Salmo 91

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SALMO 91 (90) ORACIÓN DE PROTECCION Oración del creyente que repite su certeza: Dios protege al que confía en él. "A mis ovejas les doy la vida eterna; nadie las arrancará de la mano de mi padre" 1 Tú que habitas al amparo del Altísimo, a la sombra del Todopoderoso, 2 dile al Señor: mi amparo, mi refugio en ti, mi Dios, yo pongo mi confianza. 3 El te libra del lazo del cazador que busca destruirte; 4 te cubre con sus alas y será su plumaje tu refugio. 5 No temerás los miedos de la noche ni la flecha disparada de día. 6 ni la peste que avanza en las tinieblas ni la plaga que azota a pleno sol. 7 aunque caigan mil hombres a tu lado y diez mil a tu diestra, tú permaneces fuera de peligro; su lealtad te escuda y te protege. 8 Basta que tengas tus ojos abiertos y verás el castigo del impío 9 tú que dices: "Mi amparo es el Señor" y que haces del Altísimo tu asilo. 10 No podrá la desgracia dominarte ni la plaga acercarse a tu morada, 11 pues ha dado a sus ángeles la orden de protegerte en todos tus caminos 12 En sus manos te habrán de sostener para que no tropiece tu pie en alguna piedra; 13 andarás sobre víboras y leones y pisarás cachorros y dragones. 14 "Pues a mí se acogió, lo libraré, lo protegeré, pues mi Nombre conoció. 15 Me llamará, yo le responderé y estaré con él en la desgracia. 16 Lo salvaré y lo enalteceré. Lo saciaré de días numerosos Y haré que pueda ver mi salvación". SALMO nº 91

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SALMO 91 (90)ORACIÓN DE PROTECCION

Oración del creyente que repite su certeza: Dios protege al que confía en él. "A mis ovejas les doy la vida eterna; nadie las arrancará de la mano de mi padre"

1 Tú que habitas al amparo del Altísimo,a la sombra del Todopoderoso,2 dile al Señor: mi amparo, mi refugioen ti, mi Dios, yo pongo mi confianza. 3 El te libra del lazodel cazador que busca destruirte;4 te cubre con sus alasy será su plumaje tu refugio.5 No temerás los miedos de la nocheni la flecha disparada de día. 6 ni la peste que avanza en las tinieblasni la plaga que azota a pleno sol.7 aunque caigan mil hombres a tu ladoy diez mil a tu diestra, tú permaneces fuera de peligro;su lealtad te escuda y te protege.8 Basta que tengas tus ojos abiertosy verás el castigo del impío9 tú que dices: "Mi amparo es el Señor"y que haces del Altísimo tu asilo.10 No podrá la desgracia dominarteni la plaga acercarse a tu morada,11 pues ha dado a sus ángeles la orden de protegerte en todos tus caminos 12 En sus manos te habrán de sostenerpara que no tropiecetu pie en alguna piedra;13 andarás sobre víboras y leonesy pisarás cachorros y dragones.14 "Pues a mí se acogió, lo libraré,lo protegeré, pues mi Nombre conoció.15 Me llamará, yo le responderéy estaré con él en la desgracia.16 Lo salvaré y lo enalteceré.Lo saciaré de días numerosos Y haré que pueda ver mi salvación".

SALMO nº 91

Tú que habitas al amparo del Altísimo, que vives a la sombra del Omnipotente, di al Señor: <<Refugio mío, alcázar mío, Dios mío, confío en ti>>.

El te librará de la red del cazador, de la peste funesta.

Te cubrirá con sus plumas, bajo sus alas te refugiarás, su brazo es escudo y armadura.

No temerás el espanto nocturno, ni la flecha que vuela de día, ni la peste que se desliza en las tinieblas, ni la epidemia que desbasta a mediodía.

Caerán a tu izquierda mil, diez mil a tu derecha: a ti no te alcanzará.

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Nada más mirar con tus ojos, veras la paga de los malvados, porque hiciste del Señor tu refugio, tomaste al Altísimo por defensa.

No se te acercará la desgracia, ni la plaga llegará hasta tu tienda, porque a los ángeles ha dado órdenes para que te guarden en tus caminos; te llevarán en las palmas, para que tu pie no tropiece en la piedra; caminarás sobre áspides y víboras, pisotearás leones y dragones.

<< Se puso junto a mí: lo liberaré; lo protegeré porque conoce mi nombre, me invocará y lo escucharé.

Con él estaré en la tribulación, lo defenderé, lo glorificaré; lo saciaré de largos días, y le haré ver mi salvación>>.

SALMO nº 143

Señor, escucha mi oración, tú que eres fiel, atiende mi súplica; tú que eres justo, escúchame.

No llames a juicio a tu siervo, pues ningún hombre vivo es inocente frente a ti.

El enemigo me persigue a muerte, empuja mi vida al sepulcro, me confina a las tinieblas como a los muertos ya olvidados.

Mi aliento desfallece, mi corazón dentro de mí está yerto.

Recuerdo los tiempos antiguos, medito todas tus acciones, considero las obras de tus manos y extiendo mis brazos hacia ti: Tengo sed de ti como tierra reseca.

Escúchame en seguida, Señor, que me falta el aliento.

No me escondas tu rostro, igual que a los que bajan a la fosa.

En la mañana hazme escuchar tu gracia, ya que confío en ti.

Indícame el camino que he de seguir, pues levanto mi alma a ti.

Líbrame del enemigo, Señor, que me refugio en ti.

Enséñame a cumplir tu voluntad, ya que tú eres mi Dios.

Tu espíritu, que es bueno, me guíe por tierra llana.

Por tu nombre, Señor, consérvame vivo, por tu clemencia, sácame de la angustia; por tu gracia, destruye a mis enemigos, aniquila a todos los que me acosan, que siervo tuyo soy.

Salmo 91 Oración de la noche. - Oración del creyente que repite su certeza: Dios protege al que confía en él. "A mis ovejas les doy la vida eterna; nadie las arrancará de la mano de mi padre" Tú que habitas al amparo del Altísimo, a la sombra del Todopoderoso. Dile al Señor: mi amparo, mi refugio en ti, mi Dios, yo pongo mi confianza. El te libra del lazo del cazador que busca destruirte; te cubre con sus alas y será su plumaje tu refugio.

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No temerás los miedos de la noche ni la flecha disparada de día, ni la peste que avanza en las tinieblas ni la plaga que azota a pleno sol.

Aunque caigan mil hombres a tu lado y diez mil a tu diestra, tú permaneces fuera de peligro; su lealtad te escuda y te protege.

Basta que tengas tus ojos abiertos y verás el castigo del impío tú que dices: « Mi amparo es el Señor » y que haces del Altísimo tu asilo.

No podrá la desgracia dominarte ni la plaga acercarse a tu morada: pues ha dado a sus ángeles la orden de protegerte en todos tus caminos.

En sus manos te habrán de sostener para que no tropiece tu pie en alguna piedra; andarás sobre víboras y leones y pisarás cachorros y dragones.

«Pues a mí se acogió, lo libraré, lo protegeré, pues mi nombre conoció. Me llamará, yo le responderé y estaré con él en la desgracia. Lo salvaré y lo enalteceré. Lo saciaré de días numerosos y haré que pueda ver mi salvación»