56 . lu ga re s d ev i aj e . c o m lu ga re s . n º 246. 57

El guía Guido Vittone,

en la cima del Cerro de

los Indios. ENFRENTE La

Garganta del río Oro,

cerca de Lago Posadas.

La vueLtaa La Meseta

santa Cruz

Los Antiguos, Perito Moreno y Lago Posadas son las escasas poblaciones que rodean la Meseta del Lago Buenos Aires, parte del flamante Parque Nacional Patagonia. Un recorrido por rutas desoladas para salir al encuentro del macá tobiano, los lagos y la magnífica Cueva de las Manos.

P O r N o r a V e r a .

F O t O s d E X a V i e r M a r t í N .

58 . lu ga re s d ev i aj e . c o m lu ga re s . n º 246. 59

H ace 9.300 años, el hombre avanzaba con su familia por el cañadón del río Pinturas, en el noroeste de Santa Cruz. Venían de la estepa; empezaban las primeras nevadas y el grupo seminómade necesitaba resguardarse del frío. En el cañadón, de 100 metros

de profundidad, la temperatura se eleva diez grados más que en el llano. Y el río asegura animales, es decir, cacería; es decir, alimento para los cazadores-recolectores. El hombre miró hacia arriba y sonrió: en una de las paredes rocosas divisó una cueva. A los pocos días de este nuevo escenario, probablemente luego de cazar un guanaco con una bola perdida, el hombre tomó un puñado de tierra que había recogido en el camino, la mezcló con orina, sangre y grasa animal, y obtuvo un líquido viscoso de color rojo. Apoyó su mano izquierda en uno de los aleros de la cueva y, valiéndose de un pequeño hueso de choique, a modo de cerbatana, sopló la pintura colorada alrededor de la mano. La retiró y obtuvo el negativo de la palma. Al día siguiente, y durante los días, años y milenios que siguieron, niños, mujeres y hombres habitantes del cañadón imitaron ese primer gesto artístico. Así, de a poco, crearon un “mural” colectivo de 600 metros de largo que es visitado por 14.000 personas cada año. La Cueva de las Manos, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1999, no exhibe solo manos: hay también escenas de cacería, patas de choique, ilustraciones abstractas con figuras geométricas trazadas con los dedos, paisajes de ríos y montañas en colores blanco, rojo, negro, violeta, anaranjado, en notable estado de conservación. Los jóvenes que guían el recorrido señalan los detalles y diferencian los diversos momentos y técnicas de las innumerables pinturas. Las escenas abstractas son las más “nuevas”: tienen entre 3.300 y 1.300 años de antigüedad. Las que más brillan son aquellas a las que nunca alcanzan el sol ni la lluvia. También cuentan que esta cueva no es la única con arte rupestre: el cañadón tiene 150 kilómetros de longitud y 80 aleros con pinturas. Bajo la jurisdicción de la provincia de Santa Cruz, el sitio arqueológico está ubicado dentro de la estancia Los Toldos, adquirida en 2015 por la Fundación Flora y Fauna Argentina –ONG vinculada a Douglas Tompkins y su equipo de trabajo– con la idea de ampliar el Parque Nacional Patagonia (de 52.800 hectáreas que abarcan gran parte de la meseta), y crear un amplio corredor biológico. La cueva está entre las localidades de Perito Moreno y Bajo Caracoles y se accede a ella por la ruta 40. Desde Perito Moreno, son 116 km hacia el sur, con hermosas vistas de cerros, guanacos y la lejana silueta de la Meseta de Lago Buenos Aires, a la izquierda. Una vez dentro de la estancia, se puede continuar en auto (por camino de ripio no apto para vehículos bajos) hasta el ingreso a la boletería, u optar por una llegada más aventurera: atravesando el cañadón a pie. Es una caminata de una hora de ida y otra de vuelta y realmente vale la pena: desde lo más profundo del cañadón, cuando la vista alcanza la altiva cueva, es posible imaginarse la emoción de aquellos pobladores que, 9.000 años atrás, hallaron un refugio entre las piedras y un modo de expresar su cotidianeidad.

en eL Hogar deL MaCá tobianoEn el viaje por la ruta 40 de Perito Moreno a Cueva de las Manos se ve, hacia el oeste, la silueta azulada de la Meseta de altura del Lago Buenos Aires, que se eleva entre 1.200 y 2.000 metros. Es enorme: cubre 3.000 km2 (50 km x 60 km) y, a pesar de ser un sitio hostil por altitud y clima, tiene gran importancia biológica. El altiplano

El guía señala arte

rupestre escondido en

los aleros de la Meseta.

ENFRENTE detalle de

petroglifo. Guanacos cerca

de la ruta 40.

60 . lu ga re s d ev i aj e . c o m lu ga re s . n º 246. 61

volcánico es una gran reserva de agua; alberga cientos de lagunas y da nacimiento a varios ríos –Ecker, Pinturas, Los Antiguos, Columna, Correntoso–, además de arroyos, mallines y vegas. Se sube hasta allí por dos huellas (ruta 40 y estancia La Tapera), pero siempre con un guía y en 4x4. Tomamos la primera opción con la compañía de Guido Vittone, guía de montaña que nos muestra nítidos petroglifos semiocultos en las rocas y luego encabeza una caminata por la laguna Chapu, con flamencos rosados y cisnes de cuello negro. Otra laguna importante de la meseta es Del Sello (o Vía Láctea). Con más de 6 km de ancho por 3 km de largo, es esencial para la vida de muchas aves migratorias. La más célebre es la más vulnerable: el macá tobiano (Podiceps gallardoi), hermosa zambullidora de pelaje blanquinegro, ojos rojos y simpática cresta, que se reproduce y nidifica en las lagunas de altura de Santa Cruz, está en peligro de extinción. Al amenzado macá se debe la reciente creación del Parque Nacional Patagonia (2015), que lo protege; y el surgimiento en 2009 del Proyecto Macá Tobiano, desarrollado por Aves Argentinas. Parte activa del proyecto son los “guardianes del macá”, jóvenes que acampan en la inhóspita meseta para custodiar y monitorear el comportamiento del ave. Poco se sabe de la especie recién descubierta en 1974, pero los escasos estudios

señalan que en los últimos 25 años decreció en un 80% y que podría extinguirse en la próxima década. “En la meseta hay unos 240 ejemplares, que representan el 20% de la población total”, dice Patrick Buchanan, uno de los guardianes de colonia, grupo que hace campaña en la meseta de noviembre a mayo; y acampa, de a dos, durante 15 días a orillas de la laguna. Patrick tiene 21 años. Cuando no está en la meseta, estudia en una facultad de Kuala Lumpur, Malasia. “Cuidamos a los macá principalmente de dos depredadores: el visón americano y la gaviota cocinera. No dejamos que se les acerquen”, agrega. Pedro Chiesa, guardián de 28 años, explica que además de la presencia amenazante de los visones que introdujo el hombre, y de las gaviotas que se multiplican por los basurales, la siembra de truchas modificó el hábitat del macá, porque impide el crecimiento de la vinagrilla, planta que utiliza para nidificar. “Hay una mística del proyecto tobianero”, añade Juan Klavins, naturalista integrante del grupo. “Todos lloramos de emoción cuando acampamos en la laguna y nos despertamos sobresaltados a la madrugada gritando ¡viene gaviota! ¡viene gaviota!”. Emanuel Tiberi, joven de Río Gallegos, asiente: “El macá tobiano es una pasión”.

Los guardianes del macá son los únicos habitantes temporarios de la inhóspita meseta en la que no crece un árbol.

Los pobLados de La inMensidadPerito Moreno está en el extremo noreste de la meseta, en el cruce de la ruta 40 con la ruta provincial 43. En los últimos cuatro años duplicó su población: pasó de 4.000 a 8.000 habitantes, merced a la polémica actividad minera que desarrollan tres compañías norteamericanas al oeste de la ruta 40. Aunque nunca vivió del turismo, Perito Moreno es la principal puerta de entrada para visitar La Cueva de las Manos. En el “centro” de la ciudad está la Cafetería Boutique Salón Iturrioz, que ocupa una casona histórica de 1920 con paredes de adobe originales. Por ahora sirven buen café y exhiben algunos recuerdos de antaño, como una caja registradora de plata y antiguas cámaras fotográficas; pero proyectan abrir aquí el Museo Regional Cueva de las Manos. A media cuadra se construye el futuro Centro de Investigación y Exhibición Arqueológica Carlos Gradin. Por la ruta 43, recorriendo 57 km asfaltados hacia el oeste, aparece Los Antiguos, poblado a orillas del lago Buenos Aires, el más extenso de la Patagonia y el segundo mayor de Sudamérica, detrás

Valchac y un futuro Parque binacionaldesde Lago Posadas a Paso roballos son 60 km por la rP 39 y un

camino de ripio que pasa por salitrales y cerros pedregosos. Al fondo

se ven los cerros Lápiz, Colmillo y Zeballos. A la hora de pasar la

frontera, se ingresa en un valle verdísimo, boscoso: es la estancia

Valle Chacabuco, más conocida como Valchac, propiedad de 80.000

hectáreas de explotación ganadera, que fue adquirida en 2004 por

Conservación Patagónica con la idea primordial de proteger al huemul

y crear el Parque Nacional Patagonia, junto a otras dos reservas

vecinas, en tierra chilena (y anexarlo luego al Parque argentino,

dando origen a una gran área protegida binacional). Valchac tiene un

centro de visitantes, un lodge rústico de lujo con 6 habitaciones muy

espaciosas para alojar a 16 personas; tres campings equipadísimos

con senderos que conducen a distintos trekkings para alcanzar

lagunas de altura, lagos, miradores, cerros. Hay más de 135 especies

de aves, huemules, pumas. Y en el diminuto cementerio que existía en

la estancia, bellamente restaurado, descansan los restos de douglas

tompkins. www.parquepatagonia.org

Cañadón del río Pinturas.

ENFRENTE Patrick

Buchanan, uno de los

guardianes del Proyecto

Macá tobiano.

62 . lu ga re s d ev i aj e . c o m lu ga re s . n º 246. 63

Arriero en el paisaje extremo

de la rP 39 que va de Lago

Posadas al lago Pueyrredón.

64 . lu ga re s d ev i aj e . c o m lu ga re s . n º 246. 65

del Titicaca. Capital Nacional de la Cereza, la ciudad está rodeada de chacras que pueden visitarse para degustar frutos de exportación. Southern Crops es una planta de empaque de cerezas muy moderna que se puede visitar. En Los Antiguos también se produce cerveza artesanal: Viel Glück es la marca que fabrican Germán Alles, oriundo de Necochea, y su mujer Romina Catalán, de Puerto Madryn. La pareja tiene un negocio –Quinto Gusto– donde además de cerveza venden chocolates, dulces, alfajores, ahumados y chutneys. Todo casero y, con excepción del vino mendocino, hecho por ellos mismos. Desde Los Antiguos también se puede llegar a Lago Posadas por la RP 41 que bordea el monte Zeballos, o cruzar a Chile por la vecina localidad de Chile Chico. Está tan cerca que hay padres que llevan a sus hijos a la plaza, después de hacer migraciones y aduana. Si hay ánimo de visitar las Capillas de Mármol o el glaciar Exploradores, en Chile, el guía Federico Djeordjian organiza viajes a medida en 4x4 desde su agencia Chelenco. A Lago Posadas, el último poblado de la Meseta, en el extremo suroeste, también se puede acceder por la ruta 40. Desde Perito Moreno, hacia el sur hasta Bajo Caracoles, donde no hay más que un parador y dos surtidores de nafta. Desde allí, son 70 km por la RP 39. Un buen punto de llegada es la Posada del Posadas, que fundaron Pedro y Susana Fortuny, catalán él y calabresa ella, cuando arribaron en 1973 a este rincón fronterizo para pasar su luna de miel y nunca más se fueron. Lago Posadas tenía 15 habitantes y ningún camino. “Llegamos por una huella en un Citroën 3CV”, recuerda Susana. Al poco tiempo abrieron un almacén de ramos generales para abastecer a los vecinos chilenos, que funcionó hasta 1992. La primera escuela del pueblo surgió a instancias del matrimonio, luego del nacimiento de Pablo, su primer hijo, en 1977. También construyeron una casa alpina y, casi sin quererlo, comenzaron a alojar escaladores del cerro San Lorenzo, que caían sin aviso previo, porque los propietarios de los campos de acceso a la montaña no los dejaban pasar. Hoy la familia tiene un hotel con 15 habitaciones y un restaurante de excelente comida casera. El edificio es histórico y por allí pasaron muchos cultores de la Patagonia que ya no están, como el escritor inglés Bruce Chatwin y el periodista Germán Sopeña, entre otros. Al final de la charla, Susana también se queja de la presencia del visón: “Antes, en la margen oeste del Lago Posadas había lagunas con juncos, flamencos rosados y garzas. Hace unos diez años introdujeron el visión de Neuquén y destrozó casi todo”.Otro sitio importante en la vida social del pueblo es Río Tarde Casa Patagónica, una muy linda posada boutique con restaurante, en la que su propietario Horacio Richards organiza ciclos culturales, muestras fotográficas y obras de teatro. Tras una agradable caminata en la que se ven pinturas rupestres, se llega a la cima del Cerro de los Indios, con vista panorámica de la región. A 10 km del pueblo, el lago Posadas –de aguas color turquesa– se une por un delgadísimo istmo con el lago Pueyrredón, de aguas azules, en uno de los sitios más ventosos y deslumbrantes del país. Al mirador del istmo se llega por un inolvidable camino sinuoso de la ruta 39, con capas y capas de montañas. En el agua azul emerge el enorme Arco de Piedra. Más adelante está la Garganta del río Oro, curso de agua que baja por un profundísimo cañadón. Y en la costa del lago Pueyrredón, entre álamos, se esconde la hostería Suyai, con una antigua pulpería aún de pie. De sitios así, abismales, está hecha la Patagonia más áspera: paisajes de gran belleza con escasa presencia humana y contadas historias de pioneros que sucumbieron a su encanto.

Lago Posadas x 2: los

divertidos efectos del

viento y el Arco de

Piedra. ENFRENTE Alero

en Cueva de las Manos.