Klaudia Noriega MuñozPablo Robles Gómez

Todo arte y toda investigación, toda acción y libre elección parecen tender a algún bien.

Sin embargo es evidente que hay algunas diferencias entre los fines pues unos son actividades y los otros obras aparte de las actividades. Y no importa que los fines de las acciones sean las actividades mismas.

Si pues de las cosas que hacemos hay algún fin que queremos por si mismo, debemos intentar determinar, cual es este bien y a cual de las facultades pertenece.

Por otra parte, cada uno juzga bien aquello que conoce, y de estas cosas es un buen juez. Axial cuando se trata de la política, el joven no es un candidato apropiado, ya que no tiene experiencia de las acciones de la vida.

El fin de la política no es el conocimiento si no la acción.

Para lo que orientan sus acciones según la razón, el saber acerca de estas cosas será muy provechoso.

Los cultos piensan que vivir y obrar bien es lo mismo que ser feliz.

Unos creen que es alguna de las cosas tangibles, otros opinan cosas distintas: si estas enfermo piensan que la felicidad es la salud y si es pobre la riqueza.

Ser capaz de ser discípulo de las cosas buenas y justas es porque a sido bien conducido por sus costumbres.

La felicidad según el vulgo la identifican con el placer.

En cambio los mejor dotados y activos creen que el bien son los honores, este bien es mas superficial, radica mas en los que conceden los honores que en el honrado.

En opinión de estos la virtud es superior.

Quizás alguien podría pensar que conocer el bien seria my útil para alcanzar los bienes que se pueden adquirir y realizar, así conoceremos bien nuestros bienes y conociéndolos los lograremos.

Todas las ciencias buscan algún bien y buscando lo que les falta descuidan el conocimiento de el bien mismo.

BIEN… parece ser distinto en cada actividad y en cada arte en toda acción y decisión es el fin, si hay algún fin de todos los actos este será el bien realizable.

Si hay algún bien perfecto este será el que buscamos si hay varios el mas perfecto de ellos.

Sencillamente, llamamos perfecto lo que siempre se elige por si mismo y nuca por otra cosa.

Tal parece ser sobre todo la felicidad pues la elegimos por ella misma, mientras que los honores, el placer, la inteligencia y toda virtud, los deseamos en verdad, por si mismos. Esto lo deseamos pues pensamos que gracias a ellos seremos felices

Una de las acciones centrales de la moral aristotélica. “La felicidad es el bien, que cuando lo poseemos, nos hace independientes, y el hombre es independiente cuando posee todo lo necesario para su felicidad.

“Lo mas hermoso es lo mas justo, lo mejor, la salud, pero lo mas agradable es lograr lo que uno ama”

Pero es evidente que la felicidad necesita también de los bienes exteriores, pues es imposible o no es fácil hacer el bien cuando no se cuenta con recursos.

Muchas cosas en efecto, se hacen por medio de los amigos o de la riqueza o el poder político, como si se tratara de instrumentos; pero la carencia de algunas cosas, como buenos hijos y belleza, empañan la dicha pues alguien que estuviera solo y sin hijos, no podría ser feliz del todo, y quizás menos aún aquel cuyos hijos o amigos fueran completamente malos, es por esta razón que algunos identifican la felicidad con la buena suerte.

Surge la dificultad de si la felicidad es algo que puede adquirirse por el estudio o por la costumbre o por algún otro ejercicio, o si sobreviene por algún destino divino o incluso por suerte, es razonable pensar que la felicidad sea un don de los dioses.

Para buscar la felicidad el hombre debe de ser verdaderamente bueno y prudente, soportar dignamente todas las inconstancias de la fortuna y actuar siempre de la mejor manera posible, en cualquier circunstancia.

La felicidad es una cosa elogiable o, mas bien, digna de honor; pues esta claro que no es una simple facultad. Elogiamos al justo, y en general al bueno, por sus acciones y sus obras.

El discípulo de Platón, Eudoxo sostenía la excelencia del placer, pues pensaba que el hecho de no ser elogiado, siendo un bien, indicaban que era superior a las cosas elogiables, del mismo modo que Dios. Por que el elogio pertenece a la virtud, por ellos los hombres realizan nobles acciones.

Llamamos virtud humana no a la del cuerpo, sino a la del alma; y decimos que la felicidad es una actividad del alma.

Se dice que los felices y los desgraciados no se diferencian durante media vida. Esto es normal que ocurra, pues el sueño es una inactividad del alma en cuanto se dice buena o mala, los sueños de los hombres superiores son mejores que los de los hombres ordinarios.

La felicidad es una actividad del alma, que podemos lograr mediante buenas acciones a los que nos rodean, siendo justos y buenos. Si estamos bien con nosotros mismos podemos encontrar la felicidad. Si no tenemos algo que nos preocupe por haber realizado una mala acción es mas probable que encontremos el camino a la felicidad a que tengamos algo que nos oprima el alma.