Santander - fotocasa...2018/11/26 · ciudad de Santander se asoma al inmen‑ so océano, cayendo...
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LA HISTORIA
Santander
LA HISTORIA
Santander: pasear con elegancia y esplendor
disfrutando de la brisa del mar
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y su historia
Elegante, magnificente y orgullosa, la
ciudad de Santander se asoma al inmen‑
so océano, cayendo desde las cercanas
montañas. No fue cuestión de azar la
elección de Santander, por parte de Al‑
fonso XIII y resto de su corte, como
ciudad de retiro y descanso. Buscaban
disfrutar de baños de olas, regatear, ju‑
gar al polo y al croquet. La ciudad
donde pasear, viendo y dejándose ver
entre ca‑ misas almidonadas y anchas
pamelas, era un lujo consentido.
Cien años después, esa idílica sensación
no ha cambiado mucho. Santander sigue
siendo una de las ciudades más esplen‑
dorosas de España y Europa, donde hacer
las cosas bien significa hacerlas bonitas,
sabrosas, divertidas y apasionantes.
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Gonzalo Bringas Vega, Arquitecto del Edificio Castelar
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“Desde los balcones de mi casa se veía una vista admirable: la
terminación del muelle y la gran explanada de Puertochico”
José G. Solana, La España Negra, 1920. El actual Puertochico de Santander conserva ese
espíri‑ tu marinero lleno de orgullo. Sin quererlo, nos
traslada a una época en la que el trasiego del puerto
marcaba el ritmo de la ciudad. Mercancías,
pescadores, cargas y jó‑ venes raqueros buscando
aperos y monedas perdidas en las aguas del
Cantábrico representaban el día a día de Santander.
De aquello queda la maravillosa escultura de los ra‑
queros asomándose al muelle, el Real Club Náutico de
Santander y el trasiego elegante y tranquilo de los bar‑
cos que esperan en el puerto a desplegar sus velas para
disfrutar de la mar. Miembros del Club han vuelto con
orgullo de aventuras olímpicas con medallas colgadas
al cuello. No en vano, Puertochico es conocido como
“el último reducto de los mareantes” en palabras del
cro‑ nista santanderino José Simón Cabarga.
Estamos en 1919 y se vive la alegría del fin de la I
Guerra Mundial. Los felices años veinte comienzan a
abrirse paso en Europa, y Santander no es excepción.
Gonzalo Bringas Vega, excelso y prolífico arquitecto
cántabro y autor entre otras obras del Palacio de la
Magdalena de Santander, se encarga dar vida al
majestuoso Edificio Castelar, siempre elegante,
orgulloso, decorado con equilibrio y asomado al Paseo
Marítimo, a Puertochico y al Mar Cantábrico.
Desde aquellos felices años veinte, el Edificio Castelar
ha supuesto una referencia indispensable a la hora de
imaginar el Santander más esplendoroso. Aún hoy día,
casi cien años después de su construcción, el Edificio
Castelar cumple a la perfección con su objetivo: desta‑
car, presumir y robar miradas a quienes pasean a su alre‑
dedor. A su vez, el Edificio Castelar regala vistas únicas,
comodidad y funcionalidad a aquellos que se albergan en
su interior.
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MAPA Y SITUACIÓN MAPA Y SITUACIÓN
A un paso de...
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Paseo y jardines
de Pereda
Edificio Castelar
Calle Castelar
Real Club Marítimo
de Santander
Playa de los Peligros
Playa de La Magdalena
Palacio de Festivales
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Centro Botín
Dársena de
Molnedo o
Puerto Chico
Bahía de Santander
el Real Club Marítimo el Centro Botín la playa los locales de tapas
2 minutos andando 10 minutos andando 12 minutos andando 4 minutos andando
El Real Club Marítimo de Santander fue El centro de arte diseñado por Renzo Dejarse seducir por las playas limpias y Las frías aguas del Cantábrico proporcio‑
impulsado por el Rey Alfonso XIII, Pre‑ Piano acoge exposiciones, de los más re‑ abiertas de la ciudad es inevitable. Des‑ nan pescados y mariscos reconocidos por
sidente de Honor, convirtiéndolo en un conocidos artistas, durante todo el año, de la playa de Los Peligros hasta la de la su alta calidad y sabor, que acompañados
referente náutico para la ciudad y sus al‑ en un espacio arquitectónico reconocido Magdalena, disfrutar de todo tipo de pla‑ de sus tradicionales quesucos de la tierra,
rededores. mundialmente. nes es un privilegio. culminan una oferta gastronómica sin igual.
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FACHADA Y EXTERIORES FACHADA Y EXTERIORES
Viviendas únicas
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Las ocho plantas del Edificio Castelar cuentan con vi‑
viendas de diferentes tipologías que se adaptan perfec‑
tamente a todas las necesidades. Algunas de ellas
miran a la hermosa bahía de Santander, otras a las
dunas in‑ comparables del Puntal y las más atrevidas,
hunden su vista en el siempre verde y hermoso campo
de golf de Pedreña.
La arquitectura exterior, esplendorosa y orgullosa,
uni‑ da a una estructura interior moderna, con
acabados de las mejores calidades, enmarca amplios
balcones que ofrecen las mejores vistas de Santander.
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