Sin Hospitales No Hay Paz

3
SIN HOSPITALES: ¡NO HAY PAZ! “Cuatro puertas hay abiertas al que no tiene dinero: el hospital y la cárcel, la iglesia y el cementerio”. Daniel Santos El anterior extracto es de una canción de la Sonora Matancera, grabada en 1956 y titulada “El juego de la vida”. La recuerdo porque era una de las favoritas de mi abuelo. Él la cantaba y decía, que además de ser una gran canción su letra revelaba tremendas verdades. Mi abuelo murió hace 15 años y no vivió suficiente para ver cómo la verdad de su apreciada canción la iban desacreditando los hechos crudos. Por ejemplo, hoy en día los pobres siguen teniendo acceso irrestricto a las cárceles y a los cementerios; a algunas iglesias pueden entrar libremente -aunque creo que hay unas en las que se sugiere un pago voluntario por la participación; pero es en el acceso a los hospitales donde todo ha cambiado. Las puertas de muchos hospitales colombianos están a punto de cerrarse. Y aunque es cierto que cerrar un hospital es una tragedia para toda la sociedad, las peores consecuencias las vivirán los que no tienen dinero, los pobres de siempre. El mundo, y Colombia con él, ha cambiado vertiginosamente desde la fecha de grabación de la canción mencionada. Demográficamente (la tierra pasó de estar poblada por 2500 a 7000 millones de humanos), epidemiológicamente (las enfermedades crónicas no transmisibles y las de causas externas desplazaron en prioridad a las enfermedades agudas e infecciosas) y socialmente (se consolidó un modelo económico y financiero de capitalismo global altamente inequitativo cuya riqueza y capacidad de decisión están fuertemente concentradas y se masificó la “democracia liberal”, como forma de organización política, con acceso mayoritario a beneficios sociales mínimos que se empaquetan en derechitos – como la salud y la educación). Debido a estas grandes transformaciones cabe esperar que el hospital de puertas abiertas al que se refiere la canción sea muy diferente a los hospitales que hoy en día están a punto de cerrarlas. ¡Y vaya que es así! En Colombia, a mediados del siglo XX, gran parte de los hospitales públicos que hoy conocemos reemplazaron a los centros de beneficencia religiosa que hasta entonces eran los que cuidaban a los enfermos pobres; y así, se fue pasando de reconocer la atención de la enfermedad como un acto de caridad a un derecho del ciudadano. El Estado se hizo responsable por el mantenimiento de la estructura y funcionamiento de los hospitales a través de un mecanismo que se denominó, Subsidio a la Oferta de Servicios, que consistía en que el Estado giraba recursos periódicamente a los hospitales de acuerdo a las necesidades que ellos identificaban en el análisis del perfil epidemiológico de la población que tenían a su encargo (1). Durante la década de los ochentas, muchos hospitales funcionaban con las uñas porque el Estado se tardaba en girar los recursos , pero como dice el Dr. Toro, director del Hospital San Vicente Fundación desde hace 30 años, “se sufría pero se sobrevivía”.

description

Dr. Daniel Henao

Transcript of Sin Hospitales No Hay Paz

Page 1: Sin Hospitales No Hay Paz

 SIN HOSPITALES: ¡NO HAY PAZ!

“Cuatro puertas hay abiertas al que no tiene dinero: el hospital y la cárcel, la iglesia y el cementerio”. Daniel Santos El anterior extracto es de una canción de la Sonora Matancera, grabada en 1956 y titulada “El juego de la vida”. La recuerdo porque era una de las favoritas de mi abuelo. Él la cantaba y decía, que además de ser una gran canción su letra revelaba tremendas verdades. Mi abuelo murió hace 15 años y no vivió suficiente para ver cómo la verdad de su apreciada canción la iban desacreditando los hechos crudos. Por ejemplo, hoy en día los pobres siguen teniendo acceso irrestricto a las cárceles y a los cementerios; a algunas iglesias pueden entrar libremente -aunque creo que hay unas en las que se sugiere un pago voluntario por la participación; pero es en el acceso a los hospitales donde todo ha cambiado. Las puertas de muchos hospitales colombianos están a punto de cerrarse. Y aunque es cierto que cerrar un hospital es una tragedia para toda la sociedad, las peores consecuencias las vivirán los que no tienen dinero, los pobres de siempre. El mundo, y Colombia con él, ha cambiado vertiginosamente desde la fecha de grabación de la canción mencionada. Demográficamente (la tierra pasó de estar poblada por 2500 a 7000 millones de humanos), epidemiológicamente (las enfermedades crónicas no transmisibles y las de causas externas desplazaron en prioridad a las enfermedades agudas e infecciosas) y socialmente (se consolidó un modelo económico y financiero de capitalismo global altamente inequitativo cuya riqueza y capacidad de decisión están fuertemente concentradas y se masificó la “democracia liberal”, como forma de organización política, con acceso mayoritario a beneficios sociales mínimos que se empaquetan en derechitos –como la salud y la educación). Debido a estas grandes transformaciones cabe esperar que el hospital de puertas abiertas al que se refiere la canción sea muy diferente a los hospitales que hoy en día están a punto de cerrarlas. ¡Y vaya que es así! En Colombia, a mediados del siglo XX, gran parte de los hospitales públicos que hoy conocemos reemplazaron a los centros de beneficencia religiosa que hasta entonces eran los que cuidaban a los enfermos pobres; y así, se fue pasando de reconocer la atención de la enfermedad como un acto de caridad a un derecho del ciudadano. El Estado se hizo responsable por el mantenimiento de la estructura y funcionamiento de los hospitales a través de un mecanismo que se denominó, Subsidio a la Oferta de Servicios, que consistía en que el Estado giraba recursos periódicamente a los hospitales de acuerdo a las necesidades que ellos identificaban en el análisis del perfil epidemiológico de la población que tenían a su encargo (1). Durante la década de los ochentas, muchos hospitales funcionaban con las uñas porque el Estado se tardaba en girar los recursos , pero como dice el Dr. Toro, director del Hospital San Vicente Fundación desde hace 30 años, “se sufría pero se sobrevivía”.

Page 2: Sin Hospitales No Hay Paz

 En 1993 este mecanismo de financiación cambió y el Estado dejó de girarle recursos directamente a los hospitales. El argumento principal para este cambio fue la ineficiencia en la asignación de los recursos. Imaginémonos, por ejemplo, que el Estado, en 1990, le giraba 100 pesos al Hospital Universitario San Jorge para que funcionara durante un mes y éste se gastaba apenas 92 pesos; el gobierno de la época planteaba que esos 8 pesos que le sobraban al San Jorge, con certeza, le hacían falta a otro hospital. Por eso era insensato seguir manteniendo un esquema en el que le sobraran recursos a unos y les faltaran a otros. Fue entonces que el gobierno y el congreso de la época decidieron (a través de la ley 100), y basados en la ineficiencia de subsidiar la oferta, modificar el sistema de salud para empezar a subsidiar la demanda a los servicios.

Sin embargo, el remedio resultó peor que la enfermedad. Porque el modelo para subsidiar la demanda incluyó la creación de unos intermediarios –a los que se les dio el nombre de Empresas Promotoras de Salud, EPS– que no han sido efectivos ni para promover la salud ni para administrar los recursos.

Page 3: Sin Hospitales No Hay Paz

 La actual crisis de salud, que tiene como principal manifestación la crisis financiera de los hospitales, es el resultado de una serie de fallas estructurales del sistema de salud (y no coyunturas aisladas como pretende el gobierno), que amenazan seriamente la existencia de hospitales que han sido insignias y baluartes de bienestar para el país y sus regiones (hablo del Hospital San Vicente Fundación, en Medellín y el Hospital Universitario del Valle, por ejemplo) nos tiene que llevar a una reflexión profunda. Luego de 22 años de experiencias agrias y dulces con el sistema de salud, y ante la gran crisis de credibilidad que sufren hoy sus instituciones, es hora de hacer una reflexión para reorientar su rumbo. El gobierno le apuesta a la paz y eso nos ilusiona a muchos. Sin embargo, esa paz tendrá que estar respaldada en progresos sociales concretos: ¡garantizar el funcionamiento de los hospitales tiene que ser definitivamente uno de ellos! Queremos reiterar la invitación para el próximo 30 de Julio a la conferencia virtual “Cómo funciona el sistema de salud y que derechos tiene usted como usuario” donde profundizaremos sobre este y otros temas de importancia relacionados. Los interesados en participar, por favor, enviar un correo electrónico a la dirección [email protected] manifestando su intención de participar. De allí se enviara la información sobre cómo acceder al sitio web de la charla. REFERENCIAS 1. Gómez, RD. La Mortalidad Evitable como indicador de desempeño de la política sanitaria. Colombia, 1985-2001. Revista Nacional de Salud Pública. Primera Edición, Mayo 2008. Pag. 11-40 ISBN: 978-958-714-170-2