Santo Cura

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Santo Cura. de Ars. San Juan María Vianney nació en Francia el 8 de mayo de 1786. De origen humilde, durante su infancia se dedicó a ayudar a su padre en las tareas del campo. Fue en estos años cuando estalló la Revolución Francesa que, entre otras cosas, - PowerPoint PPT Presentation

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San Juan María Vianney

nació en Francia

el 8 de mayo de 1786.

De origen humilde, durante su infancia

se dedicó a ayudar a su padre en las tareas del campo.

Fue en estos años cuando estalló la Revolución Francesa que, entre otras cosas,

persiguió duramente a la religión católica. Por ello Juan María

tuvo que hacer su primera comunión a escondidas, pues los sacerdotes corrían un grave peligro

si las autoridades les sorprendían ejerciendo su labor.

Juan María deseaba ser sacerdote

desde pequeño

y por ello,

a pesar de la oposición de su padre,

entró en el seminario.

Allí se dio cuenta

de que lo de estudiar en latín

se le hacía muy cuesta arriba.

Estando Francia en guerra, Napoleón mandó reclutar

a todos los chicos mayores de 17 años,

entre los que se encontraba Juan María,

pero, al final, no llegó a combatir

porque se puso enfermo y, tras diversos episodios,

terminó regresando a su pueblo.

De vuelta al seminario, puso todo su empeño en estudiar, pero no había manera de que aprobase ninguna asignatura.

El padre Balley, amigo de Juan María, se dio cuenta de que,

a pesar de su poca capacidad para el estudio,

sin embargo, tenía buen criterio y una voluntad admirable.

También el obispo

comprendió todo esto

y, por ello, le ordenó sacerdote

el 12 de Agosto de 1815.

El 9 de febrero de 1818 fue enviado a la parroquia más pobre de toda la diócesis,

que se llamaba Ars. Tenía 370 habitantes.

Solo asistían a misa los domingos un hombre y algunas mujeres.

Juan María se propuso ayudar

a que sus feligreses

se convirtiesen

rezando mucho por ellos

y exhortándoles a abandonar

todo pecado

para que volviesen de nuevo

a Dios.

Quizás lo más destacado

de Juan María

fue el tiempo que empleó

en estar en el confesionario

para poder escuchar

con calma a sus feligreses,

ofrecerles el perdón de Dios

y darles sabios consejos

para que progresasen

en su vida de fe.

Tal fue la fama que alcanzaron

sus confesiones

que se empezaron a organizar

desde los pueblos de alrededor

peregrinaciones

para escuchar los sabios consejos

de este sacerdote.

Ahora bien, fue la oración,

la penitencia y el ejemplo

de Juan María

de lo que se sirvió Dios

para que los habitantes

de este pueblo

abandonasen

su antigua vida de pecado

y comenzasen a creer

vivamente en Dios.

A lo largo de su vida no le faltaron dificultades ni calumnias por parte de personas que, envidiosas de su labor, no cesaban de murmurar en contra suya.

Juan María

no se dejó llevar nunca

por estos comentarios,

porque para él

lo único importante

era conducir a su pueblo

a Dios.

Por otro lado, y prácticamente al final de su vida,

quisieron condecorarle, pero él nunca aceptó ningún reconocimiento,

pues siempre se creyó un pecador

y, quizá por ello, nunca habló

de los éxitos obtenidos.

El 4 de agosto de 1859

Dios le llamó de este mundo a su presencia.