn.

    - Claro, porque piensan que eso les va a dar ga-

    nancia. Y puede ser que en lo inmediato les de

    ganancia. Pero el saldo que queda puede ser de-sastroso. Porque cuando se trata de concertar con

    el enemigo, hay que ver, puede ser una concer-

    tacin tctica. Ahora, cuando se piensa que por

    el hecho de que uno concierte, el enemigo te va

    a considerar fuerza propia, estas equivocado. Y

    adems, las cosas que no te gustan siempre salen

    peor que las que te gustan. Ellos estn conven-

    cidos que siempre alguien va a hacer las cosas

    mejor que vos.

    - Vos recin mencionaste eso de esta fanta-sa de construir, de avanzar construyendoconsenso, y eso me trajo bsicamente a otrotema. Nosotros somos parte de una comu-nidad acadmica que forma trabajadores so-ciales. Y los trabajadores sociales, entre otrascosas, lidian cotidianamente con una especiede marca que es esto de trabajar para cons-truir la economa social, para consensuar,

    para que la gente se ponga de acuerdo. Y

    tenemos muchas dificultades para reconoceren nuestro rol tcnico, la fuerte presencia delpensamiento poltico, por un lado. Y como

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    15VILAS: Raquel Castronovo entrevista a Carlos Vilas

    consecuencia de esto, reconocer que somosparte de una arena de conflicto y que nuestrotrabajo no es hacer que no existan conflictossino posicionarnos en ese conflicto y aportar

    segn nuestro pensamiento poltico. La apo-liticidad de los trabajadores sociales, no vie-ne del neoliberalismo, es muy anterior, vie-ne de nuestra matriz religiosa. Y justamenteesa matriz de la religin y lo que fueron lasformas protocientficas del trabajo social yla poltica social, la filantropa, la caridad ytodo eso, han marcado como si fuera apoliti-cidad, un posicionamiento claro de parte delstatus quo, dejando cmo estn dadas las co-

    sas. Es muy trabajoso hacerlo ver a los estu-diantes de trabajo social. Tanto que no teneruna posicin poltica, es profundamente po-ltico, como que tu trabajo por mejor calidadtcnica que tenga, est marcado a fuego porun pensamiento poltico. No podes dejar el

    pensamiento poltico en el perchero. Cmopenss que se puede trabajar esto desde unproyecto de formacin?

    - Esa misma situacin se da en otras carreras. Yo

    lo veo en las licenciaturas y postgrados de CienciaPoltica. El hiato, el desfase que hay entre la po-

    ltica tal cual es y la teora poltica de los ltimos

    cincuenta, sesenta aos, es abismal. Y ese abismo

    es el efecto de una creacin poltico-ideolgica.

    Cuando la poltica queda reducida a derecho, de-

    recho pblico, derecho constitucional, o a filoso-

    fa o a psicologa, los temas reales van por otro

    lado. Y los actores reales de la poltica van por

    otro lado. Los que hacemos docencia o investiga-

    cin tenemos la obligacin moral y no slo pro-

    fesional de trabajar para que nuestros estudiantes

    entiendan que las cosas son ms o menos como

    son. Sobre el Trabajo Social no puedo decir mu-

    cho. Yo no estoy en la formacin de trabajadores

    sociales; a m, en el post grado me toca el produc-

    to terminado y sinceramente llegan los buenos.

    Los malos en general no llegan a los posgrados.

    Entonces, no se a nivel de licenciatura, pero los

    chicos en sta y en otras licenciaturas tienen que

    abrir sus ojos y sus mentes a lo que la realidad

    es, independientemente de que le guste o no leguste. Si le gusta, van a ser felices, si no les gusta,

    van a tener un nivel grande de insatisfaccin. Y

    si vos adems le metes cierta nocin de eficacia

    institucional, no de asepsia poltica, van a tratar

    de mejorar, en los trminos que sea, esa realidad.

    Eso no es incompatible con este desidertum de

    avanzar construyendo consenso, pero vos tensque aceptar que la realidad es una realidad de

    conflicto, contradiccin y lucha, y que hay gente

    con la que nunca vas a poder ponerte de acuerdo.

    Si te encontrs con un individuo como un noto-

    rio senador nacional, que dice que la Asignacin

    Universal por Hijo es para que los empobrecidos

    tengan ms plata para la cerveza o que los estu-

    diantes que reciben las notebooks gratis las van

    a vender en La Salada y con esa plata comprar

    droga Qu consenso podes construir ah? Di-gamos, cuando Macri te dice que el problema es

    que el espacio pblico es vulnerado por los ville-

    ros y la inmigracin indiscriminada, en qu po-

    ds ponerte de acuerdo? S, lo ideal sera que nos

    sentramos en una mesa y dialogramos. Pero en

    primer lugar no tens todo el tiempo del mundo.

    La razn, como deca Hegel, la vida est hecha de

    pasin, y no se puede escribir la historia, si no se

    escribe sobre las pasiones. Existe en la Historia,

    dice l, la astucia de la razn, es decir, la razn

    mira cmo se enfrentan las pasiones, los intere-ses, y despus toma partido por el que gana y se

    alza con los resultados. Esto lo dice Hegel, no

    lo dice ni Nietzsche. Hegel dice eso. Y es cierto,

    as es. Entonces, hay tipos que estn a favor y

    otros que estn en contra, y del enfrentamiento

    de esas pasiones surge el progreso de la justicia

    y la libertad y esto no lo dijo Hegel, lo escribi

    Maquiavelo. Hay gente que se beneficia y gente

    que se perjudica. Uno puede hacer todo lo po-

    sible para demostrar que no se van a perjudicar

    tanto, que la vida no es un juego de suma cero.

    Pero no nos engaemos. Y las grandes consignas

    polticas siempre plantean un antagonismo, un

    nosotros frente/contra ellos. El otro es un ad-

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    Revista Debate Pblico. Refexin de Trabajo Social - Conversaciones sobre lo pblico16

    versario, no es un enemigo aunque a veces la

    retrica poltica se presta a confusiones. Pero vos

    tens que partir de la hiptesis del conflicto. Por

    qu? En definitiva todos somos iguales, todos te-

    nemos distintas ideas de hacia dnde tiene que ireste pas, de cmo tiene que organizarse, quienes

    son los que tienen derecho a participar y quienes

    no. Entonces, en algn momento vos tens que

    marcar la divisin, el clivaje. Estos estn ms o

    menos a favor de lo que yo creo, ms o menos en

    contra de lo que yo creo. Ah est, basta. Ests a

    trabajo en una materia que es Macroplanifi-cacin, entonces es muy normal.

    - No me imagino lo que son los trabajos prcti-

    cos, cmo consegus un ejemplo de macroplani-ficacin.

    - Es todo un desafo. Pero, a m no me resul-ta tan complicado trabajar con mis alumnosel componente poltico en la decisin acercade cmo formular un programa por ejemplo

    favor de la privatizacin, de la educacin privada

    (como acaba de plantear un funcionario del rea

    educacin del gobierno de la Ciudad) o ests a fa-

    vor de expandir la educacin pblica. Lo ideal es

    minimizar el potencial conflicto o por lo menos

    acotar la expresin del conflicto. Que sea lo menos

    virulento, lo menos violento, lo menos doloroso

    posible como deca un avezado dirigente poltico

    nuestro: Si tens que matar a alguien, trat de

    que no se vaya resentido., es decir, decile que

    no, que no va, que no camina, pero explicale, ar-gumentale por qu. La nica manera de conseguir

    esto es evitando que el conflicto poltico se perso-

    nalice. Lo poltico est en otro nivel. Est en los

    proyectos de pas, en la articulacin de acciones

    sectoriales, segmentarizadas, con ese proyecto. Y

    el conflicto se da entre proyectos, polticas, obje-

    tivos, fines. En fin, as es como yo veo la relacin

    entre poltica y polticas pblicas.

    - Para nosotros como docentes, por lo me-

    nos para m como docente de una ctedra deTrabajo Social, esto es un tema cotidiano. Yo

    para la educacin de los nios. Pero cuan-do ellos traen sus prcticas cotidianas, en elespacio microsocial, resulta muy complejoreconstruir la perspectiva poltica. Y ah esdonde aparece todo como un barniz muyingenuo, muy de buena intencin, muy debsqueda de consenso. Y les cuesta mucho

    ver en el espacio microsocial, la presencia dela poltica.

    - Hay cierto rechazo a ver polticamente esos te-mas. S claro, piensan en la manipulacin de los

    punteros. Bueno, ah el esfuerzo es para separar

    una cosa de la otra. Y tampoco forzar, porque

    a veces nosotros tambin tenemos un enfoque

    muy mecanicista, muy inmediatista de las rela-

    ciones entro lo micro y lo macro poltico. Bus-

    camos una relacin directa y no es as, porque

    hay mediaciones entre un plano y otro. Hay una

    distancia entre la asignacin que llega a la ofi-

    cina del ANSES para la seora con sus hijos y

    la gran poltica de inclusin social. Pero hay una

    clara conexin y nosotros debemos explicitarla.

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    17VILAS: Raquel Castronovo entrevista a Carlos Vilas

    No basta con afirmar por ejemplo que la asig-

    nacin forma parte de un proyecto poltico. Mu-

    cha gente ha sido acostumbrada a entender que

    lo poltico es malo, es sucio. Entonces uno tiene

    que argumentar, uno tiene que aclarar que esto espoltica, en primer lugar porque en otros gobier-

    nos esto no se haca, haba otra cosa. En segundo

    lugar, es poltico porque se hicieron otras cosas,

    por ejemplo, cambi la presin tributaria hacia

    las exportaciones agropecuarias, se puso fin al

    escandaloso sistema de las AFJP, hay una poltica

    econmica que estimula tasas elevadas de creci-

    miento, aumenta el empleo y se reduce el trabajo

    en negro, etc. Todo eso, y una firme voluntad

    poltica, es lo que hace posible la AUH. Y eso yano depende de los punteros. Es la poltica la

    que permite que lo que antes dependa del arbi-

    trio del caudillo, del jefe local, del puntero, ahora

    sea un derecho de todos los que, objetivamente,

    renen ciertas calificaciones. Eso por un lado.

    Pero por otro lado aqu hay que considerar que

    esto es poltica en el sentido de que la poltica

    tiene que ver con el futuro del pas, de la Argenti-

    na, entonces a usted seora se le da este dinero,

    para que sus hijos vayan a la escuela, tengan las

    vacunas que tengan que tener, se mejore un po-quito la dotacin de recursos de su casa y ese

    tipo de cosas. Es todo un proceso de argumenta-

    cin. Y una de las cosas lindas que tiene el trabajo

    social, por diferencia con el del socilogo, y lo

    que inspir eso de lo cual todos fuimos vctimas,

    que fue la Reconceptualizacin. (Irnicamente)

    Porque argumentaron tanto los trabajadores so-

    ciales, que finalmente el trabajador social es por

    sus propias prcticas profesionales la vanguardia

    de la conciencia revolucionaria.

    En todo caso, el TS est en contacto con los pro-

    blemas. Entonces vos podes optar a la manera

    vieja, por una forma asistencialista o beneficen-

    te o lo que sea, o preventiva simplemente. Pero

    tambin tens la alternativa de una dimensin de

    Trabajo Social que sirve para resolver los proble-

    mas o para ayudar a que la gente los resuelva, o

    haga el intento. Porque los problemas hay que

    resolverlos, porque sino es retrica. Entonces es

    necesario concientizar, explicar. No ser simple-mente el burcrata, con un diploma de socilogo,

    de antroplogo, que toma nota. Aj, si. Edad?

    Tanto. Hijos? tanto Hay que hacer el esfuerzo

    por comprender y no slo conocer, los proble-

    mas, acercarse al modo en que las personas lo

    viven, que no es usualmente como uno. Hay que

    poner emocin y pasin en lo que se hace, poneralgo de afectividad. Esto no conspira contra la

    objetividad, pero impide que a uno las cosas, las

    injusticias, le resbalen. Y eso te ayuda a compren-

    der. Porque muchas veces te encontrs con que

    los directamente involucrados plantean mal sus

    problemas, pero que los planteen mal no quiere

    decir que los problemas no existan. Y el trabajo

    es ayudarles a lograr un planteo mejor.

    - Yo creo que los estudiantes de Trabajo So-cial, esa es la parte que tienen ms fuerte. Laidentificacin con la gente con la que traba-jan, profundamente afectiva y en la mayora,hay un inters real en aportar para el mejo-ramiento de la vida de esas personas. La di-ferencia es sutil, porque ese aporte no pasa

    por la buena voluntad del trabajador social,que le pone la oreja y le hace palmadas en elhombro a la persona que tiene un problemao una necesidad, sino que ese trabajo del tra-

    bajador social tiene que estar encuadrado enun proyecto poltico que efectivamente gene-re una poltica donde esa persona pueda irresolviendo de verdad sus problemas.

    - Pero no se trata de resolverlos de la manera

    burocrtica. Para eso estn las instituciones, para

    eso estn los municipios y todo eso. Lo que esta-

    ba viendo es cmo hacer para que la gente reva-

    lorice un poco la poltica. Y vea ese nexo que hay

    entre el enfrentamiento a su problema inmediato,

    cotidiano, el problema de la cuadra o del barrio

    o la villa, y el proyecto poltico. Y es un tema de

    argumentacin.

    - La argumentacin de nosotros mismoscomo docentes frente a ellos

    - Cuando vos llegs a un barrio, no es como

    cuando vos llegas a un Shopping. Es distinto, ac

    hay problemas de tipo especfico. Y una cosa es

    ver los problemas y otra cosa es que te los cuen-ten. Porque sino el estudiante universitario por

    ms radicalizado, ideologizado que est se pone

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    Revista Debate Pblico. Refexin de Trabajo Social - Conversaciones sobre lo pblico18

    a predicar y baja lnea y le explica a la gente lo

    que le esta pasando. Son dos actitudes posibles,

    o bien le explica a la gente desde arriba y les dice

    lo que tienen que hacer, o bien se mimetiza con

    ellos y se convierte en el ms, en el peor de ellos.En vez de integrarse para superar, se integra para

    reproducir.

    Entonces el saber que recibe de la universidad, el

    oficio, las prcticas, etctera, tiene que llevarlo a

    encontrar un saludable vnculo con las personas.

    Tens que ponerte por delante, pero no tanto

    que los tipos no te alcancen. Y tens que igualar-

    te, pero en el sentido de comprensin y vivencia

    de sus problemas, pero no ms que eso.

    - Lo que decas Carlos es muy interesante.El tema es conocer realmente lo que es la

    poltica. Porque a veces el problema es queen los exmenes parciales se hace una valo-rizacin fantstica de la poltica, mientrasno se corporizan actores concretos, que soncomo siempre vulgares, problemticos, ten-dencialmente Entonces, adoran la poltica

    pero cuando van al barrio donde est

    - El puntero.

    - El puntero Pero hay algo de ese ordenque tiene que ver mucho con lo afectivo, con

    poder valorizar al sujeto. Porque no existensituaciones polticas puras, salvo en las no-

    velas, y poder entablar una relacin con esosactores para poder valorizar la poltica comose juega en el escenario local. Porque sinoson excelentes pensadores de lo poltico,

    pero esperan encontrarse con la Familia In-galls.

    - Exactamente, ese es el problema. Las mismas

    mezquindades que tienen ellos en sus casas, en

    su vida cotidiana, estn en el ambiente social en

    el que ellos actan, lo que pasa que son distintas

    de las de uno, y uno siempre ve mejor las malas

    costumbres ajenas, no las propias. Hace muchos

    aos, en Repblica Dominicana, tena un amigo

    de mucho dinero y un montn de hijos que noquera tener niera en su casa: Que mis hijos

    aprendan las malas costumbres nuestras, que no

    se notan. No las de la mucama habra sido

    bueno conocer la opinin de su esposa, una

    sociloga que tuvo que dejar su profesin para

    salvar a sus hijos de las malas costumbres aje-

    nas

    Con muchos de nuestros estudiantes y graduados

    pasa al revs, hay cierta idealizacin de los po-

    bres, que son pobres pero honestos. A veces son

    pobres por honestos, especialmente cuando uno

    ve la cantidad de pcaros que han amasado gigan-

    tescas fortunas a costa del empobrecimiento de

    millones de compatriotas. Los pobres, parece

    elemental decirlo, tienen las mismas grandezas y

    miserabilidades que tiene la clase media, lo quepasa es que se manifiestan de manera diferente, o

    como por definicin cuentan con menos recur-

    sos, se les nota ms. Entonces se trata de que hay

    cierto idealismo pero mal encarado. Hay que pre-

    servar cierto idealismo, porque si los jvenes no

    pensaran que pueden cambiar las cosas, la cosa

    sera mucho peor.

    - Te animas a una pregunta ms?

    - S.

    -Cambiando totalmente el eje de la conver-sacin. Hace un rato mencionbamos el pro-

    yecto de la Patria Grande, el proyecto polticolatinoamericano. Bueno, mi pregunta es porcierta inquietud que me produce poner enun plato de la balanza el proyecto ms pro-gresista y de justicia social de Amrica lati-na, con sus heterogeneidades, en el marco deun mundo que parece controlado an por elneoliberalismo ms salvaje, totalmente exito-so. Esta situacin est explotando por all por

    frica. Yo creo que ms all de los problemasde las dinastas gobernantes o de las tribus

    y cuestiones religiosas y tnicas dando vuel-tas, a m me parece que hay un componentetambin del fracaso del proyecto neoliberal,que ha producido desocupacin y pobrezacreciente. Me parece que esto hace tambinque explote al estilo que explot en el 2001 en

    nuestro pas. Pero no obstante eso, me da lasensacin de que la disparidad del proyectode Amrica Latina, y del resto del mundo es

  • 5/21/2018 Revista Debate Publico

    20/143

    19VILAS: Raquel Castronovo entrevista a Carlos Vilas

    totalmente despareja. Y quera preguntarteacerca de lo que vos aprecias como condicio-nes de viabilidad para el proyecto.

    - El tema de Egipto, Libia, Tnez creo que no esun tema de neoliberalismo ah. No, eso es Pri-

    mero, se filtran los cables de wikileaks, se muestra

    la corrupcin, etctera de la familia del presiden-

    te tunecino. Se hace una protesta, no por el pro-

    grama poltico del tunecino. Tnez es un pas al

    que le sobraba la plata pero se la quedaba toda la

    elite del gobierno, desde una concepcin feudal

    o qu se yo, de poder. Egipto fue ms o menos

    lo mismo. Una diferencia con Tnez es que en

    Egipto el ejrcito no estaba tan contaminado conel rgimen poltico, tena ms prestigio social. En

    definitiva, ms all de todo lo que se dijo sobre

    el rol de Twitter y Facebook, lo que resuelve la

    situacin es que el ejrcito no reprime y trata

    ms bien de contener, logrando quedarse como

    rbitro y facttum del resultado final. Pero ni en

    Tnez ni en Egipto ha habido, hasta ahora, un

    cambio de rgimen, pese a toda la chchara res-

    pecto de unas supuestas revoluciones chchara

    alimentada en gran parte por los grandes medios

    globalizados. Lo de Libia tiene que ver con esaincomodidad que EEUU y Europa siempre tu-

    vieron respecto de Khadafi que no es el que en

    la dcada de 1970 tena posiciones nacionalistas y

    antiimperialistas-, la estructura tribal de la socie-

    dad y el estado libios, y, para variar, el petrleo.

    Y, por supuesto, la amenaza de una masa de

    refugiados del norte de Africa que arribe, con sus

    muchsimas y gigantescas necesidades, a una Eu-

    ropa que se hunde ms y ms en la crisis. Puede

    ser que Sarkozy, Berlusconi, Rodriguez Zapatero,

    detesten a Khadafi, pero ms detestan la hipte-

    sis de decenas de miles de gente famlica llegan-

    do a sus playas.

    Entonces, en este contexto, qu es lo que hace

    Argentina? Hace este Programa Patria Grande,

    de blanqueo, radicacin y ciudadanizacin de los

    extranjeros que estn viviendo aqu, de los que

    vengan. Pero tampoco hay que caer en la inge-

    nuidad. Nosotros en estos momentos estamos

    en condiciones de recibir todos los aos, miles dehermanos que vienen a buscar trabajo, que traen

    como principal equipaje la esperanza de un futuro

    mejor? Desde el punto de vista moral, ideolgico,

    yo que tengo hijos de tres nacionalidades, s, yo lo

    veo con gran simpata, porque yo he recibido esa

    solidaridad en Repblica Dominicana y despus

    en Honduras, en Nicaragua, en Mxico, y tam-bin tuve que mancarme el prejuicio. Todo esto

    a nivel individual. Ahora, cuando vos ests ma-

    nejando un pas, vos tens que ver hasta dnde y

    en qu condiciones. Entones vos tens que apli-

    car tu sensibilidad, tus convicciones, para crear

    las condiciones que permitan hallar una solucin

    lo ms satisfactoria, o menos insatisfactoria, para

    todos los intereses en juego. Eso incluye explorar

    vas de colaboracin con los pases de donde la

    inmigracin proviene, contribuir a la mejor reso-lucin de los problemas que impulsan a su gente

    a migrar, aprovechar que en esos pases existen

    gobiernos con orientaciones y convicciones simi-

    lares a las del gobierno nuestro. Luchar contra el

    prejuicio y las agresiones aqu, regularizar la si-

    tuacin migratoria, garantizar sus derechos como

    a cualquier otro habitante del pas, y trabajar fra-

    ternalmente con nuestros amigos para que tantos

    hermanos no deban enfrentarse a la necesidad de

    dejar su propio pas atrs. Y en esto UNASUR

    y el MERCOSUR, sobre todo el MERCOSURSocial, tiene un extraordinario campo de accin.

    Pero tambin hay que reconocer y las cosas

    desagradables, si uno no reconoce que existen,

    es muy difcil que podamos arreglarlas- que his-

    tricamente las migraciones han sido vistas por

    muchos gobiernos como una forma de sacarse

    de encima los problemas ms acuciantes de lo

    que en alguna poca se llamaba superpoblacin

    relativa, y de ah derivaba una variedad de polti-

    cas, formales e informales, de estmulo directo e

    indirecto a la emigracin de fuerza laboral.

    Este programa es una gran cosa, hay que hacer

    una buena administracin en funcin de estos

    recursos.

    - Yo coincido con tu posicin en general,pero hay estadsticas que muestra que desdeque se han instalado gobiernos ms progre-

    sistas que buscan redistribuir la riqueza enlos pases limtrofes, la inmigracin de pa-ses limtrofes ha descendido, hay muchsi-

  • 5/21/2018 Revista Debate Publico

    21/143

    Revista Debate Pblico. Refexin de Trabajo Social - Conversaciones sobre lo pblico20

    mos que han retornado a sus pases. Con locual, creo que en realidad el problema se vaaminorando, va disminuyendo la preocupa-cin por eso. La pregunta que yo te haca en

    relacin con las heterogeneidades de los pa-ses, es que no es lo mismo Chile que Per, oBolivia o Brasil, en trminos de la enverga-dura del compromiso progresista. O Colom-bia. Cmo lo ves viable en el marco de unmundo que camina hacia la derecha?

    - Hay que profundizar ese programa, y la mejor

    forma de hacerlo es seguir avanzando por el ca-

    mino que iniciamos en 2003. Ese camino es el que

    nos ha permitido impulsar estos cambios profun-dos en la configuracin regional sudamericana. Y

    eso influye incluso en quienes no piensan todo

    como nosotros. Fijate Pineda. Hasta ahora, ha re-

    sultado ser menos feo de lo que esperbamos. Lo

    mismo Santos en Colombia. Pero de todas mane-

    ras, an si se va ms a la derecha en el continen-

    te, si Lugo o Evo sucumbieran ante sus propios

    problemas, Patria Grandes es un programa que

    al contrario, debera crecer porque seran ms, de

    acuerdo a la lgica, a la hiptesis de la teora inmi-

    gratoria, los hermanos de los limtrofes que ven-dran para ac. Si podes absorberlos o no, en una

    situacin econmica Pero pudimos hacerlo en

    los aos pasados. Entonces el programa no slo

    es un testimonio, sino una verificacin operativa,

    concreta, de un espritu latinoamericano. Que es

    importante adems porque le quita a la cuestin dela integracin esa faceta economicista, comercial

    que tuvo en sus inicios.

    En esto de la continuidad, la permanencia, la irre-

    versibilidad de las cosas, yo soy bastante cauto.

    Solamente despus de mucho tiempo es posible

    reconocer que algunas cosas han resultado irre-

    versibles. En el fondo, lo que las hace irreversi-

    bles es su instalacin en la mente y la conciencia

    de los pueblos. Porque la fortuna es inconstantey la vida est llena de reveses. Slo la firmeza de

    las convicciones colectivas permite superar las

    regresiones y reemprender el camino correcto.

    Las cosas duran lo que dura la fuerza de los pue-

    blos para hacerlas durar y progresar. No hay ms

    frmula que esta. Y eso es lo interesante, lo lindo

    no? La frmula es que te dura lo que te dura, por

    eso no pods bajar la guardia. Es una cuestin

    permanente, hay que darle, y darle, y darle Y

    eso es lo que hace de la poltica un oficio.

    - Muchas gracias.

  • 5/21/2018 Revista Debate Publico

    22/143

    Polticas pblicas de jvenesy su costado oculto:

    la subjetividad

    Analizar las manifestaciones de las cuestiones so-

    ciales en nuestro pas nos lleva ineludiblemente

    a explicitar el marco de las polticas que desem-

    bocaron en la crisis ms indita y profunda, en

    palabras de Garca Delgado1, de las ltimas dca-

    das, la del ao 2001- 2002. Sin detenernos en ello,

    pretendemos hacer visible, desde nuestro punto

    de vista, lo que sucedi en el interior de la mar-

    ginalidad, en el transcurrir de las ltimas dcadas

    en el conurbano bonaerense, haciendo nfasis en

    Miradas sobre la intervencin

    Mara G. Garca*y Antonio Colicigno**

    los jvenes, sus mundos de vida, un recorrido de

    las ideas y acciones de intervencin que permi-

    ta la necesaria reflexin sobre las mismas. Nos

    detenemos en un esquema de intervencin que

    estamos desarrollando en un distrito, redefinien-

    do permanentemente y por qu no construyendo

    colectivamente, en base a una prctica que exi-

    ge adaptaciones, intercambios, reaprendizajes y

    sobre todo, amplitud de criterios en un mundo

    complejo.

    1. Garca Delgado, Daniel (2003): Estado, Nacin y la Crisis del Modelo. Bs. As., Norma.

    Fecha de recepcin:

    Fecha de aceptacin:

    Correspondencia a:

    Correo electrnico:

    10 de marzo de 2011

    30 de marzo de 2011

    Mara Graciela Garca

    [email protected]

    * Profesora Titular. Carrera de Trabajo Social. UBA. Coordi-

    nadora de Gabinete de la Defensora del Pueblo de la Ciudad

    Autnoma de Buenos Aires.

    ** Profesor. Facultad de Humanidades y Ciencias de la

    Educacin de la UNLP. Jefe de Gabinete de la Municipalidad

    de la Matanza.

  • 5/21/2018 Revista Debate Publico

    23/143

    Revista Debte Pb. Refex de Trbj S - Mrds sbre terve22

    Miremos las causas para entenderel hoy

    Las voces que cobran fuerza en los medios hege-

    mnicos no dan cuenta de las causas profundas,

    del proceso de construccin de los problemas

    sociales de la Argentina contempornea. Una

    omisin que no es producto del desconocimien-

    to, sino de una intencionalidad deliberada de

    ocultamiento en favor de aquellos sectores que se

    beneficiaron con las polticas pblicas aplicadas

    desde la dictadura, en especial las desarrolladas

    durante la dcada de los noventa.

    No era previsible que una sociedad con crecien-tes niveles de exclusin y de pobreza, con marca-

    do desempleo, empleo de baja calidad e informal,

    con desinversin pblica en materia educativa,

    sanitaria, infraestructura bsica, con inaccesibi-

    lidad a la vivienda, nos llevara a situaciones de

    violencia, desapego familiar y comunitario, rup-

    tura de solidaridades sociales, carencia de normas

    de convivencia social?

    Algunos sectores sociales que desde la larga

    noche de la dictadura, los condicionamientos ypresiones a la recuperada democracia y la sub-

    ordinacin plena al neoliberalismo, fueron los

    cmplices de una Argentina donde la concentra-

    cin de la riqueza, el vaciamiento de lo pblico, la

    marginacin de lo popular fueron lo central, hoy

    pretenden esconder ese pasado y mostrar un pre-

    sente con problemas sociales profundos que pa-

    recen no tener causas arraigadas en esa historia,

    sino derivar de las polticas en tiempos recientes.

    La expansin de las villas, el vivir hacinados, no

    es una eleccin individual o familiar, es el produc-

    to de una historia de vida que se desenvuelve en

    un contexto poltico, econmico, social y cultural

    construido colectivamente como nacin, donde

    el neoliberalismo dej sus efectos, la exclusin

    se impuso, creci y oblig a miles de familias a

    buscar un lugar para enfrentar ese tiempo de no

    accesos, que favoreci la destruccin de lazos so-

    ciales, familiares y comunitarios, un sinfn de pe-

    nurias, relatos de un pas que supimos construir.

    Sectores sociales marginales que se fueron exten-diendo por doquier, un conurbano, ya complejo

    por el propio desarrollo industrial de la Argen-

    tina, que en el proceso de desindustrializacin,

    desde 1976 al 2002, se transform en un lugar de

    desesperanza, los trabajos cercanos fueron des-

    apareciendo y la cotidianeidad social se compleji-

    z como nunca antes.

    Efectos en los sujetos

    Desde una mirada retrospectiva podramos decir

    que en el gobierno de la recuperacin democrti-

    ca, (mediados de los 80) se visualizaban ya conse-

    cuencias a nivel del conjunto social en dos niveles

    claros: las propias del terrorismo de estado y su

    incidencia en lo subjetivo y la transformacineconmica del pas que produca un gran impac-

    to en grupos sociales mayoritarios que bsica-

    mente tenan que ver con la prdida de fuentes

    de trabajo, vinculadas a la produccin industrial

    para el mercado interno, inestabilidad del empleo

    y su repercusin en el entramado social.

    Desde el anlisis de la experiencia de los movi-

    mientos por los Derechos Humanos podan cla-

    ramente observarse consecuencias en estos dos

    niveles que traan fenmenos de ocultamiento,intriga y fragmentacin, por un lado y la visuali-

    zacin cada vez ms clara de que un acto electoral

    no constitua por si una estructura democrtica.

    Esto claramente era un gran logro pero la cons-

    truccin de una sociedad democrtica tenia que

    ver con muchos ms aspectos que incluan modi-

    ficaciones a nivel de lo colectivo a largo plazo.

    En esas experiencias hubo intentos de sistemati-

    zacin del trabajo que se efectuaba con chicos en

    situacin de vulnerabilidad.

    Las propuestas tenan objetivos que se corres-

    pondan con ese momento de recuperacin de

    la democracia y sus implicancias no slo a nivel

    econmico y social sino tambin y fundamental-

    mente en el anlisis del impacto de esa etapa en

    la subjetividad de los protagonistas.

    Los objetivos de entonces eran esencialmenterecuperar y sistematizar la experiencia de los tra-

    bajadores o educadores de la calle por un lado y

  • 5/21/2018 Revista Debate Publico

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    23gaRca - colicigno : Polticas pblicas de jvenes y su costado oculto: la subjetividad

    participar en las formas de organizacin colecti-

    va del trabajo productivo y del aprendizaje por

    otro, ya que desde ese momento se visualizaban

    fenmenos que tenan que ver con situaciones

    de abandono escolar, prdida o distanciamientodel vnculo familiar y la necesidad de que las in-

    tervenciones fueran pensadas en base a la cons-

    truccin de proyectos de vida y la inclusin de

    determinados grupos sobre la base del trabajo

    productivo.

    En ese momento histrico se comenzaron a

    perfilar algunos proyectos en los que se tom el

    derecho de la niez como de vital importancia

    comenzando as defensoras de menores que ge-neraban la defensa de derechos y la inclusin a

    partir del trabajo en calle, institutos y/o hogares

    alternativos de crianza.

    Es obvio que en esos aos era difcil prever el

    agravamiento de las cuestiones sociales que su-

    frira nuestro pas en los aos sucesivos, y que

    devendran en niveles de exclusin empeorando

    las penurias existentes, pero sobre todo exten-

    dindolas a grandes grupos de la poblacin como

    nunca antes haba visto nuestro pas, en especialdesde la segunda parte de los noventa.

    Desde el trabajo territorial en espacios del conur-

    bano bonaerense comenzamos a plantearnos de

    qu forma implementar acciones dada la situa-

    cin de crisis existente, fundamentalmente ya a

    partir del 2000-2001 donde la exigencia perma-

    nente era usar la creatividad, en medio de pocas

    certezas y muchos interrogantes.

    Sabamos que exista un dao subjetivo que cla-

    ramente tena que ver con lo que nosotros lla-

    mamos un stress-postraumtico que no slo

    tena que ver con las ltimas prdidas recientes,

    producto del agravamiento de la situacin social

    y econmica de las familias, sino adems que se

    ubicaba precisamente en prdidas anteriores y

    que aumentaba las situaciones de desesperanza

    a nivel subjetivo. Por lo tanto, esa condicin de

    extrema vulnerabilidad generada por el impacto

    violento de ms de 30 aos nos obligaba a pensaren la necesidad de redefinir polticas que pudie-

    ran sostener una planificacin de uno a uno a

    nivel de vinculo, ms all de que el requerimiento

    de entonces se centrara en la superacin de las

    situaciones de indigencia, concretamente de la

    superacin del hambre.

    Tenamos entonces la certeza que las polticas

    implementadas, que no haban sido ingenuas,

    producan un dao a nivel de la persona que no

    era fcil de resolver ya que ese dao implicaba,

    necesariamente por el tiempo transcurrido, va-

    rias generaciones en las que no haba proyecto de

    vida, ni lazos, ni sostenes.

    As pudimos apreciar por ejemplo, como aque-

    llo que tena que ver con respuestas activas dela poblacin tales como las ollas populares eran

    transformadas en comedores comunitarios ya

    que las familias no sostenan el alimento de los

    hijos. Esto implicaba un costo, en trminos de

    vnculos, en las relaciones familiares, dado que la

    familia no poda garantizar un hecho vital en el

    mbito del hogar como es la comida.

    Creemos tambin que ante determinadas carac-

    tersticas de la crisis las respuestas masivas im-

    plican costos a otros niveles que luego tienenque ser evaluadas para modificarse. En verdad

    la prioridad en un determinado momento puede

    ser garantizar el alimento masivamente, cuya res-

    ponsabilidad cae en las reas sociales y la especi-

    ficidad en la disciplina del trabajo social. Ahora

    bien, esta es una visin fragmentada, sesgada de

    una realidad que es compleja y que requiere de

    una accin interdisciplinaria desde una unidad

    de intervencin que no se circunscriba exclusiva-

    mente a la especificidad de las reas sociales y del

    trabajo social en particular.

    Las intervenciones masivas, justamente por esa

    condicin, pierden la visualizacin a nivel micro,

    es decir a nivel de los vnculos. Es decir, la accin

    debe centrarse en los sujetos destinatarios de di-

    chas polticas, intentando la modificacin a nivel

    de la subjetividad, transformndolos en sujetos

    activos (pasividad igual a sometimiento).

    As constituimos nuestras primeras hiptesis detrabajo en que la prdida sistemtica desde varias

    generaciones respecto de la insercin laboral y de

  • 5/21/2018 Revista Debate Publico

    25/143

    Revista Debte Pb. Refex de Trbj S - Mrds sbre terve24

    un proyecto de vida impeda sostener normas,

    ideales, paulatinamente reemplazado por con-

    ductas individuales, por una cultura del ahora,

    reforzada simblicamente por los medios masi-

    vos, construyendo modelos que se ajustaban aello, aunque quedo claro que, para determinados

    grupos, esa individualidad no le permita acceder

    a esos mundos vividos por otros.

    En ese marco, se pudo observar desde las pri-

    meras intervenciones con el surgimiento de la

    democracia y de forma creciente a medida que

    fueron pasando los aos, como se instalaba en

    los barrios ms marginados otro negocio que

    prometa ganancias rpidas, aunque para algunoseran y son todava, razones de subsistencia. Un

    mercado que implica no slo la ilegalidad sino

    tambin daos personales: la compra y venta de

    droga. Por lo antes enunciado y habindose ge-

    nerado en la sociedad situaciones de extrema vio-

    lencia con la consecuente perdida de los lugares

    de trabajo es claro observar que la subsistencia se

    transforma en algo imprescindible y que habin-

    dose instalado una lgica de mercado, la posibili-

    dad de insertar otra mercanca se ubica entonces

    en un intento de satisfaccin de las necesidadesbsicas.

    De esta forma, se transforman algunos barrios

    ms empobrecidos en aquellos reductos apropia-

    dos para la instalacin de estas actividades, esta-

    mos hablando de un cambio a nivel de la temtica

    del consumo de drogas, hasta ese momento nun-

    ca observado en el territorio. Del mismo modo

    que en otros aspectos de la vida social en estas

    comunidades, observbamos el comienzo y no

    nos imaginbamos la magnitud de su desarrollo.

    Continuando con nuestras hiptesis considera-

    mos que la intervencin local deba aportar o

    intentar modificar aquellos mecanismos que cla-

    ramente visualizbamos como reproductores de

    situaciones de pobreza que implicaban al menos

    tres generaciones.

    La experiencia de trabajo en el correr de estos

    dinmicos tiempos nos permite afirmar que la

    reconstruccin del capital humano es a mediano

    y largo plazo, que implica, como decamos antes,

    una tarea cuerpo a cuerpo, que dependiendo

    de la modalidad del vnculo y de los niveles en

    que pueda desarrollarse un fuerte trabajo comu-

    nitario, podremos comenzar a darle sentido a lainclusin iniciada en los ltimos aos con polti-

    cas activas de recuperacin del empleo, la Asig-

    nacin Universal por Hijo (AUH), la ampliacin

    de las jubilaciones y pensiones, entre otras.

    La prctica cotidiana nos indicaba que se viva en

    una condicin violenta y que las consecuencias a

    nivel subjetivo de sucesivas prdidas de lazos a

    nivel social implicaban necesariamente interven-

    ciones no tradicionales.

    Cuando hablamos de niveles en los que intenta-

    mos coordinar el trabajo, suponamos una tarea

    territorial que respete las particularidades de cada

    uno y con prcticas que tuvieran a nivel de la co-

    ordinacin - conduccin de los proyectos un di-

    seo compartido.

    As de hecho empezamos a aprender de nuestros

    fracasos y buscar fundamentos a estas definicio-

    nes que se nos daban respecto de conductas quepor la segregacin social se nos aparecan con un

    lenguaje distinto que tendramos que redefinir.

    Tal como lo sealara Silvia Bleichmar2, la pro-

    duccin de subjetividad no es un concepto psi-

    coanaltico, es sociolgico. Con esto hace refe-

    rencia a que el sujeto pertenece a un modo de

    organizacin dotado de historicidad y que se va a

    modificar en funcin de aquellos condicionantes

    que estn actuando.

    Estas caractersticas que veamos claramente con

    actitudes de sin esperanza es sencillamente la

    vida de aquel que por generaciones ha perdido

    y contemplado una sumatoria de frustraciones,

    sin poder elaborarlos, resolverlos y mucho me-

    nos volver a organizarse. Por eso no debe sor-

    prendernos que como caracterstica de muchos

    jvenes de los sectores marginados aparezca un

    no deseo, una no construccin de proyectos de

    vida, junto a modos de interaccin violenta, que

    2. Bleichmar, Silvia (2009): El desmantelamiento de la subjetividad. Estallido del Yo. acerca de la subjetividad pag. 54. Bs. As., Topa.

  • 5/21/2018 Revista Debate Publico

    26/143

    25gaRca - colicigno : Polticas pblicas de jvenes y su costado oculto: la subjetividad

    pueden reconocerse y explicarse a partir de prc-

    ticas que han implicado sometimiento reiterado

    de generaciones3.

    La melancola es efecto de la dominacin, unaamenaza de aniquilamiento al ser, se trata de un

    estado en el que todos los componentes de la

    subjetividad se ven igualmente afectados por un

    estado de tristeza, de abatimiento4.

    No hay deseo, por lo tanto no hay proyecto de

    vida, se somete al sujeto a travs de sucesivas

    prcticas que le cambian y le anulan el sentido

    al mismsimo proyecto de vida, de all se torna

    difcil volver.

    Es decir, el neoliberalismo5haba obrado y estas

    formas tenan incidencia clara en el sujeto y esta-

    ban instaladas en la prctica cotidiana.

    En este proceso de ms de 30 aos se han produ-

    cido, por impacto de estas situaciones, traumatis-

    mos que actan no solo sobre los sujetos directos

    sino tambin en el contexto en el que estos son

    dados.

    Para poder elaborar esos sucesivos cambios, da-

    dos a travs de acciones violentas, se necesitan

    diferentes mecanismos psquicos para los cuales

    en muy pocas situaciones estn dados los recur-

    sos para que un grupo por si pueda hacerlo.

    La violencia aparece como caracterstica instala-

    da y que sin duda es producto de la inseguridad,

    porque precisamente lo que est afectado es la

    capacidad de proyectos a largo plazo y en conse-

    cuencia la autoestima se deteriora, y solo puede

    re-establecerse a partir de vnculos slidos que

    transmitan esa confianza perdida.

    De all nos planteamos algunos ejes bsicos so-

    bre los que claramente tendramos que trabajar

    para modificar la autoestima deteriorada.

    En primer lugar sobre la recuperacin de lazos:

    ser importante y valioso para alguien en el vn-

    culo intersubjetivo. En segundo lugar, identificar

    los sostenes, entendiendo por ejemplo a la escue-

    la en ese rol fundamental, una clara posibilidad deinclusin a partir de la terminalidad educativa.

    Por ltimo, la violencia, traducida como inseguri-

    dad y por lo tanto generadora de una baja autoes-

    tima, que debe ser trabajado a nivel de lo grupal.

    El fenmeno que se genera de esta forma es que

    el intercambio con otros est pautado claramente

    por normas y por instituciones que ayudarn a

    cada uno de los sujetos a recuperar esa autoes-

    tima perdida por el no reconocimiento de otrospara quienes ms que poblacin marginal, se tra-

    ta de poblacin excedente.

    De esta manera, nos propusimos articular diver-

    sos programas con base territorial y en algunos

    casos generados directamente desde el mbito

    local. Es bueno aclarar que, este fenmeno de

    fragmentacin tambin haba sido instalado a

    nivel del estado y sus distintas reas y/o juris-

    dicciones.

    En funcin de lo explicitado, valorizamos dos

    aspectos, la historicidad de cada espacio territo-

    rial y el saber de experiencia, es decir, el saber de

    aquellos, que por procesos diferentes, no entran

    en la discursividad dominante. Su voz y su histo-

    ria nos hace necesario partir de all para activar

    el efecto en la transformacin de la subjetividad

    que buscamos.

    Se eligieron grupos de jvenes a los que denomi-

    namos operadores comunitarios que fueran de

    los mismos barrios en donde nos proponamos

    articular el trabajo, respetando la historicidad y re-

    construyendo con ellos el saber de experiencia.

    Con esto buscamos claramente modelos de iden-

    tificacin que permitieran una nueva eleccin de

    3. Frankel, Daniel (2009): Medicalizacin de la vida: Salud pblica y Eugenesia social. Bs. As., Ed. Universidad Nacional de Lans.

    4. Le Blanc, Guillaume (2006): Ser sometido: Althusser, Foucault, Butler, en Lemke, T. y cols., Marx y Foucault. Bs. As., Nueva Visin.

    5. Harvey, David (2007). Breve historia del neoliberalismo. Pag. 7, Bs. As., Akal. Desde la dcada de 1970, por todas partes hemos asistido a un drstico giro hacia el neoliberalis-mo tanto en las prcticas como en el pensamiento poltico-econmico. La desregulacin, la privatizacin y el abandono por el Estado de muchas reas de la provisin social hansido generalizadas.

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    Revista Debte Pb. Refex de Trbj S - Mrds sbre terve26

    proyecto de vida y la experiencia de que esto era

    posible.

    El operador de esta manera, como figura, resca-

    ta un saber: el saber de experiencia que tiendepuentes entre esa misma poblacin, la que muy

    probablemente seria imposible dado el nivel de

    dao, que grupos exclusivamente acadmicos

    pudieran abordar.

    La historicidad y su revisin forman parte de un

    proceso de formacin del operador, analizando

    as grupalmente causas y consecuencias de esa

    violencia social que aun para ellos les ha sido re-

    cortada, ocultando las formas de produccin deesos mismos fenmenos.

    Los inicios de la tarea en unaexperiencia territorial: La Matanza

    En el mbito local, distrito de La Matanza, se

    lleva adelante un trabajo de inclusin que busca

    recuperar los derechos adquiridos de los nios y

    jvenes en una situacin marginal. Este trabajo se

    apoya en cuatro programas actualmente vigentes:Menos calle, Propiciar, Envin y Pods

    que abordan situaciones de calle, de abandono

    escolar, de responsabilidad penal juvenil y cual-

    quier otro tipo de circunstancia en donde se vul-

    neran los derechos de los nios, nias y jvenes.

    La particularidad de estos programas es que en

    todos tiene una gran injerencia el trabajo del ope-

    rador, un joven que se relaciona en el da a da.

    Este es el eje transversal que coincide con nues-

    tra conceptualizacin.

    La relacin y el vnculo que se construye entre el

    operador y el joven son la base para poder empe-

    zar a pensar en una solucin ante cualquier situa-

    cin de vulnerabilidad.

    Realizaremos una breve explicacin de los pro-

    gramas, sus objetivos y su funcionamiento antes

    de seguir con el eje de nuestro artculo.

    El programa Municipal Pods centra su acti-vidad en un rango que abarca jvenes de entre

    13 y 17 aos que se encuentran en situacin de

    exclusin escolar. Al ofrecer distintos espacios de

    apoyo que funcionan como elementos de con-

    tencin, el joven puede tener una reinsercin es-

    colar ms serena o menos traumtica.

    El programa funciona por medio de un sistema

    de alerta en donde la escuela avisa sobre la situa-

    cin de algn joven. Este sistema de alerta fun-

    ciona con tres categoras: El nivel 1 es el chico

    que no retoma las clases luego de un receso esco-

    lar. El nivel 2 es cuando un alumno acumula vein-

    te inasistencias. El nivel 3 es cuando la escuela

    considera que hay elementos para pensar que el

    chico va a abandonar o cuando la escuela siente

    que el chico va a tener problemas para completarel ciclo regular.

    Se trabaja con las escuelas, con las familias, con

    visitas domiciliarias y existe un espacio grupal de

    referencia y recreacin que es otra instancia de

    trabajo fuera del mbito de la casa.

    Tambin se brinda un programa de becas de es-

    colarizacin en el que cada joven realiza un plan

    con un compromiso y si este se cumple, se otor-

    ga una beca para gastos relacionados con la rein-sercin.

    El objetivo es intentar que el chico encuentre sus

    intereses y a partir de ah, ver como se pueden

    vincular esos intereses con la escuela. La idea del

    programa es que el chico no sienta a la escuela

    como una obligacin sino como un derecho.

    El programa Provincial Envin busca generar

    procesos de inclusin en jvenes que han sufri-

    do la vulneracin de sus derechos ms bsicos

    como son la salud o la educacin. Con un rango

    de edad de los 12 a los 21 aos el objetivo princi-

    pal es la recuperacin de los derechos vulnerados

    no haciendo foco solo en la cuestin econmica

    sino en las mltiples variantes e inconvenientes

    que se les presentan a los jvenes en el entorno

    en el que se desarrollan y crecen.

    El Envin plantea cinco ejes de trabajo fuer-

    tes o derechos en los que se hace hincapi. Unoen relacin con la educacin, otro con la salud

    en la promocin y en la prevencin, otro con el

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