Robert The Bruce
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ROBERT THE BRUCE: EL CORAZÓN DE ESCOCIA
artículo publicado en la revista HISTORIA DE IBERIA VIEJA nº 17
EL CORAZON DE ESCOCIA
ROBERT THE BRUCE, LASTIMADO EN VIDA POR LAS
DIFERENCIAS CON EL PAPADO Y POR SU MALA CONCIENCIA SE
CONVIRTIO EN HEROE ESCOCES GRACIAS A LA PRESENCIA
SIMBOLICA DE SU CORAZON EN LA LUCHA CONTRA EL INFIEL
EN AL-ANDALUS.
Por: MANUELVELASCO
ANTECEDENTES
La batalla de Bannockburn (1314) fue decisiva en la Historia de Escocia.
Tras muchas victorias parciales, sobre todo las protagonizadas por William
Wallace, los escoceses por fin obtuvieron una gran victoria sobre las tropas
del rey Eduardo de Inglaterra. Robert the Bruce fue considerado como el
libertador de Escocia.
Pero la carrera de este personaje había sido muy controvertida. Anos antes,
siendo conde de Carrick, fue uno de los candidatos para ocupar el trono de
Escocia. El otro era el juez John Comyn, sobrino del rey John Balliol y
apoyado subrepticiamente por Inglaterra. Robert, tras invitarlo a un
encuentro en el monasterio de Greyfriars, lo mató, lo que le costó ser
excomulgado por el Papa de Aviñon. A pesar de todo, fue elegido rey de
los escoceses en la abadía de Scone, en 1306.
Pero las rivalidades contra el “enemigo del sur”, como aun llaman los
escoceses a Inglaterra, continuaron. Eduardo de Inglaterra, “el Martillo de
los Escoceses” respondió al nombramiento mandando al año siguiente con
una gran tropa, a la que Robert no sólo no pudo hacer frente, sino que
incluso tuvo que escapar y esconderse durante un año. Sus tierras fueron
confiscadas y algunos de sus seguidores fueron llevados prisioneros a
Inglaterra, entre ellos sus tres hermanos, su esposa y su hija; también la
condesa de Buchan, quien, por un derecho familiar, fue quien impuso la
corona a Robert. El rey inglés también se llevó la Piedra de Scone o del
Destino, sobre la que han sido coronados todos los reyes escoceses.
Robert, rey excomulgado, sin corona, tierra o familia, logro organizar a los
escoceses de las Tierras Altas, consiguiendo sus mejores triunfos haciendo
guerra de guerrillas con escasa tropa, siguiendo el modelo de William
Wallace. Cuando la noticia de su retorno llegó a Londres, el rey Eduardo
mando ahorcar a los tres hermanos de Robert. Poco después, el rey inglés
murió, pero su hijo, Eduardo II, inició su joven reinado con incursiones
en tierras escocesas. Las luchas se sucedieron durante años sin que hubiese
un vencedor. Robert también tuvo que luchar contra la familia y los aliados
del asesinado Comyns, que no renunciaron a su derecho al trono. Pero el
clero escocés tomó partido por él, reconociéndolo como rey de Escocia.
En 1314, la batalla de Bannockburn decidió la suerte a favor de los
escoceses, a pesar de la aplastante superioridad del ejército inglés. A partir
de ahí, los problemas de Escocia parecieron resueltos: Felipe de Francia
reconoció a Robert como legítimo rey, Juan XXII anuló la excomunión
(aunque no lo reconoció como rey) y Eduardo II firmó en Abroath un
tratado reconociendo la independencia de Escocia. También se promulgó
una tregua de trece años y posteriormente, con Eduardo III, un definitivo
tratado de paz.
Pero, al igual que le ocurrió a su abuelo y a su padre, la lepra consumió la
salud de Robert (actualmente hay historiadores que se declinan por la
sífilis). Oculto tras amplios ropajes se recluyó en las islas Hébridas y sólo
recibió a sus más allegados. Poco a poco, la vida se le escapaba sin que el
Papa le hubiese reconocido oficialmente como rey de Escocia. Y parece ser
que esa fue una de sus mayores preocupaciones.
El 7 de junio de 1329, posiblemente en Cardross, le llega la hora. En su
lecho de muerte, Robert pidió un último favor: que le fuese sacado su
corazón y, embalsamado, fuese llevado por los mejores guerreros escoceses
a Tierra Santa, en la siguiente cruzada, y fuese enterrado allí. Así lo
prometió su leal amigo, el conde James Douglas.
LA BATALLA DE TEBA
Pero el tiempo de las cruzadas ya había pasado, el papa no autorizó más,
teniendo en cuenta el desastroso resultado de las últimas y los abusos de
algunos reyes. Se dieron por perdidos definitivamente los Santos Lugares.
Pero aun había una esperanza para que el alma del rey Robert descansase
en paz: el rey Alfonso Xl de Castilla había mandado emisarios por toda
Europa reclutando tropas para una gran batalla contra los musulmanes de
al-Andalus.
En el verano del 1330, una cuarentena de guerreros escoceses llegó al
puerto de Sevilla. Su jefe, James Douglas, llevaba cruzada sobre su pecho
una caja de plata, en cuyo interior se conservaba el corazón embalsamado
del fallecido rey Robert the Bruce. La noticia pronto corrió de boca en
boca. Las opiniones eran de todo tipo, desde la sospecha de sacrilegio hasta
la comprensión de la pena de un rey que se ve en la necesidad de hacer de
muerto lo que no pudo hacer de vivo.
Así, se presentaron ante el joven rey Alfonso. Con tan solo 18 años (fue
coronado a los 14) era apodado el Justiciero. Contaba con la amistad de los
reyes de Francia e Inglaterra y, para esta guerra, con la bendición del Papa.
En esta misión, el grupo se mezcló con caballeros castellanos, leoneses,
almogávares, templarios portugueses y otros monjes-soldados de nuevas
órdenes militares. Seguramente también había flamencos, bohemios y
francos entre los mercenarios. El objetivo del ejército cristiano era Teba, la
antigua Attegua de la Bética romana, en la actual provincia de Málaga; un
importante baluarte del reino de Granada. Desde su capital, en cuya
Alhambra vivía el adolescente Mohamed IV, se aproximaron las tropas
nazaríes al mando del general Osmin, apoyadas por la caballería ligera de
los fanáticos zenetes, berberiscos llegados de los desiertos de África.
El caluroso agosto fue testigo del enfrentamiento entre el castillo de la
Estrella y el río Guadalete. No se supo muy bien por que, pero James
Douglas no esperó orden de ataque. Se abalanzó contra las tropas nazaríes,
tirando la caja del corazón sobre ellos, gritando: Ve adelante, corazón
bravo, tal como solías hacer. Yo te seguiré o moriré. Y ocurrieron ambas
cosas, lo siguió y murió, como la mayoría de los escoceses.
Los supervivientes, al mando de Keith de Galston, dieron por terminada su
misión y decidieron regresar a su país a dar la noticia: Robert the Bruce
había participado en la lucha contra el infiel y su alma podía descansar en
paz. Al llegar a Escocia, el corazón del rey fue enterrado en la abadía de
Melrose.
• Robert the Bruce (1274-1329). En su tiempo se le conoció con las
variantes de Roibert a Briuis (gaélico medieval) o Robert de Brus
(franco normando).
• De su primera esposa, Isabella de Mar, tuvo a su hijo David, que
sería su sucesor, y a su hija Marjorie, que se casaría con Walter
Steward, cuyo hijo Robert II iniciaría la dinastía Estuardo, a la
muerte de David.
• De segundas nupcias estuvo casado con Elisabeth de Burgh, que le
daría cuatro hijo más. También se le atribuyen numerosos hijos
ilegítimos.
• Su hermana Isabel se casó con un rey de Noruega y su hermano
Eduardo llegó a ser coronado como rey de Irlanda, aunque murió
poco después combatiendo contra los ingleses.
• Tras la disolución de la orden del Temple, Robert acogió a los
templarios en Escocia, sobre todo en los territorios del clan
Sinclair, donde más tarde se levantaría la capilla de Rosslyn (donde
hay una figura de un ángel sosteniendo el corazón del rey Robert).
• La independencia que él consiguiese duró hasta 1603.
artículo publicado en la revista HISTORIA DE IBERIA VIEJA nº 17
© Manuel Velasco