Sobre Hegel y El Taoísmo

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Sobre Hegel y eltaosmo

Publicado por forseti4y9 en 21 diciembre 2010

Traduzco, de manera no literal, un parntesis que Benot Timmermans hace en su libro intitulado Hegel[1] a propsito de la evolucin del trato que Hegel reserv al taosmo.

Hegel vio tarde la relacin de su filosofa con el taosmo. Al principio, parece que slo ve en el taosmo una coleccin de recetas para mejorar el bienestar de cada uno, de prolongar su vida, de interpretar los acontecimientos, lo que hace del pueblo chino el pueblo ms supersticioso de la tierra de alguna manera como el pas de la adivinacin (Leons sur la philosophie de la religin, trad. J. Gibelin, Vrin, 1959, II, pp. 95-96).

Pero es tras el contacto con el sinlogo Abel Rmusat, que encontr en Pars en 1827, o, de manera ms creble, como consecuencia del estudio de las Mmoires de los misionarios jesuitas vueltos de China, cuando Hegel se muestra poco a poco ms atento a las analogas entre el taosmo y su propia filosofa.

Entre esas analogas est por supuesto la famosa complementariedad entre el yin y el yang, que puede hacer pensar en la complementariedad entre la mediacin y la inmediatez.

Por otro lado hay que precisar que en el origen el yin y el yang no significaban lo femenino y lo masculino, o la pasividad y la actividad, sino ms bien la mediacin y lo inmediato: el yang (a menudo representado por un guin largo: ) es lo que es directamente iluminado; el yin (representado por dos guiones cortos: ), es lo que no aparece ms que indirectamente a travs de las sombras formadas por los objetos a los que alcanza la luz.

Pero en sus ltimos cursos de 1831 consagrados a la filosofa de la religin, Hegel dio un paso ms. Llega a presentar el taosmo (o la religin del Estado chino) como un momento equivalente al de la medida lgica: el tao, nos dice (Vorlesungen ber die Philosophie der Religion, d. W. Jaeschke, Meiner, 1985, vol. 4, pp. 168-169), seala las principales determinaciones o relaciones abstractas que dan cuenta de todas las transformaciones, sean estas csmicas o individuales, materiales o espirituales, fsicas o morales.

Se trata, sin duda, del Yi King o Livro de las mutaciones (cf. tambin Leons sur lhistoire de la philosophie I, trad. J. Gibelin Gallimard, 1954, pp. 243-244). Aunque el Yi King sea considerado a menudo, tambin por Hegel, como un simple libro de adivinacin, est antes que nada dedicado al estudio terico de las transformaciones en general. En la misma medida que el hegelianismo, el taosmo se interesa por la realidad en tanto devenir, en tanto que proceso de transformacin.

Desde este punto de vista, Hegel y el Yi King se plantean fundamentalmente la misma cuestin: cules son las leyes, la lgica, la espiritualidad que guan o hacen el proceso de transformacin que es la realidad? Las respuestas que aporta el Yi King van a permitir mirar retrospectivamente el camino recorrido hasta aqu.

Si ese camino tiene una finalidad, es la de mostrar que la filosofa de Hegel no se reduce a la afirmacin de la complementariedad entre un yang y un yin, o entre la inmediatez y la mediacin, la afirmacin y la negacin. Lo que intento mostrar es que ese principio de complementariedad, lejos de aplicarse mecnica o ciegamente a todas las situaciones con que nos encontramos (para por ejemplo afirmar todo y su contrario, y luego reunir los dos), se conjuga en realidad con otras dos grandes ideas.La primera, que vio la luz en la Lgica, es el hecho de que todo proceso, toda transformacin, implica igualmente dos tipos diferentes de negacin, que vienen por as decir a intercalarse entre lo inmediato (lo en-s) y lo mediatizado (lo en-s-para-s).

Se trata de la negacin del ser-ah, o la diferenciacin de la cosa en relacin a su otra; y de la negacin del para-s, o salida de la cosa y afirmacin de s.

Cada transformacin sigue por tanto cuatro grandes momentos: el en-s, el ser-ah, el para-s, y el en-s-para-s. Ahora bien el Yi King distingue tambin cuatro grandes figuras que regulan el curso de toda transformacin: el gran yang (representado por dos guiones largos uno encima de otro), que puede traducirse (Cf. Sam Reifler, Yi King, pratiques et interprtations, Albin Michel, 1978, p.22) por s; el pequeo yang (representado por dos guiones cortos en la parte superior y un guin largo en la inferior), que puede traducirse por s pero; el gran yin (representado por dos guiones cortos en la parte superior y dos guiones cortos en la inferior), o no; y el pequeo yin (representado por un guin largo en la parte superior y dos cortos en la inferior), no pero.

Ciertamente estas figuras tienen algo de abstracto y formal, y Hegel no se priva de denunciar su uso superficial y prosaico que consiste en asociarlos directamente a circunstancias concretas.

Pero al mismo tiempo no puede dejar de remarcar que la forma ternaria clsica, que se encuentra tanto en su filosofa como en el Yi King, se obtiene naturalmente aadiendo sea un yin sea un yan a cada una de las cuatro combinaciones de dos trazos as formados. Se descubren entonces ocho trigramas diferentes [Como por ejemplo tres guiones largos superpuestos, que simboliza el cielo. Hay tambin el agua, el fuego, el trueno, el viento, el lago, la montaa y la tierra. As puede decirse -comenta Hegel- que todo ha salido de la unidad y de la dualidad Pero se ve bien desde la cuarta forma que se va hacia el empirismo, o ms bien, que hay algo de l (Leons sur lhistoire de la philosophie I, trad. (modifie) J. Gibelin, Gallimard, 1954, p. 244).].

Cierto es que la filosofa de Hegel no se limita a decir que todo ha salido de lo inmediato (yang) y la mediacin (ying), ni que todo es mensurable a partir de la combinacin de los dos grandes tipos diferentes de negatividad (si pero, y no).

Pero el Yi King tampoco se queda ah. En un sentido, incluso sigue una pendiente paralela a la que nosotros hemos seguido hasta aqu. Hemos visto que en la Fenomenologa del Espritu alumbraba una tercera gran idea que no tena nada de lgica o de formal pero que se prueba, se experimenta, se practica cada vez de manera singular: consiste en ver que el espritu, el sentido de las cosas, se eleva de cada individuo hasta la realidad social, hasta la sustancia histrica, pero vuelve a descender tambin, como lo hacemos nosotros ahora, de la sustancia a la conciencia. Dicho de otra manera, el espritu se manifiesta, se exterioriza, all donde la historia de cada uno en particular y la historia del mundo en general interactan. Esto puede ocurrir en una obra de arte, en un sentimiento religioso, pero tambin, de manera mucho ms imperfecta, en la aspiracin subjetiva de una conciencia para actuar sobre el mundo, o en la manera en la que la realidad histrica influencia efectivamente nuestras maneras de ser o de pensar.

Remarquemos que este doble proceso, por el cual el sujeto va a la sustancia y la sustancia va al sujeto, se manifiesta de manera singular e irreversible con ocasin de cada situacin. Tanto si una situacin se vive de manera inmediata como si al contrario se vive de manera mediatizada, siempre expresar una relacin precisa, particular, entre la accin del hombre sobre la sustancia y la accin de la sustancia sobre el hombre.

En la Fenomenologa del Espritu, la accin del hombre sobre la sustancia se produce por la elevacin de la conciencia individual hasta la moralidad del espritu, mientras que la accin de la sustancia sobre el hombre corresponde a la experiencia artstica, a la revelacin religiosa y al saber absoluto.

Ahora bien el hecho remarcable es que el Yi King pone tambin en evidencia esta complementariedad entre actividad y receptividad. Lo hace de manera muy simple, superponiendo dos trigramas (escogidos entre los ocho posibles) para formar un hexagrama: el trigrama colocado abajo corresponder a la funcin receptiva o terrestre; el trigrama superior simbolizar la funcin creadora o celeste (Por ejemplo, el hexagrama llamado el trabajo est formado por el trigrama viento encima del trigrama montaa. Y el hexagrama que se llama el desarrollo tiene la montaa arriba y el viento debajo).

As cada transformacin recibe y produce a la vez diferentes aspectos, los cuales son por supuesto siempre interpretados en trminos de (pequeo o gran) yin o yang. Si nos entretenemos ahora en contar todos los hexagramas diferentes, se obtienen 64 casos de transformaciones o figuras posibles.

Por supuesto, Hegel nunca ha establecido semejante catlogo. Pero el tambin ha reunido, ha conjugado las tres grandes ideas que acabo de recordar sumariamente (inmediatez y mediacin, negatividades primera y segunda, devenir-sustancia del sujeto y devenir-sujeto de la sustancia). Divertirse en encontrar en su filosofa lo que correspondera a una u otra de las transformaciones descritas en el Yi King podra por tanto constituir una especie de juego dialctico, una manera de redescubrir, o de reinventar, las diversas figuras de la Fenomenologa, por ejemplo.

[1] TIMMERMANS B., Hegel, Les Belles Lettres, Paris, 2003, p. 138-142.