Socio Bonavena Guerras Han Tenido Grandes Transformaciones

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Universidad de Buenos Aires Facultad de Ciencias Sociales Carrera de Sociología Sociología de la Guerra Segundo Parcial Domiciliario Primer cuatrimestre de 2013 Nombre: Iván Gabriel Cicchini DNI: 34.873.670 Carrera: sociología

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Transcript of Socio Bonavena Guerras Han Tenido Grandes Transformaciones

Universidad de Buenos Aires

Facultad de Ciencias Sociales

Carrera de Sociologa

Sociologa de la Guerra

Segundo Parcial Domiciliario

Primer cuatrimestre de 2013

Nombre: Ivn Gabriel Cicchini

DNI: 34.873.670

Carrera: sociologa

1) Las guerras han tenido grandes transformaciones. Luego de la segunda guerra mundial y durante lo que se denomino la guerra fra se fueron gestando cambios importantes. La lucha armada empez a convertirse principalmente en luchas entre ejrcitos regulares o fuerzas estatales y grupos insurgentes o regulares. Las guerrillas rurales y urbanas adquirieron protagonismo en las luchas de liberacin nacional revolucionarias, tambin el terrorismo como mtodo adquiero mucha relevancia; Por otro lado, la organizacin de la contrainsurgencia comenz a desarrollarse. Las guerras clsicas entre ejrcitos regulares o profesionales estatales parece ser algo que corresponde al pasado. La prdida del monopolio de la violencia por parte del Estado es uno de los factores principales para comprender estas mutaciones. Hay un cambio importante en lo que se refiere a las vctimas. En estas nuevas guerras la mayora de las vctimas son civiles. La devastacin de las ciudades y de los pueblos, los combates basados en el exterminio y el incremento en el poder destructivo de las armas, sumado a la perdida de distincin entre combatiente y no-combatiente, conduce a una situacin en la que la poblacin es atacada directamente de diversas formas. Se suele justificar esto como daos colaterales, pero las cifras refutan esta idea. El blanco suele ser la poblacin civil, pues es evidente que estas matanzas en general son parte de la planificacin de la guerra, y no consecuencias no buscadas.

Estas formas de guerra se categorizan de diversas maneras: guerras de baja intensidad, difusas, contrainsurgentes, de cuarta generacin, asimtricas, en red o descentralizadas, postmodernas, etc. El significante guerra tienen tantos sentidos o se refiere a conflictos tan heterogneos que se ha convertido en una palabra confusa, ambigua y, a veces, vaca de contenido. La extensin excesiva de su uso lleva a obstculos epistemolgicos, pues se pierde lo especifico y esencial del fenmeno blico. El uso de categoras tan abstractas y ambiguas como guerras de cuarta generacin o guerras asimetricas no aclaran el panorama y el problema que implica la inexistencia de consensos tericos firmes para definir este fenmeno social. Cabe aclarar, que la definicin, promovida por los medios de comunicacin y el gobierno de EE. UU. , de guerras anti-terroristas para referirse a los conflictos en Irak y Afganistn es claramente inadecuada, ya que el terrorismo es una tctica y no un tipo de guerra.

Las guerras difusas (segn Nievas, 2007) implican cambios entre los bandos (ya no hay claridad como en las guerras ntidas), en el espacio en el que se desarrolla la guerra (el espacio se difumina, se ha dislocado: son guerras globalizadas), en la temporalidad (es muy difcil determinar cundo empieza y cuando termina un conflicto armado), en los diseos estratgicos (aparecen incoherencias producto de la descentralizacin sin ninguna direccin clara; no hay un plan claro que oriente a los combates) y en las prioridades (primaca de la inteligencia) y armamento utilizado (armamento en general liviano y poco sofisticado por parte de las fuerzas irregulares). Estas caractersticas de la guerra difusa ponen en crisis a la teora clsica, pero sin dudas muchos principios de este paradigma continan vigentes. La relacin entre poltica y guerras, la importancia de fuerzas morales, etc. Los grandes problemas para elaborar una teora general slida expresan un problema que va ms all del estudio de la guerra. An no apareci una teora que reemplace a los tericos clsicos. La insuficiencia de la tradicin para explicar esta tendencia, obliga a replanteamientos en el pensamiento sobre el tema. No obstante, pensar estas transformaciones requiere lidiar con la complejidad, la contingencia y la velocidad de los cambios. Las innovaciones tecnolgicas generaron cambios, pero los motores de cambio son econmicos- sociales ms que tecnolgicos. El fetichismo tecnolgico adquiri mucha importancia, pero en general es un discurso claramente ideolgico que busca legitimar al podero militar estadounidense funcionando como mecanismo de disuasin. Las fuerzas morales son igual de importantes o ms importantes que el podero tecnolgico-armamentstico en las guerras contemporneas. Varias guerras asimtricas lo demuestran. Hay cambios que no implican la aparicin de grandes novedades, sino un retorno alterado a tcnicas y tcticas del pasado. La vuelta a las campaas militares privadas o mercenarios se vinculan con la decadencia de los Estados nacionales y sus dificultades para sostener fuerzas regulares. Estas fuerzas tienen sus peculiaridades, aunque presentan problemas similares a los generados por los ejrcitos privados en el pasado. Otra reaparicin es la importancia que adquiere en la motivacin de las guerras las creencias religiosas. Aunque esta hiptesis es fcilmente cuestionable, la guerra entre civilizaciones es un discurso que adquiri mucha importancia en los ltimos aos y marca un cambio en la forma de entender y justificar las guerras. Tambin hay una regresin en cuestiones jurdicas. Los derechos del enemigo y de los prisioneros son cuestionados y se dan avances en la legitimacin y aceptacin de la tortura. Adems se vuelve comn la figura de detenido desaparecido. Estos cambios configuran un panorama distinto y al mismo tiempo expresan caractersticas estructurales de las guerras tradicionales que continan reproducindose en las guerras del presente.2) Mao es uno de los tericos principales de la guerra. Pero l se destaco en el desarrollo de una teora para la guerra revolucionara. Este revolucionario consideraba que la investigacin rigurosa era un componente central para la guerra. Se deban conocer en profundidad las caractersticas del pueblo, sus anhelos, costumbres, la forma en que esta estratificado, etc. La ayuda mediante al servicio al pueblo era una dimensin clave de la estrategia para lograr el apoyo popular. Ya que los revolucionarios deban su fuerza a su insercin en el pueblo y la simpata de las masas. El podero militar se constituye sobre la base de un pueblo activo que no se separa de su ejrcito (Marini, pg. 153). Por lo tanto, una de las tareas prioritarias de todo ejrcito revolucionario es ganarse a las masas. Fue un notable terico de la guerra de guerrillas. Consideraba que las guerrillas tenan que combinar hbilmente su accionar con el ejrcito regular, Dispersin, concentracin, cambio constante de posicin; es en esa forma como las guerrillas emplean sus fuerzas (Mao, guerra de guerrillas). Por otro lado, destaca la importancia de los ataques relmpagos, de apropiarse de los recursos logsticos del enemigo. El principal proveedor de armas debe ser el enemigo. De esta forma los dbiles pueden superar a los fuertes. La descentralizacin de las guerrillas hace posible una mayor flexibilidad. Tienen la misin de conseguir objetivos definidos: exterminar pequeas fuerzas del enemigo, hostilizar, hacer sabotaje, atacar las comunicaciones del enemigo. No obstante, las guerrillas auxilian a las fuerzas regulares y tienen una coordinacin poltica realizada por el partido revolucionario. Ayudan a conseguir el debilitamiento por desgaste del enemigo. Por s mismas las guerrillas no pueden lograr el triunfo final. Destacaba la importancia del conocimiento del enemigo, de la lucha ideolgica-cultural y de la disciplina revolucionara. Por otro lado, resaltaba la necesidad de conocer las leyes de la guerra. Tambin destaca la distincin entre problemas fundamentales y secundarios. El discernimiento de lo ms importante en cada etapa es necesario para vencer. El aporte ms relevante de Mao es su desarrollo de cmo hacer para cambiar la relacin de fuerzas y pasar la defensa a la ofensiva. Consideraba la defensa estratgica como una etapa en la lucha revolucionaria. Su concepcin de guerra prolongada inclua un plan de lucha dividido en etapas. En un principio la asimetra de fuerzas obligaba a tener como objetivo crecer en poder hasta lograr un equilibrio con el enemigo. Mediante pequeas victorias, avances en el apoyo popular y desgastando al enemigo se puede avanzar gradualmente en el cambio en la relacin de fuerzas. En esta etapa saber escapar de las campaas de cerco y aniquilamiento es tan importante o ms que saber atacar. Es clave preservar las fuerzas, de una batalla decisiva, hasta que estn dadas las condiciones de posibilidad para la ofensiva. La prisa puede conducir a la derrota, la paciencia es una virtud revolucionara desde esta perspectiva. Por otro lado el conocimiento y buen uso del territorio es un aspecto muy importante. Sin embargo, la espera no es pasiva, ya que la defensa estratgica implica una defensa activa en donde la iniciativa la tiene el ms dbil, la prudencia tiene que combinar valenta. Se tiene que saber que la defensa es un momento en el que se acumulan fuerzas y, simultneamente, se desgasta al otro bando La contraofensiva tiene que hacerse y prepararse cuando se logra la paridad, y una vez que se debilita al enemigo y se logra un cambio favorable radical en la correlacin de fuerzas, entonces se debe pasar a la ofensiva estratgica que culmine en la revolucin. Para Mao la estrategia tena que estar centralizada, aunque las acciones tcticas eran convenientes que estn descentralizadas. El estudio sistemtico de la situacin concreta y de las leyes estratgicas o de direccin de la guerra tena que conducir a una posicin unificada que oriente todo el proceso revolucionario; la estrategia la impone las circunstancias. La relacin entre partido y ejrcito interviene en este posicionamiento. Los objetivos a largo plazo y la forma en cmo se deben alcanzar los establece la direccin del partido (que est involucrada en la direccin de las fuerzas armadas). Pero se permite la flexibilidad para que los distintos ncleos de combatientes acten siguiendo la estrategia, pero con libertad para tener iniciativas propias que concuerden con las circunstancias especificas en las que realizan sus operaciones.

3) Las guerras de tipo contrainsurgentes son el tipo de conflicto predominante en los ltimos aos. En estas la violacin de los derechos humanos, el uso de medios no convencionales y el uso de fuerzas de mercenarios se convierten en rasgos tpicos. Lo que era irregular se fue transformando en una regularidad.

En las guerras actuales se produce un debate importante con respecto a la importancia de la distincin entre terrorismo y la insurgencia. Esta preocupacin se vincula con los escasos resultados positivos que consigui la coalicin liderado por EE.UU en Afganistn e Irak. Esto motiva una reorientacin de la estrategia militar y pone en duda las diversas tcticas utilizadas. Hay una gran diferencia entre la lucha anti-terrorista y la lucha contra-insurgente. La primera implica combatir los peligros de una tctica que se enfoca principalmente en los civiles y es utilizada por pequeos grupos que no tienen lazos fuertes con el pueblo. En cambio, la insurgencia es una lucha poltico-militar que tiene su fuerza en el apoyo popular del ejrcito irregular. Este apoyo hace posible que la asimetra entre fuerzas no implique una rpida derrota, ya que los insurgentes utilizan su conocimiento del territorio y sus lazos con los civiles para poder ser eficaces con pocos recursos y tener proteccin junto a la colaboracin activa.

Las fuerzas ocupantes comenzaron a reconocer, luego del fracaso del plan de conmocin y pavor que fue acompaada de bombardeos selectivos, la necesidad de introducir cambios en la forma de llevar a cabo la guerra. El control de la poblacin y la importancia de legitimar la invasin mediante medidas que tiendan a mejorar las condiciones de existencia de la poblacin comenzaron a adquirir relevancia en las medidas tomadas por las fuerzas armadas. El caos, la miseria, el malestar y la violencia son el terreno donde crece la insurgencia. Por lo tanto, modificar este terreno para que no sea fecundo para la insurgencia se convierte en una tarea clave. La preocupacin por moderar la violencia dirigida a la sociedad civil y las polticas de intervencin mediante concesiones al pueblo invadido se conviertes en la forma d seguir con la guerra con otros medios.

Dar la batalla dentro de la poblacin autctona implica profundizar el conocimiento que se tiene de sta para saber cmo vencer su voluntad. Hace falta codificar sus deseos, necesidades, creencias, cultura, etc. Las ciencias sociales cumplen un rol importante; los trabajos etnogrficos aportan informacin muy valiosa. Brindar seguridad al pueblo creando o potenciando miedos y sabiendo utilizarlos se convierte en una misin que puede definir la guerra. Se trata de una biopoltica condicionada por el imperativo de que esta estrategia debe ser ms econmica que la guerra explicita. No hay muestras de que se est buscando impulsar el desarrollo econmico-social de estos pases con grandes inversiones, sino que se hace un trabajo selectivo sobre la poblacin para ahorrar costos y, simultneamente ser eficaces en combatir la influencia de los insurgentes. Conocer al enemigo, sus especificidades culturales; sus caractersticas demogrficas, tnicas y religiosas es un trabajo que implica un cambio de perspectiva, aunque no sea una novedad, que acepta la importancia de operar sobre las subjetividades para consolidar el dominio y poder vencer en la guerra. Las herramientas de las ciencias sociales son puestas al servicio del control, adaptadas a los requisitos de la guerra contrainsurgente y financiadas por los organismos belicistas. Esto genera y puede generar importantes e impredecibles mutaciones en las ciencias sociales. El involucramiento de los intelectuales de las ciencias sociales en la contrainsurgencia demuestra una valoracin de la relevancia de este tipo de conocimiento. Expresa un reconocimiento de lo valiosas que pueden ser para la conquista de las mentes y los corazones. Este cambio de orientacin conduce a darle prioridad a las tareas de inteligencias. Expresa una puerta en duda del fetichismo tecnolgico. No obstante, uno de los mtodos ms utilizados es la utilizacin de la tortura para conseguir informacin. Esta se legitima como una necesidad de este tipo de guerras. De este modo se avanza en la aceptacin de la violacin de los derechos humanos con argumentos utilitaristas de que se violan los derechos de algunos para proteger a los pueblos del mundo de estos peligrosos e inhumanos terroristas.