Rodríguez Magda, Rosa M.-Razón digital y vacío

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RAZÓN DIGITAL Y VACÍO



Debats



Rosa María Rodríguez Mag

RAZÓN DIGITAL

Y VACÍO



© Rosa María Rodríguez Magda, 2010

© De esta edición Diputació de ValènciaInstitució Alfons el Magnànim, 2010Corona, 36 - 46003 Valencia

www.alfonselmagnanim.comDirector: Ricard Bellveser

I.S.B.N.: 978-84-7822-583-5Depósito legal: V-3671-2010



INTRODUCCIÓN

¿Hasta qué punto los libros son unid

rradas o mojones en el continuum de la rCuando uno acaba de escribir un texto, cpruebas de imprenta y lo lanza libre parcorra su camino; a la vez que la satisfac

lo menos en mi caso, me embarga la pedad de pasar página, no volver sobre loPero no es posible abandonarse a este seto. El libro comienza a ser de todos, y a ptores que suscite, éstos te hacen retornardicho, te requieren para que lo expliqueguna manera persistes en su sombra, y sredada en su temática. Por eso un libro



modernidad 1, pues fueron en principrencias impartidas en los años posterioreblicación. En ambas se trata de pensar edesde un paradigma diferente. En el pranalizando cómo la revolución de las te

de la información configura un cambiotra manera de pensar, en el mapa conceque representamos la realidad, inclusoKant denominara “formas a priori de sen

tiempo-espacio. Una razón digital que sentrañar una original ciberontología.

En el segundo texto, se avanzará endado en denominar fenomenología de

cia. La virtualidad introduce un adelgade lo real, donde antes se situaba la sustrece el vacío. A partir de él deberemreto inexcusable, construir un armazón lde el que avanzar una nueva gnoseol

nueva sociología e incluso una nueva eda una simulourgia que debe estar acopor una reflexión crítica de la simuloc



HACIA UNA CRÍTICA DE LA RAZÓN D

Quiere ser este texto un velado hom

Inmanuel Kant, y ello espero que disculpzás excesiva rotundidad del título. De lmanera que Kant intentó delimitar en sulos límites de la razón, debemos actualmfrentarnos a la pregunta de cómo la revo

gital transforma y condiciona el uso de en la comprensión de nuestra contempor

¿En qué sentido podemos hoy hablazón digital”? No, por supuesto, en cuanto

lógica binaria se haya impuesto a nuestronio. El que las máquinas procesen informgún la combinatoria de ceros y unos, frada en bits y que quizás ello otorgue u



configure una nueva autoapercepción

dental, pues nos estamos refiriendo a uinterno, subyacente a nuestra conciencgue comportándose fundamentalmentera analógica. Pero si definimos razón dig

la que actúa a través de una nueva formunicar y utilizar el saber en la sociedcreando una diferente manera de percibdo y generando una ciberontología, nos

acercar con más justeza a la pertinencicepto.Entiendo por sociedad digital aque

tá determinada por las tecnologías de lción y del conocimiento (TICs), por dig

ideología que la sustenta, y por ciberon visión metafísica que crea un distinto mlógico, donde a la tradicional división e

y entes de razón, se le añade una tercer

el ente virtual, que siendo de razón, osmodificada categoría óntica. La referencente no es la materia, ni la esencia, peroto genera una nueva estructura de realid



Nos adentramos en una metafísica de lacia que no remite a la substancialidad, se nos revela como una efectiva fenom

de la ausencia. Ausencia de materialidadtancia. Por primera vez lo que es, lo que

no tiene necesariamente por qué existir, etido tradicional del término. Se ahondfractura entre el ser y el existir, mucho funda de lo que podía deducirse de cualqu

lismo precedente, pues si bien hasta adíamos, según diversas corrientes, pedeterminados entes de razón sólo accesibtelecto, su característica definitoria la conque éstos no eran susceptibles de una

nología, de una percepción sensible. Tcepción sensible estaba ligada a lo eEl ente virtual, repito, resulta perceptibblemente sin que sea empírico, y es au

exista.Por tanto, la crítica de la razón digit

acercarse a cómo la sociedad de la infopromueve un cambio en los conceptos



sólo por rendirle homenaje, sino porqdero que nadie como él supo definir loclave de la gnoseología. De la mano dde sus definiciones en la Crítica de la R

ra recordaremos las características bás

nociones de lo que, abreviando, denomgnoseología tradicional, para, a continuservar cómo los conceptos kantianos qalgún sentido modificados en la gnosegital. Dado que muchos de dichos conctambién objeto de estudio de la física,no sería posible dar ni siquiera una visrísima de ellos, recordaré no obstante ciones canónicas de Newton como para

la física clásica y algunas aportaciones drelativista. Brevísimos apuntes para enhorizonte del que emerge la que hemollamar razón digital. Posteriormente ab

mos la guía kantiana para acercarnos aciones modificadas por el digitalismo, las de sujeto o comunidad. Repito, no sede ninguna relectura kantiana, ni de un



CONOCIMIENTO A PRIORI , EMPÍRICO Y VIRTUAL

La conocida afirmación kantiana debien todo nuestro conocimiento comienexperiencia, no por eso origínase todo él

periencia” abre el paso a la concepcióndental y a la síntesis a priori. En la sociconocimiento se pretendería dar un ppues si para Kant “la experiencia es sinprimer producto que elabora nuestro miento, con la materia bruta de las percsensibles”, en dicha sociedad es “ese conoquien conforma, configura, crea la expdado que el punto de partida no lo cons

materia bruta de las percepciones sensibla información convertida ella misma eriencia; por consiguiente, el conocimienprimordialmente “lo que nuestra propia

de conocer proporciona por sí misma”.La razón digital se movería en un e priori, a mitad de camino entre lo que tiende por conocimiento puro y empíri



definición estrictamente kantiana de “p

crear una simulación de la realidad, porforzando los conceptos kantianos, esa retual no dejaría de ser una síntesis a pri

Las teorías científicas describen y exp

portamientos físicos por medio de formmatemáticas. Es el cerebro quien con ese “representa” o anticipa los fenómenote es nuestro primer generador de realidaun cuando dicho concepto se aplique acal ordenador, produciendo y simulandofísicos posibles, perceptibles a su vez. mos tecnológicamente lo que antes eranintuitivos internos. Nos hallamos por ta

terreno de matemática aplicada, que, que los objetos recreados se alejasen dcamente posibles, se acercaría más a latica pura. Por ello, la presente reflexión

en algunos de los conceptos tratados pola Estética Transcendental.Sin duda, de haber vivido Kant en nu

habría añadido un capítulo más a su cr



nueva dimensión del conocimiento sin priori.

ESPACIO. CIBERESPACIO

Para Kant “El espacio es una represnecesaria, a priori, que está a la base de intuiciones externas” 2, esto es, la formade sensibilidad externa. Para Newton, “E

absoluto, en su propia naturaleza, sin relanada externo, permanece siempre simmóvil” 3. Junto a esta independencia e indad, el espacio se considera homogéne

nuo e infinito, adecuado a la concinético-corpuscular de la materia en la fsica. La física relativista modificó radicalmta visión al incorporar el tiempo como uta dimensión del espacio; el espacio, así

ser independiente de la materia, se condinámico, heterogéneo, no euclidiano, siquiera simultáneo en su yuxtaposición.

i d ll d l fí i h di



da una serie de metáforas espaciales, a

lo que podríamos denominar geometríalativas, espacios curvos, discontinuos, tura esponjosa, superespacio, n dimteoría de cuerdas, fractales... metáforas p

matematizables, pero apenas representuitiva y vivencialmente.

Así pues, si en la física la concepcipacio se ha transformado profundamencepción kantiana creo que puede ser cda aún aplicable, dado que nos habla dpersistencia lógico-perceptiva. Y es preesta persistencia la que condiciona que a representarnos de una forma sensible

nuevo concepto que la sociedad digitel ciberespacio. Porque, frente a las gespeculativas de la física moderna, quecomprender y quizás intuir, pero no re

nos vivencialmente, el ciberespacio esjismo psicológico, colectivo y profunda venciado.

El ciberespacio fue definido por Wi



bancos de datos de cada ordenador de

humano. Complejidad impensable. Línedispuestas en el no-espacio de la menteciones y constelaciones de datos. Del mido que las luces de la ciudad, cuando se

Es una especie de espacio paralelo socproducido, creado virtualmente, con la cia/ficción de un lugar de encuentro, noble al espacio exterior ni al geográfico, q

za al límite nuestra forma habitual de reción mental. Uno tiene la impresión de zonas de “presencia permanente” de grinformación. En cierto sentido es semespacio relativista, no es algo que esté a

pendiente y objetivo, sino que se crea y liza por la presencia instantánea de quienmomento lo ocupan, redes y nódulos líneas geodésicas de densificación, dispers

tuación formal; es una creación constantmica. Percibimos los objetos virtualesestuvieran en un espacio, aunque sepa

fí i i i i i



sentación de objetos físicos, sino mera

saciones de información. Pero si los coasí seguramente es porque el viejo Kanzón y nuestra sensibilidad sólo dispone ma universal de representar la realidad

bién ahora –paradójicamente– suponemoel espacio es “la condición subjetiva dbilidad bajo la cual tan sólo es posiblesotros la intuición externa” 5. Por ello dmos espacio a lo que ciertamente no lo“forma pactada de alucinación colectivable. Pero incluso esta característica de “cia construida” es deudora del concecendental kantiano. Son los sujetos, las

quienes conforman nuestra realidad cmas a priori de sensibilidad comunitariguaje digital, los servidores, el hardwa

re... configuran los objetos (virtuales) que

encontrar en el ciberespacio. Su virtualimite a un objeto ni a una cosa en sí, esción de información, y en ese sentido cción transcendental de esa realidad q



un paso más, en este símil de lo transcede

tiano hasta convertirse en un idealismo tdental. El digitalismo es el nuevo idealismcendental.

El ciberespacio, en cuanto estructura

de alucinación colectiva y forma a priorsibilidad comunitaria, surge como algo nuferente, consecuencia de las nuevas tecnola información, y que no se hallaba preotras formas avanzadas de las telecomuniEl teléfono, la retransmisión vía satélite.saban el espacio exterior para conectar casi instantánea dos puntos de nuestra gno modificaban el espacio, ni nuestro im

de él, no creaban otro espacio virtual ocuqueríamos visualizar la conexión que estrriendo nos representábamos un mapa m

el que una línea enlazaba los dos puntos

parte de la atracción psicológica en los code la telefonía era esta superposición dgen de dos personas, cada una en su medsimultáneamente conectadas, y la visión



del espacio exterior. En el ciberespacio, p

trario, tenemos la impresión de que el se realiza en un no-lugar al que accedmedio de la pantalla, una topología crepara el encuentro, espejismo de flujos

rializado, que sin embargo configura grafía imaginada espacialmente. En esehay multitudes, individuos, informaciónficcionados, estancias que transitamos, sque parecen estar permanentemente opor si deseamos penetrar en ellas.

Poco más atrás constatábamos que lmetáforas físicas no habían preparado uintuitivo para percibir el ciberespacio, s

concebíamos a partir de la distorsión Kant denominó “forma a priori de sensibterna”, esto es, asimilándolo y forzandmecanismo lógico y de percepción. Lo

de asimilación nos lo hace comprensibtiene de parcial distorsión compone essa alucinación colectiva patente. Y es aque hemos generado una diferente fo



Pensemos, por ejemplo, en la interp

de los mundos múltiples posibles a travmecánica cuántica6. La acción de observceso subatómico incide sobre las propialas observadas, haciendo que éstas elija

los múltiples comportamientos posiblesmecánica cuántica; así, los electrones opueden comportarse como ondas o comculas dependiendo del método experimeadoptemos; existen, por así decir, “en uprobabilístico de muchos estados supeposibles hasta que se ven forzados a uúnico por el acto de observación” 7. Segpótesis de los mundos múltiples, las part

guirían todos los comportamientos posiben universos separados.

John Wheeler, físico que acuñó a finasesenta el término agujero negro, señaló

dríamos establecer un paralelismo entre y la teoría de la información, ambas conspartir de entidades elementales básicas,



so el cuanto y en otro el bit. Así como

observación de algo en la física hace apalguna manera este algo, la búsquedamación hace aparecer ésta de una detmanera. Es lo que pretendió sintetizar c

mula “it from bit”: “Cada it –cada partícampo de fuerza, inclusive el continuotemporal propiamente tal– extrae psu función, su significado y su misma

–aunque de manera indirecta en algunotos– de (from) respuestas obtenidas-cona preguntas del tipo sí o no, elecciones bits ” 8. Según la formula “it from bit”, nocubrimos la verdad mediante las preg

formulamos, sino que en cierto sentidoesa misma realidad “it”, lo que es; el foménico existe no porque es esencia, sines pregunta.

Igualmente se ha buscado un acerdesde la teoría de la supercuerda; en éstículas elementales son sustituidas por energía, cuyas vibraciones generarían l



físicas y las partículas. Las supercuerdas

rían el universo relativista de cuatro dima seis extradimensiones que están comen bolitas infinitesimales. La integración ría de la supercuerda, la mecánica cuán

agujeros negros y la teoría de la informpensaría según un complejo modelo dede cuerdas”.

Puestos a este acercamiento del cibea la especulación física, el concepto de de gusano” tal como lo desarrolla Stephking me parece extremadamente sugercordemos un poco su planteamiento. En

verso de tres dimensiones imaginemos

con dos puntos y una línea que los unemarcaría el espacio a recorrer y, según el tiempo requerido para ello. Pero sabeel espacio-tiempo no es lineal sino curvo

mos pues dicho plano hasta hacer coinbos puntos, el desplazamiento entre ello vierte, imaginando un pequeño agujero deen un atajo formidable. Y bien, ¿no es



actualiza cada vez con nuestra visita, in

cuánticos domésticos, los fluidos eléctricplazan por la red (¿líneas, madejas de cueponiendo una realidad virtual instantpantalla apagada como agujero negro q

na, densos, expectantes, la pluralidad dsos que entre todos creamos, el interrconecta el mecanismo como viaje espporal a la medida de nuestro ocio. De ura cibernética cumplimos la intuición físic

king –tan difícil de representarnos físicamcreernos cotidianamente en un espacio-tdicional, pero estar “viviendo en realidaperespacio infinitamente dimensional d

de la supercuerda”9

.La noción de ciberespacio, precisamque kantianamente es “demasiado humatruye un imaginario en el que podemogo de lo que la física moderna intenta tran



TIEMPO

Estamos ya hablando de él al referirnotinuo espacio-temporal, pero volvamos algunas de sus características tradicional

transformación digital.Para Kant, recordemos, el tiempo es ma pura de la intuición sensible” 10, la fola intuición de nosotros mismos y de nutado interno” 11 no puede entenderse co

realidad absoluta, y sin embargo su validtiva respecto a todos los objetos que pudados a nuestros sentidos configura la “itranscendental del tiempo”.

Para Newton, según expone en los P“el tiempo absoluto, verdadero y matemásí mismo y por su propia naturaleza, flformemente sin relación con nada extepues homogéneo, uniformemente fluyenpendiente de su contenido físico, acausto e infinitamente divisible.

La física relativista dio al traste con t



tiempo se ve contestada con teorías co

Big Bang. La continuidad es refutada pcánica cuántica. La fusión de masa y e

valida la independencia entre espacio El principio de indeterminación de H

imposibilita la concepción de una posicmentos definidos. A nivel microfísico ción conceptual entre movimiento y codeja de ser factible.

Al igual que habíamos visto con la espacio, los modelos de tiempo que usica desde comienzos del siglo XX sonbles matemática y especulativamente, cilmente imaginados o percibidos, po

nuevo, volvemos a la vigencia de las cnes kantianas, pues nos hablan de la f

versal en que los objetos son dados asentidos, intuidos y procesados internam

cuando esos objetos adquieran hoy un experiencia diferente como es el de l virtual.

No obstante, el modelo cibernético e



abstractas e inaccesibles; a veces, tambi

cita modelos fenecidos.Gracias a la instantaneidad, nos re

un imaginario newtoniano de simultanesoluta, de sucesos yuxtapuestos. Son l

dad de la fibra óptica y el mantenimiende la información quienes propician esde revitalización utópica neoclásica, fucon la idea de los universos paralelos zada con buenas dosis de escenografía ci

Todo está ocurriendo simultanea y permmente.

La información se mantiene en la redparece aleatoriamente, creando agujero

lo cual resulta más doloroso, pues su úndad consistía en esa presencia sin correlarial. Gozamos de una cierta eternidad fr

verberante. La noción de causalidad se dis

pues aun en el seno de lo instantáneo lotos son múltiples, el antes y el despuésminan, existe la doble direccionalidad ese puede recuperar información. Por otro



ta medida, la afirmación relativista de qu

po depende de los diversos sistemas dcia. Lo que es percibido como anteriorsólo sea porque nos ha llegado más ráte– es pensado como condicionante de

bido posteriormente, que, simplemen viajar con mayor lentitud, pero haber do antes. Cuando la realidad es informinformación conforma la realidad los s

versiones de cadenas causales son sólonómeno de la velocidad. También aquí de un sistema absoluto de referencia. Nde que un suceso realmente ocurridonozca y no pueda ser tomado en cuent

que los paquetes de información dibujade lo real, pudiendo ocasionar hecatomnómicas, caídas bursátiles, conflictos bsis de gobiernos... y todo ello es muy r

te sentido, ahora sí vemos cómo el prelativista de la constancia de la velocluz –aquí la transmisión de los datos póptica– ralentiza o distorsiona las veloc



conexiones. Es la instantaneidad de la

lentizando lo que ocurre fuera de los grgemónicos interconectados.

FENÓMENO Y NOÚMENO. R EALIDAD VIRTUAL

La ontología tradicional deudora de tingue entre noúmeno o cosa en sí, qumite al ámbito del logos, la esencia, el mteligible, y fenómeno, que remite a la expa la apariencia, al mundo sensible. Para Kda nuestra intuición no es nada más qpresentación de los fenómenos, las cosa

tuimos no son en sí mismas lo que intuellas”. Desde este punto de vista, la coexiste pero no es cognoscible. Ahora bocurre si las cosas en sí, como pasa con

jetos virtuales, son únicamente lo que pen ellas? Entonces el noúmeno, ademárresponder al ámbito intelectual es, en cformación, sin dejar de ser esencia, po



“racional”, en el sentido de información

una realidad virtual.No estoy afirmando, evidentemen

xistencia del mundo físico, sino constamo, en cierto sentido, toda nuestra ex

de él ha sido siempre ya “realidad virdesarrollo de ésta por medios tecnolhace sino mostrarnos palpablementepecha a la que durante siglos hemos resistirnos.

Y para que no parezcan éstas mebraciones metafísicas de una filósofa, qlas esclarecedoras, en este aspecto, paun científico, David Deutsch, investigad

ca cuántica del laboratorio Clarendon versidad de Oxford: “Los realistas creemrealidad está en todas partes, objetiva, dependiente de lo que pensemos de

que nunca la experimentamos directamta la última brizna de nuestra experiences realidad virtual. Hasta la última brizntro conocimiento –incluyendo nuestr



ción de esos mundos en el generador de

virtual que es nuestro cerebro” 12.En la ciberontología, captamos de fo

sible (virtual) el mundo inteligible, la expes logos, el fenómeno cifra digital (espec

tagorismo sensible), transformada teoría fica en la que la forma es también la maembargo no estamos hablando de una sidealismo berkeleyano, pues la realidad dsas no está en nuestra mente, sino en la

o como proyección fantasmática (simulmás allá de la pantalla, en el ciberespaci

La simulourgia es el mecanismo podel cual construimos la realidad como sim

no se trata de transformar un referente fíestablecer análogos, sino del proceso mel cual el signo sustituye al objeto. La de la gnoseología clásica se convierte eficie. Pueden servirnos para su estudio bu

te de las aportaciones del estructuralismmiótica, se trataría aquí de otra vuelta dal giro lingüístico. No sólo constatamo



este caso de “programación”, conforman

va realidad que se nos presenta nítidamando en cierta medida los criterios dcia, de conocimiento y la captación vivun mundo.

Nótese que estamos hablando de sino de representación. Hasta ahora los mobservación y de reproducción técnicalidad tenían como fin la captación lo msible de la misma. Una fotografía, una p

grabación de un concierto... son tantofectos cuanto técnicamente reproducen xima fidelidad. Pero en la realidad virtude crear entornos que funcionen com

dad, no de reproducir fielmente acciondas –pues entonces tendríamos secuenticas repetidas ad infinitum–. Se trata del funcionamiento de la realidad, de foen tiempo real, interactivamente, se mlos hechos de acuerdo a nuevas eleccello la realidad virtual no copia, sino qun plus de realidad. Gnoseológicamen



La simulourgia es una real metafísica

mulación, una fenomenología de la ausennomenología”, pues se nos aparecen los“de la ausencia”, pues carecen de substalo tienen cifra (código digital), logos; no

sino información. Hasta ahora la informaalgo mental, teórico, y el mundo inteligba más allá, era lo captado por medio den la ciberontología el logos sustituye alsensible, pero no como algo otro inap(nous), sino captable por los sentidos.

Si despertar del sueño dogmático deera renunciar a la pretensión de conocesas en sí mismas, y aceptar que no tene

conocimiento que de los fenómenos, la tología nos dice que al conocer lo fenestamos realmente conociendo la cosa enno hay cosa en sí más allá de los fenómeque la fenomenología virtual es la formnocer lo que nouménicamente consirealidad. No es que hayamos avanzado cer la realidad en sí, sino que ésta ha d



Esta suerte de, como hemos denomin

cinación colectiva” supone un reamuede nuestra representación del mundo a seológico, perceptivo, sensible, ontoló

vencial. En un cierto aspecto ya nada e

siquiera nosotros mismos.

EL SUJETO

Estábamos acostumbrados a considjeto bajo los criterios de la identidad. Laen su concepción de rostro o máscara, una primera dimensión de su mismida

de la apariencia física, para los otros esun comportamiento observable, e, intese le supone una subjetividad permanendemos denominar yo o alma. Todo ello,el nombre, determina su ubicación soc

En la sociedad digital, el sujeto, a tragrupos de discusión, los chats, los cortrónicos, asume múltiples identidades. N



pos de interés). No hay comportamiento

ble, sino verbalización, retórica del hiperden metafórico, ficción. No hay nombre, dónimo. La dirección (no física) como idfrente al alma, el lugar del no lugar. Y co

mente a ello un proceso de desubicaciónTodo esto comporta una aparente dde los criterios de identidad. Encontramodividuo agazapado tras la pantalla, quetruye con múltiples simulacros fragmenta

de fingir su edad, nombre, sexo, nacionpresentándose ante los otros asumiendpersonalidades.

La filosofía postestructuralista y postm

con su defensa de la fragmentariedad, pésta como utopía liberadora; la prolifernuevas subjetividades abría un camino dmentación frente a las cuadrículas del o

embargo, el medio cibernético, aun posiben teoría, esa apertura, no ha respondidoexpectativas.

En los chats cuando los individuos



do, los medios reducidos a la instanta

los mensajes son pobres en cuanto a lode seducción frente a las relaciones diforzando así las fórmulas simples y pocdas, los actores pueden ser más osadosnos comprometidos con sus acciones.

En general se observan comportammayor radicalización, directos y de mecontrol. Más que la liberación del sujetoticas de identidad diversas, aparece un

dismo infantil, la impunidad del oculta veces con una gran violencia verbal.Sin embargo, a esta primera fase, en

sujeto puede enmascararse, ha sucedidmostración incluso obscena de la intimme refiero al voyeurismo en el que pacuelgan fotos sexualmente explícitas, qriría de un análisis más amplio, sino asociales del tipo Facebook, en las que

datos personales, instantáneas de familiagos, comentarios, gustos... La identidad seotorgándose una nueva dimensión en tación a veces compulsiva Somos en



COMUNIDAD

La comunidad está ligada al espaciocondiciones de cercanía, local, geográfque crean relaciones sociales enmarcadas

paciones conectivas que generan clavestidad. La escuela, el trabajo, el pueblo, lala nación... configuran niveles de diferentima, un “nosotros” social, cultural y polectivo. Los cambios en las nociones oper

espacio en la cibersociedad sustituyen rios de localización común por los de comunes, son redes sociales desterritorilas comunidades virtuales conforman co

des no ubicadas, “pseudo-comunidadesmulan una relación personalizada, “un hcomunicación interpersonal y de masas”qué punto esa simulación representa unción de los “acuerdos morales compartisegún Etzioni deben caracterizar a la bciedad? ¿La sustitución de la proximidad la proximidad de intereses garantiza un



cohesión que la de las comunidades t

les?, ¿nos encaminan a lo que Taylor hnado ética de la autenticidad, a partir los usuarios recrearían las identidades?,nuevas redes sociales influyen en la g

sentimientos de pertenencia?, ¿la libre agarantiza espacios más democráticos?..Todas estas cuestiones han renovad

blemáticas con las que se han enfrentaúltimas décadas las corrientes comunitar

nes, ampliando en primer lugar el propiode comunidad. Así, frente a las tradicobedeciendo a mecanismos propios, dincluir las comunidades on-line, entend

ellas “agregaciones sociales que emergcuando una cantidad suficiente de perstiene discusiones públicas durante un tiebién suficiente, con un sentimiento humciente, como para formar tejidos de r

sociales” 14.Si en un primer momento se pensó

bersociedad tendría un potencial subve



horizontales y alternativas, propiciando

generalizado a la información, en el senejemplo de la ética del hacker que proPekka Himanen, hoy las expectativas sotriunfalistas. Y ello en varios sentidos qu

haciéndose evidentes:a) El dominio hegemónico de la infopor parte de diversos grupos se h

vez más patente.b) La instantaneidad de los medios e

cos, como sustitutos de la democrecta y mecanismo de agitación somueve actuaciones irreflexivas,contrastación de la información y

tas radicalizadas emocionalmentec) Los mecanismos de inclusión/excl

los grupos de intereses responden veces a férreos y premodernos criiniciación y permanencia en tornotos idearios. Son homogéneos, secontra la diversidad externa, o cuamuy abiertos resultan inoperante



reotipos clásicos tanto de dominio

género, atenuando sin embargpromiso moral.

e) El poder de agitación y movilizacqueda muchas veces reducidos aganda o la frivolidad.

Como Steve J. Jones constata, “La habra crear, mantener, controlar el espacio que lo llamemos: virtual, no ubicado, m

nos vincula a nociones de poder y necesa cuestiones de autoridad, dominación,rebelión y cooptación, nociones que Etbleció como criterios y preocupacionesde la comunidad. Sólo por el hecho de qpacios que nos preocupan en estos msean electrónicos, no hay ninguna garan

vayan a ser democráticos, igualitarios o a y no parece posible que podamos prev

lo que va a suceder con sus contenidodominación” 15.



FINAL

Basten estos breves trazos para perfilconforma un nuevo campo de estudio dcología social. La ciberpsicología, la cibe

gía, tendrán que dibujar un remodelado los procesos de identificación, la constru yo y la interacción grupal. La gnoseologhemos visto antes, deberá revisar sus conodales: conocimiento, información, reali

dad... La metafísica, de mano de la cibegía, quizá resurja de sus cenizas. La ciencitica y la poesía se transforman en extraña

Retornando al talante kantiano, ca

guntarse: ¿es la razón digital emancipadoce progresar al individuo hacia lo mejorPara ello es necesario ampliar las co

ciones de la ética, el derecho y la legalcompeten al sujeto digital. Como siempflexión llega posteriormente a los hechos

vo contrato digital debería emerger frenbuen salvaje cibernético que, no sabemo



pioneros y colonos ocupan el territori

sheriff y el piel roja, el internauta consmópolis, y es ahora la fibra óptica quietambién su Ilustración. No somos repltranshumanos, sino sujetos completando

va ciudadanía, ésa que requerirá, cadade nuestro esfuerzo hacia una “crítica ddigital”.



FENOMENOLOGÍA DE LA AUSEN

EL IMPERIO DEL VACÍO

El vacío, la ausencia, se manifiestan h versos ámbitos teóricos con una nueva y sobre ello deberíamos cuestionarnos. ¿Qrre en el mundo de las ideas, en nuestr

percepción de la realidad que nos urja atarnos sobre estas nociones?, ¿qué cambiproducido social y gnoseológicamente frentarnos a unos conceptos que, si bientradición, se nos presentan ahora de unanueva, urgente, inquietante incluso?

La realidad ha dejado de ser lo obvio,donado el terreno de la materialidad inco



cia. Igualmente, la presencia divina y l

dencia formó parte de ella. También u vertiente metafísica, que situaba su esetrasunto del logos. La realidad siempre hgo más que los hechos, como si su verdquerido estar en otro sitio, ser otra cosauna manera diferente, una fuerza centrífpersa y reduplica. La ficción sustituye dad. La diferencia estriba en que, si enriores ocasiones el demérito de la emp

ocultamiento de una realidad más proel presente se nos revela como la embohueco, la pura apariencia tras la cual naLos caprichos del vacío.

Todo esto tiene que ver con la llam

lución tecnológica, con la presencia apde las tecnologías de la información y cimiento, internet, realidad virtual... promás allá de ser meros instrumentos, c

una nueva Weltanschauung que ha tranlas reglas de juego de nuestra forma del mundo, percibirlo y transformarlo. Ysamos igual no actuamos de igual man



No es que la realidad haya desaparec

que se ha convertido en algo diferente. Hdo la forma del signo, se ha codificado, ddo, virtualizado, sin perder su contundeterial, a la vez que el signo se materializa

perceptible, se convierte en un elementolo que Baudrillard denominó “Realidad InEste proceso de idealización (que el estrmo profundizó al ver el mundo como leen un cierto sentido Debord denominó

del espectáculo) sólo es una etapa previahiperrealismo. Etapa de la que podemospor ejemplo, una inquietante prehistoria ebados, en los Caprichos, en la pintura

Goya. Como muy bien supo ver Baudegran mérito de Goya está en hacer lo mo

verosímil. Sus monstruos están llenos de vmonía. Nadie ha ido más lejos que él endo de lo absurdo posible... En una palabta imposible apreciar la línea de sutura, de unión entre lo real y lo fantástico” 17.



Desde un punto de vista filosófico,

mer momento (materialismo) la realidsignos, posteriormente los signos sustirealidad (idealismo), finalmente los sign

vierten en la realidad (hiperrealismo),

materiales, se suman como objetos a es ya idealizada, adquiriendo ambos un emilar. Podemos denominar moderno al tadio, postmoderno al segundo y transm

tercero. En este último, la realidad que

sada por los signos y llevada más allá de la propia materialidad que era su r

Ambos sentidos, el de atravesar y el de ison los recogidos por el prefijo “trans”.

Nuestra inercia psicológica de ver lcomo materia/signo tiene un lado negatálgico, que nos impide comprender su tatuto y nos ancla en criterios modernopero posee también una vertiente posinos hace desconfiar de esa planicie banlebra la desaparición de todo sustrato, ymina a buscar nuevas rutas para el ejer



DUALISMO/MONISMO

Descubrir hoy en qué medida la auserece como trasunto inexcusable nos obsomero repaso de los esquemas gnoseolósicos. Obsérvese dicha aproximación caporte de modelos necesariamente simpque en modo alguno pretenden resumiplejidad filosófica, sino dotarnos de escutrumentos de análisis. Tómense, pues, c

precauciones, las formulaciones que siguLa concepción metafísica tradiciona

cidente ha estado marcada por el dualismlado, la esencia, el noúmeno, el mundo in

de otro, la apariencia, el fenómeno, el musible. Llamemos A al primer grupo y B al

A B

esencia apariencnoúmeno fenómend i li ibl d



la realidad, pugnaba por conocerla, ya

derara que ésta se hallaba en A o en Bcuación del intellectus ad rem (sea ésto inteligible) producía el conocimiento

Sujeto Objeto de conocimC A o B

Fuera del dualismo no es posible miento. En el monismo falta el segundopara comprobar si nuestras percepcionese ajustan a la cosa. Todo conocimientdente ha sido dualista. Podemos, a gra

gos, distinguir tres tipos: 1. El conocimtafísico, en él, el sujeto pretende llegar aa través del mundo sensible, transcendevenir engañoso. 2. Idealismo, cuanacceso al reino del logos se realiza, somundo sensible, por medio de una ciertentre el logos pensante y la razón del setivismo el reino de las esencias deja de



1. C -----→ B -----→ A (Conocimiento m

2. C -----------------→ A (Idealismo)3. C -----→ B (Positivismo)

a ←----

En 3, lo inteligible no es la esenciadente, sino las ideas y conceptos que gintelecto en su interior para conocer el mterior, se trata de un “a” sin carga metafí

En el arte pasa lo mismo, el sujeto Cproduciendo B (realismo), o captando lleza ideal, por ej. el canon griego), o emando a (su propia subjetividad e ima

creativa).Si no se da dualismo no hay conocimimisticismo. Pero un dualismo radical negbién la propia posibilidad del conocimienbos lados del esquema dual debe haber c

tonía que permita la comunicación. Estatiende a hacer prevalecer uno de los poen mayor o menor medida, pretende ag



do un paso más en los esquemas preced

contramos: – Monismo relativo objetivo: El yo

ceptos están dentro del mundo físico ynados por él, sujetos a sus leyes física

cas, neurológicas... (Éste sería el caso, podel determinismo científico. Se trata dnismo relativo, o de un realismo atenuanorización de “a” convertida en repre

mental marca el fin de la metafísica, pe va el conocimiento, la minorización de hacer problemática la noción de autonbertad del sujeto).

Ba c

– Monismo subjetivo: el sujeto crea

sí las ideas y las cosas. (Éste sería el ejemplo, del idealismo absoluto. Tomaforma relativa da lugar al esquema que



de arte, sino ese plus que la creatividad

ta pone sobre los objetos, que aun represon tomados como meros pretextos. Ención gnoseológica más radical, el esse e

berkeleyano, pone en serios problemascimiento, y en su vertiente psicológica-pda lugar a la paranoia).

Ca b

– Monismo místico: Sólo existe la realidcendente; el mundo exterior y el yo soapariencias. (Éste sería el caso, por ejem

las filosofías orientales. Tanto en ellas comformas de misticismo occidental quedatoda pretensión de conocimiento tal y co

venido entendiendo en Occidente. La co

ción, la disolución o la anulación se conv vías alternativas).



MONISMO DE SUPERFICIE. METAFÍSICA DE LA

Si, grosso modo, éstas han sido las fsicas de monismo, hoy nos encontramnuevo desplazamiento de los elementolugar a lo que denominaremos monis

perficie, propio de la razón digital. En niveles A y B se fusionan, A está en Bgar de A queda la ausencia. La realidades una más de las producciones del int

mano, produce un verdadero trastocamlas formas de comprender el mundo, yentendemos por conocimiento; da luguna ciberontología. En este monismo d

cie, lo ideal –la digitalización– se conreal y en objeto perceptible –realidad vihay tras la apariencia B una esencia A,ra un referente, sólo ausencia. Pero, a del mundo inteligible metafísico, est

ideal es perceptible, captable por los seEl mundo material es substituido p

talla. Lo que se manifiesta, no existe. E



riencia; así, el A que incluye el Todo en

cismo pierde sus atributos intelectivos (dson propios del dualismo gnoseológico) p

vertirse en un algo otro presente, transcdiferente, por tanto, de los conceptos fitradicionales. La fórmula atrás reseñada caso tendría todavía un paso más, en edos los anteriores elementos desaparece

Ab c ––––––––– 0 (Tao-vacu

El conocer da paso a un “estar”. Entodavía nos encontraríamos en una especnitud intelectual, cercana a la contemplamundo de las ideas platónico, el ser parm

el universo pitagórico, o, por poner ejemcercanos, la matemática pura o la física etiva. En el Uno de Plotino ya habría un



En el monismo de superficie gener

virtualidad, la desaparición de los refermundo real, la ausencia es carencia, se mundo plano, epidérmico, hiperreal, comtalla misma en la que surge.

Hay que entender virtual no sólo copacios creados por ordenador, el cibereno todos aquellos simulacros que usurgar que antes ocupaba la realidad: unturístico y de ocio, las grandes superfic

ciales, los parques temáticos, los relatotográficos, o incluso la nueva economíanamismo financiero en tiempo real; general, políticas del espectáculo, inclu

pectáculo de la política.Pero esta ausencia (de realidad, de de fundamentos, de otro elemento parcambio simbólico) –que es carencia de tno resulta fácilmente perceptible como

que la realidad virtual hiperrealizada ebida para cumplir todos nuestros desepues, como abundancia, exceso, consu



dad, pobreza, marginación, enfermedad o

Algo que, sin duda, habrá que abandontar de la vista o incluir en el gueto de lomano, en un perfecto genocidio simbólic

ya nos mostraba lo monstruoso como vsustrato de lo real, y de ahí su impacto hoy lo horrible debe quedar proscrito, lano genera monstruos, sino ficciones plamente consumibles. Es, como desarroladelante, el paso de los caprichos del ho

caprichos del vacío.Debemos poder crear cuerpos perfe

ciedades incontaminadas, ocio ininterrumseos colmados en el mismo instante de

ducidos. En esta utopía será muy difícillas grietas, el dualismo que permite la cción. Un universo plano, hiperrealizadonista, no posibilita el conocimiento, sóloinformación, y éste es el subterfugio qu

tende ya inocular cuando a la sociedadformación la denominamos “sociedad demiento”. Al igual que en otras formas de m



dinamismo que se consume incesante

engranaje de la ficción necesita de estción en la que el consumo constituye actuar. Hacer ya no es producir o modiflidad, sino saturarse de sus signos, adqucerlos propios, deglutirlos, como si caoferta fuera algo diferente e imprescindfrenesí del simulacro.

V ISIBILIDAD/OPACIDAD. L A ERA DIFUSA

“Cuanto más completo sea ela apariencia, tanto más im

la apariencia como ideología

Se ha venido definiendo (Merleau-Pdrillard, Derrida, Debray, entre otros) nu

ca como la de la transparencia, la visibilles criterios no remitían en modo algunologro de lo auténtico, sino a esa consta

l d í l ó d l



plica todavía la visión dual marxista en

ideológico se identifica con el engaño,cual habría un trasfondo oculto que la rtica puede desvelar. Esta es la base de lacomo sospecha. Pero la Realidad Integrhemos visto, anula la separación entre silidad, lo que nos priva de las armas tradde la crítica, que, en ultima instancia, pmostrarnos la verdadera realidad tras lasa maraña de los signos. Es este uso gno

co el que en la actualidad se halla difisiendo, paradójicamente, que no es posibcicio del pensamiento sin la posibilidad tica. Lo que hoy encontramos es la opac

vestida de transparencia. Las cosas convesignos y los signos convertidos en cosasdo un continuum, pretendidamente volccia una visibilidad completa (l’écran tota

drillard).

No cabe la denuncia de las asnerías gde la hipocresía social y religiosa. Hoy, loatemorizados de los fusilamientos del 3

t t O id d d l d ló i b



ternet. Opacidad del poder, lógica borr

espacios y los agentes sociales, globalimo nombre confuso de la complejidadzación, nueva economía, flujos económpital intangible, dilución de los conceptode la sociología: Estado, gobierno, dinejo, sindicatos...

Es necesario preservar el ejercicio dmiento (qué, si no, estaríamos haciendmismo análisis), pero debemos ser prud

las resonancias que la filosofía de la sosplleva –que no es sino la visión post deilustrada–, pues la descripción del mnunciada por ésta, no es exactamente

hoy se nos muestra. La desmaterializarealidad comporta confusión, la compremismo nivel de los signos y de las cosassa de la opacidad. Falta la distancia, lapero ello no puede retrotraernos a un

preterido. Todo es a la vez manifiesto y nemos la impresión de que la dificultalección del mundo se debe más que a la

i tífi ) L ti i



científica). Lo que nos angustia precisam

esta falta de control, absoluta en los indcaótica y difusa en los grupos de poder.No es invisibilidad la palabra adecua

so, sino “difuso”, aquello que se manifieno logramos categorizar. Lo difuso commenología de la ausencia. Saturno no devhijos, los mima –nos mima– en el capric

vacuidad.

L A RAZÓN CAPRICHOSA

La razón es caprichosa. El arte tambillamó a sus estampas “asuntos caprichosoprestaban a presentar las cosas en ridícugar prejuicios, imposturas e hipocresías cdas por el tiempo”, y así nos encontram

les sátiras de la prostitución, el matrimconveniencia, la mala educación de los ignorancia asnos frailes libidinosos br

contrar los ecos de un Moratín o un Jo



contrar los ecos de un Moratín o un Jo

también la influencia gráfica de los caringleses. Sin embargo, este reformismoes ya el de una razón que llega hasta su nera su exceso y su quiebra. “El sueñozón produce monstruos”, pero más allátorno de lo razonable, es el primamonstruosidad el que se nos ofrece cocio abierto y vertiginoso. Resulta un tóplos expertos, afirmar que con Los Cap

abre el camino al arte moderno. Goya cellos plenamente su ideario de un “leng

vención” que expusiera en 1792 en su e Academia de San Fernando, donde de

dejar en su plena libertad correr el gennuncia moral de una Ilustración insuficpaso a la creación de seres horrendos, fantásticos, en los que lo humano, lo bimaginario se funden gráficamente. La

de la realidad crea una nueva realidadamarga, cuyos oscuros recovecos nosuna conciencia atormentada. Es el horro

El sueño de la razón produce monst



El sueño de la razón produce monst

ro no por su falta –aquí nos hallaríamodentro del paradigma ilustrado– sino pceso, por el desbocamiento de sus propinismos, que, lejos de la contención del se dispara en una proliferación metastásidelirio, la razón se convierte en imagina

voca y funda el imperio del simulacro.Goya deviene así un precursor de la

ción de la realidad por el simulacro. No

esta “simulourgia”, abandona el referenthace estallar en pedazos expresionistas, tituirlo por la insurgencia de lo tenebrosodadera realidad que se nos presenta, po

de la realidad cotidiana, es la de una sociequiciada, impregnada por la atrocidad dela enfermedad del artista, su situación ansuperstición, los procesos inquisitoriales, yde los desastres de la guerra. Goya nos

cómo la ficción monstruosa es la verdaddad, lo que vemos sólo es completamenle añadimos la distorsión imaginaria de u

la sustituye y se convierte en la plena e



la sustituye y se convierte en la plena e

ble realidad. Los caprichos de la razónmutan en los caprichos del horror, y e ya es un referente no natural, sino imag

Todo ello marca un camino de la exde lo real y su sustitución por el simuhoy tiene especial vigencia, pues minimfuerza del horror, nos hallaríamos en ldemos denominar los caprichos del vac

Goya muestra el horror agazapado t

lidad, y lo instituye como lo verdaderamconvirtiendo a ésta en simulacro de atualmente el horror, fielmente reproducimedios de comunicación –basta ver un t

se convierte en imagen aséptica, despocarnalidad y de su impacto emocionaldistancia indolora de la pantalla, se baigual que en los Caprichos de Goya lase tornaba ficticia máscara, que escond

hoy lo escabroso se nos aparece como ftual de un reality show. Despojados degimiento de lo atroz, sólo nos queda el v

Los caprichos de la Razón



Los caprichos de la Razón

Realidad / Monstruoso← ←

Crítica ilustrada

↓Razón

→ →Prefiguración romántica del

Arte moderno↓

Lo imaginario

(Esta dualidad garantiza, por un lado, elde la razón; por el otro el del arte.)

Los caprichos del vacío

Realidad y lo Monstruoso / Vací

Razón = Imaginario↓

EL ARTE COMO ILUSIÓN



EL ARTE COMO ILUSIÓN

El arte ha pertenecido siempre al tlo ilusorio. Como monismo subjetivo hdado en su seno el dualismo atenuado alimentaba, ello es especialmente perttodo aquel que preserva un espacio, totizado que se quiera, para la representla pintura, no sólo en el realismo, por de la semejanza, sino relacionándose c

por el mecanismo de la distorsión, comos visto en Goya. O posteriormenteción de un elemento: impresionismo, ltorsión figurativa: expresionismo; rup

percepción espacial: cubismo; radicalizcromatismo: fauvismo...Igualmente este criterio dual metaf

distorsión opera en la fotografía.El arte abstracto, conceptual, se za

lleno en la pura ilusión.El arte que trabaja con elementos m

land art arte povero instalaciones...

sentación agotada esta línea de fuga, vol



sentación agotada esta línea de fuga, vol

objeto desnudo, a la materia inerte, espedirecta experiencia artística.Para que exista ilusión, el elemento

debe ser lo suficientemente fuerte para rar una atmósfera, y ésta producirnos la estética; pero siempre, al fondo, más o mnuada, está la realidad. Precisamente pmantiene esta estructura dual el arte no ero hecho entre los hechos, ni un simpl

adquiere su dimensión estética en la difelo que amalgama y distorsiona.

Pero llevamos demasiado tiempo pontela de juicio esa distancia, como se vien

vando en la revisión del concepto de mel teatro interactivo... Esta revisión críticainteresantes reflexiones aporta a la teoríatiene su límite: si el objeto artístico o la atística se confunden con lo cotidiano des

en cuanto tales, por ello deben permanecestadio penúltimo que resguarde la dualdualidad no hay ilusión, sino realidad.

de los papeles. La realidad virtual salva



p p

su anulación por exceso de facticidad. arte se convierte casi en objetualidad, l ya no están allí. Quizás también el mpueda ser salvado por los objetos artíellos reencontraremos, como huellas, llo táctil, la densidad física, cuando éstos edo cotidiano se han convertido en mencancía, sentido, valor...

En el extremo opuesto de esta “m

ción” del arte frente a la “idealización”lidad encontramos el net.art, manifestailusión pura, éste logra también la consela emoción estética por sobrepasamien

ferente dual no es la realidad materiarealidad virtual que la ha sustituido. Mprocedimientos de distorsión, acentuacgama... del net.art mantengan la distanrealidad virtual al uso y la sobrepasen l

al límite, tiene garantizado su efecto e vértigo. No obstante, no puede dormirsta la innovación constante, pues la rea

El arte, si desea persistir, debe estar



, p ,

más allá o más atrás de lo no-artístico, irloz o retrotraerse a lo paleográfico. Solo mantenerse, de momento.

EL VACÍO COMO VÉRTIGO

¿Cómo enfrentarse al vacío?Todo está lleno, saturado, pero en u

dirección.El monismo es la felicidad, o bien la

tera contemplación del Uno o de lo vacuel deambular acelerado donde todo signsumo.

Pero el conocimiento es dualismo. Sícomo lo muestran los filósofos orientalecia y sufrimiento.

¿Por qué nos empeñamos en persistir

frimiento? Quizás la lucidez no nos dejternativa. En todo dualismo hay una bústrascendencia, anhelamos la verdad, se e

mundo es “nuestro mundo”. Y con la m



cada individuo el mundo desaparece dma radical. Esta es la verdad más profunme atenaza con su certeza. La decla enfermedad, la muerte. Saber de la bilidad de todo, porque somos prescin

ra el todo, apenas una mirada transitorda más consistencia el que otros sepanme la dará el que me recuerden.

Hemos definido ambos extremos d

mo, el místico y el de superficie. En ecaso, por más que sea el desarrollo dedad transmoderna y se halle instalado eforma de estar en el mundo, percibirlbirnos, no es sino una ficción, una sueranoia colectiva consensuada. ¿Podemomismo del monismo místico?, ¿alcanzamnitud intuitiva como mero forzamiento mpecie de estado psicológico alucinator

remos tornar al empeño por volver al d¿para recuperar la posibilidad del conto?, ¿aunque ello nos aboque a una “c

todo carente de trascendencia, la nada



cidez, y de nuevo la vacuidad. Pero a ehemos llegado no a fuerza de vaciar la mno de llenarla con todo, con la contingtodo. El vacío que nos acoge es la nada tencialismo. Tras la angustia, tras la desesp

queda finalmente una aceptación de la fque, agotando nuestra rebeldía, conclumente en una cierta serenidad exhausta

¿A cuántas formas de la nada debe e

se el pensador, el artista? Contemporánela desaparición del mundo. Pero, como mha sabido ver Baudrillard, no por la hedel signo, del simulacro. La virtualidadhegemonía del signo (pues signo lo es sino la sustitución de la realidad. No imsigno, sino desaparición de éste y de la Se pasa de la realidad como principio adad como performance. Esta es la Reali

gral. La que nos engulle a todos, incluidtros mecanismos para explicarla o repreEl monismo de superficie nos priva de to

estadio postmoderno; ahora los signos s



sas, es el desenlace transmoderno. Transtransidos, transgénicos, más allá de dontancia era posible, torbellinos de cuantoque vibran sin existir, saturados, hiperrabotargados en una pompa difusa cre

ilusión digital. Todo un camino que vapresentación al holograma. Cuando lolas cosas han intercambiado sus estructqueda convertido en una especie de ci

putacional. La Realidad Integral es a lado y la nada, el exceso de lo vacuo, lanología de la ausencia, los caprichos Nuestros monstruos son un hologramaríe agazapado tras las pantallas perman

te conectadas. Pero quizás, ensimismadtes, airados, como el viejo Goya, también mente bulle un silencio ensordecedor.



ÍNDICE



INTRODUCCIÓN ..........................................

HACIA UNA CRÍTICA DE LA RAZÓN DIGITCONOCIMIENTO A PRIORI , EMPÍRICO Y VIRTUAL..ESPACIO. CIBERESPACIO .................................TIEMPO ........................................................FENÓMENO Y NOÚMENO. R EALIDAD VIRTUAL ...

EL SUJETO .....................................................COMUNIDAD ..................................................FINAL............................................................

FENOMENOLOGÍA DE LA AUSENCIA .........

EL IMPERIO DEL VACÍO ...................................DUALISMO/MONISMO .....................................



TÍTULOS PUBLICADOS EN ESTA COLEC

1. AYALA, FRANCISCOUn caballero granadino y otros relatos

2. SANCHIS GUARNER, MANUELLes barraques valencianes

3. NIEVA, FRANCISCO

Las aventuras de Tirante el Blanco

4. BUERO VALLEJO, ANTONIOEl futuro del teatro y otros ensayos

5. LAFUENTE FERRARI, ENRIQUEVelázquez o la salvación de la circunstan

8. SIRERA, RODOLFEl veneno del teatro



El veneno del teatro

9. FERRERES, RAFAELMoratín en Valencia

10. RANCH FUSTER, EDUARDOPío Baroja en Valencia, pequeños estudbarojianos

11. GARCIA DE ENTERRÍA, EDUARDODe Fray Luis a Luis Rosales (escritos lite

12. SILES, JAIMEMayáns o el fracaso de la inteligencia

13. DE LA CALLE, ROMÁN

John Dewey, experiencia estética & expcrítica

14. SANTONJA, GONZALOA la lumbre del día: notas y reflexiones

lengua y la literatura de los sefardíes

15. DE LA CALLE, ROMÁN

17. CASARES, NILOLa restauración del significado. Arte otra



La restauración del significado. Arte otra

18. HUERTA, RICARDApaga-la!

19. HERRÁEZ, MIGUEL

Julio Cortázar, una vida de exiliado

20. PEIRÓ, JOSÉ VICENTELas músicas de Cortázar

21. CARBONELL SÁNCHEZ, MARÍALas mujeres del Quijote y otros escritos

22. CUÉLLAR, CARLOS A.El Prerrafaelismo

23. LAÍNEZ, JOSEP CARLESAquí la noche tiene nombre de Valeria

24. GERP, BERTOMEULa porta del Paradís

(edició, introducció i notes Júlia Benavei Josep Teodoro)

Rodríguez Magda, Rosa M.-Razón digital y vacío

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