Sistema Acuífero Guaraní
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INTRODUCCIÓN
No es un yacimiento, ni un lago subterráneo, sino agua que corre entre las
fisuras de las rocas y las arenillas del subsuelo. Si se colocara este volumen de agua en
un lago ocuparía un territorio similar al de Uruguay con unos 200 metros de
profundidad. El acuífero se extiende bajo los territorios de Argentina, Brasil, Paraguay y
Uruguay. Por su tamaño es el segundo volumen de agua dulce subterránea del mundo,
con áreas de recarga y otras de descarga. Aunque sus dimensiones se conocen bastante
bien, realmente nadie sabe aún detalladamente cuál es la envergadura de este sistema,
menos estudiado en Argentina y Paraguay que en los otros dos países. El Sistema
Acuífero Guaraní será de manera creciente un recurso de enorme importancia
estratégica para la producción y la vida misma en la región. Las corporaciones
transnacionales ya lo saben y acechan la posibilidad de echarle mano. Conocer a fondo
este formidable recurso natural es una necesidad vital para los habitantes de la región, y
especialmente para los trabajadores y trabajadoras de la alimentación y la agricultura.
El agua subterránea es la que se encuentra bajo la superficie terrestre y ocupa los
poros y las fisuras de las rocas más sólidas. En general, mantiene una temperatura muy
similar al promedio anual en la zona, por ello, en las regiones árticas, puede helarse.
El agua subterránea más profunda puede permanecer oculta durante miles o
millones de años. No obstante, la mayor parte de los yacimientos están a poca
profundidad y desempeñan un papel discreto pero constante dentro del ciclo
hidrológico.
A nivel global, el agua subterránea representa unas veinte veces más que el total
de las aguas superficiales de todos los continentes e islas, de ahí la importancia de esta
agua como reserva y como recurso de agua dulce. Además, tiene un importante papel en
la naturaleza. El efecto de la gran reserva de agua respecto al flujo anual, es esencial
para mantener el caudal de base de muchos ríos y la humedad del suelo en las riberas y
áreas bajas.
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Capítulo I
1.0. ORO AZUL
1.1. LAS GUERRAS DEL SIGLO
Nos agradaría pensar que el agua del planeta es inagotable. Pero este
planteamiento es trágicamente erróneo. El caudal de agua dulce no alcanza ni la
mitad de un uno por ciento de toda el agua de la tierra. Lo demás es agua salada, o
forma parte de los hielos polares. El agua dulce únicamente se renueva por la
lluvia, que cae a un ritmo de 40.000 a 50.000 kilómetros cúbicos al año. Pero
debido a la congestión de las grandes urbes, a la deforestación, al desvío de las
aguas por necesidades de irrigación agrícola, hasta esta ínfima parte de agua dulce
está desapareciendo a la par que se va secando la superficie de la tierra; a este
ritmo, el agua de todas las cuencas de los ríos de todos los continentes irá
agotándose de manera ininterrumpida.
El consumo mundial del agua dobla cada veinte años, es decir a un ritmo
dos veces mayor que el del crecimiento de la población humana. Según las
Naciones Unidas, el agua potable ya escasea para mil millones de personas. De
seguir así, de aquí al año 2025, la demanda de agua dulce llegará a superar la
disponible hoy día en un 56 por ciento.
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A medida que se va intensificando la crisis del agua, los gobiernos del
mundo entero - presionados por las grandes multinacionales - están abogando por
una solución radical: la privatización, la reificación y el desvío masivo de las
aguas.
Los partidarios de este sistema opinan que esta sería la única manera de
poder abastecer a los lugares del mundo donde se padece sed. Empero, sabemos
por experiencia que la venta del agua en un mercado abierto no sirve para colmar
las necesidades de los pobres y sedientos. Muy al contrario, el agua privatizada
termina en manos de quiénes pueden pagar por ella, tales como las personas y
ciudades pudientes, y las industrias que hacen un uso intensivo del agua, entre las
que cabe mencionar la agricultura y la alta tecnología. "El agua fluye río arriba,
hacia el dinero", como comenta un residente en pleno desierto de Nuevo México,
cuando el agua de su localidad fue desviada para uso y beneficio de una industria
de alta tecnología."
El impulso hacia la reificación del agua surge en un momento en que el
impacto social, político y económico de la escasez del agua va convirtiéndose
rápidamente en una fuerza desestabilizadora, que hace brotar conflictos
relacionados con el agua en muchas partes del mundo. Tomemos el ejemplo de
Malasia, que suministra aproximadamente la mitad del agua de Singapur, y que
amenazó con cortar el suministro en 1997, cuando este último país lanzó ciertas
críticas sobre las políticas del gobierno malasio. En África, las relaciones entre
Botswana y Namibia se han deteriorado gravemente debido a los planes namibios
de construir un conducto para desviar hacia el este de su país el agua del río
Okavango que linda con ambos países.
Por su parte, el Alcalde de la Ciudad de México predice que el Valle de
México no tardará en verse sumido en una guerra si no se resuelve cuanto antes la
crisis del agua en la ciudad. Se ha escrito muchísimo sobre el riesgo de guerras por
el agua en el Oriente Medio, donde cada gota de los recursos hídricos está
contada. El recientemente fallecido Rey Hussein de Jordania dijo una vez que el
único motivo por el que iría a la guerra contra Israel sería por el agua, ya que el
caudal del río Jordán se encuentra bajo control israelí.
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Mientras tanto, el futuro de uno de los recursos más esenciales a la vida
está siendo determinado por personas que se lucran de su explotación y uso
excesivo. Con el respaldo del Banco Mundial, un puñado de multinacionales se
dedican a acaparar el control de los servicios públicos de abastecimiento de agua
en los países en desarrollo, disparando los precios en detrimento de los habitantes
y sacando partido de la desesperación con la cual el tercer mundo busca resolver
sus problemas de escasez. Las intenciones son clarísimas: el agua debe de ser
tratada como cualquier otra mercancía, y su uso debe ir conformado por los
principios que rigen el mercado
1.2. TESORO CODICIADO EN TIEMPOS DE SED
No falta tanto para que la riqueza de una civilización se mida en litros.
Hace tiempo que se viene divulgando que la escasez de agua será, en un futuro no
muy lejano, motivo de guerras y su posesión, el trofeo más preciado. Aquí en el
sur, en un espacio compartido por cuatro países, está la perla: el Acuífero Guaraní,
conocido hasta ahora como la tercera reserva subterránea de agua dulce del mundo
aunque, según las últimas estimaciones, podría ser el mayor curso de agua bajo la
tierra. Todas las alertas, aún las más disparatadas, comienzan a dispararse. ¿Los
que se están quedando sin nada vendrán por el Guaraní? ¿Pueden llegar a
quitarnos el agua por la fuerza?
"El problema no radica en que las reservas de agua sean cada vez
menores sino en que su localización y calidad están cambiando", le dijo a Clarín
el experto mexicano Gian Carlo Delgado, autor del libro Agua y seguridad
nacional (Mondadori). Según Delgado, "por un lado hay un alto índice de
contaminación del agua, mientras que por otro, está comenzando una reubicación
espacial de las precipitaciones y, así, del agua dulce". Al parecer, las zonas de
alta biodiversidad como la que alberga al Acuífero Guaraní verán incrementar o
por lo menos conservar los índices de precipitación y, por lo tanto, esas zonas "se
perfilan como estratégicas a nivel local, regional y mundial", dice Delgado.
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Habría que recordar que de los 1,4 miles de millones de km3 de agua que
hay en el planeta, sólo el 2,5% corresponde a agua dulce, el resto es sólo
potabilizable con carísimos y complejos procesos de desalinización que muy
pocos gobiernos pueden implementar. El monto de agua en el mundo se duplica
cada 20 años y son muchas las variables para saber si alcanzará para calmar la sed
de todos: crecimiento demográfico, uso indiscriminado en la agricultura y
explotación descontrolada de cursos son algunas.
Las estadísticas dicen que el 85% del agua que se usa es acaparado por el
12% de la población. Una vez más, una torta que se reparte de manera desigual
aunque en nuestro caso, la naturaleza arroja beneficios de la inequidad. El
continente americano, con sólo el 12% de la población, contiene el 47% de las
reservas de agua potable del mundo.
Mientras los países europeos padecen falta de agua y desesperan porque
apenas 5 de sus 55 ríos no están contaminados, en Sudamérica el problema se
presenta con la figura de un fantasma, el de la privatización. Aquí hay agua, se la
ve, y si no se la ve es porque está bajo tierra, pero desde que los organismos
internacionales determinaron que el agua puede ser una mercancía regida por las
leyes de la OMC y no un derecho humano, el tránsito desde su curso a la canilla o
la botella tiene color de dólar. Por eso, una fuente como el acuífero, con un
volumen anual explotable de 40 a 80 km3 es un extraordinario manantial de
riqueza para las empresas del rubro.
Fantasmas
La cuestión no es construir fantasmas donde
alcanzan las realidades. Es cierto que sobre el
Acuífero Guaraní se han armado todo tipo de
conspiraciones. Pero la motivación es la
enorme riqueza de agua potable, fresca y
renovable que yace en ese océano subterráneo,
aun más valiosa frente a escenarios de escasez
mundial. No pueden sorprender los temores en
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un presente planetario trastocado a extremo
tal que se acepta que el derecho internacional
pierda posiciones frente a nociones de guerras
preventivas y conflictos armados solo con
argumentos que conocen sus autores y
desmienten las realidades más sencillas. Pero
fuera de esta preocupación, surge como un
valor la observación con una mirada nueva de
estos recursos hasta ahora ignorados. No se
trata solo de estar alertas. Sino también de
preservarlos, evitar su contaminación y actuar
con la rara seriedad de países que se
preocupan por su destino.
Marcelo Cantelmi
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Capítulo II
2.0. LA SED, ¿NECESIDAD O LUJO? – EL AGUA, ¿BIEN PÚBLICO O
MERCADERÍA?
2.1. EL MANIFIESTO DEL AGUA
En tanto que “fuente de vida” fundamental y no reemplazable del eco-
sistema, el agua es un bien vital que pertenece a los habitantes del planeta en
común. Ninguno de ellos, individualmente o en grupo, debería tener el derecho de
apropiárselo en forma privada.
Tal aparece como principio básico del Manifiesto del Agua, elaborado en
1998 por un grupo de 23 personalidades de primer nivel mundial encabezadas por
Mario Soares, ex-mandatario de Portugal, y Riccardo Petrella, euro-diputado y
presidente del Grupo de Lisboa.
Con una simpleza máxima y rico en su capacidad didáctica, el citado
documento subraya que «el agua es un bien patrimonial común de la humanidad”,
del cual dependen la salud individual y colectiva así como la agricultura, la
industria y la vida doméstica.
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«El agua pertenece más a la economía de bienes comunes y de la riqueza
compartida que a la economía de la acumulación privada e individual...” Por tal
razón “el acceso al agua es un derecho fundamental, inalienable, individual y
colectivo...y hace parte de la ética de base de una “buena” sociedad humana y de
una “buena” economía».
Enunciado que sin embargo contrasta con la realidad cotidiana convertida
en estadística. Seis mil niños de menos de cinco años mueren cada día como
consecuencia del consumo de agua insalubre. 80 % de todas las enfermedades en
los países del Sur tienen como origen la utilización de agua insana. Tres mil
millones de seres humanos no cuentan hoy con instalaciones sanitarias adecuadas.
Dicho Manifiesto, que propugna por un “Contrato Mundial del Agua”,
anticipaba seis años atrás, uno de los combates más encarnizados en el plano de
las ideas; en el terreno de la lógica económica; y de la dinámica diaria que
protagonizan muchas naciones periféricas. Activos movimientos sociales del
planeta han incorporado la consigna de la no-privatización del agua como un
punto de no retroceso de su disputa callejera. La pueblada de Cochabamba, –“la
guerra del agua”– en Bolivia, en abril del 2000, ha sido tal vez la protesta más
emblemática del último lustro, por su dimensión y por haber obligado a la
transnacional norteamericana Bechtel Enterprises y al gobierno sudamericano a
retroceder en su plan privatizador. Lucha andina que no opaca otras tantas
movilizaciones locales anti-privatizadoras en Argentina, Honduras, Perú, El
Salvador, Nicaragua, Brasil, por citar sólo algunos de los casos más conocidos en
el continente.
2.2. LA “PREHISTORIA” DE UN DERECHO ESENCIAL
De la propuesta de Contrato Mundial a la de una Convención Internacional
existe sólo un pequeño paso adelante y una visión estratégica consolidada.
Organizaciones no-gubernamentales a nivel mundial, entre las cuales la
Comunidad de Trabajo helvética, proponen avanzar hacia “una convención
obligatoria de derecho público internacional sobre el agua”, tal como lo formula
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la ecologista suiza Rosmarie Bär, una de las especialistas en la materia. La
propuesta busca definir una política duradera sobre el tema, fundada en la idea
que el derecho al agua es parte integrante de los derechos humanos básicos.
Para la ecologista helvética “cuando se habla de agua hay que hablar de
política... La política del agua va de la mano de la política del suelo y de la
agricultura, de la política comercial y económica, la de medio ambiente, social y
sanitaria, así como de la política de la igualdad... y sobre todo de la política de los
derechos del hombre y de la paz».
Es necesario, fundamentalmente, agrega Bär, una voluntad política para
incidir en todos los niveles de la comunidad internacional. “Cada año Europa y
Estados Unidos gastan más dinero para alimentar sus perros y gatos domésticos
que el que se necesitaría para permitir a todos los seres humanos a acceder al agua
potable”.
Ejemplo dramático que muestra que la lucha por el agua es un combate
que implica modificaciones sociales a favor del desarrollo económico y de la
justicia social”, puntualiza.
Valores todos que exigen tiempos y procesos históricos largos para su
materialización. Mar del Plata, Argentina, 1977, fue la sede de la primera gran
conferencia sobre el agua y el punto de partida de reflexión de una política global
sobre el tema. Allí la comunidad internacional constataba por primera vez que
“todo hombre tiene igual derecho al acceso al agua potable, en cantidad y calidad
suficientes como para cubrir sus necesidades”.
Quince años más tarde, la Agenda 21, resultante de la Cumbre Mundial de
la Tierra de Río de Janeiro, Brasil, subrayaba y concretizaba esa exigencia. Fue la
asamblea general extraordinaria de las Naciones Unidas del 2000 la que fijó un
nuevo desafío clave: reducir hasta el 2015 a la mitad el número de personas que
no tienen acceso al agua potable. Objetivo reconfirmado dos años más tarde en la
conferencia de Río de Johannesburgo, África del Sur.
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“Un largo camino hasta que sea considerado (explícitamente) como
derecho de la persona humana” enfatiza Rosmarie Bär. Quien recuerda que en la
Declaración de los Derechos del Hombre de 1948, se establece que “toda persona
tiene derecho a un nivel de vida suficiente como para asegurar su salud, su
bienestar y el de su familia, especialmente a través de la alimentación, vestido,
vivienda...” Formulación que incluye, tácitamente, el derecho al agua.
En la actualidad esa prerrogativa se deriva de normas obligatorias del
Pacto Internacional relativo a los derechos económicos, sociales y culturales. En
ese sentido, el derecho al agua aparece como condición previa a la realización del
derecho a la vida, comida, salud y vivienda. La Organización de las Naciones
Unidas para la Alimentación (FAO), para su jornada mundial del 2002 lanzó
como consigna: “Sin agua no hay alimentos”.
La mayoría de esos documentos y enunciados onusianos han quedado, sin
embargo, reducidos a simples declaraciones de buena voluntad sin cumplimiento
alguno. Muy especialmente en la nueva era de globalización económica extrema
donde el ritmo lo marcan las instituciones financieras internacionales tales como
el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y sus subsidiarias regionales.
Y la presión por privatizar el servicio de agua –entre otros tantos rubros y
servicios– se convirtió casi en receta universal de las transnacionales del norte
para los países del Sur.
En una nueva arremetida todavía en proceso, la Organización Mundial del
Comercio (OMC) empuja la privatización de los más diversos sectores públicos –
desde la educación a la salud, pasando por el agua. Marco en el cual la Unión
Europea exige a 72 países “en desarrollo o en transición” la apertura de sus
servicios de agua a empresas extranjeras, aceptando de hecho la intensa presión
de sus multinacionales del rubro que intentan seguir extendiendo el radio de
acción y beneficios.
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2.3. LAS GUERRAS – MILITARES O PRIVATIZADORAS – POR EL AGUA
En una entrevista de hace algún tiempo, el profesor italiano Riccardo
Petrella, uno de los principales especialistas y militantes de la causa del agua,
anticipaba que “las guerras futuras serán por el agua”, refiriéndose abiertamente a
potenciales conflictos bélicos.
Funda su hipótesis, no sólo en la escasez, el derroche y la mala distribución
del vital líquido, sino también en un marco planetario estratégico alarmante. 60%
de las fuentes de agua están localizadas en sólo 9 países (entre ellos Estados
Unidos, Rusia, Canadá, Brasil, China e Indonesia). En tanto 80 naciones que
reúnen el 40 % de la población mundial están confrontadas a una verdadera
penuria hídrica.
De guerras armadas futuras a batallas económicas actuales no hay más que
una diferencia de matices. Y la tendencia a privatizar el agua, convirtiéndola en
una mercancía cada vez más inaccesible para importantes sectores de la población
del Sur, anticipa explosiones sociales imprevisibles.
Atrás de esta tensión dos posiciones antagónicas que quedaron de
manifiesto en abril del 2003 durante la realización paralela del Foro Mundial del
Agua de Kyoto, Japón, y la convocatoria alternativa de Florencia, Italia.
Para las transnacionales y las instituciones financieras internacionales el
agua es un bien económico-comercial, como el petróleo, un auto o un televisor.
Por lo tanto puede ser vendido, comprado o intercambiado. El acceso al agua es
una necesidad vital pero no un derecho humano esencial. Y los seres humanos son
consumidores/clientes de un bien/servicio al que se puede acceder a través de los
mecanismos de mercado.
Según la misma óptica, se impone la liberalización de los servicios
hídricos. Esta liberalización –desregulación y privatización– se debe aplicar según
el principio de condicionalidad impuesto por el Banco Mundial y el Fondo
Monetario Internacional. Es decir, un país puede obtener créditos a condición que
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liberalice y privatice los sectores de actividad para los cuales ha solicitado ese
apoyo externo. Concepto en el cual la prioridad está dada a la inversión privada.
Tal como lo señala la Declaración del Foro Alternativo «...esta prioridad ha
sido consagrada por el Informe elaborado por Michel Camdessus, antiguo director
del FMI, presentado a Kyoto. Según la Declaración final de la Cumbre de
Monterrey, México, sobre el financiamiento al desarrollo mundial y el Informe
Camdessus, sólo el sector privado puede asegurar de manera eficaz el
financiamiento suplementario... que sería necesario en la próxima decenia para
reducir a la mitad las personas que no tienen acceso al agua y a servicios
sanitarios».
La visión opuesta, expresada por la sociedad civil internacional en el Foro
Alternativo de Florencia, e inspirada en el Manifiesto del Agua así como en las
reflexiones del Foro Social Mundial de Porto Alegre, pregona a favor de “otra
política mundial y local del agua” y busca asegurar “el derecho al agua a las 8 mil
millones de personas que habitarán la tierra en el 2020”.
Basándose en cuatro principios fundadores. El acceso al agua en cantidad
(40 litros por día para uso doméstico) y calidad suficientes debe ser reconocido
como un derecho constitucional humano y social, universal, indivisible e
imprescindible. El agua debe ser considerada como un bien común que pertenece a
todos los seres humanos y a todas las especies vivientes del planeta. Es a la
colectividad pública de asegurar el financiamiento de las inversiones necesarias
para concretizar el lema de “agua potable para todos”. Y, por último, los
ciudadanos deben participar, sobre bases representativas y directas, a la definición
y realización de la política del agua, desde el nivel local al mundial.
Banco Mundial-FMI-transnacionales versus sociedad civil planetaria. Dos
visiones diferentes, dos concepciones antagónicas, muchas más tensiones en
puerta y la historia de un conflicto anticipado: entre los que beben y los sedientos.
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Capítulo III
3.0. SISTEMA ACUÍFERO GUARANÍ
3.1. DESCRIPCIÓN
El denominado Sistema Acuífero Guaraní es uno de los reservorios de
agua subterránea más grandes del mundo, encontrándoselo en el subsuelo de un
área de alrededor de 1.190.000 kilómetros cuadrados (superficie mayor que las de
España, Francia y Portugal juntas) por lo que también en un momento se lo
denominó "el Acuífero Gigante del Mercosur".
En Brasil abarca una superficie - en kilómetros cuadrados - de
aproximadamente 850.000 (9,9% del territorio) en Argentina 225.000 (7,8%) en
Paraguay 70.000 (17,2%) y en Uruguay 45.000 (25,5%). De acuerdo a lo
actualmente se conoce, salvo en la Argentina -que se encuentra a profundidades
por debajo de los novecientos metros- en los demás países se lo alumbra a
profundidades muy variables (entre los 50 y 1.500 metros). (Fig. 3.0 y Fig. 3.1)
En general posee presión de surgencia, de manera que realizada una
perforación, cuando se alcanza la profundidad del acuífero el agua se eleva
naturalmente y en muchos casos emerge sobre el nivel del suelo; las temperaturas,
producto de las profundidades alcanzadas (por gradiente geotérmico), van desde
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los 33º C a los 65º C. Si bien el volumen total de agua almacenado es inmenso
(37.000 kilómetros cúbicos, donde 1 kilómetro cúbico es igual a 1 billón de litros),
en realidad el volumen explotable, estimado actualmente como reservas
reguladoras o renovables, es de 40 a 80 kilómetros cúbicos por año. Estas cifras
corresponden, por ejemplo, a una magnitud comparable en volúmenes a un tercio
de la totalidad del escurrimiento del río Uruguay, y también representan 4 veces la
demanda anual de agua de la Argentina para todos los usos.
El país que más lo explota es Brasil, abasteciendo total o parcialmente
entre 300 y 500 ciudades; Uruguay tiene 135 pozos de abastecimiento público de
agua, algunos de los cuales se destinan a la explotación termal. En Paraguay se
registran unos 200 pozos destinados principalmente al uso humano. En la
Argentina hay en explotación 5 perforaciones termales de agua dulce y una de
agua salada, ubicadas en el sector oriental de la provincia de Entre Ríos, en tanto
que hacia el Oeste de la misma se ha alumbrado sólo agua salada termal, con la
consiguiente problemática del efluente salado. Se desconoce la existencia del
acuífero en el resto de las provincias donde se hallan en el subsuelo las unidades
geológicas que lo podrían contener.
3.2. ALOJAMIENTO
El agua subterránea del Sistema Guaraní se aloja en formaciones
geológicas antiguas, correspondientes a los períodos Triásico, Jurásico y Cretácico
Inferior, teniendo esas rocas edades entre los 200 a 132 millones de años. En esa
época, en que aún estaban unidas África y Sudamérica, los depósitos comenzaron
a desarrollarse en ambientes fluviales y lacustres conociéndoselos en la literatura
geológica como formación Tacuarembó o también Piramboiá.
Luego, como resultado de un clima más seco, se desarrolló un gran
desierto de arenas bien seleccionadas (semejante al actual Sahara) que también
abarcó la región que nos ocupa de los 4 países, constituyendo posteriormente el
acuífero principal del Sistema dentro de la formación geológica denominada
Botucatú o Rivera.
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Todos estos sedimentos abarcaron dentro de la Argentina: el litoral y
región chaco pampeano norte y central resultando espesores variables entre los
200 metros y los 600 metros. (Fig. 3.2)
Luego de esta etapa, y a través de grandes fracturas profundas, todos los
sedimentos anteriores fueron cubiertos por coladas de lavas basálticas, que
acompañaron la separación entre los continentes mencionados, constituyendo la
efusión basáltica de mayor extensión mundial comprendiendo un millón de
kilómetros cuadrados en los 4 países del Mercosur. Esta efusión dejó volúmenes
de rocas muy diversos: en Misiones más de 800 metros de espesor de coladas de
lavas superpuestas, en la margen oriental entrerriana más de 600 metros, en tanto
que la región chaco pampeana presenta escasos metros y con presencia irregular
discontinua. El máximo espesor conocido de basaltos se registra en Brasil - Estado
de San Pablo - con más de 1.900 metros.
Luego de todos estos eventos geológicos, que permitieron en ese entonces
la depositación de más de 1.000 metros de espesor de rocas en toda el área, se
comienzan a producir y reactivar fallas y estructuras geológicas que en muchos
sectores alteraron el orden estratigráfico establecido, las orientaciones originales y
las alturas, sumado todo ello a los procesos erosivos actuando durante varios
millones de años y la conformación de depósitos más modernos producidos en el
Terciario y Cuaternario.
En ese escenario, considerado geológicamente casi final, y muy parecido al
actual, las rocas más permeables que afloraban comenzaron a llenarse de agua por
infiltración desde la superficie (producto de las lluvias y ríos), circulando muy
lentamente - en el orden de los pocos metros por día - desde las áreas de
afloramiento (áreas de recarga) hacia las de hundimiento y confinamiento (áreas
de tránsito y descarga). Este proceso comenzó en gran escala hace más de 20.000
años (cuando en las pampas vivía el gliptodonte y en Europa el homo sapiens
habitaba en cavernas)
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Capítulo IV
4.0. EL PROYECTO SISTEMA ACUIFERO GUARANI
4.1. MERCOSUR - UNION TAMBIEN DE LA GEOLOGIA
Y EL AGUA SUBTERRÁNEA
Axel van Trotsenburg, director de la sede regional del BM, destacó la
importancia de "que estos cuatro países (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay)
hayan reconocido la necesidad de preservar el acuífero" y dar "un gran paso en la
dirección correcta". Dijo el holandés que "lo que es histórico es que hayan
acordado hacerlo antes de que el recurso se contamine".
El costo del proyecto es de 27.240.000 de dólares y cuenta con una
donación de 13,4 millones de dólares del Fondo Mundial para el Medio Ambiente.
El resto se cubre con contrapartidas nacionales y financiamiento de organismos
internacionales que apoyan la iniciativa.
La sesión inaugural, realizada el jueves en el Edificio Mercosur -frente a la
rambla de Montevideo-, contó con la presencia de autoridades de los cuatro países
involucrados. El presidente uruguayo, Jorge Batlle, destacó el valor del
emprendimiento y dijo que la integración en la región debe hacerse "de abajo
hacia arriba y construirla por el agua, la sanidad animal y las comunicaciones".
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El proyecto cuenta con el apoyo de los cuatro gobiernos del Mercosur, el
Fondo Global para el Medio Ambiente (GEF), el Banco Mundial, la Organización
de Estados Americanos (OEA), los gobiernos de Holanda y Alemania, y la
Agencia Internacional de Energía Atómica.
El proyecto requiere que en cada país se establezca una unidad o un
consejo directivo con los máximos organismos de recursos hídricos, medio
ambiente y cancillería, y un consejo técnico que coordine las acciones.
Con cuatro años de duración, el proyecto está estructurado en siete áreas:
1º Conocimiento y usos (expansión del conocimiento científico).
2º Gestión (instrumentación conjunta de marco de gestión).
3º Participación (fomento de la participación de la sociedad).
4º Educación y comunicación (campaña educativa sobre la necesidad de
protección ambiental).
5º Proyectos piloto (desarrollo de medidas para gestión de aguas
subterráneas y mitigación de daños).
6º Energía geotérmica (evaluación del potencial geotermal del acuífero).
7º Coordinación (trabajos administrativos y gerenciamiento del proyecto).
4.2. PARA LA PROTECCIÓN AMBIENTAL Y DESARROLLO SOSTENIBLE
DEL SISTEMA ACUÍFERO GUARANÍ
El Proyecto para la Protección Ambiental y Desarrollo Sostenible del
acuífero Guaraní (SAG), se creó con el propósito de apoyar a Argentina, Brasil,
Paraguay y Uruguay a elaborar e implementar un marco común constitucional,
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legal y técnico que maneje y preserve al SAG para las generaciones actuales y
futuras. Se realizará durante el período 2003-2007 y los “componentes” en los que
ha sido definido serán ejecutados a través de la Secretaría General del Proyecto, en
estrecha coordinación con las cuatro Agencias Ejecutoras Nacionales.
El proyecto es posible gracias a la colaboración del Fondo Global para el
Medio Ambiente (GEF), el Banco Mundial (BM), la Organización de los Estados
Americanos (OEA), los gobiernos de Holanda y Alemania y la Agencia
Internacional de Energía Atómica.
El objetivo de largo plazo del proceso iniciado a través del Proyecto
propuesto es lograr la gestión y uso sostenible del Sistema Acuífero Guaraní
(SAG). El SAG se localiza en partes del este y centro-sur de Sudamérica y
subyace en zonas de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. Este proyecto
constituye un primer paso para la consecución del objetivo de largo plazo. El
propósito del Proyecto propuesto consiste en apoyar a los cuatro países en elaborar
conjuntamente e implementar un marco común institucional, legal y técnico para
manejar y preservar el SAG para las generaciones actuales y futuras.
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Capítulo V
5.0. CONCLUSIONES
Como vemos, el agua subterránea, como recurso natural renovable, puede
degradarse y convertirse en un recurso no utilizable debido a la polución.
Un primer paso para prevenir esta situación es que todos debemos tomar
conciencia de la magnitud y gravedad del problema. Pero solamente tomar conciencia
no es suficiente. Debemos actuar y ser precavidos.
En las zonas urbanas, donde las aguas subterráneas son una fuente importante
de abastecimiento - actual o potencial - para la población, es necesario que se establezca
una “división por zonas de la vulnerabilidad a la polución”, de las aguas subterráneas,
desde las características naturales de los acuíferos. De esta forma, podrían ser indicadas
como zonas de alta vulnerabilidad, entre otras, las siguientes situaciones:
Acuíferos muy permeables (areniscas o rocas con permeabilidad
secundaria desarrollada) y con niveles de agua poco profundas;
Áreas de recarga de acuíferos confinados.
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Algunas medidas necesarias serían:
Estricto control y vigilancia permanente, cuando no sea posible prohibir la
instalación de industrias con gran volumen de efluentes y/o de efluentes
peligrosos a la salud;
En el caso en que ya existan industrias instaladas en la área y con
almacenamiento de residuos peligrosos en su predio, realizar un inventario
del tipo y volumen de los efluentes y establecer requisitos severos para la
planta de tratamiento con un acompañamiento continuo de su eficacia;
Limitar al máximo la instalación y operación de terraplenes sanitarios.
Cuando no existen alternativas, su funcionamiento debe estar sujeto a un
rígido control. Los costos se justifican pese la disminución del riesgo de
polución del acuífero;
Instalar una red de cloacas eficiente;
Ejercer fiscalización efectiva y constante.
En las zonas rurales, en la agricultura, se debe implantar mejorías en las
prácticas agrícolas, a fin de controlar los tipos de fertilizantes y pesticidas aplicados y
las cantidades máximas permitidas, bien como orientar sobre las formas y tipos de
cultivos y los volúmenes de agua a ser aplicados en la irrigación.
En las áreas de explotación minera, será necesario controlar el lanzamiento
directo de desechos, principalmente aquellos provenientes del lavado del mineral,
evitando que lleguen a los cursos de agua.
La población misma, por medio de sus organizaciones, puede y debe indicar las
posibles fuentes de polución bien como los efectos que estarían incidiendo en la salud
pública, exigiendo así de las autoridades las atenciones necesarias y medidas reales para
solucionar los problemas.
Por otro lado, las autoridades deben hacer suyas estas preocupaciones,
asumiendo las siguientes acciones:
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A la luz del uso del agua subterránea, analizar la legislación vigente con
respecto a la protección de los acuíferos y adecuarla a las necesidades del
municipio, estado, región o país;
Ejercer vigilancia en el cumplimiento de los dispositivos legales
referentes a la protección de los acuíferos; contar con organismos y
recursos humanos y financieros con quienes se pueda enfrentar el
problema;
Establecer una política y programas regionales de prevención y control
de la polución y buscar soluciones para los problemas ya existentes.
Además, será necesario desarrollar campañas de divulgación y
capacitación con el objetivo de evitar estos problemas en otras áreas.
20
ANEXOS
Fig 3.0 Fig. 3.1
UBICACIÓN GEOGRÁFICA DEL ACUÍFERO GUARANÍ
Fig. 3.2
ALOJAMIENTO DE AGUA DEL ACUÍFERO GUARANÍ
21
NOTA Nº 1
Actualmente Naciones Unidas estima que la cuarta parte de la población
mundial vive con escasez de agua potable salubre y esta proporción se duplicará dentro
de veinte años. Como se advierte, el agua dulce es uno de los recursos naturales no
renovables más preciados, por lo tanto, de su adecuado suministro y gestión dependen la
agricultura, la ganadería, la salud y alimentación de las personas, los ecosistemas, la
industria, la energía, el mantenimiento de la paz y la estabilidad social.
Al respecto, resulta importante dejar establecido el concepto de agua que aún se
debate en los conflictos globales, ya que el mismo se postula a través de dos
presupuestos antagónicos: “un bien social ligado al derecho a la vida, que constituyendo
un elemento esencial de la salud pública no puede ser comercializado, versus una
mercancía de lucro, cuya explotación y acceso se rige por las leyes del mercado”.
22
BIBLIOGRAFÍA
MARTÍNEZ, J., Aguas subterráneas: captación y aprovechamiento, Editorial Progensa
pág. 26 – 30, 42 – 50
PRICE, MICHAEL, Agua Subterráne a , Editorial Limusa
RIVERA MANTILLA, HUGO, Geología General, 2da. Edición, Lima – Perú 2005,
pág. 207 – 212
Internet 2008, www.wikipedia.org, Acuífero Guaraní, Perú
Internet 2008, www.aidis.org.uy, Proyecto Guaraní, Perú
Internet 2008, www.rel-uita.org/agricultura/ambiente/agua/acuifero, Sistema
Acuífero Guaraní, Perú
23
ÍNDICE
SISTEMA ACUÍFERO GUARANÍ
Pág
INTRODUCCIÓN............................................................................................ i
Capítulo I..................................................................................................................... 1
ORO AZUL................................................................................................................. 1
LAS GUERRAS DEL SIGLO.......................................................................... 1
TESORO CODICIADO EN TIEMPOS DE SED............................................ 3
Capítulo II.................................................................................................................... 6
LA SED, ¿NECESIDAD O LUJO? – EL AGUA, ¿BIEN PÚBLICO O
MERCADERÍA?......................................................................................................... 6
EL MANIFIESTO DEL AGUA....................................................................... 6
LA “PREHISTORIA” DE UN DERECHO ESENCIAL................................. 7
LAS GUERRAS – MILITARES O PRIVATIZADORAS –
POR EL AGUA................................................................................................ 10
Capítulo III.................................................................................................................. 12
SISTEMA ACUÍFERO GUARANÍ.......................................................................... 12
DESCRIPCIÓN................................................................................................ 12
ALOJAMIENTO.............................................................................................. 13
Capítulo IV.................................................................................................................. 15
EL PROYECTO SISTEMA ACUIFERO GUARANI............................................ 15
MERCOSUR - UNION TAMBIEN DE LA GEOLOGIA
Y EL AGUA SUBTERRÁNEA....................................................................... 15
PARA LA PROTECCIÓN AMBIENTAL Y DESARROLLO SOSTENIBLE
DEL SISTEMA ACUÍFERO GUARANÍ........................................................ 16
Capítulo V ................................................................................................................... 18
CONCLUSIONES....................................................................................................... 18
ANEXOS...................................................................................................................... 21
BIBLIOGRAFÍA......................................................................................................... 23