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pedagogia critica

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  • Organizacin de las N a c i o n e s U n i d a s para la Educacin, la Ciencia y la Cultura

    Proyec to "Desa r ro l l o y E d u c a c i n en A m r i c a Lat ina y el C a r i b e "

    N a c i o n e s U n i d a s

    Comisin Econmica para Amrica Latina

    Programa de las Naciones Unidas

    para el Desarrollo

    CULTURA POPULAR Y EDUCACION EN ARGENTINA

    Mara Teresa Sirvent

    Ponencia para el Segundo Seminario Regional del Proyecto "Desarrollo y Educacin en Amrica Latina y el Caribe"

    Tegucigalpa, Honduras, 6 al 10 de noviembre de 1978

    Borrador Distr. RESTRINGIDA DEALC Fichas/7 diciembre 1978

    781013 Originis ESPAOL

  • SEDE DEL PROYECTO COMISION ECONOMICA PARA AMERICA LATINA OFICINA BUENOS AIRES

    Cerrito 264 - 5o piso Casilla de Correo 4191 Telfonos 35-2947 2988 3138 Direccin cablegrfica UNATIONS Euenos Aires - Repblica Argentina

  • INDICE

    Capitulo Pgina

    I CONSIDERACIONES PRELIMINARES 1

    II ENCUADRE DEL TRABAJO 2

    III PRACTICAS CULTURALES . . . . . 11

    Relacin consumista . 11 Relacin productivo-creativa 12

    .Prcticas culturales segn el eje consumo-pro-duccin 14

    Caractersticas de las prcticas culturales menos consumistas 17

    IV NECESIDADES Y REPRESENTACIONES SOCIALES 25

    Necesidades asociadas con las prcticas cultu-rales 25

    Representaciones sociales relacionadas con las prcticas culturales 29

    V CALIDAD DE VIDA Y ACCION EDUCATIVA 38

    Educacin formal y cultura popular 39

    Educacin no formal e informal y cultura popu-lar 41

    Lista de cuadros

    Nmero

    1 Argentina: prcticas culturales realizadas por la poblacin en sus momentos libres 16

    - i -

  • INDICE (continuacin)

    2 Argentina: razones manifiestas para la exposi-cin a medios de comunicacin de masas (inclu-ye msica y asistencia a museos, exposiciones, conferencias) 27

    3 Argentina: encuesta: qu se entiende por "cues-tiones culturales" 32

    4 Argentina: prcticas culturales esperadas de

    una institucin cultural . . . . . . . 34

    Lista de grficos

    1 Argentina: prcticas culturales realizadas . . . 35 2 Argentina: prcticas culturales esperadas de una

    institucin cultural 35

    - ii -

  • I. Consideraciones preliminares

    Este trabajo se ha realizado sobre la base de las experiencias de campo e investigaciones de la autora en Buenos Aires y Gran Buenos Aires, por lo tanto sus conclusiones pueden ser aplicables a otras reas urbanas con caractersticas semejantes. El propsito es doble: en primer lugar aportar lneas conceptuales as como abrir interrogantes que orienten la determinacin de lneas de investigacin futuras. En segundo lugar, gene-rar reflexiones sobre la relacin de la educacin formal, no formal e in-formal con los aspectos de la cultura popular analizados.

    El enfoque de la cultura popular que se presenta abarca aquellos fenmenos culturales, caractersticos de las zonas urbanas y sub-urbanas de Argentina, considerados ms relevantes para la determinacin de lneas de una poltica cultural y educativa futura. Estos aspectos se seleccio-naron teniendo en cuenta los siguientes problemas bsicos que se fueron detectando a lo largo de nuestras experiencias de campo e investigacio-nes realizadas:

    a) la vigencia de un concepto social de cultura asociado con los objetos y estndares de evaluacin de 'La Cultura1 con 1C' o 'cultura cul-tivada' . Esto conduce a polticas culturales basadas fundamentalmente en la difusin de los productos de la cultura acadmica y cuyo resultado es la reproduccin de la 'Maison de la Culture' francesa. Esta concepcin social de 'la cultura' y por ende los proyectos de accin cultural basa-dos en ella, chocan y se contradicen con los componentes de una cultura vivida, con los rasgos del quehacer cotidiano de los sectores populares de la poblacin;

    b) la existencia de un sector importante de la poblacin cuya re-lacin con los objetos del mundo circundante se caracteriza por una ca-rencia de participacin real en la transformacin de 'su mundo' y supe-racin de las condiciones que afectan su vida cotidiana individual o gru-pal;

    c) la presencia compartida de necesidades, sistemas de valores, 1 conceptos y significados que pueden inhibir la posibilidad de una accin cultural dirigida a la emergencia ce grupos transformadores del statu-quo y protagonistas de su propia historia.

    En funcin de estos problema:?, tres preocupaciones han orientado el desarrollo de este trabajo: prinero, presentar dimensiones y criterios de anlisis que permitan el abordaje cientfico de la cultura popular y sean relevantes para la determinacin de polticas de accin cultural dirigidas a la transformacin de la realidad; segundo,orientar la explo-racin de reas estratgicas para el desarrollo de una cultura partici-pativa, creativa, reflexiva y autnoma y por ltimo presentar reflexio-nes sobre algunos rasgos de la educacin en relacin con el desarrollo de una cultura popular que rena las caractersticas sealadas.

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    II. Encuadre_del_trabaio

    Si bien escapa a los alcances de este trabajo una detallada ela-boracin terica y emprica del concepto de cultura popular, es preciso sealar a qu nos referimos con el trmino, qu aspectos y formas de abordaje hemos considerado ms relevantes para nuestros objetivos y preocupaciones. Para tal fin, traeremos aqu breves referencias sobre algunos de los diversos sentidos y enfoques de anlisis aplicados al es-tudio de la cultura popular, sin entrar a analizar en profundidad las diferencias metodolgicas y conceptuales que se presentan en este campo.

    Una de las acepciones ms comunes que ha recibido el trmino cul-tura popular es de carcter cuantitativo: cultura popular se recorta como el conjunto de objetos que recibe la aceptacin de una mayora de la poblacin; es decir que la cantidad de 'adherentes' a un objeto es lo que define su inclusin en la categora de flo popular'. Desde esta perspectiva 'cultura' se nos presenta como un conjunto de objetos ex-ternos al sujeto, y lo popular se define en trminos de un pblico o audiencia mayoritaria, sin referencia explcita a determinados grupos sociales diferenciados como 'sectores populares'. Aplicada esta acep-cin al estudio de la cultura popular en las zonas urbanas, los anli-sis se han orientado hacia la 'cultura de masas* o 'cultura masiva', explorando la recepcin mayoritaria de los medios de comunicacin de masa; es decir que se ha focalizado el estudio de la cultura popular en el consumo masivo de los objetos producidos por la industria cultu-ral. Este enfoque prevalece en los trabajos provenientes de Estados Unidos 1/

    Una segunda perspectiva - as 'cualitativa' - define la cultura popular como el conjunto de objetos generados o producidos en el inte-rior de los sectores populares de una sociedad; cultura popular es lo que el 'pueblo' crea y elabora. En este sentido 'lo popular' no se de-fine en funcin de la adhesin mayoritaria sino del proces creador de los sectores populares de una sociedad y abarca desde la produccin de objetos dentro de las reas tradicionales del arte, la filosofa o la ciencia - la artesana, las canciones, la poesa que emergen totalmente ajenas al circuito comercial de la produccin masiva - hasta la crea-

    1/ Entre otros, vanse Bernard Rosenberg and David Manning White, (ed.) Mass_culture_. The popular arts in America, Th Free Press, New York, 1957. Denys Thompson ( e d T T 7 ~ p i s c r i m i n a t i o n and_popular culture, Penguin Books, Londres, 1964. Eric~Larrabee~and_Rolf Meyershn ~Ted7), ^ss_leisure, T h e Free Press, Glencoe, Illinois, 1958. David Riesmann, BlYily^I^-Bsconsidered, The Free Press, New York, 1966.

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    cin de nuevas formas de vida y de convivencia social 2/.

    "Al hablar de popular nos referimos al pueblo que no solo parti-cipa de la evolucin, sino que se apodera de ella, la impone, la condi-ciona. Pensamos en un pueblo que hace historia, que transforma al mun-do y se transforma a si mismo" 3/.

    Consideramos que estos dos enfoques no son necesariamente exclu-yentes sino que sealan componentes de la cultura popular urbana que pueden convivir en diferentes proporciones en un determinado momento histrico: por un lado un componente masivo, con predominancia del con-sumo de objetos culturales y por el otro un componente ms individuali-zado y creativo. Esta dicotoma consumo-produccin referida a estilos contrapuestos de relacin del hombre con los objetos de su mundo circun-dante orienta nuestras reflexiones sobre la cultura popular en Argentina sin descartar no obstante el aporte de otras categoras de anlisis. Por ejemplo, varios estudios europeos se han focalizado en la subcultu-ra obrera, definida sta o bien en trminos de los modos de vida coti-diana fuera del trabajo (Yugoeslavia, V. Ahtik, 1963) 4/, o bien en trminos de mecanismos metablicos productores de sentido (Francia, Barthez, 1973) 5/. Ahtik, desde su perspectiva, ha clasificado los contenidos de la cultura obrera segn su relacin con tres ncleos esen-ciales que revelan su origen histrico:

    a) una cultura obrera enraizada en las normas de una civilizacin pre-industrial y centrada sobre el trabajo de la tierra y la familia (jardinera, manualidades para el hogar, cra de animales, cultivos, sa-lidas familiares, tareas hogareas, etc.);

    b) una cultura obrera tradicional caracterizada por formas de conducta tpicas de los ncleos obreros de principios de la industriali-zacin y ligada a contenidos de la cultura humanista (frecuentacin de la casa de la cultura, conferencias, frecuentacin del teatro obrero, prcticas de actividades artsticas, frecuentacin de veladas cultura-les, etc.);

    c) una cultura obrera asociada a la cultura de masas y que reposa en los valores de una sociedad industrial moderna (emisiones de radio,

    2/ Tullio Savi, Scuola e fabbrica; lineamenti di una didattica oneraria per_la_scuola, Guaraldi Editore, Roma, 1975.

    3/ Bertolt Brecht, "Escritos sobre teatro" en Michele Mattelart y Mabel Piccini "La televisin y los sectores populares", Comunicacin y cultura, N2, Buenos Aires, 1974.

    4/ Ahtik, V. Participation socio-politique des ouvriers d'industries yougoslaves. Sociologie du Travail - n 5. nero-marzo, 1963.

    5/ Colette et Jean-Claude Barthez, Attitudes et comportements des travailleurs_manuels vis-a-vis de la culture, Ministere des Affaires Culturelles, Service des Etudes et Recherches,Paris, marzo 1973.

  • _ Il -

    frecuentacin del cine, lectura de peridicos, revistas, etc.).

    Colette y Jean-Claude Barthez han focalizado su estudio de la cul-tura obrera en su relacin con la 'cultura cultivada'; analizan las ca-ractersticas y mecanismos de la cultura cultivada mostrando la imposi-bilidad de su integracin en el universo de la cultura obrera. Segn los autores la subcultura obrera no incluye la participacin en la cul-tura cultivada, ni los medios para dicha participacin. Su hiptesis central se refiere a los mecanismos mentales y concepciones del mundo necesarios para la participacin en los objetos de la cultura cultivada, que son incompatibles con los de la subcultura obrera. Rene Kaes intro-duce el anlisis de la concepcin de cultura en los obreros franceses mostrando la predominancia de elementos asociados a los rasgos de la cul-tura acadmica 6/.

    La preocupacin por el defasaje existente entre la cultura de ori-gen sabio - reservada a una lite o minora social - y la cultura vivi-da por los sectores populares, ha llevado al anlisis de la cultura po-pular desde el punto de vista de una sociologa del desarrollo cultural 7/. Estos estudios se focalizan principalmente en la esfera del 'loisir' ana-lizando los grandes grupos de intereses y funciones atribuidas al 'loisir' en trminos de categoras relacionadas - segn los autores - con el li-bre desarrollo de la personalidad fsica y mental en una participacin ac-tiva en la vida cultural de la sociedad.

    Sealaremos a continuacin, las dimensiones y conceptualizacin bsica que constituyen el marco de referencia para este trabajo. Si bien participamos de una concepcin antropolgica de cultura entendida como la forma de vida de un pueblo, como el ensamble coherente de creencias, valores, normas y comportamientos cotidianos, en este trabajo no se ha tomado todo el universo de componentes de la cultura popular urbana de Argentina, sino slo aquellas dimensiones ms relevantes para los pro-blemas que se le plantean a una accin educativa futura. Para tal fin se intent definir el objeto de estudio en trminos de una cultura inter-nalizada, que se refleja en los modos de conductas cotidianas de un gru-po social; qu hace? qu siente? qu valoriza? en forma compartida. Cultura internalizada que estructura y da sentido a los modos de rela-cin humana en el rea laboral, en la familia, en la vida social coti-diana .

    / Ren Kaes, Les_images de la clture chez les ouvriers franais, Cujas, 1968. Les_ou]reiers~frin^ Facult de Droit et des sciencs'pitqes et'conomiques de l'Universit de Strasbourg. Institut du travail, Paris, 1962.

    7/ J. Dumazedier, Vers_une civilisation du loisir?, Ed. du Seuil, Paris, 1962; Dumazedier,~7~Rlprt7~Y7~Berrd7~7"smel, Le loisir et ia_ville, T. I, Loisir et culture, Ed. du Seuil, Paris, 19667

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    Por otra parte, y considerando las dificultades metodolgicas pa-ra la 'aprehensin' emprica de la cultura 8/, se busc definir el ob-jeto de estudio de manera tal que permitiera recortes analticos y ope-racionales que no distorsionaran su compleja y dinmica naturaleza.

    Es entonces que, el rea cultural abarca en este trabajo las for-mas de vida caractersticas de la poblacin urbana en las diversas es-feras del quehacer cotidiano, tanto en lo que hace a las actividades asociadas al mundo del trabajo como al lapso de vida diaria no dedicado a una actividad obligatoria. Esta diferenciacin en trminos de 'tiem-po de trabajo' y 'tiempo de no-trabajo' o 'tiempo liberado' es, obvia-mente, slo aplicable a las caractersticas de una forma de vida urba-no-industrial .

    Para nuestros propsitos limitaremos el estudio del rea cultural a las diversas formas de conducta caractersticas de la vida cotidiana en el tiempo de no-trabajo o tiempo liberado de una ocupacin obligato-ria. Desde esta perspectiva entra entonces en consideracin todo un 'espectro' de formas de conducta cotidianas que incluye por ejemplo, ac-tividades tales como la exposicin a los medios de Comunicacin de Masas, el hacer deportes, la interaccin social con familia y amigos o la par-ticipacin social para la solucin colectiva de problemas barriales con-juntamente con los significados, sistemas de creencias, o de valores asociados con dichas actividades.

    Este recorte no significa que le asignemos a las formas de conduc-ta del tiempo liberado una dinmica propia desligada del mundo del tra-bajo. Por el contrario, las formas y significados que asume la conducta humana en el tiempo del no-trabajo, se explican en gran parte por el tipo de realidad que el hombre enfrenta en su vida laboral. Si hacemos este recorte se debe a varias razones: primero a la complejidad del mundo cultural con sus contradicciones y estructura unitaria, segundo a las posibilidades que brinda el tiempo liberado para un anlisis del queha-cer cotidiano en funcin de los problemas y preocupaciones sealadas 97, tercero, a la necesidad de sistematizar las caractersticas propias del lapso de vida diaria no dedicado a una actividad obligatoria , con el objeto de analizar posteriormente sus relaciones con los rasgos del mun-do del trabajo, y finalmente a la consideracin del tiempo liberado como un rea de mayor factibilidad sociel y poltica para una accin cultural educativa.

    8! Los datos que se presentan en este trabajo fueron relevados en una investigacin que dirige la autora en la Provincia de Buenos Aires en dos etapas: la primera de observacin sistemtica de la poblacin es-tudiada y la segunda consistente en una encuesta a una muestra represen-tativa de la poblacin.

    9/ Existe una tendencia en los seminarios internacionales sobre accin cultural a asimilar conceptualmente cultura con uso del tiempo li-

  • - 6 -Por 'popular' entendemos las categoras sociales de las reas ur-

    banas y sub-urbanas comunmente designadas como sectores populares: los obreros y grupos marginales, incluyendo en algunos casos a los niveles inferiores de los sectores medios.

    De manera que el estudio de la cultura popular se limita aqu a reflexiones sobre las formas de conducta caractersticas de los secto-res populares urbanos de Argentina durante el tiempo liberado de la ac-tividad obligatoria.

    Para el anlisis de estas formas de conducta, se han selecciona-do tres ncleos de variables en funcin de los problemas relevantes pa-ra una accin cultural, y de los factores intervinientes sobre los cua-les puede ser factible una accin modificadora: las prcticas cultura-les, las necesidades y las representaciones sociales.

    a' : denominaremos prcticas culturales 10/ populares a las actividades comunes, habituales, o ampliamente difundi-das en los sectores populares durante el tiempo del no-trabajo. El cen-tro de inters de nuestras reflexiones no se ubica en los objetos 'per se', propios de la cultura popular, sino en el tipo_de relacin del hombre con dichos objetos. Analizaremos los conjuntos posibles de formas de conducta de los sectores populares en su vida cotidiana haciendo referen-cia a diferentes estilos de relacin con los objetos y el mundo circun-dante .

    Distinguimos un estilo consumista predominante en la cultura popu-lar urbana asociada a la cultura de masas, que se caracteriza por la ac-cin de recibir como espectador, sin modificar los objetos o bienes a los que se est expuesto; y un estilo productivo-creativo - predominante en las formas no masivas de la cultura popular urbana - caracterizado por una accin transformadora sobre los objetos a travs de la realiza-

    bre: "...Culture was relieved of the ideis of classical training and became more closely linked to the use of leisure time...'' Ej^aJtion -an. -Qlliiure t, j^view. o_f_ the_ Coimeil_ for_ Cultural. 3 2, pg. 6, 1977. "... what it is possible'to"calf "culture" f the" lite of a worker is'doing something for one-self' (and not for the boss) ' going out ' (to the cinema, or holiday, etc.) and being with' (her family, her friends, etc)". Education_and Culture N22, pg. 17, 1973.

    10/ Esta forma de abordaje y de recorte conceptual es semejante al usado en estudios tales como: 'Pratiques culturelles des Franais' - Secrtariat D'tat a la culture~~~Srvc"ds~tuds~t~de l recherche-. Dcembre 1974, o J.C. Chamboredon et F. Bonuin 'Transmission

    Instances de Diffusion Culturee77~cntr~ de Sociologie Europenne - Dcembre 1973, entre tros.

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    cin la invencin, el descubrimiento o la expresin, y que se da en ac-tividades tales como participacin social comunitaria, expresiones arts-ticas grupales, festejos organizados por la poblacin.

    Por otra parte se describirn las caractersticas que asumen algu-nas de las prcticas culturales populares, teniendo en cuenta dimensio-nes de anlisis que permitan detectar los rasgos propios del estilo no consumista en los sectores populares.

    b. Necesidades y representaciones sociales: desde la perspectiva de la relacin sujeto-objeto y en relacin con las transformaciones so-ciales, es relevante el anlisis de las condiciones estructurales de vi-da de los grupos, ya que directa e indirectamente determinan el estilo de relacin predominante del hombre con los objetos de su mundo circun-dante. Intentaremos aqu la introduccin de variables psicosociales que pueden poner de manifiesto la accin 'indirecta' de las condiciones so-_ cio-econmicas estructurales. Esta accin indirecta se da a travs de una red de fenmenos culturales que orientan la conducta de los indivi-duos en cuanto a los objetos 'elegidos' en su vida cotidiana y en cuanto al estilo de relacin con dichos objetos. De esta red de fenmenos cul-turales intervinientes tomaremos en consideracin, por un lado, el sistema de_necesidades que impulsa la conducta de los individuos y de los grupos; y por otro, el conjunto de representaciones sociales internalizadas que determinan en parte la valorizacin y seleccin de determinados satisfac-tores para sus necesidades. Esto nos conducir a reflexiones sobre el tipo de necesidades a las que pueden responder las prcticas culturales de los sectores populares urbanos, y sobre las representaciones sociales que pueden estar asociadas con los componentes consumistas y productivos de la cultura popular urbana en Argentina. Nos conducir tambin a ex-plorar los mecanismos sociales - en nuestro caso los que hacen al proceso educativo - facilitadores o inhibidores de necesidades y representaciones sociales.

    Se considera que parte del sistema de necesidades como el conjunto de representaciones sociales compartidas por un grupo social son componentes de la cultura de dicho grupo y reflejan la internaliza-cin de la estructura de valores, sistemas de creencias, conocimientos, i normas referidas a los fenmenos del medio ambiente mediato o inmediato.^;

    Nuestro anlisis parte de la diferenciacin entre necesidad objetiva y subjetiva y presupone la determinacin social de las necesi-dades de los grupos y de los individuos. Por necesidad subjetiva enten-temos un estado de carencia sentidc y percibido como tal por los indi-viduos o grupos de individuos.

    Trataremos aqu, aquellas necesidades subjetivas derivadas de con-dicionamientos culturales, es decir culturalmente condicionadas y aso-ciadas a las prcticas culturales de los sectores populares. Por nece-

  • sidad objetiva nos referimos a carencias de los individuos y/o grupos que pueden determinarse independientemente de la conciencia que de las mismas tengan los individuos afectados. La determinacin objetiva de las necesidades se apoya en la existencia de desequilibrios que impi-den el desarrollo pleno de las potencialidades humanas. Se asume que la determinacin objetiva de las necesidades parte no slo de considera-ciones cientficas sobre el desarrollo social y humano, sino tambin de juicios de valor sobre el tipo de sociedad y de hombre deseables. El anlisis de las prcticas culturales de los sectores populares en fun-cin del eje consumo-produccin intenta proveer de pautas para la medi-cin de desequilibrios en la distribucin de satisfactores referidos a necesidades objetivas 'no tan obvias' 11/ tales como la participa-cin, la creacin, el conocimiento de si y del entorno y la re-creacin. Consideramos que el grado de correspondencia entre necesidades subjeti-vas y objetivas, o dicho de otra manera el grado de reconocimiento de las necesidades objetivas constituyen aspectos o dimensiones de la cul-tura de un grupo social.

    La diferenciacin conceptual entre necesidades objetivas y subje-tivas es importante, no slo tericamente, sino en el caso de este tra-bajo por sus implicancias para la accin. Una accin cultural que se apoye slo en las necesidades manifiestas de la poblacin sin conside-rar la existencia de necesidades objetivas corre el riesgo de implemen-tar actividades que slo conduzcan a un mantenimiento del statu-quo y no a una modificacin de las situaciones de desequilibrios existentes en la poblacin.

    Esta perspectiva terica es tambin importante en la medida que conduce al anlisis de fenmenos culturales o de mecanismos sociales -como por ejemplo la educacin - en tanto factores inhibidores o faci-litadores de reconocimiento de necesidades, de su expresin y de la bs-queda de satisfactores adecuados.

    Las representaciones sociales, son fenmenos culturales que pueden incidir en el reconocimiento de necesidades y en la valorizacin y se-leccin de determinados objetos para su satisfaccin. Se entiende por representacin social 12/ el ncleo de conceptos, percepciones, signi-ficados y actitudes que los individuos de un grupo social comparten en

    11/ Mara del Rosario Lores Arnaiz y Sara Rietti, "Necesidades humanas no obvias: una aproximacin conceptual", Documento presentado al II Encuentro Latinoamericano sobre "Investigacin y Necesidades hu-manas". UNE SCO/CLAEH, Montevideo, Junio 1978.

    12/ Entre otros, vase R. Kaes (op.cit) 1968, I - Le concept psychosociologique de Representation.

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    relacin consigo mismos y los fenmenos del mundo circundante. La im-portancia de la nocin psicosocial de representacin se basa en que hace referencia a una visin socialmente compartida sobre la realidad circundante. No se trata de una opinin momentnea y fragmentaria sino que es una construccin de un aspecto del mundo constituida por la es-tructuracin de una amplia gama de informaciones, percepciones, imgenes, creencias y actitudes vigentes en un sistema social determinado. Per-mite captar las estructuras internalizadas de creencias, valores, normas, etc., que un grupo social posee sobre aspectos de la vida cotidiana, co-mo por ejemplo las visiones compartidas de 'el trabajo', 'la mujer', 'el hombre', 'la natalidad', etc. Para este trabajo hemos tomado el anlisis de algunas de las representaciones sociales asociadas con las prcticas culturales propias del tiempo liberado de la poblacin estudiada que pue-den actuar como factores facilitadores o inhibidores del reconocimiento de necesidades y de su expresin: la representacin social de 'la cultura' y de la 'participacin'. Se considera que una accin cultural-educativa puede plantearse estrategias viables que se apoyen en los aspectos din-micos de estas representaciones y se dirijan a remover los elementos inhi-bidores de las mismas.

    Se supone que tanto el conjunto de variables seleccionado como los criterios de anlisis elaborados pueden aportar elementos para explorar puntos estratgios de una accin cultural y educativa futura tendiente a la transformacin de la realidad y no a la conservacin o refuerzo del statu-quo. Esta transformacin la percibimos en trminos de una eleva-cin de la calidad de vida de los sectores populares que componen la po-blacin urbana de Argentina. El concepto de calidad de vida se distin-gue de conceptos tales como nivel o standard de vida en la medida que connota una referencia integral al conjunto de las necesidades humanas y no slo a una parte de ellas. Implica el supuesto de la existencia de necesidades humanas objetivas, emergentes de situaciones de desigual-dad o desequilibrio, permite reflexionar sobre la posibilidad de 'medir' el nivel cultural de los sectores populares en relacin con el grado de satisfaccin de sus necesidades no materiales, sin referencia a patrones de excelencia tcnica o esttica.

    El concepto de calidad de vida, que introduce la consideracin de la satisfaccin de necesidades 'no materiales' o no 'tan obvias' tales como la de participacin o de creacin, nos conduce a reflexiones sobre el significado de estilos de desarrollo que partan de una consideracin sistmica de las necesidades y se dirijan al logro de formas de vida ms participativas y creativas en los diferentes rdenes del quehacer humano. Pensamos que los conceptos y datos que aqu se presentan proveern de criterios para:

    a) analizar el papel de la educacin en tanto mecanismo social facilitador o inhibidor del reconocimiento de necesidades que hacen al acrecentamiento de la calidad de vida de los sectores populares;

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    b) analizar el papel de la educacin en tanto mecanismo 'pro-veedor' de instrumentos y recursos mentales necesarios para la satis-faccin de dichas necesidades y

    c) reflexionar sobre estilos tecnolgicos de la accin cultural y educativa que se dirijan a la emergencia de grupos conscientes de las necesidades de participacin, creacin, conocimiento de si y del entorno y re-creacin y dotados de los recursos mentales para su sa-tisfaccin adecuada.

  • 11 -

    III. Prcticas culturales

    Como mencionamos en el item II de este trabajo proponemos el an-lisis de los componentes de las prcticas culturales de los sectores po-pulares urbanos de Argentina en trminos del eje consumo-produccin re-ferido a diferentes estilos de la relacin de los grupos con los objetos y el mundo circundante.

    Relacin_consumista

    En el rea del tiempo cotidiano liberado de una actividad produc-tiva, la relacin que denominamos consumista, se refleja especialmente a travs de la cultura de masas. Esto no significa que este tipo de relacin sea privativa de la vinculacin de los hombres con los produc-tos emitidos por los medios de comunicacin de masas; la vinculacin con-sumista puede darse en la relacin con cualquier tipo de objeto cultural, incluso con aquellos correspondientes a la denominada 'cultura cultivada'13/. Sin embargo, para una distincin de los rasgos esenciales de la relacin consumista, nos basaremos en las caractersticas de la cultura de masas dada su primaca como componente consumista de la cultura popular urbana y sub-urbana.

    El estilo de relacin consumista se caracteriza por la accin de recibir como espectador sin modificar los objetos y bienes a los que se est expuesto; sus notas ms salientes son:

    a) la distancia existente entre el acto de creacin del objeto cul-tural y el acto de recepcin del mismo; el sujeto recibe informacin, im-genes, entretenimientos sin participacin en la creacin, produccin o di-fusin del objeto cultural;

    b) la unilateralidad del proceso de comunicacin; no existen cam-bios de funciones entre un emisor y un receptor que se mantienen a dis-tancia espacio-temporal;

    c) la falta de estmulo para un proceso reflexivo del pensamiento en el sentido de proveer de instrumentos mentales que inciten el plan-teamiento de problemas de la vida cotidiana, la descripcin de los mis-mos, la bsqueda de sus causas y el anlisis de sus consecuencias;

    d) la dificultad para transformar los mensajes recibidos en una praxis personal o social dirigida a la superacin de problemas y a la transformacin de la realidad.

    13/ Jean Dubuffet, Cultura asfixiante, Ed. de la Flor, Buenos Aires, 1970.

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    Relac ion_productivo-creativa

    El componente produc+fv-creativo est presente en prcticas cul-turales tales como:

    a) la actividad dntro de las reas tradicionales del arte, la ciencia, la filosofa, que emerge totalmente ajena al circuito comercial de la produccin en masa y que origina creaciones colectivas compartidas por un grupo o comunidad: poesas y narraciones que se trasmiten oral-mente, iconografa, produccin de objetos, artesanas, representaciones drmaticas y fiestas, danzas, canciones, etc. Estos productos, que di-fcilmente se incluyen en la categora de creaciones artsticas de acuer-do con valores estticos de la 'cultura cultivada', se caracterizan por los rasgos distintos y a veces opuestos a los de la cultura 'acadmica'; por ejemplo, estas manifestaciones expresivas de los sectores populares constituyen objetos_de uso, adaptados a las situaciones concretas, com-prensibles - con significados asociados a la cosmovisin de los sectores populares, ejemplo: lo mgico o religioso-, y constituyen posibles ins-trumentos de comunicacin; emergen a partir de la realidad cotidiana y no como dimensin autnoma o atemporal del talento creador; la palabra escrita o el libro no son habitualmente su medio de conservacin;

    b) la creacin o elaboracin de decisiones en reas comunitarias que afectan la vida cotidiana de los sectores populares; nos referimos a la participacin social real y directa en la toma de decisiones gru-pales y en la ejecucin y evaluacin de las acciones pertinentes. Esto puede concretarse por va sindical, a travs de la participacin en aso-ciaciones voluntarias, o bien en forma de organizacin grupal informal del barrio o comunidad. Estas manifestaciones parten de la existencia de un ingrediente de solidaridad en la cultura popular. Esta solida-ridad, suele ponerse de manifiesto a travs de mecanismos de comunica-cin social informales, tal como la ayuda al vecino. La cultura popu-lar se torna realmente productiva cuando se organiza la solidaridad informal, pues de ese modo puede enfrentar no slo la resolucin tran-sitoria Je problemas individuales, sino la resolucin colectiva de necesiuades compartidas por un grupo.

    ^ stilo_de_relacion del hombre con los objetos de su mundo cir-cundante se caracteriza en estas formas de conducta por una accin trans-formadora en la que se destacan las siguientes notas:

    a) la participacin directa en la creacin del objeto cultural, sea ste un objeto material, una norma o valor a ser compartido por un grupo social;

    b) la no delimitacin rgida entre emisores y receptores del pro-ceso de comunicacin;

  • - 13 -

    c) la posibilidad de emergencia del pensamiento reflexivo en la medida que ste surge en las situaciones que le presentan al individuo problemas de adaptacin; es decir frente a una situacin problemtica, con vistas a la solucin de la misma. La mayora de las formas de conducta que denominamos cultura popular productiva emergen de situa-ciones problemticas de la vida cotidiana; cada forma de expresividad popular cumple un servicio dentro de la colectividad en una determinada situacin histrica y ha sido generada como respuesta a problemas com-partidos. La reflexin aparece con distinta intensidad - sobre todo en cuanto a la posibilidad de percibir todos los factores en juego en una situacin problemtica - segn el rea de creacin, el producto que se genera y las condiciones de vida de los sectores populares. Es decir, que en una forma de conducta creativa ms que en otra, en unos produc-tos ms que en otros, en determinados sectores populares ms que en otros, encontraremos mayor contenido reflexivo referido a la realidad socio-cultural que modela las vidas de los sectores populares 14/;

    d) la Posibilidad de que este pensamiento reflexivo revierta en una praxis individual y social de transformacin de la realidad; deci-mos 'posibilidad' en la medida que depende de las circunstancias his-tricas la canalizacin de la cultura popular productiva en una accin que no implique de una u otra manera el mantenimiento del statu-quo, o involucre efectos desmovil'izadores Por otra parte, tambin podemos distinguir grados o tipos diversos de praxis social que van desde la autogeneracin de un mercado informal de trabajo en las zonas urbanas, usando los objetos creados como productos para la venta, hasta la orga-nizacin grupal con perspectivas a una demanda de mejores condiciones de vida y mayor participacin social.

    Existen evidencias que nos sugieren la hiptesis de un decreci-miento de estas manifestaciones creativas populares de Argentina, a medida que avanza el proceso de urbanizacin y las formas masivas de comunicacin y entretenimiento. Es probable que este componente produc-tivo de las prcticas culturales populares se manifieste especialmente en los sectores de las reas rurales o alejadas de los centros urbani-zados. Es probable tambin suponer que si aplicramos categoras de anlisis histrico de la cultura popular argentina, el componente crea-tivo en las zonas urbanas se asocie con formas de conducta de los sec-tores populares enraizadas en estilos de vida rural o pre-industrial que se conservan en el medio urbano.

    14/ Son conocidas a este respecto las controversias relacionadas con la posibilidad de una cultura hegemnica de los sectores populares con contenidos de crtica social versus una cultura subalterna y domi-nada. Vase Tullio Savi (op^cit^).

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    Prcticas_culturales_segn_el eje consumo-produccin.

    Desde esta perspectiva, que focaliza el anlisis en la forma de relacin consumista o productiva, se toma el 'eje* como un continuo en cuyos extremos pueden hallarse formas puras de uno u otro tipo de rela-cin - es decir, prcticas que renan todas las caractersticaas sea-ladas - y otras formas_intermedias que renen slo algunas de esas ca-ractersticas de modo tal que pueden estar ms prximas a uno u otro extremo, y pueden considerarse con un grado mayor o menor de producti-vidad. Es decir que podramos transitar desde el consumo masivo de televisin hasta la creacin dramtica y la participacin social pasan-do por zonas de prcticas intermedias tales como la actividad deportiva, las salidas al aire libre, o las relaciones sociales informales. La ubi-cacin en este continuo es extremadamente dificultosa, en la medida que cualquier actividad puede ser encarada con un estilo consumista o pro-ductivo, o bien con ambos, segn los sujetos. Desde esta perspectiva slo un anlisis observacional de cmo cada sujeto, o grupos de sujetos, realiza una actividad, permitira la ubicacin de la misma en un punto determinado del continuo. Obviamente no contamos al presente ni con los datos ni con los instrumentos necesarios para una medicin y ca-tegorizacin rigurosa. Si bien el desempeo del sujeto es fundamental para realizar una categorizacin rigurosa de cada actividad, proponemos, de acuerdo con los datos disponibles una primera aproximacin ms sim-ple. Cada tipo de actividad proporciona diferentes grados de oportu-nidad en cuanto a una relacin productiva-creativa del sujeto con los objetos, por lo tanto se clasifican las actividades o prcticas cultu-rales en la categora consumista o productiva segn el tipo de abordaje que la actividad estimula.

    Se necesitan investigaciones en Argentina que estudien el universo de la cultura popular urbana en funcin de este eje; sin embargo, pueden aportarse algunos datos de las investigaciones realizadas hasta el pre-sente. De la investigacin que dirige la autora de este trabajo en la provincia de Buenos Aires 15/ podemos adelantar algunos resultados

    15/ Mara Teresa Sirvent y Silvia Brusilovsky, Diagnstico_socio cultural_de_la_goblacin deJBernal, Don Bosco. Asociacin Mariano Moreno, Bernal, Provincia~de~Bueos~Aires"Argentina7 1978 (informe final en ela-boracin). Esta investigacin abarca el rea de influencia del Programa Modelo experimental de la biblioteca pblica y complejo cultural Mariano Moreno. Se dirige al anlisis de los siguientes ncleos de variables: uso del tiempo total de la poblacin; actividades especficas para el tiempo libre; exposicin a medios de comunicacin de masas; asistencia a museos, bibliotecas y exposiciones; vida en la comunidad; actividades de participacin social formal e informal; significados manifiestos de las actividades de tiempo libre, la exposicin a medios do comunicacin de masas, la asistencia a museos, bibliotecas y exposiciones y la parti-cipacin social; necesidades, aspiraciones y expectativas referidas a

  • - 15 -parciales referidos a las prcticas culturales en el rea estudiada. Del total de actividades relevadas como habituales de la poblacin en su tiem-po liberado de una actividad productiva, se cuenta por el momento con el procesamiento referido a las actividades percibidas como 'libres'por la poblacin, total estudiada. De las diversas respuestas dadas al inte-rrogante referido a las actividades de su tiempo total que eran percibi-das como libres, o como momentos libres, se consideraron actividades de consumo o Eacticas_culturales con predominio_del componente consumista: las relacionadas con las actividades educativas tipo cursos o clases ma-gistrales; las de asistencia a espectculos deportivos; la exposicin a medios de comunicacin de masas (TV, radio, teatro, prensa, libros); la asistencia a museos, kermeses y festivales folklricos; la prctica de juegos de azar. Remarcamos que, si bien puede haber en esas activi-dades una actitud reflexiva por parte del pblico, se las clasific co-mo prcticas culturales consumistasporque en todas ellas la nota predo-minante es la dependencia respecto de un emisor u organizador externo.

    Se consideraron prcticas culturales con predominio del componente_ productivo; las investigaciones personales, la prctica de actividades artsticas o artesanales - pintar, cermica, teatro, ejecucin de instru-mentos, coro, danza -; la realizacin de hobbies de invencin o descubri-miento; la realizacin de actividades de participacin social en asocia-ciones voluntarias, instituciones o grupos informales de la comunidad.

    Como prcticas intermedias, se clasificaron las prcticas cultura-les referidas a: salidas afuera todo el da, picnic, miniturismo, cami-natas, actividades de interaccin social (en la familia o fuera de ella); los juegos sociales - naipes, billar, bochas, metegol-; los juegos'inte-lectuales' - ajedrez, scrabell, etc.-, la prctica de deportes y cier-tos hobbies de dudosa ubicacin en el extremo ms alto de la escala.

    Presentamos la iformacin referida a las prcticas culturales pa-ra el total de la poblacin estudiada en cuadro 1.

    uso del tiempo, el vecindario y la participacin social; representacin social de 'la cultura', el tiempo libre, la comunidad de residencia y la participacin social. Este estudio se ha dirigido tanto a un objetivo terico como de carcter_aplicado1 Este ltimo consiste en la elaboracin de orientaciones generales para la determinacin de estrategias y alter-nativas de accin del Programa Modelo experimental. La elaboracin de los datos intenta la interaccin de anlisis cualitativos y cuantitativos; los datos se relevaron en dos etapas: la primera de observacin sistematica, consisti en entrevistas semi-estructuradas a miembros de las Asociaciones voluntarias de la zona (total: 109 Asociaciones voluntarias), a directo-ras de escuelas primarias y secundarias y otros informantes clave de la comunidad; observacin en plazas, clubes y cafs? La segunda etapa con-sisti en una encuesta de poblacin a una muestra representativa de 456 habitantes (Bernal es una poblacin sub-urbana industrial de alre-dedor de 100.000 habitantes).

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    Cuadro 1. Argentina: prcticas culturales realizadas, por la poblacin en sus momentos libres

    Tipo de prctica segn eje: Frecuencias Porcentaje _consumo -.Produccin _ absolutas

    Prcticas_consumistas:actividades educativas 849 44,10 tipo curso o clase magistral, asistencia a

    espectculos, medios de comunicacin de masa, asistencia a museos, festivales. Prcticas_intermedias:picnic, salidas afuera, 577 29,97 reuniones sociales, juegos sociales-naipes, billar, etc., prctica de deporte, hobbies femeninos. Prcticas productivas: prctica de activida- 51 2,65 des artsticas o artesanales, hobbies de in-vencin, participacin social formal e infor-mal en la comunidad. Otras actividades asociadas con trabajo remu- 448 23,28 nerado, limpieza del hogar y cuidado de los hijos, jardinera, arreglos de la casa y religin. Total de actividades realizadas 1 925 100,00

    Fuente: Mara Teresa Sirvent y Silvia Brusilovsky, Diagnstico_so-cio-cultural de_la poblacin de Bernal, Don Bosco. Asociacin Mariano Moreno, Bernal, ProvicIa~de~Bueos~ires, 19787

    Podemos observar que la mayora de las actividades mancionadas ( 44,10%) se concentran en las denominadas 'prcticas culturales con predomirio del componente consumista' en las cuales la relacin del sujeto con los objetos se caracteriza por la accin de recibir como espectador sin modificar los objetos y bienes a los que se estl expuesto. Dentro de este rubro predomina la exposicin a medios de comunicacin de masas: le siguen las 'prcticas culturales intermedias' (29,97%), especialmente focalizadas en los juegos sociales y las reuniones sociales familiares. Finalmente, las 'prcticas culturales productivas', de participacin directa del sujeto en la creacin del objeto, que brindan posibilidades para la emergencia del pensamiento reflexivo y para una accin individual o colectiva que tienda a modificar-la realidad, son escasamente mencionadas (2,65%).

    Por otra parte, aparece un 23% de actividades asociadas al trabajo obligatorio, la limpieza de la casa, el cuidado de los hijos, y la reli-gin que son percibidas por la poblacin como actividades libres, y que por ,us caractersticas son de difcil ubicacin en el eje consumo-produc-cin. Dentro de este conjunto de actividades predominan las asociadas a la casa y a los hijos con 150 casos (8%) que mencionan trabajos manuales tales como carpintera, jardinera, que pueden presentar ciertos rasgos productivos y que pueden ser el punto de partida para el desarrollo de una relacin creativa.

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    Caractersticas de las_prcticas culturales menos consumistas.

    Es importante detenerse un poco en las caractersticas de las prcticas culturales menos consumistas, tales como las prcticas inter-medias - salidas afuera, reuniones sociales, juegos sociales, prcticas de deportes, etc. - y las prcticas que hemos denominado productivo-crea-tivas, especialmente la participacin social formal e informal en la co-munidad, en la medida que pueden estar sealando las fuentes potenciales de produccin y creacin comunitaria en los sectores populares.

    Las prcticas intermedias - especialmente el estar con la familia y los amigos y los juegos sociales - fueron mencionados por casi un 50% de la poblacin, como su actividad libre preferida- Consideramos enton-ces que es importante sealar algunos de los rasgos de(las prcticas in-termedias de los sectores populares - especialmente por las connotacio-nes de 'hacer' en lugar de 'mirar' que stas implican. Los datos cuali-tativos que se extraen de la observacin sistemtica realizada en Bernal y Don Bosco (Provincia de Buenos Aires), se analizaron segn las siguien-tes dimensiones:

    a) mbito socio-geogrfico de realizacin (el barrio versus la comunidad ms amplia);

    b) patrn de interaccin social dominante (relacin primaria ver-sus relacin secundaria);

    c) grado de estructuracin y de planificacin previa;

    d) presencia de componentes ludicos.

    En las zonas obreras y sector de villas miseria predominan como "prcticas culturales intermedias" las visitas sociales a familiares; los juegos sociales - el truco, el billa:?, las bochas, la taba, el mete-gol - las reuniones de jvenes y vecinos en las esquinas o en las casas; los bailes, las peas folklricas, la prctica del football y el boxeo. Varias de estas prcticas culturales 'intermedias' recog tradiciones culturales rurales o pre-industriales que se van trasmitiendo de genera-cin en generacin. Juegos o deportes 'ms urbanos' - como por ejemplo: ajedrez, damas, tenis de mesa, basquet - recin aparecen mencionados en las zonas que concentran poblacin obrera estable compuesta por mano de obra semi-calificada y calificada y se hace comn a medida que aumen-ta el nivel socio-econmico del grupo entrevistado.

    Se destacan una serie de rasgos comunes en estas prcticas cultu-rales de los sectores populares:

    a) se_ realizan, en trminos generales dentro_del mbito geogr-fico del barrio; si bien consideramos que esta caracterstica es comn a todos los sectores populares se agudiza en los barrios ms carenciados

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    que incluso presentan dificultades objetivas de comunicacin con otras zonas. Contrariamente, en las entrevistas a lderes formales de las zonas con concentracin predominante de sectores socio-econmicos medios y altos se seala como caracterstica de las prcticas culturales de di-chos sectores su realizacin fuera de la zona de residencia;

    b) >redominan_las relaciones de_tipo primario, cara a cara, y an en personas que se ponen en contacto con instituciones formales las rela-ciones que entablan-parecen ser una prolongacin de las relaciones fami-liares y de vecindario;

    "... esto es como la familia. En este saln se han casado los chicos, se hicieron bautismos, se festejaron cumpleaos, mire, como en una casa..."

    (de entrevistas a miembros de Asociaciones Voluntarias de Bernal - Don Bosco).

    En los barrios populares de reciente formacin o con pocas varia-ciones internas se conserva claramente este rasgo de la vida comunita-ria y cotidiana; en los barrios obreros ms antiguos que en los ltimos aos han ido variando su tamao y composicin, es comn recibir expresio-nes nostlgicas por una relacin de tipo primaria que poco a poco se pierde.

    Este rasgo tiene como contrapate la percepcin del barrio como un endogrupo que debe ser defendido frente a la amenaza que representa la irrupcin de nuevos grupos humanos vividos negativamente; este es el ca-so que se observa en los sectores obreros de antigua residencia en la zona, que han alcanzado un mnimo de estabilidad y que rechazan a los ha-bitantes de las villas miserias cercanas a su zona de residencia.

    c) Son actividades_que no r'e2uieren_por_parte_de_los_participan-tes casi ninguna planificacin previa o previsin antes de realizarla, ni proyectos para terminarlas en plazos futuros - con excepcin de los campeonatos de truco, bochas, foot&all-. En general son actividades que comienzan y terminan en un par de horas y no quedan necesariamente abiertas para prximos das.

    d) Estas prcticas culturales se distinguen asimismo por su bajo grado de estructuracin - en cuanto a la mayor o menor determinacin de lmites en los aspectos de organizacin de la actividad, fundamentalmente: la presencia de un coordinador formal, la existencia de un programa deter-minado, la existencia de un horario determinado, la fijacin de ciertas formas de control o evalaicin. Actividades ms estructuradas como por ejemplo la asistencia a cursos del hogar, de folklore o de capacitacin profesional aparecen recin en los barrios de obreros calificados y Em-pleados y aumentan - con variaciones en su contenido ms asociados a las prcticas de la cultura cultivada - a medida que se avanza en el nivel socio-econmico del rea en estudio.

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    e) La_mayora de las prcticas culturales_de los sectores papula-res tienen un carcter ldico; se busca entretenimiento y pasar e rato.

    Estos rasgos de las prcticas culturales de los sectores populares se asocian con caractersticas generales de los modos de vida colectivos de los sectores populares tales como la primaca del presente, de le afectivo y el rechazo a las relaciones formalizadas. A la primaca del presente-afectivo corresponde la primaca del espacio cercano; de la mis-ma manera que los proyectos de los sectores populares son proyectos a corto plazo su uso del espacio es intenso pero se reduce a los lmites del barrio. Este uso restrictivo del espacio no es ms que un fenmeno secundario; el elemento primero es la valorizacin del grupo de perte-nencia; son por las relaciones informales y afectivas que unen a sus miem-bros que el barrio se convierte en un elemento positivo.

    "... en Barrio Parque las casas son lindas pero a la gente no la conozco; a mi me gusta la gente de clase trabajadora porque yo estoy en esas..."

    "... No nosotros no podemos vivir all (Bernal centro) por falta de costumbre, no podra vivir con la frialdad con que viven ellos..."

    "... Este es un barrio cerrado (Barrio Parque) en realidad no es barrio porgue la gente vive para adentro"

    (de entrevistas a vecinos - informantes claves de Bernal - Don Bosco).

    A medida que se avanza en el anlisis de las prcticas culturales de los grupos sociales ms favorecidos del rea en estudio van apareciendo notas contrapuestas a los rasgos de la cultura popular antes descriptos: a) mayor exposicin a actividades ms estructuradas que demandan un gra-do mayor de planificacin individual y grupal; b) mayor realizacin de actividades en mbitos donde predomina la relacin secundaria no familiar; c) aparicin de prcticas culturales asociadas a la cultura cultivada o cercanas a la misma - como por ejemplo, "asistencia a conferencias, museos, exposiciones, prctica y/o aprendizaje de tcnicas artsticasde pintura, escultura, cermica, etc.

    En cuanto a las prcticas culturales productivo-creativas de los sectores populares stas parecen concentrarse fundamentalmente en activi-dades_de_garticigaci5n y organizacin formal_e_informal_comunitaria y en practicas de_creacin artstica referidas al folklore_y al teatroT" Las" prcticas de creacin artisticaparecen concentrarse especialmente en crea-ciones populares de guitarra, canto o poesa sobre temas folklricos; el teatro constituira tambin una posibilidad de expresin creativa en las zonas populares poco desarrolladas.

    Las actividades de participacin social formal se canalizan en par-

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    te, va asociaciones vecinales voluntarias; es decir asociaciones gene-radas por los mismos vecinos alrededor de intereses comunes de solucin de problemas del barrio (asociaciones de fomento), de realizacin de ac-tividades deportivas y/o sociales (clubes) de 'inquietud cultural' (bi-bliotecas populares y otras asociaciones 'culturales'). Si bien las prcticas culturales de participacin asociacional formal no son reali-zadas con regularidad se considera importante analizar sus caractersti-cas por su relevancia para la superacin creativa de desequilibrios de la calidad de vida material y no material.

    El fenmeno de asociacionismo voluntario en reas urbanas y sub-urbanas de Buenos Aires y el Gran Buenos Aires, ha sido una de las ca-ractersticas predominantes de las prcticas culturales de los sectores populares a partir de la inmigracin europea del siglo XIX y comienzos del siglo XX. El surgimiento de las primeras asociaciones voluntarias responda en las zonas urbanas a una doble funcin: por un lado la con-servacin de la cultura de su pas de origen; por el otro la canaliza-cin de una participacin poltica de la que el inmigrante y los grupos movilizados como consecuencia del proceso inmigratorio carecan en el sistema poltico de la sociedad global. Las asociaciones generadas en la dcada del 30 son el producto de los descendientes de inmigrantes de primera o segunda generacin que o bien se incorporaban a las asocia-ciones fundadas por sus padres o creaban nuevas que reproducan en ma-yor o menor grado la estructura organizativa del movimiento asociacio-nista. Sin embargo, dicho movimiento comienza a distinguirse de la eta-pa anterior en el sentido fundamental de no centrarse en la conservacin de la cultura del pas extranjero de origen.

    Surgen asociaciones voluntarias como las Bibliotecas Populares, por ejemplo, que cumplen una serie de funciones mltiples: son centros de apoyo al autodidacta; de difusin de la 'alta cultura'; de interac-cin social formal e informal de jvenes y adultos; de identificacin positiva para jvenes provenientes de grupos socio-econmicos poco fa-vorecidos; canalizadores de una participacin poltica y sindical res-tringida en esos momentos en la sociedad global. Una idea de la iden-tificacin afectiva de sus miembros durante la dcada del 40, la da este trozo extractado de entrevistas a miembros antiguos de una biblio-teca popular de la provincia de Buenos Aires:

    ... cuando naci mi primer hijo, a los pocos minutos ya lo haba inscripto como socio en la biblioteca".

    En la actualidad perduran en Buenos Aires y la provincia de Buenos Aires, un nmero significativo de asociaciones voluntarias con una larga trayectoria de accin - la mayora de ms de 30 aos de antigedad y un porcentaje considerable de ms de 50 y 70 aos de existencia. En el rea de Beraal, Don Bosco, se detectaron 109 asociaciones voluntarias para una poblacin de alrededor de 100.000 habitantes. Sin embargo, tan to esta investigacin actual como otro estudio realizado en 1965 sobre

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    las bibliotecas populares de capital federal, muestran el progresivo deterioro sufrido por las asociaciones voluntarias a partir de media-dos de la dcada del 40, y por ende, la disminucin porcentual de la participacin social de la poblacin va asociaciones voluntarias ba-rriales 16/.

    Los datos de la encuesta de Bernal, Don Bosco, referidos a una es-cala de participacin para el total de la poblacin estudiada ilustran este punto: la mitad de la poblacin no participa formalmente en asocia-ciones voluntarias; de los que participan la mayora lo hace en forma 'simblica' a travs del pago de cuotas o el uso de los servicios; slo un 7% de la poblacin total declara participar en tareas asociadas a una intervencin 'real' tales como ser miembro de comisiones de trabajo, o miembro de la Comisin directiva. 17/

    Las entrevistas realizadas en el rea de Bernal, Don Bosco, nos' per-miten ilustrar algunos de los rasgos actuales ms salientes de la parti-cipacin social de los sectores populares; rasgos que sealan una vigen-cia importante del asociacionismo voluntario local.

    a) La poblacin de los_sectores_gogulares, esgecialmente_los_mas carenciados, continu_creando en los ultimos_aos_-_dcada_del_60_Y_del 70 - nuevas asociaciones voluntarias en_respuesta a las necesidades_basi-_ cas~de~los barrios. sto'hace que la imagen que se trasmite, por lo menos a nivel de los lderes asociacionales, es el de un cierto sentido de lu-cha por la superacin de problemas que afectan a la vida cotidiana de la comunidad.

    16/ Vase M.T. Sirvent, Estudio exploratorio_sobre_las_bibliotecas populares_de capital federal, Instituto de Ciencias de la Educacin, Fa-cultad "de Filosof"y"Letras, UNBA, 1966; M.T.Sirvent y S.L. Brusilovsky, Diagnstico socio-cultural_de l_P2blacin._de_BeTOal2_Don_Bosco. Asocia-cin Mariano Moreno - Bernal, provincia de Buenos Aires, Informe N 1, 1976.

    17/ Se considera que los miembros de una institucin ejercen una forma real de participacin cuando a travs de sus acciones tienen influen-cia en todos los procesos de la vida institucional: a) en la toma de de-cisiones de diferentes niveles, tatito en la prctica general de la asocia-cin, como en la determinacin de metas, estrategias y alternativas espe-cficas de accin; b) en la implementacin de las decisiones; y c) en la evaluacin permanente del funcionamiento institucional. La participa-cin es simblica cuando la poblacin, a travs de su accin, ejerce una influencia mnima a nivel de la poltica y el funcionamiento institucio-nal.

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    Contrariamente, en los barrios que concentran sectores sociales ms favorecidos se trasmite una imagen de deterioro progresivo de la partici-pacin va asociaciones voluntarias, que comnmente se compara con un pa-sado de logros institucionales. 18/

    Estas agrupaciones vecinales ms antiguas tuvieron vida activa en la medida en que respondiendo a las necesidades inmediatas de su rea de accin funcionaban como pilar movilizador de la organizacin espontnea barrial alrededor de esas necesidades bsicas y el logro de sus satisfac-tores mnimos, etapa vigente actualmente para las agrupaciones vecinales de los barrios que concentran poblacin de los sectores populares.

    b) Emergen nuevos lderes con_capacidad_organizativa_frente_a_los problemas del barrio, para quienes_la_actividad_asociacional_implica_un aprendizaje continuo de la partcipacion_social^_ Esto es expresado clara-mente por uno de dichos lderes formales:

    "... antes de entrar en la sociedad de fomento yo tena miedo de las reuniones con personas de diferentes sectores econmicos; al principio cuando iba a las reuniones, los primeros tiempos eran de timidez, no poda hablar, tena miedo de pisarme, de ser torpe, Una vez que me afianc, empec a hablar, y despus a actuar; en este momento me siento capaz de hablar con cualquiera, con el presidente de la repblica si es necesario".

    (De entrevistas a miembros de asociaciones voluntarias de Bernal, Don Bosco).

    La edad promedio de los directivos de las asociaciones voluntarias de los sectores populares es de alrededor de 30 aos, lo que refleja una mayor participacin de la juventud en tareas de decisin asociacional, o de colaboracin para la planificacin de actividades. Por el contrario, en las zonas de sectores sociales ms favorecidos aparece el 'viejo' l-der institucional con una larga trayectoria en la zona, estancado rgida-mente en su funcin y acompaado por una presencia reducida o nula de la generacin joven.

    c) La poblacin de los sectores populares,_especialmente la_de los ms_carenciados, mediatiza su comunicacin con la sociedad_global a tra-vs de los lderes o directivos de las_asociaciones_barriales. Es el ba-rrio no entrenado en la defensa de los intereses individuales frente a la autoridad formal de la sociedad ms amplia, sin recursos para el mane-jo de los problemas a nivel de relacin secundaria, el que recurre con-tinuamente a los directivos voluntarios para la solucin de sus problemas:

    "... el otro da viene una vecina porque le lleg un telegrama de desalojo del terreno y yo le dije usted tiene que ir y decirle al juez que hay una reglamentacin que a usted no la pueden desa-lojar, que la ley dice que los predios sern vendidos a los ocu-pantes . Lo que pasa que la gente va all al tribunal y no sabe hablar, no sabe decirle las cosas al secretario, no sabe defen-derse, le falta cultura, le falta de todo y como saben que noso-tros estamos en este asunto nos vienen a ver..."

    18/ M.T. Sirvent y S.L. Brusilovsky, (op^cit), 1976, pg. 40.

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    d) Sin embargo, la participacin de la mayora de poblacin de

    zada por la delegacin de la toma de decisiones en unos pocos y el compro-miso limitado al pago de cuotas y/o a la donacin de trabajo para la eje-cucin de decisiones tomadas por otros; esta forma de participacin se refleja en comentarios de los miembros activos tales como:

    "... si uno quiere plantar un rbol, vienen le dan una mano, pero no tienen la iniciativa propia de ocurrrseles a ellos...".

    Los rasgos mencionados se refieren a la participacin social de los sectores populares va asociaciones voluntarias. Hay tambin evidencias, en materia de prcticas culturales participativas,_de la importancia que asume la_participacin social fuera_de marcos institucionales formales^ Aqu aparece un componente de solidaridad informal que se expresa ya sea va cooperacin entre vecinos para la solucin de problemas cotidianos, o bien a travs de acciones colectivas organizadas y espordicas, dirigi-das generalmente o a la solucin de un problema comunitario, o a la or-ganizacin de entretenimientos colectivos. Incluso los datos cualitati-vos con los que se cuenta hasta el presente, permiten aventurar la hip-tesis de un estrangulamiento de la participacin social de los sectores populares a medida que avanza la formalizacin de las estructuras asocia-cionales. Probablemente, de verificarse este supuesto, puede asociarse, por un lado, con las caractersticas de rechazo a las relaciones muy for-malizadas comn en los sectores populares y, por el otro, a las formas burocrticas que van asumiendo gradualmente las estructuras asociaciona-les, que traban la posibilidad de desarrollar la solidaridad bsica, de extenderla a reas de participacin ms amplias.

    "... aqu se muere una persona, se hace colecta y todos se forman, esto es ms pueblo, no hay diferencias sociales..."

    '... ac somos todos amigos, vivir all/Barrio P a r q u e e s como vivir en departamento. Ac se enferma un vecino y en cinco minu-tos tiene mdico, enfermera y ambulancia; all la gente es ms independiante, impera el 'no te metas', la gente no me gusta all".

    "... mire este barrio, todo lo consigui por la gente. Cuando no haba agua las mujeres nos fuimos a la "Concord" con cartelones y al da siguiente vinieron los bomberos, con el asfalto igual, y el gas lo gestion yo. Cuando haba baja tensin nos fuimos caminando a Segba de Quilmes y lo conseguimos solucionar".

    (De entrevistas a vecinos, informantes claves de la poblacin Bernal, Don Bosco).

    En sntesis: los datos con los que se cuenta hasta el presente per-mi-' n arriesgar algunas de las caractersticas de las prcticas cultra-le xrbanas y sub-urbanas de la Repblica Argentina que pueden servir de

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    punto de partida para futuras investigaciones:

    a) Predominancia del estilo consumista a travs de la cultura de masas; es decir, predominancia de prcticas culturales caracterizadas por la distancia existente entre el acto de creacin del objeto y el ac-to de recepcin del mismo, la unilateralidad del proceso de comunicacin, la falta de estmulo para el pensamiento reflexivo y la dificultad, como consecuencia de las caractersticas anteriores, para transformar los men-sajes recibidos en una praxis individual y/o social dirigida a la supera-cin o resolucin de problemas.

    b) Importancia de las prcticas culturales intermedias, caracte-rizadas por el 'hacer' ms que el 'mirar' y que oscilan de un extremo al otro del eje consumo-produccin. Estas prcticas presentan como rasgos ms sobresalientes: el realizarse generalmente dentro del mbito geogr-fico del barrio; la predominancia de las relaciones de tipo primario, cara a cara, el bajo grado de planificacin y estructuracin y su carc-ter ldico.

    c) Escasa aparicin de un estilo productivo-creativo; hay eviden-cias de algunas manifestaciones artsticas asociadas a la creacin o ex-presin del folklore del interior del pas y algunas muestras de activi-dad teatral. Si bien no se tienen datos sobre el grado de reflexin ge-nerado por estas prcticas culturales y/o-stJbre su resonancia en trminos de una praxis individual o social de transformacin de la realidad circun-dante, se sealan los ncleos bsicos alrededor de los cuales se dara la creacin artstica popular en las zonas urbanas y sub-urbanas. La crea-cin social va participacin comunitaria, aunque numricamente no sea importante, presenta sin embargo, una serie de rasgos que la sealan co-mo una fuente potencial de produccin y creacin comunitaria en los sec-tores populares: la poblacin de los sectores populares se sigue agrupan-do formalmente, va asociaciones voluntarias, en respuesta a las necesi-dades inmediatas del barrio; emergen nuevos lderes jvenes para la con-duccin asociacional; estos lderes ejercen un rol mediatizador entre el barrio y la sociedad global. Sin embargo, predomina la participacin 'simblica', lo que refleja un desfasaje entre las actividades de los directivos y el limitado compromiso institucional del resto de la pobla-cin. Por otra parte, aparece una mayor participacin social informal, sin caracteres institucionales, lo que permite aventurar la existencia de obstculos que impiden una canalizacin de dicha participacin social informal en acciones de decisin colectiva va asociaciones voluntarias.

    Algunos de los rasgos sealados de las prcticas culturales tanto consumistas, intermedias como productivas-creativas, no son caracters-ticas' aisladas, sino que, por el contrario, se asocian con rasgos genera-les de los modos de vida colectivo de los sectores populares; la primaca del presente, de lo afectivo y el rechazo a las relaciones sociales muy estructuradas o formalizadas.

  • - 25 -IV. Necesidades y representaciones sociales

    Se considera que la predominancia de uno u otro estilo de relacin del hombre con los objetos del mundo circundante se asocia con determi-nadas necesidades grupales y es consistente con las representaciones so-ciales sobre si mismos y el mundo internalizadas por los sectores popu-lares.

    Necesidades asociadas con las prcticas culturales

    El anlisis de las prcticas culturales en funcin del enfoque centrado en el estilo de relacin sujeto-objeto que cada prctica faci-lita predominantemente, estara sealando una distribucin desigual de satisfactores referidos a necesidades cada vez ms reconocidas como esenciales para el ser humano 19/.

    a) distribucin desigual de la participacin social, propiamen-te dicha, en las decisiones sociales que afectan la vida cotidiana, va participacin social comunitaria o expresin a travs de los medios de comunicacin;

    b) distribucin desigual de la creatividad en las diversas reas de la vida humana: artstica, social, literaria, cientfica, polti-ca, etc.;

    c) distribucin desigual de los conocimientos, la informacin y el entendimiento sobre uno mismo, los otros, el medio ambiente, las necesidades e intereses objetivos y las alternativas posibles para la transformacin de la realidad acorde con dichas necesidades e intere-ses;

    d) distribucin desigual de la comunicacin a travs del manejo del lenguaje y otros instrumentos de comunicacin;

    e) distribucin desigual del pensar reflexivo sobre los proble-mas que afectan la vida cotidiana, para generar acciones consecuentes con la transformacin de la realidad;

    f) distribucin desigual de la re-creacin a travs de la natu-raleza o la creacin de otros.

    Estas distribuciones desiguales muestran la existencia de necesi-dades objetivas no satisfechas, independientemente de que estas nece-sidades sean subjetivamente sentidas como tales por las personas afec-tadas .

    Aparentemente los hechos histricos mostraran una creciente concien-cia de las necesidades de participacin social propiamente dicha y de crea-cin en diversas reas de la vida cotidiana que se refleja en demandas explcitas por parte de los grupos carenciados. Sin embargo, existen evi-dencias que mostraran que a medida que se desciende en el nivel econ-mico-social, menor es la conciencia de las necesidades y de la deprivacin,

    19/ Mallmann, C.A. Research priorities and holistic knowledge. Paper prepared for UNESCO's Diviilorl of"Scientific research and Higher~edcation Program on "Research and Human needs", Working Group II. "Research prio-rities and holistic knowledge", aug. 1976 - may 1977. UNESCO, 1977.

  • - 26 -

    con lo cual se refuerzan las situaciones de desequilibrio ms arriba mencionadas. En una investigacin realizada por la autora de este tra-bajo en la poblacin portorriquea residente en la ciudad de New York, muestra que la baja participacin social comunitaria se relaciona con la menor conciencia de las desigualdades objetivas y de las causas so-cio-econmicas que las determinan, conjuntamente con una imagen desva-lorizada de s mismos y de su capacidad para la transformacin de la realidad 20/.

    Estas reflexiones nos conducen a un interrogante que puede orien-tar futuros estudios sobre el tema:

    qu dinmica existe entre necesidades objetivas y subjetivas en el rea de la cultura popular urbana y sub-urbana en Argentina?

    Este interrogante nos lleva a analizar el tipo de necesidades cu-ya satisfaccin est ms difundida con el objeto de comparar las necesi-dades subjetivas actualmente satisfechas con el conjunto de las necesi-dades objetivas de participacin, creacin, reflexin y re-creacin. Los datos de la investigacin realizada en la provincia de Buenos Aires sobre las razones manifiestas de la poblacin total para la realizacin de determinadas prcticas culturales muestran un desajuste respecto de las necesidades objetivas mencionadas. La exploracin sobre las nece-sidades sentidas por los individuos pone de manifiesto el predominio de significados de escape de la realidad cotidiana, precisamente en aque-llas actividades ms difundidas; la bsqueda de satisfaccin de, por ejemplo, las necesidades de reflexin sobre si mismo, sobre los otros, sobre la realidad,'no slo son escasamente mencionadas sino que, ade-ms est concentrad.! en objetos culturales escasamente utilizados por la poblacin.

    Para este anlisis se tomaron los datos disponibles en relacin con las prcticas culturales consumistas ms difundidas, agrupndose los significados manifiestos en dos categoras:

    a) los significados ms asociados con la bsqueda de elementos para el enfrentamiento con la realidad, tales como expresiones referi-das a la bsqueda de aprendizaje, c de informacin, o de contacto con. problemas reales de la vida cotidiana, o de identificacin reflexiva con los personajes que reflejan sus propios problemas; y

    b) los significados de escape o evasin de la realidad cotidiana va bsqueda de emociones inmediatas - romanticismo, ternura, suspenso, accin, etc.- o bsqueda de diversin y compaa.

    Se observa en el cuadro 2 que las actividades predominantemente percibidas por la poblacin como satisfactores de las necesidades de

    20/ M. T. Sirvent, "La participacin comunitaria de la poblacin hispana en New York" en Perspectivas Pedaggicas, Barcelona, Espaa, enero, 1973.

  • Cuadre 2. Argentina razones (incluye msica

    manifiestas para la 'exposicin a medios de comunicacin de masas y asistencia a museos, exposiciones, conferencias) '>

    (Totali t96 encrestados) j

    . Hfisica. TV Radio .Cine . Libros Revistas Por- Can- For-ceo- ti- cen-caje dad taja

    Can- Por- Can- Por- Can- Por- Can- Por-ti- cen- ti- cen- ti- can- ti- can-dad taje . dad taje dad. taje dad taja

    Teatro Museos y otros lugares

    Can- Por- Can- Por-ti- cen- ti- can-dad taje dad taje

    Ratones .centra-das en la bfls- : queda det 1. Informacldt^ aprendizaje, en fren tasiento con la realidad 2. Razonas cen-tradas en la I bsqueda de 1 ' evasin, escapa , va emociones inmediatas

    3. Combinacin de 1 y 2 4. Otros m 5. Mo responde Total de ex- ' posicin al lio

    61 12,95 50.11,01 SI 11,5' 142 30,80 18S 56,29. 16 53,91 61 1,21 93 63,70

    960 '78,43 S 53,9? J69 36,41 185.30,53 82 2^ ,50* 3 13,87 62 41, 89 6,16

    - a/ _ a/ 90. 19,82 112 25,45 -b/ - b/ -b/ -b/ 70 22,58 5,"1

    46 9,77 40 6,81 ' 84 19,09 23 6,28 26 8,33 4 .0,85 2$ 6,39 24 .5,46 .16 4,37 9' 2,88

    17 5,12 100,00 310 100,00 148 IpO.OO 136 100,00

    Fuente1 Hara Tarea* Sirvent y 8liria Bruailmrsky, Diagnstico socio-cultural de la poblacin de Beraal, Don Boato, Abo-eiacln arlno Boreno-Be i-nal , provincia de Buenos.Airas, Argentina, 1978. /

    "a / En msica slo has "sido tonadas* las razones referldaa al tipo'de afta/ea nSs escuchada. b/ En-'cine, libros,, revistas y museos y otros lugares, slo han sido toudas las ratones dadaij en primer lugar.

  • - 28 -escape o evasin va emociones inmediatas son precisamente las ms di-fundidas y frecuentemente realizadas. Por el contrario, la bsqueda de aprendizaje o de enfrentamiento con la realidad para reflexionar sobre sus probleimas, o de identificacin reflexiva con los personajes aparece ms asociada con las actividades escasamente realizadas por la pobla-cin.

    Demostrar la primaca de la bsqueda de emociones inmediatas en las prcticas culturales consumistas de los sectores populares urba-nos tiene un significado relevante para la elaboracin de estrategias de accin cultural, en la medida que no constituye una caracterstica aislada sino que se asocia con la percepcin del tiempo de los sectores populares, ligada a la inmediatez afectiva y a la imposibilidad de pos-tergar recompensas. Los contenidos de ficcin caractersticos de una bsqueda de emocin inmediata, van acompaados generalmente por un alto grado de 'captura' afectiva a travs, no slo de la identificacin con uno o ms personajes - hroe , herona - sino tambin a travs del es-tablecimiento de una interaccin imaginaria con los personajes - simu-lacro de toma y daca social - .

    La literatura asociada a esta problemtica pone de manifiesto que la bsqueda de satisfaccin de la necesidad de evasin aumenta a medida que se desciende en la escala econmico-social. El predominio de la necesidad subjetiva de evasin en los sectores ms carenciados puede ser considerado uno de los indicadores del complejo problema re-lativo a la dificultad de toma de conciencia de su deprivacin; la llamada'trampa social' o 'tragedia del hombre comn' dado que estas personas estn satisfechas con su estilo de vida sin reconocer sus carencias, en la satisfaccin de necesidades no 'tan obvias' corno las necesidades bsicas.

    Desafortunadamente, no contamos al momento con un procesamiento total de los datos de la investigacin que se realiza en la provincia de Buenos Aires segn los grupos sccio-econmicos que componen la po-blacin. Sin embargo los datos disponibles permiten un acercamiento a la cuestin, y muestran en trminos generales que a medida que se desciende en el nivel socio-econmico aumentan las dificultades de re-conocimiento de las necesidades objetivas de participacin, creacin, reflexin y re-creacin.

    Los datos referidos a los significados que tienen las activida-des libres preferidas, al grado de satisfaccin con el uso del tiempo y a la expresin de necesidades no satisfechas en el tiempo libre sealan que:

    a) en lo relativo a la expresin de bsqueda de satisfaccin de evasin, escape, emocin inmediata, diversin, a medida que se des-ciende en la escala de nivel educacional aumenta la mencin de tales significados;

    b) en lo relativo al grado de satisfaccin con el uso del tiempo, a medida que se desciende en la escala de nivel educacional la gente

  • - 29 -tiende a estar ms satisfecha con el uso de su tiempo;

    c) en lo relativo a la expresin de necesidades no satisfechas, la proporcin de'respuestas conformistas' con la situacin actual aparecen en mayor proporcin en los encuestados de nivel bajo de ocupacin, en las amas de casa y en los grupos de menor nivel educativo.

    Aparentemente, son aquellos grupos objetivamente ms carenciados quie-nes en menor grado reconocen sus necesidades y los satisfactores adecuados para las mismas.

    Representaciones sociales_relacionadas con las Prcticas Culturales

    Se supone que la eleccin de prcticas culturales no slo responde a un determinado sistema de necesidades, sino que depende de varios fac-tores. Desde una perspectiva psicosocial las representaciones sociales constituyen una de las variables que puede incidir en el reconocimiento de necesidades y en la valorizacin y seleccin de determinados objetos para su satisfaccin.

    Existe preocupacin en los estudios sobre cultura popular, por el anlisis de las prcticas culturales en relacin con las representacio-nes sociales de los sectores populares, - ncleos de conceptos, perdi-ciones , significados y actitudes que los individuos de un grupio social poseen en relacin consigo mismo, con los objetos y el mundo - Desde nuestra perspectiva se considera que las caractersticas que asume la cul-tura popular urbana de Argentina - especialmente en cuanto a la predomi-nancia de un estilo consumista o la presencia de estilos productivos que no se canalizan en acciones de transformacin social -, se asocian en los sectores populares con sus representaciones sociales referidas a 'la cul-tura', la 'creacin', la 'participacin social'.

    En trminos generales los sectores populares han internalizado la imagen de la cultura correspondiente a los componentes de la 'cultura cultivada' de una minora de la poblacin. 'La cultura' se representa en trminos acadmicos y humanistas: se asocia con el libro, la conferen-cia, el saber enciclopdico, los conocimientos altamente especializados, la educacin formal de nivel superior'; persona culta es para los secto-res populares la que domina el saber general, o ha seguido estudios aca-dmicos, o se distingue por sus formas 'urbanas' de comportamiento - espe-cialmente el dominio de la lengua, la expresin y la comunicacin:

    "...es la educacin; el saber comportarse. En Bernal lo que hay son esos bodegones donde no tienen cultura. Aqu alcanzamos al chico para que se instruya, se pula con conferencias, ajedrez".

    La idea de cultura est centrada sobre los siguientes aspectos:

    a) una imagen de cultura ccsmo conjunto de conocimientos que tienen un valor ms que otros; conjunto de conocimientos que en general repre-

  • - 30 -sentan a los productos de alta excelencia del pasado;

    b) una imagen de cultura como buen comportamiento social, en el sentido de conjunto de normas de comportamiento adecuadas para la vida social;

    c) una imagen de cultura referida a la habilidad en el manejo intelectual y abstracto de las ideas y

    d) una imagen de cultura como posesin de una fina sensibilidad artstica.

    La representacin 'acadmica' de la cultura hace referencia a 'pa-quetes' ya sea de informacin o de reglas de conducta acumuladas y trasmisibles que los sujetos deben absorber o 'asimilar' para llegar a ser personas cultas. Lo comn es tambin el asignarles un valor uni-versal sin referencias a ningn grupo social. La representacin en trminos acadmicos y humanistas de 'la cultura' se asocia generalmente a la mencin de condiciones innatas para la adquisicin de cultura o el llegar a ser culto; a la importancia de la escuela y del libro como medios de adquisicin cultural; a una clara divisin entre actividades culturales y no culturales, entre pasar el rato, o entretenerse y asi-milar cultura. Esta imagen acadmica se concreta en general en activi-dades o prcticas culturales que se distinguen mucho ms por sus compo-nentes consumistas que productivos; la 'cultura' para esta representa-cin es algo que debe 'asimilarse' ms que 'crearse'.

    "... la cultura no se fabrica, se asimila a travs de informa-cin ..."

    La posibilidad de una representacin menos ligada a la 'cultura acadmica' se asocia en trminos generales con el mayor grado de con-ciencia y participacin poltica. Se obtiene en estos casos una vi-sin/ de la cultura menos universal, y ms relacionada con los dife-rentes grupos sociales: "... la cultura es una cuestin de cla-se...".

    Por otra parte, es en estas imgenes de'cultura vivida' donde aparece la nocin de cultura como actitud creadora, de transformacin, contraria al consumo y a la mera recepcin de 'paquetes' de informa-cin externos al sujeto.

    De todas formas es una minora dentro de la poblacin entrevis-tada la que presenta una imagen ms 'vivida' de cultura. En los ca-sos que aparecen, 'cultura' se asocia con objetos o vivencias del sujeto ms cercano a su experiencia inmediata, su compromiso social, su relacin con los otros, se valorizan sus creaciones y producciones cotidianas.

    "... nosotros somos un pas poblado por distintos pases del mundo; yo conozco italianos que no saben leer ni escribir pero han trado aportes de su cultura, por ejemplo, ,en el plano laboral en lo

  • que hace a la organizacin sindical, y la gente del interior tambin trae sus cosas: su msica, su artesana, sus comidas..."

    (de entrevistas realizadas a miembros de asociaciones voluntarias de Bernal, Don Bosco).

    Ya no seran las instituciones escolares, o el libro como obje-to sacralizado, los medios fundamentales de adquisicin cultural, si-no que toda experiencia vivida implicara un aprendizaje cultural.

    En la encuesta de poblacin de la investigacin en Bernal, Don Bosco, se explor la representacin de la cultura a travs de una se-rie de preguntas referidas a: a) opinin sobre temas culturales; b) opinin sobre caractersticas de una persona culta; c) opinin sobre 'utilidad' de la cultura; d) opinin sobre el trabajo como medio pa-ra, llegar a tener cultura; e) opinin sobre barreras o dificultades para llegar a tener cultura; f) opinin sobre los medios o el camino para llegar a ser una persona culta y g) opiniones sobre actividades y pblico de una 'institucin cultural'. Hasta el presente se cuenta con un procesamiento parcial de los datos referidos a las dos prime-ras cuestiones, y a opiniones sobre actividades y pblico de una 'ins-titucin cultural', que pasamos a detallar a continuacin.

    Las respuestas obtenidas a la pregunta "qu cuestiones seran para usted c u l t u r a l e s f u e r o n agrupadas en los siguientes rubros:

    a) enfoque acdmico-cientfico-humanista que abarca menciones a las 'bellas artes'7~el cie o teatro 'de calidad', la lectura de libros, conferencias, conciertos, exposiciones, filosofa, historia, conocimientos enciclopdicos, conocimientos cientficos, temas de educacin formal;

    b) enfoque centrado en la realidad cotidiana que abarca men-ciones sobre poltica, economa, lectura de diarios, costumbres ac-tuales o cambios en las costumbres, conocimientos para la compren-sin de la realidad cotidiana, deportes, manualidades, modas, fol-klore, los conocimientos comunes ce la gente, la cultura del pueblo, la creatividad o reflexin cotidiana;

    c) combinaciones de elementos de uno y otro enfoque.

    Los datos se distribuyen de acuerdo con lo consignado en el Cuadro 3.

    Se observa entonces, para el total de la poblacin, un marcado acento de las menciones referidas a una representacin acadmica y cientfico-humanista de la cultura 43,55%. Slo un 10,88% menciona como cuestiones culturales aspectos de una representacin ms asociada con las formas de vida cotidiana de la poblacin.

    Es importante sealar el porcentaje de respuesta 28,63% que combi-nan de diferentes maneras componentes de una y otra imagen.

  • - 32 -

    Cuadro 3. Argentina: encuesta: qu se entiende por "cuestiones culturales" (Total: 496 encuestados)

    Enfoques Frecuencias Porcentaje absolutas

    Acadmico y cientfico-humanista 216 43,55

    Centrado en la realidad cotidiana 54 10,88

    Combinaciones de los enfoques

    anteriores 132 28,63

    No evoca imagen 83 14,72

    No corresponde 11 2,22 Total 496 i2222

    Fuente: Mara Teresa Sirvent y Silvia Brusilovsky, Diagnostico socio-cultural de la poblacin de Bernal, Don Bosco. Asociacin Ma-riano Moreno, Bernal, provincia de Buenos Aires, Argentina, 1978.

    Los datos parciales con los que contamos segn nivel de educacin y zona de residencia muestran la primaca del enfoque acadmico para cualquiera de los grupos considerados. Sin embargo aparecen algunas notas importantes: a medida que se desciende en la escala educativa o social aumenta la proporcin de imgenes vagas, confusas o la caren-cia total de una representacin verbalizable.

    Datos cualitativos extrados de la observacin sistemtica mos-traran en los sectores de 'villa' y 'semi-villa' de la poblacin la presencia de imgenes donde se mezclan aspectos de la "cultura culti-vada" con ejemplos de una "cultura vivida" que incluyen elementos mo-rales, de lucha personal, de comportamientos sociales asociados a ob-jetos cotidianos.

    "... un campeonato de truco puede ser cultura si es con modales, sin inters, es ms sano, es cultura; si es por dinero no es cultura..."

    (de entrevistas a vecinos de Bernal y Don Bosco)

    De todas formas, y a pesar de la mencin de aspectos no pura-mente acadmicos, sin embargo, la mayora de los comentarios traslu-cen una desvalorizacin de las prcticas culturales de sus grupos de pertenencia.

    "... cultura p?ra mi sera entrar en una institucin, hablar al-go, jugar a las damas, a los dados, estar en un mbito social, llevarse

  • - 33 -un libro a la casa y devolverlo; para mi el deporte de los puos no en cultura, y un_partido_de_football; a usted le parece cultura!. En cambio el basquet y las carreras si es ~deporte~cItralT"

    En los sectores obreros semi-calificados y calificados comienzan a perfilarse imgenes ms rgidas y estereotipadas de la 'cultura cul-tivada', tanto en sus aspectos de conocimiento como en sus referencias al refinamiento en los modales, el manejo de la lengua, etc.

    Las respuestas obtenidas a la pregunta "caractersticas de una persona culta" refuerzan para la poblacin total lo dicho anteriormente sobre el peso de la imagen acadmica de cultura. Desde esta perspectiva, una persona culta es aquella que posee conocimientos, 'sabe de todo', puede hablar de todo, tiene un manejo abstracto e intelectual de las ideas, y/o ha alcanzado niveles superiores de educacin formal. Este en-foque abarca las respuestas de un 56% de la poblacin.

    Esta imagen se asocia con la representacin de la creacin e inven-cin artstica, filosfica y cientfica percibidas como actividades reser-vadas a talentos naturales o minoras seleccionadas, sin percibir en-tonces las propias capacidades para el manejo y transformacin de los objetos del mundo circundante. Esta representacin de la cultura es in-hibitoria de la toma de conciencia de sus propias prcticas culturales y de la valorizacin de las mismas como expresiones creadoras de su gru-po social.

    Esto se evidencia ms claramente si se observan las respuestas ob-tenidas a la pregunta sobre las actividades que podran organizarse en una institucin cultural, y se analiza la distancia existente entre la imagen de una institucin cultural o lo que debiera hacerse en la mis-ma y las prcticas culturales cotidianas de la poblacin, en su tiempo libre.

    Las opiniones de la poblacir, acerca de lo que podra realizar-se en una institucin cultural se agruparon en 'prcticas acadmicas': las relacionadas con el apoyo a le actividad escolar, el uso de la bi-blioteca, los cursos, conferencias, mesas redondas y otras formas de desarrollo de temas cientficos y artsticos, los espectculos arts-ticos (cine, teatro de calidad, exposiciones de plstica), as como tambin las actividades de prctica de dichos temas (talleres de arte, debates, cine-club, teatro vocacioral, grupos de investigacin).

    En la categora de 'prcticas culturales vividas', no acadmicas, se clasificaron las actividades sociales informales ^reuniones de ami-gos, juegos sociales), la prctica y espectculos deportivos, las re-uniones o asambleas para resolver problemas comunitarios, las activi-dades re-creativas tales como kenreses, festivales, desfile de modas.

    Finalmente, en la categora 'intermedia', entre ambos extremos se clasificaron un conjunto de actividades que si bien por su forma de pre-sentacin se acercan a las caractersticas de la 'cultura cultivada' (cursos, conferencias),por su contenido estn ligadas a problemas de la

  • 34 -

    Cuadro 4. Argentina: prcticas culturales esperadas de una institucin cultural (Total: 496 encuestados)

    Tipo Frecuencias Porcenta