Sociedad civil, control social y estructura del poder en Cuba - Maida Donate-Armada

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SOCIEDAD CIVIL, CONTROL SOCIAL Y ESTRUCTURA DEL PODER EN CUBA

Maida Donate-Armada

En el estado moderno, la condición gregaria del serhumano impone un conjunto de normas y partici-pación, directa o indirecta, que se expresan en las or-ganizaciones, asociaciones y agrupaciones, oficial-mente reconocidas, oficiosas y autónomas. En estetrabajo se le llama sociedad civil (SC) a esas normati-vas y modalidades de participación.

Toda sociedad necesita de control social por razonesde orden y armonía. Los principios y objetivos delsistema socio político son consecuentes con la ma-nera en que el grupo en el poder ejerce el control so-cial, y establece la relación voluntaria o impuesta en-tre los representantes del estado y los diferentesgrupos y subgrupos que componen la SC.

En las sociedades abiertas y democráticas, la relaciónse logra por negociación y balance entre los grupos enel poder y sus opositores. Las partes interesadas de-baten y negocian hasta llegar a un acuerdo o pacto enfavor de intereses particulares y de cambios que pro-mueven el desarrollo de la nación. En las totalitariasse impone el criterio del grupo en el poder y las deci-siones se toman en función de mantener la per-manencia y estabilidad política.

Las tres grandes esferas del pacto social son: laeconómica, la política y la social. El contenido delpacto depende del tipo de sociedad y de la importan-cia estratégica coyuntural que tenga una esfera especí-fica, para mantener el status quo del poder. Lograrun pacto social con un equilibrio proporcional entrelas esferas económica, política y social, sigue siendo la

máxima aspiración de los movimientos y cambios dela sociedad contemporánea.

Para controlar la ejecución del pacto social, el grupoen el poder necesita de una estructura instituciona-lizada o en vías de institucionalización. Esa estructuradistingue las sociedades entre sí y se modifica y adap-ta según las exigencias del desarrollo socioeconómico.

La estructura de control del pacto exige consenso yun determinado grado de represión para mantener elorden y la armonía. Cada grupo en el poder diseña supropia estructura y da mayor o menor importancia alaspecto represivo, en dependencia de su proyecto so-cio político. En el totalitarismo el Estado asume elmonopolio de la violencia como vía de supervivenciay reafirmación.

La actual crisis de la sociedad cubana no comenzócon la caída del campo socialista. El socialismo realen Cuba se ha caracterizado por una ambivalenciapolítica permanente, basada en el control militar dela sociedad civil según convenga a la élite de poder, li-dereada por Fidel Castro. Los militares salen de loscuarteles para “cumplir y hacer cumplir las orienta-ciones,” cuando se necesita que la decisión “de arribano se puede cuestionar.” Por ejemplo, la zafra de los10 millones (1970), la Constitución de la AsambleaNacional de los Poderes Populares (1976), lacreación de las empresas mixtas (1986), la neutraliza-ción y desestructuración de la influencia política yeconómica del MININT (1989). Regresan a suscuarteles en los períodos en que se gestan nuevas de-cisiones de control. La “normalidad” produce el espe-

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jismo de ciertas libertades: económicas (tímidas mo-dalidades de economía de mercado) e intelectuales(intercambios culturales y académicos con el extran-jero). Ese tira y encoge de la militarización de la so-ciedad cubana es parte de la estrategia que mantieneel poder actual.

Este trabajo presenta las estructuras y mecanismos depoder para ejercer el control social en Cuba, a travésde las organizaciones de masas. La lógica de la ex-posición se basa en experiencias profesionales y per-sonales, enfocadas y organizadas como observaciónparticipante, en un intento por entender la sociedadcubana en la etapa de la revolución.

ANTECEDENTES

A partir de enero de 1959, las rencillas por el poderentre las organizaciones que lucharon contra Batista,no se hicieron esperar. Independiente de sus orígenespolíticos, no pocos vistieron el uniforme verde olivoy reclamaron un lugar en la nueva organización mili-tar que se gestó. A medida que se consolidó el socia-lismo en Cuba, el Ministerio de las Fuerzas Armadas(MINFAR) nacido del fidelismo más profundo—elEjército Rebelde—evolucionó hacia la sovietización,la formación y asesoría de la oficialidad pronto pasó aser soviética. El Ministerio del Interior (MININT),apoyado por la relación del Partido Socialista Popular(PSP) con el Soviet Supremo de la URSS, nació asis-tido por la KGB, y evolucionó hacia el fidelismo.1

El análisis de los orígenes y evolución de estos dosministerios, de los antagonismos entre ambos, y de laprocedencia política de los oficiales de sus respectivosestados mayores, provee el entendimiento del desa-rrollo de las principales tendencias políticas dentrodel gobierno cubano. El balance de las tendenciasentre los militares es importante para garantizar lalealtad de la oficialidad al “Comandante en Jefe” ymantener bajo control a los cuerpos armados, en elsentido más amplio del término.

1. La estructura y el modelo de acción del G-2 cubano integraron la experiencia de la conspiración urbana y la táctica de la guerra deguerrillas, con los métodos y técnicas del espionaje profesional.

La identificación y apoyo a la política de la revolu-ción se ha logrado a través de la participación de lapoblación civil en las estructuras militares, modifica-das y adaptadas, según las circunstancias ynecesidades de control social de cada situaciónhistórica específica.

En 1959, los que no habían participado directamenteen la lucha contra Batista, debieron demostrar suapoyo a la Revolución inscribiéndose en las BrigadasEstudiantiles Universitarias “José Antonio Eche-varría” (BUJAE), si era estudiante universitario, y enlas Milicias Nacionales Revolucionarias (MNR),2

todo hombre o mujer mayor de 14 años de edad, queestuviera dispuesto a defender con las armas en lamano, “la independencia de Cuba” contra los “ene-migos,” internos y externos. Ambas instituciones de-pendían del Ejército Rebelde.

Con las BUJAE y las MNR se inició la organización,neutralización y control de la población civil, bajodisciplina militar. Había interés especial en los estu-diantes universitarios: sector con prestigio políticohistórico y alta capacidad de reflexión, que esperabadel nuevo orden la restauración y respeto de la au-tonomía universitaria, y las garantías necesarias parala libre participación en la política nacional.

La delicada situación que se vivió en octubre de1962, cuando la Crisis de los Misiles, fue otro mo-mento de movilización militar total de la poblacióncivil. La propaganda oficial centró la atención en eldiferendo Cuba-Estados Unidos y obvió el alcanceinternacional de la crisis.

Entre 1963 y 1965 las actividades militares masivasde la población civil se redujeron a las guardias que serealizaban en los centros de trabajo, y a las moviliza-ciones de determinados grupos (jóvenes en su ma-yoría) para la “Lucha contra Bandidos,” en parti-cular, la “Limpia del Escambray.”

2. En abril de 1961, cuando el desembarco de Bahía de Cochinos/invasión de Playa Girón, muchas personas se inscribieron en lasMNR como una manera de expresar sus sentimientos nacionalistas frente a lo que se ha definido como ataque a la soberanía nacional einjerencia de los Estados Unidos en los asuntos internos de Cuba.

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Se observa en el grupo de poder cierta regularidad deprocedimiento en la lucha contra la oposición activa:se combinan acciones demagógicas populistas conformas de represión extremas. Por ejemplo, reformaagraria, rebaja de alquileres, campaña de alfabetiza-ción, reconocimiento del salario histórico y “pleno”empleo, con fusilamientos, sentencias de largos añosen prisiones de extrema crueldad. Escala salarial se-gún calificación del trabajador, ampliación del accesoa la educación, campañas masivas de vacunación a lapoblación infantil con lucha contra los alzados (fusi-lamientos in sito, traslado forzoso de las familias delEscambray hacia la zona occidental del país).

En 1966 aparece en el discurso del “Máximo Líder”la definción del concepto de construcción paraleladel socialismo y el comunismo, el país comienza apreparar la zafra de los diez millones (1970), y se re-anima la preparación combativa de los milicianos, es-pecialmente en las universidades. En La Habana serevitaliza el Batallón de la Milicia Universitaria y secrea la cátedra militar.

En esa ocasión, la vuelta al militarismo popular estámezclada con acciones de política interna y externa.La consolidación del estado totalitario en Cuba (mar-zo de 1968) coincide con el auge de la influencia cu-bana en las guerrillas de América Latina, el mo-vimiento de los No Alineados, la ConferenciaTricontinental, la fundación de la OSPAAAL, laOLAS, la OCLAE.

Después de la extinción de la guerrilla boliviana, lamuerte del Che Guevara (octubre de 1968) y el fra-caso de la zafra de los 10 millones (1970), se procedióa la institucionalización de la revolución. Se organizóel I Congreso del Partido (diciembre de 1975), en elque se adoptaron nuevas estructuras de gobierno y seacordó el primer plan quinquenal de desarrollo socioeconómico (1976-1980). En esa etapa la moviliza-ción militar de la población civil disminuyó en inten-sidad y devino en rutina.

En los años ochenta, en el momento de la mejoríaeconómica, el auge del mercado libre campesino, lacierta liberalización del mercado estatal, la aperturade los viajes familiares a los Estados Unidos, seprodujo una nueva reactivación y exigiencia de mili-

tarización de la población civil. La inscripción en unaorganización de corte militar como las Milicias deTropas Territoriales (MTT), variante de las primerasmilicias (MNR), fue la nueva prueba de fidelidad a larevolución exigida al pueblo, en primer lugar, a lamilitancia del Partido y la juventud comunista, conel mismo pretexto y palabras de siempre: “nunca an-tes la defensa de la patria socialista y la seguridad na-cional han estado en peligro de ataque más inmi-nente por el imperialismo yanqui que ahora”(sic).

La población civil se comenzó a movilizar bajo ellema de Listo para la defensa y en los organismos de laadministración central del estado e insituciones deámbito nacional, se creó el Departamento Uno. ¿Quéimportancia podía tener esta nueva orientación decontrol militar? ¿Acaso no era el mismo perro condiferente collar? Obviamente, no.

El MININT, además de las tradicionales funcionesde su competencia, en 1986 había logrado un aparatode control de la sociedad casi absoluto. A nivel de co-munidad, apoyado en los Comité de Defensa de laRevolución (CDR). En los centros de trabajo y estu-dio, comprometió a la militancia del Partido y de lajuventud, como cuestión de principio.

La estrategia de control social del gobierno cubanoconcibe cada centro de trabajo y estudio como un ob-jetivo de atención para la seguridad del estado. Todala estructura del Estado está reproducida en la con-trainteligencia cubana del MININT. Para cada mi-nisterio, dependencia, organización de masas, etc.,hay un oficial que contacta, sistemática y estable-mente, con el jefe del organismo, el secretario del nú-cleo del Partido y el responsable del secreto estatal. Elcontrol también abarca a ciertos trabajadores del cen-tro, a quienes se les recluta uno a uno y en forma di-recta. Nadie debe saber quiénes son los informantesdel MININT en el centro de trabajo o estudio, ni si-quiera el jefe administrativo ni los dirigentes políti-cos, porque ellos también son vigilados. Algunos tra-tan de adivinar quiénes son por la manera en que seexpresan. Los íntimos se lo comunican entre sí, sinque el oficial del MININT lo sepa.

A lo anterior se suma la “Red de recogida de opinióndel pueblo”—paralela a la del Equipo del mismo

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nombre del Comité Central del Partido—que diaria-mente procesa y sirve de termómetro del estado deánimo de la población. Ese equipo de investigaciónsocial, política y económica, incluye a profesionalesciviles, especialistas en las diversas esferas del cono-cimiento científico y técnico, para analizar la infor-mación. Son reclutados en las universidades, institu-tos de investigación, organismos, etc.

La información de la opinión pública nacional quediariamente recibe el Ministro del Interior en fun-ciones, es la más confiable. Hasta las causas No. 1(Ochoa-La Guardia) y No. 2 (Abrahantes) se trami-taba esa información sin censura interna. Los infor-mantes decían lo que oían y daban sus opiniones.Gran parte de los informes eran sobre las insuficien-cias y deficiencias de las administraciones de los cen-tros de trabajo y estudio. A nivel de la contrain-teligencia se iba nutriendo un expediente que semantenía oculto hasta el momento que fuera “políti-camente necesario,” por ejemplo, decidir cambios in-stitucionales, una nueva estructura, la sustitución deljefe del organismo, etc.

El Ministro del Interior en funciones recibe la infor-mación internacional propia de su cargo y—en elcaso cubano—en coordinación con el Departamentode América del Comité Central controla el alcance dela influencia de Cuba y las relaciones con los paísesdel continente, especialmente, con Estados Unidos.Cuando se puso en marcha el “proceso de rectifi-cación de errores y tendencias negativas” (1986), laperestroika y la glanost comenzaron a ser objeto deconversación entre la población—militantes y mili-tares incluídos. Se resquebrajaron el control y losmecanismos de movilización interna.

Después de 1986 la tramitación de la informaciónque recibía y generaba el MININT, quedó a discre-

ción del Ministro del Interior—José Abrahantes—quien cada día ampliaba más su radio de acción ycontrol, y aumentaba los recursos que manejaba enmoneda dura a través de las “corporaciones.”3

En 1988 se activó el plan Listo para la Defensa, bajola dirección del MINFAR. Fue el antídoto de Castropara limitar y protegerse del poder que estaba co-brando el MININT, a partir de la estrategia que élmismo había trazado. Estar “listo para la defensa” esuna condición que se otorga por etapas a los centrosde trabajo y territorios político administrativos (pro-vincias, municipios, regiones y zonas), que cumplandeterminados requisitos: todos los trabajadores (yestudiantes según el centro) deben estar inscritos enuna organización o institución militar definida, ytener constancia de ello en el carnet de identidad.Como parte del plan de defensa, se impartensistemáticamente clases, charlas, conferencias sobrepreparación combativa al colectivo de trabajadores.Se controla la asistencia. En las clases se da especialatención a la explicación y asimilación del SistemaUnico de Exploración de la República de Cuba (SU-ERC)4, con el objetivo de convertir a la población encentinela y concientizarla de que su vida cotidiana esobjeto de obervación militar permanente.

El MINFAR controla la actividad estatal civil a travésdel Departamento Uno, cuyo jefe recibe órdenes delEstado Mayor. El Departamento Uno centraliza ladocumentación clasificada y accede a los archivos depersonal y cuadros de los centros de trabajo y estudio.Para determinar si un centro está o no listo para ladefensa, el jefe del Departamento Uno y el jefe delorganismo—o el funcionario designado por éste—asisten a reuniones convocadas por el Estado Mayordel MINFAR, en las que se explica uno a uno los pa-sos a seguir.5 Deben presentar los documentos especí-ficos pertinentes y preparar una exhaustiva expli-

3. Las coorporaciones controladas por MC, fueron una variante económica que dió a Fidel Castro mayor libertad para manejar fondosmonetarios en moneda dura al margen del presupuesto nacional.

4. El nombre actual es Sistema Unico de Vigilancia y Protección de la República de Cuba (SUVPRC). La vigilancia defnine como “ac-tividad enemiga” a la oposición política interna, la matanza clandestina de ganado vacuno y equino, y el “desvío” de productos agrícolaspara la venta a ciudadanos particulares.

5. Por ejemplo, cómo actuar en caso de un GAMS (Golpe Aereo Masivo Sorpresivo), después que pase el bombardeo, hacia dónde di-rigirse para emprender la evacuación de las ciudades, mantener en silencio todos los planes que se hacen para que el “enemigo” no los es-cuche, la elaboración de los planes para “tiempo de guerra.”

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cación, por escrito y verbal, de la actividad de suorganismo, para que los oficiales del MINFAR sepuedan “compenetrar” mejor con las institucionesciviles que asesoran militarmente.

Cuando ocurrieron los sucesos del verano de 1989,los dos ministerios militares tenían sus propias vías decontrol sistemático de la actividad estatal civil. ElMININT, además, tenía acceso a fuentes económicasy políticas internacionales. Después de la causa segui-da contra Arnaldo Ochoa y Antonio de La Guardia,el MINFAR concentró el control social y dirigió laintervención y desestructuración del MININT, ob-viamente bajo la tutela del “Comandante en Jefe.” Lamilitarización del control social y la exigencia a la po-blación de participar en organizaciones y actividadesmilitares, tiene inhibida y solapada la participaciónde la SC.

PRINCIPALES ORGANIZACIONES DE MASAS Y JUVENILESHay organizaciones que existen en otros países comoformas de asociación de grupos de poblaciones simi-lares, por ejemplo, las mujeres, los vecinos, losjóvenes y los trabajadores. En Cuba esas formas deagrupación están bajo la dirección del Estado y sonvías de reafirmación para militarizar la población ci-vil.

Federación de Mujeres Cubana (FMC)La FMC fue creada el 23 de agosto de 1960. Tieneacaparada, en exclusiva, toda la diversidad y posibleparticipación femenina en la gestión social. Lasmujeres cubanas no pueden optar por ninguna otramanera de agrupación que no sea a través de la FMC.

La FMC permitió a la política estatal entrar en la fa-milia a través de su elemento catalizador más dinámi-co: la mujer, en especial, las amas de casa. Seaprovechó de la influencia emocional, útil y decisivade la mujer, para comunicar y consolidar a nivel fa-miliar. La propaganda escogió—y mantiene—la mi-liciana y combatiente, la mujer militarizada, como laimagen de la federada destacada.

El acceso e incorporación a ocupaciones no tradi-cionales en la mujer se ha identificado con la incor-poración femenina a la artillería antiaérea y otras es-pecialidades militares. A Celia Sánchez, “la guerrillera

por excelencia,” se la fotografió de uniforme con unaflor, y Alicia Alonso, la “etérea Giselle,” se vistió deverde olivo para bailar “Avanzada”—coreografía ins-pirada paradójicamente en la fotografía de los “ma-rines” en la batalla de Iwo-Jima. Ninguna mujer cu-bana: “federada, miliciana, cederista destacada,”puede preocuparse por las condiciones de vida. Nin-guna debe preguntar por qué se gasta en accionesmilitares lo que debía gastarse en comida.

Internamente, esta organización permite al gobiernocentralizar la información, manipular la divulgaciónnacional y mediatizar la comunicación de las cubanascon inquietudes sobre el tema de los derechoseconómicos, políticos y sociales de la mujer. Externa-mente, posibilita establecer contactos con los mo-vimientos femeninos a escala mundial, y presentarcomo fénomeno aislado y único, “logro del socialis-mo,” las transformaciones estructurales de la partici-pación femenina ocurridas en Cuba, durante la etapade la revolución.

Si se comparan las agendas de los congresos de lasfeministas cubanas de la década de los años veintecon las agendas de los congresos de la FMC, encon-tramos que en los últimos prima la intrascendenciapolítica y social de los asuntos discutidos, para lamujer cubana.

En Cuba no hay organización en la que la élite diri-gente, con su presidenta a la cabeza, Vilma Espín deCastro (esposa del Ministro de las Fuerzas Armadas ycuñada del Comandante en Jefe), esté más distantede la realidad, ni represente menos a sus afiliadas quela FMC. Desde el IV Congreso del Partido (1991)hubo consenso entre las propias federadas, en parti-cular las trabajadoras y parte de las militantes delPartido y la juventud, que esta organización debíadesaparecer en su estructura actual porque no repre-senta a las mujeres cubanas, no cumple funciones deutilidad y recarga el presupuesto de tiempo, de por síescaso, de la población femenina.

Aunque existen mujeres que han logrado sobresalirpor méritos propios y continúan rechazando y reafir-mando que no se sienten representadas por la orga-nización femenina oficial, la FMC se mantiene comoúnica posibilidad de organización femenina en Cuba.

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En sus inicios la FMC tenía entre sus funciones tareaspropias relacionadas con la incorporación de la mujeral trabajo, la escuela de los hijos y acciones de saludpública en la comunidad que sus afiliadas realizabanen el lugar de residencia. En la práctica, la FMC noha jugado un papel trascendente en la incorporaciónde la mujer cubana al trabajo. La modernización delderecho laboral femenino lo heredó la revolución delas luchas de los movimientos feministas anteriores a1959. Posterior a esa fecha, los logros restantes hansido variaciones sobre el mismo tema.

En la relación familia-escuela, el papel de la FMCcomo organización femenina es puramente formal.No tiene incidencia sobre la política educacional delpaís. Al grupo de madres que están más relacionadascon la escuela de sus hijos se las “estimula” recono-ciéndolas como parte del movimiento de “madrescombatientes por la educación.” La agenda que resultade esta inducción pavloviana está muy ajena a lascuestiones personales que las madres “combatientes”enfrentan para educar a sus hijos y garantizarles elsustento. A partir del II Congreso del Partido (1981),la FMC perdió gran parte de su misión. A solicitudde las afiliadas, que debían realizar las mismas acti-vidades con el CDR, se decidió que, a nivel de vecin-dario, ambas organizaciones compartieran los círcu-los de estudio, el trabajo voluntario a nivel devecindad, el apoyo a las acciones de salud pública y,sobre todo, las relacionadas con la distribución de losalimentos. Esta decisión redujo la cantidad de acti-vidades extralaborales, a la vez, evidenció la falta detrascendencia social y redundó en la pérdida delcarácter femenino de la organización. En la actua-lidad, a nivel de base, sólo se realiza independiente lacotización. El pago es trimestral, $0.25 por mes, másigual cantidad para ayudar al finaciamiento de lasMTT.

Al presente, la FMC cumple una función preventiva,evitando que la mujer se organice en organizacionesdistintas a la Federación. También cumple funcionessimbólicas. La mayoría de las federadas cotiza, equi-parando esto con “la masiva participación femeninaen la Revolución” y cada 23 de agosto, cumpliendo laorientación de los “niveles superiores” preparan algún

platillo para celebrar el aniversario de su fundación anivel de barriada.

A nivel de base el ambiente es otro. Las dirigentes debase se quejan de la poca ayuda que les dan las otrasafiliadas. El trabajo recae en las amas de casa y lasmujeres de baja calificación profesional. De hecho, seha reabierto la servidumbre como función femenina,ahora en misión civil estatal, socialmente masificada,sin pago y “voluntaria.” En las reuniones no se dis-cuten en ninguna instancia de la organización losproblemas específicos de la mujer cubana como gru-po social.

La participación de la mujer es esencial para el desar-rollo de la SC. En Cuba, la supeditación de la FMCal Estado no permite que se cumplan a cabalidad lasfunciones que corresponden en las sociedades moder-nas occidentales a las organizaciones femeninas. En-tre las mujeres cubanas la necesidad de organizarsepara atender sus propias agendas se mantiene latente.En un futuro cambio, la actual estructura monopóli-ca, bajo influencia estatal, de la FMC desaparecerá,dando paso al surgimiento de diversas formas de aso-ciación y agrupación que permitan a las cubanas par-ticipar como grupo, de manera más efectiva en laconcertación del pacto social.

Comités de Defensa de la Revolución (CDR)Los CDR, creados el 28 de septiembre de 1960, sonla organización que permitió el ejercicio del controlsocial en las zonas de residencia, sustituyendo a lasasociaciones de vecinos y cerrando cualquier otra mo-dalidad de asociarse sobre bases vecinales indepen-dientes del estado. Como organización de masas,completó la presencia permanente del sistema decontrol que ejerce el régimen en el seno de la familia.

Los CDR han desarrollado su labor en tres áreasprincipales. La “primera misión” es defender la re-volución, que incluye la vigilancia revolucionariapara inmovilizar al “enemigo” e impedirle cualquiermovimiento en el territorio nacional y controlar susposibles contactos con el extranjero. Las otras dosfunciones son: la vigilancia y el control de la po-blación civil en la zona de residencia. Los militares,los dirigentes y los militantes del Partido, hasta ciertonivel, no son objeto de atención sistemática, y tienen

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que recibir autorización para vigilarlos. Después desus primeros años se le agregaron funciones auxilia-res, de tipo paraprofesional, en apoyo a los sectoresde salud y educación.

Desde que fueron creados, para ser miembro de laFMC hay que serlo del CDR. El miembro del CDRtiene un puesto asignado en la defensa, es decir, estábajo control militar. Todo militante de la juventud ydel Partido, tiene que ser a su vez miembro del CDR,y las mujeres de la FMC.

Los CDR fueron el punto de apoyo para iniciar enlos años 60 el racionamiento de la distribución de ali-mentos. A través de ellos se hizo el “censo de la man-teca.” Estos “líderes de los CDR” después conti-nuaron en la vigilancia y control de los miembros delnúcleo familiar y en la entrega de las “libretas” deproductos alimenticios e industriales. Con la apa-rición paralela del mercado negro, los diagnosticado-res e inspectores se convirtieron paulatinamente enlos “traficantes” más populares, ejerciendo estas“nuevas reponsabilidades” con los Jefe de Sector de laPolicía y vecinos miembros del Partido, de la Segu-ridad del Estado o militares, lo que les ha garantizadocierta impunidad mediante el contubernio de la“confiabilidad política.”

La amplia cobertura de la organización se aprovechópara ejecutar los programas de prevención de salud—campañas de vacunación y realización de pruebaspara la detección de enfermedades evitables por diag-nóstico precoz. La manera de realizar las tareas encada área, ha variado en el tiempo según las circuns-tancias.

Inicialmente, la vigilancia ponía énfasis en las perso-nas que expresaban desacuerdo con las medidas delgobierno revolucionario y, en particular, con los quepedían la salida definitiva del país. Se instruyó a losCDR que debían estar alertas de las posibles activi-dades contrarrevolucionarias de los que emigraban, yque éstos no repartieran, cambiaran o vendieran, en-tre sus conocidos y familiares, la vivienda, automóvil,equipos domésticos, muebles, ropas y demás perte-nencias. En los inventarios que se hacían a los emi-grantes, debían estar presentes dos cederistas—elpresidente o el organizador y el responsable de

vigilancia—acompañando a los oficiales de inmi-gración. Era una manera solapada de alimentar “elreclamo de distribución social más justa.” Mientras sehacía gran alharaca aparentando que se protegía “elpatrimonio nacional,” de hecho se repartían losbienes de los que salían del país. Primero, en premioa los revolucionarios más conocidos, y eventual-mente, aunque ya sin verse, llegaban por compra—aprecio de descuento—o como regalo a “sus superio-res.” El sistema se destapó treinta años después, cuan-do comenzó el cambio de oro, plata y objetos de arte,para “generar divisas para la Revolución.” En ese mo-mento, muchas personas se dieron cuenta que depronto, “austeros” dirigentes y funcionarios, quehasta ese momento se vanagloriaban de su humildeorigen social, y de deberle a la revolución y a Fideltodo lo que posesían, iban y cambiaban objetos dealto valor que jamás habían adquirido por su trabajoo por medios legales. Hubo quien reconoció enmanos de conocidos dirigentes y funcionariospertenencias de antiguos vecinos y familiares que sehabían marchado del país supuestamente inventaria-das en los 60.

Los puestos claves en cada CDR son: el presidente, elvicepresidente—antes el organizador—y el respon-sable de vigilancia. Los dos primeros se eligen entrelos miembros del CDR por votación directa a manoalzada. Para elegir al tercero, hay que consultar antesde la asamblea con el responsable de vigilancia de lazona—divisón territorial que abarca varios CDR—que a su vez, tiene que consultar con el oficial delMININT que lo “atiende,” a ver si el propuesto “esconfiable.” Este oficial verifica contra los archivos dela Dirección Nacional de Investigaciones (DNI), losantecedentes penales del propuesto, y si ha sido “ob-jeto de atención” por Seguridad del Estado. Con elvisto bueno de las “instancias correspondientes,” sepresenta la proposición en la asamblea de los cederis-tas y éstos votan, aceptándola o no. En el momentode la votación, es muy difícil que alguien se oponga,porque se teme que ello se interprete como “discre-pancia con el MININT,” en última instancia, el criti-cón puede señalarse como contrarrevolucionario porhacer preguntas impertinentes, “destacarse” comocontestatario y tener que enfrentar represalias.

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El responsable de vigilancia es quien organiza, lleva elcontrol de la guardia nocturna de los cederistas yguarda el libro del registro de direcciones de losciudadanos residentes en el área del CDR. En el re-gistro debe escribir los datos generales de cadapersona—nombres y apellidos, sexo, edad, fecha denacimiento, número de identidad permanente, ocu-pación, si trabaja, estudia, está jubilado, etcétera, mi-litancia política y “lugar asignado” en la defensa.

Aunque el responsable de vigilancia es la cara visiblede contacto con el MININT, en cada CDR hay unared de activistas—que puede incluir o no a los diri-gentes del CDR—con la función de ser escuchas einformantes6 de todo lo que acontece en el barrio. Es-tos informantes son independientes del CDR. Notienen que ser militantes del Partido o de la juventud,siempre son vecinos que conocen a las personas queviven en el barrio, pueden identificar a los líderes deinformación y a los extraños en la comunidad. ElMININT los contacta directa y aisladamente. No seidentifican como sus colaboradores ante ninguna in-stitución ni organismo. Muchas veces prestan sus vi-viendas como “casas de contacto” para las entrevistasoperativas de los oficiales del MININT con los“agentes.” Algunos, a nivel municipal, están orga-nizados territorialmente en grupos denominados“Brigada de Activistas Voluntarios” del MININT.Son movilizados según los intereses de Seguridad y, aveces, de la Policía.

Popularmente se conoce el mecanismo, pero no si-empre a las personas específicas que lo mantienen ac-tivo, de hecho, puede ser cualquiera. Ahí radica laefectividad del método: actúa anónimamente comocontrolador social y autoregulador impersonal de laconducta, porque estas personas no sólo vigilan, sinotambién provocan para “probar” al provocado.

Estos grupos existen desde siempre y son el antece-dente verdadero y directo de las Brigadas deRespuesta Rápida.7 El régimen pretende presentar lasacciones de estos grupos verdaderamente

6. Son la base del Sistema Unico de Vigilancia y Protección citado.

7. Al principio se les llamó de Acción Rápida, pero se les ha querido dar el matiz de que son la “respuesta” popular “inmediata” a las ac-ciones que se consideren desestabilizadoras del régimen.

paramilitares, como un fenómeno de masas espontá-neo.

Esta forma de organización de la vigilancia permiteque el sistema propio de información de la contrain-teligencia, se mantenga siempre activado desde lamisma base, aún cuando a veces sea necesario modifi-carlo, según las circunstancias. A nivel de CDR, losactivistas actúan como conspiradores e informantodo lo que acontece en su radio de acción. Paraellos, cualquier persona sin excepción, es un “enemi-go” solapado o en potencia. Quizás el mayor aportede los cubanos a la historia del espionaje mundial, seahaber institucionalizado a la categoría de contrain-teligencia la afición por el chisme y el brete cotidianosa nivel de barrio. Ese ha sido, sin duda, el aporte de laCuba revolucionaria al método policiaco universal:una Stazi tropicalizada y ampliada, envidia probablede los ex compañeros de la RDA.

En la discusión del Llamamiento al IV Congreso delPartido, se cuestionó la existencia del aparato estruc-tural de los CDR por inmiscuirse “demasiado” en loprivado. Se interpretó que su función de vigilancia—al ser contínua, sistemática y secreta—traspasaba loslímites políticos tolerables y se inmiscuía demasiadoen la vida personal de los ciudadanos. Ante este exce-so, el cubano medio quedaba indefenso, sin posibi-lidad de apelación ni protección judicial, a los co-mentarios que dieran sobre ellos, las “personas deconfianza” del CDR.

La impopularidad de los CDR aumentó en 1987 conla despenalización de delincuentes convictos y laaceptación oficial de la delación como una actividadrehabilitadora del delincuente. Siguiendo “orienta-ciones superiores” el régimen promovió la incorpo-ración a los CDR de delincuentes conocidos en losbarrios, que habían delinquido contra el ordensocial—robo, homicidio, asesinato. Legalmente seles indultaban condenas de las que habían cumplidomenos de la mitad, aduciendo que eran ciudadanos

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“descarriados,” “reminiscencias del capitalismo” y yano atentaban contra el orden político establecido.

Bajo la consigna de “Guerra de todo el pueblo”(1988), las zonas de los CDR y los bloques de laFMC, quedaron subordinados a las órdenes de losjefes de las “Zonas de Defensa,” que son el eslabóninferior del “Sistema Unico de Vigilancia y Protec-ción de la República de Cuba” (SUVPRC), y de la“Cadena de Movilización de la Reserva,” en caso deuna acción de guerra. Cada Zona está encargada degarantizar la evacuación de la población civil, y de ladestrucción de pueblos y ciudades, en caso que peli-gre mantener el orden socialista.

Hoy día, un cederista promedio, cotiza trimestral-mente, una cuota de $0.25 por mes, más igual can-tidad para el financimamiento de las MTT. Asiste alas reuniones que se citan, si no tiene otro remedio, ya las que tratan temas relacionados con asuntos delvecindario (distribución de materiales de construc-ción para reparar las viviendas, limpieza de calles yaceras). Los militantes del Partido, los jubilados y losmilitares, son los que están haciendo la guardia noc-turna y no siempre. Además, realizan algún que otrotrabajo voluntario de higienización de las calles yaceras conjuntamente con las amas de casa.

La rudeza de la vida cotidiana ha modificado, enparte, las relaciones entre los vecinos y el CDR, susti-tuyendo la intransigencia por cierta tolerancia mu-tua. Pero, la estructura, tal y como se concibió ini-cialmente, no se ha abolido, se matiene y se utilizacomo control represivo, cada vez que es necesario ycon amparo oficial, dizque para la estabilidad políticadel régimen.

En la evolución y desarrollo de la SC, la invasión dela privacidad y las tareas de vigilancia permanente en-tre vecinos y el control del racionamiento de alimen-tos y productos industriales, no tienen cabida. Unaasociación saludable de vecinos es incongruente con

esas aberrantes funciones y tareas. La asociación sa-ludable de vecinos deberá tomar un cauce diferente yrecobrar la esencia de las organizaciones de base veci-nal: servir de expresión y apoyo al desarrollo de la co-munidad.

Unión de Jóvenes Comunistas (UJC)

En octubre de 1960, en la clausura del I Congreso deEstudiantes Latinoamericanos, Fidel anunció que losjóvenes cubanos, bajo el lema “Estudio, Trabajo yFusil,” se integrarían en una organización única: laAsociación de Jóvenes Rebeldes (AJR). Con su sucur-sal infantil, los niños se agruparían en la Unión dePioneros Rebeldes (UPR).

El presidente Joel Iglesias, el soldado más joven de lacolumna comandada por el Che—se había alzado enarmas a los catorce años de edad—en la Sierra Ma-estra, después de sobrevivir de milagro a variasheridas de bala, le habían otorgado el grado deComandante. Joel era de origen campesino muyhumilde. Estaba en proceso de alfabetización conlenta asimilación aunque ya tenía dieciocho años.Mutilaciones en las cuerdas vocales, en la cadera y enlas extremidades inferiores, que le dificultaban elhabla y su capacidad de movimiento, Fidel lo escogiócomo símbolo histórico, indiscutible ejemplo y deemulación para la juventud cubana revolucionaria detodos los tiempos.

El nuevo símbolo necesitaba, sin embargo, de un“apoyo” para cumplir con su delicada misión es-tratégica como dirigente de la nueva organización ju-venil cuyo radio de acción estaba, fundamental-mente, entre los estudiantes de la enseñanza media.8

El mentor ideológico escogido fue Aníbal Escalante.En sus labores más visibles impartía conferencias,presidía reuniones de trabajo, daba orientacionesmetodológicas, hasta el momento en que fue separa-do de su puesto de dirección política, después de seridentificado públicamente por Fidel, como el instiga-

8. Muy pronto se eclipsó la aureola mítica alrededor de los primeros jóvnes rebeldes—los Cinco Picos—por las limitaciones de las ca-pacidades intelectuales y los orígenes delincuenciales de una buena parte de ellos. Procedían de centros correcionales y de ambientes so-ciales problemáticos, muchos tenían trastornos de personalidad y presentaban psicopatologías sociales. Los universitarios fueron menossusceptibles porque no se sentían representados intelectualmente por la AJR. La Federación de Estudiantes Universitarios (FEU) siguiósiendo hasta 1966, el símbolo de la organización de los estudiantes universitarios.

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dor de conductas sectarias, particularmente entre losjóvenes, dirigidas a debilitar la unión de los revolu-cionarios. Todo esto nutrió los archivos penales delconocido “proceso de la microfacción,” iniciado en1962 y concluído en 1968.

En abril de 1962 hubo nuevos cambios en la AJR yUPR. En el I Congreso de la Juventud, se proclamóel nuevo carácter, estructura, y nombre de la orga-nización: Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), y suad hoc infantil, la Unión de Pioneros de Cuba(UPC).

Como grupo social, los jóvenes y los adolescentes,han sido y son, objeto de atención y manipulaciónespecial de Fidel Castro y su régimen marxista-leni-nista-stalinista-fidelista, como lo identifica MonseñorCarlos Manuel de Céspedes. En el desarrollo del so-cialismo en Cuba, se observa como regularidadhistórica, que los procesos de cambios estructuraleshan estado precedidos por cambios en las estrategiasy líneas de acción política en la organización juvenil.Entre sus funciones están la integración a laRevolución—léase a la domesticación—de las nue-vas camadas de jóvenes o de capas generacionales, de-tectar el grado de desvío en las ya incorporadas y evi-denciar las agendas que deba entretener la dirigenciapara que los históricos sigan mandando con el Máxi-mo Líder de eje y en la cima.

Es importante entender la dinámica de estos procesosy la división de tareas que asumen sus actores princi-pales. Se inician con una etapa de debate sobre “loscambios necesarios,” según los expresan las distintastendencias toleradas dentro de los límites del dogmamarxista-leninista. Cuando una de ellas empieza apredominar, con sus posibles líderes ya identificados,de manera automática, Fidel asume el papel de ár-bitro. Corta por lo sano y se define en la tendenciacontraria, posición que siemrpe coincide con la opti-mización del poder para los históricos.

Hasta el momento del arbitraje, el juego lo hace elMáximo Líder en aparente contraposición con suhermano Raúl, quien asume el papel de defensor uopositor, dependendiendo del momento concreto.Todo el proceso no es más que una división de tareasentre los dos hermanos de la “primera familia del

país” para resolver los potenciales conflictos políticosque enfrenta la dirigencia, donde Fidel siempre es elque manda y Raúl el que ejecuta. Los tres casos másconocidos hasta ahora sucedieron en la Universidadde La Habana, en la segunda década de los sesenta:con los estudiantes de las Facultades de Arquitectura,Psicología y Humanidades, con el departamento deFilosofía y con la revista Pensamiento Crítico.

A la fecha, se pueden identificar tres grandes gruposgeneracionales que han militado en la organizaciónjuvenil comunista cubana. Cada uno tuvo sus pro-pios requisitos de ingreso y maneras de evolucionar afin de “crear al hombre nuevo.” En los primeros añoshubo que captar a los jóvenes que tenían un desarro-llo intelectual acorde con el biológico: eran los queestaban preparados educacionalmente para con-vertirse en los cuadros profesionales de la revolución,tanto en la actividad civil como militar. Los miem-bros del “glorioso” ejército rebelde (en su mayoríaauténticos guajiros del campo), no tenían la instruc-ción ni la capacidad intelectual necesaria para asumirel papel esperado de ellos. Pero, a esos “privilegiados”jóvenes, había que recordarles sistemáticamente,parodiando al poeta: sobre los huesos de qué muerto, es-taban vivos... y con ese recordatorio bien asimilado,podían seguir estudiando. En esos tiempos Cubahabía dejado de ser una república de generales y doc-tores, para ser de comandantes y licenciados. Esta cre-encia nunca ha sido abandonada por el credo revolu-cionario cubano: el talento civil sólo tiene valor si vaunido al militar.

Este “inseparable matrimonio” empezó desde muytemprano. En el curso 1960-1961, en los Institutosde Segunda Enseñanza se hicieron captaciones parapasar cursos de artillería antiaérea, y otras especiali-dades militares para las que se requería “determinadonivel de escolaridad.” A ciertos bachilleres graduadosse les propuso estudiar la carrera universitaria en lospaíses socialistas de Europa con becas gestionadas através del PSP.

En la misma época, durante los primeros cinco añosde la revolución, un sector significativo de la juven-tud emigró a Estados Unidos, desencantados con laRevolución o como meros acompañantes de sus pa-dres emigrados. Aunque el resultado a largo plazo iba

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a ser diferente, en la opinión pública se asumió la sa-lida del país por cualesquiera de estas vías como unamanera de evadir el rigor que empezaba a sentirse enla sociedad cubana. La solución del poder fue exigircomo requisito de selección, a los que solicitabanbeca para irse a estudiar en Europa del Este, esperar larespuesta de aceptación sembrando eucaliptos en lapenínsula de Guanahacabibes, como parte del plande repoblación forestal de la zona occidental.

Desde entonces, ser seleccionado para ir a estudiar alos países socialistas, se convirtió en una opción deestudio diferente y en un mérito, hasta que empezó elproceso de la perestroika y la glasnost. El desmo-ronamiento del campo socialista cortó de golpe el flu-jo de estudiantes universitarios cubanos becados aEuropa Oriental.

Para contrarrestar la inevitable influencia en el desa-rrollo de la personalidad que suponía estar lejos—mínimo cinco años—del control directo de la políti-ca ideológica del Partido, se instrumentó un doblediscurso: se dió por cierta la predisposición al cues-tionamiento político y a estilos de vida “extranjeri-zantes” en los estudiantes y graduados “fuera” de Cu-ba. A la vez, que se exigían pruebas de las condicionespolíticas individuales y familiares, para ser selecciona-do a estudiar en el extranjero. Se creó un aparato bu-rocrático-administrativo para la atención de los beca-dos en el exterior con subordinación al departamentode relaciones exteriores del Ministerio de EducaciónSuperior (MES) y al MININT, por lo estratégico queresultaba para la seguridad nacional la formación de losjóvenes especialistas cubanos.

Una parte de los estudiantes de la enseñanza mediasuperior que se quedó en Cuba, subió a las montañasorientales como maestros voluntarios. Más tarde fue-ron los primeros alumnos de la escuela de administra-dores de empresas, organizada por el Che cuando eraMinistro de Industrias.

En abril de 1961 se interrumpió el curso escolar, y seconvocó, en especial a los estudiantes de la enseñanzamedia, a incorporarse a la Campaña de Alfabetiza-ción, principalmente en las zonas rurales. Al regresarun año después, encontraron estructurados los nue-vos planes de estudios, basados en un gigantesco plan

de becas, todas de internado. Resaltan los cambios deforma y contenido que se hicieron al sistema de for-mación del magisterio: las Escuelas Normales paraMaestros fueron sustituídas por las tristemente céle-bres, Escuelas Pedagógicas “Antón Makarenko,” di-rigidas por la difunta Elena Gil, que por vivir fuerade su época—pero hacia atrás—y obsesionada porprobar que la moral socialista era lo máximo, susdotes pedagógicas las hubieran envidiado en plenomedioevo. En aquellas escuelas se aprendía que elmejor sistema de educación es el que se basa en elquebranto de la voluntad del educando, porque delsacrificio como estilo de vida, sale el verdadero dis-frute de la condición humana y la reafirmación delser social.

A partir de entonces, se iniciaron las temporadas detrabajo voluntario en el campo. Las primeras movili-zaciones de estudiantes fueron a la recogida de caféen las montañas. La participación sistemática en jor-nadas de trabajo voluntario en labores agrícolas quese exige a muchos cubanos—en especial a losjóvenes, de manera notable a los capitalinos—son elcomplemento de la filosofía de la expiación perma-nente por el hecho de consumir sin gastar esfuerzo físi-co, lo que otros producen. Estas movilizaciones ayudana mantener en movimiento constante a la poblaciónjuvenil y en los miembros de la familia crean el sen-timiento de desestabilización y desarraigo.

Como la mayoría de los muchachos realiza esta acti-vidad por compulsión social, la rebeldía típica de laadolescencia y la juventud se distorsiona provocandoconductas que pueden resultar inexplicables para al-guien que observa de lejos esa realidad. En Cuba, losjóvenes, mujeres y hombres, no tienen alternativasoficiales de agrupación por intereses comunes quesean ajenos a la política. En consecuencia, el excesode politización y la limitación del espacio existencialprovoca un contrario. En la actualidad los jóvenes re-chazan cualquier posible análisis político, dando ima-gen de indolencia o materialismo radical comofilosofía de vida. Algo relativamente nuevo y contra-rio a las tradiciones de rebeldía de la juventud cubanadurante la República, y en especial, de los jóvenesuniversitarios.

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El primer grupo generacional de jóvenes comunistasestá en torno a los cincuenta años de edad. Se carac-teriza por haber roto las costumbres y tradiciones enlas relaciones de la familia cubana. Una buena partede ellos salió del hogar al inicio de la adolescencia yde la temprana juventud. Su ímpetu rebelde, típicode esa etapa de la vida, fue utilizado como catalizadordel nuevo régimen, por lo cual se les autorizó un cier-to umbral de participación en la discusión política,siempre en los límites del reconocimiento individualy colectivo, de lealtad a la autoridad “indiscutible” deFidel.

Su formación profesional fue orientada estatalmentehacia carreras técnicas y de ciencias. Las humanidadesfueron consideradas no útiles o inútiles, socialmentecuestionadoras y no susceptibles de tomarse en cuen-ta. El haber cursado la carrera universitaria en Cuba oen universidades de países socialistas europeos, marcóuna diferencia importante en los referentes exitencial-es de este grupo generacional. Desde entonces, a losque han estudiado fuera de la Isla, se les adjudica—explícita o implícitamente—mayor propensión a ladesviación ideológica.

Algunos siendo casi niños, participaron en la movili-zación de Bahía de Cochinos, otros en la Lucha delEscambray. Durante la Crisis de Octubre estuvieronmovilizados en los centros de estudio y trabajo. Con-forman el grueso de los milicianos fundadores.

Ese es el grupo generacional al que se le exigió paraser militantes de la juventud comunista, haber parti-cipado en la mayoría de las actividades anteriormentereferidas, y la renuncia a toda relación con familiares,amigos y personas que no aceptaran, sin condición, laideología de la Revolución. Ante la obra revoluciona-ria, se les exacerbó e impuso una constantedeclaración de vocación para el sacrificio y sentimien-tos de culpa y humildad.

A esta generación se la conoce como la “generaciónde la escoba,” porque Fidel la cogió para barrer todolo que le estorbaba. Como no subieron a la SierraMaestra ni fueron pioneros, tienen la “deuda eterna,”porque nada de lo que han adquirido lo deben “a supropio esfuerzo,” sino al “sacrificio desinteresado” delos que hicieron la Revolución, es decir, los que for-

maron el Ejército Rebelde en las montañas orientalesno “pudieron estudiar” y siguen “sacrificados” en elMINFAR y las principales posiciones de gobiernohace más de treinta años.

Esta es la generación que actualmente consume máspsicofármacos, está presentando lo que se ha dado enllamar “síndrome de neurosis situacional.” Tiene pa-decimientos de hipertensión arterial, mortalidad tem-prana por infarto del miocardio y accidentes cere-brovasculares. Son los que dispararon en la década delos setenta la tasa de suicidio.

Los que están en el Partido son los más críticos y re-flexivos de la situación actual, se sienten compro-metidos con lo que existe y tratan de plantear solu-ciones. No han perdido, totalmente, el hábito de ladiscusión, que tuvieron oportunidad de ejercer en al-guna medida y con dudoso éxito, alguna que otravez.

El grupo siguiente, los menores de cuarenta y cinco ymás de veinticinco años, es la “generación de laorientación,” son los que, si Fidel sigue en el poder,serán los “jóvenes ancianos” (con Robaina al frentede la procesión). A éstos no se les ha dejado crecer,aunque constituyen el potencial intelectual, profe-sional y técnico, más importante conque cuenta lanación cubana en la actualidad. Los que ingresaronen los Jóvenes Comunistas, lo hicieron casi por cos-tumbre o norma social: habían sido pioneros, se por-taban bien en clases, estudiaban, iban a las escuelas alcampo y, a los catorce años, se habían inscrito en losCDR, y las muchachas en la FMC. Sus compañeroslos proponían en asamblea de ejemplares, y siquerían, se analizaba la proposición de ingreso a la ju-ventud, lo que significaba tener mejores opor-tunidades de estudio y desarrollo personal.

Educados bajo el concepto del “hombre nuevo,” fue-ron los primeros que en su infancia gritaron: Pione-ros, ¡por el comunismo! ¡seremos como el Che!, y os-tentaban como máximo galardón de conducta la másabsoluta obediencia al orden establecido.

Hijos de la generación anterior, heredaron el presti-gio político de sus padres, intelectuales o militares.Con ellos se agudizó el nepotismo, particularmenteen el MININT y en el MINFAR. Son el grueso de

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los “hijos de papá” y la cantera priorizada, para sermiembros de las Tropas Especiales o acceder a lasposibilidades de desarrollo intelectual, en el país y enel extranjero.

Estudiaron becados, en las escuelas en el campo, laenseñanza media y preuniversitaria. En su educaciónse hizo énfasis en el estudio de las matemáticas, física,química y biología: la literatura, el español y la histo-ria, se les enseñó sin estimular el pensamiento reflexi-vo. En esa etapa como segundo idioma, comenzó ageneralizarse el ruso.

Entre ellos están los “ceperitos,” los “de la Lenin,” los“camilitos” y los “de los preuniversitarios vocaciona-les” de las capitales de provincia. Son los del 100 porciento de promoción escolar. Para ellos obtener unacalificación de 96 puntos de promedio, sobre el má-ximo de 100, durante los tres años de estudios pre-universitarios, equivalía a una catástrofe emocional, ysentirse candidato a ser un fracasado social: todos es-taban destinados a estudiar carreras universitariaspara trabajar... ¿dónde?...

Inauguraron la cátedra militar en los preuniversitari-os. Los hombres que continuaron estudios universi-tarios y no habían pasado el servicio militar general,al terminar la carrera debían trabajar en el MINFARdurante seis meses. Por ser graduados de nivel supe-rior, se les otorgó el grado de teniente en la reservamilitar. Este grupo no participó en las estructurasmilitares civiles de los primeros tiempos, y fue elmayor protagonista, más por voluntarismo que porexigencia, de las guerras de Angola y Etiopía.

Al cumplir treinta años, se les analizó para ingresar alPartido y—para asombro de la jerarquía—comenzaron a acogerse al principio de voluntariedad,decían no sentirse que cumplían con los requisitospara ser militante del Partido, a pesar de haber estadoen la juventud comunista desde los catorce años deedad.

Entre los que han pasado a militar en el Partido, sepueden identificar tres grupos fundamentales:

• Primero, los que están en el entorno de loscuarenta, que tratan de hallar la lógica y explicarlo que está sucediendo en el país y están senti-

mentalmente ligados a la generación anterior,más por razones familiares que personales;

• Segundo, los que tienen treinta y algo y llegancon actitud crítica-interrogante, esperando res-puesta “racional” para los desatinos políticos, nose sienten comprometidos con lo que sucede, yles cuesta trabajo tomar decisiones propias,porque necesitan, con antelación, el visto buenode la decisión por alguna “autoridad de los nive-les superiores”;

• Y tercero, los que—con independencia de laedad—intentan copiar los patrones de conductapolítica de los líderes históricos y arremeten, con-tra toda lógica, siempre que tengan certeza o in-tuyan, estar haciendo lo deseado por sus supe-riores. Aspiran al poder para hacer lo que ellosdesean, el problema está en que son muy inesta-bles en sus deseos.

Los menores de veinticinco, la “generación del Ma-lecón,” son los “impronosticables” e “incontrolables”para el gobierno. Han aprendido a desdoblar su per-sonalidad, de tantas maneras como sea necesario. Adecir lo que las “instancias superiores” quieren escu-char, y hacen lo que a ellos les viene en ganas. Son loscampeones de la doble moral. Ni se sienten compro-metidos a sacrificarse ni a obedecer. Son contestariospor omisión y sus planteamientos están despolitiza-dos en el sentido estricto del término.

Se intenta involucrarlos en la disciplina militar—incluídas las mujeres—a través del servicio militargeneral, haciendo captaciones para ingresar en lasfuerzas regulares, en particular, las de tropas especia-les y la policía. Muchos de los que entran a estoscuerpos lo hacen deliberadamente para insertarse enla corrupción como medio de vida.

No les interesa ser militantes de la juventud. Los queson militantes, están entregando, en número “preo-cupante,” el carné o lo pierden adrede junto con elexpediente polìtico, aprovechando la un cambio decentro de estudio o trabajo.

La calidad de la educación de este grupo ha descendi-do acelerada y ostensiblemente. Entre otras razones,por la falta de libros y materiales de información ac-

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tualizada, unida a la orientación dogmática y es-quemática de la enseñanza en Cuba, que al tratar deevitar el pensamiento reflexivo en los estudiantes,jóvenes y adolescentes, inhibe la creatividad y en-gendra la actitud pasiva y displicente que observanlos foráneos y de la que se quejan los intelectuales cu-banos.

A este grupo generacional el nombre le viene porqueen el verano de 1992, ante la llegada de las vaca-ciones, y la imposibilidad de ofrecer a la población engeneral—a la juventud en particular—lugares derecreación donde pasar el tiempo libre, surgió la ideadel Malecón habanero, como alternativa para descon-gestionar las playas del este y el transporte de la capi-tal. Los dirigentes juveniles, alicates y martillos enmano, a la voz de su jefe, Roberto Robaina—ahoracanciller—quitaron los carteles de Prohibido bañarse,que se habían puesto años antes sobre el muro delconocido paseo—por orientación del Ministerio deSalud Pública, en coordinación con la Academia deCiencias, debido al alto nivel de contaminación dellitoral—cuando el ex secretario del Partido enCiudad de La Habana, Julio Camacho Aguilera,había anunciado el Proyecto Malecón y comentadoque esa zona quizás pudiera ser buena para los bañosde mar.

La alta dirección de los jóvenes comunistas se mofóde las conclusiones de los científicos que atentabancontra soluciones prácticas, en favor de la estabilidadpolítica del socialismo cubano, y no veían las ventajasde esparcimiento y recreación que brindaba el murodel Malecón.

El resultado no se hizo esperar: los médicos comen-zaron a reportar un incremento de infecciones de lapiel, de las vías respiratorias, vaginales y de otros ti-pos, en personas que estaban haciendo suya la consig-na de bañarse ese verano en el Malecón. El escándalose produjo tras las bambalinas del secreto político:para no ayudar al “enemigo.” Fidel no quiso criticar aRobaina, porque su equivocación había sido por tra-tar de ayudar al Partido y al gobierno a dar soluciónal problema de las vacaciones de los jóvenes ese vera-no.

Se suponía que ese grupo fuera la primera hornadadel “hombre nuevo,” sin embargo, no hay referenciasen la historia de Cuba, de grupo generacional juvenilmás despolitizado. Para esta última camada dejóvenes, sean o no de la UJC la consigna inicial de laorganización se ha convertido en sal y agua. El estu-dio ha perdido incentivo—por adoctrinador, pocointeresante y desfasado—no estimula la creatividad,obstaculiza el pensamiento reflexivo y está absoluta-mente falto de información actualizada. Consideranque existen serias limitaciones para acceder a las po-cas oportunidades de estudio que existen, agravadaspor las brumosas perspectivas de lograr un trabajo deutilidad social, acorde con la califiación profesional yque responda a la motivación individual.

El trabajo no se visualiza por los jóvenes—tampocopor la población más adulta—como la vía más eficaz,inmediata o futura, de satisfacción de las necesidades,en un país que se vanagloria de ser una sociedad detrabajadores. El fusil se traduce en la preparaciónpara el final absoluto, la muerte como única solucióno como un medio de vida con garantías de privile-gios, aunque sea por corrupción, en especial si selogra ascender, por mérito o matrimonio, a las fami-lias de las “altas esferas.”

La UJC no tiene el peso que tenía hace unos añosatrás. En los centros de estudio, donde antes se selec-cionaba, se ha comenzado a tratar de captar a losjóvenes. La mayoría de los que cumplen con los re-quisitos para ingresar a la organización, se acoge alprincipio de voluntariedad (forma política de recha-zar el pertenecer al Partido). En los centros de traba-jo, el comité de base se ha convertido en un problemapara el núcleo del Partido, por el cuestionamientopermanente de las orientaciones y la falta de “discipli-na” militante que el Partido espera.

Los “novedosos métodos políticos” que está utilizan-do la juventud comunista para movilizar a sus mili-tantes y los jóvenes en general, es la oferta de: camise-tas, discos, cassettes de audio, pasadores de moda, ysimilares... ¿Novedad revolucionaria?

¿Es la juventud cubana actual menos sólida moral-mente que las anteriores? Definitivamente, no.Sucede que cada generación sólo puede generar un

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estilo de represión.9 Si una generación mantiene elcontrol social por tiempo, las nuevas generacionesaprenden y crean sus propios mecanismos de defensa,que se convierten en respuestas novedosas, innova-doras frente al poder represivo—instituído yestancado—en circunstancias psicológicas y socialesdiferentes. Llegado ese hito, el poder establecidocomienza a perder la eficacia de su hegemónico con-trol, símbolo triunfante de sus tiempos gloriosos.

Los jóvenes cubanos se desarrollan en el debate de ladoble moral que les impone el discurso político delgobierno cubano, con Fidel a la cabeza. Los hacencohabitar con la tolerancia, cada día menos encubier-ta, de manifestaciones extremas de degradación mo-ral como la prostitución—femenina y masculina,heterosexual y homosexual—y otras conductas aso-ciadas al sexo y la pornografía. Ninguna de estas “des-viaciones” atentan contra el poder político estableci-do y, por el contrario, ayudan a la “recuperacióneconómica” del país: traen dólares.

En Cuba se puede ejercer la prostitución, incluso serdelincuente, pero no discrepar. Si uno se convierte endisidente a la luz pública, se le tratará de acusar decualquier cosa degradante y nunca se le reconocerácomo disidente, menos de opositor. La oposiciónsólo existe fuera del país y nunca dentro del régimen.

La sobrecarga ideológica que durante los años de re-volución se ha dado a la juventud sin que ésta puedaver resultados individuales y familiares en la vida co-tidiana, relacionados al esfuerzo propio y de sus pa-dres, ha agotado el discurso político tradicional. Havuelto insonora la oratoria grandilocuente, la mismaque plantea soluciones irracionales en plazoshumanamente inalcanzables. Las monsergas parali-zantes ya no surten efecto.

9. Existen estudios realizados en sociedades con altos niveles de represión—El Salvador durante la guerra, España cuando el franquis-mo, la Alemania nazi—en los que se observa que una vez en el poder, el grupo “triunfador” asume su aparato represivo como la base deléxito, y comienza un proceso de repetición de los métodos y las acciones. Repetición que permite a los opositores focalizar las fisuras delsistema y facilita las modalidades de adaptación, evasión y lucha.

La acción grupal se expresa de manera muy evidenteen la etapa de la juventud. La rigidez de las estructu-ras de la organización juvenil, la UJC,10 no ha elimi-nado el deseo de asociación y agrupación por intere-ses y motivaciones comunes. Así han surgido gruposespontáneos—entre jóvenes artistas e intelectuales—que mantienen en jaque a la dirección política delPartido. Los intentos que se han hecho por suprimir-los han devenido en efecto de Hidra de mil cabezas,cuando le cortan una, resurgen con efecto multiplica-dor. La juventud cubana ha estado experimentandodiversas formas de agrupación que contienen en suesencia los elementos más informales y de más poten-cia de la SC.

Central de Trabajadores de Cuba (CTC)

Mucho antes del triunfo de la revolución, los trabaja-dores cubanos se habían organizado en sindicatos yorganizados en la Central de Trabajadores de Cuba(CTC). Las luchas sindicales y obreras siempre estu-vieron presentes en el quehacer político, económico ysocial de la sociedad cubana. Fueron protagonistasprincipales de pactos sociales trascendentes en la his-toria de la nación: la Constitución de 1940, el dife-rencial azucarero, los derechos de los portuarios.

La evolución que ha sufrido la CTC en el período so-cialista reafirma la esencia antidemocrática, totalitariay antitrabajadora del proceso revolucionario. Entredebates y “bates,” se llegó al XII congreso de la CTCen 1966, y con él se dió el tiro de gracia a los sindica-tos. Miguel Martín, hasta entonces secretario de laUJC, pasó a ser el secretario general de la organiza-ción de los trabajadores, con la misión explícita, departe de Fidel, de desarticular la organización sindi-cal. En su lugar se propuso desarrollar el “movimien-to de avanzada,” que en la práctica quería decir locontrario. A partir de entonces, las palabras claves del

10. En este trabajo no se analizan la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU), la Federación de Estudiantes de la Enseñanza Me-dia (FEEM), la Asociación Hermanos Saíz—parte de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC)—porque todas de una uotra forma están bajo la orientación de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC). Reflexión aparte merece la Unión de Pioneros de Cuba(UPC) para entender el proceso de ideologización de la niñez cubana.

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discurso a los trabajadores serían: erradicar la vagan-cia, reconocer el sacrificio del que trabaja, estimularante el colectivo y la sociedad la humildad y modestiade los que crean la riqueza del país, etc.

Resulta significativo que el desmantelamiento totalde la CTC ocurrió paralelo a la desestructuración delMinisterio del Trabajo (MINTRAB). Es decir, paraconsolidar el control sobre los trabajadores se actuóparalelamente en la esfera sindical y la estatal admi-nistrativa.

En el informe central al I Congreso del Partido(1975), en el acápite “Los errores cometidos,” se re-conoció la desarticulación del movimiento sindical yla desestructuración del MINTRAB, pero se advirtióque la reorganización y reorientación del aparatosindical y administrativo se haría bajo estricto con-trol, según los intereses del Estado y el Partido, esdecir, desde y por el grupo en el poder.

En la actualidad, la organización sindical es una puraformalidad. Los trabajadores cubanos no tienen par-ticipación en la gestión social de dirección. Sus relati-vos derechos se miden en función del grado de perte-nencia a las organizaciones dirigidas por el Estado.Las movilizaciones militares en las que el trabajadorhaya participado a los largo de su vida le dan loscréditos para ser reconocido en su trabajo específico ypoder optar por una vivienda o un equipo electro-doméstico. Formalmente no existe reemplazo, nicompetencia, en relación a organizaciones sindicalesdisidentes, hoy estimadas en más de 90 grupos sin re-conocimiento legal. Probablemente, la continuidadde la actual organización sindical como parte del de-sarrollo de la SC en Cuba, sea la más precaria y difícilde lograr.

A MODO DE CONCLUSIONCabría preguntar: si las mujeres, los vecinos, losjóvenes y los trabajadores no tienen alternativas deasociación independiente reconocidas por el Estado...¿cómo enfocar entonces, la cuestión de la SC en Cu-ba?

La nación cubana tiene 12 millones de habitantes, delos cuales, un millón y algo vive en el extanjero yonce en el territorio nacional. Una revolución es unhecho social que conmueve todas las estructuras de la

sociedad donde se produce y deja consecuencias parael grupo humano que es su actor principal. La cubanano es la primera, ni la única, ni la última revolucióndel mundo. Lo distinto es que nosotros los cubanos,somos sus actores principales y estamos en la escenatodo el tiempo, para afirmar o negar la estadía.

Fidel Castro centra el gobierno que subió al poder aconsecuencia de la revolución hace poco más de tre-inta y siete años. A esta fecha se puede hablar de algu-nas regularidades de su método de dirección:

• Estructurar la discusión de las tendencias con-trarias y adversas, entrando siempre él como ár-bitro.

• Este árbitro decide imponiendo o cambiando lasreglas necesarias, siempre que el cambio engran-dezca o no afecta su posición de máximo poder.

• Ensaya con los jóvenes, y los utiliza, para realizarlas estrategias y tácticas de los cambios en lapolítica interna.

• Responde dinámicamente a los momentos deconflicto internos con nuevas estructuras mili-tares que abarcan, cada vez, más sectores de lapoblación civil.

• Promueve discusiones y asambleas catársicas quetienden a diluir la responsabilidad del grupo enel poder.

• Mantiene estructuras paralelas de gobierno a lasoficialmente instituídas (Grupo Central, Equipode Coordinación y Apoyo) para que el resto delpoder—a partir de la cúspide—sea siempre unobjetivo cambiante.

• Exacerba a grupos sociales marginales—incluídos los delincuentes—exaltando la “res-ponsabilidad” de la sociedad civil por sus con-ductas socialmente incordes.

• Mantiene activo juego político doble, en el queel único beneficio seguro sea siempre la estabi-lidad y permanencia en el poder, a cualquier pre-cio, de Fidel Castro.

Tales métodos de dirección han creado una cuerte decaos en la sociedad cubana, que se nos presenta vir-

Page 17: Sociedad civil, control social y estructura del poder en Cuba - Maida Donate-Armada

Cuba in Transition · ASCE 1996

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tualmente atrapada y sin salida. Quizás en la dis-

cusión sobre las alternativas de cambio sería conve-

niente focalizar la factibilidad social, política y

económica de:

• La reclamación de las propiedades confiscadas

por la revolución.

• Mantener la garantía de accesibilidad a la edu-

cación y a la salud de la población.

• Dar soluciones que mitiguen el desempleo cre-ciente en la sociedad cubana. El país no puedesalir de la crisis actual con más del 25 por cientode desempleo.

• El nuevo proyecto no puede partir de ayudaseconómicas concesionarias.

• La restauración—sin distinción—de los dere-chos civiles y políticos de todos los cubanos.

• Amnistía de los presos de conciencia.