Revista Universitaria No. 59

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Revista Universitaria de la UABC, nueva época, año 5, número 58, abril- junio de 2007. Revista trimestral publicada por la Universidad Autónoma de Baja California. Los artículos firmados son responsabilidad de su autor. Se autoriza la reproducción total o parcial de los materiales siempre y cuando se cite la fuente. Certificado de licitud de título núm. 12827. Certificado de licitud de contenido núm. 10399. Reserva de derechos núm. 04-2004-030411472300-102.

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RUUABC1ABRIL JUNIO 2006

DivulgareLas múltiples facetas del ozonoLuz Elena Corrales CastroMargarito Quintero NúñezLa educación superior y el desarrollo sustentableCarolina Armijo de VegaMónica Álvarez Tovilla

SemilleroDescripción de mi práctica docenteAlfredo Rosales VásquezLa era del conocimiento: De sus conceptos a sus aplicacionesLewis McAnally

ParadigmasLa importancia estatal y nacional de la relación México-JapónSalvador MezaInnovación en microempresas pobresMa. del Carmen Alcalá Álvarez

YubaiLa diana de los deliriosRafael ArriagaEndoimagenMario J. BogarínCría cuervosPedro López Solís

Textos y discursososLa literatura fronteriza y sus modelosAnaïs FabriolNingún humanismo puede eximirnos del trabajo conceptualFelipe Lee VeraLogos frente a tekne: Nuevos conciertos de conocimientoAna Marcela Mungaray Lagarda

ExplorareEl Gran Cañón y su vecindadAlberto Tapia Landeros

¿Quiénes somos?Facultad de Ciencias Humanas Arlen Tapia

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CONTENIDO

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ReseñasLas sergas apasionadas de Don Pablo L. MartínezIgnacio del RíoEl malestar de la globalizaciónManuel Alejandro Ibarra Cisneros

ApuntesUtopíaEdén Ismael Bautista HernándezPolítica y fe: Habermas y RatzingerFernando Pineda Morales

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Los agentes contaminantes producidos por las actividades que realiza el ser humano, como los óxidos de nitrógeno (NOx) y los compuestos orgánico volátiles (COV) emitidos a la atmósfera por los automóviles, la luz solar y el calor, son precursores del smog fotoquímico o comúnmente conocido con el nombre de ozono troposférico —este último daña a los pulmones de los humanos, afecta a largo plazo el desarrollo pulmonar de los niños y puede contribuir a la aparición del asma en la primera infancia—. Este problema se agudiza debido a las largas filas de vehículos que entran o salen de México a lo largo de la frontera México-estadounidense, como es el caso del Valle Imperial y Mexicali en la garita internacional. Por otro lado, el uso de sustancias químicas como los clorofluorocarbonos (CFC) han dado pie a uno de los problemas más serios que afecta a la humanidad o cualquier tipo de vida terrestre en los que también está envuelto el ozono: la disminución de la capa de ozono en la atmósfera superior que protege a la tierra de los rayos ultravioleta. Debido a estos problemas, cada día el medio ambiente se ve más amenazado. Pero la complejidad del problema ambiental que involucra al ozono depende en gran medida de la localización y uso de este gas. Este último comentario viene al caso debido a que actualmente el ozono es producido de manera artificial para diferentes aplicaciones que van desde la purificación del agua y eliminación de olores, hasta tratamientos médicos.

Las múltiples facetas del ozonoLuz Elena Corrales Castro

Margarito Quintero Núñez

Debido al impacto que tiene el ozono en la vida coti-diana y en el medio ambiente, es de vital importancia analizar las consecuencias que por ende, los avances tecnológicos han traído consigo en la generación, pro-ducción y destrucción del ozono. Es por ello que en este trabajo se tratarán algunos de los puntos poco conocidos con respecto del tema del ozono y se dará una revisión a las aplicaciones que están revolucionando el mundo de los tratamientos médicos. Además, se tratarán los aspectos más importantes relacionados con el uso de este gas, las formas en que puede producirse y sus repercusiones en la vida del hombre. De ahí que este gas, como se podra observar, tiene varias facetas que o bien perjudican (malo, si es cercano al nivel superficial) así como benefician (bueno, en lo alto de la atmósfera) al ser humano.

El ozono en la estratosferaLa disminución de la capa de ozono es uno de los problemas ambientales de mayor importancia en la actualidad. Este problema que no sólo concierne a los ambientalistas, se ha agudizado según indican reportes científicos recientes.

La mayor cantidad de ozono —la cual se produce de manera natural— podemos encontrarla entre los 20 y 50 km por encima de la superficie terrestre: en la estratosfera. Es en esta zona donde el ozono forma una especie de escudo capaz de filtrar la luz solar, impidiendo el paso de los rayos ultravioleta B (UV-B). Si el ozono no absorbiera la radiación ultravioleta B, estos rayos, al entrar en contacto con las diferentes formas de vida en la tierra, podrían causarles gran daño, incrementando en los seres humanos el riesgo de contraer cáncer de piel, cataratas o disminuir la eficiencia de su sistema inmunológico. [UNEP, 2004]. La excesiva exposición a los rayos UV-B también puede dañar las plantas, organismos unicelulares y los ecosistemas acuáticos.

El ozono que se encuentra en la estratosfera puede producirse de dos formas. Una de ellas es mediante descargas eléctricas que se generan principalmente durante las tormentas [A&WMA, 1998]. Otra, la cual produce mayor cantidad, se lleva a cabo cuando las moléculas de oxígeno absorben los rayos UV-B, cuya longitud de onda es de 240 nm y se destruye cuando absorben radiación ultravioleta

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con longitudes de onda mayores a 290 nm (NASA, 2001). Al incidir los rayos UV sobre una molécula de oxígeno, ésta se separa en dos átomos de oxígeno libres, los cuales van a combinarse con otras moléculas de oxígeno formando el ozono (véase figura 2). Este ciclo de formación y destrucción hace posible que la cantidad de ozono en la estratosfera permanezca más o menos constante. Sin embargo, a mediados de los setenta se descubrió que algunos productos fabricados por el hombre como los clorofluorocarbonos (CFC), halones, el cloro y el bromo, podrían dañar la capa de ozono (Medellín, 1998).

Figura 2. Formación de ozono por radiación ultravioleta (Fahey, 2002).

Con el propósito de proteger la capa de ozono se han tomado medidas para tratar de erradicar la producción de estas sustancias que comprometen seriamente la vida terrestre. Un ejemplo claro de ello fue el Tratado de Viena, el cual fue el primer instrumento destinado a generar acciones para preservar la capa de ozono. Cuatro años más tarde, en 1987, más de 175 países firmaron el Protocolo de Montreal, el cual estipula la eliminación de sustancias químicas que destruyen la capa de ozono (PNUMA, 2001).

No obstante los programas de protección desarrollados para proteger la capa de ozono, el pasado invierno se reportó una disminución histórica en dicha capa, la cual echó por tierra la teoría de que basta reducir la contaminación atmosférica para corregir el problema del “agujero” en la capa

de ozono (Scout-O3, 2005). Este adelgazamiento en la capa de ozono, según los científicos, se ha acelerado debido al aumento de nubes situadas en la estratosfera, que en combinación con los gases que contribuyen al efecto invernadero, hace que se formen nubes de hielo, las cuales facilitan las reacciones químicas que destruyen la capa de ozono.

El smog fotoquímicoLejos de la tierra el ozono se convierte en un aliado indispensable de la vida terrestre, pero apenas en la superficie de la misma, toma un papel completamente diferente. Es en la troposfera donde el ozono suele ser llamado smog fotoquímico, debido a que es un contaminante causado por las reacciones provocadas por la luz solar, resultado de una gran diversidad de procesos atmosféricos que incluyen su producción fotoquímica a partir de contaminantes primarios (óxidos de nitrógeno principalmente), su transporte a otras regiones, la intrusión en la

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troposfera de aire estratosférico rico en ozono y su destrucción en la atmósfera o sobre la superficie terrestre (Molina, 2004).

Las repercusiones que tiene el ozono en las zonas bajas de la atmósfera —este es el caso— puede significar un enemigo muy peligroso. Esto debido a que el ozono penetra por las vías respiratorias y que sus propiedades altamente oxidantes provoca la irritación de las mucosas y los tejidos pulmonares (EPA, 2000).

Las plantas también son afectadas por el ozono troposférico, ya que daña sus paredes celulares, disminuye su actividad fotosintética y perjudica su crecimiento, provocando una disminución de la vegetación natural y de la producción agrícola.

El nóbel mexicano Dr. Mario Molina y un grupo de científicos han estado trabajando por años para entender en detalle las fuentes de contaminación del aire en México, así como para desarrollar una estrategia para limpiar el aire. Su trabajo ha sido complementado por el que han realizado científicos del Instituto Nacional de Ecología (INE), la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), la Secretaría de Energía (Sener), así como las autoridades locales del Distrito Federal y del estado de México.

Producción artificial de ozonoUna de las propiedades más importantes del ozono es su enorme capacidad de oxidación, por lo que desde hace más de cien años ha habido gran interés en producir ozono artificialmente para darle aplicaciones comerciales.

El ozono fue descubierto por Schönbein en 1840 por medio de electrólisis de ácido sulfúrico y empezó a ser producido artificialmente en los Estados Unidos para remover colores y en el control de olores debido a su gran poder oxidante. No obstante, desde 1893 es producido en Holanda para el tratamiento de agua potable.

Aunque existe una gran cantidad de métodos patentados para la producción de ozono, los métodos más utilizados están basados en el “efecto descarga corona” (véase figura 3), la radiación ultravioleta y las reacciones electrolíticas. De las tres antes mencionadas, sobresale la descarga corona, debido a que mediante este método se puede obtener una mayor producción en relación con el consumo energético.

Figura 3. Generador de ozono por descarga corona(WEDECO Water Tech, 2006).

Aplicaciones del ozono artificialLa potencia oxidativa del ozono lo ha convertido en un producto extremadamente utilizado como desinfectante y desodorante en numerosas aplicaciones, como la potabilización del agua. Así mismo, el ozono ha sido muy utilizado en los baños públicos y las piscinas cubiertas, debido a que no sólo se le atribuyen acciones bactericidas, sino también por su carácter oxidante sobre la materia orgánica y sus propiedades organolépticas, es decir, sus propiedades de color, olor y sabor (Arteaga, 2004).

En el campo de la medicina se ha constituido lo que conocemos hoy en día como ozonoterapia. La acción germicida y antitóxica del ozono permite la realización de desinfecciones del organismo, y la destrucción de bacterias como los estreptococos, estafilococos, bacterias entéricas, entre otros.

Otra de las aplicaciones de la ozonoterapia consiste en el tratamiento de enfermedades respiratorias, afe-cciones cutáneas y enfermedades del aparato digestivo. Así mismo se han recomendado baños de ozono en casos de depresión nerviosa, enfermedades en la sangre, inflamaciones de las glándulas y en casos de fatiga general.

Además, el ozono se ha utilizado en gran medida para la esterilización del aire e higiene personal, sobre todo en clínicas y hospitales, debido a su elevado poder desodorante (Ikal-ha, 2005).

Gracias a los esfuerzos realizados durante varios años por coordinar las políticas, y a las medidas de actuación para disminuir las emisiones perjudiciales y mejorar la calidad de la atmósfera, en la mayoría de los países industrializados se han conseguido

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reducciones apreciables de diversas sustancias que constituyen una amenaza para el medio ambiente y para la salud humana. Entre ellas se incluyen el dióxido de azufre, el plomo y determinadas sustancias destructoras del ozono. Se han registrado también reducciones menores de las emisiones de óxidos de nitrógeno y de compuestos orgánicos volátiles no metánicos (AEMA, 2003).

Estos avances se han debido principalmente a las políticas de reducción de las emisiones, a los cambios estructurales en la producción industrial y al uso de combustibles más limpios, los cuales han conseguido una reducción importante de las emisiones de sustancias que agotan la capa de ozono de la atmósfera. Por otra parte, mediante la reducción de emisiones de sustancias acidificantes, tanto atmosféricas como vertidas a las aguas procedentes de la industria, se ha conseguido una mejora de la calidad de ambos medios. La protección de los hábitats de especies de plantas y animales biológicamente relevantes ha mejorado también, en cierta medida, su situación. Sin embargo, es de considerar que estos avances se perderán si el crecimiento económico continúa basándose en algunas actividades tradicionales, perjudiciales para el medio ambiente, que aún prevalecen, en lugar de opciones más sostenibles y ecológicamente eficientes.

MoralejaEs de recalcar la gran importancia que ha tenido el ozono en la vida del hombre y ya que los avances tecnológicos han permitido que hoy en día el ozono sea utilizado en múltiples aplicaciones debido a sus características oxidantes, vale la pena fomentar una cultura consciente de las capacidades reales y potenciales que tiene el ozono. Con ello se podrán generar alternativas viables que además de permitir la conservación de la vida terrestre puedan contribuir al desarrollo de una sociedad ecológicamente más sustentable. El ozono atmosférico, el ozono fotoquímico, el ozono para potabilización, el ozono para tratamientos médicos, entre otros aspectos, forman las diferentes caras del ozono que se deben aprovechar en beneficio de la salud de la comunidad.

Luz Elena Corrales Castro, Margarito Quintero NúñezInstituto de Ingeniería, UABC, Mexicali.

BibliografíaACIA. (2004). Artic Climate Impact Assessment (ACIA).

Cambridge University Press.AEMA. (2003). Los avances conseguidos en materia de

medio ambiente en Europa corren peligro debido a las actividades económicas no sostenibles. Agencia Europea de Medio Ambiente.

Arteaga, M. (2002). Evaluación microbiológica del agua tratada con ozono para su uso en la cría de animales libres de gérmenes patógenos específicos. Centro Nacional para la Producción de Animales de Laboratorio.

A&WMA. (1998, mayo). Environmental Fact Sheet. Ozone. Ikal-ha. (2005). Centro de desarrollo tecnológico espe-

cializado en generadores de ozono y equipo para tratamiento y desinfección de agua, aire y alimentos. Disponible en: http://www.avantel.net/~ikalha/index.html

Medellín Millán, P. (1998). El principio precautorio. Pulso, diario de San Luis Potosí, México.

Miller, Angela D.; William R. Grow & Leigh Ann Dees. A history of patented methods of ozone production from 1897 to 1997. Disponible en: http://www.valdosta.edu/~tmanning/research/ozone/

Molina, M. (2004). Propuesta para limpiar el aire en México en 10 años. Reporte del taller sobre la contaminación en México.

NASA Facts. (2001, junio). The Heart Science Enterprise Series. Ozone.

PNUMA. (2001). Programa de las Naciones Unidas para el medio ambiente. Secretaría de Ozono.

SCOUT-03. (2005, abril). Press Release. Low Temperatures in the Artic Stratosphere has led to severe loss during the spring of 2005.

UNEP. (2004). Environmental effects of ozone depletion and interactions with climate change: Progress Report, 2004. Consultado en marzo de 2006 en http://www.water-technology.net/contractors/disinfection/wedeco2/

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En las últimas décadas ha aumentado el interés en los aspectos ambientales, especialmente para promover un desarrollo que esté en armonía con el ambiente. Como resultado de este interés, nuevas regulaciones han surgido de fuentes nacionales e internacionales que buscan influir en las formas como se está llevando a cabo el desarrollo.

El impacto directo de la contaminación del aire, el agua y el suelo en la salud humana, ha dominado el debate desde el inicio de las preocupaciones por el medio ambiente a finales de los años sesenta. En las economías desarrolladas, el manejo ambiental era principalmente un aspecto de reacción a los problemas ambientales y para controlar la contaminación usando soluciones de control más que de prevención. Con el paso del tiempo, la aproximación hacia los problemas ambientales se ha enfocado cada vez más en anticipar su ocurrencia a través de medidas preventivas. Eventualmente, los horizontes espaciales y temporales han cambiado de lo local a lo global y de lo inmediato y de corto plazo a las necesidades de las generaciones futuras.

La Cumbre de Río de Janeiro de 19921 es ampliamente reconocida como el parteaguas de los aspectos ambientales internacionales. Representó

La educación superior y el desarrollo sustentable

Carolina Armijo de VegaMónica Álvarez Tovilla

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la culminación de muchos años de debates sobre la degradación ambiental alrededor del mundo (Fiskel, 1997). Cientos de miles de personas de todos los ámbitos de la vida, se unieron al proceso de Río para apoyar a otras naciones y así tomar decisiones difíciles y necesarias para asegurar un planeta sano para las generaciones futuras.

El mensaje de la cumbre reflejó la complejidad de los problemas que tenemos enfrente, desde la pobreza extrema hasta los impactos negativos al ambiente como consecuencia del consumo excesivo por las poblaciones más afluentes. A partir de este mensaje los gobiernos reconocieron la necesidad de redirigir planes y políticas nacionales e internacionales para asegurar que todas las decisiones sobre la economía tomaran en consideración las repercusiones al medio ambiente (UN, 2000).

El documento resultante de la Cumbre de Río fue el llamado Agenda 21. Este documento contiene una amplia gama de planes de acción. Bajo los términos de la Agenda 21, el acuerdo central fue la necesidad de buscar un camino que lleve a alcanzar las metas del desarrollo sustentable (DS).

Sorprendentemente, el sector industrial fue uno de los primeros en responder a las ambiciosas metas de Agenda 21. En este sentido fue muy significativo el establecimiento, en 1990, del World Business Council on Sustainable Development (Consejo Mundial de Negocios para el Desarrollo Sustentable). Este grupo influyente de industriales detonó iniciativas para promover el desarrollo sustentable dentro de la industria. Publicaron un libro llamado Changing course (Cambio de ruta) en donde se describen los retos y las oportunidades relacionadas con el desarrollo sustentable. Este grupo admitió que era necesario hacer cambios importantes en los sistemas de producción con el fin de alcanzar las necesidades y aspiraciones de una población en crecimiento haciendo uso de los recursos naturales de una manera sustentable.

Después de 1992 muchos países se sumaron a las iniciativas del desarrollo sustentable e implemen-taron políticas nacionales. El llamado para el DS también alcanzó a México. Así, fueron lanzadas diferentes iniciativas para la protección ambiental. Poco tiempo después, las regulaciones ambientales mexicanas empezaron a demandar sistemas de manejo ambiental y certificación ambiental en diferentes sectores industriales con el fin de desarrollar y fortalecer las capacidades para el cuidado ambiental.

En México y en el mundo existen muchos otros esfuerzos para la protección ambiental en diferentes ámbitos, sin embargo, a pesar de estos esfuerzos, estamos muy lejos de un desempeño sustentable. Una visión sistémica nos lleva a concluir que las preocupaciones ambientales, sociales y económicas no se limitan al ámbito industrial; es necesaria la participación activa de todos los sectores de la sociedad. En este sentido, la educación y, particularmente la educación superior, juega un papel crucial para incrementar las acciones a favor del desarrollo sustentable.

El papel de la educación superiorLas universidades juegan un papel clave en guiar a la sociedad hacia un futuro sustentable, tanto en la educación de los futuros tomadores de decisiones del mundo como en el desempeño de las propias operaciones de las instituciones. Se requiere de una nueva visión de la educación superior para afrontar de manera profunda los retos que enfrenta nuestra sociedad para contrarrestar las prácticas actuales no sustentables y destructoras del ambiente. Incidentalmente, Agenda 21 también reconoce que la “educación juega un papel crítico para promover el desarrollo sustentable y mejorar la capacidad de las personas para enfrentar retos ambientales y de desarrollo”. De manera similar, la Unesco (1997) argumenta que el poder de las universidades para educar, brinda a la humanidad las mejores esperanzas y los medios más efectivos para alcanzar el desarrollo sustentable.

Hace treinta años se firmó la primera declaración de sustentabilidad relevante para la educación superior. A la fecha, representantes de diversas universidades de todo el mundo han firmado más de una docena de declaraciones de este tipo. Sin embargo, la aproximación hacia el DS en las diferentes universidades varía mucho.

Se considera que una universidad sustentable debe implementar prácticas en las siete áreas que se explican a continuación:

1) Las declaraciones escritas de la visión y la misión institucional deben expresar sus filosofías y compromisos explícitos hacia la sustentabilidad.

1 Oficialmente conocida como la Conferencia de las Naciones Unidas en Medio Ambiente y Desarrollo.

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2) Se deben incorporar los conceptos de sustentabilidad en todas las disciplinas académicas de formación profesional así como en la investigación por parte de académicos y estudiantes.

3) Se debe promover un cambio de paradigma de las prácticas actuales que lleven a una reflexión consciente del papel de la institución en su contexto social y ecológico.

4) Puesto que la investigación y la enseñanza son los propósitos fundamentales de las instituciones académicas, el conocimiento de la sustentabilidad debe ser un criterio importante en los sistemas de contratación, permanencia y promoción de sus empleados.

5) La institución crea una “huella ecológica”, por lo tanto, en sus operaciones y consumos la institución debe seguir políticas y prácticas sustentables.

6) La institución debe apoyar servicios comuni-tarios para estudiantes que enfaticen ciertas prácticas orientadas a la sustentabilidad.

7) La institución debe promover celebraciones públicas, estudiantiles y académicas de la sustenta-bilidad en el campus, tales como celebraciones del día de la Tierra, conferencias, pláticas, etcétera.

Aunque han tenido lugar muchas conferencias, reuniones y talleres sobre los avances hacia la sustentabilidad en la educación superior, todavía no se puede considerar que los esfuerzos hacia la sustentabilidad sean una corriente generalizada en la mayoría de las universidades, como tampoco se puede afirmar que éstos sean homogéneos en todo el mundo. De hecho, estudiosos del tema están de acuerdo en que las aproximaciones hacia la sustentabilidad difieren entre instituciones, países, políticas y declaraciones. Sin embargo, la tendencia general es que cada año más universidades se involucren en esfuerzos de sustentabilidad.

El cuidado ambiental como parte del reto de la sustentabilidadLas preocupaciones por el medio ambiente forman parte del reto de la sustentabilidad. El sector de la educación superior ha sido muy activo en promover iniciativas de cuidado ambiental. El cuidado ambiental implica la puesta en marcha de prácticas para disminuir los impactos ambientales generados por las operaciones normales de las instituciones. De esta forma, los programas de protección ambiental pueden crear mejoras ambientales en el campus universitario.

Una gran variedad de iniciativas ambientales se han implementado en universidades, y éstas comprenden un amplio espectro de actividades tales como eficiencia en el consumo de energía, ahorro de agua, manejo de residuos y reciclaje, compras verdes, sistemas de transporte verde, minimización de residuos peligrosos, paisaje, entre otras.

Estas iniciativas en ocasiones enfrentan problemas ocasionados por diferentes variables que entran en juego pero que resultan difíciles de detectar debido a que el manejo de una universidad es complejo y centrado en sistemas (tecnología y procesos) que han evolucionado a lo largo del tiempo. A pesar de esta complejidad, la manera usual de enfrentar los problemas en el campus es a través de una perspectiva puntual y muy localizada que ataca solamente las consecuencias inmediatas en lugar de las causas que originaron el problema. Entonces, cuando se aplica una perspectiva puntual y muy localizada para resolver un problema que se ha desarrollado por años con consecuencias en un área mayor, la solución pretendida tendrá un alcance limitado temporal y espacialmente. Además de la variable espacial y temporal, por puntual y local se entiende también una perspectiva que considera un limitado número de variables del total involucrado en un problema dado.

La perspectiva puntual y muy localizada es llamada “pensamiento reduccionista” que es lo opuesto al pensamiento sistémico. Bajo la perspectiva del pensamiento sistémico la organización es vista como un patrón holístico de partes interconectadas porque su carácter individual depende del todo (Mintzberg, 1995). En otras palabras y para el caso que nos ocupa en este artículo, el pensamiento reduccionista enfatiza el análisis de las partes de un problema ambiental en oposición a una perspectiva sistémica de la sustentabilidad (Shriberg, 2002).

Por lo tanto, cuando se quiere hacer un cambio hacia “operaciones verdes” del campus universitario, el pensamiento reduccionista promovido por las universidades, nubla la posibilidad para detectar las relaciones entre las partes involucradas para resolver el problema.

Podemos concluir entonces que para afrontar nuestra responsabilidad como universitarios ante el reto del desarrollo sustentable, debemos iniciar acciones en diferentes ámbitos (docencia, investigación, vinculación, operaciones) considerando a la institución como un gran

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Carolina Armijo de Vega y Mónica Álvarez Tovilla Facultad de Ingeniería, UABC, Ensenada.

sistema cuyas partes están actuando de manera interdependiente. De esta manera se podrán anticipar potenciales problemas y ser resueltos antes de que se pongan en peligro el esfuerzo, tiempo y recursos invertidos en las iniciativas hacia la sustentabilidad que se traten de promover.

BibliografíaFiskel, J. (1997). The motivating forces. En J.Fiskel (editor),

Design for environment: Creating eco-efficient products and processes (pp. 15-22). Mexico City: McGraw-Hill.

Mintzberg, H., Quinn, J. B., & Voyer, J. (1995). The strategyprocess. Englewood Cliffs, New Jersey: Prentice Hall.

Shriberg, M. (2002). Sustainability in U.S. higher education: Organizational factors influencing campus environmental performance and leadership. The University of Michigan.

UN (United Nations) (2000). The World Conferences. Briefing papers homepage [On-line]. Available: http://www.un.org/geninfo/bp/worconf.html

Unesco (1997). Educating for a sustainable future: A transdisciplinary vision for concerted action. En Enviroment and society: Education and public awareness for sustainability. Nueva York: S.A. C.O. United Nations Educational.

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Descripción de mi práctica docenteAlfredo Rosales Vásquez

En la actualidad, el profesorado de las instituciones de educación superior (IES) la conforman profesionistas de distintas disciplinas, muchos de ellos competentes en su ámbito profesional, sin embargo, carecen de práctica docente y transitan en la institución bajo la concepción ya típica de que el dominio de la materia es el único requisito para ser un buen profesor (Hernández y Sancho, 1989).

Durante los 15 años que tengo como educador, he podido apreciar que no basta el dominio de la(s) materia(s) que imparto, sino que para que mis alumnos logren un verdadero aprendizaje, es necesario que mi labor de enseñanza sea integradora entre docente-contenidos-alumno.

Así bien, considero que un buen maestro debe ser reflexivo, propositivo, crítico, habilitado para manejar tecnologías de punta, y con experiencia didáctica, para que contribuya a mejorar su práctica académica; sin embargo, esta realidad aún está muy lejos para que se dé en las IES.

A fin de clarificar las generalidades propias de mi práctica docente, el objetivo del presente escrito es identificar las fortalezas y debilidades de mi ejercicio como tal, verificando las dimensiones social, valoral y psicológica en las que me desenvuelvo como profesor a través de la opinión de los alumnos en el aula.

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En este sentido, la idea central es mejorar mi función como docente y que ello me lleve a la reflexión de la práctica misma, dado que la docencia se da “Como una praxis social, objetiva e intencional en la que intervienen los significados, las percepciones y las acciones de los agentes implicados en el proceso —maestros, alumnos, autoridades educativas y padres de familia—, así como los aspectos político-institucionales, administrativos y normativos que, según el proyecto educativo de cada país delimitan la función del maestro” (Fierro, Fortoul y Rosas, 1999.)

Para llevar a cabo este trabajo explora-torio de carácter cualitativo, y que presumo apoya el logro del objetivo planteado, se tomó como referencia el cuestionario de análisis de los modelos de enseñanza de empleados en el ámbito universitario (García Valcárcel, A., 1993). Sometí a una encuesta a los 24 alumnos de la clase de lógica-matemática que imparto en la Facultad de Pedagogía de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), pretendiendo identificar las fortalezas y debilidades de las dimensiones antes mencionadas, las cuales se describen a continuación.

Dimensión socialDentro de esta dimensión, la docencia como profesión es concebida como una práctica social profesional y humana, que se define y fundamenta a partir de “ideas, posiciones, conocimientos, sentimientos, pensamientos y creencias de los maestros, como a la cultura a la que estos pertenecen (Casarini, 1999).

Al docente se le concibe como un sujeto activo, participativo, consciente de su realidad y de las condiciones que actúan sobre ella, y es a través de la reflexión y la indagación sobre su quehacer como puede introducirse en un proceso creativo e innovador que contribuye a mejorar su desempeño como educador.

De la encuesta aplicada a los alumnos de la asignatura mencionada, los reactivos que se relacionan con esta dimensión arrojaron lo siguiente:

Los resultados indican que en esta dimensión los estudiantes me perciben como

un docente que no siempre establece un objetivo de la asignatura, sino que se pretende que el alumno sea independiente y busque desarrollar actividades que le permitan lograr el objetivo sin la dependencia del docente.

Como fortalezas, los estudiantes pudieron evidenciar la comunicación interpersonal, el uso de lenguaje cotidiano que permite crear un mejor ambiente de trabajo, ejercer la tolerancia y desarrollar procesos didácticos más acordes a sus procesos de enseñanza aprendizaje. Además, los ejercicios de análisis de problemas o situaciones cotidianas, permiten dar una mejor interpretación del mundo real.

De las debilidades más significativas que observaron los estudiantes fueron el factor tiempo y el grupo numeroso que limitan el desarrollo de trabajos de investigación más complejos.

La aceptación de sí mismo y la aceptación de los demás. Partir del conocimiento y aceptación de las diferencias indi-viduales para respetar a la persona, de acuerdo con sus propias limitaciones y posibilidades. Es decir, aceptar que cada quien posee una personalidad propia, definida (buena o mala, positiva o negativa, etcétera). (Fermín, 1979, p.38 citado en Fierro, C., Fortoul, B. y Rosas L. 1999).

Dimensión psicológicaEsta dimensión aborda el análisis respecto de la visión del docente, en relación con el aprendizaje del

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alumno a través de la inteligencia, de sus estilos de cómo aprender y sus motivaciones.

Existen muchas ideas en torno al concepto de inteligencia, hay quienes sostienen que es la capacidad de aprender o bien el conocimiento completo adquirido, o la habilidad de adaptarse con éxito a situaciones nuevas y al ambiente en general (Woolfolk, 1999).

En su sentido más amplio, el aprendizaje ocurre cuando la experiencia produce un cambio relativamente permanente en el conocimiento o la conducta del individuo, modificación que puede o no ser deliberada, para mejorar o para empeorar.

En tanto que los estilos de aprendizaje son formas de lograr el aprendizaje mismo y también son formas en que la gente percibe y organiza la información del mundo que le rodea. De ahí que los individuos difieran en la forma en que se enfrentan a las tareas. (Woolfolk, 1999).

Por otra parte, la motivación suele definirse como un estado interno que incita, dirige y mantiene la conducta. (Woolfolk, 1999).

De la encuesta aplicada a los alumnos de la asignatura mencionada, los reactivos que se relacionan con esta dimensión, arrojaron los siguientes resultados:

Los resultados indican que en esta dimensión los estudiantes me perciben como un docente que tengo fortalezas tales como la formación autónoma del alumno así como también el aprendizaje significativo, además que propicio el aprendizaje libre de acuerdo con las características del alumno. Lo anterior ha sido posible debido al manejo de estructuras motivacionales en el aula.

Por otra parte, algo loable que observan los estudiantes es que las exposiciones son con entusiasmo, el interés por el bienestar del estudiante al momento de enseñar, el escuchar y tomar en cuenta sus opiniones y participaciones.

De las debilidades encontradas es el no ser accesible a procesos de trabajo previamente establecidos (entrega de tareas a tiempo, sin derecho a examen por inasistencias, retardos por llegadas tardes, etcétera.), considero que es importante escuchar los argumentos de los alumnos y renegociar para llegar a buenos acuerdos.

“El docente es un sujeto que crea o repara actividades de aprendizaje de diversos tipos con un estilo y firma particular. Que adapta sobre la marcha los materiales instruccionales que ha traído, que le han dado o que ha podido encontrar”. (Huberman, 1993, citado en Gallego, C. 2005).

Dimensión valoralLa dimensión valoral centra su atención en valores humanos, sociales, educativos que definen en forma sustantiva el hecho de enseñar y de aprender, y en aquellos aspectos que caracterizan la práctica educativa y cómo implican “a través de sus actos” (Fierro, Fortoul y Rosas, 1999); en tal sentido,

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“aborda los valores que la institución define como propios y plantea la necesidad de adentrarse al conocimiento en que, medida la propia práctica, refleja estos valores asumidos, enriqueciéndolos... relegándolos” (Fierro, Fortoul y Rosas, 1999), mediante “las normas que rigen el trabajo en el aula” (ibid.), la manera de “resolver problemas” (ibid.), y de las formas de “entender las relaciones humanas” (ibid.); hasta llegar a la “de apreciar el conocimiento” (ibid.).

De la encuesta aplicada a los alumnos de la asignatura mencionada, los reactivos que se relacionan con esta dimensión arrojaron los resultados.

Las fortalezas evidenciadas por los alumnos son que como docente, establezco vías de participación que permiten la expresión libre y responsable del alumno, así mismo, como docente puedo reorientar sus procesos de trabajo y adaptarlos a circunstancias precisas.

Enseñar valores es ayudar a que los demás se descubran a sí mismos, con sus potencialidades y limitaciones. Educar es conducir a alguien a que logre conocerse, aceptarse y crecer. Educar en este sentido es preparar para la vida a fin de que cada quien logre comprender el mundo y comprenderse a sí mismo. Educar en valores es enseñar una ética frente a la existencia, para que con sabiduría se aprenda a bien tener, a bien hacer, a bien vivir y a bien ser (Garza, 1998).

Una debilidad que perciben los alumnos es la falta de proyección en un futuro inmediato, considero que el construir una proyección positiva, próspera y con visión de futuro, me permite ser una guía para la acción, un modelo a seguir y una referencia válida ante el futuro incierto. Como dijo Albert Einstein: “Ser un ejemplo no es lo principal en la vida, sino que es lo único”.

La práctica de cada maestro da cuenta de sus creencias, ideas, referentes teóricos y valores personales, que se expresan en sus preferencias conscientes e inconscientes, en sus actitudes y juicios de valor. El maestro ocupa un lugar especial en la formación de ideas, actitudes y modos de interpretar la realidad de sus alumnos, además, tiene ascendiente sobre los alumnos en su condición de adulto y de maestro e influye significativamente como modelo de conducta. (Fierro, Fortoul y Rosas, op.cit.).

En este sentido, contar con la retroalimentación de mis estudiantes en estas dimensiones me ha permitido clarificar lo siguiente:

En cuanto a la dimensión social, la caracterización de situaciones cotidianas permite desarrollar en el alumno habilidades de razonamiento lógico, así como inferir y deducir alternativas de solución a estas problemáticas reales que se dan en la sociedad.

En tanto que en la dimensión psicológica se analizan las características propias de los distintos estilos de aprendizaje del alumno así como el desarrollo de habilidades de razonamiento lógico tales como la iniciativa propia, integración y discusión grupal.

En cuanto a la dimensión valoral, es reflexiva, ya que se refiere a las medidas en que la práctica misma refleja valores auténticos del docente, y se dirige explícitamente a la formación de personas. Como toda actividad educativa, está esencialmente referida a una dimensión ética.

BibliografíaCasarini Ratto, M. (1999). Fuentes del currículo. Teoría y

diseño curricular. México: Trillas. p. 53.Díaz-Barriga, F., & Hernández, G. (2002). Estrategias

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Alfredo Rosales Vásquez Facultad de Pedagogía , UABC, Mexicali.

RUUABC13JULIO SEPTIEMBRE 2007

Page 16: Revista Universitaria No. 59

En la actualidad no es extraño oír hablar de la sociedad del conocimiento, aún así, para el ciudadano normal no es fácil articular una clara definición de ésta, nombrar los elementos que la definen, ni mucho menos identificar sus consecuencias, buenas o malas. Se ha metido tan hondo en la sociedad que ya es difícil distinguirla.

Cambio de paradigmasClarke y Clegg (1998) describen cómo durante las décadas de los ochenta y noventa los japoneses pusieron las bases que a la postre plantean un giro en los paradigmas para el diseño de las organizaciones. La transición está marcada por el abandono de las aproximaciones jerárquicas del taylorismo y fordismo, para dar cabida a organizaciones inteligentes, interconectadas y virtualizadas. El primer paradigma está determinado por la producción masiva de productos, mano de obra poco especializada, una cultura basada en la inspección, control burocrático y, comunicación imperativa. El segundo se sustenta en la producción de calidad, manufactura flexible, especialización de equipos de trabajo, cultura basada en la calidad, el aprendizaje y la organización virtual.

Los autores hacen una descripción de cómo fue que a principios de la década de los cincuenta, los japoneses pudieron incorporar, en la Toyota, cambios importantes en el proceso de fabricación de automóviles comparado con el modelo fordista de producción estadounidense. Los cambios se originaron al reconocer que las características de la cultura y mercado japoneses eran diferentes al estadounidense. Una de estas modificaciones

La era del conocimiento:De sus conceptos a sus aplicacioness

que eventualmente vinieron a trastocar toda la industria y no únicamente la automovilística, fue la incorporación de la práctica “justo a tiempo”, que significa que en lugar de tener grandes reservas de piezas, se arreglaba con los proveedores la forma de suministrar únicamente la cantidad de piezas que eran requeridas durante la fabricación. Junto con esto, el principio jikoda, que incorpora la inspección de fabricación en la maquinaria misma, así con capacidad de autodetección de errores, capaces de detener una línea de producción para que se hicieran las correcciones pertinentes. Éstas y otras innovaciones fueron abriendo las visiones para plantear alternativas al paradigma taylorista y fordista. Las empresas de clase mundial fueron evolucionando desde organizaciones adaptativas, dando paso a organizaciones que buscan estar un paso adelante del cambio a organizaciones de mejora continua para mantenerse como las mejores. Lo anterior, dando pie al concepto de aprendizaje organizacional, utilizando una combinación de la explotación y exploración del aprendizaje.

Producción de conocimientoDesde un punto de vista tradicional, la forma aceptada de producir conocimiento es la que Gibbons (1994) llama modo 1 de producción de conocimiento. Esta forma de producción está caracterizada por un complejo de ideas, métodos, normas y valores establecidos por una visión de la buena ciencia o prácticas científicas sanas. Bajo este modo 1, se plantean y solucionan los problemas en un contexto gobernado por los intereses de buena parte de los académicos de una comunidad

La era del conocimiento: De sus conceptos a sus aplicaciones

Lewis McAnally

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específica. Ellos determinan quién puede o no puede practicar la ciencia. Es disciplinario y homogéneo, se organiza jerárquicamente y tiende a mantener y preservar su forma.

Ahora, con los procesos de globalización, las demandas por conocimiento producido de manera diferente al del modo 1, ha promovido un nuevo modo de producción de conocimiento, llamado el modo 2. Éste nace como una reacción a la falta de respuesta a las necesidades de la sociedad y la industria del modo 1 de producción de conocimiento. Sus características, opuestas a las del modo 1, son: el conocimiento se produce en un contexto de aplicación, es transdisciplinar, se caracteriza por la heterogeneidad, es de estructuras heterárquicas y transitorias y, con mayor responsabilidad social y más reflexivo.

Gestión de conocimientoKart Wiig (2000) hace un recuento histórico de la gestión del conocimiento. El conocimiento y las razones para conocer están recopilados desde hace siglos en documentos religiosos y filosóficos que buscaban comprender el papel y la naturaleza del conocimiento, lo que tendría consecuencias sobre la posibilidad de permitir que el individuo pensara por sí mismo. La psicología, por su parte, comprende el papel del conocimiento en el comportamiento humano. La economía y ciencias sociales son para comprender el impacto del conocimiento en la sociedad, mientras que las teorías de negocios son para entender el trabajo y sus organizaciones.

Se ha buscado la comprensión del conocimiento para mejorar la efectividad empresarial. Así, tenemos en el siglo XX el taylorismo con su racionalización del trabajo, la gestión de calidad total y las ciencias administrativas. Para mejorar la competitividad se ha acudido a la psicología, las ciencias cognitivas, inteligencia artificial y el aprendizaje en las organizaciones para aprender más rápido que la competencia y para ofrecer un fundamento para hacer al personal más eficaz.

Wiig (2000) apunta la necesidad de hacer definiciones claras de conocimiento e información.

El aparente continuum entre señales > datos > información > conocimiento y de ahí posiblemente a sabiduría, dice Wiig, no existe de forma tan lineal. Existen discontinuidades que hacen la información fundamentalmente diferente del conocimiento. Para la creación del nuevo conocimiento es menester tomar en cuenta asuntos que deben establecer vínculos con un conocimiento existente, y ese vínculo puede ser desde relaciones bien caracterizadas hasta asociaciones vagas. Así pues, se crea una discontinuidad entre lo que se procesa (inputs) y el nuevo conocimiento resultante.La gestión del conocimiento ha promovido el desarrollo y aplicación del conocimiento tácito y explícito, potenciando la comprensión de la capacidad de acción personal y organizacional, así como de otros activos intelectuales para poder alcanzar metas organizacionales, ya sean éstas las de garantizar la viabilidad económica, asegurar su sobrevivencia a largo plazo o bien, brindar servicios de alta calidad.

Por su parte, Grant (2000) aborda las líneas conducentes de la gestión del conocimiento en esta nueva economía. Menciona la importancia de tener la capacidad de procesar el conocimiento tácito hacia conocimiento explícito, ya que el conocimiento explícito brinda muy buenos rendimientos por su facilidad de ser replicado vía software y disco compacto. Empresas exitosas y pioneras en la nueva economía como IBM, Microsoft, McDonald, Wal-Mart y 3Com, entre otras, son ejemplo de ello. El autor describe cómo la gestión del conocimiento ha contribuido a la práctica administrativa en sistemas de información, sistemas de reporte y control financiero, procesos de administración estratégicos e investigación y desarrollo.

Despres y Chauvel (2000a) hacen un análisis de la gran diversidad de modelos de gestión del conocimiento. Plantean que la importancia de la gestión del conocimiento se debe a su transversabilidad y naturaleza práctica. El concepto de gestión de conocimiento ha incrementado su popularidad desde la década de los noventa. Entre los modelos más influyentes se encuentra el modelo

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Cuadro 1. Modelo SECI de Nonaka y Takeuchi (1995).

SECI (Socialización, Externalización, Combinación e Internalización) de Nonaka y Takeuchi (1995). Estos autores plantean que para tener y mantener una ventaja competitiva, es fundamental la creación del conocimiento, lo que a su vez permitiría una innovación continua.

La creación de conocimiento nuevo está relacionado con la forma en que el conocimiento tácito se hace explícito. Esta transformación de tácito a explícito requiere de tres ingredientes clave: Primero, expresar lo inexpresable; lograr esto depende en gran medida de utilizar lenguaje figurativo y simbolismos. Segundo, diseminar el conocimiento personal con los demás. Tercero, comprender que el nuevo conocimiento nace entre la ambigüedad y la redundancia. Si partimos del supuesto de que el conocimiento nuevo es creado mediante la interacción de conocimiento tácito y explícito, los autores postulan cuatro formas distintas de conversión del conocimiento (véase cuadro 1).

De tácito a tácito (o socialización), ocurre por el proceso de compartir experiencias, por lo tanto, se crea conocimiento tácito como modelos mentales compartidos o habilidades técnicas.

De tácito a explícito (o externalización), es el proceso de articular el conocimiento tácito en conceptos explícitos.

De explícito a explícito (o combinación), es el proceso de sistematizar los conceptos en sistemas de conocimiento.

De explícito a tácito (o internalización), es el proceso de interiorizar, integrar el conocimiento explícito para que se transforme en conocimiento tácito.

Nonaka y Takeuchi incorporan el concepto de espiral del conocimiento, que parte de la idea de que para que una compañía extienda su base de conocimiento no es suficiente incorporar piezas sueltas a un todo. Se requiere un proceso de generación de conocimiento que va de la socialización a la externalización, continúa a la combinación y sigue a la internalización, iniciando el ciclo de nuevo. Así como el modelo SECI existen otros como la organización de forma-N de Hedlund; conociendo y conocimiento de Eral; la Red OK y los OCS de Carayannis; los tres pilares de la gestión del conocimiento de Wiig; el modelo de capital intelectual de Edvinsson y; la ecología de la gestión del conocimiento de Snowden, entre otros (Despres & Chauvel, 2000a).

Los sistemas para la gestión del conocimiento están sustentados fuertemente en las tecnologías de información y comunicación (TIC). El desarrollo y ubicuidad de internet hace que su tecnología sea la más flexible para el desarrollo de sistemas de gestión del conocimiento. Asímismo, la estandarización de navegadores y el desarrollo e integración de herramientas de apoyo al trabajo colaborativo, foros de discusión, charlas en tiempo real, bases de datos, repositorios de archivos y documentos, etcétera incrementan su fortaleza y usabilidad.

Aplicaciones en la sociedad civilLa utilización de la tecnología en la gestión del conocimiento permite establecer redes de colaboración con fines diversos (Creech, 2001). Se pueden distinguir seis modelos de colaboración:

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1) redes internas de gestión del conocimiento; 2) alianzas estratégicas; 3) comunidades de práctica profesional; 4) redes de expertos; 5) redes de información y; 6) redes de conocimiento formales.Redes internas de gestión del conocimiento es una red de expertos dentro de la organización con un ambiente apropiado para compartir su conocimiento cuyo principal objetivo es maximizar la aplicación del conocimiento individual para alcanzar los objetivos de la organización. La red es interna, aunque puede cruzar fronteras nacionales.

Las alianzas estratégicas son comunes en el sector privado, llegan a acuerdos con intencionalidad específica de largo plazo. Normalmente dan una ventaja competitiva ante sus competidores ajenos a la red; estos socios no necesitan tener el mismo estatus en la relación, normalmente se construyen un socio a la vez.

Las comunidades de práctica profesional son redes informales creadas para conversar e intercambiar información. Pueden resultar en el desarrollo de nuevas ideas y procesos, la participación es puramente voluntaria y depende del nivel de interés de los participantes. Esencialmente construyen capacidad entre sus miembros y son atractivas para individuos deseosos de compartir y ganar experiencia de otros. Raramente interactúan o colaboran juntos alrededor de objetivos comunes.

Las redes de expertos reúne individuos más que organizaciones, la invitación a participar se basa en el expertise (pericia).

Las redes de información, proveen acceso a información suministrada por sus miembros. Son de naturaleza pasiva, requieren que los usuarios ocurran a la red para beneficiarse de ella.

Las redes de conocimiento formales, sus fortalezas estriban en su productividad e impacto en los tomadores de decisiones. Sus debilidades son comunicar sus investigaciones a audiencias amplias. Son más delimitadas que las redes de información

Lewis McAnallyInstituto de Investigaciones y Desarrollo Educativo, UABC, Ensenada.

y son más inter-sectorial e inter-regional que las redes internas de gestión del conocimiento. Tienen un horizonte más amplio que las comunidades de práctica profesional.

BibliografíaClarke, T. & Clegg, S. (1998). Changing paradigms: The

transformation of management knowledge for the 21st. century. London: HarperCollins Business.

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Desde fines de la década de los noventa, el gobierno mexicano ha intensificado accionese instrumentado una estrategia de diversificación a fin de lograr mejores niveles de creci-miento y desarrollo económico, atenuar las vulnerabilidades que se presentan para nuestro país dados los nexos de alta dependencia económica con los Estados Unidos y, darle un mejor aprovechamiento a los vínculos institucionales que se han establecido con una gran cantidad de países del mundo.

En el Plan Nacional de Desarrollo 1995-2000 el gobierno de la república establece que:

Ante las fuerzas centrífugas que nos acercan hacia un proceso inevitable de integración económica a Estados Unidos, se deben imple-mentar espacios para concretizar una “tercera vía” de la diversificación con una perspectiva integral sin exclusiones, misma que debe de sustentarse en la definición de las prioridades de acercamiento regional, a nivel macro y micro, en las que puedan satisfacerse las crecientes necesidades, económicas y políticas de nuestro país que surgirán en el todavía incierto siglo XXI. (Poder Ejecutivo Federal).

Congruente con ese compromiso y los retos que conlleva, se han establecido en los últimos años 32 acuerdos de cooperación, comercio e inversión con infinidad de países y regiones econó-micas del mundo, entre los que destacan: el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN/Nafta) que involucra a los EUA, Canadá y México (1994);

el Tratado de Libre Comercio G3,

entre Colombia, Venezuela y México (1995); el

TLC México-Costa Rica (1995); el TLC México-Bolivia (1995);

el TLC México-Nicaragua (1998);

el TLC

México-Chile (1999); el TLC con la Unión Europea

(Telecuem); el TLC México-Israel (2000);

el TLC entre

El Salvador, Guatemala, Honduras y México (2001);

el TLC México-AELC (Asociación

Europea de Libre Comercio), que involucra a Islandia, Noruega, Liechtenstein, Suiza y México (2001);

el TLC México-Uruguay (2004);

y el TLC

México-Japón (2004). Además, el Estado mexicano participa en el Foro Económico Asia-Pacífico (APEC), en la Asociación de Estados del Caribe, en la Aso-ciación Latinoamericana de Integración (Aladi), en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y con antelación fue también participante de la creación del Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo (BERD). En con-

La importancia estatal y nacional de la relación México-Japón

Salvador Meza

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sideración de los acuerdos pactados, México se pre-senta hoy como una de las economías más abiertas que ha dado muestras fehacientes de su confianza al esquema multilateral de comercio. (Acevedo, 2005).

Si bien se reconoce el esfuerzo del gobierno mexicano por establecer el marco institucional que posibilite incrementar el vínculo de los actores con el exterior a fin de elevar los niveles de comercio y captación de mayores niveles de inversión, este esfuerzo, no se ha aprovechado del todo y no se ha logrado reflejar aún en indicadores que den pauta del éxito en la aplicación de esas políticas dado que nuestra economía sigue muy ligada a la estadounidense, y los vínculos con ese país, más que flexibilizarse, se han estrechado, por lo que resulta imperativo emprender acciones concretas que permitan conjuntar esfuerzos en la búsqueda de un mejor aprovechamiento del marco institucional existente.

Pasado, presente y futuro de la relación de México y JapónDesde antaño los vínculos de México con Japón han sido de amistad y buen entendimiento, mismos que se remontan al sigo XVI y que encuentran en el Tratado de Amistad Mexicano-Japonés su expresión más alta. Con este tratado, firmado el año de 1888, México fue el primer país en el mundo que le con-cedió a Japón no sólo la igualdad en las condiciones de negociación al renunciar al derecho de extraterri-torialidad y concederle el derecho de fijar sus propias tarifas aduanales, sino que además se concedieron mutuamente el privilegio de entrada, permanencia y residencia de japoneses en México y de mexicanos en el Japón. (Secretaría de Relaciones Exteriores, 2005).

Esta buena relación de respeto se fue sucediendo a inicios del siglo XX, lo que permitió que los acuerdos se concretaran en la práctica, de ahí la permisividad de México a la inmigración japonesa y al establecimiento de acuerdos que facilitaban el comercio y la nave-gación. La importancia de los vínculos comerciales entre estos países se deja ver en los montos de comercio que prevalecieron durante ese periodo.1

Durante la segunda guerra mundial, después del hun-dimiento de dos de sus buques petroleros por fuerzas militares de los países del eje, el gobierno mexicano se vio obligado a abandonar su neutralidad en el conflicto y tomó partido por los países aliados. El 28 de marzo de 1942 el presidente Manuel Ávila Camacho rompió relaciones con Japón, las relaciones comerciales entre ambos países se interrumpieron, sin embargo,

se otorgaron garantías constitucionales a los residentes japoneses establecidos en México gracias a lo cual no fueron objeto ni de persecución ni de coerción alguna.

Al término del conflicto bélico México dejó cons-tancia de su interés por continuar y estrechar vínculos diplomáticos y económicos con Japón al ser uno de los primeros países que promovieron una resolución en la Asamblea General de la ONU, buscando la reincorporación de Japón a la comunidad internacional; congruente con su propuesta, el 2 de abril de 1952, México reanuda relaciones diplomáticas con ese país.

No tuvo que pasar mucho tiempo para que el rá-pido crecimiento de la economía japonesa, favorecido por la aplicación de un modelo exportador, fomentara los vínculos comerciales con México. A mediados de 1955 las más importantes empresas de Japón, como Nissan, Mitsui e Itochu inician sus inversiones en México. En lo comercial, Japón se fue convirtiendo pau-latinamente en un importante proveedor de productos manufacturados, mientras tanto, México lo abasteció de insumos básicos y alimentos. (Véase figura 1).

La década de 1960 fue testigo de un mayor acercamiento diplomático entre México y Japón y una intensificación del comercio y la inversión japonesa. En el año de 1968 fue creada la Comisión Mexicana-Japonesa y, pocos años más tarde, firmaron un acuerdo comercial marco para las relaciones económicas en que se estableció la Cláusula de la Nación Más Favo-

1 Entre 1940 y 1942, antes de que México tomara partido en los acontecimientos de la segunda guerra mundial, las importa-ciones mexicanas provenientes de Japón oscilaban en más de 11 millones de pesos anuales, mientras que las exportaciones mexicanas eran de aproximadamente 12.6 millones de pesos. Bancomext, Comercio Exterior de México 1940-1946, Editorial Cultural. México.

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recida como base para el intercambio. (Matsuo). A pesar de que durante este periodo se incrementaron los vínculos comerciales bilaterales, México había apli-cado un modelo de sustitución de importaciones, volcada la economía hacia adentro; en la práctica, se generaron fuertes vínculos económicos y tecnoló-gicos con los Estados Unidos de América. El gobierno y los sectores privados japoneses, cautelosos ante esas políticas, van a fomentar los vínculos con otros países de América del Sur (Brasil, Chile y Perú) ante los cuales México pierde terreno y deja de ser el principal socio comercial de ese país en América Latina.

A lo largo de la década de los setenta el patrón de desarrollo adoptado por México enfrentó serias limita-ciones, como fue un débil encadenamiento productivo interno y una fuerte dependencia con los Estados Unidos, por lo que se le plantearon al gobierno de la república dos grandes retos: Mejorar la capacidad negociadora del país y diversificar las relaciones comerciales con el exterior. El gobierno mexicano apoyó la creación de un nuevo orden económico internacional más ecuánime para los países en desarrollo, además de participar activamente en el grupo de los 77 y promover acuerdos de cooperación económica para los países desarrollados intensificándose vínculos económicos entre Japón y América Latina. (Véase figura 2).

A pesar de los limitados volúmenes de comercio e inversión, éstos siguieron aumentando en la década de los setenta. Durante 10 años el comercio bilateral se cuadruplicó y Japón se convirtió en el principal socio comercial de México en Asia Pacífico, exportando a ese país, fundamentalmente, petróleo y productos agrícolas, mientras tanto sus importaciones consistían

en bienes industriales (Uscanga, 2004). La IED japonesa siguió un patrón similar al comercio, es decir, incre-mento rápido de los índices de participación aunque en volúmenes pequeños. En 1970 Estados Unidos man-tenía una participación en la IED total de México de 79.4%, mientras Japón de sólo 0.8%, sin embargo, para 1976 la IED había incrementado su participación a 3.2%.

Durante la segunda mitad de la década de 1970, a pocos años de la crisis energética mundial, el gobierno mexicano anunció oficialmente el descubrimiento y ex-plotación de grandes yacimientos petroleros en territorio mexicano, situación que vino a marcar un nuevo rumbo en las relaciones económicas entre México y Japón. Las condiciones prevalecientes de oferta limitada y altos precios en el hidrocarburo habían convertido a México en un socio estratégico para Japón dada su dependencia de las importaciones de petróleo. A fines de la década de 1970, Japón se había convertido en el segundo socio comprador de petróleo mexicano, sólo detrás de los Estados Unidos, y este producto ocupaba el rubro de exportación más importante de México a ese país, como se observa en la figura 3.

A principios de la década de 1980, la crisis económica y los acuerdos firmados con el Fondo Monetario Inter-nacional contribuyeron a delinear un nuevo modelo de desarrollo. Al comienzo de la administración de Miguel de la Madrid se tomaron varias decisiones: Reducir la participación del Estado en la economía; inicia el pro-ceso de privatización de empresas públicas, la desregu-lación económica, la apertura comercial y la atracción de inversión extranjera. Se estableció que el sector ex-terno debería contribuir al desarrollo económico. Las inversiones traerían mayores recursos económicos; las importaciones de maquinaria aportarían la tecnología

Figura 2. Fuente. Ministry of Internacional Trade and Industry, White Book, 1975 y 1976.

Figura 3. Fuente. Salinas, Antonio. (1989) La cuenca del Pacífico retos y posibilidades para México, Revista Comercio Exterior, vol. 35, núm. 4, de abril de1989.

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y los insumos para mejorar la eficiencia, calidad y com-petitividad de la producción nacional, mientras que las exportaciones asegurarían el pago de la deuda ex-terna. Durante este periodo, como parte de la estrategia, se buscaron profundizar los vínculos con los países de la cuenca del Pacífico, particularmente con Japón, dado que esa región se presentaba como una opción viable para ampliar el número de países con los cuales México pudiese comerciar satisfactoria-mente, ya que esa parte del planeta se mostraba como uno de los mercados con mayor velocidad de expansión, más grande y con menos obstáculos que los Estados Unidos. Por otro lado, los japoneses no sólo tenían interés en comerciar con México sino que también deseaban apoyar con inversiones aquellas áreas de la actividad económica que representaban para ellos posibles importaciones de algunos productos necesarios como insumos para su industria. Además de esto, estaban interesados en producir ciertos artículos en territorio mexicano para luego exportarlos al mercado estadounidense y, de esta manera, salvar obstáculos comerciales de este país a los productos asiáticos, especialmente japoneses.

Sin embargo, aunque Japón continuó siendo el principal socio comercial de México en Asia Pacífico, el comercio y la inversión se siguieron concentrando en los Estados Unidos (Méndez, 1994 ). La crisis económica que vivió México a principios de la década y los desajustes propios de la estabilización durante toda la década de 1980, desestimuló a las corpora-ciones japonesas a expandir sus relaciones con nuestro país y optaron por las economías del este y del sudeste de Asia, sin embargo, se siguieron conser-vando los vínculos previos y se continuaron los esfuerzos diplomáticos. Entre 1986 y 1987 el 60% y 70% de las transacciones se efectuaron con los Estados Unidos de América, mientras que sólo 6.7% y 6.6 % para esos mismos años se tenían con Japón. Una tendencia similar se presentaba para los montos de inversión extranjera directa: A principios de la década de 1980 los Estados Unidos participaban con 65% de la IED total mientras que el capital japonés era de sólo 6%. (Meza & Hernández, 1994). Esos montos dejaban ver una continuada dependencia del comercio y la inversión hacia los Estados Unidos y un Japón que, por diversos motivos, al no incrementar sus vínculos con nuestro país, se detuvieron grandes posibilidades de crecimiento conjunto.2

Con el gobierno de Salinas de Gortari (1989-1994) se reinicia una confianza limitada en la economía en

el exterior, gracias a las acciones emprendidas por el gobierno para mostrar en el extranjero una imagen de estabilidad del país y de diversificar las relaciones económicas internacionales. De manera explícita se opta por un crecimiento orientado hacia afuera. Esta administración continuó con el proceso de apertura económica a fin de insertar al país en la globalización de los procesos productivos. Se diversificaron los vín-culos con otras regiones geográficas como Europa y la cuenca del Pacífico a fin de evitar la concentración de las relaciones con los Estados Unidos. Fue en este pe-riodo cuando México ingresa a la Conferencia de Cooperación Económica del Pacífico (PECC) en 1991, y se integra en 1993 al mecanismo de Cooperación Econó-mica de Asia Pacífico (APEC). Con respecto a Japón, la estrategia mexicana consistió en: Impulsar las exporta-ciones de México en el mercado japonés, fomentar las inversiones japonesas para la modernización de la planta industrial y ampliar la cooperación en el turismo, ciencia, tecnología, edu-cación y medio ambiente.

De nuevo, la búsqueda mexicana de abrirse espacio en el exterior no tuvo el eco necesario ni la confianza debida de sus interlocutores extranjeros. Previo a la discusión en el senado de las alternativas comerciales para el país, William Orne, asesor del presidente Carlos Salinas, declaraba:

…nunca es el tiempo oportuno para los japoneses. A principios de los ochenta nos dijeron que tenían que esperar hasta que la inflación se contro-lara y se resolvieran los problemas de la deuda. A fines de los ochenta ellos decían que querían es-perar hasta que los programas de privatización, desre-gulación y liberalización comercial fueran establecidos. Ahora, a principios de los noventa, dicen que necesitan esperar y ver como el TLC les afectará.

El mismo presidente Salinas, después de uno de sus viajes a Japón, un tanto desesperado ante la lentitud en la toma de decisiones de los japoneses sobre incrementar los vínculos comerciales e incrementar los flujos de inversión, declaraba al Business Week en agosto de 1991: “…les dije a ellos (los japoneses) que si continúan esperando, terminarían esperando para siempre. Eso no beneficia ni a ellos ni a nosotros”. A pesar de los esfuerzos

2 Estos motivos fueron principalmente: el problema de la deuda externa, inestabilidad económica y financiera, falta de infraestructura moderna, bajos índices de productividad, burocratismo y corrupción.

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Figura 4. Fuente: Secofi, Dirección General de Inversión Extranjera, Editado por Secofi, 1994.

Figura 5. Fuente. Secretaría de Economía, Subdirección de Negociaciones Comerciales Internacionales.

3 Para el año de 1995 se presenta una fuerte disminución de la IED cayendo a 215 millones de dólares monto que si bien fue mayor a la IED del año de 1993, con mucho fue inferior a la alcanzada para 1994.

denotados del gobierno por atraer comercio e inversión no tuvo resonancia inmediata.

El periodo de 1988-1993 presenta una tendencia decreciente en términos de recepción de IED japonesa y una considerable disminución de las exportaciones mexicanas hacia Japón. Mientras en 1988 la IED alcan-zaba una cifra de 132.8 millones de dólares, tan sólo para el año siguiente los flujos de capitales habían descendido estrepitosamente a 15.7 millones de dólares. Para el año de 1990 la IED se recuperó nuevamente y se incrementó a 120.8 millones tan sólo para que en 1991 volviese a caer de nuevo (73.5 millones de dólares), fluctuaciones que se aprecian claramente en la figura 4.

En un mismo sentido las importaciones proce-dentes de Japón se incrementaron aceleradamente como resultado de la liberalización comercial: De ser 1 081 millones de dólares para 1989 pasaron a 3 025 para 1992; 2 669 para 1993 y 3 786 para el año 1994, sin embargo, las exportaciones mexicanas a Japón no sólo mostraron un dinamismo con mucho menor al tenido a las importaciones de Japón, sino que se redu-jeron en términos absolutos: De ser de 1 314 millones de dólares para 1989 decrecieron a 879 millones de dólares para 1992 y 700 millones de dólares para el año de 1993; para el año de 1994 se tuvo un ligero incremento en las exportaciones, 997 millones de dólares con respecto al año anterior. (Véase figura 5).

A principios de 1990 el gobierno mexicano se planteó un cambio de estrategia: Se consideraba que la vecindad con Washington era la clave para mejorar la capacidad competitiva de México. Después de entrado en vigor el TLC el 1 de enero de 1994 había servido para interesar a los reticentes empresarios japoneses para verter montos significativos de capital a México. El acuerdo estableció reglas de origen en los sectores textil y automotriz para estimular la produ-

cción, darles ventajas y beneficios sobre otros países. Las empresas japonesas trasladaron a distintos puntos de la geografía mexicana montos de inversiones y estable-cieron proveedores de capital japonés en el sector automotriz. Para el año de 1994 los flujos de IED japo-nesa se incrementaron de manera estrepitosa pasando de 73.6 millones de dólares en el año de 1993 a 631.3 millones, incrementándose el número de empresas japonesas establecidas en México a 270. La estrategia del presidente Salinas de buscar la credibilidad y segu- ridad de la economía mexicana con base en acuerdos de libre comercio, empezaba a generar resultados satisfactorios, sin embargo, al transcurrir el año de 1994, el ambiente político mexicano se fue enrareciendo y la economía mostraba signos de fuerte debilidad gene-rando temores entre los inversionistas japoneses.3

Durante el periodo del presidente Ernesto Zedillo (1994-2000) la economía mexicana experimentó otra severa crisis que de nuevo melló la confianza de los empresarios japoneses. A un mes de iniciado el nuevo gobierno tuvo lugar una drástica devaluación del peso, la salida de capitales, el quiebre de empresas, el decrecimiento del PIB y el incremento de la depen-dencia comercial con Estados Unidos. Si bien es cierto que en los criterios generales de política económica de 1995 se establece que: “…el sector externo propor-cionará un fuerte impulso a la transformación y pro-moción del crecimiento económico”, las acciones comer-ciales se restringieron en hacer operar la marcha del Tratado de Libre Comercio Norteamericano sin privi-legiar vínculos ni negociaciones comerciales con los países de la cuenca del Pacífico, por lo que los montos de exportación no tuvieron un incremento significativo,

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Cuadro 1. Fuente. Secretaría de Economía, Dirección General de Inversión Extranjera.

Figura 6. Fuente. Secretaría de Economía, Subdirección de Negociaciones Comerciales Internacionales.

las importaciones en cambio tuvieron una mayor dinámica en su tasa de crecimiento. (Véase figura 6).

Por su lado la IED japonesa en México mostró du-rante este periodo una conducta errática en los flujos de capital. En términos relativos la inversión japonesa fue decreciente y significativamente menor a la tenida por los Estados Unidos.

Si bien el gobierno buscó consolidar la posición de México en el contexto del Nafta, no desestimó la opción que presentaba la región del Pacífico asiático, por lo que, aunque de manera muy informal se ini-ciaron los estudios para la negociación de un eventual acuerdo bilateral de libre comercio con Japón, se crearon comisiones en ambos países para que evaluaran esa posibilidad. Para abril del año 2000 esos grupos deberían presentar los avances respectivos y presentar sus conclusiones al respecto de dicha propuesta. (SRE, 2005).

Durante la gestión del presidente Vicente Fox Que-sada se planteó una política de intensificación de Mé-xico en los foros multilaterales, el de utilizar los esquemas de concertación regional y apuntalar los esfuerzos de promoción económica, comercial, cultural y la imagen de México. Congruentes con el PND 2000-2006 donde se anota:

…(Asia Pacífico) representa un área de enorme potencial para México en lo económico, por lo que es necesario intensificar y ampliar los vínculos con los países de esa zona que ofrezcan grandes oportunidades de cooperación y la posibilidad de establecer alianzas para impulsar nuestras posiciones en la sociedad internacional del futuro. (Poder Ejecutivo Federal, 2002).

Se mantuvo e intensificó el interés hacia la región del Asia Pacífico, y de manera muy particular con Japón.

Importancia para México de los vínculos con Japón Las políticas recientes que se han implementado entre México y Japón le dieron un nuevo vigor a sus vínculos, de manera paulatina México se ha ido convirtiendo en un socio potencial importante para Japón, mientras tanto, la inversión y el comercio con Japón han contribuido para que muchas empresas mexicanas logren un avance significativo en sus ne-gocios. Para 2004 el monto de la inversión acumulada en México fue mayor que la de cualquier otro país europeo ubicándose en segundo lugar sólo detrás de los Estados Unidos. (Véase figura 7).

Habría que destacar, que de esa inversión, 92.4% se ha canalizado hacia el sector manufacturero, lo que permite vislumbrar la importancia de la IED japonesa para el crecimiento en sectores prioritarios de nuestra economía. Desde inicios de la década el sector automotriz ha crecido aceleradamente y se ha transformado en la industria más importante con una participación privilegiada de 79.2% de la IED japonesa total, mientras tanto, la participación del sector electrónico, que durante los años de fines de siglo había sido el más relevante, cuenta ahora con una participación de sólo 5.7%, seguido por el comercio de productos no alimentarios al por mayor con sólo 3.4% del total y la construcción e instalaciones industriales con 3.3%. Las principales inversiones de Japón en México en los últimos años se presentan en el cuadro 2.

Es relevante señalar la importancia de estas empresas en la actividad exportadora y en la generación de em-pleos en México. Con respecto de las exportaciones habría que señalar que de febrero de 2002 a febrero de 2003, sólo 13 empresas japonesas de las de mayor venta en el exterior habían sumado la cantidad de 8 139.00 billones de dólares por exportaciones, desta-cando de entre éstas las productoras de automóviles y

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Cuadro 2. Fuente. Lista elaborada por JETRO con base con comunicados de prensa de cada una de las empresas, así como con notas en medios.

productos electrónicos, ambas industrias de relevancia estratégica para nuestro país. (Véase cuadro 3).

Con respecto de la generación de empleos en el sector industrial manufacturero, 3 de cada 100 empleos formales corresponden al empleo generado por las empresas japonesas, sumando un total de 132 137 trabajadores para el año 2005.

Si consideramos los sectores donde en los últimos años se ha concentrado la inversión japonesa y las ten-dencias que se desprenden de la misma, podemos afirmar que los rubros de formación y capacitación de la mano de obra industrial será, uno altamente favore-cido para los años venideros, la exportación de bienes

finales e intermedios con un mayor contenido de valor agregado, tanto a los Estados Unidos, como Asia y América Latina.

En esta circunstancia radica una diferencia impor-tante de la inversión japonesa respecto de la prove-niente de otros países; para las empresas de origen ja-ponés es vital fomentar la formación y capacitación de la mano de obra mexicana a fin de aprovechar de ma-nera más eficiente el recurso humano y, consecuente-mente, elevar los índices de productividad. Como ejemplo de lo anterior, el compromiso de Toyota por invertir tres mil millones de dólares para el establecimiento del Instituto Técnico Automotriz Toyota, proveyendo de conocimientos, equipo e instructores para los programas de entrenamiento en servicio automotriz, lo que bene-ficiará a todas las empresas automotrices mexicanas.

Por otro lado, Nissan Mexicana contribuyó con 25 000 dólares para la Asociación Nacional de Oportunidades Equitativas en Educación Superior;

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Cuadro 3. Fuente. Eje del Comercio Exterior CAAAREM.

Cuadro 2. (Continuación).

4 El Acuerdo de Asociación Económica México- Japón fue aprobado por la Dieta Japonesa en septiembre del 2004 y por el Senado Mexicano en diciembre del mismo año,entró en vigor el 1 de abril de 2005.

Panasonic estableció cursos de educación primaria y secundaria en sus empresas, además del enorme interés de fomentar la competitividad de las Pymes, para esto último y entre otras acciones, el gobierno japonés contempla la posibilidad de establecer en fecha próxima, una Universidad para Pymes. (Embajada Japonesa, 2004).

La firma del Acuerdo de Cooperación Económica México y Japón, establecida el 17 de septiembre de 2004 en la ciudad de México por el presidente Vicente Fox y el primer ministro de Japón, Junichiro Koizumi,4 es una nueva esperanza en las relaciones entre estos dos países, donde se hace constar el fuerte interés de Japón por México, no sólo por su mercado, insumos y factores productivos diversos, sino por el papel estratégico que representa gracias a su cercanía geográfica, política y económica con

los Estados Unidos. Para México el Acuerdo de Asociación Económica es de gran relevancia para fortalecer su presencia en Asia y revertir su, cada vez más creciente déficit comercial con Japón, e incre-mentar los flujos de capital provenientes de ese país.

La relevancia económica de Japón para Baja CaliforniaPara Japón la vinculación con México es de impor-tancia estratégica ya que ello le permite aminorar la dependencia que presenta en relación con otros países de quienes importa crudo y materias primas. Por lo tanto, la diversificación de los mercados y fuentes de materias primas, sobre todo en aquellos rubros que tienen que ver con la seguridad nacional, es una tarea impostergable para los japoneses. En este sentido Japón es un país altamente vulnerable y en esta situación México puede jugar un papel primordial, colocándolo como un país prioritario dentro de la política general de cooperación japonesa. Por otro lado, para México puede representar una fuente de capital extranjero que permita apoyar las inversiones en áreas de interés, sobre todo en la industria maquiladora.

Respecto de esto último, destaca la importancia que representa esta vinculación con los estados

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fronterizos del norte, y de manera muy especial para Baja California, ya que, dado el comercio Japón y Estados Unidos, las ventajas que representa para Japón la cercanía geográfica con el principal mercado del mundo y las ventajas adicionales que ello implica —bajo costo de los insumos y de la fuerza de trabajo, facilidad de transporte y además de ser un medio para eludir políticas proteccionistas estadounidenses— representan posibilidades óptimas para Baja California.

Desde tiempo atrás, Japón ha mantenido vínculos econó-micos muy importantes con Baja California, su contribución en los niveles de Inversión Extranjera Directa (IED) ha sido altamente significativa y ha contribuido con grandes volúmenes en las exportaciones mexicanas de empresas japonesas. Baja California se ubica como la segunda entidad en la captación de divisas de capitales japoneses con una participación de 9.8% del total (206 522 millones de dólares) sólo atrás del Distrito Federal cuya participación es de 73.4% (1 566 956.7 millones de dólares). Como se puede observar, en el cuadro siguiente el sector automotriz y el electrónico son los destinos más importantes de las inversiones procedentes de Japón (véase cuadro 4).

En el contexto del Acuerdo de Asociación Econó-mica entre México y Japón, Baja California podría captar unos dos mil millones de dólares, equivalente a 20% de los diez mil millones de dólares de inversión que se prevén ingresen a México en 10 años, captando este estado 20% de la inversión japonesa total en México.

En lo que se refiere al comercio, Baja California se presenta como una región estratégica para esta actividad. De las 100 principales empresas exportadoras de México, 15 de ellas tienen inversión importante en Baja California y representan montos extraordinarios de comercio. El Acuerdo de Libre Comercio firmado entre México, Estados Unidos y Canadá y ahora el Acuerdo de Asociación Económica México y Japón abren las posibilidades para que se incremente la inversión y el comercio de empresas japonesas establecidas en los Estados Unidos y se aproveche el mercado con el norte de América, así como el mercado japonés y el mercado local, de ahí la importancia potencial de Baja California como un centro de negocios, de comercio y de inversiones japonesas.

Oportunidad de negociosEn el contexto de los acuerdos comerciales suscritos por México y las relaciones internacio-nales, se presentan enormes potencialidades para México, entre otras podemos considerar:

• La inversión y el comercio con muchas empresas japonesas establecidas en los Estados Unidos, que tradicionalmente se proveían de países asiáticos, gracias a estos acuerdos, han vuelto su mirada hacia México a fin de acrecentar sus operaciones y entrelazarse comercialmente con países de América Latina y Asia. En un estudio realizado por JETRO, se encontró que 30% de las empresas japonesas establecidas en los Estados Unidos contemplaban a México como una posibilidad para el desarrollo de nuevas fuentes de abastecimiento, siendo la producción de automóviles y autopartes especialmente importantes en este rubro.

• La necesidad de hacerse más competitivas a escala internacional ha llevado a las empresas japonesas instaladas en México a buscar proveedores locales. En ese sentido el capítulo de cooperación bilateral contribuiría de forma im-portante a la expansión de la proveeduría por parte de empresas mexicanas a las empresas japonesas. Estos fac-tores elevarían la competitividad de las empresas japonesas instaladas en México, lo que induciría a la creación de un “círculo virtuoso” al atraer a su vez mayor inversión.

• Aquellas inversiones japonesas, que tradicional-mente volteaban hacia México para abaratar costos a finde competir a escala internacional, han aprovechado las nuevas condiciones para exportar a México. El 60 % de la exportación japonesa hacia México se convierte en automóviles hechos en México, en televisiones hechos en México, en máquinas electrónicas de alta calidad hechas en México para exportarlas a otros mercados. • Siendo que México es parte del mercado norte-americano, muchas empresas japonesas y empresas japonesas establecidas en los Estados Unidos, ven la posi-bilidad de aprovechar esa situación, no sólo para producir para el mercado estadounidense, sino para aprovechar

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el enorme potencial que representan las posibilidades de exportación hacia Asia y América Latina.

• Dado que el sector privilegiado por la inversión japonesa en México es el manufacturero —en parti-cular la industria electrónica y automovilística—, la capacitación técnica juega un rol importante en las nuevas relaciones, de ahí el importante rol que pudiesen jugar los institutos y asociaciones de edu-cación superior. Según encuesta de JETRO, en el año de 2005 encuentra que 34.8% de las empresas japonesas establecidas en Latinoamérica planea canalizar recursos para la capacitación de su personal.

• Siendo México un exportador importante de alimentos y de productos agrícolas y Japón el importador número 1 de esos bienes a nivel mundial (importa alrededor de 48 billones de dólares anuales) las oportunidades para México se amplían si consideramos que México sólo exporta 1% del total de las importaciones tenidas en ese rubro por Japón.

En virtud de lo anteriormente expuesto para México se presenta una nueva fase en sus relaciones con Japón, mismas que deben de marcar nuevos rumbos en las polí-ticas y prioridades de nuestro país. Es un momento de grandes oportunidades que contrastan con la insuficiencia de organismos públicos y privados que coadyuven para su mejor aprovechamiento: En las universidades se carece de una investigación continua y sistemática sobre las pers-pectivas económicas y culturales que presenta la región del Pacífico asiático. El gobierno, interesado en los vínculos económicos, apenas ha redescubierto a esa región como una “región de oportunidades”, sin embargo, carece de los conocimientos y de las particularidades requeridas para optimizar el acercamiento a recursos y a mercados de la región. Las empresas privadas nacionales, que tradicio-nalmente han tenido los ojos puestos en los Estados Unidos, desconocen las oportunidades y el ambiente de negocios que presenta esa prometedora región. En síntesis, la inercia que ha caracterizado el quehacer de los actores sociales y económicos de nuestro país, y de nuestra re-gión, ha impedido que hasta ahora se puedan aprovechar del todo las potencialidades tan enormes que presenta la región de Asia Pacífico y en particular de Japón.

ConclusionesLa historia reciente de México muestra un declive en su presencia comercial en los mercados regionales asiá-ticos, sin embargo, con el Acuerdo de Asociación Econó-mica de México, se abren nuevas posibilidades para estrechar los vínculos y aprovechar que ambas economías, más que competitivas, sean complementarias, así mismo, permite explorar de manera más intensa las oportunidades

del mercado en las áreas en que México es altamente competitivo y así utilizarlo como plataforma de exportación hacia otras economías del Asia Pacífico:Las empresas mexicanas que logren identificar nuevos nichos de mercado y detectar las nuevas tendencias de consumo podrán gozar de mejores opciones.

Los retos que implica el Acuerdo de Asociación Económica con Japón son retos serios para nuestro país, y de manera muy particular, para nuestra región, por lo que se requiere de conjuntar esfuerzos y capacidades de los sectores público, privado y académico a fin de que el acuerdo suscrito no quede como letra muerta o de que no pueda ser aprovechada en toda su extensión.

Por su geografía, su experiencia y sus factores produc-tivos, Baja California se presenta como una entidad que puede potenciarse en lo económico si se establecen estra-tegias de corto, mediano y largo plazo que tengan como sustento los acuerdos suscritos. La seguridad que repre-sentan los acuerdos formales y el compromiso de ambas naciones para proyectos conjuntos será el detonador para el crecimiento de ambas economías.

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Salvador Meza Facultad de Economía y Relaciones Internacionales, UABC, Tijuana.

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La diversidad de estudios sobre pequeñas empresas1 desarrollados desde las distintas disciplinas científicas como la economía, la sociología, la administración, entre otras, han permitido reconocerle una gran cantidad de atributos. Entre los principales se encuentran su contribución en la promoción del desarrollo económico, la generación de empleo y el bienestar social. Sin embargo, también la ubican como la entidad productiva con mayores problemas, ya que un gran número de ellas operan bajo condiciones de ineficiencia productiva que les impide iniciar procesos de acumulación y una mayor participación en el mercado. La identificación de sus potencialidades ha incrementado el interés en las distintas esferas políticas, empresariales, sociales y académicas para que a través de esfuerzos conjuntos se busquen soluciones a los problemas que las hacen menos competitivas y que amenazan su sobrevivencia.

Ciertamente el desempeño logrado por las pequeñas empresas en los mercados mundiales es una muestra de la importancia de las políticas públicas encaminadas a incentivar su desarrollo y del papel que están jugando las instituciones vinculadas a las actividades productivas. Efectivamente, la vincula-ción de la esfera de producción con las instituciones gubernamentales, financieras, educativas y sociales se ha convertido en un factor estratégico del desarrollo empresarial. Entre los vínculos que más llaman la atención para efectos del presente trabajo, son los establecidos entre la empresa y la universidad pública. Mucho del trabajo de vinculación de las universidades con el sector productivo, al menos en nuestro país, se ha venido realizando a través del establecimiento de convenios de colaboración con segmentos muy reducidos de grandes, medianas y pequeñas empresas en torno a proyectos y programas de investigación científica, prácticas profesionales, residencias académicas, asistencia técnica y educación continua.

Sin embargo, aunque el sector microempresarial es parte de la vinculación universidad-empresa, las universidades lo han trabajado poco. El interés por buscar nuevos modelos de vinculación universidad-empresa nos ha conducido ha identificar las necesidades de un determinado grupo de microempresas de la industria de alimentos ubicadas en zonas urbanas y rurales marginadas de Baja California, con la finalidad de determinar las áreas que mediante un programa de asistencia técnica a través del servicio social universitario, la universidad pública pueda contribuir en el mejoramiento

Innovación en microempresas pobres Ma. del Carmen Alcalá Álvarez

de las actividades empresariales de estos grupos productivos. En este artículo se intentará, por lo tanto, analizar cómo las microempresas pobres desarrollan sus actividades productivas, de innovación y de comercialización con el propósito de determinar las áreas que requieran una atención profesional.

En la última parte del trabajo se revisarán las condiciones de viabilidad de un modelo de apoyo a la microempresa a través del servicio social universitario que ofrezca la posibilidad a estas singularidades productivas de incrementar su competitividad y capacidades de innovación al operar en un sistema que estimule el aprendizaje del empresario, la eficiencia productiva y las utilidades por encima del ingreso de subsistencia.

Microempresas pobres en el sector de alimentosEn nuestro país, el tejido microempresarial se compone principalmente de empresas cuyos orígenes no siempre están relacionados con las oportunidades que ofrece el mercado, sino con el resultado de una decisión individual tomada como

1 El término de pequeña empresa utilizado en la literatura económica, engloba a la micro y la pequeña. En nuestro país, los criterios de estratificación de empresas micro, pequeña, mediana y grande publicadas en el Diario Oficial de la Federación del 30 de marzo de 1999, se establece según corresponda al sector manufacturero, comercio y servicios por el número de empleados.

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alternativa para compensar el deterioro en el nivel de ingreso, o bien, debido a la falta de empleo en el sector formal. Por consiguiente, su propensión ha presentar dificultades son mayores si consideramos que los conocimientos que pueda tener un empresario sobre el ambiente interno y externo en el que se circunscribe su empresa le resulten inciertos. El empresario es uno de los factores más importantes en la vida económica de la empresa. En la empresa se materializa el espíritu emprendedor (Schumpeter, 1963), la pericia empresarial, la información que posea del mercado y la capacidad financiera.

Un primer acercamiento para establecer un perfil de microempresas pobres se sustenta en los resultados obtenidos a través de información directa de 43 microempresas localizadas en los municipios de Tijuana, Ensenada, Tecate y Mexicali en Baja California, compilada por estudiantes prestadores de servicio social bajo el proyecto de investigación Modelo de Servicio Social en apoyo a Microempresas y el Programa de Investigación, Apoyo y Docencia a la Micro y Pequeña Empresa2 desarrollado en la Universidad Autónoma de Baja California. La recopilación de la información se efectuó durante los meses de agosto a diciembre de 2001 y de febrero a junio de 2002.

La forma de operación de las microempresas no difiere del comportamiento de aquéllas de mayor tamaño, sin embargo, enfrentan diversas problemáticas en su organización que les impide mejorar su actividad económica. A continuación se presenta un análisis sobre los tipos de productos, el proceso de producción, modelo organizacional, comercialización, consumidores y expectativas del empresario.

Tipos de productos. La participación de estas empresas en el mercado es a través de la elaboración de productos caseros como tamales, pan dulce, tortillas de maíz y trigo, pastelería y repostería, comida preparada, dulces y chicharrones, entre otros. Entre los factores de mayor relevancia en la decisión sobre qué producir, se encuentra la demanda de la gente por productos típicos mexicanos, y que en un estado como Baja California, en el que radican personas originarias de otros estados del país y connacionales que viven en los Estados Unidos y son visitantes frecuentes, la demanda es mayor. También influye la facilidad con que una persona puede incorporarse en la producción de productos caseros, ya que por ser

productos tradicionales, las técnicas de producción en general son de dominio popular con las peculiaridades propias de cada región y estado. Por lo tanto, existe una conexión directa entre ciertos productos con el origen de la población demandante, tal es el caso del predominio en el mercado de los tamales estilo Sinaloa.

Producción. Una característica encontrada en las microempresas, es que no manejan una amplia variedad de productos, es decir, concentran su producción en uno o dos bienes, y manejan una oferta reducida, aún cuando ellas mismas manifiestan no tener dificultades para colocar sus productos en el mercado. Esta claro que uno de los principales problemas de estas empresas es la producción. En este mundo microempresarial, la decisión de cuánto producir no sólo está relacionada con los factores económicos sino también con las cuestiones personales y familiares.

Organización empresarial. La principal problemática de las microempresas se deriva de la inexistencia de un registro adecuado y sistemático de la información, aspecto crucial para la toma de decisiones y la planeación de las actividades de las empresas. La principal deficiencia se encuentra en el registro de los costos de producción, ya que es común que las compras se realicen junto con la despensa del hogar, e incluso que se utilicen de manera indistinta para elaboración de los alimentos de la familia y para la elaboración de los productos que se venderán. El desconocimiento de los ru-bros que deben considerarse y sistematizarse hace que la apreciación con respecto del mercado y a las posibilidades que le ofrece, sea diferente. Es decir, por un lado el mercado de las microempresas se presenta como extremadamente difícil dadas las condiciones productivas de las empresas, pero por otro lado se aprecia un nicho de mercado casi exclusivo para los productores, en el que sus condiciones de competencia son poco agresivas ya que se fundamentan básicamente en la cobertura

2 Proyecto y programa realizado bajo la responsabilidad del Dr. Alejandro Mungaray, que fueron generosamente auspiciados por la Asociación de Universidades e Instituciones de Educación Superior, la Fundación Ford, la Subsecretaría de Educación Superior e Investigación Científica de la SEP y el Sistema de Investigación del Mar de Cortés.

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de un espacio geográfico circundante a la unidad productiva, además de que los consumidores son vecinos, amigos, familiares y consumidores ocasionales. No se enfrentan a la competencia que enfrentan las grandes empresas y su mercado es relativamente más controlable, y tampoco se enfrentan de manera directa a la competencia que representan los productos del exterior.

Con lo anterior no nos referimos a que no enfrenten competencia alguna, es decir, partimos de que los consumidores de este tipo de negocio tienen un ingreso limitado y sus decisiones de compra se basan en las necesidades que ellos consideran inmediatas (quizá no básicas), lo cual impone al microempresario un reto mayor en la venta de sus productos.

Otra de las situaciones identificadas se refiere a la contabilidad de la empresa, la cual es, casi en la totalidad, inexistente debido básicamente a la informalidad en la que opera la empresa, es decir, el funcionar en un mercado informal fomenta de alguna manera la falta de sistematización de la información y la fijación de expectativas de crecimiento y consolidación.

Comercialización. Entre las conductas empresariales identificadas se encuentra el hecho de que aunque su ubicación se da en colonias marginadas, algunas de ellas superan la restricción geográfica y sus expectativas las han llevado a la utilización de medios de comercialización que les han permitido llegar a cubrir espacios de mercado adicionales a los considerados como “nichos de barrio”3, la práctica y las dimensiones de mercado de la microempresa las circunscribe en un espacio geográfico determinado, que se compone por consumidores que se ubican cerca del lugar en el que se elaboran los productos, generalmente son vecinos, amigos e incluso sus familiares.

Consumidores. Los clientes para estos tipos de productos generalmente responden más a cuestiones relacionadas con gustos y preferencias que a factores relacionados con los precios de los productos o de variación en los ingresos, ya que la compra versa sobre cantidades mínimas y en ocasiones esporádicas. En general, el perfil del cliente para este tipo de productos, no está definido, debido a su amplia aceptación en determinada región o localidad.

Las expectativas empresarias. Este aspecto es de gran importancia, ya que determina las posibilidades de que las empresas crezcan,

incluso puede llegar a superar en importancia las condiciones adversas propias de su mercado. Uno de los aspectos encontrados nos remite a la identificación de la persona que toma las decisiones en la empresa, y aunque en la mayoría de los casos nos referimos a microempresarias, también en los casos en el que el jefe de familia es el padre, se encontró una gran influencia de la mujer en la determinación del destino que se daría a los ingresos obtenidos por la venta de los productos. En casi la totalidad de los casos existen en las microempresas necesidades apremiantes que tienen que ver más con las condiciones de vida de las familias que con las expectativas de la empresa, es decir, la actividad empresarial se convierte en un elemento de subsistencia inmediato, lo cual limita de manera considerable el ejercicio de planeación de las actividades empresariales. La cobertura de necesidades generalmente se orienta a la compra de muebles o electrodomésticos. En casi ninguno de los casos las prioridades de los microempresarios se remite a la educación de los hijos o a la reinversión, de hecho sin asesoría, la reinversión sería una actividad sin posibilidades de rendir frutos.

Las microempresas y el proceso de innovaciónEn un mundo cada vez más competitivo y globalizado, la innovación se ha convertido en el factor diferencial de las empresas y las economías de los países. Las empresas han encontrado en los procesos innovativos la forma de tomar ventaja sobre sus competidoras satisfaciendo oportunamente las necesidades y demandas que los consumidores manifiestan en el mercado (Vázquez,1999). El surgimiento y desarrollo de las innovaciones se asocia con la dinámica que implica la pugna competitiva de las empresas en los mercados de productos y de factores de la producción. Existen diversos estudios que han identificado a las capacidades de innovación como uno de los elementos más importantes de la competitividad de las empresas (Dosi, 1984 & 1988; Grossman & Helpman, 1991; Porter, 1992; Lundvall 1988 y 1992).

3 Por nicho de barrio se refiere al espacio geográfico circunscrito a unas cuantas calles de una colonia determinada, donde una empresa tiene posibilidades reales de colocar sus productos (Alcalá, et al., 2002). Tal es el caso de aquellas empresas que venden una considerable proporción de su producción a través de un sistema de pedidos, el cual se apoya en la recomendación de quienes ya han probado el producto.

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La actividad innovadora en las empresas ha rebasado las dimensiones tradicionales de creación o mejora de los procesos, de los productos y las formas de organización. Ciertamente, la innovación involucra como señala Yoguel y Boscherini (1999), acciones de naturaleza más amplia que incluyen también las actividades orientadas al desarrollo de la calidad y las mejoras y desarrollos de tipo incremental que en el curso del tiempo, son incorporados a los productos, a los procesos productivos, a las modalidades de organización y la comercialización. Otros de los factores relevantes que empiezan a ser considerados en el desarrollo de las actividades innovativas dentro de las empresas, son los conocimientos firm-specifc y los procesos informales de aprendizaje e interacción learning by doing, by using, by interacting, by producing, de manera que toda innovación es la materilización de la información, la experiencia, el conocimiento y las habilidades que la empresa ha acumulado a lo largo de su historia (Corona & Hérnandez, 2000).

El relevante papel de las prácticas innovativas en las pequeñas y medianas empresas, como factor de competitividad, tiene la misma importancia que para una empresa grande. Quizá para el conjunto de empresas definidas como microempresa pobres, la innovación determina su sobrevivencia en el mercado. En efecto, la innovación es una práctica derivada de las propias necesidades del microempresario para producir o comercializar sus productos.

Innovación en producto. Los productos caseros, en particular, los típicos mexicanos, tienen ciertas características que aún con sus peculiaridades propias de cada región son plenamente identificados por los consumidores. Sin embargo, la respuesta del mercado para el mismo producto es diferente. Las técnicas de producción y materias primas de algunos de estos productos son de dominio popular, entonces ¿por qué la diferenciación hace que el producto compita por sí solo? En efecto, el conocimiento del microempresario sobre cómo combinar las materias primas se convierte en su principal fortaleza. La “receta” para la elaboración de los productos se convierte en su principal estrategia competitiva que permite su sobrevivencia. Aun cuando compartan sus conocimientos de producción, existen elementos que solamente pueden ser desarrollados por ellos, tal es el caso de las habilidades productivas adquiridas a través de la experiencia en la actividad. La

experiencia, pues, facilita el mejoramiento de los productos, y permite que puedan alcanzar niveles de calidad.

Innovación en proceso. La particularidad encontrada en este grupo de empresas es que la tecnología utilizada es la que tienen disponible en el hogar, generalmente son los electrodomésticos y en algunos casos tecnología muy rudimentaria, como en el caso de los empresarios que venden tamales y que utilizan molinos manuales. En sí, las innovaciones en proceso se derivan de alguna adaptación realizada para hacer funcionar algún electrodoméstico o equipo que presente fallas técnicas y que dadas las condiciones económicas de estas empresas no es posible sustituir por uno nuevo.

Innovación en modelos organizacionales. Las microempresas en estudio carecen de una organización empresarial, de ahí que es importante fomentarles una cultura organizacional que garantice su funcionamiento. Lo innovativo será entonces modelos organizacionales especialmente para ellas.

Propuesta de un modelo universitario de apoyo a la microempresa Una vez identificado el perfil de microempresa pobre y expuestas sus principales problemáticas relacionadas con sus productos, procesos de producción, organización, comercialización y actividades de innovación, se plantea una propuesta de apoyo a este sector empresarial, basado en una metodología sistémica en donde se articulan un conjunto de instituciones, tendiente desde sus respectivos campos de acción al mejoramiento de la productividad y capacidades innovativas a favor de estas entidades productivas.

El sistema universitario de innovación en apoyo a la microempresa, se define como el conjunto de unidades empresariales, universidades públicas y otras instituciones públicas y privadas vinculadas a las actividades de innovación que impulsen al desarrollo microempresarial regional y local en sectores productivos estratégicos. El sistema se compone por empresas, universidades públicas, dependencias gubernamentales (federales, estatales y municipales) y cámaras y asociaciones empresariales. La micro-empresa y la solución de sus problemas específicos relacionados con sus prácticas empresariales, constituyen el objetivo central del sistema.

El funcionamiento del sistema está determinado por un agente clave, que delinea la dirección de las

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interrelaciones establecidas entre las microempresas y los agentes participantes en función de sus intereses comunes y la cooperación.

El agente clave determina ¿qué problemas enfrenta la microempresa interna y externamente?; ¿cuáles son las necesidades más apremiantes?; ¿cómo deben ser atendidas?; ¿quienes pueden intervenir? y; ¿cuál es su impacto en la economía y en la sociedad a nivel local y regional? En un sistema conformado por varios agentes, todos pueden asumir el papel de agente clave y hacer funcionar el sistema. Sin pretender detonar el debate sobre las competencias de los participantes y el rol que juegan en la promoción del desarrollo microempresarial, le otorgamos a la universidad pública el papel central, por considerar su arraigo regional y su amplia infraestructura física, pero sobre todo su capital humano y la confianza y respeto que inspira entre la

gente y las distintas organizaciones sociales. La participación de la universidad pública como

agente clave implica, por un lado, la colaboración con las microempresas para el fortalecimiento de su aprendizaje empresarial, mejoramiento de sus niveles de organización, estrategias de mercado, finanzas y rentabilidad económica. Por otro, la universidad pública como “institución puente” (Cimoli, 2000) encabeza los esfuerzos de coordinación entre las mismas microempresas, otras empresas y diversas instituciones públicas y privadas, operando bajo esquemas de interés común y cooperación por el desarrollo microempresarial.

La base del sistema es la colaboración entre la microempresa de base social y la universidad pública mediante el establecimiento de un Programa de Asistencia Técnica a través del Servicio Social Universitario, (Mungaray, et al., 2002). Los sujetos

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participantes son las microempresas dedicadas a la producción y venta de alimentos caseros que cumplen con los siguientes criterios: 1) empresas urbanas y rurales familiares de subsistencia; 2) pequeños productores independientes operando aisladamente para satisfacer un mercado local específico; 3) el número de empleados de acuerdo a la clasificación oficial; 4) ubicadas en zonas rurales o urbanas con carencia de servicios públicos (agua, electricidad, drenaje); 5) que no cuenten con apoyo institucional de ningún tipo; 6) empresarios con un nivel máximo de nivel técnico y/o medio superior; y 7) que no cuenten con registros contables.

Por la universidad pública participan académicos coordinando y asesorando a prestadores del servicio social que asistirán técnicamente a las microempresas. Los prestadores del servicio social serán estudiantes de las carreras de economía, administración de empresas, contador público y otras afines. Las disciplinas participantes se establecieron a partir de la identificación de las áreas que requieren de una mayor atención.

Asistencia técnica. El apoyo inicia con una primera visita en donde se aplica un cuestionario para conocer e identificar las necesidades particulares de cada microempresas, lo que permite contar con un diagnóstico inicial. La información obtenida es de gran utilidad en la conducción de la asistencia hacia las áreas de mayor prioridad. El instrumento consta de tres apartados: I. Perfil de la empresa; II. Perfil del propietario y; III. Operación de la empresa.

I. Perfil de la empresa. El objetivo es conocer aspectos generales de la microempresa, en cuanto al: Nombre de la empresa y del propietario, domicilio, tiempo de establecimiento de la empresa, tipo de industria y de actividad, así como, la forma de llevar los registros contables.II. Perfil del propietario. El propósito de este apartado es conocer aspectos personales y empresariales del propietario, tales como: Edad, estado civil, número de hijos vivos, número total de dependientes económicos, lugar de nacimiento, tiempo de residencia, nivel de estudios, ocupación anterior, razones de entrar en este negocio, en donde adquirió la habilidad sobre el negocio y el tiempo que le llevó aprender.III. Operación de la empresa. En este apartado se busca conocer los elementos operacionales de

la microempresa con el propósito de identificar los principales problemas que estuvieran dificultando las actividades productivas y comerciales. En general los aspectos contemplados son: Financieros, de mercado, de producción y costos, de tecnología disponible e innovación, de recursos humanos y finalmente sobre expectativas del microempresario.

Posteriormente, en una segunda visita, se instruye al microempresario para que lleve un registro sistemático de las actividades productivas y comerciales concentradas en un instrumento denominado bitácora, el cual después del primer registro y con los datos del diagnóstico, puede ser rediseñado de acuerdo con las operaciones específicas de cada microempresa. Este instrumento se completa por cada día de producción durante las siguientes semanas hasta cumplir con el periodo establecido.

Con la información obtenida durante todo el periodo de la asistencia, el microconsultor (prestador del servicio social) realizará un análisis económico y administrativo a partir de indicadores estratégicos para demostrar si estas microempresas incrementan su competitividad y actividades de innovación, como el aprendizaje empresarial, la productividad y la rentabilidad económica.

La universidad pública y su interlocución con los agentes del sistema. El sistema contempla el establecimiento de relaciones entre los participantes del sistema y la particularidad de cada enlace está definida por la universidad pública en función de las necesidades de cada microempresa. La relación más fuerte es la establecida entre la microempresa y la universidad, ya que de la colaboración entre ambas se espera que la primera mejore sustancialmente todas sus actividades productivas y eventualmente, permitan alcanzar competitividad en los mercados locales y regionales. Para la segunda se espera que pueda contribuir con el conocimiento que genera en el impulso de las capacidades empresariales y de innovación de las microempresas.

Las instituciones públicas y privadas que se están considerando dentro del sistema, son las que tradicionalmente han venido trabajando programas de apoyo a micro, pequeñas y medianas empresas, pero que por las particulares características que presentan las microempresas en estudio, no han podido participar en ellos.

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Con la universidad pública como interlocutora entre las microempresas y las instituciones del desarrollo, se puede facilitar la comunicación y sentar las bases de la cooperación. Si los problemas funcionales de las empresas son atendidos bajo un programa de asistencia técnica a través del servicio social ¿en qué consistirá la participación de las instituciones? En realidad son muchos los problemas que se han señalado y que por mucho tiempo ha padecido la microempresa y cuyas soluciones deben emanar de las propias instituciones públicas y privadas. En primer lugar las microempresas de base social no cuentan con registros de sus actividades productivas, contabilidad, relaciones bancarias y planeación fiscal, lo que dificulta su acceso al financiamiento por no poder cumplir con los múltiples requisitos establecidos para la obtención de crédito. Los créditos que ofrece la banca múltiple son: montos bajos, plazos cortos y elevadas tasas de interés, para lo cual solicita garantías hasta tres veces mayores al monto. En cuanto al financiamiento ofrecido por las instituciones públicas, su acceso también ha sido restringido para este sector empresarial ya que las condiciones del crédito no difieren en mucho a las de la banca comercial. Un trabajo conjunto entre las microempresas y la universidad puede fomentar en el microempresario la disciplina de registrar sus actividades productivas y comerciales, de manera que puedan estructurar sus estados de resultados y saber con precisión la situación financiera de su negocio. Al demostrar su capacidad financiera, es más fácil poder solicitar algún tipo de financiamiento.La universidad pública, a su vez, puede establecer convenios con instituciones públicas y privadas que ofrezcan programas de financiamiento a microempresas. La universidad puede evaluar la capacidad financiera de las empresas y determinar los montos de inversión requerida por cada microempresa y la capacidad de pago con las tasas de interés determinadas. Asimismo, a través de la asistencia técnica se puede continuar dando seguimiento al manejo de los recursos, mayor certidumbre a las instituciones otorgantes y a las solicitantes.

En segundo lugar, se puede contribuir a la formalidad de este tipo de empresas al facilitar la realización de aquellos trámites que legalicen sus actividades productivas mediante una asistencia adecuada sobre los requisitos que deben cumplir

y un enlace para que puedan ser atendidos. Ello permitiría que el microempresario no descuide sus actividades productivas, realizando de forma rápida todos sus trámites y que no se vea obligado a caer en prácticas de corrupción.

En tercer lugar, el sector empresarial se encuentra en total aislamiento y carece de todo reconocimiento y apoyo. En tal sentido es posible fomentar en los microempresarios la importancia que tiene la representatividad de los organismos empresariales y cómo éstos inciden en la toma de decisiones a nivel gubernamental, de manera que al incrementar el número de miembros mayor será el nivel de gestión y negociación para la solución de sus problemas. Aun cuando los organismos empresariales no desconocen la problemática de la microempresa, no le han dado la importancia que merece. En tal sentido, el acercamiento logrado por la universidad puede lograr una mejor vinculación entre las microempresas y las cámaras empresariales.

En cuarto lugar, la relación entre las microempresas en estudio y las empresas, no puede darse si no es en función del mercado. A diferencia de las otras empresas, las microempresas no cuentan con una marca, nombre y forma de representación del producto, y dada su limitada capacidad de producción, quizá en este momento no la requieran. Sin embargo, al pretender incentivar sus capacidades productivas, necesariamente se tienen que considerar estos ele-mentos, pues el acceso a un mayor mercado implica competir con otras empresas. En consecuencia, el reco-nocimiento de los consumidores será decisivo y, por tanto, la publicidad será más necesaria. La carencia de recursos económicos limita el manejo de campañas publicitarias para dar a conocer su nombre, marca y producto, lo cual hace que la competencia les resulte más desventajosa. Otro factor que encarece el producto es el uso de canales de distribución, por lo que el fomento de la cooperación entre las empresas permite soluciones comunes. De hecho el sistema puede iniciar la gestación de un cluster al estilo italiano de microempresas marginadas en Baja California, en donde se den ambientes de competencia y cooperación que las fortalezca y les permita alcanzar una mayor presencia en el mercado local y regional.

Finalmente, la microempresa, en su gran mayoría, no utiliza ningún tipo de tecnología y a la que tiene acceso es atrasada; no cuentan con manuales de producción; no cuentan con

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criterio mínimo de calidad y, por tanto, no hay estándares de calidad y se desconoce el costo de producción. En consecuencia, toda posibilidad de innovación tecnológica en este tipo de empresas es prácticamente inexistente. La participación de las instituciones gubernamentales y de las instituciones de educación superior, son factor clave en el acceso a la tecnología de estas empresas mediante el establecimiento de programas de apoyo que pongan a disposición de estas microempresas productivas los recursos humanos y físicos que poseen las IES y que financien las instituciones públicas, de manera que puedan incrementar la calidad de sus procesos y productos.

En general se busca que con el sistema, las microempresas reciban apoyo de las diversas instituciones en cuanto al fomento del aprendizaje empresarial, eficiencia, rentabilidad, financiamiento, tramitología, representatividad empresarial, acceso al mercado, tecnología, condiciones fiscales, entre otros aspectos que les permitan alcanzar su desarrollo.El sistema de innovación universitario de apoyo a la microempresa y su contribución a la conformación de un sistema regional de innovación.

Para demostrar que el sistema de innovación univer-sitario de apoyo a la microempresa puede contribuir a la conformación de un sistema regional de innovación, se parte del supuesto de que las microempresas en es-tudio pueden establecer redes con sus consumidores, otras empresas, la universidad pública, las instituciones gubernamentales, las cámaras y asociaciones, y otras instituciones de educación superior que permiten el intercambio de bienes y servicios o de aquellas informaciones que incorporan conocimientos y que, por lo tanto, fomentan el aprendizaje empresarial. Se asume también que las relaciones y/o contactos que vinculan a las microempresas con los actores entre sí, se darán dentro de contextos de reciprocidad para facilitar el acceso a la información, el aprendizaje interactivo y la difusión de la innovación.

Las relaciones establecidas entre las microempresas y los agentes del sistema son de carácter formal e informales. Con las relaciones formales se busca alcanzar los objetivos estratégicos de las microempresas y las organizaciones, mientras que las relaciones infor-males buscan la creación de ambientes de confianza. Sin la confianza no se podría hablar de redes, ni de sistemas productivos locales o regionales ni de procesos de desarrollo endógeno (Monsted, 1995). Las relaciones de confianza refuerzan los

compromisos y la cooperación entre los participantes (Vázquez, 1999) en donde la universidad pública como agente clave jugará un papel central.

El mejoramiento de las capacidades productivas de cada microempresa a partir del apoyo brindado por las instituciones comprometidas con el desarrollo de estos sectores productivos rezagados, hace posible la formación y desarrollo de redes de empresas propi-ciando condiciones para el surgimiento y crecimiento de las empresas, la difusión de las innovaciones y en definitiva el desarrollo económico de la región. Por ello estas microempresas pueden ser la base de la conformación de un sistema regional de innovación.

Los agentes del sistema, al formar una red a través de las relaciones (sociales, comerciales, políticas, tecnológicas, administrativas) y contactos con los que se establecen los vínculos de cooperación e interdependencia, pueden propiciar la creación de entornos para que las microempresas puedan innovar y competir. Aún con sus limitaciones, las microempresas son una fuente de innovación permanente derivada de sus mismas carencias productivas y de la capacidad de respuesta que tienen para satisfacer las necesidades de la gente que está a su alrededor. La cercanía geográfica que vive el microempresario con sus consumidores, fortalece su espíritu emprendedor y su capacidad de innovar. Como señala Vázquez (1999) los entornos locales funcionan como incubadoras de las innovaciones. Las empresas son elementos decisivos en los procesos de creación y difusión de las innovaciones, y como agentes económicos, forman parte de entornos locales específicos, por lo que la creación y difusión de las innovaciones estarán en función de la organización de ese espacio geográfico, la interacción de los agentes, la dinámica de aprendizaje y por la propia historia local, lo que daría sentido a un sistema regional de innovación.

Reflexiones finalesEn general se percibe que los microempresarios tienen una gran intuición sobre las perspectivas de su negocio. Por consiguiente, la adquisición de disciplina para llevar un registro de sus actividades y de los comentarios y sugerencias de sus clientes, puede mejorar su percepción de las necesidades de producción y de sus clientes, de manera que se faciliten sus decisiones de qué y cuánto producir.Las estrategias comerciales pueden mejorar en todas las microempresas, pues en su mayoría están

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relacionadas con la aptitud del microempresario y muy relacionadas a su vocación emprendedora. Ante la interrogante ¿por qué es importante para los microempresarios el hecho de que conozcan aspectos de su demanda? La respuesta resulta obvia, debido a que la demanda de un producto es crucial para la sobrevivencia de su empresa. En efecto, el mayor problema no está en la demanda en sí, sino en la forma más pertinente de poder tener acceso a un mayor número de consumidores.

La pericia empresarial no es suficiente cuando sobre una o dos personas recaen las funciones productivas, de adquisición de materias primas y comercialización de los productos. Sin embargo, el acercamiento entre los sectores productivos marginados y el sector público, supone superar las deficiencias y la falta de incentivos, como ha sido el caso del crédito, mientras que el acercamiento con el sector privado queda fuera de toda posibilidad, pues los servicios que ofrecen suelen ser demasiado costosos. En consecuencia, el establecimiento de un mecanismo de vinculación entre la universidad pública y sectores productivos marginados a través del servicio social, puede conducir a la conformación de un sistema integral de asistencia técnica que premie la vinculación entre la formación profesional y el desarrollo microempresarial.

La asistencia técnica a las microempresas menos favorecidas mediante la participación de jóvenes universitarios a través del servicio social profesional, puede significar la oportunidad de construir espacios educativos donde los estudiantes puedan servir y aprender al interactuar con sectores productivos que demanda de sus conocimientos adquiridos en las aulas y que por sus condiciones socioeconómicas no les es posible contar con tales servicios profesionales.Hoy más que nunca las universidades y en general todas las instituciones de educación superior, tienen un papel protagónico en la vinculación del sector productivo. Como productoras del conocimiento tienen un papel trascendental en el impulso de las capacidades productivas que respondan de manera efectiva a las necesidades locales, regionales y nacionales.

La vinculación entre microempresa y universidad mediante la participación de estudiantes en servicio social, puede ser el inicio para la creación de una red basada en el conocimiento mutuo, donde las microempresas mejoren sus prácticas empresariales, aún cuando incorporan una serie

de comportamientos que también se observan en empresas de mayor tamaño, manejan prácticas exclusivas que responden a las lógicas del funcionamiento de sus mercados, llegando en ocasiones incluso a innovar. La dimensión espacial adquiere gran relevancia en la atención de problemas concretos de cada país, región o localidad. La cercanía geográfica entre los agentes económicos facilita la cooperación para superar obstáculos comunes.

La conformación de un sistema de innovación se determina por los procesos tecnológicos y sociales desarrollados en cada nación y sus respectivas regiones (Howells, 1999). En los países en desarrollo cuyo sector productivo está integrado fundamentalmente por micro, pequeñas y medianas empresas que abastecen mercados locales, se hace cada vez más necesaria la participación de instituciones públicas y privadas bajo una política industrial que responda a necesidades regionales y propicie en los sectores productivos rezagados, espacios innovativos que les permita transitar a una esfera competitiva. La incorporación de estos sectores a esquemas competitivos que faciliten su competitividad en el mercado nacional y los mercados internacionales, puede lograrse a través de la instrumentación de marcos institucionales que involucren la participación de empresas de mayor tamaño, el gobierno, las instituciones de educación superior, centros de investigación, asociaciones y cámaras empresariales comprometidas que permitan la conformación de sistemas regionales de innovación. Incursionar con nuevas formas de vinculación entre la universidad pública y estos sectores marginados, refleja la actitud emprendedora de académicos e investigadores al asumir el compromiso de instrumentar modelos institucionales de asistencia técnica a través del servicio social universitario y que contribuya al mejoramiento de las capacidades técnico-administrativas de los microempresas marginadas en el estado.

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Ma. del Carmen Alcalá ÁlvarezzFacultad de Economía y Relaciones Internacionales, UABC, Mexicali.

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La diana de los delirios

Yuba

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Era un sentimiento agudo de culpa el que lo obligaba a cobrar conciencia de sí mismo y de cada uno de los acontecimientos vividos en torno al drama que lo había profundamente desestabilizado. El Churchil se daba cuenta que desde entonces, desde que el Machacas había muerto, habían transcurrido por lo menos dos meses. Se sentía imperdonablemente ridículo después de haber llorado delante de todos a los pies de la madre del Machacas y de haberse exhibido dando tumbos en la calle con el féretro a cuestas del amigo muerto. No, definitivamente no tenía cara para salir a la calle, ni valor para volverse a encontrar con esa mirada azul que pasaba frente a su casa como una maldición reiterada cada media hora. La patrulla fronteriza pasaba frente a su casa con esa eventualidad y a través de las mallas ciclónicas de la alambrada fronteriza, el Churchil creía reconocer en sus ojos azules puros las vísceras del monstruo que por poco le desfiguraba el rostro con su pesada lámpara.

A veces, cuando por las noches cerraba los ojos para conciliar el sueño, o cada vez que los helicópteros de la Border Patrol sobrevolaban la avenida Internacional chicoteando con sus reflectores la oscuridad, hurgando aquí y allá a ambos lados de la frontera, el Churchil, inevitablemente revivía el suplicio de la maldita lámpara y su luz tubular que le caía pesadamente sobre su rostro. En los momentos más desesperados, en los que alcanzaba a disputarle la lámpara, esa luz, cuando no se hundía en el firmamento negro de la noche, se estacionaba temblorosamente en el rostro de su agresor, un rostro pecoso, afeado por la cólera, un monstruo dispuesto a estacarlo en el suelo por las cuatro extremidades como si se tratase de no más que un vil coyote.

Había noches durante las que el Churchil no podía cerrar los ojos. Desde el fondo de su abismo surgía una maldita luz amarilla, intermitente, y una carrera llena de oscuridad, sed, jadeos y tropezones sorpresivos. Los senderos tormentosos del desierto

La diana de los deliriosRafael Arriaga Martínez

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desfilaban con euforia ante sus ojos ya desorbitados de tanto tiempo de insomnio. Si tan sólo aquella noche no se hubiese jactado de correr a la luz de la luna como un coyote, el Cariñitos jamás le hubiera sugerido que se fuera por delante para que les echara aguas, ni al Machacas se le hubiera ocurrido seguirlo de cerca para servir de correa transmisora entre él y los demás ante cualquier señal de alerta; entonces los acontecimientos hubiesen tomado el mismo curso tranquilo que el de las aguas contaminadas del Río Nuevo, que se escurren hasta desembocar en el Salton Sea.

No, no podía cerrar los ojos, por más que hubiese querido cerrarlos y no abrirlos hasta sentir en plena cara el frescor de ese mar, la laguna de las citas, lejos de la patrulla fronteriza y sus poderosos prismáticos infrarrojos, de la autopista 86 y sus luces preventivas. El Salton Sea, la laguna Salton, el lugar por excelencia de los refrigerios efusivos, una bonita palabra que sonaba a dinero y la garantía de continuar el viaje en auto hasta el “edén prometido”. Pero, seguramente debió haber cerrado los ojos, si no ¿de qué otra manera se hubiese dejado sorprender? “Sí, debí haber cerrado los ojos” se decía el Churchil cada vez que se acordaba de aquella cara pecosa que le vomitaba las vísceras en su rostro y de aquel jadeo desesperado con el que el Machacas intentaba precisamente desarmarlo..., y de aquel disparo que haría sucumbir a su amigo. Lamentaba no haber podido acabarlo, deshacerle el rostro con su propia lámpara, aplastarle el cráneo con una roca..., no, a ratos no entendía cómo pudo haberlo dejado con vida..., y a ratos se acordaba de que era por el Machacas, el amigo que había caído herido al río por quien había renunciado a sus violentos impulsos asesinos. Entonces se acusaba de no haberlo auxiliado oportunamente, de haberse quedado allí, en medio del río y de la noche, hundido hasta el pecho como una momia, esperando tontamente a que el amigo moribundo diera una señal de vida, con un quejido, con un chasquido, algo que rompiera ese silencio tétrico e insoportable con el que la soledad se impone en el desierto. Sólo la corriente del río se oía tranquila, trinaba como un canario entre sus ropas empapadas. No se acordaba cómo pudo regresar a casa y no entendía ni quería aceptar que mientras él caminaba río arriba, con la mente en blanco, las aguas turbias del Río Nuevo arrastraban a un cadáver dentro de un valla de carrizos, cachanilla y pinillos salados hasta el Salton sea.

Sensible a la luz y el bullicio de sus numerosos hermanitos, el Churchil había decidido retirarse al cuarto de los tiliches, un cuarto de madera ubicado en el patio trasero de la casa. Allí, todo era oscuro, la luz del sol entraba tenuemente a través de las rendijas. Un día, buscando algo, se topó con un bote cuyo contenido se vertía por accidente en el suelo. Era una sustancia amarilla cuyo olor penetrante se fue agudamente concentrando dentro del cuarto. El Churchil primero se dejó invadir por los olores etéreos, luego, le dio el más vil de los usos. Sabía que bajo sus efectos soporíferos el diálogo con el mundo era posible, ya se tratara de hombres, animales, plantas o cualquier elemento natural como el agua, la luna, las estrellas, etcétera, y que una nota musical o una letra dentro de un texto espeso podía saltar al mundo y actuar con voluntad propia. Pronto el Churchil empezó a ver que cada bulto dentro del cuarto de los tiliches expelía vida como si se trataran de criaturas extrañas. Así, con ojos maravillados, el Churchil veía la nubecilla de luz mágica que transfor-maba una caja vieja de cartón en un baúl damasquinado de oro, plata y piedras preciosas. Con sus labios rojos pegados a una rendija, el Sol le pedía con su aliento dorado que abriera el baúl para que su luz liberara de las mazmorras sus memorias milenarias caídas en las manos estranguladoras de sus enemigos, la noche y sus estrellas, la noche y sus cuatrocientos guerreros. Pegó el oído al baúl, le pareció haber escuchado un quejido. Las memorias del Sol se lamentaban de su suerte y gritaban consignas entre las que destacaba “la obligación apoteótica de arrancarle al enemigo de su pecho la semilla que habría de fecundar la piedra mítica en el medio de una laguna”.

El Churchil sentía que el lamento del Sol todavía latía en su corazón, que vivía en él con suficiente fuerza como para luchar contra las tinieblas. De un puntapié rompió la cerradura dorada y tras una breve contienda espinosa contra la noche y las cuatrocientas estrellas filosas que infestaban el interior del hermoso baúl, liberó los mil gritos y los mil lamentos escritos dentro de un vasto volumen despastado y sin título. En la primera página había unas líneas (aparentemente manuscritas pero en realidad parecían haber sido hechas con el calor del sol a través de una lupa) que decían lo siguiente:

Abreme y léeme, yo te diré quiénes fueron y quiénes son hoy en día tus más grandes enemigos; yo te daré orgullo para que los veas con la frente en alto;

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yo te daré valor para que tomes venganza de todas las desgracias pasadas y recientes que pesan sobre ti, sobre tus amigos y sobre todo tu pueblo. Léeme, enséñales a tus amigos y a tus hermanos lo que el Sol ha escrito con sus rayos finos de luz sobre cada una de mis páginas blancas. Cuando el orgullo y el valor hayan alcanzado a toda mi nación, entonces, de nuevo las víboras sonarán gustosas sus cascabeles entre el polvo del combate.

El Churchil rumiaba en la calle cada una de las glorias y las tragedias que se reseñaban dentro de su libro sucio y despastado de historia y mitos nacionales. Decía exaltado que para poder levantar la cabeza frente a ese insulto reiterado cada media hora, la nación debía aprender de nuevo a vibrar con la primera estrofa del himno nacional. Que los territorios perdidos valían una guerra y que sólo con la sangre de los hijos de la patria vertida en los obeliscos fronterizos, “las víboras volverían a sonar gustosas sus cascabeles entre el polvo del combate”.

Del otro lado de la alambrada fronteriza había un campo de golf embellecido con colinas, palmas dati-leras, pinos llorones, banderines, y elegantes y amplios parasoles. Pero sobre todo una lagunilla en la que el Churchil reconoció el destino de la nación. Allí estaba la piedra que daría la flor de la promisión. Sólo había que cercenarle el pecho al infame que con su presencia cro-nometrada reitera cada media hora un insulto secular.

Un día, después de haber tocado Diana toda una mañana, el Chivo cruzó la alambrada y se le interpuso en el camino a una patrulla fronteriza sólo para pedirle “fuego” para su cigarrillo. Todo esto el Churchil lo observaba con los mismos prismáticos con los que vigilaba la frontera (con las manos enroscadas en torno a los ojos) en su punto 115.30 de longitud oeste y 32.40 de latitud norte. El Churchil sabía que detrás de la insolencia insoportable del chiquillo de doce años se escondía la más sublime de las impaciencias. Pese a su expulsión ignominiosa, (a puntapiés) la audacia del Chivo fue saludada con una larga e imperturbable Diana. El Churchil sudaba frío y hasta se medio estremeció atacado de vértigo. No era la Diana que tocaba con tanto brío lo que lo mareaba, no, era la hora que se advertía tan sangrienta como el crepúsculo rojo que el cielo ofrecía por encima del cerro Centinela y su minúscula cruz blanca.

Los chicos cercaban hombro con hombro la fogata. En la quietud y el silencio profundo que observaban no había esa gravedad que le es propia a las personas maduras que buscan la reflexión o la

meditación en el rojo vivo de las brazas candentes. En sus ojos opacos, extraviados, no había el mínimo destello de ese voraz festín que se ofrecía al fuego con los leños.

El Churchil era el único que de vez en cuando rompía el silencio con sus mímicas demenciales, monólogos ininteligibles y una que otra injuria disparada violentamente en contra del enemigo. Un enemigo cuya presencia arrolladora se multiplicaba a lo largo de la línea. Los refuerzos seguían llegando al frente. Los helicópteros y los jeeps de la guardia nacional se confundían con la presencia indefectible de la patrulla fronteriza y el cielo oscuro se cubría con las palpitantes linternas rojas de la fuerza aérea con bases en El Centro y Yuma. De los bombarderos B-1 y 52 caían los primeros misiles supersónicos, capaces de sembrar la muerte con una extraordinaria y escalofriante precisión de tan sólo 80 metros. A la luz de una luna de desierto, el Churchil los veía volar a tan sólo unos cuantos metros por encima del penacho de una larga y esbelta palmera. Era una estrella blanca enorme que anunciaba la salvación…, cabando fosas colectivas…, media tonelada de acero zumbando asquerosamente la muerte en el aire. La guerra había progresado de una manera alucinante. De los escupitajos y las pedradas se fueron rápidamente a las resorteras, y de la guerra primitiva a la guerra electrónica.

Ya varios aviones supersónicos habían caído ante el fuego intenso de los misiles tierra-aire que se disparaban bajo sus órdenes y también arremetía con su “cuerno de chivo” contra los helicópteros de la patrulla fronteriza que lanzaban sus reflectores indiscriminadamente a ambos lados de la línea. Pero no todo era fuego cruzado en la frontera. En medio de una noche apocalíptica, había voces que se levantaban en contra de la guerra y exigían el inicio de un alto al fuego inmediato para que las partes en conflicto se encontraran en el obelisco fronterizo de la calle dieciocho y negociaran lo que fuese negociable. Y a través de la alambrada agujerada, el Churchil les decía a gritos y sin dejar de fajarse la camisa y amenazarlos con mostrarles la “clase y el tamaño de los güevos que lo respaldaban como hombre”, que Estados Unidos no empezaba a partir de ese obelisco, que era insoportablemente falso, porque México llegaba hasta donde llegaban sus orines, que era una verdad apestosa, regada a lo largo del campo de golf y reconocida hasta por los perros de la policía fronteriza. Al final el pleno

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degeneró en un desvergonzado zafarrancho en el que con mordidas, puñetazos y puntapiés todo mundo sacrificaba la elegancia de sus posturas y las maneras caballerescas. Después se fueron a las resorteras y desde las trincheras vinieron las canicas, las piedras y las invectivas. Un hombre, portavoz del mando mayor del ejército enemigo, dijo:

—¡Cariñitos!— gritaba el hombre desde la oscuridad y el silencio de una guerra reducida a su más mínima expresión. Su voz sonaba ronca, desafiante.

Se trataba de alguien que quería hablar con el Cariñitos, y con nadie más que con él. Quería que aquél viniera a él, pero solo, absolutamente solo.

El Churchil no podía ignorar lo que los medios noticiosos destacaban últimamente del Cariñitos, que era un hombre particularmente sensato, sobrio, responsable, devoto de la Virgen Guadalupe, sí, pero en contra de que en su nombre se llamara a la guerra santa. Sabían que con el Cariñitos sí se podía hablar y llegar incluso a la reconciliación sin necesariamente tener que tocar cosas tan desagradables como las relativas a la geografía política de la nación. Que renunciara a la reconquista de los territorios perdidos en la guerra, le decían al muy canalla del Cariñitos, quesque ya nos habían dado chichi para que de pura chingadera nuestro México figurara en el mapa, que le diéramos gracias a Dios de existir, porque quesque era por él y los malditos born-again que interpretan su voluntad y la difunden al mundo a punta de madrazos; que habían comprendido de que la promesa era sólo para los elegidos y no la manga de trogloditas que según ellos somos, aunque muy buenos pero para mandarles mierda y orines a traves del Río Nuevo. Quesque los gringos no pactan sino con Dios, los muy hediondos, que Dios está de su parte, que los bendice y hasta lo escriben en sus malditos cohetes: “god bless America, god bless America…” Y el grandísimo canalla del Cariñitos les dice a todo que sí como un imbécil, y hasta las gracias les daba de poder todavía jurarle a la bandera, esa enorme bandera que cubre el cielo de nuestra patria para que los hediondos gringos la vean hasta desde Los Ángeles.

—¡“Ese es el Cariñitos pa’ ellos” —decía el Churchil— “pero pa’ nosotros no es más que un abominable, un pirata bueno para desbanderar a la patria, bueno para comparecer ante un consejo de guerra, sin insignias y medallas!”, se decía en voz baja, bufando de rabia.

“Si supieran los muy hediondos que Dios tira los

ojos para donde manda la madre, y la madre, ésa, nadie la acapara más que nosotros. A la virgen la tenemos de nuestra parte, a nadie ve y oye más que a nosotros y nosotros no tenemos ojos y oídos más que para ella. El pueblo elegido somos nosotros y no los gringos hediondos que mandan a sus madres a los hospicios para que se rodeen de viejos y enfermos y pura gente que no pide otra cosa que morirse rápido. Los gringos no tienen madre y nosotros no tratamos con cabrones que no tienen madre. Porque no tienen madre es que no creen en la virgen o ¿por qué no creen en la virgen es que no tienen madre? Lo que sea, no creen y no creen, y si no creen en la virgen, ¿cómo el hijo puede bendecirlos como ellos dicen?”

“Por donde nos la pongan, tenemos todo para ganarles a los hediondos: Una patria repleta de cabrones con muchos güevos, por una parte, y por la otra, batallones de madrecitas que le rezan a la virgen todas las noches, para que Dios nos proteja, nos bendiga y nos dé punch en los brazos para tirar más a gusto chingazos, porque para eso se viene al mundo: Para tirar chingazos. Y qué dice el putete del Cariñitos: Que hay que hacer las paces. ¡Por eso lo buscan al putete con tanta impaciencia!”

—¡Cariñitos!— insistía el hombre cada vez más exasperado.

El Churchil mandó al Chanate para que recibiera al portavoz del mando mayor enemigo. Pero el Chanate, incapaz de entender en qué mundo vivía, ante la orden apenas pudo arquear las cejas y replicar con un ¿eh? soltado desde quién sabe dónde.

Dado el autismo total del Chanate y los demás, el Churchil pasó a los gritos arrebatándoles sus cornetas para que dejaran por fin de tocar la Diana ensordecedora que ahogaba sus órdenes. Su voz marcial resonó estentórea:

—¡Atención, tropa…, firmes…, meedia vuelta…, paaso redoblado…! —decía ejecutando él solo sus propias órdenes, levantando polvaredas en torno a la fogata con su vigorosa marcha prusiana, mientras que su tropa, inamovible, seguía contemplando las llamas. Sus caras, imperturbables, se veían doradas con el resplandor de la luz.

—¡Cariñitos!— volvió a gritar el extraño, lleno de impaciencia.

Esta vez el Churchil salió a su encuentro. Sin quitarle los ojos de encima, le dijo que hablara, que sus oídos eran los del gobierno de la república, y que nadie más que él, jefe supremo de las fuerzas

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armadas del glorioso ejército nacional, podría negociar el pacto, la tregua o el armisticio que con mucha premura buscaba el gobierno de los Estados Unidos de América. Y que si su gobierno había fincado todas sus expectativas de paz en torno a la posibilidad de pasar por encima de sus huesos para negociar ventajosamente con el Cariñitos, que mejor se fueran olvidando porque su teniente coronel había sido destituido vergonzosamente de su rango, que ahora era el Cariñitos a secas, “el hijo infame de la nación” condenado a pasar el resto de su existencia dentro de una prisión fortificada.

—Yo al que busco y al que quiero ahora mismo es al Cariñitos, ¡hijo de cincuenta mil putas! —le dijo el portavoz del mando mayor enemigo con una 38 especial en la mano. Estaba fuera de sí.

El Churchil entendía la desesperación del enemigo, sin embargo, lo que no podía admitir era el lenguaje, el tono y la manera soez de ejecutar un comunicado emanado de la más alta jerarquía militar. Y si se negaban a tratarlo con el protocolo que se le debe a un primer mandatario, era porque para ellos seguía siendo ni más ni menos que un “pandillero de la más baja estofa”.

El hombre acababa de “echarse” la soga al cuello. Esto en el sentido figurado porque para ser más precisos, el Churchil lo pensaba enviar de regreso a casa, pero sin cabeza. Al Churchil la idea le parecía genial. Pero eso no era todo. Había algo más por lo que incluso el Churchil hubiera dado cualquier cosa con tal de poder darle rienda suelta a su hilaridad.

—¡Caporal Chanate!—le gritó a uno de sus soldados, con una ligera sonrisa en los labios, imaginándose ya el efecto psicológico devastador que una orden canibalesca como la que estaba a punto de dar pudiera provocar entre las filas del enemigo —, dígale a su jefita que le meta fuego a las ollas que ahora sí ya tiene cabeza pa’l pozole!

El pobre muchacho se dio media vuelta con un tiro en el vientre y luego, ya de espaldas, se fue de bruces sobre un hacinamiento de basura calcinada con otro tiro alojado en una pierna.

Acto seguido, el hombre se precipitó sobre la fogata, pateó los leños, luego, ya con un poco más de calma, se detuvo frente al Cariñitos. Allí lo tenía enfrente, inerme, boquiabierto y con los ojos en trance, resollando ruidosamente, oxigenando despreocupadamente su existencia, una existencia ajena y remota a la naturaleza maligna que en ese preciso instante le atribuía el extraño. El hombre lo

veía como un montón de carne y hueso, el bicho ponzoñoso que le había hecho perder el sueño, la risa, la armonía familiar y las ganas de encaminar a los suyos hacia un mejor mañana. El hombre había venido a tirar todo por la ventana, todo por algo tan absurdo y arcaico para la forma de pensar contemporánea, como vital para las mentalidades fosilizadas en el fondo de una caverna. Así, como del fondo de una caverna había venido este hombre, erguido de soberbia y de furia incontenible, a lavar con sangre su honor pisoteado en una querella con el Cariñitos.

Fue así que el Cariñitos se tuvo que postrar ante el fuego y besarlo para recibir sobre su rostro la dolorosa misión de iluminar al mundo. El Carinitos sentía que su rostro palpitaba entre las brazas frenéticamente como un corazón rojo, enorme, a punto de desfallecer. Y hubiese quedado allí, en esa posición, masacrado a tiros si no fuera por el cuerpo obeso de su madre que se interpuso milagrosamente a tiempo entre él y su agresor. Lejos de abandonar su empresa fúnebre, el extraño luchó contra la madre, (la cual como una fiera lo defendía con pies, manos y dientes) queriendo apartarla y así poder fulminar a su hijo a tiros sin tocarla. Actuaba de una manera voraz, desesperada y hasta con miedo de que con la marcha de los minutos se le fuera de las manos la oportunidad de acabarlo. Sabía que una lucha tan ruidosa como aquella —amenazas vociferantes de muerte y gritos agudos de auxilio— difícilmente podría escapar a la atención de los vecinos. El hecho es que a la oposición tenaz de una mujer se le unió luego la de su propia esposa y la de sus hijos, y todos llorando le rogaban para que renunciara a sus funestas intenciones.

—¡Por el amor de Dios, Gerardo, ¿adónde vamos a ir a parar yo y tú, los niños con semejante cosa...? a la ruina…!

La mujer creía que había llegado a tiempo. Hasta entonces no se había percatado del llanto y las lamentaciones de una mujer postrada ante un cuerpo tirado en la basura. Era la madre del Churchil.

—Ahora sí ya me mataron a mi Julio; ahora sí ya me mataron a mi Julio —repetía la mujer como convencida de que ahora sí, la vida de su hijo llegaba a su destino.

Y aquella, la esposa del extraño, sentía que desfallecía ante la idea de la ruina, ahora sí como una escalofriante realidad.

—¡¿A la ruina…, a la ruina…, a la ruina es a

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donde nos quieres llevar, desgraciado?! —le decía la mujer temblando de rabia, revelándose bajo un aspecto que hasta entonces había disimulado en el rebozo de la abnegación.

El hombre dejó bruscamente de luchar contra la madre del Cariñitos para atender los reclamos de su mujer, cosa que lo hacía sentirse desesperadamente abominable. Lejos de dar marcha atrás, se sentía con unas ganas locas de inmolarse en la hoguera junto con toda su familia y todos los que en ese momento se le pudieran cruzar a la vista con todo y llanto y súplicas. Con el peso de una mujer a cuestas, de un niño de nueve años y otro de diez en cada pie, el hombre, como un energúmeno arrastró sus pasos hasta la fogata cuyo resplandor se abatía sobre el Churchil y su madre y un par de chiquillos encerrados en sus propias quimeras. Uno era el Yuny y el otro el Chanate. Los dos lo observaban venir amenazadoramente, pero sólo uno, el Chanate, pudo medio reaccionar ante la inminencia del peligro. Olvidándose de su calidad de antropoide, el chiquillo se arrastró en el suelo hasta la oscuridad, cuatrapeando como una bestia. En cuanto al otro chiquillo, el Yuny, estaba a un año luz de imaginar que su existencia dependía de la lucha que se desarrollaba en sus narices.

La mujer ejercía la persuasión por todos los medios: La fuerza, el llanto desesperado, el chantaje emocional, coreada siempre por sus dos hijos. Todo ello desató un complejo de emociones inextricables en el hombre, las cuales, in crescendo, terminaron por doblegarlo en un lecho de llanto. En la lucha habían llegado al clímax del sufrimiento, ahora, abrazados resolvían ese mismo sufrimiento en un lagrimeo silencioso en el que cada uno celebraba con tenue alegría la reconciliación y la reconquista de la unidad familiar momentáneamente perdida.

Mientras tanto, el Yuny empezaba a dar pequeñas muestras de lucidez. Detrás de él, el Churchil y su madre se quejaban. Había sangre y un intruso con una pistola todavía caliente, abandonaba esa madriguera a la que no cualquiera se adentraba. Había sucedido algo en su ausencia, algo que no era del todo de su agrado. Quiso interpelar a voces al hombre que se marchaba con su familia, pero de su garganta terriblemente seca de vicio inhalado, no salían más que sonidos guturales. El esfuerzo le desfiguraba un rostro ya de por sí grotesco y más bien acostumbrado a ejercitar las más vivas manifestaciones faciales de antipatía. Sus largos y

reacios miembros le daban el aspecto de un hombre de otros tiempos.

—“¿Qué? ¿Quién es el puto felón que reparte el queso…? ¿Qué? ¿...Qué…, culeros...? ¡Caíganle pa’que se les aparezca el Diablo, putos…! ¡Caíganle pa’que vean qué bonito raja ‘lo mío’! ¡Me dicen ‘el que les raja la panza hasta las moscas que se arriman’…!” Gritaba blandiendo un instrumento filoso, sin forma reconocible.

Después de esto cayó presa de una risa demencial interrumpida por una largo aullido.

—¡Ahora sí ya me mataron a mi Julio —repetía la mujer una y otra vez, mientras que arrastraba penosamente a su hijo cada vez más cerca del fuego.

Pese a la violencia, el Churchil seguía con los ojos clavados en el firmamento hacia el este. En el llanto de su madre escuchaba el sufrimiento de todo un pueblo a quien se le pretendía liberar de su férrea autoridad. Eso era lo que decía la radio y la televisión en medio de violentas detonaciones y chillidos insistentes de sirenas, ambulancias y bomberos. El Churchil las escuchaba con suma atención pese a la fiebre que lo sacudía. Desde el cielo atentaban contra su vida y su logística militar, destruyendo cuarteles, radares, baterías antimisiles, fábricas, palacios de gobierno y barrios residenciales, hospitales y hasta guarderías cuando los mísiles erraban el blanco. Alcanzaba a oír igualmente el clic y el clac dramático de los tanques y sus motores ensordecedores que pasaban con todo y estrella de David por encima de las casas reducidas a una montaña de escombros. Y si el aire se había tornado irrespirable, no era tanto por el humo de los incendios o el combustible que quemaban los tanques en marcha, sino sobre todo por el fuerte olor que emanaba de los cuerpos en putrefacción. Su vida dependía del albedrío del enemigo. Los tanques le apuntaban con sus largos cañones. Sabía, sin embargo, que no atentarían contra su vida, esperaban sólo debilitarlo políticamente para que sus detractores, secretos o declarados, lo echaran del poder. El Churchil veía cómo su ciudad se consumía entre llamas, columnas de humo negro ascendentes, y cómo, desde lo más alto de esa estructura de poder piramidal que él mismo había cimentado, su busto esculpido en piedra de mármol negro rodaba hacia el suelo ante la mirada feliz de su guardia especial, de su escuadrón de elite ya diezmado y de los más de siete servicios de inteligencia dedicados todos a vigilarse entre ellos mismos, todo en aras

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de su misma seguridad. De entre las plazas, la caída ruidosa de las pesadas esculturas erigidas a su memoria levantaban una nube de polvo y ovaciones de júbilo colectivo. El enemigo decía que era el fin, su voz se levantaba de la tumba:

“¡Toda la zona está cercada! ¡Todos deben rendirse inmediatamente! ¡Todo aquél que detente un arma, debe rendirse!” Se oía a través de un megáfono. Era una voz nasal, incisiva, que hacía más desolador el paisaje.

Pero para el Churchil no todo estaba perdido. Todavía le quedaba su cinturón de explosivos. Era una serie de pequeños sacos de plástico llenos de TNT, clavos, tornillos y un mecanismo muy sencillo de activar. Quería que su cuerpo volara en infinidad de pedazos, para que su sangre salpicara al mundo, para que su cabeza surcara el cielo de los enemigos y de los no muy buenos amigos que lo habían traicionado, que lo vieran de frente para metérseles en el centro de sus conciencias, con sus cabellos enmarañados, con sus ojos dormidos, bañados en un llanto de sangre y con una mueca de violencia que le diera la impresión de una amenaza viva. Quería metérseles hasta el fondo de sus vidas, para enredarlos por dentro con una pelota de sentimientos inextricables de culpa y miedo, para que ya nunca pudieran vivir en paz. Quería que su muerte inspirara los más odiosos planes de venganza que el mundo haya conocido en toda su historia, que cada uno de sus seguidores, por miles dispersados en el mundo, lo veneraran estremeciendo al mundo de terror. Deseaba ardientemente que la melopea triste y perezosa de los almuecines callara para siempre y que en su lugar, desde lo alto de los alminares de todas las mezquitas del mundo, Israfil y Usrafil anunciaran con sus trompetas el yihad , la muerte y el juicio final. Que las campanas repicaran y desde sus torres se diera un nuevo grito y que al final todos los gritos, de este hemisferio y el otro, se

confundieran en un solo alarido de furia y guerra demoledora de murallas fronterizas, rascacielos y destinos mesiánicos falsos, porque el nuestro, pensaba, era el más grande de los destinos.

El Churchil sentía que el fuego le devoraba las entrañas y que el dolor alucinante lo transportaba poco a poco e irremediablemente hasta la ribera de una sucia realidad y por la cual ya no quería dar más de tres segundos de su existencia, una existencia de zombie, espantapájaros o payaso en el mejor de los casos. ¡Quería morir ahora y ya! En ese preciso momento en el que él y su ciudad, él y su Babilonia ardían juntos para celebrar la hora del Gran Juicio Final, la hora del gran encuentro entre los vivos y los muertos, el gran réquiem para todo género de glorias, tragedias, oráculos y promesas milenarias, dianas, delirios y reconquistas espirituales.

Rafael Arriaga MartínezSociólogo investigador de tiempo completo, IIS, UABC.

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Algo de luz, mucho de sombra,aquí estoy,dando vuelta a cada fotografía,a punto de perderme en el fondo del pozo,verde, amarillo, chispas de púrpura,con miedo de encontrarmeuna cosa horribleentre esos pedazos de papel,como en la tiniebla del corredor,o en la puerta cerrada con pestillo,o así como en la caída de las hojas, de las gotas,de las plumas,del incensario,o de las risasahogándose en la angosturade una madrugada promisoria,que se ilumina por la mañana,se envilece por la tardey desaparece durante la noche,repitiendo el cicloque intentamos capturarcon imágenes idealizadas en cada neurona,y que se perviertenen el mundo de las formas;el percutor se accionay aquí estoy,contemplando todo lo artificialde aquello que jamás podrá sertan terrible y hermosocomo lo que se parapeta detrás de mis ojos.

Mario J. BogarínJoven escritor mexicalense.

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El cuervo es mi memoriasus garras son mis garras

Apareció entre tinieblassu zarpazo su graznido.

El cuervo es mi memoria recuerdo, letaníaPonzoña de los males maldición sin sentidoConjuro de la noche despertar de oscuro.

El cuervo es el misterio de lo bueno y lo maloMezcla adulterada de conjuros siniestros.

El cuervo somos todos hijos de crianza, alevosíaTraiciones anunciadas sentencias consumadas.

El cuervo impredeciblehabita en el espacio

Se alimenta de alturasdescansa cuando muere.

El cuervo de los sueños es idea, es misterioSe oculta entre palabras

reaparece en los silencios.

Cría cuervos Pedro López Solís

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El cuervo de los vivoses risa desbordada

Se detiene en los tumultosirrumpe en carcajadas.

El cuervo de los libroses de antes de los hombres

Habitó entre los marescaminó entre las aguas.

El cuervo de los cuervoses forma de locura

Su plumaje es hermososu razón imperfecta.

El cuervo de los tiemposes arena entre unos huesos

Que sabe de las horasque da cuenta de sus muertos.

El cuervo sentenciadoes traición, es horca

Su cabeza se buscaen historias de vaqueros.

El cuervo nuestro es rojoanuncia la desgracia

Leyó de las tragediasmurió sin descifrarlas.

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El cuervo de la luzes ciencia de los viejos

Confraternos masonesen búsqueda del fuego.

El cuervo de los niñoses fábula perversa

La cuentan los adultoslos duermen con su miedo.

El cuervo vagabundoes muro de lamentos, intemperie

El ocio es su destinocon nadie se entretiene.

El cuervo del amorno es cuervo, no es humano

Es flor en el desiertoes deseo, es milagro.

Pedro López SolísPoeta y dramaturgo tijuanense.

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Textos y discursos

La literatura fronteriza mexicana se posiciona desde un principio como una literatura aparecida a posteriori, en el último siglo del segundo milenio; su legitimidad se funda casi únicamente, en un principio, sobre la legitimidad geográfica de sus autores.

Semejante tipo de escritura necesita modelos y, a través de ellos, cierta forma de genealogía. Desde la generación de la ruptura —es decir a principios de los ochenta—, los autores empiezan a reivindicar modelos no sólo provenientes de la cultura y literatura nacional, sino que también eligen para padrinos y madrinas de su obra a pilares de la cultura occidental, a movimientos más antiguos, aunque haciéndolo rechacen ciertas formas de realismo.

Estos modelos, como lo veremos a continuación, van de los géneros más menores —como las películas de serie Z— hasta grandes movimientos como el surrealismo. Quizá porque corresponden a la creación de universos de escritura totalmente autodidactas, como lo recalca Gabriel Trujillo Muñoz en su Literatura bajacaliforniana del siglo XX (Trujillo, 1997):

La década de los setenta es, en Baja California, tiempo de autodidactas […] Las puertas de la percepción tienen nombres extraños: Bretón, Artaud, Lautreamont, Tzara, Eluard, Aragon, Blake o Jarry. Pero también están presentes las obras de Fuentes, Cortázar, Agustín, Paz, Rulfo o Arreola.

Es decir, que ya los propios autores instalan su literatura bajo el doble signo de las letras internacionales (sobre todo europeas) y nacionales, siempre eligiendo por el momento lo más monumental; formas que ya han sido, de cierta manera, sacralizadas.

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había leído a medias mostraban su fascinación por la violencia, por el sexo como poder y por las armas de fuego. Era, como muchos norteamericanos, un predicador en potencia, un hipnotizador que necesitaba víctimas constantemente. Como Joan, su esposa. Como Timothy.

Aquí la evocación de un hipotexto (las novelas de Burroughs) no sólo se integra a la acción de la novela —Morgado está investigando acerca de Timothy—, sino que permite un discurso ficticio sobre las fuentes literarias originales —la opinión de Morgado sobre las novelas que ha “leído a medias”. Así, el autor no sólo integra a su narración meras citas textuales, sino también personajes, realidades, imágenes, creando mediante aquel collage una nueva realidad, en la cual se borran poco a poco las barreras entre el modelo y la nueva creación.

Ahora bien, ¿cuál es exactamente el mensaje de estos collages y reescrituras? Primero que todo, hay que recordar que la literatura fronteriza —por lo menos a partir de la generación de la ruptura— se constituyó mediante un rechazo de la leyenda negra que difundían los grandes diarios capitalinos a mediados de los setenta, imagen que no ha dejado de existir hasta la fecha. Si la literatura fronteriza no muestra ningún angelismo, tampoco se complace en lo que durante mucho tiempo reprochó al periodismo y a las letras del centro de la república: Poner de realce la miseria de los migrantes, la violencia de los narcotraficantes, la prostitución, los tráficos diversos, etcétera… Si no van a negar aquellos elementos como parte de la realidad fronteriza, tampoco los van a dejar brutos y sin decorar. Asistimos entonces a una conversión, mediante cierta ironía, de las dificultades y horrores del mundo fronterizo, a modo de sátira.

Esa parodia de los arquetipos es notoria en Where have you gone, Juan Escutía? de Luis Humberto Crosthwaite, donde gran parte de la acción del cuento consiste en mostrar al turista

Pero estos grandes modelos, que se reconocen como los grandes ancestros, no son sino una parte de los genes de la literatura que se va a originar a partir de la generación de la ruptura. Los padres de esa literatura no son sino los llamados géneros menores —sin ninguna consideración despectiva—: los guiones de cine o de telenovela, la letra de canciones, la novela policíaca, de ciencia ficción y de fantasía heroica. Muchas obras anuncian de entrada, en su título, aquella hipotextualización: Citemos, a modo de ejemplo, El laberinto (as time goes by) (Trujillo, 1994) o Marcela y el Rey en el paseo costero, de Crosthwaite. En la primera obra, se trata de un juego con la narración y las estructuras de una de las películas más conocidas del cine clásico, Casablanca (Curtiz, EUA, 1943); la segunda utiliza como collage las canciones y la personalidad del king Presley.

Esa mezcla algo explosiva de modelos, añadida a la problemática fronteriza, crea una mezcla explosiva que detalla-remos y analizaremos a continuación. ¿Existirán normas de citación y de reinter-pretación en la novela fronteriza? ¿Cómo asume la herencia que ha elegido?

Citas y reutilizaciones literarias A veces es difícil establecer qué es lo propio de un autor y qué es lo que ha recibido como herencia. Generalmente la cita se hunde en el texto, discretamente destinada al lector ilustrado, accesible únicamente al que comparte el mismo panorama cultural y literario. Pero aún así es parte de la carne del texto.

Además, la literatura fronteriza no sólo se complace en citar textualmente a sus modelos, sino que los representa dentro de la narración diegética. Así es como, en Tijuana City Blues, (Trujillo, 1994) no sólo cita a los autores de la Beat Generation, que considera como sus modelos, sino que los integra al relato, mediante la encuesta de su protagonista el licenciado Morgado:

Pero aquel vejete no era un idealista love and peace. Las novelas que Morgado

gringo atrapado en su propia trampa. Los tres marines, que van a Tijuana como a un burdel gigantesco, vienen con dólares para corromper a los mexicanos —un gran clásico de la prensa capitalina—, sin embargo, son despojados y robados por los presuntos inocentes mexicanos, que los abandonan desnudos el día siguiente en la línea. Así, la situación, completamente satirizada, se ha invertido; y por lo tanto hemos dejado atrás la pesante moraleja que podría suponer tal narración. Al contrario, damos con un cuento totalmente amoral, al no ser su conclusión: El muro está ahí para defender a México de los apetitos de los norteamericanos.

Más que todo, el uso de estas referencias, sean disfrazadas como lo acabamos de ver, o más fieles, como lo dijimos antes, plantea el problema de la identidad literaria fronteriza. Los modelos son sus fundaciones, sin embargo, vemos cómo, al crear estratos de la literatura fronteriza, también se alteran y se modifica la relación de los autores hacia ellos.

Nacimiento y existencia de la identidad fronterizaLa multiplicidad de referencias, unida a la realidad fronteriza, primero que todo supone una identidad desmultiplicada. No solamente se trata de resistir contra las imágenes que la prensa del centro difunde en todo el país sobre la realidad fronteriza. También se quiere crear algo nuevo y, partiendo de una serie de referencias no únicamente propias al mundo fronterizo, crear un nuevo sistema narrativo.

En eso, la presencia de la frontera es una indudable originalidad; es lo que quizá permite a los autores alejarse del realismo mágico y mezclar las diferentes piezas del rompecabezas cultural para sacar una nueva creación literaria, sin apegarse a la realidad geográfica o histórica, ya integrada en gran parte en la narración, como se nota en ciertos cuentos de Daniel Sada o de Rosina Conde, quien pinta en sus Viñetas revolucionarias a un mundo más cercano a las películas

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Anaïs FabriolMaestra en literatura hispanoamericana en la Sorbonne de Paris III.

expresionistas que al verdadero mundo de la avenida Revolución de Tijuana. El objeto fronterizo, mediante algunas referencias, está llamado a protagonizar cierta estetización y dramatización de su realidad:

La delicadeza se asoma por los labios de la ninfa; veinte gasas blancas penden del collar de plástico que simula perlas, flotan entre sueños de luz negra y se pegan al cuerpo estilizado y brillante. Los pezones, de color platino, hacen juego con la armadura que carga sobre su pubis, ostentando un león fiero con grandes ojos de fuego…

Aquí, la descripción estetizada de la prostituta bailando parece situarse en dos mundos, o más bien entre dos mundos: el vulgar, del collar de plástico, de la simulación, y el de la ninfa, claramente mencionado como estilizado, que parece directamente sacado de una exposición fotográfica. La narrativa fronteriza puede entonces verse como un intento de ósmosis entre una realidad múltiple y la creación de un universo alterno, reescrito cada vez más por autores con ideas muy diferentes. Sin embargo, al definir esta identidad, al definirse como un grupo, unido por el concepto de frontera, ¿no han intentado los autores fronterizos crear una intertextualidad interna, propia a su literatura? ¿Ha existido entre ellos cierta transmisión?

Es obvio que existe entre los autores fronterizos cierta auto-intertextualidad. Si el autor crea su propio sistema de referencias, llega el momento en el que, después de disfrazar a muchas referencias clásicas, empieza a disfrazar referencias de su propio movimiento e incluso referencias propias, ficciona-lizándose a sí mismo como lo hace Crosthwaite en Idos de la mente: “Los personajes de este libro, así como el narrador, el autor, los amigos del autor, incluso la presente nota, son ficticios”.

Aquí notamos realmente una tentativa de mostrar cuán la empresa literaria es fugaz, y ya parte de una invención, de una referencia; es algo desconectado del presente, de la

realidad; de esta forma el autor ya se reúne con sus modelos, se vuelve uno de ellos. La realidad sirve para elegir las referencias; ya es en gran parte ficción. Es este proceso que Trujillo Muñoz representa en una de sus últimas novelas hasta la fecha, Codicilo. En esta novela crea el personaje de una autora misteriosamente difunta, quien al principio sólo existe en citas y críticas de su obra, así como en notas bibliográficas, es decir, un personaje puramente paratextual. Paratextualidad falsa, de hecho, porque la autora, viva bajo otras identidades, se entretiene creando y quemando pistas, abusando investigadores, y creando otros niveles en la diégesis. Poco a poco se transforma a sí misma como su propio modelo, y analizando su trayectoria, el lector acaba pensando que cada cita es una nueva ficcionalización de algo ya ficticio, ampliando el registro de los niveles de diégesis. De cierto punto de vista, la heroína de Codicilo representa una tentativa de ser a la vez el yo quien escribe, lee, critica, y mucho más, quien elije a sus lectores; en conclusión, la ilusión de cada autor frente a su obra, que ya representa en parte a la alteridad.

Se puede decir que los modelos han sido absorbidos, digeridos; a través de una fingida mímesis de la realidad, destruyen poco a poco toda cita realista, proponiendo ilusiones de citas realistas, nada se crea, pero todo se transforma. La escritura no es de nadie en especial: Sólo necesita autores para llevar a cabo su mutación.

Un proceso que sigue su evoluciónNos falta todavía distancia para saber si el movimiento fronterizo algún día se volverá la base o la referencia de algún otro nuevo movimiento narrativo. Mientras tanto, es interesante ver que conforme va evolucionando el tiempo, la relación a los modelos evoluciona; ahora cada vez más parece más distante, como lo que en cine se llama un cameo; pero seguramente es porque ahora la ósmosis entre las diferentes formas que dieron origen a la literatura fronteriza es tan completa y

el collage se llevó tan bien a cabo que el yo ya no es otro, sino que el otro soy yo.

BibliografíaConde, R. (1990). Viñetas revolucionarias.

En El agente secreto. Mexicali. UABC.Crosthwaite, L. H. En Cuentos de Baja

California. “Where have you gone, Juan Escutía?”

— (2001). Idos de la mente, la increíble y (a veces) triste historia de Ramón y Cornelio. Mexico: Ed. Joaquín Mortiz.

Trujillo Muñoz, G. (1994). El Laberinto (As times goes by). Mexicali: ICBC.

— (1994). Tijuana city blues. México: Sansores y Fernández.

— (1997). Literatura bajacaliforniana del siglo XX. Mexicali: Ed. Larva, p. 77.

— (2004). Codicilo. México: Editorial Eon.

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Diferencia entre humanismo y filosofía: El humanismo es una declaración de principios, también un rechazo vehe-mente de condiciones inhumanas; la filo-sofía, en cambio, es la construcción de teorías, el trabajo conceptual que ello implica.1 El humanismo es sublime; la filosofía, oscura. El humanismo está subordinado a la acción2, la filosofía se preocupa por el conocimiento estricto. ¡No los confunda! El humanismo fun-ciona como una especie de ONU del discurso. No es casualidad que las decla-raciones más célebres de esta organiza-ción equivalgan a una carta magna del humanismo. Se trata de una convicción moral, no de una reflexión filosófica. El humanismo es un credo, exige adhesión apasionada; la filosofía es visión, exige mente en blanco. El humanismo es retó-rica solemne. Se oye bien, sobre todo si quien declama es buen orador y ejempli-fica con sus actos el credo que recita; la filosofía, en cambio, crece en el silencio. Esto no obsta para que algún filósofo quiera colocar su obra bajo el amparo del título “humanismo”. De todos modos es posible juzgar su trabajo conceptual y juzgar el gesto mismo de someterse al tutelaje de la tradición humanista.

Decir tradición humanista implica que han sido siglos de lucha. Al principio,

lucha desde la oposición; últimamente, combate desde el poder. El humanismo fue un grito de batalla, ahora es un ritual, un residuo histórico. Los datos reportan una ambivalencia del término humanismo ya desde sus orígenes. Por un lado, humanismo hacía referencia a la recuperación postmedieval de la cultura grecolatina. Así como el electricista es el que sabe de electricidad, el ciclista el que sabe de bicicletas y el contrabandista el que sabe contrabandear, el humanista original era simplemente el experto en letras clásicas (studia humanitatis):

La palabra [se refiere a humanismo], a juzgar por la primera aparición de la que tenemos noticia, parece haber surgido de la jerga estudiantil de las universidades

1 “… la filosofía es el arte de formar, de inventar, de fabricar conceptos”. (Deleuze & Guattari, 1991, p. 8).2 “…podemos decir que la ideología como sistema de representaciones se distingue de la ciencia en que la función práctico-social es más importante que la función teórica (o de conocimiento)”. (Althusser, 1965, p. 192) [Sin entrar aquí en la discusión de por qué, para este filósofo, el humanismo es una ideología].

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italianas, en las cuales el profesor de humanidades terminó por ser llamado humanista por analogía con sus colegas de disciplinas más antiguas, a quienes por siglos se habían aplicado los términos de legista, jurista, canonista y artista (Kristeller, 1979, p. 39).

No existía, por lo tanto, la carga moral que hoy lleva el concepto. Se podía ser un asesino como Francesco Filelfo (1398-1481) y ser un gran humanista. Por otro lado, los historia-dores acostumbran asociar a este primer humanismo ciertas ideas que dan pie a visiones más morales: Libertad,dignidad, igualdad. Sin embargo, hay que tener cuidado de no proyectar a otros tiempos lo que hoy dan a entender esas ideas, estar atentos a los matices que indican la diferencia. En este caso, la idea de dignidad sirvió a los humanistas para autoafirmarse frente a la ya declinante edad media: “También el homo romanus del renacimiento está en oposición al homo barbarus. Pero lo inhumano es aquí el pretendido barbarismo de la escolástica gótica del medioevo” (Heidegger, 1996, p. 73).

Actualmente, el concepto de humanismo está dominado por la visión moral de la realidad. Poco queda de aquel otro sentido original (experto en letras clásicas). Es más, cuando un profesor de letras (aunque no sean clásicas) se declara humanista, no está describiendo su área de trabajo, sino su ética. También hay mucha gente bien intencionada que al escuchar o al decir la palabra humanismo se le inflama el corazón; hay otra gente, más mañosa, que usa la palabra simplemente como una estrategia de publicidad o propa-ganda. A pesar de que su aparición más clara es en la solemnidad de los discursos edificantes, también le da vocabulario a la rabia y al rechazo. Muchas de las denuncias contra el mal gobierno se hacen en nombre del humanismo. Sin embargo, sería un error reducir el humanismo a retórica y cursilería. Es un estado histórico necesario, es la conciencia de los hombres de una época. Esta conciencia no es meramente eso, ejerce una

silenciosa coerción, percibida sobre todo por quienes intentan desafiar esta “ideología hegemónica”, como se decía antes. “Cuando suena la hora de una ideología, todo ayuda a su éxito, sus enemigos inclusive; ni la polémica ni la policía podrán detener su expansión o retardar su triunfo” (Ciorán, 1960, p. 89). Es la hora del humanismo. El término está en boca de políticos, profesores, psicólogos, sacerdotes, etcétera. El humanismo ha dejado atrás su época heroica; ahora goza del dominio inatacable. Preserva, disemina y defiende los ideales del liberalismo burgués. Se ha asentado como forma histórica madura y como expresión de la moral que rige a Occidente. Bajo esta forma, como expresión moral, ya entró en su fase infinita: El humanismo necesariamente engendra su contrario, lo inhumano. Nunca estará satisfecho.

El contenido del concepto de humanismo es bastante simple: Exaltación y defensa de la dignidad de las personas. Tal amplitud y vaguedad no es una debilidad; al contrario, responde a sus pretensiones de universalidad, las mismas pretensiones, por cierto, que caracterizan al cristianismo (católico significa, literalmente, universal). El humanismo mantiene una relación del tipo “juntos pero no revueltos” con la religión. Es laico en sus formas típicas: “El humanismo… No nos dice si debemos ser o no religiosos” (Tzvetan, 1998, p. 331). Un no creyente tiene la opción de declararse humanista: No ha abandonado la mentalidad religiosa, sólo ha cambiado de denominación, a veces sin darse cuenta. El humanismo es el último credo después de la devastación de todos los credos religiosos, es el credo más abstracto, es la religión civil o la religión de religiones, necesariamente menos excluyente que las otras. Es verdad que ya no se oye tan convincente para una mente medianamente crítica. Se desconfía, con razón (“la burra no era arisca…”), de la oratoria melodramática que ha llegado ha marcar los discursos humanistas. Han surgido algunas dudas sobre su papel

como abanderado de las aspiraciones progresistas de la civilización occidental, dudas propiciadas por la misma dialéctica del humanismo, no por oscuros enemigos. Sin embargo, aún no ha llegado el tiempo en que cualquier proclama humanista suene, por lo menos, inoportuna.

Abatidas las distancias por la gran tecnología, todas las cosas se encuentran “a la mano” (Heidegger). Hasta las ideologías se fusionan en una sola. Esta cercanía casi anula la lucha de clases. Ford le acercó el carro a las masas, se expandió la mediación de la clase media. ¿Será que algún día la humanidad se dé cuenta de que lo más cercano nunca dejó de ser lo más lejano? Ilusión de cercanía, deseo infi-nito de más proximidad. “Ahora bien, esta apresurada supresión de las dis-tancias no trae ninguna cercanía; porque la cercanía no consiste en la pequeñez de la distancia” ( Heidegger, 1994).

El momento histórico por el que ahora transcurre la humanidad está caracterizado por un acuerdo más o menos general de los poderes; esto es, hay homeostasis. En vez de lucha de clases, acuerdos pragmáticos3. Son tiempos curiosos estos. Nietzsche decía que la libertad consiste, entre otras cosa en “… mantener las distancias que nos separan…”(Nietzsche, 1993, p. 90). Si hoy sucede lo contrario, la reacción no tiene por qué ser la de querer someter a nuestra voluntad los ritmos de la historia. A veces no pelear puede ser una estrategia: Por algo suceden las cosas. Parece como si la historia hubiese llegado a un estado definitivo, como si la vida se deslizara con mínima fricción. Si a esto se agrega la histeria por la huidiza seguridad, histeria cuidadosamente fomentada y administrada por los gobiernos, se entiende la actitud de “ni le muevas”. La época está marcada por un conservadurismo. No hay espacio para el arrojo de otros años. Antes había más fuerzas que demandaban la utopía, ahora la gente

3 El lector reconocerá aquí algunos temas de la llamada posmodernidad.

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es más temerosa o tiene menos fe en el futuro, el espíritu se repliega, la pugna ideológica llega a un impasse, como si los motores de la historia se hubiesen “desbielado”. Consecuencia de esto es el acortamiento de la distancia entre humanismo y filosofía. Se pierde el sentido de ser filósofo sin ser humanista. En el extremo estaría la condena de toda filosofía que no desemboque en un reforzamiento del humanismo. Philosophia ancilla humanismus.

En semejante clima la libertad de pensar es restringida. Esto no da auto-máticamente la razón a quienes se quejan de la restricción. Simplemente es ese el terreno sobre el cual tendrán que trabajar. El péndulo de la historia va en su movimiento de retorno. Aparecerán las estrategias para disfra-zarse de buen ciudadano, serán exigidas más muestras visibles e inequívocas de fidelidad a las instituciones. Lo que se-guirá siendo radical y progresista es la mercadotecnia, en ella tendrá que volcarse la astucia, la agresividad y la imaginación. Las circunstancias, la facticidad, generarán un sentimiento de que la filosofía está de más; ésta misma, la filosofía, habrá de enfrentar su propia vacuidad ante la plenitud y la certeza del humanismo. ¿Queda lugar todavía para el pólemos entre filosofía y humanismo? ¿O “el cierre del universo del discurso”4 es ya catastrófico? Aquellas respuestas apaciguadoras sobre “la función social de la filosofía”: “Es la madre de todas las ciencias”, “las grandes preguntas de la humanidad”, “una vida sin reflexionarse no es una vida que merezca vivirse”, “la funda-mentación de las ciencias”, “la visión panorámica”, todas ellas que parecen sacadas del reverso de las hojitas de los calendarios, a todas esas se las ha llevado “el viento de la historia”. Y qué bueno que se las haya llevado. La filo-sofía se ha quedado sola frente a sí misma, “sin excusas ni pretextos”, sola ante su propia existencia trémula y precaria, ha llegado a lo peligroso como su estado. Quizá por esto Heidegger solía citar estos versos de Hölderlin: “Pero donde está el peligro/crece también lo salvador.”

Pólemos, antigua palabra griega. Se le acostumbra traducir por “guerra”. Heráclito la usó en uno de sus aforismos: “Combate es padre de todas las cosas y de todas también es rey; a unas las presentó como dioses, a otras como hombres; a unas las hizo esclavos, a otras libres” (García Bacca, 1944, p. 243). Muchos siglos después fue Heidegger el que intentó recuperar el significado ontológico de este vocablo:

La lucha, tal como se entiende aquí, es una lucha originaria; porque hace que los combatientes comiencen a surgir como tales; no es un simple arremeter contra algo ya existente… la lucha no solamente engendra al ente sino que sólo ella lo mantiene también en su estabilidad. Cuando la lucha cesa, no es que desaparezca el ente, pero el mundo le vuelve la espalda. (Heidegger, 1987, p. 63- 64).

Un ejemplo: Así como es el tianguis el que hace a unos compradores y a otros vendedores, así hay otros entes que sólo llegan a ser en el pólemos. Su ser emana de su oposición. Fuera del combate, se desvanecen. Vendedor y comprador van descubriendo sus virtudes gracias al combate de uno contra otro. Filosofía y humanismo son en el pólemos. La filosofía se mantiene en este tipo de relación con otras figuras del espíritu (ciencia, religión, hasta consigo misma). Permanecen en tanto que luchan. El humanismo hace que la filosofía se pregunte ¿quién soy? ¿Qué hago aquí? Al negarla, la afirma; y sólo la puede afirmar negándola. Por su parte, la filosofía incita al humanismo a transgredir sus propios límites, a ser inhumano con la filosofía. La filosofía es ese vacío en el costado del humanismo, ese vacío sin el cual el humanismo estaría lleno de sí, pleno de sí, acabado.

BibliografíaAlthusser, L. (1965). La revolución teórica de

Marx. México: Ed. Siglo XXI.Ciorán, E. M. (1960). Historia y utopía.

México: Ed. Artífice.Deleuze, G. & Guattari, F. (1991). ¿Qué es

la filosofía?. Barcelona: Ed. Anagrama.García Bacca, J. D. (1944). Los presocráticos.

México: Ed. FCE.Heidegger, M. (1987). Introducción a la

metafísica. Barcelona: Ed. Gedisa.—— (1994). La cosa, en Conferencias y

artículos. Barcelona: Ediciones del Serbal.—— (1996). Carta sobre el humanismo.

México: Ed. Peña Hnos. Kristeller, P. O. (1979). El pensamiento

renacentista y sus fuentes. México: Ed. FCE.Marcuse, H. (1985). El hombre

unidimensional. Barcelona: Planeta-De Agostini.

Nietzsche, F. (1993). El ocaso de los ídolos. Madrid: Ed. M.E.

Todorov, T. (1998). El jardín imperfecto. Barcelona: Ed. Paidós.

Felipe Lee VeraEscuela de Humanidades , UABC, Tijuana.

4 La expresión es el título del capítulo 2 de El hombre unidimensional, de H. Marcuse.

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El mapa del mundo no muestra ningún país denominado Tecnópolis, y sin embargo en muchos aspectos ya somos ciudadanos de él.

La ballena y el reactor, Winner, 1987

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El objetivo de este trabajo es reflexionar en las implicaciones de conceptos claves como logos (λογος) y tekne (τεχνη) a partir de los cuales se polarizan las intencionalidades derivadas del acceso a la información y la construcción de conocimiento.

Como reflexión final se abreva en el análisis de la noción de logos frente a tekne, que nos permite profundizar sobre el quehacer científico y su misión central de interrogar los usos implícitos y explícitos de las nociones básicas sobre el conocimiento.

La comprensión de las dimensiones tecnológicas y su relación con el desarrollo del pensamiento humanista nos permite proponer algunos vínculos desde las dimensiones teóricas clásicas sobre los nuevos desarrollos técnicos, esto demanda sin duda una comprensión compleja de la realidad en el mundo contemporáneo.

I. El verdadero potencial de la tecnología no será alcanzado si ésta no sirve para vincular, promover y facilitar la interacción y vinculación entre los recursos humanos, del sistema, de las instituciones y del resto de los actores de la sociedad organizada. Un móvil central del desarrollo de la tecnología se centra en promover el flujo de energía entre los actores sociales, su expresión y su necesidad de participación en los procesos de producción, transferencia y uso del conocimiento.

En la actualidad la colindancia de términos como sociedades en red, sociedad de la información y sociedad del conocimiento, supone una figura compleja e interconectada que conforma un mundo de accesos ilimitados, sin fronteras claras y de una gran diversidad de posibilidades de encuentro de datos relativos a los temas más inverosímiles.

Mucho se habla de que la mejor estrategia para facilitar el tránsito de las sociedades hacia un nuevo orden global es a partir del adecuado uso de la infraestructura construida ad hoc para interconectar (se) con el mundo del conocimiento y desarrollar tecnologías de punta que permitan

el acceso a la información; esto es, a partir del uso de la internet. Los conceptos recreados desde lo virtual abren las posibilidades (Levy, 2000) de la ubicuidad, se erigen como un espacio abierto, flexible, crítico, de accesibilidad permanente, sustentados en redes electrónicas y sociales que se enfocan a la identificación de recursos para conformar conocimientos.

II. La virtualidad se abre así como la posibilidad de incorporación de las nuevas tecnologías en nuevos conciertos de conocimiento, y es ahí donde encuentra punto de apoyo la exposición de este texto: Si las tecnologías llamadas de información y comunicación (TIC’S) cumplen con la misión de encadenar nuevas estrategias de relación y apropiación con la realidad, se convierten en recursos para formar conocimientos a la carta, donde las categorías de búsqueda se vuelven los parámetros de conceptos eventualmente impensables, dentro de las construcciones lógicas convencionales, así search & find como búsqueda y encuentro condiciona las oportunidades de un adecuado copy & paste, que se entiende literalmente como copiar y pegar.

Estas herramientas de composición textual, en díadas, ponen a prueba la solvencia intelectual de las lógicas epistémicas. El valor de éstas, es la estructura conocida como modos de organización del pensamiento, que se entienden a modo de nudos complejos que enlazan formas de pensamiento coherentes.

Las lógicas epistémicas argumentan a favor de las versiones disciplinarias para el desarrollo de teorías que aventuran explicaciones posibles sobre la realidad. Sin embargo, las lógicas epistémicas se ven trastocadas frente a las diversas tecnologías, cuestionando constantemente la consideración de referentes y la validación de los argumentos que en la actualidad se construyen bajo un espectro a “la carta”. Así hablamos de un nuevo modo de ser, que de acuerdo al sentido lineal del espacio, se bifurca abruptamente hacia un ciberespacio

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Ana Marcela Mungaray Lagarda Escuela de Humanidades , UABC, Tijuana.

que reconoce y legitima su propia “cibersociedad, [como] espejo deformante de la vida real, [donde] todo está por hacerse, por inventarse, por organizarse” (Nora, 1995: 20).

La plataforma de conocimiento que se construye desde el debate entre el logos y la intersección con la técnica, debe discutirse desde las meditaciones en torno a la tecnología y su impacto en la vida del sujeto contemporáneo. Destaca así la necesidad de distinguir la capacidad heurística de los conceptos, para crear teóricamente un centro sobre la generación de saberes (Giordan et al.,1999) donde implícita y explícitamente se dibuja el lugar del sujeto en las estructuras de conocimiento.

Logos: Se entiende como el universo del pensamiento que construye un conocimiento coherente, articulado y posible sobre el mundo que habitamos.

En esta reflexión nos permitimos una noción epistemológica, fundada en la filosofía, que se aboca a conceptuar los procesos de atribución del ser a las cosas en el mundo, y especialmente en la filosofía de la tecnología, cuyo objeto de estudio es dar cuenta del puesto que ocupa el hombre frente a la naturaleza y el impacto de la transformación de la naturaleza en la vida del hombre, siendo así claro que está en juego no sólo el producto de la tecnología sino el proceso en que se produce y en la generación de transfor-maciones hacia el mundo de la vida.

Tekne: El planteamiento aristotélico dice:

técnica puede significar un conjunto de procedimientos puestos en práctica para obtener un resultado determinado… Por su parte la tecnología o el quehacer de la ciencia moderna, presupone las técnicas como formas primordiales de acción humana (Mitcham, 1989:13-14).

La técnica sintetiza un constructo básico en la sociedad, se entiende como un hacer, supone un agente como productor y un producto como fin de un proceso definido.

En esta sintética cadena de implica-ciones la disertación sobre los conceptos de ciencia, tecnología y técnica desarrollan una serie de sustratos, donde se conforman algunos significados, mismos que van interrelacionando, estrecha-mente, habilidades en torno a procedi-mientos, cambios o perfeccionamientos sobre el mundo individual y social.

III. Finalmente, este argumento se entreteje en un punto que suma el manejo de técnicas para buscar información de acuerdo con categorías de búsqueda y encuentro (search & find) en tiempos y resultados óptimos, donde se identifican las referencias necesarias de acuerdo con la naturaleza del caso que se construye. La información en las redes es reconocida en términos hipertextuales, fluye entre acervos ilimitados y tiempos de acceso a internet.

Una implicación directa es el límite de la representación sobre el mundo, que siguiendo la idea de Deleuze (1968), se puede centrar en el concepto de repetición, esto es, fomentar la referencia sin sentido propio, lo que es contraponer un sentido negativo a la representación a partir de un proceso ajeno. Esto impide acceder a la multiplicidad de las cosas que cada sujeto puede representar.

En las humanidades esta discusión puede centrarse en construir una perspectiva de corte transtecnológico para dar sentido a una interpretación desde la tecnología misma, poniendo en relieve cómo las humanidades construyen sus propios sentidos y sinsentidos, su deontología y su oportunidad axiológica. Las aporías humanistas se configuran desde el irracional acopio de procedimientos de acceso sobre la realidad del hombre y del mundo.

Los nuevos escenarios virtuales son posibilidades de trascendencia desde la tecnología, se configuran en relieve, convocan emociones básicas emanadas de los ambientes trans, ciber e hiper, que eventualmente llegan a confundirse con adjetivos sin sentido, al fusionarse en entes colectivos e hipertextuales.

El tope de esta reflexión es el difuso límite entre la repetición sin sentido de los códigos de información; y la apropiación del sentido y el significado de las palabras que refieren nuestros mundos de conocimiento.

BibliografíaDeleuze, G. (1968). Diferencia y repetición.

Buenos Aires: Anagrama.Giordan, A. & De Vecchi, G. (1999). Los

orígenes del saber. Sevilla: Díada.Mitcham, C. (1989). ¿Qué es la filosofía de

la tecnología? Barcelona: Anthropos.Levy, P. (2002). ¿Qué es lo virtual?

Barcelona: Antropos.Nora, D. (1995). La conquista del

ciberespacio. Santiago de Chile: Andrés Bello.

Winner, L. (1987). La ballena y el reactor. España: Gedisa.

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Expl

orar

e

La primera vez que usted llega al filo de esta vastedad geológica, en verdad se queda sin aliento. Perplejo. Anonadado. Maravillado, ¡guau!

Para algunos solamente significa una sorpresa ines-perada y luego se dedican a conocer la historia que se cuenta en el discurso de este parque nacional, consi-derado alguna vez como una de las maravillas natu-rales del planeta.

Para otros, la primera pregunta es: ¿Erosión hídrica o falla volcánica?

Y uno se pregunta esto, porque hemos visto mu-chos ejemplos de erosión de arroyos y ríos y ninguna se le acerca siquiera al enorme vacío dejado por el Río Colorado, al atravesar de su cuenca alta, a su cuenca baja el llamado Colorado Plateau, precisamente a la altura de la presa de Glen Canyon (Clarkson & Fielder, 1992). En el fondo, la roca desnudada por el agua tiene una edad de dos millones de años, conocimien-to adquirido gracias a esta colosal erosión. Pero es me-nester decir que Barranca del Cobre en Chihuahua, tiene mayor profundidad que esta grieta estadouni-dense de 1.6 kilómetros de honda.

El Gran Cañón y su vecindadUna crónica de viaje del GEU

Alberto Tapia Landeros

Foto 1. Vista panorámica del Gran Cañón. Foto del autor.

Foto 2. Al caer la tarde las sombras dimensionan el co-losal vacío dejado por la erosión hídrica. Foto del autor.

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Foto 4. Izquierda un pino piñonero, derecha una huata o junípero. Foto del autor.

Foto 5. Una lancha rápida navega río abajo sobre aguas oscuras y frías, salidas desde el fondo de la presa Hoover. Foto del autor.

Foto 6. Un viejo junípero (huata) muerto en pie se sostiene en la orilla rocosa del Gran Cañón. Foto del autor.

En el verano de 2002, un contingente del Grupo Explorador Universitario, GEU, realizamos un Explorare en el norte de la cuenca baja, con el fin de conocer y fotografiar sitios famosos, utilizados en el pasado tanto para películas de Hollywood, como para fotografías de concursos internacionales. He aquí apenas una muestra de los cientos de imágenes tomadas por siete cimarrones universitarios.

La cuenca del Colorado tiene aproximadamente 631 960 kilómetros cuadrados (WET Internacional, 2005), y captura agua para dar vida al suroeste americano, incluidos los estados mexicanos de Baja California, región norte, y esquina noroeste de Sonora.

Nace en las montañas Rocosas de los estados de Colorado y Wyoming en los Estados Unidos, y desemboca 2 300 kilómetros después en el alto golfo de California, o mar de Cortés, México.

Ofrecemos brevemente algunos datos históricos (WET Internacional, 2005) que permiten ubicarnos en el tiempo:

21 000 a 9 000 años antes de nuestra era, posible llegada humana a la cuenca.1539, Francisco de Ulloa llega navegando a la desembocadura del Colorado.1540, Francisco Vázquez de Coronado recorre la cuenca.1821, México se independiza de España.1848, México pierde casi la totalidad de la cuenca con el Tratado de Guadalupe Hidalgo.1919, Se establece el Parque Nacional del Gran Cañón.1935, Se completa la construcción de la primera presa, la Presa Hoover.

Después de confirmar a través de información científica que el Gran Cañón es producto de la erosión de seis millones de años y no una falla geológica, nos dedicamos a tomar fotografías en este hermoso lugar visitado por 4.5 millones de turistas anualmente. (www.nps.com).

Es difícil obtener una excelente imagen del Gran Cañón en un solo viaje. Conocimos exposiciones de fotógrafos profesionales que viven en el sitio y tienen la oportunidad de retratar cada rincón a la mejor hora del día, en su mejor estación del año, sacando una enorme ventaja sobre los aficionados que llegamos desde lejos por unos días.

De cualquier manera, la foto 2 muestra la profundidad, escarpamiento y estratificación de

la corteza de la Tierra, erosionada aquí por una corriente de agua intermitente en seis millones de años.

Recuerdo una escena de la popular serie de dibujos animados Los Picapiedra. Al caminar, Pedro se tropieza con una fisura en el suelo, por la que corre un chorrito de agua, y dice: “Mira, Pablo, (Mármol) con el tiempo esto será el Gran Cañón”.

Un atractivo del lugar es la observación y fotografía de fauna silvestre. En el parque las ardillas grises de tierra viven de las migajas que les dan los visitantes, pero

Foto 3. Una ardilla se deja retratar de cerca. Foto del autor.

la grasa de la comida humana causa estragos en sus intestinos. Muchas de ellas mueren de gastritis. Está prohibido alimentar a los animales.

El Parque Nacional está rodeado de coníferas, pero el bosque más extendido es el llamado de piñonero y huata. La foto 4 muestra a estos elementos naturales del oeste americano.

El Gran Cañón tiene una anchura promedio de 16 kilómetros, con una máxima de 28. Su orilla norte es ligeramente más alta que al sur, adonde llegamos los visitantes. La norte alcanza 2 400 metros sobre el nivel del mar (la altitud de la ciudad de México) con una precipitación pluvial anual de 1 000 milí-metros (más que San Pedro Mártir); y la sur 2 100 metros, con 660 milí-metros de lluvia, casi la misma humedad que nuestro San Pedro Mártir, B.C.

Esta captación de agua se debe a la altitud y a sus bosques de coníferas, que hasta el siglo XVIII albergaban al temible oso grizzly, al jaguar y al lobo gris, hoy extintos en la región. También desapareció el gran cóndor californiano,

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Foto 7. A esta parte del río se le llama “La herradura”, y la razón es obvia. Esta toma nos muestra el color oscuro típico del agua sedimentada. Foto del autor.

Foto 8. Aspecto del río después de una lluvia en su región. Foto del autor.

Foto 9. Un venado bura macho con sus astas en pleno desarrollo, en el mes de julio. Foto del autor.

pero al igual que en Baja California, ha sido reintroducido al finalizar el siglo XX. Una tarde, un gran cóndor pasó volando sobre las cabezas de miles de turistas que apurados sacaban sus cámaras para fotografiarlo.

El Río Colorado corre con agua que sale por debajo de las presas, agua sedimentada, clara y fría, que toma el color oscuro desde la altura del altiplano. La foto 7 muestra esta característica.

Pero después de una lluvia, el Colorado se vuelve “chocolate” por lo revuelto que bajan las aguas de sus tributarios, color más parecido al río natural antes de ser domado por las presas construidas en su cauce, en los Estados Unidos.

La mayoría de los peces nativos de este río desaparecieron con motivo de este cambio físico. (Ver “Un río y sus pescadores nativos en peligro de extinción”. Revista Universitaria, núm. 55, pág. 74).

Pero no todo ha sido extinción, y uno de los mejores ejemplos de conservación en los Estados Unidos es la sobrevivencia y sustentabilidad cinegética del alce.

Una noche que cenábamos pizza con cerveza en el pequeño villorrio turístico en el borde sur del cañón, empezó una algarabía de la gente en la calle y en el restaurante.

Corrimos a la ventana y vimos pasar una manada de alces o wapitis, Cervus canadensis, compuesto de seis hembras y un gran macho en la retaguardia, de enormes astas echadas hacia atrás, que cruzan la calle entre turistas asombrados que no tuvimos tiempo de sacar nuestras cámaras para registrar el inesperado acontecimiento natural. Escena imposible de observar en nuestro país.

En otra ocasión, una tarde sorprendí a un venado bura macho, Odocoileus hemionus, la misma especie que habita en Baja California, en la escarpa que cae paulatinamente hasta el fondo del cañón. El venado bura es el mamífero mayor más abundante en el parque y su vecindad.

El Gran Cañón fue explotado mineralmente antes de la declaratoria de Parque Nacional en 1919. Hay muchos vestigios de minas trabajadas durante el siglo XIX que hoy son meros atractivos turísticos con algunas limitaciones, ya que internarse en las profundidades de sus tiros resulta riesgoso para los nuevos visitantes de estas excavaciones. La foto 10 muestra un detalle de estos túneles en la pared del acantilado.

Pero nuestro Explorare no se circunscribió solamente a la enorme depresión natural. También tuvimos oportunidad de explorar algunos sitios interesantes en su vecindad. Por ejemplo, el majestuoso valle del Monumento, o Monument Valley.Localizado en el altiplano, o Colorado Plateau, que corta de tajo el Río Colorado, es un lugar sumamente seco y frío en el invierno. Es tan seco que solamente escasa vegetación se ha adaptado a sus rigurosas condiciones. Esta sequía pronto se manifestó en nuestras fosas nasales: Tres de los siete turistas cimarrones sufrimos hemorragia nasal al reventársenos delgados vasos sanguíneos debido a la falta de humedad, algo novedoso para todos nosotros.

El valle del Monumento se proclama como el segundo lugar del mundo más fotografiado, sin decir cuál es el primero, que bien podría ser el Gran Cañón.

Situado en la frontera entre los estados de Arizona y Utha, (véase mapa) esta llanura árida y seca está adornada de mesas rojas y buttes,(butt significa extremo, topar, etc.) de piedra erosionada por los elementos que constituyen precisamente los monumentos de este valle.

Las fotos 11 y 12 muestran panorámicas con varios “monumentos” de este famoso valle. Recuerdo la cinta hollywoodense La Diligencia, (Stagecoach, 1939), en la que “El Duke” John Wayne conduce una carreta entre estos monumentos pétreos, perseguido por

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Foto 10. Noé López Aguilar en la boca de un tiro de mina. Al fondo la pared norte del Gran Cañón. Foto del autor.

pieles rojas. Muchas películas del oeste siguieron este camino para llegar al majestuoso escenario natural y fotografiarlo en atardeceres y amaneceres.

Y la historia les concede la razón. El valle conforma los condados arizonianos de Navajo, Apache y Coconino, genuina tierra piel roja, como el color de su tierra.

La foto 13 muestra una perspectiva de esta árida región del altiplano coloradense. Chamizo en primer plano y juníperos (huata) al fondo. Aquí vivieron los últimos antílopes americanos o berrendos del valle de los Monumentos. Hoy, solamente cabalgatas de turistas recorren los llanos berrenderos de antaño.

Como vestigio de Antilocapra americana el berrendo americano, existe una grieta muy famosa en la roca por la textura y color de su piedra erosionada. El cañón del Antílope es visitado por miles de turistas cada año, entre quienes la mayoría son fotógrafos profesionales, de competencia y, aficionados, como nosotros. El ex rector de la UABC Víctor Beltrán Corona, nos llevó hasta el sitio y todos tomamos fotografías de este bello pasaje subterráneo.

Visitar el altiplano coloradense obliga a conocer los enormes lagos artificiales creados por el hombre al represar el agua del río. La presa construida en Glen Canyon formó el Lake Powell, prácticamente un mar interior de agua dulce en medio del desierto alto. Este almacenamiento de agua ha desatado toda una industria y tradición de navegación recreacional, donde la pesca deportiva juega un papel importante. No en vano el estado de Arizona tiene el índice más elevado de botes per cápita, es decir, más lanchas por número de habitantes que cualquier otro estado de la unión americana. La explicación son los lagos creados por el hombre sobre el cauce del Río Colorado. Como todos sabemos, Arizona no tiene playa marina; ni la necesita.

Aquí se inventaron los barcos-casa, enormes embarcaciones con flotadores de aluminio que cuentan con recámaras, cocina, baños, salas, etcétera. Es tradición rentar una casa flotante de éstas y navegar por un mar dulce y sin olas, al antojo de cualquier humano sin ningún conocimiento de navegación. Esto sólo ocurre en los reservorios coloradenses.

Para el año de 2007, aquí se construye la fase II de este sistema de marinas. La nueva Marina de Punta del Antílope, será sobre agua dulce la más grande del planeta. Constará de 14 piezas articuladas, con 1 234 yardas cúbicas de concreto, 123 toneladas

de acero y 122 000 pies cúbicos de Styrofoam encapsulado en concreto para darle flotación. La plataforma flotante pesará 2 500 toneladas, soportará 1 200 toneladas de peso vivo, equivalente a 13 900 personas o 685 automóviles. (Lew, 2006).

Seguramente los datos del párrafo anterior serán nuevos o extraños para usted, amable lector, pero corresponden a nuevas tecnologías a las que los mexicanos no estamos acostumbrados.

La creciente moda-costumbre-cultura de navegación recreacional en mares dulces artificiales apenas comienza. ¿Hasta dónde llegará?

La región del altiplano coloradense entre los estados de Utha y Arizona encierra muchos otros atractivos culturales, históricos y ambientales dignos de conocerse. El afamado “Castillo de Montezuma”, como lo escriben en inglés, es un hermoso vestigio de la cultura Pueblo, edificado por la tribu indígena Sinagua.

En un socavón en el cantil rocoso, estos primitivos americanos construyeron habitaciones de ladrillo y adobe. Desde esa altura se podía observar la llegada de posibles enemigos y prepararse para la defensa.

El castillo se encuentra en Campo Verde, Arizona, y data de hace 1 400 años1.

Foto 11. Algunos monumentos del valle. Foto del autor.

Foto 12. Algunos monumentos del valle. Foto del autor.

Foto 13. Cantiles rocosos y suelo rojo que albergaron antílopes en el pasado reciente. Foto del autor.

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Foto 14. El castillo de Moctezuma. Foto del autor. Foto 15. Lake Powell, mostrando una de sus marinas. El caserío flotante es evidente. Foto del autor. Foto 16. Una escena del Cañón del Antílope. Foto del autor.

Foto 14. Foto 14.

Foto 15. Foto 15.

Foto 16. Foto 16.

En Arizona se cree que el emperador Moctezuma los construyó a su paso al valle de México, de ahí que se conserve este nombre.

Hoy en día este lugar constituye un monumento nacional y también es visitado anualmente por millares de turistas que buscan desentrañar el pasado de los actuales arizonianos, que a su vez, deben su nombre al rancho La Arizona, fundado por colonizadores españoles en el siglo XIX.

Para redondear este menú cultural-ambiental-vacacional, termino la crónica de este viaje recordando a los lectores de Explorare que el centro de actividades en esta amplia región oesteña americana, es nada menos que el lugar de juegos predilecto y más grande de América, Las Vegas, Nevada, desde donde se pueden visitar todos los lugares reseñados en esta colaboración del Grupo Explorador Universitario, GEU.

1 www.montezuma-castle-national-monument.mindbit.com

Alberto Tapia LanderosCentro de Investigaciones Culturales-Museo, UABC, Mexicali.

BibliografíaCarpenter Lew. (2006). Major expansion underway at

Antílope Point Marina. Revista Western Outdoors, agosto. Pág. 18.

Clarkson Rich, Fielder John, editores. (1992). The Colorado, a river at risk. Westcliffe Publishers, Inc. EUA.

Colliero, Michael. (2005). Descubre una cuenca, el Río Colorado. EE.UU.: Proyect WET International Foundation.

Fundación Proyecto WET Internacional. (2005).Descubre una cuenca, el Río Colorado. Bozeman, Montana, EUA. Pag. XXXI.

www.americansouthwest.net/mapwww.montezuma-castle-national-monument.

mindbit.com

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1 El CIAEC es el Centro Interdisciplinario de Atención Educativa a la Comunidad. UNICOM significa Universidad en la Comunidad. USIC es la Unidad de Servicios Integrales en Comunicación.

¿Qui

énes

som

os?

En febrero de 2008, la Facultad de Ciencias Humanas (FCH) cumplirá su trigésimo aniversario. Esta facultad, que se distingue de otras por su enfoque humanista, ha albergado durante décadas a miles de estudiantes de psicología, comunicación, educación y recientemente de sociología.

A Ciencias Humanas le ha tocado ser pionera en muchos aspectos, siendo la primera facultad académica en tener un plan flexible de estudios, y al lanzar tiempo después una modalidad semiescolarizada, que ha tenido como principal objetivo el de incrementar la matricula de aquellas personas que quieren estudiar, pero que debido a sus condiciones de vida, no podían continuar en una modalidad escolarizada. Actualmente ha instaurando un plan de competencias.

diferentes aspectos dentro de la misma unidad, como en la coordinación de la licenciatura de ciencias de la educación, así como en la coordinación de maestrías y posgrados. (P). ¿Cuáles han sido las aportaciones de la FCH a la UABC, a la sociedad bajacaliforniana?(R). Yo creo que muchas, pero en primer lugar estarían nuestros egresados que están activos en diferentes niveles, tanto del sector público como del sector privado, ocupando, algunos de ellos, puestos directivos. Los muchachos están regresando lo que la sociedad les dio a través de su trabajo. Incluso dentro de la misma unidad académica antes de ser profesionales, los estudiantes colaboran en distintas actividades de servicio a la comunidad. Específicamente aquí, en nuestra unidad, tenemos el CIAEC, el Unicom y el UCIC, donde se le brinda atención a la comunidad.1 (P). ¿Cuál es el rumbo al que se dirige la FCH?(R). Hemos logrado acreditar nuestras licenciaturas, y en este momento estamos haciendo el esfuerzo por acreditar nuestro programa de maestría y doctorado ante el programa nacional de posgrado. También estamos fortaleciendo la investigación, que

Ma. de Jesús Gallegos es egresada de la segunda generación de la licenciatura de ciencias de la educación, de la Facultad de Ciencias Humanas (FCH), UABC. Actualmente es directora de la misma facultad académica.

Pregunta (P). ¿Qué significan para usted los años que ha trabajado en la FCH?Respuesta (R). Han significado una gran satisfacción. Es muy bonito regresar al lugar donde estudiaste y poder aportar lo que obtuviste en tu formación y tu experiencia, ya que he tenido la oportunidad de colaborar en

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es un área muy importante; así como la internacionalización, ya que queremos que tanto los alumnos como los maestros puedan ver otras universidades, dándose cuenta de lo que tenemos y lo que nos hace falta. (P). ¿Qué nuevos planes y proyectos esperamos de la FCH en los próximos años?(R). Tenemos la idea de fortalecer nuestras licenciaturas, para cuando nos toque nuestra acreditación, estar listos, porque tenemos tarea que nos dejaron y estamos trabajando en ello. Por otro lado, pretendemos fortalecer el área de posgrado, ya que recientemente se acaba de abrir la maestría en ciencias de la educación, pero queremos trabajar también con maestrías para sociología y psicología. En el área de comunicación tenemos la maestría en estudios y proyectos sociales. Otro proyecto que empezamos a trabajar aquí mismo en nuestra unidad, es el del doctorado en ciencias educativas, enfocado a la investigación. Creo que son logros muy importantes, porque en la localidad no hay ninguna universidad pública que ofrezca licenciatura, maestría y doctorado. (P). ¿Cuáles son los logros más significativos que ha tenido la FCH en los últimos años? ¿Cuáles son los retos académicos que tiene una facultad como la nuestra?(R). A pesar de tener maestrías y doctorados, haber obtenido la acreditación de nuestras licenciaturas es uno de nuestros grandes logros, ya que es donde tenemos mayor población y no debemos de descuidar las licenciaturas por ir creciendo hacia los otros rubros. Otros de los logros que tenemos son los convenios. Tenemos convenios con universidades en Chile, España, Cuba, entre otras, y a nivel nacional, con universidades como la UNAM.

Logros también han sido la organización de congresos a nivel internacional; las investiga-ciones que se han estado haciendo y la creación de un gimnasio mental producto del programa de desarrollo de habilidades del pensamiento, abierto no sólo a alumnos de la facultad, sino también a gente de cualquier unidad e incluso al público en general. Otro de los proyectos importantes es la atención a los alumnos mayores, atendido para la maestra Dolores Vásquez donde se les da clases de computación e inglés, así como temas de sexualidad para que puedan apoyar a sus nietos.

Respecto a los retos, pretendemos fortalecer los cuerpos académicos, así como fortalecer la atención que se le da al estudiante a través de los servicios bibliotecarios. (P). ¿Cuál es la posición que ocupamos respecto a otras facultades de humanidades en el país en relación con la calidad y nivel educativo?(R). Yo creo que muy buena. Nosotros nos acabamos de integrar ANEFEP (Asociación Nacional de Escuelas y Facultades de Educación y Pedagogía A.C.), porque ya estamos acreditadas y sólo dos o tres escuelas a nivel nacional están acreditadas. (P). ¿Cómo se encuentra la investigación en las diferentes áreas de la FCH?(R). Yo creo que hemos crecido, ya que años atrás era muy incipiente, sin embargo, no nos debemos comparar con un instituto de investigaciones porque somos una facultad. Es por lo anterior que no podemos asignar a los maestros que se dediquen de tiempo completo a realizar investigación, ya que ellos tienen su carga académica; pero a pesar de ella, hacen también investigación. (P). ¿Cuál es el compromiso social que tiene la FCH, con el resto de la comunidad?(R). Nuestro compromiso social como el de todas las facultades, es la de formar profesionistas que puedan servir a la comunidad, no sólo para integrarse a un desempeño laboral, sino para contribuir a resolver los problemas que existen en la misma comunidad. Nosotros no sólo formamos licenciados, sino que ellos vienen aquí para formarse como humanos, porque si ellos no se reconocen como tales, no van a poder tratar a los demás como seres humanos. (P). ¿Qué impacto ha tenido en la educación, en la comunicación, en la psicología social, los egresados de esta facultad? ¿Qué le han dado a la sociedad bajacaliforniana?(R). El poder contar con este tipo de profesionistas que anteriormente no se tenía, ya que la gente que quería estudiar estas disciplinas se tenía que ir fuera. Por otro lado, nuestros profesionistas le han dado a la sociedad su servicio, sus conocimientos, su dedicación, el triunfo que tienen como profesionistas es el reflejo del triunfo que tienen para la sociedad.

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Graciela Paz es licenciada en ciencias de la comunicación egresada de la sexta generación de la Universidad Autónoma de Baja California en la Facultad de Ciencias Humanas (FCH). Siendo académica del mismo plantel, ha impartido diversas asignaturas como la materia de comunicación organizacional, desempeñándose hoy en día en la subdirección académica.

(P). ¿Qué ha significado para usted, en todos estos años que ha trabajado aquí, la FCH?(R). Ha significado un gran desarrollo para mi persona. La universidad y en específico la FCH, ha tenido un gran impacto, siendo una fuente de desarrollo personal, profesional, incluso familiar. (P). ¿Cuáles han sido las aportaciones de la FCH a la UABC, a la sociedad bajacaliforniana?(R). El principal aporte de cada una de las carreras, han sido sus profesionales capacitados y competentes para desenvolverse en el campo profesional que les demanda, en este momento, el contexto social. (P). ¿En qué beneficia a la FCH el intercambio de alumnos y maestros con otras universidades?(R). El mayor beneficio tiene que ver con la posibilidad de que los estudiantes abran su panorama hacia nuevas formas de aprendizaje, hacia nuevos conocimientos, hacia esa apertura de mercado con la que pueden encontrarse. Esto permite a los estudiantes moldear la visión del campo que están desarrollando y que vean que ese campo tiene impacto en otras áreas del conocimiento, formándose una visión de globalización en el mismo. También les permite ver y comparar la calidad que tienen aquí con la que pueden encontrar en otras unidades; gene-

rando con todo esto un crecimiento personal, así como un desarrollo profesional en el alumno. (P). ¿Cuáles son los logros más significativos que ha tenido la FCH en los últimos años? ¿Cuáles son los retos académicos que tiene una facultad como la nuestra?(R). Como unidad académica primero, es el de tener el reconocimiento social que ya se tenía, pero como que en los últimos años, con la búsqueda de encuentros por la diversidad, se ha visto favorecida en ese sentido.

Uno de los logros importantes es que nos hemos vinculado con los distintos sectores nacionales y extranjeros, firmándose muchos convenios de vinculación con universidades nacionales y extranjeras; siendo el movimiento de intercambio cada vez mayor tanto a nivel nacional como con universidades extranjeras. También se ha logrado empujar a su planta do-cente a que crezca alcanzando otros grados. Ha logrado en ese sentido la apertura de los mismos maestros hacia otras áreas del conocimiento.

Respecto de los retos, el primero será siempre en la disposición de atender las demandas del contexto exterior, así como el compromiso de formar egresados que tengan la capacidad de interactuar con las otras áreas de conocimiento y que sean competitivos en el campo profesional.(P). ¿Usted, como subdirectora, cómo ve la situación actual de la FCH. ¿Qué siente al ser parte de ello?(R). La veo como una facultad involucrada y parti-cipativa en ese proceso de evolución de creci-miento y de fortalecimiento académico, con una visión no sólo particular sino más amplia: Regional, nacional e internacional, ya que la facultad tiene posibilidades de proyectarse. Creo que es un mo-mento muy importante para la universidad, donde se puede aportar cosas, como trabajo y disposición. Me siento muy privilegiada de ser parte de la cele-bración de los cincuenta años de la universidad. (P). Haciendo un comparativo respecto a todos los años de servicio en la FCH, ¿cómo calificaría el progreso de la facultad en todas sus áreas?(R). Desde que yo conocí la facultad ha crecido a 300 %, evolucionado en todos los sentidos. Cuando yo llegué aquí como estudiante, era una escuela pequeña. Ha crecido mucho en infraestructura física, infraestructura técnica e infraestructura humana.

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Jorge Valenzuela, graduado de la carrera de sociología, originalmente comenzó trabajando en la Facultad de Ciencias Sociales y Políticas. En 1994, la carrera de sociología se traslada a la entonces Escuela de Ciencias de la Educación que hoy es la Facultad de Ciencias Humanas (FCH), incorporándose a trabajar en las áreas de educación, psicología y luego comunicación. Tiempo después forma parte del programa diseño de flexibilidad curricular, ocupando desde hace dos años el puesto de coordinador de la carrera de sociología.

(P). ¿Cuáles son los retos a los que se enfrenta la carrera de sociología?(R). La carrera de sociología tiene ya un reto que es su falta de matrícula, su falta de atractivo para el estudiante que normalmente tienen más interés por las técnicas, por las disciplinas que se conocen como ciencias duras. Mientras que en Europa y Estados Unidos el ser sociólogo tiene un grado muy importante, aquí las instituciones todavía ven al sociólogo como si fuera un “jipi”. (P). ¿En este mundo tan competitivo cuáles son las oportunidades de esta carrera para desarrollarse en el universo laboral? (R). El problema de la sociología es que es muy versátil, es decir el sociólogo funciona para muchos avatares. Un sociólogo puede ser guionista de cine, director de un periódico, incluso puede ser rector de una universidad, como lo es Gabriel Estrella.

(P). ¿Cuál es el valor de esta licenciatura en un mundo tan cambiante donde todo se vuelve obsoleto?(R). El sociólogo por excelencia es difusor de utopías, lector de metáforas y juega un poco con los imaginarios dibujando escenarios. Yo creo que el conocimiento del sociólogo es imprecindible, y a lo largo de la historia ha cumplido papeles muy importantes en la sociedad mundial (P). ¿Qué impacto ha tenido en la educación, en la comunicación, en la psicología social, los egresados de esta facultad? ¿Qué le han dado a la sociedad bajacaliforniana?(R). Aunque yo le dijera que andan sociólogos vendiendo libros casa por casa, yo creo que los sociólogos han tenido un papel importantísimo en todos los campos, trabajando por mantener la vigencia de la sociología en el ámbito institucional. Nosotros en la UABC hemos tenido ya dos sociólogos que son rectores y en la entidad hemos contado con un candidato a gobernador sociólogo.

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Rocío Botello es egresada de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales UABC, ingresa a la Facultad de Ciencias Humanas (FCH) en 1986, después de haber sido docente de la escuela de Pedagogía, desenvolviéndose hoy como coordinadora del plan semiescolarizado que alberga alrededor de 400 alumnos dentro de la misma facultad.

(P). ¿En este mundo tan competitivo cuáles son las oportunidades de estas carreras para desarrollarse en el universo laboral? (R). Esta pregunta es bien importante, porque pareciera ser que las carreras sociales o de humanidades no ofrecen muchas posibilidades laborales, y porque el desarrollo económico se ve siempre como el desarrollo industrial. Sin embargo, precisamente con esto de vivir dentro de la sociedad industrial se crean una serie de problemáticas para las cuales los profesionistas que de aquí egresan están preparados. No se puede pensar en el desarrollo de un país sólo desde el punto de vista material, sino que también tiene que desarrollarse desde el punto de vista humano y social; y en ese sentido creo que hay mucho potencial para el trabajo de nuestros egresados. (P). ¿Cuál es el valor de estas licenciaturas en un mundo tan cambiante donde todo se vuelve obsoleto?(R). La modalidad semiescolarizada viene a encajar perfectamente en este mundo complejo. Precisamente porque la Unesco, por ejemplo, la había contemplado como una de las posibilidades de estudio y de elevar los niveles de escolaridad. Y nosotros tomamos

la idea de los proyectos de la Unesco, para llevarlos a nuestras carreras. Hoy no podemos pedirle a un egresado de cualquier carrera que venga a encerrarse a una maestría totalmente escolarizada, porque tiene muchos compromisos familiares, sociales, laborales, pero sí le podemos ofertar una modalidad donde sólo determinados días asista al aula y lo demás lo haga en sus tiempos libres. (P). ¿Usted como coordinadora de la carrera semiescolarizada como ve la situación actual de la FCH. ¿Qué siente al ser parte de ello?(R). Veo que la facultad tendrá que generar nuevas modalidades de aprendizaje, pero sobre todo, nuevas formas de encauzar a los estudiantes hacia el mercado laboral.

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Jazmín Vázquez, siendo egresada de la carrera de ciencias de la comunicación, tercera generación, al graduarse recibe la invitación de participar en un taller; así poco a poco —tal como lo explica la propia Jazmín— fue incorporándose en la dinámica de la escuela, integrándose como académica y más tarde como coordinadora de la misma carrera.

(P). ¿Qué significa para usted la FCH?(R). Tiene muchos significados. Uno de ellos es la estabilidad laboral, y el otro es que la facultad ya es parte de mí, ya que tengo cerca de 20 años en la escuela; casi la mitad de mi vida la he pasado en la FCH. (P). ¿Cuáles son los retos a los que se enfrenta la carrera de comunicación?(R). Siempre vamos a estar en constantes cambios, porque incluso la misma dinámica de la comunicación está en constante cambio y lo que nosotros debemos de hacer es enfrentar todos esos cambios en los que nos hemos visto involucrados. Constantemente se tiene que estar viendo cómo se están generando los procesos comunicativos fuera de nuestro espacio y entorno social, para ver cómo podemos nosotros resolver todas esas dinámicas que se están dando en la sociedad. Tenemos que hallar la posibilidad de ir moviéndonos hacia adelante, buscando todas esas alternativas que nos puedan ayudar a darles una mejor formación al estudiante, acorde con la dinámica social que se está generando, estando nuestra dinámica en función de los cambios sociales que se dan.

(P). En este mundo tan competitivo, ¿cuáles son las oportunidades de esta carrera para desarrollarse en el universo laboral? (R). Hay mucha competencia. La persona que estudie comunicación tiene que ser una persona que se enamore de la carrera, no únicamente por el espacio donde se pueda desarrollar profesionalmente. Sin embargo, esta carrera tiene una nobleza que te permite entrar en muchos campos. Cada quien tiene que buscar el espacio donde quiera desenvolverse, picando piedra para poder quedarse, recordando que lo único que va hablar por ti es tu trabajo y las relaciones. Por eso las universidades están trabajando con el proyecto de vinculación para que el alumno salga y conozca todo lo que puede producir, siendo el servicio social y las prácticas profesionales posibilidades para entrar en esos espacios. (P). ¿Cuál es el valor de esta licenciatura en un mundo tan cambiante donde todo se vuelve obsoleto?(R). Debemos estar atentos a los medios, a las relaciones que se están dando a través de la cibernética. Los procesos de relaciones interpersonales que se generan a través de la internet está trayendo que el contacto de persona a persona se vaya perdiendo. Cada vez nos cuesta más trabajo relacionarnos con las personas. Por eso como parte de la carrera de campo de las ciencias sociales, nos queda generar otra vez ese contacto de persona a persona (P). Si hacemos un comparativo respecto de todos los años de servicio en la FCH, ¿cómo calificaría el progreso de la facultad en todas sus áreas?(R). Si hacemos un análisis comparativo, la facultad tiene muchas cosas qué dar y ofrecer a la sociedad. Por ejemplo, todos los maestros están en formación, sobre todo de la carrera de comunicación. De los doce maestros de tiempo completo, once están en formación de maestría, y siete en formación de doctorado.

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Joaquín Vázquez, egresado de la decimoquinta generación de ciencias de la educación de la UABC, se integró impartiendo la asignatura de Principios de la educación, desenvolviéndose hasta el día de hoy como coordinador de la carrera de educación.

(P). ¿Qué significa para usted la FCH?(R). Considero que es un espacio vivo, viéndola diferente a muchas facultades, porque aquí se respira bastante necesidad de conocimiento, necesidad de comprensión, de identificación y una constante búsqueda de nuestros valores como seres humanos. Considero que las formas de observar al ser humano en esta facultad siguen siendo prioridad todavía, como hace 20 años que yo estudié aquí, sin embargo, hay muchas cuestiones que han cambiado, el estudiante hoy está un poco más ajeno, un poco más distante, menos sensible a su condición de sujeto frente al mundo. (P). ¿Cuáles son los retos a los que se enfrenta la carrera de educación?(R). No podemos pensar en un mundo sin cambios que no sustente sus principios en la educación. Por ejemplo, en este momento se le está exigiendo a México que sea mejor en muchos sentidos y será mejor siempre y cuando piense en su educación.

Un reto fundamental de la licenciatura de ciencias de la educación es que los que nos dedicamos a esto, podamos entender y recuperar las visiones que nos ofrecieron los grandes pedagogos respecto de los compromisos

de la educación con el mundo, cuestiones que en ocasiones quedan en un segundo plano frente a los intereses particulares. (P). En este mundo tan competitivo, ¿cuáles son las oportunidades de esta carrera para desarrollarse en el universo laboral? (R). Lo primero que deberíamos dejar claro, es que el currículo de unas décadas a la fecha se ha erigido en una versión bastante mercantilista, por lo que se piensa que toda las personas, por el hecho de dedicarse a los estudios universitarios necesariamente debe laborar en tales o cuales terrenos. Esto —para las licenciaturas en el terreno humanístico— es un claro error; por eso, una de las grandes visiones que se tienen en el ámbito de la educación, es cómo redimensionar las prácticas ya existentes. Necesitamos pensarnos como sujetos transformadores de la sociedad. (P). ¿Cuál es el valor de esta licenciatura en un mundo tan cambiante donde todo se vuelve obsoleto?(R). Afortunadamente lo único que no cae en el plano de la obsolescencia es el ser humano como tal, y en ese sentido, es difícil que nosotros podamos pensar que el propio conocimiento humano termine; más bien se trasforma, se modifica y escala hacia nuevos espacios. En este caso se podría pensar que lo que debe formar a un licenciado en educación sería el de recuperar las formas en las que ha vivido el ser humano, tratando de dimensionar esos conocimientos hacia nuevas realidades (P). ¿Qué impacto ha tenido en la educación, en la comunicación, en la psicología social, los egresados de esta facultad? ¿Qué le han dado a la sociedad bajacaliforniana?(R). Somos más de 1 300 egresados desde 1982 hasta la fecha, y hemos tenido la posibilidad de laborar en distintos escenarios educativos y no educativos también, porque la licenciatura llega a diferentes rubros que no son los planteados en los objetivos curriculares.

Arlen TapiaFacultad de Ciencias Humanas , UABC, Mexicali.

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Las sergas apasionadasde don Pablo L. Martínez

Rese

ñas

El año de 1974, al recibir el Premio Nacional de Letras, el eminente historiador mexicano Edmundo O’Gorman pronunció un memorable discurso que luego sería publicado con el título de Del amor del historiador a su patria.2 En él, el galardonado hacía un parangón entre el amor pasional que con harta frecuencia nos mueve a los seres humanos, que nos hace entregar sin reserva lo mejor de nosotros mismos y que a veces nos lleva a abandonarnos totalmente a la atracción que ejerce sobre nosotros la persona que hemos erigido en objeto de ese desatado sentimiento, y el amor igualmente cautivador que un historiador puede llegar a sentir por su patria cuando la convierte en el objeto privilegiado de sus ocupaciones y preocupaciones, de sus intereses intelectuales primordiales y de sus pulsiones más profundas y constantes. Subrayaba don Edmundo el carácter creador de ese sentimiento capaz de operar en el ánimo del amante la transfiguración, por ejemplo, de una ruda y vulgar mesonera en la sin igual y delicada Dulcinea del Toboso, y destacaba el hecho de que —lo diré con las propias palabras del historiador que cito—

a los ojos del amante, el objeto de su pasión se le ofrece... no necesariamente como lo perfecto, sino como algo mucho más compulsivo y arrollador, a saber: como un ente absolutamente único e incanjeable que se destaca como una torre señera en medio del chaparro y romo caserío...

Como un ente al que el propio amante, con su sentimiento imperiosamente envolvente y excluyente, ha dotado de la más “absoluta singularidad”.

Esa atribuida singularidad de la persona amada venía a ser, según O’Gorman, lo que prestaba “su terrible fuerza a la, por tantos otros motivos, frágil atadura del vínculo amoroso”, y era también la que, en el caso del historiador, movía a éste a sentir una inconmovible adhesión a la historia de su patria,

con todo lo que pudiera haber en ella de glorias y desventuras, de pequeñeces y grandezas. Concluía don Edmundo: “Si lo crucial es la singularidad que..., el amor [asigna] al pasado patrio, y no las excelencias o perfecciones que éste pueda tener, ese amor implica, o mejor dicho, exige la comunión indiscriminada con ese pasado en su cabal y rotunda totalidad”.

Quiero pensar que no tendrán ustedes por impertinente este alargado preámbulo en la medida en que convengan conmigo en que las imágenes

Las sergas apasionadas de don Pablo L. Martínez

Ignacio del Río1

1 El autor leyó este texto al hacer la presentación del libro Pablo L. Martínez: Sergas californianas. (2006). Ed. Aidé Grijalva, Max Calvillo y Leticia Landín, con estudio introductorio de Aidé Grijalva, Tijuana, B. C.: Universidad Autónoma de Baja California/Instituto Sudcaliforniano de Cultura. pp. 344. Dicha presentación ocurrió el día 11 de enero de 2007 en el Archivo Histórico Pablo L. Martínez, sito en la ciudad de La Paz, B. C. S.2 O’Gorman, E. (1974). Del amor del historiador a su patria. México: Centro de Estudios de Historia de México Condumex. pp. 26. Todas las citas de O’Gorman que se hacen en este texto proceden de esta edición.

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Reseñasmanejadas por Edmundo O’Gorman en su alocución son entera y justamente aplicables al caso del historiador bajacaliforniano —del sur y josefino para más señas— Pablo Leocadio Martínez Márquez. De éste podríamos decir que su vida activa —lo mismo en los tiempos de su juventud que en los de su madurez—, y su obra toda —la que resultó de sus trabajos como maestro innovador de métodos de enseñanza, como promotor cultural, como periodista crítico, como historiador ciertamente solitario y como implacable polemista— son un reiterado testimonio de su devoción por la Baja California en tanto ente histórico, en tanto ente con un pasado y un presente indisolublemente unidos.

Quien, en el ánimo de confirmar esto que digo, se aplique a la lectura atenta del libro Pablo L. Martínez: Sergas californianas, verá que los empeños más obsesivos de don Pablo son consistentes en ese sentido. No sin razón, la maestra Aidé Grijalva puso el título de “Pasión por la historia bajacaliforniana” al texto prologal que da entrada al libro y en el que trató ella de identificar y exponer los rasgos esenciales que definen al hombre y su obra. Bien podríamos decir, por nuestra parte, parafraseando al maestro Edmundo O’Gorman, que estas Sergas californianas son constatación fehaciente del amor apasionado del historiador Pablo L. Mártínez por su patria chica, por la historia de su patria chica.

Refería don Pablo que, huérfano de padre y sin tener una familia que pudiera sostenerlo mientras realizaba sus estudios primarios, había tenido que trabajar de mozo en casas particulares, siempre con la exigencia de parte de él de que se le diera la oportunidad de combinar el trabajo comprometido con la asistencia a la escuela. No tenemos por qué dudar que esto haya sido así y habría que tener por seguro que esos retos que la vida empezó a imponerle a aquel niño, lejos de amilanarlo, le templaron el carácter y afirmaron en él las virtudes de la persistencia y la disciplina. Muy significativo me parece el hecho de que la revista cultural que Pablo L. Martínez editó e hizo circular en la ciudad de La Paz el año de 1917, cuando el josefino apenas frisaba los veinte años de edad, haya tenido por título la sentencia latina que reza Labor omnia vincit (“El trabajo siempre triunfa”), que más que el nombre de una revista parece haber sido la divisa de quienes, con el joven Pablo a la cabeza, editaron la revista.

Es evidente que nuestro personaje alentó siempre inquietudes que seguramente no eran comunes

en los medios en que se fue desenvolviendo. En su natal San José del Cabo, además de haber hecho sus estudios elementales en las condiciones descritas, esto es, mientras trabajaba como mozo en el servicio doméstico, aprovechó la oportunidad de prepararse a su vez como enseñante bajo la guía de uno de los maestros que ejercían en el pueblo. Luego, y al mismo tiempo que se iniciaba él mismo como maestro, que lo fue desde los 16 años, pudo seguir varios cursos sueltos de geografía, historia y raíces grecolatinas que le impartió gratuitamente un sacerdote de origen italiano que oficiaba en la parroquia local.

En 1917 lo encontramos ya en La Paz presidiendo una agrupación de jóvenes y publicando, como dijimos antes, una revista cultural que, según él mismo recordaba, le permitió iniciarse en la redacción de textos. No abandonó ya la inquietud del periodismo, que incluso lo llevó a editar y sostener por lo menos dos publicaciones periódicas hechas por su propia iniciativa, aun cuando careciera él de apoyos financieros estables. El magisterio mismo —recordemos que don Pablo es autor del Método Comondú, para la enseñanza de la escritura en las escuelas elementales—, la promoción cultural, el periodismo y el estudio de la historia de Baja California fueron campos en los que se manifestaron esas inquietudes paulinas que, hemos dicho, resultaban poco comunes, por lo menos en los medios de Baja California Sur en los que se formó don Pablo como hombre de pensamiento y de determinaciones, medios en los que la desventaja mayor era quizá la del aislamiento.

Sería difícil saber cuándo y cómo fue surgiendo en el bajacaliforniano el interés por el estudio de la historia y, más específicamente, por la indagación histórica sobre la Baja California. Sabemos de sus tempranas y variadas inquietudes intelectuales, pero parece evidente que en sus primeros años de escritor no se vio a sí mismo como historiador sino como periodista.

Con todo, claro es que el tema central de sus divagaciones intelectuales fue, desde tempranas fechas, su Baja California, la desolada y marginal Baja California en la que transcurrieron su infancia y su juventud y de la que, ya hombre maduro, tuvo que alejarse por no sé qué desavenencias tenidas con gente de poder. De ese interés cada vez más excluyente dan prueba los nombres de dos publicaciones periódicas dirigidas por él: El periódico

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Sudcalifornia, que publicó en esta ciudad de La Paz de 1930 a 1933, y la revista Baja California, que editó en la ciudad de México de 1950 a 1952. Además de dirigir estas publicaciones, el escritor josefino las nutrió con sus propios textos, algunos de los cuales se recuperan en estas Sergas californianas.

En el caso de nuestro autor, quien hubo de transitar de la actividad periodística a la historiográfica, cabe suponer que el interés inicial por el presente de su Baja California del Sur lo llevó a querer saber cuanto pudiese del pasado bajacaliforniano, que no podía ser sino peninsular, o sea, el pasado de las dos entidades que terminaron por formarse en la península. Como nos pasa a muchos historiadores, el interés por el presente debió llevar al maestro y periodista siempre ávido de conocimientos a tratar de esclarecer el pasado, para, finalmente, hacer algo de luz sobre el presente mismo.

Conocemos un temprano trabajo de don Pablo que resultó de sus investigaciones bibliográficas personales y que quizá fue el primero de tema histórico que publicó fuera de la Baja California. Me refiero al que lleva el título de “Cien años de historia” —de la historia de Baja California, obviamente—, que ha quedado incluido en esta obra. Se publicó en la ciudad de México en 1930 y es un claro anticipo de los ulteriores trabajos historiográficos del inquieto josefino.

Seguramente los primeros acercamientos a la biliografía histórica de Baja California le permitieron a don Pablo advertir insuficiencias, contradicciones, errores, e hicieron nacer en él el deseo de seguir indagando con el fin, como se lee en alguno de sus textos, de ir poniendo “las cosas en su lugar”, de disolver oscuridades y corregir lo que, a su juicio, estaba “equivocado o deformado”. Y pronto asumió consigo mismo el compromiso de preparar un libro que resumiera nada menos que la historia entera de la Baja California, desde los orígenes del poblamiento humano de la península hasta los tiempos presentes del historiador.

Veinte años, aproximadamente de 1936 a 1956, dedicó don Pablo a preparar esa obra suya que finalmente pudo aparecer con el título de Historia de Baja California. En ese tiempo obró como historiador no de tiempo completo, puesto que seguía trabajando como maestro y aun produciendo materiales didácticos, sino de vida completa, pues, si utilizaba sus tiempos libres para consultar archivos y bibliotecas, sus inquietudes intelectuales básicas

no estuvieron condicionadas por las rutinas del trabajo que le aseguraba su mantenimiento ni por compromisos sociales o familiares que lo distrajeran. Para ese hombre solitario, habituado a la disciplina del estudio, la historia bajacaliforniana se fue convirtiendo en la razón de ser de su vida o, mejor dicho, en la pasión de su vida, como lo ha precisado Aidé Grijalva. Conmueve verdaderamente saber que, a los cincuenta años de edad, el profesor josefino se puso a estudiar inglés, y con buen éxito por cierto, tan sólo para poder manejar la bibliografía sobre Baja California escrita en lengua inglesa.

Con cierta soberbia anotaba don Pablo en 1960, en un comentario crítico que publicó sobre el libro de Enrique Aldrete, Baja California heroica:

Es necesario que sepan los lectores que quien esto escribe ha dedicado la mayor parte de su vida a hacer investigaciones históricas sobre Baja California, su tierra natal, impulsado por un ardiente deseo de dar a la misma una obra confiable, fehaciente e indiscutible; y para lograr eso sufrió grandes fatigas, muchas estrecheces económicas e inmensas inquietudes y preocupaciones por llegar a la meta...

Ni acerca de la larga y total dedicación a sus indagaciones históricas ni en cuanto a los agobios con que el modesto profesor las realizaba podemos tener duda alguna.

He dicho antes que nuestro hombre fue un historiador solitario; con ello he querido reconocer que esas batallas por esclarecer la historia de su tierra las libró don Pablo prácticamente sin apoyos financieros ni compañía intelectual. No formó parte de capilla alguna de historiadores, no recibió sueldos ni compensaciones económicas por sus trabajos de investigación, no obtuvo nunca un premio por su obra ni más reconocimiento que el de sus lectores. Toda su incesante y compulsiva búsqueda de lo que él tenía por sus “verdades históricas” no tuvo más resorte que su irrefrenable vocación de historiador de su patria chica. Si alguna compensación inmediata tuvieron sus fatigas —en satisfacciones personales, claro está, que no en dinero—, ello se dio cuando fueron apareciendo cada uno de sus libros y folletos —que hay que decir que publicó siempre por cuenta propia— o acaso cuando tuvo en vida su gran momento de gloria, al cumplir un papel indiscutiblemente protagónico en el Congreso de Historia Regional celebrado en Mexicali en 1956, en

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el que participaron estudiosos tan reconocidos como Agustín Cué Cánovas y Antonio Pompa y Pompa.

Así como el amante apasionado puede llegar a quedar totalmente prendado de la persona amada, así don Pablo, rara avis de la cultura bajacaliforniana, llegó a entregarse totalmente a su pasión. Le confesaba a Rubén Vizcaíno Valencia hacia 1965, es decir, unos cinco años antes de la muerte del historiador: “Sólo tengo ojos hoy para lo que se refiere a Baja California”.

Hace poco más de tres años, la Universidad Autónoma de Baja California publicó, dentro de su serie Baja California: Nuestra Historia, la más reciente edición de la obra mayor de don Pablo, su: Historia de Baja California. A diferencia de las ediciones anteriores —las dos hechas por el autor y las que se hicieron años después por cuenta del gobierno de Baja California Sur—, ésta de la UABC es una edición atinadamente crítica y cuidadosamente anotada, además de pulcra desde el punto de vista técnico. Los encargados de la preparación y edición del texto, Aidé Grijalva, Max Calvillo y Leticia Landín, encabe-zados por la primera, hicieron un plausible trabajo de identificación de fuentes y elaboración del aparato erudito del que careció la versión original del libro.

Los mismos editores y la misma Universidad, acompañada esta vez por el Instituto Sudcaliforniano de Cultura, nos entregan ahora este nuevo libro en el que se recoge una serie de trabajos que son también de la autoría de don Pablo L. Martínez y que circularon en publicaciones diversas, algunas de ellas difícilmente localizables hoy en día. Estos trabajos se publicaron entre 1930 y 1970, así que de alguna manera testimonian ellos la evolución del pensamiento y de los haceres historiográficos de don Pablo. Muestran también la variación en los intereses temáticos del autor y los hitos en el proceso de formación de su estilo de escritura y de su talante de escritor. Se han incluido aquí relatos de ficción, como un simpático cuento en el que se narra cómo, por un simple despecho, el dios Tláloc decidió negarle las lluvias a la península de California; pero también textos autobiográficos y ensayos formales de tema histórico que versan lo mismo sobre la expansión de los españoles hacia el subcontinente de Norteamérica que sobre la defensa de la Baja California durante la guerra con los Estados Unidos o los controvertidos hechos del movimiento magonista de 1911 en la parte norte de la península. Sobre este último tema se recuperan aquí varios de los trabajos

polémicos de don Pablo y los documentos que él localizó, publicó y adujo para sostener sus opiniones.

Me persuado de que todos estos materiales informan sobre los hechos históricos que en ellos se tratan, pero también son en sí mismos testimonios de lo que ha sido la historia cultural de la Baja California en tiempos más o menos recientes. Su lectura ha de ser crítica, como tiene que ser la de todo texto, quienquiera que haya sido su autor o autora y cualesquiera que hayan sido el tiempo y el lugar de su elaboración. Aun si no hubiera otro incentivo para la lectura de estas Sergas californianas —sergas quiere decir proezas, hazañas— yo las leería con interés y detenimiento tan sólo para ver en qué forma Pablo L. Martínez fue cumpliendo en su hacer como escritor lo que alguna vez declaró en un texto suyo: “Mientras aliente en este mundo —escribió— tendré que pelear por los fueros de la verdad”. Por supuesto que se refería a la verdad sobre los hechos históricos que él tenía por valedera y por la que siempre se mostraba dispuesto a romper las punzantes lanzas de sus saberes y su ingenio.

Celebro que la Universidad Autónoma de Baja California y el Instituto Sudcaliforniano de Cultura nos ofrezcan este nuevo volumen con textos de nuestro, por muchos motivos, admirable historiador regional pionero, tan de Baja California Sur como de la entidad peninsular vecina. Felicito a los editores de la obra, de modo muy particular a la maestra Aidé Grijalva, por el esfuerzo que han hecho por ayudar a sus lectores a situar en tiempo y circunstancia los textos publicados. A la misma maestra Grijalva la felicito, además, por ser el alma de la ya muy importante serie de publicaciones denominada Baja California: Nuestra Historia, que ha venido a enriquecer sustantivamente el acervo de obras éditas de valor histórico con que contamos los bajacalifornianos.

Ignacio del Río Instituto de Investigaciones Históricas, UNAM, México.

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Manuel Alejandro Ibarra Cisneros

El malestar de la globalización es el libro más reciente de este personaje tan importante dentro de la ciencia económica. A raíz de la serie de protestas que se susci-taron en la reunión de 1999 de la Organización Mundial del Comercio (OMC) en la ciudad de Seattle, Washington, así como una serie de experiencias vividas en el seno del Banco Mundial durante la época del auge de la globalización a escala mundial, lo llevó a replantear algunas ideas sobre los efectos que producía la implementación de diversas políticas orientadas hacia la apertura económica, por medio de la eliminación de barreras arancelarias, privatización de empresas y la liberalización de mercados de capitales y divisas.

Joseph Stiglitz, economista de profesión, es profesor de la Universidad de Columbia en los Estados Unidos. Además obtuvo el Premio Nóbel de Economía en el año 2001. Fue parte del Consejo de Asesores Económicos del presidente Bill Clinton y, economista en jefe y vicepresidente senior en el Banco Mundial de 1997 a 2000.

Fue testigo, por ejemplo, cuando Rusia emprendió la transición del comunismo hacia la economía de mercado y, cuando estalló la crisis económica en el este de Asia y Latinoamérica.

Este libro nos brinda una lectura altamente crítica hacia instituciones internacionales como el Fondo

Stiglitz, J. E. (2002). Globalization and its Discontents. New York: Norton.

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Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial, así como con el Tesoro de los Estados Unidos y los altos inversionistas de Wall Street.

El libro consta de nueve capítulos donde se va describiendo cuáles deberían ser los papeles de cada una de estas instituciones; sin embargo, la realidad que describe refleja cuáles son las verdaderas funciones de las mismas.

Experiencias de África, Asia, Europa del este y Latinoamérica son analizadas con una adecuada profundidad que permite visualizar cómo las intenciones por concretar la apertura económica en diversos países en un corto periodo de tiempo, han resultado, en muchos casos, en grandes crisis económicas que han paralizado el crecimiento durante una década. Así, existen países cuyo Producto Interno Bruto (PIB) actual es el mismo al de hace diez o quince años.

Para aquellos partidarios de los planteamientos a favor del libre mercado, El malestar de la globalización será un libro un tanto “molesto” de leer, ya que se exponen numerosos ejemplos que ponen en tela de juicio dichos planteamientos y, más bien, desenmascara la serie de intereses que se ocultan detrás de los mismos. Por su parte, los antiglobalistas lo podrán considerar como un buen ejemplo de lo dañino que es la globalización para las diferentes sociedades.

Parte de la desilusión de Stiglitz sobre instituciones como el FMI, la OMC o el Banco Mundial, radica en que éstas fueron originalmente concebidas con el objetivo de lograr la estabilidad económica, el comercio justo y la reducción de la pobreza; pero los resultados han mostrado todo lo contrario al presentarse durante el decenio anterior un mayor número de crisis económicas y de mayor intensidad (por citar un ejemplo).

Para él, los fundamentalistas del mercado que laboran en el FMI, creen que el Estado suele trabajar mal y el mercado siempre suele funcionar bien; por lo tanto, es necesario reducir el papel del Estado lo más posible y permitir que las libres fuerzas del mercado se encarguen de hacer el trabajo.

Sostiene que el incentivar el comercio internacional ha ayudado a muchas naciones a crecer económicamente a un ritmo superior al que hubieran tenido de haber mantenido sus mismas políticas, países como Polonia, China, Irlanda y Hungría son los mejores casos de éxito; sin embargo, señala que los grandes beneficiados de la globalización

han sido las grandes empresas trasnacionales, así como las economías más desarrolladas del orbe, en consecuencia, la concentración de la riqueza ha aumentado considerablemente en el último decenio al igual que el número de pobres.

El FMI es profundamente acrítico sobre los resultados adversos por el empleo de sus consejos en diversos países. Dicha institución considera que la causa de las crisis económicas no es el uso en sí de sus políticas, sino más bien, de su lenta aplicación. Tales políticas son aquellas consagradas en el llamado “Consenso de Washington”.

El forzar la liberalización antes de instalar redes de seguridad, antes de que hubiera un marco regulador adecuado, antes de que los países pudieran resistir las consecuencias adversas de los cambios súbitos en las impresiones del mercado que son parte esencial del capitalismo moderno; el forzar políticas que destruían empleos antes de sentar las bases para la creación de puestos de trabajo; el forzar la privatización antes de la existencia de marcos adecuados de competencia y regulación...

son sólo algunos ejemplos de la falta de sensibilidad ante los grandes contextos sociales.

Un caso mencionado por Stiglitz sobre los intereses que realmente dominan al mundo, es el caso de Etiopía. Un país que había cumplido con los requisitos del FMI y poseía adecuados indicadores macroeconómicos, aun así, le fue retirada toda ayuda económica bajo el argumento de que les preocupaba (al FMI) su situación presupuestaria. Etiopía redujo su gasto militar y lo canalizó al gasto social, utilizaron los recursos económicos donados por diversas naciones para lo que realmente debían utilizarse (la construcción de escuelas y hospitales) y; por último, estaban dispuestos a pagar por anticipado parte de su deuda con el FMI. A pesar de ello, el FMI consideró que el recurso económico debía ser canalizado a incrementar sus reservas internacionales y optó por no apoyar a este país, hasta que éste se alineara a sus políticas.

Afirma que las privatizaciones son un arma de doble filo; por un lado, las empresas en mano del sector privado pueden fomentar la competencia del país al ofrecer mejores bienes y servicios que el Estado no puede proveer; por otro lado, cuando los monopolios estatales pasan a manos privadas y no existen legislaciones que fomenten la

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competencia y a la vez eviten la concentración del poder, el resultado simplemente es la existencia de un monopolio privado (caso Telmex ¿nos resulta familiar?).

La liberalización de los mercados de capitales y financieros como condicionante del FMI para recibir ayuda económica, es muy subjetiva, ya que a los países más desarrollados les llevó casi un siglo llevarlo a cabo, mientras que a los en vías de desarrollo se les exige que lo realicen en cuestión de años. Algunas veces los países que más exigen la apertura de los mercados son quienes más los protegen. Es decir, el autor ejemplifica claramente tales situaciones y pone en jaque los argumentos brindados tanto por el FMI como por los grandes intereses económicos mundiales.

¿Cómo es posible que los Estados Unidos hayan insistido en que China era realmente un país desarrollado para fines de lograr integrarse a la OMC; mientras que el propio Estados Unidos exigía ser tratado como un país en vías de desarrollo para así recibir mayor lapso de tiempo para abrir sus mercados? Respuesta que Stiglitz ha reclamado a sus críticos.

¿Por qué se fue a la crisis la República de Corea del Sur? Por la presión de EE.UU. para permitir que las empresas coreanas se endeudaran de más ante bancos occidentales. ¿Y en el caso de Tailandia? El ataque especulativo y un excesivo endeudamiento a corto plazo. Por cierto, donde el FMI condicionaba los recursos para mantener el tipo de cambio a un nivel irreal; por consiguiente, los grandes beneficiados fueron los especuladores y, sobre todo, los de Occidente.

¿Y la República Checa? Seguir al pie de la letra los consejos del FMI. ¿Y por qué Malasia, China y Polonia no pasaron por lo mismo? Porque ellos decidieron no seguir las recomendaciones del FMI.

Conforme el lector se adentra en los capítulos del libro, se puede observar cómo las políticas del FMI fracasaban de manera contundente hasta llegar al caso más severo de todos: Rusia.

Un país que buscaba una salida al comunismo se encontró con un sistema aún peor. Aquí se dieron una serie de errores entre los consejos de EE.UU., el FMI, el Banco Mundial y el propio gobierno ruso (causante de una gran corrupción). Con la ilimitada colaboración de este gobierno en manos de Boris Yeltsin, Rusia pasó del comunismo al capitalismo en una fracción muy corta de tiempo, cuando países

como China aún lo vienen haciendo. Se privatizaron todas las empresas estatales las cuales quedaron en manos de oligarcas corruptos que prefirieron invertir en occidente que en su propio país. La transición desde una economía centralmente planificada hacia una de mercado sin antes haber establecido los candados y regulaciones pertinentes, llevaron al país a que su PIB en el año 2000 estuviera dos tercios por debajo del que tenían en 1989. En sólo nueve años la pobreza pasó de 2% a casi 24% y, su nivel de desigualdad hoy es comparable al de Venezuela.

Stiglitz plantea que en muchas ocasiones “la comunidad financiera opina que lo que es bueno para la economía global es realmente bueno para la economía global y debe ser puesto en práctica”.

Pero las críticas no acaban allí, ya que también señala que el FMI se enfoca en lograr que los grandes acreedores de los principales países occidentales puedan cobrar sus préstamos, en lugar de evitar que las empresas de los países afectados puedan seguir manteniéndose vivos. Para el FMI, si no diera preferencia a los capitales occidentales, se socavaría el capitalismo.

Las reflexiones finales hacen énfasis en la necesidad de realizar una profunda reestructuración en la mayoría de las instituciones internacionales, partiendo para ello de un amplio sentido social antes que económico. Si realmente se desea una globalización que no sea repudiada por millones de personas en todo el mundo, entonces es tiempo de brindarle el carácter humano que ésta debería de tener. El presente es la consecuencia de nuestras acciones pasadas; por consiguiente, el futuro que vayamos a tener, dependerá de nuestras acciones presentes. Si se desea abatir la pobreza, las frecuentes y agudas crisis económicas y el desarrollo de la sociedad mundial, es imperativo cambiar las políticas actuales basadas en el neoliberalismo y el consenso de Washington, por políticas donde Estado y mercado vayan juntas de la mano. Ya lo dijo una vez el ex presidente español Felipe González “tanto mercado hasta donde sea posible y, tanto Estado donde sea necesario”.

Manuel Alejandro Ibarra Cisneros Facultad de Ciencias Administrativas , UABC, Mexicali.

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La Universidad Autónoma de Baja California ha sido, en sus cincuenta años de vida universitaria, una casa de educación superior y un espacio del saber universal. Este libro es una panorámica de lo que hoy somos gracias al desempeño académico y laboral de ya varias generaciones de maestros, investigadores, alumnos, personal adminis-trativo y padres de familia, que pusieron su corazón y su esfuerzo en esta institución que a todos nos enorgullece por su fortaleza y vitalidad.

Esta obra es una iniciativa a favor de ver lo que hemos logrado en tan poco tiempo. La UABC es ya, por su actitud abierta, su colaboración altruista, su desempeño profe-sional, su rigor ético y su creatividad científica y artística, un logro que va más allá de nuestra entidad.

Dr. Alejandro Mungaray Lagarda Ex-rector de la Universidad Autónoma de Baja California.

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Hoy en día, concebir una utopía es sin duda una de las empresas más difíciles; al parecer no quedan más espacios para éstas. Todos los sueños e ideales que en su momento habrían de generar una praxis histórica, han sido declarados innecesarios y superfluos. A consecuencia de esto, se han postergado como triunfadores los escépticos posmodernos y los conformistas. Aparentemente, el hombre claudica ante la incapacidad absoluta de poder dominar, superar, trascender la galopante destrucción del entorno, las estructuras políticas y sociales, el orden económico y a los hombres mismos.

Edén Ismael Bautista Hernández

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Utopía

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Este sentimiento de holocausto se ha hecho más evidente con la crisis del socialismo real y de los movimientos revolucionarios, la crisis de las izquierdas, etcétera. Todo esto lleva a la conside-ración de que ha desaparecido la posi-bilidad de un cambio de cosas, que pensar una sociedad sin contradicciones es fantasioso e ilusorio. Sin embargo, la utopía como fantasía, como algo ideal, metafísico, debe seguir siendo lanegación total de la sociedad establecida; así pues, esta ruptura es la única manera de poner en perspectiva los problemas que la consolidación de una sociedad burguesa-capitalista trae consigo.

Finalmente, hemos aprendido a aceptar al mundo como algo dado a nosotros por naturaleza, hemos visto en la desigualdad de clases un problema, en la maldad del hombre una esencia, pero no una consecuencia real de un modo de producción. Asimismo, nos han disecado para no distinguir las contradicciones que se dan dentro de nuestro entorno y a reconocer sus calamidades como algo que es propio pero a su vez no es esencial de éste.

Realidad social y utopía A menudo, las utopías se han enten-dido en sutilezas metafísicas al ser com-paradas con la devastadora realidad social. Es entonces esta negación del estado de cosas la que le otorga su carácter de ideal. Sin embargo, como consecuencia de esto, son a menudo interpretadas desde la perspectiva de una totalidad errónea. Con el fin de contrastar tales perspectivas, debemos tener en cuenta la relación que tiene lo utópico con una totalidad, es decir, de cómo la teoría social entiende la realidad misma. En este caso, la tota-lidad de la que habla Max Weber (1971), es una totalidad falsa y vinculada a ella, podemos caracterizar las formas que la utopía ha tenido en correspondencia con las formas de esta totalidad falsa:

Totalidad vacía (visión romántica de la utopía). En esta forma de totalidad, las utopías se interpretan y funcionan como proyectos ideales abstractos, puntos últimos de llegada y topos fu-turos indefinibles. En este tipo de

totalidad se excluye toda reflexión ana-lítica ya que niega por completo la rea-lidad. Por tanto, la utopía en este con-texto sería sólo un sueño, una ilusión.

Totalidad abstracta. Desde esta perspectiva, las utopías se convierten en distopías o se piensan como imposibles ya que no reconocen un estado de cosas imperfecto. Las utopías en este caso se mimetizan también en la propia totalidad abstracta, y se asumen como tal. La forma abstracta de esta totalidad es el cautiverio de la realidad en un todo cerrado, en una “jaula de acero” que la formaliza y la convierte en hipóstasis de una realidad superior, por lo tanto, la utopía aquí es manipulada e instrumentalizada.

Mala totalidad. Para esta tota-lidad, las utopías son versiones espiri-tualizantes de lo social, visión de la espe-ranza y las aspiraciones descontextua-lizadas, marcadas por un deseo abstracto de cambio sin proyección histórica. En esta forma de totalidad se concibe a la realidad como una forma absolutamente subjetiva, eliminando toda mediación y factibilidad de la acción de cambio. La utopía se asume en un sentido positivo, en una imposibilidad factible ilimitada-mente. Todas estas formas de concebir la realidad desde la perspectiva de una totalidad falsa se sostienen epistemológicamente; ahora bien, esto nos lleva a una producción abstracta de la realidad y conducen el discurso hacia la argumentación apologética.

Tal es el caso del filósofo E. M. Cioran (1981), el cual concibe a los sis-temas utópicos desde la perspectiva de una totalidad abstracta. En su libro Historia y utopía el autor califica a éstos como uno de los mejores vomitivos, como literatura repugnante y entretenida. Menciona que efectivamente, la miseria es la gran auxiliar del utopista, la materia sobre la cual trabaja, la sustancia con que nutre sus pensamientos, la provi-dencia de sus obsesiones y nos dice que: “El delirio de los indigentes es generador de acontecimientos, fuente de historia; una turba de enfebrecidos que quieren otro mundo, aquí abajo y para pronto. Son ellos los que inspiran las utopías, es a causa de ellos que se escriben”.

En este sentido, Cioran tiene razón, toda utopía es generadora de praxis histórica; sin embargo, es difícil pensar que el único error del utopista es haber idealizado un mundo con igualdad de condiciones o imaginado un mundo fuera del principio de la realidad. Cioran queda atrapado dentro de la lógica medio-fin y no ve más allá de ésta. Sin embargo, el punto central del problema al cual nos lleva el autor, radica en el miedo de crear una sociedad deshumanizada, en constreñirnos a una felicidad hecha de idilios geométricos, de éxtasis reglamentados: En pocas palabras, de un mundo perfecto, de un mundo fabricado y feliz como el que nos describe Aldous Huxley (1998).

Pero, ¿acaso no es este un mundo lleno de libertades fabricadas? Dentro de la lógica capitalista, el libre albedrío se entiende por libertad de comercio de comprar y vender; el capital es independiente y tiene personalidad mientras que el individuo que trabaja carece de ambas. Es entonces esta abolición de semejante estado de cosas lo que la burguesía considera como la abolición de la personalidad y de la libertad. Por consiguiente, podríamos especular que el miedo a la utopía es la ignorancia racionalizada en miedo hacia la pérdida de la libertad...1

Ahora bien, como respuesta a lo que dice Cioran (1981), simplemente nos queda poner en perspectiva el orden lógico de las necesidades humanas, y para esto citaremos a Marx (1982), que argumenta: “La primera premisa de toda existencia humana y también, por tanto, de toda historia, es que los hombres se hallen en condiciones de poder vivir [...] El primer hecho histórico es, por consiguiente, la producción

1 Marcuse menciona, en su libro El hombre unidimensional que el “fetichismo de la mercancía” es tal que el sujeto ve en ella su satisfacción y su dignidad misma. Los productos acaban adoctrinando a su productor, y lo hacen generando falsas necesidades y satisfaciéndolas, hasta el punto que esta satisfacción termina equiparándose con la libertad.

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de los medios indispensables para la satisfacción de estas necesidades, es decir, la producción de la vida material misma. Tenemos entonces que el delirio de los indigentes no es el problema sino una consecuencia de las contradicciones de un modo de producción capitalista.

Psicología y utopía Hoy en día, la razón2 ha mutilado a la mente, inevitablemente ha determi-nado su desarrollo; y es la ya delirante razón, la que se contrapone al ideal utópico por principio de realidad...

En relación con la utopía, Freud intro-duce el “principio de realidad”3 a los estudios de la metapsicología, el cual tiene como objetivo señalar la imposición de una realidad falsa, por una que en consecuencia nos alejaría de ésta. Así pues, la razón se ha convertido en nuestro árbitro, mientras las fantasías cumplen una función divertida pero ilusoria. Por esto con la introducción del principio de realidad; la actividad mental de la fantasía “das Phantasieren” fue aislada y descartada de toda forma de experimentación de la realidad y como consecuencia subordinada tan sólo al principio del placer.

Freud separa la fantasía como la única forma del pensamiento que realmente es libre, es decir, que no está subordi-nada a las normas de una libertad repre-siva y del principio de la realidad fabri-cado por una sociedad industrializada. Así pues, Marcuse (1999), nos dice que

la imaginación visualiza la recon-ciliación del individuo con la tota-lidad, del deseo con la realización, de la felicidad con la razón. Aunque esta armonía haya sido convertida en utopía por el principio de la rea-lidad establecida, la fantasía insiste en que puede y debe llegar a ser real, en que detrás de esta ilusión está el conocimiento. Nos percatamos por primera vez de las verdades de la imaginación cuando la fantasía en sí misma toma forma, cuando crea un universo de percepción y de comprensión —un universo subjetivo y al mismo tiempo objetivo.

Utopía es entonces la tensión entre la realidad y lo ideal, de lo material y de lo abstracto, y detrás de esta lucha se encuentra determinada la realidad objetiva. Ahora bien, lo ideal y lo material son categorías estrictamente determinadas de fenómenos objetivamente diferenciados, que se constituyen en el proceso real de la actividad vital y material del hombre social. El hombre, en el proceso de producción y reproducción de su vida, comienza a realizar el acto de idealización de la realidad para que una vez surgido lo ideal devenga en un importante componente de su actividad material y comience a tener lugar un proceso de objetivación y cosificación de lo ideal. Pero, como contraparte de esto tenemos que la razón prevalece: Es decir, llega a ser poco agradable pero “útil y correcta” y la fantasía queda como algo agradable pero inútil y falso.

Incluso, parafraseando a Cioran (1981), el hecho de concebir con detalles un lugar inimaginable en donde se bendiga al trabajo, nadie tema a la muerte y en donde la fantasía sea racionalizada, sería tomado como un sufrimiento para la razón, una empresa que honra a la razón y desacredita al intelecto. Se podría decir también que hemos llevado con orgullo y ostentación los estigmas de una raza que adora “el sudor de la frente” y que la cosificación entre lo ideal y lo real sobrepasa toda estructura lógica, recordemos entonces que utopía significa (en ninguna parte).

Utopía y teoría crítica En relación con la teoría crítica, la utopía se da como la no aceptación de un estado histórico existente de lo que “es” y frente a lo que “debería ser”; de modo que, bajo un análisis crítico-dialéctico, histórico y negativo, la utopía se entiende como la ruptura total con la sociedad, la negación de la negación, (Adorno, 1966). Por tanto, la conjunción Hegel y Marx se hace evidente. Por otra parte, la introducción de los estudios de la metapsicología a la teoría crítica,

amplió el margen teórico de análisis con respecto de los principios de dominación colectiva, lo irracional y lo racionalizado. En definitiva, para comprender el rumbo de la sociedad burguesa, organizada económicamente a través del capitalismo se hace indispensable la síntesis de las tres grandes concepciones críticas: Hegel-Marx-Freud aplicados dialécticamente al examen de la relación entre racionalidad-irracionalidad y sus efectos sociales e históricos.

En consecuencia, los teóricos de la Escuela de Frankfurt (en especial Horkheimer, Adorno y Marcuse) proclaman que el fin de la utopía ha llegado; es decir, que la humanidad posee ya tantos recursos científicos, materiales e intelectuales que la trans-formación de la sociedad es casi inevitable. Por esto no se puede tildar de idealistas a los teóricos franfkfurtianos, puesto que la crítica no se funda en meras abstracciones irrealizables; sino en un examen econó-mico, político, social y cultural que no baja del cielo a la tierra, sino que sube a la tierra a una etapa histórica sin dominación irracional e inconsciente.

Con respecto de la teoría freudiana sobre el principio de realidad y más que nada sobre el tema de la represión colec-tiva, en esta etapa del capitalismo, la

2 La razón en este sentido no es lo mismo que la facultad racional (el intelecto) de la psicología teórica tradicional. Aquí el término designa a esa parte de la mente sujeta al control del principio de la realidad e incluye la parte organizada de las facultades “vegetativas”, “sensitivas” y “apetitivas”.3 Según Freud, el principio del placer junto con el principio de la realidad son principios que rigen el funcionamiento psíquico humano. La noción de principio de placer fue inicialmente formulada por Fechner en 1848 bajo el nombre de “principio de placer de acción”, pero es Freud quien tematiza a lo largo de sus obras la noción de principio de placer entendido como rector de los actos que tienden a la consecución del placer o, mejor dicho, al alejamiento del dolor o displacer.

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introducción del psicoanálisis y de la meta-psicología freudiana se hace cada vez más necesaria, ya que por primera vez se le daba un uso político a la psico-logía colectiva. Por otra parte, los estu-dios realizados desde este marco teórico han arrojado sólo dos caminos a seguir en relación con la utopía y es entonces que nos vemos obligados a escoger entre una vida insensata en utopía o una vida en la locura de este mundo.

Ahora bien, la teoría utópica no debe convertirse en ningún momento en ideología, aunque por naturaleza estas dos compartan los mismos rasgos ya que son en alto grado ambiguas, tienen un aspecto negativo o positivo, y un papel constructivo y otro destructivo. Por eso la utopía debe seguir ciertos aspectos manejados en la teoría crítica para evitar su advenimiento en ideología. La utopía debe ser entonces:

En primer lugar, histórica, porque la teoría es aclaración sobre la existencia humana y desde un ideal hegeliano de humanización a través de un progreso constatable en la historia por los grupos que son dominados y humillados. En segundo lugar, la teoría debe de ser dialéctica puesto que su avance es a través de contradicciones captables desde un punto de vista racional, siendo la razón la tercera y esencial característica de toda teoría que no quiera ser y actuar como ideología. La razón, en definitiva, es el fundamento de la teoría crítica y debe serlo también para la utopía. Una racionalidad que tiene su herencia en Kant-Hegel y en la universalidad griega clásica.

Ahora, la razón aquí se define como un proceso de análisis causal, pero desde la comprensión de las contradi-cciones en una dialéctica histórica, que busca las causas de la dominación. En este sentido, se distinguirá siguiendo a Weber entre racionalidad y racionalización. La racionalidad siempre y por fuerza tendrá que ser crítica, mientras que la racionalización no es más que el uso del esquema medio-fin en unos objetivos cuyos resultados últimos no sean más que los de consolidar lo constituido. Este sería el fundamento de la razón instru-mental. Por ello precisamente, la teoría

que no deviene en ideología tiene que ser histórica, dialéctica, racional y negativa.

Si recogemos lo más importante, el final de la utopía (como lo plantean Marcuse, Horkheimer y Adorno) nos presenta la imponente capacidad de transformación de la que dispone la especie humana. Los ideales utópicos en los que se plasmaban las ilusiones de una existencia plena, son ya posibles gracias a los conocimientos científicos y sociopolíticos disponibles. El hambre, la enfermedad, la precariedad, pueden superarse material y objetivamente. Pero, sobre todo, son la explotación del hombre por el hombre, la agresividad y la dominación las causas de la rémora de la historia.

La lucha contra tales causas es la realización de la utopía y la instauración de nuevas fuerzas humanas y sociales que hagan renacer ese “principio del placer” con el que Freud restablecía el sentido histórico. Frente a la agresividad de una sociedad guiada por el “principio de destrucción”, Marcuse (1999), reivindica el impulso de creación e invención en donde la síntesis de Marx y Freud haga posible el lema de “a cada cual según su necesidad, de cada cual según su capacidad”.

Cuánto tiempo se ha perdido durante el destino del hombre en la lucha por decidir cómo será el siguiente mundo del hombre. Mientras más sutiles son los esfuerzos por averiguarlo, menos se sabe sobre el presente en el que vive. El único mundo maravilloso que conoció, en el que vivió, que le dio a él todo lo que tuvo, era de acuerdo con los predicadores y los prelados, el que debía ser lo menos importante en sus pensamientos. Le fue recomen-dado, ordenado, despedirse de él desde el día de su nacimiento. ¡Oh, ya hemos tenido bastante de ese abuso de esta alegre tierra! No es una verdad triste que este debe ser nuestro hogar. Con que sólo nos diera abrigo, ropa simple, comida simple, agregándole la lila y la rosa, la manzana y la pera, sería un hogar perfecto para el hombre mortal o inmortal.

En conclusión, la utopía como obra sobre el futuro suele interesarnos

solamente si sus profecías parecen verosímilmente a realizarse; sin embargo, habrá quienes saquen provecho del “shock value” de sus afirmaciones o de sus críticas y se postren como los que detentan la verdad en un “statu quo”. Por otro lado, es deber del intelectual criticar severamente a la sociedad y poner en perspectiva el “es”, contraponiéndolo con lo que “debería ser”; y no convertirse en un testigo criminal del estado de cosas actual.

Debemos recordar que las condiciones objetivas están dadas, y que son estas contradicciones las que a través de la historia han generado una praxis revolucionaria. El miedo a la libertad y la naturalización de las cosas nos han llevado hacia una actitud escép-tica y poco crítica; como consecuencia, hemos inaugurado la gran kermés de la subjetividad en donde los discursos de tolerancia, pluralidad y asertividad, se postergan y se imponen ante categorías como lo cuantitativo sobre lo cualitativo. Mientras existan el hambre, la miseria y la desigualdad de clases, estos discursos se verán obsoletos y reflejarán la incapacidad intelectual, heredera de la razón instrumental y de la racionalidad que nos lleva a aceptar el principio de realidad.

BibliografíaWeber, M., 1971. Economía y sociedad, La

Habana, Ciencias Sociales. Cioran, E. M., 1981. Historia y utopía,

México, D.F.: Artificio. Huxley, A., 1998. Un mundo feliz, (3ra. Ed.)

España: Ave Fénix. Marx, K., 1982. La ideología alemana, La

Habana, Pueblo y educación. Freud, S., 1978. Introducción al

psicoanálisis, Barcelona: Grijalbo. Marcuse, H., 1999. Eros y civilización,

Barcelona: Ariel. Adorno, T., 1966. Dialéctica negativa,

Buenos Aires: Grijalbo.

Edén Ismael Bautista HernándezFacultad de Ciencias Humanas, UABC, Mexicali.

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Política y fe: Política y fe: La polémica entre Habermas y Ratzinger Fernando Pineda Morales

Antes de ser papa, Joseph Ratzinger mantuvo una discusión con el filósofo Jürgen Habermas sobre el papel de la fe en la construcción de un mundo más democrático. El análisis del debate que aquí ofrezco revela facetas poco conocidas de estos dos eruditos. Además, un comentario de los ensayos teológico-políticos de Ratzinger.

En enero de 2004 la Academia Católica en Baviera reunió al entonces cardenal Joseph Ratzinger (1927) con el filósofo Jürgen Habermas (1929). La cumbre intelectual se mantuvo entonces en discreta reserva. Personalidades de amplia influencia en mundos muy distintos —el reino Vaticano en un caso, la república académica en otro—, ambos son alemanes de una generación que, muy joven, participó del colapso bélico del Tercer Reich.

Maestros de vasta experiencia si bien, por así decir, con libros opuestos, ofrecieron en esa ocasión su visión de las relaciones entre la religión y la política a comienzos del siglo XXI. ¿Pueden llegar a ser hermanas la fe y la democracia? ¿O bien persistirán en su añeja y mutua hostilidad? Más allá del resultado del encuentro, resulta claro que el ahora Benedicto XVI enfrentó con energía a su antagonista, sin duda, el pensador vivo más célebre tras la desaparición de figuras como Norberto Bobbio, John Rawls o Jacques Derrida.

La conferencia de Baviera modifica algo del perfil convencional por el que son conocidos sus protagonistas. Es cierto que Habermas se muestra preocupado por los temas de siempre, la fundamentación no metafísica de los valores modernos y la racionalización de la cultura política. Pero a la vez —y esto es sorprendente en quien al pasar se define como indiferente, —sin oído musical para la religión— insistió allí en la necesidad de contar con la fe para sostener la debilitada vitalidad de la conciencia democrática.

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Por cierto Ratzinger defendió una filosofía tradicional que tiene siglos detrás de él. En sus maneras, sin embargo, tomó distancia del perfil mediático que supo proyectar como guardián del dogma y purpurado ultramontano capaz de sostener que los políticos católicos pueden aplicar la pena de muerte pero jamás autorizar el aborto. En su Baviera natal adoptó el papel de polemista urbanizado. Se permite incluso un cortés comentario crítico acerca de una idea de Hans Küng, un teólogo cuya enseñanza combatió desde su implacable puesto institucional en Roma durante la era Wojtyla.

Un problema de los laicos, comenzó Habermas, es que tienen dificultades para afirmar valores sin recurrir a los respaldos trascendentes o confesionales que pretenden negar. La secularización —vale decir, el proceso de replanteo en términos laicos del antiguo universo conceptual de la cultura religiosa— amenaza con vaciar el sentido mismo de esos conceptos que son también valores. ¿Cómo se justifican, por ejemplo, el derecho y el Estado? Esta pregunta fundamental para la política constituyó el centro de la discusión en Baviera. Desde la filosofía de Habermas, una variante del liberalismo político, el respaldo de las instituciones ya no puede ser religioso o metafísico: Debe ser racional. La ley que regula al Estado se fundamenta en las mismas condiciones que hacen posible el diálogo entre ciudadanos, quienes están involucrados de una u otra forma en el procedimiento legislativo. La argumentación es la fábrica de legitimidad del sistema.

En esta visión, es el propio proceso democrático el que genera el imprescindible consenso hacia un sistema que pretende apoyarse no tanto en la represión sino en el acuerdo más imaginario que real de sus integrantes. Una derivación importante es que el Estado democrático evita dar instrucciones sobre la felicidad o fijar orientaciones acerca del sentido de la vida. Es neutral, dice Habermas, respecto de las visiones del mundo. Sus ciudadanos pueden adoptar la que prefieran; son libres de pensar y actuar

como quieran siempre que respeten la legalidad vigente.

Pero el verdadero problema —que, hay que decirlo, no empezó a preocupar a Habermas en el momento en que se encontró a debatir con Ratzinger sino mucho antes— se perfila ahora con claridad, pues ¿qué motivará a estos ciudadanos laicos, posmetafísicos, individualistas a participar en política o a sacrificar algo de lo propio en aras de un interés común? La razón puede justificar, pero no basta para motivar, aclaró Habermas. Y es aquí donde halla un espacio para que la religión haga su aporte a la cultura democrática moderna con la que vive en disenso a la vez perpetuo y, según él, tolerable. Este tono desconcertó a los comentaristas. ¿El heredero de la tradición radical de Frankfurt, el defensor de la ilustración y del progresismo se aprestaba ahora a un giro religioso ante un cardenal oscurantista?

Un sistema político, explicó el filósofo, no puede nutrirse del puro conocimiento o de la sola transparencia argumental en los debates. En el pasado, las convicciones republicanas fueron sostenidas por ideologías o pasiones (el nacionalismo, por ejemplo). Sin anclajes —pre-políticos—, como los llama con elegancia, es decir, sin motores pasionales e irracionales, difícilmente alguien iría a la guerra o resignaría ganancias en aras de la igualdad. Un Estado no puede prescindir de valores altruistas ni tampoco imponerlos jurídicamente. La modernización, con su individualismo y su frialdad ante lo trascendente, puede llegar a disolver el cemento de la sociedad.

¿Cómo implantar una convicción solidaria eficaz con medios sólo racionales? En lo que Habermas denomina post-secularización, la religión tiene un papel relevante para la formación de virtudes civiles; apuntala, no amenaza, a la modernidad secular. ¿Acaso los derechos humanos, hito de la civilización, no hunden sus raíces en la escolástica católica, comentó Habermas?

Cristianos y no creyentes deberían soportar la perpetua discrepancia sobre temas de sexo o familia. La razón, por

su lado, ganaría en profundidad si reconociera en la fe un —potencial de verdad— que ésta, sin embargo, no puede demostrar por sus propios medios. La filosofía no debería enjuiciar a la fe con criterios estrictos de verdad o falsedad (cosa que hizo abundante e inútilmente en el pasado), sino cambiar de actitud y estimar lo que puede aprender de ella.

El cristianismo le parece a Habermas un aliado adecuado en la lucha contra el posmodernismo, enemigo común, pues, a diferencia de éste, no reniega de la racionalidad ni le atribuye a ella el origen de todos los males. Con todo, para Habermas sería preciso —desinfectar— de cierto irracionalismo remanente a las culturas no liberales, como las religiosas, para admitirlas en la ciudad. Pero, ¿qué queda de la religión después de esta profilaxis?

En su respuesta, Ratzinger sostiene que la racionalidad, único Dios que Habermas admite, también debería reflexionar sobre los desastres que producen sus sueños y comprender las reacciones contrarias que genera. Por un momento parece acercarse más que el propio Habermas a las ideas en las que éste se formó.

Cierta o no, su indirecta objeción es a la vez pertinente y popular (algunos la calificarían de populista, otros de mero lugar común) y contribuye a delinear la imagen final con la que el cardenal quiere identificar a su rival, la estrella intelectual. Aunque, a decir verdad, Habermas manifiesta la aspiración a convivir con la religión, la argumentación de Ratzinger intenta convertir al filósofo en una especie de fanático del raciona-lismo; un dogmático de distinto tipo.

Ratzinger aprovecha las cartas que su antagonista deja sobre la mesa para elaborar su argumento utilizando un lenguaje menos técnico, algo que quizá constituya también una lección para progresistas. Sabe que ante un eventual auditorio no creyente llevaría todas las de perder y tiene que defender la noción de derecho natural, es decir, de una ley cuyo fundamento no es un razonamiento o el resultado de un debate sino que se deriva de una esencia —natural— de origen

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divino y revelada a los hombres, ¿cómo hacerlo sin exigir que los demás participen de sus creencias?

El verdadero enemigo que obsesiona al cardenal se llama relativismo moral, sin duda amplificado por el posmodernismo que Habermas deplora, pero no exclusivo efecto de éste, sino de la propia modernidad que el filósofo reivindica. Los valores firmes no surgen de los caprichos personales del individuo ni pueden fundarse siempre de manera racional o democrática. Esto último es claro en el ejemplo de los derechos humanos. ¿Acaso las mayorías que votaron y llevaron legalmente a Hitler al poder en Alemania hubieran consagrado la dignidad humana, arguye Ratzinger? Hay valores que se sostienen por sí mismos, sin necesidad de argumentos o consensos. No es sensato postrarse ante el fetiche del —yo moderno— ni el de sus mayorías. Éstas no siempre tienen razón, dijo el cardenal el año pasado en Baviera.

La religión, afirma con Habermas, será una auténtica fuente normativa para las democracias abúlicas siempre que se admita que los principios del orden moral y civil fluyen de la naturaleza divina. Porque detrás de ese reconocimiento vendrán los necesarios valores para el mundo moderno cuyo ateísmo amenaza incluso la dignidad de la persona. Si bien es preciso que el derecho vuelva a disponer de un fundamento trascendente deberá ser, por supuesto, uno racionalmente estructurado. Sólo así podrá combatirse el relativismo, enemigo común, que Habermas abomina sólo bajo la forma de posmodernismo. El filósofo había ofrecido su mano, pero el cardenal busca tomarlo del codo.

En efecto, Ratzinger explota a fondo los gestos concesivos de Habermas y extrae de ellos casi la exigencia de restaurar la centralidad de la fe en un mundo que ya no cree en nada ¿no había sido Habermas quien subrayó la genealogía católica de los derechos humanos, hoy venerados por todo el mundo globalizado (a excepción quizá de algunas diócesis meridionales)? Puesto que la metafísica confesional —la fe— no puede limitarse a ser un mero correctivo para el vacío del mundo moderno que ha diagnosticado Habermas, porque es su única verdad sustancial y ha sido relegada. Si la necesidad de un más franco regreso a la fe asusta a los progresistas como Habermas por sus peligrosos núcleos irracionales, ¿por qué se muestran tan poco alterados por las atrocidades de la razón, empezando por la bomba atómica y pasando por su desprecio a las culturas distintas, cuya religiosidad, sostiene el cardenal, el propio Vaticano respeta y estima?

Para Ratzinger es obvio que el laicismo de la modernidad racionalista domina —por el momento y para su propio mal— el actual panorama espiritual. Con todo, razón y fe —los padres de la iglesia, dice el cardenal, lo enseñaron hace ya muchos siglos— son complementarias antes que enemigas. Además, queda claro que la razón tiene sus propias patologías, no menores ni menos mortíferas de las que la religión sufrió en el pasado. Atrocidades históricas aparte, y pese a que superficialmente no parezca así, desde un exclusivo plano doctrinal el ecumenismo de la fe católica manifiesta una mayor disposición a la relación con lo distinto que la cultura liberal.

La lucha de Habermas contra el posmodernismo, deja entender el cardenal, lo terminará arrastrando hacia la intolerancia cultural. Después de todo, no sólo París es la capital de la diferencia. También el Islam, el modo de vida de la India o las sensibilidades nativas de Latinoamérica tienen sus propias visiones no coincidentes con las del Occidente racionalista, la mayor cultura operativa a nivel global.

Para Ratzinger, y en ello se adivina el intento de una estocada final (¿populista?), la modernidad que Habermas defiende debería aprender a modular sus pretensiones de universalidad tomando lecciones de la tradición católica. Esta tradición no sería menos firme pero sí (al menos en teoría) menos absolutista o paranoica que la modernidad laica. Si ésta no modera su ciega arrogancia, lo pagará caro. Y ya lo está pagando, insinuó en Baviera el hombre que sería papa.

Fernando Pineda MoralesFacultad de Ciencias Políticas y SocialesUNAM, México.

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La bibliografía completa deberá ir al final del escrito y se citará de la manera siguiente:

Bazan, J. (1998). Manual de diseño urbano. México: Trillas.Fimbres Durazo, N. (2000). Emigración, inmigración y retorno: El

ciclo de los inmigrantes mexicanos en Caléxico, California, EE. UU. Estudios Fronterizos, Revista del Instituto de Investigaciones Sociales UABC, 1 (2), 93-120.

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López, B. M. (2004). Salud pública: El precio del desarrollo. Recuperado el 2 de junio de 2004, de http://www.elmundo.es/ Salud/293/07No118.htmlAdonis, M., Caceres, D., Retamal, C., et al. (2001, enero). Indoor air Pollution in zone of extreme poverty of metropolitan Santiago

[Contaminación intradomiciliaria en un sector de extrema pobreza de la comuna de La Pintana]. Revista Médica de Chi-le, 129 (1), 33-42. Recuperado el 17 de febrero de 2006 de, http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0034-98872001000100005&lng=en&nrm=iso

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