Revista VozUCR 11

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Álvaro Murillo “La Resistencia: El sur de Costa Rica no tiene miedo” ENTREVISTA CRÓNICA ejemplar gratuito

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Entre bancos rosados, matrimonios anulados y facultades navegables el circo nos permite preguntarnos: ¿Podemos ser definidos por errores de nomenclatura? ¿Hay algunos más prescindibles qué otros? ¿Hacia dónde estamos caminando?

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  • lvaro Murillo

    La Resistencia: El sur de Costa Rica no tiene miedo

    ENTREVISTA

    CRNICAejemplar gratuito

  • Entrevista lvaro Murillo: Una aventura verniana

    Crnica La resitencia: el sur de Costa Rica no tiene miedo

    Echando raices juntos y juntasIntegrantes de la Colectiva Tierra Semilla y Pan

    UespraFEUCR 2014-2015 retira apoyo a asociacin ambientalista por lucrar con fondos pblicos

    Crtica literariaEl absurdo en la literatura

    Textos literariosFreak Show

    Ciudad de Dios... o los lmites materiales del poder constitucional

    Galera

    CONTENIDOS

    0414

    4034

    4446

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    Artes Plsticas La cenicienta de la infraestructura

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    Hace una par de meses dos chicas decidieron casarse, como lo hacen a diario cientos, sino que miles de parejas en el mundo. Se casaron por amor, hacia la otra, hacia la vida, pero principalmente, (si se permite ejercer este juicio) por amor a la rebelda. Las dos mujeres en cuestin, que se consideran a s mismas como tal y se identifican de la misma forma, no eran, sin embargo, solo un par de chicas. Segn el registro civil una de ellas era una F, como corresponde y la otra una M, una letra que ella no pidi y que a pesar de serle impuesta todos los das de su vida, no solo no le corresponda, si no que adems no poda pertenecerle. Una M y una F. Qu son, al final, dos letras para el sistema que nos clasifica?Unos cuantos das despus de este matrimonio, y su consecuente revuelo en redes sociales y tribunales de justicia, un banco estatal decidi abrir una sucursal solo para clientes mujeres. La idea, que vista desde afuera poda considerarse como un intento de acortar las distancias que (no nos engaemos) afectan a todas las personas a las que el Estado registra como una F; se ti de tanto rosa y clich y se rompi tan fcilmente como el material que le da nombre.En el centro de educacin superior con ms prestigio del pas, el mejor calificado a nivel centroamericano, unos 600 estudiantes reciben clases en medio de ros y con condiciones que, literalmente, ponen en riesgo su vida. Misma universidad donde la cabeza y centro de operaciones del movimiento estudiantil, que rene (voluntaria, involuntaria o inconscientemente) a 30.000 personas, es elegido cada ao con un abstencionismo de ms del 70%, acompaado con das de acoso panfletario que dura lo suficiente para alejar a ms votantes de las urnas.Entre bancos rosados, matrimonios anulados y facultades navegables el circo nos permite preguntarnos: Podemos ser definidos por errores de nomenclatura? Hay algunos ms prescindibles qu otros? Hacia dnde estamos caminando?

    CRDITOSEditorial Estudiantil UCR / Coordinacin editorial: Sebastian Barkero Ziga / Asistencia Coordinacin editorial: Karolina Rodrguez / Editora: Anglica Castro Camacho / Editora grfica: Natalia Fernndez Abarca / Jefatura de correccin de estilo: Roberth Ramrez Martnez / Correctores de estilo: Claudia Leandro, Luis Fernando Montero B., Roberth Ramrez Martnez, Cynthia Ramrez / Periodistas: Sebastian Barkero Ziga, Anglica Castro, Eber Vquez Len / Diseo y diagramacin: Natalia Fernndez Abarca, Daniel Valverde Corrales / Ilustraciones: Nathalia Retana (portadas), Edwin Castillo Segura, Fabin Bolaos, Ximena Miranda Barrantes / Fotografas: Anglica Castro, Jose David Quirs, Eber Vquez, Daniel Valverde Corrales.

    NOTA EDITORIAL

    VozUCR / 11 EDICIN

  • AQU AL PERIODISMO LE HACE FALTA SER MS VIBRANTE

    A LVARO MURILLO CONTAR HISTORIAS LE DESPERT COMO UNA AVENTURA VERNIANA.Anglica Castro | [email protected]

    [ 5 ] Ilustracin: Kristell Faerron

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  • Dicen que hay dos clases de personas en el mundo: las que usan separadores de libros y las que les doblan las esquinas. lvaro Murillo es del segundo tipo. Sobre la mesa apoya un impo-nente volumen que fcilmente sobrepasa las mil pginas, La vida de un periodista, de Ben Braddle, el legendario ex director del Washington Post, y marca una separacin mientras me dice que no me preocupe por el retraso, que justamente ayer l lleg una hora tarde a una entrevista. Son cosas que pasan.Nos preparamos para la entrevista y, celulares en mano, comenzamos, ambos, a grabar la conversa-cin. Un hbito de periodista, probablemente, parte de conocer el valor de registrar al pie de las letra las palabras de otro. O las propias. Al final le preguntara cmo se siente estar del otro lado de la entrevista y l dira que nunca se siente de ese lado, que siempre es como una conversacin. Sobre todo porque me entrevistan estudiantes de periodismo sobre temas de periodismo.Visto de frente, Murillo tiene la cara ancha y barbuda, cejas gruesas y brazos y manos grandes. Durante toda la conversacin su mirada flucta entre ver directamente a los ojos y perderse en al-gn recuerdo. Como l mismo me dira despus, la lengua se le traba al pronunciar la s, pero por lo dems tiene un habla fluida y culta, como si estuviera contando un cuento, o quizs una crnica.

    Miguel Strogoff, no tena caones, ni jinetes, ni infantes, ni bestias de carga. Ira, si poda, en coche o a caballo; si no haba ms remedio, ira a pie. Julio Verne, Miguel StrogoffIlustracin Alexander Chacn

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    Cuando era nio y le preguntaban qu quera ser de grande, cul era su respuesta?

    Al principio piloto de avin, luego ji-nete de caballos de carrera, luego no me acuerdo, alguna de estas otras co-sas divertidas. Ya en el cole yo deca que yo iba a ser escritor, luego deca que iba a ser abogado, luego deca que iba a ser, oiga usted, mecnico de precisin, luego que ingeniero en aviacin. Pero digamos, a mi siempre me han gustado las letras. Leer y es-cribir tambin.La verdad no s en qu momento pens en el periodismo, no lo puedo identificar, solo s que cuando tocaba escoger carrera, puse entre las opcio-nes el periodismo sin estar demasia-do convencido. Porque digamos mi familia nunca nada, por ningn lado la cuestin periodstica. Pero en algn momento vino por el lado de las le-tras, como una idea de aplicar el gusto por las letras en cosas con contenido.

    Qu lea cuando estaba pequeo? Cul fue el primer libro que ley?

    No le miento, me le 16 veces Mi-guel Strogoff de Julio Verne. Fui el raro caso del estudiante que se ley El Quijote dos veces completo. Y pasaba leyendo, de verdad lea bastante. Ju-lio Verne me gustaba mucho, me ha-ca conocer cosas que en nuestro pas se ven como de otra galaxia. A uno le hablan en un libro de los Montes Urales, de zonas de Siberia, que para uno eran fbulas. Por eso era que me gustaba mucho, pero adems porque tena personajes con mucha identidad y muy marcados.

    Cuntos aos tena cuando lo ley por primera vez?

    Nueve, porque me lo regal mi maes-tra de tercer grado con una dedicatoria que a mi me conmueve mucho. Me conmueve no tanto por ay s, que lin-do, qu montn me quera, sino porque pocas maestras son capaces de dar en el clavo y entusiasmar tanto a un carajito con una dedicatoria de un libro.

    Deca a usted siempre le va a ir bien. Que la personita que vos sos siempre va a triunfar y no se qu. Ella siem-pre recuerdo que deca una personita de bien, claro porque era un nio, ahora probablemente dira una perso-na de bien. Yo no s si inconsciente-mente ella me estimul a leer ms y leer ms me llev a lo periodstico y el periodismo me llev a lo que hago ahora.

    Cuando usted empez a hacer periodismo se relacionaba con ese motivo de aventura de Julio Verne?

    Si, yo no lo he hecho ni la centsima parte de lo que creo que debera ha-cer, pero s he viajado. S lo he he-cho, s me gusta y adems me gusta viajar raro. Muchas veces solo, verme en necesidades, en necesidad de ha-blar con gente, de buscarme la vida, de ver donde me voy a quedar. Aho-ra, tambin es muy rico irse a quedar a un hotel donde a uno lo atienden completamente, pero esta otra par-te me parece muy divertida, adems del inters cultural. Para probar cosas nuevas, la diversidad cultural.Yo creo que aqu nosotros, y eso tiene que ver con qu periodismo hacemos y qu crtica tenemos, los ticos somos un corralito, creemos que el mundo empieza en Paso Canoas y acaba en Peas Blancas, o an peor, que em-pieza en Cartago y termina en San Ramn y ya. Y qu diverso cuando vamos a Puerto Viejo. Y digo, no me refiero solo a cuantos aviones toma-mos en un tiempo, porque vos pods tomar muchos aviones, pero la mente no viaja.

    Cmo fue su experiencia en la uni-versidad? Qu fue lo ms valioso que le dej la carrera?

    Yo nunca estuve muy convencido. Recuerdo, todava la segunda semana de clases, verme sentado en la fuente frente a la biblioteca Carlos Monge, diciendo O me paso a ingeniera civil? Porque adems tena la suerte de tener una buena nota, entonces eso me haca ser ms indeciso, porque el

    hecho de que me gustaran las letras no quera decir que me disgustaran los nmeros o que me fuera mal en los nmeros.Conforme avanz la carrera vi que me iba bien y empez a gustarme, pero no tengo un da en concreto, algo que me pasara. Si hay profesores que a uno lo inspiran, pero yo no creo que uno en la U salga, en trminos de pe-riodismo, as como que me ense demasiado este profe. No, es que lo inspiren a uno o le abran los ojos a ciertas reas o lo empujen.

    A ser periodista se aprende en la calle o se puede aprender en las cla-ses?

    Yo no creo que la academia por s sola sea capaz de producir un buen periodista. Prepara un buen perio-dista, pero no lo produce. La calle es otra escuela, es un asunto comple-mentario. Tambin puedo decir que hay buenos periodistas de calle, pero el riesgo de fracasar y convertirse en el cnico que todos tememos estando solo en la calle es altsimo. La acade-mia le pone a uno los marcos y uno en la calle rellena. Para m eso es.Tengo amigos, que los quiero mucho, son doctores, sacaron un doctorado, y yo les he dicho: Ustedes nunca re-porteen, por favor. O reporteen para que aprendan, porque son muy bue-nos investigadores, acadmicos y pre-paran pedagoga. Tambin conozco casos de gente que cree que la calle basta y la calle no basta. En algn mo-mento uno necesita parar y pensar y nada mejor que la academia para pa-rar y pensar.

    Cmo ha sido la experiencia de dar clases en la universidad?

    A m me ofrecieron la oportunidad y me encant. Yo creo que uno tiene una experiencia que aportar y justa-mente por eso, porque uno ya ha esta-do en la calle, puede venir a tratar de hacer el mezclado con la academia. Pero adems para aprender. Yo no siento que est haciendo aqu un vo-luntariado ni nada parecido, mi obje-

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  • tivo es casi egosta, para m es parar y pensar: Suave, qu estoy haciendo? qu hay que leer?. Actualizarme un poco y al mismo tiempo con los estu-diantes, usarlos, perdn el verbo, para retarme un poco ms.La ventaja que tiene la U es que aqu los estudiantes lo retan a uno. Aqu uno termina de dar clases, para los que no tenemos mucha experiencia dando clases, uno termina como el telfono mo en este momento: con 5% de carga, porque uno siente que ah lo di. Es otro ambiente, respirar otro aire.

    Usted ha trabajado fuera del pas. Cul es la diferencia en los dos lu-gares, aqu y all?

    Yo hice mi prctica profesional en El Pas, en Espaa, y yo le puedo decir cmo es El Pas, o como era porque adems eso fue en el 2005, hace 10 aos, y ya sabemos lo que ha pasa-do en el periodismo en diez aos; y adems en una seccin de internacio-nal. Yo alucinaba ah, yo alucinaba porque de repente tena cracks, de esos maes que yo deca cuando lo vea le voy a pedir un autgrafo y de repente estaba yo trabajando a la par de ellos.Ramn Lpez, Enrique Gonzlez, Rosa Montero, la tena al frente. Ade-ms, me impresionaba que de repen-te contestaban el telfono, Angeles Espinoza contestaba el telfono y la oa hablar en rabe. Y de repente otro contestaba el telfono y la oa ha-blar, Pilar Bonet, en ruso. Y yo claro: Esto qu es?!.Es por lo que le deca, tenemos una mentalidad de corralito y aqu los me-dios y el periodismo somos hiper aco-rralados y adems hipercentralistas. Todo desde San Jos, todo muy me-cetero. Usted va a un peridico y con suerte se encuentra a alguien que ha-ble ingls. Ahora, que alguien hable francs es como ver el cometa Halley pasando. Y que alguien hable rabe, obviamente no.Yo entiendo que la dinmica es dis-tinta, porque El Pas es un medio in-ternacional, tiene sus corresponsales;

    ni La Nacin ni ningn medio aqu en Costa Rica los va a tener, pero adems hay un asunto. Yo creo que los me-dios tienen que ver con el pas que es. Los medios en Costa Rica son como somos en Costa Rica y los medios en Espaa son como son en Espaa y cmo son en Espaa? Son muy diversos, tienen muchos lenguajes, tienen muchos idiomas, identidades nacionales, sensibilidades, la poltica es mucho ms explosiva, aqu la pol-tica es como una plastilina. Se mueve pero cuesta. Hay muchas diferencias.

    Qu piensa que caracteriza al periodismo tico? Es aburrido, es predecible?

    Es que es como somos los ticos. So-mos tiquismiquis, porque as somos. No digamos que no s quin es pe-ln. No, no, no, calvo. No, digamos que tiene calvicie. No, no, no, que le falta pelo. Y yo entiendo que hay sensibilidades, que hay que cuidar el lenguaje con las minoras. Yo jams estoy de acuerdo en llamarle indios a la poblacin indgena o en llamarle invlidos a gente con discapacidad, pero creo que exageramos en Costa Rica.Estamos hipersensibles y adems le tememos al conflicto. Preferimos el conflicto por debajo, el pualito por detrs, a diferencia de Espaa, donde tienen un deporte nacional que es el conflicto y pelear. Vos ves gente que decs se van a matar ya, ya, ya, y de repente paran de discutir, se toman un trago, un caf y todo bien. Aqu no.Ay s, me parece que..., Yo lo di-ra... , Con todo respeto... y de ah pasan dos aos sin hablarse, despus de una conversacin de estas. Enton-ces yo creo que el periodismo refle-ja bastante la identidad nuestra, que es poco agresiva, poco provocadora. Aqu al periodismo le falta ser ms vibrante.

    Hace unos meses public un perfil sobre el exministro de la presiden-cia, Melvin Jimnez, que cre una gran polmica en redes sociales por considerarlo denigrante y ofensivo,

    es todo parte de esta cultura? us-ted cree que si las caractersticas fsicas de l hubieran sido otras la reaccin hubiese sido la misma?

    Cuando yo hago el recuento de eso siempre digo que yo me equivoqu ah. De hecho, antes de que se hicie-ra el escndalo yo ya haba tuiteado, haba hecho 5 tweets y deca, nme-ro uno, esto es un perfil. Yo entiendo que la gente est poco familiarizada con esos gneros, porque casi nunca los hacemos.Los perfiles llevan descripciones fsi-cas de las personas en la medida en que sirvan para explicar cosas. Desde mi punto de vista el fsico de algunas personas acaba siendo importante si yo quiero explicar cosas. En el caso de Melvin Jimnez yo crea que el fsico era importante porque yo quera hacer el smil, de hecho el ttulo en algn momento era Pap Melvin, que la figura de l era una especie de apoyo. Incluso hay una ancdota que cuenta el actual presidente de la Iglesia Lu-terana, y aparece en el perfil, donde dice que de repente Melvin, con ese cuerpote que tiene, abraza y lo recon-forta. No es lo mismo un abrazo de alguien flaquito y pequeito que un abrazo de la abuela gorda. Entonces para m eso es importante.El error mo fue no haber usado bien ese elemento y haberme excedido en el nfasis al tema de la gordura. Si yo tengo que decir, como lo dije ah, que l es sopetas, yo lo digo porque yo s porqu soy sopetas. Es porque tenemos la lengua ms ancha y nos cuesta pronunciar la s y el sonido tr. Entonces yo tengo claro con Melvin Jimnez que le pasaba eso tambin. Alguien dira: Y qu importa? Por qu usted dice que la lengua gruesa de Melvin Jimnez? Bueno, porque es sopetas.Yo creo que hay sensibilidades, que hay palabras, Dios guarde aqu en Costa Rica decir la palabra culo. Y adems yo creo, pero eso ya es una elucubracin, que con el tema de la gordura hay algo colectivo, porque si yo hubiera dicho que l es flaco como un mecate, aqu en esta sociedad ser

  • flaco como un mecate es lindo o yo que s, es chiva. Ah, pero si estoy di-ciendo que es gordo, uy, uy, le estoy diciendo casi que es la peor persona.Y adems, me falt decir y ese es un error que comet, que l mismo me habl de su peso. l mismo me dijo: Desde que estoy aqu me siento me-jor porque me han regulado el peso, porque como ms ordenado, porque me atienden la alimentacin. Porque ya no ando haciendo giras y me como empanadas en las sodas. l mismo me lo habl y me lo habl con una na-turalidad como hablara yo de donde vivo. Otro error fue no haber previsto la sensibilidad que hay sobre el tema de la gordura, de verdad jams pude haberlo imaginado.Eso para m fue aleccionador porque

    me record que estamos muy poco fa-miliarizados con el gnero del perfil, me record que tenemos manas co-lectivas, me record que no se puede hablar mal del muerto, porque l era para los efectos un muerto, a l lo ha-ban destituido el da antes; y me re-cord de la necesidad de perfeccionar el gnero, porque yo tengo claro que comet el error de publicar sin una edicin rigurosa.

    Fue muy coyuntural?

    Fue un calentn. Yo lo tena ya re-porteado, tena una entrevista con l y todo y como lo echaron yo dije: sentido de oportunidad, lo redacto, lo publico y pum. Tanto que se public solo en web. Mucha gente dijo Uy,

    por qu se public solo en web? y empezaron a crear teoras de conspi-racin.

    Ah entra una pregunta importan-te: la reaccin tambin tiene que ver con el medio para el que usted escribe?

    Yo creo que s. Si yo eso lo hubiera escrito en Semanario la bronca seguro que hubiera sido tambin bronca, pero hubiera sido distinta. Si no hubiera es-crito eso sobre l, que implica una fi-gura determinada, digamos si hubiera hablado de otra persona, hubiera sido distinto. Y adems, hubo un error en los que manejan las redes de Nacin, agarraron el peor prrafo, el prrafo que yo admito tiene una equivocacin

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    El segundo semestre del 2015 Murillo imparti por primera vez el curso de periodismo de investigacin en la Es-cuela de Ciencias de la Comunicacin Colectiva.Fotgrafa: Anglica Castro

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  • porque hay un sobre nfasis, y ese fue el prrafo que usaron para promover la cuestin en Facebook. Todo mal, despus de ah, todo mal.Pero bueno, yo trat de tomar lecciones de eso y dije bueno, de 40 prrafos hay 2 sobre los que comet un error. Hay cosas que se pueden hacer mejor, evidentemente, y des-pus de eso publiqu un perfil de Za-pata y luego de Mariano Figueres, y yo quisiera seguir publicando, pero es que eso lleva mucho trabajo.

    Ac no estamos acostumbrados al periodismo narrativo. Cmo se puede evolucionar a esta forma de periodismo?

    Aqu es muy curioso. La gente lee El Pas y le parece maravilloso, que adems son columnas, qu maravi-llosa esta columna, pero si la hace un periodista de aqu o se hace ese tipo de texto, le dicen que es un opinador, que eso no es periodismo, que eso es editorial. Es muy raro. Tiene que ver con nuestra pose tica. Uy no, usted no puede mostrar su subjetividad. El periodismo es subjetivo, punto. Aqu nos hemos comido el cuento del pe-riodismo objetivo. Vayan, busquenlo donde exista y se van a dar cuenta que no existe en ningn lugar. Yo si creo que hay que hacer un periodismo ho-nesto. Una cosa es ser subjetivo y otra es ir y hacer un periodismo de inten-cin.Yo llego aqu y a usted quizs le llame la atencin un rasgo mo. Mir que raro habla este mae o mir el libro que est leyendo. Pero todos tenemos mi-radas distintas y vamos a poner el n-fasis en cosas distintas y en cosas que nos llaman la atencin. Eso son sub-jetividades, no estamos familiarizados y el periodismo narrativo va con eso. La mirada en el periodismo narrativo es la sabia. Mucha gente dice que la pluma, que que lindo que escribe. No me joda, es asunto de mirada, el mejor periodismo narrativo se hace afinan-do muchsimo la mirada. Y aqu no estamos acostumbrados a eso.-- La reaccin en redes sociales fue tan fuerte que se hizo una peticin

    para que lo despidieran, cmo ma-nej eso? por qu cree que la gente reaccion as?-- Alguien me deca: lvaro el escn-dalo no fue tan grande. Lo que pasa es que aqu 400 personas en el Twitter hacen un incendio, porque somos una cosita as. Yo no estoy tan seguro, puede que sea as pero no tengo cmo medirlo y no me interesa, la verdad. Yo no escribo para el Twitter, ahora, estoy metido ah y me interesa y no le voy a negar que me gusta cuando hay un trabajo de uno que empieza a ser compartido ah y sale bien valorado. Igual han criticado otras cosas tam-bin mucho.El 8 de mayo, que fue el traspaso de poderes, yo no quise hacer la nota madre, yo ya no quiero hacer la nota madre, yo prefiero hacer el texto como entrando por la cocina. Entonces yo hice la crnica de ambiente. El ttu-lo era: Nadie rez y un ministro gay desfil con su pareja. Uy que bar-baridad, por qu nos metemos en la vida privada? No, yo no me estoy metiendo en la vida privada, lo estoy viendo desfilar por la pasarela frente a 20.000 personas, en el evento ms pblico y poltico por definicin. Me parece un smbolo y adems lo llam a l para decirle: Vea, quiero estar seguro, l es su pareja? -S, l es mi pareja-. Y por qu decidi llevarlo? -Bueno, porque me parece que esta-mos en un momento en este pas en que no tengo porque dejarlo afuera-.Haba gente que le pareci ofensivo, pero qu quera que le dijera? que no es gay? Nada, desfil con su pareja y a m me pareca un elemento llama-tivo. Una cuestin histrica. Y lo de que nadie rez me llam un amigo sa-cerdote y me dijo: lvaro, pero cmo sabe usted que nadie rez. Que nadie rezara en sus adentros. Y yo bueno, eso no lo puedo saber nunca, pero por primera vez no hubo el tedeum que se hace en un traspaso de poderes. Para m eso es llamativo. Y me dice: Pero Luis Guillermo tena una Biblia en la mano. Tambin dije que tena una Biblia en la mano, pero de que nadie rez, nadie rez. Ah usted no vio al obispo hablando.

    Y eso lo criticaron mucho, pero tam-bin se ley mucho. Yo no creo que uno tenga que buscar lecturabilidad efectista, pero s causar inters, mo-ver un poquito, no ir ah dentro de los mrgenes porque el problema es que si no confundimos lo vibrante con lo sensacionalista. Cul es el periodis-mo ms vibrante que hay en este pas? El de Diario Extra, probablemente, pero yo quiero ser vibrante por otras razones.

    Usted habl con Don Melvin Ji-mnez despus de que ocurri eso? Tiene idea de lo que piensa?

    No, no tengo idea de lo que piensa. Yo le mand un mensaje con lo mis-mo que yo ya haba tuiteado, que disculpas por el sobre nfasis en ese prrafo, que era lo que yo senta que tena que hacer y ya. Adems, despus en el peridico publiqu una disculpa por el sobre nfasis. Y alguien me de-ca: lvaro, pero por qu usted se rebaj a pedir disculpas? Para m yo no me rebajo, yo puedo cometer erro-res y he cometido peores errores que ese, pero nadie los ha notado. Haba otro error ms grave en ese texto de Melvin que nadie lo not, nadie. Yo deca: por qu nadie nota que esto es una aberracin?Otro amigo me dice: lvaro, para m que usted le diga gordo no es un problema, para m que es muy grave que usted dice que dej el bculo en el bao olvidado. A m me parece muy simblico. Si su abuela le hereda una joya y usted esa joya la va y la deja en un bodega junto a las bicicle-tas viejas, para mi eso refleja cunto valora usted a su abuela. Si el seor tiene un bculo con el que se ordena obispo y lo deja olvidado en el bao de la Iglesia y se va, eso dice para m cunto significa para l.

    En redes sociales pasa mucho que la gente lee el ttulo nada ms y a partir de eso crea toda la historia, sin leer la nota cmo enfrentarse a eso?

    Es una putada. Es una putada porque entonces te obligs a tratar de hacer

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    un ttulo horrible para resumir ah todo. Entonces ves esos ttulos que parecen telegramas, casi escritos en clave Morse, para que se entienda ms o menos. Para mi eso es cuchillo para nuestro propio cuello, porque si yo en el ttulo le digo todo no le estoy dando ningn aliciente a que lea. Pre-fiero los ttulos sugerentes.Por ejemplo, con el de Mariano, el t-tulo era Hermano Mariano e inclu-so, en la tapa, el ttulo era El gran hermano. Ese ttulo no lo puse yo y no me hubiera gustado mucho por esa connotacin de gran hermano que todo lo vigila. Yo prefiero titular as y que la gente lea, pero que el ttulo no le de ya una sentencia, que uno quede con ganas de algo, de leer algo.El problema de Twitter es ese. No estamos leyendo, compartimos cosas por encimita. Entonces la gente dice: -Que barbaridad lo que usted escri-bi-. S, qu?. -Lo de aquello, del ttulo-. Aj, pero lo ley? -No, pero es que bueno el ttulo me dio a entender...- Ah, bueno.

    Sin embargo, es posible pensar que, ya que los periodistas saben que la gente no lee ms all del t-tulo, pueden usarlo para enviar un mensaje distinto al de la nota.

    La gente cree eso y yo entiendo que le ponemos demasiada atencin al t-tulo, en parte porqu del ttulo depen-de que nos lean o no. Leila Guerriero (periodista argentina) escribe cosas y no les pone el ttulo, ella dice ti-tulen como sea, nada ms no hagan una idiotez, porque si algo est bien se sostiene por s solo. Est escrito de una manera que leste el primer p-rrafo y te invita a leer el segundo y el segundo te invita as hasta llegar al final, y acabs o emocionado o putea-do o sorprendido o triste, si te leste el texto completo, ya cumpli todos los objetivos. El problema es que le ponemos toda la carga al ttulo.Ahora adems es peor, porque nos pi-den que titulemos de forma que Goo-gle le de una buena ubicacin en el Google search. Entonces en lugar de decir No s qu, no s qu de Chin-

    chilla, hay que poner De Laura Chinchilla, para que el buscador no s qu, no s qu. Entonces tenemos que responder al uso tradicional del ttulo, que es invitar a que la gente lea el texto; tenemos que responder a la comunidad tuitera, que es vlida, para que sepan de qu se trata; y tenemos que responder al Google. Con fines casi bibliogrficos hay que titular, es muy complicado.

    Pero se aprovechan los medios de que la gente solo lee los ttulos?

    Yo no s, yo no s si hay alguien que diga: En el ttulo voy a decir una cosa y ya en el texto digo otra. Yo creo que no. Yo creo de verdad que no. No es por defender al gremio, que me parece que cada vez lo hacemos peor todo, pero eso en concreto, de que Uy s, titulemos as que de por s la gente solo lee el ttulo, no. Porque adems hay un riesgo, si el ttulo es muy bueno la gente le va a dar click y ver y quedaremos desnudos al ver que el ttulo dice una cosa y el texto dice otra. Es un riesgo.Yo no creo que eso ocurra, ni en Extra, para m en Extra es igual de coherente el ttulo con el texto, ni en Nacin, ni en Semanario, ni el MundoCR, ni en Repretel, ni en lo que sea. Yo no creo que haya una cosa intencional de de-cir algo en el ttulo y otra diferente en el texto.

    Qu es ser periodista de La Na-cin? Porque en escribir para La Nacin y ser profesor de la UCR puede apreciarse casi una contradiccin.

    Y adems soy colaborador de El Pas, entonces la gente dira: Ah claro, por-que El Pas es el medio hegemnico de Espaa y La Nacin es el medio hegemnico del Costa Rica. Y yo le dira que s, pero El Pas es de izquier-da, socialista, la izquierda europea, iz-quierda de yogurt; y La Nacin no es claramente de izquierda en Costa Rica.El Pas es la izquierda en Espaa y La Nacin, en todo caso, es la derecha en Costa Rica. Pero adems, dentro de

    La Nacin, a mi me ven o muchas ve-ces me han visto, como el cuasi chan-cletudo y segn lo que uno escriba lo van a ver como este mae es el Frente Amplio y segn lo que uno escriba van a decir este mae es el ahijado de Otto Guevara. Entonces, a m no me preocupa tanto, ms bien me gusta hacer mezclas y que de repente alguien diga usted que escribe en La Nacin, s, pero es que tambin soy egresado de la UCR, no solo doy cla-ses, sino que soy egresado.Me form en la UCR y fui a las ma-nifestaciones del Combo, estaba ah en la calle. A las del TLC ya no fui porque estaba trabajando. Usted cu-bri el TLC en La Nacin. Usted fue esos que no s qu. S, pero usted no sabe lo que yo escrib. Yo no voy a defender a La Nacin, yo voy a de-fender lo que yo firmo. Y esto puede sonar sper petulante, pero al final los periodistas lo nico que tenemos es el nombre, es la imagen de lo que ha-cemos o no. Hay gente que hace un mal trabajo no importa qu medio lo contrate y hay gente que hace un muy buen trabajo no importa que medio lo contrate.Obviamente trabajar en La Nacin tiene ventajas, de proyeccin, prin-cipalmente. Yo s que si uno publica algo en La Nacin cae a todo lado, cada vez menos, pero cae todava. Que es distinto de publicar en otros medios. Entonces, cmo es trabajar en La Nacin? Tengo un problema y es que yo llevo 15 aos de trabajar en La Nacin, si yo hubiera trabajado en La Nacin y en Extra yo le digo con ms criterio.Es complicado tambin porque la gente cree que uno es casi el hijo de Julio Rodrguez y que tiene el tatuaje de La Nacin. Y yo incluso, puede ser una estupidez, pero yo digo que soy periodista en La Nacin, mis compa-eros dicen que son periodistas de La Nacin. Puede ser una estupidez, pero a m me hace sentir cmodo. Yo no s cunto finalmente quede de lo que uno pretende hacer ver como imagen de autonoma que tiene uno, pero tener la conciencia en paz vale oro y uno sabr los mrgenes que tiene.

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    Alguna vez se ha sentido incmo-do trabajando ah?

    S, s, s. Durante el TLC, un par de entrevistas que he hecho y que han querido quitarme una pregunta. In-cmodo no solo en la cuestin po-ltica, sino tambin en la religiosa. Por ejemplo, en la cobertura que hizo La Nacin sobre la santidad de Juan Pablo II yo deca: Esto qu es? El Eco Catlico o qu dia-blos? Yo soy catlico, pero de ah a que yo crea que hay que hacer una cobertura pa, es una diferencia enorme.La Nacin hizo una cobertura como de Eco Catlico sobre la santidad del Papa por la mujer tica del milagro y dio por un hecho que el Papa le ha-ba hecho un milagro a la seora. A m me pusieron como personaje del ao a esa seora, en La Dominical, y yo escrib un texto que empezaba di-ciendo Que raro que en la casa de la seora a la que Juan Pablo II le hizo un milagro, haya un rtulo de emer-gencias mdicas. A mucha gente le ofendi eso. Yo digo, yo no me creo lo del milagro, pero lo respeto. Pero no podemos como periodistas creer-nos esas cosas.La Nacin no es solo un asunto de lnea editorial, lnea poltica o ideo-loga, porque por ejemplo, en apo-yo con las parejas del mismo sexo La Nacin es muy progre, pero no en apertura social, en temas de for-talecimiento del Estado. En temas religiosos por este lado, yo deca que es muy raro. La seora del mi-lagro se quej con la directora y ella le pidi disculpas. Yo no s por qu diablos le pidi disculpas. Yo

    volvera a escribir eso igual, igual, igual. Es parte de la subjetividad que uno tiene derecho a ejercer pro-fesionalmente.

    Hace algn tiempo algunos de los periodistas altos de La Nacin vie-nen renunciando, Giannina Seg-nini entre las ms importantes, y no se saben claramente las razo-nes y eso abre las especulaciones. Cmo afecta eso al medio?

    Mau Herrera, que fue el trapo de dominguear de La Nacin durante mucho tiempo, a Don Mauricio El Ministro, lo digo sin sarcasmo, lo ha-ban echado de La Nacin. l ahora dice que siempre fue un disidente de La Nacin y s, l tena una posicin combativa, pero finalmente lo echaron de La Nacin, l no se fue porque qui-so. Se fue hace como 7 aos y ya l era un golpe grande, que l se fuera era como Uf, se fue Mauricio Herrera y luego Uf, se fue Ernesto Rivera, a Ernesto Rivera lo echaron. Uf, re-nunci Giannina Segnini.Yo creo que eso golpea al peridico, porque es gente que tiene un buen nombre, y el problema de los medios de comunicacin aqu es que quieren uniformar las plumas y los nombres y tener como si fueran batalloncitos o cuadrillas, que ningn nombre desta-que, bueno, esos nombres destacaron.Cuando salen de La Nacin la gente especula, con toda la razn, ms all de que tenga claro las circunstancias en las que salieron, pero especula y al final queda esa sensacin. Como m-nimo, y en eso tienen toda la razn, La Nacin se est debilitando cuando deja de tener gente pesada como ellos.

    En el caso de Giannina yo siempre digo que ella se fue hace dos aos. Ella tena dos aos de no publicar nada en La Nacin y de pedir permiso sin goce de salario dos meses para dar talleres, capacitndose, conferencias. Claro, al final renuncia en una coyuntura com-plicada, que fue la de la campaa, de si La Nacin public la encuesta. No tiene nada que ver la encuesta con ella, eso lo ha dicho, pero s con una incomodidad del peridico con algo que iba a publicar, un trabajo de inves-tigacin con candidaturas, y ella sinti el acoso sobre lo que iba a publicar y despus de eso dijo me voy. Un aco-so adems innecesario, porque la in-vestigacin no iba a cambiar el rumbo electoral ni pac ni pall.

    Cmo ve su futuro en la nacin?

    Corto. Aunque las situaciones fueran perfectas en los medios de comunicacin, y en La Nacin en concreto, yo tengo ya 15 aos ah, tengo 10 aos cubriendo poltica y ya toca cambiar. Hay que ponerse creativo, los periodistas tenemos que crear y dejar de creer que solo se puede ser empleados de medios, que es lo ms natural, o ser voce-ros de instituciones, que tambin es algo muy vlido. No todo puede ser reportero o periodista institu-cional, tiene que haber algo, algo en medio, que es lo que hay que pensar un poquito ms. Corto no digo que me quedan dos semanas, corto es tomando en cuenta que llevo 15 aos, ya 15 aos es mucho.

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    LA RESISTENCIA: EL SUR DE COSTA RICA NO TIENE MIEDOPAOLO NJERA, INDGENA BRRAN; ELIDES RIVERA, INDGENA TERIBE; Y FLOR SOLANO, CAMPESINA DE CHNGUINA, CUENTAN SU HISTORIA DE RESISTENCIA. Por: Sebastin Barkero Ziga | [email protected] Fotografa: Jos David Quirs Len

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  • De nuevo, entendimos que haba que volver al sur de nuestro pas. Una zona que, a pesar de aglutinar casi la mitad de la tierra costarricense, no conocemos o al menos la damos por existente. as como damos por existente la casa de nuestro vecino, la oficina de a la par, la asociacin de estudiantes que no es la ma y otro montn de lugares y espacios, llenos de personas, que obviamos. Haba que volver al sur porque el mundo nada puede contra un hombre que canta en la miseria, as como lo dijo Sbato en su Resistencia (2000), y el sur de Costa Rica, sin duda, hoy mismo, est pariendo hijos e hijas que resisten. Desde la tierra hasta el jaguar, parecieran resistirse a ser obviados por quienes an no comprenden el sentido del derecho a trabajar lo que es de uno.Los ros que atraviesan la resistencia siguen desembocando en la lucha de los pueblos Trraba, Bribri y Palmar Sur, siguen refrescando esos ojos cansados pero esperanzados por seguir construyendo una tierra rica en yuca, maz y chayote; pero, sobre todo, una tierra que sea suya. As como con la comunidad de Salitre, los medios nacionales parecen haber desaparecido del mapa. Ahora el sur no es noticia, a pesar de que en cada noticiero se hable de un hijo de estas tierras que ataja en el mtico equipo del Real Madrid.

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    Utiliz este cdigo para ver un fotodocumental que acompaa este artculo

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  • la autonoma de elides es una mano de tigreElides Rivera naci en un territorio indgena invadido por la carretera interamericana sur. As como mu-chos muros en la historia han divido pueblos hermanos, en Trraba, una lnea de asfalto marca una diferencia importante entre quienes viven de un lado u otro de la interamericana. Eli-des es hija de mujeres que migraron desde una regin en el Caribe pana-meo, emparentadas de forma directa con la poblacin nas (teribe) de Pa-nam.A Elides le toc vivir en el centro de la comunidad brran, donde cuida a su nieto y recibe constantemente a estudiantes, viajantes o simples inte-resados de la comunidad teribe. Mano de Tigre es como le puso a su hogar, porque, como dice sin dejamientos, las mujeres indgenas tenemos que hablarle al Estado y a los terratenientes con un nombre que signifique fuerza. Mucho hemos sufrido ya al querer ver-nos como personas vulnerables. Nos abri el comedor de su casa, y senta-dos frente a ella, mientras cocinaba la cena para sus ms recientes inquilinos, nos iba respondiendo poco a poco las inquietudes que el viaje nos haba en-comendado, rayando cebolla y cuidan-do el fuego de los frijoles.Cuando empez este proyecto (Mano de Tigre), lo prometi primero a sus ancestros, en especial a su abuela Tr, quien ha acompaado a su pueblo en los mltiples procesos de migracin que han acontecido, hasta encontrar-se hoy en el territorio que se conoce como Trraba.Me incorpor a la lucha hace bas-tante tiempo [en el ao 97, nos cont despus]. Cuando se empez a hablar del Proyecto de Ley de Autonoma In-dgena [en corriente legislativa hace poco], ac se vea la autonoma como un tema de legislacin, porque si no haba legislacin, no haba autonoma para los pueblos indgenas. En el 98 no se logr, y hace poco tampoco se

    logr. El grupo de mujeres Mano de Tigre decidimos, entonces, que toma-ramos acciones. Estas eran, primero, reconocernos como pueblo teribe y como mujeres teribe, pero no solo en el discurso, sino en el vestido de todos los das, la alimentacin, la cultura, la tierra, el idioma, los trajes y todas nuestras herencias ancestrales. Sobre todo los trajes y la danza son cuestio-nes intangibles que hoy nos han dado fuerza para mostrar una mujer teribe ms teribe. Aqu donde ustedes ven [seala un amplio patio] es una finca pequea, pero tiene todo para alimen-tarnos a todas.Una cuestin que necesitbamos rese-ar eran las distintas formas de resis-tencia que existen en los pueblos del sur, y Elides saba muy bien que las alternativas para la recuperacin de la tierra eran vastas. La de ella era a travs del turismo sostenible, la buena cuchara y su lucha contra el patriarca-do, que como el monocultivo de pia, tambin se carcome y ha carcomido buena parte de los territorios indge-nas.Se ha hablado en muchos espacios de discusin feminista que nosotros somos discriminadas nicamente por una sociedad occidental, pero es que tambin somos bastantes discrimina-das a lo interno de la comunidad, a lo interno de nuestras familias, solo por ser mujeres, llevndonos a ocupar nicamente los roles de empleada do-mstica y cuidadora de los hijos. Las dueas de la servidumbre. Cuando las mujeres Mano de Tigre decidimos ha-blar, nos convertimos en mujeres que no quieren que nadie las calle. Mu-chos compaeros nos siguen viendo como una amenaza. Cuando la mujer indgena se capacita en la incidencia poltica, quien mejora siempre es la familia. Por eso, nosotras trabajamos en la reivindicacin de las mujeres desde su cotidianeidad, es decir, desde un nuevo trato con nuestros compae-ros indgenas. Las compaeras han cambiado su forma de trabajar con sus hijos, de trabajar la agricultura, de ser

    mujeres teribes.La iglesia catlica, frente a una gran plaza rodeada por pequeas bancas de madera, hace que el lugar, de no ser porque existen extraas y aje-nas sealizaciones en lengua teribe, parezca una comunidad rural catlica y comn de nuestro pas. Las casas prefabricadas, donadas por gobiernos anteriores, reflejan un escenario de-jado a la suerte de los bonos de vi-vienda y a las promesas clientelares de un Estado, que luego de su cedula-cin ha utilizado los territorios como verdaderos campos de concentracin en pocas electorales. Adems, la Asociacin de Desarrollo Integral (ADI, Gobierno Local) de Trraba, ocupa un papel fundamental en ese plan de instrumentalizacin polti-ca y econmica, pensada desde San Jos y ejecutada, lamentablemente, por sectores de la poblacin indge-na que han asistido a la escuela de lo corrupto, dejando de lado la herencia intelectual de la solidaridad indgena y del buen gobierno, que segn Eli-des, practica el Consejo de Mayores Indgena, estructura poltica tradicio-nal originaria que va ganando terreno frente a la ADI, estructura poltica estatal. Elides encuentra consuelo en las luchas que Mano de Tigre ha venido realizan-do, a nivel nacional e internacional, por los derechos de las mujeres indgenas y por un empoderamiento de estas a travs de la autogestin comunitaria de los recursos tursticos de la zona. Con lgrimas en los ojos, recuerda una de las luchas ms trascendentales para el pueblo de Trraba, cuando en el 2012 desafiaron al sistema hegemnico de educacin, exigiendo verdaderas for-mas de educacin autnoma (un es-tilo de contra-educacin occidental), tomando el Liceo de la localidad. All muri su sobrino, padre de un chiquillo que ha correteado durante toda la en-trevista. All, Mano de Tigre fue indis-pensable, porque la mujer indgena en Trraba es indispensable para la resis-tencia.

    LA VISITA A UNA COMUNIDAD DE TRRABA EN CLAVE BRRAN

  • Cuando las mujeres Mano de Tigre decidimos hablar, nos convertimos en mujeres

    que no quieren que nadie las calle.- Elides Rivera

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  • Las compaeras han cambiado su forma de trabajar con sus hijos, de trabajar la

    agricultura, de ser mujeres teribes.- Elides Rivera

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  • Paolo Njera, indgena Brran, habla desde tierra recuperada en Trraba.

  • La autonoma de Paolo es dejar la universidad para recuperar su territorio

    Nos pasamos al otro lado de la intera-mericana, ms deprimido econmica-mente, pero de algn modo, con una mayor hiperactividad social que va construyendo un pueblo brran dueo de su territorio, a pesar de las ame-nazas de la ADI, de DINADECO, del INDER, de la CONAI y de antiguos terratenientes que, aunque no todos acten en alianza, ponen trabas y zan-cadillas a la lucha del pueblo brran, que existe a ambos lados de la lnea de asfalto. En la recientemente recuperada Finca San Andrs, baada por el Ro Gran-de de Trraba y que sigue la tendencia propia de la zona, con diversidad de vegetacin entre mediana y baja, Pao-lo Njera, joven indgena, estudiante de la Universidad de Costa Rica y re-cuperador de tierras brran, empieza su discurso caminando; y es que es difcil evitar que alguien de esta re-gin niegue una palabra, y sobre todo que esta no vaya acompaada de una accin cotidiana (caminar, cocinar, trabajar). Entre la tierra arcillosa y las pendien-tes que fcilmente pueden doblarle los tobillos a un pie torpe de la ur-

    banidad, Paolo luca pintados, en sus brazos y cara, una especie de tatuajes temporales como parafernalia de la resistencia que acuerpa la zona. Pao-lo, el estudiante de Antropologa, es un bastin importante en la lucha por la recuperacin del territorio indgena de Trraba.Ahorita no soy estudiante regu-lar porque decid venirme para ac, asumir las circunstancias que me to-can. Los compaeros del Consejo de Mayores me nombraron vocero del proceso y me ha tocado dialogar con mucha gente, entre el tiempo nuestro, ancestral, y el tiempo de los papeles burocrticos. La juventud, ac, est llena de hombres y mujeres, y cum-plen su rol, que es el que debera tener en todo espacio de lucha, el de pro-veer nuevas ideas y nuevas energas. Por mucha suerte que hemos tenido, los compaeros mayores se han man-tenido abiertos a recibir nuestras nue-vas ideas. Lo hermoso es que hemos aprendido a sembrar, a ver cmo se cruza el ro, en qu momento se corta un rbol, en qu momento salen los pescados. Esa ancestralidad, mezcla-da con la modernidad, da un resultado muy particular.La horizontalidad, tomar decisiones en consenso y dialogar, son algunas de las ideas que, segn Paolo, crean

    una simbiosis entre lo que trae la ju-ventud indgena y lo que ya han cami-nado los mayores. Una de las desventajas es que a ve-ces [los pobladores de Trraba] creen que queremos adoctrinar, porque he-mos ledo cosas que nos han ensea-do afuera de la comunidad. Nos han dicho marxistas, pero nosotros bsi-camente ahorita, en esta finca, como usted lo puede ver [seala un rancho con un sembrado de maz], vivi-mos en modo tradicional de nuestros antepasados. Lamentablemente, la universidad no es una figura hecha para los indgenas, pero nosotros so-mos necios, y queremos formar parte de ese espacio, y queremos cuestio-narla, porque cualquier compaero o compaera indgena que no haya ido a la universidad para intentar cambiar su contexto ms cercano, fue a perder el tiempo.Paolo vive con otros compaeros en esta finca recuperada en julio pasa-do, apegados a la Ley Indgena 6172, Convenio 169 de la OIT y la Decla-racin de Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indgenas y Tribales, pero sobre-apegados a una realidad inmediata de resistencia, donde cada indgena que pisa tierra, siembra maz y cuida el ro, es un in-dgena que es dueo de lo suyo.

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  • Nosotros tenemos derecho a la tierra porque somos indgenas.- Paolo Njera

    Mucho de lo que somos ha sido saqueado.- Paolo Njera

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  • LAS FINCAS DEL SUR TAMBIN SABEN RESISTIR. CHANGUINA, CUARTA VEZ QUE EMPIEZA DE CERO

    Asamblea de habitantes recuperadores de Finca Changuina y Cuadrante 3.

  • Tomamos ahora la interamericana hacia el sur. Otro sur que tambin resiste y que se entiende desde otras perspectivas lgicas y tnicas. Sobre todo, es el Estado quien los reconoce y entiende diferente. No son indge-nas, son campesinos, pero claro que podran ser descendientes indirectos de nuestros pueblos originarios. Es-tn en territorio que-no-es-de-ellos-y-ellas, porque era de la Chiquita (Mamita Yunai), luego del Estado, y despus fue de otro seor. Pero aun as, ellos quieren vivir ah. As de f-cil suena, pero no lo es.

    En Palmar Norte tomamos un bus, modelo Thomas Built 1965 (s, el t-pico school bus de E.E.U.U.), hacia los humedales de Sierpe. Sentados a la par de unos ingleses, el calor de las llanuras del sur costarricense ser-va de precedente para el encuentro con la comunidad de Chnguina. La localidad se describe por cua-drantes, herencia propia de un pa-sado donde la tenencia de la tierra era exclusiva de empresas agrcolas estadounidenses. La arquitectura no ha cambiado mucho y las llanuras son largas.

    Llegamos a una empacadora de la an-tigua Bananera Chnguina, antes del seor de nombre Oscar Echeverra Heigold, o COOPALCA DEL SUR S.A., hoy tomada para la realizacin de las asambleas generales de la co-munidad de Chnguina y Cuadrante 3. En el 2001, las empresas que eran dueas de las propiedades quebraron y el patrono (Echevera Heigold) nun-ca cancel los derechos de los traba-jadores y trabajadoras; por eso, la tie-rra fue ocupada por quienes s pueden trabajarla: una comunidad organizada que lucha por su derecho a la tierra.

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  • La imagen ms dura que vi fue cuando a un seor mayor le dispararon con una 12

    [arma] en el estmago.- Flor Solano

    Fue difcil ver esa casa ardiendo.- Flor Solano

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  • Fue difcil ver esa casa ardiendo.- Flor Solano

  • La autonoma de Flor es poder sembrar sin temor

    En la asamblea, sentados todos en las bardas de las cintas empacadoras que ya no sirven ms que para dar asiento a los cientos de pobladores y parti-cipantes activos de esta lucha por su territorio, se coma tamal y caf. En poco o nada, se pareca a un Consejo Superior Estudiantil.Flor Solano Salas forma parte de la directiva de la asamblea. Salimos afuera de la empacadora para evitar el sonido ambiente de la gran reunin, y ella comenz su relato sobre el difcil momento acontecido en meses ante-riores.Estas tierras siempre estuvieron so-las. Un grupo de unos 40 decidimos entrar en ella y trabajarlas. Porque siempre habamos estado alquilan-do terrenos, para sembrar el arroz y los frijoles del gasto. Cuando recin llegamos, la polica nos tir las cosas a la calle. Otros terratenientes nos ti-raban el ganado a los cultivos y nos quemaban todo lo que tenamos. La imagen ms dura que vi fue cuando a un seor mayor le dispararon con una 12 [arma] en el estmago. l tena problemas de audicin, y como no los escuch, pensaban que se estaba re-sistiendo y le dispararon los policas privados de este seor Echeverra.A lo largo del relato, era difcil en-tender cmo dentro de alguien poda caber tanto odio hacia un grupo de personas que simplemente queran trabajar la tierra. Le preguntamos a Flor si haba algo en especfico que exacerbara el odio hacia su movi-miento de lucha.Aunque las tierras estuvieran aban-donadas, los terratenientes saben que ese seor, scar Echeverra, es el que tiene el dinero y puede hacer proyectos a futuro. Nosotros, como solo queremos la tierra para sembrar y poder vivir tranquilos, les somos innecesarios para sus proyectos de gran capital.Flor repeta una y otra vez que estas fincas eran tacotales, matorrales en desuso y que simplemente se tom la decisin de vivir aqu. Se limpiaron

    y se pusieron al servicio de la comu-nidad, porque ellos queran vivir. As de fcil se escucha.Nos asedian con armas ilegales. No s el calibre, porque yo le puedo dar a usted el nombre de variedades de maz, pero el calibre de un arma no se la manejo. Pero eran armas bien grandes que daban miedo. La ltima vez que me quemaron el ran-cho, mis hijas estaban sembrando un arrozal y fue tan difcil saber que era la cuarta vez que vea a mis hi-jas llorar, que nos envenenaban los pozos [de agua]. Fue difcil ver esa casa ardiendo. Los taxistas, los del cuadrante seis, siempre me vean sembrando y ahora ah, esperando a que el fuego se apagara. Era mucha consternacin.Las empresas de comunicacin, como Teletica y Repretel, ya no apa-recen en el radar de esta comunidad, luego de que en meses anteriores, cuando la comunidad tom la deci-sin de cerrar el puente del Grande de Trraba en Palmar Norte, s eran noticia. Ahora, como dice Flor ya no les interesamos, ya no somos no-ticia. Esta lucha la empezamos solos. Ahora, gracias al cierre del puente y la difusin de los medios de comuni-cacin, WhatsApp y Facebook, con-tamos con ms ayuda de otros mo-vimientos. Tampoco esperamos que nos sigan acompaando, pero entre ms gente que se nos una, ms posi-bilidades hay de volver a trabajar la tierra que es nuestra.Le pedimos a Flor que nos llevara a su parcela para entender, de primera mano, cmo ha sido la reconstruc-cin de casa, pero sobre todo cmo se prepara para levantarse todos los das con miedo a la posibilidad de no poder volver a acostarse en el mismo colchn.Luego del ride que nos dieron unos de los compaeros de la comunidad, llegamos a la parcela de Flor. Como ella misma nos dice: Vamos poco a poco. Hemos levantado la mitad de la casa, y es que en verdad an no estaba cerrado uno de los costados de la casa, razn por la cual, cuando

    llueve, es difcil dormir por las no-ches, ya que se mete todo el agua.Hace poco, Flor nos envi con ale-gra un mensaje de WhatsApp con la foto del rancho terminado. [Esto po-nerlo en un recuadro abajo con una foto que les voy a enviar]Ahora tenemos ms que antes. Aho-ra tenemos la atencin del gobierno y las ayudas que presta el IMAS. En colectivo se hace todo ms llevadero. Las asambleas del grupo, para noso-tros, son bastante saludables, porque todos tenemos historias similares y nos reconfortamos. Lo importante es tener el mismo objetivo, el de recu-perar nuestras tierras. Ya para noso-tros es suficiente, ya no aguantamos un desalojo ms. Por eso, tomamos el puente, porque no van a volver a pasar por encima de nosotros. La tierra es de quien la trabaja, es del pueblo.En la parcela de Flor, nos aparcamos a ver el atardecer desvanecerse. Ella y su esposo nos iban enseando cada centmetro de su terreno, y no haba ni un solo espacio que no empezara a ser sembrado de nuevo. Restos de troncos quemados evidenciaban el paso de una rfaga de violencia in-sensata. A Flor se le quebraba poco la voz, mostrando una fortaleza in-conmensurable, y es que a lo hecho por el seor scar Echeverra y sus policas, hasta lo sembrado se le re-siste.Los dainos trataron de cortar la yuca para hacernos dao, pero no se dieron cuenta que era en luna men-guante y entonces la yuca volvi a crecer y con muchsima ms fuerza. Vieras qu buena yuca hemos comi-do de ah.Nos devolvemos a San Jos, revuel-tos de tanta realidad imperceptible en la Gran rea Metropolitana, que se mantiene inerte, a pesar de la din-mica veloz de sus autos y sus trenes, porque posee la peor de las inercias, aquella que obvia e ignora a sus co-terrneos, siendo cmplices de un sistema que ha legitimado la muerte silenciosa, como seala Sbato en su resistencia, y se evidencia en la de Paolo, Flor y Elides.

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  • Nosotros, como solo queremos la tierra para sembrar y poder vivir tranquilos,

    les somos innecesarios para sus proyectos de gran capital.- Flor Solano

    Los dainos trataron de cortar la yuca para hacernos dao, pero no se dieron

    cuenta que era en luna menguante y entonces la yuca volvi a crecer y con

    muchsima ms fuerza. Vieras qu buena yuca hemos comido de ah.- Flor Solano

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  • FEUCR 2015 RETIR APOYO A ASOCIACIN AMBIENTALISTA POR PRESUNTAMENTE LUCRAR CON FONDOS PBLICOS

    El estudiante y colaborador de Uespra, Luis Alvarado (segundo a la izquierda) en conjunto con su familia, comparte la reforestacin de su finca privada con estudiantes de Filosofa, Arquitectura y Trabajo Social.

    Artculo y Fotografas: Eber Vquez Len | [email protected]

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    FEUCR 2015 RETIR APOYO A ASOCIACIN AMBIENTALISTA POR PRESUNTAMENTE LUCRAR CON FONDOS PBLICOS

  • Jordan Vargas, expresidente de la Fe-deracin de Estudiantes de la Universi-dad de Costa Rica (F.E.U.C.R.) afirm que la Unidad Especial de Proteccin y Rescate Animal (UESPRA) obtiene ganancias a partir de la venta de rbo-les -que el Instituto Costarricense de Electricidad (I.C.E) le dona nicamen-te para sembrar- a particulares en su puesto en el Pretil y a propietarios de fincas privadas, como la del decano de Ciencias Econmicas Carlos Palma.Segn Vargas, Edgar Castrillo, di-rector de UESPRA, hace reventa de inversiones pblicas, pues agarra rboles que se los da el I.C.E., l los venda durante todo el primer semes-tre. Cambi el discurso, porque ahora ya no los vende, segn l (...) Hay gra-baciones donde l vende los arbolitos a particulares que pasan por el pretil.Aunque VozUCR solicit las pruebas, Vargas se neg a mostrarlas. No se ha abierto un proceso legal en contra de UESPRA desde la F.E.U.C.R., pues sostienen que ello corresponde a la Rectora, entidad con la que no han tenido comunicacin sobre la supuesta ilegalidad.Vargas recalca que: En el I.C.E. me dicen que s, que ellos dan arbolitos, pero que es prohibido su venta, como parte del proyecto Viveros Fo-restales, que produce entre 700.000 y 1.000.000 de rboles por ao a travs de cuatro centros. Uno de ellos es el Vivero Cach, que dona las plantas a la asociacin.El director de UESPRA niega el lu-cro a partir de los rboles del I.C.E.: No existe la venta cuando es una donacin especfica por la labor de siembra. Los rboles que venden, explica, son germinados por el Hu-

    medal Palmera en San Carlos, Fisio-loga Vegetal de la U.C.R. Nosotros mismos, y varios proveedores compa-eros de causa, en donde hemos hecho un trabajo de intercambio importante de plntulas y semillas.El acuerdo con el I.C.E.Castrillo explica que los rboles solo se han utilizado, de acuerdo con la volun-tad del I.C.E. -no hay contratos forma-les-, para la donacin, tal y como ex-

    plica Andrs Barrantes, coordinador del Vivero Cach:

    Los rboles que se entregan son para ser sembrados, principalmente. En algunas ocasiones, se entregan en ferias ambientales. En ninguno de los dos casos pueden venderse.

    Barrantes aclara que Castrillo solici-ta los rboles como persona fsica, y este ltimo manifiesta que a cambio

    Director de la asociacin sin fines de lucro, UESPRA, desmiente la versin federativa y la califica de injuria.Administracin federativa 2014-2015 cancel convenio de cooperacin entre ambas entidades para proyecto de reforestacin. Progre planea retomarlo.

    UESPRALa asociacin sin fines de lucro se fund en el 2003 como un grupo dedicado al activismo. De acuerdo con su presidente, en conjunto con el Programa Restauracin de Tiburones y Tortugas Marinas (PRETOMA), han realizado campaas en contra del aleteo de tiburn, la pesca deportiva y de arrastre, impulsaron la aprobacin de la Ley de Vida Silvestre, se opusieron a la construccin de Marina Cocodrilo en el Golfo Dulce y la explotacin del ambiente en Cao Negro, Crucitas y Papagayo.En 2006 y 2007, coordinaron con Greenpeace Argentina para integrar al pas en la Comisin Ballenera Internacional y crear la Coalicin Costarricense por las Ballenas. En la actualidad, son la coordinacin tica de Reforestando Cen-troamrica (REFCA).En 2010 tuvieron un acercamiento con las federaciones de Convergencia y, posteriormente, de Progre. Realizaron foros de concientizacin ambiental en la U.C.R. y promovieron el Proyecto Ecosimbitico.Cuentan con un puesto en el pretil donde venden rboles y han conseguido 350 adoptantes desde su fundacin. Ser adoptante requiere pagar una cuota nica y voluntaria de 1500 colones. Con esta se financian las plantas y se tiene derecho a asistir a las giras de siembra.Llevan tres aos de trabajar con los Seminarios Participativos y el Repertorio de Problemas Ecolgicos de la Escuela de Generales, donde los estudiantes tienen la oportunidad de ser adoptantes y realizan horas de colaboracin en el puesto. Tambin con el curso de Biologa Espacios verdes y movilidad ac-tiva, donde Castrillo brinda capacitaciones a estudiantes de esa carrera, de Psicologa y Arquitectura.La asociacin est compuesta por 100 miembros y la mayora son estudiantes de carreras diversas, como Archivstica, Educacin Preescolar, Derecho, So-ciologa, Psicologa, Biologa, Salud ambiental, Agronoma, Economa Agrco-la y Gestin Ambiental, quienes, segn Castrillo, cuentan con tiempo limitado y falta de experiencia, lo que complica ms el desempeo de UESPRA.

  • Edgar Castrillo en el vivero construido por Uespra detrs del Comedor Estudiantil y con la colaboracin de la asociacin de Servicios Generales y la Maestra Profesional en Paisajismo, a partir de materiales reciclados. Jordan Vargas critica la permanencia de la ONG en un espacio pblico.

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    pia del plano catastrado donde se van a plantar.Brenes explica que, a Castrillo, foto-copia de plano no se solicit, porque la siembra de los rboles se realizara en diferentes propiedades en distin-tos sitios del pas, de manera que no existe un control detallado de dnde se siembran los rboles ni los fines para los que sern empleados.Aunque el director de UESPRA ar-gumenta que el objetivo de la asocia-cin es reforestar pero nunca sembrar rboles del I.C.E. en fincas privadas -que en el futuro sean talados para comercializar su madera y beneficiar a terceros con fondos pblicos-, es consciente que no se puede ir ms all de un acuerdo tico con la gente

    para que no lo hagan.Ni siquiera el I.C.E. puede contro-lar que no lo hagan, asevera, pues los terrenos privados se venden o se heredan a nuevos propietarios que no necesariamente le dan continui-dad a la reforestacin. Las entidades pblicas en las que han sembrado, como las municipalidades de Cartago y San Jos, o el colegio de Bananito de Limn y la escuela de Bajamar de Puntarenas, cambian tambin de ad-ministracin. Fin a la cooperacinA inicios de 2015, la F.E.U.C.R. can-cel un convenio de cooperacin con UESPRA para el perodo enero-diciembre, con el nombre Proyecto

    de las plantas l presta servicios al I.C.E. desde 2013: Existe un acuer-do, no un contrato, ya que no existe dinero de mi parte a ellos ni de ellos a m. Brenes lo define como un acuerdo verbal de colaboracin para la construccin de un ranuario [sic].Aunque al promedio de la gente se le entregan cantidades no mayores de 50 rboles con solo presentar la cdula, llenar una boleta con los datos perso-nales y los nombres de las especies que se estn adoptando, as como un documento de compromiso de planta-cin, cultivo y cuido de la planta por al menos dos aos, el acuerdo de Cas-trillo con el I.C.E. le permite recibir cantidades de 1.000 a 3.000 plantas. En ese caso, es necesaria una fotoco-

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  • El decano de Ciencias Econmicas, Carlos Palma, desmiente la versin de Jordan Vargas de que pag por los rboles a Uespra para reforestar su finca en Cedral de Tarbaca.

    Ecosimbitico y del que tambin eran parte la Federacin de Estudiantes de la Universidad Nacional (F.E.U.N.A.), la Asociacin Preservacionista de Flo-ra y Fauna (APREFLOFAS) y la Coa-licin Costarricense por las Ballenas.El convenio inclua los ejes de refo-restacin con especies nativas a partir de giras a diferentes partes del pas, activismo para la conservacin de la naturaleza, capacitaciones sobre reco-nocimiento de biodiversidad y manejo de vida silvestre, as como el trabajo en coordinacin con las comunidades.Segn el acuerdo, la parte que falla-ba quedaba relegada a la parte que no fallaba; es decir, si todas las partes no estn sujetas a este, como sucedi con la F.E.U.C.R. y su retiro, el contrato

    no tiene validez.Esta situacin comprometi la capa-cidad de accin de UESPRA, pues en administraciones pasadas, la Federa-cin era la encargada de coordinar con la Seccin de Transportes de la Oficina de Servicios Generales (O.S.G.) para el traslado de estudiantes y rboles en las giras.En la administracin de Alejandro Madrigal en 2014, del partido poltico Progre, exista el apoyo de transporte y un vnculo ms fuerte con las asocia-ciones de estudiantes de cada carrera. De acuerdo con Noelia Rodrguez, ex-miembro del equipo federativo, fueron a diferentes giras y colaboraron con el Proyecto Ecosimbitico. De hecho, asever, antes de las elecciones de

    2015 y en las que su partido result electo por cuarta vez, que si ganaban, iban a retomar el vnculo con UES-PRA. Asegura que no tienen problema en ir a fincas privadas, debido a que en ningn momento ellos fueron tes-tigos de dineros de por medio entre la asociacin y los propietarios de los terrenos.El punto de decliveSegn Jordan Vargas, su equipo renun-ci al proyecto cuando se dieron cuen-ta de que UESPRA asista a fincas pri-vadas, como la del decano de Ciencias Econmicas, con transporte de la uni-versidad y sin hacerles una solicitud previa. Tampoco haba un estudio de por medio que justificara la situacin

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    y una planificacin de las giras. Edgar vena 15 das antes de la gira aqu a pe-dir transportes.Vargas desconoce si UESPRA asisti a la finca del decano Carlos Palma en transporte de la universidad y con r-boles del I.C.E., pero asegura que el decano le pag por los rboles a Cas-trillo.Palma declara que en ningn momen-to hubo dineros de por medio, y que el nico fin de la asistencia a su finca en el Cedral de Tarbaca era reforestar una parte de las 20 hectreas de rea boscosa que la componen.El decano seala que ah existen na-cientes y yo las protejo para futuras generaciones, dentro de la Zona Pro-tectora Cerros de Escaz, que impulsa el Sistema Nacional de reas de Con-servacin (SINAC) y la Fundacin Neotrpica.Tambin aclara que lo que ellos me haban pedido era una contribucin para gastos de alimentacin y todo de los muchachos. Recuerda que la gira se realiz en 2013 y los estudiantes asistieron con transporte de la U.C.R. Se alojaron una noche en una cabaa de su propiedad y sembraron alrededor de 500 rboles.A m me parece que el proyecto de conservacin de UESPRA tiene que hacerse sin fines de lucro. Yo no s cmo se financian (...) Lo que s no se puede hacer es que esos rboles [los del I.C.E.] sirvan para que la gente despus los comercialice.Argumentos en disputaPara Castrillo, la reforestacin no tie-ne fronteras: El asunto es que hay que sembrar, no si el terreno es pri-vado o no es privado, porque cuando tenemos un tema de deforestacin, de prdida de hbitat, de fauna, de des-proteccin de los mantos acuferos, de prdida de especies, de rboles en peligro de extincin, la urgencia es bastante obvia.Por eso, desmiente la versin de Vargas sobre el lucro de rboles con fondos pblicos en fincas privadas y advierte que la alteracin de los he-chos con dolo es un delito penal, por lo que interpreta la acusacin del ex-

    presidente federativo como una inju-ria.La U.C.R. va a reservas privadas todo el tiempo (...) Este muchacho [Jordan Vargas] sigue insistiendo en que es un acto de corrupcin lo que nosotros estamos haciendo.Para Jordan, el problema se agudi-za si se toma en cuenta que adems de las supuestas ilegalidades que l denuncia, UESPRA ocupa un espa-cio dentro del campus universitario: Habra que analizar qu hace una O.N.G. (asociacin) dentro de un espacio pblico, en referencia al vivero ubicado detrs del Comedor Estudiantil.Segn Castrillo, la estructura fue construida con materiales recicla-dos y con la colaboracin de la aso-ciacin de Servicios Generales y la Maestra Profesional en Paisajismo, entre 2010 y 2013. Aclara que para el uso del espacio nunca ha existido un acercamiento formal a la Comisin Institucional de Planta Fsica (C.I.P.F.) de la Vi-cerrectora de Administracin, que atiende los trmites relacionados con el alquiler de propiedades y todo lo relacionado con el requerimiento para la distribucin de espacio fsico y aplicacin de la normativa para la distribucin de estos, segn se lee en el sitio web de la vicerrectora.Vargas justifica que no hayan ini-ciado un proceso legal en contra de UESPRA debido a que quien es en-cargado de gestionar lo que pasa en el campus universitario es la Recto-ra. Tampoco han tenido comunica-cin con la entidad sobre la supuesta ilegalidad de la asociacin.Con nosotros, hacernos a un lado y retirar el apoyo de la federacin (al convenio de cooperacin) era sufi-ciente, hasta que no se esclarecieran los nublados del da. Yo creo que poco a poco, seguramente, pues se ir investigando sobre el tema. Pero es que eso no nos corresponde a no-sotros, le corresponde a la U.C.R., porque es una organizacin que tie-nen un pequeo local dentro de esta.VozUCR intent entrevistar antes del cierre de edicin a Gerlin Salazar, in-

    tegrante de la C.I.P.F., para verificar si tienen conocimiento de la asigna-cin de espacios a UESPRA y las actividades de la asociacin, pero se encontraba de gira.Marco legalDe acuerdo con el artculo 1 de la Ley de Asociaciones N 218, que-dan sometidos al presente texto las asociaciones para fines cientficos, artsticos, deportivos, benficos, de recreo y cualesquiera otros lcitos que no tengan por nico y exclusivo objeto el lucro o la ganancia, como es el caso de UESPRA, inscrita en el Registro Nacional con cdula ju-rdica 3-002-389789.El artculo 26 especifica que las asociaciones pueden adquirir toda clase de bienes, celebrar contratos de cualquier ndole y realizar opera-ciones lcitas de todo tipo, encami-nadas a la consecucin de sus fines, siempre y cuando rindan cuentas de las donaciones, subvenciones, transferencias de bienes muebles e inmuebles u otros aportes econmi-cos a la Contralora General de la Repblica, una vez al ao. En la donacin de rboles del I.C.E. -que cuentan como bienes muebles, pues acarrean un costo de produc-cin- a UESPRA, estara limitada la aplicacin de la Ley de Asociacio-nes, pues el coordinador del Vivero Cach, Andrs Barrantes, aclar que Castrillo solicita los rboles como persona fsica.En caso de que la donacin fuera del I.C.E. hacia UESPRA, no se come-tera una violacin a la ley, pues el artculo 26 lo permite. Segn An-drs Alfaro, abogado de la Procu-radura General de la Repblica, un supuesto lucro a partir de la venta de plantas tampoco sera ilegal si se justifica que esta corresponde a la consecucin de los fines de la asociacin para financiar los pro-yectos de reforestacin, por ejem-plo. Sin embargo, sera ilegtima con el acuerdo del I.C.E.: la entidad los dona para ser sembrados y no para generar lucro.

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  • ARTES PLSTICAS: LA CENICIENTA DE LA ARQUITECTURANatalia Valern | [email protected] Daniel Valverde

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  • El edificio de la Facultad de Bellas Artes es uno de los ms viejos de la Uni-versidad de Costa Rica. Con una organizacin que data desde previo a la ins-tauracin oficial de la Universidad. Actualmente en sus instalaciones se en-cuentra la Escuela de Artes Plsticas, y reciben clases algunos estudiantes de Artes Dramticas y de Estudios Generales. Tambin se ubican ah el Instituto de Investigacin de las Artes y el programa de Postgrado. Su infraestructura ha sufrido franco deterioro con el pasar de los aos. Adems, el crecimiento de su poblacin estudiantil ha sido exponencial. La Escuela de Artes Plsticas con sus seis carreras tiene aproximadamente 600 estudiantes en sus distintas especialidades. Las clases impartidas en este edifi-cio requieren condiciones muy especficas para el desempeo de sus activida-des acadmicas.El 1 de abril del 2015 fue emitida la Orden Sanitaria N 029 2015 hacia el Rector Henning Jensen, resultado del informe tcnico CS ARS MO 2147 2014. En dicho documento se hace un anlisis de la situacin infraestructural y de salubridad de la Escuela de Artes Plsticas de la Universidad de Costa Rica, sede Rodrigo Facio; por una queja interpuesta ante el Ministerio de Salud en noviembre del 2014. En dicha Orden Sanitaria se tocan 21 puntos de carcter urgente a remediarse, dado que atentan contra la integridad de todo el personal estudiantil, docente y administrativo de la entidad. Entre ellos, cabe mencionar, La inexistencia de un Plan de Emergencia, Manejo de Desechos y de Segu-

    ridad Laboral e Higiene Ocupacional para la Unidad Acadmica. Instalaciones de inmobiliario insuficientes para la cantidad de estudiantes y

    en condiciones de deterioro avanzado. Cantidad insuficiente de servicios sanitarios para la poblacin vigente de

    la unidad acadmica (3 servicios sanitarios) para mujeres, 1 orinal y dos servicios sanitarios para hombres).

    Falta de espacio para el correcto almacenamiento de gases comprimidos (tanques de oxi-acetileno y oxi-propano), adems del mal estado de estos tanques.

    A la Universidad se le da un plazo de respuesta de tres meses tras el acuse de recibo de la Orden Sanitaria para respuesta. Ante esto, Rectora envi el 13 de julio del 2015 el oficio R4548 2015 en donde propone un Plan Remedial a largo plazo en donde involucra a la OEPI (Oficina Ejecutora de Programa de Inversiones), la UGA (Unidad de Gestin Ambiental), Servicios Generales, la Escuela de Qumica, la Oficina de Bienestar y Salud, entre otros rganos, e in-dica cmo cada uno de estos entes actuarn respecto a los puntos establecidos. No obstante, la mayora de los puntos son supeditados al cumplimiento del

    punto 1, que corresponde al estableci-miento del Plan de Emergencia, Plan de Desechos Slidos y Lquidos y el Plan de Salud Ocupacional. La Asamblea de Escuela de Artes Plsticas en conjunto con la represen-tacin estudiantil comenz un proce-so arduo de identificacin de las reas de riesgo y puntos estratgicos de atencin para colaborar con los tcni-cos en la realizacin de los plantea-mientos necesarios.El 24 de setiembre del 2015, por me-dio de una noticia del Peridico de La Nacin, se inform a la comunidad estudiantil y a las entidades adminis-trativas del recorte del presupuesto ordinario del 2015, en donde se ex-cluyen dos proyectos constructivos: el edificio del CIAHTA para la Escue-la de Medicina, y el Edificio de Ar-tes Plsticas, parte fundamental para el acatamiento de la orden sanitaria y edificio que haba sido pactado en una reunin con Vicerrectora de Ad-ministracin en setiembre del 2014.Es ante esta situacin que el cuerpo de la Escuela de Artes Plsticas deci-di tomar acciones en protesta. En co-mn acuerdo de las partes (docentes, estudiantes y administrativos) se hizo una primera manifestacin simblica ante el monumento Yo Protesto del Maestro Nstor Zeledn, ubicado en la entrada del nuevo edificio de Cien-cias Sociales. La manifestacin fue de carcter pacfico y tom el espacio por medio del dibujo y serigrafa, se

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    empapel el monumento, y la produc-cin luego fue llevada a Rectora. Gracias a este primer movimiento, el Rector Henning Jensen se reuni con una comitiva representativa de la Unidad Acadmica, compuesta por el director Eric Hidalgo, la profesora Carmen Aguilar, un representante de la seccin administrativa, represen-tantes estudiantiles y Doa Mara Clara Vargas, Decana de la Facultad de Bellas Artes. En esta primera reu-nin se esboz la problemtica recla-mada. Se pact un primer acuerdo de atencin a las necesidades de la Uni-dad Acadmica y acord una segunda jornada de reunin.El da jueves 1 de octubre, se llev a cabo una sesin con el Consejo Uni-versitario, a la cual fueron invitados el Director Eric Hidalgo, la Decana Mara Clara Vargas y la represen-tante estudiantil Nathalie Gonzlez. El Consejo expres su preocupacin acerca del estado en el que se en-cuentra la Escuela de Artes Plsticas. El Rector di seguridad en actas de que el edificio, si bien fue excluido del plan presupuestario ordinario del 2015, ser punto de inters de inver-sin para el supervit del mismo ao. Posterior a dicha sesin, se reunie-ron los representantes de las diferen-tes secciones de la Escuela de Artes Plsticas y se redact una contra-propuesta (Oficio EAP A 507 2015) al Plan Remedial establecido por la Rectora en atencin a los puntos

    ms urgentes de seguridad dictados en la Orden Sanitaria. La contra-propuesta tom en consideracin el acuerdo previo brindado por el Con-sejo Universitario de financiar me-diante el Supervit 2015 (presupues-to extraordinario) las etapas I y II del proyecto del nuevo Edificio de Artes Plsticas. El 2 de octubre se realiz una segun-da manifestacin en el pretil del edificio de Estudios Generales, para visibilizar la problemtica, y exigir el cumplimiento de los compromisos de Rectora. Nuevamente se utiliza-ron los recursos artsticos y la fuerza de la imagen como medio comuni-cativo para presentar el discurso de la Escuela de Artes Plsticas frente a esta problemtica. Posteriormente, iniciaron las inspec-ciones por parte de ingenieros de la OEPI en el edificio de la Facultad de Bellas Artes, con el fin de analizar el estado infraestructural. El da lu-nes 9 de noviembre lleg un oficio de Rectora (R-7488-2015) dirigido a la Direccin de la Escuela de Artes Plsticas, el cual inclua el informe tcnico referente a dichas inspec-ciones, as como otro por parte de la OBS. Ambos informes enlistan todas las acciones necesarias para atender el problema infraestructural inme-diato de la Escuela. En diciembre del 2015 el Consejo Universitario aprob una modifica-cin presupuestaria para el supervit

    del mismo ao, en la que se contem-pla el presupuesto designado para la construccin del edificio de Artes Plsticas. Adicionalmente, la Rec-tora asign un presupuesto para las reparaciones del techo de la Escuela, las cuales dieron inicio a finales del segundo ciclo lectivo 2015, con lo cual se esperaba eliminar las filtra-ciones de agua, y por tanto reducir el riesgo de cortocircuito. A pesar de las reparaciones que se han llevado a cabo en la Escuela, todava existen puntos de carcter urgente que han sido anotados por diversas instancias universitarias, como la OEPI y la OBS, los cuales deben ser atendidos con la mayor brevedad posible. Algunos de ellos son la reubicacin y acondiciona-miento de los tanques de gas oxi-propano y oxi-acetileno, habilitar las salidas de emergencia, solucionar el manejo ambiental y de salud ocupa-cional de las emisiones de gases t-xicos por falta de ventilacin. Aadi-do a esto, segn palabras de la OEPI, la instalacin elctrica de la escuela debera hacerse nueva, debido a que ya cumpli su vida til y no cumple las normativas vigentes. Mediante los movimientos realiza-dos por parte de la comunidad de la Escuela de Artes Plsticas, se de-mostr lo que es posible alcanzar, a travs de la lucha organizada, el em-poderamiento estudiantil comprome-tido y la fuerza de la imagen.

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  • te la proyeccin de videos y reali-zacin de conversatorios se propicia un acercamiento con pobladores de las comunidades que se encontraban expuestas a esos embates. Dichas acciones fueron acompaa-das de actividades como forma de solidarisarse con estas poblaciones; entre ellas destacan la elaboracin de mantas en el parque de San Ra-mn, mientras que en San Jos se realizaba un mitn frente a Casa Presidencial para protestar por los desalojos ilegales. De igual forma, se llev a cabo una contramarcha

    A raz de los acontecimientos pre-sentados en la Zona Sur del pas respecto de los desalojos en Finca Chnguina y Finca Trraba (Finca 3) de Palmar Sur, a finales del mes de julio, un grupo de estudiantes y docentes de la Sede de Occidente (San Ramn) se renen a conversar sobre la situacin de estas familias campesinas.A lo largo de las reuniones sema-nales se realizan diferentes articu-laciones con actores estratgicos que permiten visibilizar la memoria histrica de estos pueblos. Median-

    Integrantes de la Colectiva Tierra, Semilla y Pan comparten cmo ha sido el proceso de formacin de esta familia para resistir y luchar organizadamente desde la diversidad y la horizontalidad.

    durante los desfiles del 15 de se-tiembre, en la cual se inform a la poblacin sobre lo acontecido en es-tos territorios, y se les invit a unir-se en solidaridad con la recolecta de vveres, semillas, ropa, entre otros artculos de utilidad para apoyar a las familias.Una de las actividades que logr la proyeccin de las comunidades afectadas en Occidente fue la reali-zacin del Conversatorio Hablemos del Sur, en la que participaron re-presentantes de Finca Trraba, Fin-ca Chnguina, Finca 7, 9 y 10. En

    Yo soy como soy y t eres como eres, construyamos un mundo donde yo pueda ser sin dejar de ser yo, donde t puedas ser sin dejar de ser t, y donde ni yo ni t obliguemos al otro a ser como yo o como t.

    Subcomandante Marcos

    ECHANDO RACES JUNTOS Y JUNTAS

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    As mismo, la convivencia con las personas de las comunidades permi-ti acercarnos a su sentir como po-blacin excluida por un sistema que se apropia, de manera ilegal, de los nicos recursos que tienen para su subsistencia.Esta experiencia permiti darle un mayor sentido de identidad a la Co-lectiva, donde se manifiesta el inte-rs de lucha y resistencia de la mano con los sectores vulnerables; aspec-to que nos ubica como un espacio alternativo, dinmico y un proceso vivo que sigue la sinergia de lo que sienten las personas integrantes.Con base en lo anterior, el trabajo que se realiza desde la Colectiva Tierra, Semilla y Pan tiene como eje trasversal la horizontalidad, la iniciativa, la comunicacin asertiva,

    este espacio se generaron acciones reflexivas que permitieron tener una fuente de informacin ms humana, y cercana a la realidad vivenciada por la clase campesina.A partir de esta actividad, se logr la articulacin con las y los repre-sentantes de dichas fincas donde, de manera colectiva, surgi la idea de realizar un proyecto que permita compartir los saberes en temticas que contribuyan con la identidad campesina, organizacin comunita-ria y la recuperacin de las tierras. Uno de los primeros acercamientos con las comunidades de Palmar Sur, se realiz en el mes de octubre. En este se logr conocer la zona y vi-sibilizar la realidad experimentada por las familias, sus necesidades inmediatas y principales intereses.

    la transparencia, el respeto y reco-nocimiento de las diversidades, as como la recuperacin de los afectos y las complicidades, articulados es-tos en un tejido de alegre rebelda.Finalmente, como parte de los retos y desafos, es importante aludir al trabajo en equipo que implica man-tener la dinmica que hasta el mo-mento se ha experimentado. En esta misma lnea, se opta por vivenciar un proceso en equidad de participa-cin donde cada persona aporte des-de su integridad.Otro de los desafos, implica tras-cender la academia, no solamente como espacio fsico sino ideolgi-co, con el fin de romper la lgica vertical que segrega a las personas y debilita los procesos de resistencia.Colectiva Tierra, Semilla y Pan.

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  • CIUDAD DE DIOS O LOS LMITES MATERIALES DEL PODER CONSTITUCIONAL

    Datos generales. La pelcula Cidade de Deus o Ciudad de Dios (2002), es un drama de accin brasileo dirigido por el tambin productor carioca Fernando Meirelles, quien se ha dado a conocer en los ltimos aos por otros proyec-tos como El jardinero fiel (2005), Blindness (2008) y 360 (2012), adems de la teleserie dirigida en conjunto con Ktia Lund entre 2002 y 2005 titulada Cidade dos homens (2002) o Ciudad de hombres, a manera de spin off (serie derivada) de Ciudad de Dios, logrando aclamacin dentro y fuera de Brasil. Bajo la adaptacin de Brulio Manto-vani, Ciudad de Dios est basada en el libro homnimo (1997) del escritor brasileo Paulo Lins, quien posterior-mente trabaj como guionista para Ciudad de hombres. Valindole su actuacin ms conocida hasta el momento, Ciudad de Dios es protagonizada por Alexandre Rodri-gues en el papel de Buscap; tambin por Leandro Firmino como Z Pequeo, Phellipe Haagensen como Ben y Alice Braga (Soy leyenda, 2007) como Anglica, actriz con ma-yor reconocimiento internacional. La mayora de papeles secundarios fueron interpretados por habitantes reales de varias favelas reconocidas de Ro de Janeiro, mismos que antes de la pelcula no contaban con ninguna experiencia en actuacin. Desde su estreno, el filme ha sido elogiado por la crtica, llegando a recibir cuatro nominaciones a los scar en el ao 2004 (mejor director, mejor fotografa, mejor montaje y mejor guion adaptado), una nominacin a un Globo de Oro (mejor pelcula extranjera) y un premio BAFTA (me-jor montaje).Sinopsis. En la Ciudad de Dios si corres te agarran, y si no corres tambin. Esta frase, enunciada hacia el inicio del filme durante una analepsis del protagonista Buscap, quien al quedar atrapado en el medio de un tiroteo entre una banda criminal de la favela y la polica federal brasile-a, describe la intricada trama que nos da paso a atestiguar las vicisitudes, exposiciones y peligros que se viven da a da en los caseros populares brasileos.De la mano de Buscap conoceremos la historia de su vida, o lo que es lo mismo, la historia de la transformacin de los habitantes de la Ciudad de Dios, un casero construido en la dcada de los aos sesenta (al tiempo que comien-za la accin) para familias que, en palabras del narrador, crean haber llegado al paraso, que haban perdido su hogar debido a inundaciones e incendios premeditados. Sus habitantes, al tener que lidiar con la falta de condicio-nes mnimas (sin electricidad, calles sin asfaltar, poco ac-ceso a medios de transporte), viven su cotidianeidad entre jvenes, en su mayora, al margen de la educacin formal, y dando sus primeros pasos en el mundo de la delincuen-cia.

    El narrador-protagonista (Buscap), siguiendo la lnea an-teriormente planteada, considera preciso comenzar por la historia del Tro Ternura compuesto por Cabeleira, Ma-rreco y Alicate (Velludo, Pato y Cortador), adolescentes reconocidos en el casero por delinquir y asaltar a los vi-sitantes ocasionales de la Ciudad de Dios. Bajo esas con-diciones, la generacin ms joven de nios ve en el Tro Ternura un ejemplo a seguir y una oportunidad de ob-tener dinero fcil, en comparacin con el sinuoso trabajo honrado. As es como Buscap, hermano menor de Pato, crece rodeado de un grupo de nios de su edad, aprendi-ces potenciales en fechora del infame Tro, entre los que destacan Ben, hermano menor de Velludo, y Dadinho, un nio que comienza a hacer sus primeras armas en el cri-men, y que aos ms tarde es consagrado como el crimi-nal ms sdico y peligroso, dueo del negocio del trfico de drogas dentro de la favela, y quien posteriormente es rebautizado como Z Pequeo.A partir de este hecho, el desarrollo de la narracin nos lleva a ser testigos del desarrollo de una generacin de ni-os, quienes unos aos mayores, durante la dcada de los setenta, (ahora habitantes de una favela annima en Ro), son marcados por las condiciones pauprrimas del entorno en el que crecen y viven dentro del submundo de la droga y la muerte ocasionada por las guerras entre bandas del narcotrfico al interior de la favela.As, la posesin del territorio, el monopolio de la venta de drogas y el empleo indiscriminado de nios soldados, llevan a personajes que han logrado sobrevivir, como Bus-cap, a cuestionarse sobre el verdadero precio de la honra-dez, el precio de seguir las reglas del juego impuestas por un Para-estado, centrado en las disposiciones del crimen organizado.Contexto histrico-poltico. El casero Ciudad de Dios fue creado con el objetivo de sacar a las favelas del centro de Ro de Janeiro y construir un complejo habitacional. El proyecto fue impulsado por el gobierno brasileo a travs de un programa liderado por el gobierno norteamericano llamado Alianza para el Progreso, mismo que entre 1961 y 1970 constituy la poltica exterior de ayuda econmi-ca por parte de los Estados Unidos hacia Latinoamrica, como respuesta ante el avance revolucionario en el con-tinente. La accin se enmarca dentro un contexto mayor. Los pri-meros aos de la dcada de los sesenta marcaron un antes y un despus en la historia poltica brasilea. En 1963, me-diante un plebiscito, el pueblo brasileo vot por el res-tablecimiento de un sistema de gobierno presidencialista, ante la imposibilidad del gobierno de turno liderado por el presidente Joo Goulart de aprobar un paquete de refor-

    Por: Ronald Saenz | [email protected]

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    mas que vendran a nacionalizar y a mejorar la distribu-cin de la renta y la inclusin social en Brasil. Estas fueron conocidas como las Reformas de Base. Un golpe de Estado militar tuvo lugar en el ao 1964, detonado principalmente por grupos de empresarios, pro-pietarios y militares que se mostraban descontentos con las polticas comunistas de Goulart. El golpe, que cont con el apoyo del gobierno de los Estados Unidos, inici en Brasil un periodo de dictadura militar que se extendi hasta el ao 1985. Debido a la temprana ruptura de garan-tas constitucionales, la dictadura se caracteriz desde un inicio por el gobierno mediante decreto, la abolicin de los partidos de izquierda, la persecucin policial de opo-sitores y la instauracin de gobernantes por va indirecta, acrecentando la represin estatal, el descontento popular y la descomposicin democrtica. De esta manera, frente a un contexto de violencia generalizada, de crisis econmica y falta de oportunidades, el crimen organizado y el trfico ilegal de drogas encontr un nicho para su desarrollo en el corazn de las barriadas populares.Lectura desde el constitucionalismo. El constitucionalis-mo, entendido como el movimiento histrico concebido

    para la bsqueda de frmulas para el lmite del poder, nos brinda herramientas para el anlisis. Ante todo lo anterior, queda preguntarse por el papel del Estado, de su orden constitucional y de su funcin garantista. Una lnea de la pelcula en boca de Buscap reza: Para el gobierno y los ricos nuestros problemas no importaban. Estbamos dema-siado apartados de la imagen perfecta de Ro de Janeiro. En esa lnea, Ciudad de Dios es testimonio fiel de eso que el politlogo Guillermo ODonnell llam zonas marro-nes, aquellas regiones donde el orden y la legalidad estatal no llegan, donde la materia prima de los derechos no solo polticos y civiles, sino tambin los econmicos, sociales y culturales ha sido ignorada. De esta manera, la pelcula da cuenta de una poca de cambios y transgresiones, de la ruptura del sustrato formal y material de una constitucin por un gobierno de facto, de la falta de constitucionalismo, de un Estado persecutor que, en aras de ejercer arbitraria-mente la persecucin poltica, descuid la necesidad de ga-rantizar a sus pobladores una serie de condiciones bsicas para el disfrute de una vida basada en la dignidad humana.

    Ilustracin: Kristell Faerron

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  • Tres fsicos nucleares han sido internados en un sanatorio para enfermos mentales: dos de ellos por el delirio de creerse Isaac Newton y Albert Einstein, el tercero por afirmar que recibe a diario visitas del rey Salomn. Mientras se encuentran all, cada uno asesina a una enfermera distinta. Desde luego un detective es puesto a cargo de la investigacin, pero -dado que el diagnstico de los tres implicados da fe de su demencia- sus pesquisas no dan con la verdadera causa de los crmenes; a saber, que han sido perpetrados para proteger un secreto, el de que ninguno de estos hombres est en realidad loco, pues Einstein y Newton son espas de potencias extranjeras que simulan demencia para obtener acceso a los brillantes y revolucionarios descubrimientos de Mbius, el hombre que finge sostener largas conversaciones con el rey judo para no compartir con el mundo sus averiguaciones por no considerar que nuestra especie est preparada para dar buen uso a tal conocimiento.

    Sin embargo de nada servirn tantas prevenciones, ya que Mathilde von Zhand, respetadsima directora del sanatorio, ha descubierto sus verdaderas identidades y lleva aos copiando y estudiando el diario cientfi