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sincera en verdad v como tal es admirablemente defendida por el autor en los capítulos octavo, noveno y décimo, contra aquellos que se han atrevido a dudar de ella. Este es un magnífico coronamiento de la segunda parte y al mismo tiempo viene a ser el final del primer núcleo de la crónica. Está interrumpida por otros capítulos ajenos a su asunto, pero propios de la preceptiva. Por fin, en la tercera parte: La llegada de los primeros misioneros. Cristiana transformación operada radicalmente en las costumbres de los indios. Valadés nos hace asistir a las conmovedoras escenas que tuvieron lugar a la llegada de los primeros doce franciscanos encabezados por fray Martín de Valencia; nos habla de la toma de la ciudad de México y de las suntuosas fiestas religiosas que cada año se.celebraban para conmemorar esa fecha. Pasa luego (capítulo catorce de la traducción) a explicar, por menudo, algunos de los más interesantes e importantes aspectos de la organización que guardaban los indios en sus aldeas y poblados, después de su conversión al cristianismo. "os presenta a los misioneros participando activamente en esa organización social. Pone, a continuación, ante los ojos del lector, por medio de ilustraciones gráficas que explican la narración, la organización y distribución observada por los francisca- nos de la Nueva España en los templos y sus amplios atrios, y en los pórticos de los conventos, para la administración de los sacramentos, instrucción en la doctrina cristiana y enseñanza de las letras y de las artes. Complementa lo anterior explicando, en el capítulo siguiente, el modo v método usados por los misioneros en la evangelización de los indios de México .. Como feliz remate a esta parte y a la Crónica, Valadés conduce al lector, en el último capítulo, a que contemple a los mismos indios, en otro tiempo gentiles, cuyas danzas y fiestas pagana~ había presenciado al principio de laCrónica, cómo celebraban ahora, con gran solemnidad, las fiestas religiosas de' la Iglesia Católica, que tan firmemente han abrazado . .\quí aparece, por primera vez, en lengua castellana todo lo qué fray Diego Valadés, O.F.\1. trae sobre México y los indios en su Rhetorica Christiana. Se empieza con el cuerpo principal de la Crónica, que está insertada en la cuarta parte de la Rhetorica. Aunque hay otros párrafos en las partes y páginas anteriores, he juzgado conveniente, para no romper la unidad del conjunto, poner esos otros en el sitio que, según la materia, les corresponde, o bien dejarlos para el final de toda la CTÓnica. Oportunamente se indicará, en las notas correspondientes, el lugar del original en que se hallan esos párrafos. Las palabras que van entre corchetes han sido añadidas por el traductor para mejor inteligencia del texto o con fines críticos. Todas las notas son del traductor. Cuando es necesario, se indica la correspondencia con las páginas originales en la obra. ksí se puede observar cuándo se interrumpe la misma Cránica para seguir tratando de los preceptos retóricas o hien cuándo se interrumpe la parte preceptiva con alguna indicación sohre México o los indios. Los puntos suspensivos advierten que en la traducción se han omitido párrafos o palabras que no se refieren a México o a los indios v que además no son necesarios para la inteligencia del contexto. 366 Capítulo I DIGRESIÓN; PARA VENIR EN MAS CLARO CONOCIMIENTO DE LAS COSAS DE L>\S INDIAS, DE LAS CUALES SE TRATA AQuí POR VíA DE ILUSTRACIÓN Pl'ESTO Ql'E E:\TRE TODOS los acontecimientos y empresas de los cristianos, desde que Dios creó el mundo universo, no hav otro alguno tan digno de eterna memoria y en el que Su Majestad hava manifestado tanta clemencia' como la conversión, pacificación v sujeción de las nuevas tierras en Xueva España, me he determinado a insertar en este lugar una narración de las costumbres y de las ceremonias [de los indios), para que así, por los efectos, se venga en más claro conocimiento de las causas. Es, pues, de saberse que los naturales de esas partes usaban de varios y diversos ritos en los sacrificios v en el culto que rendían a los demonios v a los ídolos. Y consiste tal diversidad en la variedad de las cosas que adoraban, conviniendo todos sin embargo en el género de culto v de reverencia que les tributaban. Construían templos dignos de admiración por lo que en ellos gastaban v por el arte con que los fabricaban. Los cuales hacíanse, por lo general, aplanados y bruñidos. estando tan sólidos v firmes tanto en el interior como en el exterior, que aún hoy día llenan de admiración a cuantos los contemplan.! En la misma traza de la construcción y en su variedad y cimentación no aparecía ninguna juntura ni comisura. Eran los cimientos muy fuertes v de piedras lisas y simétricas, labradas con mucha igualdad y primor. Se guardaba tal proporción entre cada una de las diversas series de piedras, que empezaban al principio poniendo piedras enormes, v según ascendían en la construcción las iban poniendo más y más pequeñas: y todo esto muy a plomo y siguiendo la vertical. Y así, las partes más altas venían a terminar en menudas piedrezuelas, de modo que la pequeñez de éstas, en edificios tan amplios y sobrios, pasma a todos grandemente. Con el empleo de estas piedras a las que, por su variedad, llaman los españoles- I Lu fonnu <¡lit' h'lJían los t eocalli-, 1) telllplo..; le' llamó mucho la atcución a lo..; ('ollqni. •.. tadores ~. mivioueros. Puede \'(.'1"'.(' lo 4111(.' ..;ohre l"..• lo dic-en. l'ntre otro v. Berna] Día/. del C a vt illo, Ccrvant e-, Salazar, .\Iendida, Vlotohn¡a. Bet ancourt. ctc-. :: "Vocant ur a Ca ... tu lonvnxihu ... piedras locas. ah ludis Tr-t zontl¡". lit' traducido a<¡lIí "Cast uloneuxes" por (·•.. p.uioJt' v. pllt'''i indlldahlemente e"ito pra lo qll(, pretcndía •.. i~llifi{'ar \'aladl'" por c•.. a palahra. Castulonensis propiamente quiere decir el qlle es onginario de Casrona la V"'Ja, pueblo de Andafucía en 367

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sincera en verdad v como tal es admirablemente defendida por el autor en loscapítulos octavo, noveno y décimo, contra aquellos que se han atrevido a dudar deella. Este es un magnífico coronamiento de la segunda parte y al mismo tiempo viene aser el final del primer núcleo de la crónica. Está interrumpida por otros capítulosajenos a su asunto, pero propios de la preceptiva.Por fin, en la tercera parte: La llegada de los primeros misioneros. Cristiana

transformación operada radicalmente en las costumbres de los indios. Valadés nos haceasistir a las conmovedoras escenas que tuvieron lugar a la llegada de los primeros docefranciscanos encabezados por fray Martín de Valencia; nos habla de la toma de laciudad de México y de las suntuosas fiestas religiosas que cada año se.celebraban paraconmemorar esa fecha. Pasa luego (capítulo catorce de la traducción) a explicar, pormenudo, algunos de los más interesantes e importantes aspectos de la organización queguardaban los indios en sus aldeas y poblados, después de su conversión al cristianismo."os presenta a los misioneros participando activamente en esa organización social.Pone, a continuación, ante los ojos del lector, por medio de ilustraciones gráficas

que explican la narración, la organización y distribución observada por los francisca-nos de la Nueva España en los templos y sus amplios atrios, y en los pórticos de losconventos, para la administración de los sacramentos, instrucción en la doctrinacristiana y enseñanza de las letras y de las artes. Complementa lo anterior explicando,en el capítulo siguiente, el modo v método usados por los misioneros en laevangelización de los indios de México ..Como feliz remate a esta parte y a la Crónica, Valadés conduce al lector, en el

último capítulo, a que contemple a los mismos indios, en otro tiempo gentiles, cuyasdanzas y fiestas pagana~ había presenciado al principio de laCrónica, cómo celebrabanahora, con gran solemnidad, las fiestas religiosas de' la Iglesia Católica, que tanfirmemente han abrazado ..\quí aparece, por primera vez, en lengua castellana todo lo qué fray Diego

Valadés, O.F.\1. trae sobre México y los indios en su Rhetorica Christiana.Se empieza con el cuerpo principal de la Crónica, que está insertada en la cuarta

parte de la Rhetorica. Aunque hay otros párrafos en las partes y páginas anteriores, hejuzgado conveniente, para no romper la unidad del conjunto, poner esos otros en elsitio que, según la materia, les corresponde, o bien dejarlos para el final de toda laCTÓnica. Oportunamente se indicará, en las notas correspondientes, el lugar deloriginal en que se hallan esos párrafos.

Las palabras que van entre corchetes han sido añadidas por el traductor para mejorinteligencia del texto o con fines críticos. Todas las notas son del traductor. Cuando esnecesario, se indica la correspondencia con las páginas originales en la obra. ksí sepuede observar cuándo se interrumpe la misma Cránica para seguir tratando de lospreceptos retóricas o hien cuándo se interrumpe la parte preceptiva con algunaindicación sohre México o los indios. Los puntos suspensivos advierten que en latraducción se han omitido párrafos o palabras que no se refieren a México o a losindios v que además no son necesarios para la inteligencia del contexto.

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Capítulo I

DIGRESIÓN; PARA VENIR EN MAS CLARO CONOCIMIENTO DE LAS COSAS DEL>\S INDIAS, DE LAS CUALES SE TRATA AQuí POR VíA DE ILUSTRACIÓN

Pl'ESTO Ql'E E:\TRE TODOS los acontecimientos y empresas de los cristianos, desde queDios creó el mundo universo, no hav otro alguno tan digno de eterna memoria y en elque Su Majestad hava manifestado tanta clemencia' como la conversión, pacificación vsujeción de las nuevas tierras en Xueva España, me he determinado a insertar en estelugar una narración de las costumbres y de las ceremonias [de los indios), para que así,por los efectos, se venga en más claro conocimiento de las causas.Es, pues, de saberse que los naturales de esas partes usaban de varios y diversos ritos

en los sacrificios v en el culto que rendían a los demonios v a los ídolos. Y consiste taldiversidad en la variedad de las cosas que adoraban, conviniendo todos sin embargo enel género de culto v de reverencia que les tributaban.Construían templos dignos de admiración por lo que en ellos gastaban v por el arte

con que los fabricaban. Los cuales hacíanse, por lo general, aplanados y bruñidos.estando tan sólidos v firmes tanto en el interior como en el exterior, que aún hoy díallenan de admiración a cuantos los contemplan.!

En la misma traza de la construcción y en su variedad y cimentación no aparecíaninguna juntura ni comisura. Eran los cimientos muy fuertes v de piedras lisas ysimétricas, labradas con mucha igualdad y primor. Se guardaba tal proporción entrecada una de las diversas series de piedras, que empezaban al principio poniendopiedras enormes, v según ascendían en la construcción las iban poniendo más y máspequeñas: y todo esto muy a plomo y siguiendo la vertical. Y así, las partes más altasvenían a terminar en menudas piedrezuelas, de modo que la pequeñez de éstas, enedificios tan amplios y sobrios, pasma a todos grandemente.Con el empleo de estas piedras a las que, por su variedad, llaman los españoles-

I Lu fonnu <¡lit' h'lJían los t eocalli-, 1) telllplo..; le' llamó mucho la atcución a lo..; ('ollqni. •..tadores ~.mivioueros. Puede \'(.'1"'.(' lo 4111(.' ..;ohre l" ..•lo dic-en. l'ntre otro v. Berna] Día/. del C avt illo, Ccrvant e-, Salazar,.\Iendida, Vlotohn¡a. Bet ancourt. ctc-.:: "Vocant ur a Ca ...tu lonvnxihu ... piedras locas. ah l udis Tr-t zontl¡". lit' traducido a<¡lIí "Cast uloneuxes"

por (·•..p.uioJt'v. pllt'''i indlldahlemente e"ito pra lo qll(, pretcndía •..i~llifi{'ar \'aladl'" por c •..a palahra.Castulonensis propiamente quiere decir el qlle es onginario de Casrona la V"'Ja, pueblo de Andafucía en

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