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I. Estratificación social 1) Qué es la estratificación social: La estratificación social implica una clasificación de los individuos según la categoría a la que pertenecen. Guiddens, por su parte, sostiene que la estratificación social describe las desigualdades que existen entre los individuos y los grupos dentro de las sociedades humanas. Existen cuatro principios básicos de la estratificación social: 1. La estratificación social es una característica de la sociedad en su conjunto y no de alguno de sus miembros considerados individualmente. 2. El sistema de estratificación social se perpetúa de generación en generación. Sin embargo, existe lo que se denomina “movilidad social”, es decir un cambio en la posición que l individuo ocupa en la jerarquía social. Esta movilidad social es más frecuente en las sociedades industriales y puede ser ascendente, descendente u horizontal. Volveremos sobre este punto más adelante (nº 10 de este apunte). 3. La estratificación social es universal pero varía de una sociedad a otra. Es decir que en todas las sociedades del mundo hay desigualdades, pero el sentido y el grado de esa desigualdad no es igual en una y otra sociedad. 4. La estratificación social no es sólo una cuestión de desigualdad, sino también de cultura social y está relacionada con el sistema de creencias de los individuos. Los sistemas de estratificación no sólo distribuyen los recursos desigualmente sino que definen esa desigualdad como justa. Del mismo modo que el sentido de la desigualdad difiere de unas sociedades a otras, las explicaciones de por qué existe esa desigualdad también varían. Durante mucho tiempo los sociólogos se centraron principalmente en una forma de estratificación, la que tiene que ver con la posición social y económica. Sin embargo, más recientemente, los sociólogos han reconocido que las divisiones sociales y los sistemas de estratificación dependen también de otras características como el género, la etnia, y la edad. 2) Tipos de estratificación social: En la historia de las sociedades humanas ha habido cuatro tipos de estratificación fundamentales: a) la esclavitud; b) la casta; c) el estamento; y d) la clase. Los sociólogos, cuando describen los tipos de estratificación, emplean dos tipos de categorías de clasificación: los sistemas <<cerrados>> en los que los cambios de posición social son difíciles y los sistemas <<abiertos>> que permiten una movilidad social mucho mayor. Las clases se diferencian de las formas de estratificación previas de diversas maneras: 1. Las clases no se establecen mediante disposiciones jurídicas o religiosas, y la pertenencia a ellas no se basa en una posición hereditaria, que se halla determinado legalmente o por la costumbre. 2. Las clases se basan en las diferencias económicas que existen entre los grupos de individuos y en las desigualdades en la posesión y control de los recursos materiales. En los otros sistemas de estratificación los factores no económicos, como la influencia de la religión en las castas indias, suelen ser mucho más importantes.

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I. Estratificación social1) Qué es la estratificación social:

La estratificación social implica una clasificación de los individuos según la categoría a la que pertenecen. Guiddens, por su parte, sostiene que la estratificación social describe las desigualdades que existen entre los individuos y los grupos dentro de las sociedades humanas.

Existen cuatro principios básicos de la estratificación social: 1. La estratificación social es una característica de la sociedad en su conjunto y no de alguno de sus miembros considerados

individualmente. 2. El sistema de estratificación social se perpetúa de generación en generación. Sin embargo, existe lo que se denomina “movilidad

social”, es decir un cambio en la posición que l individuo ocupa en la jerarquía social. Esta movilidad social es más frecuente en las sociedades industriales y puede ser ascendente, descendente u horizontal. Volveremos sobre este punto más adelante (nº 10 de este apunte).

3. La estratificación social es universal pero varía de una sociedad a otra. Es decir que en todas las sociedades del mundo hay desigualdades, pero el sentido y el grado de esa desigualdad no es igual en una y otra sociedad.

4. La estratificación social no es sólo una cuestión de desigualdad, sino también de cultura social y está relacionada con el sistema de creencias de los individuos. Los sistemas de estratificación no sólo distribuyen los recursos desigualmente sino que definen esa desigualdad como justa. Del mismo modo que el sentido de la desigualdad difiere de unas sociedades a otras, las explicaciones de por qué existe esa desigualdad también varían.

Durante mucho tiempo los sociólogos se centraron principalmente en una forma de estratificación, la que tiene que ver con la posición social y económica. Sin embargo, más recientemente, los sociólogos han reconocido que las divisiones sociales y los sistemas de estratificación dependen también de otras características como el género, la etnia, y la edad.

2) Tipos de estratificación social: En la historia de las sociedades humanas ha habido cuatro tipos de estratificación fundamentales: a) la esclavitud; b) la casta; c) el estamento; y d) la clase.Los sociólogos, cuando describen los tipos de estratificación, emplean dos tipos de categorías de clasificación: los sistemas

<<cerrados>> en los que los cambios de posición social son difíciles y los sistemas <<abiertos>> que permiten una movilidad social mucho mayor. Las clases se diferencian de las formas de estratificación previas de diversas maneras:

1. Las clases no se establecen mediante disposiciones jurídicas o religiosas, y la pertenencia a ellas no se basa en una posición hereditaria, que se halla determinado legalmente o por la costumbre.

2. Las clases se basan en las diferencias económicas que existen entre los grupos de individuos y en las desigualdades en la posesión y control de los recursos materiales. En los otros sistemas de estratificación los factores no económicos, como la influencia de la religión en las castas indias, suelen ser mucho más importantes.

3) Teorías sobre la clase y la estratificación:Teoría de Marx: El concepto de clase marxista apunta hacia las desigualdades económicas que están estructuradas objetivamente en la sociedad. La clase no tiene que ver con la posición que las personas creen que tienen sino con las condiciones objetivas que permiten a algunos tener un mejor acceso a las compensaciones materiales que a otros.

Para Marx, una clase es un grupo de personas que tienen una relación común con los medios de producción, es decir, con aquéllos con los que se ganan la vida. En las sociedades preindustriales las dos clases fundamentales eran quienes poseían la tierra (los aristócratas, la nobleza o los dueños de esclavos) y los que se dedicaban a hacerla producir (los siervos, los esclavos y los campesinos libres). En las sociedades industriales modernas las dos clases principales son la de quienes poseen estos nuevos medios de producción -los industriales o capitalistas y la de aquéllos que se ganan la vida vendiéndoles su fuerza de trabajo -la clase obrera o, en el término que Marx suele preferir y que ahora resulta bastante arcaico, el "proletariado".

Según Marx, la relación entre las clases se basa en la explotación. En las sociedades feudales, la explotación tomó la forma de una transferencia directa de lo que producía el campesinado a la aristocracia. Los siervos estaban obligados a dar una cierta parte de su producción al señor o tenían que trabajar un determinado número de días al mes en las tierras de éste, cultivando los productos que consumirían él y su séquito. En las sociedades capitalistas modernas la fuente de la explotación es menos evidente y Marx pone mucho interés en dilucidar su naturaleza. En el curso de un día de trabajo, razona Marx, los trabajadores producen más de lo que el empresario necesita para recuperar el salario que les paga. Esta plusvalía es el origen de la ganancia que los capitalistas pueden utilizar en su propio beneficio.

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A Marx le impresionaban las desigualdades que crea el sistema capitalista. Con el desarrollo de la industria moderna, la riqueza se produce en una escala nunca vista anteriormente, pero los trabajadores apenas pueden acceder a esa ganancia que genera su trabajo; de modo que siguen siendo relativamente pobres, mientras crece la riqueza acumulada por los propietarios.

A pesar de las predicciones de Marx, el sistema capitalista sigue en pie. ¿Por qué los proletariados del Reino Unido y de otras sociedades industriales avanzadas no se levantaron y abolieron el capitalismo a través de un proceso revolucionario? Dahrendorf señalo cuatro razones:

1. La fragmentación de la clase capitalista: Hace un siglo la mayor parte de las compañías eran propiedad de una familia, mientras que en nuestros días la propiedad está repartida en muchos accionistas. Esto a estimulado el surgimiento de una clase gerencial, formada por ejecutivos que supervisan el funcionamiento de las compañías y que, con frecuencia, son también accionistas.

2. Trabajadores de cuello blanco y mejoras en la calidad de vida: La mayoría de los proletariados, en la época de Marx, eran empleados de bajo prestigio que sólo requerían el uso de habilidades manuales. Por el contrario, la mayor parte de los asalariados de hoy en día tienen ocupaciones de cuello blanco, empleos de mayor prestigio que requieren el desempeño de habilidades mentales. La calidad de vida de los trabajadores es hoy 4 veces superior a la de los trabajadores de principio de siglo.

3. Mejora en las relaciones laborales: Los trabajadores disfrutan hoy de recursos organizativos de los que carecían hace un siglo. Desde los tiempos de Marx, los trabajadores han ido conquistando muchos derechos, como el de organizarse en sindicatos o el de recurrir a la huelga para hacer valer sus demandas.

4. Mayor protección legal: Desde los tiempos de Marx ha habido una significativa mejora en la legislación, que protege a los derechos de los trabajadores y les ampara ante los tribunales.

Teoría de Weber: Para acercarse a la estratificación, Weber parte del análisis desarrollado por Marx, modificándolo y reelaborándolo. Hay dos diferencias fundamentales entre las dos teorías.

En primer lugar, aunque Weber coincide con Marx en que la clase se basa en condiciones económicas objetivas, cree que en su formación también son importantes otros factores económicos, aparte de los reconocidos por Marx. Según Weber, las divisiones de clase se derivan no sólo del controlo ausencia de control de los medios de producción, sino de diferencias económicas que nada tienen que ver, directamente, con la propiedad. Entre estos recursos se pueden incluir especialmente los conocimientos técnicos y las credenciales o calificaciones que influyen en el tipo de trabajo que las personas pueden obtener. Los profesionales y directivos ganan más y tienen mejores condiciones de trabajo que las personas con empleos de "cuello azul". Su cualificación -licenciaturas, diplomas y la experiencia que han adquirido- los hace más "vendibles" que a otros que carecen de ella. En un nivel inferior, dentro de los trabajadores manuales, los artesanos cualificados pueden asegurarse salarios más altos que los que tienen poca o ninguna cualificación.

En segundo lugar, Weber distingue otros dos aspectos básicos de la estratificación además del de clase: a uno lo denomina estatus y a otro partido.

1. La posición o estatus: En la teoría weberiana el estatus alude a las diferencias que existen entre dos grupos en relación a la reputación o al prestigio que les conceden los demás. Las distinciones basadas en la posición suelen variar con independencia de las divisiones de clase y la reputación puede ser positiva o negativa. Entre los grupos que tienen una posición privilegiada en sentido positivo se encuentra cualquier conjunto de personas que disfrute de gran prestigio en un determinado orden social. Por ejemplo, los médicos y los abogados tienen un prestigio considerable en la sociedad británica. Los grupos parias son aquéllos que tienen un estatus privilegiado en sentido negativo y que son objeto de discriminaciones que les impiden aprovecharse de las oportunidades de que disfruta la mayoría. Los judíos constituyeron grupos parias en la Europa medieval, ya que les estaba prohibido tener ciertas ocupaciones y ocupar cargos oficiales.

La posesión de riqueza suele otorgar un estatus elevado, pero hay muchas excepciones. En Gran Bretaña, los miembros de familias aristocráticas continúan disfrutando de una aceptación social considerable, incluso cuando han perdido sus fortunas. A la inversa, los que siempre han vivido en la opulencia suelen mirar con desdén al "nuevo rico".

Aunque la clase venga dada de forma objetiva, la posición depende de la evaluación subjetiva que tengan las personas sobre las diferencias sociales. Las clases se derivan de los factores económicos que están relacionados con la propiedad y las ganancias; el estatus se rige por la cambiante forma de vida de cada grupo.

2. Partido: En las sociedades modernas, subraya Weber, la formación de partidos es un importante aspecto del poder y puede influir en la estratificación, con independencia de la clase y de la posición. El "partido" define a un grupo de individuos que trabajan conjuntamente porque tienen orígenes, aspiraciones o intereses comunes. Marx solía explicar en función de la clase tanto las diferencias de estatus como la organización de los partidos. En realidad, Weber argumenta que ninguno de estos procesos puede reducirse a las divisiones de clase, aunque ambos se vean influidos por ellas; a su vez, la posición y la organización de los partidos pueden influir en las circunstancias económicas de los individuos y de los grupos, afectando, por consiguiente, a la clase. Los partidos pueden apelar a preocupaciones que atraviesan las diferencias de clase: por ejemplo, pueden basarse en la filiación religiosa o en los ideales nacionalistas.

Teoría de Erik Olin Wright: El sociólogo estadounidense Erik Olin Wright ha desarrollado una teoría que debe mucho a Marx, pero que incorpora también ideas de Weber (Wright, 1978, 1985). Según Wright, en la producción capitalista moderna, el control sobre los recursos económicos tiene tres dimensiones que nos permiten identificar las principales clases existentes:

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1. Control sobre las inversiones o el capital monetario.2. Control sobre los medio físicos de producción (tierra o fábricas y oficinas).3. Control sobre la fuerza de trabajo.Quienes pertenecen a la clase capitalista tienen control sobre cada una de estas dimensiones dentro del sistema de producción. Los

miembros de la clase obrera no lo tienen sobre ninguna de ellas. En medio de estas clases principales, sin embargo, hay grupos cuya posición es más ambigua. Estas personas están en lo que Wright denomina situaciones contradictorias de clase, porque pueden influir en algunas facetas de la producción pero se les niega el control de otras. Los empleados de "cuello blanco" y los profesionales, por ejemplo, tienen que poner su fuerza de trabajo al servicio de los empresarios para ganarse la vida, de la misma forma que lo hacen los trabajadores manuales. Pero, al mismo tiempo, tienen un mayor control sobre su ambiente de trabajo que la mayoría de los trabajadores manuales. Para Wright la posición de clase de esos trabajadores es "contradictoria", porque no son ni capitalistas ni obreros, aunque tienen características de unos y de otros.

Una gran parte de la población -entre el 85 y el 90 %- pertenecen a esta categoría de los que se ven obligados a vender su fuerza de trabajo porque no tienen control sobre los medios de producción. Sin embargo, dentro de esta población existe una gran diversidad de personas, que va desde el tradicional obrero manual hasta los trabajadores de <<cuello blanco>>. personas que tienen el control de los medios de producción (capitalistas)Población obrero manual personas que venden su fuerza de trabajo

trabajador de cuello blanco

Para establecer una diferencia entre los trabajadores de <<cuello blanco>> y los trabajadores de <<cuello azul>>, Wright tiene en cuenta dos factores:

1º. Relaciones con la autoridad: Muchos trabajadores de clase media, como los directivos o los supervisores, disfrutan de relaciones de autoridad más privilegiadas que los trabajadores de la clase obrera. A esos individuos los capitalistas les piden que les ayuden a controlar a la clase obrera y les recompensan por su “lealtad” con sueldos más altos y ascensos regulares.

2º. Posesión de cualificaciones y habilidades: Según Wright, los empleados de clase media que tienen una capacidad de la que hay demanda en el mercado laboral cuentan con cierto poder sobre el sistema capitalista. Como sus habilidades escasean pueden lograr salarios más altos.

Teoría de John Goldthorpe: Goldthorpe identifica las posiciones de clases a partir de dos factores principales: la situación en el mercado y la situación laboral. La situación en el mercado de un individuo afecta a su nivel salarial, seguridad en el empleo y perspectiva de progreso. La situación laboral de un individuo, por su parte, afecta a su grado de autonomía en el lugar de trabajo y al conjunto de las relaciones de control que influyen en un empleado.

Goldthorpe señala tres estratos principales: una clase de <<servicios>>, una clase <<intermedia>> y una clase <<obrera>>. También reconoce la presencia de una clase de élite, compuesta por propietarios, que está en la cumbre del esquema. Sin embargo, se trata de un sector tan pequeño de la sociedad que no tiene sentido que represente una categoría en los estudios empíricos.

4) La ideología como justificación de los sistemas de estratificación: Una razón fundamental para explicar el mantenimiento y la reproducción de las desigualdades sociales es la ideología, un conjunto de creencias culturales que sirven para justificar la estratificación social. Las creencias que refuerzan la dominación de una minoría privilegiada sobre la mayoría de la población son ideología.

Platón definió la justicia como el acuerdo que surge en una sociedad acerca de quien debería tener qué. Según Platón, todas las sociedades enseñan a sus miembros a ver como <<justas>> algunas formas de estratificación.

Marx también pensaba que en todas las sociedades se intenta legitimar las desigualdades sociales. Las elites económicas y políticas no sólo disponen de recursos puramente económicos o políticos; tienen también a su disposición creencias o ideologías que enseñan que esa distribución desigual de los recursos es algo natural, necesario o justificable.

Las ideologías son el resultado de un largo proceso de sedimentación cultural. Estas ideologías cambian a medida que la economía y la tecnología de una sociedad van cambiando. Veamos los siguientes ejemplos:

1. Las sociedades agrarias de la Antigüedad dependían de la esclavitud. Aristóteles justificó la esclavitud con el argumento de que los individuos de escasa inteligencia debían vivir bajo la dirección y el control de sus <<superiores>> naturales.

2. En las sociedades agrarias de la Edad Media, la mayoría de la población se dedicaba a las tareas agrícolas, con lo que se podían generar los excedentes necesarios para mantener una minoría de privilegiados. En estas sociedades, tanto el señor feudal como el siervo entendían que el lugar que les había tocado ocupar en la sociedad era algo querido por Dios, de modo que aceptarlo era una cuestión de responsabilidad moral.

3. En las sociedades industriales, la desigualdad se entiende como el resultado de los esfuerzos personales: aquellos que más se esfuerzan o son más emprendedores son los que consiguen poder y riqueza.

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5) Las funciones de la estratificación social:Se han elaborado muchas teorías para explicar la finalidad o la función de la estratificación social. Dentro del paradigma funcionalista,

se entiende que la desigualdad social juega un papel crucial para el correcto funcionamiento de las sociedades. Este argumento fue expresado por primera vez por Kingsley Davis y Wilbert Moore.

Según la tesis de Davis y Moore en toda sociedad moderna o compleja existe la división del trabajo. En las sociedades modernas, hay miles de ocupaciones distintas que requieren habilidades y niveles de preparación distintos. Son generalmente las ocupaciones o profesiones que requieren una alta cualificación las más necesarias para mantener viable la sociedad. Por eso es necesario recompensar de alguna forma a aquellos que parecen dispuestos a invertir tiempo y energías en adquirir los conocimientos necesarios para ejercer esas profesiones. Las recompensas pueden venir en forma de ingresos, prestigio, poder u otros beneficios; pero en cualquier caso la sociedad que quiere seguir siendo viable tiene que ofrecer algún tipo de recompensas. El resultado de todo esto es una distribución desigual de los recursos, de la que se beneficia el conjunto de la sociedad.

La tesis de Davis y Moore se basa en el ideal de la meritocracia, según el cual, sólo debe haber desigualdades en función de los esfuerzos y méritos desiguales de las personas. Toda sociedad que quiera alcanzar al ideal meritocrático debe garantizar la igualdad de oportunidades y, al mismo tiempo, procurar que los beneficios y recompensas no se distribuyan igualitariamente.

Dado que la meritocracia se basa en la igualdad de oportunidades, e una sociedad meritocrática el índice de movilidad social tiene que ser alto.

El autor Melvin Tumin cree que la tesis de Davis y Moore exagera la medida en que la desigualdad puede fomentar el esfuerzo y el trabajo personal. Una sociedad desigual permite el esfuerzo y el mérito individual, pero también permite que la riqueza y el poder se transmitan intergeneracionalmente. Además, la desigualdad social puede desalentar el esfuerzo y el trabajo cuando ciertas categorías de personas, como las minorías étnicas o las mujeres, siguen encontrando dificultades para hacerse valer y valorar, o simplemente para acceder a las mismas oportunidades que tienen otras personas. La desigualdad social fomenta el desarrollo del talento y el esfuerzo personal entre algunas categorías de personas, pero representa un obstáculo para otras.

Podemos resumir lo antes dicho en el siguiente cuadro, en donde se oponen las teorías funcionalistas y las teorías conflictivistas.

Paradigma funcionalista Paradigma del conflicto

1º La estratificación contribuye al buen funcionamiento de la sociedad. La distribución desigual de recursos, de acuerdo con la importancia social de las ocupaciones, beneficia al conjunto de la sociedad y no sólo a unos pocos.

La estratificación genera conflictos sociales. La desigualdad beneficia a los intereses de algunos en detrimento de los intereses de los demás.

2º La estratificación social anima a las personas a desarrollar sus talentos y capacidades personales, de modo que el conjunto de la sociedad sale beneficiada.

La estratificación social implica el desperdicio del talento y las capacidades de muchas personas.

3º La sociedad, en su mayor parte, respalda los valores y creencias que legitiman la desigualdad social.

Los valores y creencias que legitiman la estratificación social tienen un sesgo ideológico. Reflejan los intereses de los miembros más poderosos de la sociedad.

4º Puesto que los sistemas de estratificación social son muy útiles para la sociedad en su conjunto y están respaldados por la mayor parte de sus miembros, suelen ser muy estables.

Puesto que la estratificación suele ser útil sólo para un sector de la sociedad, tienden a ser inestables en el tiempo.

7) Divisiones en función de la clase social en las sociedades occidentales de la actualidad:I. Clase alta: La clase alta se compone de un pequeño número de individuos que gozan tanto de riqueza como de poder y que pueden

trasmitir sus privilegios a sus hijos. En líneas generales, la clase alta se puede identificar con el 1% más rico de la población. Los <<ricos>> no son un grupo homogéneo ni una categoría estática. Los individuos siguen diversas trayectorias para entrar y salir de la

riqueza. Algunas personas nacen en familias de <<viejos ricos>>, lo cual quiere decir que su riqueza viene de antiguo y que ha pasado de unas generaciones a otras. Otros individuos <<se han hecho a sí mismos>> después de conseguir riquezas partiendo de un origen más humilde.

2. Clase media: La expresión clase media abarca un amplio espectro de personas con ocupaciones muy diferentes, que van desde empleados en el sector de servicios hasta profesores de escuelas, pasando por profesionales médicos.

Según la mayoría de los observadores, la clase media engloba en la actualidad a la mayoría de la población de los países industrializados. Esto se debe al hecho de que la proporción de trabajadores de <<cuello blanco>> ha tenido un considerable aumento en comparación con los de <<cuello azul>> a lo largo del siglo XX.

Los integrantes de la clase media, en virtud de sus credenciales educativos o de sus cualificaciones técnicas, ocupan puestos que les proporcionan mayores ventajas materiales y cultura que las que disfrutan los trabajadores manuales. A diferencia de los miembros de la clase obrera, los de la media pueden vender su trabajo mental y físico para ganarse la vida.

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La clase media no está cohesionada internamente y es improbable que pueda estarlo, dada la diversidad de sus miembros y la divergencia de sus intereses.

3. Clase obrera: La clase obrera abarca a quienes tienen oficios manuales, de cuello azul. A igual que en la clase media, tiende a haber divisiones acusadas dentro del conjunto de la clase obrera. Una causa importante de tales separaciones es el grado de cualificación. La clase obrera alta, compuesta por los trabajadores cualificados, ha sido vista con frecuencia como una "aristocracia laboral", ya que sus miembros tienen rentas, condiciones de trabajo y una seguridad en el empleo superiores a las de los puestos de cuello azul. Aunque algunas cualificaciones se han visto socavadas por la evolución tecnológica y esto ha debilitado la posición de los trabajadores en determinadas ocupaciones - como entre los impresores- las circunstancias económicas de los trabajadores cualificados, en conjunto, han mejorado en los últimos años.

La clase obrera baja está compuesta por aquéllos que realizan trabajos no cualificados o semicualificados que necesitan poco aprendizaje. La mayoría de estas ocupaciones generan ingresos más bajos y una menor seguridad en el empleo que las cualificadas.

4. Clase baja o infraclase: El termino <<infraclase>> se suele utilizar para describir al sector demográfico que ocupa el estrato inferior de la estructura de clases. El nivel de vida de los integrantes de la infraclase es considerablemente peor que el de la mayoría de la sociedad. Es un grupo que se caracteriza por sufrir múltiples desventajas. Muchos de sus miembros son desocupados de larga duración o van de un empleo a otro constantemente. Algunos son indigentes o carecen de lugar permanente en el que vivir. A veces los miembros de la infraclase pasan largos periodos viviendo de la asistencia social.

8) La naturaleza cambiante de la clase obrera:Marx creía que la clase obrera iría aumentando progresivamente. Esta idea era la base de su perspectiva, según la cual la clase obrera

proporcionaría el impulso que produciría el cambio revolucionario de la sociedad. Pero, con el paso del tiempo la clase obrera se ha ido reduciendo cada vez más. Hace sólo un cuarto de siglo, alrededor del 40 % de la población trabajadora ocupaba puestos manuales. Ahora, en Gran Bretaña, ese sector sólo representa el 18%, y la proporción continúa disminuyendo.

En la sociedad británica, como la de la mayoría de los países industrializados, tiene un número considerable de pobres. Sin embargo, la mayor parte de los individuos con trabajos de carácter manual ya no vive en la miseria. Como se dijo antes, la renta de este tipo de trabajadores ha crecido considerablemente desde el cambio de siglo. Este mayor nivel de vida se expresa en la creciente capacidad para acceder a los bienes de consumo de que disponen todas las clases.Alrededor de un 50% de los trabajadores de cuello azul es ahora propietario de su casa. Un gran número de hogares tienen coches, lavadoras, teléfonos y televisores.

El fenómeno de la opulencia de la clase trabajadora indica la existencia de otra posible vía hacia una "sociedad más de clase media". ¿Quizá, a medida que prosperan, los trabajadores de cuello azul se hacen más de clase media? Esta idea, con la característica afición de los sociólogos a las denominaciones torpes, ha venido a ser conocida como la tesis del aburguesamiento, es decir, "hacerse más burgués", una expresión de estilo marxista para "hacerse más de clase media".

En los años 50, cuando se planteó esta tesis, sus partidarios señalaban que muchos trabajadores manuales con sueldos de clase media iban a adoptar también los valores, perspectivas y formas de vida de ésta.

En los años sesenta, John Goldthorpe y sus colaboradores llevaron a cabo lo que se convirtió en un estudio muy conocido sobre la hipótesis del aburguesamiento. Señalaron que si ésta era cierta, los trabajadores manuales acomodados serían prácticamente indiferenciables de los no manuales desde el punto de vista de sus actitudes hacia el trabajo, el estilo de vida y los puntos de vistas políticos.

Goldthorpe y sus colaboradores se centraron en tres dimensiones de las actitudes de la clase trabajadora y descubrieron que apenas había datos que avalaran la tesis de aburguesamiento. Desde el punto de vista de la perspectiva económica y de la actitud hacia el trabajo, los autores aceptan que muchos trabajadores habían logrado un nivel de vida de clase media a partir de su renta y de la posesión de bienes de consumo. Sin embargo, esta relativa opulencia la habían conseguido con puestos que se caracterizaban por tener escasas probabilidades de ascenso y poca satisfacción intrínseca con el trabajo realizado.

Los autores del estudio descubrieron que estos trabajadores opulentos tenían una actitud instrumental hacia su trabajo; lo veían como medio para lograr un fin: el de ganar buenos salarios. Sus labores eran, en general, repetitivas y carentes de interés.

En cuanto a la perspectiva política, los autores descubrieron que había una correlación negativa entre opulencia de clase obrera y voto al partido conservador.

A pesar de tener niveles de riquezas parecidos a los de los trabajadores de cuello blanco, los trabajadores manuales no se relacionaban con estos en sus ratos de ocio y no aspiraban a ascender en la escala social. Apenas había signos de que estos trabajadores estuviesen acercándose a las normas y valores de la clase media. 10) La movilidad social:

La expresión Movilidad Social se refiere al movimiento de los individuos y grupos entre las distintas posiciones socioeconómicas. Tenemos distintas clases de movilidad social:

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a) La movilidad vertical: es un desplazamiento hacia arriba o hacia abajo en la escala socioeconómica. De quienes ganan propiedades, renta o posición se dice que se mueven hacia arriba, mientras que los que las pierden se mueven hacia abajo.

b) La movilidad horizontal: alude a la traslación geográfica de un barrio a otro o entre ciudades y regiones. Con frecuencia, la movilidad vertical y la horizontal se combinan. Por ejemplo, un individuo que trabaje en una empresa de una ciudad

puede recibir un ascenso que le lleve a una sucursal de la compañía situada en otra localidad, o incluso en otro país. c) La movilidad intrageneracional: alude a el desplazamiento hacia arriba o hacia abajo en la escala social durante su vida laboral. d) La movilidad intergeneracional: atiende a en qué medida los hijos tiene el mismo tipo de empleo que sus padres o abuelos.El grado de movilidad vertical que se da en una sociedad es un indicador fundamental de su nivel de "apertura", señalando hasta qué

punto un individuo con capacidad nacido en un estrato inferior puede ascender en la escala socioeconómica. Uno de los primeros y más importantes trabajos en este campo fue el de Peter Blau y Otis Dudley Duncan. Blau y Duncan recogieron

información de una muestra nacional de 20.000 hombres y llegaron a la conclusión de que hay mucha movilidad vertical en los Estados Unidos, pero que casi toda se produce entre posiciones ocupacionales muy cercanas. La movilidad de "1argo alcance" no es habitual. Aunque haya movimiento descendente, tanto en las carreras individuales como intergeneracionalmente, este tipo de movilidad es mucho menos común que la ascendente. La razón de esto es que los trabajos profesionales y de cuello blanco han crecido mucho más rápidamente que los de cuello azul, un desplazamiento que ha creado vías para que los hijos de los trabajadores de cuello azul se trasladen a posiciones de cuello blanco.

Aunque la movilidad descendente se da menos que la ascendente, no deja de ser un fenómeno generalizado. La movilidad intrageneracional descendente es también habitual y con bastante frecuencia se relaciona con ansiedades y problemas psicológicos, cuando los individuos son incapaces de mantener la forma de vida a la que se han acostumbrado. El despido es otra de las causas principales de la movilidad descendente. Por ejemplo, los hombres de mediana edad que pierden sus trabajos, o bien no encuentran modo alguno de conseguir un nuevo empleo o sólo pueden obtenerlo aceptando un nivel de ingresos inferior al precedente.

En los años ochenta y principios de los noventa, por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial, se ha producido un retroceso general del promedio de salarios reales (calculados después de restarles la tasa de inflación) en los empleos de cuello blanco de rango medio en los Estados Unidos.

La reestructuración de las corporaciones y sus "reajustes" son las principales causas de estos cambios. Para enfrentarse ala creciente competencia global, muchas empresas han reducido sus plantillas. Se han perdido trabajos de cuello blanco y también otros manuales de jornada completa en beneficio de empleos mal pagados y a tiempo parciales.

13) La desigualdad social: una mirada sobre la Argentina:El estudio de la estratificación en Argentina se inicia con los trabajos realizados por Gino Germani, un investigador italiano que eligió

nuestro país como refugio frente al fascismo. Germani describe la evolución de la estratificación argentina siguiendo un esquema de estadios sucesivos en la transformación de la sociedad hacia estructuras de tipo moderno. En los procesos asociados a la modernización social, Germani anota la creciente concentración de la población en las ciudades, la caída en las tasas de natalidad, los cambios en la estructura de la familia, y la modernización del sistema de estratificación social. Esta transformación consiste fundamentalmente en la expansión de los estratos medios, que pasan a reunir una proporción creciente de la población. Las tasas de movilidad ascendentes resultan positivas, en tanto en una proporción significativa de personas logra ubicarse en posiciones sociales más altas que las de su nacimiento. Como consecuencia de ello, se acortan las distancias sociales entre los estratos, generando una sociedad más igualitaria.

Durante el proceso militar, la investigación sociológica conoció un largo período de detención. No es sorprendente, entonces, que los estudios sobre la estratificación quedaran paralizados en el país durante un largo período. Con la llegada de la democracia, una discípula de Germani, Susana Torrado, retoma la tarea de describir la estructura social del país partiendo de la información censal. Su análisis de centra en las ocupaciones que la gente desempeña, ya como Germani, prioriza la posición en relación a la producción como eje que determina la posición social de cada persona.

Periodo Contexto social, político y económico Estratificación

Sociedad tradicional (hasta fines del siglo XVIII)

Hasta el siglo XVIII la Argentina, carente de metales preciosos y comercialmente aislada, se mantuvo estancada, tanto desde el punto de vista económico como demográfico. No había una economía nacional unificada, sino economías regionales de subsistencia, caracterizadas por el alto grado de aislamiento y poca incidencia en el mercado monetario.

En la cúspide del sistema de estratificación estaban los grandes comerciantes españoles. También en el estrato alto, aunque en un nivel algo inferior, estaban los comerciantes mayoristas y los estancieros criollos, blancos como los españoles. El estrato intermedio estaba compuesto por los criollos, en su mayoría mestizos. Aquí se ubicaban pequeños comerciantes, los transportistas de carretas y algunos artesanos prestigiosos. Los capataces de las estancias eran los últimos miembros de estos estratos medios tradicionales. En los estratos bajos había algún criollo, aunque la mayoría eran mestizos, negros, indios y mulatos. Durante este periodo, la enorme mayoría de la población se encontraba en el estrato bajo; la movilidad hacia el pequeño grupo ubicado en los estratos altos

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es prácticamente inexistentes. En consecuencia, las distancias en estilos de vida, pautas culturales entre los estratos resulta muy marcada. La Revolución de Mayo genero importantes modificaciones en la estructura social. En primer lugar, el fin del dominio colonial implicó que los criollos sustituyesen a los españoles en la cúspide de la pirámide social. Con las medidas adoptadas por la Asamblea del año XIII, la situación legal de negros e indios experimentó profundas transformaciones, aunque su condición social no sufrió cambios paralelos.

Derrumbe de la sociedad tradicional (primera mitad del siglo XIX)

Durante esta etapa se expandió la frontera con el indio, lo que permitió la existencia de latifundios. También comenzó una modernización relativa de la estancia, que va adquiriendo progresivamente perfiles de empresa capitalista. Quizás el cambio más significativo de esta época lo constituya el progresivo desplazamiento del centro demográfico y económico del país, desde el noroeste al litoral. Comienza así a fijarse un modelo de desarrollo desequilibrado.

El Censo nacional de 1869, ordenada por Sarmiento, nos muestra una radiografía de la estructura social al final de este período. Los estratos bajos son un porcentaje muy alto de la población: 89% realiza trabajos manuales, en oficios hoy desaparecidos, como arrieros o apañadores. Los estratos intermedios reúnen a artesanos, comerciantes y campesinos. En el estrato más alto, los ganaderos constituyen el sector más significativo.

Sociedad dual: 1880 a 1920

A partir de 1980, la Argentina inició un proceso de modernización muy rápido. Prácticamente en 4 décadas, el país llegó a ser socialmente moderno, aunque las bases económicas de la transformación fueron débiles: un desarrollo extraordinario de la producción ganadera y el surgimiento de una agricultura eficiente y moderna.

Durante este periodo, se produce un amplio crecimiento de los estratos medios modernos, así como la aparición de un incipiente proletariado urbano. En ambos sectores resultó significativa la presencia de los extranjeros y sus hijos. La industrialización incipiente, unida a la expansión del comercio y los servicios, generó una clase media que por su composición, actitudes y aspiraciones, puede considerarse moderna. Dentro de ella se ubican empleados y técnicos asalariados, cuya presencia creció acompañando la modernización del Estado, la expansión de la educación y los servicios. Al mismo tiempo buena parte del estrato intermedio tradicional, compuesto por artesanos, desaparecería arruinado por la industrialización y la importación. En los 26 años que transcurrieron entre 1869 y 1895, la argentina paso de tener un sistema de estratificación de tipo tradicional con el 11% de la población en los estratos medios y altos, a un sistema “moderno” con una cuarta parte de la población en esos sectores. En el plazo de una generación surgió una amplia clase media, reclutada predominantemente entre los extranjeros. La rapidez de los cambios se expresó en una movilidad social dominante intrageneracional, en tanto una persona, a lo largo de su propia vida, logra pasar de un estrato a otro. Ya durante el siglo XX la movilidad ascendente continuó, aunque sus características cambiaron. Se volvió dominantemente intrageneracional: el esfuerzo de los padres, orientado hacia la educación de los hijos, permite a estos el ascenso social.

Movilidad social de masas: 1930 a 1960

Después de la Segunda Guerra Mundial, el proceso de industrialización conoció una nueva fase de expansión, siguiendo el modelo de sustitución de importaciones. Esta etapa de crecimiento económico estuvo asociada a migraciones internas, en tanto grandes masas de la población

Estas transformaciones sociales incidieron claramente sobre la estratificación social, estimulando la expansión de la clase media, y la formación de un proletariado industrial. La clase media llegó a constituir en 1960 el 44% del total. Si bien no volvió a alcanzar las extraordinarias cifras de fines del siglo XIX, la movilidad social ascendentes se aceleró respecto a las décadas anteriores, y continuó siendo la intergeneracional. Hacia fines de este período, gracias a su amplia clase media y su alta tasa de sindicalización, Argentina había logrado una distribución del ingreso menos

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fluían hacia la zona metropolitana, atraídas por las nuevas oportunidades ocupacionales que ofrecía Buenos Aires.

concentrada que la de otros países latinoamericanos. Para es fecha, el 5% más rico de la población recibiría aquí el 31 % de las riquezas.

La estrategia desarrollista: 1960 a 1972

Durante este periodo, el agente dinamizador de la economía no fue el consumo interno, como en el periodo anterior, sino el aumento de la inversión, en buena parte financiada por grupos extranjeros, así como por el aumento del gasto público. En este periodo, el Estado cumplió un papel importante, transfiriendo ingresos desde el sector agropecuario hasta el empresario urbano, a través de medidas como manejo del tipo de cambio o retensiones a las exportaciones.

Durante esta etapa, la lenta expansión de la clase media continuó, gracias al crecimiento de los puestos de trabajo característicos de la clase media asalariada. Sin embargo, durante este periodo las tendencias a la redistribución del ingreso se ven reemplazadas por medidas que favorecían la concentración de los ingresos en los estratos más altos. En consecuencia, a la hora de efectuar el balance social de esta estrategia, es necesario anotar que redundó en un estancamiento en algunos casos y fracaso deterioro en otros, de las condiciones de vida de las capas sociales más modestas.

El modelo aperturista: 1976 a 1983

Las particularidades de este momento histórico es que las fuerzas armadas llegaron al poder con intereses que claramente depasaban la esfera de lo económico, apuntando a lograr un disciplinamiento social generalizado mediante un cambio drástico de la antigua estructura de relaciones económicas, sociales y políticas. El programa del gobierno militar dio por terminada la industrialización como objetivo central del desarrollo que se venía aplicando desde 1945. El disciplinamiento de la clase obrera, a los ojos de los militares, implicaba no sólo el control de sus organizaciones políticas, sino, más profundamente, apuntaban a modificar las condiciones que habían hecho posible la aparición de una clase obrera. Esta estrategia supuso una amplia apertura de la economía al capital internacional, asociada a la contención del salario real como medio de controlar la inflación.

El impacto de este modelo sobre la estructura social fue la expansión de las ocupaciones de clase media y la reducción de las posiciones de la clase obrera. El fenómenos más llamativo, sin embargo, es que en ambos estratos crecieron aceleradamente los empleos por cuenta propia, descendiendo el porcentaje de asalariados. La precarización del empleo, que se fue volviendo progresivamente más inestable e informal, resultó notable. También fue remarcable la caída de la participación de los trabajadores en el ingreso. La crisis económica del último año del gobierno justicialista (conocida como el rodrigado) y las medidas tomadas inicialmente por el gobierno militar provocaron una drástica caída del salario real.

Para concluir con este análisis sobre la estratificación a lo largo de la historia argentina, veremos el estudio realizado en el año 2000/2001 por Mora y Araujo. Para estos autores la estratificación social es multidimencional. Esto se observa, entre otras cosas, en el índice utilizado para medirla, que considera tanto la educación como la ocupación y las posesiones materiales para definir la posición social de una persona. Estos índices no toman en cuenta la posición en el proceso productivo, sino que se centran en la noción de acceso a recursos o participación social.

Para armar el índice que mide la estratificación social en Argentina, se toma en cuenta el nivel de educación máximo alcanzado por el principal sostén del hogar en términos de ciclos de educación formal: primario, secundario, terciario no universitario, universitario, postgrado.

También se considera el nivel ocupacional, asignando un puntaje al lugar que se ocupa en la jerarquía de posiciones ocupacionales.

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El índice también incluye el análisis de las posesiones materiales, vistas como signos signos de estilo de consumo. La posesión de elementos tales como televisores a control remoto, refrigerador con freezer, lavarropas automáticos, teléfonos, computadoras personales, tarjetas de créditos o automóviles recibe también diferentes puntajes que se incorporan al índice final.

Mora y Araujo realizó 14.000 encuestas en las 24 provincias argentinas en el periodo 2000/2001, entrevistando a la población mayor de 18 años. De estas encuestas resulto la siguiente tabla de estratificación social:

Posición % Nivel de educación Ocupación Posesiones materiales

Alta-alta y alta 18%

Más de la mitad de los jefes des estos hogares ha tenido acceso a la educación superior; en el estrato más alto de todos, ¾ de los jefes de hogar posee un título universitario.

Esta posición se integra con profesionales que trabajan de manera autónoma, empleadores y gerentes.

Este sector dispone de artefactos que brindan comodidad en la vida diaria, como lavarropas automáticos, videograbadoras o aire acondicionado. También están presentes las computadoras y tarjetas de créditos.

Media alta y media baja

48%

La mayoría de las personas que integran este grupo ha accedido al secundario, y en la capa superior (clase media alta) ¾ de los adultos han completado ese nivel de enseñanza.

En este grupo se encuentran trabajadores en relación de dependencia y empleados sin jerarquía.

Ciertos bienes claves, como el auto o la computadora personal son minoritarios: menos de 1 de cada 3 hogares disfrutan de ellos.

Baja y baja-baja 34%

Este grupo se diferencia significativamente de los otros grupos por su escaso nivel educativo: menos de 1 de cada 5 de estos jefes de hogar han tenido alguna educación secundaria. En el segmento más bajo de todos, la enorme mayoría no ha completado los estudios primarios.

La presencia de adultos desocupados en estos hogares es varias veces superior a la que se registra en otros estratos. Entre quienes trabajan, dominan los empleos informales o inestables. También resulta comparativamente mayor la presencia de jubilados y pensionados.

Casi la mitad de estos hogares disponen de heladera y teléfono, y la enorme mayoría tiene un televisor con control remoto.

Este estudio permite observar la tendencia a la polarización social emergente de los procesos de concentración del ingreso en los últimos

años. Se percibe una tendencia a aumentar las diferencias sociales dentro de los estratos medios, que pierden así su antigua homogeneidad. Algunos grupos tienen a aproximar su estilo de vida a los del estrato alto, constituyendo la cultura de la clase media competitiva. Su educación formal y sus aptitudes competitivas les permiten aspirar a la movilidad social ascendente y sentirse parte de un mundo dinámico y cambiante.

En cambio, otros sectores de los estratos medios se ven forzados a comprimir sus consumos, reduciendo su acceso a bienes y servicios. No podemos concluir nuestro análisis sin hacer referencia a la pobreza en la Argentina. Los estudios sobre la pobreza se concentran en

el análisis de las desigualdades sociales tomando como eje principal la distribución del ingreso. El panorama así resultante difiere del que se obtiene en los tradicionales análisis de estratificación, centrados preferentemente en la posición laboral que se ocupa, el acceso a bienes de consumo, el grado de educación, etc.

Hasta 1970, la pobreza tenía carácter marginal en Argentina: se concentraba en algunas zonas rurales y en las villas de emergencia. Para esa fecha los hogares pobres representaban el 8% en todo el país.

La crisis iniciada a mediados de los años 70 genera un masivo proceso de movilidad descendiente. Para 1980, el estudio del INDEC estimaba en 23 % la proporción de hogares pobres en todo el país. Este porcentaje tenía fuertes disparidades regionales, yendo del 7% de Capital Federal a valores superiores al 40% en el norte argentino.

La primera administración democrática, concentrada en institucionalizar las reglas del juego político, destinó menos esfuerzos al área económica. La crisis hiperinflacionaria de 1989 agravó el panorama, y la pobreza alcanzó niveles inéditos, superiores al 40% en el Gran Buenos Aires y cifras aún más elevadas en zonas rurales.

El segundo gobierno democrático priorizó el control de la inflación. A partir de 1991, con el plan de convertibilidad, logró detener la erosión del signo monetario. Sin embargo, pronto resultó visible que el nuevo modelo económico producía la caída y la precarización del empleo. Tampoco el crecimiento económico logrado en los años 90 no logró recuperar los salarios: el salario real industrial de 1995 representaba menos de la mitad del registrado en 1971.

Los niveles de pobreza, si bien se recuperaron respecto de los registrados en 1989, se estabilizaron en cifras cercanas al 25%. El resultado de los ajustes estructurales realizados en la economía en la década del 90, fue la acentuación de las desigualdades en la

distribución del ingreso.

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La crisis de la salida de la convertibilidad agravó este panorama. Tras la devaluación, el desempleo y la caída de los ingresos se profundizaron, y la proporción de pobres se duplico respecto a lo registrado tres años antes. La de indigentes se triplicó.

De acuerdo a los datos del SIEMPRO (Sistema de Información, Monitoreo y Evaluación de Programas Sociales) la pobreza alcanzaba en mayo del 2002 al 43,9% de los hogares argentinos. Si el cálculo se hace tomando en cuenta personas, y no hogares, se verá que el 55% de los argentinos se encontraba en situación de pobreza en mayo del 2002.

También son altos los niveles de indigencia, que alcanzaban para la misma fecha al 19,5% de los hogares del país. Es decir, el 26% de las personas que vivían en el país estaban en la indigencia. El porcentaje de quienes no tienen lo suficiente para comer -lo que caracteriza a la indigencia- llegaba a casi el 40% en las provincias de Formosa, Misiones o Corrientes.

Las privaciones afectan principalmente a los niños menores de 18 años. Se estima que el 68% de los niños y jóvenes argentinos viven en situación de pobreza y el 35% en situación de indigencia. Esto implica que 7 de cada 10 niños nacen en los hogares pobres y casi 4 en situación de indigencia.

Es difícil entender estos niveles de pobreza si no se reflexiona sobre la situación del empleo en el país. La fuerte caída de PBI tuvo importantes secuelas sobre el empleo. En mayo de 2002, la tasa de empleo alcanzó el umbral más bajo conocido, superando los registros de la crisis hiperinflacionaria de 1989.

La depresión económica del 2001 generó que de cada 10 trabajadores más de 2 estaban desempleados y casi 2 estaban subempleados. La tasa de desempleo alcanzó al 21% promedio de la población activa.

En Octubre de 2002 la recuperación había comenzado, y la tasa de desempleo comenzó disminuir. Sin embargo, a la fecha (año 2003) debido al aumento de la subocupación, sólo 6 de cada 10 personas activas acceden a un empleo pleno. Además, muchos de los que trabajan tienen empleos inestables o precarios; más del 46% de las personas que trabajan están en negro.

Este análisis no resulta completo si no se observa que, al mismo tiempo, los grupos ubicados en la cima de la pirámide social han ido concentrando una proporción mayor de la riqueza nacional. La desigualdad del ingreso aumentó fuertemente en los 90. En los últimos 10 años la brecha entre el ingreso per capita del 10% más rico y del 10% más pobre amplió casi un 70%.

Es importante remarcar estas interpretaciones, ya que ellas implican que la salida de la crisis actual no requerirá simplemente crecimiento económico, sino que exigirá igualmente políticas orientadas a lograr una distribución más equitativa del ingreso, en donde los que más ganen sean los que más aporten y en donde los sectores más beneficiados por la recuperación económica sean los que mayor responsabilidad social tengan para con el país. La redistribución económica debe estar apoyada sobre la base de la solidaridad de todas aquellas personas que en los últimos años han visto aumentar infinitamente su patrimonio. Un ejemplo claro de ello lo representa el sector agrícola-ganadero que desde el años 2002 y hasta la fecha a aumentado sus ganancias netas en un 120%.

14) Estratificación social y derecho: El derecho está más presente en los estamentos que en la sociedad. En los estamentos es elemento principal de jerarquía, a través de la cual se simboliza el prestigio y el honor; esa jerarquía es estructurada por medio del derecho; el derecho es un elemento de configuración interna de los estamentos, por lo que en ellos es importante el cuadro de los derechos y deberes de los miembros que a ellos pertenecen.

Parecería, a simple vista, que el derecho es un factor básico de las castas, tanto o más que de los estamentos. Pero ello no es así, dado que eso supone confundir el derecho con la traición. Es verdad que en las castas hay una extrema y cerrada regulación de su organización y de las conductas de sus miembros. Pero esta regulación no se hace por medio de las reglas expresas del derecho, sino de las normas no escritas de la tradición, que tienen un fuerte carácter religioso.

En las clases sociales el derecho no es un elemento definido de las mismas. El derecho es un elemento externo del que se valen especialmente las clases privilegiadas. Las clases bajas, en cambio, hacen escaso uso del derecho. Esta tesis (la de considerar que el derecho es más utilizado por las clases altas que por las clases bajas) depende de dos variables importantes: 1) el grado de sentido clasista del derecho; y 2) el grado de estratificación social del lugar en el cual el derecho se aplica.

El derecho está muy alejado de la clases bajas cuando tiene un fuerte componente clasista, como sería el derecho de lo sistemas políticos neoliberales, o cuando la sociedad está fuertemente estratificada.

El acceso de las clases bajas al derecho se dificulta no sólo por un problema económico, sino de conocimiento, porque estas clases no conocen el derecho y, de conocerlo, temen que, si hacen uso del él, podría volverse contra ellas mismas.

Así como las clases bajas son las que menos utilizan el derecho, por otra parte suelen ser las que reciben su influencia negativa, el lado represor del derecho, o en las que se hace más visible la faceta coactiva del derecho.