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1. Trabajo en casa : Elabore un ensayo sobre la revolución industrial, (Máximo 1 Hoja), describa en este mismo las causas, etapas, elementos sobresalientes y aportes significativos (Técnico, económico, sociales, políticos) Orígenes de la Revolución Industrial en Inglaterra Después de siglos de estancamiento en Europa, el crecimiento económico volvió a encontrar perspectivas muy favorables. La Revolución Industrial iniciada en Inglaterra a mediados del siglo XVIII, al cambiar las condiciones de producción, indujo un enriquecimiento espectacular que se fue generalizando con el correr de los años. Un buen índice de este crecimiento fue su producción de hierro: 60.000 ton. en 1780; 300.000 ton. en 1800 y 700.000 ton. en 1830. Es el mayor cambio que ha conocido la producción de bienes desde 1800 en Inglaterra. La aparición de las máquinas, instrumentos hábiles que utilizan energía natural en vez de humana, constituye la línea divisoria entre dos formas de producción. La producción maquinista creó las condiciones para la producción y el consumo en masa, característicos de época actual, hizo surgir las fábricas y dio origen al proletariado. La revolución industrial es el cambio en la producción y consumo de bienes por la utilización de instrumentos hábiles, cuyo movimiento exige la aplicación de la energía de la naturaleza. Hasta finales del siglo XVIII el hombre sólo había utilizado herramientas, instrumentos inertes cuya eficacia depende por completo de la fuerza y la habilidad del sujeto que los maneja. El motor aparece cuando se consigue transformar la energía de la naturaleza en movimiento. La unión de un instrumento hábil y un motor señala la aparición de la máquina, el agente que ha causado el mayor cambio en las condiciones de vida de la humanidad. La aplicación de la máquina de vapor a los transportes, tanto terrestres como marítimos, tuvo una inmediata repercusión no sólo en procesos de comercialización, sino también en la calidad de la vida, al permitir el desplazamiento rápido y cómodo de personas a gran distancia. La construcción de los ferrocarriles fue la gran empresa del siglo XIX. La tecnología Caldera 1801 (ampliar imagen) Locomotora a vapor 1829.

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ENSAYO REVOLUCION INDUSTRIAL

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1. Trabajo en casa : Elabore un ensayo sobre la revolución industrial, (Máximo 1 Hoja), describa en este mismo las causas, etapas, elementos sobresalientes y aportes significativos (Técnico, económico, sociales, políticos)

Orígenes de la Revolución Industrial en Inglaterra

Después de siglos de estancamiento en Europa, el crecimiento económico volvió a

encontrar perspectivas muy favorables. La Revolución Industrial iniciada en Inglaterra a

mediados del siglo XVIII, al cambiar las condiciones de producción, indujo un

enriquecimiento espectacular que se fue generalizando con el correr de los años.

Un buen índice de este crecimiento fue su producción de hierro: 60.000 ton. en 1780;

300.000 ton. en 1800 y 700.000 ton. en 1830.

Es el mayor cambio que ha conocido la producción de bienes desde 1800 en Inglaterra. La aparición de las

máquinas, instrumentos hábiles que utilizan energía natural en vez de humana, constituye la línea divisoria

entre dos formas de producción. La producción maquinista creó las condiciones para la producción y el

consumo en masa, característicos de época actual, hizo surgir las fábricas y dio origen al proletariado.

La revolución industrial es el cambio en la producción y consumo de bienes por la

utilización de instrumentos hábiles, cuyo movimiento exige la aplicación de la

energía de la naturaleza. Hasta finales del siglo XVIII el hombre sólo había

utilizado herramientas, instrumentos inertes cuya eficacia depende por completo

de la fuerza y la habilidad del sujeto que los maneja. El motor aparece cuando se

consigue transformar la energía de la naturaleza en movimiento. La unión de un

instrumento hábil y un motor señala la aparición de la máquina, el agente que ha

causado el mayor cambio en las condiciones de vida de la humanidad.

La aplicación de la máquina de vapor a los transportes, tanto terrestres como

marítimos, tuvo una inmediata repercusión no sólo en procesos de

comercialización, sino también en la calidad de la vida, al permitir el

desplazamiento rápido y cómodo de personas a gran distancia.

La construcción de los ferrocarriles fue la gran empresa del siglo XIX.

La tecnología

A comienzos del siglo XVIII las telas que se fabricaban en Europa tenían como materia prima la

seda (un artículo de lujo, debido a su precio), la lana o el lino. Ninguna de ellas podía competir

con los tejidos de algodón procedentes de la India y conocidos por ello

como indianas o muselinas. Para entonces, la producción de tejidos de algodón en Inglaterra

era insignificante y su importación desde la India constituía una importante partida de su

balanza mercantil. Para competir con la producción oriental se necesitaba un hilo fino y fuerte

que los hiladores británicos no producían.

La primera innovación en la hilandería se produjo al margen de estas preocupaciones:

Hargreaves, un hilador, construyó el primer instrumento hábil, la spinning-jenny (1763), que

reproducía mecánicamente los movimientos del hilador cuando utiliza una rueca y al mismo

Caldera 1801

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imagen)

Locomotora a vapor

1829.

Máquina

de

Arkwrig

ht 1870

(ampliar

imagen)

tiempo podía trabajar con varios husos. El hilo fino pero frágil que con ella se obtenía limitó su aplicación a la

trama de tejidos cuya urdimbre seguía siendo el lino. Continuó por tanto la fabricación de tejidos de lino y la

productividad recibió nuevo impulso debido a las limitadas exigencias de la jenny en espacio y energía.

Pocos años después surgía la primera máquina, con la aparición de la estructura de agua de Arkwright

(1870), que recibe su nombre porque necesitaba la energía de una rueda hidráulica para ponerse en

movimiento.

Para entonces, Samuel Crompton había construido una máquina nueva, inspirada en las

anteriores, conocida como la mula, y que producía un hilo a la vez fino y resistente. El

grueso de un hilo se mide por el número de madejas de 768,1 metros (840 yardas) que se

puede obtener con 453 gramos de algodón (una libra). Un buen hilandero podía fabricar 20

madejas y la mula comenzó duplicando esta cifra para pasar a 80 y poco después a 350,

más de 268 km. El número de husos, que no pasaba de 150 en la primera versión, alcanzó

los dos mil al cabo de unos años y todo ello se conseguía con el solo trabajo de un oficial y

dos ayudantes. La exportación de tejidos británica se multiplicó por cien en los cincuenta

años que siguieron a 1780.

A partir de la renovación de la hilandería se puso en marcha un proceso que condujo a la

mecanización de todas las etapas de la producción de tejidos, desde

la desmontadora de algodón, fabricada en América por Eli Whitney,

hasta las máquinas que en Inglaterra limpiaban de cualquier impureza el

algodón en rama (trabajo especialmente penoso por el polvo que levantaba), el cardado y la

elaboración mecánica de los husos para la fabricación de hilo. Una vez fabricado éste, los

telares mecánicos, desarrollados en Francia por Jacquard, sustituían ventajosamente a los

manuales tanto por la rapidez como por la calidad.

El blanqueado de la tela, que llevaba varias semanas, se redujo a un par de días cuando al

cambiar el siglo se descubrió un procedimiento químico a base de clorina. El estampado,

que concluye el proceso, se hacía utilizando tacos de madera, que se aplicaban

manualmente, hasta que en 1785 se encontró un rodillo que multiplicó la producción.

La demanda de energía que las máquinas textiles requieren fue satisfecha inicialmente

recurriendo al método tradicional de las ruedas hidráulicas y las primeras fábricas se

establecieron en las orillas de los ríos, tomando el nombre de molinos. La irregularidad de la

corriente aconsejaba buscar una fuente independiente de energía. Las experiencias para

conseguir un motor capaz de elevar el agua, mediante el vacío producido por la

condensación del vapor, habían llegado, a mediados del siglo XVII, a una primera formulación, desarrollada

por Savery en una máquina eficaz, aunque de escasa potencia y limitada aplicación.

Newcomen combinó la presión de vapor con la atmosférica para producir una máquina mucho más eficaz,

aunque muy costosa por la cantidad de combustible que requería el calentar y enfriar sucesivamente el

cilindro en el que se iniciaba el movimiento. En la universidad de Glasgow enseñaba Black, quien había

descubierto la existencia del calor latente de vaporización, principio que venía a explicar la gran cantidad de

agua que se necesitaba para conseguir la condensación del vapor.

Pero el doctor Watt fue quien dirigió sus trabajos para independizar las dos etapas del proceso (vaporización y

condensación) de modo que no hubiera pérdida de energía. La construcción de un condensador

independiente, que permanecía constantemente frío, en tanto el cilindro estaba siempre caliente, puso fin al

despilfarro de carbón. La utilización de un cilindro de doble efecto permitió prescindir de la presión atmosférica

en tanto la aplicación de altas presiones, sin las cuales no había posibilidad de aplicar el motor a un vehículo,

se encuentra en el origen de la locomoción mecánica.

Telar de

Crompton

1780

(ampliar

imagen)

Hilado

manual.

De entrada, la máquina de vapor vino a resolver el problema planteado por el drenaje de las minas y, junto

con la lámpara de seguridad de Davy (1815), permitió abrir pozos cada vez más profundos y explotar aquellos

que habían sido abandonados por las dificultades y riesgos que implicaba la explotación.

En cuanto al hierro, su demanda estaba limitada por la dificultad de transformar el mineral. éste se presentaba

combinado con oxígeno cuya eliminación se realizaba mediante combustión en altos hornos. La masa fluida

que se obtenía en la parte inferior estaba llena de impurezas que eran eliminadas mediante el afinado, que le

quitaba el carbono sobrante, y el forjado, en el que los golpes de un martillo hidráulico permitían

homogeneizar su estructura.

La primera línea de mejora consistió en la sustitución del carbón por el

coque, que se obtiene mediante la combustión incompleta del carbón para

separar el sulfuro y el alquitrán. La utilización de coque en la producción de

hierro se realizó con éxito a comienzos del siglo XVIII por Abraham Darby,

pero sólo se generalizó en la segunda mitad del siglo.

Una nueva técnica para mejorar la calidad del lingote fue el pudelado, en el

que la fusión se realizaba manteniendo separado el carbón del mineral. El

acero es el hierro sin otra impureza que uno por ciento de carbono; hasta

entonces se había conseguido en pequeñas cantidades utilizando como

materia prima un mineral de excepcional pureza. La fundición del hierro en

un crisol y a más altas temperaturas permitió la producción masiva de acero

y con ella la satisfacción de toda clase de demandas procedentes de la

propia industria.

Los cambios en la agricultura

El parlamento inglés, durante el transcurso del siglo XVIII, permitió cercar las fincas en el campo abierto. El

gasto que demandaba esta operación favoreció a los hacendados más ricos y permitió la aplicación de

nuevas técnicas para incrementar la productividad agrícola. Se empezó la rotación de cultivos suprimiendo el

sistema anterior de barbecho, se mejoraron las especies ganaderas gracias al cruce de ejemplares

seleccionados, se generalizó el cultivo de nuevas especies, se mecanizaron las labores del campo, se

aumentaron las superficies cultivables desecando pantanos, y se logró un rendimiento mayor con la utilización

de abonos.

El ejemplo de Inglaterra fue seguido por los países europeos cuya producción agrícola se duplicó entre 1840 y

1914. Durante la misma época, en los extensos territorios de los Estados Unidos, Canadá, Australia y

Argentina se generalizó el cultivo de cereales o la crianza de ganado, convirtiéndose estos países en los

abastecedores de Europa y del mundo entero. En los países tropicales se intensificaron las plantaciones de

caña de azúcar, café y otros productos alimenticios, de algodón y de otras materias primas que abastecieron

las industrias europeas.

El crecimiento demográfico y su interrelación con el desarrollo urbano

La mejor alimentación, resultante de la diversificación y de los mejores rendimientos de la agricultura, permitió

disminuir la mortalidad infantil y alargar la vida de los europeos. A ello también contribuyeron los progresos de

la medicina, especialmente el descubrimiento y la aplicación de la Vacuna para atajar las epidemias

periódicas que diezmaban la población.

Fabrica de hilados.

Los europeos casi se triplicaron en el transcurso del s. XIX, siendo su crecimiento más notorio en los países

industrializados. Este aumento demográfico estuvo estrechamente unido al despegue industrial, pues al

elevarse la población se contó con abundante mano de obra y un amplio mercado de compra que

garantizaron las ganancias indispensables para nuevas inversiones. El mejoramiento tecnológico de la

actividad agrícola liberó mano de obra y se produjo el éxodo rural hacia los centros industriales. Las antiguas

ciudades fueron adquiriendo una nueva fisonomía, pues la aparición de las fábricas y la aglomeración

demográfica impusieron cambios urbanísticos por las urgentes exigencias de distribución de agua, servicios

de alcantarillado, transportes, parques y lugares de esparcimiento.

La organización del trabajo y los problemas sociales

Las transformaciones económicas que originó la Revolución Industrial alteraron las estructuras sociales

vigentes desde la Edad Media. En las zonas rurales, el campesino se desvinculó del señorío feudal y se

convirtió en un jornalero cuyo trabajo se retribuyó con un salario. En las ciudades, el artesano que trabajaba

su propio taller se trasladó a las fábricas en calidad de obrero asalariado y pasó a depender del propietario de

las máquinas. Esta nueva situación constituyó el germen de las alteraciones campesinas y de las revoluciones

obreras que acontecieron durante la segunda mitad del s. XIX en Europa.

Segunda revolución industrial

Entre los años 1880 y 1914, el desarrollo industrial se extendió a nuevos países y adquirió un ritmo acelerado.

Este fue de tal magnitud que muchos historiadores han denominado este período como el de "la segunda

revolución industrial".

El progreso científico y la  aplicación  tecnológica

Como vimos, las industrias textiles y siderúrgicas fueron las primeras en

desarrollarse. Los ingleses contaban con abundante algodón proveniente de

la Indiaa bajo precio, por lo que crearon grandes manufacturas textiles que

terminaron por desplazar al lino y a la lana en la confección del atuendo entre los

europeos. Para ello, desde mediados del s. XVIII, contaron con la progresiva

aparición de nuevos inventos que facilitaron una rápida y abundante producción.

Se comenzó con el descubrimiento de la lanzadera volante, siguieron los diversos

tornos de hilar que permitieron a un obrero trabajar varios husos a la vez,

continuaron con el telar mecánico y se combinaron de tal forma estos diversos

inventos que la cantidad de productos fabricados superó ampliamente la demanda tradicional. Esta situación

convirtió a Inglaterra en un país exportador y en el verdadero taller del mundo en la primera mitad del s. XIX.

El invento y la aplicación de la máquina a vapor abrió enormes posibilidades al desarrollo tecnológico que no

dejó de progresar durante todo el s. XIX.. A fines del siglo, el alemán Daimler inventó el motor de combustión

interna; entre 1900 y 1914, el automóvil y el avión se perfeccionaron gracias al motor Diesel. Al mismo

tiempo, la electricidad empezó a utilizarse con fines industriales. Los estudios científicos, estimulados por los

gobiernos en las universidades y financiados por las empresas, lograron obtener algunas materias con

procedimientos químicos realizados en los laboratorios. Estos nuevos productos, como el caucho y el salitre

sintético, abrieron un campo ilimitado al desarrollo científico y tecnológico.

Fábrica alemana.

El avance de los medios de comunicación

Uno de los acontecimientos más destacados durante la segunda mitad del s. XIX, fue la población y

colonización de nuevas tierras. Trece millones de europeos se desplazaron a los Estados Unidos, otros se

dirigieron a Australia y al algunos países de Sudamérica. California y Australia ejercieron especial atractivo

sobre los buscadores de oro. Este sorprendente movimiento migratorio se pudo realizar porque los

transportes se abarataron y facilitaron a los campesinos, que no encontraban trabajo en las ciudades

europeas, el traslado a tierras donde existían mejores expectativas laborales. En 1869, se abrió el Canal de

Suez que acercó Europa al Lejano Oriente; más tarde, se construyó el ferrocarril en el Istmo de Panamá y,

finalmente, se construyó en 1914 el canal que une el Atlántico con el Pacífico.

La aplicación de la fuerza del vapor a la navegación que iniciara Fulton en 1807 y la

generalización de la hélice desde 1885 aumentaron las posibilidades de carga y de

velocidad en el tráfico marítimo. Los meses que se tardaban para viajar entre dos

puntos se redujeron a semanas. El ferrocarril, de invención más tardía, trajo similares

consecuencias y se erigió en el símbolo del progreso. Puso en contacto las zonas

rurales interiores con las ciudades costeras y permitió unir las regiones más distantes

de los extensos estados que surgieron en la segunda mitad del s. XIX. Los ferrocarriles

que unieron Moscú con Vladivostock en el imperio ruso, y el transoceánico que unió

Nueva York con San Francisco, dieron vida a inmensos y productivos territorios

continentales.

La información  se vio también favorecida por nuevos sistemas: el telégrafo eléctrico,

iniciado en 1844 y el teléfono en 1876, se unieron al sistema de franqueo postal

introducido desde 1840. Todos estos adelantos contribuyeron al acortamiento de las distancias y al mejor

aprovechamiento del tiempo, acercaron a los hombres y cambiaron las relaciones económicas entre los

pueblos y las empresas.

El apogeo del capitalismo

El nuevo sistema industrial exigió un cambio en  el mundo de las finanzas. Las antiguas sociedades

integradas con capitales familiares fueron cediendo ante la aparición de las grandes sociedades anónimas,

indispensables para costear los gastos que demandaban la fabricación de las máquinas y la construcción de

los ferrocarriles. Gracias a esta concentración del capital, se formaron los grandes bancos internacionales y el

crédito permitió emprender obras cada vez más costosas y más rentables. Así se fue afirmando

progresivamente a lo largo del s. XIX un sistema económico en el que la dirección de las empresas pertenecía

exclusivamente a los poseedores del K: el capitalismo. A ello colaboraron diversos factores: la libertad de

enriquecimiento que benefició a quienes poseían la capacidad empresarial, la economía de mercado basada

en el libre juego de la oferta y la demanda en la fijación de precios y salarios, así como la formación de las

nuevas sociedades anónimas capaces de concentrar el capital indispensable para financiar los elevados

costos del maquinismo

Las trasformaciones sociales

La revolución industrial tuvo hondas repercusiones en la sociedad. La burguesía desplazó definitivamente a la

nobleza como clase rectora en los países occidentales. Los Lores ingleses, sin abandonar su carácter y

conservando algunos de sus privilegios, se mezclaron con los burgueses y compartieron con éstos las

ventajas del auge económico. En Francia y los Países Bajos la nobleza desapareció como grupo privilegiado.

En Alemania, los nobles tuvieron que conformarse con hacer carrera en el ejército y en la diplomacia.

Solamente en Rusia, escasamente industrializada, mantuvieron sus privilegios hasta el s. XX. En cambio, la

burguesía —integrada por los empresarios industriales y los banqueros (alta burguesía), por profesionales

como médicos, ingenieros o abogados, y por los comerciantes y pequeños empresarios (mediana y pequeña

Canal de Panamá

1914.

burguesía)— impuso su concepción de la vida, sus costumbres y valores. Estos giraron en torno a la riqueza y

exaltaron las virtudes del ahorro metódico, de la constancia en el trabajo y del respeto del orden establecido.

El campesinado, arrojado del campo por la creciente mecanización de las actividades agrícolas, emigró a las

ciudades y, junto al artesano empobrecido por el nuevo sistema fabril, dio origen a la nueva clase social:

el proletariado obrero.

El proletariado y la cuestión social

La concentración fabril agrupó a los trabajadores, les hizo sentirse solidarios de sus problemas y tomar

conciencia de los mismos para buscarles solución. El proletariado se encontró sometido a duras condiciones

que empezaron a conocerse gracias a los informes de médicos y sociólogos a partir de 1830. El trabajo se

realizaba en jornadas superiores a las 15 horas diarias en fábricas inhóspitas. Algunos empresarios preferían,

por razones de economía, contratar a mujeres y niños. El salario se regía por la ley de la oferta y la demanda,

era bajo e inseguro. Tampoco existían leyes de previsión social ni sobre accidentes del trabajo. En ciertos

casos, las condiciones de las viviendas obreras eran insalubres y favorecían las enfermedades.

El estado burgués, imbuido de la ideología liberal, consideraba que toda intervención para solucionar los

problemas surgidos entre el capital y el trabajo era inútil, perjudicial e injusta, porque en toda actividad debían

respetarse las leyes naturales y no limitar la libertad de los individuos. Aunque en Inglaterra, en 1802, se

prohibieron los horarios que excedieran las 12 horas, y en 1819 el trabajo de niños menores de 10 años,

solamente a mediados del siglo los gobiernos publicaron las primeras leyes sociales favorables a los obreros.

Estas disposiciones fueron resultado de la presión de algunos intelectuales cuyos escritos despertaron un

sentimiento humanitario, y de los movimientos organizados de los trabajadores. Las primeras fueron las

diversas corrientes del "socialismo utópico". Entre sus exponentes se destacaron : Saint-Simon, Fourier,

Proudhon, Owen.

La ideología marxista

En cambio, el socialismo "científico", como lo denominó Karl Marx (1818-1883), se decidió abiertamente

por la acción política. En 1848, este ideólogo alemán de origen israelita publicó, con la colaboración

de Federico Engels, el Manifiesto del Partido Comunista. En él aparecen los principios de la ideología

marxista y los fundamentos de su acción: materialismo histórico, lucha de clases, organización internacional

de los obreros y opción deliberada por la revolución como instrumento para conquistar el poder e implantar el

régimen comunista. En obras posteriores, Marx completó la exposición de su programa socio-político, pero

el"Manifiesto", por su estilo apasionado y su vibrante espíritu revolucionario, es el escrito que mayor

repercusión ha tenido entre los sectores obreros de la época.

En 1864, se organizó la "Primera Internacional Obrera" para impulsar la lucha revolucionaria en todos los

países. Esta asociación no pudo mantener su unidad por la escisión que se produjo en 1872 debido a la

corriente anarquista que dirigía el ruso Bakunin. Elanarquismo deseaba suprimir el estado burgués liberal y

capitalista; pero se oponía también a la instalación de un estado socialista. Propiciaba la máxima libertad de

acción, por lo cual propugnaba la abstención política y la huelga para combatir al capitalismo. LaSegunda

Internacional, creada en 1889, no pudo superar el nacionalismo de los partidos socialistas que la integraban

e hizo crisis al estallar la guerra de 1914.

La respuesta de la Iglesia

La Iglesia, conforme al mandato de Cristo, siempre ha mantenido obras asistenciales para ayudar a los

pobres y menesterosos. Desde su fundación ha contado con numerosas congregaciones destinadas a la

ayuda caritativa del prójimo más necesitado. Por esta tendencia tradicional, en el seno del cristianismo, no

faltaron desde comienzos del s. XIX las denuncias de algunos católicos contra las injusticias del sistema

capitalista y la condena al escándalo de los salarios ínfimos y a la duración excesiva de las jornadas de

trabajo. Entre 1835 y 1848  varios obispos franceses e italianos invocaron la intervención legislativa en

defensa del bien común y en favor de los más débiles. Incluso en 1831, y posteriormente en 1848, algunos

pensadores como Lacordaire y Ozanam trazaron un programa de legislación en defensa de los niños, de los

enfermos y de los ancianos, propusieron la formación de comités mixtos para dirimir los pleitos entre el capital

y el trabajo y, finalmente, exigieron el reconocimiento del derecho al trabajo.

En el plano práctico, el mismo Federico Ozanam organizó en 1833 "Las Conferencias de San Vicente de

Paul" para socorrer a los pobres y a los enfermos. En 1840 surgió la "Sociedad de San Francisco Javier" que

creó escuelas para los obreros y una oficina de colocación para los cesantes. Don Bosco, entre 1841 y 1854,

echó las bases de los oratorios y de las escuelas profesionales y, pocos años más tarde, el beato Luis

Orione creó la heroica fundación de Cottolengo.

Monseñor Emmanuel von Ketteler, obispo de Maguncia, dio un paso adelante con sus sermones en la

catedral durante el año 1848, y con la publicación en 1864 sobre "La cuestión social y el cristianismo". En

ambas ocasiones planteó la acción social como una exigencia de justicia y no solamente como caridad

asistencial.

No todos los sectores católicos coincidieron con estos planteamientos, se realizaron numerosos estudios

sobre el tema y se suscitaron acaloradas polémicas. Sin embargo, unos 40 años después, las corrientes del

catolicismo social representadas por Ketteler fueron confirmadas oficialmente en 1891 por el Papa León

XIII en su encíclica Rerum Novarum. Este documento pontificio ratificó: el derecho a la propiedad privada y la

función social de ella, la obligación aunque limitada que le incumbe al Estado de promover la prosperidad

pública y privada, los deberes de los obreros para con sus patrones y sus derechos a un salario suficiente

para vivir con dignidad. Consagró así el aspecto humano y personalista del trabajo y la condenación de la

lucha de clases, aunque invitó a los obreros a organizarse en asociaciones para defender sus derechos e

intereses.

Algunos Inventos, descubrimientos e innovaciones en el siglo XVIII

1709 Cristófori (Italiano) Piano 1777 Lavoisier (Francés) Explicación Combustión

1714 Fahrenheit (Alemán) Temómetro de Mercurio 1778 Jouffroy (Francés) Bote de Vapor Experimental

1745 Von Kleist (Alemán) Botella de Leyden 1780 Franklin (EE.UU.) Lentes Bifocales

1745 Musschenbroeck (Alemán) Botella de Leyden 1783 Montgolfier (Francés) El Globo

1752 Franklin (EE.UU.) Pararrayos 1785 Cartwright (Inglés) Telar Mecánico

1761 Harrison (Inglés) Cronómetro 1785 Blanchard (Francés) Paracaídas

1769 Watt (Escocés) Máquina de Vapor 1785 Ransome (Inglés) Arado de Hierro Fundido

1770 Cugnot (Francés) Carro de Vapor 1792 Murduch (Escocés) Lámpara de Gas

1774 Priestley (Inglés) Oxígeno 1796 Senefelder (Bohemio-Alemán) Litografía

1777 Miller (Inglés) Sierra Circular 1797 Wittemor (EE.UU.) Máquina de Tarjeta

Algunos Inventos, descubrimientos e Innovaciones en el siglo XIX

1800 Volta (Italiano) Pila 1868 Gramme (Belga) Dínamo

1802 Symington (Escocés) Bote Vapor 1876 Otto (Alemán) Motor 4 ciclos

1824 Aspdin (Inglés) Cemento

Portland 1876 Bell (EE.UU.) Teléfono

1828 Henrry (EE.UU.) Electromagneto 1879 Edison (EE.UU.) Lámpara

Incandescente

1835 Talbot (Inglés) Fotografía 1882 Wheeler (EE.UU.) Ventilador

Eléctrico

1837 Davenport (US) Motor CD 1885 Benz (Alemán) Automóvil

1837 Morse (EE.UU.) Telégrafo 1885 Daimler (Alemán) Motocicleta

1845 Hoe (EE.UU.) Rotatíva1885 Stanley (EE.UU.) Transformador

Eléctrico

1846 Howe (EE.UU.) Máquina de

coser

1887 Tesla (EE.UU.) Motor de

Inducción

1847 Staite (Inglés) Lámpara de Arco1888 Eastman (EE.UU.) Cámara

Kodak

1849 Bourding (Francés) Turbina Gas1889 Daimler (Alemán) Motor

Gasolina

1849 Francis (EE.UU.) Turbina

Hidráulica

1892 Tesla (EE.UU.) Motor Corriente

Alterna

1858 Siemens (Alemán) Horno para

acería

1892 Morrison (EE.UU.) Auto

Eléctrico

1864 Marcus (EE.UU.) Automóvil

Experimental1893 Tesla (EE.UU.) Radio

1866 Nobel (Suizo) Dinamita 1895 Diesel (Alemán) Motor Diesel

 

León XIII : Encíclica Rerum Novarum, 1891 (extracto):

"Una vez despertado el afán de novedades, que hace tanto tiempo agita a los

pueblos, necesariamente había de suceder que el deseo de hacer cambios en el

orden político se extendiese al económico, que tiene con aquel tanto parentesco.

Efectivamente, los aumentos recientes de la industria y los nuevos caminos porque

van las artes, al camino obrado en las relaciones mutuas de patrones y trabajadores,

el haberse acumulado las riquezas en unos pocos y empobrecido la multitud, y en los

obreros la más clara sensación de lo que su propio valer y poder han alcanzado, y la

unión más estrecha con que unos a otros se han juntado, y , finalmente, la corrupción

de las costumbres, han hecho estallar la guerra.

Su Santidad León

XIII.

... Por esto, proponiéndonos como fin la defensa de la iglesia y el bien común... creemos deber escribir algo

del estado y condición de los obreros...

Pero ella (la solución que demanda la verdad y la justicia) es difícil de resolver y la empresa no carece de

peligro. Porque difícil es dar la medida justa de los derechos y deberes en que deben ubicarse ricos y

proletarios, los que aportan el capital y los que ponen el trabajo. Y peligrosa es una contienda que por

hombres turbulentos y maliciosos frecuentemente se tuerce para pervertir el juicio de la verdad y mover a

sediciones la multitud. Como quiera que sea, vemos claramente, y en esto convienen todos, que es preciso

dar pronto y oportuno auxilio a los hombres de las clases modestas, pues que sin merecerlo se hallan la

mayor parte de ellos en una condición desgraciada y calamitosa.

Pues, destruidos en el pasado siglo los antiguos gremios de artesanos y no habiéndoseles dado en su lugar

defensa alguna por haberse apartado las instituciones y leyes públicas de la Religión de nuestros padres,

poco a poco los obreros se encontraron entregados, solos e indefensos por la condición de los tiempos, a la

inhumanidad de sus amos y a la desenfrenada codicia de sus competidores, hizo aumentar el mal la voraz

usura, la cual, aunque más de una vez condenada por sentencia de la iglesia, sigue siempre, bajo diversas

formas, la misma en su ser, ejercida por hombres avaros y codiciosos. Júntase a esto que los contratos de las

obras y el comercio de todas las cosas están casi todos en manos de pocos, de tal suerte que unos cuantos

opulentos y riquísimos hombres han puesto sobre los hombros de la multitud innumerables de proletarios un

yugo que difiere poco del de los esclavos".

Ver: Mapa conceptual sobre la Revolución Industrial

Fecha: 01/01/1970

Lugar: Gran Bretaña.

Llamamos Revolución Industrial al cambio fundamental que se produce en una sociedad cuando su

economía deja de basarse en la agricultura y la artesanía para depender de la industria. Localización: La

Revolución Industrial nace en Gran Bretaña y se extiende luego al resto de Europa. Antecedentes: La

economía existente antes de la revolución industrial estaba basada en el mundo agrario y artesanal; tres

cuartas partes de la población subsistían con trabajos agropecuarios

Origen y nacimiento de la Revolución Industrial: Nace en Gran Bretaña a mediados del siglo XVIII. Fue

posible por la existencia de una monarquía liberal y no absolutista, que consiguió evitar el panorama de

revoluciones que se estaban extendiendo en otros países. Gran Bretaña quedó libre de guerras, ya que

aunque estuvo involucrada en algunas, no se desarrollaron en su territorio. A esto se unió una moneda

estable y un sistema bancario bien organizado. El Banco de Inglaterra se fundó en 1694.

. Principalmente estaba basada en el autoconsumo y no en la comercialización de los productos obtenidos, puesto que además la productividad era muy baja. Las ciudades eran pocas, pequeñas y poco desarrolladas. Hay que recordar que el régimen de gobierno de estas sociedades eran las monarquías absolutistas, en las que todo, incluyendo las personas, se consideraban una propiedad del rey.

Principales características: Se produce un cambio rápido y en profundidad que afecta a todas las

estructuras de la sociedad. Los cambios serán tecnológicos, socioeconómicos y culturales. Los

tecnológicos irán desde el uso de nuevos materiales como el acero a fuentes energéticas como el

carbón y máquinas motrices como la máquina de vapor, considerada como el motor inicial de la

Revolución Industrial. Aparecen las máquinas de hilar y tejer, que consiguen aumentar rápidamente la

producción con poco personal. Surgen técnicas para el desarrollo del trabajo y la especialización de la

mano de obra. El transporte se desarrolla tanto por trenes como por barcos, lo que junto con otros

inventos harán crecer el papel de la industria y el comercio.

Los cambios culturales se plasmarán en un impresionante aumento de los conocimientos en todas las

ramas, tanto científicas como técnicas y sanitarias. Los cambios sociales más notables derivan del

crecimiento de las ciudades y el consiguiente éxodo en zonas rurales. Al mismo tiempo se produce un

fuerte aumento demográfico, como consecuencia de la elevada natalidad y el descenso de la mortalidad

catastrófica (gracias a avances sanitarios, como las vacunas, y a una mejor alimentación de la

población). Esto provocará que la población europea se multiplique en pocos años.

Al tiempo que se desarrolla una clase burguesa, el éxodo de población rural hacia las ciudades (la

revolución agrícola disminuyó las necesidades de mano de obra en el campo) da lugar a la aparición de

una nueva clase trabajadora que se agrupa en suburbios cercanos a las fábricas, a partir de los

barracones en los que viven los obreros. Las condiciones de vida de estos empleados son penosas,

tanto en las fábricas donde trabajan como en los suburbios en los que habitan. En las fábricas

encontrarán humedad, poca ventilación, ninguna seguridad laboral y jornadas que superan las doce

horas diarias, siete días a la semana. En los suburbios superpoblados y sucios son víctimas de

epidemias de fácil propagación. La cantidad de personas afectadas por estas condiciones les lleva a

organizarse para la defensa de sus intereses y aparecen los movimientos obreros de protesta.

Consecuencias de la Revolución Industrial: En principio la Revolución industrial produjo un cambio

radical en todos los ámbitos de la sociedad inglesa y, más tarde, del resto de las sociedades europeas,

creando un nuevo modelo de vida. El desarrollo industrial y minero, el aumento de la productividad, el

crecimiento de las ciudades y la mejora del comercio nacional e internacional contribuiran a un gran

crecimiento demográfico debido al aumento de la natalidad y de la esperanza de vida. La revolución

industrial en España fue mucho más tardía que en el resto de Europa. España seguía inmersa en un

mundo rural en el que los cambios fueron mínimos. Las malas comunicaciones, tanto interiores como

con Europa, acentuaron el retraso. Los talleres seguían siendo artesanales y la producción se

especializaba por zonas dependiendo de los recursos disponibles.

La revolución industrial fuera de Europa: En Estados Unidos comenzó al terminar la guerra civil, a

finales del siglo XIX. Estados Unidos había alcanzado a Gran Bretaña en potencial industrial y tenía un

mercado interior muy dinámico en un extenso territorio. La construcción de la red de ferrocarriles

permitió la colonización del Oeste, y la industrialización se basó en la aplicación temprana de las

innovaciones tecnológicas y una fuerte concentración empresarial. En Japón la industrialización

comenzó por la actividad textil. Las características principales fueron el patrocinio del Estado en la

construcción de ferrocarriles y bancos, la existencia de una mano de obra barata y disciplinada, fácil

adaptación a la tecnología occidental y grandes grupos industriales muy competitivos orientados a la

exportación. Este periodo fue denominado como Era Meiji o Era de la Luz: Japón se había convertido en

una gran potencia.

Revolución Industrial

Coalbrookdale at night, pintura al óleo de Philip James de Loutherbourg. Coalbrookdale se considera

una de las cunas de la Revolución Industrial.

La Revolución Industrial o Primera Revolución Industrial es el proceso de transformación económica, social y tecnológica que se inició en la segunda mitad del siglo XVIII en Gran Bretaña, que se extendió unas décadas después a gran parte de Europa occidental y Estados Unidos, y que concluyó entre 1820 y 1840. Durante este periodo se vivió el mayor conjunto de transformaciones económicas, tecnológicas y sociales de la historia de la humanidad desde elNeolítico,1 que vio el paso desde una economía rural basada fundamentalmente en la agricultura y el comercio a una economía de carácter urbano, industrializada y mecanizada.2

La Revolución Industrial marca un punto de inflexión en la historia, modificando e influenciando todos los aspectos de la vida cotidiana de una u otra manera. La producción tanto agrícola como de la naciente industria se multiplicó a la vez que disminuía el tiempo de producción. A partir de 1800 la riqueza y la renta per cápita se multiplicó como no lo había hecho nunca en la historia,3 pues hasta entonces el PIB per cápita se había mantenido prácticamente estancado durante siglos.4En palabras del premio Nobel Robert Lucas:

Por primera vez en la historia, el nivel de vida de las masas y la gente común experimentó un crecimiento sostenido (…) No hay nada remotamente parecido a este comportamiento de la economía en ningún momento del pasado.5

A partir de este momento se inició una transición que acabaría con siglos de una mano de obra basada en el trabajo manual y el uso de la tracción animal siendo estos sustituidos por maquinaria para la fabricación industrial y el transporte de mercancías y pasajeros. Esta transición se inició a finales del siglo XVIII en la industria textil y la extracción y utilización de carbón. La expansión del comercio fue posible gracias al desarrollo de las comunicaciones con la construcción de vías férreas, canales o carreteras. El paso de una economía fundamentalmente agrícola a una economía industrial influyó sobremanera en la población, que experimentó un rápido crecimiento sobre todo en el ámbito urbano. La introducción de la máquina de vapor de James Watt en las distintas industrias fue el paso definitivo en el éxito de esta revolución, pues su uso significó un aumento espectacular de la capacidad de producción. Más tarde el desarrollo de los barcos y ferrocarriles a vapor así como el desarrollo en la segunda mitad del XIX del motor de combustión interna y la energía eléctrica supusieron un progreso tecnológico sin precedentes.6 7 Como consecuencia del desarrollo industrial nacieron nuevos grupos o clases sociales encabezadas por el proletariado —los trabajadores industriales y campesinos pobres— y la burguesía, dueña de los medios de producción y poseedora de la mayor parte de la renta y el capital. Esta nueva división social dio pie al desarrollo de problemas sociales y laborales, protestas populares y nuevas ideologías que

propugnaban y demandaban una mejora de las condiciones de vida de las clases más desfavorecidas, por la vía del sindicalismo, el socialismo, el anarquismo, o el comunismo.8

Aún sigue habiendo discusión entre historiadores y economistas sobre las fechas de los grandes cambios provocados por la Revolución Industrial. El comienzo más aceptado de lo que podríamos llamar Primera Revolución Industrial, se podría situar a finales del siglo XVIII, mientras su conclusión se podría situar a mediados del siglo XIX, con un período de transición ubicado entre 1840 y 1870. Por su parte, lo que podríamos llamar Segunda Revolución Industrial, partiría desde mediados del siglo XIX a principios del siglo XX, destacando como fecha más aceptada de finalización a 1914, año del comienzo de la Primera Guerra Mundial. El historiador marxista Eric Hobsbawm, considerado pensador clave de la historia del siglo XX 9 sostenía que el comienzo de la revolución industrial debía situarse en la década de 1780, pero que sus efectos no se sentirían claramente hasta 1830 o 1840.10 En cambio, el historiador económico inglés T.S. Ashton declaraba por su parte, que la revolución industrial tuvo sus inicios entre 1760 y 1830.11 Algunos historiadores del siglo XX, como John Clapham y Nicholas Crafts, argumentan que el proceso de cambio económico y social fue muy gradual, por lo que el término «revolución» resultaría inapropiado. Estas cuestiones siguen siendo tema de debate entre historiadores y economistas.12 13

Índice

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1   Antecedentes y causas

o 1.1   Otras interpretaciones

2   Gran Bretaña

o 2.1   Revolución demográfica

3   Desarrollos industriales importantes

o 3.1   Industria textil

4   El comercio internacional

o 4.1   Economía industrial

5   Transportes

o 5.1   El ferrocarril

o 5.2   El barco de vapor

o 5.3   Carreteras y canales

6   Consecuencias

7   Etapas de la Revolución Industrial

8   Principios fundamentales de la industria

9   Impacto y consecuencias de la Revolución Industrial

10   Véase también

11   Notas

12   Referencias

13   Bibliografía

14   Enlaces externos

Antecedentes y causas

El triunfo de los nuevos planteamientos filosóficos del siglo XVIII, contribuyó al intercambio del

conocimiento científico

John Locke, padre del empirismo y del liberalismo moderno

Los inicios de la industrialización europea hay que buscarlos en la Edad Moderna. A partir del siglo XVI se vislumbra un avance en el comercio, métodos financieros, banca y un cierto progreso técnico en la navegación, impresión o relojería. Sin embargo estos avances siempre se veían lastrados por epidemias, constantes y largas guerras y hambrunas que no permitían la dispersión de los nuevos conocimientos ni un gran crecimiento demográfico. Según el historiador Angus Maddison, Europa Occidental experimentó un crecimiento demográfico prácticamente nulo entre 1500 y 1800. El Renacimiento marcó otro punto de inflexión con la aparición de las primeras sociedades capitalistas en Holanda y el norte de Italia. Es a partir de mediados del siglo XVIII cuando Europa comenzó a distanciarse del resto del mundo y ha asentar las bases de la futura sociedad industrial debido al desarrollo, aún primitivo, de la industria pesada y laminería.14 15 La alianza de los comerciantes con los agricultores hizo aumentar la productividad, lo que a su vez provocó una explosión demográfica, acentuada a partir del XIX. La Revolución Industrial se caracterizó por la transición de un economía agrícola y manual a una comercial e industrial16 cuya ideología se basaba en el racionalismo, la razón y la innovación científica.17

Otro de los principales desencadenantes de la Revolución nace de la necesidad.18 Aunque en algunos lugares de Europa como Gran Bretaña ya existía una base industrial, las Guerras Napoleónicas consolidaron la industria europea. Debido a la guerra, que se extendía por la

mayor parte de Europa, las importaciones de muchos productos y materias primas se suspendieron. Esto obligó a los gobiernos a presionar a sus industrias y a la nación en general para producir más y mejor que antes, desarrollándose industrias antes inexistentes. La industrialización tuvo lugar en diferentes oleadas en los distintos países. Las primeras áreas industriales aparecieron en Gran Bretaña a finales del siglo XVIII, extendiéndose a Bélgica y Francia a principios del siglo XIX y a Alemania y a Estados Unidos a mediados de siglo, a Japón a partir de 1868 y a Rusia, Italia y España a finales de siglo. Entre las razones se encontraron algunas tan dispares como la notable ausencia de grandes guerras entre 1815 y 1914, la aceptación de la economía de mercado y el consecuente nacimiento del capitalismo, la ruptura con el pasado, un cierto equilibrio monetario y la ausencia de inflación.

Otras interpretacionesVéase también: Ética protestante del trabajo

Otras interpretaciones sugieren que este nuevo cambio de mentalidad y la posterior evolución del sistema económico fue por causas morales y religiosas. La Reforma protestante de Martín Lutero y Juan Calvino trajo consigo un cambio de mentalidad en el trato y visión respecto del trabajo. Según Max Weber el protestantismo considera al trabajo y al esfuerzo como un bien y un valor fundamental, al contrario que la ética católica que lo considera un castigo a raíz del pecado original.19 Esto explicaría en parte las diferencias a la hora de desarrollarse de las distintas naciones europeas, teniendo como pioneros a países protestantes como Gran Bretaña, Alemania u Holanda y como países atrasados a España, Portugal e Italia, todos ellos católicos.20 Esta interpretación sigue siendo muy discutida.

Gran Bretaña

Adam Smith, filósofo y economista británico considerado el padre de la economía moderna y

elcapitalismofundamentalmente por su libroLa riqueza de las naciones

La Revolución Industrial se originó en Inglaterra a causa de diversos factores, cuya elucidación es uno de los temas historiográficos más trascendentes. Como factores técnicos, era uno de los países con mayor disponibilidad de las materias primas esenciales, sobre todo el carbón, mineral indispensable para alimentar la máquina de vapor que fue el gran motor de la Revolución Industrial temprana, así como los altos hornosde la siderurgia, sector principal desde mediados del siglo XIX. Su ventaja frente a la madera, el combustible tradicional, no es tanto su poder calorífico como la mera posibilidad en la continuidad de suministro (la madera, a pesar de ser fuente renovable, está limitada por ladeforestación; mientras que el

carbón, combustible fósil y por tanto no renovable, sólo lo está por el agotamiento de las reservas, cuya extensión se amplía con el precio y las posibilidades técnicas de extracción).

Como factores ideológicos, políticos y sociales, la sociedad inglesa había atravesado la llamada crisis del siglo XVII de una manera particular: mientras la Europa meridional y oriental se refeudalizaba y establecía monarquías absolutas, la guerra civil inglesa (1642-1651) y la posteriorrevolución gloriosa (1688) determinaron el establecimiento de una monarquía parlamentaria (definida ideológicamente por el liberalismo de John Locke) basada en la división de poderes, la libertad individual y un nivel de seguridad jurídica que proporcionaba suficientes garantías para elempresario privado; muchos de ellos surgidos de entre activas minorías de disidentes religiosos que en otras naciones no se hubieran consentido (la tesis de Max Weber vincula explícitamente La ética protestante y el espíritu del capitalismo). Síntoma importante fue el espectacular desarrollo del sistema de patentes industriales.

Como factor geoestratégico, durante el siglo XVIII Inglaterra construyó una flota naval que la convirtió (desde el tratado de Utrecht, 1714, y de forma indiscutible desde la batalla de Trafalgar, 1805) en una verdadera talasocracia dueña de los mares y de un extensísimo imperio colonial. A pesar de la pérdida de las Trece Colonias, emancipadas en la guerra de Independencia de Estados Unidos (1776-1781), controlaba, entre otros, los territorios del subcontinente Indio, fuente importante de materias primas para su industria, destacadamente el algodón que alimentaba laindustria textil, así como mercado cautivo para los productos de la metrópolis. La canción patriótica Rule Britannia (1740) explícitamente indicaba:rule the waves (gobierna las olas).

Revolución demográficaVéase también: Transición demográfica

Durante la revolución industrial se vivió un incremento espectacular de la población, debido fundamentalmente a la caída de la tasa de mortalidad provocada por la mejora de las condiciones higiénicas, sanitarias y alimenticias que se plasmó en gran medida en la reducción de la mortandad infantil. En este periodo nacen las primeras vacunaciones y se mejoran los sistemas de alcantarillado y de depuración de aguas residuales. Una alimentación más abundante y regular, no sometida a las fluctuaciones de las cosechas, bajó la incidencia de las epidemias e hizo posible la casi desaparición de la mortalidad catastrófica, sobre todo la infantil.

La población de Inglaterra y Gales, que había permanecido constante alrededor de 6 millones desde 1700 a 1740, se incrementó bruscamente a partir de esta fecha y alcanzó 8,3 millones en 1801, para doblarse en cincuenta años y llegar a los 16,8 millones en 1850 y en 1901 casi se había doblado de nuevo con 30,5 millones.21 En Europa, la población pasó de 100 millones in 1700 hasta alcanzar 400 millones en 1900.22 La revolución industrial fue así el primer periodo histórico durante el que hubo simultáneamente un incremento de la población y un incremento de la renta per cápita.23 El aumento de la población fue un estímulo para el crecimiento industrial ya que proporcionó a la vez mano de obra abundante para las nuevas industrias y de otro lado supuso un incremento de la demanda interna para los nuevos productos.

El aumento de la población urbana en ciudades con trazado medieval supuso el hacinamiento, la insalubridad y la aparición de las primeras patologías sociales (alcoholismo, prostitución y delincuencia).24

Desarrollos industriales importantesIndustria textil

Entre finales del siglo XVII y principios del XVIII el gobierno británico aprobó una serie de leyes con el fin de proteger a la industria de la lana británica de la creciente cantidad de tela de algodón que se importaba desde India Oriental.

Esta máquina de hilado es la última superviviente de las construidas porSamuel Crompton

Vídeo con máquinas textiles Mule spinning en Quarry Bank Mill

También empezó a haber una mayor demanda de tejidos gruesos, los cuales eran fabricados por la industria británica en la localidad deLancashire, donde destacaba la producción de pana, fabricada a partir fibras entrecruzadas de lino y algodón. El lino era utilizado para dotar de más resistencia al tejido, cuyo material principal, el algodón, no tenía una resistencia suficiente, aunque esta mezcla resultante no era tan suave como los tejidos 100% algodón y era más difícil de coser.25

Hasta el nacimiento de la industria textil, los tejidos y el hilado en general se realizaba en los hogares, en la mayor parte de los casos para consumo propio. Este método productivo, basado en que la producción estaba dispersada y se desarrolloba en los domicilios de los trabajadores, es a menudo denominado en inglés como sistema Putting-out (Putting-out system) en contraposición al posterior sistema industrial o Factory system.26 Sólo en ocasiones puntuales los trabajos se realizaban en un taller de un maestro tejedor. Bajo el sistema Putting-out los trabajadores, antes de fabricar su producto, pactaban contratos con comerciantes y vendedores, quienes les suministraban a menudo las materias primas necesarias. Fuera de temporada por la general las esposas de los agricultores hacían los hilados mientras que los hombre producían los tejidos. Utilizando la maquina de hilar o rueca, en cualquier momento entre cuatro y ocho hilanderas podían echar una mano al tejedor.25 27 28 Uno de los grandes inventos de la industria textil fue la lanzadera volante, patentada en 1733 por John Kay, que permitió una cierta automatización del proceso de tejido. Posteriores mejoras, destacando las de 1747, permitieron duplicar la capacidad de producción de los tejedores, lo que también agravó el desequilibrio que existía entre el hilado y el tejido.

Este invento empezó a ser ampliamente utilizado en todo Lancashire en la década de 1760, cuando Robert Kay, hijo de John Kay, inventó la caja ascendente (drop box).29 Lewis Paul desarrolló patentó en Birmingham, con la ayuda de John Wyatt, la máquina de hilar mediante rodillos y el sistema flyer-and-bobbin, que conseguían un espesor más uniforme en el proceso de elaboración de la lana. Paul y Wyatt abrieron una fábrica en Birmingham que utilizaba una nueva máquina de laminado impulsada por un burro. En 1743 se abrió una fábrica en Northampton que empleaba cinco máquinas como la de Paul con cincuenta husos cada una. Estuvo en funcionamiento hasta 1764. Una fábrica similar fue construida por Daniel Bourn en Leominster, pero un incendio la destruyó. Tanto Paul como Bourn habían patentado el cardador de lana en 1748. El uso de dos conjuntos de rodillos que giraban a diferentes velocidades fue utilizado posteriormente en la primera fábrica de hilados de algodón. La invención de Lewis fue posteriormente mejorada por Richard Arkwright con su Water frame y por Samuel Crompton con su Spinning mule.

En 1764 el pueblo de Stanhill, Lancashire, James Hargreaves inventó la hiladora Jenny, que patentó en 1770. Fue la primera máquina que empleba varios husos de una manera eficaz. La hiladora Jenny trabajaba de una manera similar a la rueca. Era una máquina simple, construida con madera y que sólo costaba alrededor de 6 libras (un modelo de 40 husos) en 1792. Era utilizada principalmente en los hogares o por pequeños artesanos. La hiladora Jenny producía un hilo ligeramente torcido sólo adecuado para la trama, que se torcía.30

La máquina de hilar (Water frame) inventada por Richard Arkwright, fue patentada por este junto con dos socios en 1769. El diseño se basaba en parte en una máquina de hilado construida por Thomas High, quien fue contratado por Arkwright.31

El comercio internacional

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Industrial}} ~~~~

Economía industrialVéanse también: Segunda revolución industrial y Tercera revolución industrial.

Sin embargo, y a pesar de todos los factores anteriores, la Revolución industrial no hubiese podido prosperar sin el concurso y el desarrollo de los transportes, que llevarán las mercancías producidas en la fábrica hasta los mercados donde se consumían.

Estos nuevos transportes se hacen necesarios no sólo en el comercio interior, sino también en el comercio internacional, ya que en esta época se crean los grandes mercados nacionales e internacionales. El comercio internacional se liberaliza, sobre todo tras el Tratado de Utrecht (1713) que liberaliza las relaciones comerciales de Inglaterra, y otros países europeos, con la América española. Se termina con las compañías privilegiadas y con el proteccionismo económico; y se aboga por una política imperialista y la eliminación de los privilegios gremiales. Además, se desamortizan las tierras eclesiásticas, señoriales y comunales, para poner en el mercado nuevas tierras y crear un nuevo concepto de propiedad. La Revolución industrial generó también un ensanchamiento de los mercados extranjeros y una nueva división internacional del trabajo (DIT). Los nuevos mercados se conquistaron mediante el abaratamiento de los productos hechos con la máquina, por los nuevos sistemas de

transporte y la apertura de vías de comunicación, así como también, mediante una política expansionista.

El Reino Unido fue el primero que llevó a cabo toda una serie de transformaciones que la colocaron a la cabeza de todos los países del mundo. Los cambios en la agricultura, en la población, en los transportes, en la tecnología y en las industrias, favorecieron un desarrollo industrial. La industria textil algodonera fue el sector líder de la industrialización y la base de la acumulación de capital que abrirá paso, en una segunda fase, a la siderurgia y al ferrocarril.

A mediados del siglo XVIII, la industria británica tenía sólidas bases y con una doble expansión: las industrias de bienes de producción y de bienes de consumo. Incluso se estimuló el crecimiento de la minería del carbón y de la siderurgia con la construcción del ferrocarril. Así, en Gran Bretaña se desarrolló de pleno el capitalismo industrial, lo que explica su supremacía industrial hasta 1870 aproximadamente, como también financiera y comercial desde mediados de siglo XVIII hasta la Primera Guerra Mundial (1914). En el resto de Europa y en otras regiones como América del Norte o Japón, la industrialización fue muy posterior y siguió pautas diferentes a la británica.

Unos países tuvieron la industrialización entre 1850 y 1914: Francia, Alemania y Bélgica. En 1850 apenas existe la fábrica moderna en Europa continental, sólo en Bélgica hay un proceso de revolución seguido al del Reino Unido. En la segunda mitad del siglo XIX se fortalece en Turingia y Sajonia la industrialización de Alemania.

Otros países siguieron un modelo de industrialización diferente y muy tardía: Italia, Imperio austrohúngaro, España o Rusia. La industrialización de éstos se inició tímidamente en las últimas décadas del siglo XIX, para terminar mucho después de 1914.

TransportesEl ferrocarril

Un ferrocarril alemán en 1895

El ferrocarril, nacido en el siglo XVIII, es uno de los grandes protagonistas de la Revolución Industrial. En sus comienzos se empleaba la fuerza animal como medio de locomoción, los raíles eran de madera y su empleo se limitaba a las minas para el transporte decarbón.nota 1 En un libro publicado en 1797, Carz aseguraba haber sido el primero que pensó en sustituir la madera por hierro.32 La primera concesión del Parlamento inglés para la construcción de un ferrocarril —movido por caballos— se remonta a 1801; se trataba de una línea entre Wandsworth y Croydon con unos 13 kilómetros de longitud y con un coste de 60 000 libras. La gran revolución del ferrocarril comenzó en 1814, cuando George Stephenson utilizó la máquina de vapor como medio de locomoción. Su invento fue un éxito y comenzó a usarse de inmediato en las minas, pudiendo transportar ocho vagones de 30 toneladas a una velocidad de 7 km/h. Estos resultados eran suficientes para expandir el uso de la máquina a otros servicios. Fue un 1821 cuando el Parlamento autorizó la construcción de la primera línea de ferrocarril con tracción de vapor entre Stockon y Darlington. La línea fue inaugurada en

1825 con una máquina maniobrada por el propio Stephenson tirando de 34 vagones a una velocidad de entre 10 y 12 millas por hora —16-19 km/h— ;33 El periódico The Times describió esta azaña de la siguiente manera:

Tres máquinas de vapor con cincuenta caballos de fuerza cada una han servido para arrastrar trece vagones, cargados de mercancías y productos diversos sobre la altura del plano inclinado que forma la vía. Allí se han enganchado los vagones a una máquina llamada "La Experiencia" además de cierto número de vagones que llevaban a los accionistas, autoridades e invitados (...) Se pone en marcha y hombres a caballo intentan seguir los vagones pero pronto quedan distanciados, allí donde la pendiente era más fuerte el convoy alcanzó las 25 millas/h.34 (40km/h).

En los 5 años posteriores el Parlamento autorizó la construcción de 23 nuevas líneas de ferrocarril entre las que se encontraba la célebre línea entre Mánchester y Liverpool, siendo sus constructores los primeros en ofrecer en el ferrocarril el servicio de transporte de pasajeros. En aquel momento se desconfiaba de la seguridad que podían ofrecer las locomotoras, pero la acogida fue muy buena, mejorando en un 10% los beneficios derivados de este servicio, aunque los ingresos por el transporte de algodón, tejidos, carbón y ganado aún seguían siendo mayoritarios. Este éxito también fue tratado por George Porter, quien en su libro El progreso de la nación dice :

Desde entonces [se refiere a la construcción de la línea citada] se ha observado que al construirse una línea de ferrocarril entre dos ciudades, el número de viajeros en el trayecto entre una y otra se cuadruplica.

Fue en esta ocasión el propio Stephenson el que ganó la puja en esta línea convirtiéndose su Cohete en el encargado de remolcar un tren de 12 toneladas a 22 km/h.35 El primer correo por ferrocarril se envió el 11 de noviembre de 1830.34 Los tiempos de llegada se redujeron considerablemente, llegando el correo entre Londres y Manchester en aproximadamente 18 horas. En Inglaterra, siguiendo la consigna laissez faire, el Estado no intervenía en la construcción o subvención del ferrocarril sino que se resignaba a otorgar las licencias y permisos de construcción y explotación;35 de esta manera se gastaron enormes fortunas con el objetivo de obtener los distintos permisos; por ejemplo elGreat Western costó en gastos preliminares 89 000 libras y otros como el London and Birmingham 62 000.36

Locomotora de Stephenson de principios del siglo XIX

Los ferrocarriles eran al principio de vía estrecha y sólo admitían velocidades comprendidas entre los 15 y los 20 kilómetros por hora, pero en 1840 se habían ensanchado las vías y se podían conseguir unas velocidades de casi 40 km/h.

George Stephenson

Primitivas vagonetas mineras

El primer país continental en seguir el ejemplo inglés fue Bélgica con dos líneas Bruselas-Malinas y Malinas-Amberes en 1835. El primer año transportaron 70 000 pasajeros. El coste fue bajísimo y el billete Bruselas-Amberes costaba sólo un franco.37 El invento entró en Francia con algo de retraso pues mientras jóvenes, ingenieros y adeptos al saintsimonismo reclamaban su construcción, tropezaban con el rechazo y la desconfianza de muchos, además de la carencia de hierro. El gobierno francés, que veía el potencial del aparato, ordenó un estudio para un plan nacional de los ferrocarriles. El estudio quedó finalizado en 1837 y los capitalistas, impacientes, presionaban al gobierno para la ejecución del proyecto con el fin de especular con las obras y los terrenos. El plan consistía en siete líneas con centro en París, que unirían el Atlántico, el Mediterráneo y el Rin. Al contrario que en Inglaterra y Bélgica, el estado se hizo cargo, al menos en parte, de su construcción y explotación, aportando 150 000 francos por kilómetro de vía y construyendo las infraestructuras necesarias.37 Mientras, las compañías privadas aportaron 100 000 francos para edificios y material.38 Tras 40 años de administración y explotación privada, el sistema pasaría al Estado. Socialistas románticos y conservadores se oponían al proyecto, los primeros reclamaban que el sistema fuera del estado desde el primer día y los segundos lo consideraban demasiado caro.38 Finalmente el plan fue aprobado, pero algunos acuerdos se revisaron y en la práctica la construcción y explotación corrió a cuenta casi exclusiva del sector privado.38 En 1857 la red estaba consolidada siendo propiedad de 6 grandes compañías. Debido a la obligación de ceder la propiedad al Estado a los 40 años de explotación se descuidó sobremanera su cuidado y mantenimiento por lo que el gobierno francés se vió en la obligación de ampliar el plazo en 99 años más, comprometiéndose incluso a pagar las obligaciones a su vencimiento.38

En Alemania la primera línea se construyó en 1835 con una extensión de 7 kilómetros entre Nuremberg y Fürth pero fue en 1839 cuando se construyó la primera línea de importancia entre Dresde y Leipzig, promovida por el profesor de economía política List, uno

de los principales promotores de la línea Nuremberg-Fürth. Pronto se vió al ferrocarril como una poderosa arma política; en el momento de la aparición del ferrocarril, Alemania se encontraba dividida en más de 300 pequeños estados y ciudades autónomas. Desde la construcción de la línea Dresde-Leipzig todas las ciudades alemanas quisieron unirse con su vecina lo que además de un gran impulso económico hizo un gran servicio para el triunfo del Zollverein.39 Al contrario que en el resto de países, en Alemania fue la administración la encargada de vigilar o administrar todos los ferrocarriles.40 En 1850 el Zollverein ya poseía 5 800 kilómetros casi el doble que toda Francia. Hannover, Bremen, Hamburgo, Berlín, Francfort formaban una gran línea que transcurría sobre los principales focos industriales y unía Alemania con Suiza a través de Basilea y a Austria a través de Moravia y Silesia.

Fotografía de los accionistas y principales impulsores de la línea entre Barcelona y Mataró, la primera

línea de ferrocarril penínsular

Ceremonia de clavado del "Remache de Oro" (Golden Spike) el 10 de mayo de 1869 símbolo de la

finalización de la primera línea transcontinental estadounidense

A partir de la década de 1820 el ferrocarril y el vapor saltaron a los Estados Unidos y pronto conquistaron a la opinión pública. Stevens realizó en Hoboken una primera prueba que causó un gran interés entre los hombre de negocios de Pennsylvania, quienes compraron una locomotora a Inglaterra.41 Al igual que en Gran Bretaña, la acumulación de capital hizo posible sólo un año después el comienzo de la construcción de una primera línea entre Washington y Winchester. En 1830 una locomotora llamada Best Friend explotó cuando marchaba por la línea Charleston-Hambourg debido a que el maquinista se había sentado sobre la válvula de escape por las molestias que sentía debido al silbido del vapor al salir. Pero lejos de echarse atrás, el país progresó a un ritmo frenético y a mediados de 1830 ya producía sus propias locomotoras en la fundición de West Point 42  asegurando una industria nacional sólida. Desde entonces Estados Unidos colocó raíles a través de su vasto territorio a una velocidad mucho mayor que Europa. Si en 1830 poseía tan sólo 65 kilómetros de trazado —contra 316 europeos, 276 de ellos en Gran Bretaña—, 10 años después ya superaba a Europa con 4509 kilómetros contra 3543 europeos.41 En 1850 las vías férreas ya sumaban 14 400 kilómetros. Uno de los problemas que planteaban los ferrocarriles era el ancho de

vía,nota 2 que variaba en anchura en los distintos países, lo que obligaba a numerosos transbordos para deleite de los hosteleros. Pero problemas aparte el tiempo de viaje no hizo sino disminuir; así, en apenas unos años no se tardaban más de 20 horas en viajar de Boston a Nueva York en ferrocarril cuando antes se tardaban unas 80.41

El general Grenville M. Dodge

Fotografía del célebre descarrilamiento en la estación deMontparnasse el 22 de octubre de 1895

En Italia los augurios de d´Azeglio de que los ferrocarriles coserían la bota no pasaron de simples promesas, pues hasta 1845 sólo se encontraban pequeñas líneas aisladas como la línea Milán-Monza, Padua-Venecia, Liorna-Pisa o la línea de Campania que Fernando de Nápoles construyó para su recreo y uso privado.43 En Hungría sólo existía una pequeña vía alrededor de Budapest y en Rusia el zarismo tuvo que imponer la construcción de la línea Moscú-San Petersburgo debido a los numerosos retractores.43 En España, el gran tirón y entusiasmo que de manera muy temprana había producido el invento se apaga en la guerra civil de 1833, que paraliza todas las obras de construcción ante la desconfianza de los capitalistas.43 Hubo que esperar hasta 1843 cuando se concedió a Juan Manuel Roca y Miguel Biada la construcción y explotación del ferrocarril Barcelona-Mataró, que estuvo construido en sólo cinco años bajo la dirección del ingeniero inglés Locke, su inauguración fue el 28 de

octubre de 1848, un trayecto de 28 km y 600 m que se completaba en 35 minutos.nota 3 En 1851 realizó su primer viaje el segundo ferrocarril español que cubría la línea Madrid-Aranjuez, cuya concesión había sido otorgada en 1844 con prolongación hasta Cádiz. En 1850 se inició la construcción de la primera locomotora española, finalizada en 1852.43

Excepciones aparte, en el periodo entre 1820 y 1840, Gran Bretaña conservaba un adelanto manifiesto sobre el resto del mundo.43 Era la única que poseía una buena red de transporte entre sus principales ciudades. Trabajó con verdadero frenesí entre 1840 y 1847 a pesar de la rivalidad latente entre la oposición, los grupos financieros, los Turnpike trusts y la población, cuyo medio de subsistencia continuaban siendo las carreteras. Similar situación se dio en Bélgica, que en 1843 tenía incluso más kilómetros que Francia y una opinión pública muy favorable al ferrocarril.43 No fueron pocos los que vieron en el ferrocarril un gran peligro, incluso mortal. Desde el siglo XVIII, cuando se pusieron en marcha en Inglaterra hubo voces, incluso procedentes de la Real Academia de Ciencias británica, que sugerían que a unas velocidades superiores a los 40km/h los pasajeros se asfixiarían, se volverían ciegos y el ganado enloquecería. Se temía también la destrucción de las tierras de cultivo o que la gente y mercancías salieran despedidas del aparato por sus "endiabladas" velocidades.44

Recorrido del primer ferrocarril transcontinental estadounidense

Pasada la primera mitad de siglo, el medio siglo siguiente entre 1851 y 1901, conocido con el nombre de Railway Age vive el apogeo y reinado definitivo del ferrocarril. Pero la tracción mecánica sobre raíles es sobre todo, obra de Occidente. En 1860 Europa y EE. UU. se reparten más o menos 198 000 en igualdad mientras que el resto del mundo no cuenta con más de 15 000 kilómetros, la mayoría ubicados en colonias europeas.45 En 1910 ya se han construído más de un millón de kilómetros de los que 380 000 están en EE. UU. y 330 000 en Europa.45 Su construcción necesitó de un esfuerzo enorme, movilizando grandes cantidades de capital, trabajadores y estimulando la industria metalúrgica y la construcción de gigantescos talleres de trabajo, además de dar su máximo esplendor a lamáquina de vapor.46 Además de los vagones y locomotoras, también evolucionaron los raíles sobre los que circulaban. El raíl de acerosustituye al de hierro y a la madera de las traviesas se le empezó a inyectar cloruro de cinc para evitar que se pudriera. El ferrocarril también necesitó de una gran infraestructura que fue necesario desarrollar, como túneles, que se excavaban a costa del sufrimiento obrero a altísimas temperaturas con el uso de perforadoras de aire comprimido y el revestimiento de las galerías con fundición, en sustitución de la madera; La ventilación se lograba con sopladoras. Hay que destacar algunos éxitos entre los que se encuentran el túnel que atraviesa el Mont Cenis, construído a lo largo de 15 años y con una extensión de 13 600 m a 1300 metros de altura.47 Otros como el San Gotardo de más de 15 000 metros se terminaron en menos de 10 años usando la perforadora automática siendo las condiciones de trabajo nefastas: los obreros llegaron a trabajar a una temperatura de 86 grados.47 Fuera de Europa los estadounidenses construyeron un túnel bajo el río Hudson. Escandinavia queda unida a Alemania a través del "ferry-boats" entre Rügen y Malmoe. Mientras que en la primera mitad de siglo la locomotora apenas había ganado en velocidad sin sobrepasar nunca los 40km/h, hace progresos decisivos a partir de la idea del ingeniero inglés Crampton de colocar las ruedas motrices detrás de la caldera (y no debajo), ruedas que están acopladas,

transfiriéndose el movimiento de rotación. En 1850 la velocidad media que se situaba en 27 km/h se eleva en 1880 a 74 km/h en Inglaterra y a 59 km/h en Estados Unidos.48 En 1890 el Empire-State-Express rebasó por primera vez en la historia los 100 km/h entre Nueva York y Búfalo.48 Para cruzar Francia de un extremo en ferrocarril solo se precisaban 14 horas. En esta segunda parte del siglo el coste del billete desminuyó entre un 50 y un 70 %.49

Las prestaciones de la locomotora aumentaron sin cesar. El freno de mano se sustituyó por un nuevo freno hidráulico de aire comprimido.48 Los vagones de pasajeros fueron dotados de alumbrado de gas a base de aceite de esquisto o iluminación eléctrica a finales de siglo, siendo la línea Londres-Brighton la primera en incorporarla.48 La máquina de vapor, el corazón de la máquina, también procura calefacción en los vagones. El llamado Boggie o bastidor de varios ejes permitió al convoy dar curvas mucho más acentuadas disminuyendo los riesgos, pues se adaptaba a la curvatura de la vía.48 También se crearon los llamados palace-cars en las líneas más largas para las familias ricas en las que disfrutaban de todo tipo de comodidades y sin tener que mezclarse con el resto de pasajeros.48 En 1880 se instaló en la línea del Pacífico un vagón imprenta en el que se editaba un periódico diario con las noticias recibidas telegráficamente en las estaciones.48

El Transiberiano en sus comienzos alrededor de 1903

Estación de Bahmi atravesada por el Transcaspiano en 1890

Exceptuando Gran Bretaña, Bélgica y algunas partes de España y Alemania, las vías férreas no dibujaban redes en ninguna parte antes de 1860.50 En Francia por fin se realizó un esfuerzo serio a partir del Segundo Imperio y en los albores de la Tercera República. En esta segunda mitad de siglo se empezaba a vislumbrar la columna vertebral de ferrocarriles europeos.50 Sus límites se extendían desde el norte de Francia hasta la Alta Silesia de este a oeste y de Alemania al norte de Italia de norte a sur; en el centro, Suiza reparte el tráfico por el continente. En cambio la mayor parte de Italia, la península ibérica y los países del este quedaban fuera.50 En Estados Unidos se siguen consiguiendo grandes logros. En 1869 se finalizó el primer transcontinental que conectó el país de este a oeste. La construcción fue dirigida por el implacable general Grenville M. Dodge como si se tratará de una campaña

militar. Usó como mano de obra a los soldados desmovilizados, inmigrantes irlandeses y hasta chinos en California.50 Pero este triunfo no se logró con facilidad; indios, el relieve irregular y sobre todo la competencia entre Union Pacific y Central Pacific dificultaron sobremanera la situación. Pero el entusiasmo predomina y en 1893 ya había en funcionamiento otras 5 líneas transcontinentales, usándose como medio de colonización en el oeste americano o en la Columbia británica como medio de presión para conseguir su adhesión a la Unión.50

Aunque tardío, se presenta el esfuerzo ruso, logrado gracias a los préstamos de Occidente.50 En primer lugar se construyó el transcaspiano al que a partir de 1905 complementó el transaraliano. En Siberia las dificultades eran mayúsculas: hielo, infiltraciones de agua, ríos inmensos, débil densidad humana, distancias enormes, sin olvidar el irregular relieve. Pero las viejas rutas y caminos ya no eran suficientes y el ferrocarril más largo del mundo se empezó en 1891 y alcanzó su destino, Vladivostok, gracias a un acuerdo con China, en 1902.50

Así pues el ferrocarril no solo sirvió para revolucionar el mundo del transporte tanto material como humano sino que fue empleado como un excelente instrumento de unión.51Sirvió bien en la reconciliación y la anexión de nuevos territorios a Estados Unidos y el Imperio alemán sabía lo mucho que le debía al ferrocarril como para dejarlo en manos privadas. En Italia facilitó la hegemonía de la Casa de Saboya. No ocurrió igual en Francia o en Gran Bretaña, donde se encontraban mayoritariamente en manos privadas, aunque en Inglaterra prestaron un servicio inigualable, encumbrando al naciente Imperio británico a la hegemonía mundial. Hacia 1850 el ferrocarril había conducido a entre 400 y 500 millones de viajeros y entre 200 y 300 millones de toneladas de mercancías desde su nacimiento. Cinco décadas después, sólo en 1905 transportó a entre 4000 y 5000 millones de viajeros.52

El barco de vapor

El Turbinia, primer barco propulsado con turbinas a vapor

Antes del siglo XIX la larga tradición naval europea se había sustentado sobre el control de los vientos como medio de propulsión y la seguridad más que por la velocidad en el mar. A principios de siglo no se empleaban menos de dos o tres semanas en cruzar el Atlántico de este a oeste, necesitándose entre 30 y 40 días de oeste a este. Con la formación de los imperios coloniales europeos se hizo necesario desarrollar una tecnología que asegurase el viaje sobre las aguas; en el siglo XVIII se generalizó el uso del sextante, mapas con las notaciones de los vientos y el cronómetro. La invención de la nueva embarcación partió de los trabajos de Jouffroy d´Abbens sobre el Sena y los de Fulton con su máquina Clermont.53 Fue en Estados Unidos donde tuvieron lugar las primeras pruebas del navío de ruedas sobre el río Hudson. En 1815 ya circulaban un centenar de estos navíos de ruedas que obtenían su energía de la leña, material barato y abundante. El Savannah consiguió cruzar en 29 días el Atlántico Norte en 1819 y la Sphink, que llevó a Francia las noticias de la toma de Argel, desarrollaba una velocidad de 6 nudos. Pero los problemas eran numerosos: las paletas utilizadas provocaban un gran desperdicio de energía, existía el riesgo de incendio o explosión

a bordo, su velocidad era aún menor a la desarrollado por los veleros y el poder militar aún se oponía a su utilización como navío de guerra.54

Pero a pesar de las dificultades los avances prosiguieron y en 1838, con una combinación de vapor y velas, los navíos Sirius y Great Western cruzaron el Atlántico entre Liverpool y Nueva York en 16 y 13 días respectivamente. Los grandes avances llegaron entre 1840 y 1860 con la invención de la hélice, basándose los primeros modelos en eltornillo de Arquímedes, el condensador de superficie y la máquina Compound, que logró ahorrar grandes cantidades de combustible y la introducción de calderas cilíndricas que posibilitaron la producción de vapor a alta presión.53

Lo que sí es indudable es la supremacía del velero sobre el vapor durante la mayor parte del siglo; la seguridad y prestigio de la que aún gozaba, sobre todo en Estados Unidos, donde también tenía lugar la mayoría de los avances del barco de vapor era indiscutible. En 1850 el barco de vapor había transportado ya 750 000 toneladas, aunque el vapor aún estaba muy lejos de ganar la partida.54

Carreteras y canales

Fotografía de una diligencia enDakota del Sur alrededor de 1889

Sección resturada del canal delTámesis

El esfuerzo en la construcción y mejora de carreteras (o caminos) comenzó en muchas partes de Europa antes de la Revolución Industrial. Desde el fin de las guerras napoleónicas a principios del siglo XVIII y en ausencia de otros medios de comunicación más eficaces, las carreteras fueron extensamente mejoradas. A principios del siglo XIX el país más adelantado en esta materia era Francia con una red de 33 000 kilómetros de gran calidad que se extendían hasta Alemania, Suiza e Italia. Los Países Bajos, el Reino de Prusia oSuiza también habían vivido una gran mejora en las comunicaciones. En el otro extremo se encontraban lugares como Sicilia, que no empezó su construcción hasta bien entrado el XIX, la Rusia zarista, que no tendría su primera calzada entre Moscú y San Petersburgo —sus principales ciudades— hasta 1834 o España, que cuenta antes de la mitad del siglo XIX con solo 6000

kilómetros de vías, siendo además estrechas y llenas de irregularidades y deficiencias. En Gran Bretaña el rápido desarrollo de ferrocarriles y canales quita importancia a su construcción pero aún así se suceden las ampliaciones y modernizaciones de la maltrecha red británica contando en 1850 con más de 50 000 kilómetros de trazado, 18 000 más que veinte años atrás.55

La técnica en la construcción de estas vías de comunicación también mejora. En cada país se construyen de manera distinta pero los problemas clásicos derivados de estas construcciones como filtraciones de agua, mantenimiento o infraestructura se solucionan en las décadas de 1820 y 1830 a partir de las mejoras introducidas por Mac Adam o Telford.56 El uso de la diligencia y los servicios públicos de transporte se desarrollan y generalizan con unas velocidades que oscilan entre los 10 y 15 km/h, usándose en el transporte de pasajeros, mercancías y correo.57 No es hasta principios del siglo XX cuando gracias al motor de explosión y el desarrollo del automóvil se de un uso masivo a estos trazados.

Los primeros canales empezaron a ser construidos en Gran Bretaña en el siglo XVIII con el objeto de comunicar los centros industriales del norte británico con los puertos marítimos del sur y Londres. Los canales fueron la primera tecnología que permitió un fácil y relativamente rápido transporte de mercancías por todo el país, pudiéndose transportar varias docenas de veces más de tonelaje por viaje que con un transporte terrestre. A esto se unía el relieve del país, completamente llano, lo que permitía que los canales fueran construidos rápidamente y a un bajo precio. A principios de la década de 1820, ya existía una red nacional consolidada. El ejemplo inglés fue copiado en Francia que con un relieve similar al británico pudo desarrollar su propio sistema, que a mediados del siglo XIX contaba con 8500 kilómetros de vías. En Alemania gracias a sus grandes ríos como el Rín y el Elba, la navegación se vio muy favorecida, así como el comercio que vivió un gran desarrollo. En otros países como España la construcción de canales no pasó de un proyecto por el difícil relieve y la falta de capitales. Fuera del continente, los estadounidenses con su ímpetu emprendedor y sus numerosos lagos y grandes ríos consiguieron desarrollar con velocidad su propio sistema, que al igual que el ferrocarril, ayudó en la colonización y explotación de las vastas tierras del país. A principios de 1835 EE. UU. ya contaba con 7000 kilómetros de canales que allanaron el camino a la introducción delbarco de vapor en el país con una rapidez incluso mayor a la siempre innovadora Gran Bretaña.58

El uso de los canales en Gran Bretaña empezó a decaer a partir de 1840, cuando el ferrocarril se impuso en el transporte de mercancías y pasajeros.59 El irregular y más tardío desarrollo a gran escala del ferrocarril en el resto de países, con la siempre notable excepción de los Estados Unidos, alargó en ocasiones el uso pleno de los canales hasta los albores del siglo XX. Hoy en día la red de canales británicos y la infraestructura ligada a esta es una de las características más perdurables y destacables de la Revolución Industrial en el país.

Consecuencias

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Industrial}} ~~~~

Máquina de vapor situada en el vestíbulo de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales de

la UPM (Madrid).

La existencia de controles fronterizos más intensos evitaron la propagación de enfermedades y disminuyó la propagación de epidemias como las ocurridas en tiempos anteriores. La revolución agrícola británica hizo además más eficiente la producción de alimentos con una menor aportación del factor trabajo, alentando a la población que no podía encontrar trabajos agrícolas a buscar empleos relacionados con la industria y, por ende, originando un movimiento migratorio desde el campo a las ciudades así como un nuevo desarrollo en las fábricas. La expansión colonial del siglo XVII acompañada del desarrollo del comercio internacional, la creación de mercados financieros y la acumulación de capital son considerados factores influyentes, como también lo fue la revolución científica del siglo XVII. Se puede decir que se produjo en Inglaterra por su desarrollo económico.

La presencia de un mayor mercado doméstico debería también ser considerada como un catalizador de la Revolución Industrial, explicando particularmente por qué ocurrió en el Reino Unido.

La invención de la máquina de vapor fue una de las más importantes innovaciones de la Revolución industrial. Hizo posible mejoramientos en el trabajo del metal basado en el uso de coque en vez de carbón vegetal. En el siglo XVIII la industria textil aprovechó el poder del agua para el funcionamiento de algunas máquinas. Estas industrias se convirtieron en el modelo de organización del trabajo humano en las fábricas.

Además de la innovación de la maquinaria, la cadena de montaje (fordismo) contribuyó mucho en la eficiencia de las fábricas.

Revolución agrícola: aumento progresivo de la producción gracias a la inversión de los

propietarios en nuevas técnicas y sistemas de cultivo, además de la mejora del uso de

fertilizantes.

El desarrollo del capital comercial: Las máquinas se aplicaron a los transportes y a la

comunicación iniciando una enorme transformación. Ahora las relaciones entre patronos y

trabajadores son únicamente laborales y con el fin de obtener beneficios.

Cambios demográfico-sociales: la modernización de la agricultura permitió un crecimiento

demográfico debido a la mejora de la alimentación. También hubo adelantos en la

medicina y en la higiene, de ahí que creciera la población. También hubo una migración

del campo a la ciudad porque la ocupación en labores agrícolas disminuyó mientras crecía

la demanda de trabajo en las ciudades.

Etapas de la Revolución IndustrialLa Revolución Industrial estuvo dividida en dos etapas: la primera del año 1750 hasta 1840, y la segunda de 1880 hasta 1914. Todos estos cambios trajeron consigo consecuencias tales como:

1. Demográficas: Traspaso de la población del campo a la ciudad (éxodo rural)

— Migraciones internacionales — Crecimiento sostenido de la población — Grandes

diferencias entre los pueblos — Independencia económica

2. Económicas: Producción en serie — Desarrollo del capitalismo — Aparición de las

grandes empresas (Sistema fabril) — Intercambios desiguales

3. Sociales: Nace el proletariado — Nace la Cuestión social

4. Ambientales: Deterioro del ambiente y degradación del paisaje — Explotación

irracional de la tierra.

La locomotora de vapor fue un modo de transporte surgido durante la Revolución Industrial.

A mediados del siglo XIX, en Inglaterra se realizaron una serie de transformaciones que hoy conocemos como Revolución Industrial dentro de las cuales las más relevantes fueron:

La aplicación de la ciencia y tecnología permitió el invento de máquinas que mejoraban los

procesos productivos.

La despersonalización de las relaciones de trabajo: se pasa desde el taller familiar a la

fábrica.

El uso de nuevas fuentes energéticas, principalmente el carbón.

La revolución en el transporte: ferrocarriles y barco de vapor.

El surgimiento del proletariado urbano.

La industrialización que se originó en Inglaterra y luego se extendió por toda Europa no solo tuvo un gran impacto económico, sino que además generó enormes transformaciones sociales.

Proletariado urbano. Como consecuencia de la revolución agrícola y demográfica, se produjo un éxodo masivo de campesinos hacia las ciudades; el antiguo agricultor se convirtió en obrero industrial. La ciudad industrial aumentó su población como consecuencia del crecimiento natural de sus habitantes y por el arribo de este nuevo contingente humano. La carencia de habitaciones fue el primer problema que sufrió esta población socialmente marginada; debía vivir en espacios reducidos sin comodidades mínimas y carentes de higiene.

A ello se sumaban jornadas de trabajo, que llegaban a más de catorce horas diarias, en las que participaban hombres, mujeres y niños con salarios miserables, y carentes de protección legal frente a la arbitrariedad de los dueños de las fábricas o centros de producción. Este conjunto de males que afectaba al proletariado urbano se llamó la Cuestión social, haciendo alusión a las insuficiencias materiales y espirituales que les afectaban.

Burguesía industrial. Como contraste al proletariado industrial, se fortaleció el poder económico y social de los grandes empresarios, afianzando de este modo el sistema económico capitalista, caracterizado por la propiedad privada de los medios de producción y la regulación de los precios por el mercado, de acuerdo con la oferta y la demanda.

En este escenario, la burguesía desplaza definitivamente a la aristocracia terrateniente y su situación de privilegio social se basó fundamentalmente en la fortuna y no en el origen o la sangre. Avalados por una doctrina que defendía la libertad económica, los empresarios obtenían grandes riquezas, no sólo vendiendo y compitiendo, sino que además pagando bajos salarios por la fuerza de trabajo aportada por los obreros.

Las propuestas para solucionar el problema social. Frente a la situación de pobreza y precariedad de los obreros, surgieron críticas y fórmulas para tratar de darles solución; por ejemplo, los socialistas utópicos, que aspiraban a crear una sociedad ideal, justa y libre de todo tipo de problemas sociales (para algunos, el comunismo). Otra propuesta fue el socialismo científico de Karl Marx, que proponía la revolución proletaria y la abolición de la propiedad privada (marxismo); también la Iglesia católica, a través del papa León XIII, dio a conocer la Encíclica Rerum Novarum (1891), primera encíclica social de la historia, la cual condenaba los abusos y exigía a los estados la obligación de proteger a lo más débiles. A continuación, un fragmento de dicha encíclica:

(…) Si el obrero presta a otros sus fuerzas a su industria, las presta con el fin de alcanzar lo necesario para vivir y sustentarse y por todo esto con el trabajo que de su parte pone, adquiere el derecho verdadero y perfecto, no solo para exigir un salario, sino para hacer de este el uso que quisiere (…)

Estos elementos fueron decisivos para el surgimiento de los movimientos reivindicativos de los derechos de los trabajadores. Durante el siglo XX en medio de los procesos de democratización, el movimiento obrero lograba que se reconocieran los derechos de los trabajadores y su integración a la participación social. Otros ejemplos de tendencias que buscaron soluciones fueron los nacionalismos, así como también los fascismos en los cuales se consideraban a los obreros y trabajadores como una parte fundamental en el desarrollo productivo de la nación, por lo que debían ser protegidos por el Estado.

Principios fundamentales de la industriaUno de los principios fundamentales de la industria moderna es que nunca considera a los procesos de producción como definitivos o acabados. Su base técnico-científica es revolucionaria, generando así el problema de la obsolescencia tecnológica en períodos cada vez más breves. Desde esta perspectiva puede afirmarse que todas las formas de producción anteriores a la industria moderna (artesanía y manufactura) fueron esencialmente conservadoras, al trasmitirse los conocimientos de generación en generación sin apenas cambios. Sin embargo, esta característica de obsolescencia e innovación no se circunscribe a la ciencia y la tecnología, sino debe ampliarse a toda la estructura económica de las sociedades modernas. En este contexto la innovación es, por definición, negación, destrucción, cambio, la transformación es la esencia permanente de la modernidad. Principios fundamentales de la industria moderna es que nunca considera a los procesos de producción como definitivos o acabados.[cita requerida]

El desarrollo de nuevas tecnologías, como ciencias aplicadas, en un receptivo clima social, es el momento y el sitio para una revolución industrial de innovaciones en cadena, como un

proceso acumulativo de tecnología, que crea bienes y servicios, mejorando el nivel y la calidad de vida. Son básicos un capitalismo incipiente, un sistema educativo y espíritu emprendedor. La no adecuación o correspondencia entre unos y otros crea desequilibrios o injusticias. Parece ser que este desequilibrio en los procesos de industrialización, siempre socialmente muy inestables, es en la práctica inevitable, pero mensurable para poder construir modelos mejorados.[cita requerida]

Impacto y consecuencias de la Revolución Industrial

Despegue económico y técnico de Occidente: aparición y extensión del industrialismo o

capitalismo industrial.

Transformaciones sociales (Revolución burguesa): complejidad creciente de las

sociedades abiertas de clases.

Véase también

REVOLUCIÓN INDUSTRIAL

Los historiadores afirman que la revolución industrial fue un proceso de cambios

técnicos y económicos que empezó aproximadamente en el año 1.770 y se

extendió hasta 1.850. Las transformaciones se fueron dando a medida que se

aplicaron los nuevos avances científicos, e introdujeron cambios de gran

importancia en toda la Europa occidental. Por eso decimos que la revolución

industrial (aunque tiene una fecha de inicio) se trató de un proceso y no de un

cambio violento. 

Los FACTORES o CAUSAS que permitieron que la revolución industrial se produjera

en Inglaterra fueron: 

~ La participación política de la burguesía: que le permitió tomar medidas

favorables en la economía 

~ La existencia de mercados externos fundamentalmente coloniales, y la posesión

de una flota de guerra que dominaba los mares y de una flota mercante que

trasladaba materias primas y alimentos. 

~ La disponibilidad de capital por la acumulación de riquezas provenientes al

comercio internacional. 

~ El desarrollo de la economía liberal: que propiciaba la iniciativa privada y la

búsqueda de ganancia sin intervención estatal. 

~ La existencia de un mercado interno: constituido por una población urbana que

no dejaba de crecer debido a las migraciones de los campesinos desplazados a la

ciudad por los cercamientos de los campos. 

~ La disponibilidad de recursos naturales: el carbón y el hierro, además de un

importante desarrollo técnico. 

La revolución industrial impulsó el sistema capitalista. Adam Smith fue un

economista y filosofo escocés que estableció las bases de la teoría económica

denominada LIBERALISMO. Según él, al dejar al individuo en libertad, éste no solo

obtiene su propio bienestar sino que también contribuye al bienestar común de sus

semejantes. Debía existir una total libertad para crear empresas, contratar

trabajadores, establecer los precios de los productos. Los gobiernos debían dejar

actuar libremente a las fuerzas del mercado, de acuerdo con la ley de ofertas y

demandas. 

Mecánicos, técnicos, inventores británicos del siglo XVIII desarrollaron aplicaciones

prácticas para aumentar y mejorar la producción minera y mano-facturada. La

renovación tecnológica que ellos generaron al multiplicar la producción y aumentar

la productividad, aminoró los costos e incrementó las ganancias y la

competitividad. 

El primer gran avance se produjo en 1733 cuando Jonh Kai creó la lanzadera

volante que con el trabajo de un solo tejedor permitía tejer más rápido piezas de

mayor anchura. Algunos años después se hizo evidente que la producción de hilo

no alcanzaba para abastecer a la nueva máquina. Para solucionar este

inconveniente en 1764 James Hargreaves inventó la llamada “Spining Jenny” una

hiladora que podía hilar 8 copos de lana al mismo tiempo. Pero como la nueva

máquina producía hilos demasiados finos en 1768, Richard Arkwright ideó una

máquina capaz de tejer hilos más gruesos, pero que por su tamaño debía ser

accionada por la fuerza hidráulica de los saltos de agua, por eso se la llamo “Water

Frame”. Fue Samuel Crompton quien finalmente logró crear una máquina de hilar

(Conocida como “Mule Jenny”) que producía hilos finos pero lo suficientemente

fuertes. 

Mientras tanto, James Watt analizaba un artefacto creado hacia 1720 para

investigar la fuerza expansiva del vapor. Así perfeccionó la Máquina de Vapor.

Desde 1785 se la comenzó a usar para mover un elemento reciente: el telar

mecánico. A partir de entonces la producción textil se duplicó. Diversos

productores de paños comenzaron a concentrar las nuevas máquinas hiladoras y

tejedoras en un mismo edificio, ésta les permitía uniformar la calidad de

producción, supervisar el trabajo, dividir las tareas de sus trabajadores. El aumento

de la producción textil pronto desarrolló otras áreas de la economía, como la

minería que proporcionaba el carbón y el hierro. 

Antiguos talleres fueron sustituidos por una nueva unidad de producción: LAS

FÁBRICAS. Eran grandes galpones en los que se concentraban la materia prima, los

medios de producción, la energía y la fuerza de trabajo. 

Al inicio de la revolución industrial, las fábricas fueron instaladas por antiguos

dueños de talleres o por campesinos afortunados que habían vendido sus

medianas propiedades cuando se extendió el cercamiento de los campos, estos

empresarios gradualmente fueron haciendo grandes fortunas. 

Las fábricas, al utilizar máquinas de vapor y no necesitar la fuerza hidráulica se

instalaron en las ciudades y alrededor de ellas surgieron los barrios obreros en los

que se acumulaba el proletariado en casas estrechas, pequeñas y húmedas. La

necesidad de acercar las materias primas a las fábricas y de facilitar las salidas de

los productos elaborados hacia los lugares de venta contribuyó al desarrollo de

caminos, canales y carreteras. Esta necesidad también dio origen al la invención

de un medio de trasporte que a partir de 1825 daría inicio a una nueva a etapa de

la revolución: el FERROCARRIL. 

La revolución industrial se llevó a cabo con el motor del capitalismo, permitiendo la

generación de capitales cuyas utilidades se reinvirtieron con el sistema industrial.

Durante este periodo, la industria se afirmó como la principal actividad

económica. 

La producción industrial estableció nuevas relaciones sociales de producción entre

patrones y obreros, cuyo principal objetivo era la obtención de ganancia por el

pago de un salario mínimo. 

La industrialización generó una nueva y dinámica estructura social, surgieron así

NUEVAS categorías sociales: los empresarios (dueños de las fabricas), una

burguesía rica, culta y emprendedora (que acumulaba grandes fortunas) y los

obreros asalariados que constituyeron el proletariado industrial y formaban parte

de la escala social más baja.