Sanando a mi Niño interior

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Sanando a mi Niño interior Los ejercicios siguientes te ayudaran a lograr la comprensión de tu niño interior y lograr la curación y unificación de tu Todo. Ejercicios para curar a nuestro niño interior Ejercicio 1 Busca una fotografía tuya de cuando eras niño y analízala ¿Qué ves en ese niño? ¿Qué refleja su rostro? Ves en el alegría o tristeza, dolor o felicidad, miedo o libertad ¿Qué te transmite? ¿lo amas o rechazas? ¿podrías relacionarte con el? Escribe en un cuaderno, todas las sensaciones que logres percibir. Si es necesario, puedes ampliar la fotografía Ejercicio 2 En una hoja de papel o en un cuaderno, haz un dibujo de cuando eras niño, expresa todo lo que quieres proyectar y elige el material con el que te sientas más cómodo, lápices de colores, crayones, plumones, etc. ¿Qué logras percibir del dibujo que hiciste? ¿Qué está haciendo el niño? ¿Qué colores utilizaste? Ejercicio 3 En un lugar tranquilo, siéntate cómodamente y elige música suave y entabla una charla con tu niño interior. Platica con tu niño interior e intenta conocer todos sus sentimientos y emociones pregúntale: ¿Qué te gusta? ¿Qué no te gusta? ¿A que le temes? ¿Qué sientes? ¿Qué necesitas? ¿cómo pudo ayudarte a

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Sanando a mi Niño interior

Los ejercicios siguientes te ayudaran a lograr la comprensión de tu niño interior y lograr la curación y unificación de tu Todo.

Ejercicios para curar a nuestro niño interior

Ejercicio 1

Busca una fotografía tuya de cuando eras niño y analízala ¿Qué ves en ese niño? ¿Qué refleja su rostro? Ves en el alegría o tristeza, dolor o felicidad, miedo o

libertad ¿Qué te transmite? ¿lo amas o rechazas? ¿podrías relacionarte con el?

Escribe en un cuaderno, todas las sensaciones que logres percibir.

Si es necesario, puedes ampliar la fotografía

Ejercicio 2

En una hoja de papel o en un cuaderno, haz un dibujo de cuando eras niño, expresa todo lo que quieres proyectar y elige el material con el que te sientas más

cómodo, lápices de colores, crayones, plumones, etc.

¿Qué logras percibir del dibujo que hiciste? ¿Qué está haciendo el niño? ¿Qué colores utilizaste?

Ejercicio 3

En un lugar tranquilo, siéntate cómodamente y elige música suave y entabla una charla con tu niño interior. Platica con tu niño interior e intenta conocer todos sus sentimientos y emociones pregúntale: ¿Qué te gusta? ¿Qué no te gusta? ¿A que

le temes? ¿Qué sientes? ¿Qué necesitas? ¿cómo pudo ayudarte a sentirte seguro? ¿Cómo puedo hacerte feliz?.

Este ejercicio funcionará mejor con los ojos cerrados.

Mientras conversas con el ten compasión, apóyalo, demuéstrale que lo amas, que lo proteges y que puedes atender todas sus necesidades, hazle saber que estás

ahí para ayudarle siempre.

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Tenemos dos lados diferenciados en nuestra personalidad, el Niño y el Adulto. Cuando están bien conectados todo funciona

bien, si no es así porque las experiencias, las heridas han hecho que se desconecten una de la otra, se crean conflictos, vacíos

etc.

Inclusive podemos pensar que no podemos actuar como un niño, ya que estos son alborotadores, inquietos etc. Y así al igual que lo valoraron de niño, puede que lo valoremos nosotros ahora, sin

justicia para ese niño que todos llevamos dentro.

Nuestro niño tiene unas emociones completas, intensas, de alegría, de felicidad, de tristeza. 

Es nuestro hemisferio derecho, es el SENTIR, el VIVENCIAR, nuestro hemisferio izquierdo es el adulto, hace, PIENSA, ACTÚA.Cuando de niños se vive abandono, maltrato, nos avergüenzan

etc. El dolor es tan grande, tan insoportable que el ADULTO INTERIOR SE DESCONECTA del NIÑO INTERIOR para no sufrir. Así

el niño interior se encuentra solo, aislado del mundo y en nuestro interior, puesto que no hay nadie que lo proteja.

Al crecer y desarrollarse.Si el Niño Interior se siente criticado, descuidado por el Adulto

Interior, y se proyecta así en los sentimientos de los demás; siente que los demás son controladores, critican o abandonan,

sea o no cierto.La Ira que siente el NIÑO INTERIOR el ADULTO INTERIOR “no

amoroso con él, no la escucha, así que la Ira la sentimos hacia los demás, cuando somos adultos no es solo el rechazo hacia los

demás si no también hacia nosotros mismos.El perfeccionismo, el miedo y demás son síntomas de la

DESCONEXIÓN ADULTO -NIÑO y como victima también puede hacerse adicto a sustancias o a cosas, porque que necesita amor

protección, aprobación y se siente merecedor de ello, puede reaccionar con ira, con violencia o con silencio.

Sin embargo el niño amado, hace que este conectado a su ADULTO INTERIOR es sensible, alegre.

Lo que hace que la acumulación de las experiencias del niño, es que podamos SENTIR y cuando no podemos hacerlo no podemos usar la sabiduría. Y es difícil ser simpático, alegre, divertirse etc.

Igual que todos los niños que son espontáneos, cantan, se abrazan etc.

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El niño interior  

A veces nos invade una sensación de tristeza que no logramos controlar. 

Percibimos que el instante mágico de aquel día pasó y que nada hicimos. Entonces la vida esconde su magia y su arte. 

Tenemos que escuchar al niño que fuimos un día y que todavía existe dentro de nosotros. Ese niño entiende de momentos

mágicos. Podemos reprimir su llanto, pero no podemos acallar su voz. Ese niño que fuimos un día continúa presente. 

Bienaventurados los pequeños, porque de ellos es el Reino de los Cielos. 

Si no nacemos de nuevo, si no volvemos a mirar la vida con la inocencia y el entusiasmo de la infancia, no tiene sentido seguir

viviendo. 

Existen muchas maneras de suicidarse. Los que tratan de matar el cuerpo ofenden la ley de Dios. Los que tratan de matar el

alma 

también ofenden la ley de Dios, aunque su crimen sea menos visible a los ojos del hombre. 

Prestemos atención a lo que nos dice el niño que tenemos guardado en el pecho. No nos avergoncemos por causa de él. No

dejemos que sufra miedo, porque está solo y casi nunca se le escucha. 

Permitamos que tome un poco las riendas de nuestra existencia. Ese niño sabe que un día es diferente a otro. 

Hagamos que se vuelva a sentir amado. Hagamos que se sienta bien, aunque eso signifique obrar de una manera a la que no

estamos acostumbrados, aunque parezca estupidez a los ojos de los demás. 

Recuerden que la sabiduría de los hombres es locura ante Dios. Si escuchamos al niño que tenemos en el alma, nuestros ojos

volverán a brillar. 

Si no perdemos el contacto con ese niño, no perderemos el contacto con la vida... 

Paulo Coelho

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El trabajo con el niño interior  

El trabajo con el Niño Interior es quizás uno de los más profundos y sanadores.

Según Louise Hay y muchos terapeutas, casi todas nuestras creencias y patrones de comportamiento, tanto negativos como positivos, los aceptamos cuando teníamos entre 3 y 5 años. A partir de entonces, nuestras experiencias se han basado en lo que aceptamos como verdad desde aquella época de nuestra

vida. 

Si hemos crecido en un hogar "disfuncional", donde nos criticaban constantemente, nos exigían perfección, donde existía

falta de amor y de cariño, lo más seguro es que actualmente continuemos tratándonos del mismo modo, minando así nuestra

autoestima y energía. 

Imagínense a un niño pequeño que llega a su casa orgulloso del dibujo que ha realizado en la guardería y se lo enseña a sus

padres. En el primer caso, los padres le felicitan y le dicen que es un niño muy listo, creativo, habilidoso, etc... 

En el segundo caso, los padres le dicen que está fatal, que es torpe, que no sabe dibujar y que se sale de las líneas. 

Obviamente, en una familia donde al niño se le aprecia, estimula a crecer, a aprender y se le da muestras de amor, el niño

florecerá. Sin embargo a un niño que se le critica constantemente, se le retira el afecto si no lo hace todo bien,

etc... el pobre niño se retrae y deja de intentar aprender, crecer, o se vuelve un perfeccionista, sufriendo constantemente porque

nunca estará satisfecho con los resultados. 

Ahora bien, lo que nos hicieron en el pasado no lo podemos controlar. Lo que sí podemos hacer es tomar nuestro poder aquí

y ahora y dejar de tratar a nuestro niño como nos trataron a nosotros. Entonces no teníamos elección, ahora sí. El momento de poder es siempre el presente, y es muy triste y doloroso si

continuamos criticándonos y maltratándonos. Así no hay forma de crecer, de amar, de ser los seres maravillosos que somos y

DEJAR BRILLAR NUESTRA LUZ. 

Volver a establecer una relación con nuestro niño desde el amor y la comprensión es la mejor forma de sanar nuestra dañada

autoestima. Es la única manera de realizar cambios positivos en nuestra vida: establecer relaciones sanas, cuidar nuestro cuerpo,

trabajar en algo que nos gusta, ser prósperos, amar incondicionalmente y llegar a sentirnos plenos y feliz. Cuando

cambiamos desde el AMOR todo nos sale bien. 

Nuestro niño interior

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Nuestro niño interior tal vez quiere despertar y volver a reír y a soñar como lo hacia en otros tiempos. Ese niño que de pronto

jugaba, compartía, sonreía, y no sabia del dolor, de las heridas, que día a día gastaba toda su energía sin pensar en el futuro ya que no conocía esa palabra, ni podía imaginar a qué se refería

cuando algún adulto la pronunciaba.

Ese niño que vive en ti, que vive en mi, que de pronto se quedó dormido porque sintió que no valía la pena estar despierto preso

de cosas que desconoce como son las preocupaciones, los problemas laborales, la falta de dinero, las injusticias, el engaño,

y todo aquello que te cansa y que también a él lo llenó de cansancio porque lo dejaste de lado, medio olvidado o totalmente

o solo lo recordas cuando regresas con tus pensamientos a aquellos momentos en que consideras que fuiste feliz, muy

feliz...

Tenemos que despertar a ese niño, necesita estar despierto y volver a reír, porque si él no ríe nosotros tampoco, si él no es

feliz nosotros tampoco.

¡¡Vamos!! Es el momento de mirar hacia adentro, y verlo, está ahí esperando que aprendas a vivir este presente que se nos va tan

rápido, está en vos esperando que vuelvas a soñar, que algún día grites de felicidad, que sienta que podes bailar al compás de tu música sin importarte si es tu música preferida. Perdón, amor, y

otras tantas palabras endulzan los oídos de ese niño y lo alimentan con caricias en el alma.

No sos más joven ni sos un anciano por la edad cronológica que tengas, sos tan joven como el niño que vive en ti, pero si dejas

que siga adormecido, si dejas que ese sueño sea eterno entonces sí podrás tener la vestimenta y el cuerpo de un adolescente pero

tu espíritu estará envejecido.

Si hoy volves a reír por cualquier cosa que te sucede, si hoy llegas a casa y te perdes en algo que te alegra, si cuando vas por la calle te da risa el sombrero de alguien que pasa a tu lado, y si al salpicarte los pantalones con barro, te reís porque sentís que

los lunares no te quedan bien: la mitad de la batalla está ganada... Lo despertaste y él espera que así seas todos los días, porque es el encargado de mostrarte la felicidad en las pequeñas

cosas y eso forma parte del gran misterio de la vida.

Graciela De Filippis

Cómo curar el niño interior heridoCómo sanar a nuestro niño herido

Dentro de la mayoría de seres humanos hay un niño herido, proveniente de los primeros

años de vida, en donde ocurrió algo llamado “evento interruptor” a través del cual se hizo

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una determinación de vida que nos ha manejado hasta ahora. Todo esto se puede liberar y

solucionar a través de la Psicoterapia Gestalt y el Kundalini Yoga.

  

Cómo sanar a nuestro niño herido:

Todos los profesionales de la conducta sabemos que dentro de mucha gente existe un niño

heridoque hay que sanar para confiarnos, comprometernos y entregarnos en nuestras

relaciones interpersonales, conoce más de esto aquí.

El evento Interruptor:

Durante nuestra niñez vivimos lo que se llama la “continuidad cómoda” es decir éramos

niños , provistos de todo lo necesario para nuestra sobrevivencia (sí no; no estaríamos aquí) ,

hasta que un día ocurrió algo que marcó nuestra vida, que fue un parte aguas, un antes y un

después, a esto se le llama “evento interruptor”.

Normalmente este evento interruptor está asociado a emociones dolorosas como tristeza,

enojo y/o miedo , de este evento se hace una interpretación y a raíz de todo esto una

determinación de vida. 

Por ejemplo, una paciente, rubia de ojos claros y guapa me relata que ella tenía de niña un

abuelo, que era el patriarca de su familia, que no la aceptaba porque sus hermanos eran más

blancos y rubios que ella y el abuelo siempre se dirigía a ella ofensivamente diciéndole:

“Quítate de aquí” “Negra” “india”,”fea”. 

A todos les llevaba regalos menos a ella, y claro que ella siendo una niña resiente mucho el

desprecio del abuelo e interpreta: Cómo yo soy una “negra”, “india” “fea”, no merezco nada ,

no merezco ser querida, respetada y ella crece y se casa con alguien que no la respeta que

no la ama, quien le es infiel y que incluso ella lo tiene que mantener. Ella determina aguantar

todo esto por la interpretación: Soy una “Negra”, “india”, ”fea” que interpreta por el trato del

abuelo.

La Curación:

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Una vez localizado el evento interruptor y haciendo consciente la interpretación de vida que

hice a través de él así como las determinaciones tomadas a raíz de todo ésto y lo más

importante liberando los sentimientos dolorosos puedo redeterminar mi vida en otras

palabras sanar al “niño herido” que muchos llevamos dentro.

Las Técnicas:

Existen dos técnicas muy efectivas para llevar a cabo la curación del niño herido, una es

la psicoterapia Gestalt ya que trabaja con las situaciones dolorosas de nuestra vida

principalmente liberando emociones y promueve la conciencia: el darse cuenta de lo que

sucedió en el allá y el entonces. Y el Kundalini Yoga que trabaja el cuerpo, la mente, las

emociones saneando todo esto a través de la disciplina yóguica y combinando ambas

disciplinas entonces ya no hay manera de no ser curado.

Libre para sanar mi niño interior

Tienes idea de cuántas cosas en tu mente son producto de experiencias que tuviste

de niño? Hasta los más pequeños detalles repercuten como martillos en tu vida,

sean caricias amorosas de tu madre, palabras positivas susurradas a tu oido aún

cuando no podías ni abrir tus ojos, el ejemplo de un padre trabajador y honrado, el

abrazo de un hermano protector, las enseñanzas de una abuela, la sonrisa de una

tía, hasta desafortunadamente las palabras destructivas pronunciadas delante de

uno, las actitudes de víctima de personas que se han dejado derrotar en la vida, la

vagabundería, el abuso, la violencia, la falta de tolerancia hacia las ideas de los

demás, la xenofobia, la religiosidad que amedrenta con la letra que mata y olvida el

verdadero espíritu de la letra.

Con esto en mente, leí una vez que una de las formas más eficientes para sanar

viejas heridas provocadas durante nuestra infancia era precisamente imaginarse

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hablando con uno mismo de niño y ayudarse a entender la situación. La técnica

estaba descrita como un diálogo entre nuestro "yo" adulto, sabio, tolerante y

amoroso, con nuestro "yo" niño, inocente, juguetón, sin experiencia y sin idea

sobre la vida que le espera. Literalmente imaginarse que uno toma en brazos al

niño que éramos (o se arrodilla para hablar con él) y atravesar con él aquel

momento o recuerdo doloroso ayudándolo a entender (o perdonar) desde una

nueva y más sabia perspectiva la situación.

A mi me ha resultado de maravilla. Cada vez que tengo un miedo, una idea

negativa, algún hábito que quiero cambiar, una debilidad que quiero superar, una

limitación que deseo romper en pedazos, busco en mi corazón dónde está el origen

de dicho problema. Al principio no es sencillo pues realmente nuestra mente es

hábil escondiéndonos detalles de nuestra infancia, pero con un poco de práctica y

de voluntad es posible rastrear y liberarnos de mucha carga negativa innecesaria.

Poco a poco ahora sin querer, me llegan a mi mente recuerdos que explican algún

comportamiento no muy enorgullecedor y soy capaz de verlos desde otra

perspectiva, ya sea para perdonarme a mi mismo por algún defecto que quiero

dejar atrás, o para perdonar a alguna persona que queriéndolo o no, infligió un

daño en mi.

La clave está en entender que somos libres de dejar atrás estas cargas. Somos

libres para perdonar los errores del pasado, libres para recordar porqué somos

como somos, libres para superarnos día a día, libres para elegir cómo queremos

ser, qué valores abrazaremos y qué ideas obsoletas dejaremos en el olvido.

Recientemente en lugar de imaginarme hablando conmigo mismo, tomo una

fotografía que me conmueva de mi niñez y me hablo con cariño para ayudarme a

ser fuerte, a ser auténtico y sobre todo, a que ese niño evolucione en la persona

que quiero ser.

Aquí comparto contigo mi fotografía de niño con la que hablo. Podría pasar horas

viéndola, observando detalles, pero lo que me hace quedar atónito es mi expresión

(yo soy el niño de la izquierda, sentado junto a dos de mis hermanos), expresión

que no recuerdo haber sostenido de adolescente o de adulto. Algo perdí que quiero

recuperar.

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Tomo mi fotografía y me digo con amor:

"Bebé, no tienes nada de qué preocuparte, todo te va a salir tan bien!, aunque estás rodeado de

gente que te ama, nunca temas quedarte solo pues tu sola compañía es suficiente para ser feliz...

Aprende a oir las opiniones de todos, pero aprende también a dudar de todo. Escoje tú tu propio

camino, no deleges esa tarea en nadie más, ni siquiera tus seres más queridos o en la tradición

más arraigada. Ten amigos y fomenta su amistad, pero recuerda que ellos también tienen su

propio camino. Se feliz porque nada puede evitarlo, nada puede separarte de tus sueños, pues

puedes lograr todo lo que te propongas. El propósito de tu vida es claro: ama! ama todo lo que

puedas! no escuches palabras de odio, no te dejes llevar por la corriente, no dejes de sonreir, no

sigas a líderes vanidosos, sé sensible ante las necesidades y sueños de los demás, no lastimes a

nadie, ante todo se la persona más humilde y sencilla que puedas, no te compliques la vida con

cosas terrenales, aprende a bendecir tus problemas, medita, piensa, usa tu cerebro y tu razón, no

están ahí como trampa sino como aliados, pero aprende a reconocer cuando el corazón va

primero. Sé caritativo cada vez que puedas, no desmiretes las creencias de nadie y reserva las

tuyas para el oido amigo, no devuelvas una agresión, cuidate, cuida tu familia, cuida tu sociedad y

tu mundo. Alimenta tu cuerpo lo mejor que puedas, pero recuerda que tu espíritu es lo que

realmente importa. Aprende a ver en los demás sus virtudes y no el reflejo de tus defectos. Trata

de no juzgar nunca, se libre como el viento, cálido como el fuego, alivio como el agua y fértil

como la tierra. Tú eres el que eres, nadie puede quitarte lo que nadie te ha dado, ni nadie puede

darte lo que es tuyo por naturaleza! Sé la persona que quieres ser, no temas nada y no te rindas

ante nada. Estás hecho de amor y cuando sientas que te alejes de esto, mírame a los ojos y lo

recordarás".