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LA MEJOR MANERA PARA CUIDAR TU CUERPO Y TU MENTE
22-2-2012
JANNY MILEIDY HURTADO
Contenido INTRODUCCION ................................................................................................................................... 2
............................................................................................................................................................. 3
RESUMEN ........................................................................................................................................ 3
............................................................................................................................................................. 7
ESTILOS SALUDABLES DE VIDA Y SU RELEVANCIA EN LA SALUD DEL INDIVIDUO. ............................ 13
Hábitos alimentarios, estado nutricional y estilos de vida en una población de mujeres
menopáusicas españolas ................................................................................................................... 22
JANNY MILEIDY HURTADO
INTRODUCCION
Un estilo de vida saludable son todas Las condiciones favorables de un individuo, que determinan
del bienestar físico, biológico y psicológico.
En esta revista se encuentran plasmadas algunas investigaciones científicas realizadas en diversos
ámbitos sobre hábitos de vida saludables que están determinados por factores como la
alimentación, el deporte, la herencia y el ambiente.
Esta revista va dirigida a toda la comunidad interesada de conocer la influencia que trae los
hábitos nocivos sobre el aumento de la tasa de morbilidad en especial de al adquisición de
enfermedades crónicas.
JANNY MILEIDY HURTADO
Norman MacMillan K.
Escuela de Educación Física, Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Chile
RESUMEN Chile está viviendo una transición epidemiológica caracterizada por un incremento de
enfermedades crónicas relacionadas con
una mala alimentación y sedentarismo.
Ante esta realidad existe la necesidad de
promover hábitos de vida saludable, en
particular en la educación universitaria,
donde se sobreponen el sistema escolar y
la formación profesional. En este estudio
se encuestaron aleatoriamente 321
alumnos de la Pontificia Universidad
Católica de Valparaíso, requiriendo
acerca de hábitos alimenticios y de
actividad física. Se valoró su condición
nutricional a través del cálculo del IMC.
Los resultados revelaron que la mayoría
de los estudiantes presenta un bajo
consumo de frutas, verduras, lácteos y
pescados y un excesivo consumo de
azúcar y alimentos grasos. Más de 60%
de sujetos son sedentarios y 26% presentan sobrepeso y obesidad. Los hábitos evaluados en esta
población de jóvenes, proyectan alta incidencia de obesidad y enfermedades crónicas relacionadas
en su vida adulta.
Palabras claves: hábitos alimentarios, ejercicio, estudiantes universitarios.
VALORACIÓN DE HÁBITOS DE ALIMENTACIÓN, ACTIVIDAD FÍSICA Y
CONDICIÓN NUTRICIONAL EN ESTUDIANTES DE LA PONTIFICIA
UNIVERSIDAD CATÓLICA DE VALPARAÍSO
JANNY MILEIDY HURTADO
INTRODUCCIÓN
En Chile se ha producido una transición
epidemiológica caracterizada por un incremento
en la morbimortalidad asociada a enfermedades
crónicas no transmisibles (ECNT) como la
obesidad, diabetes, hipertensión arterial y
enfermedades cardiovasculares, la mayoría de las
cuales está directa o indirectamente relacionada
con malos hábitos alimentarios y sedentarismo
(1-4). La Encuesta Nacional de Salud Chile 2003
(5), describe que cerca del 90% de los chilenos es
sedentario y que más del 60% de los adultos
mayores de 17 años sufre de sobrepeso u
obesidad. Ante esta realidad, el gobierno ha
planteado la necesidad de concentrar esfuerzos
en la prevención y promoción de una vida
saludable (6), dándole énfasis recientemente a la
acción en el mundo de la educación superior y universitaria, donde se sobreponen el sistema
escolar y la formación profesional (7).
Al analizar en detalle la prevalencia de sobrepeso y obesidad nacional (5), es notoria la diferencia
entre el grupo de 17 y 24 años, que corresponde aproximadamente a la edad del universitario y
sujetos de edades mayores, lo que sugiere que durante este período de la vida universitaria
podrían adquirirse hábitos de vida poco saludables, y causando el posterior deterioro en los
indicadores de salud.
Con este estudio diagnóstico, se busca conocer mejor los hábitos de alimentación y actividad física
de los estudiantes de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), valorar su condición
nutricional y establecer comparaciones con los datos disponibles a nivel nacional. La investigación
se integra además en un programa de universidad saludable de la PUCV y pretende generar
información para orientar programas de promoción de salud, basados en alimentación equilibrada
y actividad física (7,8).
SUJETO Y MÉTODOS
Entre los 12.778 estudiantes matriculados en la PUCV el año 2005, se realizó un muestreo
aleatorio simple en cada unidad académica, lo que permitió obtener una muestra de 321 alumnos
de ambos sexos representativa de todas las carreras de la Universidad. Los sujetos fueron
informados de las características de la investigación y participaron en forma voluntaria.
JANNY MILEIDY HURTADO
El estudio se llevó a cabo durante el segundo semestre del 2005. Incluyó la aplicación de un
cuestionario, que fue contestado previamente por un grupo piloto, lo que permitió su revisión y
corrección. En el que se indagó acerca de patrones de actividad física y de hábitos alimentarios
como ingesta de frutas, verduras, lácteos, pescados, bebidas azucaradas y alimentos ricos en
grasas. Se determinó además el peso (balanza digital SOEHNLE®) y talla (tallímetro ROSSCRAFT®)
de cada sujeto para valorar su estado nutricional según el índice de masa corporal (IMC),
utilizando parámetros establecidos por el Ministerio de Salud (MINSAL) (9).
Las mediciones fueron realizadas en forma individual, en horarios matinales, en recintos
adaptados de las respectivas unidades académicas de la Universidad. Como hábitos de
alimentación saludable en este estudio fueron considerados el consumo regular de frutas,
verduras, lácteos y pescados. Como hábitos indicativos de una alimentación poco saludable fueron
considerados el consumo excesivo de bebidas azucaradas y alimentos ricos en grasas. Para analizar
la adecuación de la alimentación y el nivel de actividad física, se utilizaron como referencias las
recomendaciones respectivas del MINSAL (8-10) que se resumen en la.
Los resultados se analizaron en relación a datos nacionales obtenidos de la Primera Encuesta
Nacional de calidad de Vida 2000 (11) y de la Encuesta Nacional de Salud 2003 (5).
RESULTADOS y DISCUSIÓN
El 55% de la muestra correspondió a varones y 45% a mujeres. La distribución porcentual por
edad, se presenta en la.
La muestra el porcentaje de la muestra que consume frutas y verduras en forma adecuada,
diferenciados según genero. El 13% encontrado, contrasta con los resultados de la Encuesta
Calidad de Vida que describe que el 47% de la población chilena consume frutas y verduras según
lo recomendado. El 92,1% de los entrevistados refirió consumir ocasionalmente lácteos y 47,3%
consume ocasionalmente pescados, sin embargo solo un pequeño porcentaje consume el mínimo
recomendado de estos productos.
Las bebidas azucaradas se utilizaron para valorar el consumo de azúcar (contienen entre 110 y 120
gramos/litro). Se acepta una ingesta diaria de azúcar que no sobrepase el 10% de las calorías
totales, lo que equivale a un máximo de 55 gramos por día (10). El 35,1% de los varones y el 17,4%
de las mujeres consumían al menos 1/2 litro diario de bebidas de este tipo, lo que supera sin
considerar otras fuentes alimentarias de azúcar, la ingesta límite recomendada. En la se presenta
el porcentaje de los alumnos encuestados que refieren haber consumido dos o mas veces durante
la última semana alimentos ricos en grasa y/o de alta densidad calórica. En la Encuesta Calidad de
Vida 2000, un 26% de la población afirmó un consumo de al menos dos veces por semana de
alimentos de una lista similar.
JANNY MILEIDY HURTADO
CONCLUSIONES
En conjunto, un escaso porcentaje de los alumnos encuestados presenta hábitos de alimentación
saludable, predominando en la mayoría un bajo consumo de frutas, verduras, lácteos y pescados y
un consumo excesivo de azúcar y alimentos grasos. En hábitos de actividad física, predomina el
sedentarismo, preocupando la inactividad total de la mayoría. Ambas situaciones se reflejan en
cifras elevadas de sobrepeso, sin un aparente impacto sobre los niveles de obesidad. Se plantea el
interés de precisar en un estudio prospectivo si la condición nutricional se deteriora
progresivamente al persistir este patrón de hábitos de mala alimentación y sedentarismo durante
el periodo de vida universitaria.
JANNY MILEIDY HURTADO
Rinat Ratner1a, Jimena Sabal1b, Paulina Hernández1a, Dangella Romero1a, Eduardo Atalah2.
El sobrepeso y obesidad afecta a
más de mil millones de adultos a
nivel mundial, reduce la esperanza
de vida y representa una elevada
carga económica para la sociedad.
La OMS ha propuesto una estrategia
global sobre régimen alimentario y
actividad física, instando a los
estados participantes a
implementarla1-3. Un gran desafío
es conseguir un cambio conductual
de los individuos y de la sociedad,
que permita mejorar estilos de vida,
disminuir la obesidad y las
enfermedades crónicas no
transmisibles vinculadas a la
alimentación.
Chile no ha estado ajeno a la
tendencia a cambiar los estilos de vida de la población, con mayor Ingesta de alimentos poco
saludables, ricos en grasas, azúcar y sal. También ha habido un mayor acceso a bienes de consumo
como televisores, electrodomésticos y automóviles, que favorecen actividades más sedentarias y
menores niveles de gasto energético4-6. Este nuevo modelo de comportamiento social trajo como
consecuencia un incremento alarmante en las cifras de obesidad en todos los grupos etéreos y
niveles socioeconómicos7-10. La Encuesta Nacional de Salud de 2003 mostró alta prevalencia de
obesidad, hipertensión arterial, hipercolesterolemia, intolerancia a la glucosa, síndrome
metabólico y riesgo cardiovascular en la población, patologías que se presentan ya en la
adolescencia, aumentando con la edad y en personas con menor nivel educacional.
La obesidad aumenta el riesgo de la mayor parte de las patologías crónicas, afecta la calidad de
vida y disminuye en 5 a 10 años la esperanza de vida11-13. El riesgo relativo de hipertensión
arterial y de diabetes es tres veces mayor en adultos obesos respecto a los no obesos, y aún más
entre los 25 y 45 años7. Estas patologías determinan además aislamiento social, depresión, estrés,
baja autoestima y menor rendimiento laboral, por ausentismo y aumento de licencias médicas.
Por lo tanto un estilo de vida no saludable, afecta no solo al individuo y su familia, sino además
tiene un alto costo para la sociedad14.
Estilos de vida y estado nutricional de trabajadores en
empresas públicas y privadas de dos regiones de Chile
JANNY MILEIDY HURTADO
Para cualquier empresa, su capital más importante lo constituyen las personas que la conforman.
Trabajadores más saludables, eficientes, alertas y plenos de energía positiva, tiene menos riesgo
de accidentes, mejor manejo de las situaciones de estrés, menor ausentismo y rotación de
personal, lo que contribuye a que las empresas mantengan su nivel competitivo y optimicen su
productividad12. Por esto la prevención de la obesidad y la promoción de estilos de vida
saludables deben ser una prioridad nacional y empresarial14-18.
Existe limitada información referente al estilo de vida de la fuerza laboral chilena. Un estudio en
una empresa de servicios financieros de Santiago demostró alta prevalencia de sedentarismo,
tabaquismo y exceso de peso, especialmente en hombres. Cada trabajador presentó en promedio
2,4 enfermedades crónicas o factores de riesgo, siendo significativamente mayor en hombres,
obesos y mayores de 40 años19. Lanas y cols demostraron una situación similar en otro grupo de
trabajadores, con una alta proporción de enfermedades no diagnosticadas ni tratadas20. Este
estudio tiene por objetivo caracterizar la alimentación, actividad física, tabaquismo, estado
nutricional y carga de enfermedad en personas laboralmente activas, información que servirá de
base para desarrollar estrategias que permitan modificar la situación detectada en este grupo
poblacional.
MATERIAL Y MÉTODOS
Sodexho Pass, empresa que se dedica a la administración de beneficios, implemento una unidad
de promoción de salud para los trabajadores de las empresas que atiende, desarrollando el
programa "Así da gusto vivir". En el marco de este programa, se contactaron 10 empresas de las
regiones Metropolitana y V, del sector privado, público y mixto. En cada empresa se propuso
realizar a todos los funcionarios un control de salud estandarizado y gratuito, asegurando la
confidencialidad de la información. Se realizó una campaña de sensibilización, invitando a los
trabajadores a una charla inicial sobre la importancia de los estilos de vida en la salud y de un
diagnóstico precoz de las enfermedades crónicas. Se estimuló al personal a inscribirse
voluntariamente en un programa de promoción de la salud al interior de su empresa y en su
jornada laboral, que consideraba una encuesta inicial, mediciones antropométricas, una muestra
de sangre y la entrega de los resultados a cada trabajador.
En cada empresa se estableció un circuito de evaluación formado por cuatro módulos, para
obtener en condiciones estandarizadas la información, por profesionales previamente entrenados.
Se aplicó una encuesta similar a la encuesta nacional de salud, que incluye datos demográficos,
antecedentes mórbidos, autopercepción de estado nutricional, tabaquismo, sedentarismo y
características de la alimentación, agregando 4 preguntas sobre hábitos alimentarios. El
tabaquismo se clasificó en fumador o no fumador. Se consideraron sedentarias personas que
realizaban actividad física menos de tres veces por semana durante media hora. Los hábitos
alimentarios se evaluaron a través de la frecuencia de consumo de cada tiempo de comida y
mediante una encuesta de frecuencia de consumo semanal de los principales grupos de alimentos
JANNY MILEIDY HURTADO
de "Guías de Alimentación para la población Chilena" del MINSAL, las que se consideraron como
valor de referencia ideal20.
El peso se obtuvo con ropa ligera y descalzo con balanza marca Detecto 339, con precisión de 100
gramos, calibrada periódicamente y la talla con tallímetro adosado a la balanza. Se calculó índice
de masa corporal (kg/m2) y se clasificó según la norma de la OMS y del Ministerio de Salud, en
enflaquecidos (<18,5), normopeso (18,5 a 24,9) , sobrepeso (25,0 a 29,9) y obesos (>30,0). La
circunferencia de cintura se midió con cinta métrica de 0,1 cm de precisión, considerando alto un
valor >88 cm en mujeres y a 102 cm en hombres.
La percepción de estado nutricional se evaluó mediante la identificación del propio estado
nutricional observando diagramas de figuras humanas y posteriormente se comparó con la
clasificación nutricional real, obtenida a través del índice de masa corporal.
La presión arterial se obtuvo con esfigmomanómetro Riester modelo Diplomat-pressameter de
columna de mercurio, clasificándose alto una presión sistólica ≥ 130 mm/Hg o diastólica ≥ 85
mm/Hg. En aquellos sujetos que presentaban valores elevados, se repitió la medición después de
10 min de reposo.
Con un mínimo de 8 h de ayuno se tomó una muestra de sangre capilar, con un equipo Cardio-
check PA, calibrado periódicamente con sueros de control, donde se determinó glicemia,
colesterol total y triglicéridos. Se consideró sospecha de diabetes un valor >125 mg/dl,
hipercolesterolemla >200 mg/dl e hipertrigliceridemla >150 mg/dl. En personas con colesterol
total >200 mg/dl se realizó además un perfil lipídico, considerándose alterado un índice colesterol
total / HDL >4.
Estadística. Los datos fueron procesados con el programa STATA 9,2. En una primera etapa se
analizó la normalidad de cada variable a través del test de Shapiro-Wilk. Dado que la mayor parte
de las variables tuvieron una distribución normal se trabajó con promedio y desviación estándar
para las variables continuas y con el test de Anova para la comparación entre los grupos. En las
variables categóricas se utilizaron distribuciones de frecuencia y el test de para la comparación
entre los grupos. Para comparar el estado nutricional real con percepción de la persona se utilizó
el test de Kappa. Para determinar el riesgo asociado a cada una de las patologías estudiadas se
utilizaron modelos de regresión logística univariados y multivariados, que permiten controlar el
efecto de variables de confusión (edad, sexo, nivel educacional, estado nutricional, sedentarismo,
tabaquismo). En todos los casos se consideraron significativos valores de p <0,05.
RESULTADOS
La muestra final quedó constituida por 1.745 trabajadores (1.036 mujeres y 709 hombres), que
representaron 57,7% de los trabajadores invitados a participar. Las características generales del
grupo estudiado se presentan en la, destacando una edad promedio relativamente baja (38,3
JANNY MILEIDY HURTADO
±11,1 años), buen nivel de educación profesional o técnica y alta prevalencia de sedentarismo y
tabaquismo. El IMC promedio se ubicó sobre el rango normal, con 60% de la población con exceso
de peso y más de 30% con obesidad abdominal. La presión arterial y la glicemia promedio estaban
en el rango normal, pero el colesterol total muy cercano al limite superior aceptable. En todas
estas variables hubo diferencias de género, excepto en tabaquismo, con mayores niveles de
obesidad y de glicemia en hombres y mayor sedentarismo y niveles plasmáticos de colesterol en
mujeres (p <0,001).
La mayor parte de las personas estudiadas consumían diariamente desayuno y almuerzo y una
baja proporción la cena, que en la mayoría de los casos era reemplazada por una once. Una parte
importante de esta población tenía tres tiempos de comida al día, a lo que se agregaba en cerca de
la mitad de los casos, una colación (datos no mostrados). Los patrones de alimentación no
presentaron diferencias en función del estado nutricional, salvo mayor frecuencia de colaciones en
personas normopeso (p <0,05).
La encuesta alimentaria reflejó baja frecuencia de consumo de frutas, verduras, lácteos, pescados
y leguminosas, con menos de 20% de la muestra cumpliendo con las recomendaciones del
Ministerio de Salud en estos ítems). Las mayores brechas se observaron en pescado y
leguminosas, ya que aproximadamente la mitad de las personas encuestadas las consumía
semanalmente y el resto en forma quincenal u ocasional. La frecuencia de consumo de cada grupo
de alimentos fue relativamente similar en función de las variables estudiadas, aunque algo
mejores en mujeres y en personas de mayor edad.
En todos los grupos se observó una alta frecuencia de consumo de pasteles y frituras y de azúcares
refinados (datos no mostrados), sin grandes diferencias en relación a sexo, nivel educacional o
estado nutricional.
A pesar de tratarse de una población relativamente joven se encontró una alta prevalencia de
hipertensión arterial, hipercolesterolemia e hiper-trigliceridemia, la mitad de los cuales no estaban
diagnosticados. En más de la mitad de los trabajadores con colesterol elevado, se encontró un
bajo HDL-colesterol, alto LDL y alta relación CT/HDL (datos no mostrados). Todas estas patologías
mostraron una asociación positiva y significativa con el IMC, el índice de cintura y la edad (p
<0,001). Más de un tercio de las personas tuvo una apreciación equivocada de su estado
JANNY MILEIDY HURTADO
nutricional. Los errores más frecuentes se observaron en los obesos (70% de ellos no se consideró
como tal), y en los sobrepesos (26% estimó que su peso era adecuado). Casi 30% de las personas
de peso normal tuvo también una percepción errada, aunque la tendencia en las mujeres era
considerarse con exceso de peso y en los hombres, con déficit. En ambos sexos, el índice Kappa
fue bajo y significativamente menor en los hombres.
DISCUSIÓN
La muestra estudiada corresponde a un grupo específico de población. Se trata de personas
laboralmente activas, que mostraron interés en participar en programas de prevención y
promoción de salud (cerca de 60% de los trabajadores invitados al estudio). No existe información
para identificar las características de los no participantes, por lo que debe considerarse este
posible sesgo de selección en la extrapolación de los resultados. Sin embargo la similitud de las
cifras con otros estudios nacionales, sugiere que se trataría de una población relativamente
representativa. De cualquier modo, caracterizar a este grupo es útil, ya que es una población poco
estudiada y puede servir de base para generar programas dirigidos específicamente a sus
necesidades.
Se observó una alta prevalencia de hábito tabáquico, similar en ambos sexos, a diferencia de lo
reportado por la Encuesta Nacional de Salud de 2003, que fue más frecuente en hombres en el
grupo de 25-44 años. El tabaquismo en la mujer está asociado a un mayor nivel educacional y a la
pertenencia al sector urbano, lo que podría explicar las diferencias.
Al igual que en estudios nacionales7,8 se observó una altísima prevalencia de sedentarismo en
ambo sexos, ligeramente mayor en mujeres, sin diferencias por estado nutricional. Estas cifras
deben servir de alerta para generar políticas que fomenten la realización de actividad física
durante la jornada laboral, cuyos beneficios no sólo se reflejan en mejor salud, sino que mejoran el
clima laboral, la disposición al trabajo y refuerzan el vínculo con la empresa22,23.
Diecisiete por ciento de los trabajadores desayunaba menos de 3 veces por semana, lo que puede
disminuir la concentración, la capacidad para procesar información, la productividad laboral y
aumenta los riesgos de accidentes. Dada la alta frecuencia de trabajadores que almuerza, debiera
aprovecharse este tiempo para educar en una alimentación saludable24-26, existiendo
experiencias exitosas en ese sentido. La mitad de los encuestados sustituye la comida por una
once, lo que implica no incorporar frutas y verduras en la noche, dificultando el cumplimiento de
las guías alimentarias. Esta conducta, que es habitual en la población chilena, hace pensar que es
preferible promover una once saludable, que incluya verduras, panes integrales, carnes magras o
lácteos descremados, ya que es más fácil mejorar un hábito que instaurar uno nuevo. Una once
saludable, es sencilla de preparar y más acorde a la realidad de las personas que trabajan.
JANNY MILEIDY HURTADO
Se encontró un muy bajo consumo de lácteos, verduras, frutas y pescados, y un alto consumo de
azúcar, grasas y alimentos que los contienen. Esta selección de alimentos se traduce en una baja
ingesta de fibra, vitaminas, minerales y ácidos grasos omega 3 y una alta ingesta de grasas totales
y saturadas, que en conjunto con el sedentarismo, favorecen el exceso de peso y las
enfermedades crónicas. Cabe destacar, que no se encontraron diferencias importantes en el
consumo de alimentos poco saludables según estado nutricional, lo que podría explicarse en parte
por una subvaloración del consumo de estos alimentos por el grupo de obesos. Los trabajadores
de sexo masculino, tuvieron una mayor prevalencia de exceso de peso que las mujeres, a
diferencia de los datos nacionales, pero en forma similar a un estudio en una empresa de
servicios19. La menor prevalencia de obesidad en mujeres podría estar explicada por un mayor
nivel educacional de la muestra estudiada en relación a la población general y por un eventual
sesgo al contratar personal femenino en algunas empresas, que podría privilegiar la selección de
personas de peso normal.
En forma coincidente con otros estudios, existe una importante subvaloración del exceso de peso
en personas con sobrepeso y obesidad27. Esta situación es preocupante, ya que se minimiza la
condición de enfermedad e impide iniciar acciones para lograr un cambio. En otras palabras esas
personas aún están en la etapa de precontemplación del modelo de modificación de la conducta
de Prochaska y puede pasar mucho tiempo antes que pasen a las etapas de preparación y
acción28-30. La hipertensión arterial, hipercolesterolemia e hipertiigliceridemia se correlacionaron
positivamente con el exceso de peso y el índice de cintura, coincidente con estudios previos .
Cerca de la mitad de las personas con hipercolesterolemia o hipertensión arterial desconocían esta
condición, lo que refuerza la importancia de los exámenes de salud preventivos en forma rutinaria.
JANNY MILEIDY HURTADO
ESTILOS SALUDABLES DE VIDA Y SU RELEVANCIA EN LA SALUD DEL
INDIVIDUO.
Autores
Maheli Más Sarabia. Especialista de 1er grado en Periodoncia. Profesor instructor. Instituto
Superior de Ciencias Médicas “Carlos J. Finlay”. Carretera Central Oeste, CP. 70100, AP 144,
Camagüey, Cuba. Email: [email protected]
Lizet Alberti Vázquez. Especialista de 1 grado en Anatomía. Profesor Asistente.
Nelia Espeso Nápoles. Especialista de 1 grado en Estomatología General Integral.
Profesor Asistente.
Resumen
El objetivo de este trabajo fue realizar una revisión de la literatura publicada sobre los estilos de
vida que se encuentran más presentes en la vida moderna, con el fin de aumentar la educación
sanitaria dirigida a estomatólogos y médicos para el conocimiento y enfrentamiento de estos
factores de riesgo en la comunidad. El trabajo se llevó a cabo mediante la búsqueda bibliográfica
de lo publicado sobre el tema en libros del Ministerio de Salud Pública, en la prensa escrita y en
revistas de medicina y odontología. Estos últimos se seleccionaron mediante el programa
informático de base de datos Medline, el Index Medicus y el Index to Dental Literature. Todas
estas fuentes han sido consultadas hasta el 2004. Entre los hábitos no saludables y modificables
que afectan con mayor frecuencia los estilos de vida se identifican: el estrés, el tabaquismo, el
alcoholismo, el sedentarismo y los malos hábitos alimentarios, en la vida moderna estos factores
de riesgo se multiplican cada día más y están cada vez más presentes en los diversos grupos de
edades, predominando los estilos de vida insanos. En la presente revisión se analizan cada uno de
ellos con sus consecuencias negativas para la salud del individuo y se hace énfasis en la
modificación de los mismos promoviendo estilos de vida saludables, por lo que este material
servirá como soporte electrónico y podrá utilizarse como material de consulta para cualquier
profesional de la salud que lo necesite.
Palabras Clave: ESTILO DE VIDA; SALUD INDIVIDUAL
JANNY MILEIDY HURTADO
Introducción
Los cambios ocurridos en el estado de salud de la población cubana en las últimas tres décadas
son expresión de la alta prioridad y los esfuerzos realizados por la Revolución en la esfera social en
la transformación cualitativa del nivel de vida de los ciudadanos. Cuba viene realizando
importantes reformas en su sistema de salud desde los años 60 como parte fundamental de los
cambios del período revolucionario. El sistema cubano de salud social ha determinado que el
ejercicio de la practica médica y estomatológica esté orientado a la comunidad, que ambas sean
preventivo – curativas, que la organización de la salud esté integrada en un solo organismo, el
Ministerio de Salud Pública, el cuál tiene como principal objetivo mejorar la calidad de vida de la
población teniendo para esto una visión holística e integradora del organismo.
Lograr una longevidad satisfactoria motiva a la reflexión no solo de la población de todas las
edades, sino también de los profesionales de la salud. La esperanza de vida está condicionada en
un 25% por los genes; pero el 75% restante depende de los factores reconocidos bajo el concepto
estilo de vida. En los últimos años la esperanza de vida ha llegado a unos límites extraordinarios,
se calcula, por ejemplo que los niños que nacen ahora podrán vivir 100 años. Cuba es uno de los
países latinoamericanos con una mayor esperanza de vida, con una media de 75 años; pero no se
trata únicamente de vivir más, sino de hacerlo mejor. Por esta razón los esfuerzos de la salud
pública están ahora concentrados en mejorar la calidad de vida de las personas promoviendo
estilos saludables de vida. ¿Cuántos años se vivirá? No es fácil contestar a esta pregunta, la
genética influye, pero no tanto como se podría pensar, tan solo el 25% del potencial vital se debe a
la herencia, el resto depende de la vida, es decir de la alimentación, de hacer o no deporte, de si
se fuma o bebe alcohol. Si bien es cierto que las personas que viven muchos años provienen de
familias donde impera la longevidad, la herencia poco influirá si no se mantiene ciertos hábitos
saludables.
Para lograr una mejor calidad de vida, se debe reflexionar en aquellos factores de riesgo que en la
vida moderna se multiplican cada día y están cada vez más presentes en las diversas edades,
como son: la dieta, la actividad física, el estrés, el tabaquismo y el alcoholismo.
Por todo lo anterior expuesto y teniendo en cuenta que todo profesional de la salud debe ser
consciente de la relación que debe existir entre los estilos de vida saludables y la salud del
individuo, por la importancia que reviste generar cambios de conductas insanas e incorporar
estilos de vida saludables en la práctica diaria para mejorar la calidad de vida de las personas, nos
propusimos realizar el presente trabajo con el objetivo de que pueda utilizarse como medio de
consulta a todo el personal facultativo que lo necesite y sirva, además como soporte electrónico.
Desarrollo
El Sistema de Salud Pública cubano, aspira a que la población adquiera un estilo saludable de vida
para que las personas no solo vivan más años, sino que, además, logren una mayor calidad de
JANNY MILEIDY HURTADO
vida. A continuación se referirán los hábitos no saludables y modificables en los estilos de vida
como son: el tabaquismo, el alcoholismo, el estrés, el sedentarismo y los malos hábitos
alimentarios
Tabaquismo
Se ha definido como la principal causa evitable de mortalidad, pues ocasiona más defunciones que
el SIDA, el consumo de alcohol y los accidentes de tránsito; se considera responsable de una
proporción extremadamente alta de muertes y enfermedades crónicas en el mundo y de un
aumento de enfermedades en los países en vías de desarrollo, que tiene consecuencias en la salud
y de tipo económicos; Además provoca lesiones orgánicas al fumador activo y pasivo que se
asocia con algunas enfermedades comunes y muy frecuentes en la comunidad, como son, las
enfermedades respiratorias crónicas: Enfisema pulmonar, la bronquitis crónica, los problemas
circulatorios, el cáncer y otros
El hábito de fumar ha sido durante mucho tiempo asociado con una variedad de enfermedades
bucales, incluidas las periodontales, estudios realizados en las dos últimas décadas han indicado
que el hábito de fumar es probablemente un verdadero factor de riesgo para la periodontitis.
Existe una abrumadora evidencia de que fumar produce efectos dañinos en la boca, el humo de
los cigarrillos repercute negativamente provocando un mayor número de caries, puede alterar el
equilibrio microbiológico bucal, pues se incrementa el número de bacterias anaerobias; los
pacientes fumadores presentan mayores índices de placa y cálculo, así como gingivitis,
periodontitis y alteraciones en la cicatrización. Se plantea que ya desde la adolescencia hay un
marcado incremento de este hábito, esto conlleva a que los adolescentes fumadores estén
expuestos a un riesgo tres veces superior a lo normal de desarrollar una enfermedad periodontal
al alcanzar la adultez, se señala que los sujetos que dicen haber fumado en las cuatro edades: 15,
18, 21 y 28 años son tres veces más propensos a sufrir el deterioro de este tejido. Además afecta
su sistema inmune pues localmente la nicotina actúa como vasoconstrictor causando reducción en
el flujo de sangre de la encía, reduciendo la capacidad de ésta para cicatrizar. Las siguientes son
consecuencias del tabaco o cigarro para la salud en fumadores:
• Hay un incremento de la osteoporosis y en las fracturas de hueso.
• Corren mayor riesgo de degeneración y de prolaxo en la región lumbar.
• La cicatrización de las heridas tras intervenciones quirúrgicas es más lenta.
• Padecen en mayor índice de infecciones postoperatorias.
• Hay descenso de la fertilidad y una menor calidad del semen.
• La elasticidad de la piel parece reducirse dando lugar a cambios característicos en el rostro de
estas personas.
JANNY MILEIDY HURTADO
• El cigarro provoca tinciones en los dientes.
• Se ven tinciones en las restauraciones y prótesis.
• Se observa un aumento de las arrugas de la cara
El Tabaquismo y Estrés
El fumar es una adicción a la nicotina que puede producir estrés y va acercando al fumador e
introduciéndolo en un triángulo del cual es difícil salir porque la adicción es poderosa y se
mantiene por el encierro con los otros lados del triángulo:
• Uno de los lados está compuesto por la dependencia de la nicotina.
• Otro lado es el factor social, como el trabajo, ocio, comidas, etc.
• El tercer lado del triángulo está formado por el estrés, es emocional.
El tabaquismo está asociado al estrés en cuanto produce una adicción que hace necesario a la
nicotina en el metabolismo del fumador y de gran necesidad para sobrellevar las demandas y
reequilibrar el organismo. Fumar es una adicción poderosa; la fuerza de voluntad a menudo no es
suficiente para garantizar el éxito, porque el cuerpo del fumador se acostumbra a las dosis
regulares de nicotina que proporcionan los cigarrillos. La ansiedad es mayor entre las personas
que fuman y las situaciones que más los tientan a fumar son los períodos de estrés, emociones o
dificultades.
El tabaquismo es realmente un productor de estrés al intoxicar todo el organismo con alquitranes,
monóxido de carbono y nicotina, causando lesiones en arterias, corazón y pulmones. Es un factor
externo que se introduce al organismo y aumenta el estrés por el mismo daño que produce y el
conocimiento del fumador de lo que está causando, negado al principio de la adicción pero
reconocido cuando se hace evidente y manifiesto el daño. Para el fumador, el tabaco proporciona
numerosos placeres: tranquilidad en los momentos de estrés, una actividad para combatir el
aburrimiento, y un estímulo al desánimo. Eliminar el hábito de fumar es una tarea mucho más
complicada que la lucha única contra adicción a la nicotina.
Las personas que no se atormentan por un fuerte estrés, cambian las condiciones adversas
susceptibles de modificarse, aceptan las que no pueden cambiarse, y tienen la sabiduría de
diferenciar las dos cosas. Las personas que dominan el tabaco también siguen ese camino, con
VALOR para dejar de fumar, SERENIDAD para no volver a hacerlo superando es estrés y
SABIDURÍA para ver las prioridades y tomar las medidas necesarias.
Estrés
JANNY MILEIDY HURTADO
El estrés es un síndrome inespecífico constituido por cambios inespecíficos del
organismo inducido por las demandas que se le hacen. Es inevitable experimentar cierto grado de
estrés en la vida y en las ocasiones apropiadas resulta benéfica, no obstante demasiado estrés es
peligroso para la salud en general, ya que se alteran en forma prolongada y perjudicial las
funciones de muchos sistemas del organismo.
El estrés puede ocasionar que al cuerpo se le dificulte combatir una infección, incluyendo las
enfermedades periodontales. Las personas con mayor estrés laboral presentan niveles más altos
de pérdida de hueso alveolar, un síntoma de enfermedad periodontal, que los que no sufren tanta
tensión en su trabajo.
Los sujetos que se ven estresados o incapaces de solucionar un problema tienden a abandonar su
higiene bucal, además, se producen cambios salivales y se reduce la capacidad del organismo de
luchar contra las infecciones. Sin embargo, muchos de los factores de riesgos son fácilmente
previsibles; tanto la falta de higiene bucal como el hecho de descuidar la revisión dental por un
profesional puede ser controlada por un mínimo esfuerzo. Eliminando la patología periodontal se
evita además uno de los factores de riesgo de enfermedad cardiovascular, de patología
respiratoria y de complicaciones en la diabetes.
La necrosis isquémica del miocardio está producida por la arterosclerosis, esta a su vez puede
estar causada por múltiples factores entre ellos el estrés que puede aumentar la hipertensión. Los
pacientes hipertensos muestran niveles muy altos de ansiedad, así como altos niveles de ira,
agresividad y hostilidad.
Ante cualquier evento estresante, los seres humanos tienden a modificar su conducta en una
doble línea: por un lado, aumentando las conductas no saludables y por otro disminuyendo la
puesta en marcha de hábitos o conductas saludables, todo ello en detrimento de la salud; Por
ejemplo, el estrés produce una disminución significativa del número de horas dormidas y horas de
descanso, aumenta el consumo de tabaco, alcohol o psicofármacos, reduce la puesta en marcha
de conductas saludables relacionadas con el ejercicio físico, medicina preventiva, entre otros. A su
vez, el estrés y las reacciones emocionales negativas asociadas producen un fuerte malestar
subjetivo, caracterizado por preocupación, temor, inseguridad falta de decisión, bloqueo de la
actividad cognitiva e irritabilidad. Estos síntomas subjetivos potencian la alta activación fisiológica
y los cambios de conducta.
La adolescencia es un período de mucho estrés, las personas más susceptibles muestran en esta
etapa problemas de fatiga, insomnio, depresión, ataques de llanto y de angustia. El estrés por un
lado, equilibrado por el alcohol, azúcar, cafeína, entre otros llevan a la persona a una constante
búsqueda de equilibrio que nunca llega a lograr. La baja tolerancia al estrés es una característica
hereditaria y es muy evidente en ciertas familias.
El Alcoholismo.
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Constituye otro factor de riesgo vinculado al estilo de vida y a las condiciones de vida de las
personas. Este factor es muy agresivo porque no-solo actúa directamente sobre las personas que
lo padecen sino que tiende a desestabilizar a las familias. El alcoholismo quedo denominado por la
OMS como: Síndrome de dependencia del alcohol, definido como un estado físico y psíquico a
consecuencia de la ingestión de alcohol.
El alcohol es veneno hepático que directamente causa la muerte o daño a las células del hígado.
Este daño causa mayor estrés y aumenta la necesidad de esta sustancia. El alcohol constituye una
droga que tiene acción depresora del Sistema Nervioso Central, que provoca dependencia y
síndrome de abstinencia. … El alcohol estimula el proceso de oxidación de las células y propicia la
arteriosclerosis; además se asocia con grandes problemas de salud de tipo digestivo, neurológico,
cardiovascular, bucal, entre otros. El alcohol juega dos papeles diferentes: levanta los mensajeros
alegres y como veneno empeora la condición de sobre-estrés
En ocasiones al reflexionar sobre el uso y abuso del alcohol, muchas personas se alejan del tema y
dejan de interesarse por esto, pues piensan que como no lo consumen o ni siquiera tienen a una
persona cercana que se encuentre en esta situación creen que a ellos tampoco les compete; sin
embargo esto no es siempre así como muchos piensan, tres elementos lo demuestran:
• El reconocimiento de la influencia de lo social sobre el alcoholismo
• La consideración de que este consumo se extiende mas allá del sujeto consumidor y afecta a
muchas personas inocentes
• La prevención y el enfrentamiento efectivo de este fenómeno requiere de la atención y del
esfuerzo colectivo.
A nuestro entender toda la comunidad debe de cooperar, aceptar, participar y asumir la
responsabilidad por el bienestar de sus miembros; es en la comunidad donde existe un
conocimiento mas preciso de la realidad y de los problemas; si realmente queremos derrotar el
flagelo del alcoholismo debemos interiorizar que este asunto es un problema de todos.
Los Malos Hábitos Alimentarios.
Los malos hábitos alimentarios favorecen el desarrollo de trastornos endocrinos-metabólicos y el
de algunas enfermedades; Entre estos malos hábitos se citan: La falta de horarios fijos para la
alimentación, el exceso de sal, grasa y azúcar en la dieta, y la dieta a base de carbohidratos.
La alimentación constituye uno de los elementos más importante de la calidad de vida en la
cultura cubana. Disfrutar de la comida es importante, pero para vivir bien hoy y en el
futuro, pero se debe cuidar la salud, una de las cosas que más influye en ella y que podemos
controlar directamente es justamente la dieta. Actualmente, la dieta recomendada es la dieta
mediterránea lo que es sinónimo de dieta adecuada; la cual se fundamenta en un alto consumo
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de verduras, frutas, legumbres y pescados, así como el aceite de oliva. Sin embargo, se ha
perdido mucho las buenas costumbres y la dieta habitual se ha alejado del modelo
tradicional de la dieta mediterránea. Es importante tratar de llevar una dieta ordenada sin
saltarse comidas y evitar cenas fuertes, pues la digestión dificultará nuestro descanso. En una
persona adulta esto es fundamental para llevar una vida sana, y más aún en una persona de
mayor edad. Se debe cuidar de manera habitual el consumo de algún tipo de sustancias como la
sal y el azúcar; es vital adoptar una postura positiva, buscar soluciones que aporten sabor a los
platos, evitando su uso.
El abuso de la comida rápida puede aumentar el riesgo de sufrir diabetes, sobre todo en los
niños, este tipo de comida es excesivamente rica en sal, grasas de origen natural y azucares. La sal
marina tiene una disminución de sodio con respecto a la sal común, por lo que resulta mas
adecuada en caso de hipertensión y problemas cardiovasculares. Las algas son muy ricas en calcio,
por esta razón, su consumo regular está muy indicado en caso de osteoporosis. Las algas
contienen trece veces más calcio que los lácteos, pueden tomarse crudas, en ensaladas o cocidas
en sepa. La dieta ocupa un papel primordial a la hora de establecer un ranking sobre las pautas
que influyen en la cantidad de años que viviremos. A continuación, algunas recomendaciones
para lograr una dieta saludable:
-Se recomienda consumir solo grasas sanas: para disfrutar de una vida larga conviene reducir el
consumo de grasas saturadas, es decir, grasas de origen animal, estamos hablando de la carne, los
embutidos, la mantequilla y el pan industrial. En su lugar debemos tomar las grasas buenas del
pescado, los frutos secos y los aceites vegetales.
-Las vitaminas: las frutas, las verduras, los lácteos descremados y las legumbres resultan
imprescindibles para obtener todas las vitaminas y minerales que nuestro cuerpo necesita.
-Dos litros de agua: para que el organismo esté bien hidratado, conviene beber dos litros de agua
al día.
-Cocina saludable: también resulta conveniente disminuir la sal que se añade a las comidas, los
picantes y el azúcar, cocinar al horno y a la plancha, así como evitar los alimentos fritos.
El Sedentarismo
El estilo de vida sedentario, que tantas complicaciones de salud causa durante toda la vida,
comienza en edad temprana e incluso es evidente en niños de tres años, esto se asocia a la
ingestión de alimentos poco saludables y a la insuficiencia de ejercicios físicos que hace que los
músculos que trabajan de forma insuficiente disminuyan la funcionabilidad de los órganos, a su
vez se provocan alteraciones metabólicas de las grasas. En estudios realizados se ha comprobado
que el sedentarismo favorece la intensidad del habito de fumar.
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El sedentarismo se relaciona con la reducción de la esperanza de vida y la pérdida del validismo, al
influir en el desarrollo de enfermedades del aparato locomotor y de sostén. Entre estas tenemos:
• La cardiopatía.
• Enfermedades cerebro vasculares.
• Aterosclerosis periférica.
• Obesidad.
• Diabetes mellitus.
• Hipertensión arterial.
• Artritis, artrosis, radiculitis y dolores lumbares.
Entre las medidas que previenen este factor de riesgo está: realizar caminatas al día de 3 Km o
trotes de 2km, lo que puede significar disminución del peso corporal y colaborar al control de la
obesidad, pues esta es una de las consecuencias del sedentarismo. La obesidad ha dejado de ser
un problema real de la estética de la mujer y del hombre para convertirse en un verdadero
problema de salud. Aunque la obesidad no es un fenómeno exclusivo de la época moderna, se ha
venido transformando en una verdadera pandemia que alcanza a niños y jóvenes. La obesidad
infantil aumenta el riesgo de que los niños desarrollen diabetes de tipo 2 en su juventud y que
posteriormente padezcan cardiopatías, ciertos tipos de cáncer o experimenten un ataque cerebro
vascular.
¿Cómo erradicar este problema?
La única manera de enfrentar este problema de salud es educando a la comunidad,
recomendándoles que coman adecuadamente, comer bien no es mantener una restricción en la
cantidad de alimentos que se ingiere, sino en su calidad. La necesidad de proteínas de alto valor
biológico que no es necesariamente la carne, sino consumir arroz con frijoles, que ofrecen una
calidad proteica similar a la que brinda la carne. También es importante el consumo de los
productos del mar y el pollo a la parrilla (no frito), se debe insistir en el consumo de frutas y
vegetales y también favorecer la actividad física.
Resulta de vital importancia cumplir los siguientes consejos:
• Se recomienda dormir 8 horas: el descanso es vital para que el cuerpo se regenere y funcione a
la perfección. Durante las horas de sueño, el organismo segrega melatonina una hormona que
retrasa el envejecimiento. Para ello conviene dormir las horas justas, entre 8 y 9 horas.
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• Ejercicio regular: sea cual sea el tipo de ejercicio que se practique, lo importante es que se haga
de forma regular (de 1 a 3 veces a la semana mínimo). El deporte fortalece los huesos, aumenta la
masa muscular y aligera el organismo. Los ejercicios más recomendados son la natación, las
caminatas, el baile y los paseos.
3 Mantener en todo momento un estado de ánimo positivo: es un hecho comprobado, las
personas optimistas y felices viven más años:
A- Ser positivos: procurar que en la vida no tenga cabida la tristeza o el desánimo. No dejarse
vencer por la depresión. Dedicar tiempo a nuestras aficiones, a charlar con los amigos y a disfrutar
de la familia. Mantener una vida activa, y además de estar más sanos, será mucho más feliz.
B- Ejercitemos la mente: tengamos la edad que tengamos, es importantísimo, que mantengamos
nuestra mente activa. No dejemos que pase un día sin realizar una actividad intelectual: leer,
escribir, hacer crucigramas, jugar el ajedrez y participar en tertulias.
5. El tiempo es lo único que no se recupera en la vida. Se puede recobrar la salud, el dinero, el
amor, la libertad, pero el minuto que perdemos no se recupera, por lo que debemos usarlo para
mantenernos activos.
6. Se ha demostrado que la risa aumenta la inmunología del individuo, las defensas del organismo,
conclusión importante: ¡Hay que reírse!
Conclusiones
Los factores de riesgo más frecuentes en la vida moderna son: el tabaquismo, el estrés, los malos
hábitos alimentarios y el sedentarismo, los cuales afectan a la mayoría de la población cada día
más evidente
Para conseguir una longevidad satisfactoria con una buena calidad de vida es importante modificar
los estilos de vida insanos por estilos saludables desde edades tempranas.
Se evidenció las consecuencias negativas para la salud que producen los hábitos no saludables
estudiados.
Se sugirieron una serie de medidas capaces de producir cambios de actitudes en la población.
JANNY MILEIDY HURTADO
Hábitos alimentarios, estado nutricional y estilos de vida en una
población de mujeres menopáusicas españolas
N. Úbeda, M. Basagoiti, E. Alonso-Aperte y G. Varela-Moreiras
RESUMEN
Objetivo: Conocer la dieta y los hábitos alimentarios, a partir de un cuestionario de frecuencia de
consumo de alimentos, de una muestra de 1.218 mujeres españolas en estado de menopausia-
perimenopausia y edades comprendidas entre 40 y 77 años, procedentes de todas las
Comunidades Autónomas.
Resultados: La dieta de la muestra de estudio es equivalente a la dieta media de la población
española, destacando los productos lácteos, que son consumidos en mayor cantidad por las
mujeres participantes (aproximadamente 4 raciones/ día). La ingesta energética, de proteínas y de
colesterol es elevada, así como de la mayoría de vitaminas y minerales. Únicamente se han
encontrado ingestas deficitarias moderadas para el ácido fólico y la vitamina D.
Las mujeres de mayor edad (> 60 años) consumen menos alimentos del grupo de huevos, dulces y
azúcar y varios y, por tanto, de lípidos y colesterol, aunque también de vitamina D. Un IMC
elevado (IMC > 25; 61% de la población) está asociado con un mayor consumo de carnes, pescados
y huevos y, por tanto, de energía. Una dieta más adecuada (mayor consumo de lácteos, frutas,
verduras, legumbres, cereales y pescados) está asociada a un estilo de vida más saludable (no
fumar, practicar ejercicio físico) y a la ingesta de alimentos fortificados (52,7% de la muestra total)
y suplementos vitamínicos y minerales (22,8% de la muestra total), aun cuando el aporte de los
micronutrientes es suficiente a través de la dieta habitual.
Conclusiones: En conjunto, la dieta de nuestra población de estudio se adecúa a los patrones de
dieta saludable y actividad física, reflejo de la preocupación por la salud de la mujer en la etapa de
la menopausia.
Palabras clave: Hábitos alimentarios. Estilos de vida. Menopausia.
Introducción
La menopausia es un estado fisiológico de la mujer determinado por el cese de la secreción
ovárica de estrógenos y progestágenos, lo que da lugar a la desaparición del sangrado menstrual
junto a la aparición de un conjunto de modificaciones fisiológicas que afectan fundamentalmente
al aparato urogenital, sistema cardiovascular, óseo y tejido adiposo. Afecta a todas las mujeres
como parte del proceso natural de envejecimiento, apareciendo a una edad que, en España, se
sitúa alrededor de los 51 años, con un espectro que va de los 48 a los 54 años1.
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Sin embargo, la menopausia puede llegar a convertirse en una situación patológica. Son
característicos de esta etapa determinados síntomas como las "sofocaciones", caracterizadas por
la ruboración extrema de la piel, la irritabilidad y la ansiedad, cuyas consecuencias psíquicas y
físicas pueden hacer necesaria una intervención concreta. También está perfectamente
documentado que una mujer en situación de menopausia presenta un mayor riesgo de obesidad,
debido a los cambios que se producen en la composición del organismo, en el sentido de que
aumenta el porcentaje graso y la distribución del tejido adiposo con mayor acumulación en la zona
abdominal, a la vez que disminuye la masa magra muscular y tejido óseo. Igualmente, se
incrementa el riesgo de enfermedades cardiovasculares, osteoporosis, cáncer de mama y
diabetes2.
En diferentes grupos poblacionales se ha demostrado que la dieta cobra especial relevancia en la
prevención de las mencionadas complicaciones. En este sentido, podemos afirmar que el fomento
de una alimentación sana y equilibrada durante toda la vida es la mejor prevención posible, así
como también constituye un tratamiento eficaz en el momento de la menopausia.
En la bibliografía consultada no hemos encontrado ningún estudio en nuestro país cuyo objetivo
se refiera a conocer el consumo de alimentos, hábitos alimentarios y estilos de vida de mujeres en
estado de menopausia, salvo un estudio realizado por Sánchez-Muñiz y cols. (2003)3, en el que se
analiza la dieta de 14 monjas de clausura en situación de menopausia.
Por todo ello, el objetivo del presente estudio era conocer cómo repercute dicha situación
fisiológica especial en la dieta de una muestra amplia de mujeres pertenecientes a las diferentes
Comunidades Autónomas españolas.
Sujetos y métodos
La muestra estuvo constituida por 1.218 mujeres voluntarias pertenecientes a todas las
Comunidades Autónomas españolas. Las voluntarias se reclutaron a través de la red de consultas
privadas de ginecología, gracias a la colaboración de los Laboratorios EFFIK, S.A.
Desarrollo y estructura del cuestionario
El cuestionario desarrollado por nuestro equipo, consta de diferentes apartados. Comienza con
una introducción donde se presenta información sobre algunas de las posibles alteraciones y
cambios fisiológicos que supone la menopausia en la mujer, subrayándose en todo momento la
importancia de la nutrición en esta etapa de la vida e indicando que el fomento de una
alimentación equilibrada durante toda la vida es la mejor forma de prevención posible.
A continuación, además de las instrucciones para cumplimentar el cuestionario y un espacio para
la identidad, se incluyen una serie de apartados como: aspectos sociodemográficos, edad, peso y
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altura (con los que se calculó el índice de masa corporal (IMC), situación de perimenopausia o
menopausia diagnosticada, tratamiento hormonal sustitutivo (THS), consumo de tabaco, actividad
física (minutos de paseo al día, horas de tareas domésticas al día, tipo y horas de deporte a la
semana), consumo de alimentos enriquecidos (tipo, cantidad y frecuencia) y consumo de
suplementos vitamínicos o minerales (marca y frecuencia).
El cuestionario de frecuencia de consumo de alimentos (CFCA), por su parte, constaba de un total
de 74 preguntas divididos en: 21 para el desayuno, 28 para la comida y cena, 9 para picar entre
horas y 16 para bebidas.
Distribución del cuestionario para el estudio de la dieta
Una vez elaborado el cuestionario, se distribuyó contando con la colaboración de visitadores
médicos y ginecólogos de las distintas zonas. Los cuestionarios fueron entregados a las pacientes
que acudían a consulta privada, éstas cumplimentaban el cuestionario y lo remitían. Existía
siempre un teléfono de consulta o aclaración permanente de dudas para cumplimentar el
cuestionario. Para el procesamiento de los datos se utilizó una base de datos Access que
previamente habíamos elaborado de manera específica para este estudio.
Elaboración de consejos dietéticos
Al introducir los datos de cada cuestionario debidamente cumplimentado, se generaron unos
consejos dietéticos totalmente personalizados en función de lo contestado, que las mujeres
posteriormente recibieron por correo postal.
Valoración dietética
Todos los alimentos incluidos en el cuestionario se agruparon siguiendo el criterio utilizado por las
Tablas de Composición de Alimentos (TCA) de Moreiras y cols. (2003)4, formando de esta manera,
13 grupos de alimentos: cereales y derivados; leche yderivados lácteos; huevos; dulces y azúcar;
grasas1; verduras y hortalizas; legumbres; fruta fresca; frutos secos; carne y derivados cárnicos;
pescado; varios2 y bebidas alcohólicas. Para la estimación cuantitativa se utilizaron las raciones
estándar propuestas por Alcoriz y cols. (1990)5 y De Cos y cols. (1991)6. La transformación de los
alimentos a energía y nutrientes ingeridos, igualmente se realizó con las TCA de Moreiras y cols.
(2003). Posteriormente, se calculó el porcentaje de adecuación de la ingesta nutricional a las
Ingestas Recomendadas (IR) para la población española de mujeres entre 50 y 59 años (rango de
edad mayoritario en nuestra población, 504 mujeres, y al que le corresponde la edad media).
Análisis estadístico
Para el estudio estadístico se utilizó el programa Statgraphics versión 4.0 y Systat versión 5.0 para
Windows. Las variables cuantitativas se describieron con la media y la desviación estándar. Para
comparar las medias de las distintas variables se aplicó el análisis de la varianza (ANOVA) de un
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factor, y posteriormente el test de Tukey con el fin de detectar diferencias estadísticas entre los
grupos concretos de estudio.
Resultados
Registro de NPD del año 2004:
ELa edad media de la muestra total fue 52,2 ± 14,3 años (40-77) y el IMC de 27 ± 4,6 kg/m2 (18,3-
51,6). La población mostró hábitos de estilos de vida diferentes según lo especificado en la. La
influencia de estos parámetros fue evaluada para observar posibles diferencias en los hábitos
alimentarios.
Estudio de la dieta
En primer lugar, se estudió el patrón de consumo de alimentos de las mujeres con menopausia
diagnosticada y se comparó con aquellas en estado de perimenopausia, no encontrándose
diferencias estadísticamente significativas. Debido a ello, los resultados y discusión de los mismos
se hacen para el conjunto de la muestra.
El consumo de alimentos, expresando en gramos/día o raciones/día se muestra en la.
Cuando analizamos la influencia de los factores sociodemográficos, antropométricos y de estilos
de vida en el consumo de alimentos se obtuvieron los siguientes resultados:
En relación a la edad, las mujeres más jóvenes (edad 40 a 50 años) consumen cantidades
significativamente mayores de dulces y azúcar y varios en comparación con las más mayores.
Éstas, a su vez, consumen significativamente menos huevos que edades más jóvenes.
El presentar un IMC > 40 se asocia significativamente con un mayor consumo de carnes y
derivados, pescados, huevos y varios. Por el contrario, mujeres obesas pero con menor IMC (30-
40) consumen menos dulces y azúcar y bebidas alcohólicas que aquellas con IMC en normalidad
(20-24,9). De igual manera, mujeres con sobrepeso (IMC 25-29,9) ingieren menos cereales y frutos
secos.
Existe un mayor consumo de verduras y hortalizas en mujeres cuya residencia es de tipo urbana,
comparado con el medio suburbano y rural.
El tabaquismo (mujeres que fuman más de 10 cigarros/día) está asociado con un mayor consumo
de bebidas alcohólicas y varios. Por el contrario, las mujeres no fumadoras consumen más
productos lácteos, verduras y hortalizas y legumbres.
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Un menor tiempo de actividad física (< 2 horas/día) está relacionado con una mayor ingesta de
bebidas alcohólicas. En el otro sentido, una mayor actividad física (> 2 h/d) conlleva un consumo
más elevado de verduras y hortalizas, así como de legumbres.
Las mujeres que consumen de manera habitual alimentos enriquecidos presentan, además, una
ingesta significativamente mayor de cereales y derivados, lácteos, legumbres, fruta, frutos secos y
dulces y azúcar. Sin embargo, las mujeres que no los toman consumen menos bebidas alcohólicas.
Mujeres que consumen frecuentemente suplementos vitamínicos y minerales consumen, además,
una cantidad significativamente mayor de cereales y derivados, fruta, verduras y hortalizas y
pescado.
Estudio nutricional
La ingesta de alimentos se transformó a energía y nutrientes. Podemos observar que no existen
ingestas deficitarias a excepción del ácido fólico, la vitamina D y la vitamina E, cuya ingesta se
encuentra por debajo de las recomendaciones. Hay que tener en cuenta, sin embargo, que la
ingesta real de vitamina E supera la estimada ya que también habría que considerar la que
procede de los aceites culinarios. Si consideramos el consumo medio de aceite culinario en España
[33,4 g/ de aceite de oliva; 9,3 g/d de aceite de girasol y 4,1 g/día de otros aceites (maíz, soja,
etc)], según los datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA; 2003)7, nos
proporcionaría 11,7 mg diarios de vitamina E adicionales. Si, además, consideramos que
aproximadamente un 25% del aceite culinario para la fritura se desecha, dicha cantidad se reduce
a 8,8 mg que, sumados a los 3,8 mg de vitamina E que proceden del resto de los alimentos, nos da
un dato total de consumo de vitamina E de 12,6 mg, lo que supone una adecuación del 105% a las
IR para la población española.
Los excesos nutricionales son notables, por el contrario, en la energía consumida (de hecho
nuestra población presenta una alta tasa de sobrepeso y obesidad, 61%), en las proteínas totales y
el colesterol alimentario.
Cuando analizamos la influencia de los factores sociodemográficos, antropométricos y de estilos
de vida de las mujeres en la ingesta de energía y nutrientes.
En relación a la edad, las mujeres de los grupos más jóvenes (46-50 años) presentan una ingesta
significativamente mayor de lípidos y colesterol con respecto a las más mayores (> 56 años). Por el
contrario, las mujeres de más de 60 años tienen una ingesta significativamente menor de vitamina
D.
El presentar un IMC superior a 40 está asociado a una mayor ingesta de energía, siendo ésta el
resultado de un elevado consumo de los tres macronutrientes (proteínas, hidratos de carbono y
lípidos), también de cinc, sodio, niacina y vitamina D. Por el contrario, mujeres con un IMC entre
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20 y 24,9 tienen una ingesta significativamente mayor de AGS que las mujeres con sobrepeso u
obesidad.
No hay diferencias significativas en la ingesta de nutrientes en función del tipo de residencia
(urbana, semiurbana o rural) de las mujeres.
Las mujeres fumadoras tienen una ingesta significativamente menor de proteínas, fibra, calcio,
hierro, magnesio, potasio, vitaminas B1, B2, B6, C y equivalentes de retinol.
Un mayor tiempo de actividad física (> 2 horas/día) está relacionado con una mayor ingesta de
proteínas, AGP, fibra, hierro, magnesio, cinc, potasio, vitamina B1, niacina, ácido fólico y vitamina
E.
Las mujeres que consumen de manera habitual alimentos enriquecidos ingieren, además, una
mayor cantidad de energía, macronutrientes (excepto lípidos) y la mayoría de las vitaminas y
minerales.
Las mujeres que consumen habitualmente suplementos vitamínicos/minerales presentan una
ingesta significativamente mayor de energía, proteínas, hidratos de carbono, hierro, magnesio,
vitamina B1, B2, B6, C, niacina, ácido fólico, equivalentes de retinol y vitaminas D y E.
Discusión
El patrón global de dieta se comporta, en términos generales, del mismo modo que la dieta media
española actual7, con algunas excepciones. Existe un consumo ligeramente menor en nuestra
población de carnes y derivados, frutos secos y bebidas alcohólicas y un consumo ligeramente
mayor de fruta, pescados y legumbres, aunque lo más destacable es la gran diferencia en el
consumo de los productos lácteos respecto a la población media española. Nuestras mujeres
consumen un total de cuatro raciones diarias, lo que se traduce en una ingesta de calcio de
aproximadamente 1.400 mg diarios, cantidad considerada adecuada para una mujer que se
encuentra en esta situación fisiológica. Este alto consumo de lácteos puede deberse a que nuestra
población esté más concienciada de la importancia de este grupo de alimentos en este momento
de su vida, de acuerdo con el conocimiento creciente de que un buen estado nutricional en calcio
se relaciona potencialmente con la prevención de la osteoporosis posmenopáusica.
Sin embargo, las raciones diarias consumidas son insuficientes para los grupos de fruta y frutos
secos y son elevadas para carnes y derivados, legumbres, dulces y azúcar y bebidas no alcohólicas,
si lo comparamos con las raciones diarias recomendadas en la Guía de la Alimentación saludable
(SENC, 2004)8.
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En cualquier caso, la preocupación por la dieta se pone de manifiesto en nuestros resultados al no
haber encontrado ingestas inferiores a las recomendadas, con excepción de las vitaminas D y ácido
fólico, que son también frecuentes en otros grupos de edad9. Es precisamente la vitamina D uno
de los nutrientes que merece especial atención en la menopausia, ya que facilita la absorción
intestinal de calcio y también modula la resorción ósea mediada por la parathormona. Sin
embargo, hay que tener en cuenta que solamente ha sido evaluada su ingesta y que este supuesto
riesgo de carencia puede solventarse por la síntesis endógena a través de la exposición moderada
a la radiación solar.
En cuanto al ácido fólico, la dieta cubre el 74,1% de la IR y, aunque no se puede hablar de una
severa deficiencia,sería una vitamina que habría que tener muy en cuenta y evaluar
concienzudamente en esta etapa ya que, con la edad, en general, y en mujeres a partir de la
menopausia, se incrementan los factores de riesgo de determinadas enfermedades crónicas, como
la enfermedad cardiovascular, algunos tipos de cáncer como el de mama, o enfermedades
neurodegenerativas, en las que el ácido fólico parece verse implicado como factor regulador
preventivo, por su efecto depresor de la homocisteína sanguínea10.
Al contrario de lo expuesto anteriormente, la dieta de nuestras mujeres sí presenta ingestas
excesivas de algunos componentes. Por ejemplo, existe un consumo elevado de energía (122% de
la IR), proteínas (302% de la IR) y colesterol (371 mg/día), lo que podría tener repercusiones
importantes en el estado de salud de estas mujeres, aunque no se ha evaluado directamente en
nuestro estudio. De hecho, nuestra población presenta una elevada tasa (61% del total) de
sobrepeso y obesidad.Esto puede ser debido a que los requerimientos de energía disminuyen con
la edad (aproximadamente un 5% cada década a partir de los 40 años), pero las mujeres continúan
con los mismos hábitos alimentarios no reduciendo ni el tamaño ni el número de raciones
consumidas. También es cierto que el cambio hormonal asociado a la menopausia favorece el
aumento de peso corporal. Este citado sobrepeso es factor de riesgo, además, para otras
enfermedades como la cardiovascular, la hipertensión, el cáncer, la diabetes, etc, cuya incidencia
puede elevarse si también tenemos en cuenta el alto consumo de grasas y colesterol2.
El exceso de proteínas podría afectar igualmente a la densidad ósea al incrementar la excreción
urinaria del calcio, especialmente si estas proteínas son de origen animal11. En nuestro estudio,
las fuentes principales de proteínas en la dieta de las mujeres son de origen animal y, en concreto,
existe un elevado consumo de productos cárnicos.
De todo lo anterior se podría afirmar, según los resultados arrojados por nuestro estudio, que la
preocupación no debe centrase sólo en las deficiencias, fundamentalmente de vitamina D o ácido
fólico, sino también en los posibles excesos de la dieta, energía, proteínas y colesterol, y que las
recomendaciones dietéticas deberán encaminarse en ambos sentidos.
La edad de las mujeres parece influir en la dieta de forma que aquellas que tienen más de 60 años
consumen menos huevos, alimentos dulces y del grupo de varios, lo que disminuye la ingesta de
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lípidos y colesterol, aunque también presentan menor ingesta de vitamina D. El estado de
sobrepeso u obesidad parece incrementar el consumo de carne, pescado, huevos y varios
disminuir el de dulces y azúcar y bebidas alcohólicas, lo que conlleva una mayor ingesta energética
debido al elevado consumo de los tres macronutrientes. El tipo de residencia únicamente afecta al
consumo de verduras y hortalizas, que es significativamente mayor en mujeres con residencia de
tipo urbana.
Para mantener un correcto estado de salud y reducir las complicaciones asociadas a la
menopausia, además de llevar a cabo una dieta adecuada y sana, cuyos aspectos más destacados
se han comentado, resulta necesario mantener o incorporar a la vida diaria una serie de estilos de
vida considerados también como saludables. Por ejemplo, la práctica diaria de ejercicio físico. Las
recomendaciones actuales a este respecto formuladas por la Organización Mundial de la Salud
(OMS), y que establecen la mayoría de los países occidentales, son las de realizar al menos 30
minutos de paseo diario para cualquier grupo poblacional. Nuestros resultados reflejan, además,
que las mujeres que realizan una actividad física mayor (> 2 horas diarias), tienen una dieta más
saludable: consumen más verduras y hortalizas y legumbres, lo que se traduce en una mayor
ingesta de proteínas, fibra, vitaminas y minerales en general. Por el contrario, como ejemplo
significativo, aquellas cuya actividad física es reducida tienen un mayor consumo de bebidas
alcohólicas.
Una situación similar tiene lugar con el hábito de fumar. En general, se recomienda restringir o
reducir su empleo en personas con riesgo de osteoporosis, como es el caso de las mujeres
menopáusicas, ya que parece que el tabaco puede acelerar el metabolismo de los estrógenos. Los
datos del estudio muestran que la prevalencia de tabaquismo es del 21% en estas mujeres.
Nuestros resultados, además, revelan que las mujeres no fumadoras llevan una dieta más
saludable, con un consumo significativamente más elevado de lácteos, verduras y hortalizas y
legumbres, lo que se traduce en una mayor ingesta de proteínas, fibra y la mayoría de las
vitaminas y minerales. Las mujeres fumadoras (> 10 cigarrillos/día), sin embargo, presentan un
significativo mayor consumo de bebidas alcohólicas y varios. Parece pues, que los hábitos
saludables de dieta adecuada, ejercicio físico y un menor consumo de alcohol y tabaco están
asociados entre sí, siendo las mujeres que llevan una dieta más sana las que tienen también un
estilo de vida más saludable.
Los estilos de vida saludables también parecen estar relacionados con una mayor ingesta de
productos enriquecidos y de suplementos vitamínicos y minerales. De hecho, hemos constatado
que son precisamente las mujeres que ingieren este tipo de productos o suplementos las que, en
principio, parecen no necesitarlo ya que su dieta es la más correcta, con una alta proporción de los
llamados alimentos "saludables" (cereales y derivados, lácteos, legumbres, fruta fresca, frutos
secos y pescado). Este hecho, unido a que la proporción de mujeres que consumen alimentos
enriquecidos (el 52,7%) y suplementos de vitaminas y minerales (el 22,8%) es elevado en nuestra
población, se traduce en que la ingesta de varios micronutrientes que ya superan el 200% de las IR
JANNY MILEIDY HURTADO
para este grupo poblacional (hierro, yodo, vitamina B1, vitamina B2, vitamina B3, vitamina B12,
vitamina C y vitamina A) posiblemente se encuentre todavía más incrementado. Nuestras
observaciones de que el consumo de polivitamínicos es más frecuente en las personas más
preocupadas por su salud, y que coincide con la práctica de varias conductas saludables, también
se han encontrado en estudios equivalentes realizados en otros grupos de población12.
En conclusión, se observa una mayor adecuación a los patrones de dieta saludable en nuestra
población de mujeres, comparativamente a otros estudios en otras situaciones fisiológicas13,14,
especialmente en aquellas de mayor edad, con IMC bajo, no fumadoras, con menor consumo de
alcohol, mayor actividad física y consumo habitual de alimentos enriquecidos y suplementos
vitamínicos y minerales.
Los resultados obtenidos en el presente estudio son la clave para el inicio de campañas de consejo
dietético y educación nutricional, que traten de evitar los errores que frecuentemente se cometen
por parte de la población. Las recomendaciones dietéticas deben realizarse respetando lo más
posible los hábitos alimentarios y especialmente los hábitos regionales. Además de las
recomendaciones respecto a la dieta, se deben hacer recomendaciones también para el hábito de
fumar, el consumo de alcohol y la práctica de ejercicio físico.