Revista Diletante, No. 2

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DILETANTE es una revista electrónica de creación, arte y pensamiento reflexivo, que invita a la colaboración de personas afines al cultivo de las expresiones humanas. Su fin es ofrecer un espacio para la promoción del pensamiento y el diálogo entre autores, críticos y lectores.

Transcript of Revista Diletante, No. 2

r e v i s t a

d i l e t a n t e

Directorio

Gerardo BustamanteDirector

Javier ArroyoSubdirector

Rivka ÁrcegaRedacción

Yoalli Zúñiga SolísConsejo Editorial

Diletante es una revista electrónica de publicación

bimestral, editada por Tlama�nime. Año 1, Núm. 2,

Abril 2013. Puebla, Pue. Editores responsables:

Javier Arroyo y Gerardo Bustamante. El material

contenido en esta publicación es propiedad de sus

respec�vos autores. Ninguna parte puede ser

reproducida total o parcialmente sin mención del

nombre, signo o firma con que se iden�fica el autor.

Un suspiro te da la vida. Técnica plata sobre gelatina. Fotografía de María José Moya.

EDITORES

Un agradecimiento especial a todos nuestros colaboradores: Fernando J.

Cansado, Korla Plankton, Arcadio del Lago, Edgar Arellano, Jean Gautier, Efraín

Serna, Gérman Cejudo, David Sánchez y Eréndira J. Cano. Además de la

participación de Yoalli Zúniga en el consejo editorial.

ÍNDICE

Arte5 Más que un arte

Fernando J. Cansado

7 Korla Plankton

Letras11 Tristes sueños cantando

Arcadio del Lago

13 Solamente suspiros

Edgar Arellano

15 El hombre de las fotos

Jean Gautier

18 Itayata

Efraín Serna

21 Hombre que llora

Germán Cejudo

Filósofos perros23 Breve comentario sobre la masa

Gerardo Bustamante

26 Las redes (anti) sociales

David Sánchez

Punto azul29 Buen vivir y sustentabilidad Inc.

Eréndira J. Cano

A R T E

5

Cuando varios nobles de Florencia, allá por nales

del siglo XVI, formaron la Camerata Fiorentina,

anhelaban recuperar el espíritu del teatro griego,

esas tragedias de Esquilo, Sófocles o las comedias de

Aristófanes o Cratino. Querían lograr una simbiosis

entre la música y la palabra. Ignoro si lograron

imaginar la evolución que iba a tener la ópera a lo

largo de estos siglos, mas supongo que tendrían

bastante con lograr recuperar esos vestigios del

pasado lejano, conscientes de sus posibilidades

literarias y sus cualidades musicales. Incluso la

temática tendía a temas como las ninfas Dafne,

Euridice —de las que Jacopo Peri hizo las primeras

obras—, o el famoso Orfeo (1607) de Claudio

Monteverdi, más propios de la literatura griega

arcaica.

� Aunque la Camerata Fiorentina no imaginaría

la magna evolución de estas obras en el futuro —al

n y al cabo, la “opera”, sin acento en la lengua

italiana, es obra en castellano—, sí podían tener una

idea del éxito que tendrían en ese momento porque

no era algo desconocido. Ya en las obras griegas

había una formación, quizás, rústica de esa unión de

la palabra y la música a través del coro. La música

estaba dando sus primeros pasos —aunque se puede

considerar que es algo innato al ser humano— y,

práct icamente, se puede decir que era un

acompañamiento de la palabra. El paso del tiempo es

el que va a dar más preponderancia a la melodía.

La ópera en sí, es una representación teatral

musicalizada, incluso aunque la música domine a la

voz sobre el escenario; es ahí donde encontramos más

que un arte. Para ello habría que invocar a la

enumeración de las diferentes artes: la arquitectura, la

danza, la escultura, la música, la pintura, la poesía y

actualmente el cine. Entre esas artes la música es la

base de la ópera, pero también vemos la literatura,

cuyos libros, en un momento determinado, son objeto

de ser adaptados por los libretistas para su

Más que un arte Fernando J. Cansado

Portada de la ópera L’Orfeo de Monteverdi. Publicada en Venecia en 1609 por Ricciardo Amadino

6

interpretación sobre el escenario. Escritores como

Walter Scott, Victor Hugo o nuestros patrios Antonio

García Gutiérrez o el Duque de Rivas, vieron sus

obras adaptadas por grandes compositores como

Bellini, Donizetti o Verdi. En menor grado, no nos

olvidemos de la importancia que puede tener la

d a n z a e n u n a c o m p o s i c i ó n o p e r í s t i c a ,

especialmente, en París. Por lo tanto, a nivel de

escena, tres artes se ven involucradas en la ópera,

pero también tienen parte en las cuatro restantes

artes mencionadas. Por ejemplo, la arquitectura ha

dotado a la ópera de teatros elegantes y prácticos,

donde ha sido importante tener en cuenta que la

música y la voz lleguen hasta cada uno de los

rincones de la sala, excepcionales ejemplos como el

Festspielhaus de Bayreuth en el que Wagner

propuso tapar la orquesta al público y a su vez crear

mayores efectos en la sonoridad. Las otras dos ya son

más puntuales, la pintura o la escultura. Por último,

destacar la cinematografía, porque ha servido de

poderoso amplicador de la ópera, prácticamente la

mayoría de las óperas cuentan con su versión en cine,

Tosca, por ejemplo, juega con los tres escenarios

habituales de representación: Basílica San Andrés

del Valle, el Palacio Farnesio y el castillo de

Sant'Angelo, y es similar una versión de El rapto en el

serrallo en el palacio de Topkapi, en Estambul,

además de fragmentos que han aparecido en

determinadas películas que sirven para popularizar

más la ópera, quitarle esos prejuicios de música

elitista.

� Vemos, pues, que la ópera es, como indica el

título, más que un arte. Una amalgama donde la

música es el motor. En un principio no se

representaba en teatros sino en estas privadas;

ahora es un fenómeno de masas: sólo hay que

recordar las galas de los Tres tenores. Siglos de

evolución, los castrati, la música barroca, el

clasicismo, el bel canto, el romanticismo, el verismo,

la música contemporánea. Ha sido, además, el

estandarte de sentimientos como ese Va pensiero, con

el que, prácticamente, comienza el camino de la

unicación italiana gracias a la música de Giuseppe

Verdi. También ha sufrido el poder político y

religioso mediante la censura. Ha dado cabida desde

lo divino —incluso nórdico— hasta lo más cercano en

el sentimiento, desde la comedia al drama.

Ofine, fuera de redacción:

a) http://historiasdelaopera.com/i-origenes-de-la-opera-

la-camerata-orentina/i-origenes-de-la-opera-la-

camerata-orentina/

b)http://sobreleyendas.com/2007/07/02/el-mito-de-

orfeo-y-euridice/

Fernando J. Cansado. Originario de España. Acionado a la

ópera. Desarrolla una labor de edición en operamanía.es, como

en su día lo hizo para www.operamania.com.

7

Korla Plankton

Mujer de carnaval, 2013. Tinta sobre papel.

8

Exaltación del placer, 2013. Lápiz sobre papel.

9

Sin título. Fotografía de Korla Plankton.

Korla Plankton

Estudiante del último año en la Escuela Superior

de Ingeniería y Arquitectura del IPN, de entre sus

gustos personales están la pintura, la música, el

cine, la literatura, el teatro y la danza.

L E T R A S

11

Tristes sueños cantando Arcadio del Lago

En una ocasión entré a una librería, iba con algunos

libros en mano y mi violoncello. Conocía bien al señor

que atendía, después de saludarlo, él cortésmente me

presentó a un amigo suyo: un señor obeso, bigotón,

con lentes antiguos y un poco inquisitivo. Al

empezar la plática, me di cuenta que su voz era fuerte,

casi como la de un comandante y sus palabras

presuntuosas. Me dijo: del cello no vas a vivir, mejor

déjalo. No dije nada, me quedé pasmado. Él siguió

hablando, en lo que se fumaba su Churchill y tomaba

sorbos de su coñac. Su amigo sólo nos veía, como un

compinche, a veces decía algunas palabras,

monosílabos. La charla empezó a tornarse densa, por

lo menos para mí. “La música no te va a dar de comer,

ni lo intentes, los músicos y los artistas no viven de

nada, dedícate a otra profesión”, decía mientras se

peinaba el bigote. “A mí me encanta la ópera, voy

seguido a España a escucharla, ¿sabes en qué lugar

me hospedo? En el hotel donde duermen los

cantantes, las grandes divas, que en la noche

cantan”. Yo no decía nada, lo miraba jamente a sus

ojos opacos, un poco cansados por el alcohol y el humo

de un Davidoff. “Ves eso que está ahí”, señala con su

mano derecha una pila de libros, mientras su amigo le

da uno de ellos. “De esto vivo, muchacho”, dice, hace

un ademán para que yo viese el libro. Lo tomo

tembloroso, lo hojeo, son como 600 páginas, pasta

negra, parece biblia—pienso, hago una sonrisa

ngida—, no digo nada. Salgo rápidamente de la

librería, después de una despedida hosca y forzada.

Camino pensando en esas palabras, suenan en mis

oídos como aquellas melodías preferidas, pero esta vez

me atormentan, asustan, me hacen dudar.

� De esta anécdota han pasado casi ocho

años, la recuerdo de manera vívida, fue una

especie de primera lección. En esas épocas

empezaba con el estudio y aprendizaje del

violoncello. Es curioso, pero sigo sin entender

porqué a la gente le sigue preocupando de qué va

a vivir. Todos vamos a vivir de algo, tarde o

temprano. Pero, ¿qué es vivir para aquellas

personas?, ¿acaso vivir es ganar dinero para

comer, pagar una “educación”, dedicarle el

tiempo o la vida a algo que no les gusta,

alimentar empresas destructoras a costa de

“necesidades o lujos”? No lo creo, lo que pienso

es que en esta vida hay que hacer lo que

queramos ser, sin importar los riesgos, las

desventuras o los miedos. Es decir, ser valientes,

imaginativos, y creer en nosotros mismos. Vivir

sin ataduras. “No busques trabajo, escribe”,

decía Saramago.

� No recuerdo el título del libro que aquel

señor me enseñó, lo que sí tengo presente, es que

era sobre Derecho penal o civil, o algo así, la

verdad no le puse la debida atención. No sé si es

12

feliz o está conforme con su vida— eso a mí no

me incumbe ni me interesa—, quizá, de joven,

anheló ser cantante de ópera o cellista.

Arcadio del Lago: caminante, creador de soliloquios,

intolerante con las masas, explorador de pensamientos y

por supuesto, un diletante.

13

Solamente suspiros Edgar Arellano

I

Las alegrías son como el humo

un camino de rosas sin fragancia

uñas que acarician

las heridas de una ilusión

En el alma no hay sonrisas

solamente suspiros

el polvo es la realidad

y las lágrimas ajenas

el alimento de nuestra vida

II

Camina entre viejos árboles

se escuchan lamentos

en ores marchitas

hermosas sombras tratan de nacer

y el aire apesta

El frío acaricia su piel

un sol muere en su mirada

el cuerpo se cubre de rosas

pero su corazón

está lleno de espinas

Busca en el horizonte

sobre nubes escupe su dolor

en la oscuridad descubre bellezas

quiere perderse en suspiros

14

seguir abrazando al temor

para recordar

que los sueños

viven sin respirar

Edgar Arrellano. Pintor, poeta y violinista por ación.

Defensor de los no-humanos. Estudiante de idiomas y

soñador sin cansancio.

15

El hombre de las fotos Jean Gautier

Estás por irte y cerrar el Photo Now cuando ves el

cajón de sobres debajo del mostrador abierto.

Dejas tu bolso a un lado y te agachas para

cerrarlo. Te levantas y quedas petricada al ver

a aquel hombre parado del otro lado. La

campanilla de la puerta ni siquiera tintineó. Está

envuelto en una gabardina negra y sobre la

cabeza lleva un sombrero del mismo color. Una

mano helada acaricia tu espalda lentamente.

Intentas hablar pero sólo consigues emitir unos

quejidos casi inaudibles. El sujeto se da cuenta

de ello y sonríe, mostrándote una la de

irregulares dientes y unas encías podridas.

Coloca sobre el mueble el rollo de una Kodak y

le ves las manos. Blancas como el papel, con los

nudillos vellosos, los dedos largos y torcidos.

� —Quiero revelar estas fotos —te dice.

Debo decirle que ya es muy tarde piensas,

pero no puedes hablar en lo absoluto.

� —Sé que es muy tarde —comenta el

hombre—. Pero de verdad necesito estas fotos

reveladas lo más pronto posible.

Vacilas en tomar el rollo, te aterroriza la

idea de rozar aquellos dedos.

� —¿Podría darse prisa, preciosa?

Percibes por su actitud que empieza a

impacientarse y nalmente coges el cilindro

rápidamente. Pasas al cuarto obscuro y con el

corazón palpitante comienzas el proceso de

revelado.

Boquiabierta, contemplas las fotos ya

reveladas en el cuarto. No puedes apartar la vista

de éstas aunque te horrorizan.

� —¿Ya están listas? Se está demorando

mucho, preciosa —exclama el hombre desde el

mostrador y agrega casi al borde de la cólera—.

No quiero tener que ir a buscarlas yo mismo

¡Mueva el maldito trasero!

Sientes que la sangre se te hela, las tomas

deprisa y las metes en el sobre. Sales al

mostrador y se lo entregas.

� —Muchas gracias, parece usted bastante

fotogénica —comenta y una vez más te sonríe.

Tu estómago se estruja amenazando con

desechar el almuerzo, pero la masa alimenticia

no pasa del esófago. El hombre sale haciendo

tintinear la campanilla. No te pagó pero no te

importa en lo absoluto, el solo hecho de que se

haya marchado es más que suciente para ti.

Pero no podrás sacar esas imágenes de tu mente

en un largo tiempo, quizás nunca…

Cierras el local y tomas un taxi para ir a tu

casa. El viaje es silencioso. Comienzas a recordar

lo que sucedió y tu respiración se agita, sobre

todo cuando rememoras lo último que dijo. El

auto da vuelta en Hamilton Street y ahí está él,

16

parado en la esquina. Lo reconoces por el

atuendo negro. Por un momento piensas que lo

dejarán atrás pronto pero el taxi se detiene frente

a tu casa. Por la impresión has olvidado que ya

estabas por llegar. El taxista se voltea para verte.

� —Ya llegamos, preciosa —dice al tiempo

que esboza un sonrisa. Reconoces la carne

podrida de las encías. Lanzas un grito, abres la

portezuela y sales corriendo. Volteas hacia la

esquina de la calle y ves al hombre de la

gabardina caminando hacia ti. Entras a toda

prisa a tu casa no sin antes mirar sobre tu

hombro: el taxi ha desaparecido. Escuchas los

pasos cada vez más cerca del sujeto y cierras con

llave ambas chapas de la puerta principal. Te

quedas quieta frente a ella. Oyes cómo sube los

escalones del porche y se queda parado del otro

lado. Estás aterrorizada pero a la vez furiosa.

� — ¡¿Qué es lo que quiere?! —Gritas—

¡Déjeme en paz, maldición!

� —Tranquilícese, linda. Sólo quiero

tomarle unas fotos.

Estás helada. Unas fotos. Iguales a las que

revelaste. Fotos de gente que acaba de ser

mutilada con una especie de sierra. Con

mordidas en el cuerpo, hechas por mandíbulas

de un ser que no puede pertenecer a este mundo.

Personas con deformaciones y quemaduras tan

horrendas que sólo se pueden crear con altísima

radiación. Pero sobre todo las mordidas,

abundan las fotografías de gente con esas

mordidas.

Cuando nalmente logras que tus piernas

reaccionen, corres hacia el teléfono. Marcas el

número de la policía.

� —¿Diga?

� —¡Por favor ayúdenme! Hay un hombre

que quiere matarme afuera de…

� —¿Ayuda? Claro que la ayudaré,

preciosa. Sólo déjeme entrar.

El auricular resbala de tus dedos y cae al

suelo. En ese momento escuchas un estallido

seguido de unos pesados pasos. Te das la vuelta,

la puerta se hizo añicos mientras que el hombre

avanza lentamente hacia ti. Observas que lleva

colgada una Polaroid del cuello. Además de que

sus ojos se han encendido. Cuando intentas

correr escaleras arriba ya está demasiado cerca y

te toma del brazo con una fuerza sobrehumana.

Sus ojos se han encendido como los faros de un

auto, coloreados con un rojo intenso, no hay iris

ni esclerótica, ni siquiera una pequeña pupila.

� —Sólo hay que hacer unos ajustes —te

dice mientras inútilmente tratas de zafarte. El

miedo es tan intenso que ni siquiera puedes

pensar. El hombre abre la boca como si fuese a

gritar hasta alcanzar un gran tamaño, sus encías

se hinchan y de las mismas nace una hilera de

enormes y alados colmillos. Atrae tu brazo

hacia sus fauces abiertas. Entonces descubres la

pelotilla naranja goteante que cuelga en su

garganta. Tres veces más grande que cualquier

campanilla humana. En un último arrebato de

protección combinado con algo de ira metes la

mano que tienes libre y la aprietas con fuerza

hasta que la sientes reventar. El sujeto lanza un

grito de dolor. Ahora él es el que siente miedo.

Mucho miedo. Cierra las fauces haciendo

17

pedazos los huesos de tu brazo y desgarrando la

carne. Te da un empujón, tropiezas y caes de

bruces. Aúllas de dolor en el suelo ensangrentado,

el hombre cae de rodillas junto a ti. Su boca ya es

de tamaño normal y espumea abundantemente

mientras sus ojos comienzan a derretirse.

Luego de hacerte un torniquete con el

cinturón, ves la espantosa mancha en la que se ha

conver t ido aquel engendro . P ierdes e l

conocimiento y cuando despiertas no encuentras

rastro alguno de lo que fue su cuerpo. Sólo la

Polaroid. ¿Acaso fue tan sencillo matarlo?

Te ves reejada en la lente obscura.

18

Itayata Efraín Serna

Itayata

Me gusta ver, hilacha de olores

cuando revientas del tallo

de la itayata, y erectas por el viento

que te da semblanza.

Un hilo prende desde la estancia

de los cielos, no vuela

sólo admira el vuelo, y cae

sin aire de tiempo.

Tranquila, te veo

desde los pies de tu vaina,

que en mi sauce erecto

encuentra asilo.

Me encantas itayata

las solas noches que veo en tus ojos

cerrar la luna y soñar con verte

en el después de mis sueños.

Me encantas itayata,

mis solos días, en que tu dormida

al otro lado del mundo

respiro versos

que llaman a veros.

19

Preguntas amada mía:

¿si arde mi llanto de agrestes males

al estar ausente tus ojos rasos?

No, itayata mía

el llanto arde obrando un mundo

en el que pronto estaremos juntos.

Pequeña nube de oriente

I

Soy barco con vela y sin viento,

varado en un manto de silencio,

palpitando cual algún

pensamiento regresa en el tiempo

en que azotabas mi asta,

pequeña nube de oriente.

II

Niña claridosa, debo tiempo al cuerpo

de vigilar tu mundo con un beso entre el cielo.

20

III

Dejemos de nuevo la casa mojada,

mis hebras entre tus manos enjaretadas

mi boca sobre tu arder en palma,

y la nada del respirar de una casa mojada

en el vivir todo de mis recuerdos que tu pintabas,

pequeña nube de oriente.

Efraín Serna. Escritor, músico y colaborador de la revista diletante. Es originario de Acapulco de Juárez,

Guerrero. Actualmente estudia Lingüística y Literatura Hispánica en la UAP.

21

Hombre que llora Germán Cejudo

Barajeo todos mis recuerdos,

sobre las cartas caen las gotas,

gotas tristes de momentos viejos

deshacen mis entrañas y mi boca.

La luna mentirosa como siempre

me observa a lo lejos en mi cama

quebrado, porque he visto a la muerte

que, a los hombres que lloran, ama.

Yo, onanista y decrépito,

sin luz, sin poesía pero con miedo,

que me inunda con estrépito,

me aterra, me duerme y me pierdo.

Sombras inmisericordes que hieren,

y una extraña música oscura y fúnebre

adornan mi cuerpo inmundo, inerte

que muere en las noches lúgubres.

El cielo se cierra a mi llegada,

es el purgatorio el que me acoge,

es ahí donde veo la imagen abnegada

y me quiebro en llantos en la noche.

La muerte carcome las vísceras

que el dolor, poco a poco, deja

y pronto todo se consume como cera

porque el dolor es sólo la espera.

Germán Cejudo Castilla. Músico. Actualmente es

estudiante de la linceciatura de matemáticas en la

BUAP. Comparte lo que alguan vez le expresara un

amigo: “Haz tu propio intento. Tu recompensa será

hacerlo, tu castigo haberlo hecho”.

f I L Ó S O F O S P E R R O S

23

Breve comentario sobre la masa Gerardo Bustamante

Existe un poder que nunca ha sucumbido en la

historia de las tiranías, manteniéndose,

generalmente, dentro del papel de la oposición

subyugada. Se le ha llamado despectivamente

“masa”, otros la han señalado como la

“mayoría”, y cada vez que ha triunfado le han

dado el nombre de justica. Quizá sea la más

temible manifestación humana, pues, se

conduce con delirio poseída de una convicción

absoluta. ¡Cuán terrible sería escuchar para

cualquier autoridad aquellas voces sin

individualidad gritando: revolución!

Maleable, supercial y sobrante, la masa

se puede reducir sin escrúpulos a un objeto de

uso, que bien podría ser representado como un

guante. Es abrumador el número de manos a las

que podría ajustarse: ambiciosas, tiranas,

frágiles, ciegas, astutas y pocas benévolas. En la

mano del hombre ciego la masa es ciega. Se

desliza sobre horizontes oscuros creyendo lo

invisible. La sentencia de Eurípides: “la masa es

una cosa temible, cuando sus jefes son

perversos”, representa el olor trágico vertido

por los dioses a las pasiones del hombre.

La masa nace de la sociedad, del pueblo

aglomerado. Inicia con un sólo individuo

desprotegido y sin identidad, que al no ser

capaz de labrarse un mundo le es menester

acoplarse a algo, cualquier cosa, como una pieza

de rompecabezas buscando adaptarse a la pieza

que tiene a lado. Así van juntándose hasta

formar un montón de brazos olvidados de su

propia inteligencia, convirtiéndose en un

monstruo sin razón, que por su potencial de

barbarie debe mantenerse alejado de los

impulsos. Pocas almas, han logrado serenar a la

bestia. Quizá la más grande de aquellas fue

Gandhi, el hombre de la no violencia. En una

ocasión expresó: “El poder de las multitudes es el

deleite del tímido. El valeroso de espíritu se

deleita cuando combate a solas”.

Hay hombres que consientes de que el

espíritu de la bestia habita en la sociedad, la

evitan cuando se vierte su aroma en el ambiente.

Nunca se sentirán cómodos en las reuniones

sociales. Preeren la soledad o el diálogo con una

sola persona, pues cuando varias voces aparecen

para proferir juicios, se pierden los argumentos y

saltan las opiniones. Por ello, difícilmente se

encontrarán junto a los demás. Se puede discutir

con un hombre, pero no con una muchedumbre.

Como escribió Schopenhauer: “cien necios

puestos en montón no producen un hombre de

talento”.

En ocasiones, la aparente sociedad pasiva,

puede ser invadida por un sentimiento de

24

indignación. Y cuando existe una provocación

ante ese estado, se encienden los ojos de la

bestia. Si no hay un Gandhi entre los hombres de

valor, se está ante la ferocidad sin control de la

masa. Es más fácil gritarle a alguien que “se vaya

al diablo” que dedicarle tiempo a la reexión,

pues en ánimos agitados el enojo es lo que

domina al hombre. Una vez que la ira se

presenta en un individuo, los

demás, por su propia adaptación al

grupo, se ven contagiados.

En los coloquios losócos

de Confucio leemos: “Cuando una

muchedumbre de personas se

halla reunida durante todo un día,

las palabras de ellas no son todas

las de la equidad y la justicia; sólo

se complacen en ocuparse de cosas

vulgares y llenas de astucias. ¡Qué

difícil les es hacer el bien!” Sin

embargo, es posible que un

c o n j u n t o d e i n d i v i d u o s ,

realmente, busquen hacer el bien;

pero no es suciente una intención,

el bien se hace, y este no llega sino

por una larga reexión. Una

verdadera reexión en cada uno de

los individuos de tal conjunto,

lleva irremediablemente a la

separación. Cuando hay separación la bestia

muere, y cuando la bestia muere, hay lugar para

la razón y las palabras.

Debemos tener cuidado de nuestras

acciones, de nuestros pensamientos, de la

inuencia que tenemos del mundo. Vivimos en la

era de las masas. En el inicio de las civilizaciones

el poder pertenecía a un solo hombre, después

surgió otra fuerza que se llamó aristocracia, con

el desarrollo de la técnica nació la burguesía, y

por último, empezó la revolución de las masas

con el llamado proletariado. Los derechos

ganados se convirtieron en un poder legítimo,

lamentablemente, ese poder se

usa sin responsabilidad. Cada

individuo es como un tirano a

pequeña escala cuyos móviles

surgen de la imitación. Jamás ha

sido tan grande el poder de las

multitudes. Poder que sólo

resulta en detrimento para todo lo

que se le atraviesa. Las masas se

vuelven consumidoras y voraces.

No hay juicio. Se multiplican.

Individualmente cada quien

e x i g e u n r e i n o . A s í v a n

moviéndose. Ahora todos se

creen reyes.

Hay razón en temer las

acciones de los muchos. En

a q u e l l o s a c t o s d o n d e

a p a r e n t e m e n t e e x i s t e u n a

pasividad se esconden males

inimaginables. Las cosas que son

aceptadas por la mayoría, son las cosas fáciles, las

que no se dan por la vía de un riguroso

pensamiento, sino las que se obtienen por el

menor esfuerzo mental. La masa nunca sabrá de

las consecuencias. Ni siquiera sabe las causas.

Fragmento La marcha de la humanidad en la Tierra y hacia el Cosmos, mural pintado por David Alfaro Siqueiros, Polyforum Cultural Siqueiros.

25

Esa es la gran irresponsabilidad de muchos. No

saben cuánto daño hacen al mundo.

Séneca decía: “Tal es la opinión de la

mayoría… por eso mismo es la peor de todas. La

aprobación de la multitud es el indicio de que la

cosa es mala. El vulgo es el peor intérprete de la

verdad”.

A pesar de lo mencionado, el no formar

parte de la masa bien podría ser juzgado como un

acto de locura. La persona que se mantiene

apartada siempre representará una amenaza

contra la naturaleza de las mayorías. No

olvidemos las palabras de Ikram Antaki: “No hay

mucha valentía en sumarse al aplauso unánime,

hay valentía en oponerse a las unanimidades”.

Si la masa fuera inofensiva, no sería

necesaria una resistencia a la corriente. Incluso la

unión a ella sería tolerable. ¡Si tan sólo las

inteligencias fueran las que se sumaran a las

masas! Pero todo queda reducido a la siguiente

máxima de Goethe: “Nada es más repulsivo que la

mayoría: pues está formada de unos pocos

cabecillas enérgicos, de unos pícaros que se

acomodan, de unos débiles que se asimilan, y de la

masa que sigue la corriente sin tener la menor idea

de lo que quiere”.

Gerardo Bustamante. Confucionista, diletante e

ingeniero.

26

Las redes (anti) Sociales Pequeño recuerdo post-moderno

V. David Sánchez M.

Es un síntoma gracioso el creer que la

globalización y su comunidad de redes

tecnológicas nos hacen un favor al socializar, si

bien es cierto que la capacidad de comunicación

entre partes del mundo se vuelve un tanto más

sencillo, olvidamos los principios más básicos

en las relaciones.

� Las relaciones sociales pretenden tener

dos partes fundamentales sobre las cuales se

actúa, en primera instancia, se encuentra el ente

físico, al cual se le deposita el reconocimiento

representativo. En segundo lugar, se encuentra

la abstracción personal, donde se procesa la

imagen relacionada con la personalidad y se le

metamorfosea para dar como resultado a la

persona social.

� Lo que pasa en las redes sociales es que

muchas veces las dos partes se pueden

distorsionar, por ejemplo: se sabe que en las

redes sociales se pueden falsicar las imágenes,

esto implica que no sólo el ente físico se

distorsiona, éste mismo ente se vuelve

totalmente abstracto. En la parte abstracta, las

personas juzgan por medio del conocimiento e

interacción de la persona, esto es porque es

necesario un proceso de rituales físico-mentales

para crear conanza entre las personas.

� Las redes sociales rompen el esquema de

ritual humano, puesto que en primera no

siempre se conoce físicamente a la persona con la

cual se interactúa y en segunda no se está seguro

el nivel de abstracción que pueda reejar por

comentarios y post. Lo que rompe con la sinergia

del ritual humano.

� ¿Cómo podemos hablar que las redes

sociales son sociales cuando en si nos alejan de la

realidad? La complejidad va en aumento

cuando se toman en cuenta factores importantes

para lo formación de relaciones sociales: el físico,

la apariencia, la tonalidad de voz, la forma de

expresión, etcétera. Debemos aceptar que en un

principio tenemos mecanismos elitistas en la

formación de relaciones humanas y en un

mundo tan abstracto como lo puede ser una

página de internet hay muchas veces carencia o

falseo de la información.

� Más allá de formar relaciones sociales,

depositas tu ser a un alter ego que muchas veces

socialmente está impedido por factores de

confortabilidad, es decir, lo que para muchos

pude ser una persona reprimida en sociedad, en

un medio de comunicación como éste, puede

aprovecharse de esta falta de información para

reejar la persona que quisiera ser. El conjunto

de interrelaciones que se conforman por proceso

ya preestablecidos empieza a carecer de reglas

27

sociales, así pues, cuando uno desea ser alguien

que no es, sólo falta con dar un click y

transformar el mundo a su favor.

� ¿ P o r q u é l a s r e d e s s o c i a l e s s o n

antisociales? La transferencia de tu persona en

una página web produce un desentendimiento

de tu realidad, un alejamiento a esta misma y

una codependencia a la imagen abstracta que

has construido. Primero empieza con el

reconocimiento de otra persona, lo que en un

rango de posibilidad implicaría el “amigo” que

nunca pudiste tener, posteriormente encuentran

a alguien tan inestable para reconocer una

relación íntima por este medio. Al nal se

deposita la persona en ese irreconocible alter

ego a tal grado que su vida depende de la red

social; lo que signica horas y horas detrás de

una pantalla posteando y esperando respuestas.

¿Cómo puede llamarse una red social cuando te

aleja de la sociedad?.

� A largo p lazo la persona p ierde

interacciones sociales en el mundo real y crea

una pseudo-persona en la internet. Al nal

dicha persona se desmaterializa y olvida quién

es realmente, sólo se transere.

� Si bien se hace una nueva forma de

sociedad, cada vez esta se vuelve más

deforme, hasta el punto que nuestra existencia

dependerá de la cara que queramos dar y no

de la que nos pertenece. ¿Qué tan social puede

ser esto

Nuestra imagen actual, 1947, David Alfaro Siqueiros,

Museo de Arte Moderno, INBA, México.

V. David Sánchez Mtz. Estudiante, escritor de

pasatiempo y por necesidad de expresar su

idiosincracia. En su pasión por la escritura se ha

centrado en la crítica de distintos comportamientos

humanos y su relación con la posición en que se

coloca al propio ser con respecto a todas las

especies vivas.

P U N T O A Z U L

29

Buen vivir y sustentabilidad Inc. Eréndira J. Cano

Cada vez con mayor frecuencia podemos

encontrar en supermercados, cadenas de café y

comida rápida u otros establecimientos del

estilo, una gran cantidad de productos que

exhiben en sus etiquetas leyendas como

“amigable con el medio ambiente” o “envase

biodegradable” –por poner sólo un par de

ejemplos-, pero sobre todo (¡oh! felicidad de los

conservacionistas) es notable el aumento en el

número de productos “provenientes de

agricultura sustentable”, “orgánicos” o de 1

“fairtrade” que se venden en estos lugares y

que en algunos casos, incluso son la base de su

imagen corporativa (cualquier parecido con

Starbucks es mera coincidencia).

¡Enhorabuena! Las transnacionales ya se

preocupan por la sustentabilidad y el planeta,

procuran comercializar productos que paguen

a los campesinos lo justo por su trabajo y que no

tengan el coctel de conservadores y aditivos que

tanto daño hacen a la salud humana… ¿Ah sí?

¿De verdad como sociedad estamos dando el

vuelco a una mayor conciencia en lo que

consumimos? ¿Ya somos sustentables, verdes,

conscientes…?

Desde que aparecieron apartados que

obligan a los gobiernos a tomar “medidas

sustentables” en acuerdos internacionales de

diversa índole y a partir de que en organismos

como el FMI (Fondo Monetario Internacional), el

Banco Mundial o el BID (Banco Interamericano

de Desarrollo) se impulsó la implementación de 2

“políticas verdes” ; todo el mundo está ansioso

por correr a formarse en las las que dicen

“empresa sustentable”, “certicación orgánica”,

“comercio justo”…

No obstante, sería interesante que –en

primer lugar y para ponernos de acuerdo-,

revisáramos el concepto de desarrollo sustentable,

ya que es precisamente bajo su nombre que han

aparecido todos estos modelos, certicaciones,

políticas y planes.

La primera vez que el mundo escuchó

juntas estas dos palabras fue en un documento

llamado “Nuestro Futuro Común”, que después

fue bautizado como “Informe Brundtland” y en

el cual una comisión formada por diversos

países –con la Dra. Brundtland, primer ministra

de Noruega a la cabeza-, redactó un informe

sobre la situación socio económica del mundo en

ese momento, reconociendo la problemática 1“Comercio justo”; me siento obligada a usar el vocablo sajón

pues es el título oficial dado por las certificadoras

internacionales.

(Nota personal: como si alguien en este mundo aún creyera

que el comercio puede ser justo…).

2Vano intento de ser “políticamente correctos”, incorporar

voces de inconformes y conservacionistas y justificar el

mantenimiento de un ritmo de crecimiento económico

obviamente insostenible e incompatible con la naturaleza.

30

ambiental que comenzaba a despuntar en el

horizonte mundial e intentando plantear

alternativas que respondieran a ello.

Así, en el documento que por el momento

nos ocupa, el desarrollo sustentable fue denido

como: “el desarrollo que satisface las necesidades de

la generación presente sin comprometer la capacidad

de generaciones futuras para satisfacer sus propias

necesidades”. Como podemos ver –y lo cual ha

provocado que sea objeto de diversas y nutridas

críticas- en este párrafo en ningún momento se

hace referencia a la conservación del ambiente y

mucho menos se plantea la posibilidad de

recongurar el esquema y ritmo de crecimiento

y producción, principales causas del deterioro

ambiental.

Aún así, este documento dio pie al

surgimiento de un nuevo paradigma, el de la

sustentabilidad, que desde su origen reitera que el

crecimiento económico y tecnológico no está en

desacuerdo con la preservación de la naturaleza.

De tal suerte, bajo este concepto el crecimiento

económico no debe ser frenado: el actual modelo

de apropiación de la naturaleza debe ser, en

cierta forma, modicado, para asegurar la

permanencia y regeneración de los recursos 3naturales . De esta manera se aseguraría su

explotación tanto por las generaciones presentes

como por las futuras.

C o n t a l e s a r g u m e n t o s , n o e s d e

sorprender que este concepto desde su aparición

haya sido fuertemente cuestionado y visto por

diversos ideólogos (entre ellos Ivan Illich,

acérrimo crítico de la sociedad moderna), como

uno más de los discursos del desarrollo y el

capitalismo, pues implica la continuidad del

actual modelo de producción y consumo de

bienes, que como bien se sabe, son los

responsables de grandes consecuencias sociales,

políticas y ambientales.

De tal suerte, el desarrollo sustentable es un

término acuñado por las naciones hegemónicas,

que no puede dejar de contemplar sus intereses

económicos: aunque se hable del manejo de los

recursos naturales para su conservación, no se

deja de hablar en términos utilitarios. Además,

no podemos cegarnos ante la evidencia de que

existen fuertes intereses económicos y políticos

que adoptan el desarrollo sustentable como

bandera para lograr sus nes, pues las naciones

desarrolladas siguen imponiendo sus modos de

vida y patrones de consumo a las naciones “en

vías de desarrollo”, so pretexto de un modelo

“sustentable” de producción.

El consumo de productos “orgánicos”,

“de comercio justo” o “biodegradables” no

resolverá los problemas ambientales actuales.

Como reza una de las máximas de la educación

ambiental, es mejor “no generar” desechos a

través del consumo consciente y responsable,

que implica comprar directo a productores, en

mercados locales, con la menor cantidad de

empaques posible y únicamente lo que se

necesita. Se trata también de revalorar,

3“Es de notar el uso del término “recursos naturales”, que lleva

implícita la concepción de la naturaleza como un recurso, esto

es, un objeto o una serie de objetos con un valor de cambio y

sujetos a leyes de mercado.

31

comercialización que impliquen un trato justo

entre los involucrados y que reduzcan la huella

ecológica de los productos que estamos

consumiendo.

En ese sentido y siguiendo con las

incongruencias de la sustentabil idad , las

sociedades locales (indígenas, campesinas) tenían

modos de producción, apropiación de la

naturaleza e intercambio de productos

ambientalmente amigables y socialmente justos,

los cuales fueron reprimidos y absorbidos por

avasallantes formas capitalistas y corporativistas

de organización y producción. No obstante, en el

discurso que prevalece actualmente desde

organismos internacionales, se habla de retomar

estos modelos tradicionales, como una estrategia

discursiva e hipócrita de aprovechar los recursos

de las comunidades locales para seguir

manteniendo los niveles de consumo de países

industrializados.

Ante todo este panorama y como respuesta

a la imposición (¡otra vez!) de conceptos y

modelos ajenos a la realidad propia, es cada vez

más común la discusión y creación de términos

locales alternativos al de sustentabilidad, que

realmente respondan a las cosmovisiones,

necesidades, expectativas y esperanzas de los

pueblos que verdaderamente buscan regresar a la

vía de la tierra, de producir e intercambiar con

equidad, cariño y conciencia.

Es así que el término Buen vivir se ha

propuesto como una opción de vida que incluye

aspectos productivos y económicos; pero también

espirituales, organizativos, sociales o de género y

su difusión como modelo alternativo y contrario

al del Informe Brundtland, cobra cada vez más

fuerza, sobre todo en los países del Sur, con

modelos de consumo y producción muy distintos

a los de países “desarrollados”.

Desde pueblos indígenas y comunidades

locales y a partir de foros campesinos y

encuentros de colectivos, se han acuñado modelos

que contienen una serie de elementos y

propuestas derivadas de cosmovisiones,

realidades y necesidades locales.

Algunos ejemplos de ello son: el Lek'il

Kuxlejal (buen vivir) acuñado por mayas tsotsiles

y tseltales de Chiapas; el Sumak Kawsay (hermosa

vida)que enarbolan como modelo de vida las

comunidades andinas quéchuas de Sudamérica;

el Minobimaatisiiwin (good life) de algunos

pueblos originarios de Estados Unidos, Canadá y

Alaska, quienes hartos de ser quienes más

padecen los estragos de modelos desarrollistas y

contaminantes , han recordado el papel

preponderante de las mujeres en su religión y

organización, proponiendo modelos contrarios a

l o s e u r o c e n t r i s t a s q u e l a s d e n i g r a n y

menosprecian y reconociéndolas sabias y

poderosas; el Suma Qamaña (buena vida) de los

aymara andinos, quienes junto con los quéchua,

son ejemplo mundial de organización y

producción basadas en saberes y creencias

ancestrales; el Teko Porá o Teko Kavi de los

guaraníes amazónicos, tan golpeados y afectados

por la extracción petrolera en su territorio, uno de

los más biodiversos del mundo; y el Sési irekani

(buen vivir)de los p'urépechas de Michoacán; por

32

citar sólo unos cuantos ejemplos de los cientos que

están surgiendo cada día desde comunidades

locales en todo el mundo.

Desde nuestras pequeñas trincheras,

podemos hacer cambios que realmente

respondan a nuestra historia y necesidades. La

certicación orgánica participativa como

alternativa a las certicaciones –carísimas y

corporativistas- de organismos certicadores

internacionales es una hermosa opción para

acercar a productores y consumidores de

productos sanos y verdaderamente amigables con

la Madre Tierra; el sistema de trueque –de

servicios, productos o lo que se nos ocurra- cada

vez toma más fuerza y la creación de pequeñas

comunidades de intercambio en barrios, colonias

y comunidades, es una opción viable y sencilla

para obtener a un precio justo aquello que puede

satisfacer nuestras necesidades, creando a la vez

lazos y colectivos que puedan ser la semilla de

cambios profundos que comiencen despacio y en

pequeño, pero con pasos rmes y amorosos.

Eréndira Cano Contreras. Aprendiz de bruja, semillita de

permacultora, bhaktiyoguini y consteladora comunitaria.

Etnobióloga apasionada por las cosmovisiones indígenas, el

trabajo comunitario y la defensa, conocimiento y valoración

de las variedades locales de plantas y animales.