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C M N UESTRA H ISTORIA GACETA SOBRE L A HISTORIA, L OS S OCIOS , L OS A CONTECIMIENTOS , L A V IDA S OCIAL , L AS A NÉCDOTAS , EL EDIFICIO, L AS A CTIVIDADES ,… “S OMOS HOY , PORQUE ELLOS FUERON ANTES “S OMOS HOY , PORQUE ELLOS FUERON ANTES (Eduardo Marquina) E n este número de la revista del Casino de Madrid, una vez más, les recordamos a algún socio, de interesante biogra- fía, por su trayectoria personal y profe- sional. D ado que el lector, habitualmente, lo primero que busca es el nombre del socio biografiado, se pierde un poco la sorpresa de estas líneas introducto- rias. Pero si en vez de mirar el título, les dijéramos que nuestro socio ha sido de- finido y conocido por su voz potente, su capacidad descriptiva, su profesio- nalidad, su maestría, su memoria privi- legiada, por ser reconocido como un mago de la palabra, y por poseer la voz más inconfun- dible de la radio española, no nos cabe duda de que habrían pensado, ensegui- da, que el nombre de nues- tro consocio, no podía ha- ber sido otra persona que Matías Prats Cañete. M atías Prats nació el 4 de diciembre de 1913, en la Calle Alta nº 65, de Villar del Río (Córdo- ba). Sus padres fueron Juan José Prast Cerezo y Manuela Molina Cañete, ambos naturales de Villar del Río, y de ascendencia jienense y manchega, al me- nos desde el siglo XVIII, en que aparece su antepasado conocido más antiguo, Antonio de Prad, de Quintanar de la Orden, quizás proce- dente de Cataluña y que, tal vez, pudo modificar su apellido. S u apellido familiar tuvo varias grafí- as como Prad, Pradas, Prat, Pras, Prast y finalmente Prats, que se gene- raliza desde 1901. D e su infancia, se han recogido tes- timonios de familiares y amigos, que hablan de un niño feliz, en un en- torno familiar agradable. Su maestro Marcelo Andreu Chico fue quién ad- virtió a la familia de la valía de su pupi- lo, y recomendó que continuara estu- diando. Aunque, el propio Don Matías, se confesaba no muy buen estudiante, algo rebelde y autodidacta. D esde muy pequeño Matías Prats se decantó por las letras, componien- do poesías que le hicieron famoso en el Casino de Villar del Río, al que le lleva- ba su padre. Con once años escribía ar- tículos, corregidos por el telegrafista del pueblo, Antonio Rodríguez Gámez, que mandaba al “Telegráfico” de Córdoba. E n Radio Córdoba hizo su primera intervención en la radio, como ga- nador de un concurso de poesías navi- deñas, con unos versos dedicados a los Reyes Magos. A los catorce años ingresó en el Insti- tuto de Málaga con intención de estudiar para hacerse perito industrial; pero abandonó los estudios, por que sólo quería ser poeta y ver sus escritos en los periódicos. Con diecisiete años viaja a Madrid, donde asiste a tertulias literarias y a cursos libres en la Univer- sidad. Aquí le sorprende la guerra y re- gresa a su pueblo. D urante la Guerra Civil, fue desti- nado en Algeciras. Allí, una bala le alcanzó de refilón en un ojo, causándo- le una fotofobia que le obligó, a partir de entonces, a usar gafas oscuras, signo de identidad que ya no podría abando- nar por razones médicas. También su- frió un enfriamiento severo, que le afectó al riñón de por vida. De este pe- ríodo podemos apuntar, como algo po- sitivo, la realización de sus primeras emisiones radiofónicas. T ras la guerra regresa a Málaga. En Radio Málaga, le ofrecen leer un texto, y el director, al escucharle, le anima a presentarse a un concurso opo- sición para una plaza de re- dactor de la emisora. Según Matías Prats, le eligieron “a pesar de lo mal que lo hizo”. E n Málaga comenzó a desarrollar su actividad radiofónica en las retrasmi- siones que le hicieron más famoso, las de toros y las de fútbol. L a primera vez que narró una corrida, muy a principios de los 40, fue la toreada por los diestros Ni- canor Villalta, Vicente Ba- rrera y Domingo Ortega (futuro socio del Casino de Madrid). P or otra parte, su primer partido de fútbol radia- do, fue en 1942, el disputado entre el Betis y el Málaga, que por entonces es- taban en 2ª división. Matías Prats con- fesó: “Me pilló a cero, no sabía táctica ni nombres, ni nada, me salió fatal”. Al ser preguntado en la calle, si él era el nuevo locutor, le dijeron: “Pues no nos hemos enterao de na, pero ha estado usté mas grasioso”. E n 1944 se casa en Madrid, con Emilia Luque Montijano, que tam- bién era locutora en Radio Málaga. So- bre como se conocieron, Don Matías, Matías Prats Cañete S OCIOS I LUSTRES 60 Casino de Madrid 60 a 66 N Historia 27/6/07 08:39 Página 60

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NUESTRA HISTORIAGACETA SOBRE LA H ISTORIA, LOS SOCIOS, LOS ACONTECIMIENTOS, LA V IDA SOCIAL, LAS ANÉCDOTAS, EL EDIFICIO, LAS ACTIVIDADES,…

“SO M O S H O Y, P O R Q U E E L L O S F U E R O N A N T E S”“SO M O S H O Y, P O R Q U E E L L O S F U E R O N A N T E S”(Eduardo Marquina)

En este número de la revista delCasino de Madrid, una vezmás, les recordamos a algúnsocio, de interesante biogra-

fía, por su trayectoria personal y profe-sional.

Dado que el lector, habitualmente,lo primero que busca es el nombre

del socio biografiado, se pierde un pocola sorpresa de estas líneas introducto-rias. Pero si en vez de mirar el título, lesdijéramos que nuestro socio ha sido de-finido y conocido por su voz potente,su capacidad descriptiva, su profesio-nalidad, su maestría, su memoria privi-legiada, por ser reconocido como unmago de la palabra, y porposeer la voz más inconfun-dible de la radio española,no nos cabe duda de quehabrían pensado, ensegui-da, que el nombre de nues-tro consocio, no podía ha-ber sido otra persona queMatías Prats Cañete.

Matías Prats nació el 4de diciembre de

1913, en la Calle Alta nº 65,de Villar del Río (Córdo-ba). Sus padres fueronJuan José Prast Cerezo yManuela Molina Cañete,ambos naturales de Villardel Río, y de ascendenciajienense y manchega, al me-nos desde el siglo XVIII, enque aparece su antepasado conocidomás antiguo, Antonio de Prad, deQuintanar de la Orden, quizás proce-dente de Cataluña y que, tal vez, pudomodificar su apellido.

Su apellido familiar tuvo varias grafí-as como Prad, Pradas, Prat, Pras,

Prast y finalmente Prats, que se gene-raliza desde 1901.

De su infancia, se han recogido tes-timonios de familiares y amigos,

que hablan de un niño feliz, en un en-torno familiar agradable. Su maestro

Marcelo Andreu Chico fue quién ad-virtió a la familia de la valía de su pupi-lo, y recomendó que continuara estu-diando. Aunque, el propio Don Matías,se confesaba no muy buen estudiante,algo rebelde y autodidacta.

Desde muy pequeño Matías Prats sedecantó por las letras, componien-

do poesías que le hicieron famoso en elCasino de Villar del Río, al que le lleva-ba su padre. Con once años escribía ar-tículos, corregidos por el telegrafista delpueblo, Antonio Rodríguez Gámez, quemandaba al “Telegráfico” de Córdoba.

En Radio Córdoba hizo su primeraintervención en la radio, como ga-

nador de un concurso de poesías navi-deñas, con unos versos dedicados a losReyes Magos.

Alos catorce años ingresó en el Insti-tuto de Málaga con intención de

estudiar para hacerse perito industrial;pero abandonó los estudios, por quesólo quería ser poeta y ver sus escritosen los periódicos. Con diecisiete añosviaja a Madrid, donde asiste a tertuliasliterarias y a cursos libres en la Univer-sidad. Aquí le sorprende la guerra y re-gresa a su pueblo.

Durante la Guerra Civil, fue desti-nado en Algeciras. Allí, una bala le

alcanzó de refilón en un ojo, causándo-le una fotofobia que le obligó, a partirde entonces, a usar gafas oscuras, signode identidad que ya no podría abando-nar por razones médicas. También su-frió un enfriamiento severo, que leafectó al riñón de por vida. De este pe-ríodo podemos apuntar, como algo po-sitivo, la realización de sus primerasemisiones radiofónicas.

Tras la guerra regresa a Málaga. EnRadio Málaga, le ofrecen leer un

texto, y el director, al escucharle, leanima a presentarse a un concurso opo-

sición para una plaza de re-dactor de la emisora. SegúnMatías Prats, le eligieron “apesar de lo mal que lo hizo”.

En Málaga comenzó adesarrollar su actividad

radiofónica en las retrasmi-siones que le hicieron másfamoso, las de toros y las defútbol.

La primera vez que narróuna corrida, muy a

principios de los 40, fue latoreada por los diestros Ni-canor Villalta, Vicente Ba-rrera y Domingo Ortega(futuro socio del Casino deMadrid).

Por otra parte, su primerpartido de fútbol radia-

do, fue en 1942, el disputado entre elBetis y el Málaga, que por entonces es-taban en 2ª división. Matías Prats con-fesó: “Me pilló a cero, no sabía tácticani nombres, ni nada, me salió fatal”. Alser preguntado en la calle, si él era elnuevo locutor, le dijeron: “Pues no noshemos enterao de na, pero ha estadousté mas grasioso”.

En 1944 se casa en Madrid, conEmilia Luque Montijano, que tam-

bién era locutora en Radio Málaga. So-bre como se conocieron, Don Matías,

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siempre irónico, comentó: “Lo cierto esque trabajamos en la misma emisora,que ella estaba en frente de mi, pero noenfrentados y en medio había pausaspara la publicidad ¿Y donde ibas a mi-rar?”.

En 1945, se inauguran las nuevasemisoras de Radio Nacional en Ar-

ganda (Madrid), y allí fueron llamadostanto nuestro consocio como su mujer.Para la familia Prats Luque fuerontiempos difíciles, ya que los sueldoseran algo precarios, y tardaron en saliradelante unos siete años.

En 1947, como reconocimiento a suvalía profesional, fue nombrado je-

fe del Departamento de Realización deEmisoras de Radio Nacional de Espa-ña, y en 1954 jefe de emisiones. Hayque hacer constar, que en 1949 se gra-duó como periodista en la Escuela Ofi-cial de Periodismo. Con posterioridadobtuvo los títulos de Técnico en progra-mación en radio y en televisión.

Se puede decir que, como locutor deradio, Matías Prats realizó todo tipo

de retrasmisiones: sorteos de lotería,hockey sobre patines, conciertos, carre-ras de caballos, desfiles militares, tenis,billar, ajedrez, boxeo, actualidad. DonMatías comentó al respecto: “Lo abar-

caba todo, cosiendo con alfileres los co-nocimientos rudimentarios, teniendoprudencia para no meterse en berenje-nales de opinión.”

Pero como ya dijimos, de entre todaslas retransmisiones, destacó y es re-

cordado, por las corridas de toros y porlos partidos de fútbol.

En la locución de estos eventos, DonMatías fue creando su sello perso-

nal. Desarrolló un estilo único e inimi-table. Para ello, se valía de su prodigio-sa memoria, de la búsqueda deinformación previa, y del uso de un len-guaje, rico en matices, figuras y datos;todo envuelto en un timbre de voz fácil-mente reconocible, que unía, según elmomento, emoción con seriedad, o ale-gría con sobriedad.

Nuestro ilustre consocio preparabalos momentos vacíos de las re-

transmisiones con especial cuidado. Enlos toros, acudía la mañana de las corri-das a recoger información de los toros,criadores, toreros, areneros, etc. En elfútbol, se informaba de los nombres delos jugadores, procedencia, aspecto físi-co; e incluso buscaba información turís-tica de las ciudades que visitaba. ParaDon Matías, citar los antecedentes ge-nealógicos de los toreros, maestros demulillas, o quién fuera, era muy impor-tante, porque aseguraba que nunca de-bíamos olvidarnos de nuestros orígenesy agradecer que hubiéramos nacido.Don Matías fue un genio de la improvi-

continúa en pág. siguiente

Con el diestro “Manolete”, a quien hizo su última entrevista en la plaza de toros de San Sebastián, díasantes de su fallecimiento.

Matías Prats Cañete, comentando un partido a piede campo; su personal estilo hizo historia.

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sación, pero era un improvisación muypreparada, basada en el trabajo y la dis-ciplina.

Como ejemplo de sus conocimientos,valga este fragmento de retrasmi-

sión taurina, en una corrida de RiveraOrdóñez: “Y ahí ven ustedes dirigirsehacia los medios a Hipólito, por cierto,primo de Salvador Távora Triano, elgran autor teatral, que también fue no-villero y que a las órdenes de SalvadorGuardiola Domínguez actuaba en el co-so balear la funesta tarde en que el ca-ballero en plaza hispalense, de la familiapropiciatoria de El Toruño y del hierrode los Pedrajas, halló la muerte en Pal-ma de Mallorca...”.

Otra anécdota suya la cita el perio-dista Martín Ferrand. El maestro

acudió el día anterior de una retrasmi-sión taurina a Las Ventas, para infor-marse. Sobre sus cabezas pasó unavión, al que Martín Ferrand no diomayor importancia. Al día siguiente, elavión volvió a pasar, y Don Matías “su-ministró a la audiencia el número delvuelo que procedente de Lisboa, se dis-ponía a aterrizar en el aeropuerto deBarajas, y a mayor abundamiento, ofre-ció el nombre del comandante piloto”.

Retransmitió por radio corridas du-rante cuatro décadas y entrevistó a

matadores de la talla de Antonio Bien-venida, Ortega, Paco Camino, Antoñe-te…., pero su gran pasión fue Manole-te, con el que coincidió durante elservicio militar, y a quién le hizo su últi-ma entrevista en la plaza de toros deSan Sebastián, días antes de su falleci-miento en Linares.

Sobre sus retrasmisiones deportivas,y sobre todo, respecto al fútbol, Ma-

tías Prats supo crear un lenguaje des-criptivo que facilitaba al oyente situar eimaginar la acción que narraba. Expre-siones como “línea medular”, “líneafrontal del área”, “cepa del poste”, “cír-culo central”, “línea divisoria de amboscampos”, etc, son expresiones que se si-guen utilizando y que no han pasadoinadvertidas. En sus retrasmisiones de-portivas, al igual que en las taurinas, ri-zaba el rizo en la expresión y fabricaba,en palabras de Alfonso Ussía, “piruetassemánticas”, así queda reflejado en latransmisión de un partido entre el RealMadrid y el Jeunesse de Luxemburgo,en el que participaba el jugador Peter-son, que era calvo, y para referirse almismo, Matías Prats dijo: “Reconoce-rán a Peterson por ser el menos dotadode frondosidad pilosa”.

Don Matías narró dos de los golesmás famosos en nuestro país. El

primero fue el gol de Zarra, frente a In-glaterra en el mítico estadio Maracaná,en el mundial de fútbol disputado enBrasil, el 2 de julio de 1950. Las imáge-nes de este gol, son inseparables de lavoz del maestro.

El otro gran gol, fue el gol de Marce-lino, frente a Rusia, en la final de la

Eurocopa de naciones, disputada en elSantiago Bernabéu, en 1966. No pode-mos olvidar tampoco las narraciones delas primeras Copas de Europa ganadaspor el Real Madrid.

Otra de sus labores periodísticas, ladesarrolló en el NO-DO (Noticia-

rios y Documentales Cinematográfi-cos), desde 1947 a 1971, como redactory locutor, y desde 1974 a 1976 como Di-rector. Cabe aquí comentar que MatíasPrats, como andaluz que era, tenía pro-blemas de dicción con la “ce” y con la

“z”, y fue su compañero de NO-DO,David Cubedo, el que le recomendósustituirlas por “f” muy suaves. Así, Za-ragoza, era pronunciada “faragofa”, o elgol de Zarra, fue realmente narrado co-mo el gol de “Farra”.

En 1956 afronta un nuevo reto profe-sional, al convertirse en uno de los

primeros locutores de Televisión Espa-ñola. La televisión supuso un alivio pa-ra nuestro biografiado, que ya había al-canzado su techo en la radio (según suspropias palabras). En este medio nuevohizo trabajos similares a los de la radio:deportes, telediarios, concursos, re-transmisiones en directo, etc. En 1974dejó las retrasmisiones para pasar a laAsesoría Técnica de la Dirección Gene-ral de RTVE. Sólo volvió a los micrófo-nos para narrar algunos eventos comoel Mundial de España, en 1982. Se jubi-ló oficialmente en 1985. Años despuéscomentó corridas de toros para Antena3 TV, siendo su último trabajo la re-transmisión de partidos de la Copa deEuropa en 1995.

Publicó varios libros, entre los quedestacan: “España y América, lo que

nos une y nos separa en el lenguaje de-portivo”, y “Guía Erótica del fútbol”, es-crito en colaboración con Martínez-Fornes. También escribió prólogos paranumerosos libros de temática taurina,deportiva, gastronómica y periodismo.

La dilatada y exitosa carrera de nues-tro consocio, se ve reflejada en los

numerosos premios, medallas y recono-

Matías Prats Cañete...viene de página anterior

A la izquierda, recogiendo un Premio de la Academia de Televisión junto a su hijo en el año 2000. A la derecha, en la madrileñaPlaza de las Ventas.

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cimientos que le fueron otorgados. Re-cibió en 1998 la Medalla de Oro al Mé-rito en el Trabajo, el Premio ondas en1955, 1965, 1996, 1999 y 2003. Otrospremios fueron el Micrófono de Oro,de la Asociación de Profesionales deRadio y Televisión, en 1989. Poseía laCruz de Cisneros al Mérito Político, yla de Alfonso X el Sabio, al Mérito Mi-litar.

Un aspecto poco conocido de MatíasPrats fue su participación en políti-

ca. En 1971 fue elegido Procurador enCortes, de Representación familiar, porla provincia de Córdoba, para la décimalegislatura de las Cortes Orgánicas. Ellema de su campaña para solicitar el vo-to, fue “Matías Prats tiene la voz, tu tie-nes el voto”. También fue miembro delas Comisiones de Defensa Nacional, yde Información y Turismo.

Otro de los puntos importantes de lavida de Don Matías, fue la vincu-

lación con Villar del Río, su pueblo na-tal. A pesar de los múltiples viajes querealizaba, siempre que podía, visitaba asu familia y a sus amigos; y aunque fue-ran visitas cortas, Don Matías aparecíay dejaba detalles para todos. En nume-rosas ocasiones, debido a sus influen-cias, intervino a favor de sus paisanos.Por ejemplo, buscó trabajos para mu-chos de ellos, e incluso intermedió paraque los enfermos de su tierra fueranatendidos cuanto antes.

El cariño que su pueblo le ha profe-sado y le profesa quedó patente en

el homenaje nacional que recibió el 5 dediciembre de 1987. Otra de las mues-tras de reconocimiento fue la creaciónde la emisora local “Matías Prats Ra-

dio”, que nace el 25 de abril de 1992,por iniciativa de Javier Calleja y cola-boración del propio periodista; y que si-gue funcionando.

Pero, quizás, el testimonio que másdestaca, es el “Museo deportivo y

taurino Matías Prats”, así como el “Pa-bellón deportivo municipal”, ambosinaugurados el 27 de febrero de 1995.Según cuenta Jesús Castañón Rodrí-guez, el museo recoge documentos grá-ficos, archivos sonoros, recuerdos ypremios que nos muestran la vida per-sonal y profesional de Don Matías.

Como casinista, Matías Prats ingresóel cinco de mayo de 1975, y perte-

neció a nuestra sociedad hasta su falle-cimiento en 2004. Como habrán dedu-cido por las fechas, Don Matíasdisfrutó la condición de socio exentodesde el 27 de noviembre de 2000. Lossocios que propusieron a Matías fuerondos ilustres periodistas: Don JoséMontero Alonso y Don Rafael ChicoPérez. El otro socio firmante fue DonVictoriano Bueno Fernández.

Por último, y para despedir la figurade Don Matías Prats, recordamos a

sus tres hijos, Juan Jesús, Matías yMaría del Carmen. Los dos primeros si-guieron caminos parecidos al seguidopor su padre, siendo Don Juan Jesús,Jefe de Producción de Radio 1 (RadioNacional de España), y Don MatíasPrats, actual presentador de Antena 3Noticias.

Sobre su familia Don Matías dijo:“Me hace ilusión pensar que un Ma-

tías Prats conoció el magnetófono de hi-lo, otro Matías Prats realiza transmisio-nes vía satélite, y los otros sucesivos

Prats podrán vivir de lleno la radio y latelevisión digital”.Quede constancia,desde estas líneas, de nuestro reconoci-miento a la inimitable figura de nuestroconsocio Don Matías Prats Cañete.

Elena de Santiago

Fuentes:– Archivo y Biblioteca del Casino de Ma-

drid– Díaz Prieto, Luisa. Matías Prats, todo

un mito, 2000– Sánchez García, Catalina y Pinilla Cas-

tro, Francisco. Matías Prats Cañete, ra-íces. 2006

– Lorenzo Javier, El hombre que narró elgol de Zarra. El Mundo. 9-9-2004

– Martín Ferrand, M. ABC. 9-9-2004– Ussía, Alfonso. Don Matías. La Razón.

10-9-2004– La Razón. 9-9-2004.– ABC– El País. 9 y 10-9-2004– Burgos, Antonio. El fútbol codificado

de Matías Prats.– http://www.antonioburgos.com/memo-

rias/1999/02/memo020699.html– Castañón, Jesús. Matías Prats: magia

y recuerdo de un innovador.http://www.idiomaydeporte.com/ma-tiasprats.htm

S. M. el Reyimponiéndole unacondecoración quereconocía suimpecabletrayectoriaprofesional.

En un saque de honor con motivo del homenajeque se le rindió por sus 50 años en la radio.

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Traemos a estas páginas, máscomo curiosidad que como no-ticia en sí, la becerrada cele-brada el 6 de julio de 1907 por

la sociedad El Alba, en la que los prota-gonistas fueron los camareros de Ma-drid.

Al parecer, a principios de siglo, erafrecuente la organización de bece-

rradas para festejar diferentes fechas; loque quizá no era tan frecuente era lahora de celebración de las mismas: loscamareros madrileños decidieron toreara las cinco de la mañana, “en armoníacon su título y sus ocupaciones”. Lo deltítulo lo entendemos, ya que el gremiotenía por nombre “El Alba”, aunque nologramos entender la alusión a las ocu-paciones de los participantes en la fiesta.

Tal y como señalaba el Blanco yNegro, “además de la lidia de los be-

cerros, hubo cantos del Orfeón Eco deMadrid y maniobras de los asilados en

Santa Cristina”. Sin duda, una curiosacelebración.

En fin, que hubo de todo. Lo únicoimportante era el resultado; y ese no

pudo ser mejor. Al parecer, todos sefueron contentos a sus casas. Pues eso.

M. de C.

En verano de 1907,hace ahora c ienaños, el Blanco yNegro incluía en

sus páginas un artículo rei-vindicando mejoras urbanís-ticas. El semanario recla-maba más espacio para elmadrileño hospital, situadoentonces en el Paseo de Are-neros, hoy Alberto Aguilera.

El artículo se ilustraba conuna imagen de los mé-

dicos del hospital; entre ellos,el tercero por la izquierda, depié, el Dr. Sloker, socioilustre del Casino de Madrid.

“Además de la asistencia de los en-fermos acogidos, tiene este hos-

pital consulta pública para medicinageneral, cirugía general, enfermedadesnerviosas, ginecología, medicina de losniños, laringe, nariz y oídos, aparatodigestivo, cirugía de los niños y víasurinarias (…) Es una verdadera lás-tima -señalaba Blanco y Negro - quedicho establecimiento, modelo entre losde su clase y único de la Beneficencia

general dedicado a medicina y cirugía,tenga limitada su acción, y hasta se en-cuentre amenazado por los extensossolares vecinos que, convertidos aplazo corto en viviendas, le robarán elaire y la luz, factores indispensables alos más elementales consejos de la hi-giene”.

Tal y como denunciaba el artículo, elhospital se quedaba pequeño, más

aún cuando, durante los años de GuerraCivil, fue trasladado al Colegio del Pilar.

No fue hasta noviembre de1955 cuando el Hospital dela Princesa (así llamadocomo homenaje a MaríaIsabel Franncisca de Asís,Princesa de Asturias y here-dera al trono hasta el naci-miento de su hermano, el fu-turo Alfonso XII, tras salirilesa de un atentado en 1852)comienza el traslado a lacalle Diego de León, su ac-tual emplazamiento.

La prensa de ayer, al igualque la de hoy, intentaba

influir en los gestores pú-blicos. Aunque mucho nos tememos queayer, igual que hoy, todo queda enbuenas intenciones.

Evidentemente, mucho ha cambiado,de entonces a ahora, la política hos-

pitalaria; pero el nombre del Hospital dela Princesa está escrito, de forma inde-leble, en la Historia de la Medicina deMadrid. Y su homónimo y continuador,sigue siendo un referente en la actualidad.

Nuño Vilanova

En apoyo del Hospital de la Princesa

Becerrada de los camareros

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Becerradacelebrada en Las

Ventas, hace ahoracien años.

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La embarcación que se presen-taba en Hamburgo en 1907, pa-recía una buena sustituta de lastradicionales barcas del madri-

leño lago del parque de El Retiro. Perono fue así. El invento no llegó a nuestrasfronteras, así que probablemente habráquedado como una curiosidad más deprincipios del siglo XX.

El aparato consistía en dos comparti-mentos gemelos, unidos por un

puente de tablas; el espacio que quedabaen el centro estaba destinado al meca-nismo propulsor, “de una sencillez ex-traordinaria: merced a él, la embarca-ción puede moverse y girar en todos lossentidos y sobre su eje, sin llevar timón(…) Siendo muy leve la resistencia queofrece el funcionamiento del aparato depropulsión, cualquier persona, cual-quier niño, puede manejarlo”

“Otra de las ventajas del barquito -señalaba la prensa de la época-es

la de ser insumergible, pues lleva en suscostados exteriores y en sus extremoscompartimientos estancos que aseguranla flotación”.

Reproducimos la imagen que ilus-traba la noticia. Fíjense en la ele-

gancia de las damas tripulantes, bas-tante lejana de la cómoda y funcionalropa deportiva que se utiliza hoy en díapara los deportes náuticos.

Si no fuera patético, si no resultara tantrágica la mención, diríamos que

viendo las pateras y los cayucos, ciertas‘embarcaciones’, de ayer y de hoy, ya nodeberían existir.

N. de R.

No llegaron aEl RetiroNos hemos encontrado, oje-

ando la prensa de 1907, unacuriosa sección del sema-nario Blanco y Negro, titu-

lada “Verdades y mentiras”. En ella serecogían una serie de noticias curiosas alas que el lector debía dar (o no) credi-bilidad. De hecho, las notas eran acom-pañadas por ilustraciones y no por imá-genes reales (ya saben: vale más unaimagen que…), así que bien podían serlas noticias, inventos del redactor deturno.

La silla calabozo, o el hallazgo de unapatata de 50 kilos, llegaban a las pá-

ginas del semanario procedentes ambasnoticias del Nuevo Mundo. La silla ca-labozo o silla prisión se situaba en el es-tado de Maine, “conducida de pueblo enpueblo por los gendarmes de aquelpaís”. “Las personas que viajan en esteextraño vehículo -decía la noticia - nosson generalmente los grandes crimi-nales. La silla calabozo se destina, sobretodo, a los vagabundos que pululan poraquella comarca. Hace más de un sigloque los coches de este género se usabanen muchos países europeos; la silla ca-labozo de Maine es el único ejemplarque queda en uso en la actualidad”.

En la misma página se señalaba el ha-llazgo, en una finca de Colorado,

Norteamérica, de un tubérculo de pro-porciones sorprendentes “cuya autenti-cidad parece fuera de toda duda”. La

patata gigante medía 70 centímetros delargo con un diámetro medio de 37; “elhortelano que la sacó de la tierra era, in-dudablemente, hombre de puños, pues,sobre gramo más o menos, la patataviene a pesar 50 kilos”

¿Realidad o ficción? No podemosdecírselo con seguridad, aunque

está claro que ninguna de las dos “noti-cias” han pasado a los anales de las his-toria. Por algo será.

De todos modos, a más de uno (queno hemos de citar) se le podría in-

vitar a dar un paseo en la mencionadasilla calabozo. Y, por otra parte, alguienparece tener, todavía, en sus manos, unaenorme patata; y, además, caliente.

Santana Fuentes

¿Realidad o fantasía?

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¡Cómo cambian las cosas entan sólo cien años! Lo queen 1907 fue visto como unauténtico escándalo, hoy

sería prácticamente válido para ilustrarun libro juvenil. Nos referimos a la in-mortal obra de Picasso, “Las señoritasde Avignon”, pintada por el artista ma-lagueño entre junio y julio de 1907.

“Horrible", "chocante", "mons-truosa", fueron algunas de las lin-

dezas dedicadas a la revolución cubistapicasiana, más tarde reconocida como laobra fundadora del arte moderno. "Suscuadros son una ofensa a la naturaleza,a las tradiciones, a la decencia. Son abo-minables", se leía en 1910 en la revistaneoyorquina "The Architectural Re-cord".

“Los intelectuales más allegados aljovencísimo artista malagueño

—tiene entonces sólo 25 años —reac-cionan escandalosamente cuando con-templan por primera vez el gigantescolienzo de 7 metros cuadrados”. Así locontaba la prensa de la época, aña-diendo que “el cuadro entraña un valor

decisivo para el aliento vanguardista delcubismo; un movimiento rotundo, fértily revolucionario que constituye elgermen de las primeras vanguardias delincipiente siglo XX”

“Las señoritas de Avignon”, que re-presenta a cinco prostitutas, dos

de ellas con el rostro cubierto por más-caras africanas, permaneció durante

años lejos del ojo público. En 1924 el es-critor surrealista André Breton con-vence al coleccionista francés JacquetDoucet de invertir en una obra quesegún él "trasciende la pintura, y es unteatro de todo lo que pasó en estos úl-timos 50 años". Por ella se pagó en-tonces 30.000 francos.

Finalmente, el Museo de Arte Mo-derno de Nueva York (MOMA)

compra la tela en 1939. Cien años des-pués del escándalo, la genial obra de Pi-casso es eje de una exposición en elprestigioso museo estadounidense. Lamuestra permanecerá abierta hasta el 27de agosto y en ella pueden contem-plarse, además de la susodicha obra,una docena de estudios preliminares.

Que nadie se sorprenda, el arte esasí. Y el paso del tiempo da y quita

valor a todas las obras, especialmente aaquellas para cuya comprensión y valo-ración los ciudadanos de a pie necesi-tamos la ayuda y consejo de un experto.¿Experto…? ¿Hay alguno a mano?

N. de R.

Con Picasso llegó el escándalo

Travesía de los Pirineos...en globo

Con sólo ver la imagen que ilus-traba esta noticia, en la prensade hace c ien años, se nosponen los pelos de punta. Dos

intrépidos aventureros españoles deci-dieron “sin previo aviso, pero segura-mente con el propósito de intentar laarriesgada empresa”, emprender unviaje, cuando menos, peligroso.

Los Sres. Romero y Salamanca, queposaron para el fotógrafo Goñi en la

barquilla del globo Norte, comenzaronsu periplo en Madrid, desde donde des-pegaron el 10 de agosto de 1907. Tal ycomo recogían los periódicos de laépoca, “a las siete y media de la mañanasiguiente, esto es, cuando llevaban docehoras en los aires, entraron en la regiónpirenaica, encontrándose a 2.300 me-tros de altura”.

“La ocasión era tentadora -continúarelatando el semanario Blanco y

Negro en su edición del 17 de agosto de1907 - y no vacilaron en intentar la tra-

vesía, que sólo había realizado hasta en-tonces el malogrado Fernández Duro.Arrojaron lastre, subieron hasta 5.050metros, y, favorecidos por las corrientesaéreas, pasaron al otro lado de laabrupta cordillera, descendiendo enUrau, término de Saint Gaudens, de-partamento del Alto Garona.

Los dos ocupantes del globo Norte, lle-garon sanos y salvos, aunque nos ima-

ginamos que también bastantes sobreco-gidos al reflexionar sobre la intrepidez dela hazaña que acababan de cometer.

Subir en globo sigue siendo una de laspocas cosas que le quedaban por

hacer a todos esos personajes y perso-najillos actuales que tanto presumen dehaberlo hecho ya todo en la vida.

Los del mundo “serio” aún están atiempo; y los del famoseo, los del

couché, no es de esperar que se atrevan,salvo que sea previo pago de la corres-pondiente exclusiva.

Santana Fuentes

CM NUESTRAHISTORIA

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