Saludos hermanos y amigos en San Pedro:

Se cumple éste año de Dios 2009, 10 años desde que un grupo de amigos impulsados por el entonces párroco D. Federico Cortés se constituyó como asociación religiosa cuyo fin era la veneración a su San-to Patrón. Cinco años después e impulsado por nuestro director espiritual actual D. Leandro Carrasco nos constituimos como hermandad erigida canónicamente por el Obispo Emerito Don Antonio Dorado Soto.

Nuestro orígenes no se remontan a éstas recientes fechas, la hermandad posee un documento que dice así:

“Inventario general de todos los efectos pertenecientes al Santo Patrón de que hace entrega la Administración del Excmo. Sr. D. Manuel Gutiérrez de la Concha, mar-qués del Duero, a D. Fernando Rosado y de Guzmán, como Mayordomo de la Co-fradía de San Pedro Alcántara.”19 de octubre de 1870Firmado el 4 de octubre de 1871 por Angel Mª. Chacón (1) y Fernando Rosado.Se especifican objetos pertenecientes a la iglesia y sus donantes, entre estos los colonos, la administración, el marqués del Duero, su hija, y la parroquia de Mar-bella.Archivo del marqués del Duero (Jerez de la Frontera). Legajo 184.

Ya ha querido Dios, que la devoción por nuestro Santo Patrón, siga tanto años pese a los avatares de la vida.Por tanto, nos tenemos que felicitar por venerar tantos años a uno de los pilares de la Iglesia moderna como es San Pedro de Alcántara.Con ésta publicación queremos rendirle culto en primer lugar a nuestro Santo Patrón y en segundo a nuestro pueblo que tanto nos cautiva. No queremos una revista pretensiosa sino que sea testimonio desde el punto de vista de hermandad de lo que es el seguimiento a un titular de la iglesia.Nadie es perfecto, y por tanto no pretendemos que nuestras acciones lo sean más, pero estamos conven-cidos que con el apoyo de ustedes y de nuestros hermanos (530), podamos seguir publicando año tras año los acontecimientos del día a día de nuestra hermandad.Desde aquí le quiero dar mi agradecimiento a los que han colaborado en la publicación, a Don Jose Luis Casado Bellagarza, profesor e historiador por estar siempre ahí cuando lo necesitamos, y a Don Lean-dro Carrasco por animarlos a hacerlo y a la institución que nos financia. Esto es un reto, por tanto es de todos, espero dirigirme a ustedes el próximo años con un proyecto aún más ambicioso, y espero que nos aporten ideas y artículos para engrandecer aún más a nuestro pueblo.

Viva San Pedro de Alcántara, Viva nuestro Patrón.Jorge Chacón, un hermano en San Pedro.

EDITORIAL

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Era el año del Señor de 1499 cuando en la Extremadura Alta, en la villa de Alcántara, nacía del gobernador don Pe-dro Garabito y de la noble señora doña María Villela de Sa-nabria un varón cuya vida había de ser un continuo milagro y un mensaje espiritual de Dios a los hombres, porque no iba a ser otra cosa sino una potente encarnación del espíritu en cuanto ello lo sufre la humana naturaleza. Ocurrió cuan-do España entera vibraba hasta la entraña por la fuerza del movimiento contrarreformista. Era el tiempo de los grandes reyes, de los grandes teólogos, de los grandes santos. En el cielo de la Iglesia española y universal fulgían con luz propia Ignacio, Teresa, Francisco de Borja, Juan de la Cruz, Francisco Solano, Javier... Entre ellos el Santo de Alcántara había de brillar con potentísima e indiscutible luz.Había de ser santo franciscano. La liturgia de los francisca-nos, en su fiesta, nos dice que, si bien «el Seráfico Padre es-taba ya muerto, parecía como si en realidad estuviese vivo, por cuanto nos dejó copia de sí en Pedro, al cual constituyó defensor de su casa y caminó por todas las vías de su padre, sin declinar a la derecha ni hacia la izquierda».Nuestro Santo fue audaz, decidido y avanzado. Su signifi-cación es, por tanto, doble: es reformador de la Orden y, a través de ella, de la Iglesia universal.San Francisco entendió la santidad como una identificación perfecta con Cristo crucificado y trazó un camino para ir a Él. El itinerario comienza por una intuición del Verbo encar-nado que muere en cruz por amor nues-tro, moviendo al hombre a penitencia de sus culpas y arrastrándole a una estrecha imitación. Así introduce al alma en una total pobreza y renuncia de este mundo, en el que vivirá sin apego a criatura algu-na, como extranjera y peregrina; de aquí la llevará a desear el oprobio y menos-precio de los hombres, será humilde; de aquí, despojada ya de todo obstáculo, a una entrega total al prójimo, en purísima caridad fraterna. Nos encontramos frente a una destacadí-sima personalidad religiosa, en la que no sabemos si admirar más los valores hu-manos fundamentales o los sobrenatura-les añadidos por la gracia. San Pedro fue hombre de mediana estatura, bien pareci-do y proporcionado en todos sus miem-bros, varonilmente gracioso en el rostro, afable y cortés en la conversación, nunca demasiada; de exquisito trato social. Su memoria fue extraordinaria, llegando a

dominar toda la Biblia; ingenio agudo; inteligencia despe-jadísima y una voluntad férrea ante la cual no existían los imposibles y que hermanaba perfectamente con una extre-ma sensibilidad y ternura hacia los dolores del prójimo. Es de considerar cómo, a pesar de su extrema dureza, atraía de manera irresistible a las almas y las empujaba por donde quería, sin que nadie pudiese escapar a su influencia. Cuan-do la penitencia le hubo consumido hasta secarle las carnes, en forma de parecer –según testimonio de quienes le tra-taron– un esqueleto recién salido del sepulcro; cuando la mortificación le impedía mirar a nadie cara a cara, emanaba de él, no obstante, una dulzura, una fuerza interior tal, que inmediatamente se imponía a quien le trataba, subyugándo-le y conduciéndole a placer.Sus padres cuidaron esmeradamente de su formación in-telectual. Estudió gramática en Alcántara y debía de tener once o doce años cuando marchó a Salamanca. Allí cursó la filosofía y comenzó el derecho. A los quince años había ya hecho el primero de leyes. Tornó a su villa natal en vaca-ciones, y entonces coincidieron las dudas sobre la elección de estado con un período de tentaciones intensas. Un día el joven vio pasar ante su puerta unos franciscanos descalzos y marchó tras ellos, escapándose de casa apenas si cumplidos los dieciséis años y tomando el hábito en el convento de los Majarretes, junto a Valencia de Alcántara, en la raya portu-guesa, año de 1515.Fray Juan de Guadalupe había fundado en 1494 una reforma de la Orden conocida comúnmente con el nombre de la de los descalzos. Esta reforma pasó tiempos angustiosos, com-batida por todas partes, autorizada y suprimida varias veces por los Papas, hasta que logró estabilizarse en 1515 con el nombre de Custodia de Extremadura y más tarde provincia descalza de San Gabriel. Exactamente el año en que San

DIRECTORIO FRANCISCANO

SANTORAL FRANCISCANO19 de octubre

San Pedro de Alcántara (1499-1562)

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Pedro tomó el santo hábito.La vida franciscana de éste fue precedida por larga prepa-ración. Desde luego que nos enfrentamos con un individuo extraordinario. De él puede decirse con exactitud que Dios le poseyó desde el principio de sus vías. A los siete años de edad era ya su oración continua y extática; su modestia, sin par. En Salamanca daba su comida de limosna, servía a los enfermos, y era tal la modestia de su continente que, cuando los estudiantes resbalaban en conversaciones no limpias y le veían llegar, se decían: «El de Alcántara viene, mudemos de plática».Claro está que solamente la entrada en religión, y precisa-mente en los descalzos, podía permitir que la acción del es-píritu se explayase en su alma. Cuando San Pedro, después de haber pasado milagrosamente el río Tiétar, llamó a la puerta del convento de los Majarretes, encontró allí hom-bres verdaderamente santos, probados en mil tribulaciones por la observancia de su ideal altísimo, pero pronto les supe-ró a todos. En él estaba manifiestamente el dedo de Dios.Apenas entrado en el noviciado se entregó absolutamente a la acción de la divina gracia. Fue nuestro Santo ardiente amador y su vida se polarizó en torno a Dios, con exclusión de cualquier cosa que pudiese estorbarlo. El misterio de la Santísima Trinidad, donde Dios se revela viviente y fecun-do; la encarnación del Verbo y la pasión de Cristo; la Virgen concebida sin mancha de pecado original, eran misterios que atraían con fuerza irresistible sus impulsos interiores. Ya desde el principio más bien pareció ángel que hombre, pues vivía en continua oración. Dios le arrebataba de tal forma que muchas veces durante toda su vida se le vio ele-varse en el aire sobre los más altos árboles, permanecer sin sentido, atravesar los ríos andando sin darse cuenta por en-cima de sus aguas, absorto en el ininterrumpido coloquio interior. Como consecuencia que parece natural, ya desde el principio se manifestó hombre totalmente muerto al mundo y al uso de los sentidos. Nunca miró a nadie a la cara. Sólo conocía a los que le trataban por la voz; ignoraba los techos de las casas donde vivía, la situación de las habitaciones, los árboles del huerto. A veces caminaba muchas horas con los ojos completamente cerrados y tomaba a tientas la pobre refacción.Gustaba tener huertecillos en los conventos donde poder salir en las noches a contemplar el cielo estrellado, y la con-templación de las criaturas fue siempre para su alma escala conductora a Dios.Como es lógico, esta invasión divina respondía a la gene-rosidad con que San Pedro se abrazara a la pobreza real y a la cruz de una increíble mortificación. Esta fue tanta que ha pasado a calificarle como portento, y de los más raros, en la Iglesia de Cristo. Ciertamente parece de carácter milagroso y no se explica sin una especial intervención divina.Si en la mortificación de la vista había llegado, cual declaró a Santa Teresa, al extremo de que igual le diera ver que no ver, tener los ojos cerrados que abiertos, es casi increíble el que durante cuarenta años sólo durmiera hora y media cada día, y eso sentado en el suelo, acurrucado en la pequeña celda donde no cabía estirado ni de pie, y apoyada la cabeza en un madero. Comía, de tres en tres días solamente, pan negro y duro, hierbas amargas y rara vez legumbres nau-seabundas, de rodillas; en ocasiones pasaba seis u ocho días sin probar alimento, sin que nadie pudiese evitarlo, pues, si querían regalarle de forma que no lo pudiese huir, eran

luego sus penitencias tan duras que preferían no dar ocasión a ellas y le dejaban en paz.Llevó muchísimos años un cilicio de hoja de lata a modo de armadura con puntas vueltas hacia la carne. El aspecto de su cuerpo, para quienes le vieron desnudo, era fantástico: tenía piel y huesos solamente; el cilicio descubría en algunas par-tes el hueso y lo restante de la piel era azotado sin piedad dos veces por día, hasta sangrar y supurar en úlceras horren-das que no había modo de curar, cayéndole muchas veces la sangre hasta los pies. Se cubría con el sayal más remendado que encontraba; llevaba unos paños menores que, con el sa-yal, constituían asperísimo cilicio. El hábito era estrecho y en invierno le acompañaba un manto que no llegaba a cubrir las rodillas. Como solamente tenía uno, veíase obligado a desnudarse para lavarlo, a escondidas, y tornaba a ponérse-lo, muchas veces helado, apenas lo terminaba de lavar y se había escurrido un tanto. Cuando no podía estar en la celda por el rigor del frío solía calentarse poniéndose desnudo en la corriente helada que iba de la puerta a la ventana abiertas; luego las cerraba poco a poco, y, finalmente, se ponía el há-bito y amonestaba al hermano asno para que no se quejase con tanto regalo y no le impidiese la oración.Su aspecto exterior era impresionante, de forma que predi-caba solamente con él: la cara esquelética; los ojos de fulgor intensísimo, capaces de descubrir los secretos más íntimos del corazón, siempre bajos y cerrados; la cabeza quemada por el sol y el hielo, llena de ampollas y de golpes que se daba por no mirar cuando pasaba por puertas bajas, de for-ma que a menudo le iba escurriendo la sangre por la faz; los pies siempre descalzos, partidos y llagados por no ver dónde los asentaba y no cuidarse de las zarzas y piedras de los caminos. San Pedro era víctima del amor de Dios más ardiente y su cuerpo no había florecido en cinco llagas como San Francis-co, sino que se había convertido en una sola, pura, inmensa. Su vida entera fue una continua crucifixión, llenando en esta inmolación de amor por las almas las exigencias más entra-ñables del ideal franciscano.No es de extrañar, claro está, que su vista no repeliese. Jun-taba al durísimo aspecto externo una suavidad tal, un pro-fundo sentido de humana ternura y comprensión hacia el prójimo, una afabilidad, cortesía de modales y un tal ardor de caridad fraterna, que atraía irresistiblemente a los demás, de cualquier clase y condición que fuesen. Es que el Santo era todo fuerza de amor y potencia de espíritu. Aborrecía los cumplimientos, pero era cuidadoso de las formas sociales y cultivaba intensamente la amistad. Tuvo íntima relación con los grandes santos de su época: San Francisco de Bor-ja, quien llamaba «su paraíso» al convento de El Pedroso donde el Santo comenzó su reforma; el beato Juan de Ribe-ra, Santa Teresa de Jesús, a quien ayudó eficazmente en la reforma carmelitana y a cuyo espíritu dio aprobación defi-nitiva. Acudieron a él reyes, obispos y grandes. Carlos V y su hija Juana le solicitaron como confesor, negándose a ello por humildad y por desagradarle el género de vida consi-guiente. Los reyes de Portugal fueron muy devotos suyos y le ayudaron muchas veces en sus trabajos. A todos imponía su espíritu noble y ardiente, su conocimiento del mundo y de las almas, su caridad no fingida.Secuela de todo esto fue la eficacia de su intenso apostola-do. San Pedro de Alcántara es un auténtico santo francisca-no y su vida lo menos parecido posible a la de un cenobita.

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Como vivía para Dios completamente no le hacía el menor daño el contacto con el mundo. A pesar de ello le asalta-ron con frecuencia graves tentaciones de impureza, que re-mediaba en forma simple y eficaz: azotarse hasta derramar sangre, sumergirse en estanques de agua helada, revolcarse entre zarzas y espinas. Desde los veinticinco años, en que por obediencia le hacen superior, estuvo constantemente en viajes apostólicos. Su predicación era sencilla, evangélica, más de ejemplo que de palabra. En el confesonario pasaba horas incontables y poseía el don de mover los corazones más empedernidos. Fue extraordinario como director espi-ritual, ya que penetraba el interior de las almas con seguro tino y prudencia exquisita: así fue solicitado en consejo por toda clase de hombres y mujeres, lo mismo gente sencilla de pueblo que nobles y reyes; igual teólogos y predicadores que monjas simples y vulgo ignorante. Amó a los niños y era amado por ellos, llegando a instalar en El Pedroso una escuelita donde enseñarles. Predicó constantemente la paz y la procuró eficazmente entre los hombres.Dios confirmó todo esto con abundancia de milagros: in-númeras veces pasó los ríos a pie enjuto; dio de comer pro-digiosamente a los religiosos necesitados; curó enfermos; profetizó; plantó su báculo en tierra y se desarrolló en una higuera que aún hoy se conserva; atravesó tempestades sin que la lluvia calara sus vestidos, y en una de nieve ésta le respetó hasta el punto de formar a su alrededor una especie de tienda blanca. Y sobre todas estas cosas el auténtico mi-lagro de su penitencia.Aún, sin embargo, nos falta conocer el aspecto más original

del Santo: su espíritu reformador. No solamente ayuda mu-cho a Santa Teresa para implantar la reforma carmelitana; no se contenta con ayudar a un religioso a la fundación de una provincia franciscana reformada en Portugal, sino que él mismo funda con licencia pontificia la provincia de San José, que produjo a la Iglesia mártires, beatos y santos de primera talla. Si bien él mismo había tomado el hábito en una provincia franciscana austerísima, la de San Gabriel, quiso elevar la pobreza y austeridad a una mayor perfec-ción, mediante leyes a propósito y, sobre todo, deseó ex-tender por todo el mundo el genuino espíritu franciscano que llevaba en las venas, cosa que, por azares históricos, estaba prohibido a la dicha provincia de San Gabriel, que sólo podía mantener un limitado número de conventos. Con muchas contradicciones dio comienzo a su obra en 1556, en el convento de El Pedroso, y pronto la vio extendida a Gali-cia, Castilla, Valencia; más tarde China, Filipinas, América. Los alcantarinos eran proverbio de santidad entre el pueblo y los doctos por su vida maravillosamente penitentes. Dice un biógrafo que vivían en sus conventos –diminutos, des-provistos de toda comodidad– una vida que más bien tenía visos de muerte. Cocinaban una vez por semana, y aquel po-taje se hacía insufrible al mejor estómago. Sus celdas pare-cían sepulcros. La oración era sin límites, igual que las peni-tencias corporales. Y si bien es cierto que las constituciones dadas por el Santo son muy moderadas en cuanto a esto, sin exigir mucho más allá que las demás reformas franciscanas conocidas, no se puede dudar que su poderosísimo espíritu dejó en sus seguidores una imborrable huella y un deseo extremo de imitación. Y es sorprendente el genuino espíritu franciscano que les comunicó, ya que tal penitencia no les distanciaba del pueblo, antes los unía más a él. Construían los conventos junto a pueblos y ciudades, mezclándose con la gente a través del desempeño del ministerio sacerdotal, en la ayuda a los párrocos, enseñanza a los niños; siempre afables y corteses, penitentes y profundamente humanos.El 18 de octubre de 1562 murió en el convento de Arenas.La Santa de Avila vio volar su alma al cielo y la oyó gozarse de la gloria ganada con su excelsa penitencia. El Santo mo-ría en paz. Dejaba una obra hecha: una escuela de santos, un colegio de almas intercesoras y víctimas por las culpas del mundo. Sus penitencias llegaron a parecer a algunos «lo-curas y temeridades de hombre desesperado»; las gentes le tuvieron muchas veces por loco al ver los extremos a que le llevaba su vida de contemplación. Sólo que, como muy gen-tilmente aclaró a sus monjas Santa Teresa, aquellas locuras del bendito fray Pedro eran precisamente locuras de amor. Cuando Cristo ama intensamente a un alma no descansa hasta clavarla consigo en la cruz. Cuando un alma ama a Cristo no desea sino compartir con Él los mismos dolores, oprobios y menosprecios. La vocación franciscana es, re-cordémoslo, una vocación de amor crucificado y San Pedro supo vivirla con plenitud. Su penitencia venía condicionada por su papel corredentivo en la Iglesia de Dios y, si no a to-dos es dado imitarla materialmente, sí es exigido amar como él amó y desprenderse por amor, y al menos en espíritu, de las cosas temporales, abrazándose a la cruz.

Este articulo es un homenaje a quien lo escribió Don Pedro de Alcántara Martínez

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Leandro José Carrasco Bootello (Padre Leandro) Es sin duda unos de los personajes relevantes de San Pe-dro Alcántara.Nacido en el pueblo malagueño de Álora el 7 de Julio de 1971, fue ordenado sacerdote el siete de Septiembre de 1996. Desde ese año hasta 2001 en la Axarquía ma-lagueña será párroco de Santa Ana (Benamocarra) y de San Gregorio VII (Iznate). También fue vicario parro-quial del Sagrado Corazón de Jesús (Almayate) y San José (Cajiz)

Tras sus primeros años en diferentes parroquias de la Axarquía llega a San Pedro Alcántara el día 2 de Sep-tiembre de 2001 poniéndose a cargo desde este día de nuestra parroquia, San Pedro de Alcántara.

ALCÁZAR: ¿Cuándo te diste cuenta que querías ser sacerdote? Me refiero a la llamada espiritual, ese algo que te indica el camino….

LEANDRO: La llamada a ser sa-cerdote es algo que se siente progre-sivamente. No te levantas un día y dices “quiero ser cura”. Mis raices vienen de una fami-lia religiosa. Mis padres son cristianos practicantes y me han inculcado desde pequeño la fe y el amor a Jesucris-to. Participé desde los doce años en convivencias que se organizaban para niños en el Seminario de Málaga. Allí recibí una buena formación. Eramos mas de 100 niños. (Seminario Menor externo) La decisión de entrar en el Seminario fue con 18 años; Dios me tenía preparado un camino para ir forjando mi amistad con Él. Hice muy buenos amigos en el Seminario y estuve en varias experiencias pastorales. (Residencia de ancianos, grupos de jóvenes en parroquias, psiquiátrico, monitor de niños del seminario menor…) Poco a poco fui des-cubriendo que como sacerdote podía hacer mucho bien y sentirme realizado como persona humana y como cristia-no. Así es que casi sin darme cuenta tenía 25 años y sabía que la alegría que recibía del Señor por este camino no la iba a encontrar por otro. Me siento vocacionado y llama por Dios a ser sacerdote por y para el pueblo, a pesar de mis debilidades, caidas y pecados que son muchos.

ALCÁZAR: ¿En qué condiciones encontraste la fe del pueblo de San Pedro?

LEANDRO: Llegué a san Pedro de Alcántara el 2 de Septiembre de 2001. No olvidaré aquella tarde de aquel caluroso verano. La Iglesia estaba que no se cabía; eran muchos los que me acogieron y dos autobuses llenos de gente me acompañaron desde los pueblos donde había sido párroco durante los últimos 5 años.Me encontré con una parroquia muy organizada con mu-chas actividades, grupos y una feligresía muy acogedora.La gran laguna pastoral es la juventud. Hay muchos jóve-nes que tienen otros valores muy distintos a los del evan-gelio. Hay muchas ofertas que hacen que Dios quede

LEANDRO CARRASCO

NUESTRO CURA

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apartado o arrinconado. La fe es un camino que Dios nos ofrece para ir creciendo y madurando en la amistad con Jesucristo. La pena es que hay mucha gente con valores buenos que no descubren al Señor en sus vidas y tienen una visión muy equivocada de lo que es ser cristiano y de lo que es vivir y pertenecer a la familia de la Iglesia.

ALCÁZAR: ¿Cómo es un día normal para un sacer-dote?

LEANDRO: La verdad es que todos los días son distin-tos porque son muchas las cosas por hacer. Llevo casi tre-ce años de sacerdote y no he tenido un día igual a otro. Intento poner alegría en todas las actividades y confiar plenamente que todo lo que hago es obra de Dios; yo sólo soy un simple instrumento puesto en sus manos.Me suelo levantar temprano, rezar, hacer deporte y asear-me. Cada día son distintas las actividades de la maña-na (residencia de ancianos, hospital, oficina, bancos, preparar la predicación dominical, reuniones con otros sacerdotes, papeleos en el obispado de Málaga…); por las tardes me encontrarás casi siempre en la parroquia porque me hago presente en todas las actividades parro-quiales, que son muchas (catequesis de niños, de jóvenes, de adultos, caritas, grupo de oración, la Eucaristía diaria, cursillos con parejas de novios, visitas a enfermos y per-sonas mayores, charlas formativas, atención a personas en mi despacho, etc…)Termino siempre muy tarde y cansado, pero siempre dan-do gracias a Dios y pidiendo perdón al Señor para que me llene de su misericordia.

ALCÁZAR: ¿A qué dedicas el tiempo libre ¿ ( Si es que se tiene)

LEANDRO: Tiempo libre hay poco, pero me gusta de-dicar un tiempo por las mañanas que puedo a correr por el paseo marítimo de San Pedro, disfruto siempre que puedo visitando amigos y cuando puedo, pasear y patear por el campo.

ALCÁZAR: ¿Cómo es tu relación con la hermandad del Santo Patrón?

LEANDRO: Con la hermandad he tenido siempre buena relación, tenemos nuestras charlas formativas y hay gen-te que colabora mucho con la Parroquia. De todas formas siempre quedan cosas por hacer. Todos sabemos que una hermandad no se puede dedicar a sacar un trono el día del patrón. Son muchas mas cosas y la pena es que hay mu-chos jóvenes que solo se limitan a sacar el santo y hasta el año que viene.

ALCÁZAR: ¿Te resulta difícil tu ministerio? (Supon-go que los sacerdotes tienen una misión, “cuidar el rebaño”… me refiero a las dificultades concretas de nuestro pueblo)

LEANDRO: El ministerio no es difícil. Lo difícil somos las personas. Cierto es que cuesta muchas veces guiar un rebaño como pastor. Yo intento predicar con el ejemplo y estar siempre a la cabeza. El secreto de la felicidad está en saber amar y amar a todos y para ello todos tendremos que crecer en la capacidad para perdonar y saber pedir perdón.

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Corrian los comienzos de la década de los setenta (ya uno se va hacien-do mayor) cuando visite junto a mis padres por primera vez este pueblo,

donde vivian unos tios ya fallecidos. Fué un 19 de Octubre y por lo engalanado de las calles de este pequeño pueblo y la ves-timenta de sus habitantes, los hombres la mayoría vestían traje y las seño-ras sus mejores galas nos hicimos idea de que sería un día festivo. Pronto sa-limos de dudas ya que ha-cia mediodia comenzaron los sones de la banda de música que provenían de la plaza de la iglesia. Preguntamos a unas per-sonas y amablemente nos informaron que era la feria y que iba a salir la procesión del Patrón San Pedro de Alcántara. Esperamos viendo como cada vez se concentraba mas gente en la plaza de la iglesia. Vimos salir a San Pedro en un humilde trono portado por pocas personas, en una procesión sencilla, pero a la vez cargada de sentimientos donde se palpaba la de-voción de los sampedreños hacia su Patrón. Llama la atención la imagen de ese hombre delgado con hábito franciscano la primera vez que lo ves. Yo, que no contaba mas de diez u once años de edad, después de esa primera impresión, vinieron a mi cabeza algunos pensamientos, el que recuer-

do con mas fuerza fué el preguntarme a mi mismo como era posible que hubiese llegado a ser Santo alguien que vestía el mismo hábito que los frailes del instituto de mi Estepa natal donde cursaba mis estudios ¡con lo severos que eran¡, cosas de crios Con el paso de los años cuando conocí la vida de

San Francisco esa duda se disipó. Por avatares de la vida el día 28.01.73 , me vine a vivir, junto a mis padres Rafael Alanís (q.e.p.d.) y Maria del Carmen Cañete,a quienes dedico estas letras porque se que sintieron lo mismo, que yo, a esta bendita tierra, habiéndo tenido ocasión posteriormente de cono-cer la vida y obra de San Pedro, lo que ha hecho que los sentimientos que tuve la primera vez que lo vi fueran mas firmes y que

la fé que le profeso siga intacta desde entonces. Finalmente sería injusto no reconocer la buena acogida que nos dispensaron en este Pueblo, bajo su patrocinio.

Viva San Pedro.

Articulo escrito por Antonio Alanis Cañete, her-mano de San Pedro de Alcántara

ACERCAMIENTO A UN PUEBLO

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Málaga, Semana Santa del año 81, como cualquier otra aquel martes Santo saldría

de su casa Hermandad, Nuestro Padre Jesús del Rescate y María Santísima de Gracia. No tendría nada de especial si aquella tarde no fuese la pri-mera vez que un grupo de cinco amigos del ba-rrio de Jardín de la Abadía, José, Marco, Diego, Emilio y Manolo todos ellos ataviados con trajes de chaquetas ( prestados o parcheados), fuesen a realizar su primera salida procesional.

Aquel primer día lo recuerdo

como si fuese ayer, la ubicación, bajo el manto de María Santísima, una tem-peratura primaveral y unas ganas de di-vertirme y pasármelo bien, algo descomu-nal. Los primeros pa-sos fueron inseguros íbamos asustados por no meter la pata con miedo y preocupa-ción , pero en el de-venir de la noche con esas idas y venidas en los distintos bares del recorrido aque-llo se convirtió en un desmadre. Nuestras amigas iban y venían

a vernos, cada uno de nosotros era el que más hin-caba el hombro y se oía por ahí decir “por ahí tiene que haber un niñato tangao, si no esto no pesaría tanto”, ninguno de esos amigos tenía aún los 17 años.

Con el paso de los años esas tardes de Martes Santo se convirtieron en salidas procesiona-

les vividas con mucha pasión y fervor, y aunque esos años no pasaron factura a la amistad de estos cinco chavales, si mermó la constancia de alguno

de ellos, siendo hoy por hoy el único que queda de ese grupo de amigos, que to-davía busca durante la Semana Santa la excusa de unirnos, si nuestras responsabi-lidades y la distancia lo permite, y comen-tar muchas de aque-llas gloriosas tardes de amistad, bajo el olor a incienso y aza-har.

No he tenido más remedio

que comentar mis comienzos como cofrade, por que los llevo muy presente y me marcaron y me marcan cada salida

UNA VIDA DEHERMANDADES

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que hago cada Semana Santa en Málaga, pero si me lo permitís, nada comparable a la explosión de adrenalina que sentí el primer día como mayordo-mo de Trono de nuestro Santo Patrón San Pedro de Alcántara. En los meses previos a nuestro día grande, se produjo la marcha y abandono de la persona que había hecho siempre de mayordomo de trono, por lo que debíamos elegir a alguien para que lo sustituyese, el Hermano Mayor por aquellos días, Paco López, me comentó en los preliminares de la reunión que debía ser yo, ya que tenía experiencia como portador desde hacía muchos años. Créanme que lo deseaba, pero la responsabilidad me originaba muchas dudas y miedos, y cuando él hizo la propuesta a la Junta Directiva que fue aceptada por unanimidad, el pá-nico se apoderó de mí.

Las preguntas bombardeaban mi cabeza, ¿Seré capaz?, ¿Saldrá bien?, ¿Habrá algún

problema?, cuanto más se acercaba la fecha más nervioso me ponía, quería tenerlo todo contro-lado, que los varales estuviesen señalizados, la tornillería controlada y guardada en su caja, las herramientas en su sitio, la campana limpia, en fin todo perfecto.

Yo siempre había visto a San Pedro en el Altar Mayor y a distancia, ese año, tuve la

oportunidad, mientras lo subíamos a su trono y lo preparábamos colocándole las manos su libro y la paloma, de abrazarlo y pedirle al oído algu-nos favores, la respuesta fue instantánea y aunque oía desde arriba las ordenes que el resto me hacía desde abajo, en ese momento supe que todo sal-dría bien, porque San Pedro me trasmitió fuerza, coraje y mucha Paz.

Llegó el gran día y cuando la Santa Misa lle-gaba a su fin y todas las dudas y temores

se volvieron a agolpar en mi cabeza, volví a re-cordar aquellos momentos de recogimiento que tuve con nuestro Santo Patrón y eso me hizo re-cuperar la calma y la tranquilidad. La salida fue espectacular, el Himno Nacional sonaba de forma ensordecedora, todos vitoreaban a nuestro Patrón y los golpes de campana elevaron a San Pedro hasta estamparlo contra el cielo azul. El recorri-do inmejorable, gracias al trabajo y esfuerzo de nuestros hermanos, tanto en la organización del protocolo como en la ejecución de la procesión, IMPECABLES. Fue un recorrido bonito, alegre, los portadores disfrutaban y el gentío acompaña-ba de forma tumultuosa a San Pedro como hacía años que no veía. Se me pasó todo muy rápido y en el encierro llegamos a vivir momentos mucho más intensos si cabe, que en la salida procesio-nal.

Aquel día marco mi vida, el balance no po-día ser más positivo, dos martillos rotos y

felicitaciones por doquier para todos los que or-ganizamos la procesión y para los miembros de la Hermandad.

Desde aquí quiero aprovechar la oportunidad que me da esta publicación para agradecer

públicamente a nuestro Santo Patrón San Pedro de Alcántara, el haber podido formar parte de esta Hermandad y de conocer y ahondar en la amistad de Sampedreños de bien como son todos y cada uno de los miembros de su Junta Directiva.

PAZ Y BIEN

Fdo. MANUEL OSORIO LOZANO

HERMANO EN SAN PEDRO

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C U R I O S

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I D A D E S

Una hermandad viajera

2006 - Escultura de San Pedro

2006 - Nuestro Ex-Hermano Mayor recogiendo un recuerdo del representante municipal delAyuntamiento de Arenas de San Pedro

2006 - Viaje a Arenas de San Pedro

2007 - Viaje a Jerez

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2006 - Viaje a Arenasdel grupo

2007- Foto del grupoen la Palmosa

2008 - Viaje a Madriden el Senado conociendola figura delMarqués del Duero

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11 DE JUNIO DE 2009.

Hemos dormido poco, pensando en las sensaciones que podemos experimentar durante nuestra peregrinación. Des-pués, durante el trayecto en tren hacemos amistad con nues-tra vecina de asiento, que nos ayuda a no perdernos en el cambio de estación en Madrid, y de la cual nos despedimos, diciéndonos que trabaja en Marbella y que intentara venir para nuestras fiestas patronales.

En León, primera parada de nuestro viaje, hacemos amistad con Wenceslao, que nos invita por su admiración a los pere-grinos. Visitamos la Catedral y admirar sus impresionantes vidrieras. Transbordo con destino a Ponferrada y una vez allí nos dirigimos a San Nicolás de Flue, para sellar por primera vez nuestra Credencial.

Observamos con curiosidad a otros caminantes, que arras-tran sus pies, y nos miramos, pidiendo que no lleguemos a esos extremos.

12 DE JUNIO DE 2009.

PONFERRADA – VILLAFRANCA DEL BIERZO.- 22,350 Km.

A las siete hemos empezado a caminar, nos quedan por de-lante 202,200 km. El “Camino” abandona las poblaciones y se adentra entre cultivos de vid, cerezas y arboleda. Co-nocemos a Juan José, palentino, que nos indica la parada en la Hospedería de “La Moncloa de San Lázaro”, en la ciudad de Cacabelos, donde la dependienta Yoli, una mujer simpática donde las haya, nos invita a un vaso de vino y a un trozo de empanada berciana, gratis para los peregrinos de buena voluntad. Visitamos la parroquia de Nuestra Se-ñora de la Plaza, una oración y seguimos nuestra vereda. Finalmente llegamos a Villafranca del Bierzo, tras cinco horas de subidas y bajadas, constantes en el Camino, entre campos y bosques. Lo primero que vemos es la Iglesia de Santiago, con su Puerta del Perdón, idéntica a la que se ve en los billetes de10 euros.

Llegamos a nuestro hospedaje y tras la ducha y hacer la colada, comemos el típico menú del peregrino.

Todos somos amigos, todos nos saludamos al pasar, entra-mos en Iglesias, nos sentamos y rezamos alguna pequeña oración, por todos nuestros seres queridos.

Visitamos a continuación la Iglesia de San Francisco, y ha-blamos con su sacristán, que pertenece a la Hermandad del mismo nombre, franciscanos como nosotros.

13 DE JUNIO DE 2009.

VILLAFRANCA DEL BIERZO – O’CEBREIRO.- 29,850 Km.

Antes de nada, quiero que sepáis nuestra rutina diaria. A las 06.00 horas ha sonado nuestro despertador, nos aseamos y seguidamente cuidamos y preparamos nuestros pies, que son los que nos tienen que llevar a todas partes, lo untamos de vaselina, entre los dedos, el empeine y los talones, se-guidamente nos ponemos un par de calcetines bien limpios y secos, hay que cuidarse del sol, así que nos ponemos un protector solar. Al salir a la calle, unos estiramientos para que nuestros músculos estén calientes para el esfuerzo, y ya a caminar, con pequeñas paradas cada hora y media o dos horas. Comemos algo, un bocadillo, una madalena, bebe-mos zumos o agua, y otra vez al Camino. Al llegar, nuestra ducha, un poco de crema de saltratos en los pies, la colada de la ropa del día, el merecido “menú del peregrino”, un poco de siesta, y después nuestro afeitado y de un pequeño refrigerio, de regreso a la cama. No podemos ducharnos por la mañana, ya que con el agua la piel se reblandece y pue-den salir ampollas, algo temido por los caminantes.

La ascensión a O’cebreiro, subiendo de 400 a 1300 metros de altitud, ha sido dura, pero al llegar sabemos que ha me-recido la pena, ya que la sensación de superar el esfuerzo es indescriptible. No podéis imaginar lo largo que se hace un kilometro y medio, casi una hora de un paso tras otro, y al final un buen caldo gallego, que ya hemos entrado en Ga-

DIARIO DE UN CAMINO

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licia, y un descanso en nuestra cama antes de nada.

Pero lo que no podéis imagi-nar es la sensación de visitar la Iglesia de Santa María la Real, un autentico remanso de paz, y frescor, con sus leyendas sobre el Santo Grial, por lo que al entrar solo he podido sentar-me en sus bancos de madera, y orar por mis hermanos en San Pedro y por nuestro querido Padre Leandro. Me he sentido muy a gusto, creo que es una de las mejores sensaciones que puedo tener en este viaje, y espero que nos ayude a seguir con esta gran experiencia espiritual.

Hoy hemos coincidido varias veces con unos jóvenes sim-páticos y variopintos, son: Paco, de Sevilla, Rubén de Ma-drid y José “Josete” de Lérida, y en O’cebreiro con el ma-trimonio formado por María Ángeles y José, de Córdoba y que hacen el camino en bicicleta. Otra demostración de las cosas del Camino, se forman compañías de gentes de cual-quier ideología o formas de vivir.

14 DE JUNIO DE 2009.

O’CEBREIRO - TRIACASTELA.- 21,700 Km.

Subida al Alto del Poio (1340 metros de altitud), por un camino de piedras y tierra, pienso que la subida más dura que tendremos, en ella nos encontramos un señor de avan-zada edad, sufriendo lo indecible, le acompañamos un rato, pero nos dice que ha cogido una pájara de ciclista y que sigamos a nuestro ritmo. Al final del puerto, hay un bar co-queto, donde desayunamos, y cuando menos lo esperamos, aparece nuestro amigo, cansado pero feliz de haberlo con-seguido. Tras recorrer los últimos tramos entre castaños, por corredeiras locales, con pendientes muy pronunciadas, y que te hacen caminar sin prisas y con cuidado, para evitar una posible torcedura que te deje sin Camino, finalizamos la etapa en Triacastela tras seis horas, llegando a nuestro destino cansados pero feli-ces. La reconfortante ducha y a conocer la aldea, impor-tante es su Iglesia de Santia-go, que como la mayoría de ellas, lleva anexo el peque-ño cementerio. Al entrar en ella, solo hay una joven pe-regrina, por lo que el recogi-miento es absoluto, oramos un rato por todos los necesi-tados, desempleados y des-amparados de nuestro mun-do. Almorzamos con José y María Ángeles, buena gente, de buena voluntad, como to-

das las que nos encontramos, bueno casi todas, que también hay impresentables entre los peregrinos, otro día si merece la pena os hablare de ellos.

Al ser domingo, hay celebra-ción de misa de peregrinos, ofrecida por el Padre Augusto, el cual nos da una ceremonia muy simpática, cantada en va-rios idiomas y con grandes do-sis del típico humor gallego.

15 DE JUNIO DE 2009.

TRIACASTELA - SARRIA.-24,500 Km.

Nuestro querido Manolo Osorio, nos recomendó visitar la Abadía de Samos, y por eso hemos tomado el rumbo hasta esta ciudad. Por un camino muy agradable, en plena so-ledad, solo nos hemos cruzado con una peregrina france-sa en todo el viaje, rodeado de castaños, bajo una neblina que nos mojaba, sin molestar, nos topamos de frente con el Monasterio. Esperamos a su apertura y nos atiende Fray Agustín, el cual nos aparta del resto y nos pide que le en-viemos una garrafa de vino de Competa, y así lo haremos, después de sellar nuestra credencial, la obligada visita a la Abadía, guiada por Fray Benito, que nos cuenta que lleva en él desde el año 1934, imaginad la edad que tenía cuando llego aquí.

Con la humedad, nuestras ropas no se secan y por tanto te-nemos que buscar una lavandería, aprovechando para lavar todas nuestras cosas, y mientras paseamos por la ciudad, nos topamos con dos paisanos, Paco y Maribel, que acaban de llegar de San Pedro Alcántara, para iniciar mañana su peregrinaje. Quien iba a decirnos que a tantos kilómetros, nos encontraríamos con vecinos de nuestra tierra.

Volvemos a coincidir con gente del camino, ya que en nues-tro hotel se hospedan también dos matrimonios de Getxo, que conocimos de pasada en Triacastela, y con dos herma-nos madrileños con sus respectivas esposas y que nos reco-

mendaros el restaurante del hotel.

Visito la Iglesia de Santa Marina, y dedico mis ora-ciones por todos los enfer-mos, que tengan una pronta recuperación, y un recuerdo muy especial para Miguel y su esposa Carmen.

Intentaremos dormirnos pronto, pues el cansancio se va haciendo notar, y los kilómetros van cayendo en nuestras alforjas.

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16 DE JUNIO DE 2009.

SARRIA - PORTOMARIN.-22,750 Km.

Algo ha cambiado, nos damos cuenta que la cantidad de gente que camina hoy es superior a la de estos días atrás. Sarria es la última salida para conseguir la Compostela, que es el diploma acreditativo de haber realizado cien kilóme-tros a pie.

Antes de salir una pequeña oración por nuestros padres y por los padres de nuestros hermanos, para que nunca se en-cuentren solos, sin ayuda, sin un brazo u hombro donde apoyarse, para que la juventud se dé cuenta que todos lle-vamos un anciano encima.

El recorrido tras El Ponte Áspero es una subida dura como ella sola. Pero las sensaciones de paz, de sentirte bien, de olvidarnos del trabajo, del teléfono, de los problemas de la rutina, hacen que el Camino te haga estar en contacto con ese Alguien Especial, que está en el cielo. Caminar en el

silencio de la arboleda, es una unión simbólica con nues-tro Señor. Y esta indescriptible sensación se hace dueña de tus silencios y de tu espiritualidad, obligándote a repasar tu vida desde otro punto de vista, que no podías imaginar. El solo hecho de andar, sin la molesta cobertura, sin prisas, te hace sentirte libre, de ser tu solo, de intentar poner tu alma y tu cabeza en su sitio, de pensar en ser mejor persona, con tus gentes, tus amigos, tu familia, y aprovechar la poca Na-turaleza que nos va quedando.

Seguimos fuertes e incluso noto que las piernas están menos cansadas, nuestro cuerpo es sabio y se acostumbra rápido para lo que fue hecho en el principio, caminar. Debo expli-caros la unión y las ganas de seguir cada día, y cada uno con sus creencias, sean religiosas, deportivas o turísticas.

Por supuesto cualquier excusa es una ocasión para hacer amigos, el pedir que te hagan una fotografía de grupo, un saludo, preguntar de dónde vienes, es suficiente para enta-blar una conversación y conocer gente nueva que unes a tu círculo de amigos, eso es lo que ha pasado durante la sobre-

mesa, ya que tomamos contacto con un grupo de irlandeses católicos, ya entrados en edad y por supuesto grandes bebe-dores de cervezas, así como de Ludi, Begoña, Enrique y Ja-vier, los matrimonios vascos que conocimos en Triacastela y Sarria, y que comparten con nosotros los típicos chistes de sobremesa, las risas de los jóvenes que nos acompañan y por supuesto el típico orujo de la tierra.

17 DE JUNIO DE 2009.

PORTOMARIN – PALAS DE REI.- 24,300 Km.

Pasamos por Ligonde, que tiene cuatro casas, pero donde se hospedaron Carlos V, y nuestro futuro Rey Felipe II, y lo más curioso es que tiene una fuente de peregrinos, que no tiene agua, allí sellar nuestra credencial, y un pequeño refrigerio para poder continuar.

Continuamos subiendo y bajando entre pinos y por gran cantidad de camino asfaltado, que hacen que junto al ca-lor de estos días, tus pies parezcan que se cuecen dentro

de tus zapatos y cuando la cosa se pone algo dura, el siguiente que te adelanta, te ayuda con un poco de charla y hace que el siguiente kilometro sea más corto, así ha pasado hoy, Bernardo y su esposa nos han acompañado los últimos metros y entre charlas con otras gentes las distan-cias son menores. Os cuento un secreto, esta familia hace el Camino, sin interés de conseguir la Compostela, por ello al-gunos trozos los adelantan en taxis, y ese es el motivo que fueran tan agiles a final de la etapa. Pero a nosotros nos ha veni-do muy bien.

Palas de Rei, es una ciudad pequeña, y lo más importante es la Iglesia de San Tirso, que tiene un arco románico en su altar, en ella dedicamos nuestro esfuerzo de hoy a los pequeños del mundo, que no padezcan hambre, ni tengan que vivir

en guerras, ni falta de cultura.

De regreso a la pensión, y durante la cena hemos conocido a José y su hija María, maños de Zaragoza, que realizan la peregrinación en honor de María Carmen, su esposa y ma-dre, para que tenga una pronta recuperación. Son conocido como el loco del carrito, porque llevan sus mochilas en una especie de carrito, de construcción propia y manual, que el arrastra por la cintura, lo que en algunos casos, sobre todo en las bajadas, se hacer muy duro de manejar. Nos cuentan que él se acaba de quedar en paro, por un E.R.E. , después de 40 años trabajando en su empresa, que ha cerrado. Tanto Paco como yo, le hemos dados algunos consejos para su futuro, ya que tiene 57 años, y debe prever su próxima jubi-lación, como veis la buena fe te sale por los poros de la piel, siempre quieres ayudar a los demás.

Al despedirnos antes de dormir, la dueña nos ha dado un beso, porque dice que somos gentes muy agradecidas, son las cosas que hacen sentirte bien a pesar del cansancio.

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Llamamos a nuestro Hermano Mayor, ya que sabemos que hoy hay reunión en la Casa Hermandad, les enviamos un fuerte abrazo vía teléfono y escuchamos la algarabía que se forma, tenemos ganas de poder abrazarlos a todos y contar-les las sensaciones que vamos experimentando.

18 DE JUNIO DE 2009.

Etapa PALAS DE REI - ARZUA.- 29,550 Km.

Dejamos atrás la provincia de Lugo, para entrar en La Co-ruña, ya se ven más hórreos y cruzamos varios puentes his-tóricos a lo largo del camino. Al llegar a Melide (donde mucha gente finaliza su etapa) y por recomendación de Ma-nolo Osorio, hemos hecho una parada para comer el típico pulpo a feira , en donde dicen se come el mejor del mundo, la Pulpería Ezequiel, un local antiguo de 50 años de apertu-ra, lo que dicen es cierto, que pulpo, y aunque penséis que estamos locos por comerlo a la diez de la mañana, el local estaba a rebozar de peregrinos. Nos ha sentado a gloria, pues te repone de todas las cuestas que tenemos que subir y bajar diariamente.

Caminando por la arboleda, hemos hablado con nuestro querido párroco Leandro, que nos ha transmitido su aliento para seguir con nuestro proyecto, intentaremos no defrau-darle.

Nos paramos a almorzar ya que estamos sin fuerzas, inclu-so antes de llegar a nuestro alojamiento, que al parecer está en las afueras de la ciudad. Se unen nuestros amigos cor-dobeses y maños para el refrigerio, donde no importa ni el sudor de nuestro cuerpo para tener una pequeña sobremesa y departir de nuestras experiencias y problemas.

Nos acercamos al final y mis pensamientos van entre la nostalgia de los míos, a los que hecho de menos y necesito mucho, como al perder de vista a tanta gente buena, con las que charlas durante el bocadillo, hoy una chica ucraniana que viene desde Francia, y los conocidos que adelantas y después te pasan, comentando las vicisitudes diarias.

Tengo un recuerdo especial, ya que nos habrían ayudado mucho en la etapa de hoy, a nuestros queridos amigos de caminata, Paco Soto, Julio y Pepe Moreno, un fuerte abrazo con nuestro cariño.

19 DE JUNIO DE 2009.

ARZUA - RUA.- 20,300 Km.

Esto se va acabando, después de hoy solo nos quedaran 19 kilómetros y aunque sea arrastrándonos mañana llegaremos a nuestro destino. Si salimos pronto mañana podremos estar en Santiago a mediodía.

Lo único que nos falta en estos últimos momentos, es el silencio, ya que se han unido mucha gente joven a partir de Sarria, y al ir en grupo esto hace que griten, vayan arro-jando basura y corren para adelantarte y así poder tener las plazas gratis en los albergues, por todo esto se perdió el recogimiento para poder meditar, e incluso la solidaridad y las buenas maneras que existía antes. No saben lo que se pierden, el silencio del bosque es un sonido maravilloso, por eso nosotros silenciamos los móviles para no romper-lo.

Nos quedamos en un bonito hotel en medio del camino, rodeado de pinos, de ahí su nombre, también se hospedan con nosotros Ludi, Begoña, Javier y Enrique, los dos matri-monios jubilados vascos, que hoy se han pegado una buena paliza desde Melide, nos buscan para tomar un aperitivo, son una gente majísima, simpáticos a más no poder, y que están encantados con nosotros. Da igual de donde es uno, el Camino hace que todos seamos iguales, sin importar el lugar de dónde vienes, ni la clase social que tienes.

20 DE JUNIO DE 2009.

RUA – SANTIAGO DE COMPOSTELA. - 19,800 Km.

Nos preparamos para nuestra última etapa, beso la imagen de nuestro Patrón, y le pido fuerza para terminar esta pere-grinación, que nos libre de una fatal torcedura que nos ha-ría abandonar. Iniciamos la marcha temprano, con nuestras mochilas a la espalda, pues Paco quiera llegar con ella a la Catedral, aunque le recomendaron que no la portase, pero la fe mueve montañas y no existe el dolor en algunos casos. Bien por él. Intentamos llegar pronto para escuchar misa de doce, cosa que al final no pudo ser. Un momento cumbre es llegar al Monte do Gozo, ya que desde allí, se puede ver

nuestro destino, y hace que vuelvas a tener fuerzas si la habías perdido antes de llegar aquí, debido a la ascensión

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de los dos montes que hemos subido. Entro en la Ermita de San Marcos, y le doy gracias a nuestro Señor, el Apóstol nos espera a cinco kilómetros de distancia. La bajada es dura y sofocante por el calor, caminamos entre barrios nue-vos y polígonos, hasta que entramos en el casco antiguo, y llegamos a las puertas de la Catedral. Paco y yo nos abraza-mos y nos felicitamos mutuamente. Lástima que hayamos llegado tarde, pues ya ha comenzado la eucaristía, y para no molestar salimos nuevamente y nos vamos a sellar nuestra credencial del Peregrino, por última vez, con el logo de la Catedral. Con que orgullo ponemos nuestro nombre en la larga lista de persona y recibimos la Compostela. Allí nos volvemos a encontrar con María y José, nos abrazamos y lloramos juntos, por la alegría de volvernos a ver y de haber concluido nuestra misión.

Volvemos a entrar en la Catedral, y ya tranquilos y descan-sados, oramos por los nuestros, y claro las lágrimas vuelven a surgir de nuestros ojos una vez más.

Después al salir empezamos a encontrarnos con nuestros compañeros de camino, un abrazo y una enhorabuena, de-seándonos un feliz regreso, también ayudamos de José a encontrar hotel, hablo con el nuestro y me dan el mismo precio, seguiremos juntos un poco más de tiempo.

Por la tarde, volvemos a ver al Apóstol, y le damos el pre-ceptivo abrazo rogando por alguien, el mío es para la pron-ta recuperación de María José, Cristóbal, Baltasar y María Carmen, que aunque no conozco personalmente, tiene que ser excepcional, solo por tener un esposo y una hija como los suyos, y un recuerdo para todos nuestros seres queri-dos.

Para acabar el día, cumplimos otra tradición, esta no cató-lica, una buena mariscada, con los productos típicos, boga-vantes, vieiras, almejas, cigalas, etc. En fin algo para olvi-dar los malos ratos y recuperar los kilos perdidos. Un paseo de noche por Santiago es muy agradable, así que tras este, unas copas de charla con nuestros amigos antes de volver al hotel.

21 DE JUNIO DE 2009.

A las diez estamos nuevamente en la fila para un último abrazo, tomamos asiento para Misa de Peregrinos, cantada por una Monja con voz angelical, y sacerdotes de varias partes del mundo que han llegado también como peregrinos. Empiezan a nombrar los peregrinos que lo han pedido, y no podéis imaginar el orgullo y la ilusión que nos hace, cuando en plena Catedral, se escucha “ a pie dos peregrinos de San Pe-dro Alcántara”, las lagrimas vuelven otra vez, después de la comunión que he dedi-cado a la memoria de los que ya no están con nosotros y a toda mi familia. Tenemos suerte porque alguien ha ofrendado el in-cienso y el botafumeiro empieza a bailar,

o eso parece, entre las crucetas de la Catedral, algo majes-tuoso.

Después de la Eucaristía, hay una parte triste, vamos des-pidiéndonos de nuestros amigos, que ha compartido este Camino con nosotros. María y José vuelven a Zaragoza, hasta pronto queridos amigos. Saludamos al grupo de Ir-landeses, a nuestros amigos vascos, Rubén, Josete se fue ayer con destino a Finisterre, y ya después de todos y con un hasta mañana a Maribel y Paco, ya que nos volveremos a ver nuestro pueblo.

En fin, en estas páginas hemos querido contar, una serie de experiencias, sensaciones y esfuerzos que en tan pocas palabras y sin ser un especialista, es difícil que pueda llegar a explicar lo que realmente ha sido el Camino de Santiago, por eso os recomiendo que lo mejor es que lo experimentéis en vuestras propias carnes, ya que a cada uno de nosotros, le será diferente la manera de vivirlo y sentirlo, por eso para terminar solo podemos deciros…

QUE TENGAIS…… BUEN CAMINO

Agustín Vázquez y Francisco LópezHermanos en San Pedro de Alcántara y Peregrinos de Santiago

En fin, en estas páginas he querido contar, una serie de experiencias, sensaciones y esfuerzos que en tan pocas palabras y sin ser un especialis-ta, es difícil que pueda llegar a explicar lo que realmente ha sido el Camino de Santiago, por eso os recomiendo que lo mejor es que lo experimen-téis en vuestras propias carnes, ya que a cada uno de nosotros, le será diferente la manera de vivirlo y sentirlo, por eso para terminar solo puedo de-ciros…QUE TENGAIS…… BUEN CAMINO

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Las hermandades tienen que tener como ob-jetivo fundamental y básico, la creciente

formación cristiana de sus miembros en la fé de la Iglesia fomentando el conocimiento de los Santos Evangelios, vivencias de la Palabra de Dios, de las enseñanzas de S.S. el Papa y los Obispos, así como la frecuente recepción de los Sacramentos.

Las hermandades hemos de vivir una for-ma peculiar de verdadera fraternidad que

manifieste al mundo la alegría y testimonie la posibilidad real de vivir amándose: las reunio-nes, cultos, procesiones, actividades, preparati-vos etc., nos ayudan a acercarnos y por tanto a sentirnos más vinculados en la común condición de hermanos. Por eso, todo cuanto se haga por confraternizar con otras hermandades y cofra-días redundará en la profundización de nuestra verdadera hermandad. Uno de los enemigos de este experiencia fraterna es la competitividad in-

RELACIONES CON OTRAS HERMANDADES

sana con otras hermandades. Para ser hermanos no hay que quedar por encima de nadie sino, en todo caso, considerar a los demás mejores que nosotros mismos.

A veces la hermandad ha sido el lugar donde varias personas se han conocido y han esta-

blecido una relación personal sincera y duradera. Pero muchas veces la verdad es que la mayoría de los hermanos somos unos desconocidos entre nosotros.

Desde la Pre-Hermandad de Nuestra Sra. del Rocio de San Pedro Alcántara

un saludo muy afectuoso.

M. Cardeña

CONOCERSE ES LA ÚNICA FORMA DE QUERERSE Y QUERERSE ES LA ÚNICA FORMA DE SER HERMANOS.

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Comentarios alusivos de hermanos veteranosEl paso inexorable del tiempo nos acerca cada año con más celeridad, sobre todo a medida que avanzamos en edad, a la fecha clave en el acontecer de nuestro pueblo : Fiestas en honor de nuestro Santo Pa-trón, San Pedro de Alcántara.

Octubre ya está a la vuelta de la es-quina, son ultimados los preparativos para conmemorar el hecho de la muerte de nues-tro Santo Patrón, en la enfermería de los monjes de la villa de Arenas de San Pedro, Ávila, el 18 de Octu-bre de 1562.

Cumplimos una década de la Aso-ciación Pro-Hermandad del Santo Patrón San Pedro de Alcántara, 19 de Mayo de 1.999.

El 3 de Julio de 2.003 fue erigida canónica-mente nuestra Hermandad.

Se proyecta la organización de actos acordes a la celebración : pregón, triduo, misas, proce-sión.

Preparación de los recibos solicitando aporta-ción de los hermanos, fiestas para recaudar fon-dos, cada vez son mayores los gastos y no hay más remedio que contribuir

para su saldo.

Hacemos llamamiento a los vecinos para que contribuyan inscribiéndose en la Hermandad y a los inscritos que capten nuevos colaboradores.

Este presente año, allá por Febrero, durante la semana blanca, medio centenar de sampedre-ños, participamos en una excursión peregrina-

ción a los lugares que especialmente recuerdan al Santo.

En Alcántara visitamos la iglesia construida sobre el lugar donde estaba la casa en que nació, una de las capillas recuerda el acto; muy cerca , Santa Maria de Almocóvar , con la pila bautismal donde recibió el Sacramento. Separando ambas iglesias una plaza con una estatua del santo del escultor motillano José Navarro Gabaldón.

El segundo lugar, San Pedro de los Majarre-tes, lugar donde profesó en la Orden a los die-ciséis años. Participamos en una emocionante Misa, con interpretación de nuestro himno. El

HERMANOSVETERANOS

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convento está transformado en establecimiento hostelero.

Muy interesante para corroborar el pensa-miento y actuar del Santo, la visita en Pedroso de Acim, del conventito, incluido dentro del con-vento Purísima Concepción del Palancar. Fue fundado por San Pedro para retiro y oración.

Nos faltó el lugar donde murió y están sus restos , Arenas, por haberlo visitado el año ante-rior. En próximas ocasiones quizás pueda hacer-se todo completo.

Inolvidable Cáceres, te retrotrae a la época medieval, a nosotros nos ena-moró el San Pedro de la con-catedral, del escultor Pérez Co-mendador de Hervás ,( Cáceres ).

Recomendamos a los devo-tos del Santo que la realicen en la primera oportunidad.

Llegan las fiestas más po-pulares del año, es magnífico que todos estemos en la igle-sia , plaza, calles ...etc, debe-mos contribuir al esplendor del acontecimiento, colaboraremos para que cada año los actos re-sulten mejores y más lucidos, que los visitantes queden ad-mirados de nuestra insuperable actuación.

El Santo recorre las calles de nuestro pueblo, él que tanto anduvo los caminos de Espa-ña, ahora nos toca a nosotros. Esto se hace posible gracias a la inestimable colaboración de los jóvenes portadores, se nece-sitan sesenta y todos los pues-

tos están cubiertos. En otras épocas , sólo se ne-cesitaban ocho, y era difícil conseguirlo.

Pero recordad, él siempre, durante todo el año, está en lugar preferente de su templo, debemos hacer un esfuerzo y visitarlo a menudo, pues nos está esperando para que le contemos nues-tras cosas, buenas y malas, ya sabéis lo que de él decía Santa Teresa :

“ Todo lo que he pedido en su nombre me ha sido concedido “

José Moreno y Paco Soto, hermanos en San Pe-dro

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Uno de los actos más emotivos y poco conocidos por la gente del pueblo, es el traslado del trono desde la casa her-mandad a la iglesia, por lo general una semana antes del día del Patrón.

El acontecimiento comienza con la llamada a los hermanos portadores, para que el día acordado y a la hora fijada hagan el favor de estar en la casa hermandad para el traslado.

Este, sin duda, es el comienzo de la procesión del día 19 de octubre.

Algunos de los hombres de trono se ven por primera vez

en todo el año ya que vienen de estar fuera por estudios, porque trabajan en otra ciudad o porque simplemente San Pedro se ha hecho tan grande que ya no nos vemos. Ri-sas, nervios, .... ¨donde está la llave inglesa¨, .... otro año más que aparece el de turno y dice .....todavía no le habéis puesto ruedas.... si esto es muy fácil¨ .... a lo que otros le contestan entre risas...... ¨pero si tu nunca te pones debajo para que quieres ruedas¨.... Empezamos a disfrutar. La ca-pota, la capota, tengo diseñado un tema por si llueve que ya verás.

Bajamos los varales y con sumo cuidado lo introducimos bajo trono.

VARAL: Elemento longitudinal de aluminio ó madera,

que soporta el trono, sobre nuestros hombros. Para que los que no lo sepáis, nuestros varales son de aluminio forrados de chapa de madera.

Algunos intentan destapar el trono para que se vea, .......y los más mayores siempre decimos el trono no se ve hasta que nuestro San Pedro de Alcántara no esté encima.

Empiezan los nervios, .... ̈ cuidado con el escalón, el escal..

... pon, he dicho que tengáis cuidado, el primer enfado del gordo. Siempre ese día empieza cabreado y al final riendo como él sólo, sabe hacerlo.

HISTORIA DE UN TRASLADO

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en los que están, en los que nos han dejado, y pensamos...... un año más, ........otro año más. El año que viene que venga la juventud y lo lleve,......... nos embargan los sentimien-tos.

Entre los hombres de trono, amigos, conocidos, hermanos en Cristo y como no pueden faltar Padres e Hijos, siempre los progenitores detrás para que el niño no se haga daño llevan todo el peso sin que les pese.La curva, la curva, ......izquierda, izquierda, ... izquierda derecha izquierda, ......Miguel para los coches, ....... no

hombre, no pares, que aquí estorbamos, ......en el Super-sol.

Llegamos a la iglesia, una paradita, la gente nos mira extra-ños, ..... y esta gente donde va, ¿ y esto que es?. 20 años en el pueblo y no saben que es el trono, ... hay gente ¨pa to¨.

Venga, venga, que me tengo que ir, .... espera hombre, que ahora hay que bajar al Santo.

Siempre los más jóvenes, arriba en el altar donde está nuestro patrón, .......pero hombre, quita primero el paño y los velones, ........ previamente alguien de la iglesia ha quitado el sagrario.

El halo, donde está el halo, nuevo,..... la pluma con cuidado que se puede romper,...... la paloma,...... el libro, ...... esto no sale, que si hombre que todos los años es lo mismo.

Los que hemos tenido las manos de San Pedro entre las nuestras, sentimos un orgullo y un temor especial. .......Venga , venga de pie, ..... no cogerlo por la capa, la capa...... que se rompe, ponerse aquí que no puedo....... vamos va-mos que ya lo tenemos, ¨lo ponemos de pie ó tumbado, de

Los niños como cariñosamente llamamos a los más jóve-nes, aprietan el hombro sin almohadilla y sin tallar con lo que el trono pesa demasiado.

TALLAR: Acto de medición a los hombre de trono, para que salgan con una similar altura y por orden en los varales.

El trono cimbronea, Antonio coje su furgona, carga los arreos del trono, la caja de herramientas..., y delante del trono abriendo paso.

Orgullosos y entre risas, comenzamos, 1,2 ...... 1,2, papa y arroz, vamos vamos que nos vamos, Miguel para ahí a los coches, ¨mira mira como se escaquea el hermano mayor, ......cogete aquí no te da ná, que parece que llevas el traje puesto....1,2 ....1,2 izquierda, izquierda, izquierda derecha izquierda,..... que no se dice izquierda .......a Zapatero ni lo nombres ........ Más risas.

Papa, .......Papa, ....mira como lo llevo ......, niño salte de ahí abajo..... y éste niño que no se está quieto.

Seguimos calle arriba, y la cuesta pesa,,...... venga venga, una paraita... que no hombre que mira la fila de coches que llevamos. Sigue hombre sigue,....

PARA YA,.... QUE PESA: Frase más popular en el re-corrido de traslado del trono.

Cuando se lleva un rato, siempre los más antiguos, piensan

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pie de pie que es más facil,.....¨ ....... ya esta arriba.

Nuestro Manolo, se sube al trono, y entre los nervios de su-bir al Santo al trono, y el momento........ al alguien siempre se le escapa, ¨...no le limpies la calva a él sino a San Pedro, hombre...........¨. El parecido es asombroso.

Los tornillos, donde está los tornillos, hay que ver sólo te-ner una llave inglesa, ........

¨Paco, Paco, métete debajo del trono y aprieta los tornillos, que eres el más bajito, .... si hombre si, y el más viejo¨.

PACO SOTO: Hombre ejemplar y ejemplo para todos nosotros.

¿Donde lo dejamos, arriba en el altar ó abajo? ....., arriba

hombre arriba, que tenemos el pregón pasado mañana. ̈ Se-ñores, hay que venir, no falteis¨.

Señores, tal día y tal fecha hay que estar aquí.

La primera lagrima siempre cae ese día, ..................y la última cuando lo encerramos el día de la procesión.

Un año más, ............ gracias, ..............San Pedro.

Articulo dedicado a los hombres de trono, de otro hombre de trono.

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Para ello siempre intentamos confeccionar un cartel anunciador que sea lo suficientemente atractivo para que se produzca el efecto llama-da.

Ahora presentamos una serie de carteles para que puedan observar como intentamos plasmar a nuestro Santo Patrón de la forma más digna, haciendo que alguno de nosotros diseñe la com-posición ó con altruistas hermanos que nos brin-dan sus pinturas y dibujos.

Creemos que el principal regalo es la pintura que nos ofreció Don Manuel Osorio (padre), que en paz descanse, y que muy gustosamente se colocó en nuestro estandarte. Por ello, este año cuando lo llevemos alzado por las calles de nuestro pueblo rézale para que el altísimo lo ten-ga en su Gloria.

Una de las dificultades que nos encontramos cuandoabordamos un acto es su presentación y su divulgación.

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AÑOS DE PERMANENTE TRABAJOLa mayoría de las veces aquellos que no nos conocen en profundidad piensan que nos dedicamos únicamente a ¨ sacar al santo ¨. Nada más lejos de la realidad, nuestra principal misión es la veneración, culto y testimonio de nuestro Santo Pa-trón, pero detrás de ello hay toda una vida llena de amistad y confraternidad entre los hermanos de la junta, y un gran amor por el pueblo de San Pedro Alcántara.Prácticamente todos los meses del año, tenemos actividades litúrgicas, de ocio y culturales, en definitiva damos testimonio que Dios está presente en nosotros y en nuestro comportamiento día a día.Participamos activamente en los quehaceres de la parroquia, tanto a nivel hermandad como a nivel particular, im-plicándonos directamente con la labor social y caritativa que cualquier hermandad debe tener. Ahí va una muestra.

Bendición de la Casa Hermandad 2002

Inaguraciónexposicion fotográfica 2008

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Jura de cargos nueva junta 2008

Presentación de Libro Conmemoracióndel Manuel Gutierrez de la Concha2008

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Pregón 2008realizada porD. Pedro VillarejoPérez

Primer día de triduo 2008

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Segundo día de triduo

Tercer día de triduo

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