La escalada de Enero hace bueno aquel aforismo de ‘que la vida es una constante decepción’ (L. Carlos Barrios). Es la cruzada existencial que rige la vida de todo hombre: encontrar el sentido universal de sus elecciones en medio de tanta ganga...Adiós a la universidad del humanismo (cristiano), al creciente menosprecio de las disciplinas humanísticas, enseñadas y practicadas por la bonhomía de hom-bres en plenitud intelectual y ex-periencia bien madurada de la vida. Irrumpe el modelo de la efi-cacia económica que impone la lógica de las ciencias técni-cas, descartando a su vez una vi-sión integradora del saber que defienda nuestra soberanía intelectual ante una cultura visual y fragmentaria. Se reduce, así, la capacidad reflexiva, de comprender el presente, juzgarlo críticamente y pensar un porvenir más libre y razonable. Ignorando los recursos intelectuales que dispensan las humanidades, la fe cristiana, puede quedarse sin intérprete válido para exponer sus postulados éti-

cos (Jordi Llovet). Ya somos (colectivo) una conciencia conectada que multiplica exponencial-mente el ‘potencial global’ de nuestra civilización... (Atsuko Tanaka) De for-ma teórica, este proceso se podría com-pararar al ‘origami’: el plegado de la realidad en múltiples planos que legi-timaria otro modelo (ingeniería) social más creativo (Mr. Avner).Así, el bien común ha sido tantas ve-ces invocado como quebrantado: El interés a largo plazo de los ciudadanos ha sido reiteradamente violado en aras

del interés a corto plazo de los gobernantes; la mentira se ha instalado adoptando suti-les formas con un lenguaje

elusivo y evasivo. Pero, la esperanza ha de triunfar sobre

esta experiencia: proponemos un me-morándum... Capítulo I: mirar hacia dentro para encontrar la singularidad y expresión personal de la comunica-ción. Educar en esas buenas ideas en beneficio de todos, creando un Banco Común de Conocimientos Humanisti-cos que ayude a la sociedad a ser más participativa y responsable. Cap. II: Ecumenismo versus Globalización. (Continuará)

DONDE LA VIOLENCIA ES MISERIA, LOS

SERES CARECEN DE SENTIDO

MORAL

“ VAMOS A REFORMAR LA REGULACIÓN DE LA

PROTECCIÓN DEL DERECHO DE LA VIDA”

EL RINCÓN DE LA PAZ

Antes de empezar, ¿qué tal su es-tado de ánimo? Verifique su empatía y ensaye ante el espejo los gestos más conciliadores que hoy tendrá que prac-ticar. Esta es la asignatura pendiente en el modo como nos comunicamos con los demás. Hoy, la neurobiología ha re-velado que la agresividad genera más de lo mismo y que el cerebro humano, además de su parte racional, el neocór-tex, tiene otra tan importante, si no más, que es la amígdala, especiali-zada en las emociones. Allí es donde quedan almacenados, de forma inconsciente, los re-cuerdos de los sentimientos desde los primeros días de la vida. Ante cualquier experiencia se ac-tiva antes de que la parte cognitiva se ponga en marcha, y por ello aprender a gestionar esos sentimientos es tan im-portante como conocer las letras (Da-niel Goleman). Ya desde temprana edad, se trata de que conozcan sus emociones y las de los demás y prevenir así las frustraciones y el estrés que pueden desencadenar reacciones antisociales. Controlar esas emociones guardadas, evitando angus-

tias y conflictos que interfieren en las parte intelectual (Peter Salovey y John Mayer).¿Por qué hay personas que se adaptan mejor que otras a las diferentes contin-gencias de la vida? La respuesta está en la habilidad de entender las emociones, discriminar entre ellas y usar esa infor-mación para guiar el pensamiento y las acciones. Estos autores buscaron medi-dores de esa nueva inteligencia (emo-cional) para ser aplicada por los educa-dores. Los que lo practican estimulan

la motivación y reducen la dispersión.El hábito de todos los días será descubrir el es-tado de ánimo, común denominador en toda

experiencia. Con los niños, y para re-forzar su autoestima, se utilizan men-sajes positivos de sus compañeros... Si la situación es tensa, hacen ejercicios de relajación. El colegio puede ayudar a que desarrollen habilidades sociales, pero lo que vean en casa tiene que ser parejo. Tan importante como estudiar es jugar con amigos para aprender a interactuar: “Entendemos que para un desarrollo personal hay que enseñarles a expresar las emociones y regular los

miedos, porque sin estabilidad emocio-nal sufrirán y no tendrán éxito ni en el aprendizaje ni en las vida... Les ense-ñamos a trabajar en equipo, a controlar la ira y la incertidumbre.” Si alguien rompe las reglas, tiene un rincón de re-flexión para reconducir la situación con el apoyo de un profesor.Orientar el desarrollo afectivo y tratar problemas de hiperactividad, inseguri-dad y concentración en niños. Medir y valorar la empatia y la capacidad de tra-bajar en equipo. Se habla ya de un nue-vo paradigma en la educa-ción, un modelo inductivo que permite que el alumno siempre tenga conectadas las neuronas.Aprender a gestionar la vida, estudian-do las emociones en el flujo de cono-cimientos que se están obteniendo del cerebro: la simbiosis entre la emoción y la razón. Ahora empezamos a com-prender los mecanismos mentales que nos controlan... La educación del carácter incluye ges-tionar los sentimientos, una inteligen-cia generadora de buenos sentimientos.

Talento y bondad + y sigue. Deseo que nuestra Parroquia de San Juan de Ávila sea cada día más un lu-gar común para la mayoría que com-parte su fe. Nuestra gratitud a cuantos colaboran con su tiempo y bienes personales en

la vida cotidiana de nuestra comunidad cristiana.La Parroquia es una realidad viva donde se celebra la fe en Jesucristo y se cultiva la

vida espiritual para el crecimiento y la madurez cristiana. Un proceso de for-mación permanente que prepara tam-bién el testimonio generacional, desde la familia y la catequesis vocacional.Debemos de prepararnos para ocupar el lugar que nos corresponde en la so-ciedad. Personas que vivan su fe con una conciencia de comunión y compro-miso por la causa del Evangelio, aquí y ahora. Pidamos al Señor que nuestra Parroquia se abra al signo de los tiem-pos que nos toca vivir.

La cuestión de Dios, hoy. Nunca hemos de cansarnos de replatear esta pregun-ta, de recomenzar de nuevo desde Dios, para volver dar al hombre las totalidad de sus dimensiones, su plena dignidad preservando así lo que es humano.La pregunta sobre Dios es la cuestión de las cuestiones, de modo que el hombre que se la plantea se abre a la esperanza y afrontar el presente.Dios no está en su ocaso, ya que todavia hay personas que mantienen una rela-ción vital con el Señor, que ofrecen un testimonio transparente sobre la tras-cendencia de la cuestión sobre Dios en los ámbitos del pensamiento y de la ac-tuación, de manera que enseñen como con Dios o sin Dios, todo cambia.Él ha de ser el centro de nuestras deci-siones en la vida, la fuerza que mueva a una profunda conversión de nuestro

corazón. Es deber de los padres crear un am-biente de familia animado por el amor, por la piedad hacia Dios y hacia los hombres, y que favorezca la educación íntegra, personal y social, de los hijos. En la familia se aprende lo más impor-tante: a ser personas.

En ocasiones escu-cho de algunas perso-nas dudas de no estar seguras acerca de sus pecados... De si pe-can realmente.

La conciencia de pecado tiene mucho que ver con nuestra relación con Jesús.Una feligresa sostenía que el hábito de visitar al Santísimo nos va dando la “sensibilidad” espiritual ante nues-tra situación vital, porque Él nos mira con amor: Verdadera luz que lo penetra todo.Aún así, la falta de madurez cristiana, el sentirnos instalados y seguros, con-tribuye a la deformación de esta con-ciencia. “Si dices: Basta! Estás muer-to.” El amor quiere darse totalmente.

MEN

SAJES

EXAMEN DE CONCIENCIADesde muy antiguo, la Iglesia ha ani-mado, a sus fieles, a que, en un mo-mento del día, normalmente, al acabar la jornada, nos recojamos, por unos momentos, en nuestro interior, pensan-do en lo que hemos hecho o dejado de hacer en ese día, que nos examinemos, en definitiva, de cómo me he portado con Dios y con el prójimo en es día. Hacer lo que se conoce como examen de conciencia. El examen de conciencia sería conveniente hacerlo diariamente, ya que nos ayudaría a perseverar y perfec-cionarnos en el camino del bien. Pode-mos aplicar ese examen de conciencia, además, a una sola cosa: quitar un vicio concreto, practicar una virtud…, por lo que si se practica bien y con constancia nos ayudaría grandemente. El examen de conciencia se debe realizar siguiendo un orden:1. Nos pondremos en presencia de Dios, al cual le daremos gracias por todos los beneficios recibidos a lo largo de nues-tra vida y, en especial, en el día de hoy.

2. Pediremos gracias a Dios para cono-cer las faltas cometidas en este día y gracia para detestarlas.

3. Examinaremos las obras realizadas en ese día, desde que me levanté, hasta el momento de realizar el examen de

conciencia. Para ello repasaré mis relaciones con Dios. Cómo ha sido mi oración. Si he asistido a la Santa Misa y he comul-gado, ¿lo he hecho con fervor, de ruti-na…? Repasaré, igualmente, mis ocu-paciones, tanto las obligatorias como las voluntarias; el espíritu con que las he realizado, la puntualidad, el orden, la pérdida de tiempo… También examinaré mis relacio-nes con el prójimo, si he sido paciente, caritativo con sus defectos, si he sido motivo de escándalo para él o le he dado ejemplo; mis palabras…4. Conviene contar las caídas, apuntar-las, si se cree oportuno, y compararlas para ver si he mejorado.

5. Me acusaré, delante de Dios, de las faltas cometidas, rezando el Acto de Contrición, confiando que Él me dará la gracia para salir victorioso de la ten-tación y que, con su ayuda, profundiza-ré en la virtud.

6. Resoluciones y propósitos: Deter-minaré clara y concretamente los pro-pósitos para el día siguiente, compro-metiéndome a confesar, a la mayor brevedad, si he cometido un pecado mortal durante la jornada y proponién-dome huir de aquellas ocasiones de pe-ligro para mi alma, resolviendo vencer cualquier adversidad que se me pueda presentar.Suele acabarse el examen de concien-cia rezando un Padrenuestro, Avema-ría y Gloria. Antonio Alfonso Lafuente

XIV

Otra forma de ser feliz es el hu-mor. El buen humor, hijo de la alegría, es señal de un buen equilibrio personal. La sonrisa es el manifiesto propio del humor es el gozo y manifestación del ser. La alegría es, en realidad, la viven-cia de dar de sí del propio ser hacia la plenitud.La alegría, y por tanto el humor, tiene eso si, unas exigencias. En primer lu-gar la de aceptar la propia limitación, la de aceptarse como se es. Otra exigencia de la alegría y por tan-to del humor, es la de la capacidad de compromiso creativo con el sentido encontrado a nuestra vida. Sólo desde este sentido puedo tomar distancia hu-morística de la realidad. El humor es, en definitiva, la manera genuinamente personal de enfrentarse creativa y fe-cundamente a la realidad.Vivimos corriendo siempre tras la fe-licidad que nunca llega, preocupados por el pasado o ansiosos por el porve-nir, pero sin acertar a disfrutar, momen-to a momento, cada instante presente.

Después de tantos años de nuestra exis-tencia, en carrera desenfrenada para atrapar esa felicidad que nunca nos parece completa, empezamos a darnos cuenta de que la auténtica felicidad, tras la que corremos desesperadamen-te, siempre estuvo a nuestro lado, al alcance de la mano, en nuestro propio interior, pero como siempre tuvimos los ojos puestos en el pasado o en el futuro y cegados por las sugestiones y atractivos del mundo exterior, no se nos ocurrió dirigir la mirada hacia nuestro mundo interior, donde reina la paz y la armonía. Es allí donde cual-quier ser humano, en serena reflexión, junto a la paz de su espíritu, descubre el secreto de la felicidad, la razón última de la propia existencia que es vivir para hacer felices a los demás, ya que lo ma-ravilloso de la vida consiste en darse, en ofrecerse en actitud de servicio a los otros. No existe otro camino más seguro que éste: “La vida se nos da y la merecemos dándola” (R. Tagore). Complacer a los demás sin interés alguno es ejercitar la generosidad, proporcionando un poco de felicidad con nuestras atenciones y buenas maneras. Esta actitud nos enri-quece e incrementa la felicidad.

María del Carmen Balsells Blanco

Seguimos exponiendo los puntos importantes de Dominum et vivifican-tem del siervo de Dios beato Juan Pa-blo II, Papa.Aceptar la fe cristiana y confesarla con lealtad es abrirse al misterio de Dios operante en la historia del hombre , el Misterio revelado que explica el senti-do definitivo de esa misma historia.“Él me dará gloria, porque recibirá de lo mio y os lo comunicará a vosotros”(Jn 16, 12-15): dará testimonio.El Padre envía al Espíritu Santo con el poder de su paternidad, igual que ha enviado al Hijo, y al mismo tiempo lo envía con la fuerza de la redención realizada por Cristo. “id, pues, y haced discípulos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu San-to” (Mt 28, 19). Se trata de Personas!!Misión que abre la participación en la vida de Dios uno y trino, que da al hombre la gracia santificante como don sobrenatural, para participar en la inescrutable vida de Dios que es amor esencial, común a las tres personas: Amor - don, la expresión personal de

esta donación. Tenemos aquí una ri-queza insondable de la realidad y una profundización inefable del concepto

de Persona en Dios, que solamente co-nocemos por la Revelación. Al mismo tiempo, el Espíritu Santo, consustancial al Padre y al Hijo en la divinidad, es amor y don (increado) del que deriva como de una fuente (fons vivus) toda dádiva a las criaturas (don creado): la donación de la existencia a todas las cosas mediante la creación; la donación de la gracia a los hombres mediante toda la economía de la sal-vación: “El amor de Dios ha sido de-rramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado” (Rm 5, 5). El discurso de despedida de Cristo du-rante la cena pascual se refiere parti-cularmente a este “dar” y “darse” del Espíritu Santo. Es la lógica más pro-funda del misterio salvífico contenido en el designio eterno de Dios y expan-sión intratrinitaria de la comunión. La partida de Cristo a través de la cruz y resurrección es transmitida al Espíritu Santo: que “recibirá de lo mío”.

LA AGUJA EN EL SURCO

Un temerario des-precio por la ver-

dad y con intenciones aviesas es el falso testimonio o calum-nia de aquellos que quieren justificar cí-nicamente la patraña de que nada dura para siempre. ¿What child is this? (¿Qué niño es este?) Si no lo sabe, búsque-lo antes de que “llegue a la con-clusión de que son el poder y el éxito los que dan sentido a la vida” (George Grosz) Y ruede a la desmesura (hybris) de muchos hombres y mujeres podero-sos que acaban enfermando de soberbia y vanidad para acabar en la melanco-lía, la soledad y el aislamiento (Alejan-dra Pizarnik, Extracción de la piedra de la locura).“El veía (afán) donde los demás mira-ban”, por eso decía no tener nada en común con el Mal de su vida: no con-

testaba a sus preguntas. Sólo anhelaba ser sin fisuras. Placer por el misterio.“Te lamentas, mezquino, de que falte/la belleza a su cita con tus ojos” (Mar-cial). Elegía para un dios menguante.Trasunto es todo lo demás: lean.“En todo caso he de reconocer que a mi edad no me quedan convicciones pro-fundas: tal vez esa sea la idea más vieja

de todas” (Leo-nard Cohen)“Ser, y no saber nada, y ser sin rumbo cierto y el temor de ha-ber sido y un fu-turo terror. Y el espanto seguro de estar mañana muerto y sufrir por la vida y por

la sombra y por lo que no conocemos y apenas sospechamos y la carne que tienta con sus frescos racimos y la tum-ba que aguarda con sus fúnebres ramos y no saber adónde vamos ni de dónde venimos” (Rubén Darío). (Escuchen)Paul Mealor, “Ubi Caritas est vera, Deus ibi est” ( Donde hay caridad es verdad, Dios mismo está ahí).

El futuro no es lo que era.

EN LA IGLESIA

NO

DISTRAIG

A