Solemnidad de Santa María, madre de Dios

Monición de entrada

Al comenzar un nuevo año vienen a nuestra mente y a nuestro corazón diversos sentimientos y pensamientos. Vienen a nuestro recuerdo personas, acontecimientos, historias, … por todo ello, en la Eucaristía de hoy le deci-mos a Dios: ¡Gracias! Le pedimos también ¡Perdón! Por-que no siempre hemos hecho lo que teníamos que hacer y hemos dejado caer en balde tanta gracia… Y confiados en su bondad le pedimos su bendición para el nuevo año que comienza. Lo hacemos confiando en la intercesión de la Santa Madre de Dios y madre nuestra. Que el Señor nos bendiga y nos dé su paz.

Monición a las lecturas

Iniciamos un nuevo año civil. Lo comenzamos alegres y nos felicitamos deseándonos un año feliz. ¿Qué pasará este año? Dios también nos felicita bendiciéndonos y deseándonos la paz. Pablo resume el misterio de la en-carnación, diciendo que Dios envió a su Hijo, nacido de una mujer y nos hace hijos suyos. María, la bendita de Dios, reccibe la visita de los pastores. Su maternidad no termina en Belén sino en la cruz; por eso es madre de Dios y de todos.

Oración de los fieles

- Podemos contestar: Reina de la paz, ruega por noso-tros.

1. Te pedimos, Señor, que todos los acontecimien-tos que hemos vivido durante el pasado año los veamos desde la luz de la fe y nos des espíritu de agradecimiento por todo lo vivido. Con María, te lo pedimos, Señor.

2. Te pedimos, Señor, que tengas piedad y miseri-cordia de nosotros y del mundo entero: por los pecados cometidos durante este año, por la falta de arrepentimiento y de conversión sincera. Con María, te lo pedimos, Señor.

3. Te pedimos, Señor, que nos sigas bendiciendo du-rante este nuevo año que comienza. Que nos con-cedas desear y querer lo que tú quieras y como tú quieras. Con María, te lo pedimos, Señor.

4. Te pedimos, Señor, por todos los que durante este año vivirán acontecimientos importantes en sus vidas. Que como María sepan acoger tus designios y meditarlos en su corazón. Con María, te lo pedi-mos, Señor.

5. Te pedimos, Señor, el don de la paz para todo el mundo. La paz en los corazones, paz en las fami-lias, paz en las naciones. Con María, te lo pedimos, Señor.

Domingo II de Navidad

Monición de entrada

En un clima más tranquilo y sereno, seguimos contem-plando con gozo la presencia de Dios en medio de noso-tros. Él no vino de visita. Plantó su tienda entre nosotros y se ha quedado. Él no ha huido de nosotros y nuestras miserias. Aprendamos de nuestro Señor. Aprendamos, como comunidad, a no huir unos de otros y a querernos como hermanos.

Monición a las lecturasDios no nos salva desde lejos sino que se hace nuestro compañero de camino. Tampoco nos salva, sacándonos de nuestro propio entorno vital. Nos salva en nuestro mundo y en nuestra historia. Las tres lecturas de hoy convergen hacia un único anuncio: Dios está cerca de nosotros. La sabiduría desde el principio habitó en me-dio del pueblo de Dios. La Palabra de Dios, la Sabiduría, plantó su tienda entre nosotros. Dios nos ha hecho sus hijos adoptivos para alabanza de la gloria de su gracia.

Oración de los fieles

1. Por la Iglesia, por sus ministros y todo el pueblo de Dios. Para que encuentre siempre su fuerza en la contemplación de los Misterios del Señor. Ore-mos.

2. Por los que se esfuerzan en el servicio y el bien común. Para que no se desanimen ante las adver-sidades e incomprensiones. Oremos.

3. Por nuestra Diócesis y nuestra comunidad parro-quial. Para que vivamos con alegría haber sido llamados a la misión con Jesús, que nos reúne, y aprendamos a trabajar juntos para llevar el Evan-gelio a todos. Oremos.

4. Por nosotros, nuestros familiares y amigos. Para que busquemos siempre al Señor, que plantó su tienda entre nosotros, y quiere que lo encontre-mos. Oremos.