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1 ESTUDIOS Diez años de política exterior argentina en «Relaciones Internacionales» Alejandro Simonoff El objetivo de este artículo es ver como desde la revista Relaciones In- ternacionales se analiza la política exterior argentina. Para ello haremos dos tipos de análisis: 1) el referido a los temas de política exterior que aborda; y, 2) como los trata. Esto nos permiti- rá develar si hay una visión o varias sobre la política exterior. 1 Determinación de temas y grupos La presencia de temas sobre políti- ca exterior argentina es discontinua en los veinte números publicados has- ta el momento. Artículos sobre esa temática aparecen en quince de ellos, incrementándose su cantidad entre los números 12 (diciembre de 1997) y 19 (noviembre de 2000). Para los prime- ros veinte números de la Revista -en su sección Estudios- hemos encontra- do ciento noventa y dos artículos de los cuales cuarenta y cuatro se refie- ren a las relaciones entre la Argentina y el mundo (un 23 % del total) 1 . Primero, dada la variedad de auto- res, los agrupamos mayoritariamente en dos grupos: uno formado por los recursos académicos propios (forma- dos por miembros de los departamen- tos, profesores, alumnos y egresados de la Maestría del IRI) que representa un 48 % del total de artículos; el otro grupo es el que forman políticos y funcionarios de Cancillería argentina que representan la visión burocrática- política con un 25 %. Esta determina- ción nos permitirá ver si estos grupos comparten sus visiones o no. Además de esta división de los re- cursos humanos, hemos realizado una clasificación por temas de interés. Hemos encontrado temas como el MERCOSUR entre los que agrupamos no sólo los relacionados con el mercado común sino todos los que se refieren al Cono Sur en general, ya que desde las ges- tiones se visualizan del mismo modo. En el caso de Estados Unidos hemos agrupados los propios de la relación bilateral y multilateral, además de los relacionados con los cambios que se produjeron en el principio de no in- tervención, políticamente central en la vinculación con el país del norte. Como temas generales hemos re- unido aquellos que no están referido a un punto especifico sino más bien a una percepción integradora de la po- lítica exterior. Profesor en Historia y Magister en Rela- ciones Internacionales (UNLP), Coordina- dor del Departamento de Historia de las Relaciones Internacionales del IRI y Secretario de la Maestría en Relaciones Internacionales de la UNLP 1 Hemos excluido a los Embajadores extranjeros. L a presencia de temas sobre política exterior argentina es discontinua en los veinte números publicados hasta el momento. Artículos sobre esa temática aparecen en quince de ellos

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Diez años de política exterior argentinaen «Relaciones Internacionales»

Alejandro Simonoff

El objetivo de este artículo es vercomo desde la revista Relaciones In-ternacionales se analiza la políticaexterior argentina. Para ello haremosdos tipos de análisis: 1) el referido alos temas de política exterior que aborda;y, 2) como los trata. Esto nos permiti-rá develar si hay una visión o variassobre la política exterior.

1 Determinación de temas ygrupos

La presencia de temas sobre políti-ca exterior argentina es discontinuaen los veinte números publicados has-ta el momento. Artículos sobre esatemática aparecen en quince de ellos,incrementándose su cantidad entre losnúmeros 12 (diciembre de 1997) y 19(noviembre de 2000). Para los prime-ros veinte números de la Revista -ensu sección Estudios- hemos encontra-do ciento noventa y dos artículos delos cuales cuarenta y cuatro se refie-ren a las relaciones entre la Argentinay el mundo (un 23 % del total) 11111 .

Primero, dada la variedad de auto-res, los agrupamos mayoritariamenteen dos grupos: uno formado por losrecursos académicos propios (forma-dos por miembros de los departamen-tos, profesores, alumnos y egresadosde la Maestría del IRI) que representaun 48 % del total de artículos; el otrogrupo es el que forman políticos yfuncionarios de Cancillería argentinaque representan la visión burocrática-política con un 25 %. Esta determina-ción nos permitirá ver si estos gruposcomparten sus visiones o no.

Además de esta división de los re-cursos humanos, hemos realizado unaclasificación por temas de interés. Hemosencontrado temas como el MERCOSURentre los que agrupamos no sólo losrelacionados con el mercado comúnsino todos los que se refieren al ConoSur en general, ya que desde las ges-tiones se visualizan del mismo modo.

En el caso de Estados Unidos hemosagrupados los propios de la relaciónbilateral y multilateral, además de losrelacionados con los cambios que seprodujeron en el principio de no in-tervención, políticamente central enla vinculación con el país del norte.

Como temas generales hemos re-unido aquellos que no están referidoa un punto especifico sino más bien auna percepción integradora de la po-lítica exterior.

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Profesor en Historia y Magister en Rela-ciones Internacionales (UNLP), Coordina-dor del Departamento de Historia de las

Relaciones Internacionales del IRI y Secretario dela Maestría en Relaciones Internacionales de laUNLP

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1 Hemos excluido a los Embajadores extranjeros.○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

La presencia de temassobre política exterior

argentina es discontinua enlos veinte números publicadoshasta el momento. Artículossobre esa temáticaaparecen en quincede ellos

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Cuadro I.Cantidad de artículos divididos por temas y grupos

NúmeroNúmeroNúmeroNúmeroNúmerode revistasde revistasde revistasde revistasde revistas TEMASTEMASTEMASTEMASTEMAS GAPGAPGAPGAPGAP G B PG B PG B PG B PG B P TOTALTOTALTOTALTOTALTOTAL

2 MERCOSUR 1 0 1

3 MERCOSUR 1 0 2

5 ESTADOS UNIDOS 1 0 1

MALVINAS 0 1 1

6 ESTADOS UNIDOS 2 0 2

MALVINAS 0 0 1

7 MALVINAS 1 0 2

GENERAL 1 0 1

9 MALVINAS 1 2 5

10 ASEAN 0 1 1

12 MERCOSUR 4 (*) 2 (*) 11

13 MERCOSUR 1 0 1

14 MERCOSUR 1 0 1

MALVINAS 0 0 1

15 MERCOSUR 1(*) 2(*) 3

CUBA 1 0 1

16 MERCOSUR 1 0 1

GENERAL 0 1 1

ESTADOS UNIDOS 1 0 1

17 MERCOSUR 2 0 2

18 MERCOSUR 0 1 1

ASEAN 0 1 1

MALVINAS 0 0 1

19 ESTADOS UNIDOS 1 0 1

TOTAL 21 (48 %) 11 (25 %) 44

Con respecto a Malvinas y la regiónasiática (ASEAN) no es necesario hacerninguna aclaración ya que son temasespecíficos.

Estos dos elementos, la determina-ción de grupos por autores y por te-mas, nos permitirán tener una percep-

ción más precisa del desarrollo de larelación de la Argentina con el mundoa través de Relaciones Internacionales.Para ellos presentaremos dos cuadros.El primero agrupa los artículos dividi-dos por temas y grupos, lo que nospermite una caracterización general.

(*) Estos artículossobre MERCOSURfueron elaboradospor dos personas

que comparten lasdos categorías de-

terminadas.

Este cuadro nospermitió reagrupar

información y reali-zar la agenda de

Relaciones Interna-cionales, mante-

niendo la divisiónpor grupos y te-

mas,jerarquizándolos

por la cantidad delos mismos.

2 Los textos más significativos son:BOLOGNA, Alfredo B. La política exterior del gobiernode Menem. Seguimiento y reflexiones al promediar sumandato. Rosario, CERIR, 1994.ESCUDE, Carlos. El realismo periférico. Fundamentopara la nueva política exterior argentina. Buenos Aires,Planeta, 1992.- El Realismo de los estados débiles. Buenos Aires,Grupo Editor Latinoamericano, 1995.FIGARI, Guillermo. Pasado, Presente y Futuro de la Po-lítica Exterior Argentina. Buenos Aires, Biblos, 1993.- De Alfonsín a Menem. Política exterior y globaliza-

ción. Buenos Aires, Memphis, 1997.PARADISO, José. Debates y trayectoria de la políticaexterior argentina. Buenos Aires, Grupo Editor Latino-americano, 1993.RUSSELL, Roberto. “Argentina: ¿una nueva política ex-terior? [En: MUÑOZ, Heraldo (Comp.) Anuario de polí-ticas exteriores latinoamericanas 1989-1990. Caracas,Nueva Visión, 1990], 16.- Los ejes estructurantes de la política exterior argen-tina: apuntes para un debate. Buenos Aires, FLACSO(Serie de Documentos e Informes de Investigación), Ju-nio de 1994.

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Cuadro II - Agenda de la revista RELACIONES INTERNACIONALES

Total artículos Producción académica Producción político

propia (49 %) (1) -burocrática(10%)

Región N° orden Art. % N° orden Art. % N° orden Art. %

MERCOSUR 1 23 52 1 12 57 1 5 45

MALVINAS 2 11 25 3 2 9 2 3 27

EE.UU. 3 5 11 2 5 24 - - -

GENERAL 4 2 5 4 1 5 4 1 10

ASEAN 4 2 5 - 0 0 3 2 18

CUBA 6 1 2 4 1 5

TOTAL - 44 100 - 21 100 11 100

FUENTE: Revistas Relaciones Internacionales números 1 al 20

(1) Existen dos artículos sobre MERCOSUR que comparten las dos categorías.

En una primera aproximación ve-mos que el MERCOSUR es el tema prio-ritario para la Revista (52 % de losartículos), seguido de la problemáticade Malvinas (25 %), las relaciones conEstados Unidos (11 %), los artículossobre temas generales de política ex-terior y el Asia Oriental están en cuar-to lugar con un 5 % cada uno, y final-mente las relaciones con Cuba (3%).Lo que refuerza esta división de pre-ponderancia de temas es la presenciaen la cantidad de números, ya que elMERCOSUR aparece en ocho revistas yMalvinas en cinco.

En la producción académica propiael MERCOSUR sigue en primer lugar(57 %) y el segundo tema es EstadosUnidos con un 19 %, Malvinas poseeel tercer lugar, los temas generales yla relación argentino-cubana el cuar-to con un 5 %. Lo extraño es que apesar del desarrollo del Departamen-to de Asia-Pacifico no figura con artí-culos en esta agenda.

En la visión político-burocráticaMERCOSUR tiene el primer lugar (45%), luego Malvinas (27 %), después elAsia (18 %) y los planteos generalesestán en el último lugar (10 %).

La comparación que queremos ha-cer es con respecto a la agenda de losgobiernos argentinos del período, aun-que existe cierto contraste ya que de

los cuarenta y cuatro artículos solocuatro se refieren a la administraciónaliancista y el resto corresponde a lade Menem.

El MERCOSUR es el temaprioritario para la

Revista (52 % de losartículos), seguido de laproblemática de Malvinas (25%), las relaciones con EstadosUnidos (11 %), los artículossobre temas generales depolítica exterior y el AsiaOriental están en cuartolugar con un 5 % cada uno, yfinalmente las relaciones conCuba (3%). Lo que refuerzaesta división de preponderan-cia de temas es la presenciaen la cantidad de números, yaque el MERCOSUR apa-rece en ocho revistas yMalvinas en cinco.

¿Cómo definir la agenda para esteperíodo? Los autores coinciden en queexiste un consenso de temas22222 : EstadosUnidos ocupa el primer lugar, luego

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Pero en el orden de la agenda existealgunos cambios con respecto de lasuma total. El primer dato significati-vo es su reordenamiento, ya que Esta-dos Unidos ocupa el segundo lugardesplazando a Malvinas, ajustándoseun poco más a la agenda oficial de losgrupos burocrático-políticos. Es inte-resante ver la aparición de las relacio-nes argentino-cubanas, ya que es pro-ducto de la presencia de becarios deesa nacionalidad en la Maestría.

En la producción político-burocrá-tica se mantienen los esquemas gene-rales de la revista con ausencias noto-rias como lo relacionado con EstadosUnidos.

Es extraña la falta de análisis deEuropa en todos los grupos, incluso apesar del desarrollo del Departamentode Europa y CEI del IRI, en donde estasrelaciones tendrían que estar más pre-sentes, aunque no es el único departa-mento que falla en esta cuestión.

2. El tratamiento de los temas

En este apartado hemos ordenadolos temas de acuerdo a la agenda gu-bernamental: primero los temas ge-nerales, después la relación con Esta-dos Unidos -incluimos aquí los artícu-los sobre Cuba-, el MERCOSUR, Malvinasy el Este asiático.

2.1. Lineamientos generales dela política exterior.

En la revista aparecen dos artículoscon análisis de la política exterior ar-gentina, uno referido al gobierno deMenem y otro a los lineamientos queel gobierno aliancista debería seguir.

2.1.1. La gestión de Menem.Si bien la continuidad en la elec-

ción de regiones de la política exte-rior fue la misma, la relación conWashington es la piedra de toque detoda la vinculación de la Argentina

3 RUSSELL, Roberto. Los ejes estructurantes..., 18-19.

4 Esto se puede deber a que para el primer caso existióun numero especial y Malvinas fue el objeto de debatede las charlas que fueron transcriptas con motivo delquinto aniversario del IRI pero si los excluimos siguenocupando el mismo lugar aunque su importancia relativadecrece.

Europa, el Mercosur junto a los paísesvecinos y Perú se presentan como ter-cer área «y para un poco más adelanteen Asia.» Obviamente también Chile yMalvinas.33333

Es notable la escasez de análisisgenerales de política exterior aunquecreemos que esto responde al gradode fragmentación de la disciplina enestudios particulares de casos y no esuna causa atribuible sólo al IRI.

En términos generales observamosque en la Revista existe un acuerdosobre los temas pero existe ciertodesbalanceo, ya que el MERCOSUR yMalvinas acaparan más de los dos ter-cios de los artículos.44444

Estados Unidos está relegado comotercer tema en importancia y esto essignificativo ya que en el gobierno deMenem y en el delarruísta parece serla principal variable.

El ASEAN ocupa el cuarto lugar, quees correspondiente con el lugar ex-pectante en la política exterior queposee esa región.

Los recursos académicos propiosaglutinan la mitad de los artículos.

En la revista aparecendos artículos con

análisis generales de lapolítica exterior argentina,uno referido al gobierno deMenem y otro a loslineamientos que elgobierno aliancistadebería seguir.

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con el Mundo desde la instauraciónde la democracia.

Obviamente, las políticas hacia esepaís no fueron iguales y tampoco loson sus interpretaciones. Por un ladoencontramos aquellos como Escudé quemarcan un quiebre en 1989, con lallegada de Menem al poder. Para esteautor la política de Menem «represen-ta un giro brusco respecto de la polí-tica del gobierno de Alfonsín y unviraje de 180 grados de la políticaaltamente confrontacioncita de la dic-tadura militar.» 55555 Las diferencias queencuentra están en que las políticasde Alfonsín y su equipo «condujeronsiempre a la confrontación con lospoderosos» y generaron costos. Las deMenem, Cavallo y Di Tella parten «dela aceptación realista del liderazgo delos Estados Unidos» y por lo tanto «notienen costos y pueden eventualmen-te, generar beneficios significativos.»66666

También existen quienes determi-nan este corte en 1989 pero en unadirección exactamente contraria. In-terpretan que Alfonsín llevó a cabo«una política de autonomía ingenua»aunque esta actitud «no constituyóningún inconveniente para que reco-nociera una realidad insoslayable nocomprendida en el pasado: con losEstados Unidos debían existir relacio-nes maduras.»»»»» Y que, en cambio Menem,«no sólo aceptó la dependencia dehecho, sino que también reflotó lapersistente mentalidad dependiente,con una alineamiento a ultranza conrespecto a Estados Unidos.» 77777

En este sentido, Roberto Mirandaen su artículo «Los bordes del pragma-tismo»88888 investiga las diferencias queradican no en la aceptación de la de-pendencia sino en “... el grado de acen-tuación puesta en la metodología delpragmatismo, que hace que una políti-ca dependa en mayor o menor medidade la valoración del contexto en buscade los elementos para la solución deproblemas que de otra forma -sobre el

gobierno- parecen irreductibles.” [RI,17, 109]

Para Miranda la administración radi-cal de 1983 aportó elementos que lepermitieron a Menem no partir de ceroy en donde se experimentó: “... unatransición del autoritarismo a la demo-cracia, como si lo hiciera Alfonsín dise-ñando una política exterior diametral-mente opuesta a la del gobierno mili-tar que lo precedió. El antecedente dellamado giro realista es importante.Significó..., abrir una opción de perfiltécnico para este tema [la relación conEstados Unidos].» [RI, 7, 107]

Pero, a pesar de estas bases el au-tor encuentra que los fundamentos deestas políticas «no tienen nada quever entre sí porque parten de estrate-gias y valores disímiles.» [RI, 7, 103]

Para Miranda aunque parezcan igua-les estructuralmente, la similitud sedebe a un «efecto de continuidad» yes el acento pragmático lo que lasdistingue. Es decir, podemos sostenerel efecto de continuidad con el hechode que el esqueleto de ambas políti-cas exteriores es parecido desde el puntode vista que ambos privilegiaron laintegración con la región y la políticade acercamiento con los Estados Uni-dos y Europa Occidental. Pero la ges-tión de Menem «ha unificado actitu-des y decisiones bajo el signo prag-mático. Hasta ahora el contenido deeste signo es la alineación con los EstadosUnidos.» [RI; 7, 111].

Lo que ha llevado a: “La políticaexterior de Menem descartó el no ali-neamiento, que es una categoría polí-

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5 ESCUDE, Carlos. El realismo..., 36.

6 ESCUDE, Carlos. El realismo..., 38.

7 FIGARI, Guillermo. De Alfonsín a ..., 130.

8 MIRANDA, Roberto. «Los bordes del pragmatismo: lapolítica exterior de Menem « [En: Revista de RelacionesInternacionales, N° 7, La Plata, Octubre de 1994], 103.En adelante los artículos de la revista serán citados en-tre corchetes con el número de revista y el de página.

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tica, por ser considerado de escasafuncionalidad a los cambios y a lasexigencias de la lógica económica, enla que los Estados Unidos es funda-mental.” [RI; 7, 108]

Como vemos, los herederos de latradición occidentalista, como Escudé,y los latinoamericanistas, como Figariy Miranda, coinciden en la caracteri-zación de las políticas exteriores aun-que las valoraciones sobre los hechosson diametralmente opuestas.

Ante estos análisis aparece una ter-cer forma de interpretar estos suce-sos, como lo hace Roberto Russell quienseñala las continuidades. Desde el prin-

cipio de la gestión de Menem decíaque «las modificaciones de la nuevapolítica exterior son más epidémicasque estructurales.» 99999 La valoración dela continuidad de ambas administra-ciones está fijada en cómo se analizael llamado giro realista de la adminis-tración alfonsinista.1010101010 Pero profundi-

zando con esta línea argumental, enun trabajo más reciente, Los ejesestructurantes de la política exteriorargentina, dice que: “... quienes hoycuestionan con cierta vehemencia al-gunos aspectos de la política exterior,si dejaran la silla de la oposición ypasaran a ocupar la silla gobiernoharían... lo que está haciendo en ma-teria de política exterior.1111111111

Russell opta por otorgar legitimi-dad en su acción a toda esta políticay no la analiza en el verdadero carác-ter distintivo. aunque refuerza la ideade los que los norteamericanos lla-man «consenso».1212121212

2.1.2. La propuesta política de laAlianza

El artículo del Diputado NacionalCarlos Raimundi «Aportes al diseñode la Política Exterior Argentina» esun análisis sobre las proyecciones ylineamientos de nuestra política exte-rior. Este autor fue uno de los miem-bros de la comisión de Relaciones Ex-teriores del Instituto Programático dela Alianza (IPA) y muchas ideas expre-sadas en la nota formaron parte de laCarta de los Argentinos.

Allí, se rechazan las relaciones car-nales impulsadas por el Canciller DiTella, sosteniendo que se bregará porla profundización de los vínculos enel MERCOSUR, con la Unión Europea,y se mantendrá el reclamo por Malvinasen la órbita bilateral y multilateral,abandonando la política de seducción.1313131313

El MERCOSUR es visto como priori-

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9 RUSSELL, Roberto. “Argentina: ¿una nueva políticaexterior? [En: MUÑOZ, Heraldo (Comp.) Anuario de po-líticas exteriores latinoamericanas 1989-1990. Caracas,Nueva Visión, 1990], 16

10 En un principio la relación del gobierno radical de1983 inició una política que tendía a establecer unarelación con Washington sobre la base de convergenciasesenciales –los valores compartidos: democracia, justiciasocial, derechos humanos, etc.- y divergencias metodológicas– por sus posiciones en el mundo-. Esta política generóalgunas tensiones con la administración de Reagan, so-bre todo en la cuestión de América Central. El fracaso

del Consenso de Cartagena, sobre el club de deudores,llevó a una rejeraquización de la agenda y el consecuen-te giro. Éste no terminó inmediatamente con los puntosconflictivos que se fueron diluyendo lentamente hasta elfinal de la gestión.

11 RUSSELL, Roberto. Los ejes estructurantes... 19.

12 Es la forma en que se describe las similitudes entre laspolíticas demócratas y republicanas en Estados Unidos.

13 Carta a los Argentinos, Buenos Aires, 10 de Agostode 1998, 27.

Los herederos de latradición occidentalista,

como Escudé, y loslatinoamericanistas, comoFigari y Miranda, coincidenen la caracterización de laspolíticas exteriores aunquelas valoraciones sobrelos hechos son diame-tralmente opuestas.

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dad en donde se debe conciliar el in-terés nacional y regional. Se postulasu ampliación, incluyendo a Chile y aBolivia, y también su profundizacióncon la construcción de un acuerdosocial.1414141414 Para Raimundi: “La opción deun mundo equilibrado a partir de unpoder más repartido, aparece en prin-cipio, más democrática. El MERCOSURampliado en representación de toda laregión, tendría un rol más protagóni-co en la negociación internacional endefensa de los intereses de nuestraspropias sociedades.” [RI, 16, 99]

La elección de esta opción suponeel abandono de la política de segui-miento hacia los Estados Unidos de lagestión de Menem. Pero esto no signi-fica una crítica a la relación en sí mismasino a las características particularesque tuvo. El autor subraya que: “Nuestrapertenencia a Occidente no está endiscusión. Pero la victoria del sistemacapitalista en la guerra fría no impli-ca para nosotros adscribir a todo loque el «Big Mac» o la «Sony Entertain-ment» simbolizan... no vemos conve-niente el alineamiento automático enninguno de los dos sentidos ni siem-pre a favor, ni siempre en contra...Nuestra lectura, en cambio, espera másprotagonismo de los Estados compro-metidos con una distribución másdemocrática del poder. La Argentinadebe reafirmar ante los Estados Uni-dos su papel de país confiable, previ-sible, y cooperar en la construcciónde un mundo más seguro para todos,pero un mundo interdependiente esnecesariamente un mundo multipolar.”[RI, 16, 101]

La Alianza planteó para la políticaexterior la necesidad de conservar yprofundizar un alto perfil de las cues-tiones económicas -basadas en nego-ciaciones con organismos bilateralesy multilaterales-, luchar por la aper-tura de los mercados externos, aumentarla rentabilidad de los exportadores,proteger a la industria contra el dum-

ping, etc. Pero Raimundi reclama ensu artículo la incorporación de otrostemas como:· Una nueva mirada de los derechos

humanos, a la luz del problema delas migraciones y refugiados a con-secuencia de las persecuciones étnicas,el fundamentalismo religioso y el sub-desarrollo económico.

· La preservación del medioambiente,con su correlato en la escasez de re-cursos fundamentales como el aguapotable, la biodiversidad y la bio-seguridad.

· La seguridad internacional, amenazadapor el terrorismo, el despliegue de ar-mas de destrucción masiva y el lavadode dinero proveniente del trafico ilegalde armas y narcóticos. [RI, 16, 100]

Muchos de estos temas son priori-tarios para una agenda de políticaexterior, y de la resolución de ellos -o no-, depende la existencia -o no- deuna política del país hacia el mundo -o a la inversa-.

2.2. La relación con EstadosUnidos

Como ya lo señalamos la relacióncon Washington es la piedra angularde las vinculaciones de Argentina conel mundo, pero esto no debe implicaruna sobredeterminación de la mismasobre otras áreas del planeta.

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14 Plataforma electoral de la Alianza, Buenos Aires,Mayo de 1999, 19-23.

La relación con Washingtones la piedra angular de

las vinculaciones deArgentina con el mundo, peroesto no debe implicar unasobredeterminación dela misma sobre otrasáreas del planeta.

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2.2.1 La gestión de MenemLa relación con EE.UU. tuvo -por lo

menos- dos etapas: una con Cavallo yotra con Di Tella y las relaciones car-nales.1515151515 Para Anabella Busso los ejesfueron, el impacto psicológico en latradicional cultura argentina con res-pecto a los norteamericanos -produ-ciendo oposición dentro y fuera delgobierno-; la iniciativa de este cam-bio provinoo del gobierno argentinoy no de la administración estadouni-dense; la capacidad de la diplomaciade aquél para influir sobre la políticadoméstica y el hecho de establecerdistintas estrategias de negociación enlos ámbitos de subsidios, patentesmedicinales, política misilística y nu-clear. [RI, 6, 51-52]

Otra diferencia es que en esta polí-tica exterior de Menem los temas eco-nómicos son los que prevalecieron sobrelos propiamente políticos: “... la ad-ministración Menem planteó desde suinicio una política exterior en claveeconómica que guardaba un lugar deprivilegio para las relaciones bilatera-les con Estados Unidos.” [RI, 6, 33]

Y esta opción tiene fuerte vincula-ción con la profundización de la rela-ción bilateral con Estados Unidos. Pro-

ducto de esta estrategia se abandona-ron las asimetrías del anterior gobier-no: “La búsqueda de una sólida rela-ción económica entre Argentina y Es-tados Unidos que involucre comercio,finanzas, inversiones y renegociaciónde la deuda externa constituye, sindudas, el principal de los impulsospara la política de alineamiento.” [RI,6, 39]

Según el nuevo discurso oficial ha-bía que «abandonar el perfil de con-frontaciones en las relaciones con lapotencia hegemónica.» 1616161616 En esto sefundamentó el giro de ciento ochentagrados o copernicano que tiene la ac-tual política con respecto a la anteriorsi bien, como aclara Busso: 1) El gobier-no radical había mejorado sustancial-mente los vínculos con Washington; 2)se mantuvo la continuidad democráti-ca; 3) ocurrieron «hechos como la alianzacon el liberalismo y los anuncios sobrecambios en la política económica» y suefecto sobre la política exterior y 4) «lanormalización de las relaciones con GranBretaña». [RI, 6, 34].

Un tema conflictivo fue el de laspolíticas agrícolas argentinas «en con-traposición con la política de subsi-dios norteamericana, constituyó unpunto donde el gobierno argentinono cedió en sus reclamos.»: [RI, 6, 52]

Pero por otro lado: “Las expectati-vas de la administración Menem, ge-nerados en torno a la política de ali-neamiento con los Estados Unidos, nofueron alcanzadas en su plenitud enel plano de la participación de empre-sas norteamericanas en el proceso deprivatizaciones.”[RI, 6, 41]

Los impulsores de esta política ha-blan de una alianza con Estados Uni-dos pero, como lo aclara Figari, noexiste una alianza con los Estados Unidosy: “... debemos distinguir que en lasrelaciones centro-periferia no se tratade alianzas sino de relaciones jerár-quicas. Las alianzas se realizan conaquellos que tienen las mismas capa-

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15 Los dos ministros de Menem son destacados acadé-micos en economía, esto marca ese perfil de la gestión,ambos privilegiaron la relación especial con Estados Uni-dos pero existen diferencias de matices entre la gestiónde Cavallo y la de Di Tella que nos permiten observaralgunos cambios entre ellas, incluso dentro de esta últi-ma. Mientras Cavallo:... probó, aunque sin la decisión final de ponerse duro,si podría mantener las diferencias evitando una presióndiplomática de los Estados Unidos, y después, sin dispo-sición para conservar la disidencia, optó por sintonizarcon Washington. [ GRANOVSKY, Martín. «Política Exte-rior” (En: BORON, Atilio y otros. El menemato. Radio-grafía de dos años de gobierno de Carlos Menem. Bue-nos Aires, Letra Buena, 1991, 182-3.]En cambio el segundo, «no dudó sobre la convenienciade una política de atención excluyente a los EstadosUnidos.» [ GRANOVSKY, Martín. «Política Exterior..., 183]A este lineamento estratégico el mismo Canciller lo de-nominó «relaciones carnales».

16 BOLOGNA, Alfredo B. y BUSSO, Anabella. «La políticaexterior argentina a partir del gobierno de Menem: unapresentación» [En: La política exterior del..., 18].

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cidades, valores e intereses. En estesentido no fue lo mismo la posiciónde Alfonsín que la posición de Menem.”1717171717 Al definir este acercamiento lo hacefijando una lógica basada en la rela-ción de Argentina con el mundo.

Respecto de la intervención argen-tina en el Golfo Pérsico y las modifi-caciones a la interpretación del prin-cipio de no intervención en el ámbitocontinental, la primera “... se conver-tía en el primer gran desafío estraté-gico militar del período y Argentinadecidió participar, abandonando unaconducta tradicional de nuestra polí-tica exterior cual era la neutralidadante los conflictos bélicos que no laafectaban directamente.» [RI, 6, 46]

El gobierno fijó esta posición comomuestra de su voluntad de acercarsetemáticamente a la agenda norteame-ricana. El motivo de esta decisión erael pregonado alineamiento. Esta in-tervención tuvo consecuencias nega-tivas, como lo señala García del Solar:“... Creo que los atentados con bom-bas que destruyeron la Embajada deIsrael y la AMIA se deben a variosactos de política exterior del gobier-no de Menem que nos introdujo en elconflicto de Medio Oriente.” 1818181818

El tema de la no intervención esclave para entender las relaciones entreEstados Unidos y la Argentina. La de-cisión del gobierno de Menem de ali-nearse produjo cambios importantesen los posicionamientos tradicionalesdel país. En el caso de América esto seobserva en la interpretación que nuestropaís hace de la cláusula de fortaleci-miento democrático. Bologna afirmaque Guido Di Tella expresó: “... quealgunos principios de no intervenciónya han caducado porque hay concep-tos supranacionales, como el de po-ner en juego los derechos humanos ylos principios democráticos que no solonos dan autoridad para opinar sobrelo que pasa en esos países, sino quenos obliga a actuar. “[RI, 5, 86]

La «caducidad» del principio lo ob-servamos en cómo la OEA fue consoli-dando su posición en sucesivas etapascon respecto al tema. 1919191919 La interven-ción militar en Haití es otro punto en lamisma dirección. En ella, el gobiernoargentino: “... genera toda una especiede «teoría de la intervención» para ase-gurar la democracia y que incluía comoprincipio general dotarla de una atri-buciones parecidas a Naciones Unidas.”E incluso «hizo una presentación for-mal en la OEA proponiendo una modi-ficación en la Carta que contemplaracontar con fuerzas de paz a fin de de-fender la democracia.» [RI; 5, 20-1].

Desde el ámbito cercano al gobier-no se sostiene que esta acción era «nosólo deseable sino imprescindible».

17 FIGARI, Guillermo. De Alfonsín a Menem..., 19.

18 GARCIA DEL SOLAR, Lucio. «Con el Embajador...»[En: RI, 11, 26].

19 Esta suceción van desde la aprobación de la resolu-ción 1080 sobre “democracia representativa” (Santiagode Chile, Junio de 1991), la declaración de Nassau derechazo enérgico y categórico a cualquier atentado con-tra la democracia (Mayo de 1992) y finalmente en lareunión de Washington (diciembre de 1992) donde setoma la resolución de suspender como miembro al paísque haya triunfado un golpe de estado. [RI, 5, 34-5]○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

El tema de la nointervención es clave

para entender las relacionesentre Estados Unidos y laArgentina. La decisión delgobierno de Menem dealinearse produjo cambiosimportantes en losposicionamientos tradiciona-les del país. En el caso deAmérica esto se observa en lainterpretación que nuestropaís hace de la cláusulade fortalecimientodemocrático.

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Aunque, no por una cuestión de valo-res sino que el motivo fundamentalera que la Argentina se encuentra«desarmada» frente a Chile y el ReinoUnido, y esta intervención sería «nuestroúnico y frágil reaseguro está en laconsolidación de nuestra alianza polí-tico-militar con Estados Unidos.” 2020202020

En el caso de Perú, Di Tella avanzaun poco más al proponer que «la OEAtuviera potestades intrusivas similaresa las Naciones Unidas aunque no huboconsenso para tal medida.» [RI, 5, 32]

A pesar de esta propuesta, Bolognareflexiona sobre las actitudes del go-bierno: “Queda evidenciado que elaccionar argentino frente a los Golpesde Estado se mide de acuerdo a lasrelaciones que tengamos con ellos, yel poder relativo del país.” [RI, 5, 33].

Observamos que el gobierno argen-tino hizo un abandono progresivo delprincipio de no intervención a la espe-ra de los beneficios que el modelo deinserción propuesta con los EstadosUnidos otorgaría. En este marco se ins-cribe también la participación con tro-pas argentinas en misiones de paz dela ONU, siendo los destinos más impor-tantes Chipre, Bosnia y Haití.

Los cambios en la política misilísticay nuclear son producto del tamiz dela relación con Washington. A princi-pios de los ochenta la construccióndel misil Cóndor II fue posible por lainexistencia de un acuerdo de restric-ción de transferencia de tecnologíacomo el MTCR aunque cuando prome-diaba esa década los factores fueroncambiando. En la década de los no-venta ya existía este acuerdo y la pre-sión norteamericana -que desde finesde los ochenta fue creciendo con res-

pecto al control y la eliminación detecnologías sensitivas por parte de paísessubdesarrollados-. Esta cuestión de ladesactivación del misil estuvo vincu-lada “... con la firme decisión norte-americana de evitar la difusión de armasde destrucción masiva en los países endesarrollo, así como aumentar el con-trol de las empresas radicadas en losestados centrales que participan delos negocios de transferencia legal eilegal de tecnología.” [RI, 6, 45]

En este tema: “Los ministro Cavalloy Di Tella entendieron el problema desdela misma óptica que los norteamerica-nos y, además, privilegiaron la políti-ca económica y el modelo de políticaexterior sobre los requerimientos mili-tares y tecnológicos que argumenta-ban las Fuerzas Armadas y constituye-ron una dupla que se enfrentó a De-fensa en forma permanente. [RI, 6, 49]

En 1995, Di Tella mismo evalúa laconclusión del conflicto como unaoportunidad para: “... el acceso a lastecnologías mundiales en esta mate-ria. Esto implica que no queremos seguircon un desarrollo autárquico. Lo quequeremos hacer es lo que hace todo elmundo, es decir avance tecnológicocon la cooperación que exista en elmundo y para eso el país no puede servisto como un país sensitivo, peligro-so y no confiable.” 2121212121

La argumentación de Di Tella tienedos aspectos: primero, la autolimitaciónde desarrollos de políticas en áreas dedefensa, y en segundo lugar parecedesconocer las consecuencias de la fir-ma del tratado MTCR que impide a lospaíses desarrollados la venta o trans-ferencia de equipos de tecnologíamisilística.

Como señala Busso, los motivos noestán en la argumentación ditellianasino que el país «no estaba en condi-ciones de soportar las presiones polí-ticas y económicas que Washingtonhubiese aplicado en caso que el pro-yecto continuara.” [RI, 6, 53]

20 ESCUDE, Carlos «Hay que ir a Haití» [En: Clarín.Buenos Aires, 4 de Agosto de 1994], 23.

21 DI TELLA, Guido. «Política exterior argentina: actua-lidad y perspectivas. 1991-1995» (En: JALABE, Silvia Ruth.La política exterior argentina y sus protagonistas. 1880-1995. Buenos Aires, Grupo Editor Latinoamericano, 1995),383-4.

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A cambio del desmantelamiento, elgobierno logró el apoyo de la NASApara el Plan Nacional Espacial, que nocontempla la construcción de vehícu-los lanzadores sino sólo la construc-ción de satélites. También logra ellevantamiento de la restricción vigen-te desde la época de la dictadura mi-litar sobre venta de armas, conocidacon el nombre de Humphrey-Kennedy,impedimento de la compra de arma-mentos argentinos a Norteamérica. Porotro lado, logra la donación de avio-nes Skyhawk (A4) con moderna tecno-logía computarizada. [RI, 6, 50]

Estos aspectos son señales, segúnBusso, para que la Argentina logre un«justo reconocimiento». [RI, 6, 53]

Distinto fue el camino en lo referi-do a la política nuclear. La firma de

los Acuerdos de Salvaguarda con Bra-sil estableció un marco de confianzaentre los países y luego se firmaron eltratado Tlatelolco y el TNP. Según Busso«los cambios no aparecen como unaconcesión unilateral, sino como el frutode un acuerdo regional.» [RI, 6, 53]

Otro de los aspectos conflictivosseñalados por Busso fue la cuestiónde la propiedad intelectual (patentes,marcas, derechos de autor, secretoscomerciales) que: “... se ha converti-do en uno de los ejes de la «guerracomercial» entre los centros de po-der, así como también entre las nacio-

nes desarrolladas y los países de inci-piente desarrollo industrial y tecnoló-gico.” [RI, 6, 43]

Pero las leyes sancionadas por elCongreso de la Nación de PatentesMedicinales y de Confidencialidad lar-gamente reclamadas por los distintosembajadores norteamericanos, no cum-plen con las exigencias de ese paísaunque las mismas se adecuan a lasnormas establecidas por la Organiza-ción Mundial de Comercio más que alos intereses norteamericanos. Comorepresalia Estados Unidos sancionó anuestros productos y a nuestro paísen materia de derechos de descuentosaduaneros. Por ello ese país eliminólos derechos compensatorios que apli-caba a algunas exportaciones (cueroscurtidos, lanas, tubos sin costura ylaminados). 2222222222

El artículo de Nora Luzi trata unaspecto soslayado por los anteriores.Es la cuestión de las opciones de laArgentina ante el NAFTA. En él plan-tea claramente las opciones de nues-tro país:1. No es un país privilegiado en la

agenda norteamericana,2. Cualquier medida de integración

«deberá estar precedida por una efec-tiva garantía de protección de losderechos intelectuales.» [RI, 6, 29],

3. En este caso la integración agregacompetencia «no sólo por la pre-sencia de México en NAFTA sinopor los sectores competitivos de laseconomías de Estados Unidos yCanadá.» [RI, 6, 30],

4. La existencia del Sistema Generalde Preferencias beneficia el accesode bienes argentinos al mercadonorteamericano.Por otro lado apunta a como la

Argentina debe negociar en forma «sinoconjunta, al menos coordinada conBrasil» [RI, 6, 31] y que gran parte del○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

22 Clarín, Buenos Aires, 29 de Julio de 1997, 24.○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

...las leyessancionadas por elCongreso de la

Nación de PatentesMedicinales y de Confidencia-lidad largamente reclamadaspor los distintos embajadoresnorteamericanos, no cumplencon las exigencias de esepaís...

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esfuerzo debe hacerlo ese país y no elnuestro.

Aunque además señala que «ningu-na estrategia será claramente benefi-ciosa, sin un plan de desarrollo nacio-nal que involucre una agresiva políti-ca exportadora.» [RI, 6, 31]

La evaluación de esta política se-guida hacia Washington tuvo para laautora dos formas:

... ha roto el histórico desacuerdoentre Argentina y Estados Unidos yentre el peronismo y los Estados Uni-dos. A mediano plazo, la construcciónde confianza creada a partir de la políticamenemista brinda un nuevo marco parala resolución de disputas. [RI, 6, 53]

Obviamente la construcción de con-fianza es válida, es un camino a se-guir pero no puede ser el único obje-tivo. Además del siguiente dato: losEstados Unidos son la nación más im-portante del mundo pero no es el mundoen sí mismo.

2.2.2. Las relaciones argentino-cubanas

El artículo de Rodolfo PORTAL CON-DE, «Panorama de las relaciones cuba-no-argentinas en los noventa», [RI, 15,85-94] pone a ésta en el justo medio,ya que establece que las mismas estánsujetas a las relaciones de ambos paí-ses con Estados Unidos.

Al elegir la alineación el «enfren-tamiento con el gobierno cubano haido conformando una ecuación dondeparece excluyente si se pretende unreforzamiento de los lazos con Was-hington.» [RI, 15; 89]

En el marco multilateral «la Argen-tina se ha ubicado en una posiciónintermedia respecto del tema cubano,a partir justamente de este período alasumir una postura un tanto pasivadesde la banca de la abstención.» [RI,15, 90]

Si bien en la comisión de DerechosHumanos de la ONU la Argentina acom-paña a Estados Unidos en la AsambleaGeneral se manifestó en contra delBloqueo.

Para el autor el gobierno argenti-no «no supo ponderar» la visita papalporque «cualquier iniciativa latinoa-mericana respecto de Cuba no debecontradecir la estrategia norteameri-cana hacia La Habana.» [RI, 15, 93]

Este artículo pretende otorgarle ala política de Menem un margen demaniobra que la misma no tuvo aun-que su ponderación es acertada.

2.2.3. La gestión delarruístaDesde su triunfo electoral Fernan-

do De la Rúa fue moderando su postu-ra hacia los Estados Unidos productode un análisis exclusivamente econó-mico de la realidad internacional. Comolo señala Busso: “A lo largo de la cam-paña electoral... fueron apareciendodatos que mostraban la intención dela Alianza de inaugurar un nuevo es-tilo, menos ampuloso y personalistaque el de Menem, en las relacionescon Washington aunque sin cambiosprofundos...” [RI, 19, 121]

Tras los resultados de la elección,esto fue reflejado por los principalesdiarios norteamericanos que sostuvie-ron que no habría modificaciones sig-nificativas en la relación bilateral aunquesí creían que existiría un cambio deestilo. 2323232323 Como lo señala Anabella Busso,○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

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23 Clarín, 24-10-99.

Otro dato para nada me-nor, es que como Cava-

llo y Di Tella, RodríguezGiavarini es economista pero,a diferencia de ellos, suinterpretación del mundoposee un fuerte sesgojurisdicista...

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la Alianza «había hecho duras críticasa la política de alineamiento propo-niendo redefinirla fundamentalmen-te en lo que se refiere al estilo diplo-mático que caracterizó al Canciller DiTella.» [El subrayado es nuestro, RI,19, 115]

La elección de Canciller -que recayóen Adalberto Rodríguez Giavarini-confirma este nuevo estilo e inclusopara la autora: “...nos permite inferirla elección de un funcionario de per-fil moderado, de extrema confianzadel Presidente De la Rúa con quiencomparte una imagen más conserva-dora que revolucionaria...” [RI, 19, 121]

Una muestra del cambio de estiloestá en la denominación misma de lapolítica hacia los Estados Unidos queel Canciller denominó como «inten-sas» a cambio de las desprejuiciadas«carnales» del menemismo. 2424242424

Otro dato para nada menor, es quecomo Cavallo y Di Tella, RodríguezGiavarini es economista pero, a dife-rencia de ellos, su interpretación delmundo posee un fuerte sesgo jurisdicista,como la mayoría de los radicales. Estolleva a pensar «que la política exte-rior continuará, al menos en corto plazo,siendo ejecutada en clave económi-ca.» [RI, 19, 121]

En este artículo se expresan las pri-meras dificultades de la política haciaWashington de la gestión delarruísta,y es bastante certera tanto en los de-safíos como en los límites que estaadministración enfrentaba.

2.3. El MERCOSURLa firma del Tratado de creación

del MERCOSUR es el aspecto más im-portante de la gestión de Menem, ytambién es un signo de continuidaden la política de integración iniciadapor Alfonsín, aunque se abandona laestrategia gradual establecida en losacuerdos de 1985.

Por otra parte, este tema es al quemayor importancia le ha asignado la

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Revista. Prácticamente no hubo aspectoque no haya sido tratado: desde su pro-pia historia, los problemas instituciona-les, los medioambientales, el Foro Con-sultivo Económico Social, los educativosy culturales, los problemas referidos a lacirculación de personas, etc. 2525252525

Pero esta diversidad no es produc-to de la casualidad sino que fue unode los objetivos planteados por losacadémicos que impulsaron la publi-cación de artículos, como lo señalaGeneyro en la presentación del núme-ro especial: “... la discusión consisteen no cerrar los debates sino ampliar-los a efectos de enriquecer un procesotan complejo como la conformaciónde un Mercado Común, con el actualpaso previo de consolidación de laUnión Aduanera.” [RI, 12, 32]

Los análisis de la política del MER-COSUR tienen dos niveles: el político-diplomático, donde este mercado co-mún mantiene su interés a pesar deatravesar por momentos complejosproducto de los alineamientos conWashington y de la falta de consultaspolíticas entre los gobiernos, Como loseñala Acuña: “... Brasil continúa man-teniendo políticas proteccionistas res-pecto a sectores estratégicos de su eco-nomía..., una política exterior de ca-rácter más autónomo que la plantea-da por el gobierno argentino...” [RI,

24 Clarín, 10-12-99.

25 Dado lo limitado del artículo sólo nos referiremos alos temas institucionales, del medio ambiente y cultura-les y cooperación nuclear.

La firma del Tratado decreación del MERCOSUR

es el aspecto más importantede la gestión de Menem, ytambién es un signo de conti-nuidad en la política deintegración iniciadapor Alfonsín...

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2, 110] y en lo económico está marca-do por la existencia de mega merca-dos que « nos lleva inevitablemente adefinir una estrategia a nivel regio-nal.» 2626262626 Aunque para su constituciónla pregunta es «si la convergencia» deun sistema de desgravación progresi-vo, lineal y automática sea «factible.»[RI, 2, 119]

Esta tensión hace muy difícil teneruna posición unívoca, como lo diceGeneyro: “... el proceso de integra-ción será funcional a los intereses re-gionales, cuando realmente tenga porobjetivo aumentar la capacidad inter-nacional de negociación para la re-gión, y de esa forma posibilite unainserción internacional activa que lepermita delimitar autónomamente sumodelo de desarrollo.” [RI, 3, 99]

Como ya se ha marcado en el casode Estados Unidos, es necesario pri-mero definir el proyecto de país paraluego desarrollar la inserción de laArgentina en el mundo.

Los aspectos institucionales delMERCOSUR son los que ocupan un lugarprivilegiado. Desde los primeros artí-culos sobre el tema se señaló que: “...la futura complementación del trata-do marco de Asunción deberá estable-cer un sistema institucional, que per-

mita el desarrollo de las políticas eco-nómicas de integración bajo un ordennormativo que garantice la seguridadjurídica y la aplicación uniforme delderecho comunitario por un tribunalindependiente.” [RI, 3, 108]

El MERCOSUR se presenta como undesafío para enterrar en el pasado lasdisputas absurdas en los socios y po-der instituir con cada una de nuestrasparticularidades un destino común paranuestros pueblos.

En los bloques regionales debenprimar los objetivos comunes sobrelos particulares, ya que de lo contra-rio se profundizan las asimetrías exis-tentes entre los miembros y se pierdela idea de comunidad. Por ese moti-vo, Félix Peña apunta: “El MERCOSURnecesita instituciones y reglas de jue-go simples pero creíbles -dimensiónnormativa- custodiadas por expertos -dimensión jurisdiccional-, y que seanla resultante de una eficaz concertaciónde intereses nacionales que trascien-da los canales exclusivamente diplo-máticos y burocráticos -dimensiónpolítica-. Caso contrario los proble-mas se van a multiplicar... [RI, 12, 56]

Por estos motivos, deben estar pre-sentes los elementos políticos y eco-nómicos para conjugarlos y permitirla creación de una entidad distinta alos socios.

Es por ello que la consolidación deun espacio supranacional, tiene unobjeto central en el análisis. En el casodel Tribunal Arbitral, aunque la lectu-ra no es unívoca, se señala una direc-ción. Mientras en el artículo de Trom-beta se señala: “El MERCOSUR... haadoptado criterios intergubernamen-tales para conformarse y probablementeseguirá este camino durante un ciertotiempo. Instalar un Tribunal suprana-cional implica una transferencia depotestades que requiere un avanzadogrado de maduración política que, anuestro criterio, no se ha alcanzadotodavía.” [RI, 12, 77]

26 MARINUCCI, Elsa. «Argentina en el MERCOSUR: ¿Desarro-llo de nuevos mercados o simple compensación de déficit?[En: La política exterior del gobierno de Menem...], 147.

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El MERCOSUR se presentacomo un desafío para en-

terrar en el pasado las dispu-tas absurdas en los socios ypoder instituir con cada unade nuestras particulari-dades un destino comúnpara nuestros pueblos.

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Pero en otro artículo, el de AnaLogar señala que no hay que esperar,ya que: “... se torna impostergable alos fines de viabilizar la decisión delos Estados signatarios del Tratado deAsunción de constituir un MercadoComún que se desarrolle en un marcode equidad, razonabilidad, previsibilidady seguridad jurídica.” [RI, 12, 98]

Incluso números después, el temadel Tribunal vuelve a ser analizado bajola mirada de Guillermo Tempesta, trasel primer fallo de dicho organismo. Enél se apunta la divergencia existenteentre los Estados miembros a la horade interpretar el rol supra-nacional: “...Argentina asume las normas en discu-sión como obligaciones exigibles yoperativas. Brasil, por su parte, consi-dera los compromisos bajo el Tratadode Asunción como programáticos y que,por ende, no dan lugar por sí mismosa obligaciones exigibles...»

Por esta divergencia, el autor con-sidera que el Tribunal « se coloca enuna posición intermedia, reconocien-do que existen en el Tratado tantocompromisos programáticos como ope-rativos.» Pero por otro lado, también«parece que el Tribunal Arbitral asu-mió una impronta más de órgano per-manente, que de tribunal arbitral adhoc.» [RI, 17, 98]

El afianzamiento de institucioneshace avanzar hacia un orden suprana-cional aunque esto dista de estar con-solidado.

Los temas ambientales son desarro-llados en el trabajo de Consani y Servi.Allí se analiza «cómo funciona el sis-tema de protección ambiental en leMERCOSUR, de acuerdo a la evolucióny la actual estructura jurídico institu-cional del mismos, sus institutos yprincipios jurídicos más importantescontenidos en el proceso de integra-ción subregional.» [RI, 17, 70]

E incluso en otro artículo sobreresiduos peligrosos se señala que: “...los países que componen el MERCO-

SUR deben necesariamente contar conuna legislación interna similar, lo quesolo se logrará si son suscritos por losEstados partes los instrumentos jurídi-cos necesarios para lograr su concre-ción práctica a través del estableci-miento de la obligatoriedad de lasmismas.” [RI, 14, 61]

Es decir que la problemática am-biental tampoco es ajena al problemade la supranacionalidad en ese senti-do ambiguo que observamos en mate-ria institucional.

Los aspectos educativos y cultura-les también son tratados. Sobre elloMiranda opina que: “La idea de forta-lecer la identidad regional es plausi-ble desde el punto de vista del impul-so de la integración educativa. Pero laidea con respecto a aglutinar las dife-rentes culturas bajo un mismo patrónidentitario puede ser riesgosa, no soloporque ocasionaría perjuicios a lasculturas locales, sino también porqueerosionaría sociedades multiculturales.

La proposición del autor es que:“La alternativa es que los Estados co-ordinen políticas vinculadas a las di-ferencias culturales existentes entre sussociedades civiles, sobre todo desdela especificidad y desde la pluralidadidentitarias.” [RI, 16, 86]

En este plano también observamosla presencia de cómo construir unanueva identidad supranacional sobrela base de la pluralidad que afirma-rían al mercado común en el medianoy largo plazo.

En materia nuclear se firmaron losacuerdos de salvaguarda con Brasilestableciendo un primer marco de con-fianza regional y luego se firmaronlos tratados de Tlatelolco y el TNP. Lafirma del acuerdo con Brasil disminu-ye el enfrentamiento en esta materiay abre los puentes para la desnuclea-rización de la zona. Tanto Argentinacomo Brasil tenían un avanzado desa-rrollo en esta materia pero con unaleve ventaja de nuestro país. En el

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artículo sobre este tema se ve al mis-mo como: “... la posibilidad de trans-ferir la experiencia adquirida por Ar-gentina y Brasil hacia otras regionesdel mundo en donde los esquemasbilaterales o subregionales de salva-guardias podrían servir para fomentarla confianza y la transparencia.” Noobstante se cree que «la integraciónnuclear entre Argentina y Brasil noestará terminada mientras no se avan-ce decididamente en la complementa-ción de las industrias nucleares.» [RI,18, 60]

A pesar de esta desconfianza ini-cial en este proceso, se apunta que lafirma de los otros dos acuerdos tiendea crear una convergencia con «ritmopropio»: “... También ha tenido unanotable capacidad para adaptarse alas circunstancias que se fueron plan-teando en el camino. Cabe esperarentonces la posibilidad de poner a pruebanuevamente tales recursos para quedicha convergencia alcance niveles máselevados.” [RI, 18, 62]1

La firma de estos acuerdos hanpermitido constituir la Zona de Co-operación del Atlántico Sur, que tam-bién ha merecido un artículo, dondesus autores, Castelli y Aouad, deta-llan: “... se trata de una formulaciónque por genérica limita su configura-ción. Sin embargo, de ello podríamostambién extraer que la voluntad delos Estados no fue la de crear un áreapara la aplicación concreta y específi-ca de normas determinadas por la Zonasino, en cambio, se vislumbraría cier-ta voluntad de contar básicamente conun mecanismo o canal de diálogopolítico destinado a reforzar los vín-culos que unen a los Estados Africa-nos y Latinoamericanos, a amas már-genes del Atlántico Sur. [RI, 15, 145]

Este aspecto del desarme de la re-gión es uno de los elementos que afir-ma la dirección hacia la supranacio-nalidad aunque todavía resta muchopor recorrer.

2.4. Malvinas

2.4.1. La gestión de MenemEl tema Malvinas ocupa el segundo

lugar y los artículos sobre este tematransitan una amplia gama de traba-jos académicos y de políticos-burocrá-ticos.

El objetivo de la política haciaMalvinas fijado por la Cancillería eravolver a la situación anterior a la guerrade 1982, aunque como lo señala Storani,Menem pasó de: “...una posición deconfrontación, casi bélica con el Rei-no Unido, que había sostenido duran-te la campaña electoral, pasó a unaactitud complaciente con Londres,aceptando todas las condiciones bri-tánicas para restablecer las relacionesdiplomáticas.” [RI; 9, 47]

La gestión decidió cambiar la es-trategia radical privilegiando la ne-gociación bilateral por la multilateralque se encontraba en un punto muer-to. Según Soukiassian en un primermomento la estructura de decisión delmenemismo, privilegió la estrategiade reiniciar las relaciones bilateralesestructuradas «de la siguiente mane-ra: el Ministro de Relaciones Exterio-res Domingo Cavallo, su asesor perso-nal, Aldo Dadone y el Director deMalvinas, José María Otegui.» Tam-bién estuvieron los embajadores Lu-cio García del Solar y Mario Cámpora.Pero con la llegada de Di Tella «elcírculo decisorio se hizo extremada-mente confuso» [RI, 6, 115]

En el artículo de Carlos Raimundi«Malvinas: un conflicto sin estrategias»se destaca el proceso de negociaciónbilateral encaminado en los acuerdosMadrid I y II. En el primero de ellos,de octubre de 1989, se establece lafórmula del paraguas2727272727 , además de es-tablecer la normalización de los vín-culos diplomáticos; se anuncia el cesede hostilidades; la formación de áreade preservación pesquera; y, la conti-nuidad de las negociaciones.

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En febrero del año siguiente se fir-ma el Madrid II, donde se reestablecenlas relaciones diplomáticas y consula-res, además la zona de exclusión essustituida por un sistema de informa-ción y consulta para el movimiento deunidades navales y aéreas. Pero estadescripción de los acuerdos no impidever en el artículo la falta de estrategiagubernamental cuando se señala elanuncio presidencial de febrero de 1992,donde se anuncia llevar a arbitrajeinternacional la cuestión, cosa que «nofue debidamente estudiado por la Can-cillería.» E incluso, como rechazo a esapostura, debe tenerse en cuenta la re-nuncia de Carlos Escudé como asesor.[RI, 5, 43] En este artículo observa esteerror, ya que «la capacidad deinterlocución argentina en el exteriordebe inexorablemente sustentarse enuna diplomacia previsible y despejadade exabruptos.» [RI, 5, 46]

La posición de Escudé puede sinteti-zarse en cuatro postulados, ya que tam-bién aparecen en la publicación: 1) losderechos argentinos sobre las islas sonreales, «pero mucho más relativos de loque el público argentino cree»; 2) «Lacuestión jurídica es demasiado comple-ja y ambigua como para que el casobaya a resolverse jamás en torno a estasconsideraciones»; 3) «La solución alproblema de la cuestión de soberaníavendrá eventualmente por vía de consi-deraciones prácticas»; 4) «La única po-sibilidad argentina de ser incluida enesa solución pasa por demostrarle almundo, a Gran Bretaña y a los isleñosque reúne condiciones mínimas de es-tabilidad y confiabilidad.» [RI; 9, 40-1]

Pero las negociaciones económicascon Gran Bretaña son conflictivas, apesar del avance político de los acuer-dos de Madrid, sobre todo en el ámbi-to de los hidrocarburos y los produc-tos pesqueros, temas prioritarios en laagenda inglesa. Con respecto a losprimeros, con la firma de una Decla-ración conjunta sobre explotación de

petróleo en Malvinas se ha generadouna dura polémica sobre los benefi-cios y los alcances obtenidos con talinstrumento ya que se reconoce el pagode un canon para la Argentina pero ala zona de explotación se incorporanáreas que no estaban en litigio. Es porello que el ex Canciller Caputo señalaque con la firma de este acuerdo, elparaguas de soberanía es insuficientepara proteger los intereses argenti-nos. Ya que si bien en un primermomento se realizó para proteger elmedio ambiente o por cuestiones dederecho humanitario frente a la su-perposición de jurisdicciones, con estafirma se desvirtúa. Porque, según elautor, «concedemos nuestra sobera-nía sobre un recurso» y que la mismaqueda reducida a una cuestión «abs-tracta, inasible e indefinible mientrasse concede otra, concreta, tangible yprecisa como la explotación de la cuencapetrolífera de las Malvinas.» [RI; 9,26] Aunque desde el oficialismo, o mejordicho desde fuentes cercanas a él, sedice que este acuerdo «representa unenorme e inesperado logro diplomáti-co.» 2828282828 Los frecuentes y fuertes desen-cuentros con los británicos han teni-do lugar durante 1996 con motivo delos acuerdos por hidrocarburos y pes-ca. En esas negociaciones se observala debilidad de la posición argentinafrente a sus derechos.

27 La fórmula del paraguas de soberanía consiste enproteger:... la posición de cada parte en lo relativo a sus dere-chos sobre los archipiélagos y espacios marítimos circun-dantes; el compromiso de no recurrir al uso de la fuer-za; y la reanudación de las relaciones consulares, y lanormalización de las relaciones económicas y los víncu-los de transporte. [CAVALLO, Domingo. «La inserción dela argentina en el primer mundo. 1989-1991» (En: JALABE,S. La política exterior argentina y sus protagonistas...,362.]Nótese el alto perfil de las cuestiones económicas porsobre las políticas, que es el carácter distintivo de esagestión. La negociación bilateral ha destrabado la rela-ción con la CE permitiendo el Acuerdo Marco, tal vez elúnico beneficio palpable hasta el momento.

28 ESCUDE, Carlos. «Enorme logro diplomático» [En:Clarín, 22 de septiembre de 1995], 17.○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

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Desde el punto de vista político, lagestión de Menem ha incorporado unanueva estrategia denominada de se-ducción hacia los kelpers. Para ello, elgobierno manifestó en un principioque tendría en cuenta sus «deseos»(cambia la postura tradicional de nuestropaís que privilegiaba sus «intereses»)que como forma de aproximación noha dado los resultados esperados.

En el artículo Santoro habla de treshechos que permiten la construcciónde la política de seducción. El prime-ro fue que la ejecución de la estrate-gia que tradicionalmente estaba enmanos del Director de Malvinas fuedesplazado para que no pusieran «re-paros» a su llamada política. En se-gundo lugar, el gobierno manifestó«que iba a tener en cuenta tanto losintereses como los deseos de los kelpers»cometiendo un error histórico. [RI, 7,41] Y finalmente su apreciación sobrela existencia o no de petróleo ya quesi lo hay: “... la cuestión dejará de seruna discusión sobre recursos natura-les que sirven para el financiamientode los kelpers para convertirse en uninterés estratégico británico que parael siglo XXI necesitará de fuentes de

hidrocarburos sustitutas a las del Mardel Norte.” [RI, 7, 44]

Esto es una política riesgosa ya quepor un lado no considera a los isleñoscomo parte pero por otro lado pro-porciona toda una serie de señales parainvolucrarlos. Se produce una fuertepreocupación por el grado de avancede los kelpers en el manejo de algu-nas cuestiones relativas a las Islas. Comolo señala Bologna las políticas de acer-camiento «con los isleños había sidoempleada por Argentina en la décadadel setenta sin lograr resultados posi-tivos.» [RI; 9, 18]

Hacia 1996 la política de seducciónentra en un período de estancamien-to. Por un lado el gobierno tomó ladecisión de volver a los foros interna-cionales para discutir la cuestión deMalvinas, como en la época de Alfonsín.La decisión del Comité de descoloni-zación de las Naciones Unidas es unsigno positivo que fortalece la posi-ción argentina al respecto. Incluso elgobierno empezó a barajar otras es-trategias como la indemnización a loskelpers o la soberanía compartida paraimpulsar nuevamente el tema.

Dentro de las propuestas la idea decompensación económica mereció unartículo de Rafael Daló donde puntua-liza que «las condiciones están dadaspara que sea llevada a cabo en un pla-zo breve, quizás una vez que se hayaconcluido el acuerdo de explotaciónpetrolera.» Espera que el cambio degestión flexibilice la posición británi-ca pero mientras tanto: “... habrá quepresionar con fuerza para dejar en cla-ro nuestros reclamos así como la sub-sistencia del conflicto, de manera deevitar acciones unilaterales británicastendientes a la explotación económicade la zona y de hacer evidente la nece-sidad de cooperación.” [RI, 7, 57]

El 30 de diciembre del 96 el Presi-dente Menem propuso un sistema de«soberanía compartida» para las Islas.Escudé expresó que esta nueva inicia-

En cuanto a la cuestiónMalvinas, la gestión de

Menem ha incorporado unanueva estrategia denominadade seducción hacia loskelpers. Para ello, el gobier-no manifestó en un principioque tendría en cuenta sus«deseos» (cambia la posturatradicional de nuestro paísque privilegiaba sus«intereses») que como formade aproximación no hadado los resultadosesperados.

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tiva sirve para mostrar que nuestraposición «es flexible y razonable, demodo de tentar» a los laboristas in-gleses «a iniciar conversaciones sobrela soberanía en el caso que lleguen algobierno en 1997».2929292929 Pero esta pro-puesta, según Makin y Lewis en otroartículo de la revista tuvo como res-puesta: “Ni el gobierno laborista, nilos isleños, ni voceros oficiales de laoposición conservadora, quieren ha-blar de soberanía compartida, tal esel resultado de la amplia compulsarealizada por los autores en Londresentre los actores políticos relevantes.”[RI; 14, 150]

Por estos motivos la propuesta fuedescartada por Londres, y muestra loya señalado por Raimundi, entre mu-chos otros, de que la estrategia haciaMalvinas era imprevisible y plagadade exabruptos.

En julio de 1997 el Canciller Di Tellase reunió con su nuevo par británico,Robin Coock y en dicha reunión seconcluyó que sobre el tema Malvinas«no habrá cambio sustancial sin el vistobueno de los malvinenses».3030303030 Pero en1998 la política de seducción revive apartir del encarcelamiento del Gene-ral Pinochet ya que se suspenden losvuelos hacia las Islas, dejándolas in-comunicadas. Esto coincide con la vi-sita de Menem a Londres, que termi-nó siendo una reunión protocolar,aunque permitió el inicio de nuevasconversaciones para regularizar la si-tuación. Para el éxito de estas tratativasdeben tenerse en cuenta dos aspectos:el abandono del uso de la fuerza y laexistencia de una política de Estadohacia Malvinas.

La aparición de una política de es-tado surge a partir de la intervencióndel Parlamento argentino, donde ofi-cialismo y oposición acuerdan sobrela relación bilateral con Inglaterra quepermite avanzar en el acuerdo sobrelos vuelos desde el continente perotiene un corte cuando la delegación

británica (compuesta por miembros delConsejo de las Islas y miembros de laForeing Office obligan a la oposicióna no suscribir el acuerdo). En el acuer-do aparecen tres partes signatarias, laArgentina, el Reino Unido y el Conse-jo de las Islas Malvinas, transforman-do a la cuestión de bilateral en trilateral,cosa que la Argentina siempre recha-zó. En este acuerdo se le permite a losargentinos viajar a las Islas pero conpasaporte, produciendo un cambio alas estipulaciones fijadas en 1972. Estogenera polémica en la Argentina yaque ningún ciudadano necesita pasa-porte para transitar dentro del paísimplicando esto la aceptación de quelas Islas son como otro territorio.2.4.2. Malvinas durante el gobiernode la Alianza

La política hacia Malvinas siguiócon una estrategia bilateral iniciadatras los Acuerdos de Madrid pero aban-donando la política de seducción delmenemismo, y también se incorporanuevamente el multilateral, reimpul-sando la Resolución 2065/64 en la Asam-blea General de la ONU. 3131313131

En su mensaje de asunción el presi-dente Fernando De La Rúa señaló que

29 ESCUDE, Carlos. «Algo flexible y razonable» [En:Clarín, Buenos Aires, 31 de Diciembre de 1996], 4.

30 IGLESIAS, Graciela. «Di Tella se reunió por primeravez con el Canciller Laborista» (En: La Nación, BuenosAires, 29 de Julio de 1997), 7.

31 La Nación, 16 de Mayo de 1999, 9.

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La aparición de unapolítica de estado surge a

partir de la intervención delParlamento argentino, dondeoficialismo y oposición acuer-dan sobre la rela-ción bilateral conInglaterra...

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proseguirá con la misión de defenderla soberanía de las Islas Malvinas. Porello, además de los pasos señaladosen la Cancillería, se crea la Secretariade Asuntos del Atlántico Sur para re-copilar y analizar la posibilidad dellevar el diferendo a la Corte Interna-cional de Justicia, como una formaexplorar una nueva alternativa al asunto.

Esta situación apareció reflejada enla Revista en un artículo de CarlosSoukiassian quien -en una línea simi-

lar a la de Escudé- señala que «esimposible llegar a una respuesta defi-nitiva y categórica acerca de quiéntiene el derecho de soberanía sobrelas Islas Malvinas.» Cuando la Argen-tina ocupó las islas en 1820 «obtuvoun rudimentario título sobre las Islas,basados en expectativas» y que el Rei-no Unido: “... puede hacer un casofuerte de haber perfeccionado su títu-lo por la ocupación continua y eficazy la subsiguiente incorporación for-mal de la isla al Imperio Colonial Bri-tánico.

Otra variable, para nada menor, in-dicada por el autor es «la composiciónde la Corte y las nacionalidades de susjueces». Y finalmente las similitudes entreMalvinas y Gibraltar, ya que la resolu-ción del primero complica al segundoque ocupa un lugar de mayor relevan-cia estratégica. [RI; 18, 98]

Este planteo se terminó en juniode 2001, ya que se rechazó el recursode ir a la Corte Internacional de Justi-cia por el carácter relativo de nues-tros derechos, como así también poralgunos hechos acaecidos durante lagestión de Menem.

2.5. La Argentina y el ASEANLos dos artículos sobre el Este Asiá-

tico son bien distintos: uno hace undiagnóstico de la evolución de la si-tuación de la Argentina hacia esa re-gión y el otro es una propuesta. Am-bos provienen del sector burocrático-político.

El primero de ellos es de JorgeCampbell, Secretario de Relaciones Eco-nómicas Internacionales de la Canci-llería. En él se rescata que el ASEAN:“... ha venido absorbiendo mayorescantidades de productos argentinos:en el período 1992/95 mientras nues-tras exportaciones crecieron a un pro-medio del 71%, las destinadas al árealo hicieron a un promedio del 105 %.Durante el último año se exportaronhacia la región casi 2.100 millones dedólares, cifra superior a lo exportadoal NAFTA en similar período (casi 2000millones).” [RI, 10, 73-74]

En el artículo el autor manifiesta elinterés argentino de participar en fo-ros de consulta tales como PECC «conla participación de empresario y elsector académico» [RI, 10, 75]

Al aumento del intercambio comer-cial y un mejor conocimiento hay quesumarle que la creación de «una zonade libre comercio entre el MERCOSURy Chile potencia este desarrollo pordos razones.» La primera es que elpaís trasandino mantiene «muy bue-nas relaciones comerciales e institu-cionales» y en segundo lugar «la inte-gración física facilita el comercio conla región abaratando costos de flete ymejorando de este modo la competi-tividad.» [RI, 10, 78]

Lo que resulta evidente en esta nota

Los dos artículos sobre elEste Asiático son bien

distintos: uno hace undiagnóstico de la evoluciónde la situación de laArgentina hacia esa regióny el otro es una propuesta.Ambos provienen delsector burocrático-político.

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es la escasa dirección política hacia laregión -a pesar de sus potencialidades-y que en el otro artículo se proponesuperar. Éste último fue realizado porel Embajador en Filipinas, Alberto Kan.Allí propone la implementación de unaestrategia comercial para la región. Estaconsistiría en la identificación, releva-miento y promoción de oportunidadesde negocios. [RI, 20, 83]

Para su implementación propone lacreación de un Centro de Planifica-ción / Implementación (CPI) «que co-ordine las acciones hacia el exterior yfronteras «hacia adentro así como unaUnidad de Coordinación Regional quecoordine acciones entre las Sedes delexterior.» [RI, 20, 83]

El CPI: “... será el encargado decompensar las deficiencias que, a ve-ces, evidencia el sector privado (desdeconocimiento de idiomas limitacionesperceptivas que afectan la conclusiónde operaciones comerciales y proce-sos de negociación). [RI, 20, 83]

Las políticas deben girar en tornoal «fortalecimiento de la imagen delpaís» con la realización de «SemanasArgentinas» de forma itinerante ypermanente en la zona. Para ello: “LasEmbajadas deberían estar en condi-ciones de obtener un adecuado fee-dback de los empresarios de su merca-do sobre el nivel de competitividadde la oferta argentina, precios a losque vende la competencia y forma enque se podría adecuar el producto conel objeto de acercar la conclusión deun negocio. [RI, 20, 85]

3. Conclusiones

La caracterización por temas y gru-pos nos permite reflexionar sobre va-rios aspectos. El primero de ellos escierta discordancia entre la agenda oficialy la agenda constituida tanto por losgrupos académicos como por el grupoburocrático-político. La respuesta esta

en la presencia sobre determinante delMERCOSUR y en menor medida Malvinas.

En el tratamiento de temas señala-remos:1 .1 .1 .1 .1 .Los temas generalesLos temas generalesLos temas generalesLos temas generalesLos temas generales: los artícu-

los referidos son expresiones de losdos grupos que aportaron a ese tema.Mientras el académico posee des-cripción, análisis y crítica de la po-lítica exterior de Menem, el otro sibien posee las características descriptastambién encontramos propuesta,como en cierta división del trabajoentre intelectuales y políticos.

2 .2 .2 .2 .2 .La relación con Estados Uni-La relación con Estados Uni-La relación con Estados Uni-La relación con Estados Uni-La relación con Estados Uni-dosdosdosdosdos: fue objeto únicamente del aná-lisis académico que transmitió cier-ta aceptación de las transformacio-nes vinculadas a las relaciones bila-terales, y marcando algunas de susperplejidades y los escasos resulta-dos obtenidos. Es sumamente curio-so que el sector burocrático-políti-co no haya tratado el tema, dada laenvergadura del mismo.

3 .3 .3 .3 .3 .El MERCOSUREl MERCOSUREl MERCOSUREl MERCOSUREl MERCOSUR: lo que nos pareceimportante de rescatar es no sólo laimportancia asignada al tema sinotambién la variedad y el debate sobrealgunos aspectos. Aunque el temacentral es si el MERCOSUR constitu-ye una supranacionalidad o mejordicho, si es un camino para ella ylas adecuadas, o no, políticas paratal fin.

La caracterización por temasy grupos nos permitereflexionar sobre variosaspectos. El primero de elloses cierta discordancia entre laagenda oficial y la agendaconstituida tanto por losgrupos académicoscomo por el grupoburocrático-político.

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4 .4 .4 .4 .4 .MalvinasMalvinasMalvinasMalvinasMalvinas: la dimensión y variedadpermite abarcar una amplia gamade temas referido a esta materia.Dos son los datos más relevantes:las políticas erráticas con períodosde estancamiento y una relativizaciónde nuestros derechos, o por lo me-nos de lo que habitualmente se piensaen la Argentina sobre ellos.

5 .5 .5 .5 .5 .ASEANASEANASEANASEANASEAN: los trabajos sobre esta áreason homogéneos, ya que provienendel sector exclusivamente burocrá-tico. En ellos se realiza un diagnós-tico sobre las perspectivas y la cons-trucción de instrumentos para apro-vechar mejor las potencialidades deesta zona, declamada como tan im-portante pero efectivamente tan des-provista de política y análisis.Podemos concluir que la revista posee

una amplia gama de análisis de nues-tra política exterior. En ella se reco-gen los principales debates en la ma-teria, siendo un ejemplo de pluralis-mo tanto en lo político como en loacadémico. Por todo ello es un buenejemplo del estado de las relacionesinternacionales argentinas con el mundo,que nos permite verlas en toda su realdimensión.

Listado de artículos sobre política exterior en relacionesinternacionales

� ACUÑA, Segundo Edgardo. «MERCOSUR. ¿El desafío del 94?» (En: RelacionesInternacionales. La Plata, año 2, Nº 2, Mayo de 1992), 97-124.

� —— «Los bancos en el MERCOSUR» (En: Relaciones Internacionales. La Plata,año 7, Nº 12, Diciembre-Mayo de 1997), 127-135.

� BOLOGNA, Alfredo Bruno. «La democracia y la Organización de EstadosAmericanos» (En: Relaciones Internacionales. La Plata, año 3, Nº 5, Noviem-bre de 1993), 17-40.

� —— «Malvinas en la agenda de política exterior argentina» (En: RelacionesInternacionales. La Plata, año 5, Nº 9, Noviembre de 1995), 17-21.

� BUSSO, Anabella. «La relación bilateral con los Estados Unidos en el Gobier-no de Menem» (En: Relaciones Internacionales. La Plata, año 4, Nº 6, Mayode 1994), 33-55.

� —— «Características actuales y desafíos próximos en las relaciones Argenti-na-Estados Unidos» (En: Relaciones Internacionales. La Plata, año 9, Nº 19,Junio-Noviembre de 2000), 115-133.

� CAMBEL, Jorge. “Relación con los países del Este Asiático” (En: RelacionesInternacionales. La Plata, año 6, Nº 10, Diciembre-Mayo de 1996), 73-75.

� CAPUTO, Dante. «Malvinas: el realismo resignado» (En: Relaciones Interna-cionales. La Plata, año 5, Nº 9, Noviembre de 1995), 23-29

� CASTELLI, Juan I. AOUAD, Fabián. “Antecedentes y perspectivas de la Zona deCooperación del Atlántico Sur” (En: Relaciones Internacionales. La Plata, año8, Nº 15, Junio-Noviembre de 1999), 135-146.

� CONSANI, Norberto y SERVI, Aldo. «MERCOSUR y Medio Ambiente» (En: Rela-ciones Internacionales. La Plata, año 9, Nº 17, Junio-Noviembre de 1999), 69-80.

Podemos concluir que larevista posee una amplia

gama de análisis de nuestrapolítica exterior. En ella serecogen los principales deba-tes en la materia, siendo unejemplo de pluralismotanto en lo políticocomo en lo académico.

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� CORRES, Gerardo Alfredo. «La necesidad de identificar las prioridades regio-nales en el espacio socio-laboral del MERCOSUR» (En: Relaciones Internacio-nales. La Plata, año 7, Nº 12, Diciembre-Mayo de 1997), 137-162.

� DALO, Rafael. «Malvinas: una propuesta viable de solución en base a la ideade la compensación económica a sus habitantes» (En: Relaciones Internacio-nales. La Plata, año 4, Nº 7, Octubre de 1994), 45-58.

� —— «La reforma del Consejo de Seguridad: motivos, alternativas posibles yopciones de la perspectiva Argentina» (En: Relaciones Internacionales. LaPlata, año 9, Nº 16, Diciembre-Mayo de 1999), 47-57.

� DI MARCO, Eduardo. «Solución de Controversias en el MERCOSUR» (En:Relaciones Internacionales. La Plata, año 2, Nº 3, Noviembre de 1992), 101-108.

� ESCUDE, Carlos. «La relatividad de los derechos argentinos en Malvinas» (En:Relaciones Internacionales. La Plata, año 5, Nº 9, Noviembre de 1995), 31-41

� FLORES, María Marcela. «Los residuos especiales o peligroso. Estado actualde la legislación sobre los mismos en Argentina y en los países que confor-man el MERCOSUR» (En: Relaciones Internacionales. La Plata, año 8, Nº 14,Diciembre-Mayo de 1998), 53-61.

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� —— «MERCOSUR y política exterior argentina: agenda no economica» (En:Relaciones Internacionales. La Plata, año 7, Nº 13, Junio-Noviembre de 1997),181-199.

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� PEREZ VICHICH, Nora. «MERCOSUR: la libertad de circulación de trabajaoresen debate» (En: Relaciones Internacionales. La Plata, año 7, Nº 12, Diciembre-Mayo de 1997), 163-171.

� PORTAL CONDE, Rodolfo. «Panorama de las relaciones cubano-argentinas enlos noventa» (En: Relaciones Internacionales. La Plata, año 8, Nº 15, Junio-Noviembre de 1999), 85-94.

� RAIMUNDI, Carlos. «Malvinas: un conflicto sin estrategias» (En: RelacionesInternacionales. La Plata, año 3, Nº 5, Noviembre de 1993), 41-46.

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