Sánchez de Tejada

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Sánchez De Tejada, Ignacio Ficha Bibliográfica Título: Sánchez De Tejada, Ignacio Autor: Giraldo, Juan David Colección:  Ciencias_sociales; Política; Biografías Parte de: Biografías Biblioteca Virtual del Banco de la República Palabras clave: Biografía; Colombia; Diplomático; Política Temas: Ciencias sociales Derechos: Derechos reservados Diplomático santandereano (El Socorro, 1764 - Roma, octubre 25 de 1837) Tocóle a don Ignacio Sánchez de Tejada la extraña suerte de ser el más aventurero de nuestros primeros diplomáticos, el trotamundos que deja su huella en todas partes; pero por singular capricho de la historia, su figura inquieta ha pertenecido más al mundo de la erudición que al de la popularidad, escribe su biógrafo Alberto Miramón. Hijo de padres acomodados, cursó estudios en el Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario, institución a la que permaneció ligado y a la que, a su muerte, legó la mayor parte de su biblioteca, enriquecida a través de sus correrías por todo el mundo. En 1782, recién egresado, sirvió en la Secretaría General del Virreinato. Doce años más tarde, se vio involucrado en el proceso de los pasquines, grave y sonado escándalo ocasionado por unos pasquines anónimos que aparecieron fijados en diversos sitios de la Santafé colonial y que inquietaron a las autoridades por ser eslabón de la cadena iniciada en 1781. Este asunto quedó poco esclarecido por coincidir con la impresión clandestina de los Derechos del Hombre y con movimientos sediciosos. Sánchez de Tejada fue remitido a Cádiz, al lado de Francisco Antonio Zea y Sinforoso Mutis, en 1796. Llegaron a la península el 18 de marzo de ese año y allí notaron los reos que los cargos no tenían la gravedad que se les había dado en la colonia. Los deportados granadinos fueron exonerados de sus cargos y don Ignacio volvió a ejercer las posiciones de oficial mayor de la Secretaría del Virreinato y teniente de milicias. Se le nombró también secretario de la Cofradía de Nobles de Santafé y miembro de la Sociedad Patriótica; pero poco tiempo después regresó a la metrópoli. Cuando tuvo lugar la abdicación de Fernando VII ante Napoleón, en abril de 1808, y convocadas las cortes en Bayona por encargo del nuevo re y José, hermano del emperador, Sánchez de Tejada asistió como representante por Santafé de Nueva Granada. Desatada la lucha contra el francés en la península y una vez derrotado el corso, don Ignacio huyó, con bonapartistas y "afrancesados", de la reacción fernandina y se le condenó como enemigo del rey Fernando VII embargándole sus bienes en Santafé. Vivió en París, en gran pobreza, compartiendo casa y miseria con el patriota granadino Agustín Gutiérrez Moreno. Las iras del rey español lo persiguieron en Francia, y el embajador de éste ante Luis XVIII, el marqués de Salvador, recibió órdenes de acosar y reclamar como reos de lesa majestad a los refugiados. Sánchez de Tejada huyó entonces a Londres. Para iniciar las relaciones entre la República de Colombia y la corte de Roma, Bolívar había nombrado a José Tiburcio Echeverría, pero éste falleció antes de llegar a su destino. El 7 de abril de 1824, Manuel José Hurtado, agente diplomático ante la corte de Saint James, comunicó a Ignacio Sánchez de Tejada su nombramiento, hecho por el general Francisco de Paula Santander, como jefe de la delegación ante la Santa Sede. Sánchez lo aceptó e inició un azaroso viaje pues los Estados Pontificios estaban rodeados por gobiernos de la Santa Alianza. Gracias a

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Sánchez De Tejada, Ignacio 

Ficha Bibliográfica

Título: Sánchez De Tejada, Ignacio

Autor: Giraldo, Juan David Colección: Ciencias_sociales; Política; Biografías 

Parte de: Biografías Biblioteca Virtual del Banco de la

República Palabras clave: Biografía; Colombia; Diplomático; Política 

Temas: Ciencias sociales 

Derechos: Derechos reservados 

Diplomático santandereano (El Socorro, 1764 - Roma,

octubre 25 de 1837) Tocóle a don Ignacio Sánchez deTejada la extraña suerte de ser el más aventurero de

nuestros primeros diplomáticos, el trotamundos que deja suhuella en todas partes; pero por singular capricho de la

historia, su figura inquieta ha pertenecido más al mundo dela erudición que al de la popularidad, escribe su biógrafo

Alberto Miramón. Hijo de padres acomodados, cursó estudios en el Colegio Mayor de Nuestra

Señora del Rosario, institución a la que permaneció ligado y a la que, a su muerte, legó la mayorparte de su biblioteca, enriquecida a través de sus correrías por todo el mundo. En 1782, recién

egresado, sirvió en la Secretaría General del Virreinato.

Doce años más tarde, se vio involucrado en el proceso de los pasquines, grave y sonado

escándalo ocasionado por unos pasquines anónimos que aparecieron fijados en diversos sitios dela Santafé colonial y que inquietaron a las autoridades por ser eslabón de la cadena iniciada en

1781. Este asunto quedó poco esclarecido por coincidir con la impresión clandestina de losDerechos del Hombre y con movimientos sediciosos. Sánchez de Tejada fue remitido a Cádiz, al

lado de Francisco Antonio Zea y Sinforoso Mutis, en 1796. Llegaron a la península el 18 de marzode ese año y allí notaron los reos que los cargos no tenían la gravedad que se les había dado en la

colonia. Los deportados granadinos fueron exonerados de sus cargos y don Ignacio volvió aejercer las posiciones de oficial mayor de la Secretaría del Virreinato y teniente de milicias. Se le

nombró también secretario de la Cofradía de Nobles de Santafé y miembro de la SociedadPatriótica; pero poco tiempo después regresó a la metrópoli.

Cuando tuvo lugar la abdicación de Fernando VII ante Napoleón, en abril de 1808, y convocadaslas cortes en Bayona por encargo del nuevo rey José, hermano del emperador, Sánchez de Tejada

asistió como representante por Santafé de Nueva Granada. Desatada la lucha contra el francés enla península y una vez derrotado el corso, don Ignacio huyó, con bonapartistas y "afrancesados",

de la reacción fernandina y se le condenó como enemigo del rey Fernando VII embargándole susbienes en Santafé. Vivió en París, en gran pobreza, compartiendo casa y miseria con el patriota

granadino Agustín Gutiérrez Moreno. Las iras del rey español lo persiguieron en Francia, y elembajador de éste ante Luis XVIII, el marqués de Salvador, recibió órdenes de acosar y reclamarcomo reos de lesa majestad a los refugiados. Sánchez de Tejada huyó entonces a Londres. Para

iniciar las relaciones entre la República de Colombia y la corte de Roma, Bolívar había nombrado aJosé Tiburcio Echeverría, pero éste falleció antes de llegar a su destino.

El 7 de abril de 1824, Manuel José Hurtado, agente diplomático ante la corte de Saint James,

comunicó a Ignacio Sánchez de Tejada su nombramiento, hecho por el general Francisco de PaulaSantander, como jefe de la delegación ante la Santa Sede. Sánchez lo aceptó e inició un azarosoviaje pues los Estados Pontificios estaban rodeados por gobiernos de la Santa Alianza. Gracias a

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sus relaciones con el ministro francés en Londres, Augusto Julio Armando María, príncipe de

Polignac, se le expidió un pasaporte para seguir a París. Para continuar el viaje, Sánchez debiódeclarar que lo hacía como individuo particular. Era de vital importancia para la joven nación

obtener la aceptación de Roma, por la doble investidura que revestía al Papa: como soberanotemporal de los Estados Pontificios, podía reconocer a la Gran Colombia como Estado, y como jefe

de la Iglesia católica, podía realizar la preconización de prelados y satisfacer las necesidades

espirituales de los colombianos; fue aquí donde don Ignacio hizo uso de toda su sagacidad.

Llegó a Roma en septiembre de 1824, acogido cordial pero secretamente por el secretario deEstado de Su Santidad, el cardenal de la Somaglia. Prescindió de la parte política de su misión,

reduciéndola a los aspectos espirituales o religiosos. Así, Sánchez no representaba a una nación,sino a una parte del pueblo de Dios. Resaltó el estado de abandono en que se encontraba la

Iglesia en nuestro país, diócesis sin pastor, curatos sin párroco. Por su parte, el Papa temía lareacción del rey de España, que contaba con el apoyo de los ejércitos de Austria, Francia y Rusia yque, además, reclamaba posesiones territoriales en Italia; también le pertenecían algunas partes

de la península itálica. León XII, siempre por medio de su secretario y a espaldas de losembajadores españoles -Vargas Laguna y, después, Gómez Labrador-, le pidió al colombiano no

desplegar carácter diplomático o público alguno; no hacer uso de la voz misión, sino de la palabracomisión, denotando así un encargo particular; y alejarse temporalmente de Roma, aunque sin

salir de los Estados Pontificios.

Sánchez viajó a Bolonia, pero por presiones del español debió seguir a Florencia; a su Santidad leagradó mucho su actitud. A estas grandes presiones, se añadía una terrible penuria económica; en

cartas de Joaquín Mosquera a Santander repetidamente se dice: Tejada ya se moría de hambrematerialmente, pensaba presentarse a la cárcel como deudor fallido, está tan pobre que havendido cuanto tiene para comer. Su sueldo, por dificultades de envío 0 por pobreza del erario

público, nunca llegó a tiempo. Por otra parte, su familia pereció en un naufragio y Sánchez perdióla vista temporalmente. Para completar este dramático cuadro, clérigos tan prudentes como

monseñor José María Estévez o el obispo Rafael Lasso de la Vega nombraron como agenteeclesiástico de Colombia cerca al Papa a un religioso de nombre Pomares, que resultó ser espía

del gobierno español, lo que causó graves inconvenientes a la misión.

El gobierno colombiano tuvo que obtener, por medio del nuncio en Madrid, la aquiescencia del reypara que el Papa recibiera a Sánchez de Tejada, y así hacer posible la provisión de todos losobispados vacantes, el nombramiento de primado que organizase las diócesis y concluyese un

concordato y la erección de nuevas sillas patriarcales. El pontífice accedió a todo ello, pero no a lapretensión del gobierno para ejercer el patronato, que pertenecía exclusivamente al rey católico. La

desmembración de la Gran Colombia, la efectiva acción del espía Pomares y la muerte de León XIIvolvieron a enfriar las tibias relaciones; y el nuevo Papa, Pío VIII, se mostró muy anti-americano y

exhibió una actitud abiertamente desfavorable a cualquier negociación. Su reinado fue corto, puesfalleció el 2 de febrero de 1830; le sucedió el cardenal Mauro Capellari, Gregorio XVI.

Aunque en los primeros meses hubo cierta reticencia, el nuevo Papa obró con una actitud más

acorde al orden que se había establecido en la América libre, y por fin, el 26 de noviembre de1835, se obtuvo el reconocimiento de la independencia de la Nueva Granada por la Santa Sede,recibiéndose oficialmente a Ignacio Sánchez de Tejada como encargado de negocios, el 14 de

diciembre, a pesar de la tenaz oposición del embajador español. En su carta, el secretariopontificio, cardenal Bernetti le dice: Las razones muchas veces manifestadas por V. S. I. tanto de

palabra como por escrito, para demostrar la estabilidad del gobierno de la Nueva Granada, y elorden que reina en aquel país, han recibido de la experiencia de muchos años consecutivos la

sanción que el Santo Padre esperaba a fin de reconoceros públicamente y mandar que suMinisterio se pusiera con dicho gobierno y con sus representantes en relaciones diplomáticas,abandonando las formas meramente confidenciales usadas hasta hoy.

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El infrascrito Cardenal Secretario de Su Santidad tiene, pues, la honra de anunciar a V. S. I. que en

virtud de orden expresa del Santo Padre, será desde este día en adelante reconocida la calidadque ya es inherente a V. S. I. de Encargado de Negocios de la Nueva Granada, y que en

consecuencia se le admitirá a gozar públicamente de todas las consideraciones y prerrogativas deque gozan en los dominios de la Santa Sede los empleados de igual clase de los gobiernos

reconocidos por ella y amigos suyos,>. Dos años más tarde, el 25 de octubre de 1837, a las 6 de la

tarde, falleció en Roma don Ignacio Sánchez de Tejada. Al dar cuenta de su muerte ante elCongreso, Lino de Pombo dijo: La Nueva Granada ha sufrido una muy lamentable pérdida [...] La

memoria de este ciudadano ilustre es digna de especial recuerdo y será siempre grata para losapreciadores del verdadero mérito y de los buenos servicios hechos a la Patria. Sus restos se

encuentran en la nave central de la iglesia de La Concepción en Roma, cerca de los de otronotable diplomático neogranadino, el cónsul general Alfonso Acevedo Tejada.

JULIAN DAVID GIRALDO 

Bibliografía

De Mier, José. Testimonio de una amistad. Complemento a la Historia Extensa de Colombia, Vol.

II. Bogotá, Academia Colombiana de Historia y Plaza y Janés, 1984. Gómez Hoyos, Rafael. La

Santa Sede ante la Independencia, de Colombia. Curso Superior de Historia de Colombia. Bogotá,1950. Groot, José Manuel. Historia eclesiástica y civil de la Nueva Granada. Bogotá, Casa Editorialde Medardo Rivas, 1893. Miramon, Alberto. Diplomáticos de la Libertad. Bogotá, Empresa Nacional

de Publicaciones, 1956. Moreno de Angel, Pilar. Santander. Biografía. Bogotá, Planeta, 1989.Pinilla Cote, Alfonso María. "Aspectos religiosos del general Santander". Gaceta histórica (Cúcuta,1956). Zubieta, Pedro A. Apuntaciones sobre las primeras misiones diplomáticas de Colombia.

Bogotá, Imprenta Nacional, 1924.

Esta biografía fue tomada de la Gran Enciclopedia de Colombia del Círculo de Lectores,tomo de biografías.