Sagrada familia

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Como está escrito en la Ley del Señor : Todo primer hijo varón será consagrado al Señor . Fueron pues, a ofrecer un sacrificio, lo que manda la ley del Señor. Un par de tórtolas o dos pichones de palomas . . .

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Como está escrito en la Ley del Señor :

Todo primer hijovarón será consagrado al Señor . Fueron pues, a ofrecer un sacrificio, lo que manda la ley del Señor. Un par de tórtolas o dos pichones de palomas . . .

En aquel tiempo vivía en Jerusalen un hombre llamado Simeón...

Simeón, hombre justo y piadoso.Movido por el Espíritu Santo vino al Templo.Tomó en brazos al niño Jesus y bendijo a Dios diciendo: «Ahora, Señor, puedes, según tu palabra, dejar que tu siervo se vaya en paz, porque han visto mis ojos tu salvación, la que has preparado a la vista de todos los pueblos, luz para iluminar a los gentiles y gloria de tu pueblo Israel.»

Su padre y su madre estaban admirados de lo que se decía de él. Simeón les bendijo y dijo a María, su madre: «Éste está puesto para caída y elevación de muchos en Israel, y para ser señal de contradicción –¡y a ti misma una espada te atravesará el alma!– a fin de que queden al descubierto las intenciones de muchos corazones.»

María y José manifiestan su propósito de obedecer fielmente a la voluntad de Dios, rechazando toda forma de privilegio. Su peregrinación al templo de Jerusalén asume el significado de una consagración a Dios, en el lugar de su presencia. María, obligada por su pobreza a ofrecer tórtolas o pichones, entrega en realidad al verdadero Cordero que deberá redimir a la humanidad....

José, después del regreso de Egipto, tomó la decisión de establecer la morada de la Sagrada Familia en Nazaret .

José era carpintero, ...y...

«Jesús progresaba en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y ante los hombres»

(Lc 2,52).

En María la conciencia de que cumplía una misión que Dios le había encomendado atribuía un significado más alto a su vida diaria. Los sencillos y humildes quehaceres de cada día asumían, a sus ojos, un valor singular, pues los vivía como servicio a la misión de Cristo.

El ejemplo de María ilumina y estimula la experiencia de tantas mujeres que realizan sus labores diarias exclusivamente entre las paredes del hogar. Se trata de un trabajo humilde, oculto, repetitivo que, a menudo, no se aprecia bastante. Con todo, los muchos años que vivió María en la casa de Nazaret revelan sus enormes potencialidades de amor auténtico y, por consiguiente, de salvación. En efecto, la sencillez de la vida de tantas amas de casa, que consideran como misión de servicio y de amor, encierra un valor extraordinario a los ojos del Señor.

José, designado para proteger el misterio de la filiación divina de Jesús y la maternidad virginal de María, cumplía su papel, de forma consciente, en silencio y en obediencia a la voluntad divina. ¡Qué escuela, qué misterio!

Durante los treinta años de su permanencia en Nazaret, Jesús no revela sus cualidades sobrenaturales y no realiza gestos prodigiosos.

Dirigiendo la mirada a Nazaret y contemplando el misterio de la vida oculta de Jesús somos invitados a meditar una vez más en el misterio de nuestra vida misma que, como recuerda Pablo, «está oculta con Cristo en Dios» (Col 3,3).

Cuando el día de Navidad, vayamos en espíritu a Belén, al lugar donde el Verbo se hizo carne. ( Jn 1, 14), Tendremos ante los ojos de nuestra fe el misterio de Dios encarnado por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación. Efectivamente esa noche, en la que María Virgen, esposa, ante Dios y ante los hombres de José, carpintero de Nazaret, trajo al mundo por obra del Espíritu Santo a Jesús, se manifestó esta Familia, a la cual la Iglesia venera con toda razón.

La familia de por sí es sagrada, porque sagrada es la vida humana. La sociedad del mañana será lo que sea hoy la familia.

"El año nuevo es un período de grandes cambios, de nuevos comienzos y antiguosfinales. Es un tiempo de reflexión. El día de Año Nuevo, está asociadocon el Nacimiento y vida de Jesús. Es una buena ocasión para darle la bienvenida a lo nuevo, en pensamiento, palabra y obras. Dios infundió en nuestros corazones el Espíritu de su Hijo, que clama a Dios llamándolo" ¡Abba!, ¡Papá! Así, ya no eres más esclavo, sino hijo, y por lo tanto, heredero por la gracia de Dios. Jesús es el Amor, rico en compasión y perdon.