Revista digital estudiantil Mirada Social

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del Instituto de Investigaciones Sociológicas Revista Digital Estudiantil Mirada Social Año 1 No.0

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Revista de y para los alumnos del Instituto de Investigaciones Sociológicas de la Universidad Autónoma "Benito Juárez" de Oaxaca

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del Instituto de Investigaciones SociológicasRevista Digital Estudiantil

Mirada Social

Año 1 No.0

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Mirada Social Revista IISUABJO Dic. 2011

ÍNDICE

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1131

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¿JUVENTUD INDÍGENA EMERGENTE? REFLEXIONES EN TORNO A LAJUVENTUD EN EL PUEBLO AYUUJK .

PRESENTACIÓN

Telmo Jiménez DíazLic. En Antropología Social, VIII Semestre

Mtra. Sara MéndezEditora

Juan Francisco López Ruiz.Licenciatura en Antropología Social, VIII Semestre.

SOBRE EL CONCEPTODE DESARROLLO:ORIENTACIONES EINTENCIONALIDADES Claudia Ivon Velasco Morales.Licenciatura en Ciencias Sociales y Desarrollo Regional y Urbano VIII Semestre.

MÁS ALLÁ DEL CEM-PASÚCHIL Y LA FLOR DE MUERTO.ACERCAMIENTO A LAS COMPARSAS DE SAN AGUSTÍN ETLA.

LOS OTROS CIUDADANOS:UNA REFLEXIÓN ACERCA DE LA CIUDADANÍA EN LOS MUNICIPIOS INDÍGENAS DE USOS Y COSTUMBRES Edgardo Leonel García García.Lic. Ciencias Sociales y Estudios Políticos, VIII Semestre

RESIGNIFICACIÓN URBANA DEL ESPACIO PÚBLICO:COMERCIO AMBULANTE Y PROTESTA SOCIAL EN EL ZÓCALO DE LA CIU-DAD DE OAXACA. NOTAS PARA UNA INVESTIGACIÓN.Noelia Ávila DelgadoMaestría de Investigación en Ciencias Sociales, IV Semestre.

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Mirada Social Revista IISUABJO Dic. 2011

La Revista Digital Estudiantil Mirada Social es un proyecto decomunicación e información que brinda a estudiantes del IIS-

UABJO la posibilidad de contar con un medio académico y de di-vulgación científica sobre temas de actualidad y relevancia para las Ciencias Sociales. Cuenta para ello, con el respaldo del Consejo de Docencia y del Consejo Editorial de este Instituto. Este nuevo proyecto editorial, está dirigido a los y las estudiantesde las licenciaturas y maestría en Ciencias Sociales del Instituto deInvestigaciones Sociológicas, como parte de su formación para laelaboración de textos académicos como el ensayo, la reseña y opi-nión; brinda al mismo tiempo, la oportunidad de mostrar su acervofotográfico recogido en trabajo de campo. Por ello, tiene los objetivos de promover la escritura entre la comu-nidad estudiantil del IISUABJO; fomentar la capacidad y la com-petencia para la presentación de sus trabajos escritos en diversos estilos y; demostrar que un buen trabajo, desarrollado metodológi-camente, es siempre digno de publicación. Los trabajos que presenta Mirada Social están elaborados en un lenguaje acorde al nivel y grado de experiencia de la comunidad es-tudiantil, donde el personal docente también se involucra al incen-tivar la elaboración de textos que puedan ser publicados, con una visión académica en el desarrollo de temas de investigación que ge-neren conocimiento social y ayuden a la comprensión de la realidad social. Nos enorgullece presentar este primer número de la Revista Mi-rada Social donde participan cuatro estudiantes recién egresados de licenciatura y una estudiante de maestría. Esperamos que la nuevacomunidad estudiantil haga suyo este proyecto y participe activa-mente en él, con sus trabajos y sugerencias.

Mtra. Sara Méndez.

PRESENTACIÓN

DIRECTORIO IISUABJO

Mtro. Arq. Rafael Torres ValdezRector de la UABJO

Mtra. Laura I. Gaytán BohórquezDirectora del IIS-UABJO.

Dra. A. Margarita Alvarado JuárezCoordinadora de docencia.

Dr. Arturo Ruiz LópezCoordinador de Postgrado.

DIRECTORIORevista digital estudiantil

Mirada Social

Mtra. Laura I. Gaytán BohórquezDirectora IIS-UABJO

Mtra. Sara Méndez Coordinación editorial.

LDG. Martha QuirozDiseño Editorial.

LDG. César Hernández HernándezPortada.

Fotografía de Claudia Ivón Velasco Morales.

Trabajo de campo en San Juan Guelavía Oaxaca. Marzo de 2011.

La Revista Digital Etudiantil Mirada Social es una publi-

cación de periodicidad variable, es editada en el Instituto

de Investigaciones Sociológicas de la UABJO. Murguía

No. 306, Col. Centro Oaxaca México. Año 1. Número 0

Todos los derechos son reservados, sin embargo se permite

la reproducción del material aquí presentado siempre que

sea para fines no lucrativos y se cite la fuente.

Contacto: Tel. 51 6 60 19.

[email protected].

http://revista-miradasocial.blogspot.com

CONSEJO EDITORIALMtra. Laura I. Gaytán Bohórquez

Mtra. Gloria ZafraDr. Jorge Hernández Díaz

Mtro. Donato Ramos PioquintoDr. Eduardo Bautista Martínez

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¿JUVENTUD INDÍGENA EMERGENTE? REFLEXIONES EN TORNO A LA JUVENTUD EN EL PUEBLO AYUUJK .

Este artículo aborda la emergencia de la juventud indígena como concepto y realidad sociocultural en dos comunidades Mixes (Ayuujk). Analiza la influencia de la educación, la migración, los medios de comunicación y la globalización, así como su mani-festación dentro del espacio local, todos ellos elementos que recrean la vivencia de los jóvenes.

Resumen

1

1. Los Ayuujk o mixes habitan unos 240 pueblos y rancherías en una región históricamente compac-

ta, ubicada al noreste de la capital oaxaqueña. El territorio Ayuujk, conformado por 19 municipios,

en su mayoría serranos, con una extensión total de 5 719.51 km2, colinda al norte con el distrito de

Choapan, habitado por zapotecos y chinantecos; al noreste con Veracruz; al oeste con los distritos

de Villa Alta y Tlacolula; al suroeste con Yautepec; al sur con Tehuantepec, y al sureste y este con

Juchitán. Estas últimas áreas fronterizas oaxaqueñas se encuentran habitadas por zapotecos de la

Sierra Norte, Valles Centrales, Sierra Sur e Istmo.

Palabras claves. Juventud indígena, migración, globalización, Mixes.

Telmo Jiménez DíazLic. En Antropología Social, VIII Semestre

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Introducción

La globalización como un fenómeno que modifica las

formas de vivir tanto en las ciudades como en las poblacio-nes rurales, ha tenido un fuerte impacto y ha traído cambios sustanciales en el modo de vi-vir de las comunidades indíge-nas especialmente en las etapas de la vida, como la infancia, la adultez y la vejez, así como en las mujeres y en los hombres. Las etapas de vida que cada co-munidad ha construido a través de la historia, son esenciales para entender el mundo adulto; los ritos de paso, el matrimonio y la inmersión en la vida comu-nitaria, marcan el momento en que las personas transitan a la vida adulta. En el presente siglo ha apare-cido un nuevo concepto y una nueva realidad que se denomina “juventud” sobre la que reflexio-naremos en este texto desde la perspectiva de dos comunidades Mixes, las causas y las realidades que viven los propios jóvenes y como son percibidos por la comunidad, es decir el mundo adulto. Partimos de la idea de la existencia de juventudes y su inmersión en comunidades indí-genas, en donde la dinámica de vida es diferente a lo que se ha planteado en el contexto urbano y otros espacios sociales, por lo que es relevante destacar este concepto y su aplicación en la realidad de las comunidades. Por ello, este texto aborda el análisis de la emergencia de la juventud y los espacios que este sector ha creado y se ha apro-

piado para dinamizar la forma de vida en dos comunidades: Tlahuitoltepec y Tamazulapam del Espíritu Santo, a partir de la experiencia de trabajo de campo que el autor realiza para su tesis.

Juventudes: Juventud IndígenaSe ha debatido mucho sobre las definiciones y concepciones teóricas del concepto, pero de acuerdo con Gonzalo A. Saraví (2009) se puede hablar de juven-tudes, atendiendo a su profun-da diversidad. Las juventudes tienen una construcción históri-ca, esto es, no se encuentran al margen de la sociedad sino que forman parte de una red de rela-ciones e interacciones sociales. Por lo tanto, la juventud no constituye una categoría ho-mogénea encasillable en un solo concepto. Lo que existe es una diversidad de juventudes, de ac-tores y prácticas culturalmente situadas (Toledo: 2006, 29). Entre estas juventudes, están las juventudes indígenas que se refieren a la etapa que viven los jóvenes en las comunidades indí-genas, en donde la juventud no es la misma que en las poblacio-nes no indígenas, pues implica procesos diferentes con respon-sabilidades a temprana edad y la prestación de servicios a la comunidad. En estos estudios, abunda Maya Lorena Pérez, ha cambiado la realidad de los jóvenes en las zonas rurales en

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donde:

Urteaga señala que los estu-dios sobre juventud indígena han sido recientes debido a la no existencia sino hasta épocas muy recientes de un periodo etario que pudiera ser recono-cido por la sociedad étnica bajo estudio como diferenciado de la infancia y de la adultez (Urtea-ga Castro: 2008, 6-7). Por eso se puede observar los estudios de este fenómeno. La juventud indígena2 ha ido cambiando con el tiempo y en los últimos años de manera acelerada. Antes de la llegada de las escuelas, la explosión de la migración y los medios de co-municación a las comunidades indígenas, no había una idea o una etapa de crecimiento referente a juventud ya que la forma de vida comunitaria im-plicaba otros procesos diferentes en donde se transitaba de la ni-ñez a la etapa adulta, por me-dio del matrimonio a temprana edad y el desempeño de cargos comunitarios. La institucionalización de la educación ha sido un factor primordial para posponer el matrimonio, tanto en hombres como en mujeres, ellas con-traían matrimonio a los 12, 13 años y los varones a los 15, 16 años. Actualmente son etapas de escolaridad que concluyen con la culminación de la edu-cación media superior, ya sea el

COBAO, CECYTE o CBTa., por consecuencia el matrimonio se ha postergado y por lo regular sucede después de los 17 años. La asistencia y la presencia de las instituciones educativas ha traído consigo otras maneras de vivir la etapa escolar como: el noviazgo; ahora los jóvenes tanto hombres como mujeres tienen “novio/a” y es una expe-riencia anterior al matrimonio, lo cual ha cambiado el pano-rama conyugal que antes era concertado por lo padres. Hoy en día los propios jóvenes eligen a sus parejas y ellos toman la decisión de unión matrimonial 3. Otra consecuencia de la insti-tucionalización educativa, es el tiempo de ocio, reflejado en el ejercicio de deportes y asocia-ciones de amigos y compañeros (Esto no quiere decir forzosa-mente la asociación a bandas o pandillas) para jugar, hacer la tarea o simplemente convivir, lo cual ha cambiado el concepto y la concepción de las actividades juveniles. Recientemente con la influen-cia de los medios de comuni-cación, las instituciones educati-vas, la migración, la televisión y el internet, la “juventud” se ha ido conceptualizando dentro de las comunidades indígenas. En lengua mixe hay una palabra cercana a lo que se denomina “joven”: “wäjtyëjk” que literal-mente puede significar wäj= cuerno y tyëjk= su casa, se pue-de entender como una etapa en que la persona madura, relacio-nado a los animales que inician la edad adulta con el nacimiento de los cuernos. Esta asociación aunque arbitraria, da cuenta de esta etapa dentro de la con-cepción lingüística, puede en-tenderse no como jóvenes sino

“la incorporación de los jóvenes a ciclos educativos cada vez más prolongados, la incapacidad de las condiciones lo-cales para generar opciones de empleo, así como el desin-terés de este sector por incorporarse a las formas de or-ganización tradicionales –que pocas veces abren espacios para su participación en la vida comunitaria-, también han generado las condiciones para que se fortalezca el sector juvenil y para que sus miembros prolonguen su estadía en esta etapa, e incluso para que sus miembros reivindiquen derechos específicos” (Pérez Ruiz: 2008, 12-13).

2. Por ponerle un nombre en castellano ya que

en Mixe su concepción es diferente lo cual se

describe más adelante.

3. Un estudio detallado del tema se encuentra

en Jorge Alberto Meses Cárdenas. Juventud,

Sexualidad y Cortejo en una comunidad indí-

gena de Oaxaca, ENAH: Tesis, Inédito.

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como gente madura y no es apli-cable a lo que en español se en-tiende por jóvenes4. Este mismo concepto actualmente es usado para designar a los jóvenes mi-xes, ello da cuenta de la dinami-zación de la propia lengua para explicar y entender la nueva realidad vivencial.

La Juventud en Tamazulapam: Rock y migración.En el caso de Tamazulapam los jóvenes son influidos por la migración de una manera muy importante, ya que la mayoría de los jóvenes emigran hacia destinos del norte del país y a los Estados Unidos. Fuera de la comunidad adquieren ciertas prácticas y al regresar a las co-munidades las reproducen entre ellos mismos y sus amigos, tal es el caso de las pandillas y de la moda. Muchos jóvenes han adquirido la moda de cholos5, de los rockeros, y el reggae. Lo an-terior está asociado también a comportamiento pues no solo adquieren nuevos modos de ves-tir, también reproducen actos violentos dentro de sus pandi-llas: “…los 90 creo se llamaban caníbales, se creó un grupo, de ahí surgió otro que se llamo los calacos, de ahí otros que se llamo los pañales6” eran rivales dentro de la comunidad y había enfrenta-mientos constantes entre ellos. La migración por lo tanto, es un factor primordial para el sur-gimiento de la juventud, ya que con ella se adquieren modas, lenguaje y formas de compor-tarse. Son adquiridos y luego son apropiados por los jóvenes que regresan a la comunidad, en donde crean ciertos espacios para la manifestación de las ideas que tienen, esto se puede observar en los grafitis y en la adopción del rock.

4. Esta parte es una reflexión y un análisis del

concepto, cabe aclarar que en otras variantes

puede haber un cambio en la significación, este

análisis no es lingüístico, sino social.

5. Los cholos nacen en la frontera norte, que

llega después a México a principios de los 70

y que es heredero directo del movimiento chi-

cano de los años 60 en Los Ángeles EU.

6. Entrevista a Daniel Martínez Pérez de

Tamazulapam.

En la comunidad, el rock como género musical -pero sobre todo como movimiento de jóvenes-, ha adquirido una relevancia importante. Muchos jóvenes que se identifican con este tipo de música, son “roqueros de corazón”7 y organizan conciertos con la presencia de grupos de otros estados para promover el movimiento y su aceptación en la comunidad, para romper con estereotipos que tienen las per-sonas adultas sobre los rockeros. Cabe señalar que el rock como movimiento es rechazado por comunidad, ya que se le con-sidera como negativo para los niños, es asociado al alcoholis-mo, drogadicción y pandille-rismo, por la cual la población adulta lo excluye de la dinámica comunitaria hasta el punto de que este año ha sido prohibido en asamblea comunitaria .8

Tlahuitoltepec: Skate y cybers.La migración también tiene presencia en esta comunidad, pero es una migración predomi-nantemente nacional escolar, en donde los jóvenes salen a cursar la educación media superior y superior9. Es en este sector que se puede observar la práctica del skate10, es decir patinaje,

Quienceañera con

sus chambelanes en

el atrio de la iglesia.

7. Entrevista a un miembro de Rock en las

Montañas.

8. Para entender mejor esta realidad el

concepto de culturas juveniles (subculturas ju-

veniles) es una teoría que está siendo aplicada

para interpretar esta realidad, retomando la

vinculación de la realidad local con el pan-

orama global, varios estudios han documento

esta realidad, Carles Feixa, 1999 y Maritza

Urteaga, 2008.

9. En la propia comunidad se encuentra el

Instituto Tecnológico de la Región Mixe con

tres carreras, pero los jóvenes salen para cursar

otras licenciaturas.

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practicado en la comunidad por jóvenes que en su mayoría tienen una experiencia migratoria a centros urbanos como la ciudad de Oaxaca y otras ciudades. El consumo de la moda es una ac-ción constante en ellos. La práctica del skate es nueva dentro de la comunidad, ante-riormente también se ha visto la presencia de grupos juve-niles: cholos, punks, anarquis-tas, transmetal, etc. Todos ellos han tenido una moda, lenguaje y formas de expresión, que van creando espacios dentro de la dinámica comunitaria, aunque no siempre gozan de una amplia aceptación entre la población adulta. La presencia de estos jóvenes refleja la nueva forma de percepción de la vida y de ex-presión de los jóvenes Mixes por medio de acciones específicas como el patinaje y otros varios como el lenguaje y el estilo de vida. Los medios de comunicación han tenido un impacto muy im-portante y eso se puede apreciar con la instalación de los cyber y

10. El skateboarding está relacionado con la

cultura callejera. Para abreviar se le designa

simplemente skate, que es también el término

utilizado para nombrar el monopatín, tabla

sobre la que se practica el mono patinaje. Este

deporte ha desarrollado una gran atracción e

interés para muchos, y suele ser un reclamo

publicitario para los jóvenes, skaters o no.

cyber-cafés, espacios de renta de computadoras con servicio de internet. Actualmente hay un total de 16 comercios de este tipo, con 5 a 12 computadoras que son ocupadas generalmente por jóvenes que cursan algún es-tudio: secundaria, media supe-rior y superior. También ha au-mentado el número de hogares con internet. En un breve sondeo de los cy-bers encontramos que los usu-arios utilizan estos servicios para las redes sociales, como el facebook, twitter, los programas de chat, para ver videos y en úl-timo caso, para consulta e inves-tigación con navegadores como Google, Mozilla y Wikipedia, como la fuente más utilizada. En otras palabras, la utilización del internet tiene una gran in-fluencia en la moda, la música y las acciones de los jóvenes, al igual que la televisión por cable que se puede ver en muchas ca-sas de la comunidad11.

Jóvenes y mujeres

adultas en el centro

de la comunidad.

11. No hay señal de televisión abierta porque lo

que la gente contrata servicios de TV por cable.

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Jaripeos: Espacio de recración juvenil.Otro espacio de socialización notorio en ambas comunidades y otras muchas de la región, es el jaripeo o rodeo12. Es un es-pacio de interacción juvenil, de esparcimiento pero también un espacio de masculinidad para los jóvenes. Se ha observado que tienen una participación muy importante pues “los jinetes más jóvenes tienen 18 años y el más grande de 27-29 aproxi-madamente, todos los que par-ticipan dentro del ruedo y en el evento son jóvenes, los que preparan el ganado, los que los cuidan, todos son jóvenes de 15-20 años generalmente y en este evento venían de las comuni-dades vecinas que participaban en el evento”13. Este espacio también fa-vorece el consumo de moda. Los “jóvenes visten a la usanza de los jaripeos botas o botines de diferentes colores, camisas de varios colores y estampados en-tre los que resaltan imágenes de caballos, sombreros, cinturones de hebilla grande con inscrip-ción de nombres o apodos, chamarras de piel.” El lenguaje también es particu-lar. Se refleja en los nombres de los jinetes como: el diablito, weri-ta, nene, ligerito, callejero, pelón, cristalito, tabito, etc. y de los ga-nados; diputado, santanero, dia-blillo, rambillo. Así como en la presentación de los jinetes, en la profesionalización del lenguaje usado por los locutores con nombres como: Pepe el loco, 7 Copitas y El Consentido, quienes animan el evento con comenta-rios sarcásticos y llevan el orden y la presentación de cada jinete y ganadero. La descripción y análisis de es-tos espacios de los jóvenes, da

muestra del surgimiento de la idea de juventud en estas comu-nidades Mixes, y ello se puede ver a través de la manifestación dentro de ciertos espacios. La utilización de cierto lenguaje y por supuesto el consumo de la moda, la música, etc. Así podemos hablar de una juven-tud Mixe, que tiene diferencias con los jóvenes de las ciudades, ya que elementos como la len-gua y la cultura son particulares para cada comunidad.

ConclusionesLa juventud indígena es una apropiación de las comunidades por influencia de los medios de comunicación y sobre todo por la educación desde la básica hasta el nivel superior. Los jóvenes in-dígenas Mixes por lo tanto, han adquirido gradualmente la idea de la juventud de “occidente”, de la vida capitalista de las ciu-dades, ya que los medios de co-municación los acercan cada vez más a estas formas de vivir la juventud. Sin embargo hay una apropia-ción de lo global traslapado a lo local, en donde ellos viven de una manera diferente, única y espe-cial esta etapa al estar dentro de una comunidad indígena con va-lores y estructuras sociocultura-les totalmente diferentes. Esta apropiación se materializa en el lenguaje como una propuesta epistemológica de las propias comunidades, ya que la juven-tud aún con tintes modernos, es vivido de una manera particular que involucra los valores, la cos-movisión y la forma de percibir la vida de los Ayuujk jää´y. La migración, tanto nacional como internacional, son expe-riencias en donde los jóvenes se apropian de ciertos elementos urbanos como son las bandas o

12. El rodeo es un deporte estadounidense

tradicional con influencias de la historia de

los vaqueros mexicanos y de los vaqueros

canadienses. Consiste en montar “a pelo” potros

salvajes o reses vacunas bravas (como novillos

y toros) y realizar diversos ejercicios, como ar-

rojar el lazo, rejonear, etc. sin matar el animal.

13. La información usada en este apartado

proviene del diario de campo del autor.

9

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las pandillas14, y los reproducen en sus comunidades. También la música, el lenguaje y la prác-tica de acciones juveniles como el skate son vistas en las comu-nidades como actividades de los jóvenes. Podemos hablar entonces de una “juventud indígena mixe” como una juventud emergente creada por la modernidad, las instituciones educativas y los medios de comunicación, pero sobre todo por los propios

jóvenes como principales acto-res de su propia vivencia. Por último, quiero mencionar que este análisis es un primer acercamiento, aún hay mucho por estudiar y conocer de la realidad de los jóvenes en las comunidades. Una parte impor-tante de este acercamiento será reflejado en el proyecto de tesis que el autor realiza en una de las comunidades que se presenta en este trabajo.

14. Actualmente hay elementos culturales que

se han retomado para estos grupos de jóvenes

en donde el tequio y la ayuda mutua es esencial

basado también en una denominación en la

propia lengua. Ej. Colectivo Ayuujk jaa´y.

Mujer joven con su

traje típico.

BibliografíaFeixa, Carles (1999). De Jóvenes, bandas y tribus. Antropología de la juventud, Editorial Ariel, Barcelona.Saraví, Gonzalo A. (2009). Transiciones vulnerables juventud, desigualdad y exclusión en México, Publicaciones de la Casa Chata CIESAS, México.Pérez Ruíz, Maya Lorena, Coord. (2008). Jóvenes indígenas y globalización en América Latina, Instituto Nacional de Antro-pología e Historia, Colección Científica, México.Urteaga Castro Pozo, Maritza (2008). Lo juvenil en lo étnico. Migración juvenil indígena en la sociedad contemporánea mexicana, ENAH, México.Toledo, Zinia Itzel (2006). Trabajar en tiempos de crisis. Jóvenes en Tijuana, IMJ-SEP, México.

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Inicio de artículo: collage realizado por Martha Quiroz.Fotografías del autor.

Contacto.Telmo Jiménez Díaz: [email protected]

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Mirada Social Revista IISUABJO Dic. 2011

SOBRE EL CONCEPTO DE DESARROLLO:

Claudia Ivon Velasco Morales.Licenciatura en Ciencias Sociales y Desarrollo

Regional y Urbano VIII Semestre.

El desarrollo ha sido estudiado en distintos momentos y desde diferentes perspectivas analíticas y disciplina-rias, por ser una categoría que fundamenta aspiraciones, forma parte del discurso y del análisis cotidiano en los planes, acciones gubernamentales y está presente en las propuestas de cooperación internacional, aún cuando tiene diferentes significaciones. Este trabajo examina aspectos esenciales del concepto y su transformación, con el objetivo de analizar las orientaciones e intencionalidades que en su nombre se aplican, partiendo de la noción ligada al crecimiento económico; para luego destacar la relevancia de la integración de sustentabilidad y sostenibilidad a la propuesta; recuperar planteamientos de la relación local-global; acentuando la partici-pación y gestión, para finalmente destacar la funcionalidad de la ciudad en la generación de sinergias para el desarrollo de ese y otros espacios.

Resumen

ORIENTACIONES EINTENCIONALIDADES

Palabras clave: desarrollo, local, sostenible, participación y gestión

El concepto desarrollo, recon-

oce la existencia de desigual-

dades.

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Mirada Social Revista IISUABJO Dic. 2011

El desarrollo humano es promovido

como un estado en el que las personas

ven ampliadas sus “oportunidades” de

una vida larga y saludable, de adquirir

conocimientos y obtener recursos con-

forme con sus necesidades e intereses.

El desarrollo humano plantea que el cre-

cimiento económico, es un medio, no un

fin del mismo.

Una revisión del concepto

El desarrollo es una catego-ría valorada positivamente

y vista como el resultado de cir-cunstancias heterogéneas, pro-pias o ajenas a las personas, que permiten la consecución de aspi-raciones, capacidades, intencio-nalidades y/o potencialidades. Por ello, abordar el tema es una tarea nada sencilla y no podía-mos esperar menos si su concep-tualización, caracterización y cuantificación siempre han sido materia de debate.

El concepto y los planteamien-tos de ‘desarrollo’ tienen sus raíces en la economía neo-clási-ca asociada principalmente a Marshall, Walras, Pareto y Pigou quienes eligieron la distribución como tema central (Boisier: 2001, 11); posteriormente, apa-recieron modelos de crecimiento y de desarrollo que partieron de la economía neo-clásica, como lo señala Vázquez-Barquero (1997). Sin embargo, al hablar de de-sarrollo también se retoma, de la economía clásica, la cuestión del crecimiento económico tema

central de autores como Adam Smith, David Ricardo y Karl Marx. La divergencia o conver-gencia entre ambos conceptos es importante para entender los primeros planteamientos acerca del desarrollo. Esta categoría se emplea desde el siglo XVIII, pero se reconoce que su uso contemporáneo, como una caracterización económico y social, fue empleada luego de terminada la segunda Guerra Mundial. Al respecto Boisier (2001) señala, citando a Sunkel y Paz (1970), que el desarrollo es un tópico de la posguerra y de las Naciones Unidas, ejemplo de ello es la Carta del Atlántico, fir-mada por Winston Churchill y Franklin Roosevelt en 1941, en la que se expresa su compromiso por construir un orden mundial que tenga como fundamento la paz, la seguridad (económica y social), la libertad y el bienestar general de la humanidad (Llatas Ramírez: 2000, 11). Desde sus inicios, organismos internacionales como la Orga-nización de las Naciones Unidas (ONU) y la Comisión Económi-ca para América Latina y el Ca-ribe (CEPAL), señalaban prin-cipios similares de desarrollo, abriendo una veta importante en lo teórico, al hacer énfasis en que el desarrollo como proceso económico. Durante los años 70s, el concepto continuó siendo un sinónimo de crecimiento, y el Producto Interno Bruto (PIB) per cápita fue la medida con la cual se cuantificaba el desa-rrollo. Lo anterior contribuyó a que se viera a los economistas

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El desarrollo, no es

uno... ni va en una

sola dirección.

como los profesionales a quienes correspondía atender el tema, lo cual llevo a caer en un deter-minismo que durante décadas le confirió al desarrollo una natu-raleza económica. No fue sino hasta que el econo-mista, Dudley Seers (1970) abrió una discusión donde cuestiona-ba el significado de desarrollo, pues no se le vio desde otra pers-pectiva (Boisier: 2000, 12). Los planteamientos de Seers indican que el punto de partida en la dis-cusión acerca del desarrollo, fue reconocerlo como un concepto normativo, lleno de juicios de valor. Por ello se preguntó acer-ca de la fuente de tales juicios y rechazó la propuesta de la teoría de la modernización social, a sa-ber, copiar el camino o ruta de desarrollo de los países desarro-llados; sosteniendo que había que preguntarse acerca de las condiciones necesarias para la realización del potencial de la personalidad humana (Boisier: 2000, 12).Es a partir de los cuestionamien-tos de Seers, que se considera la alimentación como una necesi-dad absoluta, traducida a pobre-za y a nivel de ingreso; el empleo como parte de la realización personal/profesional y como fuente de ingresos, y la igualdad entendida como equidad. Ele-mentos subjetivos, intangibles y ligados a juicios de valor que se mostraron como fundamentales si se pretendía hablar de desa-rrollo. Para el caso latinoamericano, fue José Medina Echavarría, con la propuesta de la sociología del desarrollo, quien introdujo en el debate -eminentemente económico- la importancia de lo social. Medina sostenía que

el desarrollo no implicaba ex-clusivamente el logro de metas económicas, sino que también suponía la consecución de fines democráticos (Morales Martín: 2010, 133) es decir, no solo se hacia necesaria la creación de una economía e instituciones, sino una estructura que le diera estabilidad y legitimidad ya que así generaría confianza entre las personas. La clara distinción que ya se realizaba entre el término creci-miento y el término desarrollo, se focalizaba en la orientación social de este último en con-traposición con la connotación económica del primero. Fue así como se empieza a generar mayor interés por analizar y explicar las condiciones sociales que deter-minaban el desarrollo económico y en qué medida éste último orienta la estructura social.Debido al sobreentendido del concepto, paulatinamente se produjo una multiplicidad de significaciones de la propuesta y surgieron una serie de calificati-vos, que se reclaman válidos y pertinentes en relación al ad-jetivo con que se acompaña el sustantivo ‘desarrollo’. En las últimas décadas ha habido, como señala Boisier (2001) y Gómez Llambi (2007), una proli-feración de “desarrollos”: local, territorial, regional, endógeno, humano, susten-table, sostenible, entre otros. Para el caso del desarrollo local, el término no se simplifica a la idea de comuna o al ámbito mu-nicipal, pues lo local tiene sen-tido cuando se le mira dentro de un conjunto; como una parte de la globalidad. Al respecto Luis José Di Pietro (1999) señala que

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“Lo local es un concepto relativo a un espacio más am-plio. No puede analizarse lo local sin hacer referencia al espacio más abarcador en el cual se inserta (municipio, departamento, provincia, nación, región). Actualmente se juega con la contraposición local/global mostrando las paradojas y relaciones entre ambos términos” (Di Pietro Paolo:1999, 23).

De acuerdo al mismo autor, una sociedad local es una expresión singular y única, pero a su vez se inscribe en una realidad es-tructural, cuya lógica de funcio-namiento trasciende las pautas locales. Por ello, lo local, plantea el desafío de mantener una aper-tura a lo global desde lo particu-lar, es decir, como insertarse en lo universal a partir de la especi-ficidad, a través de una actitud de “pensar global, actuar local”. Lo que, de manera concreta, da la posibilidad de analizar como un proceso local manifiesta cier-tas regularidades estructurales, producto del sistema en el cual se inserta. En el mismo sentido Eugenio Gómez Llambi (2007), citando a Novais (1999), hace hincapié en que no se trata de proteger lo lo-cal o enaltecer las oportunidades de lo global, sino de escapar de la programación hegemónica que presenta una representación única de la realidad (reduccio-nista y determinista, cabe seña-lar) para tener como objetivo la construcción de nuevas repre-sentaciones que generen alter-nativas (Goméz Lambi y López Prystajko: 2007, 6-7). Por su parte Arocena (1997) asume una postura que ubica el desarrollo en la dialéctica glo-bal/local, al apuntar que

Al respecto en el Informe de Desarrollo Humano de Argen-tina (1997) se conceptualiza el desarrollo, haciendo énfasis en lo local, como “un modelo de gestión político-administrativo de carácter integral que articu-la gobierno y sociedad local, que promueve la innovación en lo organizativo institucional, en lo económico como en lo so-cial, teniendo como objetivo un proceso de transformación que tiende a generar condiciones de mayor equidad, sustentabi-lidad, gobernabilidad y partici-pación”1. En las distintas conceptualiza-ciones sobre el desarrollo, están presentes elementos comunes entre los que se destaca: lo terri-torial, humano, integrador, in-tervención, participativo, mul-tidimensional, gestión, agentes y/o gestores, transformador, dinámico así como lo micro-macro. Expuesto esto, se observa que para abordar el tema del desarrollo se tienen presentes una serie de elementos sociales, ecológicos, políticos, valorati-vos, no materiales (seguridad, libertad, justicia, etc.), de bienes y servicios y económicos; pues son los que de una u otra mane-ra permiten vivir en un entorno físico agradable; en una comuni-dad que les permita tener un es-tilo de vida compatible con sus aspiraciones. Aquí la idea de los actores locales y de los agentes cobra vital importancia, porqué son quienes pueden hacer uso de sus diferentes capacidades y potencialidades para generar opciones y/o alternativas, que les permitan habitar un entorno en donde cuenten con opciones para realizarse.

“el desarrollo local no es pensable si no se inscribe en la racionalidad globalizante de los mercados, pero tampoco es viable si no se plantean sus raíces en las diferencias identitarias que lo harán un proceso habitado por el ser humano” (Arocena: 1997, 91)

1. Programa de las Naciones Unidas para el

Desarrollo (1997). Informe Nacional sobre

Desarrollo Humano en Argentina, PNUD,

Buenos Aires, Argentina, p.198.

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Desarrollo: Sostenible y Susten-tableDesde los años 60’s los pro-blemas ambientales acaparan la atención de estudiosos, in-vestigadores y organizaciones alrededor del mundo. Con la publicación en 1987 de Nuestro Futuro Común, conocido tam-bién como Informe Bruntland, se abrió una alternativa de de-sarrollo que concilia naturaleza, economía y sociedad. El desa-rrollo sostenible se volvió desde entonces un objetivo a alcan-zar, que emanó del acuerdo en-tre países, que tuvo lugar en la Cumbre de la Tierra en Río de Janeiro, Brasil, en 1992. De acuerdo con el contenido del Informe Bruntland (1987), el desarrollo sostenible es aquel que “satisface las necesidades del presente, sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras de satisfacer las suyas propias”2. Lo anterior refuerza la idea de que el desarrollo no es un estado fijo, sino un proceso que va cambiando de acuerdo con el aprovechamiento de los recursos disponibles, los avan-ces y orientación del desarrollo tecnológico y comunicaciones, el destino de las inversiones

económicas, los cambios insti-tucionales y las necesidades de las poblaciones en el mundo, en diferente tiempo y espacio. En las dos últimas décadas, hemos visto emerger una serie de argumentos plasmados en convenios, planes y programas, elaborados por organismos in-ternacionales, universidades y dependencias gubernamentales, en los que la sostenibilidad es vista como uno de los princi-pales componentes del desa-rrollo. Sin embargo, a pesar de que se ha proyectado como un tema importante, en foros y en agendas de gobierno, por reflejar la preocupación sobre el futuro -no muy lejano- de los lugares que habitamos, el avance en ma-teria de sustentabilidad ha sido obstaculizado por relaciones de poder tendientes a explotar los recursos, la deficiente distribu-ción de los mismos, el desinterés de la población y la falta de voluntad política. El planteamiento de “desar-rollo sostenible” ha sido muy productivo en cuanto al tra-bajo teórico, en donde se han hecho esfuerzos por definirlo, analizar su aplicación y señalar su trascendencia como un me-

El concepto de de-

sarrollo que procura

integrar las dimensio-

nes social, económica

y ecológica, surge

como resultado de la

preocupación ante los

crecientes problemas

ambientales.

2. Comisión Mundial del Medio Ambiente y

del Desarrollo (1988). Nuestro futuro común,

Alianza, Madrid, p. 67..

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Mirada Social Revista IISUABJO Dic. 2011

dio para lograr la satisfacción de necesidades y aspiraciones humanas. Por ello, los plantea-mientos sostenibilidad y desa-rrollo son recuperados a la hora de elaborar políticas públicas, al verse como opción que per-mitirá un cambio funcional en la sociedad y en el medio natural. La sostenibilidad tiene entre sus objetivos, dar una respuesta efi-caz y eficiente a la problemática ambiental, generada por la in-teracción entre el ser humano y su entorno. Cabe señalar que el desarrollo al que ya muchas sociedades as-piran, no solo presenta el reto de la sostenibilidad sino también el de la sustentabilidad, es decir; que el desarrollo, además de pretender ser un proceso que se pueda mantener en el tiempo in-definidamente sin colapsar o de-teriorarse, sea autosustentado para que no necesite de fuentes o recursos externos para man-tenerse. Por otro lado, Gilberto Gallopín

(2003) señala que Lo anterior da cuenta que la percepción de ‘sustentabilidad’ se ha modificado pues ha tran-sitado de una visión centrada en el deterioro del medio ambiente a una definición más integral, que incluye elementos relacio-nados con la calidad y condicio-nes de vida de los seres humanos sin dejar de lado los ecosistemas y los recursos naturales. Ahora el reto no sólo es lograr la super-vivencia humana y del medio,

“la creciente conectividad de los sistemas sociales y natu-rales, la complejidad cada vez mayor de las sociedades y de sus impactos sobre la biosfera, ponen de relieve que el desarrollo sostenible debe orientarse no solo a preservar y mantener la base ecológica del desarrollo y la habitabili-dad, sino también a aumentar la capacidad social y ecológi-ca de hacer frente al cambio” (Gallopín: 2003, 34).

el mejoramiento de la situación existente, sino también identi-ficar las opciones más viables y pertinentes para saber que sos-tener y que cambiar; así como determinar los medios para lograrlo y definir quiénes han de guiar mediante sus acciones, el desarrollo.

La glocalidad del desarrollo Actualmente la formulación de una propuesta integral de de-sarrollo y la gestión del mismo se configura entre dos ámbitos: lo local y lo global. Hubo un momento en que estos escenarios se vieron como contrapuestos o dicotómicos, tensión que con-dujo por un lado, a un determi-nismo de lo particular así como su idealización, y por el otro a generalizar y defender una pos-tura que deja de lado las espe-cificidades y potencialidades de los ámbitos locales. Sin embargo, el desarrollo no es exclusivo de uno u otro ámbito ya que al ser un sistema, el in-tercambio -de materia e infor-mación- que mantienen con su ambiente para poder funcionar, es constante. De este modo se observa que el sistema no solo depende de los elementos que lo constituyen sino también de los factores que se encuentran en el ambiente del mismo, generando una doble influencia: por un lado las variables generadas por el sistema influyen en el entorno y por el otro, los elementos del ambiente influyen en el sistema. Partiendo de que un sistema es un conjunto de elementos (o subsistemas) relacionados y que interactúan entre sí, Gilberto Gallopín (2003) apunta que “la sostenibilidad es un atributo de los sistemas abiertos -como el desa-rrollo- a interacciones con su mundo

La preocupación por

el medioambiente

se integró a un de-

bate antiguo, pero

actual, referente a

la forma excluyente

y concentrada de la

acumulación a nivel

mundial.

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Mirada Social Revista IISUABJO Dic. 2011

El desarrollo local re-

quiere una unidad-

territorial en la cual

enfocarse, teniendo

como referente el

espacio en el cual se

inserta

externo. No es un estado fijo de cons-tancia sino la preservación dinámica de la identidad esencial del sistema en medio de cambios permanentes” (Gallopín: 2003, 37). Con base en lo anterior, podemos apuntar que así como el desarrollo exige integrar factores económi-cos, sociales, políticos, ecológicos, culturales, entre otros; requiere también la articulación de los ámbitos locales con el escenario global y que se aborde con inicia-tivas construidas en conjunto, lo cual implica participación. La expresión ‘glocalidad’ in-dica, de acuerdo con Jorge Vidal Beneyto en Hacia una sociedad global (2003), la estrecha vincu-lación entre los problemas glo-bales del planeta y los locales de cualquier región; ya que no es posible pensar en soluciones exclusivamente locales que ig-noren la dimensión mundial que tiene la mayoría de los pro-blemas y por ende las solucio-nes, pero tampoco tiene sentido pensar en planteamientos uni-versales que no se traduzcan en acciones concretas; locales, que además resultan más estimulan-tes en las acciones individuales (Vidal Beneyto: 2003, 26). La complejidad que implica dicha articulación (local-global) permea en el entramado de relaciones sociales, donde las conductas racionales de los in-dividuos se superponen a la conducta irracional colectiva3, ya que el individuo siempre va a buscar el mayor beneficio al menor costo y esto puede entrar en conflicto con el bien común. Al hablar de colectividad nece-sariamente hay que hacer refe-rencia a la negociación, al con-senso y a la toma de decisiones; las cuales han de depender de información oportuna y cono-

cimiento pertinente para poder elegir de entre sus opciones, o bien para generarlas. Borja y Castells (1997), citados

por Boisier (2001) señalan que Y es a partir de ello que el ám-bito local cobra una mayor im-portancia, al posicionarlo como el centro de gestión de lo global, estratégico para la planeación y gestión del desarrollo.

Participación y gestión del de-sarrollo Dentro de los factores funda-mentales del desarrollo está la participación, ya que son las propuestas y acciones de las per-sonas las que nos harán posible la generación de un proyecto compartido, que tenga por obje-

“lo global y lo local son complementarios, creadores con-juntos de sinergia social y económica” (Boisier: 2010, 10).

3. Consúltese Teoría de juegos.

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tivo el logro de un bien común. No es desconocido el hecho de que varios de los planes, agen-das y proyectos de desarrollo no alcanzan sus metas o simple-mente fracasan, ante la falta de intervención, compromiso y/o voluntad de los actores; ya sean instituciones gubernamentales, ONG, instituciones educativas, habitantes de las comunidades, entre otros. Las conductas de los seres hu-manos son impredecibles debido a que las voluntades e intereses cambian constantemente, lo cual se ve reflejado en su actuación y toma de decisiones. Si bien, las necesidades y conveniencias de las personas son diversas, me-diante el involucramiento en los asuntos públicos, se pueden identificar aquellos puntos que permitan generar empatías y volverlos objetivos compartidos, lo cual es un punto clave para lograr la participación activa.

Haciendo un repaso reciente a los conceptos de desarrollo y planeación, identificamos la trascendencia que tiene la ac-ción de los gestores del desarro-llo en lograr cambios de rumbo en cuanto a las actitudes, la par-ticipación y la elaboración de propuestas, planes y/o proyec-tos de largo alcance e impacto colectivo. La imagen del ges-tor ha de ser reconfigurada, en este proceso de construcción y deconstrucción que es el desa-rrollo. Podemos empezar por mencionar aquello que no es el gestor: no son personas que es-pecíficamente se dediquen a rea-lizar solicitudes o trámites ante determinadas instancias (públi-cas y/o privadas); no son nece-sariamente funcionarios públi-cos, profesionistas o académicos letrados, sino más bien aquellos individuos informados y capaci-tados para actuar en conjunto con una comunidad, retomando

Los actores, individ-

uales, corporativos,

colectivos, públicos

y privados, son por-

tadores de proyec-

tos, con poder

efectivo como para

incidir en el curso de

los acontecimientos.

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Mirada Social Revista IISUABJO Dic. 2011

las potencialidades de la misma y teniendo como punta de lan-za a los sujetos que han de ser partícipes del desarrollo. Un gestor, como los demás in-teresados, ha de tener muy presente el hecho de que los in-dividuos tienen libre albedrío y así como en un primer momen-to participan, muestran inicia-tiva, cooperan y trabajan en pro de una causa, pueden dejarla de lado en el momento en que ya no se sientan identificados con ella, es por eso que uno de los principales retos del gestor, con las acciones que emprenda y con su comportamiento, es in-volucrar a las personas, generar confianza y un sentimiento de pertenencia. La idea de gestión se enmarca en el servicio a la comunidad, quien busca gestar desarrollo se involucra en este proceso para identificar sus potencialidades, fortalezas y recursos así como problemáticas y debilidades, lo que le permitirá tener una am-plia comprensión del interno y del entorno del lugar. Si hay algo que caracteriza al nuevo gestor del desarrollo es el compromiso y la empatía con los sujetos de desarrollo, ser un individuo ac-tivo que a partir de su capaci-dad organizativa y propositiva, pone sobre la mesa una serie de ideas y acciones que permitan la proyección de la comunidad ha-cia nuevos escenarios; hacia su desarrollo. Sin duda los nuevos gestores del desarrollo no surgen por generación espontánea, enton-ces ¿quién forma a los nuevos gestores? Esta pregunta no necesariamente nos remite al ámbito escolar sino más bien a procesos de aprendizaje en diferentes ámbitos, ya que es

un proceso constante y cotidia-no. Sin duda, las instituciones (públicas y privadas) han de in-fluir de manera importante en la formación de recursos humanos capaces de incidir en la sociedad. No se espera que el gestor sea un profesionista, académicamente hablando, sino que aporte a la causa los conocimientos que po-sea, que muestre disposición de seguir aprendiendo y que mani-fieste la capacidad de compartir ese conjunto de nociones, ideas y experiencias con los demás. Más que acumulación de infor-mación se requiere de un mane-jo estratégico y pertinente de la misma. En la gestión la participación no es un fin en sí mismo, sino un instrumento que contribuye a la construcción de ciudadanías. Bajo este supuesto, se podrá evitar la creación de cuotas de poder, ampliando los niveles de toma de decisiones y generan-do confianza en las personas a través de una práctica respon-sable; donde haya comunicación y diálogo para lograr consen-sos, contribuyendo a que la población ejercite sus derechos y deberes como ciudadanos, no circunscritos únicamente a periodos electorales, pero sobre todo que participe en la toma de decisiones de los asuntos que influyen en su vida comunitaria y en el ámbito doméstico. Ahora le pregunta es ¿Por dónde empe-zar?...

La ciudad y el desarrollo Es necesario ubicar los espacios en donde poder concretar el de-sarrollo de manera más plausi-ble, y donde pueda generar efec-tos multiplicadores. Retomando la propuesta de Ricardo Jordán (2003), podemos ubicar a la ciu-

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dad como el hábitat del desarro-llo humano, argumentando que estos asentamientos humanos son lugares en los que los efec-tos e impactos del crecimiento (demográfico, económico y en infraestructura) con sus dimen-siones de modernidad, desigual-dad y crisis han tenido especial proyección. Es en las ciudades donde se concentra la mayor cantidad de población y activi-dades económicas, lo que genera en ellas necesidades de nuevas políticas urbano-territoriales.

Si bien, la ciudad no es el único espacio en donde se puede propi-ciar el desarrollo, o que requiere la satisfacción de necesidades, la generación de recursos o donde se expresan las desigualdades, la pobreza y marginación, es el escenario donde de manera estratégica se identifican ma-yores posibilidades de generar efectos multiplicadores para otros lugares y sectores de la po-blación. A partir de su condición de concentradora de bienes y servicios, de ser el lugar en donde confluye un gran número de personas y por ende de nece-sidades; centraliza diferentes re-cursos (tecnológicos, monetarios,

administrativos, humanos, etc.) y cuenta con amplias redes de comunicación e infraestructu-ra. La funcionalidad de las ciu-dades, puede facilitar la inser-ción mundial de las economías locales, generando opciones y oportunidades para el logro de mejores condiciones de vida. Tomando en cuenta los pro-cesos políticos, económicos e ins-titucionales (descentralización política, democratización, par-ticipación y transformación pro-ductiva) de los espacios urbanos,

las ciudades se ven como referen-tes para una posible solución de problemas colectivos. Como señala Jordán, “un aumento de la conciencia con respecto al valor del bien público y cambios en los sentidos de pertenencia e identidad territorial, abren paso a que la comunidad, como “su-jeto”, y la ciudad, como marco de gestión, reemplacen en cier-ta medida al Estado formal y tradicional” (Jordan y Simioni: 2003, 44). El hecho de concentrar esfuer-zos para satisfacer las diversas necesidades existentes entre la población de las ciudades, no significa que sólo ahí existen

En 1950 el 42.6%

de la población en

México vivía en lo-

calidades urbanas,

de acuerdo con el

Censo de Población

y Vivienda de 2010,

en medio siglo, esta

cifra aumentó a

77.8%.

20

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Mirada Social Revista IISUABJO Dic. 2011

necesidades o que sólo en dicho espacio es conveniente mitigar-las, sino en poder replicar las ac-ciones a otros lugares en donde debido a su desconcentración y dispersión, haría más prolonga-da una intervención para el de-sarrollo al dividir esfuerzos, que pueden ser más efectivos desde la intervención de las ciudades. Ahora bien, la intervención en el resto de los espacios urbanos, semiurbanos y rurales, se plan-tea a partir de la generación de sinergias desde la ciudad, bajo un principio integrador que de paso a la gestación de procesos de mejoramiento en las condi-ciones y la calidad de vida de los diferentes sectores de la po-blación. Para ello se requiere, desde luego, de un cambio de actitud, educativo y cultural, que de opciones para lograr el desarrollo humano, crecimiento económico, un entorno agra-dable, el aprovechamiento de recursos, bienes y servicios de manera sostenible y sustenta-ble a partir de una propuesta comunitaria participativa, que vincule los espacios locales con el escenario global.

Conclusiones El desarrollo, independiente-mente de sus implicaciones teóri-cas y conceptuales así como del apellido que se le ponga; local, humano, sustentable, sostenible, etc., será valorado como una caracterización positiva para los individuos, organizaciones y po-blaciones. No hay concepción del mismo que lo aprecie como per-judicial o funesto para las perso-nas y su entorno. En este sentido, y tras exponer aspectos esenciales del desarro-llo, podemos señalar que es visto y promovido como una excep-

ción en la situación y condición de las sociedades; es decir no es proyectado como una regulari-dad lograda o alcanzable por todos, debido al reconocimien-to implícito de la existencia de desigualdades. Lo que la con-vierte en una denominación empleada para caracterizar una situación privilegiada de ciertos conglomerados, donde bienestar, crecimiento, calidad de vida, buen vivir, progreso, moderni-dad, etc., son algunas de las no-ciones con las que se le relaciona, a pesar de que no necesariamente estén presentes en su concep-tualización. Aún cuando el desarrollo tiene distintas significaciones, según intereses y aspiraciones colectivas de los grupos sociales así como de los entes que lo propugnan, es aceptado por expresar una particular condición de vida de las poblaciones y utilizado para denotar un proceso de transfor-mación. Por ello en una acepción más general de desarrollo, como una condición alcanzada, ad-quiere una valoración diversa y múltiple, que no es única ni uni-versal, pero donde la existencia de garantías ciudadanas, demo-cracia y seguridad constituyen criterios para valorarlo. Uno de los avances en materia de desarrollo, es el hecho que se haya dejado de ver y proyectar como un proceso unilateral y uniforme, pues ante la gran di-versidad de situaciones que se viven en los diferentes espacios habitados y a sus especifici-dades, se requiere de propuestas integrales, interdisciplinarias y flexibles. Las cuales, eminente-mente, no se crean de la noche a la mañana, mucho menos se ejecutan y generan resultados en un corto plazo.

La realidad no se

puede explicar sólo

en términos de

economía, política,

sociedad, ecología

o tecnología,sino a

partir del análisis de

lasinterrelaciones

que estosámbitos

establecen entre sí.

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Mirada Social Revista IISUABJO Dic. 2011

Siendo el desarrollo un sistema abierto y un proceso complejo que ha de desenvolverse en dife-rentes ámbitos geográficos, para poder analizarlo se requiere de un enfoque sistémico. Al entender los distintos procesos locales y globales en términos de una interacción entre el sistema y su entorno, se podrán generar propuestas en el mismo tenor; es decir, propuestas abarcati-vas que tengan como fortaleza las potencialidades locales, y se sirvan de las oportunidades que ofrecen las redes globales o bien, que aquellas propuestas a nivel macro puedan enmarcar las ini-ciativas de las comunidades.Sin duda, la articulación de lo local y lo global desde la gestión para el desarrollo lleva consigo dificultades. Una de ellas es el hecho de que los individuos privi-legien su comodidad y busquen el beneficio individual al menor costo, como principio de la ra-cionalidad, por sobre las nece-sidades colectivas y propuestas que permitan su mitigación me-diante acciones comunes. Ante esto, la formación de gestores y su involucramiento en acciones

y trabajos tendientes al logro de desarrollo, será crucial para socializar, promover, accionar y dar seguimiento a las diferentes propuestas y proyectos ya exis-tentes, pero que se han quedado en exhortos, papeles firmados y convenios pactados. La experiencia sugiere que la mayoría de esfuerzos colabo-rativos con resultados exitosos han estado fundados en pro-cesos participativos, que fueron construidos partiendo de intere-ses individuales y comunes, así como de la evaluación y retroali-mentación de experiencias ante-riores; es decir, se han tomado en consideración aquellos acier-tos y errores, aprendizajes e in-formación relevante para crear nuevas propuestas participati-vas con miras a mitigar la pobre-za, marginación y precariedad, satisfacer las necesidades huma-nas así como crear ambientes y espacios más agradables para vivir. Por lo anterior podemos señalar que la participación y la acción colectiva, poseen un for-midable potencial transforma-dor y son elementos indispensa-bles para el desarrollo.

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La propuesta de desarrollo sustentable

manifiesta la idea de “justicia” inter e in-

trageneracional vinculada a la diversidad

biológica, mediante la preocupación por

adoptar medidas que permitan asegurar

los recursos naturales para sostener a

ésta generación y a las siguientes.

22

Fotografías del autor.

Contacto.

Claudia Ivon Velasco Morales: [email protected]

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ACERCAMIENTO A LAS COMPARSAS DE SAN AGUSTÍN ETLA.

MÁS ALLÁ DEL CEMPASÚCHIL Y LA FLOR DE

MUERTO.

En el artículo se exponen y explican elementos de los festejos de las comparsas o muerteadas que se describen como un grupo de personas disfrazadas acompaña-das de una banda de música, que bailan y recorren la población durante la noche del primero y la mañana del día dos de noviembre. La relación entre la celebración contemporánea de los Días de Muertos y su origen, se complementan recreando iden-tidades y pertenencia de los pobladores del municipio de San Agustín Etla, eviden-ciándose en los numerosos símbolos que se manifiestan en este evento anual.

Resumen

Juan Francisco López Ruiz.Licenciatura en Antropología Social,

VIII Semestre.

Palabras claves: Identidad, Ritual, Comparsa, Días de Muertos, San Agustín Etla.

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Mirada Social Revista IISUABJO Dic. 2011

Orígenes y teorías

En el presente artículo se abordan las perspectivas y

argumentos generales de las de-nominadas Comparsas en San Agustín Etla, ubicado al oriente del Valle de Etla, a 16 Kilóme-tros de la Cd. de Oaxaca. Las Comparsas en este municipio se han representado en los últimos años con un fervor y arraigo evidentes, manifestado en los distintos elementos que compo-nen dicho evento, enmarcado en las celebraciones de los Días de Muertos, fiesta con orígenes y reminiscencias mesoamericanas. A lo largo del tiempo las formas rituales en las comunidades del estado se han manifestado desde diversos modos, formas y nece-sariamente, tiempos específicos, todo lo anterior como parte de las relaciones de interacción en-tre elementos sociales, políticos y religiosos; especialmente las festividades de Días de Muertos en comunidades del área mesoa-mericana. Como afirma Broda:

La comunidad de San Agustín Etla cuenta, según el INEGI, con una población de 3893 ha-bitantes, 1844 hombres y 2049 mujeres1. La ritualidad que complementa a las “comparsas de muertos” en esta comunidad, engloba aspectos religiosos que abarcan desde el respeto que genera la fe de los pobladores, envueltos en la significación fes-tiva rodeada por olores y fiesta en el camino; la creación de los altares domiciliarios, y el per-miso sacro en las puertas del templo católico para el buen tér-mino de la comparsa. Además de su ritualidad, las comparsas se consideran parte de la tradición local. Según la definición de Antonio Prieto, entendemos por tradición: “Los grupos que buscan inventarse una tradición crean comportamien-tos ritualizados, ya que la repetición implica continuidad con el pasado. En el contexto de las sociedades posindustriales parece extenderse la tendencia a resucitar tradiciones semiperdidas, especialmente en el caso de las comunidades subalter-nas, que se sirven de sus tradiciones como vehículos de supervivencia cul-tural y legitimación”(Prieto Stam-baugh: 2011, 8). En ese mismo sentido, fijemos la atención en uno de los elemen-tos teóricos que definen uno de los mecanismos sociales imple-mentados para fijar y legitimar tanto creencias e instituciones, el rito. De acuerdo con Víctor Turner es “una conducta formal prescrita en ocasiones no dominadas por la rutina tecnológica y relacio-nada con la creencia en seres o fuer-

“El ciclo agrícola mesoamericano, llega a su fin en el día de Muertos, el 2 de noviembre. Esta fiesta, en parte cier-tamente de origen europeo, se combinó en México con la celebración de la cosecha. Los aspectos del culto de la muerte son los más conocidos; sin embargo, ha pasado más inadvertido el profuso simbolismo agrícola que permea la fiesta. No es casual según la cosmovisión indígena, esta íntima asociación entre los muertos y el ciclo agrícola” (Broda: 2000, 21).

1. INEGI, Censo 2010 Resultados Preliminares

Oaxaca, en http://www.inegi.org.mx/sistemas/

TabuladosBasicos/preliminares2010.aspx

consultado el 30 de diciembre de 2011.

24

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Mirada Social Revista IISUABJO Dic. 2011

zas místicas” (Turner: 1999, 50), que sirve como un regulador de vida, en espacios sagrados o profanos, de los propios grupos. Las normas rituales conllevan un seguimiento riguroso de có-digos, evidenciados en: pala-bras, gestos y manipulación de objetos para que la fuerza de las prácticas se revistan de poder y de valor social. Las comparsas se realizan anual-mente en los tres barrios de la comunidad, San José, Vistaher-mosa y San Agustín; y son el es-pacio propicio para el desahogo de tensiones sociales por medio de las críticas, que a manera de versos se realizan durante el tiempo que dura el evento, es-pecialmente en la denominada Relación. Esta parte del festivi-dad es una farsa en tono satírico en que se exponen los aconteci-mientos recientes y destacados de la comunidad, la región, la entidad federativa y en ocasio-nes, del ámbito nacional. En esta celebración podemos observar claramente, la cons-trucción de la identidad social por medio de un sistema de barrios, cada uno tratando de sobresalir del resto, usando ele-mentos distintivos -evidentes a los ojos locales- que involucran, vestuario, música y alcohol liga-dos a ciertos valores. La valentía inmersa en la representación de sus trajes, la banda de música como un elemento simbólico de-terminante en la confirmación de la superioridad, que genera identidad en cada una de las comparsas. Y a la par, el con-sumo de alcohol que no puede faltar en esta fiesta. Actual-mente, se han creado comparsas de mujeres, las cuales permiten a las mujeres de la comunidad participar y exponer su punto

de vista en torno de las diferen-tes relaciones sociales de la po-blación. Como parte de los contextos globales, se ha tejido una red de apropiación de elementos para las comparsas que abarcan ele-mentos locales y adoptados en función de los procesos sociales, esto a partir de la migración, como lo indica Laura Velasco (2011): “Después de décadas de migración […] existe un gran número de comunidades mexi-canas que han desarrollado vín-culos económicos, sociales y cul-turales […] Existen evidencias acerca de cómo estas poblacio-nes han modificado las pautas de construcción del sentido de pertenencia territorial sobre el que se fundamentan las iden-tidades locales, nacionales y re-gionales” (Velasco: 2011, 106). De esta manera, se visualizan los espacios sociales como me-dios para reafirmar las diferen-cias notablemente marcadas a nivel de barrios, sobre todo porque dos de ellos, San José y Vista Hermosa, son considera-dos barrios de obreros (o descen-dientes de obreros) quienes eran denominados avecindados, pues se crearon en los márgenes de las fábricas textileras a principios del Siglo XX, en tanto el barrio del Centro está compuesto por un gran número de pobladores considerados a sí mismos nati-vos de la comunidad.

Observando las comparsasDesde las noches finales del mes de octubre, es evidente el halo de misticismo que rodea las calles de la comunidad, donde grupos de jóvenes, hacen girar y sonar el chicote, un cordón for-mado de ixtle, con terminación en cuerda. Este elemento an-

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teriormente era usado por los antiguos pobladores cuidadores de chivos, pero ahora su sonido marca significativamente la proximidad de las Fiestas de Muertos. Pocos son los jóvenes que se concentran en la calle en este preámbulo festivo, la mayoría está en sus domicilios, donde de manera individual o en peque-ños grupos, se enfocan en la confección de sus trajes para la comparsa o muerteada -como se le conoce localmente por la referencia a la época festiva. Los trajes con mayor arraigo e identidad local tradicional son los de diablos y espirituistas. Los primeros, consisten en chalecos y pantalones elaborados en ter-ciopelo o satín en colores oscuros o brillantes, con forro de manta, a cuyas tela se sujetan con alam-bre de cobre cantidades impre-sionantes de cascabeles; como detalles adicionales se agregan espejos y bordados con lente-juelas, todo al gusto el portador, pues ello le dará sonido, sen-tido y brillo a sus movimientos el día primero de noviembre. El complemento del traje son las máscaras, que pueden ser de luchadores bordadas con lente-juelas y chaquiras, o máscaras de látex, que enmarcadas en los mercados globales, se han vuel-to parte de la indumentaria en estas fiestas. El segundo de los trajes, que desde luego implica una compli-cada elaboración es el del espiri-tuista, está compuesto por una capa de tela que, al igual que la de los diablos, podrá ser confec-cionada al gusto del portador, pero reforzada para que resista el peso de la enorme cantidad de espejos que la cubrirán. Se adicionan con bordados en len-

tejuelas y elementos que perfec-cionen el decorado al agrado de quien la elabore; lleva también un pantalón que podrá ser del largo deseado por el bailarín, ya sea a la pantorrilla o al tobillo. El traje se complementa por un tocado en forma cónica sobre la cabeza, forrado con los mismos materiales que la capa, rema-tado por plumas de colores que harán distintivo el traje y el tra-bajo del creador. En esta como en otras lo-calidades vecinas, los trajes de usanza tradicional son Los Viejos cuya confección es más bien creativa, son individuos disfrazados con ropa que les den apariencia llamativa y estereo-tipada pues les adicionan pan-zas, jorobas, barbas y sombre-ros. Todo Viejo, normalmente, va acompañado de su pareja, que es un hombre disfrazado de mujer, y de igual manera este-reotipando y exagerando par-tes del cuerpo femenino, dando cada disfrazado su pizca de gra-cia a su personaje desde elemen-tos adicionales o de actitud du-rante la comparsa. Actualmente a la par de la con-fección de los trajes descritos an-teriormente, en las comparsas se ha hecho evidente la introduc-ción de disfraces con matices inspirados en películas nacio-nales o extranjeras con temáti-ca de terror. En ese sentido podemos observar disfrazados de un asesino serial, un encade-nado o un payaso; sin que ello sea necesariamente la invasión de tradiciones extranjeras en la población, por el contrario, es parte del constante dinamismo social y la legitimación del cam-bio en las costumbres.

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En medio de versosPor la noche y en la sombra que envuelve a las plazuelas cen-trales de los barrios, que son el punto de sinergia de las compar-sas, el Parque “Miguel Hidalgo” creado en lo que fueran las in-mediaciones de la Fábrica de Hilados y Tejidos San José, “la Plaza Cívica Municipal” y “La Placita” en el atrio del Templo del Barrio de Vista Hermosa; se reúnen los organizadores de la comparsa que en la localidad se denominan encabezados, por ser ellos quienes están a la cabeza de la organización del evento y también de la seguridad los días de la comparsa (primero y dos de noviembre). En estos días las autoridades y las policías municipales o rondas, dejarán la responsabilidad de la seguridad en dichas personas; de la misma manera, se congregan niños, jóvenes y adultos para ensayar y ver los preparativos de la relación. La relación es una representa-ción en tono de farsa en que un individuo aparentemente muer-to, es llorado por su viuda e hi-jos, la mujer es hija del hacen-dado del pueblo, por ello, entre lamentos lama a su padre para que éste le ayude a resucitar a su esposo que yace en el suelo. El padre en consideración, convoca a sus empleados que son el ma-yordomo, el caporal y el chivero a los cuales les pide cuentas de sus bienes y ganado, al tiempo que cada uno habla y contesta con tono verseado, haciendo alusión a los sucesos acontecidos a lo largo del año. Después de los empleados, el padre llama al doctor (médico), que solo o con su enfermera ins-peccionará al paciente y dará su diagnóstico y receta correspon-diente; para completar el acto,

llaman al señor cura acompa-ñado de un cantor, que le hará las veces de mancuerna en esta situación y con cantos y rezos al “muerto” espera lograr su resu-rrección. Como el sacerdote no logra su objetivo, llaman enton-ces al espirituista que por medio de poderes sobrenaturales hace reaccionar al hombre muerto; ante tal suceso el hombre se levanta y es recibido por su es-posa e hijos, mientras un per-sonaje que evoca a la muerte se acerca, para tratar de llevárselo, de igual manera lo hacen los dia-blos, fallando todos en el inten-to. Con lo que se celebra la vida del personaje que minutos antes se consideraba muerto. Finalmente, piden se toque al-guna melodía que se haya hecho popular en la comunidad duran-te el año, entonces comienzan el recorrido por las calles y casas de la comunidad, cuya duración es a lo largo de la noche y hasta la mañana del día siguiente. No obstante al gasto que se genera en los aspectos rituales, como la elaboración de platillos ex profesos para la ocasión y la compra de los insumos para la elaboración de los altares; los costos de la Muerteada se con-centran en la confección de los trajes y en el pago de la banda musical cuyos costos oscilan al-rededor de los 90 o 100 mil pesos, por lo que cada uno de los dis-frazados pagará para su partici-pación una cantidad que fluctúa entre $ 400.00 y $ 650.00 pesos. Sin lugar a dudas, a partir de significaciones en el arraigo, el sentido de pertenencia y la miti-ficación de las tradiciones, esta cantidad se reune aún con limi-taciones y deudas de por medio, para ser partícipes del evento.

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Y vienen las mujeresHasta hace poco las comparsas o muerteadas eran un evento ne-tamente masculino, en tanto las mujeres eran las encargadas de hacer los preparativos culina-rios en estas Fiestas de Muertos. Hoy en día, ellas han reclamado su momento de expresión en el ámbito de estas costumbres, y como consecuencia además de ser las cocineras y custodias de la gastronomía, tienen su espa-cio de expresión en la comparsa hecha por y para ellas. En la octava (o el primer sábado siguiente) de los Días de Muer-tos, la banda de música, suena nuevamente en los barrios del municipio de San Agustín Etla; para los ojos ajenos pareciera ser continuidad de la comparsa del día primero, para las mujeres de la comunidad es un día en que ellas son las que se pueden ex-presar. Este día en la comparsa no hay hombres disfrazados, pues es “noche de mujeres”2, que podrán ser desde amas de casa, empleadas, comerciantes, oficinistas, etc. Y donde tampo-co importará el estado civil o la edad, pues no reprimen los de-seos de participar, se han encon-trado participantes cuya edad oscila entre los 10 a los 70 años, cuya motivación es significativa y se manifiesta al bailar y dis-frutar de la comparsa. Anteriormente eran pocas las mujeres que se disfrazaban para participar en la comparsa pues era un evento masculino, sin embargo, ahora que ellas tienen “su octava”, el número de participantes ha aumentado. Por ejemplo, se ha encontrado que en una familia extensa to-das mujeres adultas participan, desde la abuela hasta las nietas.

Mientras en los hombres esta participación ha sido parte de la tradición, para ellas ha sido un motivo para experimentar con los cambios y apropiaciones de eventos socio-culturales. A voz de una de las mujeres participantes de la comparsa: “Ya esperamos la fecha, ahora sí has-ta mi comadre está lista para ponerse su traje, este año va a ser mi vieja, (…) hasta tenemos que darnos un pi-quete para poder aguantar, más este año por que ya quedamos, vamos a amanecer”3. En las comparsas, no es casual escuchar este tipo de comentarios, pues el tiempo de duración en la población es de entre 12 y 16 horas, depen-diendo de las bandas de música, y el barrio en que se represente.

Hilando Ideas Resulta interesante observar como la noche de las comparsas se abre paso entre momentos de catarsis, originados por los trajes con marcados estereotipos, de feminidad, masculinidad y an-droginia. No obstante cada persona disfrazada imprime su humor y gracia a cada palabra o cada verso que clama frente a su público, que no es casual ni extraño que esté compuesto por los visitantes, pobladores de la comunidad y sus familiares, que sin distinción, disfrutan por igual de este momento. La importancia de las Fies-tas de Muertos y sus Compar-sas, en el calendario festivo en los pobladores y barrios de San Agustín Etla, ha sido reafir-mada en el crecimiento, arraigo y legitimación otorgada a la Muerteada, pues es un evento que transforma la tradición en un espacio ritual, festivo, y de crítica en el ambiente local. En

2. Conversación personal con “María”, orga-

nizadora de la comparsa de mujeres en uno de

los barrios.

3. Conversación con “Inés”, participante de la

comparsa de mujeres.

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el evento el tiempo, el dinero y la energía se enfocan en la re-lajación de tensiones sociales, expansión de las limitaciones y críticas morales así como en las burlas aceptadas. La comparsa como espacio de relajación im-plica también la aceptación de los estereotipos, y la exacer-bación de los rasgos de los géne-ros, así como la transgresión to-lerada en el espacio festivo. Vista la fiesta como una remi-niscencia del ciclo festivo de los antiguos rituales agrícolas me-soamericanos, es actualmente ajena a los propios participantes y organizadores quienes se la han apropiado y transformado en un interesante espacio donde converge tradición y globalidad. Entender el proceso social de las comparsas de muertos, implica la significación de la familiari-dad y los conflictos socio-políti-cos en los cuales la población se ha visto envuelta. Sin embargo, en el tiempo-espacio ritual-festivo, las diferencias políticas se minimizan y se da paso a la identidad de barrios, legitiman-do la pertenencia a cualquiera de ellos, festejando con bailes, gritos y gastos el sincretismo entre la presencia o visita de los parientes muertos y el festejo de los individuos vivos.

Bibliografía.

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utexas.edu/project/etext/colson/15/15_3.pdf consultado el 07 de Enero de 2011.

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Inicio de artículo: Vectorización de papel picado.Fotografías de Tania Ramírez García.

Contacto.Juan Francisco López Ruiz: [email protected]

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LOS OTROS CIUDADANOS

Edgardo Leonel García García.Lic. Ciencias Sociales y Estudios Políticos,

VIII Semestre

Una reflexión acerca del concepto de ciudadanía demuestra que, para el estudio de municipios indígenas de usos y costumbres éste necesita ser categorizado tomando en cuenta que la concepción liberal de la vida política contrasta con la cosmovisión de los pue-blos indígenas sustentada en lo comunitario.

Resumen

Palabras claves: ciudadanía, ciudadanía comunitaria, siste-ma de cargos, participación política, usos y costumbres.

UNA REFLEXIÓN ACERCA DE LA CIUDADANÍA EN LOS MUNICIPIOS INDÍGENAS DE USOS Y

COSTUMBRES1

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I. Introducción

Los municipios indígenas de usos y costumbres en Oaxa-

ca han sido estudiados desde di-versas disciplinas de las Ciencias Sociales. De estos acercamien-tos se han derivado diversas in-terpretaciones, desde aquellas que observan una “democracia ideal” hasta las que consideran la estructura social indígena como una institución con tintes autoritarios. Esta dicotomía no refleja del todo la dinámica in-terna de este tipo municipios. Esta situación se debe, en gran parte, a la forma en la que se ha abordado el fenómeno. Desde el paradigma hipotético-deductivo, dominante en el pen samiento sociológico, la relación entre teoría y realidad es una relación de subordinación. El investigador que sigue esta for-ma de pensamiento y método, construye hipótesis a partir de teorías ya establecidas y legiti-madas las cuales deberá veri-ficar en el mundo social. Esto conlleva a encerrar la realidad en construcciones teóricas que en ocasiones aparecen como her-metismos que limitan el pensa-miento.

En el debate contemporáneo de las Ciencias Sociales se pre-sentan perspectivas distintas de acercamiento entre realidad y teoría que proponen una rela-ción de diálogo y reconocimien-to entre la ciencia social y su “sujeto” de estudio. Bajo esta lógica se derriba la supuesta ob-jetividad del método científico y se asume al investigador como un sujeto sociohistórico, que no niega su subjetividad sino la uti-liza para enriquecer su análisis. Si partimos de la idea de que el ritmo de la producción teórica no es el mismo que el de la reali-dad, podemos entender que los conceptos que se utilizan dentro de las Ciencias Sociales necesi-tan ser sometidos a una cons-tante revisión, resignificación y contrastación empírica que les dote de significado y les impida convertirse en discursos vacíos. El presente ensayo constituye un ejercicio de reflexión en este sentido; a partir de la revisión de la génesis del ciudadano en México y del concepto de ciu-dadanía se insiste que en el estu-dio de municipios indígenas de usos y costumbres es necesario categorizar nuestras herramien-tas teóricas y conceptuales, to-mando en cuenta que la concep-ción liberal de la vida política contrasta con la cosmovisión de

los pueblos indígenas sustentada en lo comunitario. Es por ello que una prime-ra parte del presente tra-

bajo se presen-ta, grosso modo,

las características particulares de los

municipios indígenas

1. Ponencia dictada en el marco del XVIII En-

cuentro Nacional de Estudiantes de Sociología,

organizado por la Facultad de Derecho y

Ciencias Sociales de la Benemérita Universidad

Autónoma de Puebla (BUAP) en la ciudad de

Puebla de los Ángeles, del 9 al 13 de mayo de

2011.

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de usos y costumbres en el Estado de Oaxaca, con el fin de mostrar la realidad a partir de la cual se establece el diálogo con la teoría de la democracia. Posterior-mente, en un segundo apartado se presenta una revisión crítica del concepto de ciudadanía a la par de una reflexión acerca de la génesis del ciudadano en México. En una tercera parte del tex-to se da cuenta de los procesos que ocurren en los municipios indígenas de usos y costumbres en Oaxaca poniendo especial énfasis en el fenómeno de la mi-gración y los efectos que origina en los usos y costumbres esta-blecidos por la comunidad y la institución indígena del sistema de cargos. A partir de este refe-rente empírico se establece la re-flexión y se esboza la manera en que se desarrolla la ciudadanía en este tipo de municipios.

2. Municipios indígenas de usos y costumbres en Oaxaca“Los usos y costumbres son, después de todo, una norma más que no tiene en sí ningún color político: no son intrínsecamente democráticos ni intrínsecamente autoritarios […] la lucha por el poder existe en esos mu-nicipios, contrariamente a la imagen idealizada de la democracia comuni-taria que se ha difundido en algunas ocasiones”2 En México existen 2438 mu-nicipios distribuidos en 31 enti-dades federativas3. La geografía oaxaqueña es municipal en su composición político-territorial, con sus 570 municipios concen-tra el 23.37% del total nacio-nal. Los municipios mexicanos varían en tamaño, composición demográfica y social; también, pueden diferenciarse según los mecanismos de elección de sus autoridades entre aquellos que

utilizan un sistema de partidos políticos y los que se rigen me-diante el mecanismo denomi-nado constitucionalmente como usos y costumbres4. Éstos últimos definidos por la ley como aquellos que “desde tiempo inmemorial o cuando menos hace tres años, eligen a sus autoridades median-te mecanismos establecidos por su derecho consuetudinario5” . En el estado de Oaxaca existen 418 municipios de usos y cos-tumbres (73% del total) de los cuales 137 son considerados in-dígenas6. Dentro de los municipios in-dígenas de usos y costumbres la institución social central se expresa en el Sistema de Cargos, el cual consiste en un conjunto articulado de servicios7 rotativos que pueden ser de tipo cívico o religioso; dicha institución con-densa los rasgos políticos, socia-les y culturales de la comunidad en que se inscribe; además ex-presa y opera un conjunto reglas comunitarias, morales y norma-tivas que garantizan la partici-pación de sus miembros. No es una institución homogénea por lo que varía de municipio en mu-nicipio. Respecto a la relación entre sistema de cargos y usos y costumbres Armenta refiere: “[…] son dos estructuras insti-tucionales de tal manera rela-cionadas entre sí que conforman un solo andamiaje institucional, base de un modelo indígena de autoridad pública” (Armenta Ramírez: 2010, 4). En el contexto de la migración, los municipios indígenas de usos y costumbres se enfrentan a dinámicas sociales de distinto tipo, una de ellas, la más visible, es la falta de personas que cum-plan con los servicios cívicos y re-ligiosos, por lo que las comuni-

2. David Recondo citado en Castro Neira,

Yerco (2009). En la orilla de la justicia. Mi-

gración y justicia en los márgenes del estado,

UAM –X, Juan Pablos Editor, México.

3. Instituto Nacional para el Federalismo y el

Desarrollo Municipal, Enciclopedia de los mu-

nicipios de México.-- México, INAFED, 2005.

4. Los usos y costumbres van más allá de un

mero mecanismo electoral, implican reglas

comunitarias basadas en el consenso, la reci-

procidad y un conjunto de normas expresadas

por cada comunidad (derecho consuetudi-

nario).

5. Artículo 110 del Código de Instituciones

Políticas y Procesos Electorales del Estado de

Oaxaca (CIPPEO), 1995.

6. El dato proviene de fuentes oficiales. La

cuestión de lo indígena es un tema a discusión,

ya que los indicadores sociodemográficos se

limitan a la cuestión de “hablante de lengua

indígena” como definitorio de este tipo de

población sin tomar en cuenta otros aspectos

como sus expresiones culturales. Esto conlleva

a que no exista una imagen clara de lo “indí-

gena” en nuestro país.

7. El término servicio refiere al conjunto de

obligaciones y responsabilidades derivadas de

una posición en el Sistema de Cargos. Cada

uno de estos servicios es denominado “cargo”

por el hecho de que quien lo detenta no recibe

remuneración económica alguna y precisa una

inversión considerable de tiempo y dinero.

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dades han implementado reglas que garanticen la permanencia del Sistema de Cargos mediante la inclusión de los migrantes en distintas funciones, entre ellas el desempeño directo de los car-gos, situación que implica que aquellos que residen fuera de la comunidad se vean obligados a regresar a cumplir con su servi-cio o en caso contrario, a renun-ciar a sus derechos. Esta participación ciudadana, directa e indirecta, por parte de los migrantes conlleva transfor-maciones en el sistema de car-gos, el gobierno local y los usos y costumbres8: lo “tradicional” entra en conflicto, los migrantes introducen innovaciones que, en ocasiones, chocan con los aspec-tos simbólicos o ceremoniales del municipio, aparición de nuevas funciones y cargos, desaparición de otras, emergencia de nuevos sectores como las mujeres, cam-bios en los patrocinios de las fiestas, presión social a quienes se niegan a cumplir con los car-gos, desplazamiento de los no-migrantes en el cumplimiento de los cargos públicos, etc. Estos y otros fenómenos insertan a

los migrantes en un proceso de construcción y negociación de su ciudadanía, con el objetivo de que a pesar de su condición migratoria su pertenencia a la comunidad quede asegurada en las mejores condiciones9. Los municipios de usos y cos-tumbres constituyen un caso particular cuyas especificidades no pueden pasarse por alto, la pregunta es: ¿los conceptos dis-ponibles en las Ciencias Sociales nos permiten explicar la cons-trucción de la ciudadanía al in-terior de las comunidades indí-genas? La respuesta atraviesa por una revisión de la génesis del ciudadano en México y la crítica al concepto mismo de ciudada-nía, ejercicios que se presentan a continuación.

3. ¿Ciudadanos o indígenas? Una reflexión acerca de la géne-sis del ciudadano en MéxicoLa reflexión acerca de la génesis del ciudadano en nuestro país permite demostrar que el uso del término ciudadanía, (enten-dido a la manera clásica, liberal-democrática) para el estudio de lo indígena necesita ser catego-rizado, ya que encierra el prin-

8. El gobierno local refiere a la estructura

del ayuntamiento, se diferencia del sistema

de cargos porque éste va más allá de dicha

estructura. Los usos y costumbres son enten-

didos como el sistema normativo que regula la

vida comunitaria, en especial la designación

de autoridades constituyéndose en una de sus

vertientes como régimen electoral.

9. Resalta en este punto el caso de San Juan

Mixtepec, municipio en la Mixteca Oaxaqueña

en la que la presión sobre los migrantes fue de

tal magnitud que de no haber modificado esa

situación el colapso del sistema de cargos hu-

biera sido inminente. Sobre este caso V. Castro

Neira, Op. Cit.

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cipio de la igualdad de los indi-viduos ante la ley eliminando así las diferencias culturales.En 1812, con la Constitución de Cádiz surgió la idea de la nación como una entidad compuesta por individuos; entonces surgió el ciudadano como “el titular de los derechos políticos, capaz de elegir y ser elegido”10, lo cual significó que las castas y las dife-rencias de clase fueran elimina-das por la ley. Esto llevó a una cuestión problemática ya que “los resultados reales de esta ficción jurídica que, de golpe, hizo iguales a los que habían sido desiguales por tres siglos fueron particularmente desventajosas para la parte más nu-merosa y débil de la sociedad: los in-dios, pues en la práctica quedaron en una situación más vulnerable […]” (Meyer: 1994, 235). Esta herencia de Cádiz se ex-presó en el Plan de Iguala de 1821, al consumarse la Inde-pendencia de México, donde se buscó la abolición de formas que tuvieran que ver con el pasado colonial; se creyó que una sim-ple mudanza de ideas era sufi-ciente para cambiar las bases de la esclavitud hacia la libertad. Gonzalo Aguirre expresa clara-mente esta situación: Un liberalismo tímido y romántico proclamó los derechos del hombre: libertad, igualdad, fraternidad. Se abolió la esclavitud y el sistema de castas. Desde entonces todos los ha-bitantes de la Nueva España -criollos, mestizos, mulatos, indios y negros- se llamaron ciudadanos […]. El romanticismo y la dema-gogia liberal, racionalizando en esta forma, sumieron a los indíge-nas en la miseria más absoluta. Les dejaron a la entera merced de los avorazados terratenientes criollos que superaron con creces la explo-tación humana iniciada por sus an-tepasados españoles, encomenderos

y pobladores (Aguirre Beltrán: 1981, 52). Este proceso histórico que se observa desde la génesis del ciu-dadano en México continúa vi-gente, al respecto Olvera opina que “el tema de la integración de los pueblos indígenas dentro de la nación permanece irresuelto. No sólo se ha fallado en reconocer sus dere-chos específicos en una forma efec-tiva, sino que además las políticas públicas siguen siendo omisas frente a su marginación histórica” (Olve-ra: 2008, 19). A pesar de ello, sería un error negar que los indígenas no son ciudadanos, esta situación queda claramente plasmada en el artículo 34 de la Constitución Mexicana donde se establece que los ciudadanos son todos los hom-bres y mujeres nacidos en el terri-torio nacional, que además hayan cumplido 18 años y tengan un modo honesto de vivir.En suma, la argumentación va en el sentido de una relación subordinada de los indígenas con el Estado Nación, y se ob-serva cómo su condición ha sido negada por el establecimiento de una ciudadanía democráti-ca. Esta última no se concibe de igual forma que al interior de los municipios indígenas de usos y costumbres, Entonces, el concepto de ciudadanía, enten-dido a la manera democrática, adquiere serias dificultades para ser operable en el estudio de este tipo de municipios. Esto nos lle-va a una revisión del concepto de ciudadanía.

4. Una revisión crítica al concep-to de ciudadaníaUna revisión de la literatura acerca del concepto de ciudada-nía remite al debate entre dos posturas clásicas de entender la política: la visión republicana o

10. Guerra, Javier (1999). “El soberano y su

reino” en Sábato, Hilda. Ciudadanía política

y formación de las naciones. Perspectivas

históricas de América Latina, Colegio de

México, Fondo de Cultura de Económica,

México.

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comunitarista y la visión libe-ral11. La primera da mayor peso a lo público, importan más las instituciones y los derechos de la colectividad, como la partici-pación por medio de organizacio-nes y la comunicación; por otro lado, la segunda da más peso al individuo, es decir a lo privado, e importan más los derechos in-dividuales y la construcción de la política a través de la partici-pación directa, especialmente mediante el voto. Para los libe-rales, la ciudadanía está deter-minada por la medida de los derechos privados que se tienen frente al Estado, mientras para los comunitaristas la ciudadanía se garantiza mediante el ejerci-cio de tales derechos individua-les a través de la participación en una práctica común. Dentro de la corriente liberal podemos aludir al concepto “clásico” de ciudadanía pro-puesto por T. H. Marshall, quien en su obra Citizenship and social class la definió como “el estatus que se concede a los miembros de pleno derecho de una comu-nidad, siendo sus beneficiarios iguales en cuanto a los derechos y obligaciones que implica” (Olvera: 2008, 20), dicho autor identificó tres tipos de derechos implícitos en la ciudadanía: civi-les, políticos y sociales. Este concepto alude específi-camente a la existencia de un Estado liberal-democrático que sea el proveedor y garante de tales derechos, implica directa-mente la pertenencia a un Es-tado Nación, lo cual fue fuerte-mente criticado porque refiere a una idea de la ciudadanía pasiva dado que no implica la obliga-ción de participar en la vida política. Dentro de la corriente comunitarista se establece que

la ciudadanía no es un simple estatus legal, sino que implica un ejercicio de los derechos ciu-dadanos, por lo tanto, la partici-pación en la vida democrática es la que genera la ciudadanía. En suma, ambas corrientes (co-munitaristas y liberales) recono-cen que la ciudadanía implica la existencia de derechos civiles, políticos y sociales, diversos gra-dos de participación y ejercicio de estos derechos, y se encuen-tra ligada a la pertenencia a un Estado democrático. La crítica a estas posturas va en el sentido de concebir la igualdad de todos ante la ley como premisa básica; expresando la relación entre el ciudadano y el Estado que toma como eje central al individuo, “un ciudadano, un voto”.

La categorización del concepto de ciudadaníaLa idea de que el término ciu-dadanía no permite explicar todas las experiencias presentes en la realidad no es nueva; algu-nos teóricos han tomado con-ciencia de esta situación y han procedido a la categorización del concepto adaptándolo a los requerimientos explicativos; así, surgen algunas categorías como ciudadanía multicultural, dife-renciada o transnacional. Iris Young propuso la idea de una ciudadanía diferenciada la cual implica que “los miembros de ciertos grupos serían incor-porados a la comunidad política no sólo como individuos sino también a través del grupo, y sus derechos dependerían en parte de su pertenencia a él” (Kymlicka y Wayne: 1977, 35), tal concepción choca tajante-mente con la idea “clásica” de la ciudadanía ya que propone una ruptura con el principio básico

11. Dentro de la corriente liberal se ubican,

principalmente, Rawls, Wayne Norman y

Will Kymlicka; dentro de los comunitaristas

podemos encontrar a Taylor, Walzer y Michel

Sandel.

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de la teoría de la ciudadanía: la igualdad de los individuos ante la ley. Young criticó esta concep-ción liberal de la democracia y afirmó que “en una sociedad donde algunos grupos son privi-legiados mientras otros están oprimidos, insistir en que, como ciudadanos, las personas de-ben dejar atrás sus filiaciones y experiencias particulares para adoptar un punto de vista gene-ral, solo sirve para reforzar los privilegios” (Young: 1989, 257). Cuando Young hablaba de ciu-dadanía diferenciada colocaba el asunto a la luz del reconocimien-to de derechos diferenciados y la creación de medios instituciona-les y de representación que ga-rantizaran tales derechos; por ejemplo, los de autogobierno. Will Kymlicka es otro teórico que retoma la idea de comple-mentar el concepto de ciudada-nía. Al estudiar a las minorías nacionales en Canadá acuñó el término ciudadanía multicul-tural, que parte de la idea de que los grupos absorbidos por una cultura nacional persisten en “el deseo de seguir siendo socie-dades distintas respecto de la cultura mayoritaria de la que forman parte; exigen, por tanto, diversas formas de autonomía o

autogobierno para asegurar su supervivencia como sociedades distintas” (Kymlicka: 1996, 25), ejemplos de estas minorías na-cionales son los grupos étnicos o comunidades históricas como el teórico las denominó y los grupos minoritarios que se in-tegran a una cultura mayor como el caso de los migrantes. Lo que Kymlicka propone es un Estado que pueda dotar de una ciudadanía común, pero que al mismo tiempo no elimine los derechos particulares de las mi-norías nacionales. Las concepciones anteriores parten del estudio de grupos minoritarios que pugnan por el reconocimiento de derechos diferenciados que quedan elimi-nados por la ciudadanía “clási-ca”; pero existen otros enfoques como el del transnacionalismo que adaptan el concepto a fenó-menos como la migración, que traspasan las fronteras, y cues-tionan el precepto de la ciudada-nía que supone la pertenencia a un Estado Nación. En este sentido, se habla de ciudadanía transnacional que “se trata de poder ser ciudadanos de primera y poder ejercer derechos políti-cos en varios países y localidades por donde se extiende la comu-nidad y su identidad […] una

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ciudadanía que salga del border-land [frontera] para situarse en el complejo espacio de la vida comunitaria transnacional” (Besserer: 1999, 235). A partir del concepto de ciu-dadanía de Balibar, entendida como “[…] la participación activa de los individuos en la vida pública, desde el ejercicio del sufragio universal hasta la gestión colectiva de los conflic-tos con miras a crear o recrear el consenso”, Castro Neira estudió el Sistema de Cargos en la co-munidad mixteca de San Juan Mixtepec y expresó que “la ciudadanía de acuerdo con esta conceptualización, es clave para los gobiernos indígenas… es el punto donde podemos inferir mayores cuotas de participación de los géneros, los cambios en la participación de los jóvenes y las modificaciones importantes del sistema” (Castro Neira: 2009, 70). Sin embargo, a la luz del debate sobre la ciudadanía es necesario establecer algunas consideraciones. Diversos estudios acerca de las comunidades indígenas y los usos y costumbres12 muestran que su cosmovisión parte de una concepción distinta de la vida comunitaria, donde el derecho a participar políticamente toma como unidad central a la fami-lia, cuyos jefes son considerados miembros plenos de la comuni-dad con derechos y obligaciones normados por el Sistema de Car-gos, en ocasiones esto permite que queden fuera de esta cate-goría grupos como las mujeres. Esta visión choca con el precep-to de democracia y ciudadanía, aún cuando las adaptaciones al concepto (diferenciada, multi-cultural, trasnacional) buscan paliar tal diferencia.

Las categorizaciones del con-cepto de ciudadanía (la mul-ticultural y la diferenciada) se colocan en relación de las mi-noría nacionales (retomando el término de Kymlicka) con el Estado Nación y la lucha por el reconocimiento de ciertos dere-chos. En este sentido, se enfocan en el estudio de la comunidad en relación con el exterior y por lo tanto son útiles en ese campo. La ciudadanía transnacional por su parte, no parte de ahí, pero sí del análisis de las relaciones de ciudadanía que se forman más allá del borderland y los derechos que surgen en esta situación. La enunciación de tales cons-trucciones teóricas da cuenta de la prioridad de acotar los conceptos a las necesidades interpretativas específicas de los estudios de caso; además de establecer que en el caso de las dinámicas internas de los municipios de usos y costum-bres, el concepto de ciudadanía en la acepción “clásica” liberal-democrática necesita ser con-trastado con la realidad empírica.

5. Acerca de cómo se vive la ciu-dadanía en los municipios indí-genas de usos y costumbresLa expresión “pertenecer a una comunidad indígena significa ser ciudadano de ella”, no es tan sencilla como parece, porque ser ciudadano en un municipio indígena de usos y costumbres es distinto de ser ciudadano en otros ámbitos. Por ello, resulta necesario categorizar el concep-to de ciudadanía matizándolo a partir de la forma en que se vive en este tipo de municipios; donde refiere por un lado, a un sentido de pertenencia a la co-munidad no como sujeto-indi-viduo sino como sujeto-colectivo

12. Sobre el estado de Oaxaca V. Hernández

Díaz, Jorge (2007). Ciudadanías diferenciadas

en un estado multicultural: los usos y costum-

bres en Oaxaca.-- Siglo XXI, México, p. 385.

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y por otro, a un conjunto de derechos y obligaciones; ambos susten-tados en base a las normas, reglas y usos sociales establecidos por el derecho consuetudinario de la comunidad indígena, los cuales se ex-presan y condensan en el sistema de cargos. Algunas comunidades indígenas de Oaxaca al referir a esta particularidad suya hablan de una ciudadanía comunitaria13, aunque pueden existir tantos nom-bres como comunidades indígenas tiene la entidad oaxaqueña. En la argumentación que prosigue se retomará el adjetivo sólo como un referente para designar a este otro tipo de ciudadanía y no como un concepto único. La ciudadanía comunitaria se distancia de la concepción liberal-democrática, ya que es la colectividad y no el individuo la que cons-tituye el eje central de la vida política, además no se sustenta ni define a través de un estatus legal sino de una constante partici-pación o construcción de la ciudadanía por parte de los miembros de la comunidad. Por otro lado, refiere a un conjunto de derechos y obligaciones igualmente derivados de los usos y costumbres estable-cidos y desarrollados por la comunidad. La ciudadanía comunitaria tiene como principal característica y distinción el estar sustentada por las normas, reglas, tradiciones y usos sociales expresados en el derecho consuetudinario de la comu-nidad indígena y por ello se encuentra en constante construcción y negociación. Esto significa que cuando el sujeto deja de acatar las normas establecidas por la comunidad (ejercidas por la autoridad y expresadas en el gobierno local), es decir, cuando deja de participar en la gestión de lo colectivo, puede perder su ciudadanía y con ella, además de su pertenencia a la comunidad, sus derechos. En suma, en un municipio indígena de usos y costumbres la ciu-dadanía comunitaria se ejerce en base a las siguientes característi-cas: a) no se limita a la dimensión política de la vida social, es decir, a actividades como el ejercicio del voto ni la elección de autoridades

13. Un ejemplo de esta situación puede obser-

varse en San Bartolomé Zoogocho, comunidad

zapoteca de la Sierra Norte del Estado de

Oaxaca en la que en el debate acerca de la for-

mación del Estatuto de organización política

y convivencia comunitaria se estableció un

apartado especial para definir la ciudadanía al

interior del municipio, la cual se expresó como

ciudadanía comunitaria. Borrador del Esta-

tuto de organización política y convivencia

comunitaria del municipio de San Bartolomé

Zoogocho, 2011.

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tique of de ideal of universal citizenship” en Ethics, no. 99.

sino implica funciones tanto políticas como religiosas, ya sea en el gobierno local o en la or-ganización de las fiestas de los santos; b) la ciudadanía no se asume desde el individuo sino a partir de la participación como sujeto-colectivo, al respecto Aguirre Beltrán señala,

c) no es un estatus legal sino im-plica un sentido de pertenencia comunitaria; d) no es algo dado y para siempre, depende directa-mente de la participación en el sistema de cargos del municipio, en caso de no estar dispuesto a participar, la ciudadanía del su-jeto se suprime; d) implica un conjunto de derechos y obliga-ciones normados por los “usos y costumbres” del municipio.

ConclusionesLa investigación en Ciencias Sociales necesita un viraje, una ruptura y un desenmascara-miento. El camino hacia la cons-trucción del conocimiento no es uno solo, es preciso cuestionar nuestros conceptos, contrastar-los con la realidad, corroborar si en verdad dan cuenta de las necesidades particulares y las exigencias explicativas que exi-gen los múltiples fenómenos de la realidad social. No se trata de desechar la teoría, sino de esta-blecer una relación de dialogo entre ésta y la realidad. Este en-sayo llama a reflexionar acerca de la necesidad de adaptar los conceptos a la realidad; el refe-

“un comunero realmente lo es sólo en la medida en que tenga derecho a participar, y de facto participe, en el go-bierno del grupo. La residencia no basta (…)” (Aguirre Beltrán: 1996, 548);

rente empírico se encuentra es-pecíficamente en los municipios indígenas de usos y costumbres del estado de Oaxaca. La idea de ciudadanía comuni-taria contribuye a comprender la pertenencia y participación del sujeto-colectivo al interior de la comunidad indígena, sin negar su carácter como ciudadano dentro de la nación mexicana. En el contexto de globalización en el que se encuentran inmersos los municipios de usos y costum-bres, influenciados por fenóme-nos sociales como la migración, este ejercicio teórico es útil en el análisis de la participación ciudadana de los migrantes, la cual implica una negociación constante de la ciudadanía ya que dado que éstos participan en distintos tipos y grados in-fluyen en las normas que deter-minan quien es o no ciudadano. Por ejemplo, permite explicar porqué aquellos sujetos que salen de la comunidad en cali-dad de migrantes no pierden su condición de ciudadanos, en tanto continúan participando de las reglas y normas expresa-das en el sistema de cargos. Uno de los aportes de esta for-ma de asumir la relación entre teoría y realidad es dar cuenta de algunas experiencias sociales que han sido negadas, subordinadas o ignoradas; buscar dar visibili-dad, develar, poner sobre la mesa estos fenómenos de la realidad. En palabras de Boaventura de Souza significa: “transformar las ausencias en presencias”.

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Inicio de artículo: Collage de César Hernández Hernández.Fotografías de Sara Méndez.

Contacto.Edgardo: [email protected].

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Sobre el formato: Márgenes: 2.5 en todos los lados. Fuente de texto arial 12 con un interlineado de 1.5, y párrafos a doble espacio de separación.-Títulos con negritas a 14 puntos en mayúsculas. Subtítulos con negritas a 12 puntos en mayúsculas.-Referencias en el cuerpo del texto: con el mismo tamaño, entre comillas.-Notas al pie de página: a 10 puntos con las mismas características que el cuerpo del texto.

Sobre la Bibliografía: Deberá contener un mínimo de 5 textos de referencia. La cita se hará en el texto bajo el sistema de referencias entre paréntesis (autor: fecha, página), (Diamond, 1995: 49-59). La referencia completa deberá estar al final del texto bajo el siguiente fomato en el caso de libros:

Feixa, Carles (1999). De Jóvenes, bandas y tribus. Antropología de lajuventud, Editorial Ariel, Barcelona.Velasco Ortiz, M. Laura (2011). Identidad cultural y territorio: unareflexión en torno a las comunidades trasnacionales entre México yEstados Unidos. En: http://lanic.utexas.edu/project/etext/colson/15/15_3.pdf, Consultado el 07 de Enero de 2011.

Capítulo de libro:Besserer, Federico (1999). “Estudios transnacionales y ciudadaníatransnacional” en Mummert, Gail. Fronteras Fragmentadas, El Colegio deMichoacán/ CIDEM, México.

Sobre fotos y anexos:El trabajo puede contener opcionalmente un máximo de 6 fotografías, gráficos y/o bocetos en general. Deberán entregarse en archivos separados indicando su ubicación dentro del texto, con su respectivo pie de foto, resolución extrafina o mayor en formato JPG O TIF.-Los anexos forman parte del trabajo y cuentan en el número de cuartillas a presentar. Son aceptables gráficas y cuadros que ilustran el trabajo, los cuales deberán adjuntarse de manera electrónica.

*Consulta la convocatoria en http://convocatoria-publicacion.blogspot.com/

?Para escribir sólo hay que

tener algo que decir.Camilo José Cela

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RESIGNIFICACIÓN URBANA DEL ESPACIO PÚBLICO: COMERCIO AMBULANTE Y PROTESTA SOCIAL EN EL ZÓCALO DE LA CIUDAD DE OAXACA. NOTAS PARA UNA INVESTIGACIÓN.

Noelia Ávila DelgadoMaestría de Investigación en Ciencias Sociales, IV Semestre.

1

1. Con el fin de

trascender posibles con-

fusiones temporales y

de ubicar correctamente

el contexto del presente

trabajo, debo aclarar

que éste fue escrito

originalmente en el mes

de febrero de 2011.

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El siguiente trabajo es una breve descripción etnográfica que pretende mostrar las di-versas formas de apropiación del espacio público ejercidas por el comercio “informal” o “ambulante” y por la protesta social en el Zócalo de la ciudad de Oaxaca. Éste será lle-vado a cabo a partir de la observación del “Plantón” que la agrupación conocida como “Organización Democrática de Comerciantes 14 de junio” mantuvo durante varios me-ses frente al corredor del Palacio de Gobierno en el año 2010. La importancia de dicha organización radica en que inaugura una singular forma de apropiación del espacio público, donde se desvanecen las fronteras entre la actividad de subsistencia (asociada al comercio) y la protesta social, situación que sólo es posible gracias a las múltiples representaciones que encierra el espacio público.

Resumen

Palabras claves: Espacio público, protesta social, comercio ambu-lante, Zócalo de Oaxaca.

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2. A principios de 2005, y a escasos meses

de haber tomado el cargo como gobernador,

Ulises Ruiz Ortiz decidió cambiar la sede

del Palacio de Gobierno ubicada en la Plaza

Juárez (o Zócalo de la ciudad) para convertirla

en museo; es decir, de la noche a la mañana y

por disposición oficial, aquél antiguo recinto

cambiaría de funciones y dejaría de represen-

tar el núcleo del poder político y la adminis-

tración pública estatal. En palabras de Víctor

Raúl Martínez Vásquez, con estas medidas al

parecer lo que se buscaba en realidad era dis-

uadir o impedir la protesta social que invari-

able e históricamente ha confluido en el Zócalo

de la ciudad: “En la intervención de espacios

públicos y aún en su destino, muchos grupos

ciudadanos no fueron escuchados. Tampoco

se consultó el uso y destino del histórico y

simbólico Palacio de Gobierno del estado, que

fue transformado en museo, al parecer con el

propósito de desalentar marchas y manifesta-

ciones públicas de protesta que se realizaban

frente al antiguo edificio, símbolo del poder

político durante centurias en Oaxaca.” (Mar-

tínez Vásquez, 2008: 50).

3. Dicha investigación es realizada en el marco

de la Maestría de Investigación en Ciencias

Sociales que actualmente imparte el Instituto

de Investigaciones Sociológicas de la UABJO

(IIS-UABJO), y ésta deberá ser presentada en

breve bajo la modalidad de tesis de grado para

la titulación de la autora.

Introducción

El “Plantón” de la “Orga-nización Democrática de

Comerciantes 14 de junio” ins-talado desde julio de 2010 frente al corredor del ex Palacio de Go-bierno2, que se reivindica como parte de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO), radica su singularidad en este hecho; los comerciantes que la integran actualmente ocupan una parte del Zócalo de la ciu-dad con el objetivo de llevar a cabo dos actividades de manera simultánea: vender y protestar. Antes de comenzar, me gustaría aclarar que el presente ejercicio forma parte de una investiga-ción más amplia, relacionada con los procesos de regeneración urbana, la militarización del espacio público y el control de la protesta social en el Centro Histórico de Oaxaca, la cual se encuentra aún en proceso3. Por estas razones, lo que aquí pre-sento deberá ser considerado como un avance o fragmento pre-liminar, que más adelante bus-caría servir de insumo y que por el momento sólo intenta abrir el camino para la comprensión de los temas relacionados con la investigación más amplia de la cual forma parte. Finalmente, aclaro que aunque al final se plantean algunas conclusiones, éstas seguramente tendrán que ser motivo de un análisis más profundo. Estrategia metodológicaPara llevar a cabo el presente trabajo, la recopilación directa de los datos primarios fue guia-da por dos fuentes básicas: la

observación participante no in-trusiva y el uso de informantes. Para la metodología cualitativa el uso de informantes es comple-mentario a las distintas formas de observación, y como técnica se sostiene en la entrevista, que deberá prepararse con an-telación a fin de obtener infor-mación de acontecimientos que no sean fácilmente accesibles a la observación. De acuerdo a Taylor y Bogdam, “… la ob-servación participante es empleada para designar la investigación que involucra la interacción social entre el investigador y los informantes en el milieu de los últimos, y durante la cual se recogen datos de modo sistemático y no intrusivo.” (Taylor y Bogdam, 1996: 31) La observación participante, en contraste con la mayoría de los métodos en los cuales las hipótesis y procedimientos de los investigadores están deter-minados a priori, permite que éstos permanezcan flexibles, tanto antes como durante el proceso real: “Aunque los observa-dores participantes tienen una meto-dología y tal vez algunos intereses investigativos generales, los rasgos específicos de su enfoque evolucio-nan a medida que operan.” (Taylor y Bogdam, 1996:31-32) Esto es importante porque según los autores, hasta que no entramos en el campo, no sabemos qué preguntas hacer ni cómo hacerlas. En otras pa-labras, la imagen preconcebida que tenemos de la gente que intentamos estudiar puede ser ingenua, engañosa o completa-mente falsa. Por ello, nos sugie-ren que cuando llevemos adelan-te esta técnica es importante entrar en el campo sin hipótesis o preconceptos específicos. Por su cuenta, sobre las en-

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trevistas cualitativas anotan que éstas deben ser flexibles y dinámicas: “Las entrevistas cualitativas han sido descritas como no directivas, no estructu-radas, no estandarizadas y abier-tas.” Como técnica de recolec-ción, la entrevista cualitativa es entendida como una vía de acceso ideal a los aspectos sub-jetivos de los actores. Se divide básicamente en entrevista a profundidad y entrevista no es-tructurada (o semi-estructura-da), y ambas proporcionan una lectura de lo social a través de la reconstrucción del lenguaje, en el cual los entrevistados expre-san sus pensamientos y deseos. (Taylor y Bogdam, 1996: 101-102) Finalmente, Taylor y Bogdam señalan que la aplicación de este tipo de entrevistas genera un alto grado de libertad, ya que si bien los entrevistados poseen y conocen información valiosa para el entrevistador, muchas veces les resulta difícil comu-nicarla o transmitirla en forma verbal, es decir a través de cues-

tionamientos directos. (Taylor y Bogdam, 1996: 102) En resumen, como un primer ejercicio de acercamiento a las distintas formas de apropiación del espacio público ejercidas por el comercio “ambulante” y por la protesta social en el Zó-calo de la ciudad de Oaxaca, la siguiente descripción etnográ-fica fue realizada a partir de un trabajo de observación no intru-siva, además de una entrevista semi-estructurada a una joven integrante de la “Organización Democrática de Comerciantes 14 de junio”.

Un lugar para la resistencia. El Zócalo de Oaxaca: “… una plaza que pertenece al pueblo.” El Zócalo de Oaxaca se ubica en el corazón del centro histórico de la ciudad. Por las características de su traza original en él con-fluyen las vías más importantes; éste se delimita por las calles de Hidalgo, Trujano, Flores Magón y Bustamante. Está rodeado por cuatro portales que lo en-

“… así se tomó la decisión de que en el mo-

mento que se va afuera al bloqueo, que no

se iba a dejar el Zócalo, porque creemos tam-

bién que el Zócalo es de todos, es una plaza

que pertenece al pueblo, siempre ha sido así,

donde se han hecho grandes mítines desde

muchos años atrás (…) es una forma tam-

bién de resistir y decir a las demás personas,

a las visitas, a los turistas, a todos los demás

que pasen, -que forzosamente tienen que

pasar por el Zócalo; el centro de la ciudad-;

ver que sí, que es una rebeldía, que es un

lugar de resistencia.”

María Martínez, 22 años, integrante de la “Or-

ganización Democrática de Comerciantes 14

de junio”: 10 de octubre 2010.

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marcan: al norte, el Hotel Mar-qués del Valle; el ex Palacio de Gobierno al sur; Mercaderes al oriente y el de Las Flores al po-niente. La continuidad de este espacio desemboca en el atrio de la Catedral y la Alameda de León. Tradicionalmente el Zócalo de la ciudad de Oaxaca ha sido el escenario de las verbenas o fies-tas populares más representati-vas del estado, destacan entre otras la “Noche de Rábanos” el 23 de diciembre y el “Grito de Independencia” que se con-memora cada 15 de septiembre. Asimismo, este espacio ha sido utilizado de manera cotidiana por los oaxaqueños como el lugar privilegiado para la re-creación, el descanso o el paseo, debido a que sus calles perime-trales se encuentran cerradas al tránsito vehicular y permiten caminar libremente. Además por las noches, sobre todo los fines de semana, es posible dis-frutar de audiciones musicales que ofrecen diferentes bandas y la marimba del estado. Sin embargo, más allá de este uso como sitio de encuentro e intercambio para la conviven-cia social, el cual sin duda es expresión de la cultura e identi-dad del lugar, históricamente el Zócalo también ha albergado la principal sede del poder político y, por ello, alrededor de él se ha construido un reconocimiento colectivo basado en la represen-tación simbólica que le otorga el estatus del espacio por excelen-cia donde se manifiesta el poder. Por estas razones, en las últimas décadas el Zócalo de Oaxaca se ha convertido en el escenario predilecto de un sin fin de mar-chas, mítines, plantones y todo tipo de manifestaciones, inte-

gradas por distintos movimien-tos sociales y diversos sectores de la sociedad oaxaqueña. Esta situación sin duda se in-tensificó luego del conflicto so-ciopolítico desarrollado en el 2006, a partir del cual se confor-maría la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO), que desde sus orígenes siempre ha contado con el apoyo de di-versas organizaciones de comer-ciantes, así como de un buen número de personas dedicadas a esta misma actividad pero que han participado de manera indi-vidual. Es por todos conocido que

aquél conflicto estallaría de manera masiva el 14 de junio4, cuando la policía estatal inten-tara desalojar violentamente a miles de maestros pertenecientes a la sección XXII del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), los cuales se encontraban instalados en su ya tradicional “Plantón anual” ubicado en el Zócalo, exigiendo mejoras salariales y condiciones de trabajo dignas para ellos y sus alumnos, además de la re-zonificación5. Es así como en el marco del “Plantón anual” llevado a cabo en el 2010, varios comerciantes pertenecientes a la APPO de-cidieron no abandonar el espa-cio ocupado luego de que dicho “plantón” concluyera formal-mente el 2 de julio. Esta situa-ción culminaría en un desalojo violento efectuado el día 19 de julio del mismo año y, como consecuencia de éste, 3 días más tarde (22 de julio) los comer-ciantes agredidos conformarían la “Organización Democrática de Comerciantes 14 de junio”.Así nos narra la joven María Martínez las razones y el mo-

4. A partir de ese momento el estado entraría

en una situación de conflictividad que se

destaca por la confrontación abierta entre la

sociedad oaxaqueña y las autoridades locales

(y federales), incluidas las fuerzas policíacas y

el ejército.

4. Aquél plantón se ha venido instalando en el

Zócalo de la ciudad y al día de hoy se cuentan

31 años desde que por primera vez (1980) se

apostaran ahí miles de profesores de educación

básica de todo el estado, buscando hacer

visibles sus demandas y presionando de este

modo a los gobiernos en turno que, sobra decir,

han tenido que ingeniárselas para tratar de

impedir que éste se lleve a cabo.

23/12/10. Previo a la

“Noche de Rábanos”

Frente al Portal de

Las Flores

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mento en el que decidieron crear la organización: […] pues a partir del plantón del magisterio de mayo que se ponen siempre comerciantes, pero con la diferencia que este año nosotros nos quedamos, porque la policía el 19 de julio entró a reprimir a los que estábamos en este lado del plantón; unos comerciantes se fueron y otros resistimos a esta agresión porque querían quitarnos, entonces fue que se formó lo que es la Organización de Comerciantes “14 de junio”. (María Martínez, 22 años, “Or-ganización de Democrática de Comerciantes 14 de junio”: 10/10/10) Es en este contexto y a partir de aquél desalojo, que los co-merciantes de la organización “14 de junio”, que actualmente cuenta con aproximadamente 120 afiliados, decidieron insta-larse de manera permanente frente al corredor del ex Palacio de Gobierno.Sobre las formas en que se orga-nizan los comerciantes resalta el hecho de que al parecer no existen líderes, además de que las decisiones son tomadas de manera colectiva vía consensos generados en asamblea. Esta situación sin duda es resultado de la participación de muchos de ellos dentro de la APPO, or-ganización social que como sa-bemos reivindica la asamblea como una forma legítima para alcanzar acuerdos. Asimismo, en consonancia con esta forma de organización, no existen cuo-tas o cooperaciones impuestas a los comerciantes, como sí su-cede en otros casos; así lo refiere nuestra informante María: […] No, no hay un líder, todo se basa por medio de asamblea donde todos tenemos la opinión de decir cuál es el lugar para cada uno y dónde los

coordinadores se van turnando cada mes; son diferentes coordinadores, todos participan (…) No, no se pide ninguna cooperación a menos que no sea para comprar algo que sea ocupado para todos; no es como en otras que te piden para darte per-miso de vender. (María Martínez, 22 años) Por otro lado, sobre la dinámi-ca del plantón hay que decir que ésta cambia radicalmente del día a la noche. Por el día los co-merciantes organizan su tiempo básicamente en torno a la ven-dimia. Se colocan en puestos que son extendidos en el piso sobre mantas o lonas de dife-rentes colores; ahí acomodan la mercancía de acuerdo al criterio de cada uno. Ningún puesto es igual, todos son diferentes; tal vez guardan la personalidad de sus dueños, hay unos más or-denados que otros. En torno a los puestos es posible observar una urdidumbre de cuerdas y lazos que cumplen la doble fun-ción de sostener las mantas que utilizan para hacer visibles sus demandas y consignas, pero que también utilizan a modo “tendedero” o exhibición donde cuelgan diferentes prendas. En-tre las mercancías se encuentran artesanías y ropa típica, además de algunas emulsiones que mila-grosamente curarían cualquier enfermedad; existen también algunos puestos de comida, em-panadas, tacos, elotes, plátanos y papas fritas, etc. Por la noche, en cambio, la dinámica del plantón se orienta principalmente a salvaguardar el sitio de ocupación, así como las mercancías; además de estar pendientes de cualquier amena-za de desalojo. Esta situación obliga a los comerciantes a per-

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manecer en el lugar ininterrum-pidamente, lo que a su vez les exige trasladarse a vivir ahí, es decir que para muchos de ellos el plantón se ha convertido en su casa; este es el caso de la joven María quien nos narra:

Asimismo, un elemento que re-sulta por demás interesante del plantón, son las mantas de de-nuncia que al parecer también cumplen una doble función; éstas han sido amarradas a los grandes pilares que dan forma a los arcos de los portales y; a modo de “pared” dividen el es-pacio que queda libre “al frente” del corredor y que es donde se colocan los puestos; del que que-da “atrás” y que por las noches sirve a los comerciantes de dor-mitorio y bodega. En una de las mantas puede leerse:

6. Abraham Ramírez Vázquez es originario

de Santiago Xanica, municipio del mismo

nombre, Distrito de Miahuatlàn, Estado de

Oaxaca. Durante la redacción de este escrito

se encontraba sujeto a proceso acusado de los

delitos de homicidio calificado, lesiones cali-

ficadas y secuestro, de los cuales ninguno ha

podido ser comprobado. Forma parte del Co-

mité por la Defensa de los Derechos Indígenas

de Santiago Xanica, organización integrante

de la Alianza Magonista Zapatista, de la

Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca y

adherente de La Otra Campaña. Fue detenido

el 15 de enero del año 2005, después de ser

agredido por la policía preventiva del Estado,

al momento de realizar un tequio comunitario,

en compañía de aproximadamente 80 personas

entre jóvenes, mujeres, hombres y niños.

7. Desde su origen como Municipio Autónomo

en el 2007, San Juan Copala ha recibido

constantes agresiones. Esta comunidad Triqui

ha sido atacada por el gobierno estatal y

grupos paramilitares, este clima de violencia

se incrementó a partir de noviembre de 2009, y

actualmente la comunidad se encuentra en un

estado de sitio ya que los paramilitares man-

tienen retenes que impiden el libre acceso. Esta

situación motivo una Caravana de Observación

de Derechos Humanos, la cual se efectuó el 27

de abril de 2010, sin embargo antes de poder

acercarse a San Juan Copala, la Caravana

fue emboscada por un grupo paramilitar, la

UBISORT (Unidad de Bienestar Social de

la región Triqui, conformada en el 1996). En

esta agresión fueron asesinados Jyri Jakkola y

Alberta Cariño Trujillo.

1.- Libertad a los presos políticos, Abraham Ramírez Vázquez6; 2.- Respeto a la Autonomía de San Juan Copala, alto a la repre-sión del grupo paramilitar UBI-SORT, castigo a los culpables de los asesinatos de Jyry Jakkola y Bety Cabiño ; 3.- Cumplimiento a las peticio-nes justas del digno y combativo magisterio, y 4.- Un espacio de trabajo digno para los comerciantes de la Orga-nización “14 de junio”. (BCR, 17 julio 2010)

Además de estas consignas, entre la serie de demandas reali-zadas por los comerciantes de la “14 de junio” que se cuentan:

[…] actualmente vivo en el Zócalo de esta ciudad, casi desde que se instaló el plantón aproximadamente desde hace 4 o 5 meses se está viviendo acá. Mi casa está en la Joya, ahí estamos rentando, pero ahorita es necesario que nos quedemos aquí en el Zócalo, aquí se queda de día y de noche. (María Martínez, 22 años)

“ULISES RUIZ REPRIME A LOS COMERCIANTES Y ARTESANOS DE LA APPO, EXIGIMOS UN ESPACIO DIGNO PARA TRABAJAR”; en otra: “NI SUS CÁRCELES NI SUS FUSILES AME-DRENTARÁN LA RABIA CONTRA LA DESIGUAL-DAD”.

03/10/10

Frente al ex Pala-

cio de Gobierno

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Sobre esta serie de peticiones destaca el hecho de que, si bien los comerciantes de la “14 de junio” se suman a las reivindi-caciones de otros movimientos sociales (en tanto forman parte de la APPO); sin embargo, ellos se concentran en la búsqueda de un espacio digno para trabajar. Esta situación los coloca en una postura distinta que, según nos narra la joven María, los obliga a negociar con el gobierno; lo cual, por otro lado, los distancia del resto de las organizaciones con las que comparten la pro-testa en el Zócalo de la ciudad: […] Entonces nuestra organización es como diferente a todas las demás, desde ahí se dijo que lo que queremos es un espacio diferente donde trabajar que no nada más estaremos esperando, por eso ya los comerciantes que estamos aquí pedimos eso, un espacio al mismo gobierno; si tiene para gastar y para poner, no creemos que sea muy difícil encontrar una casa abandonada, algo que no esté ahorita en función y que se pueda ocupar, se podría decir, para reubicarnos (…) pero sí, son demandas diferentes. Nosotros, como te decía, buscamos un espacio digno para nuestro trabajo, como vemos que el gobierno tiene la facultad y el municipio igual de dar, creemos que no es tan difícil buscar un lugar donde se haga como un mercado y donde se pueda vender tranquilamente porqué como te decía, la policía entra y quita y no es justo. Pero nosotros también vemos a los otros compañeros de Copala que es muy diferente sus demandas, que es por la lucha de su pueblo cuando ha habido asesinados, que es bien diferente, entonces sí nos apoyamos pero, más o menos, como son protestas diferentes, políticamente ellos piden otras cosas y nosotros tenemos que hablar con el gobierno, negociar, y ellos no negocian con el gobierno. (María Martínez, 22 años)

03/10/10

“Campamento de

Desplazados de San

Juan Copala”.

Frente al ex Palacio

de Gobierno

Asimismo, hay que decir que al momento de la observación, el corredor del ex Palacio tam-bién se encontraba ocupado por otros dos plantones: al centro, justo frente al balcón principal, el “Campamento de Desplaza-dos de San Juan Copala” y; del lado derecho, el plantón del “Movimiento Antorchista”. Por esta razón, si no somos aten-tos, a primera vista el “plantón” de los de la “14 de junio” puede perderse o confundirse fácil-mente; al parecer, el único ele-mento que nos permite ubicar a la organización con claridad son

precisamente las mantas de de-nuncia descritas anteriormente. Por otra parte, es necesario destacar que al desalojo del 19 de julio de 2010, el cual fuera efectuado en el marco de la “Guelaguetza del Bicentena-rio”, cuyo saldo ascendió a 8 detenidos y un par de perso-nas lesionadas; se suman otros más, todos de carácter tempo-ral, algunos violentos y otros “negociados”, -y todos también efectuados en fechas cercanas a eventos importantes-, a los que los comerciantes han respon-dido siempre volviendo al sitio

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01/12/10. Frente

al ex Palacio de

Gobierno

“Ni sus makanas ni sus desalojos harán que deje de chingar. ¡Devolución de mercancía ya!”

de ocupación. Esto a pesar de la persecución y el asedio policíaco que no cesa, y que en ocasiones, culmina con el encarcelamiento de sus afiliados y el decomiso de la mercancía cuyo destino nadie conoce con certeza. Entre aquéllos desalojos tem-porales destacan el del 14 de septiembre de 2010, que fuera realizado para “despejar” el área donde sería llevada a cabo la ceremonia del “Grito de In-dependencia”. Otro más el del 17 de noviembre del mismo año, cuyo objetivo sería preparar el terreno para garantizar que el último informe del gobernador Ulises Ruiz Ortiz fuera reali-zado “en calma” y “sin contra-tiempos”. En todos los casos después de los desalojos fueron colocados cercos policíacos con el fin de controlar los accesos al Zócalo, pero en cuanto estos

fueron retirados días después, los comerciantes lograron reins-talarse nuevamente. Para finalizar esta breve des-cripción, me gustaría destacar la importancia del Zócalo en tanto el espacio por excelencia donde se manifiesta el poder; además de señalar las razones de la Or-ganización “14 de junio” para disputarlo, a pesar de la con-flictividad que esta situación les representa.[…] si se quiere hacer un bloqueo, lo vamos a hacer afuera, pero también sabemos que si se hacen los bloqueos, las manifestaciones afuera, nadie más lo va a ver ¿no?, así se tomó la decisión de que en el momento que se va afuera al bloqueo, que no se iba a dejar el Zócalo, porque creemos también que el Zócalo es de todos, es una plaza que pertenece al pueblo siempre ha sido así, donde se han hechos grandes mítines desde

14/09/10

Frente a ex Palacio

Previo festejo 15

septiembre.

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muchos años atrás ¿no?, recorda-mos un poquito a Flores Magón, que también hizo allí su mítines, que allí aglomeraba a la gente, de que siem-pre ha sido una plaza pública, enton-ces creemos que no va a ser por una decisión que se cambia de lugar, es una forma también de resistir y decir a las demás personas, a las visitas, a los turistas, a todos los demás que pasen, -que forzosamente tienen que pasar por el Zócalo, el centro de la ciudad-, ver que sí, que es una re-beldía, que es un lugar de resisten-cia. (María Martínez, 22 años)

Palabras finales Si recuperamos todo lo expuesto hasta ahora, a manera de conclu-sión, es posible señalar que la im-portancia de la Organización “14 de junio” radica en que inau-gura una singular forma de apro-piación del espacio público, en la que se desvanecen las fronteras entre la actividad de subsisten-

cia (asociada al comercio) y la protesta social. Dicha situación es posible gracias a las múltiples representaciones que encierra el espacio público, el cual, como vi-mos, es utilizado por los comer-ciantes como lugar de trabajo, pero también como sitio privile-giado para la denuncia pública. Por estas razones, finalmente considero importante reconocer que el comercio “informal” o “ambulante”, que en este caso simultáneamente toma la forma de “protesta social”, es sin duda un agente fundamental que fa-vorece las condiciones para la ne-gociación y la incorporación de nuevos elementos de legitimidad respecto a los diversos “usos” del espacio público (en este caso el Zócalo de la ciudad), más allá de las visiones estigmatizadas o es-tigmatizantes que comúnmente rodean a este tipo de actores.

19/11/10. Esquina F.Magón y Las Casas.

Previo último informe.

Bibliografía:

Boletín Ciudadano Revolucionario (BCR), (2010). “La APPO

vive la lucha sigue. No nos vamos aquí nos quedamos”, 17 de

julio; consultado en: www.boletínrevolucionario.com

Martínez Vásquez, Víctor Raúl (2008). “Crisis política y

represión en Oaxaca” en El Cotidiano, marzo-abril, año/vol.

23, número 148, Universidad Autónoma Metropolitana –

Azcapotzalco, México, pp. 45-62

S. J. Taylor y R. Bogdam (1996). Introducción a los métodos

cualitativos de investigación. La búsqueda de significados.

PAIDÓS, España, 1996.

Puedes consultar más información en:http://revista-miradasocial.blogspot.com

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