Revista delatripa no 2

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delatripa: narrativa y algo más Narrativa y algo más Número 2. Abril 2013

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delatripa: narrativa y algo más

Narrativa y algo másNúmero 2. Abril 2013

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delatripa: narrativa y algo más

Narrativa y algo más Número 2. Abril 2013. Es un proyecto de la Catarsis Literaria El Drenaje,Revista

editada en Mérida, Yucatán. Es una revista de circulación mensual. Dirigida por Adán Echeverría([email protected]). Consejo Editorial: Angélica Santa Olaya, Alejandra Aké

Sustersick, Joelia Dávila, Cristina Leirana, Roberto Cardozo, Jorge Manzanilla, Mario PinedaQuintal y Édgar Damián.

Contenido

No al fraude poético .......................................... 3

Otro certamen literario

Sergio González Osorio ...................................... 7

Memorias de chun kuns

Rosa Espinoza .................................................... 9

Sobre la poesía

Marco Antonio Murillo ..................................... 17

Luz y oscuridad

Denisse Sánchez-Erosa..................................... 21

Como somos cromosoma

Ángel Fuentes Balam........................................ 25

Cabeza de tortuga

Carlos Martín Briceño ..................................... 28

Taibo II y la novela policiaca

Martha Alejandra Rosario Alpuche ................. 31

El diploma de Margarita

Angélica Santa Olaya ....................................... 37

Estudios sobre narrativa canaria

Roberto Cabrera ............................................... 46

La portada de un libro: la portada de un ser

Rosela Granados Andrade ............................... 49

La escritura de la apariencia

Jerónimo E. Gómez Cuadra ............................ 52

Remedio para septiembre

Dayan Gamboa ................................................ 62

El gran día

Francisco Caamal ............................................ 67

Hastío

Jesús Guerra ..................................................... 67

La aburrida violencia

Daniel Zetina .................................................... 68

Las edades de la pirita

Marco Fonz....................................................... 69

Nos vemos en el slam

Mario Pineda Quintal ....................................... 81

Imágenes portada einteriores de la Artista

Beatriz Carrillo

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embargo, el fallo del Premio se produjo el 11 de marzode 2013, es decir, apenas 10 días después de finalizadoel plazo de admisión. Surgen entonces variaspreguntas: ¿Se aceptaron, como decían las bases, lospoemarios que pudieron haber llegado conposterioridad a dicha fecha? ¿De cuánto tiempodispuso realmente el jurado de este Premio para leerlos "más de 200 originales" -recibidos desde diversospaíses hispanoamericanos- que, según el comunicadopublicado el 10 de marzo por la Agencia de NoticiasEuropa Press, se presentaron al Premio?

Sólo este dato sería suficiente para cuestionar lacredibilidad del mencionado Premio, pero hay otrosmás inquietantes.

2.- En esta segunda edición, el Premio Alhambrade Poesía Americana ha sido concedido a Álvaro Solís(México), en la categoría de obra publicada, y a CarlosAldazábal (Argentina), en la categoría de obra inédita.

El primero, Álvaro Solís, es miembro del grupoliterario mexicano Círculo de Poesía, grupo quecoeditó en México en 2011 la antología titulada Poesíaante la incertidumbre (Madrid, Visor, 2011); unaantología coordinada por Fernando Valverde y DanielRodríguez Moya, directores del Festival de Poesía deGranada y miembros del jurado del Premio Alhambra.Además, Círculo de Poesía editó en México en 2012el libro Los ojos del pelícano, del que es autor

Fernando Valverde.

El segundo, Carlos Aldazábal, es director de Elsurí porfiado, editorial que publicó en Argentina en2011 la mencionada antología Poesía ante laincertidumbre; siendo Aldazábal uno de los poetasincluidos en esta edición argentina de la antología. Elsurí porfiado publicó también en 2012 el poemarioLos ojos del pelícano, del que es autor FernandoValverde.

No al fraude poético:Firmas en defensa de la Alhambra

He aquí el gran secreto:

el pensamiento se hace en la boca.

(Tristan Tzara)

Si compartes el contenido de esta carta y la petición que se hace al Patronato de la Alhambra y el Generalife, sólo tienes que enviar un mensaje ("Estoy deacuerdo con el contenido de esta carta") con tu nombre y apellidos, profesión, nacionalidad y país de residencia, a la siguiente direcció[email protected]

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CARTA ABIERTA

Al Patronato de la Alhambra y el Generalife

A los escritores y poetas hispanoamericanos yespañoles

A los ciudadanos de Granada

A la opinión pública

Los abajo firmantes, poetas y escritoreshispanoamericanos residentes en España, poetasgranadinos y españoles, poetas de diversos países deAmérica Latina, escritores, profesores y estudiososde la literatura hispanoamericana, gestores ytrabajadores de la cultura, ciudadanos interesados porlas letras, declaran:

Tras fallarse el pasado 11 de marzo de 2013 lasegunda edición del Premio Alhambra de PoesíaAmericana, convocado por el Festival Internacionalde Poesía de Granada (España), la Editorial Valparaísoy el Patronato de la Alhambra y el Generalife, premiodirigido a "autores nacionales de cualquiera de lospaíses de América que nunca hayan publicado un libroen España" y con el propósito de "promocionar elconocimiento de la creación literaria americana enEspaña", según se lee en sus bases, y que consta, segúnlas mismas, de dos categorías (obra publicada y obrainédita),

INSTAMOS PÚBLICAMENTE al Patronato de laAlhambra y el Generalife a que retire su apoyo almencionado premio, por los motivos que acontinuación se exponen:

1.- El plazo de admisión del Premio Alhambraterminaba, según anunciaban sus bases, el pasado 1de marzo de 2013; en dichas bases se añadía que "seaceptarán los envíos que, con fecha postal dentro deltérmino de la convocatoria, lleguen más tarde". Sin

lunes, 1 de abril de 2013

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3.- En el momento del fallo del premio, FernandoValverde y los dos premiados formaban parte delconsejo editorial del portal de poesía de internet quemantiene el grupo Círculo de Poesía, aunque en losúltimos días de marzo han sido sorpresivamentesustituidos en dicho consejo editorial por Waldo Leyva(Cuba), Omar Lara (Chile) y Benjamín Prado(España).

4.- En su Primera Edición, el Premio Alhambra dePoesía Americana fue concedido, en la categoría deobra publicada, al mexicano Mario Bojórquez,miembro también del mencionado grupo Círculo dePoesía.

5.- Según las bases de este Premio, el jurado delmismo "estará compuesto por los directores del Fes-tival Internacional de Poesía de Granada, el directorde la Editorial Valparaíso, un representante de laAlhambra y un autor de reconocido prestigio de lapoesía en español"; es decir, tres de los cinco miembrosdel jurado serán siempre Valverde y Rodríguez Moya,directores del Festival de Poesía de Granada, y JavierBozalongo, director de Ediciones Valparaíso y tambiénasesor del mencionado Festival de Poesía. De estemodo, las bases del Premio garantizan e imponen aljurado la opinión siempre mayoritaria y el criteriosiempre decisivo de los miembros de la directiva delFestival de Poesía de Granada.

No es el propósito de esta carta opinar sobre lacalidad literaria de las obras premiadas. Tampocoobjetamos que un grupo de personas afines convoquepremios literarios con la intención de difundir supropia obra y la de sus amigos.

Lo que nos parece carente de ética, e inaceptable,es que esta convocatoria parcial e interesada se llevea cabo, sin la menor reserva, al amparo del nombre yel prestigio de una institución pública tan respetablecomo la Alhambra.

Consideramos que la Alhambra, lugar cargado designificación simbólica no sólo para la poesíaespañola, sino también para la poesíahispanoamericana (pensemos en Borges, en OliverioGirondo, en Álvaro Mutis, por mencionar sólo algunosde los poetas más relevantes que le han dedicado susversos) debe retirar su apoyo a este Premio y a sus

promotores. En el caso que nos ocupa, no se trata sólode que el mencionado Premio suponga un engaño a laciudadanía granadina y española, sino que constituyetambién un menosprecio y una estafa a todos aquellospoetas hispanoamericanos que, desde uno u otro ladodel Atlántico, y precisamente por la atractiva presenciade la Alhambra, han creído con ilusión y buena fe enla limpieza y honestidad del Premio Alhambra. Nosparece necesario que la Alhambra se coloque cuantoantes al margen de estas componendas ymanipulaciones que pueden llegar a empañar, que dehecho empañan ya, su buen nombre.

En España y América, 30 de marzo de 2013.

Fuentes de información de esta carta:

-Página Web del Festival de Poesía de Granada: http://fipgranada.com/index.php?option=com_k2&view=item&id=139:ii-premio-alhambra&Itemid=147

-Página web de la Editorial Valparaíso: http://valparaisoediciones.es/con-tent/4-editorial-valparaiso

-Comunicados de la Agencia de Noticias Europa Press: http://www.europapress.es/cultura/exposiciones-00131/noticia-jurado-falla-segunda-edicion-premio-alhambra-poesia-americana-20130310124009.html

http://www.europapress.es/andalucia/noticia-argentino-carlos-aldazabal-mexicano-alvaro-solis-premio-alhambra-poesia-americana-20130311180940.html

-Página web de la revista Círculo de Poesía: http://circulodepoesia.com/nueva/

-Página web de la Antología Poesía ante la incertidumbre: http://www.poesiaantelaincertidumbre.com/sumario.html ; http://www.poesiaantelaincertidumbre.com/ediciones.html

-Página web de la Editorial El surí porfiado:

http://elsuriporfiado.blogspot.com.es/

Firmantes: 1-Magali Alabau, poeta, Cuba-Estados Unidos; 2-Luis AlbertoAmbroggio, poeta y académico, Argentina-Estados Unidos; 3-Miguel Ángel Arcas, poeta y editor, España; 4-Jorge Luis Arcos,poeta y ensayista, Cuba-Argentina; 5- Marta Badía, filóloga yguía cultural, España; 6-Mar Benegas, poeta, España; 7-JavierBenítez, poeta y profesor, España; 8-Arturo Borra, poeta, Ar-gentina-España; 9-Hernán Bravo Varela, escritor, México; 10-Mario Campaña, poeta y ensayista, Ecuador-España; 11-YoandyCabrera, poeta y crítico literario, Cuba-España; 12-AdrianaCanseco, investigadora literaria, Argentina; 13-FranciscoCenamor, poeta y profesor de teatro, España; 14-Rocío Cerón,poeta, México; 15-Jennifer Clement, poeta y novelista, México;16-Carmen Córdoba, estudiante, España; 17-Benito Del Pliego,poeta y profesor, España-Estados Unidos; 18-Jordi Doce, editory escritor, España; 19-Vicente Echerri, escritor, Cuba-EstadosUnidos; 20-Adán Echeverría, escritor y editor, México; 21-JulioEspinosa Guerra, poeta y narrador, Chile-España; 22-AbilioEstévez, poeta y novelista, Cuba-España; 23-Mónica Francés,poeta y actriz, España; 24-Juan Andrés García Román, poeta ytraductor, España; 25-José Luis Gärtner Martos, escritor, España;26-Jesús Ge, poeta y maestro, España; 27-Laura Giordani, poeta,

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Esta carta en defensa de la Alhambra fue presentada con sus 54 primeros firmantes -originales- ante el Patronato de la Alhambra y el Generalife(Granada, España) en la mañana del día 1 de abril. El próximo lunes, 8 de abril, volverá a presentarse con la totalidad de las firmas incorporadashasta ese momento.

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Argentina-España; 28-Víktor Gómez Ferrer, poeta y editor,España; 29-Willy Gómez Migliaro, poeta, Perú; 30-Felipe Lázaro,poeta y editor, Cuba-España; 31-Ernesto Lumbreras, poeta yensayista, México; 32-Luis Luna, poeta, España; 33-RubénMartín, poeta, España; 34-Erika Martínez, poeta e investigadoraliteraria, España; 35-Yaiza Martínez, poeta, escritora y periodista,España; 36-Maurizio Medo, poeta, Perú; 37-Pepa Merlo,narradora, España; 38-Eduardo Milán, poeta y ensayista,Urugüay-México; 39-Eduardo Moga, poeta, traductor y críticoliterario, España; 40-Antonio Muñoz, profesor e investigadorliterario, España; 41-Andi Nachon, escritora, Argentina; 42-Andrés Neuman, poeta y novelista, Argentina-España; 43-JesúsOrtega, narrador y gestor cultural, España; 44-Diego Palmath,poeta, Perú-España; 45-Joaquín Peña-Toro, artista plástico,España; 46-Cristina Peri Rossi, poeta y novelista, Urugüay-España; 47-Antonio José Ponte, escritor y editor, Cuba-España;48-Raul Quinto, poeta, España; 49-Ramón Ramos, periodista,Italia-España; 50-Isel Rivero, poeta, Cuba-España; 51-MilenaRodríguez, poeta e investigadora literaria, Cuba-España; 52-Orlando Rodríguez Sardiñas, poeta, crítico literario y académico,Cuba-Estados Unidos; 53-José Carlos Rosales, poeta y profesor,España; 54-Álvaro Salvador, poeta y profesor, España.

Actualización Firmantes: [07. 00 horas / 1-4-2013)]: 55. Manuel Arana,poeta, España; 56. Luis Alberto Arellano, poeta, ensayista ytraductor, México; 57. Daniel Barredo Ibáñez, poeta einvestigador, Colombia-España; 58. Pilar Blanco, poeta yprofesora, España; 59. Sofía Castañón, escritora, España; 60.Antonio Cienfuegos, ex-poeta, catedrático, El Salvador; 61.Santiago Delgado, profesor, España; 62. José Miguel EspejoBalanza, poeta, España; 63. Víctor Miguel Gallardo Barragán,editor y escritor, España; 64. David Leo García Gil, poeta,España; 65. Germán Guirado, poeta, España; 66. Claudia López-Meurinne, editora, México; 67. Román Luján, poeta, México;68. Julio Mas Alcaraz, poeta, economista y cineasta, ReinoUnido; 69. David Mayor Orgillés, escritor y profesor, España;70. Antonio Mochón, profesor, España; 71. Paco Moral, poeta,España; 72. Gracia Morales, poeta, dramaturga y profesora,España; 73. Ángel Paniagua, escritor, España; 74. CarmenPascual Guerrero, estudiante, Austria-España; 75. Julio Pavanetti,poeta y gestor cultural, Urugüay-España; 76. Elvira Ramos, poeta,España; 77. Daniel Saldaña París, escritor, México; 78. ErickStrada Quispe, poeta, Perú; 79. María Terrón, estudiante, España;80. Enrique Villagrasa González, periodista, España; 81. FelipeZapico Alonso, poeta, actor y profesor, España.

Actualización Firmantes: [00.01 horas / 2-4-2013]: 82-Diana ÁlvarezConcepción, escritora y redactora de contenidos, España; 83-Oscar Ayala, profesor y editor, España; 84-Jesús Cárdenas, poetay profesor, España; 85-José Antonio Cerezo Hellin, profesor,España; 86-Antonio Collados Alcaide, profesor, España; 87-Antonio Luis Cortés, profesor, España; 88-Antonio CubelosMarqués, escritor, España; 89-Javier de la Mora, escritor y edi-tor, México-España; 90-Enrique Falcón, poeta, España; 91-RosaAna María Fiorentino, docente, Argentina; 92-Jairo GarcíaJaramillo, profesor e investigador, España; 93-Sergio Hinojosa,profesor, España; 94-Álvaro Iranzo, cantautor y escritor, España;95-Manuel Iris, poeta, México-Estados Unidos; 96-BenjamínLeón, poeta y profesor, Chile-España; 97-Segio Loo, escritor,México; 98-Carlos López, profesor, Guatemala-México; 99-Antonio José López López, profesor, España; 100-Rafael LlorcaSignes, poeta, España; 101-Raquel Martín Gómez, poeta, España;102-Isabel Martínez Barquero, escritora, España; 103-JorgeMerino Molinero, obrero, España; 104-Cristina Morales,escritora, España; 105-Ana Patricia Moya, pluriempleada,España; 106-María José Olmedo, psicoanalista, España; 107-

Judith Ortiz, escritora y poeta, España; 108-José Alfonso PérezMartínez, poeta, España; 109-Javier Pérez Walias, poeta yprofesor, España; 110-Felipe J. Piñeiro García, escritor, España;111-Gonzalo Sanz García, realizador audiovisual, España; 112-Ángel Talián, escritor, España; 113-Juan Manuel Zermeño, poetay ensayista, México.

Actualización Firmantes: [17.00 horas / 2-4-2013] : 114.- Verónica ArandaCasado, poeta y traductora, España; 115.- Edgar Artaud Jarry,poeta y profesor-investigador, México; 116.- Aníbal Cristobo,poeta y editor, Argentina-España; 117.- Daniel de Cullá escritory poeta., España; 118.- Ernesto García López, Poeta, antropólogo,España; 119.- Mariano Hernández de Ossorno, poeta y artista,España; 120.- Rafael Indi, poeta, España; 121.- Miguel IñiguezPuche, metalúrgico, España; 122.- Miguel Ángel Manzanas,escritor, España; 123.- David Mena, escritor, España; 124.- AnaPérez Cañamares, poeta, España; 125.- María Salvador,estudiante, España; 126.- Mª Paz de la Torre Casas, profesora,España

Actualización Firmantes: [17.00 horas / 3-4-2013] : 127-José Luis ChacónLafuente, psicoanalista, España; 128-Jorge Díaz Martínez, poetay crítico literario, España; 129-Inés Guerrero Espejo, profesora,España; 130-Tamara León, escritora, México; 131-José JavierLeón Sillero, profesor, España; 132-Alejandro Lérida, poeta ymaestro, España; 133-Mari Carmen Martín Granados, profesora,España; 134-José Luis Martínez Clares, escritor y maestro,España; 135-Dionisio Munguía J., poeta y editor, México; 136-Rosa Prieto Grandal, profesora, España

Actualización Firmantes: [15.00 horas / 4-4-2013]: 137.- Eloisa AlbaGarcía, poeta y músico, España; 138.- Alberto Arias Pereira,escritor, España; 139.- Paola Burgos Pulido, empresaria, España;140.- Rodrigo Castillo, poeta y editor, México; 141.- Luis ChacónOrtiz, estudiante-poeta, Costa Rica; 142.- Álex Chico, poeta yprofesor, España; 143.- Silvia Gallego Serrano, poeta y profesora,España; 144.- Yohanna Jaramillo, poeta y promotora cultural,México; 145.- Iñaki López de Aberasturi, poeta y profesor,España; 146.- Juan de la Cruz Lorente Jara, librero, España; 147.-Álvaro Luquín Navarro, poeta, México; 148.- Myriam Moscona,poeta y periodista cultural, México; 149.- Luis Alberto Navarro,poeta e investigador literario, México.

Actualización Firmantes: [21.00 horas / 5-4-2013]: 150.-Víctor Cabrera,editor y poeta, México; 151.-Eduardo Castro, escritor yperiodista, España; 152.-Jorge Esquinca, escritor, México; 153.-Valeriano Fauve, escritor, España; 154.-Mariana Lozano Ortiz,editora, España; 155.-Carmen Martínez, gestora cultural, España;156.-Isabel Mellado, músico y escritora, Chile-España; 157.-Antonio Muñoz Serrano, escritor, España; 158.-InmaculadaRamos Tapia, profesora universitaria, España; 159.-Agustín RuizRobledo, profesor universitario, España; 160.-Alina VanessaVictoria Frías, estudiante, México

Actualización Firmantes: [21.00 horas / 6-4-2013]: 161-Naomi Ayala,poeta, Puerto Rico-Estados Unidos; 162-José Luis AznarteCabezudo, profesor, España; 163-Noni Benegas, poeta y críticaliteraria, Argentina-España; 164-María Elena Blanco, poeta,ensayista y traductora, Cuba-Austria; 165-Juana Castro, poeta,España; 166-Ernesto Frattarola Alcaraz, poeta y asesorlingüístico, España; 167-David Huerta, poeta y profesoruniversitario, México; 168-Juan María Jiménez, poeta yperiodista, España; 169-Rosa Medina Doménech, profesorauniversitaria, España; 170-Cristina Mellado Ramos, profesora,España; 171-Silvia Pérez Criado, estudiante, España; 172-JoséPrats Sariol, profesor universitario y crítico literario, Cuba-Estados Unidos; 173-Amir Valle, escritor y periodista, Cuba-Alemania; 174-Moisés Vega, poeta, México.

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n estos días circula una carta anónima dedenuncia sobre el supuesto fraude, para

concibo la amistad por encima de la verdad,denuncio públicamente algo que me parece unapráctica repugnante.

El círculo sin poesía

En un primer momento Círculo de Poesía(http://circulodepoesia.com/nueva/) me pareciósumamente propositiva: sus contenidos frescossiempre me dieron la impresión de que no todoestaba podrido en los medios impresos yelectrónicos de carácter literario. De maneraafortunada vi publicados mis textos más de unavez en su sección de poesía; lo cual se debió, debosuponer, a que encontraron algún mérito literarioen ellos.

Sin embargo, debo decir que todo resultóun engaño y exijo el retiro de mi colaboración,pues he descubierto que su Revista está plagadade corrupción y clientelismo. Se trata de un grupomafioso que utiliza a Círculo de Poesía como unaparador, empleando su amplia difusión paraconstruir una intrincada red de amiguismo ycompadrazgo, para acaparar espacios y premiosliterarios.

Círculo de Poesía es la charola que permitea sus miembros, abrirse las puertas en los salonesde la hipocresía literaria latinoamericana.

A medida que los compromisos se hacenmayores y que los amigos del Círculo son másinfluyentes, la crítica se censura. Esto lo puedeapreciar cualquier visitante del portal cuando notaque sus comentarios fueron eliminados oignorados. Incluso, cuando la polémica por lopublicado es de un matiz furibundo, se corta de

Otro certamen literario

Sergio González Osorio

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Evariar, en un certamen literario. Carta que buscala firma de escritores para robustecer la peticiónde retirar el nombre al Premio Alhambra de PoesíaAmericana, por no considerarlo merecedor deidentificarlo con el monumento más importantede Andalucía.

La razón es que, este 2013, el premio fueotorgado a Álvaro Solís. Sí, otra vez un escritormexicano vinculado con los jurados más allá delas coincidencias. Dirán los aludidos que sólo hasido casualidad, como también lo es que elgalardonado forme parte de Círculo de Poesía, larevista electrónica en la cual confluyen, desdehace años con proyectos literarios, los mismosjurados. Coincidencia, dirán, que Solís pertenezcaal mismo grupo de Mario Bojórquez, ganador dela primera emisión del citado certamen.

Mucha gente no presta atención a estosasuntos, al considerar que es de esperar que losconcursos literarios sean fraudulentos; sin em-bargo, es válida la indignación de los que, a pesarde todo, mandan su obra esperando un dictamenjusto. Esa indignación la comparto por ser ésteun aspecto más de las mafias que se tejen dentroy fuera de México, y que impiden el correcto usode los recursos públicos y privados destinados alfomento cultural sin distingo.

Por lo anterior decidí volver a publicar elsiguiente artículo, escrito a fines de marzo de2012; versa sobre el papel perverso que Círculode Poesía ha jugado desde la creación de estepremio. Sin nada que perder, porque no vivo delquehacer editorial, ni de una beca del FONCA, ni

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tajo. Resulta una contradicción abrir un espaciopara los comentarios que sólo publica lasalabanzas y elogios. Una apertura falsa al lector.

Por citar ejemplos que me han llevado aredactar esta crítica sin tapujos, traigo a colaciónque en el caso del libro Vientos del siglo. Poetasmexicanos 1950-1982, presentado en la feria dellibro del Palacio de Minería, los compiladoresdecidieron que dichos vientos sólo alcanzaronhasta 1982, año de nacimiento de Alí Calderón,fundador de Círculo de Poesía. Al respecto nosdice Margarito Cuéllar, uno de los compiladores,en la nota del portal:

"La muestra o reunión de poemas, más queantología, reúne textos de 55 poetas nacidos en-tre 1950 y 1982. De Efraín Bartolomé a AlíCalderón, el volumen ofrece en 544 páginas unalectura amplia, y hasta donde es posible repre-sentativa, del entorno nacional en el campo de lapoesía actual."

Cabe preguntarse si eso no representa másbien un panorama o la muestra de un grupo quecontrola y acapara parte de los espacios y medioseditoriales; con la salvedad de que en ese libro seencuentren autores que no formen parte de estasmafias y a los que pido no se sientan aludidos.

Puede responderse a esta crítica “que todaantología tiene sus riesgos, sus exclusiones einsatisfacciones para los lectores”. Sin embargo,lo que toda antología devela es su objetivo al serconformada. En este caso, responde a unanecesidad de legitimar a un grupo y de anclarloen una tradición de supuesta ruptura y comorepresentación de una temporalidad.

Es lamentable que la UNAM se preste abrindar este tipo de espacios para los fines que he

expuesto, y no me refiero sólo a los salones y pa-tios neoclásicos del Palacio de Minería, sino alespacio editorial, pues la publicación surgio conel auspicio de la universidad; cabría decir que noes propiamente la UNAM la responsable, sino laspersonas a cargo de los departamentos editoriales.Prueba de ello es que recientemente se destapóuno de los escándalos más sonados de plagio ycacicazgo editorial dentro y fuera de la UNAMpor parte de Sealtiel Alatriste, quien se vioobligado a renunciar a su cargo.

Como verán, en ese Círculo no cabe lacasualidad ni el mérito, como ocurrió con elgalardón más reciente otorgado a MarioBojórquez: la primera edición del premioAlhambra de Poesía Americana en la categoríade obra publicada.

Mario Bojórquez es miembro del consejode Círculo de Poesía, lo que indica su relacióncon el jurado del premio granadino, ya que juntoshan compartido en varias ocasiones la mesa depresentaciones. García Montero, uno de losmiembros de dicho jurado, tiene una seccióntitulada "Arte poética" en Círculo de Poesía. Porlo que toca a los demás jurados españoles delpremio: Raquel Lanseros, Fernando Valverde yDaniel Rodríguez Moya son autores que com-parten, junto con Alí Calderón, las páginas dePoesía ante la incertidumbre, misma publicaciónque los ha llevado a una larga gira de lecturas porEspaña y América. En México, particularmente,han sido acompañados y presentados por el ahoragalardonado miembro de Círculo de Poesía.

El círculo está completo y, al parecer, estospoetas se mueven en todo menos en la incerti-dumbre.

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exicali era un pañuelo. Ahora con eltiempo lo miro así. Un puñado de

sentada sobre una piedra. Las mismaspalmeras son el escenario de las quinceañerasde hoy que en ese mismo edificio se hacenfotografiar. Hay cosas que nunca cambian.

En este pequeño pueblecito era costumbreque las hijas de familia estudiaran en EstadosUnidos, el inglés era el pretexto. Una de esastardes, frente a un té helado con muchos hielosy trozos de limón, sentada en la silla de suporche, platicaba que la frontera era apenasuna verja, y pasar de un lado a otro sin pasa-porte era un hecho cotidiano. La gente demigración reconocía a las personas y norequería de un visado. Los avatares quesignifican hoy en día conseguir visa, apenashacen creíble esta imagen. Hay cosas que sícambian.

Quisiera tener más elementos para dibujaresa ciudad a la que arribó mi abuela siendouna niña de once años, pero sólo imagino loque las fotos me pueden contar, y una que otracosa que rememoro de aquellas tardes, cuandodesataba recuerdos meciéndose en su poltrona.Así, en goteros, puedo armar historias, bre-viarios de la ciudad y reconstruir el rompe-cabezas de su existencia.

No se me olvida que en su casa no habíacoolers, que mi abuelo tuvo que construir unsegundo piso en la bodega de adobe de suagencia aduanal. El propósito de hacerlo fuepara usarlo durante las noches, lleno de catres,y con un abanico industrial al fondo quehiciera viento. El lugar no tenía vidrieras, sinomosquiteros. Mi abuela, para mitigar el calor

Memorias de chun kuns

Crónicas de una niña en zapatos de charol

Rosa Espinoza

cuadras, esquinas reconocibles en mi memo-ria de niña: una donde compraban mis paletasde jamaica, otra en donde me puse misprimeros tenis de lona blanca (que por cierto,duraron poco); aquélla en donde estaba lafarmacia, en otra más una panadería francesarepleta de postres que alimentaron mi gloto-nería; frente al camellón, abarcando dosesquinas, estaba la iglesia que olía a maderarecién tallada; la casa de las monjas asimismofue instalada en un recodo, la rememoroaustera pero linda; en otra arista, sobre laavenida grande, había un banco. Puedo seguirnumerándolas y terminar pronto, la lista seríacorta.

Y no era el mundo al que mi niñez se cir-cunscribía, en realidad la ciudad terminaba enuna orilla, en cualquiera de los cuatro puntoscardinales, donde el polvo y los chamizos lehabitaban y no se podía ver más allá. Lo queestaba más lejos de ahí, como el aeropuerto,era el fin del mundo.

II

Mi abuela hablaba de un Mexicali aún máspequeño, uno en donde había coches desca-potados que cohabitaban con carros tiradospor caballos, como en una película de vaque-ros. Unos cartoncillos en sepia son las fotosque conservo. Sus labios de corazón, ysiempre de sombrero, frente al edificio de laentonces Colorado River Land Company, enla esquina de la calle F y avenida Reforma,

M

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de su progenie, colgaba frente a las ventanasunas sábanas mojadas. Cuando escuchabaestas tragedias, yo imaginaba unas franelasroídas, flotando como fantasmas del verano,danzando al ritmo del viento y produciendoesperanzas nulas de frescura. Como víctimadel clima, no puedo creer que semejantesrecursos pudieran resolver cincuenta gradosde infierno, sobre todo cuando las noches sontan viscosas como la melcocha. En los mesesde agosto, el calor cuaja los humores y ladensidad del ambiente apacigua hasta el vuelode las falenas, que parecen moverse en cámaralenta. Siempre escucho decir a los viejos queel calor es más intenso ahora, que el amiantode las calles, sumado a la densidad de autos yla inversión térmica lo han intensificado, perohasta donde sé, un desierto es un desierto. Ydentro de uno caben todos los calores ima-ginables.

Esas eran historias de terror para una menteasustadiza, para alguien que nació con unacondicionador de ambiente marca WestingHouse en su recámara y que en sus agostos demuchos grados centígrados, secaba su frentesudada en las rejillas que expedían aire frescoy olor a humedad.

III

Recorrer todos los días mi camino alcolegio de monjas, era tomar el rumbo a lanada. Durante ocho años, llegar a la escuelapor las mañanas era un viaje al campo, un pic-nic sin ensalada de papa y pollo frito. Y esque por esos rumbos no había urbanismo, sólocaminos vecinales y mucha arena. Filas deeucaliptos, sembradíos, peste de zorrillo y,como fondo, el timbre de La Jabonera. Peroal final de cuentas, arena sin ciudad.

Más allá del universo que se construíadentro del cerco de la escuela, no había nada.

Pero en ese vacío podía entrar todo: un desfilede soldados, paseos en camello, campamentosde húngaros anticipando un circo, elefantesfamélicos, campamochas en cuya cola se abríaun abanico de colores, como la del avestruz.

Salir al recreo y mirar un horizonte delomas interminables es una especie de lienzopara la imaginación de una niña. Volar papa-lotes en el paraje es darle uso a esos grandesterrenos, pero mirar cómo a lo lejos las dunasson un mar iracundo, en donde las carabelasde Colón arribaban cargadas de dinamita yvino, es darles esa posibilidad infinita.

IV

Al crecer y tener la perspectiva del espacioen relación con otras orbes, reconoces lapeculiaridad de Mexicali. La ciudad se planteaa sí misma, a partir de la línea que la dividecon el gabacho. Ahora uno puede ver sateli-talmente el crecimiento, pero de niña, uno mirasólo las esquinas, los puntos que marcan lossemáforos en el transitar cotidiano de la rutinafamiliar. Aquellos lugares fuera de eseespectro, no existían, el mundo se resumía alos elementos familiares reconocibles.

Hasta la fecha, para mí siempre, sólo hayNorte y Sur. Si quiero ubicarme en algúnbulevar, oteo para localizar el cerco limítrofe.Soy una norteada.

En esa construcción (simbólica, dirían losexpertos en ciencias sociales), uno puedeenlistar elementos que constituyen la memo-ria individual y con ello activar la de otros.Por alguna razón, mis reminiscencias semueven con los olores, con el color del cielode alguna tarde sin importancia, con lasatmósferas. Cuando desaparece un edificio aconsecuencia de un terremoto, o cuando unlocal es rehabilitado para un uso diferente aloriginal.

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No hace poco, en una de las esquinasfamiliares a mi infancia, construyeron unahamburguesería. Este local se encuentra enuna plaza que en sus tiempos ofreciera muchoscomercios, en particular un supermercadoregenteado por chinos y cuyo nombre cargabacon su penitencia: El Ahorro. Por su ubicación,en medio de la creciente ciudad y en el crucede avenidas importantes para el tráfico local,el mercado resolvía las necesidades inme-diatas del ama de casa que no deseaba "pasaral otro lado" para comprar medio kilo detomates o un estropajo, y así evitar una visitaal Mercado Municipal, que no tenía estacio-namiento ni buena iluminación.

El Ahorro olía a carne cruda, más bienapestaba. Sus pisos tenían aserrín, no brillabancomo los del Shoping Bag de Caléxico, tam-poco empacaban las cerezas en canastitas dered, ni regalaban estampillas verdes con lasque mi madre canjeaba para conseguir unaguaflera. Fallaban las llantas de los carritos yhabía que escogerlos al entrar. Las especialesdel día se promocionaban en cartulinas conletras gruesas, hechas con un marcadorgigante. No había revisteros con Harper´sBazar y los empacadores eran niños cho-rreados, nunca jubilados con mejillas rollizas.Digamos que en mi mundo de niña con refrien la recámara, El Ahorro, más que un paseode compras, era un mal viaje.

Actualmente en la hamburguesería todoluce agringado, entrar al local me producecierta congoja. Quisiera oler de nuevo laschuletas de puerco en las vitrinas, y recorrerlos pasillos de esa tienda, mientras resuenapor todas partes el chillido de las llantas delcarrito. Mis hijos se perdieron la experiencia,no tienen nostalgia de ella. Ellos sólo quierencomida prefabricada. El tiempo les daráañoranzas; por ahora, me quedo con las mías,

y que se activan eventualmente y por motivosa veces inexplicables.

En una de mis visitas a este local, me dicuenta que conservaba el sótano. Hoy usadocomo estacionamiento para la franquiciachatarrera. Sin que todavía muchas cosasarribaran a mi recuerdo, interné mi carro enla bóveda, a la cual se ingresa bajando unarampa en picada. Ahí estaba, un bodegón deconcreto, grande, alto, con vigas equidistantes.

Muchos recuerdos, olores, sabores y uncolor intenso volvieron a mí como estampida.

V

Nunca he sentido mayor placer quecomprar zapatos. A los seis, los mejores eranlos de charol. Los negros me parecían ele-gantes para los festejos navideños o las bodas,los rojos se me hacían atrevidos y juguetones,pero los blancos eran señoriales. Sin moños,y lisos, me hacían sentir como princesa.Sacarlos de la caja, de su resguardo en papelde China y oler la piel era demasiado pla-centero, como mirar el brillo de sus pequeñashebillas; escuchar el sonido de mis pasos através de sus taconcitos breves, y ver el solrepetido en mis zapatos. Mis piernas delgadasy largas emergiendo de un par de lucesblancas, y decorando ese cuadro: unos calce-tines níveos, de encaje y, por supuesto, unvestido esponjado (ampón, les decía) con elcual dar vueltas para ver volar la falda.

Ése era el atuendo del domingo y era igualal de mis hermanas. Las tres, clonadas, unatras otra en el asiento trasero del carro, con elmismo vestido, los mismos zapatos, el peinadoexacto. Igualitas a los cochinitos de la canción.Las hermanas mayores odiaban vestirse así,pero a mí, nada me importaba, porque laposibilidad de verme reflejada en mis zapatosy mirar las aceras de la calle, la luz de las

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ventanas, las palmeras del jardín y el eucaliptogigantesco sobre mis charoles blancos, notenía igual; mirarlos por esa ventana lustrosame hacía diferente.

Por el pasillo de la casa, mientras sealistaban padres y hermanos, caminaba sinparar sólo para mirar mi cara sobre la puntalaqueada y escuchar el clap clap que producía.Nunca me preocupé por el corto tiempo en elque se convertían en despojo; el uso intensoles quitaba poco a poco el brillo; los juegos,los raspones de la bici o simplemente midesparpajo al caminar, les impregnabanheridas. Pero siempre hubo la posibilidad detener otros nuevos, igual de brillantes yolorosos…

Los domingos, luego de misa: ¡todos acomer china! Nomás de pensar en ello, se mellena la boca del sabor a sangría embotellada,y la imagen de una mesa larga con los primos,vecinos, o quien se dejara compartir la cuenta.Entonces, pletórica de olores, me arriba a lamemoria una remembranza envuelta enbermellón. Pienso en ese lugar como un grandragón que nos tragaba durante un par dehoras, para luego escupirnos a la tarde tediosa,con la barriga llena de arroz y chop suey.

Una bóveda subterránea succionaba nuestraexistencia; seducida por la belleza de aromasy colores brillantes sobre los platones trazadoscon ideogramas ininteligibles para cualquieraque no fuera de Shangai (o de donde vinieranesos personajes que brindaban el gozo deldomingo).

Hoy, la escalinata roja con la que hacíamoslas entradas triunfales ya no está. No sedesciende en ellas como en las películas; unaloza grisácea e inclinada es la entrada. Lasparedes del subterráneo perviven con unadesnudez fría de hormigón; no visten más de

papel aterciopelado, ni sostienen murales deseda con la muralla bordada en hilos de oro.Ya no hay niñas con zapatos de charol blanco.Un vacío completa el lugar. Al acomodar micarro, noto que sólo un par de usuarios seatrevieron a sumergirse en ese socavón deconcreto. Me pregunto si recuerdan, como yo,lo que ese recinto cobijaba; desconozco si ensu reminiscencia existen todavía los chun kunsque comían cuando niños, luego de ir a misa.

Bajo el mercado El Ahorro se instaló elrestaurante, según me dicen, se llamaba SunTime. No recuerdo el día en el que dejó deoperar, mucho menos el por qué. Tengo clarala rutina del domingo: la gran pecera al finalde las escaleras, que servía de lámpara incan-descente al terminar el descenso. Al finalizarlos peldaños se abría completo el galerón in-terminable, una casa de espejos que replicabahileras de mesas y comensales.

Yendo y viniendo, menudos meseros deojillos oblicuos, ataviados de rojo, acarreabanplatones de cerámica tan coloridos como laverdulería que contenían. Humeantes charolasprovocaban, con su perfume, que todos babeá-ramos a la espera de la orden. El hambreatiborraba las comandas, lo mismo que la sedy el deseo. La comida china es seductora,completa los goces a través de los cincosentidos. Al terminarla, te abate un sueño deopio, profundo y denso como los placeres másculposos.

VI

Mexicali sí era un pañuelo. En mis ojos deniña con zapatos nuevos, todos estaban ahí,sonrientes, saboreando las carnitas, cucha-reando la sopa de aleta de tiburón, remojandolas perdices en el ácido del jugo de limón conpimienta.

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Los beatos comentaban la homilía; lasmadres, el peinado de las hijas; los parientesresentidos, la vida de los demás; mientras mispadres tarareaban a Julio Iglesias ("… meolvidé de vivir…"). Gran fila de carros reciénlavados, aguardaban en el calorón. En más deuna ocasión miré a un cura servirse un vasode cerveza fría, mientras su dentadura ferozmascaba la carne grasosa de puerco, pocodespués de predicar sobre la vida austera y desacrificios.

En una de nuestras visitas, una monja delcolegio se sumó a la prole, invitada por mamá.Después de agradecer al señor por susalimentos, comió arroz blanco y consomé, loacompañó con agua y té de jazmín caliente.Mientras a escondidas mi mano sostenía unagalleta de naranja y almendras que mi abuelase robó de la mesa de a lado, guiñando unojo, cómplice; teníamos mucha hambre y pocacompostura.

VII

El orden de las cosas se hizo tradición: "launo para cinco", ordenaba mi padre. Recibía-mos las bebidas con una represión anticipada:nadie debía beber una gota antes de la comida.En mi osadía consideraba comida esosfilamentos fritos, enredados entre sí (nulos,les dicen por acá), que la mínima mesera,callada y de terso semblante, nos sirviera. Conmirarlos, el hambre se mitigaba. El primertrago de Sangría Señorial me ayu-daba a pasarese crocante, pero los enormes ojos de mimadre encajaban su reprobación en los míos.

Llegaban las carnitas, una delicia cubiertade caramelo lustroso. Su textura tierna yblanda, siempre han sido la entrada ideal y,sobre la fuente en la que las entregan, elímpetu de su color las vuelve un espectáculo,sobre todo si el comensal sumerge los bocados

de puerco en el intenso amarillo de la mostazaoriental (extraída de una raíz parecida alrábano, me han explicado).

Minutos después, cubierto en el sutil brillode una salsa a base de ciruelas y soya, el polloalmendrado hacía su aparición; el perfume delapio que le acompaña seduce las papilas, laboca se nos llena de saliva al verlo sobre lamesa. Unido a este plato de colores suaves,arrimaban un cerro de arroz cantonés, confetide verduras, y carnes venidas de cielo, mar ytierra. Era mágico verlo desaparecer entrecucharazos de los tragones.

De todos estos placeres de la comida delSun Time (y de todas las comidas chinas demi vida), encuentro virtudes especiales en unpequeño platillo en particular. Greguería decolor y aromas, regalitos envueltos en unamasa fina como el papel, entregan a la boca,tras la mordida, amasijo de sabores intensos.Me refiero a los rollitos primavera, conocidoscomo chun kuns, que siempre han sido motivode disputas fami-liares y acaloradasdiscusiones sobre lo que encierran susentrañas. Los mal intencionados dicen que losrellenan de sobras. Sigo pensan-do que soninjurias, juicios falsos, artilugios paraquedarse con ellos.

La primera vez que probé uno, después dequemarme la lengua lo que siguió fue puraalgarabía. Antes que la chimichanga de lacomida regional mexicana fuera conocida pormí, tuve el gusto de trozar la delgada capafrintangueada del taquito cantonés. Un viajesin retorno del que no siempre quiero volver.

No menos afortunada es la tortita de frijolde soya germinada, vegetales y huevo, llegabacon el resto de los platos: el fuyón. Otrafiestecita filamentosa pletórica de ingenio ysabor.

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Es sabido que las cartas de los restauranteschinos poco tienen que ver con la comida queel pueblo de China (líder de la economíamundial en este siglo), acostumbra cosumir.Pero la evocación a esta cultura milenaria, queconlleva a los mexicalenses a desenmarañar,con tenedor en vez de palillos, un plato dechop suey, es nuestra marca registrada. Quienes cachanilla reconoce en los menús chinosalgo de su identidad, más identificable que laplanta que da nombre a nuestro gentilicio.

VIII

Entre temblores, economías precarias y eldesdén, Mexicali reconfigura su fisonomíacada diez años. Son mis cálculos. Me permiteafirmar esto, la suerte de habitarla en susmuchos rumbos. Un impulso ambulatorio meha hecho transitar avenidas, caminos de ida yvuelta, calles y bulevares.

Sin romper el patrón de armarse a sí mismasobre el tope fronterizo, se ha expandidoamorfa y grandilocuente. Le han brotadopuentes sin tener más que ríos de carros. Eltránsito intenso atiborra su existencia. Enmedio de la rutina y semáforos fuera desincronía, el habitante percibe que desapa-recen o surgen edificios en lotes baldíos, ofranquicias que le brindan ese cascaróncosmopolita. Una máscara hueca del progreso.

Después del último terremoto, muchos lo-cales y espacios públicos y privados fuerondesapareciendo poco a poco. Nos costóreconocer que el siniestro produjo cambiossustanciales (por dentro y por fuera); nosfuimos quedando chimuelos de muchasreferencias que antes fueron pistas paraubicarnos espacialmente. Algunas fachadasmarcaban la vuelta para localizar la tortillería,o los pilares de un centro comercial indicabanel fin de una colonia y el inicio de una calzada.

El gran mercado El Ahorro y su restaurantehundido, desaparecieron con sutileza (y no conlos temblores). Alrededor de mí, pocas perso-nas lo recuerdan. El crecimiento de la ciudadtrajo consigo otros lugares donde disfrutar delos arrollados de primavera (chun kunes) y nosfuimos olvidando de las fauces coloradas ylos muros con exóticos tapices.

Recuerdo que, siendo joven quinceañera,amanecí con la noticia de un incendio pavo-roso. El mercado, olvidado por todos, conpoca mercancía en sus pasillos, aniquiló suexistencia en medio de las llamas controladaspor los bomberos. Cuentan que fue, muyentrada la noche, cuando las calles de laavenida se acallaban, las hirvientes lenguasconsumieron el edificio. Hubo pocos testigos.Par de años antes, el local de comida orientalcerró sus puertas de hierro para siempre, y elmercado, reducido a medio local, operó sóloun tiempo más.

Después del siniestro, pasar por la aveniday ver el despojo en el que se convirtió ElAhorro, me resultaba doloroso. Como lo fueenterarme que los residentes del sótano de misplaceres, media docena de doberman´s queresguardaban el lugar, murieron calcinados sinla menor oportunidad de escape. Dicen queladraban sin parar, atorando sus hocicos en laherrería de los portones.

Ahora los lugares de comida china, en sumayoría, son locales de un lujo oriental muylejano a la costumbre; no usan el rojo intensopara vestir las paredes, y pocos cuelgan desus techos candiles con garras de dragón. Hansegmentado su mercado, al igual que la ciudadlo ha hecho con su trazo urbano.

Por mucho tiempo, en esta polvorientaciudad, se propiciaba lo que en muchas otrasciudades del país ha sido imposible unir, a

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través de la comida, al más heterogéneo grupode gente que enterrando el tenedor y saborean-do manjares en los muchos locales de comidacantonesa, comparten un mismo espacio físico(y espiritual, ¿por qué no?). Digamos que através de la comida china, y por el tiempo quetoma consumirla, los restaurantes seconvertieron en una zona temporalmenteautónoma. En ese breve nicho era posible quenadie se fijara en el número de la orden quetomabas: si la uno para dos, para cuatro, o laespecial para cinco…

El paisa con sombrero y tenis adidas, elgobernador con su séquito de guarurassimulados, la linda familia clasemediera, elburgués empresario de guayabera, el bichi-come, los abuelos pensionados, los buchones,los pochos, las fresas, los chakas, los juniors,las chachas, los cholos... una gama intermi-nable en plena intersección sobre las mesascubiertas de platones garigoleados, sin faltarla jarra de té helado o las caguamas bien frías.

Actualmente, pocos son los locales quesiguen incluyendo los platillos de mi niñez.Como resultado del sincretismo (como dicenlos especialistas en cultura) se han incor-porado a las tradicionales recetas, una gamade ingredientes que han arribado a Mexicali através de los migrantes de regiones cercanasa nuestro estado.

Cuando observo que el pollo almendradoahora tiene cacahuates, me doy cuenta que, através de la comida, en el espíritu de los chi-nos, algo lucha por mantenerse vivo, condeseos de continuar. Su entereza es capaz deadaptarse a los cambios para permanecer.Llegaron hace más de un siglo para quedarse.Y, como las abuelas, entraron a nosotros "porla panza".

Los zapatos blancos de charol cada vez seusan menos en las niñas. Igual que los vestidosesponjosos, que ya pasaron de moda. Yo novi bailar a mi hija dando vueltas con su faldaal aire, pero los rollitos marrones, rellenos decolores y perfumes, han pasado por susdientes, y son, al igual que para mí, susfavoritos en las comidas de domingo.

IX

En una noche temprana de invierno, sobreuna calle cualquiera, sin importar la hora ni laacera por la cual caminaba, y en busca de nadaen particular, miré una luna blanca, como lasque sólo se ven en Mexicali. Una ruedainmensa, amorosa y bella, rotunda y amarillacomo un gran Roquefort. Recordé a mi padrey su cuento sobre el chino que voló en bicicletahacia la luna, en busca de queso. Era una delas tantas historias que narraba mientrasesperábamos a mamá frente a un consultorio,o en la frutería.

Cuando su hermoso relato fluía, su acentomexicalense se convertía en un híbrido delespañol con un particular énfasis en las eles.El personaje del cuento, con un nombre impro-nunciable incluso para él, moría de hambrejunto a sus hijos, y en sus sueños se hacía ricocon la venta del queso de luna. En sus fanta-sías, el personaje ideaba la forma de llegar aese tesoro con su única y valiosa posesión: labicicleta… Los cuentos nunca terminaban, mimadre solía llegar antes del fin. Siempreimaginé a es chinito volando por los aires,rumbo a su gran tajada de queso perforado.

Mirar su tez, de un pajizo tenue y ater-ciopelado, su cabello color de noche intensa,lustroso y geométrico; su cuerpo menudo ysu expresión, a veces difícil de descifrar, sonparte de la mexicalidad. Tengo el cuidado de

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no intimidarlos cuando los miro mientrassorbo la sopa de hongo de oro; pero si estoycerca de ellos, no dejo de observarles.

Al medio día, por los callejones de lacolonia Nueva, como flores de cactáceas,efímeras pero intensas, emergen de quién sabedonde, muchos paraguas festivos quesostienen las manos diminutas de las mujeresde Shangai, que acuden puntuales por susretoños a la escuela. Llegan y desaparecen enfila. Silenciosas, se muestran plenas junto asus hijos. Es la alegría de toda madre que tienela sopa lista y los fideos recién cocidosesperando en la mesa.

Para muchos de nosotros, residentes de estaciudad, escuchar los rumores cantoneses sin

asombrarse es tan común y cotidiano como lasalsa de soya. Cuando hablan los chinoscantan. El sonido de su voz es música ininte-ligible pero familiar y cotidiana. En nuestraparanoia de ignorantes, hemos llegado apensar, en muchas ocasiones, que hablan denosotros.

Pienso eso en una noche púrpura, cuandocruzan frente a mi un grupo de jovencitas deojillos diminutos y cabellos rectangulares. Meavergüenzo. Recapacito y me imagino a míen China, sola en una ciudad cuya lengua nome dice cosas. Pienso, ¿cómo sobrevivir lejosde mi lugar de origen? Mi respuesta no existe,no lo puedo imaginar. Ellas sí.

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as reflexiones entorno de la utilidad de lapoesía no son nuevos. Ya en el siglo I a. C.

Sobre la poesía

Marco Antonio Murillo

nombre con que se designaba a dicha utilidad:fundadora de pueblos, viaje órfico, diálogo conDios. El poeta moderno tiene la situacióndiferente: con la sobrevenida del Capitalismo yla Revolución Industrial, otros valores que no sontrascendentales, y que se relacionan con elmaterialismo, la velocidad y la caducidad, son losque comienzan a regir el mundo, poniendo enduda los preceptos antiguos que gobiernan el arte.El arte, por su lado, tiene la tarea de poner nombrea los nuevos inventos y descubrimientos, es decir,hacerlos presentes en la historia.

El escritor, que hacia el siglo XIX yacomenzaba a profesionalizar su oficio, siente eldeber de justificarse ante el utilitarismo de lasociedad. ¿Qué es la poesía? ¿Para qué sirve lapoesía?

III

Jorge Luis Borges, apelando a la idea de quela poesía es frecuentada por pocos lectores y que,sin embargo, llega a ser trascendental, decía quela poesía es inmortal y pobre. Para Eliseo Diegola poesía era una conversación en la penumbra;Rubén Bonifaz Nuño, por su parte, remata así unode sus mejores poemas: para los que estánarmados, escribo. Pero mi definición favorita esuna contenida en esta frase de Rilke, que tiene unpoco de presunción y de piedad: Todas las cosasa las que me entrego/ se hacen ricas y a mí medejan pobre. Marco Antonio Campos, acaso máspráctico que los anteriores, señala lo que no es, omás bien lo que la poesía no hace:

Texto leído en el marco de las celebraciones por el día mundial de la poesía. Facultad de Ciencias Antropológicas, UADY.

políticos como Cayo Cilnio Mecenas, consejerode Augusto, llegaron a la conclusión de que si sepretendía fundar un Imperio milenario, no se podíaúnicamente con las armas y las leyes, se necesitabael soporte de la tradición; pues sólo ella puedeenraizar generacionalmente en el pensamientohumano. La idea era, siguiendo el ejemplo deGrecia, refundar Roma y toda la tradición latina apartir de la poesía. De allí el ahínco con queAugusto reclamaba a Virgilio la escritura de la"Eneida", y la venganza que concibió Ovidio alarrojar al fuego "Las Metamorfosis", como si eldestino de Roma dependiera de estas epopeyas.

Otros casos que pueden mencionarse son losde Dante Alighieri y San Juan de la Cruz. Elprimero, en su Divina Comedia, presenta unapostura político-religiosa a favor de los Güelfos,tan ferviente que construyó un infierno tan vastopara albergar a sus enemigos. Por su parte, el autorde "Cántico espiritual" ofrece una visión seductorade la contrarreforma. Cabe destacar que estemovimiento religioso llegó a tener tal fuerza enEspaña, que solía decirse que Dios habla encastellano.

II

Pero pensándolo bien las reflexiones entornode la utilidad de la poesía sí son nuevos. Lospersonajes de los anteriores ejemplos nuncapusieron en duda el oficio del poeta, sabían queel poema tenía una utilidad precisa: ella creabaideas que pueden enterrarse en la mente delescucha y florecer; lo único que cambiaba era el

L

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Declaración de inicio

Cada uno de mis poemas pretendió ser un instrumento

útil de trabajo.

Pablo Neruda (Estocolmo, 1971)

Las páginas no sirven.La poesía no cambiasino la forma de una página, la emoción,una meditación ya tan gastada.Pero, en concreto, señores, nada cambia.En concreto, cristianos,no cambia una cruz a nuevos montes,no arranca, alemanes,la vergüenza de un tiempo y de su crisis,no le quita, marxistas,el pan de la boca al millonario.La poesía no hace nada.Y yo escribo estas páginas sabiéndolo.

IV

La poesía no hace nada. Fuertes declara-ciones. Para entender el poema de Campos, sedebe regresar un poco en el tiempo. Buena partede la poesía moderna asignó un rol bastanteromántico al poeta, el cual consistía en serpartícipe en la construcción de las sociedadesmodernas: la poesía educaba al pueblo, guiaba alpueblo. Las grandes revoluciones del siglo XX,fueron vinculadas con la poesía: la RevoluciónRusa y Maiakovsky, la Revolución Cubana yNicolás Guillén, la Revolución de Nicaragua yErnesto Cardenal. Éste último tiene un poema queintegra exactamente el rol que la poesía socialasignaba a quien pretendía escribir versos:

Epitafio para Joaquín PasosAquí pasaba a pie por estas calles,sin empleo ni puesto y sin un peso.Sólo poetas, putas y picadosconocieron sus versos.

Nunca estuvo en el extranjero.Estuvo preso.Ahora está muerto.No tiene ningún monumento...

Perorecordadle cuando tengáis puentes de concreto,grandes turbinas, tractores, plateados graneros,buenos gobiernos.

Porque él purificó en sus poemas el lenguaje de supueblo,en el que un día se escribirán los tratados de comercio,la Constitución, las cartas de amor,y los decretos.

V

La poesía no hace nada. Con el posmoder-nismo, los paradigmas que guiaron cierta poesíamoderna están siendo puestos en duda, así comolos supuestos resultados que ella obtuvo en losdiferentes movimientos sociales en los que susportadores participaron. Eduardo Lizalde escribióal respecto en un epigrama: ATENCIÓNACTIVISTAS (tal vez quiso decir poetas) el prin-cipal deber / de un revolucionario / es impedirque las revoluciones / lleguen a ser como son.En otro poema, sus declaraciones son más duras,escribe en "Chufas": Toda la mala poesía destruyelas ciudades / me temo que es alguna de lasnuestras. A pesar de todo, los poemas de filiaciónsocial no fracasaron, muchos de ellos losseguimos leyendo hoy con una extraña alegría, loque fracasó, acaso, fue la ideología política queel autor detentaba.

VI

¿Qué es, entonces, la poesía? Y ¿Para quésirve? Personalmente no creo que para alguiendedicado a este oficio con seriedad, o a su lectura,le sea algo que haya qué definir, o bien, justificar.Y si se desea meditar o reflexionar sobre ella, nodebe hacerse a partir de valores con queactualmente medimos a las ciencias o algunasramas de las humanidades; tampoco juzgarla conlos viejos valores que una vez la rigieron, puestoque a través del tiempo ha ido cambiando yadaptándose a las necesidades intelectuales del

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ser humano. La poesía, que es de cada quien, amedida de cómo la interprete, a medida de quéejecución realice su voz propia, tiene tantasformas para revelar raíces, y tantas definiciones,como poetas. El poema, por tanto, no debe serjuzgado por la temática que maneje, ni por la

afiliación política o religiosa que contenga, sinomás bien por la ejecución del poema, si fondo yforma se nutren entre sí. Por tanto, la poesía no esun deber ser sino que ella dice, y debemos comolectores escucharla.

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l Primero Sueño es publicado por primera vezen 1692. El engranaje del cual se vale sor

Luz Aurora Pimentel nos habla de laposibilidad de dos niveles o planos, el primero esel nivel de ensoñación, el segundo es el de larealidad (netamente material); no obstante, lasformas de ordenamiento que se utilizan en El sueño,son básicamente las mismas: en PS, sucede que lasmarcas de ensoñación no hacen explicito el cambiode un nivel a otro, nos encontramos ante undiscurso que se manifiesta en su totalidad comoun viaje descriptivo lógico (Olivares, 2007: 40); así,si nos enfocamos en la naturaleza de la metáforade PS, que entraría en lo que Eliade denominaHierofania, y que considera que las manifestacionesde lo Sagrado poseen una forma o estructura. Nosencontramos con que, citando a Ricceur,

(…) en el universo de lo sagrado la capacidadpara hablar se funda en la capacidad el cosmospara significar. Por lo tanto, la lógica del sentidoprocede de la misma estructura del universosagrado. Su ley es la ley de la correspondencia,correspondencia éntrela creación in illio temporey el orden actual de apariencias naturales yactividades humanas.

El binomio luz-oscuridad en tanto que actúacomo elemento antagónico, es a la vez ,complemento, que se esboza en la configuraciónde lo icónico. Luego entonces su función esentretejer las redes discursivas, en la estructurade la obra. el orden se comienza a demarcar, enprincipio de forma horizontal, siendo que laoscuridad se extiende sobre la masa terrenal, paraascender , en forma transversal, al plano de loetéreo, celestial, místico. La luz es siempre unimpedimento, para avanzar en el viaje,comprendiendo el acceso a la fuente de comoobjetivo unico de la voz lirica; se comprende que,para llegar a dicho objetivo, y, como con Ícaro es la

Luz y oscuridad:Una aproximación visual en la estructura de Primero sueño

Denisse Sánchez-Erosa

21

Juana para un discurso de 975 versos, es lamitología, pero su expresión y resignificación vanmás allá de un dominio de léxico o de un repasolúdico a la historia de las ideas.

Su perspicaz conceptualización trasciende loestético del lenguaje para llevarnos por un viaje queamalgama, no sólo concepciones propias, sinotambién íconos y símbolos, en donde los silenciostienen igual o más valor que los sonidos. Así, esobservable que la oscuridad se impone ante ladestellante y segadora luz, permitiendo, gracias asu infinita negrura, traspasar los límites instau-radospor la idea misma de libertad. Mabel Moraña nosmenciona en su ensayo Viaje al silencio:exploraciones del discurso barroco, que

Este juego barroco de opacidad ytransparencia, de luz y sombra, realidad yapariencia, entrelaza la obra de sor Juana con otrasantinomias estructurales de su época, lasengendradas por el autoritarismo patriarcal ydogmático, transfiriendo así a la dinámicadiscursiva, los profundos debates que anuncianel nacimiento del pensamiento moderno (Moraña,1998 :159).

La luminosa realidad inmediata se opone a laoscura realidad privada; el texto abre con la imagende una elevada masa, en torno a la cual se gesta unjuego de dualidades en el que cada polo lucha porobtener el dominio de un mismo espacio: la mentedel hablante lírico, que se encuentra entre el día yla noche, entre lo onírico y lo real. La luz del díaestá relacionada con lo tangible, lo corporal, loorgánico; la materialidad misma representada porlas funciones fisiológicas que abren y cierran elescenario onírico del poema. Siendo entonces laacción fisiológica del dormir2 el paso al despren-dimiento de esa materialidad.

E

1 El desprendimiento del alma, de la carne; viaje astral, relacionadocon vertientes ocultistas y religiones paganas.

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misma luz cálida y cegadora refractada la queinvariablemente conduce a la caída; la luz, espresentada como elemento de tipo negativo en eluniverso que se configura ante la mirada del lectordel PS; asi la luz, no puede desligarse de otroaspecto intrínseco a su propia naturaleza enérgica:el calor; el que, como activador de los procesosfisiológicos, lleva consigo la inquietante alerta.

Así, la oscura noche no puede ser completadaen este plano: el globo ocular divisa estrellas,cuando aun no se sumerge en el plano ideal paracomenzar un verdadero ascenso; el cuerpo, el mo-tor, entra en proceso de letargo, el corazón, reloj,celador, se torna omnipresente, tales analogías,entre lo natural y lo cultural, entre lo orgánico y lomecánico, entre cavidad-habitad, son otro de losrecursos de la metáfora de lo Sagrado, en la que"hay unan triple correspondencia ente el cuerpo,las casas y el cosmos, la cual hace a los pilares deun templo y a nuestras columnas vertebralessimbólicas unas de las otras, así como haycorrespondencia entre un techo y un cráneo ,larespiración y el viento, etc". (Ricceur, 1995:75)

Entonces, podemos observar que, lasdinámicas gestadas en el espacio de Primero sueñoobedecen como en el proceso fisiológico, y cósmico,y por interrelación lo cultural, a una suerte decircularidad; es un espacio en movimientoconstante, en el que la voz narrativa encuentra suinstante de estaticidad, que depende de donde seposicione para observar; un elemento icónico porexcelencia en esta configuración es la forma esféricala cual cabe destacar que posee una eminente cargaastronómica y religiosa y se encuentra intrín-secamente ligada a la utilización de la numerología,la esfera es un símbolo de orden trascendental, locual hace comprensible el significante peso queposee en la configuración del universo oníricorefuerza la visión plástica en Primero sueño comobien menciona Olivares " (…) la esfera cuyo centroestá en todas partes y cuya circunferencia enninguna (…) la forma envolvente comprensiva dela esfera anula en cierta forma las contradiccionesdel juego de oposición" y así… "nos encontramos

con que subir es bajar y bajar es subir; su centroequidistante de toda superficie es susceptible demetaforizar la totalidad" (Olivares, 2007: 9).

Tal es, la forma en la que se ordena el códigoespacio -temporal en PS, el cual es atravesado porla voz lírica que conduce al lector a través de esteinhóspito territorio normado por los códigos de co-rrespondencias. Siendo que las referencias visualesdesprendidas del universo mitológico-cultural,permiten la configuración del espacio, podemoscomprender, la función icónica de una pirámide,que al principio del Poema ubica al lector-viajeroal inicio del trayecto (y al final lo expulsa al imponernueva presencia de forma invertida) pese a que seesté desarrollando una idea, un modo de conocer elmundo en tanto se está disertando sobre él.

Literatura consultada

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Olivares Zorrilla, Rocio. La poética matemática de Sor Juana.Edición digital: Alicante: Biblioteca Virtual Miguel deCervantes, 2007 en Sor Juana Inés de la Cruz. Estudios :

Pimentel, Luz Aurora. El espacio en la ficción. La representaciónde los espacios en los textos narrativos, México UNAM2001.

Mal Pacheco, Carlos. Piramidal, funesta sombra: alquimia yocultismo en Primero Sueño de Sor Juana Inés de la Cruz.The University of Arizona

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Montesa Bernet Raquel Voluntad de conocimiento y escepticismoen Primero sueño (Universidad de Murcia).

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M.- ¿Por qué viniste?

H.- Para ver marchar el último vagón. Estos trenesson muy viejos ¿sabes?; datan de la segundaguerra. Transportaban comida y medicinas.Ayudaban en la contienda de los otros. En eseentonces llegaban hasta la playa. Al puerto.Más allá de donde tú y yo.

M.- Ajá.

H.- Cuanto más joven, más venía a admirarlos.Desde chico. Nunca imaginé que aquí. Sientoque no me hago viejo, sino que enjuvenezco.

M.- Todas las mujeres te querrán entonces.

H.- Y sólo quiero ahora, escuchar las óxidasruedas echar quejidos a coro sobre las rieles.

M.- Entonces no.

H.- Este es el día. Siempre lo fue.

M.- Te pedí llorando que faltaras.

H.- Falto. Por eso te vas. Si hubiese sobrado.

M.- Igual me hubiera ido.

H.- Te pedí llorando que no me dejes.

M.- Igual me hubiera ido.

H.- ¿Podrías?

M.- Con decirte que en verdad, sobrabas.

H.- Sobraba en tu vida.

M.- No a eso me refiero.

H.- ¿Y?

M.- Que ocupabas demasiado. Siempre fuiste muygrande y yo pequeña (por naturaleza);quedaba empolvada en un rincón de la casa,olvidada como otro adorno. El polvo y el

Como somos cromosomaLa marcha Ángel Fuentes Balam

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A Tany, siempre a ella…

H.- ¿Cuánto falta?

M.- Media hora más o menos.

H.- ¿Estás?...

M.- Te dije que sí.

H.- ¿Y si?

M.- ¿Regresáramos al verano?

H.- Sí.

M.- Esto es definitivo. ¿No lo ves?

H.- Quiero olvidarlo.

M.- Pronto.

H.- No esto, el verano.

M.- Yo también.

H.- Pero no por lo que tú. Quiero olvidarlo parano.

M.- Yo igual.

H.- Mientes.

M.- Como quieras.

H.- ¿Hace cuánto?

M.- Toda la vida.

H.- ¿Tanto?

M.- Unos años.

H.- ¿Tanto?

M.- Un par de meses.

H.- ¿Tanto?

M.- La verdad.

H.- ¿Tanto?

M.- Unos días.

H.- Tanto…

Una estación ferroviaria antigua. Poca gente espera el tren. Una manada de vagonesoxidados; paredes descascaradas y la tarde lame con su lengua amarga.

H.- Fuma.M.- Con maletas.

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olvido me asfixiaron. Cuando iba a caer, nome tomaste. Me sentía vacía. Espejo sinmercurio. Todo era sobre ti.

H.- No aguanto… ¡Todo lo hice porque!

M.- ¿Me amas?

H.- Más que a nada.

M.- Entonces, vete.

H.- Contigo me iré.

M.- No digas estupideces. No puedes irte.

H.- Lo haré.

M.- No quiero que vengas.Silencio.

M.- Por favor. Te lo ruego… vete.

H.- Él no es mejor que yo.

M.- ¿Cómo sabes?

H.- Lo sé.

M.- No tiene nada que ver. No busco eso. Nadiees mejor.

H.- Él nunca será como yo.

M.- Haces esto más difícil.

H.- Cómo podría ser más fácil.

M.- Simplemente queda con lo bueno… con lobello. Con eso quiero marchar.

H.- Lo bueno. Me pides quedar con lo bueno. Lomejor que me ha pasado jamás, eres. Henosaquí, a punto de perdernos para siempre. Aminutos de desintegrar de la historia eseverano. Olvidemos los momentos malos porti. Olvidemos al otro como si fuese una hojaseca: bella un tiempo, frágil siempre, vueltapolvo. Nos haremos invisibles, disueltos enel ácido gástrico de los intestinos laberínticosdel tiempo. Lo bueno ¿qué es lo bueno? ¿Elmomento en que la hoja se desplaza por elviento o cuando ya destrozada por un pieajeno recuerdas su forma torcida y mágica?¿Escuchas? Es el sonido de tu adiós.

M.- ¿Recuerdas la playa, cuando en la arena,recostados, nos cubría el rostro una manta?Me dijiste eres toda mía. Me dijiste eres miocéano infalible, te necesito dijiste… Me sentí

segura y plena. Pero poco a poco nos fuimoshundiendo, caíamos hacia altamar. La ola nosarrastraba, pero tú no me viste. Respiraste yno estaba allí para resucitar en tus pulmones.Te aferraste a otras cosas, maderos con losque pretendías restaurar una barca perdidahace años. Lo entendí. Intenté construirlajunto a ti. No me permitiste subir. Sólo memostraste cómo construir mi balsa. Pero teacompañé. Te di todo y más. Navegastelentamente pero yo no estuve ahí. Ahora.Construí mi propia balsa, porque en la tuya,nadie más cabe. ¿Lloras?

H.- Lloro. Todas esas cosas.

M.- Ya no importa.

H.- ¡No, escúchame!

M.- Entiende.

H.- Esa barca era para ti. Navegué para buscarmaderos más fuertes, más hermosos, con losque pudieras estar satisfecha, construir no unbarco, sino una isla donde podríamos dormirla siesta de las seis todo el día sin miedo aque uno de los dos despertase, escuchando elruido de las olas acompañar la respiracióncomún. Entiende que todo era para ti. Sólo tefaltó esperar más.

M.- Lo único que quería era hundirme contigo.

H.- Ahí estaba.

M.- ¡No!

H.- Lloras.

M.- Lloro.

H.- Todo era por ti.

M.- Basta.

H.- Basta.

M.- Es el sonido del adiós.

H.- Ya viene.

M.- Sí.

H.- Nunca se extinguirá ese verano.

M.- Nunca.

H.- Voy a morirme sin ti.

M.- No. Encontrarás a alguien que te ame.

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H.- No soy como tú.

M.- Lo que pasó con.

H.- No digas nada.

M.- (…)

H.- No lo soporto. Es mejor arrancarme un órganovital.

M.- Lo sé.

H.- ¿Lo sabes?

M.- Te he llorado como a ninguno.

H.- Ahora no.

M.- Ningún dolor

H.- Es para siempre

M.- (…)

H.- Se acerca. ¿Te ayudo?

M.- No hace falta… por favor…

H.- No lleves la… no, nada.

M.- La llevo.

H.- ¿Por qué?

M.- Por el verano.

H.- No quiero esto.

M.- Perdóname.

H.- Perdónate.

M.- Me iré.

H.- ¿Cómo pudiste olvidarnos?

M.- No lo hice.

Llega el tren lento. La gente aborda. Mujer sueltalas maletas. Hombre las recoge. Niega con la cabeza.Mujer con la mirada baja, las toma. Subirá al tren.

M.- No olvidaré ese verano.

Se cierra la puerta. El tren comienza su andar. Elhombre lo mira. Cuando ya no es visible, saca unacarta, la dobla y hace un barco de papel que despuéspuede romper.

Llanto repentino en veranoH.- Somos un par de gaviotastranquila, el mundo no nos escucha.Planeamos sobre el mar café (que hirviente)avanza robusto a la orilla, la arenael lugar donde estampamos la huella.¡Mira: unos cadáveresson peces perdidos, balsas podridasconchas seniles anhelando una perla!Si todo el mundo pudiera escucharnosoír caracol en la oreja el lamentoque damosgraznando el adiós más azul, mas adiósque podamos.Somos un par de gaviotasrefulgentes, grandes gaviotastranquila,el mundo no puede escuchar,tranquila,que nadie nos puede escuchar,tranquilael mundo no nos escucha.

El hombre se sienta en las rieles. Se cubre la cara.Suenan gaviotas. Sonará el tren. Lentamenteanochece. Antes de que la oscuridad se coma todo,por el costado donde el tren ha partido, aparece laMujer avanzando muy despacio, como para nodespertarlo de su sueño. Deja caer las maletas. Élresponde al sonido. Se miran. La mujer corre haciaél, pero desaparecen en la oscuridad antes de dar elúltimo beso.

Oscuro

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esde aquí alcanzo a escuchar a laspalomas que revolotean en su patio.

hasta mí. Al fondo, tras un largo corredor, seapreciaba un patio con veleta. Sin soltarme,esquivando un trío de pesados sillones LuisXV colocados alrededor de una mesa conjarrón chino, llegamos a la sala. El Stainwaydeteriorado, lleno de pálidas fotografías,floreros de cristal cortado y miniaturas deporcelana, ocupaba casi toda la estancia.

-Espere usted aquí -señaló una mecedorael viejo y desapareció tras unas puertasabatibles de cristal esmerilado.

Puse la bolsa de merengues sobre el piano,muy cerca de una diminuta dama victorianacon falderos y sombrilla a la que estuve apunto de tumbar. El polvo me obligó a tosercon insistencia. Me senté y vino hasta mipensamiento Obdulia: a estas alturas debía deestar furiosa por la tardanza; estas últimassemanas, a causa de su estado, se había vueltoinsoportablemente irritable. Mientras mebalanceaba, erré la vista por los ajados y suciostapices de las paredes; alcancé a distinguirpaisajes bucólicos: escenas de caza, días decampo, familias de campesinos ocupadas enla vendimia. La araña cenicienta, pendienteencima de mi cabeza, era de herrería artesanal,pródiga en florituras. Algunos retratos ama-rillentos, colgados como al desgaire, eviden-ciaban tiempos de bonanza. Bastaba dedicarleunos minutos a esos semblantes adustos paradescubrir en sus miradas, la expresióninquietante que heredarían a su descendiente.Mi oído distinguió entre los sonidos del pa-tio, el gorjeo apremiante de las palomas, elchirriar acompasado de un hamaquero, laintermitencia de una gotera cercana. Tan

Cabeza de tortuga

Carlos Martín Briceño

Como cada domingo aguardo su señal.

Tuve que correr hacia la puerta y salir deinmediato, abandonando sobre el piano, losmerengues que, el capricho de Obduliaembarazada, me hizo comprar. Y aúntrasminado por el tufo a orines y mierda,mientras subía al auto, retrocedí hasta elmomento en que crucé frente a esa casa y lodescubrí en calzoncillos y camiseta sin mangas-flaco, pequeño, calvo, pálido-, haciéndomeseñas desde su diminuto jardín de caricatura,en el que a duras penas sobrevivían un rosalsin hojas y un trío de raquíticos helechos enmacetones de barro.

Suelo dejarme llevar por lo imprevisto. Lasituación, además, ofrecía posibilidades: unanciano fantasmal, un chalet casi en ruinas,la orfandad del domingo. Qué podía perder.Atraído por el riesgo traspuse la verja,olvidando los antojos de mi esposa.

La mirada inquieta del viejo llamó miatención. Algo había de extraño en eseparpadeo impaciente bajo las exiguas cejasgrises. Con una confianza desmedida, elhombre me tomó del brazo y, al tiempo quehablaba algo acerca de una hermana enferma,guió mis pasos hacia el interior. En esemomento reconocí el olor artificial de losdiabéticos.

La casa, tal como había imaginado, eraamplia. La humedad avanzaba en los techossostenidos por gruesas vigas de madera. Untufo rancio llegaba de manera intermitente

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entretenido estaba, que me sobresalté cuandola voz del viejo resonó en la estancia.

-Oiga, ¿puede venir?

Me puse de pie y, al acercarme, observéque al hombre se le había desabrochado labragueta de los calzoncillos. Su miembro,flácido y rugoso, asomaba balanceante. Laimagen me produjo morbo y repulsa. Suspiernas delgadas, lampiñas, con rojizaspicaduras de mosquitos, complementaban elcuadro. Hubiera podido excusarme y salir deahí en ese momento. No lo hice en parte pordesconcierto y porque el viejo se aferró confirmeza a uno de mis brazos. No tuve otraopción que dejarme conducir hasta un cuartocerrado que olía a orines matizados con aro-mas a talco de bebé y agua de colonia.

Apenas mis ojos se acostumbraban a lapenumbra cuando una voz rasposa, de mujer,preguntó:

-¿Lo trajiste?

Me alarmé. Pasó por mi mente la posi-bilidad de estar en peligro. Alargué una manoy mis dedos se toparon con los hilos de unahamaca. El viejo, que advirtió enseguida estasaprensiones, me sujetó con más fuerza. Parecíamentira que de alguien tan endeble pudieraprovenir tanto nervio.

-Es mi hermana mayor -dijo, tranquilizante-¿Serías tan amable de ayudarnos?

En ese momento la ambigüedad delofrecimiento me sedujo. A qué clase de ayudase refería, ni siquiera pasó por mi cabezapreguntarlo. Cedí al impulso y asentí. Obduliapodía esperar.

-Hace días que no da del cuerpo -confiótras una pausa.

Antes de que pudiera reaccionar, como siyo fuera un niño, el hombre me guió hacia elcentro de la habitación. Me soltó y se dirigióen voz alta a su hermana.

-Esther, ¿escuchas? Está delante de ti.

Fueron sólo unos segundos, pero mi imagi-nación trabajó a toda su capacidad. Aquellavoz imperiosa, el sexo oscilante del vejestorio,sus manos rugosas, todo parecía surrealista.Justo cuando iba a preguntar qué debía dehacer, unos dedos huesudos y fríos atenazaronmis caderas.

-¿Listos? -dijo el viejo.

La voz carrasposa, que evidenciaba unaespesa aglutinación de flemas en la gargantade su dueña, respondió.

-Listos.

Fue entonces cuando el hombre emitiósonidos que no entendí, pero conformesubieron de volumen se esclarecieron. Eranonomatopeyas. Emulaban los pitazos de untren y el rodar de vagones. Y como si llevaranimplícito algún conjuro, me convertí en lalocomotora de un ferrocarril de carne que sedirigía hasta una puerta, por cuyo dintel sefiltraba una titubeante iluminación.

La luz amarillenta de una bombilla mereveló que estábamos en un baño diminuto.Traté de no acercarme a las paredes: losmosaicos estaban recubiertos por una capa demoho y grasa. Me fijé en la anciana, cada-vérica; el mapamundi de su rostro, el extravíoen la mirada, ese nido revuelto de canas y laboca babeante, evidenciaban una demenciasenil avanzada.

-Ayúdeme a sentarla en el inodoro, seresiste a defecar en el pañal.

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Una oleada de orines saturados de fármacosllegó a mi olfato. Debí respirar por la bocapara evitar la náusea que amenazaba contransformarse en vómito. A mi derecha, en unapalangana llena de agua turbia, nadaba unatortuga. De cuando en cuando, el quelonioasomaba su fea cabeza de glande para observarnuestras maniobras.

-La tenemos desde la infancia -se apresuróa decir el hombre.

Fingí sonreír.

A la vieja había que sostenerla con fuerza,como un fardo, para que no se fuera de brucescontra el suelo. Al cabo sus ojos, antessemicerrados, se abrieron, y el semblante sele enrojeció más de una vez, al tiempo queemitía pujidos y ventosidades. Fue cuandosucedió algo que, dadas las circunstancias, mepareció accidental. El viejo rozó sus piernascontra las mías y sentí su erección. Quiseapartarme, pero en aquel baño estrecho y

maloliente, donde las cucarachas pululabancon libertad, un paso atrás significaba soltar ala vieja, dejarla a merced de su propio peso.

Traté de convencerme que el frote quesentía sólo era casual. El hedor que minaba ellugar cortó mis reflexiones. Cada vez era másdifícil evitar la náusea, el sudor empapaba micamisa y me sentía incapaz de continuar.

-Aguante -exclamó el viejo como siadivinara mis pensamientos.

Bajé entonces la vista y me encontré denuevo con aquella lisa cabeza que emergía delagua, al tiempo que una mano, ¿la delhombre?, ¿la de la hermana?, se abría paso enmi bragueta hacia mi endurecimiento. Unasonora descarga de excrementos me hizorecordar a Obdulia y la razón de estar ahí.Como pude, acomodé a la anciana en el bacíny, sin decir nada, olvidando los merenguessobre el piano, me precipité a la salida.

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n el momento en que la novela policíacavio la luz, consiguió una serie de adeptos

perfecto de la narrativa para mantener el sus-penso, el interés del lector y proveer las pistasnecesarias de manera sutil.

Quien considera que escribir novelaspoliciales es muy fácil, está equivocado. Este tipode relatos implica un enorme esfuerzo narrativo.Es verdad que son muchos los que han escritonovelas detectivescas, pero pocos han logrado elreconocimiento y éxito.

Los lectores adeptos al misterio son a su vezexigentes. Demandan tramas complicadas y quesignifiquen un reto a su intelecto. Para esta clasede receptor un relato demasiado obvio y simplees sinónimo de aburrimiento y poca imaginaciónpor parte del autor.

El escritor Van Dine redactó una serie dereglas para escribir una buena novela de misterio.Entre las más destacadas se encuentran evitar queel asesino sea el muy utilizado mayordomo ochofer, la intriga amorosa no es compatible conla novela policial, la resolución del crimen debeinvolucrar métodos realistas y, por último, unaregla que considero esencial: el asesino o crimi-nal debe ser un personaje que haya sido unaconstante dentro del relato, pues es inverosímilsacar un culpable a última hora. Porque el lectorse sentiría defraudado.

Al lado del enigma, las pistas y los métodoslógico-deductivos, hay un elemento esencial enla novela detectivesca: el detective. Este personajees el epítome del heroísmo, de la rectitud, de lahonestidad e inteligencia.

En los antecedentes históricos de la novelade misterio se han creado detectives inolvidables

Taibo II y la novela policiaca

Martha Alejandra Rosario Alpuche

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atraídos por la fórmula del enigma y la búsquedade su resolución. Edgar Allan Poe es consideradoel padre de la novela detectivesca con una seriede cuentos, entre ellos Los crímenes de la calleMorgue. Posteriormente Arthur Conan Doylepresentó al famoso detective Sherlock Holmes.En sus historias se dieron a conocer los clásicosmétodos detectivescos conformados por las pistasy la deducción.

Inmediatamente surgió una especie de juegoentre el lector y el autor. El primero intenta portodos los medios resolver el misterio antes de leerla última página de la novela. El autor, por suparte, quiere demostrar su inteligencia y habilidadpara evitar precisamente que el receptor descubratoda la verdad antes de leer el final y las explica-ciones del narrador acerca de quién cometió elcrimen y por qué lo hizo.

La novela clásica de detectives obtuvo unpúblico cautivo y a su vez el desdén de la crítica,que considera que este tipo de novelas no damuestras de un excelente empleo de la prosa,además de considerar que el éxito comercial noes compatible con el capital simbólico necesariopara pertenecer a las altas esferas literarias.

Ante este panorama, algunos escritores sedieron a la tarea de defender el género, entre ellosChesterton y Chandler los cuales sustentaron ladefensa, en la siguiente observación: para escribiruna buena novela de detectives es necesario unagran dosis de creatividad que permita plantear unescenario, personajes y una trama creíbles.Igualmente es de suma importancia un manejo

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y poseedores de las características antesmencionadas, empezando con Dupin, el detec-tive de Poe, siguiendo con Sherlock Holmes(definitivamente el más famoso) cuyo padre esConan Doyle, Maigret el detective-policía delbelga Simenon, y terminando con dos figurasmemorables: Poirot, un detective pulcro, pecu-liar, que hace gala del uso de sus células grises,Miss Marple, una viejecilla muy curiosa quesiempre resuelve el crimen antes que la policía.Estos son creaciones de Agatha Christie.

La novela de detectives tiene un nicho bienestablecido: el enigma es la base de todo. Laspreguntas ¿cómo?, ¿porqué? y ¿quién fue? Perollego un momento en que el misterio en sí no fuesuficiente para interesar al lector, las atmosferasen la novela detectivesca clásica eran muyartificiales, poco apegadas a lo que sucedía en lasociedad y con la ciudad. La realidad es que laviolencia y la corrupción comenzaron a serfrecuentes en dicha sociedad. El público lectorestaba ávido de encontrar estos elementos realesen la novela policíaca.

Los escritores vieron en el relatodetectivesco la oportunidad perfecta paracombinar la incógnita del crimen y al mismotiempo plasmar la realidad, denunciar los abusosy hacer patente el mundo en el que vivimos. Esen este momento cuando nace la novela negra enmanos de escritores como Dashiell Hammett yRaymond Chandler.

La clásica novela detectivesca tiene raíceseuropeas especialmente británicas y francesas. Lanovela negra se origina en Estados Unidos, naciónjoven en comparación con los viejos paíseseuropeos. En el género negro, el misterio compartela importancia con la realidad, con el lenguajecrudo, violento.

La figura del detective también evolucionadentro de la novela negra. Muchas veces el de-tective debe dejar de lado la honestidad y rectitudpara poder obtener información o hacer justicia.

Atrás quedó esa realidad fantasiosa dondese descubre al asesino, se le entrega a la policía yes sentenciado. Se da paso a este entorno quemuchas veces nos supera, un mundo donde semuestra que existen policías corruptos, quepueden ser comprados por la cantidad correcta dedinero, redes de criminales tan fuertes que no sólose trata de descubrir quién cometió el crimen, sinoencontrar la forma en que realmente se hagajusticia.

En la novela negra, los finales no son per-fectos, a pesar de que el lector sabe quién cometióel crimen y por qué. Esto no es sinónimo de queel criminal acabe tras las rejas cumpliendo unasentencia.

La constante que permanece en la figura deldetective, es esa soledad perenne donde puedetener aventuras amorosas, pero la estabilidad delnoviazgo le está negada. Esta soledad se puedeasociar con la realidad de millones de habitantesque conviven en las grandes ciudades y quienesde alguna u otra manera tienen un aura de soledady desconfianza hacia sus semejantes.

La novela negra tiene como objetivodenunciar y evidenciar la corrupción y violenciaque se vive en el día a día. Los escritores de estegénero encontraron que la fórmula entre una dosisde realidad y misterio era única. Los lectoresvolvieron a quedar atrapados no sólo por esteintento de descubrir al asesino, sino que a su veztambién se enfrentaron y descubrieron una partede la sociedad escondida y olvidada.

En cierta forma, puede decirse que el enigmaa resolver pasó a un segundo plano, para darcabida a lo real, al bajo mundo, a las redes decorrupción que existen en mayor o menor medidaen los países, especialmente en las grandesciudades.

Los Estados Unidos es el lugar donde lanovela negra surge. Posteriormente Latinoa-mérica repara en éste género y lo hace suyo a sumanera. En México Paco Ignacio Taibo II es

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considerado el punto de partida de lo que enAmérica Latina se denominará la novela"neopolicial".

Taibo II encuentra en lo policíaco el vehículoperfecto para denunciar la realidad mexicana, que,como él mismo acepta, puede resultar aún mássorprendente que la misma ficción. El DistritoFederal es un elemento importante y esencial ensus novelas. Se narran espacios conocidos paraquienes habitan esta ciudad, que sirven dereferente para ubicarse en cierto punto de la ciudadde México, una ciudad y país de los ochenta,donde se entremezclan elementos ficticios conhistorias reales, como las elecciones presiden-ciales de 1988.

Como sus colegas, Taibo II también crea undetective, pero no es cualquier personaje. Es undetective a la mexicana, muy acorde a una ciudadde México caótica y violenta: tuerto, medio cojo,con un humor negro, lo que le permite sobreviviren esa jungla de asfalto.

Sus clientes son personas que saben queacudir a la policía es inútil, pues muchas veceslas autoridades forman parte de los negociosilícitos o brindan protección a los criminales acambio de una buena cantidad de dinero. HéctorBelascoarán Shayne, nombre del detective creadopor Taibo II, sabe que muchas veces tendrá queviolar la ley o incluso hacer justicia de propiamano para que una muerte no quede impune.

Por ejemplo en Regreso a la misma ciudady bajo la lluvia se dice:

Para ser mudo traía demasiados papeles.Mire nomás - dijo Héctor mostrándole al Chatolo que hacía un par de minutos le había sacadode la bolsa-. Judicial del estado de Michoacán,qué a toda madre. Déjeme adivinar…Usted esel que va a acompañar las armas que van adesembarcar en Michoacán. Usted es el que lasva a capturar. Usted es el que va a decir a laprensa que los cardenistas estabancontrabandeando armas quién sabe con quéoscuros motivos. No. Eso no lo va a decir usted,

eso lo va a decir alguien que fotografíe mejor.Usted sólo va a llevar las armas hasta la costa,y ahí va a jugar a inventar un desembarco. (162)

Taibo II también hace evidente en estamisma novela, como el detective se enfrenta solocontra un monstruo de siete cabezas. La realidades que podrá capturar a uno de los criminales, perosiempre habrá alguien más dispuesto a terminarel trabajo, ha sustituir al capturado, un ejemploes este párrafo de Regreso a la misma ciudad ybajo la lluvia:

"Usted no la puede parar. Ya se entregó elpapelito a unos periodistas. Aunque no hayaarmas, se va a hacer el borlote contra loscardenistas. Se los van a joder igual. Unasarmas por ahí como quiera aparecen; éstasporque se veían bonitas, y el barco, y todo, yno son armas mexicanas." (163)

Belascoarán es cínico, es un solitario conmuchas aventuras amorosas pero poca estabilidad,a su vez es una persona idealista: desea que sehaga justicia, que la verdad se descubra y losmalos sean detenidos, pero está perfectamenteconsciente de que en un país como México es muydifícil lograrlo solamente por la vía legal. Por lomismo muchas veces tiene que jalar el gatillo,amedrentar al enemigo, amenazarlo o golpearlo.

Las novelas de Taibo II presentan la durarealidad mexicana, pero con ironía y humor negroimpresionantes. Así como los mexicanos se ríende la muerte, con las novelas de Taibo II se puedeuno reír de cómo el crimen organizado, laviolencia, el poder, el dinero y la corrupción sonlos que mandan, porque quienes poseen todo estoson los que tienen la última palabra.

Un posible recurso es acudir a BelascoaránShayne, que no cejará hasta encontrar al culpabley hacerlo pagar de una u otra forma, aunquedefinitivamente esto no significa que vaya a serbajo el amparo de la ley. Belascoarán es sinónimode ajuste de cuentas, es la posibilidad de esclarecerel crimen, de saber por lo menos qué fue lo quepaso.

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Las novelas de Taibo II son un retrato delDistrito Federal, del carácter de los mexicanos,de cómo se dejan llevar por la broma y el humorpara sobrevivir en esa realidad poco halagadora.

Sus historias entremezclan la seriedad y laburla. Evidentemente es verdad que la corrupciónestá enraizada en todo el sistema de gobierno, enlas empresas y en la gente en general. Es durodarse cuenta de la influencia tan grande que eldinero y el poder tienen. Con unos billetes todose arregla, se consigue cualquier cosa, y unnegocio, por más ilegal que sea, puede obteneruna fachada respetable a cambio de la sumacorrecta.

Los relatos de Taibo II tienen pasajes quedan una pequeña muestra de la cultura mexicana,como el párrafo en Regreso a la misma ciudad ybajo la lluvia acerca del mariachi:

Hay mariachis completos, mediosmariachis, con uniformes negro y botónplateado,con uniforme vulgar; sin uniforme,con corneta, sin corneta, con corneta y sordina,con tololoche y gordo con contrabajo, con tresviolines, uno de decoración o simplemente condos. De amenizar fiestas, de acompañamiento,de lucimiento nomás, con pistolas de verdad ode mentira,con transporte propio o de vilinfantería. Pululan por las afueras de unaremodelada plaza de Garibaldi atacando a lospaseantes. (165)

Sus novelas permiten tomar consciencia dela condiciones en que se vive y al mismo tiemporeír de esta realidad absurda que supera la ficción.Los mexicanos se burlan de lo que les afecta, delas cosas a las que temen, como la muerte. Esuna válvula de escape que les permite hacer másligera la carga del día a día.

El detective Belascoarán se ríe de sí mismo.Sabe que es la única forma de sobrevivir en unaciudad traicionera como el Distrito Federal. Esun detective diferente, "sui generis "en relacióncon los personajes escritos por Edgar Allan Poe o

Agatha Christie. Obviamente el espacio en el quevive y se desenvuelve es una gran influencia. Eltono burlón, sus malas palabras, la melancolía yla soledad son ingredientes inherentes en elcarácter de Belascoarán y también forman partedel ambiente citadino de la ciudad de México.

Sólo en una ciudad donde todos parecieranestarle robando el oxigeno al vecino, es posibleconocer a un personaje como el detective. Estaciudad da origen a las historias descritas en lasnovelas de Taibo II. La ciudad de México es elespacio ideal para dar vida a un personaje comoBelascoarán Shayne.

Es como un viejo lobo de mar o prisionerode guerra lleno de cicatrices, pues la vida lo hamarcado, lo ha tenido al borde de la muerte. Eldetective tiene momentos de duda, dedesesperanza, cuando se cuestiona si tiene algúnvalor la labor que realiza.

Belascoarán sabe perfectamente que es muydifícil que la situación cambie en el país. A pesarde todo esto sigue adelante en su empresa. Juegaen los mismo términos que los criminales y lasautoridades: la ley del más fuerte, la ley del Talión:ojo por ojo, diente por diente.

El detective es la única esperanza de estaserie de habitantes que no son escuchados por laautoridad. Él sabe que probablemente tendrá quetomar la justicia en sus manos, pero no es eso loque le pesa. Su pesar se debe a la falta de esperanzade que mejore la sociedad. Belascoarán es unhombre solo contra el mundo.

Probablemente Taibo II también estécumpliendo con un deber: la denuncia de estasituación corrupta y violenta, dejar en evidenciaa las autoridades. Es una cruzada para que el lec-tor se percate del entorno que lo rodea. Esentretener al mismo tiempo que concientiza alreceptor.

Éste es el sello de la obra de Taibo II, lo quela hace diferente de la novela negra en sí. La

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realidad mexicana es muy distinta de la situaciónque se vivió y se vive en la cuna del género negro:los Estados Unidos.

Sus novelas no son una copia de las obrasde Dashiell Hammett o Raymond Chandler. Porel contrario, él toma la novela negra y la sitúa enla ciudad de México, le agrega un detectivemexicano con un carácter acorde a la ciudad yuna serie de crímenes también a tono con larealidad mexicana.

Paco Ignacio Taibo II es un escritor de sumaimportancia para la literatura mexicana. Susnovelas están dirigidas a los mexicanos. Inclusose tiene que tener cierto conocimiento de lageografía defeña para ubicar perfectamente losespacios descritos en su obra.

Sus novelas son una combinación perfectade investigación. Hay un crimen por resolver, unabúsqueda de pistas e indicios pero, al mismotiempo, habla de una ciudad, de una sociedadenvuelta en la corrupción, el abuso de poder y laviolencia. Es la ciudad de México de la décadade 1980, años en los que ya estaba patente loputrefacto en las autoridades y la sociedad misma.

Belascoarán Shayne es el detective adecuadopara el Distrito Federal. Sabe sobrevivir, sabedefender lo que considera justo y por ello muchasveces ha estado a punto de perder la vida.

En conclusión, Belascoarán es el detectivea la mexicana, un personaje que encajaperfectamente en esa sociedad de más de veintemillones de habitantes del Distrito Federal. Sonnecesarios el cinismo y el humor negro paraseguirse levantando cada mañana, y BelascoaránShayne los tiene.

Por último, hay tres aspectos esenciales apuntualizar: 1) El Distrito Federal es un espaciopoderoso, especial, insólito. Es este ambiente unagran influencia para la novela negra de Taibo II.El tránsito, los personajes pintorescos que vandesde los vendedores ambulantes, los boleros yabogados de cuarta están retratados en sus relatos,son algunas de las piezas que conforman lamaquinaria de la ciudad de México. Este monstruoque cambia a quien convive y vive en él.

2) El personaje principal: el detectiveBelascoarán Shayne es un reflejo de la ciudad, laconvivencia diaria con la corrupción y abuso depoder, convierten al personaje en un ser insolente,desenfadado, que no se sorprende que criminalesy policías se encuentren coludidos. Un detectiveque sabe que aún llegando al fondo del asunto nosignifica que se vaya aplicar la ley y el delincuentepague. Un personaje que ama y odia su ciudad,un ambiente donde se pueden encontrar al mismotiempo los personajes más miserables y losidealistas que desean un cambio en la sociedad.

3) La novela negra es el medio efectivo parapresentar un retrato de lo que pasa en la ciudadde México. Es un género que atrae al lector conel misterio y que al mismo tiempo denuncia lacorrupción y la violencia. Los seguidores algénero son muchos, por ello existe la posibilidadque al momento de la lectura, el receptor tomeconsciencia de lo que pasa a su alrededor.Mediante el humor y de una manera cínica, lasnovelas de Taibo II son una denuncia social alsistema corrupto gubernamental. El escritor tienela intención de llegar a la conciencia del lector yque éste decida hacer algo, cambiar su realidad.

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os gritos insistentes del reloj despertarona Margarita. Sobresaltada lo buscó en el

tre la milpa, salvándolo de una muerte lenta yherrumbrosa, a cambio de que él alargara, conlentitud premeditada, la distancia recorrida encada tic-tac para que Margarita pudieraatender a todos y cada uno de los pollosfamélicos que piaban a su alrededor. De todosel menos escandaloso, pero más demandanteera Maricela, de cinco años, quien no podíamoverse por la parálisis cerebral que laacompañaba desde que nació. Estaenfermedad es un animal enfurecido que nosuelta a su presa, decía Margarita, cuandohablaba del mal que carcomía la vida de suhija, mientras anudaba el viejo rebozo queutilizaba para llevarla cargada a todas partes.Incluso a Tempan, que estaba a cuatro horasdel rancho.

Los resquicios de la vieja puerta de maderaaún no habían sido violados por la luz de lamañana. En el cuartucho de Margarita sólolas flamas del altar montaban guardia. Losniños dormían apiñados en catres reumáticosrodeados de trebejos. Para ellos la alarma delreloj era un murmullo lejano que se introducíade pronto en la película de sus sueños y quese alejaba con lentitud ignorado por elguardián del descanso. Ese vigilante enduermevela que conocía las diarias intromi-siones del viejo reloj y que siempre, a la mismahora, cumplía la misma función; desoír susllamadas a la vigilia.

Margarita tomó la veladora y la llevó a lamesa. Con la falta de sueño colgándole de losojos como dos cortinas desgastadas ypercudidas, puso a hervir el agua para el caféy salió a echar unos granos a las gallinas.

El diploma de MargaritaAngélica Santa Olaya

Este cuento pertenece a "Sala de Esperas". Eterno Femenino Ediciones, México, 2012.

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suelo, junto a la pata rota de la cama que seapoyaba, desde hace años, en un pedazo detabique como reumático viejo en su bastón.Margarita apagó la alarma.

-Ya, ya, cállate ya. Ya te oí, carambas...

Margarita se dirigió al reloj como a un viejoconocido. En las niñas de sus ojos dosdiminutas imágenes de la veladora prendidaen el altar de la virgen de Guadalupe serepetían, una vez más, como los días deMargarita; indiscutibles, interminables...

La mujer, calada por el frío, se envolvió enuna cobija y arrastrando el comienzo de lamañana en los pies, colocó el reloj junto a laveladora.

-Más honor que estar junto a la virgencitano puedes tener... Pero lo mereces. Sólo tienesque portarte bien, como quedamos.

Desde hacía mucho Margarita arrancabatrozos de tiempo a ese pedazo de hojalata;tarea en la que era una experta luego de oncehijos que le reclamaban, como pajaritoshambrientos, un bocado de aquellos minutosrobados y estirados a fuerza de fe.

El viejo reloj continuó su castrense andar,impasible y parsimonioso, recordándole a cadasegundo, que no era ella quien marcaba elritmo de los pasos. Todo lo contrario,Margarita obedecía órdenes que no admitíanrespingos ni rezongos; las órdenes del tiempoque no regala treguas. Sin embargo, Margaritalogró establecer un pacto piadoso con suverdugo. Se comprometió a no enterrarlo en-

L

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-Buenos días, comadre.

-Buenos días, comadrita. ¿Cómoamaneció?

-Pos aquí, comadre, como siempre, ya sabe.Tenemos que ganarle al sol pa' que nos alcanceel día.

-No nos queda di otra.

-Oiga comadre, quero pedirle un favor.

-Como no comadre, si se puede, como no.

-Quero pedirle que pasado mañana le echeun ojito a mis chamacos. Tengo qu'ir aTempan.

-¿Y eso?

-Voy a ver si encuentro al gobierno pa' quemi ayude a comprarle una silla con ruedas ala Chela. El otro día pasaron en la tele unanuncio de algo que se llama los Derechos dela mujer. Dijeron que si uno pide ayuda, laPatria se la da. Y yo pensé, pos si nomás setrata d'eso tengo la boca pa' pedir ayuda queharta falta mi hace... ya ve usté… Yo soy mujery mi Chela igual… Quero ver si el Gobiernonos ayuda un poquito... Los gastos estánrejuertes y mi espalda está cada vez pior conla Chela… no es que me duela trair mi capulloa cuestas, pero el cuerpo cada vez me da pa'menos… Y pos yo también soy hija de la Patria¿no?, y la Chela también...

-Pos estaría bueno comadre, ya va siendohora que descanse de cargar a esa muchacha.Nomás la veo como se le tuerce el lomo pocoa poquito por llevar a su chamaca de un ladoa otro… igualito que una vara de maízcargando una mazorca de huitlacoche quesigue apeñuscada a la caña. ¡Ay comadre, dis-pense usté la comparación!

-No se apure comadre, es la verdá… miChela es como una mazorquita enferma pero

pa' mi vale igual que todas las demás. Si Diosme la mandó, pos pegada a mi pecho estará…pero con tantita suerte y hasta mi ayudan pa'que la lleve al dotor y me la miren. Qué talque se me va curando comadre, ¿s'imagina?

-Dios mediante comadre. Vaya usté allá sinpendiente, yo los miraré en lo que usté vuelve.

-Gracias comadre, espero no dilatarme másde la cuenta. Mañana nos arreglamos.

Margarita se metió al cuartucho al escucharel burbujear sordo del agua en el pocillo ytomó la bolsa del mandado. Cuando puso unpie fuera del límite de la puerta para ir altendejón por unos bolillos, se preguntó cuántasveces había realizado el mismo movimientoa lo largo de su vida. No pudo responderse.Muchos pasos quedaban aún por andar. Pasóuna mano por su frente para espantar laspreguntas y siguió caminando.

Se consoló en el recuerdo del viaje del díasiguiente, a Tempan, pidiendo a Dios para queel día pasara pronto. Incluso estuvo a puntode hablar con su reloj para suspender el pactode los pasos largos por un día.

- No sea que se me vaya a malacostumbrary luego cómo lo paro.

Se rió consigo misma de su pensamiento yalejó de su cabeza a las alebrestadas aves deldesasosiego. Por primera vez en muchotiempo Margarita no se sentía sola. Compróla veladora más grande que encontró en elestanquillo para demostrarle a la virgen deGuadalupe que del tamaño de la veladora erasu fe. Hincada frente al altar le pidió a laimagen que la ayudara a decir las palabrascorrectas cuando estuviera frente al Gobierno.Margarita se acordó de que tuvo que salirsede la escuela cuando iba en segundo año paraayudar a sembrar la milpa. No había terminadode aprender a leer y a escribir y eso la hacía

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sentirse insegura ante un acontecimiento deese tamaño. Iba a hablar, nada más y nadamenos, que con el Gobierno.

-¡Virgencita, ayúdame a incontrar alGobierno! ¡Sólo él puede ayudarme a curar am'hija! ¡Ayúdame a hablar bien! Tú sabes quea mí no me pesa cargar con mi Chela pa' todoslados, pero también tengo que atender a losdemás hijos y mi espalda a veces parece quequere quebrarse como dice mi comadre. Siyo me quebro, ¿quen los va a ver virgencita...?,ya ves que el José se me fue hace cinco años yestoy sola con tu ayuda nomás. Pos si esa juetu voluntá yo no me quejo, sólo te pido queme ayudes a que la Chela se mejore y pa'esohay que tener dinero. ¡Acompáñanos en esteviaje virgencita y te prometo la veladora másgrandota que mi'ncuentre en Tempan!

Al día siguiente, con los ojos tanrelumbrantes como el barniz de su jarro decafé, Margarita salió de su casucha con rumboa Tempan, con los dientes saliéndosele de laboca y la Chela arrebujada en las hilachas delrebozo como una mariposa reseca que se niegaa dejar el capullo.

-Pos yo no sé si el Gobierno es alto, chapa-rro, gordo o flaco, pero güeno tiene que ser.¡Cómo no, si es el señor de la Patria...! Y laPatria es güena, dicen, porque es como nuestramamá… ¿Verdá mi Chela?

Platicaba con Chela para aligerarse elcamino. La niña la miraba con los ojos muyabiertos sintiendo, a través del rebozo, loslatidos llenos de esperanza en el corazón desu madre. Los maizales y los campos de frijolle parecieron a Margarita más pródigos quenunca. El verdor, ancho y húmedo, le inundabalas ganas y le atizaba los pasos.

Luego de cuatro horas de caminata y untramo recorrido en autobús, llegó al Palacio

Municipal porque alguien le dijo que ahíestaba el Gobierno. Al final del oscuro pasillode aquel edificio, carcomido por una viruelaamarillenta, encontró una ventanita, mugrosay manoseada, con tres barrotes mediooxidados que la separaban de una mujer quetejía al otro lado sin percatarse de su presencia.

- Güenos días.

-¿Qué es lo que quiere?

Le respondió la mujer frunciendo el ceño ysin dejar de tejer.

-Quero ver al Gobierno.

-¿Pero a quién del gobierno quiere ver? ¿Aqué persona?

Y seguía tejiendo…

-Pos… no sé... al Gobierno. Al que sale enla tele y habla de los Derechos de la mujer.

La mujer, por fin, levantó la mirada y sonrióburlona.

-¿Para qué lo quiere?

-Pa' que me ayude con m'hija...

Margarita se separó un poco de la ventanillapara mostrar a Maricela. La niña observó a laempleada desde el refugio de los pechos desu madre. La mujer, ojos alargados de gatocalculando el arañazo, reconcentró un instantela mirada escudriñando a Maricela conmorbosa curiosidad.

-En la tele dijo que nos puede ayudar.

Insistió Margarita.

-Hoy no hay nadie en las oficinas porquees viernes, fin de semana, y ya es la una de latarde. Venga la semana que entra.

Margarita, decepcionada, volvió a surancho.

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- ¿Qué pasó comadre incontró al Gobierno?

- Tóvia no comadre, tengo qu'ir la semanaque viene.

- No se me desavalorine comadre. Va aver como pa' la próxima tiene más suerte.

Margarita regresó a la semana siguiente ytampoco encontró al Gobierno porque "erapuente". Luego fueron vacaciones. Despuésel Gobierno "tuvo un imprevisto". Margaritafue tantas veces a Tempan que ya ni se acor-daba cuántas habían sido.

El frijol y los maizales del camino, dabanseñas de querer malograrse en cada nuevoviaje que hacía; cada vez más amarillos yresecos. Escuchó decir a un paisano que ibaen el autobús que había caído una plaga enlos cultivos. Sin proponérselo, el entusiasmose convirtió en buen ánimo a secas y el buenánimo en una cansada tristeza que se ibadeshojando como las hojas del maizal.

-Señorita, l'único que quero es que elGobierno mi ayude con mi Chela. Nomáseso… ¡Ayúdeme pa' ver al Gobierno por fa-vor! Ya no tengo más centavos pa' venir otragüelta.

-A ver... -dijo la mujer del tejido con lasmanos llenas de fastidio- déjeme sus datospara dárselos al licenciado a ver si puedenayudarla. Véngase dentro de quince días. Vaa haber un evento y casi segurito la recibe.

Le brillaron los ojillos detrás de las gafas yle entregó un papelito garabateado conalgunos números. Los ojos de Margarita sealegraron luego de varios días de incerti-dumbre. El regreso al rancho con su preciosacarga le pareció más ligero que los otros. Enel camino iba contenta pensando que tendríaque vender una o dos gallinas para el próximopasaje a Tempan. Cuando llegó al rancho

corrió a buscar a su comadre Juana paracontarle que el Gobierno era licenciado y teníauna cita con él.

-¡Ese trabajo se oye muy principalcomadre! ¡Ora sí segurito mi ayudan! Va aver...

Las manecillas del reloj desde el altardieron la vuelta completa a la carátula dieciséisveces. Margarita desgranaba elotes sentada enuna silla de madera medio desvencijadacuando recibió un sobre tan blanco como lasilusiones que asomaron por las rendijas de susojos al ver el sello del Gobierno. El mismodibujo que vio en la tele semanas atrás. Corrióal tendejón a pedirle al hijo de doña Lupe quele leyera la carta.

El papel decía que debía ir nuevamente aledificio que ya conocía tan bien a fuerza detanta ida. Decía también que le iban a pagarel pasaje. Su corazón latió apresuradamentey en su estómago apareció un hueco queMargarita decidió llenar otra vez conesperanza, con mucha esperanza. Por fin loslargos y pesados viajes que había realizadotendrían su recompensa.

A esas alturas, sólo Dios sabía de suinmenso cansancio y de la nube de mosquitosque bullía dentro de su cabeza cuando seacordaba de los hijos que había tenido quedejar solos mientras ella iba a Tempan conMaricela.

-¿A dónde va con tanta prisa comadre?

-Voy a comprarle unas flores a mi virgende Guadalupe comadre. ¡Ya mi mandó llamarel Gobierno!

-¿De veras comadre? ¡Bendito sea el Señor!

Margarita vistió a Maricela con lo mejorcitoque tenía y durante el trayecto no dejó depensar en cómo le iba a dar las gracias al

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Gobierno. No encontraba las palabras quepudieran expresar el enorme agradecimientoy esa sensación de jolgorio que la invadíancomo si estuviera borracha, pero nomás dealegría.

Maricela, sintiendo la algarabía de sumadre, a fuerza de tener su corazón casisiempre pegado al de ella, sonreía intuyendoen su nube de aparente inconsciencia que algobueno sucedía. Sus ojos, normalmentequietos, se desplazaban de un punto al otrodel rostro de la madre intentando encontrarmás pistas en torno a su sonrisa. Finalmente,luego de mucho darle vueltas al asunto,Margarita concluyó que solo diría "Gracias"desde el fondo de su corazón.

-Virgencita, sólo te pido que me quites delcogote esta bola de pelos que traigo aquíatorada y que no mi deja pasar trago de salivacon tanta emoción. Desatórame la vozvirgencita pa' poder decir nomás esa palabrasin parecer una calandria enferma.

Cuando llegaron a Tempan había muchagente en la plaza y un montón de sillasalrededor como cuando se armaba la fiesta enel rancho y todo el pueblo se reunía en lacancha de basquetbol de la escuela, el únicolugar con piso de cemento. En el centro, y alfrente del edificio de Gobierno, habíancolocado un templete con una mesa larga yun micrófono.

Margarita pensó que le hubiera gustado notener tanta gente de testigo. No era necesarioque todos se enteraran. Era cierto que setrataba de algo muy importante y que teníaganas de gritar a todo el mundo que Maricela,por fin, iba a ser atendida por los doctores,pero no era para tanto.

La mujer del tejido y las gafas, peinada conun chongo y oliendo a perfume, se acercó a

ella y la llevó a sentar en una silla de metalfrío y gris frente al templete. Poco a pocoempezó a llegar más gente. Junto a ella sesentaron otras mujeres que venían de otrospueblos y rancherías. Luego de un largo ratollegaron otras personas a quienes Margarita ysus compañeras de fila sólo podían verles bienlos pies al pasar frente al micrófono paraacomodarse detrás de las sillas.

-¿Cuál de todas esas personas será elGobierno?

Se preguntó Margarita impaciente porconocer el rostro de su benefactor.

Una de las mujeres a su lado le dijo,señalando al frente, que una de esas personas,detrás de la mesa larga, era la esposa delgobernador. Margarita se levantó de la silla yla miró casi con la boca abierta y sin poderocultar su asombro.

-¡Así merito me figuraba que era la Patria!¡Bien catrina!

Pensó para sus adentros con una sonrisacomo las que adornaban su rostro cuandoalgún guiso le salía muy sabroso y se lochuleaban la comadre y los hijos. Seentristeció un poco porque no iba a conoceral Gobierno, pero se consoló pensando que,de cualquier manera, su señora esposa habíasido muy amable al ir, personalmente, a darlela ayuda que tanto había esperado y, sobretodo, necesitado. Su corazón dio un vuelcocuando cayó en la cuenta de lo importante queera ese día. Sus ojos repasaron su propiovestido opaco de tanto lavarlo y por unmomento sintió vergüenza de su atuendosencillo y pobre.

-¡Pero le voy a tráir unos tamalitos!

Pensó emocionada mirando a la esposa delgobernador con el agradecimiento escapán-

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dole prematuramente por las pupilas y losdientes blancos mostrándose al sol.

La ceremonia comenzó. Un hombre detraje, representante de los Derechos de lamujer, habló por el micrófono para que todossupieran que había muchas mujeres ahí porqueera el día internacional de la mujer. Durantecasi una hora le dio vueltas al tema de lasmujeres y sus necesidades para finalizardiciendo que había que terminar con "lafeminización de la violencia, la pobreza y laantidemocrática discriminación de la mujer".

- Pos lo de la pobreza si lo entiendo, y muyrequetebién… lo demás qu'en sabe qué será,pero suena muy bonito.

Pensó Margarita mientras no perdía de vistaninguno de los movimientos y palabras delhombre al micrófono. Sus manos, coronadaspor blanquísimos puños, iban y venían arribay abajo pintando rebuscadas líneas en el airecomo invisibles y falsas palomas de la paz.Margarita chorreaba gruesas de gotas de sudorque ella recogía con un paliacate de su propiafrente y de la de Maricela que, hambrienta yasoleada, empezaba a retorcerse en su capullode tela raída.

Una a una, fueron pasando a hablar ante elmicrófono las personas que se encontrabansentadas arriba. Una señora, con peinado denido vacío, dijo que venía de la Secretaría parala Mujer. Margarita se alegró al escucharaquello pues sonaba como algo bueno.

-Una mujer entiende a otra mujer.

Se confirmó a sí misma, asintiendo con lacabeza y sonriendo a la mujer que dirigía susalteradas palabras al eucalipto que indicabael final de la plaza. El sol continuabapunzando la coronilla de Margarita que secolocó el paliacate en la cabeza y tapó con su

mano derecha los ojos de Maricela. Las tripasde ambas, madre e hija, comenzaban a repelarpidiendo alimento.

- Ya merito Chela, ya merito... aguántateotro ratito nomás…

Fueron llamando a algunas de las mujeresque se encontraban junto a ella para darles lamano y un papel. El tiempo pasaba lento comosombra por encima de las cabezas relamidasde sudor. Margarita hubiera querido conocerel reloj del Gobierno para hacer trato con él,pero al revés, para que el tiempo se apresuraraporque Maricela y ella se encontraban al bordedel desmayo por la falta de agua y alimento.La sed llevó sus ojos a las botellas de aguasobre la mesa de arriba y la desesperaciónamenazó con invadir su calma. Desvió lamirada hacia el orador en turno para distraersu lengua seca.

De pronto, escuchó su nombre a través delos altavoces: Margarita Miguel Manuel.

-¡Soy yo virgencita!

No lo podía creer. Las piernas le temblaronal levantarse de la silla, no sabía si por laemoción o por el entumecimiento. Mariceladejó de retorcerse en el rebozo. Margaritacomenzó a subir las escaleras con una ligerezamayor de la que su pesada carga parecíapermitirle aunque la excitación hacía que cadaescalón le pareciera como si fueran diez. Suspies, ardorosos e hinchados, avanzaron, unoa uno, por los polvorientos pedazos de maderaque la separaban del sueño hecho realidad.Escuchó a su alrededor un ruido que le llenóla cabeza de un rumor como de árbolesmovidos por un fuerte ventarrón. Eranaplausos. Los que estaban arriba tambiénaplaudían sonrientes mirándola acercarse aellos.

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-¿Por qué aplauden?

Pensó Margarita sin encontrar el motivo dela fanfarria. Le pareció estar dentro de unsueño, de ese sueño que todas las mañanastenía que interrumpir para comenzar susarduas labores. Pero este sueño era diferenteporque tendría un buen despertar. Por unmomento dudó, incluso, que le estuvierasucediendo a ella y se detuvo un instante paracomprobar que no estaba dormida. Miró a lagente que le aplaudía desde arriba como si ellafuera alguien muy importante y no pudo evitaruna pizca de vanidad en su sonrisa torcida porla vergüenza. Cuando por fin llegó a la mesade los sonrientes y entusiastas batidores depalmas, la esposa del gobernador se levantóceremoniosa y, con una sonrisa más grandeaún que las anteriores, le entregó una figuradorada que a Margarita le recordó aquel trofeoque una vez le dieron en el rancho a su ahijadoPedro por jugar al fútbol y un fólder amarilloque tomó con manos temblorosas. No pudoarticular una sola palabra por la emoción. Todala plaza volvió a aplaudir entusiasmada.Margarita sólo atinó a levantar, tembloro-samente, la comisura izquierda de la boca.Maricela también sonreía y miraba a su madre.

Cuando se encontró de nuevo en la partebaja del templete, Margarita abrió las hojasde cartón amarillo y encontró un papel conletras grandes en color negro y algunosgarabatos ininteligibles. Cuando intentabaregresar a su silla se le acercó una mujer y lajaló por el brazo.

-A ver, póngase aquí y sonría, le voy atomar una foto.

-¿Pa' qué?

-¿Cómo pa' qué? ¡Para que salga en elperiódico mujer! ¡Va a ser famosa!

Le dijo la mujer sin dejarla responder.

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-¡Click!

Maricela se retuerce por el jaleo.

-Oiga... ¿me podría hacer favor delérme quédice aquí?

Preguntó Margarita a la mujer de la cámaracon la mirada doblada por la pena que lecausaba confesar que no sabía leer. Lafotógrafa tomó el fólder y lo abrió.

-Dice Di-plo-ma.

-¿Y qué más?

-Su nombre, Margarita Miguel Manuel.

-¿Y qué más?

-Pues nomás eso.

-¿Nomás? ¿No dice otra cosa...?

-¿Cómo qué?

-Pos no sé... ayuda... dinero... doitor…

-No, sólo tiene dos firmas, muy impor-tantes, una es del gobernador… -la mujer sedetiene para subrayar la importancia de lasrúbricas y mira a Margarita que sólo asientecon la cabeza- y, además, el sello del gobiernodel estado.

Margarita no sabe qué más decir, o pedir…

-Compre mañana el periódico. Va usté asalir en primera plana.

Margarita llegó al rancho como llegar a unvelorio. Los niños ya estaban dormidos. Sucomadre Juana había preparado unos frijolesrefritos con queso y café para recibirla.Cuando Juana vio los pies de Margarita,arrastrándose como cuando se levantaba enlas mañanas para poner el agua en el pocillo acalentar, supo que no había buenas noticias.

-¿Qué pasó comadre? ¿Cómo le jué?¿Conoció al Gobierno?, ¿La ayudó…?

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Margarita se desatoró el rebozo y puso aMaricela en la cama, con lentos y pausadosmovimientos, junto con la estatuilla y el di-ploma, acomodándolos en una línea horizon-tal. Los miró a los tres por unos segundoscomo si fueran una misma cosa y luego sequedó inmóvil con la mirada perdida en algunagrieta de la pared. Finalmente, lanzó unsuspiro que se confundió con el vaho del caféque, haciendo caracolillos en el aire, salió alfrío del patio por la ventanuca abierta. Elhumo, afuera, se diluyó con el sereno ydesapareció.

-No comadre. Ni lo conocí y más bien creoque ni lo incontré... Crío que nosotros nuncavamos a conocerlo comadre... Eso sí lo tengomuy clarito. Eso me pasa por ver la tele envez de trabajar. Lo que sí, mañana empiezo avender tamales pa' comprarme otro rebozoporque, mire nomás… este ya'stá en las purashebras de tanto trajín.

Dijo Margarita tomando el rebozo quetodavía medio cubría a la Chela, lo dobló y lodepositó nuevamente en la cama con muchocuidado...

- Comadre... gracias...

- De nada comadre… Pero, ¿no va a comeralgo? Mire, le hice unos frijolitos refritos…

- No comadre… Deveritas… Se lo juro queno tengo hambre…

Su voz fue apenas audible. Se sentó deposi-tando su cansancio en el filo de la cama congran lentitud. Como si estuviera dormida conlos ojos abiertos mirando hacia ningún lado.Tomó el folder amarillo y lo aventó por debajode la cama para que calentara el sueño de lasarañas tejido con los mismos frágiles ypolvorientos hilos que el suyo. Se levantó conlos hombros vencidos. Tomó la figura de pasta

dorada y acompañó a su comadre Juana a lapuerta.

- Dele esto a mi ahijado Pedro. Dígale quese lo manda el Gobierno por ser tan güenometiendo goles. Y gracias otra vez…

Dijo con tristeza poniendo la estatuilla enlas manos de su comadre. La puerta se quejó,queda y largamente, al cerrarse tras los pasossilenciosos de Juana.

Margarita regresó al rincón donde dormíansus hijos, acomodó la cobija sobre el muéganode chiquillos y comenzó a desabotonar elarrugado capullo de Maricela que, al sentirseliberada de la tela, estiró sus brazos hacia ellay la miró con sus grandes ojos de mariposa ala espera del primer viento favorable.

Los frijoles se enfriaban sobre la mesa.Margarita los miró con indiferencia y tomóentre sus manos, casi con cariño, el reloj quela esperaba en el altar. Lo acarició brevementecon la yema del pulgar derecho y echó loshombros hacia atrás, como queriendodesafanarse de algún peso invisible, mientrasponía a tiempo la alarma para el día siguiente.

El reloj, conmovido, acalló el ritmo de suandar para convertirlo en un acompasadomurmullo que arrullara, una vez más, el sueñode Margarita y sus chiquillos hasta que, otravez, los capullos en las ramas intentarandesplegar las alas en medio de la oscuridad.Tic, tac… Tic, tac… Tic, tac…

Cualquier semejanza con la vida real es mera coincidencia.

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ace unos meses suscitó diversoscomentarios en la prensa canaria el libro

que no se han valorado lo suficiente..." y cita aÁngel Guerra, Benito Pérez Armas o FranciscoPimentel. Añade unas causas a esa prevalenciadel discurso poético: "no se valoraba bastante lanarrativa incluso por motivos editoriales ya queera más fácil editar una colección de poemas queeditar una novela..."

Cifra Amadou en los años 70 la fecha en laque comienza a pensarse en una buena narrativaen las islas. Y añade que hay que estar atentosporque pueden surgir textos interesantes.

El presente libro cuando aún era proyectoeditorial es analizado por Ndoye así: "me heceñido a un aspecto concreto de cuatro novelasde cuatro escritores canarios. Por ejemplo, me heinteresado por la conducta del canario en lareveladora novela "Nos dejaron el Muerto" deVíctor Ramírez; por los símbolos y la poesía queaparecen en "El Camarote de la Memoria" deAgustín Díaz Pacheco; y por el tema del Descu-brimiento en la novela de J.J. Armas Marcelo "LasNaves Quemadas"; por último me he detenido en"Faycán", de Víctor Doreste, que a mi modo dever encierra lecciones que todavía son válidas paralas Canarias en los años 90, aunque este texto sehaya escrito en 1944..." En estas líneas muestranuestro autor la futura estructura que tomará ellibro actual.

Amadou Ndoye investido con collares deguijarros de interminables mareas del Oesteafricano, intérprete de cábalas y teorías delnúmero, se propone empujarnos al exorcismo denuestras engastadas limitaciones caracterológicasinsulanas. Y así cada obra de la narrativa canariadeberá ser vista como un punto de ruptura para

Estudios sobre narrativa canariade El Hadji Amadou Ndoye

Roberto Cabrera

Hdel intelectual senegalés Amadou Ndoye. Leyendoalgunas reseñas se incide en lo insólito de esteestudio exhaustivo, llevado a cabo durante losúltimos lustros de forma constante por elrecientemente doctorado por su tesis "La novelacanaria de los 70".

Ha sido la paciente labor de este metódico ycartesiano analista certero de nuestra realidadcultural la que arroja este fruto maduro, cuyaedición aparece ya agotada a los pocos meses desu eclosión.

Construir unos universales a partir de expe-riencias y aportaciones singulares y concretascomo parecen ser las novelas de cuatro narradorescanarios, para la narrativa en particular y para laliteratura en general, no es tarea fácil. Pero en lahumildad, Amadou Ndoye ha encontrado la llavepara abrir las herrumbrosas galgas del viejocaserón de nuestra identidad. En el amor, también,por una tierra que él ha hecho suya, y que siente yconoce en la voz de nuestros poetas. Hablar através del hombre insular, del hombre sojuzgado,amordazado y extranjero de su propia realidad,es este y no otro el mensaje identitario de la obrade este autor.

En el trabajo periodístico de José Almeida"Galería de canariólogos", se vierten opinionesque alentaron o desencadenaron el interés denuestro autor por la narrativa canaria: "Canariasha sido tradicionalmente una tierra de poetas, demuy buenos poetas como Tomás Morales, SauloTorón, Alonso Quesada, Agustín Millares Sall, etc.aunque yo creo que también ha habido narradores

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dejar atrás un pasado e inventar en él un futuroimaginario, una configuración sustraída al tiempo.

El narrador canario y sus fantasmas

Canariedad y Negritud ha titulado AlfonsoO´Shanahan la introducción a estos estudios. Sepregunta que "por qué un africano senegalés, pormás señas, se interesa específicamente por esosaños, (los 70) yo creo que es porque en ese tiempoemerge la conciencia africana de las islas de manode dos procesos descolonizadores (Guinea Ecua-torial y Sáhara Occidental, cita) al tiempo quesucede una explosión de libertad popular ("ElManifiesto de El Hierro" está datado en 1976).Nosotros añadiremos que fueron los años de unaauténtica "insurrección popular". Creo que sepedía "más amor y menos colonialismo" en unaacertada frase del pintor tinerfeño MaximilianoBenítez.

Amadou Ndoye, cita O´Shanahan, es "nuevaestirpe de hispanistas, surgido al calor del Depar-tamento de Español de la Universidad de Dakar,en el que un canario, Juan Manuel González Mar-tel, dejó su semilla, supongo que tras maravillarse(...) hacia el Sur, existe un universo fabuloso queignoramos, el mundo del África Negra".

Así erige a Ndoye y Martel en hitos de unarelación que en el pasado tuvo otro prodigiosoencuentro, el que se produjo entre nuestro poetaGarcía Cabrera y Leopold Shengor. Terminanuestro prologuista con un dibujo de la incon-veniencia de la ignorancia mutua entre dos pue-blos que comparten común espacio en la fachadaatlántica. Destacando la audacia que supone elpaso dado por Amadou sentándose entre nosotrospara ocupar un sitio vacío.

"Faycán" (Víctor Doreste), "El

camarote de la memoria" (Agustín

Díaz Pacheco), "Nos dejaron el

muerto" (Víctor Ramírez) y "Las

naves quemadas" (J. J. Marcelo

Armas).

Siguiendo esta vertebración que ha escogidoAmadou para su libro crítico, el autor ha hechoaparecer tras los encabezados capitulares una seriede citas conductoras. Faulkner, Leandro Perdomoanteceden a lo que Amadou titula "El viaje de re-torno al rompecabezas de la identidad canaria".Del amplio estudio señalaré los fragmentos quemás han llamado mi atención. Así la novela"Faycán" constituye un alegato a favor de valoresy viejas tradiciones, cuya lengua acogedora detopónimos hace de faro para otear la noche deltiempo.

Los protagonistas de "Faycán" son perrosque viven en cuevas como lo hicieron losguanches hasta después de la conquista. El retratocorresponde al canario sojuzgado y desposeído,socializado e imbuido de una conciencia deesclavo. Y "cuyas cicatrices manan más sangreque las mismas llagas". Víctor Doreste se remontaal origen tapándose bajo el velo del cuento. No esazar, cada máscara desempeña su papel dentro desu estrategia.

Sobre las fuentes de oralidad en las que bebeDoreste, Amadou reflexiona sobre las Canariasde posguerra, donde se perpetuaban las relacionesde oralidad, en un esquema campesino, entremiembros de los grupos sociales. Confirma conello que algunas de estas características de estilotienen su origen en tradiciones orales y se hanperpetuado con los tiempos. La preocupación delVictor Doreste cuentista le parece muy africana,seguir una cronología de aconteceres.

El que cuenta despliega varios papeles: dra-maturgo, cuentista, actor; dice: La verdad del arte

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adapta las situaciones a las metas que se ha fijado.Los perros se humanizan casi como en aquellacopla: ¡que calle el hombre, que ladre el perro!

Aprovecha así para disertar un poco sobreel cuento, afirmando que el cuento es unsociograma que permite la participación de laAsamblea en su conjunto y no sólo el prota-gonismo de los actores-autores. Sobre laduplicidad psicológica del canario entre dospersonalidades distintas y a veces opuestas.

La actualidad y vigencia del texto es eviden-ciada por Amadou cuando nos habla de laautenticidad y valores de autores como VíctorDoreste. Resalta la conciencia contestataria, sulucha contra la fatalidad, denuedo por estar cercade las fuentes orales remotas, su conciencia de laépoca. Contra el desprecio cultural la Nómina nosparece enormemente positiva en tiempos comoéstos en que se piden cribas a troche moche paralos nuevos narradores isleños.

"El Camarote de la Memoria" de AgustínDíaz Pacheco aparece con el subtítulo de "Lahistoria simbólica y poética de varias margina-ciones" y allí nos son desvelados los másinsospechados secretos sobre esta novelaborondina "el canario lucha contra unos enemigosinvisibles, peligrosos e inasibles cuanto que viven,respiran, duermen con su dueño (...)" como decíaGaldós el hombre lleva dentro de sí mismo supropio infierno. Contradicciones e inestabilidadesle sacuden y zarandean a despecho suyo paramantenerlo fuera del ser. Así el capitán Monte-longo, en la novela no dispondrá de hombres sinode "una colección de incertidumbres, un nudo dedesconfianzas". Así el isleño como aquel prota-gonista, surgirá de la oscuridad y avanzará sigilososorprendiendo a sus interlocutores cuando sale aescena. A lo largo del relato se expone que lassombras, tinieblas, surgen al compás de la lectura.Todo lleva la marca de la nocturnidad. La nocheencubre lo que uno esconde hasta a sí mismo.Hijos de la noche, cita Amadou, los protagonistas

caminan, se internan en los meandros y recovecosde su aventura, aparentemente indolentes, sinimportarles demasiado la utilidad de sus fines;pero hay otra razón, el capitán pensará que: "loimportante en esta travesía ha sido ir al encuentrodel temporal y capturar la luz. La altura y el abismode la luz". Ha pensado en el viaje del insular haciael mundo de los "hombres libres". Los proce-dimientos poéticos de que se vale Díaz Pachecoson apreciados por Amadou como reminiscenciasde la originalidad surrealista canaria. La poesíahace que los personajes se incorporen a unarealidad cósmica donde fluye una corriente deanimismo que permitirá proyectarnos al tiempomítico para resucitar la unidad perdida entrehistoria, personajes, fuerzas exteriores eimpulsiones íntimas. Hombre e isla abrigan elmismo sentimiento.

Ser de la penumbra que anuncia tensiones ycontradicciones que sacuden a la sociedad, elnovelista, el intelectual, tiene un ingrato eincómodo papel: destruir mitos tranquilizadoresy falsos. "Cuando el presente contempla igno-rancia y enajenación, no se puede pintar la realidadcomo lo hacen los vendedores de sol, pisos y pla-yas". Servilismos, miedos, cobardías. Enquistadosen el étnico inconsciente colectivo se hacen conse-cuencias en lo cotidiano. Sumisión y Transgresión."Entre el Miedo y la Valentía" titula Amadou suanálisis de Víctor Ramírez: es difícil escapar delcondicionamiento del miedo. El narrador alertade que en las llamadas islas afortunadas "no todoel monte es orégano y que las aparienciasengañan". Ndoye hace patente que el narradormantiene bajo su tónica de humor los deseos desuperación y justicia y por ello apoya toda ini-ciativa a "sacudir la modorra" de sus conciu-dadanos. Luego destacará, superada la catarsis dela intimidad, las conductas sorpresivas, el aflo-jamiento de los lazos a la norma y la disciplinasocial. Añadiendo como conclusión que en elgetho de la marginalidad se descubre a unoshombres atenazados por férreos correajes de una

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sociedad opresiva. Sombras de la platónicacaverna que ante la luz respirarán salud einocencia al descubrirse a sí mismos.

La obra de Juan Jesús Armas Marcelo "LasNaves Quemadas" mantiene el subtítulo "Unaaproximación singular al tema del descubri-miento" ya que la obra es vista por nuestro autorcomo una lectura parótica de la historia. Novelade trastrueques y desajustes cronológicos, perso-najes entrecruzados. Así destaca entre sus rasgos:la parodia, la irrisión y la distancia irónica.

Tratando de acercarse aun más a J.J. ArmasMarcelo, Amadou Ndoye menciona los orígenesacomodados de antiguos terratenientes antepa-sados de Armas Marcelo. Su paso por el colegiode los jesuitas y su visión del colegio como unlugar de tortura, como "una prensa laminadora decerebros de donde ha brotado la anemia moral eintelectual del archipiélago". Así hace notar queArmas Marcelo ve en su propio destino "lo quesufrieron unos canarios célebres que tuvieron que

aguantar antes de él la hostilidad e incomprensiónde envidiosos y paisanos". Según el escritor reinauna mentalidad cainista en la isla donde el quedestaca recibe dentelladas. Si hay que destacaralgo especial en la literatura de este escritor será:su ludismo literario, el ingenio verbal y la vastacultura.

El libro de Ndoye, como hemos enunciado,responde a un objetivo didáctico. Dar a conoceruna visión de nuestra narrativa desde la pers-pectiva más objetiva posible desde el vecino paísde Senegal. Y aunque el mundo de las ideas tienemenos fronteras que las físicas, o incluso las delidioma, nosotros nos quedaremos con el valor quesupone para las letras canarias esta aportaciónensayística desde el extranjero, que sin dudaayudará a que el fenómeno de la creación y elestudio crítico de nuestros autores aparezca en eltono de calidad y dignidad que Amadou Ndoyeha encontrado en la literatura canaria a la que estostextos pertenecen.

en cambio un ser que apenas se incluye en elmundo moderno de tomar un libro tiende a irsemás por la imagen, el color, o por el número dehalagos u opiniones de otros escritores famosossobre éste. Nos sumimos en un círculo vicioso,en un abismo orbital, en algo menos que un mundoliterario. Encontramos ideas pobres y vanas enlibros con portadas vistosas, sin embargoaclamados por el público. En cambio, tomamosun libro sencillo, humilde y prometedor que nosbrinda todo lo que la imaginación es capaz derevivir al leer cada una de sus páginas.

Me considero una fanática de las portadasvistosas. Esto no significa que este sea mi criterio

no asiste a la librería o biblioteca y seencuentra un sinfín de libros, títulos y temas

La portada de un libro: la portada de un ser.

Rosela Granados Andrade

Uque no perdemos de vista. Algunos lucendivertidos, coloridos, científicos, misteriosos,góticos o sociales. Pero ¿qué es lo que hacemos?Solo observándolos desde fuera, juzgando por laportada que poseen, sin ver más allá de lo quesignifica ser un libro, y tener un género.

En las sociedades modernas, donde la lecturase está quedando dos centímetros detrás de latecnología, la vida gira alrededor de lasapariencias. Un lector regular podría ver un librocon la portada en blanco y tomarlo para ojearlo yhacer un veredicto de si vale la pena leerlo o no,

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principal para elegir un libro, ni mucho menos elhecho de que solo lea libros con portadas"bonitas". Al contrario, suelo elegir el de el mejorautor, el mejor prólogo o incluso el mejor título.Pero siendo sincera, alrededor de las librerías, unose encuentra con un sinfín de libros con portadascreativas y contemporáneas, ¿Cuál será la razónpor la que se esmeren tanto en la cubierta en lacual el lector solo presta la mitad de la atención?(suponiendo que su interés sea la historia dentro).La respuesta a esta pregunta es muy ambigua: elmaterialismo, definido como: Doctrina filosóficaque consiste en admitir como única sustancia lamaterial, negando la espiritualidad y lainmortalidad del alma humana¹.

Aquel monstruo que en el siglo XXI vienedestruyendo todo lo que la cultura y la sociedaddócilmente ha ido creando. El autor de que laimagen se haya convertido en un factor importanteen una obra literaria. Si nos remontamos a lasépocas de antaño, las ediciones de grandes librosclásicos se fabricaban sobre pergaminos, despuéssurgió la xilografía y a su vez las portadas decuero, con un solo grabado indicando el nombrede la obra y del autor, algunas veces el volumen ola fecha, no más. Esto no significaba que fuera aser un libro poco interesante, o nada importante,pues su contenido, lo que llevaba escrito dentro,expresado en sus hojas blancas era lo que impor-taba, y siempre seguirá importando.

La verdad, siempre se olvida que el libro espor lo que tiene adentro. Lo que está escrito.Porque todos sabemos que no todos los librosporque tiene páginas y letras, merecen leerse. Por

eso cada uno elige. Pero creo que lo que no hayque olvidar nunca es: lo que quiere comunicarnosel autor con el tema del libro.²

La comunicación del libro también importa.Escucharlo, sentirlo, comprenderlo. El libro esotro ser que nos provee de conocimientos, y consumo cuidado, se le debe de dar un lugarimportante en nuestras prioridades. Un libro noes cualquier cosa, y no puede ser juzgado solopor su estética. Vivimos la era de la moda, el estilofalso y redundante. Pero no quiero enfocarme soloen lo nocivo y contradictorio, aun cuento con unpoco de esperanza sobre los buenos selectores delibros, los que miran más allá de un simple colorsobre una fachada, aquellos cuyo valor sentimen-tal lo invierten en lo que transmiten las letras,combinadas entre sí, para poder expresar cualquieridea, aquellos que le echan el ojo a un autor, a unprólogo, los que hojean, los que recuerdan quelos libros también tienen alma, nacimiento, losque entienden que los grandes libros jamásmueren. Aun tengo esperanza en aquellos editoresque son conscientes y no cometerán el pecado desacar a la luz basura sin esencia solo porque estábien envuelta; puede que sea severa, pero quienmás expresará la verdad si no empiezo por mi.

Debemos construir un mundo donde lasapariencias no importen, que uno pueda sonreírsin que le juzguen el primer diente. Quiero unmundo donde alguien considere a un libro comootro ser más, no como un objeto, sino como elmedio para viajar sin contaminar mucho. Eso eslo que quiero.

¹Materialismo. (s.f) Word Reference Online web dictionary. Recuperado de http://www.wordreference.com/definicion/materialismo

² Trueba, David. (29 de Junio de 2008) Para ser fiel a la esencia de un libro a veces hay que ser infiel a su letra. El diario montanes. Recuperado de http//:http://www.eldiariomontanes.es/20080729/local/cantabria-general/para-fiel-esencia-libro-200807291836.html

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ángulo. Los instrumentos cartográficos son lacondición humana. Pero nadie navega por noso-tros. El mar es mar en tanto humedad y sal, y laficción no le alcanza, lo desborda. La añoranza,podría decirse, es la que nos lleva a él, pero nuncael mar será la añoranza, en tanto que el mar es elmar porque el porte de las olas lo dice.

La escritura no puede decir nada si la expe-riencia se ficciona por el relato. El registro pierdesu fuerza en tanto que el mensaje se reproduce agran escala, sin medida de lo individual. La indus-trialización del registro es la muerte de la comu-nicación; no existe manera de tocar las fibrassensibles del otro si no estoy convencido de loque digo, si no conozco mínimamente lo que digo;el convencimiento es la acción-reacción de lasideas volcadas a la materia.

La literatura posee el papel social de perpe-tuar el sujeto humano. Es quizá su función máshonorable: lengua e historia actúan como registrode la actividad y del pensamiento. El registro es,precisamente, el motivo más fuerte. El valor deldocumento es el registro de que así fue y lainscripción material del deseo, así quisiera quefuera. La literatura es, entonces, la función

La escritura de la apariencia

Jerónimo E. Gómez Cuadra

ierta tribu tiene una interesante costumbre:los niños crecen escuchando historias de la

¿Quién eres?

Que aunque yo aquí

tan poco del mundo sé,

que cuna y sepulcro fue

esta torre para mí;

y aunque desde que nací

(si esto es nacer) sólo advierto

este rústico desierto

donde miserable vivo,

siendo un esqueleto vivo

siendo un animado muerto.

La vida es sueño.

CMadre Océano, presencia femenina que guardala magia y la entrega a los hombres cuandoalcanzan la edad para serlo. Una vez en su vidalos niños son llevados a la costa. El sacerdotecubre los ojos del niño con una venda; la inefablepresencia de la marea es el canto de los sentidos.Al niño se le quita la venda con los pies descalzosen la arena; a la vista del oleaje, la magia le entrapor el aliento.

Somos la cultura de la añoranza. El mar seficciona, se quiere ir a él, pero no se navega. Bastauna fotografía en sepia, un óleo reproducido enmasa por una imprenta, la aplicación en terceradimensión del camino, y la promesa de que elocéano existe, que algún día lo conoceremos, quealguien ya lo conoce. Parece que está y con eso essuficiente. Pero el sacerdote sangra, violadoporque no se instruye en el involucramiento, noen un ir sino en la torpeza de lo exclusivo, queimagina la destrucción. No hay nadie, pues, quenos quite la venda.

El horizonte de lo subjetivo es curvo comola tierra y la vista, apenas alcanza a percibir su

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aplicada de la lengua a la inscripción de los hechosy al deseo que se filtra por ellos.

El símbolo es el arca, una presencia en au-sencia. La experiencia está y no está; es repre-sentada. La literatura se expone como un símbolode lo subjetivo, que en el momento de acceder ala convención comunicativa deja de serlo, parapasar a la representación del objeto, objetiva entanto a materia, mensaje y sentido que el receptortraduce, porque toda lectura es una traducción allenguaje arquetípico del pensamiento.

La explicación está vacía si no se cree, lapalabra sin palabra pierde fuerza contra laguturalidad orgánica, contra un grito de dolor ode placer. Intenten explicarle a un niño qué es elfrío. El frío es el frío. La temperatura es la medida,mas no es la experiencia que cala; el cálculo, masno la reacción. Para el espectador no hay hecho,hay un hecho fáctico. No hay el quitarse la venda,hay una maquila industrial del suspenso.

II

Los medios masivos de comunicación sonherramientas de difusión de alto impacto queexponen un juego de símbolos que crea imágenese ideas instantáneas de la realidad. La sociedaddel espectáculo, como la percibe Guy Debord, sehace de una idea de suceso que se presenta en unmelodrama sin presencia.

El acto comunicativo no existe sin un mediopor el cual se presente el mensaje. El medio porexcelencia es el lenguaje, en tanto que define lacondición del pensamiento que se explica y eldeseo que se manifiesta. La escritura sucede a lalengua. Antes de ella solamente se encuentra elritmo, recurso de la música, la poesía y el habla;suerte de hiper-lenguaje por detrás, encima y enla lengua misma. La imagen, es no sólo un recursode la escritura sino también el elemento que seperpetúa, testigo de la cultura. No por nada losestudios iconográfico-arqueológicos buscan lacomprensión de la imagen, pues ésta es el símbolo

de lo perpetuo. El hombre es un hacedor desímbolos y la historiografía, el desencriptamientode ellos.

Todo tratamiento críptico del lenguaje hacemedio y hace contenido. La escritura aborigen enlas cavernas es una muestra de contenido y conte-nedor en un solo objeto. En las pinturas de lascavernas está contenida la idea, por ejemplo, delbrío en la vista de un protohombre que está poraventar la lanza. La imagen tiene característicasevidentes (trazo, proporción, color), al mismotiempo que es brío. El primer semiólogo es elhombre primitivo que lo interpreta, y más impor-tante aún, que asume el brío para sí como unaactitud. Con esto entendemos el tratamientoarquetípico de la imagen. Por mucho tiempoexistió la preocupación por perpetuar ciertasactitudes culturales que tenían una función ritualal mismo tiempo que una función práctica. Paraesto se buscaban medios eficientes que se enten-dían en el rito, pero también tenían un efectoimportante en lo cotidiano. No es correcto afirmarque el rito y el acto fuesen por separado. En estehorizonte existía el juego sagrado, mas no elentretenimiento.

La concepción eurocentrista judeocatólicaha separado estos conceptos: por un lado estánlas iglesias y por otro lo secular. Cumplimos elrito como asistimos a la cita con el doctor, con lafrialdad de las agendas. El entretenimiento hacemás llevable el tiempo, como la televisión en unasala de espera.

La cultura del entretenimiento se arma de lacultura del espectáculo. Ni la guerra, ni la migra-ción, ni las catástrofes naturales, ni la"deshumanización" del hombre son responsablesdel vacío axiológico. Es el abuso estereotipadodel mensaje que se distancia del arquetipo encuanto tiende a hacer entender que ya todo estáhecho, contrario al impulso de hacer, como el bríoque invoca la pintura, o la construcción signifi-cativa de la escritura ideográfica.

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Se define al arquetipo como una carac-terización que representa algo que regresa a loprimigenio, al origen; un mito con doblecapacidad: memoria y estímulo. Del otro lado estáel estereotipo: imagen de poca vigencia en lahuella mental pero de efectiva transmisión, puesse hace de otros estereotipos que figuran unavisión unidimensional del mundo, donde todo seresuelve en una precaria asignación de papelesque no se mueven. No hay impulsos interiores,no hay secretos, se mantiene un orden estéticoque no perturba y que todos aceptan como unaconvención, cruel pero satisfactoria, que hay quemantener.

Ya hace casi dos siglos Federico Schlegelsabía que el problema de la sociedad moderna esque no hay mitos, no hay un "todos nosotros", unorigen común, una idea de colectividad. El pro-blema se hace más grave cuando la cultura delespectáculo pretende llenar ese vacío con el ordenestético del estereotipo, que no es otra cosa quela estandarización de la personalidad, que suprimetoda idea de diferencia.

El melodrama ausente existe para dar lasensación de que algo pasa en alguna parte, paraalguien. En esto participan la televisión, elInternet, la radio, la publicidad urbana y la indus-tria, pero también la academia y la industria edi-torial. Todos juntos han fomentado el culto alconsumo que, irónicamente, orilla al neocapi-talismo a su destrucción.

III

La creación literaria privilegia la idea detema y la enseñanza de técnicas de escriturainscritas a la idea poco vigente de los génerosliterarios. El estudiante promedio descubredemasiado tarde que el tema pertenece más a unarecepción arquetípica de la experiencia que a suinvención o dominio. En este sentido, podríamosdecir que el tema se descubre y se reinterpreta.Los géneros literarios, sabemos, responden a una

didáctica que ha perdido sentido desde que losmovimientos vanguardistas -y antes de ellosMallarmé, Apollinaire, Valery, Baudelaire yRimbaud, por dar nombres-, dieron aire a laliteratura de los sentidos, que lo mismo se percibey se interpreta, mas no se clasifica. Así, la críticaliteraria fue rebasada por su objeto de estudio: laliteratura. Desde entonces ha tenido que rein-ventarse, en un proceso doloroso de disoluciónque la obliga, si no a fijarse como género único,pues, cómo he dicho, la literatura hace tiempo querenunció al género para entenderse como texto,al estilo de Barthes, o como creación al estilo deBaudelaire, sí a practicar la crítica de la crítica,en donde, me parece, está su lugar posible.

En México está vigente la discusión sobrela enseñanza de la creación literaria. El creci-miento exponencial de los talleres creativos y laaplicación de sus modelos en las escuelas deescritura creativa, que se cuentan con los dedos,se debe, en buena medida, a que resultabaincongruente que la escritura se enseñara en lasfacultades de literatura que privilegian de maneracasi absoluta la crítica literaria, la historia de laliteratura y la lingüística.

En dichos lugares permanece el discurso deque la "vena creativa", la "visión de alteridad", el"talento" o la "inquietud del escritor", no se puedeenseñar y que esto es algo que el literato descubre,si tiene suerte, por su cuenta. La mayoría de lasuniversidades se inscriben a la tradición de lasciencias de la literatura, mientras la creaciónliteraria privilegia la experimentación y laaplicación de los postulados de estas ciencias enla práctica.

La crítica que la universidad tradicional hacea la escuelas de escritura es correcta y ambas visio-nes se presentan como caminos posibles para elescritor. Sin embargo, me parece que la discusiónse basa en premisas falsas.

El problema real reside en la idea falsa deltema y la inserción de temas por medio del

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bombardeo estereotipado de los medios decomunicación. Es irrelevante que el escritor sedesarrolle en el estudio de las ciencias de laliteratura o la técnica de creación, lo másimportante es que lo haga con una visión desubjetividad crítica que le permita sentirse partedel mundo. Leer mucho y escribir mucho vienenpor obligación. Si bien voy con Borges en laexistencia de temas arquetípicos: el amor, lamuerte, la locura y el restablecimiento del orden,pienso que no hay manera de que el escritor atineen alguno de éstos si no es por la vivencia. Esimposible enseñar temas en las escuelas, el temaya debe estar ahí y debe ser el individuo el que lobusque; si no lo encuentra ha de ir a vivir o dejarde intentarlo.

Slavoj •i•ek, en Bienvenidos al desierto delo real, ofrece una crítica interesante al respecto:

La realidad virtual se limita a generalizar elprocedimiento ofreciendo un producto carentede substancia: proporciona la misma realidadsin substancia, sin el núcleo duro de lo Real;exactamente del mismo modo en que el cafédescafeinado huele y sabe a café sin ser caféde verdad, la realidad virtual se experimentacomo realidad sin serlo. Al final de este procesode virtualización, sin embargo, lo que sucedees que comenzamos a experimentar toda<<realidad real>> como si fuera una entidadvirtual.1

El escritor de hoy vive asediado por esarealidad virtual de la que es víctima y cómplice.Ninguna telenovela, ninguna película comercial,ningún anuncio publicitario, ninguna obra teatralcarece de un guión o texto dramático que le estruc-ture. La moda de las películas "históricas" o lasadaptaciones de novelas al cine, lo mismo exigeun trabajo literario que le de forma. Es comúnque un escritor participe en produccionesestandarizadas de la cultura del espectáculo, enla mayoría de los casos porque se trata de

aportaciones medianamente bien pagadas. Sinembargo, no se puede negar que con esto secontribuye a la mediatización de la sociedad y ala concepción generalizada de la realidad virtual,contra la que, idealmente, el progreso delconocimiento humano debiera hacer frente.

No concibo la experiencia mediada. Está,ciertamente, la teoría y el registro de la experienciade la literatura en la historia. Se experimenta laliteratura en la sucesión del tiempo y se debe, senecesita, hacer un registro de ella. Pero el registrojamás será en sí la escritura, acaso un retrato quenunca será real.

Salvo de la deconstrucción a la literaturamisma. No hablo de poesía, hablo del poema; nohablo de narrativa, hablo del relato; no hablo dedramaturgia, hablo del teatro, entendidos comouna misma cosa en el texto.

La impostura de temas es consecuencia delbombardeo de los medios de comunicación y delabsurdo envilecimiento del melodrama, que re-duce la experiencia a un relato de lo que debierasentirse; un placebo panorámico del yo. No sedescubre que el tema está debajo de la vivencia,no se descubre que la estructura es el texto y no alrevés, y que ni la academia, ni la escritura"independiente" son lo suficiente sin la suble-vación de los sentidos, responsable de sí en tantoque no suscribe, expresa, en tanto que no firma,explica. Esto es una mitología del lenguaje quecrea lenguaje.

IV

En Literatura de izquierda, DamianTabarovsky entiende la ausencia de mitos comoel "trauma sin trauma". Carecemos de un traumaoriginal. La historia de Estados Unidos, es más ladel saqueo, la rapiña y el oportunismo que la deun pueblo que se tensa y se destensa en un virajehistórico que le moldea la geografía y el rostro

1 •i•ek, Slavoj. Bienvenidos al desierto de lo real. Akal, Madrid, 2008. P. 15

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histórico. Las naciones americanas son relativa-mente jóvenes. Sus mitos fundacionales, sus trau-mas, aún se están incubando, y faltan por lo menosun par de siglos para que éstos tengan un efectode identidad en los ciudadanos, si antes el procesode globalización no hace desaparecer la ideamisma de nación. Ante esta identidad nula oidentidad en formación, la cultura del espectáculotiene doble efecto: llenar el vacío con lamanipulación del melodrama instantáneo que sepresenta en las tele y radio-novelas, en los showsde entretenimiento, en las series televisivas, en elcine y en la publicidad. Para esto recurre ahistorias lineales que presentan situaciones ypersonajes modelo cuyo manejo narrativo re-sponde a una ideología nacional del héroe.

El espectáculo de ideología, por supuesto,no es nuevo -el uso propagandístico del cine fuemuy importante en la Alemania nazi, con cintascomo El despertar de una nación (SA-MannBrand, director Franz Seitz, junio de 1933),Hitlerjunge Quex, (del mismo año, que se estrenóen 1938 en la España nacionalista con el nombreEl flecha Quex, dirigida por Hans Steinhoff,) yHans Westmar (Franz Wenzler, 1933)- pero unacaracterística importante del cine de ideología esque ha sabido transformarse con el tiempo a lavez que ha sabido transformar la concepción denación de los espectadores. The Patriot (RolandEmmerich, 2000) o Saving Private Ryan (StevenSpielberg, 1998), son dos ejemplos cuya cargaideologizante es evidente, pues ambas presentanel ideal del héroe norteamericano. Ejemplos másactuales son Ávatar (James Cámeron, 2009) y TheAvengers (Joss Whedon, 2012), cuyo contenidome interesa especialmente.

Hay que decir que se trata de una películade acción de aceptable calidad. La historia serelaciona con las de otros filmes de superhéroes,particularmente con Iron Man y Iron Man 2 (JohnFabreau, 2008 y 2010, respectivamente), The In-credible Hulk (Louis Leterrier, 2008), Captain

America: The First Avenger (Joe Johnston, 2011)y Thor (Kenneth Branagh, 2011). Todas ellas sebasan en cómics de la casa editorial Marvel. TheAvengers relata el encuentro de los héroes de estasseis películas en un escenario de guerra dondeNueva York se encuentra amenazada por unainvasión extraterrestre promovida por Loki (TomHiddleston), el hermano adoptivo de Thor (ChrisHemsworth). La necesidad de un grupo queenfrente la amenaza extraterrestre lleva a Iron Man(Robert Downey Jr.), Hulk (Mark Ruffalo) Thor,el Capitán América (Chris Evans), al agente ClintBarton (Jeremy Renner) y la espía NatashaRomanoff (Scarlett Johansson) a crear el grupode justicieros Los vengadores. Más allá de lopredecible de la trama, asunto que ya señalaTheodor Adorno en el artículo Televisión y culturade masas refriéndose al "Anhelo de sentirse sobreterreno seguro", que cancela toda posibilidad desorpresa, es interesante que la película haasimilado la globalización y coloca claramente aEstados Unidos como la "punta de la lanza" en larespuesta del mundo ante una amenaza deextinción. Nick Fury (Samuel L. Jackson), direc-tor de S.H.I.E.L.D., -organización que emula a laCIA-, quien tuvo la misión de cuidar el Tessarac,objeto alienígena con un potencial energético su-perior a toda tecnología humana, es el comandantede los vengadores, Fury es un afroamericano queremite de inmediato al actual presidente deEstados Unidos. El Capitán América, hombredesfasado de su tiempo debido a una suerte decriogenia a la que fue sometido, es quien lidera labatalla final contra los extraterrestres. Es denotarse que los héroes responden a una identidadespecífica: Thor se relaciona con los mitosnórdicos; Hulk está en el exilio en India cuandoNatasha Romanoff, una espía rusa que ahoratrabaja para S.H.I.E.L.D., le trae de regreso aEstados Unidos; Iron Man¸ cuya personalidad esel multimillonario Tony Stark, es el tipocarismático y seguro de sí mismo, cuyo carácterpuede ser visto como el ideal del ciudadano

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norteamericano: hombre que vive holgadamenteen su propio rascacielos, con una rubia de amante,dispuesto a gastar su fortuna para salvar a lahumanidad. La aparición de Natasha Romanoffen escena es digna de apuntarse: ha sidosecuestrada por una mafia rusa absolutamentecaricaturizada. Mientras la interrogan, amarradaa una silla, recibe una llamada de S.H.I.E.L.D."Estoy trabajando", responde, dando a entenderque ella era la espía y que fingía la captura ante laineptitud de los rusos, quienes son ridículamenteapaleados mientras la espía escapa. Natasha,además, ha sufrido una "conversión", pues dejóel lado de los rusos, a todas luces despiadadosasesinos y crueles torturadores, para trabajar dellado de los estadounidenses. Es obvia la referenciaa la guerra fría y al "triunfo" del ideal capitalistasobre el comunista. La amenaza final de la películaes que el ejército norteamericano decide dispararun misil a Nueva York, pues consideran que la"guerra" está perdida y que vale la pena sacrificarla ciudad por el resto de la humanidad. Iron Man,cuyo papel de magnate carismático ya heapuntado, desvía el misil fuera de la atmósferaterrestre y lo estrella contra las naves alienígenas,justo a tiempo para regresar a la tierra a través delportal multidimensional, abierto para que losextraterrestres invadieran el planeta.

Todo lo que he apuntado tiene una cargasimbólica muy poderosa. Es claro que EstadosUnidos se considera a sí misma la cultura que guíaal resto del mundo, la única capaz de salvarla dela destrucción. Cuando los héroes descubren queS.H.I.E.L.D., pretendía usar el Tessarac parafabricar armamento, Nick Fury adereza la muertedel agente Phil Coluson (Clark Gregg), man-chando unas estampas de los superhéroes consangre del agente, como si éstas hubieran estadoen su saco al momento de la muerte del agentecon esta sutil maniobra de "estimulo" los héroes,representaciones de los "pueblos del mundo",

dejan de lado sus diferencias para luchar de nuevojuntos contra la invasión. La llegada de BarackObama a la Casa Blanca fue espectacular en elsentido de que mandaba el mensaje al mundo deque la cultura racista por excelencia, EstadosUnidos, dejaba atrás sus viejos hábitos y se abríaal mundo globalizado. El mensaje oculto es quetanto en The Avengers como en la realidad, unafroamericano es el único capaz de estimular alos héroes del mundo a que no desistan de sudestino, aún cuando en el destino esté implicadala fabricación de armas. Un Capitán América esel único capaz de comandar a los héroes en laguerra.

Un guionista es un escritor. Tanto Zak Penny Joss Whedon -guionistas-, como Stan Lee yJack Kirbi2 -creadores del cómic- están profun-damente influidos por la cultura del espectáculoy por la ideología norteamericana del héroe. Másgrave aún, son cómplices -quizá inocentes poromisión- de esta ideología. No es de extrañarseel constante bombardeo de este tipo de mensajesen televisión, radio y, ahora, en Internet, sonsuficientes para explicar el corto campo demovimiento del escritor moderno.

V

El otro efecto de la cultura del espectáculoes justamente opuesto a lo que se propone: afuerza de vulgarizar el mensaje, y en constanterepetición de ideas moralinas de la realidad,termina por degradar toda posibilidad de loalterno. El melodrama instantáneo es parte de esto,pero más aún lo es la mercadotecnia, que instruyea la publicidad una retórica de los valores deconsumo, al grado de que esta "ciencia delmercado", que busca moldear el deseo e impostaruna sensación de necesidad en el consumidor, haadquirido la función reguladora de las carenciasdel ciudadano. Se presume el psicólogo, elconfidente y el sanador de los males sociales ylos males individuales. Basta el siguiente ejemplo:

2 También creador del Capitán América.

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La publicidad no solamente abusa del vacíomoral de este siglo, también hace más grande elhoyo y lo llena de compulsiones guiadas alconsumo. Por mucho tiempo el comportamientosocial estuvo ligado al rito. Independientementede aplicación de éste en la cotidianidad y lasimplicaciones culturales en la forma de entenderla realidad y relacionarse con ella, podemosobservar que antes de la Ilustración y lasrevoluciones industriales las culturas aplicabansus preceptos morales en relación a la divinidady a un pensamiento interior de la relación con elmundo, mediado por Dios o dioses en algunoscasos, otras veces mediado por la misma cultura,y también mediado por el pensamiento holísticoprimitivo, que comprende que cada acto humanotiene una consecuencia en su entorno. En estesentido, ante Dios, ante la comunidad o ante elmundo mismo, uno era responsable de sus actosy había que responder por ellos ante un aparatode poder, cuya existencia se aceptaba comoconvención. No pocos criticaron estas conven-ciones, que en su extremo absurdo fueron la baseideológica de la monarquía, de las dictaduras, delos fundamentalismos religiosos, la guerra y elexterminio, pero no cabe duda que tambiénfuncionaron como instrumentos de cohesión so-cial y autorregulación ética.

Estos pensamientos, en lo que correspondea la cultura occidental, fueron sustituidos por eldeber moral del científico escéptico. El siglo XIX

y parte del XX se pueden caracterizar así. Lasrevoluciones ideológicas del XX se revelaron, enparte, contra este pensamiento, pero el verdaderoculpable de su fin, fue la cultura de consumo, queabsorbió éste y todos los ideales pretéritos que lahumanidad pusiera en práctica, para volverlosmercancía.

Es natural que el humano busque llenar atoda costa el vacío que dejó la cultura de consumo.Somos seres sociales que avanzamos en tensiónde nuestras prácticas, necesitamos una dosisequilibrada de pensamiento, pasión y acción paradar sentido a nuestros actos. Pero es tan macabrala maquinaria del consumo, que inventó una formapoderosísima para evitar que otras formas deorganización no afines llenaran el hoyo: la culturadel espectáculo.

Dice Guy Debord:El espectáculo, que es la eliminación de los

límites entre el yo y el mundo mediante elaplastamiento del yo asediado por la presencia-ausencia del mundo es igualmente la elimina-ción de los límites entre lo verdadero y lo falsomediante el reflujo de toda verdad vivida bajola presencia real de la falsedad que asegura laorganización de la apariencia.3

Así, la "organización de la apariencia" es loque da la sensación, ya no al ciudadano ni alconsumidor, sino al espectador, de que hay algo,en algún lado, que sí está sucediendo, y por lotanto, que el vacío interior que le corroe es unestado temporal. Allá afuera está la gente que sívive, que sí pone en práctica sus ideas y suspasiones y que vive el drama que anhelamos. Elverdadero drama es que no hay ya más dramas.Barthes plantea el "idiolecto" como el conjuntodel léxico cultural, al cual apela la publicidad y alcual alimenta4. En este sentido, yo planteo un con-tra idiolecto, el vacío ético, estético, moral, ideo-lógico y de memoria histórica que la sociedad de

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3 Debord, Guy. La sociedad del espectáculo, http://www.observacionesfilosoficas.net/download/sociedadDebord.pdf, al 20 de octubre de 2012.

4 Barthes, Roland. Lo obvio y lo obtuso, Paidós, Barcelona, 1986.

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consumo y la cultura del espectáculo se encargande mantener por medio de imágenes retóricasvacías.

En la imagen publicitaria que presenté:

1. Hablamos de cerveza, un producto que seasocia con lo masculino. Seguramente esta publi-cidad no sería efectiva si se dirige a espectadoresfemeninos. (Llamaré espectador al consumidorpor lo antes mencionado). Pensemos: "Es fácilser mujer", aún cuando se pueda cambiar la mujervoluptuosa por un macho fálico, la asociación dela cerveza como una bebida "de hombres" es unconcepto muy fuerte. Por supuesto, las mujerestambién beben cerveza, he aquí un ejemplo delos "símbolos discontinuos y de poca estabilidad"5

que a estas alturas se han sedimentado en nuestropensamiento y condicionan nuestra percepción.

2. El abuso de una idea estereotipada de loerótico (mujer caucásica, facciones afiladas, cortede cabello común, rasgos finos, proporción delcuerpo) más una idea de amor ligada a una formaestandarizada de ser hombre, dan por resultadoun juego connotativo que tiene su efecto en lasociedad machista mexicana.

3. El cartel ofrece una definición de amor.El juego de la connotación y la denotación se dacon la simple sobreposición de la palabra "amor"a la fotografía de una mujer de determinadascaracterísticas. Esto, en relación con lo "mascu-lino" da a entender que los hombres damos defini-ciones rápidas de las cosas, quizá a diferencia delas mujeres, en la idea de "qué complicadas son".En el amor, para el macho, es incluso más simpleesa definición.

4. La sexualidad se reduce a una compulsión,deseo quizá imposible de satisfacer si no se estáborracho. La imagen dice, en sentido oculto: "Sino estas ebrio no te puedes excitar."

5. En la vista de las latas de cerveza, una deellas simula que "se cayó", como sucede cuando"los hombres beben".

6. He mencionado el sentido lingüístico deAmor. Todavía más explícita es la frase por ti. Setrata de una suerte de eslogan que se ha repetidoen otras campañas publicitarias. Bien sabemos queel objetivo de estas frases es que el espectador lasrelacione con el producto en todo momento.Ahora, aquí se da la sensación de que la marca decerveza hace la bebida con dedicación personalal espectador y en otro nivel, que esa publicidaden particular ha sido pensada para "hombres comotú", esto dice entre líneas: "nosotros sí teentendemos y no nos andamos con ideas, esto fuehecho para ti". Esto redondea un uso dirigido delsignificado-sigificante. Significante: "Por ti".Significado: "Esta publicidad fue hecha por ti, parati, que eres un hombre que entra perfectamenteen este modelo de hombre. Tú sí entiendes de quése trata esto."

7. Es pertinente señalar que las frases deltipo "Evita el exceso" también tienen efecto tipoeslogan. Sabemos que cuando lo dicen se hacepublicidad de alcoholes o productos venenososque es nuestra responsabilidad consumir.Funciona como una forma de expiar la culpa delos comerciantes, como lo apuntó Max Scheleren El resentimiento en la moral.6 La publicidades excesiva en todos sus aspectos: estereotipo,compulsión, juego retórico y sobreexplotación delsexo como una herramienta mercadotécnica. "Aúnasí, amiguitos, hay que evitar el exceso, todosustedes, nunca nosotros".

El uso retórico de la imagen es síntoma delvacío axiomático de los significados en nuestrotiempo. Ante el hueco formativo y estructural dela educación, los medios han tomado el lugarcomo nuestras institutrices. Estamos ante un car-tel publicitario de fuerte carga simbólica: es paranuestro tiempo, ¿qué tan efectivo sería un

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5 Íbid.

6 Scheler, Max El resentimiento en la moral en "José Gaos, Revista de Occidente", Madrid 1927.

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espectacular de las mismas características hace50 años, aún ya en centro mismo de la sociedadde consumo? La cultura del espectáculo hapulverizado los valores sociales a todos los nivelesy ha puesto en su lugar la idea globalizada de loque es el individuo, un espectador dominado porestereotipos. La publicidad está dirigida y traeconsigo una carga moral e ideologizante que,irónicamente, desmo-raliza y desideologiza.

VI

La literatura actual está infectada deestereotipos vinculados a la sociedad delespectáculo. El conocimiento de los temasarquetípicos, a través de la lectura de obrascanónicas y no canónicas en cuyo tratamiento seencuentre la esencia misma del problema humano,se sustituye por la expectación, cuya consecuenciaevidente es la industrialización editorial del lugarcomún. Se puede culpar a la industria editorial yal sistema corporativista que necesita la com-pulsión del melodrama aparente para perpetuarlos valores de consumo en el espectador moderno.La aceptación fácil de este supuesto es peligrosa,pues evade el verdadero problema: ¿qué se estádejando de hacer y qué se está aceptando comoactitud natural en el escritor contemporáneo?,¿qué intereses se superponen a la búsqueda natu-ral de una inquietud estética que, en principio, nodebería regularse por otro estímulo más que laambición estetico-espiritual y no la ambicióneconómica, no la ambición espectacular? Labúsqueda común del escritor joven -pongamos uncampo absolutamente arbitrario: de los 15 a los35 años de edad- responde a la fama y al prestigiosocial de "ser poeta" sobre una idea trascendentalde la propuesta estética, que obliga a un com-promiso disciplinado de los sentidos. La sociedaddel espectáculo merma el deseo del artista: sedesea ser famoso, "estrella de la literatura", cuyaidea patéticamente falsa es alimentada por la

academia, por la industria editorial, lasinstituciones culturales, los medios de comuni-cación y, -he aquí lo más grave- por los mismosescritores, víctimas y cómplices del vacío ético-estético-ontológico de la sociedad moderna. Así,la escritura de la apariencia sirve para elevar auno mismo a una categoría nada trascendental de"literato", cuyo estado último, cuando menos,debería alcanzarse luego de un proceso lento eíntimamente ligado a la experiencia, que significaun empirismo no forzado, sí experimentado. Lamisma idea de la "estrella de la literatura" es unaimpostura de Hollywood, en el estricto sentidode que los valores del éxito y de la permuta delhéroe en la sociedad son el mensaje principal enlas películas y series televisivas, así como en lapublicidad. El rockstar literario responde alestereotipo del héroe de Disney lo mismo que albohemio de principios del siglo pasado, o al poetamaldito de finales del siglo XIX, al rockero de ladécada de los sesentas, incluso al concepto demagnate carismático que entrega su fortuna parasalvar al mundo, caracterizado por Tony Stark,"Iron Man" en The Avengers. El poeta de hoy sesiente un vengador en el modelo menos entregadodel concepto: dispuesto a renunciar al procesonatural de aprendizaje empírico, implícito para elescrito, por cumplir el capricho de "ser el poeta",de trascender y modificar la realidad por mediodel discurso, cuando, como apunta Maples Arceen su brevísimo ensayo Del sentido y dignidadde la poesía: "La poesía es al mismo tiempooperación vital y síntesis imaginativa. El poetapiensa en un amplio compás la realidad, lopsíquico y social, y gracias a ello consiguefecundos y maravillosos efectos a favor de unaidea"7; Maples Arce señaló que ningundogmatismo es bueno para la poesía, así comoninguna pose es buena para el poeta; el dogma yla pose nulifican el aprendizaje, y ambosfuncionan como estereotipos.

7 Maples Arce, Manuel. "Del sentido y dignidad de la poesía." en www.http://elojollenodedientes.blogspot.mx/, al 25 de noviembre de 2012, en versiónimpresa en Invitaciones y valoraciones, Cultura, México, 1956

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El escritor también es víctima del espec-táculo, es espectador, y más grave aún, es cóm-plice de la sociedad del espectáculo cuando prestasu oficio para la cultura del entretenimiento. Todopublicista es en estricto sentido un escritor, puesaborda la retórica de la imagen y abusa de lasformas poéticas de la lengua para el aumento delcomercio, modificando las leyes elementales dela economía.8

Sobre esto, la literatura está condenada. Uncamino transitable es la literatura de la expe-riencia, que responde a la problematización delvacío axiológico con una negación radical delestereotipo, con el estudio del arquetipo y la explo-ración de los temas en la experiencia empírica deestar vivo. Por supuesto, el gran tema deberá serel mismo valor perdido, la búsqueda de la realidadque añoramos, el dolor de lo que teníamos yperdimos por la necedad de vulgarizar el mensajea fuerza de repetirlo hasta hacerle perder sentido.La literatura de la experiencia, o bien, escriturade la experiencia obedece a la necesidad deencontrar el valor humano en la actividad coti-diana de estar vivo, y se desprende de la nadasensata banalización del sentimiento por parte delos medios masivos. Ante la presuntuosidad y elcliché, el escritor responde con una sinceridaddesgarradora y con la dinamita del lugar común,pues posee el lenguaje, que en su propia evolucióndescarta, de entrada, el estatismo, y sugiere unaactitud creacionista, en el sentido más estricto deltérmino. Una manera de hacerlo es proponiendola narrativa de uno mismo, disolviendo de unabuena vez las barreras idióticas entre los diariosy la novelas, entre los símbolos y los poemas. Asílo apuntó Ralph Waldo Emerson:

El secreto del genio es no soportar que laficción exista para nosotros; que realice todolo que sabe; que ante el alto refinamiento de la

vida moderna, en las artes, en las ciencias, enlos libros, en los hombres, se extraiga la buenafe, la realidad y el propósito; que al principio yal último, en medio de, y sin final, se haga honora la verdad, por el uso.9

Siempre que la exploración de la realidadesté mediada por la banalización del hombreespectacular, no se aceptará el error, no se aceptarael dolor y la podredumbre humana y se seguiráhaciendo literatura previsible, llamativa,coloreada con brillantina y con ningunasinceridad, pues el escritor aún no será sincerocon sí mismo, y de esa manera jamás lo será conlos lectores. El escritor de hoy posee un doblereto: por un lado hacerse responsable de la historiade la literatura -que no deberá cargar como si fueseun bulto demasiado pesado-, y por otro la luchaconstante contra la banalización del lenguaje y labanalización misma de la función de la literaturaen la sociedad; por un lado la capacidadtransmutadora del lenguaje, y por otro elestatismo; por un lado la escritura, y por otroapagar la televisión.

Literatura consultada

Adorno, Theodor. Televisión y cultura de masas en http://facticiu.blogspot.mx/ al 23 de septiembre de 2012.

Barthes, Roland. Lo obvio y lo obtuso, Paidós, Barcelona,1986.

Debord, Guy. La sociedad del espectáculo, http://www.observacionesfilosoficas.net/download/sociedadDebord.pdf, al 20 de octubre de 2012.

Emerson, Ralph Waldo. Goethe; or, the writer, http://www.rwe.org/complete-works/iv---representative-men/goethe-or-the-writer.html, al 18/11/2012.

Reséndiz, Rafael. La mediocracia, la democracia y el poderen http://hyperlab.politicas.unam.mx, al 23 deseptiembre de 2012.

Scheler, Max El resentimiento en la moral en "José Gaos,Revista de Occidente", Madrid 1927.

•i•ek, Slavoj. Bienvenidos al desierto de lo real. Akal,Madrid, 2008.

8 Oferta y demanda. Se modifica particularmente la demanda

9 Emerson, Ralph Waldo. Goethe; or, the writer, http://www.rwe.org/complete-works/iv---representative-men/goethe-or-the-writer.html, al 18/11/2012.Traducción personal.

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ra nuestra moda andar de mala suerte enel último septiembre. Ni mi esposa ni yo

trimonio había notado que sus ojos secrisparan de ilusiones, no como aquellamañana. Durante años lo había imaginado deotra manera. Es sabido que de joven jamás sedeja de imaginar un porvenir perfecto. Depronto el mundo cambia, se hace tropezadode obstáculos.

Lupe es hermosa, cuello largo, estaturamedia, piel blanca, orejas pequeñas y pecaspronunciadas en pecho y cara, con el positivis-mo que todo esposo espera fiel de su matri-moniada. Aguantaba mi mal humor de largasépocas y me apoyaba sin esperar a cambio lomismo de mí. A veces pregunto cómo seenamoró de alguien como yo: berrinchudo,bravucón, siempre decepcionado y juiciosodel mundo. No hay por qué hacer ojos ciegosde las cosas negativas, son las que justificanlas actitudes de una mala vida y las que lagente está acostumbrada a ver primero; lasbuenas las consideramos obligaciones de lamoral.

Era viernes, nuestro día de descanso. Llevá-bamos trabajando casi un año, bajo régimende doble salario mínimo, en distintas zapa-terías pertenecientes al mismo dueño. El jefetuvo la misericordia de otorgarnos el mismodía de descanso, por ser esposos. El estarcasado da ciertas ventajas aunque a veces seextraña la soledad, sobre todo cuando se estádeprimido.

No objeté a su repentina propuesta einmediatamente vestí mis harapos, las prendastristes con las que solía enfrentar a la sociedad.

Remedio para septiembre

Dayan Gamboa

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habíamos encontrado la forma de corregirnuestro destino en dicho mes. "Las malasvibras del mundo están en dirección a nuestracasa", le aseguré cuando ya era obvio nuestroembrujamiento; nuestro cesar de buenosánimos, la impaciente desdicha arrastradajunto con nosotros, quizá dentro de nosotros.

-A ver si salimos vivos de septiembre -fuelo primero que dije al despertar. Habíadormido mal de un lado al otro de la cama.

Con los ojos iluminados por una idea, dijo:

-Hoy se acaba todo.

Era 24 de septiembre y pensábamos que lamala suerte se nos prolongaría por laeternidad. La vida nos había ajustado feo,desdibujados nos veíamos en los reflejos delos autos. El infortunio era rutina y las malasnoticias nos caían a racimos. Estábamos, pordecirlo, cerca de rasguñar las oriundeces dela miseria y nuestros sueños de recién casadosdesaparecían con el correr del tiempo.

-Prepárate, que nos salimos a la calle -dijoaún iluminada. Y muy alegre se levantó de lacama y comenzó a vestirse con sus prendascoloridas, convencida de sus palabras.

Le había prometido amor y felicidad, ysolamente había cumplido una de las dospromesas, como si el amor no fuera de la manocon la felicidad, pues yo la amaba con los ojoscerrados aunque nunca en nuestro joven ma-

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Lo que fuera no podía empeorar las cosas.Creía que en ese septiembre nada más nosfaltaba perder el alma porque mucho de lodemás ya lo habíamos perdido. Sus abueloshabían muerto y lloró más de la mitad de losdías que llevábamos del mes. No pudo asistira ninguno de los dos sepulcros. También lloré,luego de no haberlo hecho en no sé cuántosaños. Se nos inundó el pueblo, sin razón nosnegaron la renovación de alquiler y teníamoshasta mediados de octubre para desocupar eldepartamento. Varias cosas más nos ocurrieronen un ambiente vuelto de buenas a primerastotalmente lúgubre. En lo personal, me sentíadistante, aludido de fracasos profesionales,desmoralizado, incógnito ante los demás, antemi propia familia. Mejor no entrar en detalles,ya es difícil recordar el origen de las heridasfrescas. Recordar duele, tanto como siestuviéramos de frente con el debatido día demuerte.

Sin desayunar salimos a las calles ycaminamos velozmente por la zona colonialde nuestro querido San Cristóbal. El cieloestaba nublado por completo; nos habíamosdesacostumbrado a amanecer con sol. Pare-cieron siglos los días que sin ver la luz.

Poco a poco, mientras transitábamos porel pueblo, me comenzó a brotar la curiosidadpor saber qué es lo que ella tenía en mente.Estaba callada pero sonreía discretamente, meguiaba con su mano adonde le placía ir y yo,flojo, me dejaba mangonear. Dábamos vueltaspor allá y por acá sin detenernos.

-¿Adónde nos llevas? -confundido, por finle pregunté-. Llevamos caminando más de unahora y no entiendo nada.

-A que se nos quite la malaria deseptiembre, pollo -dijo con la voz relajada.

Me llamaba pollo como mi madre, y a queme llevaba cuatro años de edad. Yo la llamabareina; mámascha en la mayoría de las veces,palabra que se me quedó grabada al leer Cri-men y castigo.

-Mientras no nos lleves al panteón todo estábien -dije en tono de gracia. Andaba de buenánimo a pesar de todo, o más bien, acostum-brado a todo.

-Para nada -dijo riéndose. Y se detuvofrente a un vendedor de rambután, esos hom-bres que se encuentran en cada esquina delpueblo aparejados con su carreta de frutas.

-Disculpe, ¿la construcción más cercana uhombres que estén pintando casas? -le dijo alindio.

-Allá por el puente Amarillo están, aja -respondió sin mostrar sorpresa ante la extrañapregunta-, hombres con mezclas trepandoedificios.

-Bueno -dije con la cara enternecida quesiempre me ponen los indios-. Muchas gracias.

-Tomen para el camino largo -y puso enmis manos dos piezas de rambután, frutafresca de aspecto elocuente y áspero, concabellos rojos, dulce como las uvas de BajaCalifornia; fruta tropical Malaya que aquíconsideramos algo natural en la vida cotidiana.

Después de dar las gracias de nuevo, conel clima aún templado, despeinándonos,arrancamos rumbo al puente Amarillo, a unasveinte cuadras del Centro Histórico.

-No me acostumbro a su textura -le dije,mientras abríamos las frutas para devorár-noslas-. Son como pelotas de juguete.

Ella continuó callada y misteriosa y a míme comían las ganas de interrogarla hasta elmás mínimo detalle. La veía tan segura de sí

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misma que por un instante me sentí contagiadoy convencido de que al terminar el día esta-ríamos curados de todo mal. Pero no quisehablarle del asunto, en parte por miedo a quesu idea me decepcionara y en consecuencialos buenos ánimos con los que había ama-necido se desparramaran de mis ojos. Meencontraba en tan buenas condiciones ese día,que contrario a mi costumbre, había caminadomás de hora y media sin quejarme del can-sancio y la sed. El silencio sí me incomodó,por ello traté de poner en el aire algún temadel cual hablar mientras hacíamos el recorridoanunciado.

-Ni te pregunté -comencé-. ¿Cómodormiste?

-Bien. De hecho muy bien -contestó parcay a la vez gozosa. Se tomaba las manos conansiedad y miraba a todas partes buscandoalgo que no encontraba-. ¿Tú?

-Lo de las últimas noches. Pesadillas.

-Hoy dormirás mejor -dijo-. Estoy segura.Al menos mientras no... -. Y calló.

Las pesadillas han sido una astilla con laque he cargado en la cabeza desde pequeño.Cuando tenía unos siete u ocho años, temía ala oscuridad y sobre todo a dormir lejos de lacama de mis padres. Cuando llegaba la noche,me acostaba en el cuarto que compartía conmi hermano mayor, y muchas veces, como sitodo fuera parte de un truco de magia, ama-necía sentado en una silla del comedor conmis padres acosándome por la espalda, deses-perados tratando de despertarme. Cuando porfin entraba en razón, me daba cuenta de quemi cara estaba empapada de lágrimas. Lomismo me pasaba cada que tenía el mismosueño, pesadilla que a pesar de lo constanteque eran en mi infancia, nunca he podidorecordar a cabalidad. La primera imagen que

borrosa se asoma a mi mente es algo así comouna masa grande de algo que se venía frente amí, mansa y sin peligro alguno; después, enotro acto -en el mismo sueño-, aparecían unospopotes blancos y cortos que bailaban flo-tantes en el universo. Estas dos imágenes sinduda me causaban una desagradable sensa-ción. Desde hace más de quince años no hevuelto a alucinar con dicha pesadilla aunquenunca me dejo de preguntar por qué escenasde ese tipo, dóciles y sin malicia, me pudieronprovocar tanto llanto y antipatía. Ahora mispesadillas de verdad son horrorosas, aunqueya no soy capaz de llorar con desenvolturafrente a las demás personas. Ese septiembrepreferí dormir poco, pero creo que el insomnioprovocado fue peor que soñar.

-Ojalá -le dije recordando abstraídamentemi pasado sin prestar atención a su fraseincompleta-. Si es que vemos la luz de octubre.

Y caminamos sin volver a hablar. Tomadosde la mano hacíamos equilibrio para no resba-larnos en las banquetas todavía empapadas dela lluvia anterior. Sentí su mano tibia, descan-sada, rozando suavemente con la mía. De amomentos me daba apretones de optimismo.

Las calles estaban semivacías, hechocomún los viernes por la mañana. Se podíandistinguir los albores del otoño impactandoen la naturaleza. Los arboles amarillentos secomenzaban a poner rojos en la punta y lossuelos ya se miraban tapizados por unaalfombra de hojas secas. El viento golpeabacon turgencia invernal.

En el camino, nos topamos con los festejosde aniversario de la iglesia de la Merced ysentimos retumbar en nuestros oídos losinacabables petardos que tronaban tardíamenteen el cielo quebradizo. San Cristóbal de lasCasas, país de los cohetones que nunca dejandescansar; todas las mañanas, todas las noches

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de todos los días, de todos los años. Losadolescentes de la banda musical sepavoneaban con las alas abiertas sobre losmuros frontales de la iglesia, presumidos,rendían danza a las jovencitas, comoemperadores descubriendo los alcances de suimperio.

No hablamos de aquello que acontecía ypasamos de largo tomados de la mano; conella andando por delante, jalándome con talfuerza que fue imposible si quiera detenermea observar cómo se desenvolvía el mundo anuestro alrededor.

De pronto, después de pasar por una calleque habían cerrado manifestantes inofensivosdel OPEZ-MLN (Organización ProletariaEmiliano Zapata-Movimiento de LiberaciónNacional), por fin pudimos ver el puenteAmarillo muy cerca. Entonces ella aceleró suandar y se supo consagrada.

-Ahí están los trabajadores -le dije cuandoestábamos a escasos cincuenta metros dellegar-. ¿Ahora qué?

No contestó. Vio algo y ahora sí su cara setransformó en una flor que ha logrado ver suspétalos abiertos. Casi comenzó a correr parallegar adonde ya había fijado sus ojos.Fácilmente me di cuenta de su gran emocióny pensé que su idea en verdad podría sergloriosa. No me atreví siquiera a dudarlo.

Sin que yo lo esperara, paramos a laspuertas abiertas de una funeraria que estabaen remodelación o en creación. Los traba-jadores, trepados en escaleras, pintaban yremachaban las paredes con cemento fino.

-¿Ahora qué? -le dije un poco ofuscadocuando entré en razón de que habíamoscaminado tanto para llegar hasta ese lugarpoco más que irrelevante, a mi forma de ver.Ahora sí dudé y mucho-. Te dije que no nos

llevaras al panteón y nos traes a las puertas deuna funeraria.

-Ahora nada -me dijo con la mirada llenade esperanzas, como si mi enfurecimiento nole hubiera causado ningún desajuste a su plan.-Pasas por debajo de una de esas escaleras ynos vamos a desayunar.

Me tomó del brazo y me trató de llevar pordebajo de una de las escaleras mientras loshombres de trabajo nos estudiaban entremirada y mirada.

-¿Qué? Te volviste loca, Lupe ¿De dóndesacas que pasando debajo de una escalera senos quitará la mala suerte? Que yo sepa estradición lo contrario y además no creo en eso.

Inequívoca, holgada, y hasta cierto puntocon las facciones inteligentísimas, dijo:

-Lo soñé.

-Perdiste la razón -solté su mano-. Mira quecaminar tanto por un simple sueño.

Le di la espalda y comencé a caminar deregreso, encolerizado. Fue cuando sentí elcansancio, la sed, el hartazgo de casi todo unmes doblándome los hombros.

-Sí, sí. Tiene mucha lógica. Hazme caso porfavor, y te digo.

Estaba al borde de soltar un sinfín de malaspalabras pero me contuve. Volví mi cara a sufrente para escucharla de manera superflua.En mente tenia, oírla y después volver a casacomo si nada hubiera pasado. "Sabe que nome gusta perder el tiempo en mi día dedescanso, menos caminar a lo bruto", pensé.

-A ver -le dije y traté de ponerle una buenacara, como cuando me hace enojar y para noasentarme en el mal genio, recuerdo la épocaen que nos conocimos y todo era un sólidomar de enamoramiento.

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-Todo tiene lógica, pollo -dijo bruscamentesabiendo que tenía poco tiempo paraconvencerme-. Mira, las escaleras no son lasque dan mala suerte, sólo absorben la quecarga la gente. Supongamos que una mujerde mala estrella pasa por debajo de una, laescalera le absorbe lo malo por completo ycuando pasa otra, la descarga sobre ella.

-Ajá -dije estático, siguiéndole la corrienteinmerso en mi eterno escepticismo-. ¿Quémás?

-Está claro -siguió-. Hace casi un mes, túpasaste debajo de una escalera, riéndote,burlándote de las creencias de las personas.En ese momento la escalera te bañó de la malasuerte de otro. Así funciona, unos dejan y otrostoman. Ahora lo que tienes que hacer es volvera pasar por debajo de una para que éstaabsorba todo lo malo que traes. Y sanseacabó,volvemos a ser los de antes.

"Cuánto me ama para imaginar todos esosdisparates", volví a pensar. De un momento aotro me dispuse a recobrar la ecuanimidad."Que fácil es buscar respuestas en los sueños.Como dicen, soñar no cuesta. Todo tienelógica aunque suene estúpido".

Recordé aquel mar de enamoramientoinolvidable, y mi cara se compuso un poco.Entonces, me acerqué de nuevo a ella, le tomélas manos y besé su frente. Todo esto recor-dando nuestro primer encuentro romántico;ese recuerdo que ningún golpe de la vida podrárobarme.

-Es muy claro, mámascha -dije sosegado.

La solté cuidadosamente y pasé por debajode una de las escaleras. Los hombres memiraron y faltó poco para que se soltaran areír después de escucharnos hablar.

-A éstos se les zafó una canica -dijo uno aotro.

Cuando pasé lentamente por debajo de laescalera, sentí cómo mis hombros recuperaronsu ligereza, perdiendo súbitamente todos loskilos de septiembre. Quedé debilitado, laspiernas me flaquearon y la cabeza retembló.De inmediato supe que nada volvería a serigual. Nunca más, ni de chiste, pasaré pordebajo de una escalera otra vez, aunque fuerael único camino libre de mi ruta.

Fui hacia ella y le besé las mejillas en señalde agradecimiento. Los hombres, flotandoindolentes en el aire ya no pudieron contenerlas ganas y se soltaron a reír olvidándose porun segundo de sus obligaciones.

-¡Locos! -dijeron.

-Cuidado -les dije viéndolos seriamente alos ojos-, que falta poco para Octubre ytrabajan sobre el peor peligro.

Callaron y sin chistar volvieron a susdeberes.

Conformes, Lupe y yo nos sonreímos,dimos la vuelta y con el cielo, de prontodespejado frente a nosotros, caminamos deregreso a casa guiados por las manos de laluz.

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El día ha llegado, la intensa lluvia y el edificio en solitario loindican. Se dirige al clóset, saca de entre su ropa el saco negro,almidonado, listo para usarse. Hace meses que viene planeándolo.Se mira frente al pedazo de espejo en la pared. Sonríe como nunca.Se ajusta el pantalón gris, abotona lentamente la camisa blanca,anuda la corbata y al final se acomoda el saco negro que su madrele confeccionó una semana antes de morir. Se asoma por la ventana,la ciudad luce tan pequeña e insignificante desde allí, no hay rostrosconocidos, mucho menos amigos, sólo gotas frías que se conviertenen lágrimas. El gran día ha llegado, se adentra al ficticio elevadordel séptimo piso.

El gran díaFrancisco Caamal

Hastío

Jesús Guerra

Era una de esas tardes morelenses donde el calor se sentía fortísimo.La quema de los pastizales le daba un plus; provocando un sofocanteefecto invernadero. No importaba, después de todo; Sara ya había tomadosu decisión. Ese viaje no podía esperar más. ¿Qué tenía que perder? Sufamilia había desaparecido en los incidentes de triste memoria y un cambiode giro o una nueva vida resultaba harto ocioso e inútil. Mirando suinfusión de mate y ante el giro acompasado del ventilador, el zopilotesobrevolando su casa y el tronido del no break, Sara estaba junto a laventana, esperando el tiempo justo para que las corrientes de aire la llevarana otras latitudes más frescas. Con las alas del alma bien extendidas.

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La aburrida violencia

Daniel Zetina

Compré la novela A wevo, padrino de Mario González Suárez por suertenueva y a solo $50.00. A este autor me lo han vendido caro varios amigos y mediosde comunicación. La edición de Mondadori está bien hecha como todo lo queeditan. Lo leo y veo que le falta síntesis, lo que cuenta en las primeras 30 páginaspuede contarse en cinco o menos. Empieza a ser predecible desde el primer párrafo,o más bien parece ir hacia un lugar común. Como sea, le falta fuerza narrativa, nome atrapa la historia y el personaje es inverosímil, se trata de un taxista que semete en malos pasos, pero también es un filósofo existencialista que utiliza laduda metódica en cada paso que da y en cada situación en que se ve envuelto. Escasi como si fuera el escritor y el personaje al mismo tiempo. Por un lado es deuna agudeza mental que sorprende y por otro de una ingenuidad lazarilla. Vive enun puerto del Pacífico mexicano en un ambiente de juerga, muy tercermundista,por lo menos el ambiente sí es creíble. El lenguaje y la sintaxis me agradaron.Arrabalero, el autor, se ve que conoce el ambiente bajo, pero le falta la mínimatensión. Es una obra de violencia, drogas, venganzas y personajes al límite, perono logra enganchar desde el inicio. Estoy seguro que si leo el final, puedo adivinartoda la trama, con la ventaja de no perder el tiempo. Habrá que leer alguna otraobra, porque lo que es ésta no la terminaré nunca.

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scribir poemas es tan inútil como la vida misma.La utilidad de la vida como la de escribir poemas

es sustentada por cada individuo y cada uno denosotros le da el grado de importancia a cada acto,creación, oficio o trabajo realizado durante la vida.La Poesía se sustenta en su propia invención, pero laimportancia de la Poesía es determinada por cada unode los poetas, lectores de poesía o editoriales que lapublican. El hecho concreto de escribir versos esimportante sólo para los interesados y para nadie más.Así, las antologías de poetas pueden ser medidas enimportancia desde el punto de vista del antólogo, delos poetas seleccionados, de los poetas no antologadosy desde la visión de un crítico. Mi opinión sería la depoeta no antologado, pero me gustaría aclarar que ellono implica una visión de "resentido" -como les gustallamar a los que no estamos de acuerdo con algopolítica y socialmente aceptado, y como si ellodemeritara nuestra crítica. Entonces, al ser poeta noantologado, puedo decir que mi crítica es más libre ymás objetiva que la de un crítico literario o de algúnparticipante directo de la antología; pues no tengointereses de ningún tipo. Los objetivos que me muevenpara hacer este texto son mi interés y amor por lapoesía.

Valdría la pena aclarar también que esteacercamiento más puntual hacia el prólogo de La edadde oro. Antología de poesía mexicana actual (UNAM,2012) surgió a partir de los diálogos con algunos poetasincluidos en ella después de divulgarse ciertoscomentarios que fueron tomados como "irrespon-sables" de mi parte, en una charla casual en Facebook,lo que me hace pensar que ahora uno tiene que cuidarsede lo que opina en un ambiente tan de chisme, decomunicación inmediata y poco serio en cuanto acrítica literaria se refiere como lo es la red social, peroen fin: cada quién le da importancia a lo que le interesa.Lo bueno de esta experiencia es que puedo, motivadopor esas incomodidades ocasionadas involuntaria-mente, escribir este texto que nunca consideraría como

un ensayo profesional o académico, si no una críticasobre la visión impostada que Luis Felipe Fabre tuvoque crear para convencer al lector inexperto de quelos poetas que conforman esta antología son eso: lospoetas que dan rostro a la poesía mexicana actual.

No pretendo generalizar aunque en algúnmomento lo pueda parecer; en donde diga "poesíamexicana" o "poetas mexicanos", estoy hablando sólode alguna poesía mexicana y de algunos poetasmexicanos.

Desde hace algunos años vengo diciendo yescribiendo que en la poesía mexicana y en algunospoetas mexicanos no existe la invención ni la mutacióny que la mayoría de éstos imitan, copian y hasta plagianpor su falta de genio o don creativo. Afirmo nueva-mente que para mí No existe la llamada PoesíaMexicana. Y después de esta afirmación se confirma,para mal, que Fabre vuelve a usar un concepto ya tangastado pero poco analizado o estudiado a fondo;dando por hecho que todo mundo sabe qué es lo queconforma, parte por parte, cada órgano que hacefuncionar al ente de innumerables cabezas que es laPoesía Mexicana. Luego, como para salvarse un poco,afirma en una entrevista que lo hace "sólo paramolestar"; entonces, ¿él puede buscar la provocacióny la molestia, pero uno no? En teoría, cuando lanzasuna piedra diciendo que es para molestar, aceptasimplícitamente la reacción que estás buscando en ella.En mi caso, más que molestia, siento cansancio deleer siempre sus mismas declaraciones, y trato deentender su afán de mostrar las propuestas "mástransgresoras y atrevidas" del momento, cuando enrealidad son propuestas que forman parte de toda unatradición poética mexicana que al parecer no hallegado a sus ojos, y lo único que sí demuestra es sudesconocimiento de muchos otros autores quecoinciden en el desarrollo de temáticas y estructuras,pero al parecer, no en los puntos de reunión en losque "ha descubierto" a sus autores de la poesíamexicana actual.

Las edades de la piritaAcercamiento al prólogo de otra antología de Fabre:

Marco Fonz

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E

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Preguntas aparte: ¿México se ha convertido enel país de las antologías poéticas? ¿Se le ha ganado aEspaña en publicar más antologías de poetas vivos?¿Sirve de algo en verdad publicar tantas antologíasde los mismos poetas con casi los mismos poemas?¿Será sólo un incentivo más para que el Estado lessiga resolviendo la vida material, o será que lasinstituciones quieren ver el producto sin importar lacalidad de las antologías?

Párrafo histórico: Tenemos como ejemplo prin-cipal que en el 2002 salió publicada la antología Elmanantial latente / Muestra de poesía mexicana desde

el ahora: 1986-2002. Selección y prólogo de ErnestoLumbreras y Hernán Bravo Varela (marcaré ennegritas los conceptos que ocupan los antólogos enlos subtítulos para ver cómo se reafirman y confirmansu obsesión por ser Los Poetas de este tiempo, delaquí y el ahora de México e Hispanoamérica). Estaantología publicada también con la intensión detransgredir y molestar (como mencionó uno de lospoetas antologados a otros poetas no antologados du-rante una plática en una cantina enfatizando que esaera una de las intenciones de Lumbreras y BravoVarela), fue, desde mi punto de vista, un fallido intentopor registrar la producción poética de ese momento,reafirmando, por el contrario, la falta de pacienciapoética, la inocencia e inexperiencia por parte de losantólogos y el abuso de la condición de "jóvenespoetas" -circunstancia cronológica inventada más porCONACULTA que por la Poesía.

El manantial latente quebró de por vida laconfianza que se pudo haber tenido en los poetasantólogos mexicanos. De por sí, las compilacionesanteriores desde Poesía en movimiento hasta Asambleade poetas y La rosa de los vientos crecieron mochas;quiero decir que por lo menos el 50% de poetasantologados dejaron de escribir o nunca decidierondedicarse a la poesía en serio, y creo que lo mismopasó con los suscritos en El manantial latente. Aunqueal final de la antología los amables y comprensivosantólogos hacen una lista de "Todos los posibles poetasque en algún momento de su vida escribirán algúnbuen poema" y no me molesta decir que estoy incluidoen esa lista, y que al pasar ya 11 años de su publicación,ahí hay que darle mérito a los valerosos compiladores,pues sí que estoy en mi mejor momento poético, cosa

que no podría decir de algunos poetas prematuramenteantologados. Y así se fueron sucediendo otrasantologías casi con los mismos personajes poéticos,variantes más variantes menos. 2005: antología Eldecir y el vértigo / panorama de la poesía hispanoa-mericana reciente (1965-1979) Selección de RocíoCerón, Julián Herbert y León Plascencia Ñol. Prefacio:Hernán Bravo Varela y Eduardo Milán. O veo doble oalgunos nombres se repiten de antología en antología(por cierto, sabemos que Milán es un producto de Pazy que este producto ha acogido a estos poetas anto-logados como casi hijos o ahijados suyos; en fin, otrocaso que merece texto aparte). Esta antología nosmuestra a los poetas hispanoamericanos, van otra vezcon esa manía del tiempo: reciente. Y por supuestono sólo sería cuestionable el autonombramiento y laexclusión más aventurada, pues en este caso hablanpor toda Hispanoamérica, sino las propuestas estéticas.Pienso siempre si el ser aceptado, leído y antologadono genera en verdad un peligro para los poetas queestán recién escribiendo su obra. Pero en fin, en esesentido no se puede culpar a los poetas, pues enmuchos casos su vanidad responde por ellos y sabemosdesde hace mucho que ninguna antología, porinsistente que ésta sea o por la mayor calidad poéticao editorial que tenga, podrá, nunca, garantizar lacalidad de la propuesta estética del poeta. 2008:antología Divino tesoro / Muestra de nueva poesíamexicana (1965-1979). Coincidencia o no, creo enverdad que el tiempo los aterra. ¿Y quién hace laselección y el prólogo? ¡Sorpresa! Luis Felipe Fabre.¿Y a quiénes selecciona? Pues no a los mismos, perosí a casi los mismos. Ustedes pueden verificar cadauna de estas antologías y la repetición de nombresque a su vez aparecerán relacionados en diversos rolespúblicos: jurados de premios; comité dictaminadorpara otorgar becas; editores de las editoriales en dondese publican y promueven las ediciones de estas anto-logías; funcionarios de instituciones en donde seapoyan estas mismas antologías y por supuesto en eseafán de presentarse mutuamente como Los PoetasMexicanos de la Poesía Mexicana.

Preguntas aparte: En esas coincidencias, de tantorepetirse poeta por poeta y poema por poema yantología por antología: ¿Cómo no creer queconforman un grupo? Tal vez se trate de una accióninvoluntaria, tal vez no exista una consigna o un

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manifiesto que los congregue como grupo, tal vez nisiquiera sea ése su objetivo ni necesidad en absoluto,pero me parece que si uno es atento y ata cabos, puedeencontrar ciertos lazos que van más allá de unarelación amistosa. Que si el punto de coincidenciaprincipal es la amistad, eso no debe siquiera cues-tionarse. Lo que es cuestionable es si acaso el hechode ser amigos y poetas les da el pase automático paraautoerigirse de esa forma sin tomar en cuenta a todoslos grupos de amigos poetas que tendrían el mismoderecho y capacidad para autoerigirse como los poetasmexicanos actuales de todos los tiempos, pero quecuriosamente, no tienen la necesidad de hacerlo.

Esta reflexión viene al caso porque cada queabro un diálogo con uno de estos poetas que podríamosllamar "Poetas de la Casa del Poeta" o del FCE o delCONACULTA o del INBA, me dicen que nopertenecen a ningún grupo. Que no estamos en la épocade Los Contemporáneos y que yo no soy estridentistani infrarrealista. Cierto. Pero, ¿no es un pocosospechosa su forma de actuar o su desempeño comopersona en el disfraz del poeta? Sin embargo, elverdadero diálogo está en la lectura y en el descubrirla calidad en lo que escriben algunos poetas de eseotro "no grupo". Muchos de ellos realmente tienenuna propuesta poética decorosa y profunda. Nacieronpara escribir poemas. Pero también es necesarioreconocer que, como en todos lados, y como dice elmismo Fabre al referirse a algunos poemas dePapasquiaro, existe basura, así que espero no seofendan si en algún momento señalo algunoselementos de este tipo en algún poema, que laaseveración será siempre al texto y no al escritor.

Terminaré esta introducción diciendo que haycomo otras cinco antologías que pretenden reunir a lomás actual o representativo de poetas mexicanos ohispanoamericanos pero que no aportan mucho a lasya mencionadas. Ello radica en que los criterios deselección varían de acuerdo al poeta de moda que saltede algún sitio de la Novedad Editorial, el PremioNacional o la Beca en curso, o de acuerdo a lo que elprograma editorial sudamericano vocifere como ac-tual, e incluso de acuerdo a los comentarios deamistades directas y de encuentros poéticos a los queel antólogo haya sido invitado. Porque, eso sí nopodrán negarlo: en este baile de vanidades, mientras

mejor trates al poeta en jefe del momento, mejor serástratado, y así hasta crear eslabones casi eternos quesuelen romperse sólo cuando los intereses personalesseparan a cada poeta de su anterior "no grupo" depoetas.

Ahora sí, vuelvo a la antología La edad de oro /Antología de poesía mexicana actual. Fabre cuentaen su prólogo que uno de los motivos que lo llevan acrear la reciente antología es porque un sudamericanocomentó que "A la poesía mexicana le falta calle".Jorge Esquinca (otro maestro poeta del "no grupo")ya había mencionado la misma anécdota en la Casadel Poeta como por el año 2011 cuando dichainstitución organizó unas mesas de discusión sobre lapoesía mexicana actual. Curiosamente, durante esassesiones la mayoría de los invitados habló sobre laobra de Los Contemporáneos y López Velarde, lo queme hizo pensar que existe una severa confusión sobrelo que es la poesía mexicana actual, o una prohibicióna hablar de ello en público, como le pasó a Bautistaen una de esas sesiones cuando empezó a referirse aautores vivos y con obra reciente, y con una frasefulminante Antonio del Toro lo hizo callar al momento,lo que ocasionó que Bautista no volviera a emitircomentario alguno. En dichas mesas Esquinca dijoque en Argentina, alguien, (nunca han dicho quién fueel poeta que lo dijo y si era argentino o no), comentóque "A la poesía mexicana le falta calle", y yo, riendodentro de mí me dije que claro que cualquiera queleyera El manantial latente o a Jorge Esquinca, seasudamericano o no, pensará lo mismo. ¡Claro que lesfalta calle! Pero esto que se toma como una afrenta oun defecto no es ni lo uno ni lo otro. Sólo es una crudaverdad que no tendrían que esmerarse en cubrir oafanarse en demostrar lo contrario, simplementedeberían asumir su estilo y estudiarlo, no para forzarsea cambiarlo, si no para enriquecerlo en una estéticaparticular. Pero, ¿qué sucedió? Que a Fabre se leocurrió que con una antología de algunos amigos suyospodría demostrar lo contrario y afirmar con orgulloque él había sido el descubridor de poetas mexicanosen cuya propuesta Sí existía la calle necesaria comopara callarle la boca a quien se atrevió a decir locontrario. Sin embargo, parece que su selección fuedictada más por capricho personal que por un interésverdadero de investigar sobre la producción poética

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del país en donde es evidente la preocupación y ladiversidad de abordar dicho tema. Desde los años 70,o desde antes, existen poetas con Calle y no sólo en lapoesía sino con la calle misma, en la carne. Aquí esdonde uno confirma que a Fabre no sólo le hace faltacalle sino también lecturas. Eso se soluciona con quetuviera la humildad y paciencia de leer al otro 90% delos poetas mexicanos cuya actualidad está implícitaen la atemporalidad.

Dice Fabre en su prólogo: Porque aunque hayatodavía quienes se empeñen en negarlo (o tal vez seaun tanto invisible para sus practicantes), durante lamayor parte del siglo xx hubo un modelo poéticoimperante en México que se identificaba a sí mismocon las dimensiones "más sublimes" de la lengua: unlenguaje de "altos vuelos" sustentado en una confianzadesmedida (y un tanto anacrónica) en los poderes dela lírica.

Pero no hay negación, es claro que él y susantologías reafirman esa aseveración. Otra vez oí alpoeta Esquinca defender a la vieja frase francesa de"La poesía por la poesía". Y el mismo Esquinca measeguró que sólo leía a sus amigos. Me imagino queél, creyéndose de las familias imperiales no mezclabasu sangre poética con ninguna otra poética. Y comoEsquinca es amigo de Fabre, me da pie para mal pensarque esa práctica de no leer a quien no es su amigo setransmitió como un consejo que, desde mi punto devista, lleva a la ignorancia y a la terrible actitud deproveerse sólo de lo que, por conocido, es bueno, sinarriesgarse un poquito a conocer aquello que dicenque no debe leerse, que no vale la pena leerse o que esmuy difícil de leerse; aquello que se encuentra en laseditoriales lidereadas por gente que, dicen, esintratable, por gente con la que no hay que juntarseporque suele tener opiniones críticas ante el sistemacultural vigente.

Más adelante Fabre continúa justificando suselección diciendo que la antología actual es muestrade que ya rompió el cascarón, y se revela: Podríaleerse, incluso, un cierto "clasismo" más que un"clasicismo" (en un país tan clasista como éste) enlas exquisitas maneras de aquel modelo poético. Unintento por demostrar, poema a poema, una pretendidasuperioridad sobre otras posibilidades verbales. ¿A

la poesía mexicana le faltaba / falta calle? Sorprendeque siendo el lenguaje coloquial tan lúdico en México,la poesía fuera tan tiesa, tan acartonada, tanformalita. Un asunto de buenos modales. De gentebien educada. Culta.

Pero por favor, basta leer cualquier ensayoescrito por él en la revista Letras Libres para darsecuenta de que lo que según él denuncia y rompe, locuida y asegura para su bienestar propio. No existecontradicción más grande que querer ser un punk conencajes.

Preguntas aparte: ¿Creerá Fabre que en verdades un rebelde? ¿En serio se siente ya muy de la calle?Llama polémicos a un grupo de poetas totalmenteconsentidos por un sistema político y social corrupto.¿En dónde está la polémica de El manantial latente sies muestra de docilidad pura? Ni siquiera dan paraarmar una polémica. Ante la sujeción de parámetrosestéticos no existe discusión, porque todo está tan bienacomodado que no altera ningún orden. Tal vez, másque polémica, lo que ocasionó El manantial latentefue que el otro 90% de poetas mexicanos sonrieranconscientes de que el poeta tiene que vivir en suespacio poético y no en el tiempo de los antólogos.Ése es un pensamiento romántico que me permitocreer.

Algunos poetas de esta antología me cuestionanen demasía el por qué generalizo tanto, pero no sonautocríticos con Fabre y a él sí le permiten generalizaren el prólogo: Ahora bien, lo anterior no quiere decirque las nuevas generaciones no lean a los poetasmexicanos de otras generaciones. ¿A qué poetasmexicanos de las nuevas y otras generaciones serefiere? Aquí asegura que todos los poetas vivimosen un país de poetas lectores en donde todos nosleemos unos a los otros cuando él mismo no lo hace ymiente para beneficiarse y beneficiar a susantologados. Como podemos comprobar casi deinmediato, sólo vean la lista de los becarios del SistemaNacional de Creadores y la lista de los jurados y sedarán cuenta de que siempre hay un mínimo del 10%de los mismos escritores y poetas.

Fabre descubrió recientemente a Papasquiaro ya los infrarrealistas y ya cree que con ese descu-brimiento ya está del otro lado de la poesía mexicana

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y que ya propone cosas nuevas. Y eso que los descubrió-como muchos lo hicieron- gracias a la fama inevi-table de Bolaño y no por la poesía de los infras.

Como lo escribí en otro texto, para mí el únicopoeta, de este nuevo no-grupo, que ha demostradoserlo es Gerardo Deniz, y eso que el viejito recibió ensu momento toda la ayuda de Paz y ahora toda la ayudadel grupo de Paz. Pero a trabajo dado, merecimientootorgado. Aunque se le haya otorgado un premioAguascalientes sin pedirlo.

Nunca he creído y no practico el culto a lapersonalidad. Y no sé por qué, las extravaganciaspersonales en algunos poetas se toma como algo belloe imaginativo y en otros poetas molesta e indigna,cuando sólo deberían tomarse como eso: extra-vagancias personales.

El ejemplo que pone Fabre: En este sentidopuede entenderse la popularidad de Gerardo Denizentre las nuevas generaciones de poetas (MinervaReynosa incluso se ha tatuado un par de versos deDeniz en el pecho a modo de collares: un fabulosotatuaje hay que decir).

Preguntas aparte: ¿Cómo no va a ser popularGerardo Deniz si tiene a todo el aparato culturalmexicano apoyándolo y este mismo aparato culturalmexicano sepulta al 90% de los otros poetas nopopulares? Un ejemplo claro y concreto: laCoordinación Nacional de Literatura del INBAmantiene, además del sitio donde se difunden susactividades cotidianas, un Catálogo Bibliográfico deEscritores Mexicanos. Se sorprenderán cuando loconsulten y descubran la cantidad de escritores quehay en el país. Pero más sorprendente será revisar lacartelera de actividades de dicha institución yencontrar ciertos nombres que se repiten cíclicamente,concentrando los recursos de una coordinación quesupuestamente debería servir para apoyar y difundir alos escritores de todo el país (en tanto que ostentan loNacional en su nombre) en beneficio de algunoscuantos, casi siempre del Distrito Federal y cuyainclusión obedece, la mayoría de las veces, a lopolíticamente correcto más que a su propuesta literaria.

Como suele suceder, las alegrías de unos cuantosserán las desgracias de muchos. Pero eso no pareceimportar cuando eres el beneficiado de la política cul-tural, y es entonces cuando surge la polarización en-

tre abusivo y resentido; lo que Sabato llamaba "elmoño": tiene que existir un Pinochet para que existaun Ché Guevara. Y aquí lo curioso es que muchos delos poetas beneficiados por un estado corrupto comoel mexicano se crean estar del lado del Ché. En fin,una paradoja a resolver con la misma vida.

Veo otro ejemplo de justificaciones: Entre losmexicanos antologados en El decir y el vértigo seencuentran ya Eduardo Padilla (1976) e Inti GarcíaSantamaría (1983): dos poetas que inauguran unanueva fase de la poesía mexicana.

Creo que ni el ensayista más adelantado podríaexplicar qué quiso decir Fabre con eso de: nueva fasede la poesía mexicana.

Es verdad que se puede arriesgar "sólo paramolestar", como él dice, pero aquí hace quedar mal aestos dos poetas que, como él mismo ratifica, habíansido seleccionados anteriormente y uno de ellosaparece en las dos antologías. Si para ellos la nuevafase de la poesía mexicana es ser radical, entoncesqué hacemos con poetas de la talla de Ramón MartínezOcaranza o del mismo Orlando Guillén, en verdadradicales. Y si fueran radicales en vida y no sólo enobra nunca hubieran aceptado salir publicados en unaantología. Aquí veo un defecto de discurso al quererasignar palabras que los poetas no llenan, y no pordefecto del poeta nombrado, sino porque la naturalezadel poeta es otra; lo que sucede es que Fabre necesitadefinir sus conceptos de actualidad para justificar laselección de estos poetas y no otros. Lo novedoso paraél es querer darle calle a los poemas "descubriendo"formas y vistiendo de disfraces a los poetas que élestá antologando.

Los poetas antologados son:

Paula Abramo / (Ciudad de México, 1980)Alejandro Albarrán / ( Ciudad de México, 1985)Rodrigo Flores Sánchez / (Ciudad de México, 1977)Inti García Santamaría / (Ciudad de México, 1983)Maricela Guerrero / (Ciudad de México, 1977)Yaxkin Melchy / (El Telar, 1985)Óscar de Pablo / (Ciudad de México, 1979)Minerva Reynosa / (Monterrey, Nuevo León, 1979)Daniel Saldaña París / (Ciudad de México, 1984)

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Y aunque se hayan molestado conmigo algunosde los poetas antologados cuando me referí a elloscomo clasemedieros o pequeño burgueses, por másque leo su ficha biobibliográfica no veo que ningunosea campesino, ni obrero, ni indígena, ni pordiosero.Creo que les ha ido muy bien en sus carreras poéticas.Y que si en algún momento han participado en algunamarcha social o política es sólo por apoyar a tan buenascausas con su amable conciencia. No encuentro elinsulto en una condición socioeconómica real.

Lo que hace Fabre a continuación es explicarnospor qué seleccionó a estos nueve poetas y por qué susestéticas tienen la calle necesaria para ser consideradascomo la poesía mexicana actual:

Ambas escrituras parecen provenir de otrositio:... / poemas de García Santamaría, por suparte, proponen un lenguaje al borde del autismo

pero provisto de una ternura adolescente.

Toda poesía proviene de otro sitio. Se podríauno decidir por el autista o por la ternura adolescente.Y si decidimos, ¿el poeta García Santamaría quedarábien representado en sus poemas?

El título de uno de sus libros podría entendersecasi como una poética: Corazoncito. El tonojuvenil (casi infantil) de sus poemas resultó másque refrescante en un momento en el que el tonoengolado de la poesía mexicana se empeñaba enagonizantes estertores.

Y dale con generalizar ¿no que eso no se hace?le pregunto a los dos poetas antologados que meregañan porque generalizo. Entonces, ¿cuando Fabrehabla bien de ustedes, sí se puede generalizar, y cuandose les critica no se puede generalizar?

Y podría Fabre ser más preciso y explicar enqué momento el tono engolado de la poesía mexicanase empeñaba en agonizantes estertores. ¿Sucede en laCondesa o en la Roma o en Polanco o en el Pedregal?Porque para mí el invento de la poesía mexicana deciertos círculos poéticos no ha dejado, desde su inicio,de tener ese tono engolado y de reproducir esosagonizantes estertores.

Creo que aquí, en lenguaje popular, se le podríadecir al prologuista: "No me ayudes, compadre".

Quitándole todos los letreros que Fabre les puso,los poemas seleccionados se salvan solos o muerensolos. No hay de otra para el poema publicado, lo

escriba quien lo escriba. Lo desmedido son los letrerosy explicaciones gratuitas con que Fabre equivoca-damente los quiere presentar, forzando a los poemasy a los poetas a vestir una ropa estética que no tienen.Si entro a leer a García Santamaría, me hago cómplicede los poemas del poeta y dejo totalmente el comen-tario en el prólogo. Ni al borde del autismo, ni adoles-cente, ni radical, ni inauguración de nuevo lenguaje,¿por qué no sólo el disfrute de un poema, y ya está?¿Por qué debo encontrar lo que Fabre dice que hayahí cuando puedo leer sin prejuicio alguno y encontrarmuchas otras cosas, algunas quizá contrarias a lo queél asegura que están en el poema?

Así sucede con cada uno de los poetas anto-logados. Las explicaciones del antólogo sólo ensuciany abruman la personalidad y la estética de cada unode ellos. Por eso insisto: lo molesto no es la antologíaen sí, sino la absurda necesidad de proclamar a todoslos vientos que se trata de la poesía mexicana actual yque nos quieran convencer, cuando sabemos que noes necesario, de que estos poemas tienen calle:

Tal es el caso de Yaxkin Melchy (1985) e IvánOrtega López (1990), cuyos poemas, a la vez queretoman elementos de poéticas transgresoras, pormomentos juegan a parecer anotacionesdelirantes hechas en un cuaderno de clase dequímica o biología una mañana cualquiera en lasecundaria. Anotaciones delirantes: "Hace faltalocura en el mundo mexicano", escribe YaxkinMelchy al comienzo de uno de los poemas aquíantologados. Pero donde dice "mundo" habríamás bien que leer "poesía", pues más que en elmundo mexicano (que está ya bastantedesquiciado), donde realmente hace falta locuraes en la poesía mexicana: tan lúcida, taninteligente, tan racional, de Sor Juana a Paz,pasando, claro, por Gorostiza: "¡oh inteligencia,soledad en llamas!" Y por lo que puede leerse,Yaxkin Melchy está dispuesto a aportar toda lalocura que haga falta.

No sé si los poetas antologados leyeron el pró-logo antes de que se publicara este libro, pero si sontan críticos, autocríticos, rebeldes, callejeros, radicalese irreverentes, ¿por qué aceptaron tales absurdos alser definidos de esa manera en el prólogo?

Está claro que uno no va a encontrar locura enPaz o Gorostiza y menos en Sor Juana; ¿quién creeFabre que somos los lectores, unos verdaderos idiotas

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o que sólo leemos, como él a sus amigos? En verdadesas aseveraciones con respecto a lo que escribeYaxkin son absurdas hasta la risa. Se lee uno todoslos manifiestos vanguardistas desde principios delsiglo XX hasta llegar a los más latentes que, en casomexicano son los manifiestos infrarrealistas, y ahíencuentras la locura que pide Yaxkin. Es como quererir al Palacio de Bellas Artes a patinar en la sala mien-tras dices tus poemas. Lo novedoso no está en pedirla locura, lo novedoso estaría, en verdad, saltar a lalocura real, sin las fotos o videos en youtube tanpertinentes y decentes, porque, al final de cuentas, sino lo fueran, hasta el youtube los borraría si lograrandemostrar toda la locura del mundo. Vuelvo a decirque esto no es culpa del poeta nombrado o hastaridiculizado involuntariamente, esto es una falta delecturas de Fabre. Yaxkin no merece una presentacióntan socarrona.

Lamentablemente para Fabre, 30 poetas más omenos, nacidos entre las décadas del 50 y el 90, sonlos que proponen, dicen, dictan modas, marcanderroteros e inauguran estéticas en todo México.¿Realmente cree que todo el mundo poético son susantologías y las que hacen sus amigos? ¿En verdad sepuede llegar a estar tan enfermo de vanidad y decinismo crónico?

Se agradece que la antología se pueda disfrutarsin su prólogo y que a cada poeta se sostenga por símismo, sin tanto letrero absurdo ni tanta desquicianteexplicación de quiénes son y adónde van y de dóndevienen. Por ejemplo: Un poeta renovador siempre esuna excepción y por lo tanto un solitario. ¿Cuántospoetas renovadores coexistiendo en un mismo tiempoy en un mismo país son necesarios para hablar deuna época excepcional? Aquí van nueve y hay más.

¿En serio es una broma? ¿Cree inocentementeFabre que uno va a aceptar este comentario y dejarque les coloque una corona de cartón por ser poetas"renovadores y solitarios"? ¿Es en serio que uno tieneque quedarse callado y aceptar esta ridiculez? Ydespués se enojan conmigo porque escribo "tonteríasy falacias" (lean bien, Flores y Albarrán: de mí seburlan y cuestionan lo que digo y permiten que Fabrelos defina con malabares y luces de artificio que sóloadornan la superficie de lo que ustedes están en víasde construir, porque una época excepcional y una obra

excepcional podrá percibirse hasta que ambas hayansido verdaderamente construidas y no mientras seencuentran en el proceso de gestación, como sería elcaso de ambos en tanto que su carrera poética empieza,o va a la mitad, pero en lo absoluto está concluida).Se podría notar, en cada uno de los poemas aquíantologados, la intención de renovar estructuras yjuegos lingüísticos, pero más allá de que lo logren ono, habría que tomar en cuenta que no son los únicosque lo han o lo siguen intentando. Y eso de ponerlosrománticamente como poetas solitarios, por favor, nique vivieran en el desierto. Es verdad que no conozcopersonalmente a los nueve, pero puedo decir que losque conozco nunca han sido solitarios o por lo menosno en el sentido de La Gran Soledad Renovadora. Elabuso de la grandilocuencia lleva al ridículo. Y con elpárrafo anterior se comprueba la desmedida lógica quedesde El manantial latente se ha tratado de imponer.Otros ejemplos, para terminar de mover la cabeza ydejar solos a los poemas y al lector:

Yo quisiera destacar dos rasgos queencuentro, en mayor o menor medida, en lospoemas de estos nueve autores: la desconfianzaante la escritura poética y la incorporación delcontexto del poema al interior del poema.

Creo que otros poetas mexicanos, franceses,ingleses, españoles, chilenos, argentinos y etéceteraya lo han hecho desde hace como 100 años. No veo lodestacable. Si quieren ejemplos les puedo dar por lomenos 50 referencias bibliográficas para que entiendanque es mejor un redescubrimiento constante de estasformas, que asumir que se está dando por primera vezEl Descubrimiento.

Esta desconfianza ante el fenómeno líricoresulta más que acusada en la obra de DanielSaldaña Paris que incluso dice o simula decir:"Quisiera escribir sobre la escritura, como unbardo que se muerde la cola. / Pero no llego:muerdo…" Sus poemas (ya de por sícondensadísimos, al borde de la implosión)siempre están a punto de no serlo, de ser algomenos o algo más, y en ese filo se tensan.

Qué curioso, para Fabre todo está al borde dealgo, en Santamaría al borde del autismo y en SaldañaParis al borde de la implosión. Será que por eso tantoestar al borde lo hace no concretar nunca su propiavisión de la poesía mexicana. Estar en los bordes no

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te permite ser ni ver el fondo, y casualmente el 90%de los poetas mexicanos está en el fondo. Fabre deberíade decidirse por fin a dejar de estar al borde y saltarde una vez. Tal vez así se salvarían un poco su texto ysus antologías.

En cuanto al otro rasgo común que aprecioen la obra de estos poetas, la incorporación delcontexto del poema al interior de este mismo,supone dejar de entenderlo como algo fuera -porencima- del mundo para (volverlo a) comprendercomo un lenguaje en relación con el momento yel lugar desde donde se escribe.

¿Así o más retórica de relleno?Por supuesto que se trata de una escritura

política: si incorpora el contexto al interior delpoema es también para reverberar en el afueradel poema, en el contexto.

Si es una escritura política entonces significaque a los poetas de la Casa del Poeta ya no les molesta(o ya entendieron) la poesía social o los panfletos. Yahabla bien de Fabre que acepte que la poesía no essólo para la poesía. Un acierto.

Es en este sentido que considero a "Carta" deRodrigo Flores como uno de los poemas másemblemáticos de este momento y por ello estaantología abre con él. Allí el poema, o lo quetradicionalmente se entendería como poema, esnegado y en su lugar lo que se nos ofrece es elmero contexto del poema ausente: Flores planteaen ese casi no-poema una lectura de poesía dondeel público escuche detrás de paquetes"sanguinolientos" (que no sanguinolentos) decarne para hacer visible el contexto del que lapoesía generalmente no da cuenta.

Es curioso entender que durante años cierto tipode poetas estilo Fabre han negado la validez de estetipo de poemas, y ahora que alguien cercano, por nodecir del grupo, desarrolla este tipo de poemas ya seconvierta en algo para aplaudir, agradecer y leerlo.Flores llegó a este tipo de poemas casi 100 años tarde.Otros poemas del mismo Flores recrean mejor surealidad, con un humor negro más llevadero y másverosímil; no necesita explicarnos lo que es evidenteen una descomposición social, como en ese poema"Carta", que es un buen ejercicio de nota roja en prosa,pero sin vislumbres de poesía:

De hacer visibles los cuerpos, los cuerposreventados, los cuerpos intervenidos por la

muerte y la violencia. Barrio protestaba contrala dictadura militar. Yo sé y no sé contra qué ocontra quién protestaría; incluso sé y no sé si setrataría de una protesta. Un amigo me dijo quele parecía "gratuitamente escandaloso". Tal vez.Me gustaría conocer tu opinión. ¿Cómo hasestado? (…)

Mi opinión es que es claro el cómodo sillóndesde donde se escribe este texto. Y hasta se podríaser irónico: ¡ay, los cuerpos reventados, ay, qué miedo,qué tristeza, qué dolor...! y cosas así de moco tendidoque llegan a volverse efectistas más que poéticas.Como digo, cuando el poeta Flores no quiere dar tes-timonio de una preocupación mediática por losocialmente humano, es mejor poeta.

Y hablando de efectismos mediáticos, un párrafomás de la justificación de Fabre:

Más que la escritura como testimonio o comodenuncia, se trata aquí del poema como fecha.Elijo el término fecha, porque no estoy del todoseguro de si se trata de una apuesta por la historiao por el puro hoy. Y en la fecha se tensan ambasposibilidades. En cualquier caso es undesmarcaje de aquella concepción del poema (tancara a cierta poesía mexicana) como un instantesuspendido e iluminado, fuera de la historia ydel calendario, pero desde ya inscrito en laeternidad.

"...desde ya inscrito en la eternidad." Másmodestia no se puede pedir. Y después no quieren queuno los critique (pero "si se ponen de pechito", comodicen en la calle). Aquí él solito se mata: ¿Cómo seguiruna vanidad así? No sé cómo se puede estar de acuerdocon un tipo tan enfermo de tiempo y tan ególatra:ETERNIDAD.

Óscar de Pablo, por su parte, lleva yavarios libros explorando nuevas posibilidadesde aquello que en otro momento solíadescalificarse con adjetivos como"panfletario" o "comprometido". En su poesíaes claro un compromiso político aliado a unaconciencia histórica (en su caso sí) que estambién una conciencia de la historia de laforma, de la tradición poética y echando manode ella con singular fortuna. O la poesía dePaula Abramo, donde la autora hace confluira la poesía mexicana con cierta tradiciónpoética brasileña: aquella donde la

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experimentación formal es también unapreocupación social: la del "Poema sucio" deFerreira Gullar -que Abramo tradujoespléndidamente- o la de "El perro sin plumas"de João Cabral de Melo Neto. En ella el rigory la exactitud formal son una ética. Perotambién es político el estruendo de los poemasen prosa a todo volumen de Minerva Reynosa:post-feministas, post-punks, post-pop.Estruendo: no es casual tampoco queAlejandro Albarrán haya titulado precisamenteRuido a su primer libro. Un estruendo queoponer a la poesía del silencio: tan aséptica,tan apolítica, tan pura. Frente a esa poesía, elcontexto, el ruido del mundo, el sonido defondo, un paisaje brutal aunque inasibleentrevisto velozmente desde la ventanilla de untren en marcha: ese imparable poema deMaricela Guerrero llamado Kilimanjaro.

En ciertos poetas, conocidos algunos, otros no,es preferible -como lo señalara Cardoza y Aragón-quedarse con alguna que otra bella página que hayanescrito. Con estas afirmaciones da pie para volver almismo cuestionamiento: ¿por qué sería válido paranosotros entender y creer que por tratarse de losamigos de Fabre de pronto ya es bueno que escribanpanfletos y poesía social y post- todo? ¿Y que entoncestodos los otros poetas mexicanos que han escritoexactamente con esas características desde hace másde 50 años no tengan validez aunque estén vivos ypuedan ser leídos y entrevistados y con mayor derechoa ser denominados con la etiqueta "poesía mexicanaactual"? No encuentro la novedad ni la actualidad enlo que menciona Fabre como aciertos en estas poéticas.Si él ignora la gran tradición panfletaria o de poesíasocial o anárquica o post-todo, es porque apenas estádescubriendo en la poesía mexicana lo que para otroslectores ya es una tradición. Habría que prestarle varioslibros para que se ponga al corriente y deje de descubrircosas ya hechas (aunque sea por piedad y que no quedeen ridículo). Los poetas antologados merecerían másrespeto y más atención. No están inaugurando nada,vuelvo a decir, son producto de algo que se vieneescribiendo desde tiempo atrás en México y en todoslos países del mundo. Disfrutar la lectura de suspoemas y seguir de cerca sus libros recientes y futuroses obligación amable para que no nos pase como a

Fabre: por no leer lo que no se vende en el FCE o loque no publica CONACULTA o lo que no leennuestros amigos, ignoramos lo otro que también seescribe en México.

Y es que esta antología toma partido sólo poralgunas de las posibilidades de la poesíamexicana: las que a mí me parecen másinteresantes, propositivas, vitales, las que intentanasumir formalmente su época, representadas porestos nueve autores aunque compartidas pormuchos más.

Vaya, algo un poco más sensato pero igual deinexacto. ¿Cómo no le van a parecer las máspropositivas, vitales y las que intentan asumirformalmente su época si son las que él presenta? Siestá queriendo vender una idea estética o poética, estáperdiendo clientes.

Casi podría decirse que la poesía mexicanase ha polarizado (no quiero sonar maniqueo, peroel país anda así, aunque claro, todo dentro deuna conciencia y una retórica de la pluralidad):por un lado, esta serie de escrituras que se erigenmás allá de lo que fuera la poética dominante,que se radicalizan, se cuestionan, y exploran másallá de sus límites; y, por otro lado, poéticas quese han asumido como albaceas del legado de lapoesía más conservadora e institucional, que hanhecho suya la encomienda de salvaguardar lotradicionalmente considerado como poético(llevándolo a extremos involuntariamenteridículos y accidentalmente caricaturescos), oque, en su defecto, han intentado utilizar ciertosrecursos "posmo" pero la noción de poesía enque se sostienen sigue siendo la del antiguomodelo poético.

En esto sí que peca de inocente. En verdad,¿cuándo abrió los ojos Fabre? Parece desconocer todala historia de la poesía mexicana y en general, a menosque esta antología se vaya a ocupar como texto esco-lar a nivel secundaria o algunas preparatorias del OpusDei, porque si no, no encuentro la razón de estospárrafos didácticos y "lúcidos".

El lector interesado en neoconservadurismosramplones puede encontrar un ejemplo sindesperdicio en la sección mexicana de Poesíaante la incertidumbre: la fallida antología depoesía iberoamericana que quiso vender laclaridad verbal y la emoción poética más chata

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como una postura que oponer a estos tiempososcuros: "La emoción no puede estar de moda.La emoción es intemporal y universal. Y la poesíatiene que emocionar. Ante tanta incertidumbre,para nuestra sorpresa, una gran parte de losnuevos poetas en español se han adscrito a unatendencia tan experimental como oscura…"

Y como le dije a los dos poetas antologados quese ofendieron tanto con mis comentarios al aire en elFacebook: cómo sucede que Fabre o ellos mismos enalgún momento puedan criticar duramente y burlarsesin tregua de otros poetas y cuando uno los critica yano les gusta. Ser objetivo y aguantar las críticas creoque es parte de la formación del poeta. En el párrafoanterior Fabre nos ilustra cómo no se debe hacer unaantología, como si él supiera hacerlas muy bien.

Para terminar, Fabre casi nos felicita por leer suantología y nos hace cómplices de sus desaciertos:

Por otra parte, tal vez una de las pruebas dela fuerza de estas nuevas poéticas aquí repre-sentadas lo constituya un curioso fenómeno: laescritura de algunos poetas de generacionesanteriores se ha transformado también a partirdel cambio de paradigma estético operado desdela escritura de los más jóvenes: una influencia ala inversa de lo que sucede tradicionalmente. ¿Setrata de una "cirugía estética", un vano afán derejuvenecimiento en una cultura donde el modeloa seguir es la juventud? ¿Podríamos hablar deuna poesía-botox? ¿Es una moda o es algo másprofundo? Debo confesar que en última instancia,a mí la moda no me parece mal. La moda comoun modo, superficial si se quiere, de, como otrorase decía, ser moderno, es decir, de habitar el hoy.Y es justo la marca del "hoy", la fecha, lo que

faltaba a la poesía mexicana tan preocupada por

la eternidad. Sí, las modas pasan. Habría queañadir: como todo. Y también: las modas vuelven.Algunas. A veces. Pero hoy por hoy no me interesapreguntarme: ¿qué de todo esto perdurará? Sino,más bien: ¿qué está pasando? Y lo que estápasando es este ahora convulsivo de la poesíamexicana al que, por momentos, me sientotentado a llamar Edad de Oro: una época de

liberación poética que tiene lugar justo en plenodesastre del país, pero sin negar el desastre, másaún: asumiéndolo. Sí, qué ganas de declarar una

Edad de Oro de la poesía mexicana, aunque sea

de broma, aunque sólo sea por molestar.

En mi caso, como dije antes, más que molestia,me da pena ajena, y yo, en vez de la Edad de Oro lallamaría Las Edades de la Pirita: la poesía mexicanatan preocupada por la eternidad. Fabre denuncia ciertaspreocupaciones sobre la poesía mexicana, pero élmismo parece más preocupado por conservarse comoel Dorian Fabre de la poesía mexicana. Dice cosastan viejas como "ser moderno", "paradigma estético","habitar el hoy", "época de liberación poética"…Parece que estoy leyendo a Justo Sierra. En fin, quehabrá quien se crea todo su prólogo y toda sugrandilocuencia gracias al apoyo constante de lasgrandes instituciones culturales y universitarias deMéxico.

Y hasta aquí mi texto, serio pero no académico,sobre esta antología fallida en su vanidosa formacióny prólogo y con bellos aciertos entre los poetas ypoemas seleccionados.

Contesto con verdadero placer a los dos poetasque se sintieron ofendidos y violentados por mi diálogocon el poeta Pedro Damián en Facebook, pero leí enotro momento -creo que era de Brecht- algo así: "se lellama violento al río pero no se llama violentas a lasorillas que lo contienen". Habría que preguntarse sino es violenta la actitud que siempre ha tenido Fabrey algunos de sus amigos en contra del otro 90% depoetas mexicanos con sus absurdas afirmaciones ycabría denunciar seriamente sus abusos y pedirle eneste caso a la UNAM que cuide más los libros queimprime, porque está entrando al juego de lamercadotecnia de la pose y la discriminación.Agradezco la atención prestada y recomiendo lalectura de Las edades de la pirita, pero sólo lospoemas, porque todavía hay tontos que creen que elTiempo es Oro.

Por fortuna, ahora, hoy, actualmente, recien-temente, la nueva forma de leer los libros de la UNAMtambién es virtual, y se agradece.

Epílogo

Para que Luis Felipe Fabre no diga que sóloquiere molestar y que en verdad se haga un trabajoserio y completo de investigación sobre poetassociales, panfletarios, rebeldes, radicales, punk,bizarros y sin estar solamente al borde si no en verdad

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dentro de sus situaciones de vida, no sólo en aparienciani en pose (porque una verídica poesía de la calle surgecuando la calle se transforma en poesía), quisieraregalarle esta lista de poetas que curiosamente vienentrabajando desde hace años toda la estética que Fabreacaba de descubrir.

Y no es malo que Fabre tenga sus primerasexperiencias con este tipo de poesía, lo que es excesivoes que crea que son actuales y que sólo nueve poetaslas desarrollan en México, cuando, si es real su interéspor ello, a continuación encontrará propuestas paralas que se esperaría, se diera el tiempo y el verdaderooficio de lectura e investigación para ver si se le ocurreseguir la sugerencia que alguno de los poetasantologados me hizo: hacer una antología de poetasresentidos (no apagaré su sarcasmo, pero no lo olviden:el resentido aparece en respuesta de la actitud abusiva).Y ojalá también los nueve poetas antologados lean aestos otros poetas para que no se sientan tan soloscreando poemas que ya otros vivían desde hacemuchos años, antes de que los nueve publicaran susprimeros libros (o incluso algunos coincidirán en laedad, pero no en la necesidad de forzarse a escribircon calle, siendo ésta su naturaleza real):

Roberto López Moreno, Leopoldo Ayala, OscarAltamirano, Enrique González Rojo, Edgar ArtaudJarry, (ya conocen a Jaime Reyes), Juan Martínez, JoséVicente Anaya, Ramón Martínez Ocaranza, Pedro

Damián, Ektor Zettaek Balam, Orlando Guillén, LaloQuimixto Chacala, Francisco Zapata, Ramón Méndez,Ricardo Castillo, Rogelio Dueñas, Jaime Coello, Is-rael Miranda, El Colectivo Morvoz, Colín, José FonsTextosterona, Ángel Carlos Sánchez, Colectivo LaTarántula Dormida, Jesús Bartolo, Andrés Cardo,Adriana Tafoya, Saúl Ibargoyen, Colectivo Órfico,Mauro Hernández Fuantos, Jerónimo E. GómezCuadra, Reneé Acosta, Rojo Siena Editorial, ColectivoLa Rabia del Axólotl, María de Jesús Villalpando,Gerardo Grande, Javier Raya, Semanario Deportivode Poesía, Máximo Cerdio, Tulio Chavarría, JeremíasMarquines, Mikel Lecumberri, Rojo Córdova, PitaOchoa, José Peguero, Fernando Trejo, Arturo AlvarGómez, Gustavo Alatorre, Daniel Téllez, José ManuelRecillas, Ruperta Bautista, Andrés López, MetáforaHoja de Poesía, Ángel Nungaray, Ignacio Ruiz Pérez,Sonia Silva-Rosas, Antonio Salinas, La Jerga, RevistaClarimonda, Éric Marváz, Estrella del Valle-Arizpe,David H. Rambo, Mauricio Jiménez, Javier MoroHernández, Balam Rodrigo, El Piñón, AdánEcheverría, Iván Cruz, Sergio García, PteroclesArenarius, Mardonio Carballo, Juan Carlos Bautista,Arturo Terán, Gabriel Cruz Mayorga, Heriberto Yépez,Marceal Méndez, Sergio Loo... y cuando terminende leer les enviaré otra pequeña lista con más poetasmexicanos actuales. Porque querer vender pirita envez de oro es un daño espiritual.

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No sé si es un adiós definitivo al lugar o una nuevabúsqueda de espacio entre las casonas y losnegocios ubicados en el centro histórico de laciudad de Mérida. Solo sé que el Foro Culturalde Autogestión "La Quilla" cerró las puertas desu local con una sensación de despedida y lasúltimas actividades programadas las realizaránfuera de éste.

Por lo visto y leído en su página de Facebooky blogspot, los responsables de este proyecto noponen fin a la labor de apoyar los movimientosmusicales, visuales, literarios y escénicos querecientemente van emergiendo o ya son veteranosen la cultura alternativa del estado. Sin duda sonbuenos organizadores de eventos y difusores paralas creaciones artísticas.

Quizás, esta sea una nueva etapa para "LaQuilla". Ya sin espacio, pero llevando todo suambiente alternativo e ideas autogestivas hacialugares donde un agresivo baile de slam o el graf-fiti son desconocidos o "delictivos". Claro, noolvido que ya venían haciendo presentacionesfuera de casa. Los toquines de sus últimos aniver-sarios fueron organizados en sedes alternas y siel dato no me falla, también han participado enfestivales o jornadas culturales organizadas envarios municipios del estado.

Si en ese camino va el proyecto, algunos omuchos van coincidir que no hay pérdida, "LaQuilla" seguirá existiendo, obvio, de manaraitinerante, y seguirán intactos sus esfuerzos pordar o buscar espacios para escenarios y lienzosde los artistas con "inamovibles sueños" en elola alternativa de Yucatán.

Pero para mí, la desaparición de su forofísico, es un hecho desafortunado, a sabiendas queen la blanca, y muchas veces doblemoralista capi-tal, los lugares como ése, son pocos y en ocasionesnulos. En los locales que ocupó "La Quilla" enlos barrios de Santiago, Santa Ana, Mejorada ySan Cristóbal no había un cadenero arruinando elánimo fiestero pidiendo credencial de elector oponiendo la cadena de su mascota para controlarel dizque acceso. Podías estar en lugar portandounas económicas chanclas y vistiendo la ropa quemás acomode a tus ideologías.

Nadie llegaba a reclamarte porque tuhumanidad se desparramaba en el piso o salía yentraba al foro como tratando de poner un recordcruzando puertas. Comprabas cerveza cuando lanecesitabas o querías, sin tener atrás de ti a unmesero con jodona amabilidad. Las cuotas derecuperación eran pagables para la banda, y enocasiones con el tipo que cobraba, podías llegar aun acuerdo para un dos por uno o tres por dos.

En sus escenarios, la diversidad musical eraconstante y se presentaron bandas locales tocandogéneros como ska, reggae, hip hop, punk, metal,rock, surf, electrónica, cumbia, reggaeton y otrossonidos, hasta ruidos. Y cuando las rolas pedíanlos empujones, patadas y codazos del slam, nadiellegaba a decir ¡párenle, a madrearse a sus casas!.En las paredes no faltaban las fotos y las pinturas,menos las proyecciones de buenas películas odocumentales para la reflexión.

Como experiencia personal, disfruté "LaQuilla" cuando sus direcciones en los flyers tellevaban a los barrios de Santa Ana, Mejorada ySan Cristóbal. Mis visitas al primer lugar sucedían

Eleven La Quilla

Nos vemos en el slam por Mario Pineda Quintal

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cuando empezaba a enrolarme en el mundoalternativo de Mérida. Ahí conocí a varias bandaslocales que hoy son de mis favoritas, amigas yamigos artistas, ya sea escritores, pintores yactores. Animado por las exposiciones de fotosen sus paredes, planeé y monté una con dosamigas. La llamamos "Egos" y contenía imágenesde fábricas y luces, así como un fotoreportaje dehaciendas henequenales. En varias ocasiones,entre semana, era el único sentado en el sillónviendo películas que presentaban en ciclos de cine.Además, conocí a Rocco, vocalista de la dormidabanda Maldita Vecindad.

En Mejorada, me dieron chance para otraexposición y esta vez la monté con dos amigos,llamándola "Flora Expresión", que mostraba fotosde hojas, flores y árboles. También se leyeron mispornoversos en una presentación escénica con

ambiente erótico y algo pornográfico. Le di elprimer beso a la chica que ahora es mi esposamientras sonaba el ska de "Los Ayudantes deCaska". También asistí a sus ciclos de cine, perocon más público en la sala.

En San Cristóbal, no tuve exposiciones nilecturas. Iba a disfrutar la música junto con amigosy mi novia. Por primera vez estuve en una tocadade Sr. Bikini y me di cuenta que ya había nuevosrostros en el ambiente, más jóvenes y nuevasbandas.

Hechos comunes en "las Quillas", variasveces llegué caminando sobrio y regresé cami-nando borracho, compartidas de chevas conamigos y recuerdos inolvidables de buen arte. Nosé que vaya a pasar, sólo espero que "La Quilla"siga en el camino y nos dé más slam en todos lossentidos artísticos.

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