Rosanvallon y La HCP

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Rosanvallon y la Historia conceptual de lo político 1 Fuente: Rosanvallon, P. (2003) Por una historia conceptual de lo político. FCE: Buenos Aires I. Introducción El texto constituye la lección inaugural de Rosanvallon en su ingreso al College de France. La cátedra que se inaugura junto con su ingreso es la de “Historia moderna y contemporánea de lo político”. Podríamos reformular, entonces, la disciplina que cultiva Rosanvallon como una “historia conceptual, moderna y contemporánea, de lo políticoEl interés de Rosanvallon está puesto en aprehender lo político en la modernidad y en la etapa contemporánea. II. ¿Qué es lo político ? Lo político, para Rosanvallon, remite a la instancia de institución de la comunidad. Es el trabajo de instituir esa comunidad (“elaboración de reglas explícitas o implícitas de lo participable y lo compartible”) y a la vez un marco último y fundacional de sentido de la vida en común (de los discursos y acciones de los hombres). (p. 16) Lo político se diferencia de los diferentes subsistemas de acción (el económico, el social, el cultura, la política). La política es un subsistema de acción más, vinculado a la acción gubernamental, la competencia partidaria, etc (p. 20). Lo político es, en cambio, un nivel globalizante que proporciona un “marco interpretativo más amplio” que hace inteligibles los diferentes subsistemas de acción y la articulación de los mismos. (p. 17) 1 Este resumen busca subsanar, en cierta forma, el escaso tiempo que se le pudo dedicar al análisis del texto de Rosanvallon en la clase práctica del viernes 11 de abril. De ninguna manera puede reemplazar la lectura completa de la fuente ni el conocimiento de lo que haya dicho sobre el tema en las clases teóricas.

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Rosanvallon y La HCP

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Rosanvallon y la Historia conceptual de lo poltico

Fuente: Rosanvallon, P. (2003) Por una historia conceptual de lo poltico. FCE: Buenos Aires

I. IntroduccinEl texto constituye la leccin inaugural de Rosanvallon en su ingreso al College de France.

La ctedra que se inaugura junto con su ingreso es la de Historia moderna y contempornea de lo poltico. Podramos reformular, entonces, la disciplina que cultiva Rosanvallon como una historia conceptual, moderna y contempornea, de lo poltico El inters de Rosanvallon est puesto en aprehender lo poltico en la modernidad y en la etapa contempornea.II. Qu es lo poltico?

Lo poltico, para Rosanvallon, remite a la instancia de institucin de la comunidad. Es el trabajo de instituir esa comunidad (elaboracin de reglas explcitas o implcitas de lo participable y lo compartible) y a la vez un marco ltimo y fundacional de sentido de la vida en comn (de los discursos y acciones de los hombres). (p. 16)Lo poltico se diferencia de los diferentes subsistemas de accin (el econmico, el social, el cultura, la poltica). La poltica es un subsistema de accin ms, vinculado a la accin gubernamental, la competencia partidaria, etc (p. 20). Lo poltico es, en cambio, un nivel globalizante que proporciona un marco interpretativo ms amplio que hace inteligibles los diferentes subsistemas de accin y la articulacin de los mismos. (p. 17) Segn Rosanvallon es siempre a la cuestin clave de lo poltico que vuelven nuestras inquietudes actuales. (p. 19)III. Por qu lo poltico se aprehende a travs de conceptos? o Por qu Rosanvallon se refiere a lo poltico como un orden simblico (p. 16)?

Rosanvallon afirma que hablar de lo poltico es hablar del poder y de la ley, del Esatdo y de la nacin, de la igualdad y la justicia, de la identidad y de la diferencia, de la ciudadana y de la civilidad, en suma, de todo aquello que constituye a la polis (p. 20). Es decir lo poltico remite a aquellos conceptos polticos fundamentales que articulan la comunidad (la polis) y le otorgan sentido. Estos conceptos son siempre antinmicos, problemticos, abiertos. Esto los hace indefinibles y, por eso, histricamente cambiantes en cuanto a su significado. Los conceptos, lejos de sealar modelos ideales, constituyen ndices de problemas.Lo poltico es, por lo tanto, una instancia antinmica, problemtica, inestable y cambiante.

IV. Por qu lo poltico slo se puede conocer a travs de un enfoque historico?

Rosanvallon afirma que las antinomias constitutivas de lo poltico se revelan nicamente en el transcurso de la historia (p. 43) y, en consonancia con ello, que los conceptos polticos (democracia, igualdad, libertad) slo se comprenden en el trabajo de su puesta a prueba y de sus intentos de elucidacin (p. 45). Por eso, las contradicciones y ambigedades que subyacen a lo poltico slo se pueden aprehender a travs de un enfoque histrico (p. 24). Slo rehaciendo la genealoga de las problemticas polticas contemporneas, stas se vuelven inteligibles (p. 25).El objeto de la HCP finalmente no es otro que el de seguir el hilo de las experiencias y de los tanteos, de los conflictos y de las controversias a travs de los cuales la polis ha buscado encontrar su forma legtima.La polis necesariamente va buscando encontrar su forma legtima definitiva, as como los conceptos en torno a los cuales se articula invitan a buscar su definicin verdadera. Pero la forma legtima definitiva de la pols y la definicin verdadera de los conceptos resultan inalcanzables por su propia naturaleza aportica. Entre la necesidad de verdad y la imposibilidad de alcanzarla se abren los conceptos polticos y la polis a la historicidad.V. La Democracia

El concepto de democracia es para Rosanvallon el indispensable principio organizador de todo orden poltico moderno (p. 21)

Al igual que el resto de los conceptos polticos, la democracia posee un sentido flotante, se resiste a una categorizacin libre de discusiones. (p. 22) Resulta esencialmente indeterminablePor eso, la historia de la democracia no es la de la imposibilidad prctica por alcanzar un modelo ideal no problemtico en s mismo (con el que todos acuerdan) sino la de las disputas y divergencias en torno a su definicin. Si fuera de otra manera, la historia de la democracia sera la de una experiencia fracasada o la de una utopa traicionada. (p. 21)VI. Las aporas de la modernidad poltica

Hay una serie de equvocos y tensiones que estructuran desde su origen la modernidad poltica (p. 23). Recomendacin: ver las cuatro aporas (equivoco del sujeto de la soberana, indeterminacin de la sede de la soberana, incertidumbre de los fundamentos de la soberana, inasibilidad de los modos de actualizacin de la soberana) segn la sistematizacin ofrecida por el profesor Palti en las clases tericas.VII. La HCP y otras ciencias sociales

Rosanvallon distingue la HCP de cinco ciencias sociales de las que se nutre pero de las que a la vez se diferencia, situndose en su ngulo muerto (p. 32).

La historia de la poltica reconstruye cronolgicamente los acontecimientos, analiza el funcionamiento de las instituciones, interpreta los resultados de las elecciones, etc. La HCP incorpora estos aportes, puesto que la poltica es aquello que permite y limita en la prctica la realizacin de lo poltico (es una pantalla y un medio). No se puede aprehender lo poltico slo a travs de las deliberaciones racionales y las reflexiones filosficas elevadas (del cielo apacible de las ideas); es necesario buscarlo tambin a travs de las contingencias ordinarias, de las pasiones y de los intereses. Pero tampoco se puede, por ejemplo, comprender la inestabilidad estructural de un rgimen a partir de sucesos que ocurren en la zona visible de la escena, como pueden ser las crisis ministeriales (p 29-31) La HCP apunta a poner al descubierto aquello que subyace a las causas manifiestas de las crisis. La historia social pone el acento en la interpretacin de los conflictos de poder y de la oposicin de intereses. Vncula posiciones dentro del campo poltico con variables culturales, econmicas y sociales que afectan a los sujetos. Pero Este enfoque deja afuera una parte de la realidad.

Ejemplo: historia del sufragio universal: la historia social reconstruir el conflicto entre el pueblo (impaciente) y las elites (temerosas), ente lo alto y lo bajo. Pero en este caso la historia no est nicamente atravesada por lo alto y lo bajo de la sociedad, sino que est igualmente estructurada por una tensin subyacente en el concepto mismo de sufragio poltico, el sufragio como smbolo de la inclusin social (y que por lo tanto exige su universalizacin) y el sufragio como forma de gobierno de la sociedad (que plantea la pregunta entre nmero y razn, entre derecho y capacidad). Estos puntos ciegos son los que la HCP busca reconstruir (p. 32- 35).

La sociologa se propone desenmascarar a la poltica, poner de manifiesto los mecanismos reales que la estructuran ms all de las doctrinas explicitas y del funcionamiento visible de las instituciones. Pero, otra vez, este enfoque deja escapar cosas.

Ejemplo: el funcionamiento real del gobierno representativo: la sociologa va develar los modos de confiscacin del poder y las formas de manipulacin que se desarrollan a la sombra del mecanismo representativo. Pero no se ocupar de comprender el ncleo del problema de la representacin, la dificultad de figuracin de la democracia. La poltica moderna confa el poder al pueblo, pero al mismo tiempo convierte lo social en abstracto al buscar asegurar la igualdad de tratamiento para instituir un espacio comn entre hombres y mujeres. La abstraccin es una condicin necesaria de la integracin social (al contrario de la sociedad tradicional donde eran las diferencias concretas las que constituan el factor de insercin). Hay una contradiccin entonces entre el principio poltico de la democracia que consagra el poder de un sujeto colectivo y su principio sociolgico que tiende a disolver su consistencia y reducir su visibilidad (p. 35-39).

La HCP difiere tambin de la teora poltica: la caracterstica de estas obras (las de Rawls y Habermas, por ejemplo) es que son esencialmente normativas. Dicen en lo que debera consistir una deliberacin racional, lo que habra que entender por soberana del pueblo, cules deberan serlos criterios universales de justicia y desconocen la esencia aportica de lo poltico. La teora poltica formaliza la realidad tomando distancia de las furias y los sonidos del mundo; trata de resolver un enigma imponindole una normatividad. Para hacerlo, tiene que identificar ciertas normas y procedimientos que son contingentes y arbitrarios como los nicos racionales, naturales. La HCP, en cambio, parte de las antinomias constitutivas de lo poltico (p. 40-44).La historia de las ideas y de las doctrinas y la HCP se interesan por las mismas obras fundamentales. Pero para la HCP no las toma como teoras autnomas sino como elementos (casos testigo) de un imaginario social ms global. En esta perspectiva, las representaciones y las ideas estructuran y constituyen la experiencia social por eso no pueden ser comprendidas de manera autnoma o consideradas dentro del crculo cerrado de sus relaciones. Se trata de tener en cuenta las representaciones que orientan la accin y delimitan el campo de lo pensable y el marco de las controversias y los conflictos. Por eso, a diferencia de las historia de las ideas, la HCP no puede limitarse a las grandes obras (aunque a stas se las pueda considerar grandes momentos que cristalizan las preguntas que se plantea una poca y las respuestas que se da). La HCP incorpora respecto de la historia de las de Ideas un conjunto ms amplio de elementos que componen una cultura poltica: el modo de lectura de los grandes textos, la recepcin de las obras literarias, el anlisis de la prensa y de los movimientos de opinin, los panfletos, los discursos de circunstanica, los ritos, las imgenes, las canciones, etc. Pensar lo poltico y trazar la historia de las representaciones de la vida en comn se superponen. Es en el entrelazamiento entre las prcticas y las representaciones que se debe aprehender lo poltico (45-48). [Recordar que no existen prcticas sociales y polticas que no estn atravesadas por lo simblico, pero que a su vez, lo simblico no existe en estado puro, sino que siempre se encuentra inscripto en el interior de prcticas] Este resumen busca subsanar, en cierta forma, el escaso tiempo que se le pudo dedicar al anlisis del texto de Rosanvallon en la clase prctica del viernes 11 de abril. De ninguna manera puede reemplazar la lectura completa de la fuente ni el conocimiento de lo que haya dicho sobre el tema en las clases tericas.