Revista DMA - Bienaventurados los pobres (Enero - Febrero 2010)

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REVISTA DE LAS HIJAS DE MARÍA AUXILIADORA BIENAVE N T U R A D O S LOS POBRES damihi animas 2010 Año LVII Mensual n. 1/2 Enero/Febrero Poste Italiane SpA Spedizione in Abbonamento Postale D.L. 353/2003 (conv. in L. 27/02/2004 n° 46) rt.1, comma 2 - DCB Roma

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Revista de las Hijas de Maria Auxiliadora

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4 EditorialNovedades para el 2010de Giuseppina Teruggi

5EncuentrosBienaventurados los pobres

13Primerplano14El porqué de TeresaLa elección de don Bosco

16Raíces de futuroHistoria como amor a la vida

18Amor y Verdad Para un desarrollo humano integral

20Hilo di AriadnaMilsetecientosveinte

REVISTA DE LAS HIJAS DE MARÍA AUXILIADORAdma damihianimas

Profundizaciones pedagógicas

bíblicasy educativas

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(conv. in L. 27/02/2004 n° 46)

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dmaRevista de las Hijas

de María AuxiliadoraVía Ateneo Salesiano 81

00139 Roma

tel. 06/87.274.1 • fax 06/87.13.23.06e-mail: [email protected]

Directora responsableMariagrazia Curti

RedacciónGiuseppina TeruggiAnna Rita Cristaino

ColaboradorasTonny Aldana • Julia Arciniegas

Mara Borsi • Piera Cavaglià

María Antonia Chinello • Anna CondòEmilia Di Massimo • Dora Eylenstein

Laura Gaeta • Bruna GrassiniMaría Pía Giudici • Palma Lionetti

Anna Mariani • Adriana NepiLouise Passero • María PerentalerPaola Pignatelli • Lucía M. Roces

María Rossi • Loli Ruiz Pérez

foto Unicef/Giacomo Pirozzi

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27En búsqueda 28CulturasLa amistad entre la tortuga y el águila

30 PastoralmenteHacerse adultos

32Mujeres en contextoA quince años de Pekín

33Palabras claveSinagoga, casa del encuentro

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AÑO LVII • MENSUAL / ENERO FEBRERO 2010

35Comunicar36¿Por qué Cara a Cara?

38Comunicar la fePara una buena comunicaciónde la fe

40Video Up, la vida es una aventura

42VitrinaRecensiones de vídeos y libros

45LibroSalvados en esperanza

46Camila¡Una marcha más!

n.1/2 enero-febrero 2010Tip. Istituto Salesiano Pio XI

Via Umbertide 11 - 00181 Roma

ASSOCIATAUNIONE STAMPA PERIODICA ITALIANA

Bernadette Sangma• Martha SéïdeTraductoras

Alemán • Inspectorías alemana y austriaca Español • Amparo Contreras Álvarez

Francés • Anne Marie BaudInglés • Louise Passero

Japonés • Inspectoría japonesaPolaco • Janina Stankiewicz

Portugués • María Aparecida NunesEDICIÓN EXTRACOMERCIAL

Istituto Internazionale Maria AusiliatriceVia Ateneo Salesiano 81, 00139 Roma

c.c.p. 47272000Reg. Trib. Di Roma n. 13125 del 16-1-1970Sped. abb. post. art. 2, comma 20/c,

legge 662/96 – Filiale di Roma

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ayudan a reforzar la audacia del ‘da mihi ani-mas’. La figura de Miguel Rúa se verá en es-ta óptica. Algunos temas generadores de la Encíclicade Benedicto XVI “Caritas in Veritate” hacende trama en la sección Amor y verdad,mientras Palabras clave señala temáticas inherentes al diálogo interreligioso e inter-cultural. En la sección Culturas hay narracio-nes e historias de vida de diversos contex-tos asiáticos y en Mujeres en contexto seproponen núcleos de reflexión sobre lacondición de la mujer en varias partes del mundo, sobre la base de testimonios ybuenas praxis presentadas por la ONU.

Sabemos cuán importante es hacer denuestras comunidades ambientes de vida yde esperanza. En Cara a cara se ofrecen ide-as para la reflexión a partir de las temáticasde la comunicación, sobre todo inherentesa las dinámicas de las relaciones interperso-nales. El Capítulo ha remachado el valorprioritario de la evangelización hoy, en cadacontexto cultural: Comunicar la fe se propo-ne responder a esta urgencia.Continúan las secciones Hilo de Ariadna,Pastoralmente, Vitrina vídeo y libros, Camila.

Feliz año, pues, en compañía de la RevistaDMA; presencia amiga y discreta, que quie-re hablar a la vida y construir red en todo elInstituto.

[email protected]

Novedades para el 2010Giuseppina Teruggi

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La nueva forma gráfica del DMA quiere serun deseo de camino en novedad en esteaño que concluye la primera década del mi-lenio. En continuidad con su naturaleza deinstrumento para la formación de las FMA,abierta también a laicas y laicos, la Revistapresenta, en la primera parte, una nuevamodalidad de propuesta de reflexión. LaEntrevista, que interpela a personas signifi-cativas a las que se pide una profundizacióndel tema elegido, sustituye al Dossier lema.

Encuentros es el título elegido para esta primera parte. En la búsqueda de una te-mática unitaria que hiciera de argumentopara todo el año, el grupo de redacción hacreído urgente proponer la de la ‘pobreza’,vista en la óptica de la identidad carismáti-ca y de la misión educativa, con referenciaa la segunda Orientación del CG XXII. A partir del retorno bíblico que es su fun-damento: Bienaventurados los pobres de espíritu, cada Encuentro profundiza la relación entre pobreza y misión, justicia,salvaguardia del universo, bien común, sobriedad.

Varias las novedades también en las Seccio-nes. En línea con la invitación del Capítulode profundizar las figuras de los Patronos,la Revista ayuda a reflexionar sobre El por-qué de Teresa/El porqué de Francisco. Denaturaleza histórica es la sección Raíces defuturo, que recorre el camino del Instituto através de experiencias y testimonios que

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Bien-aventurados

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dad en los individuos y en las distintas comunidades. Los primeros sostienen que las naciones ylas comunidades más poderosas han im-puesto un sistema injusto al resto de lahumanidad que debería ser rechazado ysustituido con un sistema más justo quelleve al final de estas situaciones de po-breza; ahora también aquellas mismas naciones están atravesando un momentode crisis.Los otros insisten en el hecho de que la pobreza se debe al fallo individual y delas comunidades que no logran valorar lasoportunidades así como se les presentan;éstos deberían salir de una suerte de letargo y aprender a ayudarse.Ambos puntos de vista contienen verda-des. Pero ambos se equivocan al intentardescargar toda la responsabilidad en losdemás; los primeros sobre los sistemasexistentes de explotación y sobre los quecontrolan estas estructuras esclavizantes;los segundos sobre los que dan lentas eineficaces respuestas presentándose conun sentido de impotencia ante nuevasperspectivas.Si se aplicara al mundo de los negociosuna ética de la responsabilidad colectiva,las sociedades modernas lograrían cam-biar sus estructuras económico-financie-ras – de los verdaderos y propios mons-truos que han causado pobreza e injusti-cia – para construir nuevas estructuras de solidaridad. De esta manera también

Entrevista al arzobispo Thomas Menamparampil, sdb

BIENAVENTURADOS LOS POBRESAnna Rita Cristaino, Bernadette Sangma

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A nuestra petición de Encuentro, Mons.Thomas se mostró enseguida muy dispo-nible. El contacto ha sido virtual, pero élno ha dejado de entrar en contacto connosotras una vez llegó a Roma. Encontrán-dole se percibe el sentido misionero de suhablar y también el afecto paterno que de-muestra a las FMA. Su experiencia en unadiócesis en la que a menudo los cristianosson víctimas de discriminaciones ha he-cho de él un hombre esencial y centradoen la Palabra de Dios. Muchas son las citasy las metáforas bíblicas empleadas parahacer comprender la dimensión evangéli-ca de la pobreza, pero muchas también lasllamadas a lo concreto de la vida de todoslos días. En la entrevista parte de la consta-tación de la situación de crisis que granparte de las sociedades del mundo estánatravesando y que provoca pobrezas ulte-riores, toca los temas de la pobreza evan-gélica como testimonio de quien ha he-cho una opción de consagración al Señor,los temas de la formación para la pobreza,y sobre todo repite con fuerza dos con-ceptos para él fundamentales: la esperan-za activa y la pertenencia común.

Constatando la situación mundial de hoy,desde su punto de vista, ¿cuáles son las cau-sas profundas relativas a la pobreza?Muchos atribuyen la actual situación depobreza en el mundo al sistema de estruc-turas económico-financieras, en cambiootros intentan descargar la responsabili-

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los grupos más débiles se sentirían refor-zados en su compromiso de combatir con sus fuerzas la situación de crisis, con-fiando en estructuras que puedan dar suesperanza para el futuro.Creo que, para un diálogo constructivo en-tre las distintas opiniones, se necesitanpersonas constructoras de puentes, quesientan el significado de su misión, quecon valentía sepan dirigir peticiones demayor justicia a los poderosos, animando aquien está más atrás, subrayando la natura-leza de nuestro destino compartido comoseres humanos y mostrando como el desa-rrollo de la parte más débil de la humani-dad puede dar incluso ventajas tangibles alos poderosos. Ya hay hombres proféticos que actúan deesta manera, incitando a quien es víctimade la situación de crisis y de pobreza aaprender y a sacar esperanza de las expe-riencias positivas de otros que con pacien-cia han reconstruido su porvenir. Yo espe-ro que también entre los religiosos pueda

haber cada vez más personas de este tipo.

Es convicción difundida afirmar que no setrata tanto de pobreza de recursos, sino depobreza de humanidad. Usted ¿qué piensade ello?Es justo lo que se dice en la pregunta, perome gustaría ablandar el tono de pesimismocuando hablamos de “pobreza de humani-dad”. Hemos de ser realistas. También unalectura no profundizada de la historiamuestra que los seres humanos no siem-pre han sabido fiarse los unos de los otros.Aplastar la “esperanza” de los “otros” ha si-do nuestro principal deporte. Y nosotros amenudo hemos pensado aumentar nues-tra “esperanza” debilitando la de algúnotro. Es el sentido común el que nos diceque nuestras esperanzas están encadena-das y que podremos surgir de nuevo de la“pobreza de humanidad” sólo cuando reconoceremos esta gran verdad de la “común pertenencia”.Hay que tener una más amplia visión de las

Thomas Menamparampil, 73 años, salesiano.Obispo de Guwahati ciudad de Assam en la In-dia Oriental, diócesis donde los católicos soncincuenta mil sobre seis millones de habitantes.Ha sido el primer misionero a infringir la barre-ra del Arunachal Pradesh, un Estado indio quehasta 1978 estaba prohibido a los evangeliza-dores. En el último Sínodo de los obispos,Mons. Thomas Menamparampil sostuvo unade las cinco relaciones introductorias sobre laPalabra de Dios en la vida de la Iglesia.Ha escrito los textos para el comentario delVía Crucis, que Benedicto XVI presidió en elColiseo el Viernes Santo de 2009. Entre suspublicaciones editadas por la editorial SanPablo están: Never Grow Tired, A Path to Prayer, Let YourLight Shine; Challenge to Culture; Thoughts on Evangelization; and Cultures: In the Context of Sharing the Gospel. Numerosos son también sus artículos para diversas revistas sobre los temas de la Evangelización, de las Culturas, de la Paz, de la Vida Religiosa y de la Pastoral.

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Es evidente que algunas sociedades y algu-nas estructuras económicas están másequipadas para afrontar esta crisis. Asia porun poco de tiempo ha quedado más atrásen campo político y económico, pero lue-go ha encontrado caminos móviles paraganar y reforzar las propias estructuras po-líticas y económicas. También en este cam-po ha sabido usar la sabiduría de la propiafilosofía.Pero hay sociedades más al margen, que a menudo están aisladas, perdidas tras luchas locales por la supervivencia. En mu-chos casos hay grupos de personas tam-bién en las sociedades más ricas que no logran sobresalir y entrar como protago-nistas del desarrollo. Estos grupos de per-sonas necesitan ser guiados de forma .Las sociedades más marginadas de cadacontinente piden la atención del mundo,sus voces se levantan en proporción al sen-tido de impotencia que a menudo experi-mentan. Los grupos débiles dentro de lassociedades más desarrolladas, reivindicanmayor equilibrio, sintiéndose a menudocomo David contra Goliat.

En base a cuanto se ha delineado, ¿cuál es la“diferencia cristiana”?El cristiano, ante la rabia que situaciones deeste tipo engendran en grupos de perso-nas, ha de repetir lo que Jesús dijo a Pedro:“Deja la espada… el que a hierro mata ahierro muere”.Hay que tener la valentía de reivindicar lospropios derechos como el Apóstol Pablocuando afirmó su ciudadanía romana, y tu-telar los derechos de los más débiles to-mando su defensa como el mismo Pablohizo con el esclavo Onésimo respecto a sudueño Filemón. En esto entra de nuevotambién el trabajo por el reconocimientode la igualdad de las mujeres. En su reciente libro L’idea della Giustizia,

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realidades. Nuestros recursos conocidosson sólo una pequeña porción infinitesi-mal en relación con aquellos todavía no ex-plorados y desconocidos. Además, nuestrahabilidad en el uso de estos recursos per-mite un desarrollo indefinido. Por lo tanto,no necesitamos pesimismo alguno. Sinuestras manos y nuestros corazones es-tán unidos, se proyecta una era de enrique-cimiento recíproco. O moriremos juntos.El libro del Génesis en el capítulo 41 hablade las vacas flacas que se tragan a las vacasmás gordas.No es la primera vez que cosas del géneroacaecen en la historia.Por lo tanto, puedo decir que estoy deacuerdo que el escenario de hoy revelauna verdadera “pobreza de humanidad”.Pero no estamos condenados por ella. Éstapuede ser superada.

Delante del escenario de hoy de pobreza ge-neral ¿cuáles son las interpretaciones a nivelcultural y antropológico más significativas, ylas relativas reacciones?

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“Reafirmamos la urgencia del testimonio

profético de la pobreza

y de la opción prioritaria por la educación

de los/as jóvenes más necesitados

mediante procesos concretos y compartidos”.

(Actas del CGXXII n° 42.2)

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Amartya Sen, economista indio, PremioNóbel de Economía en 1998, dice que paraalcanzar el estado de una “justicia perfec-ta”, hemos fallado en la respuesta a las ne-cesidades inmediatas de distintas situacio-nes, a menudo infligiendo injusticias másgrandes y poniendo metas demasiado leja-nas para una realización realista.Mientras se hace un esfuerzo para alcanzarcondiciones ideales, también hay que ha-cer lo necesario para responder a las peti-ciones de las distintas comunidades en dis-tintos contextos sin huir de lo cotidiano.Como primer paso los cristianos tendríanque comprometerse para hacer de formaque haya menos injusticias en los camposdonde ellos están llamados a trabajar. Cadaservicio que se desarrolla tiene una finali-dad propia, si se hace bien la propia tarea,se podrá llegar más fácilmente a las metasprefijadas.

La situación real de “minoría evangélica” aveces crea pesimismo. ¿Cómo salir del desá-nimo de tal condición? Y ¿cómo conciliarlacon la exigencia de la visibilidad?También aquí se peligra ceder al pesimis-mo, especialmente cuando justificamos elnúmero de creyentes y de vocaciones quedisminuyen, filosofando mal sobre el fenó-meno, y pretendiendo que un número másbajo pueda dar una calidad más alta. Pero amenudo donde se acepta esta justificación,aumenta un letargo pastoral, se debilita elcompromiso apostólico y nos resignamosa mirar a la crisis presente como a una “re-alidad cósmica que no puede cambiar”. Pero el pesimismo desaparece inmedia-tamente cuando alguien muestra su vo-luntad de aceptar los retos y de explorarmaneras de afrontar el problema frontal-mente.

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foto Unicef/Patrizia Paternò

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quiera que os pida razón de vuestra espe-ranza, y dejad que los signos de la esperan-za sean visibles en vosotros. Tened la res-puesta exacta para cada cual, pero dadlacon humildad y amor. Hablad, enseñad, es-cribid artículos, escribid cartas llenas designificado. ¿Qué haríais si llegarais a en-tender que el único Evangelio que puededar gusto de leer a una persona es la cartaque estáis escribiendo?Elegid los rincones olvidados del mundo,los sectores y las esferas de actividades“negligentes”, a quien vive al margen de lasociedad, como objeto de vuestra atención

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No miréis las flores descoloridas, sino mi-rad más bien a las encinas frondosas y a losnuevos brotes. No os desaniméis en las tie-rras áridas habitadas por los poderosos ypor los sofisticados, corred a los verdes va-lles de los tímidos, de los indecisos, de losinvestigadores, de los que se plantean pre-guntas, y de los que tienen ganas de apren-der, allí hay un tesoro escondido. Mirad al vibrante movimiento eclesial ytendedle una mano de soporte. Entrad enlas vidas de las personas y comunicadvuestro mensaje según el contexto. Estadpreparados para dar respuesta a quien-

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Jesús nos hace una propuesta:Si vosotros os ocupáis

del bien, del bienestar de los otros, ¡bienaventurados! ¿Por qué? Porque permitís a Dios ocuparse de vosotros, ésta es la bienaventuranza.

(Padre Alberto Maggi)fo

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durante vuestras oraciones. Sed creativos ypensad atentamente en una forma de ayu-dar a las comunidades cristianas más débi-les. Cooperad con cada agente activo queestá preparado a llevar el Evangelio al mun-do. Y no olvidéis que es la más pequeña se-milla de mostaza la que crecerá para ser elárbol más grande.

Como mujeres consagradas para la educa-ción de los jóvenes ¿qué caminos a recorrer,podemos indicar a las nuevas generaciones,en orden a la pobreza evangélica? Mis sugerencias son sencillas. Encontradalegría en la vida radical. Seguid buscandohacer más, dar más, servir más, compartirmás; y aprended a hacer a menos de mu-chas cosas, para ser generosas al vivir vues-tra vocación. Reducid vuestras exigenciasegoístas. Estad más atentas a las llamadasque vienen de los que tienen hambre deatenciones, de ánimos y de estabilidad.Poned esto antes de vuestras exigencias de

comodidad. Como educadoras necesita-réis usar muchas más cosas respecto a lasprevistas de la vida sencilla de la promesaevangélica.Permaneced desprendidas. No dejéis quela eficacia apostólica de la comunidad seaobstáculo al vivir personal y compartido de los retos de la Palabra de Dios. Y por último, no limitéis el concepto de pobrezasólo a las “cosas”, al tener o al no tener. Medidlo con la radicalidad evangélica viviendo una vida intensa de absolutocompromiso en la plena alegría. Sea vues-tra vida un sacrificio viviente. Sea una can-dela que se consume al servicio del Señory de su gente.

En base a su experiencia ¿qué sugerenciadaría a una comunidad FMA para vivir lapobreza evangélica?Sólo puedo repetir lo que ya he dicho. Pe-ro yendo más allá añadiría, quedémonoscercanos a la mayoría de las personas de la

Los enviados de Jesús no llevan consigo bienes materiales. Se han puesto las sandalias, han cogido el bastón que les permite caminar porcada camino (es decir, en lugares de fácil o difícil acceso). Pero no tienen pan ni dinero; no son dependientes retribuidos por una institu-ción, no son obreros que pertenecen a una empresa… Van con poco bagaje; sencillamente con lo que tienen encima. De tal modo pueden ser testimonios de un reino que es gracia, don de Dios queno se puede nunca comprar, vender o merecer. Precisamente la pobreza les hace solidarios con los demás en el sentido más radi-cal de la palabra; no pueden pagar un albergue o comprar una casa. Han de pedir hospitalidad, poniéndose así en las manos de los que quieran reci-birles… Estos enviados de Jesús son misioneros con el signo de su vida pobre.Antes de ofrecer, de dar algo a los demás, empiezan con el recibir; se ponen enlas manos de los hombres y de las mujeres del lugar, en actitud de intensa peque-ñez, de suma pobreza. Sólo en este modo… se presentan – y son – testimonios del reino de Dios quecurándoles les transforma.

(Xavier Pikaza, Il vangelo di Marco, Borla Roma 1996).

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gar a él? Dejad que vuestros corazones ¡estén llenos de compasión!

La riqueza de cuanto ha expresado ¿podríasintetizarla con un deseo?Digo sólo esto: “Alégrate… el Señor estácerca”. No dejéis que los números cada vezmás bajos de porcentaje de la fe o de lasvocaciones os hagan olvidar la verdad queel Señor está cerca.Pensemos en qué han realizado en la histo-ria de nuestra salvación los pequeños nú-meros: los trescientos de Gedeón, contralas fuerzas poderosas, Jesús con sus doce“vacilantes”. Pensemos en la debilidad que se convierteen fuerza: Moisés que nació en una familiaisraelí, la pequeña figura de David, los la-bios impuros de Isaías, la inexperiencia deDaniel, la vulnerabilidad de Judit. Pense-mos en los jóvenes, en los menos prepara-dos que se hacen signos de esperanza paralas generaciones futuras: Abel, Jacob o Joséde Egipto y finalmente el hijo del carpinte-ro. Si eres débil e insignificante, eres esco-gido.Lo que necesitamos hoy son personas degran calibre, comprometidas, dirigidas aDios, fieles, dignas de confianza, equilibra-das y convincentes; capaces de pertenecera un grupo, y de aceptar decisiones comu-nes; personas llenas de recursos que pue-dan cambiar una dificultad en oportunidady una derrota en una victoria segura. Lasorpresa siempre ha jugado un rol impor-tante en la forma con que Dios se ha rela-cionado con la humanidad. Las sorpresasde Dios residen en el futuro. Deseo a lasHijas de María Auxiliadora muchas ¡sor-presas de Dios! “Estad alegres porque hevencido al mundo”.

[email protected]@cgfma.org

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clase media de la sociedad. Tengamos con su estándar de vida. Asimilemos los

valores que han desarrollado cuando hantenido que luchar para hacerse una vida.Exponed a los miembros jóvenes de vues-tra congregación, no a un nuevo panoramade “reglas de pobreza”, sino al sufrimientode los pobres que viven a la puerta de al lado o algo más allá. Compartid lo que estáde más con los más necesitados en la vecindad. Aceptad los sacrificios que vues-tras actividades implican en los barrios po-bres, en las aldeas y en vuestros serviciospastorales. Sed humanas con las Hermanasancianas que tienen necesidades especia-les, pero no olvidéis poner los retos del Señor por encima de todo el resto. No exis-te un estado de “perfecta pobreza”, pero¿podemos seguir esforzándonos para lle-

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“Acompañar a las comunidades

inspectoriales a dar un testimonio

profético de pobreza, que suscite

un renovado impulso misionero

y oriente concretamente la opción prioritaria

por la educación de las y de los jóvenes

más pobres”.

(Programación Sexenio 2009-2014 pág. 15)

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Profundizaciones pedagógicas

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damentales: ¿qué tipo de mujer ha de serla FMA, el estilo de vida comunitario, laposibilidad de una síntesis entre la vidaactiva y contemplativa.

¿Qué mujer?

Según S. Piera Cavaglià, nuestra secretariageneral y estudiosa de la espiritualidadsalesiana, Teresa es una mujer unificada“... sin contraposiciones o dicotomías. En ella todo lo humano viene valorado yunificado por la presencia de Dios. Estoasombra si se encuadra en el tiempo de lareforma luterana, coloreada de pesimis-mo.Teresa sabe armonizar la contemplación yla incansable actividad, el espíritu de fe yla concreta pedagogía con que guía a lashermanas, la interioridad y la alegríacomunicativa, la humildad y la denunciavaliente del mal de aquellos pseudo-doc-tos que impiden el camino de la santidad”.Las hermanas de la reforma franciscana deMadrid decían de ella: “Sea alabado Diosque nos ha hecho conocer a una santaque nosotras todas podemos imitar;habla, duerme y come como nosotras, yno es complicada al tratar con las perso-nas”. Una biógrafa contemporánea suyaescribe: “Hasta el final Teresa fue siempredeliciosamente humana. Cuando, ya esta-ba a punto de morir, se dio cuenta de quela hermana que la velaba, Ana de SanBartolomé, era presa de un gran descon-suelo, la llamó a sí. Narra S. Ana: ‘Apenasme vio, me dedicó una sonrisa y, abrazán-

La elección de don BoscoGraziella Curti

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Mientras volvemos a las raíces de nuestra espiritualidad, como nos ha indicado el Capítulo, nos viene espontánea una pregunta: Don Bosco ¿por qué eligió a Teresa de Ávila y a Francisco de Sales como patronos de nuestro Instituto?

Un perfil anunciado

Don Bosco no da muchas explicacionessobre la elección de Teresa de Ávila comopatrona del Instituto de las FMA. Pero,conservamos, junto a algunas citas oralesbreves, un texto revelador; el de losRasgos característicos de las FMA descri-tos en las primeras Constituciones (1885).Este texto se encuentra todavía al inicio denuestra Regla de vida y constituye, comoescribía Madre Rosetta Marchese, su “sín-tesis vigorosa”. La FMA ha de poseer:

1. Caridad paciente y llena de celo no sólocon las niñas, sino también con las jóve-nes y con todo género de personas, con elfin de hacer el mayor bien posible a lasalmas.

2. Sencillez y modestia con santa alegría,espíritu de mortificación interna y externa;observancia exacta de la pobreza.Por estas indicaciones podemos percatar-nos del tipo de religiosa que nuestroPadre soñaba y ponerlo en confrontacióncon las enseñanzas de Teresa de Ávila,sobre todo respecto a tres realidades fun-

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dome, puso su cabeza entre mis manos.Permaneció en este abrazo hasta la llegadade la muerte; yo estaba más muerta que lasanta’.” Un testimonio que nos recuerdalas últimas horas de María Dominica, queamaba mucho a Teresa de Ávila.

La formación de las Hijas de la Inmaculada

Un testimonio sacado de la biografía deMadre Petronila Mazzarello revela quéformación teresiana caracterizaba la for-mación de las Hijas de la Inmaculada. Yaanciana, le gustaba volver a las lecturasque habían iluminado los años de lajuventud de María Dominica. “A menudola encontraba – recordaba – ocupada en lalectura de las peticiones del Pater de Santa

Teresa. Apenas llegaba, me pasaba el libropara que le leyera en voz alta un párrafo yluego se lo repitiera con mis palabras. Acomentarlo pensaba ella y lo hacía conáurea sencillez. Ella gustaba mucho la lec-tura de aquel libro e intentaba que yo tam-bién la gustara (…). Me hacía escribirmáximas de Santa Teresa que hablaban dela presencia de Dios”. (MACCONO, SuorPetronilla Mazzarello 84).Entonces la elección de Don Bosco estuvocasi determinada por este conocimientode Teresa que ya tenían María Dominica ylas otras jóvenes que formaban parte delas Hijas de la Inmaculada.

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De las cartas de TeresaPara conocer más fácilmente las cualidades es-peciales femeninas de Teresa sirven sus car-tas donde ella se revela como una mujer inde-pendiente, simpática, capaz de humor, enér-gica y rica de pasión.

A Lorenzo de CepedaPor causa de estos nuestros conventos,casas de Dios y de la Orden, me he conver-tido en negociante tan experta que ahora yaentiendo de todo… (24, 6.15).

A María Mendoza“De que vuestra señoría vea al Padre provin-cial de los Dominicos, ríñale, que no me vioen Salamanca, que estuvo varios días. ¡Esverdad que le quiero yo poco!” (Carta 30).

A Jerónimo GraciánMe han dado ganas de reír al tener noticiaque usted desea otras tribulaciones. Poramor de Dios, déjenos respirar al menosalgún día. Piense que no está solo a sopor-tarlas (271, 7).

Tantos son los rasgos de Teresa, que surgenpor su vida, y que Don Bosco hubiera queri-do reconocer en las Hijas de MaríaAuxiliadora. En particular: la alegría, lavalentía, la radicalidad evangélica, la liber-tad de espíritu, la apertura a los demás, elrealismo. En síntesis: una experiencia espiri-tual expresada en la óptica de la amistadhacia Dios y hacia los demás.

Para un conocimiento actualizado de Teresade Ávila, aconsejamos Teresa d’Avila: la vita,il pensiero, l’identità di donna de WaltraundHerbstrith. Ed. Città Nuova.

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Somos nosotras las que interrogamos al pasado

Sería una gran equivocación creer quepodemos conocer bien el pasado, enrealidad conocemos poquísimo de él.Cada generación necesita volver a escri-bir la historia, comprender de nuevo lavivencia, porque se parte siempre deinterrogantes planteados a las fuentes, alpasado. Las preguntas nacen de la pro-pia vida, de la experiencia, del contexto,de las inquietudes. Según BenedettoCroce la historia es siempre historiacontemporánea. En el sentido que revi-ve en las personas que se acercan a ellacon un determinado interés.

Distancia entre pasado y presente

El interés por el pasado ha de contarcon el anacronismo. Es decir, la tenden-cia a juzgar el pasado con la mentalidadde hoy. Por esto los historiadores dicenque el pasado hay que comprenderlo,más que juzgarlo. Para comprenderloes necesario entrar en el contexto, en lamentalidad de los protagonistas de lahistoria y en su mundo. Reconocer ladistancia entre pasado y presente. Poresto el pasado no puede dar recetaspara afrontar las exigencias de hoy. Estetiene algo en común con el ayer, perotiene también aspectos distintos, irre-ducibles, que hay que reconocer, parano refugiarse en lo repetitivo, en el

Historia como amor a la vidaGrazia Loparco

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La historia ¿es verdaderamente raíz de futuro?Según Cicerón y los antiguos, la historia es magistra vitae. También Don Bosco escribió las Memorias con la convicción de que sus hijos se podrían fortalecer en las dificultades y continuar confiando en la Providencia.

Los hechos de cada día parecen des-mentir que la historia enseñe a norepetir los errores de ayer. En efecto, se puede aprender sólo si se está dis-puesto a escuchar. Pero sin ingenuidad,porque la historia no se repite, el pasa-do es pasado. Por lo tanto raíz de futu-ro porque la experiencia de quien nosha precedido puede ayudar a madurarun sentido crítico, creativo y responsa-ble respecto del propio presente, iné-dito. La historia lleva a comprender queuna vivencia puede dejar huella, que lahistoria que se está escribiendo hoy noes un fragmento aislado. En una con-gregación, es aún más evidente queuno se coloca en un recorrido másamplio, donde la creatividad puede flo-recer en un proceso de continuidad.

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inmovilismo. Sería lo contrario de unafidelidad creativa, que interpela la res-ponsabilidad de cada cual. Un sentidocrítico respecto al presente, empuja aaguzar la mirada, interrogar otras expe-riencias de vida, para sondear los secre-tos del éxito o de los fallos ajenos.Teniendo en cuenta que cada tiempo es en cierta medida irrepetible.En el Instituto de las FMA la considera-ción de figuras luminosas, como tam-bién el conocimiento de momentoscarentes despuestas, es llamada a reco-nocer mejor el ADN del espíritu salesia-no, del carisma, que se puede explorarde hecho sólo en sus realizaciones his-tóricas, por lo tanto en las personas,vividas en ciertas circunstancias, en undeterminado tiempo y lugar. Con loscondicionantes y las oportunidades desu situación concreta. Y, sin embargo,más allá de las formas expresivas, cam-biantes porque históricas, hay algunasactitudes de fondo, valores, certezas,que distinguen el espíritu salesiano deotro y preservan de decaer, en unageneralidad descolorida. Sin identificar-se en modo superficial, se puede sacarde la experiencia de otros, poniéndosea la escucha de los jóvenes que interpe-lan a los educadores de hoy, su pasióneducativa, no arbitraria, sino integradaen una “genealogía”.

Salir de la tiranía del presente

La situación actual lleva a quedar prisio-neros del presente, que en muchosaspectos se diferencia rápidamente nosólo del pasado remoto, sino tambiéndel próximo. Pero se convierte uno enautorreferencia. Incapaces de confron-tarse con otros. Cerrados en los propiosesquemas. Crédulos de que la realidad

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no puede ser distinta. La historia, afir-maba T. Radcliffe, nos libera de la “tira-nía del presente”, porque nos muestraque las cosas no han de ser necesaria-mente como son hoy. Como en el pasa-do las cosas cambiaron, podrán cambiartambién ahora. Por lo tanto es un empu-je a actuar y comprometerse para mejo-rar, no a conservar, a resignarse, asobrevivir.

No refugiarse en la nostalgia del pasado

El reevocar las figuras logradas de unInstituto puede generar una forma derefugio nostálgico en el pasado. Tantomás que a menudo nos limitamos aconsiderar de nuevo los orígenes, lacomunidad primitiva, sin adentrarnosen la vivencia más articulada de lasgeneraciones sucesivas de aquellaheroica de los inicios. En tal caso sepuede caer en una mistificación delpasado, en una lectura de tesis, instru-mentalizada según lo que se entiendedemostrar. Donde se utilizan sólo lasfuentes que confirman lo que se deseaencontrar. Lo contrario de la escuchahumilde y abierta de la vida.

Desde la entrega del pasado, responsabilidad en el hoy

La continuidad de la vida, la genealogíadel carisma y de las buenas prácticaseducativas ponen a cada religiosa enuna actitud de responsabilidad y creati-vidad ante la misión y la institución dela que es parte. Sin repetir de formadescontada, se aprende el arte de dis-cernimiento por amor del las personasde hoy. Y esto es ya preparar el mañana.Por lo tanto amor real a la vida.

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• El desarrollo integral como vocación (nº16); implica libertad responsable (nº 17),respeto de la verdad (nº 18), centralidad dela caridad (nº 19).

• Hoy el cuadro del desarrollo es policéntri-co (nº 22). No es suficiente progresar sólodesde un punto de vista económico y tec-nológico. Es necesario que el desarrollosea ante todo verdadero e integral (nº 23);social (nº 25), cultural (nº 26), económico(nº 27), ético-moral (nº 28-29).

Nos interrogamos • Ante la crisis de valores, el individualismo,el consumismo, el poco respeto de la vida, laviolencia… nuestra Comunidad educativa¿qué está haciendo para restituir a las nuevasgeneraciones una justa visión de la personahumana?• Convencidas de que el desarrollo es unadesarrollo integral. ¿Cómo nos colocamos,en cuanto Comunidad educativa ante las si-tuaciones de hambre, miseria, enfermeda-des endémicas, analfabetismo… que afligena tantos pueblos?• ¿Cómo intenta responder la Comunidadeducativa a la demanda de sentido, a la bús-queda de relaciones auténticas, a la necesi-dad de profunda experiencia de Dios, a lased de felicidad de las jóvenes y de los jóve-nes?

En acciónLos aspectos de la crisis y de las eventualessoluciones, como también de un nuevo po-sible desarrollo, están cada vez más interco-

Para un desarrollo humano integralJulia Arciniegas, Martha Séïde

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Con esta sección nos proponemosofrecer a las Comunidades educativasalgunas ideas para una relectura, en clave educativa, de la Encíclica de Benedicto XVI Caritas in Veritate.A partir de la profundización de un tema generador – en este primer número el desarrollo humanointegral – estamos invitadas/os a dejarnos interpelar y a encontrar nue-vos caminos para actuar la Doctrina Social de la Iglesia en nuestros contextos.

Releemos la Encíclica• El amor como principal fuerza propulsora

para el verdadero desarrollo de cada per-sona y de la humanidad entera (nº 1).

• La caridad en la verdad, camino indispen-sable para la promoción de un verdaderodesarrollo humano integral (nº 4).

• La caridad amada y testimoniada, condi-ción del desarrollo y del bienestar social(nº 5).

• Verdad y amor para una actuación socialresponsable (nº 5).

• La caridad, iluminada por la luz de la razóny de la fe, para un desarrollo cada vez máshumano y humanizador. (nº 9).

• La fidelidad al hombre exige fidelidad a laverdad, única garantía de libertad y posibili-dad de un desarrollo humano integral (nº 9).

• El desarrollo, humana y cristianamente en-tendido, corazón del mensaje social cris-tiano y la caridad cristiana como principalfuerza al servicio del desarrollo (nº 13).

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nectados, se implican mutuamente, requie-ren nuevos esfuerzos de comprensión unita-ria y una nueva síntesis humanística. La crisisse convierte así en ocasión de discernimien-to y de nueva proyección. En esta clave, con-fiada más bien que resignada, convieneafrontar las dificultades del momento pre-sente (Cf. nº 21).

Identificar algunos pasos para hacer operati-va la profundización realizada:• La Doctrina Social de la Iglesia ofrece las

claves para discernir cómo situarse en lacomplejidad del mundo de hoy. Verifique-mos de qué manera está presente ennuestra oferta educativa.

• El desarrollo como vocación exige un pro-ceso de formación y autoformación conti-nua. Elegimos algunos signos que permi-ten captar la totalidad de este proceso ennuestro ambiente.

• ¿Otros?

[email protected]@yahoo.com

“Creo en una humanidad diferente, más fraterna.El mundo necesita respirar armoniosamente de manerahumana.Todos los hombres han de llegar a reconocerse los unos a los otros comohombres, como hermanos, en la utopía de la fe.¡Creo en el imposible y necesario hombre nuevo!”.

Dom Pedro Casaldáliga

“El desarrollo necesita cristianos con los brazos levantados hacia Dios en el gesto de la oración, cristianos movidos por el conocimiento de que el amor lleno de verdad, caritas in veritate, del que procede el auténtico desarrollo, no lo producimosnosotros, sino que se nos da. Por eso también en los momentos más difíciles y complejos, además de reaccionar con conocimiento, sobre todo hemos de referirnos a su amor” (nº 79).

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Una lectura de la situación y de los datosestadísticos en esta dirección tiene aspec-tos realistas, pero es parcial, incompleta. Sise acoge en su parcialidad, esta interpreta-ción tiene el poder de hacer olvidar loesencial de la vida consagrada y alimentarpensamientos, convicciones y comunica-ciones que incrementan un sentido demalestar capaz de apagar aquella alegría yaquel entusiasmo que son necesarios paraactuar eficazmente en el ámbito de la edu-cación.Es extraño, y sin embargo, estos pensa-mientos pesimistas conviven a menudocon la clara convicción de que el carismasalesiano no está agotado, ni superado. Ytal convicción está sostenida, además depor la actual declaración de emergenciaeducativa que evidencia la importancia dela misión, también por la urgente peticiónde presencias salesianas y de frecuenciade las/de los jóvenes en los ambientes sa-lesianos.Pero, más allá de los grandes números, laspeticiones y las emergencias, una vida en-tregada a Dios, que también como comu-nidad se hace memoria evangélica y signoy expresión de su amor preventivo, sea co-mo fuere es significativa.

Milsetecientasveinte consagradas fieles

Milsetecientasveinte FMA que murieronen el último sexenio significa también ysobre todo un largo cortejo de mujeresconsagradas fieles al Dios que les sedujo

MilsetecientasveinteMaria Rossi

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No se trata de una fecha. Es un númeroque se encuentra en los datos estadísticosde la Relación sobre la vida del Instituto enel sexenio 2002-2008, que Madre Antoniapresentó en el Capítulo General XXII. Serefiere a las Hijas de María Auxiliadora quedesde 2001 a 2007 “nos han dejado por laCasa del Padre”. Un número tan grandepuede despertar sorpresa y prestarse a in-terpretaciones muy diversas.

Milsetecientasveinte FMA que murieronen seis años. A primera vista se puede pen-sar que es una tragedia, un mar de recur-sos desaparecido de la escena de la Iglesiay del Instituto. Un gran empobrecimientosi se tiene en cuenta el hecho de que lasmuertes superan el número de las jóvenesque entran y que, sobre todo en Occiden-te, el envejecimiento de los miembros esuna realidad generalizada. Es un dato quese presta a previsiones negativas, pesimis-tas, que pueden llevar al desánimo, a la de-presión, a la pérdida de sentido.En las comunidades, no es raro oír afirma-ciones como éstas, expresadas a menudocon sufrimiento y tristeza: “Si las jóvenesno entran ya con nosotras, sino que van aotros Institutos, quiere decir que no so-mos significativas, que no tenemos ya sen-tido”. Y también: “Estando así las cosas. Yo,honradamente, no me siento para animara una joven a entrar en el Instituto”. “Ahoraya, estamos destinadas a morir, a desapare-cer”. “En nuestros tiempos no era así. Éra-mos muchas y llenas de entusiasmo”.

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en su juventud, a la Iglesia, al Instituto, a símismas, a las/a los jóvenes. Es un grande,poderoso y armonioso himno a la fideli-dad y al amor auténtico. Más que una pér-dida, es una gran victoria, un triunfo. Es también un monumento a María Auxilia-dora, quizás no previsto por Don Bosco,que se va edificando en el Cielo y que nopuede ignorar aquel en la Tierra todavíanumeroso – alrededor de 14.000 presen-cias no son pocas – que camina por los ca-minos del mundo, que lucha con las difi-cultades de la vida, de la educación, deltrabajo por la defensa de los/de las más dé-biles, de los/de las niñas/os, de las muje-res, de las/de los jóvenes.Hoy, la fidelidad no es muy apreciada, an-tes bien a menudo se la mira con descon-fianza y con suficiencia por los que se cre-en en la vanguardia. Pero, ésta requiereuna profundidad abismal; la del amor queno cambia con las culturas y con el progre-so tecnológico. También en los tiempos delas mil posibilidades, de la eficiencia, deldesencanto, el amor auténtico, por su na-turaleza, es para siempre. Tiene sus raícesen el Absoluto y no tolera relativismos,aún comprendiendo las fatigas y las cruci-fixiones que comporta la fidelidad.El amor es un sentimiento profundo, exi-gente, a veces desgarrador, que en la plenamadurez humana va más allá del senti-miento, y engendra y se cuida de toda for-ma de vida. No es una emoción efímera ypasajera por la que, como a menudo seoye decir basándose en una malentendidapsicología, cuando no se siente ya la primi-tiva atracción o el gozoso entusiasmo juve-nil, se puede dejar al compañero o la vidaconsagrada.Más allá de las opiniones y de las teorías,las milsetecientasveinte, ahora involucra-das en el gran Silencio, dicen con fuerzaque la fidelidad es posible también en elactual contexto cultural permisivo y relati-

vista. Ellas con acentos distintos, procla-man que las dificultades, las crisis evoluti-vas, las incomprensiones, pueden ser su-peradas y ser ocasiones de crecimiento yque nada y nadie puede impedir permane-cer fieles al Amor hasta el abrazo final.

Aún viven con nosotros y en nosotros

Las “1720 Hermanas que nos han dejadopor la Casa del Padre”, no lo han hechocompletamente. De formas diversas, ellasviven todavía con y en nosotros. Ellas, ha-biendo compartido alegrías y dolores, ha-biendo entretejido relaciones de ayuda,de sostén, de iluminación, a veces tambiénexigentes y conflictivas siguen viviendo enquien ha hecho camino con ellas. A partede las jovencísimas, todas tenemos el re-cuerdo de algunas. Sus rostros, sus expre-siones, sus actitudes, en ocasiones parti-culares, a veces también cotidianamente,surgen de nuevo en la memoria con la dul-zura, la fuerza, la fecundidad de hace tiem-po.Algunas, en mí, están muy vivas y presen-tes. Pensando en ellas y en las milsetecien-tasveinte, últimamente, he interpelado avarias Hermanas. Ha sido una experienciaque me ha confirmado la realidad de suseguir viviendo en quien se queda. Mien-tras las Hermanas me explicaban sobre lasHermanas que habían conocido, asumíanuna actitud de quien ofrece algo íntimo,sagrado. A veces bajaban también el tonode la voz como para proteger un valiosotesoro. Refiero algunos de estos testimo-nios. Las vicarias tienen la tarea no simpática depedir ayuda para los así denominados ofi-cios y lo hacen mayormente con las Her-manas jóvenes. Una Hermana recuerdacon veneración a S. Leticia, vicaria en CasaGeneralicia. Ella pedía colaboración para

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competencia, el amor al Instituto, la capa-cidad de discernimiento. Y S. Yvana por laatención hacia los desesperados y la pa-ciencia en escucharles. Y Madre Ersilia poralgunas atenciones respecto de las Herma-nas. Un día, a una madre envió 10.000 liras,una suma discreta en aquellos tiempos,para que pudiera ir, sin preocupaciones alhospital a ver a la hija, entonces Hermanajoven y gravemente enferma. La lista po-dría continuar al infinito o casi. Refieroaún un testimonio. Escribe una Hermana sobre S. Teresina:“Era fácil captar en ella aquella palabra defe que ensancha los horizontes y da respi-ro. Cuando algo no iba, decía: “Él sabe”.Me parece verla, derecha y enérgica, em-pujar los carritos arriba y abajo en los lar-gos corredores del “Don Bosco”; prepararlo necesario para las comidas de los niños,de la comunidad; entrar y salir de la cáma-ra frigorífica con el gorro de lana en la ca-beza y controlar la fruta pedida por unaHermana, lo necesario para aquella que te-nía que ir de excursión, la lista de las variaspeticiones y la más larga de sus urgencias.Y todo con aquella silenciosa prudenciadel “no sepa tu izquierda lo que hace tuderecha”.

Sor Caterina Pesci decía a menudo: “Si en-seño algo a una Hermana joven, seguiré vi-viendo en ella”. Y la abajo firmante, que hatenido la fortuna de oír su voz y de gozarde sus atenciones, puede afirmar que estoes verdad y no sólo para ella. Las Herma-nas interpeladas, mientras hablaban de lasHermanas que habían compartido un tre-cho de vida con ellas, dejaban vislumbrarcomo los hechos, las actitudes y los gestosrecordados estaban aún vivos en ellas co-mo promesa y presagio de fecunda fideli-dad.

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los oficios, pero luego, también siendo an-ciana y con las piernas hinchadas, estabaallí, presente y con la bayeta limpiaba elsuelo. Nadie lograba quitársela de la ma-no.S. Adriana, profesora de Letras. Una Her-mana la recuerda con admiración y afectopor su saber conciliar una cultura robustacon lo de cada día, lo cotidiano, por la ca-pacidad de darse a los trabajos manuales(fregar las ollas) y contemporáneamentehacer pensar, estimular a un saber quefuera más allá de lo superficial, lo vulgar.S. Anna, india. Una Hermana, compatriotasuya, la recuerda con mucha simpatía y ad-miración por su inteligencia vivaz y rápida,unida a una gran sencillez. Estaba muyatenta a las necesidades de las Hermanas ytenía pasión y compasión por los pobres.Acogió y siguió hasta la mayoría de edad acuatro muchachos privados de todo.Misionera en Haití, S. Adriana vive en el re-cuerdo luminoso y agradecido de unaHermana haitiana. Era muy sensible al pro-blema del hambre. Para seguir alimentan-do a todos, también después de la muerte,deseaba que sobre su tumba se plantaraun árbol de mango. Un día, entonces yaanciana, mientras volvía a casa, se vio acorta distancia un grupo de facinerososcon las piedras en la mano. Querían asaltarel tranvía y robar a la gente. S. Adriana pi-dió al conductor que parara el medio detransporte. Bajó, y sola, fue hacia los faci-nerosos con paso lento por las molestiasde la edad, pero sonriente y dispuesta a to-do con tal de salvar a la gente. Hubieranpodido matarla, pero nadie arrojó las pie-dras. Ella se acercó y abrazó a todos, unopor uno. Las piedras cayeron a tierra. Eranhombres jóvenes que tenían hambre. Lesinvitó a su comunidad, satisfizo las necesi-dades inmediatas y luego se interesó paraque pudieran vivir sin hacer mal.S. Pierina es recordada por su sabiduría, la

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La classe, una novela sobre la escuela,relación de una experiencia

narrada con fuertesentido de la ironía

TAREA EN CLASE

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Me llamo Souleymane. Soy bastante sere-no y tímido en clase y en la escuela. Perofuera soy otra persona; alborotado. No sal-go mucho. Sólo para ir a boxeo. Cuandosea mayor quisiera realizarme en el campode los aparatos del aire acondicionado.

Khoumba es mi nombre pero no me gustamucho. Me gusta el francés excepto cuando el pro-fesor es raro. La gente dice que tengo unmal carácter, es verdad pero depende decómo se me respeta.

TEMA: ME PRESENTO...

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Me llamo Frida, tengo 14 años desde haceel mismo número de años vivo en París conmi padre y mi madre (…) De mayor quisieraser abogado porque pienso que es el oficiomás hermoso del mundo y que es estupen-do defender a la gente.

Me llamo Dico y no tengo nada que decirsobre mí porque nadie me conoce apartede mí.

Me llamo Hinda, tengo catorce años y estoycontenta de vivir, de mayor quisiera serprofesora…

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Textos sacados de François Bégaudeau, La classe, Turín, Einaudi 208

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a LAS PREGUNTAS¿Cuáles son los valores de la escuela y cómo hacer de manera que la sociedad los reconozca?

¿Cuáles han de ser las tareas de la escuela para los decenios que vendrán?

¿Hacia qué tipo de igualdad ha de tender la escuela?

La escuela ¿cómo ha de adaptarse a la diversidad de los alumnos?

¿Cómo motivar y hacer que los estudiantes trabajen eficazmente?

Los padres y los interlocutores externos de la escuela ¿cómo pueden favorecer el éxito escolar de los estudiantes?

¿Cómo luchar eficazmente contra la violencia y la agresividad?

¿Cómo mejorar la calidad de la vida de los estudiantes en la clase?

TEMA: MI PRESENTO...

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Lectura evangélica

de los hechoscontemporáneos

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pero ella no vendrá nunca a gustar la mía.El sapo llegó y dijo: Ahora, tortuga, métetedentro de la calabaza. Tu mujer te cubrirácon comida y el águila te llevará a su casaencima de los árboles.Después de poco volvió el águila. La mujerde la tortuga le dijo: Mi marido no está pe-ro me ha dejado esta calabaza llena de co-mida para tu familia.El águila se fue volando con la calabaza, sinsospechar que la tortuga estaba allí dentro.La tortuga podía oír todo lo que decía. ¡Ja,ja! He gustado la comida de la tortuga, pe-ro ella no vendrá nunca a gustar la mía.Cuando la calabaza fue vaciada en el nidodel águila, salió fuera la tortuga y dijo: Ami-ga águila, has visitado mi casa así tantas ve-ces que pensé que sería amable gozar de tuhospitalidad. El águila estaba furiosa: ¡Te rompo la cara!Pero sólo logró chocar su pico contra elcascarón de la tortuga.He visto qué tipo de amistad me ofreces -dijo la tortuga – y visto esto, llévame a casa,porque nuestra amistad ha terminado.El águila llevó a la tortuga a casa y mientrasvolaba la tortuga dijo:La amistad requiere igualdad. Yo te acojo ytú me acoges. Dado que has decidido nohacer así, riéndote de mí por mi hospitali-dad, ya no soy tu amiga.

Fábula africana.

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La narración: La amistad entre la tortuga y el águilaMara Borsi

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La tortuga y el águila no pueden encontrar-se a menudo; una pasa su tiempo entre lasnubes y la otra en la tierra. Pero cuando eláguila entendió qué querida compañerapodía ser la tortuga, fue a buscarla a su cu-bil. La familia de la tortuga estuvo muy con-tenta de su compañía y el águila comió tanbien que volvió varias veces; cada vez quese iba reía. ¡Ja, ja! Puedo gozar la hospitali-dad de la tortuga en la tierra, pero ella ¡nun-ca podrá alcanzar mi nido en la cima de losárboles!Bien pronto las frecuentes visitas del águi-la, su egoísmo y su ingratitud estuvieron enla boca de todos los animales de la selva. Eláguila y el sapo no iban de acuerdo, por-que a menudo el águila comía sapos. El sa-po llamó a la tortuga: Amiga tortuga, damede comer y yo te abriré los ojos. Despuésde haber comido, el sapo dijo: Amiga mía,el águila se está aprovechando de tu amabi-lidad, después de cada visita vuela riendo ydice: “¡Ja, ja! Puedo gozar la hospitalidad dela tortuga en la tierra pero ella nunca podrágozarse la mía, porque mi nido está en la ci-ma del árbol”. La próxima vez que el águilate visite, dile: Dame una calabaza, y enviaréalimento también a tu mujer y a tus peque-ños.El águila llevó una calabaza, se divirtió ymientras partía dijo: Volveré después por elregalo para mi mujer. El águila volaba rien-do para sus adentros como de costumbre.¡Ja, ja! He gustado la comida de la tortuga,

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Intrevista a Adiome Aboya PhilomeneADIOME era el apellido de mi abuela pater-na y Philomène su nombre. ABOYA es elapellido de mi padre. Soy FMA desde hace15 años. He trabajado en un centro de for-mación profesional, en la animación pasto-ral, en la comunicación social. En Port-Gen-til (Gabón) he sido promotora y animadoracon los jóvenes de una emisora de radio:“Expression jeune”. En Pointe-Noire (CongoBrazzaville), era Coordinadora del Orato-rio, delegada de la comunicación de mi co-munidad. Ahora estoy en Roma para el cur-so de espiritualidad salesiana.

¿Cuáles son los valores de tu cultura quemás aprecias?

Uno de los puntos fuertes de la culturaafricana es el sentido de la comunidad. Yes precisamente esto lo que me doycuenta que más aprecio. L’ubutu africano,la visión típica de la existencia, pone elacento en los lazos, en el consentimien-to, en la comunión y expresa la dinámicade los valores y de los muchos lazos queunen a la humanidad. Por eso las relacio-nes son muy importantes y la cultura afri-cana da mucho relieve al hecho de ser yde estar bien con los demás.Procedo de un pueblecito de Camerún a120 km. de la capital Yaundé, pertenezcoal grupo étnico Yambassa “Gunu”. Somos

seis hijos. En mi familia no hay primos. Miabuelo tenía cinco mujeres y los hijos demis tías y tíos son mis hermanos. Ésta essegún la cultura Bantú mi familia cercana.En la aldea hay otras familias, pero todossomos hermanos y hermanas porque te-nemos los mismos antepasados.Cada niño, niña, lleva al menos dos apelli-dos. El nombre y el apellido de un miem-bro de la familia para no olvidarlo y elapellido de su padre para saber quien loha engendrado/a.

Viviendo en un ambiente internacional¿qué aprecias más de otras culturas?

Viviendo en un ambiente internacional loque aprecio más es la riqueza de la diver-sidad. Cuando los distintos se encuentrany la relación es justa y fraterna hay un ver-dadero y propio enriquecimiento. El am-biente internacional consiente conocertradiciones, usos y costumbres de otrosPaíses y sobre todo vivir la interculturali-dad en la vida cotidiana. Las otras culturasiluminan mi cultura y me ayudan a cono-cerla y a apreciarla más.

Encontrando a personas de otras Países yculturas ¿qué dificultades experimentas?

Desde niña aprendí que “el blanco” es lapersona educada, rica, que tiene lo quees bueno. No es verdad pero ésta era lamentalidad.En el Instituto he vivido con personas decolor y cultura distinta de la Bantú. Encon-trando a personas de raza blanca incons-cientemente hay dos peligros: una ciertapérdida de identidad, viviendo y hacien-do lo que hacen los otros porque sonconsiderados mejores; el replegarse enmí misma para conservar mis raíces, con-siderando la diversidad como amenaza.Estos riesgos podrían ser problema si enel centro de las relaciones no hubiera lacaridad de Cristo y el espíritu de familiaque caracteriza el carisma salesiano.

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zona de luces y sombras, habitada por va-rias tensiones. Desaparecida, ahora ya, la idea de adultoidéntico a sí mismo para toda la vida, noqueda otra salida que aprender a aceptarque se es y se hace “adultos plurales” tan-to respecto a uno mismo, como respectoa los que se preparan a serlo.Cultivar la propia identidad plural aumen-ta la posibilidad de ser más felices hacien-do menos infelices a los no adultos.Si el adulto no pierde el contacto con lapropia biografía, y muestra al no adultoque quiere enriquecerla con él, entoncescada cual crece “siendo co-autor de unanovela educativa escrita juntos”.Como toda novela que se respete, conalegre final o menos, pide paciencia al lec-tor, no hojear rápidamente las páginas pa-ra ver cómo se concluirá, así el adulto - encuanto educador - tendría que sostener laescritura de la trama de la propia y ajenaexistencia con paciencia y pasión.

Pero como adultos, ¿todavía tenemospasión por este “arte”?

¿Estamos dispuestos a gastarnos, a perdertiempo por los jóvenes?La educación, como la define un autor, esuna silenciosa, poco espectacular, largamarcha a perseguir, requiere al adulto elconvencimiento y el descubrimiento deque es él o ella el primero que está cam-biando mientras la recorre; que está asu-miendo otras categorías mentales recha-

Convertirse en adultosPalma Lionetti

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Comprender nuevamente la presencia del adulto en cuanto educador. Ser “adultos sugerentes” capaces de narrar una promesa buena sobre la vida.

Uno de los primeros trabajos ejecutadospor el joven artista Bernini para el Carde-nal Borghese es el grupo escultural en elque están retratados Eneas que levanta enel hombro al viejo padre Anquises segui-dos por el pequeño Ascanio. El sujeto es-tá sacado de la Eneida del autor latino Vir-gilio y representa a la letra el momento dela fuga de Troya en llamas. Las diversas edades de los protagonistasse funden en un enlace de formas y movi-mientos donde surge Eneas en su viril re-signación la cual es vencida por la miradasevera, pero confiada en sí mismo y en labúsqueda del lugar donde volver a empe-zar a vivir. Si hasta hace algún tiempo para represen-tar la continuidad constructiva entre lasgeneraciones nos podíamos inspirar enesta bella escultura que vuelve a coger aEneas como icono clásico del padre y, porlo tanto, del adulto, hoy esto ya no es po-sible.El adulto no puede exhibir una identidadmonolítica, hinchada de certezas. En efec-to, se ha pasado de un concepto de identi-dad adulta granítica y monovalente a unconcepto que piensa al adulto como una

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zadas al comienzo del camino: lo imprevi-sible, la imposible tranquilidad, la incerti-dumbre, el riesgo, el aprender de la expe-riencia. Quizás también en nuestras Co-munidades Educativas a veces es débil laposibilidad de aquel diálogo personal en-tre adultos y jóvenes que requiere tiempoy que consiente enfocar problemas, op-ciones, compromisos, perspectivas, prefi-riendo así las citas donde no hay la posibi-lidad de un diálogo cara a cara y arriesgan-do lo abstracto, la verbosidad y la lejaníade la vida. La vocación educativa del adulto entoncesrequiere el volver a comprenderse como“adultos sugerentes”, capaces de gastarsey construir relaciones sencillas y buenas,en las que se toca con la mano la estimasuperabundante para cada joven, la com-pasión por su camino y su tarea, la espe-ranza inquebrantable en sus recursos. Esto significa que necesitamos redescu-brir algunas coordinadas de la relaciónhumana que se han perdido; consolidar laalianza entre cuidado y educación dadoque las prestaciones de cuidado no ago-tan toda la educación.Hoy, dice D. Demetrio, madres y padres sehan convertido en demasiado “cuidado-sos” más que “educadores”. Es verdad quela carencia de cuidados es la causa deaquel analfabetismo emotivo del que mu-chos hablan, pero la carencia de educa-ción compromete y amenaza el futuro.

Entonces educar es preguntarse comoadultos: pero ¿qué mundo queremos?

La puesta en juego es alta y exige por par-te nuestra como adultos una compren-sión nueva de nuestra tarea dentro de laemergencia educativa redescubriendo,además de la fatiga, la belleza de educar.Tal redescubrir es posible experimentarlo

cuando la tarea educativa se lleva adelan-te con el sostén de una verdadera pasión.Por desgracia, la avalancha de sondeos yde análisis negativos de los últimos dece-nios han comprometido la relación entrelas generaciones, haciendo el mundoadulto cada vez más dimisionario respec-to a la tarea educativa. Y, sin embargo,acompañar a un hijo, a un joven en su iti-nerario de crecimiento, para que sea él mismo, es una, entre las aventuras humanas, más extraordinaria, que ofrecea la persona adulta la posibilidad de des-cubrir aspectos nuevos de la vida y de sumisma personalidad. Y también cuando el diálogo se hace impracticable y la comunicación parece interrumpirse, el educador no aprieta el acelerador, sabeesperar que traiga sus frutos cuanto ha sembrado con paciencia, confianza,benevolencia y afecto. Si así están las cosas, entonces formarse ytransformarse en cuanto adultos y educa-dores se convierte en la condición indis-pensable para ponerse en estado de dis-ponibilidad para dejarse educar continua-mente por la vida, por la experiencia,“acogida con la madurez de quien en éstano ve sucesos casuales, sino una cita parasi mismo y para el propio crecimiento enhumanidad”.Por lo tanto, aprender juntos por la expe-riencia se hace una exigencia prioritariapara nuestras comunidades educativas,“aprender por la práctica educativa, paraleer en ella la riqueza de humanidad y loscrecimientos que ésta requiere y sugiere,invitando a un trabajo continuo sobre unomismo”.Ser juntos “adultos sugerentes” capacesde narrar ¡una promesa buena sobre lavida!

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gobiernos a los que se pedirá dar el infor-me de cuanto han actuado de la Plataformade Pekín en los últimos quince años. Hay un cierto escepticismo. “¡Basta con laspalabras!” decían las mujeres en Pekín ha-ce quince años.Devaki Jain, economista y activista india es-cribe: Parece crucial llevar a cabo un saltocuantitativo en el encontrar nuevas ideaspara satisfacer las aspiraciones y las luchasde las mujeres con la justicia”. Las nuevasintuiciones para transformar esta situacióninaceptable, según ella, han de venir preci-samente de las mujeres. La idea vuelve a lla-mar al ‘genio femenino’ conocida expresiónde Juan Pablo II. El compromiso del Institu-to por la capacitación de la mujer trazadoen las Líneas orientadoras de la misión edu-cativa va precisamente en esta dirección.

Nosotras, mujeres FMA

Reflexionando sobre nuestras accionesconcretas, éstas dan preferencia a las mu-jeres sobre todo en los contextos de altapobreza apuntando a la autoconciencia, ala inserción social, a la formación cultural,a la autonomía económica, al cuidado de lasalud, a la formación al liderazgo y a la lu-cha contra la explotación. Pero, el últimohorizonte va más allá del reconocimientode los derechos o de la subjetividad feme-nina porque, como dice una teóloga italia-na, Lilia Sebastani, superar las injusticias ylas discriminaciones respecto de las muje-res y de las niñas es sencillamente una eta-pa necesaria. Esta fase esencial ha de em-

A quince años de PekínBernadette Sangma

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Han transcurrido 15 años de la IVConferencia Mundial sobre la Mujer, realizada en Pekín (Beijing) en 1995. La más célebre Conferencia Mundialcon 6.000 delegados de 189 Estados miembros de la ONU, 4.000 representantes de las ONG y 3.000 participantes al Forum de las ONG.

Para el movimiento de las mujeres, Pekín hasignificado la cumbre de dos decenios deactivismo para hablar al mundo de su pro-grama de cambio. “Pasemos del análisis a laacción” repetía Gertrudis Mongella, unamujer católica tanzaniana, secretaria gene-ral de la Conferencia. El resultado encerra-do en la Declaración y en la Plataforma dePekín es llamado el programa mundial máspotente para orientar el proceso de capaci-tación (empowerment) de las mujeres.En el texto de la Declaración se afirma queel alcanzar los objetivos de la igualdad, deldesarrollo y de la paz para todas las muje-res de todas las partes del mundo está en elinterés de toda la humanidad. El bienestarde las mujeres está estrechamente unido alde los menores y el entero núcleo familiar.A distancia de 15 años, la ONU tiene enprograma una revisión de la actuación dela Plataforma por parte de los gobiernos. Elmomento central del evento llamado Bei-jing+15 será del 1 al 12 de marzo de 2010 enNueva York durante la sesión anual de laComisión ONU sobre el Estatus de la Mu-jer. Los reflectores estarán mirando a los

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pujar hacia alcanzar un ethos de reciproci-dad: “ampliar la comprensión del ser hu-mano, de forma que la polaridad masculi-no-femenino se contemple desde el iniciocon reciprocidad y comunión” para expre-sarlo con las palabras de Nuria Calduch Benages, religiosa biblista española.Esto nos envía a la consideración de nues-tras acciones educativas desde los prime-ros años de la vida. Dentro de nuestro Instituto, en contextos distintos, hay expe-riencias de educación a la reciprocidadhombre-mujer más o menos consolidadas.Sea como fuere, parece que nos queda todavía mucho para hacer y éste es un retoque se plantea a nuestra misma formaciónpersonal, comunitaria y como Instituto.

Para nuestro Instituto ¿qué puede sig-nificar Beijing+15?

Ya hace diez años que el Instituto está

regularmente presente en la ONU con laintención de llevar nuestra voz, nuestrasintuiciones de mujeres cristianas y nues-tras experiencias directas en el campo delempowerment de las mujeres y de la edu-cación a la reciprocidad hombre-mujer.Nuestras experiencias concretas de lacapacitación de las mujeres y de lasmuchachas en las situaciones de pobreza,marginación y riesgo dicen mucho en esteambiente en cuanto son testimonios elo-cuentes de una transformación real.Desde este punto de vista podemos decirque Beijing+15 para nosotras es un reto yuna invitación a continuar invirtiendo enlas mujeres y en las niñas conjugandonuestros esfuerzos a nivel micro con elnivel macro. La presencia y la participa-ción en la Comisión ONU en el Estatus dela Mujer nos ofrece una de estas oportu-nidades.

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“hermano” que busca el encuentro, laayuda, la relación.Es un camino a recorrer juntos, “que im-plica a todos en las comunidades com-prometidas según la subjetividad de cadauno”. (U.U. 28)El Cardenal vietnamita Nguyen VanThuan escribe: “Predisponernos al sacrifi-cio de la unidad significa cambiar nuestramirada, dilatar nuestro horizonte, saberreconocer la acción del Espíritu Santoque trabaja en nuestros hermanos, des-cubrir rostros nuevos de santidad, abrir-nos a aspectos inéditos del compromisocristiano.La vocación cristiana es vivir la unidad”.

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Sinagoga. Casa del encuentroBruna Grassini

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“La unidad de toda la humanidad dividida es voluntad de Dios.Por este motivo Él envió a su Hijo para que, muriendo y resucitando para nosotros, nos diera su Espíritu de amor…En la vigilia del sacrificio de la Cruz,Jesús mismo pide al Padrepor sus discípulos y por todos los creyentes en Él, que sean una solacosa, una comunión viviente”.Ut Unum Sint, 6

Bet Kness: es el término hebreo que indi-ca la Sinagoga. Corazón de cada comuni-dad hebrea, doquiera se construya, siem-pre está dirigida a Jerusalén. Es el lugarprivilegiado de la oración.Dentro un pequeño ábside custodia el“Arca Santa” que contiene los Rótulos dela Escritura: la Torah y la Lámpara Eterna,día y noche siempre encendida en elTemplo.Han transcurrido más de 1.500 años de laseparación de los cristianos de los “her-manos hebreos”. Roma: 13 de abril de 1986, un Papa, JuanPablo II, entra en la Sinagoga, acogidopor las autoridades hebreas, con el Rabi-no Jefe Elio Toaf.Un coro potente canta el Salmo 150: “Ala-bad al Señor en su templo, alabadle en sufuerte firmamento”.En la “bienvenida” resuena toda la histo-ria by milenaria de la comunidad hebrea.Se abre una nueva visión: el “otro” no esel hereje, es el “compañero de viaje”, el

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Informacionesnoticias

novedades del mundo

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el largo recorrido una vida de crecimientohacia la plenitud del ser hombre y mujer.

La comunicación en el tiempo de la Red

El tema para la Jornada Mundial de las Co-municaciones Sociales, que Benedicto XVIha propuesto a la Iglesia y al mundo en2009, apremiaba a considerar las nuevastecnologías como “una” de las respuestasal deseo fundamental de las personas deentrar en relación las unas con las otras. Eldeseo de comunicación y amistad, por otraparte, está enraizado en nuestra misma na-turaleza de seres humanos. Precisamente,en uno de los pasajes-clave de su Mensaje,el Papa escribía: “El deseo de conexión y elinstinto de comunicación, que están asídescontados en la cultura contemporánea,en verdad no son sino manifestacionesmodernas de la fundamental y constantepropensión de los seres humanos a ir másallá de sí mismos para entrar en relacióncon los demás”.Entonces ¿ninguna novedad? No propia-mente, porque la mutación es de época;sin embargo podría incluso tratarse de laenésima transformación que cambia lapiel, pero no el corazón que va, sea comofuere, en búsqueda de las necesidades desiempre. El diálogo, el respeto y la amistadson valores absolutamente antiguos quehoy solicitan ser vividos de formas inéditascon motivo del ambiente de los medios decomunicación que ha sido tan radicalmen-te transformado.

¿Por qué cara a cara?Maria Antonia Chinello, Lucy Roces

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Puede sorprender el título que este año se ha pensado dar a la sección que, ahora ya, desde hace años, se dedica a la comunicación en la Revista DMA.Sobre todo si se la compara con los temas afrontados en estos últimos dos años: la lectura educativa de algunas formas de expresión y comunicación de los jóvenes. El intento es ponerse en continuidad para proporcionar a las comunidades educativas algunas claves de lectura e interpretación que ayuden a hacer frente al acelerado cambio que se está produciendo bajo nuestros ojos, a veces atónitos.

Somos conscientes de ello. El ritmo de lainnovación se hace a veces insosteniblepara quien procede de otras velocidadesdiferentes y peligra encontrarse en una mi-nusvalía cultural. Las dimensiones y lasperspectivas que abre el mundo, en lostiempos de la Web 2.0 (y quizás dentro depoco de la 3.0), no son fáciles de definir yorientar, porque la realidad de la comuni-cación parece escapar por todas partes, ca-si como si cada representación suya tuvie-ra carencias.Si el cambio es imparable y acelerado, co-mo siempre la comunicación, y hoy quizásmás todavía, puede responder a las mismasnecesidades de siempre de la persona, en

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Volver a empezar por la relación

La comunicación según Mounier “es me-nos frecuente que la felicidad, más frágilque la belleza; basta una nonada para dete-nerla o romperla entre dos sujetos”. ParaEbner, filósofo vienés precursor de las filo-sofías del diálogo de Buber, Marcel, Lévi-nas, Mounier, las relaciones justas signifi-can un estilo de relación que conduce a unencuentro efectivo con el otro. Ellas mis-mas son el encuentro. Cada comunicaciónes, pues, el realizarse de una relación em-pática que se construye en un lento pasodel Yo al Tú al Nosotros.

En nuestro tiempo, donde las distancias sereducen cada vez más, donde los confinesde los espacios se esfuman y se hacen cadavez más nómadas y abiertos, la persona co-rre el riesgo de ser un navegador solitarioque atravesando las múltiples redes vive deun “zapear” perceptivo y cultural, de“muerde y escapa” interactivo, pero nopercibe la dimensión de misterio que seña-la su venida al mundo y su vivir el mundoen un cierto tiempo y en un cierto espacio.Entonces hay que volver a partir, a recons-truir, a coser de nuevo, a educarnos a la re-lación interpersonal, de lo que ningún or-denador nunca podrá darnos; el impactode la presencia, de la voz del otro. No essuficiente la calidad del tiempo ofrecido ala relación, es igualmente importante lacantidad.La relación humana no es un juego y re-quiere tiempo, respeto del otro, espera, es-cucha activa y reciprocidad, en cada am-biente y situación de vida. La comunica-ción interpuesta es uno de los canales quetenemos hoy a disposición en el variadopanorama de un sistema de comunicacióncada vez más integrado. Es en la continui-dad entre las dos comunicaciones, aquellaonline y aquella offline, es en el superar lafragmentariedad y reconducir a la unidad,y singularidad de la persona, como se po-drá sanar la contraposición entre real yvirtual, volver a diseñar el territorio huma-no y la dinámica de relación, no multipli-car las conexiones en Red con menoscabode los vínculos con quien está cerca. Como educadoras estamos llamadas a darplenitud a nuestra misión. El fundamentode la tarea educativa es el compromisoresponsable dirigido a captar y aceptar lallamada imprevisible que poco a poco sepresenta en la realidad de los jóvenes y delas jóvenes que tenemos delante.

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Good-bye e-mail, ¡adios Wave! Está llegan-do al mercado un producto que renovaráradicalmente la comunicación online tantoque nos hará decir “adiós” al correo elec-trónico.Google Wave (Onda) ha sido pensado porLars y Jens Rasmussen, los dos hermanosque han inventado Google Maps.Google Wave prevé compartir en tiemporeal entre múltiples usuarios, que simultá-neamente pueden escribir documentos(Wikis), compartir fotografías, poner al díael blog, fijar citas y chats en grandes gru-pos.Google Wave puede ser fascinante, peropuede esconder también alguna complica-ción. Como por Gmail (el servicio de co-rreo electrónico de Google), Google Waveserá libre y podrá utilizarse dentro de po-cos meses.Y así veremos si… el extraordinario GoogleWave suplantará definitivamente el queri-do, viejo e-mail…

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por una potente trompeta “en Sí bemol”. Sussonidos, en verdad algo indecorosos al ini-cio, con la práctica han llegado a transmitirmelodías apreciables; había un solo proble-ma: los perros, que no soportan las notasagudas, unían a la música sus tristísimos la-mentos”.

Los instrumentos son desde siempre un so-porte para el mensaje, y en este caso tam-bién el misionero lo confirma. Y si es ciertoque esta explosión tecnológica ha dado ungran impulso a los medios de comunicación,también es verdad que nunca como hoy secomunica tan poco. Por lo que uno de losconceptos fundamentales a recordar es elhecho de que los mismos medios no han deser nunca la parte principal de la comunica-ción, en cambio han de tener un rol de me-diación en el proceso comunicativo. Aquelviejo misionero del Pime, que ahora ya hallegado al Padre, nos hizo entender como elmedio, por cuanto rudimentario o modernosea, tiene siempre una tarea de ayuda y nopuede sustituir a las personas, tanto comoemisoras cuanto como receptores.

Pero entonces nos preguntamos: ¿cómo ha-cer a fin de que cada una de nuestras accio-nes y proyectos puedan ser verdaderamentecomunicativos? En efecto, el comunicar noes una sencilla transmisión de mensajes, vamucho más allá. Intentad pensar cuántas ve-ces cada uno de nosotros, aún con las mejo-res intenciones del caso, ha quedado amar-gado porque no ha sido entendido o ha sido

Para una buena comunicación de la feClaudio Pighin

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Hoy más que nunca notamos cuán grande y difícil es el reto de la comunicación. Y si el objeto de este reto es la fe, entonces nos sentimos aún más pequeños y perdidos. Por este motivo comunicar la fe es el verdadero nudo central de nuestro ser Iglesia y sobre todo personas de Iglesia.

Hace algunos años, un misionero hermanoreligioso que llegó al Estado del Amapá, enla región amazónica, en el lejano 1948, medijo: “El camino de los medios de comunica-ción, de aquellos tiempos a hoy, ha sido in-menso. Hoy podemos entrar en contactocon todo el universo; podemos comunicaren el mismo momento con millones de per-sonas. Entonces, en cambio, para afrontar lasdistancias, un altavoz que graznaba, puestoen altas torres, era lo máximo. En las iglesiaslos micrófonos eran, casi siempre, una verda-dera desgracia. Pero se lograba transmitir al-go. El cerebro de nosotros, misioneros, setransformaba en una forja de inventos. Nospreguntábamos: ¿cómo obtener un contactocon las periferias? En efecto, existía sólo elcontacto directo, de casa en casa. Armadoscon una campanilla, se daba el aviso denuestra llegada. Los perros (siempre los pri-meros a acogernos), luego los niños y final-mente los adultos se reunían a la sombra deun árbol o a la entrada de una casa; así inicia-ba el catecismo. La situación ha mejoradocuando la sencilla campanilla se sustituyó

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malinterpretado. Lo mismo acaece en el mis-mo proceso de Evangelización; cuántas difi-cultades para ayudar a que la Palabra de Diosse encarne en la vida de la gente. Y ¿dequién es la culpa de todo esto? Ciertamenteconcurren ahí muchos factores, pero me li-mitaré a subrayar el vital, el alma de todo: laincapacidad de comunicar.

Entonces insistamos, verdaderamente ¿quées comunicar? El entonces misionero P. LinoSimonelli había entendido que para evange-lizar mejor al pueblo amazónico era necesa-rio entrar en contacto directo con la gente,vivir una relación personal con el otro, esdecir, estar presentes. Por lo tanto, parece

evidente cuán necesaria es una cierta identi-ficación entre el que envía y el que recibe elmensaje; sólo así podrá establecerse un realy eficaz acto comunicativo. Es el deseo deeste acto el que anima a ser una fragua de in-ventos, como decía el sacerdote. Quien ver-daderamente quiere comunicar no se cansanunca ni se aburre de buscar soluciones pa-ra mejorar la misma comunicación. Otra en-señanza fundamental, que nos da el P. Simo-nelli, es el hecho que comunicar no es nun-ca un acto solitario o individual también por-que nos topamos a menudo con el proble-ma de cómo comunicar, por ejemplo, conpersonas distantes y en situaciones en lasque no podemos estar presentes. En efecto,él siempre me decía: “Dado que era imposi-ble tener contactos constantes con las comu-nidades dispersas a lo largo de la selva, he-mos implicado a las maestras de las elemen-tales de las aldeas. A ellas nos referíamos pa-ra todo lo que concernía la enseñanza del ca-tecismo. Armados de mimeógrafo (el orde-nador de la época), preparábamos las clasessemanales de Catecismo y las entregábamosa las maestras, con las cuales manteníamosun contacto continuo a fin de que pudieranestar preparadas para esta tarea”.Por lo tanto, una buena comunicación a me-nudo necesita una mediación. En efecto, no-sotros, como personas, somos limitados entodos los sentidos. He ahí entonces la nece-sidad de buscar algo o alguien que nos pue-da ayudar a sustituir o mediar nuestra ausen-cia. Por lo tanto hemos de recordar que unproceso comunicativo puede, y a veces de-be, implicar a varias personas y varias meto-dologías, pero sin olvidar la debida prepara-ción y sin que nada se deje a la casualidad oa la improvisación. Entonces podemos decir que también la fe,parte integrante de nuestra vida, necesitauna verdadera comunicación para poder serverdaderamente recibida y comprendida.

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El Padre Claudio Pighin que este año cuidarápara nosotras la sección Comunicar la fe, essacerdote del Instituto Pontificio de MisionesExtranjeras (PIME), es misionero desde hacemuchos años en la Amazonia brasileña. Se ha especializado en los campos de la pas-toral de la comunicación y de la misionología.Periodista publicista, es autor de numerososdocumentales y varios libros de carácter reli-gioso y cultural en lengua italiana y portugue-sa. Ha sido director del Centro de Comunica-ciones Sociales y profesor del Instituto de Ca-tequesis Misionera y de la Facultad de Misio-nología de la Universidad Pontificia Urbania-na, es profesor en el IRFP (Instituto Regionalde Formación Presbiteral) de Belém – Parà,Brasil y fundador y director de la escuela decomunicación social y de la casa editoraMissão Friuli Amazonia en Belém – PA, Brasil.

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“Up” rescata a la niñez y a laancianidad como dos caras deuna misma moneda, la de lasabiduría de la vida. Niños yancianos tienen mucho paraenseñarnos. El filme también resalta el va-lor del amor a la naturaleza yla importancia de interactuarcon ella, respetándola siem-pre.Otro aspecto interesante dela película es el de las prome-sas y los sueños como impul-sos en la vida y el distinto sig-nificado que pueden adquiriren diversos momentos o pue-

den tener para cada persona.El “libro de aventuras” de Elliees quizá la clave de la historia.“Gracias por la aventura, perove por más”, dice la dedicato-ria. Sólo en este punto Carlcomprenderá que la granaventura no fue llevar su casahasta Cataratas del Paraíso, si-no haber vivido una vida ple-na de pequeños momentoscon Ellie, quien, pese a no ha-ber podido cumplir su sueñode niña, sí cumplió el de vivirun gran amor.Además de un guión excep-cional, “Up” cuenta con un di-

seño de personajes al serviciode la historia que en el casode Carl y Russell se redujo alas figuras básicas del círculoy el cuadrado. Según RickyNierva, ediseñador de pro-ducción de la película, esto“es parte de la simplicidad”.“Consiste en reducir las cosasa su esencia más pura. Uncuadrado simboliza el pasa-do; el círculo representa el fu-turo. Un cuadrado es algo es-tático, como un muro de la-drillo. Algo inamovible, y Carles una persona que está an-clada en sus costumbres des-

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a cargo de Natalia Kidd

Up, la vida es una aventura(Eden à l’Ouest)Estados Unidos 2009

La vida es una aventura cotidiana, pero a vecesnecesitamos de una gran aventura para descu-brir el valor del día a día…Todos, chicos y ancianos, necesitamos un espí-ritu explorador para descubrir la riqueza quenos ofrece la vida, la aventura de vivir, de amar,de sentir con el corazón, de animarnos a hacerrealidad nuestros sueños…Éste es el mensaje que encierra “Up”, la más re-ciente película animada de la factoría Disney-Pixar, una historia que desborda ternura, emoti-vidad, y que, una vez más, aúna a chicos y adul-tos como públicos que disfrutan por igual, aun-que por razones diferentes, de esta impecablehistoria.El filme nos ubica primero en Estados Unidos,en la gran depresión del 30, donde el cine erauna de las vías de escape para tanta desolación.Desde la gran pantalla, las imágenes de las gran-des odiseas del gran explorador Charles F.Muntz. Hacían soñar a los más chicos con la po-sibilidad de una vida diferente, cautivante yemocionante.

Es un sueño de niños que comparten la inquietaEllie y el tímido Carl Fredricksen, un sueño que los unirá en un amor genuino y losacompañará durante toda la vida. También esun sueño que les ayudará a sobreponerse antelos momentos adversos y les impulsará a seguiradelante…Cuando Ellie muere, Carl parece caer en la de-sesperanza, pero éste espíritu explorador afloracomo tabla de salvación y le lanza a una aven-tura que le hará descubrir el sentido de la vida.El anciano Carl ata miles de globos multicoloresa su casa y remonta vuelo escapando de un en-torno cada vez más hostil.En este viaje rumbo a Sudamérica, a las Catara-tas del Paraíso, descubre un “polizón” singular,Rusell, un niño explorador de 8 años que es pu-ra inocencia y encanto…Juntos vivirán una aventura en la que ambos seenseñarán mutuamente valores humanos queles enriquecen.

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de que falleció Ellie. A la horade diseñar a Carl nos dimoscuenta de que era la primeravez que teníamos un perso-naje que pasa de la infancia ala vejez. De niño, es un perso-naje mucho más circular y re-dondo, con más curvas. Ellietambién presenta un diseñocircular. Pero a medida queCarl va creciendo, se vuelvemás rígido. El diseño de Rus-sell, en cambio, presenta unaforma ovalada y de líneas cur-vas, con todo el simbolismodinámico que esto represen-ta”, explica Nierva.El uso del color también esun importante elemento deldiseño del filme. “La películacomienza con un nodo enblanco y negro, lo que nosllevó a utilizar el color paraayudarnos a contar la historia.Cuando Ellie está viva y Carles un hombre alegre y feliz, lapaleta está saturada. Perocuando ella fallece, la ‘paleta’se diluye y casi vuelve al blan-co y negro. Además, dimoscon un color para simbolizara Ellie: el magenta. A lo largode toda la película, vemos flo-res y cielos color magentaque nos recuerdan a Ellie.Cuando Carl se aísla del restodel mundo, los colores pier-den saturación y no volvemosrealmente a ver color hastaque Russell irrumpe en su vi-da. Russell vuelve a traer elcolor a la vida de Carl. Cadavez que vemos a un nuevopersonaje que se suma a suvida, como Dug, añadimosmás color”, señala Nierva.

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PARA HACER PENSAR

SOBRE LA IDEA DEL FILM

Para trabajar- Escribe un breve perfil deun aventurero o explora-dor, vivo o ya fallecido, detu país, destacando sus ma-yores aportes.- Investiga sobre el movi-miento exploradoril (scouts,exploradores) a nivel mun-dial y en tu ciudad. ¿Cuándose fundó? ¿Qué valores pro-mueve? ¿qué actividades realiza?- Crea tu propio “Libro deaventuras”. Escribe la mayoraventura que hayas vivido,añade fotos, dibujos y otroselementos que remitan aesta vivencia. Escribe tam-bién sobre las aventurasque sueñes vivir algún día.

SOBRE EL SUEÑO DEL FILM

Los personajes -CARL FRE-DRICKSEN no es el típicohéroe. Es un poco gruñón,un gruñón que se hacequerer. Es un vendedor deglobos retirado que se veobligado a abandonar la ca-sa que Ellie, su fallecida es-posa, y él, construyeronjuntos. Pero en lugar demudarse a una residenciade ancianos, Carl decide to-mar cartas en el asunto.Puede que tenga muchosaños, pero no está dispues-to a darse por vencido sinotodo lo contrario: quiere vi-vir el resto de su vida comoél quiere. Así, un día Carlata miles de globos al techode su casa, la remonta y em-prende vuelo rumbo a Su-damérica, cumpliendo lapromesa que le había he-

cho a su esposa muchosaños atrás. - RUSSELL es un entusiastaexplorador de 8 años. Ar-mado de su mochila y sucompletísimo equipo ofi-cial de guía explorador,Russell está listo para ir a laselva. Pero hay un pequeñoinconveniente: nunca ha sa-lido de la ciudad. Todo suconocimiento de la vida alaire libre lo adquirió en loslibros y el único campa-mento ha sido en el livingde su casa. Russell exhibecon orgullo todas sus con-decoraciones de explora-dor. - CHARLES MUNTZ era laesperanza de una sociedadsumida en la depresióneconómica. Con sus nume-rosos viajes alrededor delmundo, Muntz inspiraba asus más devotos admirado-res, los jóvenes Carl y EllieFredriksen, a repetir su fa-moso mantra: “¡La aventuraestá ahí fuera!”. Volando ensu enorme dirigible, que élmismo había diseñado, re-velaba al mundo sus innu-merables tesoros: reliquiashistóricas de valor incalcu-lable, increíbles descubri-mientos científicos, y unaflora y fauna exóticas nuncavistas. Pero cuando Muntzregresa a su país con el es-queleto de una criatura fan-tástica de cuatro metros dealtura, desde unas remotasmontañas de Sudamérica,los científicos dudan de laveracidad de su hallazgo.Para demostrar que estánequivocados, Muntz regre-sa a Sudamérica y jura noretornar hasta no haber ha-llado un ejemplar vivo.

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Los once años de la inteligente niña no leimpiden estar ya cansada de una sociedadindividualista y de una familia que se mueveentre el trabajo absorbente y la neurosis obse-siva. De manera distinta vive su confinamien-to la portera del edificio, la señora Michel, unamujer de condición humilde pero rica sensi-bilidad y cultura, refugiada en su biblioteca yen su carácter arisco y taciturno, entre la indi-ferencia del vecindario y su baja autoestima.Son dos mujeres distantes en edad, pero quetienen en común un gran corazón que aún noha sido descubierto ni despertado en su cortao larga vida, hasta que descubren que el azarpuede cambiar el signo de los tiempos y tor-nar la infelicidad en dicha… esas son las nue-vas experiencias que llegan con el nuevoinquilino, el culto, enigmático y afable KakuroOzu, un japonés refinado que las mira comopersonas, y eso es suficiente.

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EL ERIZO MONA ACHACHE FRANCIA - 2009

Es la ópera prima de la francesa MonaAchache, una fábula de iniciación que crecepor la diversidad cultural y social, con tresseres arrinconados en su soledad, necesita-dos de cariño y compañía, que se encuentranen las escaleras de su edificio para tener unaexperiencia dulce y trágica a la vez, comosucede con el paso a la madurez de supequeña protagonista Paloma. Una películacercana a los cuentos de hadas, construidacon personajes dotados de un magnetismomágico y a la vez realista, libremente inspira-da en la exitosa novela de Muriel Barbery, “Laelegancia del erizo”.

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den las pruebas secretas de nuevas fórmulasen seres humanos. Ante la situación Tessaintenta denunciar por medio de sus amigos,influyentes en el gobierno del Reino Unido.Sin embargo, se verá traicionada por ellosmismos y asesinada, por atreverse a confron-tar un sistema corrupto e inhumano. Justin,que hasta entonces se había mantenido almargen, decide investigar por su cuenta lascausas del asesinato de Tessa y pronto se veperseguido por el sistema que él mismodefendía y por quienes creía eran sus amigosy aliados. Él mismo puede comprobar que lasindustrias farmacéuticas, con el apoyo delgobierno británico y la complacencia delgobierno local, están ensayando de manerairresponsable medicamentos en seres huma-nos.Aunque la película en ocasiones presenta lar-gos e innecesarios planos de paisajes delÁfrica (hermosos en efecto), tiene una histo-ria que impacta por la denuncia de fondoque hace. El jardinero fiel muestra, al final,que solo hay que ser fiel a dos cosas: al amory a los ideales humanitarios.

EL JARDINERO FIEL FERNANDO MEIRELLESI REINO UNIDO – 2005

La película de Meirelles, conocido tambiénpor la película Ciudad de Dios, está basadaen la novela homónima de John Le Carré ycuenta la historia de Justin Quayle y de suesposa Tessa en Kenya. Él es un diplomático,dedicado al jardín en sus ratos libres, y unhombre que se perfila como un funcionarioejemplar. Ella, en cambio es una activista,tiene un carácter fuerte y no le tiembla la vozpara denunciar en voz alta los atropellos delgobierno de su país. Pese a sus diferencias, lavida en el hogar es feliz y parece equilibrada.Una vez en Kenya, Tessa empieza a trabajarcon organizaciones locales de salud de lamano de médicos de la zona que conocenbien los métodos poco humanitarios de lasorganizaciones multinacionales dueñas de laproducción de fármacos. Así descubre cómodetrás de las jornadas de vacunación y deentrega de medicamentos también se escon-

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a cargo de Tonny Aldana

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Salamanca Barrera Dejarse habitarEd. San Paolo. Bogotá Colombia 2009

Encuentro con la Palabra, la pintura y la vida.Esta obra invita a dejarse habitar por laPalabra para que todos seamos sujetoscomunicadores de la Revelación de Dios queacontece entre notosotros. La autora haceresonar en su texto tres voces que dialoganentre sí acerca de la Buena Nueva y ponen,en el lenguaje de hoy, el mensaje entregadopor Jesús.La primera voz se acerca al texto bíblico que-riendo entresacar y comprender la experien-cia de fe que éste encierra; la segunda, con ellenguaje del símbolo, pretende desarrollaruna “teología visual”relacionada con lo ante-rior, pero a partir de obras de arte que refle-jan la condición humana de los artistas y suscontextos. La tercera voz presenta accionescon el fin de ampliar el campo de la expe-riencia y despertar el deseo de transitar iti-nerarios parecidos o inspirados en personascercanas a nuestro tiempo. Pero… surgetambién, una cuarta voz, la del lector, quiendialoga con los personajes, textos, contex-tos, obras, biografías y tradiciones presenta-dos en el libro, de modo que, en la creativi-dad de esta experiencia dialógica, el mensa-je recibido se reanime y se haga vida hoy.

Fernández Martorell Antropología de la convivenciaEd. Cátedra Colección 2009

Qué y cómo hacen los humanos paraconvivir entre sí y con la “naturaleza” ha sidoel objeto que le ha dado entidad a laAntropología como ciencia humana. A lolargo de veinte años, la autora de este libroha elaborado un pensamiento, un punto demira desde las difíciles preguntas que le hanido surgiendo para interpretar “la construc-ción de la realidad de los seres humanos”. Enesta obra intenta exponer las estrategias queha ideado para reflexionar sobre estostemas, interpretando que la identidad de loshumanos se construye y que el objetivo

implícito en el vivir humano es lograr que, lasdiferencias pervivan. Lo hace a través de estosllamativos capítulos: Un manifiesto de culturaurbana; Convivir como invento; Interpretar lolocal en las «civitas»; Desde lo local a la poli-semia de sentidos; Actores despojados deidentidad; El silencio o la palabra creadora;Pasear con el tiempo a cuestas y Atrapar elvivir contemporáneo.Recrear las identidades de cada cultura y esta-blecer sistemas de vida en los que convivandiversas culturas es una actividad fundamen-tal, inevitable y no estática. Inventamos sustérminos y los recreamos continuamente.Estamos todos inmersos y comprometidos enese juego, obligados a hablar y proponer.

Olvera García EL ÉXITO ES TU HISTORIAGrupo CUDEC- Pedagogía Sistémica. Tlanepantla, Estado de México 2009.

Este libro sobre Pedagogía Sistémica es unacelebración para decir sí a la vida, sí a nues-tras raíces, si al compromiso, si a lo quehemos heredado”, así lo presenta su autora.Sus páginas recogen el testimonio, la expe-riencia, enfoques y aprendizajes, de lo quehan sido casi cuatro décadas de labor educa-tiva del Grupo CUDEC y más de treinta años,orientados por el sueño de hacer un cambio através del trabajo en el aula, en el centroescolar con los docentes y las familias.Es una “pedagogía de crear puentes”capaz defacilitar la construcción de mecanismos paraque los jóvenes acudan contentos a la escue-la y sus padres y madres puedan constituir unespacio de conversación, discusión y análisiscon un enfoque multidisciplinario y multicul-tural para atender a la diversidad de hogares,estilos de vida y comportamientos; propician-do así, la conformación de un clima dimensio-nado de forma intrageneracional, intergene-racional y transgeneracionalEn la praxis cotidiana ha quedado de mani-fiesto cuan necesario es entender que losdocentes lo mismo que los estudiantes, llevanal aula aquello construido en sus sistemasfamiliares.

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nos introduce en el diálogo del cristianismocon la modernidad a propósito del esperarhumano. Hay que luchar por mejorar elmundo, pero el mundo mejor del mañanasobre la base de las meras energías huma-nas no puede ser el contenido verdadero ysuficiente de la esperanza. A estos estudiosmás generales, pero interesantes para en-tender el espíritu y la letra de la encíclica, lesiguen dos bloques de comentarios, que seciñen al esquema propio de división de laSpe salvi, esto es, dos partes bien diferen-ciadas: una más apologética y teológica, yotra más espiritual y pastoral.

Siete veces Efesios 2,12En la primera, un capítulo del profesor Nú-ñez Regodón analiza el fundamento bíblicode la esperanza. El texto de Ef 2,12, «en otrotiempo estabais sin Cristo, sin la ciudadaníade Israel, sin la promesa de las alianzas, sinesperanza y sin Dios», citado por primeravez en el núm.2, aparece hasta un total desiete veces en la encíclica. Este texto recogeuna experiencia histórica que termina porconvertirse en una tesis histórico-religiosa:“Sin esperanza (porque) sin Dios”. El Papatambién se sirve del texto de Rom 8,24, queda título a la encíclica y funciona a modo depresupuesto: la esperanza pertenece a la es-tructura misma del acontecimiento de la sal-vación y de la experiencia de fe. Los textosespigados de los capítulos 10 y 11 de Hebre-os, orientan sobre todo hacia la dimensiónexistencial y moral de la vivencia de la espe-ranza. A continuación, la obra recoge un interesante abanico en el que la esperanzaes estudiada desde la especificidad de diversas disciplinas teológicas.

Salvados en esperanzaComentarios a la encíclica de Benedicto XVI Spe salviLoli Ruíz Pérez

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Como ya hicieron con la primera encíclicade Benedicto XVI Deus Caritas, un grupo deprofesores de la Facultad de Teología de laUniversidad Pontificia de Salamanca, expo-nen en esta obra comentarios sobre la segunda encíclica del Papa, Spe salvi, publi-cada el 30 de noviembre de 2007. La encícli-ca nos invita a poner nuestra esperanza en el Padre revelado en Jesucristo, a superarla tentación de una esperanza puramenteindividualista, a abrir el corazón en la ora-ción, a aprender las lecciones del dolor y a hacernos cercanos a los que sufren y a creernos de verdad la última afirmacióndel credo, en la que anunciamos que Jesúsvendrá a juzgar a vivos y muertos.

Sin Dios no existe la gran esperanzaAbre los comentarios Ricardo Blázquez, y lesiguen tres estudios introductorios sobre laesperanza de los profesores Murillo, Rodrí-guez Duplá y Tejerina, que se sitúan en elámbito filosófico y teológico fundamental.El primero recuerda la crítica moderna a laesperanza cristiana. En Benedicto XVI en-contramos un aprecio crítico de la ilustra-ción y la modernidad, de la razón y de la li-bertad, pero aunque las esperanzas huma-nas pueden existir sin Dios, sin Dios noexiste la gran esperanza. El segundo analizalos sucedáneos que la ocultan. Absortos enlo inmediato, en lo urgente, en los afanesde cada día, olvidamos pensar en “lo úniconecesario”. Las múltiples esperanzas quenos dan fuerza en nuestros empeños, hacenque no echemos de menos la esperanzafundamental. Al reducirse de este modo elradio de acción de nuestra esperanza, vivi-mos, cada vez más de ilusiones. El tercero

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La crueldad no es obra de DiosLa perspectiva antropológica corre a cargodel profesor García Rojo, que analiza la belleza y profundidad de la esperanza. Ro-dríguez Garraducho estudia la eclesialidadde la segunda virtud: la esperanza cristianaes comunitaria, no individualista. Mientrasque el prof. Borobio nos ofrece una lecturasacramental de la esperanza, el estudio delprof. Flecha evoca la dimensión teológico-moral de la esperanza, y el prof. Galindo la considera a la luz del mensaje de solida-ridad con las víctimas (SS 35-40). Buscandoel origen del sufrimiento Benedicto XVI loencuentra fuera de Dios pues «un mundoen el que hay tanta injusticia, tanto sufri-miento de los inocentes y tanto cinismo delpoder, no puede ser obra de un Dios bue-no» (SS 42). Las crueldades de los dos últi-mos siglos no puede ser obra de Dios. El origen está en un mundo que quiere cre-ar su justicia por sí mismo y en un mundosin esperanza. Lo más importante para las

víctimas y los familiares directos de las víc-timas de un hecho violento y traumático es superar la victimización, que no significaolvidar, sino que la víctima vence a su agre-sor porque se ha liberado de la carga de ne-gatividad que éste depositó en su vida. Es recuperar la libertad y volver a integrarsecomo sujeto de la propia historia en las dis-tintas esferas de la vida.

Escuelas de esperanzaEn la segunda, tres estudios se acercan a lasque el Papa denomina escuelas o lugares deaprendizaje de la esperanza. La escuela dela oración es estudiada por el prof. De Mi-guel. Por su parte, el prof. Del Cura evoca la importancia que en la escatología cristia-na adquiere la confesión de Jesucristo como juez y salvador de la persona y de lahistoria: «la fe en el Juicio final es ante todoy sobre todo esperanza» (SS 43). Al mante-ner esta tesis, Benedicto XVI integra en laencíclica los resultados de un repensamien-to teológico del juicio final que se ha lleva-do a cabo en la escatología contemporánea,el juicio final no es algo terrorífico, sino larevelación definitiva de la verdad de nuestrapropia vida y del designio salvífico divino, lo cual permite ubicar en el contexto del encuentro con Cristo, Juez y Salvador, ladoctrina del purgatorio como purificaciónúltima, personal y solidaria. Este encuentrodeja también abierta la posibilidad de diver-sas salidas del juicio, incluida la muerte eter-na, sin renunciar completamente por ello ala esperanza de una salvación universal.Finalmente, teniendo en cuenta un rasgo literario que se repite en Deus Caritas ySpes salvi, el prof. Sánchez Caro concluyeestos comentarios analizando este rasgopresente en las dos encíclicas. El Papa semuestra así como un catequista, que quierealigerar su enseñanza en medio de la lectu-ra con ejemplos atractivos, como el de la esclava sudanesa Josefina Bakhita con cuyoejemplo se abre esta encíclica (n.3).

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tras, mejor que otros!? ¡Las vemos conlos ojos cerrados! Bastaría que en co-munidad se tuviera la paciencia de con-sultarnos y escucharnos algo más y se-guramente todos los discernimientosresultarían bien. Porque nosotras, ahoraya, de tal manera hemos visto tantas co-sas, que sabemos descubrir la voluntadde Dios donde no hay ni siquiera huella.¡Pensad un poco! Pero, por desgracia,nuestro destino es ¡ver y callar! O ver y¡refunfuñar!Y no tenemos dientes, sí, pero nosotras¿¡cuántas cosas sabemos tragar!?Por no hablar además de lo que, no obs-tante nuestros aparatos acústicos, ¡sa-bemos oír! Distinguimos muy bien loque es salesiano y carismático de ¡loque no lo es! “Oímos” si una cosa es¡exacta o equivocada! Y si a veces pare-ce que dormimos un poco durante lasconferencias, es sólo por delicadezaque lo hacemos; en nuestros días se di-cen ciertas cosas, también durante lasconferencias (en las que devastan lospower-point), que vale la pena, poramor de caridad, ¡fingir que se duerme! Y ¿qué decir de la escasa tonicidad mus-cular que, a una cierta edad, causa algu-na moderación de la marcha? ¡Pero! Yosólo digo que al menos nosotras, an-cianas, en comunidad ¡estamos ahí!¡HEME AQUÍ! ¡Siempre! Piernas len-tas, pero ¡corazón vigilante! Entoncesdecidme si llegar a la tercera edad noquiere decir tener ¡una marcha más!

¡Una marcha más!

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Pobre, ¡vieja Camila! Entre altos y bajosme habéis soportado ¡17 años! ¡Es horade concluir! Quizás éste es mi últimoaño. Por lo tanto, pongo de lado todaslas otras menudencias para dedicar miatención a lo único que cuenta y que(por desgracia) no se me quitará: ¡mi an-cianidad!Se trata de una fase de la vida temida,¡pero bastante valiosa! ¡Probar para cre-er! Desentrañaré las características a lolargo de los números de este año, segúnmi punto de vista ¡obviamente!A modo de introducción, partiría de al-gunos aspectos físicos de la ¡terceraedad! Que no hay que minusvalorar, pe-ro ni siquiera ¡sobrevalorar!Digamos que la persona anciana hayque “tratarla con cuidado”, dado que sehace físicamente “frágil”; tiene carenciassensoriales, como una disminución de laagudeza visual, asociada a un deteriorode la capacidad auditiva. No es psicolo-gismo, o salutismo, esto. ¡No! Habla deello, en la Biblia, Qoelet: “Se ofuscaránlas mujeres que miran por las ventanas(los ojos) y se cerrarán las puertas a la ca-lle (los oídos), cesarán de trabajar lasmujeres que mastican, porque han que-dado pocas (los dientes)”.En suma, ser ancianos significa perderpotencial psicofísico. Sin embargo, pala-bra de Camila, nosotras viejecitas somossólo aparentemente desaventajadas. Esverdad, los ojos se empañan por las cata-ratas, pero ¿¡cuántas cosas vemos noso-

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ENCUENTROS: Pobreza y misión

PRIMER PLANO: Amor y verdad Para una fecunda colaboración

EN BÚSQUEDA: Pastoralmente Formarse y trabajar juntos

COMUNICAR Cara a cara Comunicar en familia

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“Que no es otra cosa oración mental, a mi parecer,sino tratar de amistad,

estando muchas veces tratando a solascon quien sabemos nos ama”.

(Santa Teresa de Jesús V. 8,5)

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CANTO A LA VIDA

“Mantengo mi alma en paz y silenciocomo un niño

destetado en el regazo de su madre.Como niño destetado

está mi alma en mí”.

(Sal 131, 2)

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