Santuario Del Rey - Leticia Gallegos
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Red Latinoamericana de Luz
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SANTUARIO DEL REY
Una puerta al Mundo Intraterreno.
Por U X Y U T L
Ttulo Original: Santuario del Rey.
"Una puerta al mundo Intraterreno".
Autor: Leticia Gallegos M.
(Uxyutl)
Edita: Martn Pea Q.
Fundacin E. T., S. C.
Reg.: FET-980720-3WA
Todos los derechos reservados.
Impreso en Mxico.
ISBN: 100990811-2
NDICE :
Captulo: Contenido:
Introduccin
I Hortom, mi amigo Extraterrestre
II Viaje a Altavista, Nayarit
III La Ciudad Intraterrena
IV Encuentro de dos "mundos"
V Cmo son los seres Intraterrenos?
VI Nace el inters y la bsqueda
VII La puerta dimensional
VIII Segundo viaje
IX Tercera visita
X Cuarto viaje
XI Quinta visita
XII Sexta visita
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Dedicatoria:
Dedico esta obra con amor a mi querida madre, que me dio la gran oportunidad de venir
a este planeta; y a mi hija Giselle Aitxiber, porque me ense a respetar su libertad.
Agradecimientos:
A Adilia, por poner este sagrado lugar al alcance de mi mano.
A Vctor Fidel, por toda la informacin que me proporcion y por todo el tiempo que
amablemente me dedic sin esperar nada a cambio.
A mi hermana Olivia, porque siempre me prest el vehiculo apropiado para poder
internarme es esos parajes, pues sin esa camioneta todo esto no hubiera sido posible.
Y a todos aquellos, que de una u otra manera me auxiliaron, me acompaaron y
vivieron estas gratas experiencias junto con mi persona.
Gracias a todosporque me ayudaron a engarzar las perlas que he ido recogiendo en este
bendito caminar.
Introduccin.
Llegar a ponerme a escribir esta obra no ha sido tarea fcil. Fueron muchos aos de
bsqueda por varios pases. Mi deseo de poder ingresar un da a alguna de esas mgicas
Ciudades Intraterrenas me llev a recorrer casi toda Amrica, Europa, la Polinesia, etc.,
y esto me hizo cambiar mi forma de vivir hasta convertirme en una persona solitaria,
siempre leyendo y buscando a cuanta persona me decan haba ingresado a esos
fantsticos mundos.
Mi vida material cambi y todo se hizo mucho ms difcil, pero todo vali la pena, para
todo hay un momento y el mo lleg lleno de cambios positivos para mi vida, lleg con
paz, felicidad, armona y con soledad, s, pero es normal en una experiencia de este tipo.
Cuando no se ha vivido, para muchos les resultara increble pero para quienes hemos
tenido esa oportunidad es lo ms maravilloso. En este planeta existen muchas ms cosas
de las que nuestros ojos fsicos pueden captar; mi deseo al escribir este libro es de que
todos los seres humanos pongamos ya manos a la obra y hagamos realidad todo cuanto
hemos soado.
Todo est ah, solamente tienes que extender la mano y tomarlo. Ante el Padre nada
pasa desapercibido. l est atento y como todo buen Padre nos dar lo que ms
deseamos si esto ayuda a nuestra evolucin.
Mi ser se llena de gozo al recordar cmo cada noche al ponerme a escribir mis
experiencias los maestros de lo interno me susurraban al odo para que no fuera a
-
olvidar ningn detalle. Me hacan sentir nuevamente esa felicidad que slo se siente
cuando ests en paz con el mundo y contigo misma y esa paz que te da el saber que ya
cumpliste con la parte del trabajo que le toc a uno realizar.
El mundo intraterreno no es otra cosa que el pas de Agharta para nosotros los
buscadores de lo oculto, el Shangri-La de los orientales, el Paraso de los cristianos, y s
existe, tan existe que yo pude lograr penetrar a l, y como yo, muchos de ustedes
tambin lo harn. Mi deseo de rregresar a casa s que se queda impregnado en esta
obra y s tambin que muchos de ustedes me escribirn algn da para contarme su
experiencia de reencuentro con su razn de ser. Recuerden que todos los tneles se
conectan entre s y todos los llevarn a alguna de esas ciudades y tambin al Shamballa,
capital de ese mundo con sus millones de habitantes.
Ellos te ensearn a vivir con tal paz que desears no regresar ms a la superficie. Con
cada una de sus palabras en ese extrao idioma que ellos llaman Vattan sentirs que
eres inundado de amor, de ese amor que como seres humanos an no somos capaces de
sentir porque an no logramos erradicar la negatividad y la falta de entrega de nuestro
Ser.
La Verdad a veces est tan cerca de nosotros que no nos damos cuenta y viajamos de
lado a lado del planeta en su busca, creemos encontrarla en las palabras de alguien que
se hace llamar Avatar o Canal como se dice en el movimiento de la Nueva Era y no nos
escuchamos a nosotros mismos. Nos olvidamos que somos chispas divinas y por lo
tanto somos Dioses; nos olvidamos de la parte activa que tenemos dentro del plan
divino.
Terrestres, intraterrestres, intraocenicos, extraterrestres, ultraterrestres, supraterrestres,
etc., todos, absolutamente todos somos hijos de Dios y formamos parte de una misma
familia.
Pide con amor que se te deje hacer uso del Gran Archivo Secreto de la humanidad y ah
encontrars la Verdad, tu verdad que hasta hoy no has querido escuchar ni ver.
-
Captulo I
Hortom, mi amigo extraterrestre.
09 de Agosto, 1999.
Era muy temprano me encontraba sola en casa. Haba pasado una de esas malas noches
y mi cuerpo estaba cansado y me senta enferma. Pero, deba sobreponerme y empezar a
hacer la limpieza de mi hogar.
Realmente me senta mal, pero no poda dejarme vencer por ese estado. Saba que tena
que ponerme a hacer algo para alejar la pesadumbre. Me levant, fui a tomar una escoba
y me puse a barrer mi departamento comenzando desde el fondo hacia la entrada. Al
llegar a la puerta de mi habitacin santo Dios!, una geoda piedra de cuarzo- de color azul que tena como "lmpara" en un librero en el interior de la recmara estall y vol
en muchos pedazos. Me estremec y un extrao fro me recorri desde la cabeza a los
pies. Fue impactante para m.
Recog lo que qued de la geoda e inmediatamente corr al telfono y marqu a la casa
de la persona que tiempo atrs con mucho amor me haba obsequiado la piedra de
cuarzo. Me imaginaba lo peor, pues relacionaba la desintegracin de la piedra con la
vida de mi amiga.
-S, bueno; con quin desea hablar?
Era Claudia, la hija de mi amiga.
-Claudia, mhija, habla Leticia! Cmo est tu mam!?
-En estos momentos no se encuentra, sali, pero, ella est bien.
-Gracias a Dios!
-Oye, Lety, no me asustes, qu sucede? Por qu preguntas por mi
mam?
-Ay, mhija, lo que pasa es que me acaba de tronar la geoda que me regal tu mam y
yo cre que algo malo le haba sucedido a ella.
-No, mira, desde hace rato sali de la casa, yo creo que est bien,
pues si algo malo le hubiera sucedido yo ya me hubiera enterado no crees?
-Bueno, gracias Claudia, si sabes algo me llamas, o.k.?
-Con gusto, Lety, hasta luego.
Colgu el auricular y me sent ms tranquila.
A pesar de encontrarme an sin energas continu con mis labores de limpieza.
Un rato despus escuch sonar el timbre de la puerta y fui a abrir. No haba nadie. Me
disgust un poco y pens que los chicos del edificio haban vuelto a jugar con mi
persona hacindome perder el tiempo con sus bromas.
-
Me sent un poco mareada. Regres y me tir a descansar en el sof de la sala que est
junto a la puerta principal.
Habran pasado algunos quince minutos cuando son el timbre nuevamente. Esta vez
me dirig velozmente a abrir y poder pillar a los nios que me hacan travesuras para
amonestarlos.Santo Dios! Me qued muda de la impresin. Ante mis incrdulos y
desorbitados ojos se destacaba la figura imponente de un hombre.
Era Hortom! Un querido amigo que conoc en Chile, Sudamrica haca 10 aos
cuando visit ese hermoso pas por primera vez. Hortom -segn sus propias palabras- es
originario de Morlen, mejor conocido por nosotros en la Tierra como Ganmedes, uno
de los tantos satlites de Jpiter.
Al reconocerle quise abrazarlo, pero no me lo permiti.
-Por favor, no me toques -dijo mi amigo como previnindome de algo que pudiera
lastimarme si yo insista en abrazarlo. Rpidamente comprend y nuevamente, por
segunda ocasin en ese da se me enchin la piel y un escalofro me recorri de la
cabeza a los pies.
Todo l era luz y sus ojos fulguraban como dos rayos.
Amablemente le hice pasar y le ped que se sentara.
Mi cuerpo an acusaba los estragos por la gran impresin. Me di cuenta que Hortom ya
no era el mismo; no poda mirarle directamente a los ojos pues eran como dos soles. Yo
cre que l haba desencarnado y le pregunt:
-Hortom, amigo, dime, te moriste?
l se sonri y me contest:
-En julio de 1989, cuando tuviste tu primer encuentro con las Hermandades Superiores
te dije que si algn da iba a pasar algo serio en el planeta Tierra yo te avisara.
-Va a pasar algo con el eclipse! -le interrump abruptamente-
Sucedern todas esas cosas que andan contando por ah?
-Fsicamente -repuso con calma-, nada fuera de lo comn, pero a nivel energtico s
sucedern algunas cosas. Las energas ya estn aqu, habr quienes las asimilen
realmente y habr quienes no lo hagan. Por lo tanto, para que sutilices y prepares tu
cuerpo fsico debers beber nicamente aguas de jamaica, fresas, granada, sanda y palo
de brasil y come betabel cocido hasta esa fecha.
Puso sobre mi mesa algo parecido a un cuarzo y pidi que llenara la mesita de cuarzo,
los cuales llenaron de luz roja todo mi departamento.
Tambin dijo:
-Todas las puertas a las Ciudades Intraterrenas se abrirn en la madrugada del da 11 de
Agosto. Te espero en la ms cercana.Y se desvaneci.
No mov un solo msculo. All me qued, en mi sof, tratando de poner orden al
torbellino de pensamientos que haba desatado la visita de mi amigo Hortom. Ni
siquiera repar en que no me haba dicho el lugar exacto en que me esperara, pero, en
-
el fondo intua y estaba segura a dnde ir ese bendito da del eclipse de nuestro astro
sol.
Previo a mi viaje, los das 9 y 10 segu las instrucciones al pie de la letra acerca de
cmo alimentarme y en verdad me sent ms sutil, ms liviana, como que me haba
depurado internamente y eso me llen de una alegra sin igual.
La tarde del 10 de Agosto la invert en buscar entre mis amigos que tienen automvil
para que me hicieran favor de llevarme al Santuario del Rey, y nada ninguno tuvo
tiempo para eso.
Estaba dicho que deba ir sola.
La suerte estaba echada. Slo Dios saba lo que me tena reservado para la madrugada
del 11 de Agosto de 1999 con mi amigo de origen extraterrestre.
Captulo II
Viaje a Altavista, Nayarit.
Era la madrugada del 11 de Agosto y me encontraba en la central camionera de Puerto
Vallarta, Jalisco abordando un autobs con rumbo al vecino estado de Nayarit. Despus
de una hora de trayecto ped al conductor del camin que me bajara en el crucero de
Altavista.
Estaba muy oscuro y solitario el lugar. Enfil resuelta por el camino de terracera sin
pensar en nada; pues distaban unos cuantos kilmetros para llegar a mi destino. No
senta miedo y tampoco senta pesado el caminar. Pareca ms bien que me "llevaban".
Me senta muy bien protegida.
Yo segua en un estado vibracional alto y esa felicidad inundaba todo mi ser. Saba que
algo muy importante tendra lugar en las ruinas arqueolgicas del Santuario del Rey ese
da del eclipse. Quise recordar la cantidad de veces que haba visitado con anterioridad
el Santuario y, la verdad, haban sido tantas y acompaada por tan diversas personas
que en ese momento me resultaba difcil enumerar.
Ensimismada en mis pensamientos habra caminado unos quinientos metros desde el
entronque de la carretera federal, cuando divis unos faros de luz que venan a mi
encuentro. Era una camioneta, y para mi sorpresa el conductor era ni ms ni menos que
mi amigo Hortom!
-Sube, nos esperan!
Fue lo nico que dijo.
Con cada metro que avanzbamos, cada curva y reducto del camino, mi admiracin y
respeto aumentaban hacia mi amigo que, viniendo desde tan lejos me pareca
inconcebible que conociera como la palma de su mano esos inhspitos lugares.
-
Minutos despus estacionbamos la camioneta y tenamos que cubrir el ltimo tramo a
pie. La oscuridad era impenetrable. Lo que me vala era que haba ido tantas veces al
Santuario anteriormente que el camino ya me lo saba de memoria.
Y as llegamos hasta la Pileta.
Cuando de no ver ms all de mi nariz, se encendieron antorchas y pude contar,
reunidos all, a 70 individuos de muy variada forma de vestir. Junto a m haba una
mujer que llam poderosamente mi atencin. Era alta, meda aproximadamente 2
metros de estatura; su tez era de un blanco lechoso y sus ojos de tipo oriental, pero, en
lugar de ser jalados hacia abajo, los tena rasgados hacia arriba; su ropaje pareca de
seda viva y muy brillante.
Me salud haciendo una leve inclinacin como reverencia, llev sus manos juntas a la
cabeza y despus a la altura del corazn, luego hizo un mudra y pronunci su nombre:
-DRA-ALI.
La vibracin de su nombre me hizo sentir que era el momento de mi despertar total;
que se aclaraba en mi mente mi misin aqu en la Tierra.
Y vi brotar de mi sptimo chakra -en la coronilla- un diamante de tonalidades azules.
Eso me hizo sentir que ninguno de mis pasos en esta vida haban sido intiles.
Pude abrir las puertas de mi mundo interior y lo encontr maravilloso. La oportunidad
de avanzar, de crecer, de sentir plenamente el verdadero Amor. Aquella hermosa mujer
me hizo diferenciar la vibracin de mis 7 cuerpos y puede reencontrar el punto de unin
y de armona entre ambos. Me sent nica. Y al elevar mi nivel de resonancia pude
descubrir mi propio Ser y el poder que me confiere.
Haba tambin un hombre, bueno, no estoy segura, pues pareca ambas cosas: hombre-
mujer. Deba medir 1.70 metros de estatura; era de piel morena, como bronceada; de
grandes ojos verdes y con unas pestaas 2 3 veces ms grandes que las de los
humanos. Dijo llamarse IOXALEC. Vesta un traje gris pegado al cuerpo como si fuera
su propia piel; sus manos eran enormes e iban finamente enguantadas; su cabello negro
era muy rizado y caa hasta los hombros. Estar junto a ese ser se senta que emanaba
mucha paz y alegra constantes.
-Pareces un rayo de luz plateada -me atrev a decirle tmidamente.
Con una bellsima sonrisa, l me contest:
-Hemos venido al mundo como luces, porque somos construidos de luz. El trabajo ms
importante de los seres humanos es seguir siendo luz, irradiando luz, proyectando luz
hacia todos los rincones del planeta.
Hizo una leve pausa y prosigui:
-Di a todos los trabajadores de la luz que slo a travs de la luz podr este planeta ser
alistado para su propia expresin dimensional. Y t, vive sta experiencia como lo ms
maravillosa expresin de AMOR del SER.
-
Entonces vi cmo una forma piramidal sala de mi pecho y se detena frente a m, gir
varias veces, subi como un metro arriba de mi cabeza, gir nuevamente, luego baj,
entr en mi pecho y sent calor, mucho calor.
Mi vista se expandi. Mis odos eran capaces de escuchar hasta el ms leve de los
ruidos y pude darme cuenta con asombro de que mi corazn haba dejado de latir!
Captulo III
La Ciudad Intraterrena.
El "paso" a la Ciudad Intraterrena fue tan sutil que apenas pude darme cuenta cuando el
ambiente que me rodeaba cambi. Al dejar de "latir" mi corazn, fue mi Ser Interior
Profundo, mi Espritu, el que entonces tom el mando.
Y dej de ser la modesta ama de casa para convertirme en UXYUTL, que significa: "El
que viene de las profundidades del Mar Sagrado".
Cada uno de los ah presentes mantraliz -vocalizar- su nombre csmico veintids
veces. El sonido hizo que toda la Ciudad Intraterrena se estremeciera como en una
especie de danza ritual. Se escuchaban los sonidos de caracoles y timbales. Todo era un
ambiente de fiesta. La poblacin era como de origen oriental con una extraa mezcla de
maya y olmeca.
Aquellos grandes maestros reunidos en ese punto del planeta nunca hablaron de un
holocausto final, sino de cambios de cosas que dejarn de existir, por ejemplo:
LA PACIENCIA:
Pues el humano la ha tomado como un sinnimo de No Hacer. La raza humana esta en
el momento en que tiene que ponerse a trabajar para poder trascender.
LA FE:
Porque es una venda en los ojos del humano. La fe es una palabra puramente humana
que permite ocultar las respuestas. Aquello de que es "Dogma de F" dejar de existir
porque el que realmente conoce y percibe a DIOS, sabe que la fe no es necesaria.
Hablaron de hacer un trabajo ms arduo o cambios de programas en el pensamiento
humano; porque cada pensamiento elaborado tiene vida propia y es capaz de circular en
el cosmos.
-
Nos hicieron saber la necesidad de ayudar a crear conciencia para que el hombre sea
capaz de no permitir que la materia predomine sobre la razn y el conocimiento que el
humano debe dejarse guiar slo por la Conciencia, o sea, por su Real Ser Interno.
Tambin dijeron que al llegar a este planeta y tomar forma humana olvidamos que
somos eternos y Esencia Divina y dejamos de embellecer cada da nuestra propia vida.
Que somos Luz, y que el conocimiento es el fuego que consume todos los disfraces de
la ignorancia; y slo as podremos fusionarnos nuevamente con nuestro propio SER.
Hablaron de que como humanos tenemos una oportunidad excepcional de acelerar el
proceso evolutivo y el paso a dimensiones superiores, porque la meta del conocimiento
es la sabidura, y sa se encuentra solo en nuestro interior.
-Debemos sutilizarnos pues la evolucin radica en el control de las pasiones. La
energa debe ser orientada hacia planos superiores, el retorno lleg y la dicha del
reencuentro es algo que no debemos negarnos. Si tan slo observramos la luz, nos
daramos cuenta de que en ella est todo lo que necesitamos. Todos somos luz de una
misma fuente y nuestra vibracin tiene el mismo origen. Aceptemos que hace tiempo
nuestras clulas cambiaron y se adaptaron a una cuarta dimensin. El salto es ya
inminente para aquellos que aceptamos el cambio.
De pronto me di cuenta de que en el lugar en que me encontraba en ese momento,
tambin haba cielo y un sol. El cielo era amarillo-verdoso; y haba rboles con frutos
extraos parecidos a la jaka pero que contenan una leche con un sabor parecido a la
vainilla.
Haba adems unas flores parecidas a los tulipanes, de color prpura, como de un metro
de grandes; al acercarme, una de ellas abri sus ptalos y eman de su interior un olor
dulce y relajante. Tambin vi frutos como naranjas hasta cuatro veces ms grandes que
las que hay en la superficie de la Tierra. No vi animales.
Haba enormes cristales como grandes receptores de la energa que llegaba del cielo.
Pareca como una tormenta, pues la energa se perciba en forma de rayos, de bolas de
fuego y de ondas, Me impresion mucho la formacin en que estaban los cristales y las
esferas (Ver figura ). El Cristal meda como 5 metros de altura; era de color azul zafiro.
Los crculos eran esferas como de un metro de dimetro y cada uno de los
representantes se sent sobre cada una de las esferas. El Regente pos las dos manos
sobre el cristal y a cada descarga -o carga- energtica l pareca que se desvaneca como
transformando la energa que pudiera ser destructora a positiva.
-
Haba muchos domos de cristal de diferentes colores; algunos de aquellos personajes
entraron a los domos y se convertan al instante en luz e irradiaban esa energa ya
transmutada a todo el planeta. Empec a percibir una extraa vibracin a mis pies. El
globo terrqueo reciba embates energticos y yo poda sentirlos claramente!
Captulo IV
Encuentro de dos "mundos"
Siempre tuve pasin por los lugares ocultos o aislados, cuevas, etc., y tena la plena
seguridad de que existan pueblos en el interior del planeta as como una vasta red de
tneles que unan a esas ciudades entre s. Y lo estaba constatando en esos instantes que
me encontraba fsicamente en una de esas ciudades.
Ha llegado el momento en que las civilizaciones intraterrenas suban a la superficie y se
inicie un intercambio de vida un trabajo de integracin conjunta -pens.
La llegada hacia nosotros de extraos y coloridos vehculos suspendidos un metro
aproximadamente del piso me hizo reaccionar. En ese instante repar en que todo en
aquella ciudad intraterrena es de colores muy vivos. All parece ser el paraso terrenal.
-Ya no es por azar que puedas ingresar al mundo intraterreno -me dijo un gua-, slo
debes desearlo realmente para que te concedan el permiso. Hay muchos seres como t
que estarn siempre conectados con estas civilizaciones y para quienes les ser muy
sencillo el ingreso.
Luego me entregaron un mapa de los tneles por donde se llega a las ciudades
intraterrenas el cual no tengo permiso an de mostrarlo pero si muestro un dibujo de la
llave que me fu dada hace una dcada y que es de procedencia Lemur. Me haba
olvidado de mi amigo Hortom, y de pronto lo tena de frente!
Sub con l a uno de los extraos vehculos, hizo un movimiento giratorio y ya
estabamos en otro lugar!
El aparato se detuvo fuera de la ciudad. Bajamos del vehculo y caminamos por un
sendero; era como un bosque con rboles gigantescos parecidos a las secoyas. El csped
pareca acabado de cortar, pues an ola. Luego enfilamos por una calle recta; las
construcciones eran de piedra y sus paredes todas eran de color blanco, los techos muy
rojos y cada casa tena muchas flores.
Al fondo haba un edificio de cristal rosa en forma de pirmide truncada. (Ver figura )
De primer momento no me di cuenta que el pedazo que faltaba estaba ah mismo pero
vibrando tal vez en una escala superior que era casi invisible a mis humanos ojos.
-
La ciudad estaba trazada con tal armona y perfeccin que pens que, armonizndonos
de esa misma manera sera ms fcil cumplir con las leyes evolutivas, as como hacen
las razas intraterrenas.
Estaba metida en mis propias reflexiones cuando Hortom lleg a mi lado.
-En qu ests pensando? -me pregunt.
Yo saba de antemano que l conoca mis pensamientos y le respond:
-En las iniciaciones que tuve en Rapa Nui y en el Santuario, ya que sin ellas no hubiera
podido entender en qu momento del plan trazado para m me encuentro. Esto es una
purificacin, es quitarme el velo de la ignorancia; esto es aceptar mi responsabilidad
evolutiva hacia toda creacin.
Empec a vibrar por la emocin de mis propias palabras y mis centros energticos
brillaban irradiando luz.
Hasta esos momentos no haba tenido la oportunidad de ver quienes formaban junto
conmigo el grupo de selectos visitantes de la superficie de la tierra. Mi sorpresa fue
mayscula cuando uno a uno los reconoc a todos.
Haba all personas de varios puntos del Planeta. Algunos de ellos son figuras pblicas
muy importantes mundialmente.
En ese mundo intraterreno a todos nos una un gran cario respetuoso y fraternal.
Captulo V
Cmo son los seres intraterrenos?
Quise conocer ms acerca de los habitantes de aquella poblacin y ped a mi amigo
Hortom que me diera un recorrido por las reas en que stos se encontraban.
La susodicha era una ciudad situada en un pequeo valle interior. Se encontraba
iluminada por una tenue luz verde que a m en lo personal me produca bienestar. No se
vea el cielo, ms bien pareca como que el valle entero estuviera dentro de una gran
burbuja.
En el tour guiado por mi amigo extraterrestre por aquella ciudad pude distinguir a tres
razas diferentes las cuales se mezclaban armoniosamente entre s. Cabe destacar que en
ese lugar subterrneo no hay bebs, parecen todos de la misma edad y estatura segn la
raza.
RAZA NAZANUS:
-
A los habitantes de esta raza los encontramos en los jardines. Eran pequeos, como de
un metro de estatura. Sus cabezas un poco grandes y sin pelo. Sus ojos eran enormes.
Pude ver que poseen una asombrosa agilidad.
RAZA MRADAS:
stos vestan tnicas blancas. Eran muy delgados y tenan brazos muy largos. Sus ojos
eran de color azul, sin cejas ni pestaas. Algunos de ellos se encontraban trabajando en
especies de laboratorios. Ellos no comen las frutas ni verduras crudas como nosotros
sino que las procesan y guardan en pequeos envases de un material parecido al
aluminio. Y si bien, durante todo el recorrido no haba sentido fro ni calor,
precisamente en sa rea de trabajo s sent fro. sta raza y su ciudad estn conectadas
a otras bajo el mar .
RAZA KUTHUMPAS:
Los seres de la raza Kuthumpas son los hombres santos ms cercanos al Rey del
Mundo; a ellos los vimos en el rea de la pirmide. stos son un poco ms robustos
que los anteriores y se asemejan mucho a los humanos. Sus tnicas eran de un color
amarillo-naranja y portaban grandes medallones con una piedra roja que pareca
palpitar, sta gema es la conexin con la tiara roja y las cintas con diamantes que
ocultan el rostro del soberano Seor. Precisamente a uno de los integrantes de esta raza
lo haba visto momentos antes en el saln de estudios que conoc tambin como parte
del recorrido.
Nos percatamos que el resto de mis compaeros de la superficie ingresaban al templo
de cristal haciendo una ordenada fila y tanto Hortom como mi persona nos sumamos a
los dems rpidamente. En el templo se encontraban doce ancianos muy parecidos a los
lamas tibetanos. Uno de ellos tom la palabra y se dirigi a nosotros de la siguiente
manera:
-Hemos hablado a muchos humanos las mismas palabras que ahora vais a escuchar, y
las seguiremos repitiendo. Algunos de ustedes escribirn dando a conocer estos mundos
y ser bueno. Su sentir y su pensar lo conocemos y por eso estis aqu. En cada uno de
ustedes ha sido activado el poder natural de su Ser y con ello unificamos nuestro
conocimiento para lograr la unin de nuestras esferas. Su diamante y su pirmide
estn activos, al regreso a casa y despus de un breve tiempo podrn sin esfuerzo
contactar con nosotros y con todo el mundo subterrneo. Hay cosas que habis visto que
nunca podrn revelar, ustedes lo saben ya. Cada cosa que han aprendido aqu, ser en
beneficio de la humanidad que habita sobre la Tierra.
El venerable anciano hizo una pequea pausa. Luego, sealando y llamando por su
nombre a dos personas de los que componamos el grupo, les dijo:
-
-Ustedes dos tendrn que salir de este lugar y nunca ms volvern a entrar a ninguna de
nuestras ciudades porque las pruebas que todos habis pasado han sido para templar,
sutilizar y armonizar sus cuerpos antes de quedarse con nosotros y no para usar el
conocimiento que han adquirido en beneficio propio. Por consiguiente, olvidarn que
han estado aqu y todo cuanto han visto y aprendido.
Al instante que termin de hablar el gua, las dos personas a las que se haba dirigido
desaparecieron!
Enseguida aquel ser nos dijo al resto del grupo:
-A ustedes se les ayudar realizando cambios moleculares para su adaptacin a las
diferentes ciudades a donde vais a ser llevados muy pronto.
Despus de esto, jams dudarn de la presencia de las Jerarquas Mayores y de su
amorosa ayuda al planeta Tierra. No olviden que deben erradicar de ustedes toda la
negatividad. Tampoco olviden de elevar su vibracin pues a medida que lo hagan ms
cerca estaremos unos de otros. No olviden que la evolucin y la preparacin es
individual; olviden las cargas ajenas. La ayuda se dar a medida de que eleven su
vibracin, slo as la ayuda ser recibida o aceptada por el otro. El llamado es para
todos pero el trabajo es individual. Habis llegado aqu no por casualidad, sino porque
ustedes mismos se autoconvocaron. Debern alejarse de sus amigos y familiares por
unos das, pues la energa y la luz de sus ojos pudieran daarles.
Despus de esos breves consejos hicimos un recorrido por el interior de la pirmide la
cual ocultaba dentro de ella grandes riquezas. Cada uno de los lados de la pirmide era
una plancha de oro macizo con incrustaciones de grandes gemas como rubes,
diamantes zafiros y esmeraldas que hacan un juego de rayos de luz que yo senta que
penetraban en mi cuerpo y activaban todas mis capacidades mgicas an dormidas.
Luego empezamos a movernos rtmicamente en una extraa danza con movimientos
parecidos al Tai-chi.
Nuestro cuerpo se mova slo, en una concentracin total que pareca o era
sobrenatural. Termin la danza y yo no me senta cansada, me encontraba ms bien
muy tranquila. Como yo era la que estaba ms prxima a la puerta, fui la primera en
salir del templo. La tierra vibraba y pens: "un terremoto" pero sal para alcanzar a ver
de espaldas a m a un ser gigante que vesta una tnica color blanco perla con una faja
de color vino tinto trenzada en tres hilos, el sonido de un tamborileo lleg y todos
hicieron una breve inclinacin. Yo estaba segura que se trataba de Quetzalcatl, y en lo
ms profundo de mi ser intu que estas civilizaciones regresarn y reintroducirn una
nueva edad de oro en la superficie del planeta.
-
Luego nos separaron a todos en pequeos grupos se despidieron de nosotros y nos
regresaron a casa.
Me encontr de pronto a la puerta de mi departamento. En mi mente bulla la idea de ir
a la montaa del Roncador, al norste de Matto Grosso, Brasil. Entr a mi departamento
y realic el ritual mgico superior. Tom mi bao de luz violeta y enseguida enton en
repetidas ocasiones el poderoso mantram que me permita tomar posesin de m misma
y poder hacerme consciente del maravilloso poder -control- de conexin al mundo
subterrneo que acababa de recibir y eso fue lo ms importante. Despus, pude tirar mi
cuerpo sobre mi cama y al fin entregarme a un reparador y placentero sueo.
Captulo VI
Nace el inters y la bsqueda.
Haciendo un poco de historia para que el lector pueda caminar a la par mo, debo
decirles que en el ao de 1990, a mediados, fui invitada al Chateau du Jaugy, en
Francia, a un seminario a nivel mundial de contactacin extraterrestre. Creo que lo que
ms me gust de todo ese mes vivido en Francia, fue la convivencia con tan variadas
culturas, pues haba gente tanto de Brasil como de Bali, de toda Europa y Amrica. En
ese hermoso lugar precisamente conoc al culpable de que naciera en m este gran amor
y dedicacin por el Mundo Intraterreno, pues l fue el conducto para que yo llegara a
tener todas las experiencias que he tenido con las razas del intramundo. Ese joven, de
nacionalidad argentina puso en mis manos una recopilacin de copias de libros que se
han escrito acerca de los grandes misterios de los mundos internos.
El SrHarold TWilkins aporta una extraa evidencia de un ingeniero ingls que muri
en 1938 y del cual no dice su nombre: "En el estado de Jalisco, en alguna zona poco
conocida, de extensin meridional de la gran cadena de la sierra madre, a unos 121
kilmetros al Este de Cabo Corrientes hay unas ruinas prehistricas que slo conocen
los indios. Los indgenas que habitaban la zona por aquellos tiempos afirmaban que
esas ruinas fueron en otro tiempo el hogar de un pueblo que era civilizado y
benevolente, incluso, la exploraciones hechas hacan la conexin con Atlantes derivadas
del pionero HY-BRAZILIAN y civilizador QUETZALCATL. La ciudad muerta est
sobre una mesa y es en ella que, en determinadas horas del da, o al anochecer, llega el
sonido de un extrao y vibrante tamborileo. El sonido se escucha desde lejos, incluso
desde el Pacfico. Los indios afirman que el tamborileo emana de los espritus y sale de
las cmaras de piedra de un gran templo en donde en otro tiempo fue venerado" el
gobernante del universo"; y dicen los indios que un da la rueda de la vida o el ciclo de
-
acontecimientos se completar y el antiguo pueblo regresar y reintroducir una edad de
oro".
Al leer esto fue la puntilla para que por aos me dedicara a la bsqueda de ese lugar
sagrado. Junto con varios amigos hice varias excursiones sierra adentro para encontrar
las dichosas ruinas. Tuvieron que pasar muchos aos, ocho, para ser exactos para tener
un da noticias del enigmtico lugar.
Corra el mes de octubre de 1998 cuando lleg hasta m Adilia, mi fiel compaera de
viajes con un folleto y varias fotografas de un lugar. En el trabajo de mi amiga iban a
promover tursticamente el Santuario del Rey, en Altavista, Nayarit y la haban llevado
a conocerlo.
-Desde que lo vi -me dijo excitada-, pens en ti!; estaba segura que es lo que buscabas
y que era para ti -insista.
Al ver las imgenes sent que toda mi cabeza daba vueltas y de inmediato vinieron a mi
mente escenas que me corroboraban que ese era el sitio que tanto buscaba y que deba ir
lo ms pronto posible. Es justo decir que a partir de ese momento todo mi ser ya no tuvo
calma; deba ir a ese lugar y pronto.
BREVE RESEA DEL SANTUARIO DEL REY:
"Ubicado en el estado de Nayarit, sobre la carretera Tepic-Puerto Vallarta y entre las
poblaciones de Las Varas y La Peita de Jaltemba; la desviacin dice: Altavista, 8 kms.
El Santuario del Rey es un centro arqueolgico que se encuentra cerca del volcn del
Copo en la sierra madre occidental. Fue un centro ceremonial muy importante en el
pasado y lo sigue siendo en la actualidad. Los indgenas huicholes lo consideran un
lugar de comunicacin con los Dioses.
Desde siempre stos personajes han hecho sus peregrinaciones hasta el lugar para
realizar sus ofrendas. Segn los estudiosos del tema, dicen que fueron las culturas
Mexicas y Azteca las que se asentaron ah y se dice que fue un lugar de descanso o
retiro de Quetzalcatl.
El espacio lo comprende un rea boscosa de ocho a diez hectreas. Existen
aproximadamente sesenta piedras grabadas con smbolos relacionados con el universo,
espirales, figuras humanas, animales como serpientes, peces y venados entre otros. Para
entrar al santuario se debe pedir permiso haciendo una reverencia y tres giros hacia la
derecha en la piedra de los 3
pozuelos y a la salida se hace la misma reverencia pero los giros son a la izquierda.
Segn la tradicin huichola existe en el santuario un rbol energtico a quienes ellos
-
llaman Tamualchn que es unos de los sostenes del universo. Existen huellas grabadas
en la piedra en forma de patas de animales; las huellas son parejas, como las manos, o
sea, como si tuvieran el pie plano. Hay dibujos en formas piramidales y hasta una piedra
quiroprctica. Este santuario debi haber sido dedicado a la medicina, ya que en el
interior de ese mgico lugar existen aproximadamente treinta y cinco plantas curativas y
muchsimas ms en todo el bosque tropical que lo rodea. El Santuario del Rey fue el
lugar de reunin de las siete tribus nahuatlacas: Aztln y Chicomoztoc. Aztln significa:
lugar de las garzas y Chicomoztoc: Lugar o la tierra de las 7 cuevas que al mezclarse
formaron la cultura Chichimeca. Segn esa tradicin, cada una de las razas brot de una
cueva y existen 7 cuevas en el Santuario del Rey Existe un terrapln que consta de tres
niveles con piedras de hasta cien toneladas de peso; algunas piedras fueron colocadas
cerro arriba y a una distancia de quinientos metros una de la otra para formar la
serpiente del equinoccio de primavera. La primera noticia que se tiene de este sagrado
lugar la encontrar todo vido investigador de las culturas antiguas en La Crnica
Espaola de 1535 del padre Mota Padilla, fecha en que se realiz la primera excursin
a Baha de Banderas."
Cuando termin de leer el folleto que contena esa informacin record que en Rapa-
Nui o Isla de Pascua, lugar a donde entr por primera vez al Mundo Intraterreno una
dcada atrs, existe una plataforma de 7 Moais o Moaris y segn aquella tradicin,
fueron tambin siete razas las que se unificaron para ensear al mundo siete grandes
dones o virtudes. Tambin me hizo evocar imgenes de Machu Picchu y Tiahuanako,
lugares donde existen acomodos de piedras parecidos y que tienen mucha relacin con
la cosmogona y fechas de equinoccios y solsticios de la Tierra.
No poda esperar ms, haba encontrado el lugar que tanto tiempo invert en buscar y
ahora estaba al alcance de mi mano!
31 de Enero, 1999.
Siendo las 17:00 horas llegamos junto con el gua y guardin del lugar de nombre
Colibr hasta las puertas del Santuario mismo. Nada ms poner un pie dentro del rea de
ese mgico lugar, sent los embates de su energa. Me sent mareada y mi cabeza se
puso caliente como si quisiera hervir. Fidel, que es el verdadero nombre de Colibr nos
pidi hacer un ritual de entrada y as obtener el permiso del Gran Espritu. Lo hicimos
con mucho respeto y con amor pues ese momento, aparte de especial -para m- era algo
ms que mgico. Ingresamos a un espacio que ellos llaman "la zona del silencio"; es un
rea como de cien metros cubierta de vegetacin, y por lo tanto un poco oscura. En ese
momento, mi compaera, hizo la observacin de que pareca que iba a llover y que se
-
haca ya de noche; que mejor nos regresramos y que volviramos despus. Colibr dijo
que no, que tenamos el tiempo suficiente para ver la parte baja o primer rea del
santuario. En eso estbamos, cuando omos un extrao ruido pero que alcanzamos a
distinguir perfectamente como el sonido de caracoles. Preguntamos al gua y, con una
cara sonriente que emanaba emocin respondi:
-Les estn dando la bienvenida.
El recorrido es un camino de montaa y al salir de la zona del silencio cruzamos un
arroyuelo en esos momentos sin agua. A un lado y otro del camino se encuentran
piedras con diversos gravados hasta llegar a una pileta rodeada de piedras gigantes las
cuales nos hacan recordar a tronos de piedra como los de Machu Picchu y Tiahuanako
y con un tramo de muro o muralla de piedras de varias toneladas de peso. La pileta an
contena agua -enero es tiempo de secas- Nos quedamos maravilladas de ver tanta
belleza y yo mentalmente quise tener una idea de lo que debi ser esa ciudad en todo su
esplendor. No fue muy difcil hacerlo pues el lugar pareca vibrar. Me encontraba de
espalda al muro y sent una necesidad muy grande de voltear y apreci que en la pared
de piedra haba dos grandes oquedades como si hubieran cortado o rebanado la cantera
y pregunt al sabio Colibr. l nos cont la historia y el destino final de esas estelas,
pero que videntes que haban visitado el lugar aseguraban que eran "puertas
dimensinales". Nos mostr cmo debamos pararnos ante esas puertas y yo, ni tarda ni
perezosa me fui a experimentar.
Captulo VII
La puerta dimensional.
Me puse de espaldas a la "puerta". Apoyada a la piedra ped permiso de entrar e hice
una pequea meditacin, me encontraba mantralizando cuando sent que era absorbida
por una fuerza que me hizo atravesar el muro. Enseguida me vi viajando por un pasillo
de piedra con varias salas a los lados y pude apreciar una luz a lo lejos. Mi SER estaba
siendo trasladado hacia otra dimensin!. Fsicamente mi rostro haba tomado una
extraa palidez, a decir de nuestro amigo Colibri, cosa que lo puso alerta y me "saco"
de ese mundo al hacer chocar dos piedras entre s muy cerca de mis oidos.
El hombre se mostraba preocupado, y de cierta manera tena razn. Fidel me rega
por hacer cosas sin medir las consecuencias. Me re por dentro, pues yo s saba lo que
estaba haciendo pero respet su posicin. Despus fui y moj mi cabeza y mi cuello con
el agua de la pileta y mi cansancio desapareci; lo extrao fue que mi cuerpo termin de
absorber
-
El agua hasta despus de dos horas en que me sent completamente seca.
Desandamos el camino de regreso hasta donde habamos dejado la camioneta y
retornamos hacia el pueblo de Las Varas, Nayarit, donde vive Vctor Fidel. Me
encontraba muy pensativa por todo lo que haba sentido, visto y vivido en aquel mgico
lugar era todo tan hermoso.! Y mi corazn lo senta. No s an expresar si era alegra o
era nostalgia por haber encontrado el punto de retorno a casa. Cont a mi familia y
amigos las maravillas del lugar y muy pronto estara yo de regreso.
Captulo VIII
Segundo viaje.
Invit a un grupo de amigos y felices nos dirigimos al lugar. Pasamos por nuestro
amigo Colibr, quien les dara la explicacin de los petroglifos y toda la gua
informativa e histrica. Yo, muy valiente, me intern en el lugar completamente sola
tomando la delantera camin sin parar hasta casi llegar a la denominada zona del
silencio cuando me
Encontr de frente con una vaca brava que pareca estar "cuidando" el lugar.
Aquel animal me amenazaba con sus afilados cuernos como impidindome el paso.
A punto estaba de desistir cuando blandiendo con mi mano izquierda el bastn de
madera que le dan a uno a la entrada del Santuario la amenace y para protegerme recog
con la diestra una piedra y la arroj con fuerza hacia un lado de ella. Aunque de muy
mala gana, la vaca se quit del camino y ste qued franco. Entr a la zona del silencio
y me sent en uno de los troncos que estn ah para descanso del turista y me dispuse a
meditar.
Minutos despus sent una brisa muy suave y un aire fro que me envolva, abr los ojos
y grande fue mi sorpresa al percatarme que tanto la relajante brisa como el fresco aire
slo estaban en torno mo; a esas alturas mi playera ya estaba completamente mojada.
Me incorpor y continu por el camino hasta alcanzar el punto que llamamos la pileta.
Me sent en una de las piedras que hay alrededor de la pileta y de inmediato empec a
escuchar murmullos; era como si alguien me llamara. Volte al centro de la pileta, que
era donde cre detectar el origen de los sonidos y descubr que algo en ella brillaba.
Tuve la sensacin de que deba "agarrar" aquello pero me contuve pensando en que
sera una ofrenda pues los hermanos huicholes frecuentan mucho el lugar. Segu en mi
meditacin cuando de pronto una fuerza me incorpor, y con ayuda del bastn o cayado
-
saqu lo que brillaba dentro de la pileta. Era un collar de amatistas, las ms hermosas
que haya visto. Pareca muy antiguo, no s por qu pero me lo enred en el pie
izquierdo. Luego sub a la parte alta de las piedras exactamente donde debe caer un
pequea cascada cuando el arroyo lleva agua y me sent ah para ver la pileta desde
arriba.
Cre que me empezaba a marear pues el agua la vea moverse como si alguien estuviera
ah y cre ver que algo muy sutil se mova. No poda creer eso! En verdad la figura de
un hombre se estaba moviendo! ste se puso de pie, era tan grande que an estando mi
persona por encima de dos metros del nivel de la pileta me sobrepasaba un buen
pedazo. Me asust, medira de cuatro a cinco metros de altura; era un ser corpulento,
con pelo largo hasta los hombros y unos grandes ojos verdes que a m me parecieron
gigantescos. Esos ojos eran de una trasparencia sin igual que me "fui" a travs de ellos.
No supe ms. Fue como si me quedara dormida ah en medio de las piedras como
nicos testigos de mi viaje a los mundos intraterrenos.
Rato despus me despertaba abruptamente la algaraba y los gritos de un grupo de
nios provenientes de las aldeas vecinas que llegaban a tomar un fresco bao a la pileta.
Casi junto con ellos aparecieron mis compaeros y Fidel el gua. Yo estaba de pie sobre
las piedras ms altas, Colibr lleg de frente a m y me mir muy fijamente, luego subi
hasta donde me encontraba y, delante de mis amigos dijo con una voz muy especial y
sealando a mi persona:
-Ella ha sido tocada por el gran espritu.!
Mis compaeros se miraron unos a otros sorprendidos. Les escuch haciendo
comentarios entre s diciendo que mi rostro estaba cambiado. Yo slo recuerdo que me
senta muy bien. Muy relajada, muy tranquila y feliz.
Captulo IX
Tercera visita.
PRIMERA NOCHE EN EL SANTUARIO.
-
Llegamos hasta donde se tiene uno que apear de los vehculos justo a la entrada del
Santuario cuando apuntaba el sol casi en el horizonte de un hermoso da sbado. Me
iban haciendo compaa mi sobrino Jorge y varios amigos. Llevbamos consigo para
esa noche tan especial algunas ocarinas, un caracol, un tambor ceremonial, alimento,
casas de campaa y bolsas de dormir para cada uno de nosotros.
Habamos quedado de acuerdo con Colibr, gua y guardin del Santuario del Rey que
lo esperaramos en ese lugar para luego caminar hasta la pileta del Santuario y disfrutar
todos juntos de aquella programada velada. El tiempo fue pasando hasta que empez a
caer la noche y nuestro amigo Fidel -Vctor Fidel- no apareci por ninguna parte.
Durante la espera aprovechamos para alimentar nuestros cuerpos frugalmente y nos
pusimos a ver el cielo pues la noche luca muy hermosa toda tachonada de estrellasen el
preciso momento que estbamos todos expectantes mirando hacia la bveda celeste
aparecieron de pronto dos luces demasiado extraas sobre la meseta de la segunda parte
del Santuario.
Decidimos entrar solos al rea porque ya haba oscurecido; por fortuna contbamos con
todo lo necesario para pasar la noche en ese lugar sin ningn problema. Desde el primer
momento en que nos internamos fuimos percibiendo un fuerte olor a hierbas, ste era
muy penetrante pero no le dimos mayor importancia. Llegamos hasta la piedra donde se
debe pedir permiso para continuar y momentos despus nos encontrbamos en la zona
del silencio.
En ese lugar apenas podamos vernos o distinguirnos unos a otros debido a la negrura
de la noche. Hicimos una pequea meditacin durante la cual sentimos presencias
alrededor nuestro pero nadie coment en ese momento nada al respecto. Nos retiramos
del lugar y enfilamos hasta nuestro destino final: la pileta del Santuario. Al llegar al que
sera nuestro hogar por una noche plantamos el campamento.
Cuando todo haba quedado dispuesto y en orden, mi sobrino Jorge y sus amigos se
aventuraron a caminar por los cerros que rodean el Santuario. El resto nos quedamos
solas en el improvisado campamento. Mucho rato despus nuestros tres inquietos
amigos regresaron y mi sobrino Jorge nos deleit exquisitamente cuando empez a
tocar la ocarina, luego sigui con el caracol y, por ltimo ejecut vibrantes sinfonas
con el tambor ceremonial convirtiendo aquello en una noche mgica e inolvidable para
m.
Mientras Jorge ejecutaba magistralmente los instrumentos sagrados pude ver a un SER
que estaba de pie sobre la pileta. ste tena un gran parecido al Maestro Jess el Cristo.
Es necesario aclararte estimado lector, que mi persona nunca haba tenido experiencias
-
o visiones de Jess, la virgen ni de los ngeles del cielo. Aquello realmente para m era
alucinante y lo coment de inmediato con la amiga que en esos momentos se encontraba
a mi lado.
-Pregntale quin es- Me dijo mi amiga, no sin antes darme unos pequeos codazos en
las costillas. Como respuesta recib una visin del lugar donde el SER estaba parado. Se
trataba de un lugar lleno de calaveras, algo as como el lugar de la muerte o como que
quera decir que all haban ocurrido muchas muertes.
Despus de ese incidente la noche sigui su curso normal hasta el amanecer. Los
primeros rayos del sol apuntaban y nosotros ya estbamos dispuestos a probar suerte
pero ahora con las puertas dimensionales. Fui y me coloqu en la que parece ser la
puerta principal, pero esta vez lo hice de frente a la piedra. pegu mi frente y puse mis
dos manos sobre la roca fra.
Despus de la meditacin de rigor y de mantralizar pude entrar ms consciente al otro
lado de la realidad. Ingres de nuevo por el tnel hasta llegar a la luz; los destellos
provenan de un valle. Al fondo del valle se recortaban majestuosas dos montaas
triangulares y en medio de esos dos gigantescos cerros corra alegremente un ro de
aguas transparentes. Al lado derecho del ro se encontraba una pequea aldea
compuesta por muchas cabaas construidas con palma de la regin. Al lado izquierdo
haba una pirmide que estaba flanqueada -ms bien rodeada- por tres crculos todo el
valle era muy
hermoso y reinaba una profunda paz. No pude ver gente por los alrededores. As
permanec un buen rato tratando de ver si haba alguien que pudiera darme informacin
acerca de aquel impresionante lugar pero, ac, en esta otra "realidad" mis amigas me
hablaban para regresarme pues a ellas ya se les haca que tena bastante tiempo en la
misma posicin -de pie- y sin moverme.
Cuando todo acab, le ped a Ral que plasmara en un dibujo lo que Haba visto para
mostrrselo a Colibr y nos dijera qu pensaba al respectoy ciertamente, cuando
regresamos al pueblo donde vive Fidel, ste me dijo:
-Entraste al Miztln!
Captulo X
Cuarto viaje.
-
Esta vez mi hermana Olivia, su esposo Jorge, el hijo de ambos, Jorge Jr. -mi sobrino-,
mi amiga Irene, Martn -otro de mis amigos contactados- y yo nos organizamos y nos
fuimos al Santuario. Primeramente pasamos a casa de Colibr a recogerlo para que
guiara y explicara la historia del lugar a aquellos que por primera vez visitaban el
sagrado lugar.
Se me estaba haciendo costumbre y, dejando al grupo en manos de Fidel me intern
nuevamente sola en los terrenos de aquel hermoso sitio arqueolgico. Me adentr pues
por los parajes del lugar; para esta ocasin me prepar bien con cuerdas, fsforos, velas,
comida y otras cosas ms que llevaba en mi mochila ya que presenta que ese da se me
iba a permitir la entrada a la ciudad intraterrena. Pas por la zona del silencio y
practiqu mi obligada meditacin; luego me encamin hasta la pileta y una vez all me
sent sobre una roca. Como me encontraba un poco cansada, resolv recostarme unos
momentos en la misma piedra. Estaba a punto de quedarme dormida cuando empec a
escuchar ruidos y a percibir cierto movimiento en las otras rocas.
Lo ms lgico fue pensar que se trataba de un temblor pero al incorporarme me pude
dar cuenta que una roca de las que estn en la cada del agua se mova!. Se abri una
puerta y yo, sin una pizca de nervios, sino ms bien con una seguridad increble y hasta
con cierta ansiedad me tir a la pileta para entrar por esa puerta dimensional que se
abra esplendorosamente ante mis ojos.
Al ingresar a la ciudad intraterrena pude ver primeramente una enorme sala de piedra
de forma rectangular, y al fondo, frente a m, se encontraba una especie de mesa. El
saln estaba todo con grabados de personalidades. Estaba apreciando extasiada esos
detalles cuando me percat de la presencia de un hombre al otro lado -detrs- de la
mesa. l inici la comunicacin hacia m en un idioma parecido al latn, mismo que no
entend; fue entonces que cambi la forma y ahora lo haca por medio de imgenes.
Telepticamente entend que muy pronto sera invitada a una fiesta ceremonial; que
deba prepararme con ayunos y lograra una limpieza de todo mi organismo a base de
ts. Luego me envi la imagen de otra ciudad y desapareci. Mi emocin era tal que no
poda moverme fcilmente hice un esfuerzo suprahumano y pude lograrlo, saba muy
bien que no tena mucho tiempo pero yo quera conocer a fondo aquel lugar donde me
encontraba. Quera ver, apreciar todos los grabados y mi tiempo se agotaba. Un ruido
me hizo nuevamente reaccionar y corr hacia la puerta; entonces pude apreciar un
grabado del Regente o Rey del Mundo. todo era de piedra, pero de tal belleza que
pareca tener vida y me quera hablar. Al cruzar por la puerta me di cuenta de que parte,
o sea, la punta de la espada que portaba el Gran Seor se desprenda y rodaba a mis
pies. No lo dud, la recog y la guard entre mis ropas, luego salt nuevamente al agua
y la puerta dimensional se cerr a mis espaldas!.
Met la punta de la espada a mi mochila y me qued callada (Ver figura )
-
Cuando lleg el grupo hasta donde yo estaba, mi fiel amigo y guardin del Santuario,
Colibr, slo me mir fijamente y no cruzamos ni una palabra.
Captulo XI
Quinta visita.
SEGUNDA NOCHE EN EL SANTUARIO.
Equinoccio de primavera; Marzo 20, 1999.
En esta ocasin cremos que slo dormiramos cuatro personas en el Santuario: Resulta
que estbamos ya acampados cuando se empez a escuchar el sonido del caracol, nos
imaginamos de todo, pero, al final descubrimos que era mi sobrino Jorge con sus
amigos que llegaban para acompaarnos. Como siempre, ellos se fueron a aventurar por
los alrededores del Santuario y nosotros nos quedamos en el campamento -la pileta-
haciendo lo nuestro.
Ya era de madrugada cuando los valientes exploradores regresaron hasta donde nos
encontrbamos y nos comentaron que, durante algn tiempo se sintieron acompaados
por gente menuda; nunca vieron nada pero sentan la presencia de esos personajes.
Antes de dormirnos ped que alguno se encargara de despertarme a las 3:00 de la
maana.
Todos se preguntaron para qu y yo con mucha seguridad dije: -Una nave nos visitar a
esa hora.
Sin decir ms, cada uno se fue entregando poco a poco al sueo. Seran
aproximadamente las 2:30 de la madrugada y yo me sent de golpe y vi que por encima
de los rboles, como a cuatro metros de altura cruzaba nuestra zona de campamento una
extraa luz de muchos colores como de tres metros de dimetro (Ver figura ). Mov a
mis compaeros ms cercanos, les pegu de gritos a todos, pero cuando reaccionaron, la
extraa presencia ya haba cruzado nuestro campo de visin pues ste era muy
reducido.
Ya no pude dormir; yo senta que el momento se acercaba y que el encuentro poda
producirse en cualquier momento, as que, no me poda dormir! Deba estar alerta!.
Por la maana lleg un grupo de amigos a quienes habamos invitado a pasar ese
maravilloso da del equinoccio de primavera en aquel mgico lugar. Y all nos
quedamos a disfrutar de las generosas energas recibidas del cosmos infinito hasta el
atardecer. Todos los compaeros quedaron fascinados pero slo tres estamos realmente
conectados con el lugar.
-
Hasta ahora no les haba compartido de algo por dems interesante.
Cada vez que he visitado el santuario se me ha pedido llevar diferentes tipos de
ofrendas. Alguna vez llev chocolate con tabaco, en otra ocasin fueron frutas
tropicales, en una ms flores, incienso, velas perfumadas, dulces, etc. Siempre me
sugieren algo diferente y desde conseguirlos o fabricarlos se me ha hecho muy
interesante.
Captulo XII
Sexta visita.
En la costumbre de siempre, una vez llegando al lugar donde dejamos los vehculos,
me desprend y me fui adelante del grupo. Al llegar hasta la pileta, me dispuse a hacer
una meditacin. En eso estaba cuando escuch que alguien palmeaba, cosa que llam
mucho mi atencin. Concentr y pas mi vista hacia todas las rocas -tronos- y me top
con la figura de un seor como de dos metros de estatura, portaba tnica blanca y una
faja dorada a la altura de su cintura; ste se encontraba sentado en uno de los tronos y
yo me qued extasiada vindolo por largo rato. Su rostro no demostraba ninguna
emocin; pareca que flotaba en el aire aunque yo lo viera sentado en posicin de flor
de loto sobre la piedra.
Me levant y me fui a sentar a su lado. l levant su mano derecha, la pos sobre mi
cabeza y me pidi a mentalmente que guardara silencio. Enseguida cerr mis ojos y
trat de sentir la paz de aquel SER a quien consider como un monje budista. Luego
abr los ojos al sentir que mi acompaante se pona de pie; qued sorprendida al
constatar que no era tnica lo que llevaba puesto, sino un pantaln de tipo hind muy
flojo y la faja dorada
que le haba visto en un principio era un cinturn que pareca metlico con varias
formas redondas y muy brillantes que emanaban sonidos. Yo me sent apenada y le ped
que no se fuera, que me platicara un poco del mundo del cual provena.
-Qu te hace pensar que pertenezco a otro mundo? -Me pregunt con una sonrisa en
los labios.
Tu vibracin!, la paz que emanas y que yo an no puedo conseguir, adems tu mirada.
Si te mostrara un mapa estelar sabras identificar en dnde se encuentra tu Sistema
Solar?
Ms apenada me sent. Le ped disculpas porque a pesar de las experiencias vividas y
de llevar varios aos en la investigacin Ovni, tuve que reconocer ante l que no saba
nada.
-
--Voy a mostrarte - repuso mi amigo - algo que te har ubicarte en el cosmos y
encontrarme a m cuando desees llamarme. Yo Soy TAYREN y vengo de la
Constelacin del Aguila. Soy uno de los guardianes de ste lugar en sta poca, podrs
verme cuando llegues a ste lugar en esa condicin de abandono total a la voluntad del
Padre. Pronuncia mi nombre de sta manera (lo pronunci) y a los pocos minutos estar
a tu lado para charlar de todo aquello que desees aprender. Luego lo vi alejarse con
rumbo a la puerta de arriba y yo me qued en la soledad, pero con la paz que l me
haba dejado.
Esa noche no puede conciliar el sueo mi casa era un desfile de seres desencarnados
que pedan mi ayuda para retirarse a descansar.
Fue algo muy tranquilizante el poder ayudara alguien, no importa si ste es vivo o
muerto.
Captulo XIII
SEPTIMA VISITA
Este viaje al santuario ha sido tal vez una de las ms bonitas e interesantes
experiencias. Fui con otro grupo de amigos y en los cuales se encontraban tres
miembros de la Tradicin Mexica.
Llegamos al atardecer con la intencin de acampar y dormir ah. Preparamos nuestro
pequeo campamento y los danzantes empezaron a cambiar sus casuales ropas por los
atavos tradicionales tan llenos de colorido de nuestros indgenas. Empezaron pidiendo
permiso a los guardianes del lugar y al Gran Espritu para danzar en ese lugar y
ofrendar su baile a los dioses. Fue impresionante cada peticin, cada ofrenda, cada
expresin fsica de su cuerpo, cada canto, cada sonar de los caracoles y los tambores y
todo aquello a oscuras y en tan sagrado lugar que sentamos vibrar la tierra; el aire
mismo es como si cantara. Las estrellas eran ms brillantes; nosotros tambin nos
mirbamos diferentes. Todo el grupo era tan armonioso que tratbamos de seguir los
pasos de la danza. Cuando terminaron aquel fascinante ritual, nos fuimos al rea de
campamento pero Martn regres al lugar de las ofrendas y sigui un ritual ya de
manera personal. Un rato despus fui a acompaarle y me sent sobre una piedra a
escasos dos metros de l y empec yo tambin un ritual a mi manera y hubo un
momento en que la emocin era tanta que tena deseos de llorar.
-Quiero llorar-le dije al buen Martn.
-
-Hazlo!, las lgrimas son una hermosa ofrenda.
Y llor, llor tanto; pero no era un llanto de dolor, sino de alegra. Fidel nos haba
dicho que esa misma tarde haba ido un grupo muy numeroso de personas a llevar
algunas ofrendas y que haban hecho algunos sacrificios, as que el Santuario se
encontraba con una energa muy fuerte y hermosa. Adems estaba lleno de presencias.
Martn se fue a reunir con los dems y yo me qued sola por un buen rato. Hice mis
oraciones a mi muy particular manera y en algn momento, no s cmo se dio pero los
instrumentos que dejara mi amigo comenzaron a tocarse solos.
Yo me sobresalt porque estaba oscuro y estaba sola y escuchaba los sonidos muy cerca
de m sent que me tocaron por la espalda, volte y no haba nadie y luego sent que me
rodeaban esas presencias. Era todo tan extrao que mi corazn pareca que no lo iba a
resistir y encend mi lmpara de mano. Ped, de verdad ped con mucho amor que se
presentaran de una manera que todos los pudiramos ver sin asustarnos. Me reun con el
resto de mis compaeros y todos pudimos ver a varios personajes sobre los tronos de
piedra alrededor de la Pila del Rey. Ya muy de madrugada ped a dos de mis amigas
que furamos al lugar de las ofrendas pero, una de ellas quiso seguir durmiendo y la
otra no quiso dejar solo a su pequeo hijo, as que fui sola. Ese da yo me encontraba en
esos "das" de cada mes y en un susurro le pregunt si eso ocurra de igual manera en
las ciudades intraterrenas.
-En las ciudades intraterrenas -me respondi- las mujeres viven separadas de los
hombres, y los hijos nacen sin necesidad de ser fertilizadas. Nacen por partenognesis y
todas son madres virginales.
-Uf, qu alegra! -sin pensarlo siquiera respond.
-Nos alimentamos -continu mi amigo- exclusivamente de frutas; nunca envejecemos y
gozamos de excelente salud. No conocemos el crimen. Trabajamos en comunidad y
cada una de las labores que realizamos son apreciadas por los dems como si fuesen las
mejores.
-Cundo podremos nosotros lograr eso mismo?
Su respuesta fue muy sencilla pero firme:
-Cuando seis ms receptivos a todo lo positivo.
En ese momento escuch un ruido demasiado fuerte, como si echasen a andar alguna
maquinaria y sent que mi amigo Tayren se alejaba.
En los instantes en que estaba narrando esto record que de nia me gustaba -en mi
lugar de origen- mirar hacia las montaas para ver las lucecitas que iban hacia Tepic, la
capital del estado de Nayarit. Mi casa era muy grande, con largos corredores. Yo sola
despertar de noche porque escuchaba cnticos raros como los mantras tibetanos y yo,
que tena menos de siete aos me sentaba a escucharlos con mucha emocin y vea
caminar a travs de los pasillos a sacerdotes o monjes en ese tiempo no poda decirlo
con certeza; ahora, al paso de los aos puedo decir que eran monjes.
-
Sobre todo hay uno que nunca olvidar; por lo menos su juventud y su belleza. Sin
saber lo que haca, yo me inclinaba ante l y me abrazaba a sus piernas. El monje
pasaba su mano sobre mi cabeza y yo entonces volva a dormir.
Por qu me viene todo esto a mi memoria? No lo s. Pero nunca olvid cmo lo
llamaban. En el espejo que hay en mi habitacin se encuentra escrito su nombre con el
rojo de un lpiz labial. A los siguientes das despus de la visita de esos extraos
monjes yo sola jugar con seres pequeos como yo y an ms chiquitos. Ya ahora de
mayor he ido a visitar esa casa de mi pueblo en la costa de Nayarit, pero esa casa ya no
es la misma. Es como si la magia se hubiera perdido.
U X Y U T L
LETICIA GALLEGOS MARIN
telfono (322) 225-3865
MEXICO