Sucesos de un Día Cualquiera

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    Sucesos de unda

    cualquiera

    Samuel Benito de la Fuente

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    Debajo de los cielos de nubes plomizas, encaramadas como una coraza, los hombrescaminaban bajo la terrorfica premonicin de la lluvia, por la que no parecan

    preocuparse demasiado; iban unos hacia todas partes, otros a ninguna. Vidas diferentes,hermanas, ajenas; algunas enlazadas, otras totalmente lejanas. Pero a todos les unaaquella ciudad pucelana, o su nacimiento, o su pueblo, o su planeta.

    Mientras, en un cuartucho de la calle Mirabel jugaban al pker unos hombres quearriesgaban el dinero conseguido con el sudor de sus frentes. Todos ellos estabansilenciosos, mirndose las caras y sin decir una sola palabra; calculaban las jugadas deladversario mediante sus ademanes, donde crean ver una premonicin o un falso amago;comprobaban el farol del roba-ciegas; entrevean el teatro de uno de ellos, que fingatodas sus jugadas. Herva la tensin por cada poro de los jugadores.

    Se poda conocer a las personas por sus jugadas; por las manos, su suerte, por el estilode juego, el carcter; sus victorias significaban que era un buen jugador, y sus derrotas,que no conoca las reglas ocultas, no escritas en el papel, y que se leen en las caras delos hombres que juegan.

    Uno de ellos llevaba unas gafas de sol, estaba cubierto por ropas oscuras, marrones y deun verde oscuro como un militar; haba a su lado un gracioso, chistoso, con orejas desoplillo, que era muy hablador a pesar de saber que no tena gracia ni interesaba a losdems, pero eso s, que desconcertaba al resto; tambin un seor de mucho dinero, quele gustaba el pker por eso de la sensacin de victoria, y que estaba harto de las

    parlotadas del segundo y que maldeca las siete vidas del felino de su izquierda; este de

    la izquierda, el felino, era un jugador ocasional, necesitado de pasta y lleno deesperanzas, y el que, por entonces, ms fichas tenaaunque pronto le llegara la malasuerte, y con ella, la de sus hijos; y, por ltimo, un jugador nervioso, tan metido en el

    juego, que pareca habitar un mundo paralelo, y que, en esos momentos, por lo bajo, secagaba en las cartas, en la diosa Fortuna y en todo lo que se pudiera cagar.

    Casi ninguno se conoca salvo el seor de dinero, que poda reconocer, de otras partidas,al militar y al nervioso, aunque estos dos no lo recordaban a l. El militar pensaba quelos otros no le conocan las jugadas al no verle los ojos ni sus gestos gracias a la gafas;

    pero el seor s que se las saba, porque eran fciles de intuir; en cambio el nervioso

    no las consegua vislumbrar, estaba tan metido en las cartas que no poda ver ms questas. Al seor, a pesar de todo, le importaba una mierda perder o no; tena dinero

    para dar y tirar; si perda, se ira y se recuperara pronto; en cuanto tuviera money,volvera, se lo jugara, y si ganaba, lo recuperara y tan a gusto; si volva a perder, no

    pasaba nada: las cartas son as, caprichosas; no les echemos la culpa a ellas; si tal caso,echsemos a la Fortuna, siempre disponiendo como si fuera una seorita hilarante.

    El chistoso ya haba pillado el tranquillo al militar y le haba hecho un olin`. El militarle mir a los ojos por sus gafas; slo pudo ver en l una sonrisa: sta no deca nadaaparentemente; en cambio, para el militar, esa careta slo le pareca que esconda a un

    pardillo, a un bromista sin gracia, a un estpido intil, a un imbcil con retraso mental.

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    Se empez a rer y se apost todo, con dos cojones!; se puso las manos sobre la nuca yesper el final del chistoso. No le tena ni una pizca de miedo. El chistoso no hizo nada,slo esper, al igual que el militar.

    Salieron las cartas.

    Y el militar se iba, muy enfadado y maldiciendo la puta buena suerte delno le salieronlas palabras...

    As eran, y son y sern, las cartas. Son inmutables, son las reglas.

    El felinotuvo como un acto de solidaridad mental con el militar: Uff Menos malque se no soy yo. Pronto se content y pens en su buena fortuna, pues Ella leacariciaba amorosamente; aunque justo, a la siguiente jugada, le empezara a fenecer la

    buena suerte, como si le engaase o ya no le amase la Diosa. Bueno, slo es una mala

    jugada, pensaba calmado pero con un cierto nerviosismo a punto de estallar .Yentonces llegaron las dems y el seor del dinero le dio para el pelo en una ltimajugada, cutre hasta para un novato como l. Por carta alta Por carta alta Eso ibarepitindose cuando ya se marchaba. La suerte estaba echada: tena que haber aprendidode Csar.

    Slo quedaron el nervioso, el risas y el seor del dinero. El risas perdi varias jugadasdebido a las cargas de las ciegas, que, como cegatas, hacan daos inconscientes a laeconoma de los jugadores. El nervioso esper el devenir, muy incmodo. El dinerosiempre iba hacia donde hubiese ms de sus iguales, hacia donde estuviesen sus

    compaeros monetarios, en donde se sentan ms fuertes. Por eso el seor se content yse sinti ptreo; y, en dos tortas, el nervioso le derrib todas las finezas y losesparcimientos, creados en las opulencias de las fichas de pker.... Entonces se iba elseor, tambin.

    El risas naturalmente no pudo evitar rerse del ricachn, que haba tenido que irse, porsupuesto. Y empez a contar chistes hasta que la risa se desvirtu y se convirti enmiedo. El nervioso, naturalmente, se cagaba en sus santos, en sus muertos y en la mujerque le dio la vida, que poda ser una santa pero su hijo un...

    El chistoso dejo de hacer chistes y cambi su tctica; ahora no par de contar suscosillas, los de cabeza: habl del Gobierno, de sus temas de mdicos y de tonterasvarias e incoherentes que deca por decir. El otro ya no lo escuchaba y pareca que, encambio, le calmaba que siguiera parloteando (irracionalmenteuno, que se acostumbraa todo, o posiblemente estaba tan centrado en el juego que ni siquiera lo escuchaba).

    El chistoso dio con unas buenas jugadas y se anim a hablar ms; se le metanmoscas en la boca pero continuaba hablando. Por el mundo haba de todo, eso seimaginaba el nervioso. Iba a perder y se cag en su jodida madre y el parln le contest

    con un tranqui, chico. Eso s que le estaba jodiendo, que se burlase de l

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    El encargado se pas a ver qu pasaba; el chistoso contest que nada, pero el nerviosoreplic con un marcado acento madrileo que el otro era un pedazo de pesao delcuidado. Entonces, el encargado, bien vestido, con su corbata mal puesta, sus ademanesde castellano norteo, estepario y con manchas propias de la ruralidad, dijo que menoshablar y a jugar: Qu pa`eso han venido ustedes, seores!, exclam bien marcial,correcto y con ademn de culto: Como deba ser! El pker es un juego de seores declase, no de mindundis, por mucho que hagan creer lo contrarios esos forrados del pkerelectrnico.

    El encargado se dirigi a ver las diferentes habitaciones. Qu bien haba hecho aquelbuen hombre en convertir la casita de la seora, una herencia del to-abuelo, en esehogar del juego! Estaba contentsimo. Iba a explotar de alegra con la pasta que ganabasin hacer casi nada. Y su buena mujer? Uff Ahora tena hasta orgasmos cuando lohacan. Eso s que lo diverta: al pensar en ello puso cara de diablillo y se le movi hasta

    el bigotillo.Pas a ver otra partidilla. Ms gente, ms gente que no conoca y que no le importabannada. A alguien le importan las sombras? A quin importa lo que no se conoce, lo quele es lejano, lo que nunca se lleg a conocer? A l le pareca como algo ajeno: si se

    perda, ya se saba: a la puta calle. l tena que salir adelante. Adelante, sin miraratrsComo todos.

    En la partiducha sta se vea mucho esnobismo. Uno de ellos iba con bufanda deChannel, o de alguna otra marca supuestamente buena, quin podra saber qu marca

    era? Quizs era hasta falsa. Eso estaban olindose los ms versados en pker, y portanto, en mundologa y sicologa de calle: la que casi todos conocemos. Al poco ratoperdi ste de la bufanda y se fue ofendido en su orgullo, amanerado, pero orgulloigualmente.

    En la partida tambin haba tres estudiantes; dos de ellos, amigos; el otro, un buenconocedor del mundillo subterrneo del pker, que iba all por necesidad. El primero delos amigos era un chavalote de veinte y alguno, chulo, falso, que pasaba de la hilaridada la ira en un momento y a veces no poda controlar sus propios impulsos, aunque sabacmo dirigirlos por buen camino: con los labios y con la picarda de una vbora. El otro

    amigo era un parsito, una buena persona a los ojos de todos; siempre estaba necesitadode alguno a su lado para tener, lo que todos nosotros llamamos, de personalidadsalvocuando iba con mujeres, con las que se envalentonaba. Este parasito no tena ni ideade jugar y se haba compinchado con el otro, el bipolar; le haba convencido de queganaran mucho: pasta para l y para el proyecto se sobre no s qu que haca a l sela soplaba en realidad. Y ya de paso, ganarse l algo para su novia, un regalo bonito ytal. O bueno, para ella O para l. Que estaba muy necesitado despus de que pap nole diera pasta!

    El parsito se las jugaba todas, no dejaba una sin perder, y el otro, mientras, se pona

    irascible y, por debajo de la mesa, le daba pataditas. l haba puesto ms dinero que elotro lumbreras, y eso le joda mucho. Cuando salieran, le dara una buena; aunque

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    primero deseaba drsela al otro estudiante. Los dos se conocan y se odiabanmutuamente. El odio mutuo se palpaba slo de una manera muy lvida; el bipolar no

    pareca tenso ni quera mostrar todo su odio hacia l, pero en su interior, en suinterior haba un deseo tan grande; mientras, el otro estaba muy tenso y lo miraba dereojo, nervioso y sin esa ira que emanaba del otro.

    Este otro chaval, el otro estudiante, era un solitario, un chico silencioso. Era bastanteconocido por buen estudiante entre algunos de los propios profesores, que le tenan engran estima aun siendo todava un alumno; conoca mucho y poco a la vez, pues sobreel juego de la vida pasaba de largo. Y es ms, sobre su vida social, sus races, etc., esascosas no las conoca ni Dios, al que ni se confesaba por si era el Yahveh ctaro yresultaba ser Satans. Nadie conoca de sus los de faldas, salvo que era un popurr deconocimientos; que conoca poemas medievales y temas de los que a nadie lesimportaba, aunque fueran parte de su carrera y que, en opinin del estudiante, deberan

    amar todos sus compaeros de carrera. l era as. Siempre metido en el trabajo y sucarrera. Salvo el pker, que le era una manera de contactar con la humanidad y desobrevivir.

    El primero de los estudiantes, el bipolar, se la quera jugar al solitario. El otro lo ola, nosiendo, sin embargo, bueno en jugarretas y en picardas. Se conocieron porque los dosiban a la misma facultad. El chico del carcter bipolar tena un grupito de gilipollitas,listillos y progresillitas; tambin algo cultos, del montn eso s; se las daban deinteligentes, y a pesar de sus idellas de modernillos y humanitaritos, no daran la manoa nadie: si eso, como mucho, alguna pedorreta con la que rerse. Y, lo peor, era que el

    bipolar tena una facha con la que haca parecer el chico bueno-sabio-lder de todosellos y que caa bien a todo mundo: todo era pura mentira teatral.

    El solitario le haba criticado ferozmente una vez, y ste, enfadado naturalmente en elego, le replic que no era especialista ni na`, slo un puto estudiante de mierda que ibade listo. Desde entonces le haba cogido ganas, ganas de las buenas.

    El grupo del bipolar se rean de l, y el solitario les meta pualadas traperas atacandosu profesionalidad (no la tenan, eran estudiantes, coo!, repipi de cojones). Por muchoque fuera un repipi, le joda al seor bipolar, le joda... Y mucho. Era un jodido

    calculador, y le quera echar un pulsito y destrozarlo. Y en pblico, adems: esoquedara mejor que con los puos, que aun cobardes, por lo menos tienen el sustento delvalor y de la furia.

    Lo miraba, no paraba de mirarle; los dos se echaban miraditas rpidas y llenas de ira. Elsolitario estaba al juego sin ms, el bipolar estaba a jugrsela y haba perdido su controlmental; no lo manifestaba, pero era as. El solitario ganaba poco a poco. Pronto sloquedaron el bipolar, el solitario y otro tipo: ste era un experto y dejo que los otros

    jugaran entre s, para ver qu pasaba. Saba que algo suceda entre ellos dos; lo intuacomo buen sabueso.

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    Se notaba cierta tensin. El bipolar se senta seguro y finga desnimo: tena dos ases.Sali en el flo un as y se sinti ganador e hizo parecer a todos que jugaba por jugarmediante sus gestos y su faz.

    El solitario estaba serio. Se la sigui. Le daba mala espina, pero con sus cartas iba bien

    la cosapara poder ganar o perder. Con suerte le daba en los morros. Pero necesitabamucha. Eso s, tuvo esperanzas. Y eso le hizo seguir.

    Otra carta. Jo, llevaba tro y el otro no deba de llevar nada, pensaba el bipolar a pesarde las cartas en la mesa

    Pero, ay! el solitario llevaba escalera de color. Y la siguiente carta no sali nada albipolar. A pesar de ello, por la cara del otro, se imagin que ste iba de farol. Y aposttodo.

    Y se ro el Solitario. Qu tonto el culo!Cartas arriba.

    Todo para el Solitario. La cara del perdedor seguramente sera guardada en los analesdel tugurio. Quiso matarlo. Sal, sal, cabrn; a la salida te espero, hijoputa , pens conla mirada. l otro le dijo adis con la mano.

    El Solitario y el otro restante decidieron repartirse el premio. El Solitario sala de allcontento: el premio le iba a costear una de las cuotas de la Universidad, y todo gracias alsoplapollas del otro. Luego se lo encontr fuera. No le hizo nada: Perro ladrador, poco

    mordedor.Le mir con furia simplemente, como el perro que era.

    Al poco rato de salir ste del piso donde jugaban al pquer, la pasma lleg con susestridentes sirenas, llamando la atencin de los transentes, entre ellos nuestro ganadorde la partida de pker. Vio cmo entraban en el piso: era una redada. A los casinos les

    joda demasa que la gente jugase, que jugasen (me refiero) fuera de su esfera, suscasinos, donde ganaban, antes de Internet, muchsimo dinero. Eran muy influyentes; senotaba cuando las leyes los favorecan y la polica daba mucho en el culito a losilegales ser ilegal, aunque sea en un sistema corrupto, te puede dar muchos

    problemas. Si beneficias a los caciques de los polticos, perfecto, pasan por el aro y lesimporta una mierda; si causas problemas, vas jodido, porque te dan por culo, y biendado por el culo adems.

    El Ganador pens: Menos mal. La diosa Fortuna est conmigo. Qu raro!.

    Camin por la manzana y se tom una copa en su honor en el Olmedo, un bar de allcerca. Era un bar muy hospitalario y con su estilo: le gustaba. Pag con el dinero del

    pker, march y se sinti por un da, afortunado.

    Quizs hoy fuera un buen da. O slo fuera casualidad y habra ganado de chiripa. Ah!,

    quin saba qu mareas le llevaran, y adnde?!

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    Luego se fue hasta la Facultad. Hoy haba una conferencia muy interesante sobreHistoria Medieval; a l no le tocaba directamente, pero le gustaba el tema; adems, el

    profesor que la daba le conoca personalmente: era bueno como persona, como profesory como intelectual. Mereca la pena escucharle.

    Cogi el camino hacia Chancillera, por donde est la Residencia Blanca de Castilla.Luego torci en la Chancillera y se dirigi hacia la vieja prisin, donde estaba laFacultad de Filosofa y Letras, surcada en su cabecera por el ro Esgueva. Al rato de una

    buena caminata, entr en sta y se dirigi al segundo piso. El edificio pareca simtrico,hecho, ladrillo a ladrillo, centmetro a centmetro, una copia del otro idntico ladoopuesto prcticamente.

    Pas al saln de actos: uno enorme y que pareca un escenario de teatro. A pesar de logrande de ste, no haba ni siquiera una fila ocupada por completo. La gente de estauniversidad si no se le obligaba, no iba, en la gran mayora de los casos. En todo caso,eran personas mayores, profesores e interesados de verdad.

    Entre el gento pronto pudo localizar a alguien objeto de su deseo: el de sus ojos, de susmanos, el de su Ay, cunto tiempo llevaba sin xito en el mercado amoroso quetemblaba su mente con solo verla! As eran las cosas. No haba tiempos para esas cosas.Pero esas cosas seguan ah; no se iba a ningn lado; la electricidad no se poda destruir,en todo caso se transformaba

    Ella era una chica simple, delgada y pequeita, pelo negro y melena larga, que poseauna cara inexpresiva. Albergaba un carcter luchador y liberal, y provena, como l, de

    un ambiente religioso. La chica hablaba poco y era tmida, sobre todo con los que noconoca o le eran extraos. Sacaba buenas notas, no paraba de leer novelas de misterio yamaba a un autor que hasta entonces desconoca. A l, que en un principio no le gustabaese estilo, le haba cogido tal cario al autor, que no poda dejar de releerlo. Influenciasuya? O era locura?A veces esas cosas se confunden

    Se parecan y ella no lo saba. Quizs por eso le gustase. No era guapa en sentidoestricto el gusto del deseo o el amor es diferente al de la casquera, tanto para estechico como para el resto de la humanidad, por mucho que ms de uno diga lo

    contrario. Una cosa estaba claro: compartan ese deseo de ser ms, de conocer ms ysubir en sus vidas a algo que no fuera asqueroso, mediocre Tambin pensaba quecompartan algo de soledad; aunque no era tal como l lo pensaba: l se meta en elmundo de los desamparados y los desarraigados; ella era de ciertos ares superiores a l.

    l era de una familia de clase media-baja venida a menos con los aos, aunque deabolengo nobiliario, que haba sido de la ms importante de aquella ciudad donde elPisuerga muere al unirse con el Duero, como una mantis religiosa. Ella, en cambio, erade una clase burguesa media-alta, no demasiado rica ni poderosa, pero que le haba dadola mejor educacin y las mejores condiciones posibles: una familia nacida de la lucha y

    el dinero, en cierta manera desagradecida. l haba tenido que educarse con los libros:

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    tuvo pocos profesores buenos; se haba metido a la Filologa por un profesor de Lenguay Literatura: si no fuera por l se habra quedado en cualquier lado.

    El profesor inici su charla y todos quedaron expectantes, sobre todo la chica. Eraincreble, magnfica La chica estaba alucinada; aquel ambiente era el que deseaba; era

    el de la gloria intelectual, superior al del resto de los hombres, obreros o burgueses,anquilosados en sus deberes, sean del jornal, sean del dinero. Desconoca las desgracias,como las hay en todos los lados, de los hombres que se metan a ese gran mundo sinalcanzar ese paraso, tan difcil como lo fue para Dante. Por el camino uno podaquedarse en el limbo o peor an, en el Infierno.

    A su lado estaba una amiga suya: estaban unidas desde siempre; se haba metido en lacarrera por su amistad con sta, que amaba la Filologa desde muy nia: no se sabacmo pues la Filologa era totalmente aburrida para su amiguita, y con cojones!cosaque deca cuando no estaba la otraadems.

    A esta amiga, por tanto, no le gustaba la Filologa; lo haca porque segn ella no habaotra cosa. Su carcter inspido era lo que le haba hecho acoplarse a la otra. O mejordicho, se haba obligado a colocarse a su lado. As haba hecho toda su vida: con sunovio, con sus amigas, con todo el mundo Al rato se haba quedado dormida en mitadde la conferencia, y su entusiasta amiga ni se percat en su xtasis intelectual.

    El profesor tard dos horas en acabar. Todos, menos la dormida, aplaudieron y, al haceresto, despertaron a sta, a la seorita que estaba a falta de almohada donde reposar lacabeza.

    Haba sido genial, un xito: una pena que nadie le diera el mrito merecido, se dijo elconferenciante. As era la vida. El chico del pker se acerc al profesor, que le sonri alinstante de verlo caminar hacia l. El estudiante le dio la enhorabuena: haba sido unaexposicin magnfica; el profesor le dese que pudiera, en un futuro ms afortunadomaterialmente, estudiar Historia porque lo vala ypor otros argumentos de eruditos

    Sin dudas, s, s, si pudieras Saba el profesor lo que significaba. l habaconocido esa sensacin, cuando tambin devoraba libros, como deseaba hacer con la

    propia vida. La vida es ms nebulosa en los libros, o quizs la vida es ms nebulosa

    cuando se escribe; pensamos que podemos reescribir, como en nuestra historia, laslneas que ocupan los acontecimientos del universo. En su tiempo lo pens; ahora eraotra cosa.

    El profesor le dijo que tampoco haca falta: aquello, y como estaba la EducacinUniversitaria con Bolonia, era puro formalismo. Saba que conoca el medievo como sihubiera estudiado H Medieval en alguna clase del Grado. Y ostras que s: Vayacabecita loca! Se ro para sus adentros. En sus interioridades era un cachondo, irnico a

    pesar de que hablara tan framente. No se rea nunca en clase o en una conferencia;nadie conoca esa faceta de encubierta hilaridad.

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    La chica de antes se les qued mirando. Sinti intriga por la escena. Sin dudas conocaal chico: era un tipo extrao y eso le haba hecho tratarlo con aspereza; de todas formasla llamaba atencin y no saba qu pensar de l.

    No se haba percatado todava de que lo extrao, a veces, es lo que nos gusta mientras

    no se salga fuera de lo humanamente posible (claro); porque lo que es raro, se convierteen algo muy cercano, nos percatamos de las semejanzas, y esa sensacin, despus dealgunas meditaciones, se abre paso como cuando se tira un muro. Cuesta tirarlo, eso s.Al acabar de caer, las cosas que le duelen al otro, te llegan a doler a ti

    Quizs fuera buen da para los dos. Los dados ya fueron tirados antes de cruzar elRubicn O quizs fue despus de cruzarlo? O las dos cosas. La Suerte no tiene tiemponi espacio; quizs hasta supere las normas del espacio-tiempo, para ser soberana delsaber qu suceder y ser, a la vez, el mismo producto que se maneja en las manos de los

    jugadores.

    No se percat de nada la de la almohada, que abra la boca sin ningn tipo de tapujos.Slo le faltaba levantar los brazos para desperezarse. Su amiga le dijo que iba a hablarcon el acadmico. Ella le dijo que vale y sali afuera, ya ms despierta. All leesperaban dos amigas suyas.

    Las salud. Ellas sonrieron. Tenan las dos ojeras y una cara de haberlo pasado muybien aquella noche. Las pregunt que qu tal la noche: bien, bien; no recordaban casinada, pero bien; se lo haban pasado bien, eso s.

    La ms alta era de un semblante resplandeciente; tambin hablaba resplandeciente, caside una manera pastelosa, como casi toda ella; aunque de todas formas, albergaba uncarcter fuerte y decidido. A la otra se le notaba que era ms bruta y por mucho queguardara las formas, en su cuerpo lvido y su habla suave e infantil, se la vea que venade pueblo; se le apreciaban los tpicos rasgos de chica rural.

    La chica deslmbrate era de grandes pechos, redondos y sugerentes; su rostro estabaformado por una carita de amazona, una nariz romana acabada en una especie de formade canica, y su pelo era castao, colocado en una coletita igual de dulce que ella;adems, posea unas piernas largas, cuadradas y muy marcadas por los pantalones. La

    pueblerina tena un rostro ovalado, una sonrisa luminosa, piernas menos robustas perocon ms masa, elsticas y sensuales; en cambio no posea un pecho sugerente, sus senosexistan pero no se marcaban en la ropa. Tena su qu, la pobre, pero estaba a la sombrade su dulce compaera de piso, de bellos y abultados pechos, de los que, con sus

    pezones, en alguna de sus divagaciones, pens que deban hipnotizar a todos loshombres, salidos o no tan salidos, que no la dejaban de mirar ni por un momento.

    Se despidieron y fueron a casa. La amazona no par de hablar en todo el trayecto, sindarse cuenta de lo que ocurra; la pueblerina estaba preocupada; algo la pasaba, algo

    pasaba entre ellas, y su amiga no se daba cuenta: desde hace tiempo exista y, hastaentonces, no haba podido vislumbrarlo con gran claridad Y eso la atemorizaba, y la

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    pona temerosa de pronto, o callada y pensativa como estaba en ese momento; pero,sobre todo, la haca parecer fuera de lugar, alejada de aquella naturaleza afable,desinhibida y feliz que siempre las caracterizaba, tanto a ella como a su compaera: eneso parecan idnticas.

    Llegaron a su apartamento, que estaba cerca de la Facultad. All vivan muy bien. No sepodan quejar. Su casera era una anciana vecina suya, muy amable y que ya no leimportaba una mierda esta vida y se preocupaba ms de la otra, de la Ultratumba.

    La buena mujer las haba puesto un alquiler muy bajo: lo haba hecho slo para poderverlas vivas como en algn tiempo pretrito lo estuvo ella a sus aos; pues, vivan allado suyo, y as con ello poda disfrutarlas todo el rato. Las traa comida, las hacaregalos, se preocupaba por ellas: las tena en palmitas, en fin; y por su parte, ellas lacuidaban mucho y, alguna vez, la invitaban a comer o a cenar, cuando ni siquiera sus

    propios hijos se preocupaban de su cumpleaos. Daba pena la buena mujer. Buenamujer, buen espritu, mala fortuna, mala familia Eso tampoco las desanimaba. Suespritu alegre que solan poseer nunca se apagaba, aunque no se poda negar que lasenfadaba esa situacin, y mucho. Por lo dems todo era perfecto. La buena fortuna,deca habitualmente la chica amazona, nos ha sonredo.

    Al llegar a casa la pueblerina se meti en su habitacin. Cerr la puerta y se quedmirando el armarito de al lado de su cama, donde poda ver su propio reflejo gracias aun espejo. Lo que vio la impact en demasa.

    La costaba verse en el espejo, y era ella: no lo poda negar; pero lo peor no era que fuera

    aquella chica que se vea al espejo, sino que no consiguiera ver cmo haba acabado enesa ella que no era ella: Era la que haba deseado ser alguna vez? De verdad ellahaba hecho o provocada aquella trasformacin? Y sobre todo era culpa suya?Culpa? Culpa?

    No se poda quejar, hubiera dicho su amiga

    Ella, claro

    Suspir y se desnud frente al espejo. Sinti la libertad del cuerpo sin el ropaje encima.

    No tena un cuerpo bonito, pensaba. Sus manos delicadas toquetearon su cara; luegopasaron por su cintura y sus senos, pequeos y delicados como una princesita de dibujoso de cuento, pero no lascivos ni maduros como los de su compaera; despus sedesplazaron entre la entrepierna y la pelvis. Tante la zona, slo eso; la tante, sin ms;

    par y se qued mirando fijamente el espejo y su reflejo.

    De pronto not recordar algunas cosas, tontas, nimias, sin valor, a las que daba sin raznuna gran importancia. Nunca haba sido feliz: lo disimulaba muy bien. No se haba dadocuenta y se haba puesto a llorar sin querer. Nunca lloraba, siempre era fuerte a pesar de

    su apariencia y su carcter de niita de porcelana. Se derrumb de pronto, como si el

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    espejo se hubiera cado sobre ella y los cristales se la hubieran clavado en la carne,

    penetrando hasta los nervios. Al final quin era la mueca de porcelana?

    Acerc su cara al espejo. Su cara estaba roja, irritada, cansada, harta. Hubiese queridoromper el puto reflejo que tena encima. Detrs, en el espejo, aquella chica, falsa e

    incierta, se bamboleaba y disfrutaba de la hilaridad que esconda toda la escena, como siel Mundo, buen demiurgo lgico, no estuviese a su alcance; este alter ego era parte delsitio caverncola que ya se deban de haber percatado los primeros cromaones y al quese haban asomado, con anterioridad, los neandertales, y el que en realidad hablabaPlatn. se era.

    Por la ventana de la vecina, mientras limpiaba sta, empez a sonar (o a resonar) Sabinaa todo volumen; cantaba muy susurronamente, quin le haba robado el mes de Abril,con un desafino y un modo de cantar slo semejante a una loca; daba algo de risa:

    bastante risa. Nuestra chica en frente del espejo no se percataba ni remotamente de loque suceda en el otro lado, al igual que nuestra pequea cantautora sabiniana; ni una niotra saban, de verdad, qu suceda en el otro lado. Eran mundos separados que,simplemente, colisionaban por pura casualidad.

    Empezaron a emanar sustancias cristalinas de sus ojos; se empez a desgaitar delletargo de sus pensamientos y pas su mano por stos, en los que se entrevean el llantoemergiendo sigilosamente.

    Su vida era fcil: claro.

    S, se dijo. Todos tenemos una cruz, se dijo, ms o menos; slo que algunos eran tanimbciles de no darse cuenta y no preocuparse de ello. O era al revs? Poda ser quefueran tan listos, tan puramente instintivos, como para no percatarse de su inutilidad, ysu ser tan duro y ptreo era lo que les evitaba no darse un piazo con la cabeza en la

    pared, de pura rabia.

    Nunca la haban querido. Siempre haba sido la chica estudiosa, de matrculas, comocasi todas (eso es verdad), de felicidad innata y buena reputacin; nadie la tena en malaconsideracin, pero eso s, nadie la conoca de verdad, aunque a ella le importase poco onada. Haba tenido pocas amigas, y stas nunca tuvieron carcter: eran dbiles mentales

    (cualquier to las anulaba, o las anulaban las propias amigas, o quien fuera), solitarias,y las importaba un bledo el resto de amigas. As haba sido. Sic erat scriptum.

    Se rio al venrsele a la mente la imagen de una de sus amigas, una verdaderamentealucinada con el estudio, una pura empollona. Segn algunos, se haca dedos todos losdas, puesto que era tan yo, yo y mis notas, que no se acercaba a ninguno por si latrastocaba sus notas (como notas de msica que pudieran distorsionar su sonformidable, divina, por culpa de esa corrupcin). Ni siquiera el nico que la tenaaprecio, un amigo suyo de la infancia, la tocaba. Virginal como la diosa Razn. Ella noquera ser una chica as, ida de la cabeza, sin amor, sin corazn. Bueno, tena sucorazn: record que una vez la ayud, cuando y como nadie hubiera imaginado de ella

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    o del resto de sus amigas; y pens que hasta la seorita Razn tena su coraznpero sedeba de esconder por miedo a la Verdad Terrenal.

    En esa vida de pueblo slo haba podido tener un novio; y ste no la haba querido. Niella a l, ni l a ella. l la pona los cuernos constantemente; ella se cabreaba y le

    amargaba la vida. Aun as tuvo sus cosas buenas. Sobre todo al principio, cuando sentao crea, que se amaban recprocamente: slo sueos, cristales como los del espejo.Aquellos recuerdo dolan, profundamente.

    En Valladolid no haba amado; quizs cario, en amantes de una noche. Slo laamazona de su amiga haba sido una amistadde verdad; con ella tena el cario quenecesitaba; la haca sentir viva como nadie...

    Eso era lo que buscaba? Vida. Eso es lo que buscaba. Sentirse viva. Acaso no es loque buscamos todos?

    Eso era vida. Su vida ahora era sa. Es que era estpida? Quin la iba a insuflarfuerza, quin la iba a decir lo que tena que hacer, coo? Ella deba ser lo que quera.Ella deba ser fuerte. Serlo y luchar, y no dejar de bailar

    Las posibles lgrimas ya no volvieron ni a tentarse en los ojos. Se mir otra vez. Soyesta mujer y nada ms. Lo dems, paparruchas.

    Sus dedos empezaron a abrirse paso por aquella zona por la que el hombre nace ytambin mata. Lo dems, paparruchas, se repiti.

    Entonces la vinieron a la cabeza los acontecimientos de la noche anterior. Ella s que larecordaba; su amiga pensaba que era una principiante en eso de beber, por eso de ser

    pueblerina; conoca mejor que ella, los licores de Baco, y los soportaba an mejor. Lorecordaba todo. Slo que hasta entonces, haba temido rememorarlo.

    Todo aquello se inici con una acaricia en bromas; luego el calor chisc la llama delfervor, redoblaron los tambores, y acabaron besndose en medio de risas y bromas. Peroa ella le gustaba; quera ms; dame, dame, parecan decirse la una a la otra. Para sucompaera sera una broma, pero para ella no lo era tanto.

    Su amiga la agarr del culo y bailaron muy juntas poniendo cachondos a todos losperritos falderos. Los hombres no tenan suficientes con acariciar a una mujer, quefantaseaban con las dos chiquillas embriagadas por Baco, el dios que siempre quiereganarse los favores de Venus y la lira de Apolo para que lo acompaen en la magia delos galanteos. La msica no la del local, que era bastante pobre estaba en elmovimiento de caderas de las chiquillas, sficas e idolatrantes de los versos de la

    pedagoga Safo. Hermosas, como flores rojas en un jardn nocturno.

    Era una

    Ni siquiera, por un solo momento, pudo definirse.

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    Saba lo que significaba; no le dola eso sino las repercusiones; no podra nunca evitaratenuarlas: la deseaba. La deseaba, se repiti.

    Pero no poda evitarlo; lo mejor no era evitarlo, era afrontarlo; no vala de nadaacobardarse. Y supo que ya era hora. Hora de actuar por una jodida vez!

    Sali de la habitacin totalmente desnuda, con sus piececitos tambin desnudos; pasepor un trecho de pasillo y, casi al lado, all estaba la puerta. Entr por ella y se encontrcon la amazona de espaldas; sta no se percat de su presencia; se la abraz, alterndolaa su compaero, que peg un bote, se gir y se dio cuenta de que era la otra, desnuda, ysin prembulos, ya la estaba besando: no la haba dejado ni pensar. Y cayeron las ropasde la chica amazona. Como hojas de otoo.

    Por un momento, no pudo creer que era ella su amiga y se transform (en su mente) enuna diosa que se representaba en la chica rural, quizs, como una diosa romana e

    hispnica y castellana. Se convirti en el Amor.

    Al acabar se percat de quin era la otra, su amiga, la chica de pueblo, y no era algomtico, onrico o ficticio. Bes a la diosa mientras ella medio dorma y la sonrea comoun angelito. No la import mucho en aquel momento. Senta que todo levitaba como enun sueo. Senta eso que dicen que sienten los enamorados: mariposas en el estmago.Y el esfnter alterado.

    Se visti con la ropa que se haba puesto antes; se puso las medias y los pantalones y lacamisa, donde, ahora de pronto, quedaba ms marcados sus pechos. Se percat de que

    en su cuerpo haba algo como una libacin; al poco supo que era el producto del sexo desu compaera, y le recorri por toda su linfa algo as como un escalofro de gusto:casi ech un respingo o una especie de risa nerviosa, algo extrao que no se sabradescribir. No poda saber si era gusto, placer, o si era asco u otra cosa Lassensaciones se confundan en su cabeza.

    Se volvi a acercar un momento a ella. La volvi a besar la boca. Y no not ms queplacer. Pero un momento despus volvi el otro sabor. Lo otro.

    S. Lo haba notado antes, record. Haba estado all desde hace tiempo, era algo que no

    haba podido liberarse hasta entonces y as poder ir hacia las sombras, ahora ms claras,grisceas, en donde danzaban las dos, como indias en torno a una hoguera (al igual questos cuando clamaban al dios para que proviniese con aguas).

    Ella estaba dormida. Poda escuchar su respiracin apacible. Haba quedado el cuerpohacia abajo. Se la poda ver la espalda, e insinuarse sus senos de no demasiado tamao,que por culpa de la presin con la almohada, parecan a los ojos de cualquiera tenermucho ms de lo que tena en realidad.

    Sali de casa, dejando dormir a la princesa durmiente. El cielo estaba negro como un

    portugus esbozado, las sombras invadan todos los espacios, los coches dejabanmiguitas acuosas de color azabache, y todo pareca sacado de Paint it, Black de los

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    Rolling Stone, o de la versin de M-Clan de Todo Negro. Quin haba robado loscolores con los que estaba pintada la vida?, se habra podido preguntar, de muysemejante manera a lo que se preguntaba la cancin de Sabina.

    Quera estar tranquila y la temblaba todo el cuerpo; tena pequeos temblores en las

    manos; pareca una loca o una bruja si la hubieran puesto escoba. Una bruja buenorra,en todo caso. Bueno, haba alguna malicia en su bal de los recuerdos, cerrado a llave,fuera quien fuera el que quisiera abrirlo.

    Su madre y ella haban quedado en que la llamara para tomar algo: la haba dicho quetenan que hablar. No saba de qu, y no tena tampoco ganas. La llam con la esperanzade que pudiera aplazar su charla. No estaba para ello. Pero no la dejo excusa alguna.Quera verla ya. Nada de excusas. Ya llevaba varias semanas con excusas. Antes habansido excusas reales: haba estado ajetreada con exmenes y trabajos de clase. Ahora

    pensaba que era mentira.

    Para una vez que menta Haba quetocarse los ovarios

    Quedaron en un bar de la Rondilla. Estaba lejos. Eso la extra. Su madre no sola irpor aquel barrio, no eran sus lares: la Rondilla haca tiempo que ya no tena aresseoriales, acaso alguna vez lo tuvo?, y pululaban mala gente para la amazona, sobretodo de noche. Una chica como ella en un barrio como se Carne de can para algnsalido.

    Cogi el bus y la dejo justo al lado prcticamente.

    El Bar Olmedo. La sonaba, all haba estado con la pea de la Uni. El barrio parecatener menos apariencia de peligroso y de decadente con bares como se, que no era grancosa pero tena apariencia de bar decente; muchos universitarios iban all alguna vez

    para tomarse un caf, y un buen nmero viva alquilado por las cercanas.

    Dentro estaba su madre, con una sonrisa muy forzada. No saba por qu, pero no legustaba aquella escena. Se sent a su lado. Ella se estaba tomando un caf solo. Iba alevantarse, pero la hija no la dejo y fue a pedirse un caf. Adems, ella pag los doscafs. Tuvo la sensacin de que ese da no iba a ser su mejor da. A veces los deseos no

    son tan buenos: ella deseaba a su compaera de piso Y ahora, qu eran? Amigas oamantes? O qu coos eranhablando de bollerismo?

    Su madre segua sonriendo. Malo. Era una mujer sera. Si sonrea era porque algo laquera decir, y aquello no iba a ser, precisamente, lo que le ayudase a quitarla el malditodolor de cabeza de encima. Con lo bien que haba estado se refera al polvo o a suvida anterior?

    Hija, pap y yo nos separamos. Bueno, yo me voy a separar de l; l no quiere.

    Se qued asombrada. Aunque tampoco fue para tanto. A pesar de que, si la hubiera

    dicho que tena cncer, que su padre haba tenido un accidente y se haba quedado ms

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    imbcil de lo que lo era, o que incluso se haba quedado preada, y todas aquellas

    posibilidades hubiera tenido muchsimo impacto en ella, por el da que llevaba encimala situacin se le asemejo a alguna de las opciones que habra imaginado comoterrorficas. Y ella no saba que una de ellas era verdad, y que por esa razn la decaque se iba a separar de su padre

    Se quedaron calladas un rato; despus de la pequea pausa, su hija la dijo que laentenda, que lo deba haber hecho antes; su madre la cogi de la mano y la contest queno dijera eso; eso no se desea, la replic por mucho que pensara igual que ella. Porquehaba querido a su padre; la dola, por cmo haba acabado, deseando divorciarse y porlo dems Lo dems, que no lo saba el susodicho: ya lo sabra Aquello la dabamiedo por un lado; por el otro la haca rer. Si hubiera podido representar con una

    postura facial aquella sensacin lo habra pintado con una faz dividida en dos, una parteen la amargura y la otra en una risa, que nadie habra podido quitar. Una mujer con dos

    facetas, con dos rostros.A la hija la alivi un poco. Pensar que no era la nica que tomaba decisiones difcileso que creasen dudas, la aliviaba. Eran dos situaciones semejantes, las hacaconfraternizar. Siempre lo estuvieron. Ahora menos, pero esas cosas nunca se podrancortar. Eran los lazos madre-hija.

    Quiso contarla lo que la haca temblar. Por qu no poda dejar posar la mano derechasobre la mesa? Por qu no poda hacerla dejar de temblar? Por qu la lata el corazny la haca llorar, cuando lo nico que quera era volver a casa y volver a besar a su

    amiga-amante y hacerla el amor, para joder todos esos temores que la iban rodeando enese momento? Estaba hasta los cojones. Nunca se habra permitido el lujo de estar enese estado. La haca ridcula. Habra querido poder gritarla a la mano: para, puta. Ycon ello, que sta la dijese: A sus rdenes, mi general, como en las pelculas dedibujos, donde uno puede viajar a mundos fantsticos en cualquier cama. En el mundoreal no sucede eso. Slo en el mundo de los sueos y en la cabeza, ese lugar, s, que esten otra dimensin en la que las reglas fsicas y racionales, por estar en el gnesis de lamisma Razn, no funcionan. All las cosas funcionan diferentes. All las chicaslesbianas siguen siendo heterosexuales aunque se follen a otras chicas. All esas cosasson normales. No follan los pobres solitarios con damas y ellas estn a unos cien

    kilmetros como para poder realizar un coito? Por qu ella no? En la mente puedehaber hasta mundos paralelos. Por ejemplo, puede aparecerse de repente un fantasma,una diosa En otros tiempos era natural pensar que stos se aparecieran como si setratasen de fuerzas squicas que, conectadas de alguna manera con el propietario de lavisin, se materializaban antes sus ojos. Eso eran otros tiempos, cuando era natural queconviviesen.

    En ese momento senta algo as. De pronto estaban ella (un alter ego) y su amiga-amante hacindolo sobre una cama, igual de ficticia, delante de su madre. Iba a gritarlas

    para que parasen; iros, iros de mi mente, las deca a las perturbaciones. Iba a verlas sumadre. Estaban montando un espectculo: gritaban como dos locas, y a ella le estaba a

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    punto de estallar la cabeza. Venus, seorita tejedora de sentimientos como las Parcas deldestino aunque stas estn subcontratadas por la diosa, jugaba con los

    pensamientos de la pobre.

    Su madre not que algo la pasaba. Tena mala cara. Estaba blanca, totalmente blanca.

    Qu te pasa, cario?, la pregunt. Cosas mas, mama. Que no s qu me pasa ,contest. No te habrs quedado embarazada, hija? Lo que faltaba. No, no. No eseso, precisamente. Y qu te sucede, hija?, pregunt interesada y preocupada lamadre. Su hija suspir.

    Se lo deca o no? Soy bollera, la poda decir. Pero no era buena presentacin para sunueva acera. Mami, me gustan las tetas y los coos. Demasiado infantil e impdico.O mejor: Me he tirado a mi compaera de piso?

    Al final la contest: Es que mi compaera de piso y yo tenemos ciertos Cmodecirlo?, qued dubitativa Os habis peleado?, pregunt la madre, Pero si esunaricura. Por eso mismo, mam, porque es una ricura, murmur. Cmo?, pregunt;haba ledo sus labios. Es una cosa complicada. No te habr quitado a algnchico?, apost su madre, Y continu: Por esas cosas no te pelees. Lo importante esestar con quien te quiere. Ella te aprecia mucho por lo que s. Y tanto que meaprecia, volvi a murmurar. Deja de murmurar, y di lo que me quieras decir. Tanmala es la cosa?. Hombre, mala, mala, no es. Pues entonces ni te preocupes. Ya,la cosa es ms complicada. Lo malo es lo quesignifica. Qu quieres decir? Ay, veteal grano. La estaba poniendo muy nerviosa.

    Nada, mam, no es nada, la dijo resoplando. Joder hija, ni que te hubieras acostadocon ella, solt sin conocimiento de causa, amargada de tanta vueltas.

    Se puso ms blanca an. Y su madre tambin. Saba lo que significaba. Ahora saba elsignificado.

    Habran querido rer, pero no podan. Esa situacin no era de risa. Eso s, cualquierespectador se habra redo, as que ustedesqueridos lectoresimagino que se estarnrindose...

    Me he enrollado con ella. Lleg, me bes y todo fue rodado. Y es que par sudiscurso y se qued pensativa, con cierta melancola y un nudo en la gargantanuncame haba sentido tan bien. No te imaginas lo bien que me sent. Y no es plan de contartetodo,medio sonri con amargura. Ahora su madre empezaba a parecer un reflejo de lamujer-bifaz que se senta su madre.

    Eso s que haba sido una sorpresa, y no la suya. Bueno, hija. Si eres feliz as ysonri su madre, y eso le quit el nudo de la garganta. Yo ahora estoy con otro hombrey creo que me hace sentir as. Te entiendo, de alguna manera. Aunque a m no me

    gustan. A m tampoco, contest ella, pero ella es diferente. Todos (o todascorrigi) lo son. Crees que t padre no lo era cuando lo conoc? Y ese hombre

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    por cierto?, interrumpi su hija. Lo conoc hace poco. Ya estaba harta de tu padrey, contest animada y nerviosa. No me tienes que dar explicaciones. Buenaexplicacin es tener que aguantar a ese simio toda una vida, y por m seguramenteNo, hija. No siempre fue as, y adems, es tu padre. No deja de ser un simio Pues

    para haber nacido de un simio no has salido tan mal Ya, porque lo hered todo ti.Menos mal Y qu vas a hacer t con tu amiga? , pregunt inofensivamente peroque la pareca como una pualada a la chica amazona

    No lo saba ni ella. No los; pero s que le gust, y ella me gusta a m. As que ya sever. Nos follaremos, nos querremos, y seamos lo que seamos, ya se ver. Es mejor nodarle ms vueltas. Es amargase la vida, la dijo su hija, y su madre continu: En eso te

    pareces a tu padre. En qu?, pregunt la hija. En amargaros la vida cuando lotenis todo muy claro. Puede ser. Pero yo no soy una vaga y una cuasimachista, omachista directamente, que nos haca fregar porque l era el que traa la pasta. Y cuando

    no la traa, tambin. Tcate las napias Pero te repito que es tu padre. Y oye, el tocon que ests?

    La espina de su madre. Fue entonces cuando dese haberle llamado y trado all y que lohubiera conocido su hija.

    Una pena que no estuviera all. A ella no se la aparecan la gente en la otra dimensinmental,como a su hija: los aos, que perfeccionan la tramoya de la sique. Pero aun as,sonri como si estuviera ah acaricindola la espalda.

    No lo conoces, le dijo. Ya lo s. Oye, no soy tonta sa es manera de hablar?, la

    replic de mala manera. Joder, es algo lgico, la contest con una risaseminerviosa,entre la hilaridad y el miedo. Cmo eres. Ah eres como tu padre; y te quejas de lMam, por favorDeja de decir tonteras, joder, joder: estoy que voy a explotar.Me dices que te vas a separar y que tienes pareja el mismo da que me enrollo con micompaera de piso. Que, joder! no s qu cojones me pasa, no s si es que soy boyera oqu, o qu me pasa, o quin ha hecho que la tierra cambie su rotacin y toda la Tierra sedesoriente. Vale, mam? Eso es lo que me pasa; estoy atacada, he intenta-do sernormal, si es que lo puedo ser. Crees que puedo hablar de una manera, tambin,normal. No puedo. No puedo, se call cuando iba a decir: estoy harta de que

    me tenga que comportar; quiero gritar; no soy tan fuerte, ni soy una roca: a veces lasrocas tienen sus heladas y sus erosiones; los dems pueden no tenerlas, o mejor dicho,no parecer tenerlas. Yo en cambio, estoy que me voy a perforar; me voy a romper pormitad Pero eso era demasiado detallismo.

    Su madre, que no era tampoco una metomentodo y pesada, simplemente se qued ensilencio, y as, la mir en silencio, sin hacer ms: en silencio absoluto.

    Haba cambiado mucho. Por primero vez se fij en su anatoma fsica, como mujer y nocomo hija; ahora tena unos senos que cualquier hombre deseara acariciar y

    circunrodear con sus brazos de simio posesivo y territorial; as tambin sus formas dehablar eran ya no de una suplicante niita, sino de una chica de veintitantos, que como

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    tantas otras, tenan sus rollos, sus dudas (existenciales a veces), sus ardores vitalescomo se, sus deseos, fueran sexuales, fueran laborales, fueran como fueran; era claroque no era su chiquita, y entendi que no era da para complicar ms la cosa. Pero no selo cont lo suyo.

    La pas la mano por el brazo, en seal de consuelo. Bueno,maana nos vemos? S,claro. Pero trete a cmo-se-llame. Y t a tu amiguita?, brome, despus de latensin. Mam, no es plan. En mi poca eso era lo normal. En tu poca no habalesbianas ni mujeres separadas y con novio Pero vamos Cmo que no?! A dosmanos. Pero no hacan exhibicin, no iban por la calle morrendose; ni las lesbis, nilas separadas. Dos grupos femeninos bastante apreciados por el Paquito. Eso s; yeso est bien. S, porque si no fuera as, yo estara ya quemada y/o rapada al cero .Antes me mato que verte rapada, hija; tenlo claro. Mejor boyera que en el armario,dijo y luego sonri; las dos sonrieron.

    La madre se encamin por la Rondilla esperando encontrarse con su amante. Habaquedado con l para dentro de una hora, pero le haba salido un imprevisto: su marido,que quera complicar la separacin. Tena prisas por ese motivo y quera hablar y estarcon l antes de ir al encuentro del cenutrio.

    Tuvo suerte: estaba en casa, y ms solo y aburrido que la una. La vio y una sonrisitasincera y de criminal confeso que se est redimiendo salt de su cuerpo para engatusar ala madre, que sus senos maduros se hacan notar ms que de costumbre, en coalicinmaligna con su pelvis y sus caderas.

    De pronto le apareci un estertor de algo que l no sola conocer, por mucho quealgunos insinuaran lo contrario: el ansia, no de posesin como el de su marido, sino una

    posesin distinta, de hacerla el amor. Hubiera agachado la cabeza y no habra hechonada si se hubiera ido por su marido. Pero se habra cabreado como lo haca su maridoahoratodos amamos, no? Lesbianas, poetas, estudiantes solitarios Todos.

    Y s, aquello era un amor corts del s. XXI: algo que hubiera parecido pattico, y encierta manera lo era; pero los seres humanos, todos, sin distinciones, lo somos por vivir,

    por ser seres vivos; todos tenemos unpathos, que se vuelve y nos vuelve, de feos seres a

    bellos cisnes, en una sola lnea, en un regln de un verso de un poema...y l estaba dentro de los versos de aquella mujer. Los dos ya tenan bastantes aos;ella ms, eso s. l rondaba los treinta y tena ms relaciones en su haber, pero no eratan experimentado, en el corazn, como esa mujer de cuarenta que pareca tener treintay, a veces, hasta veinte: el amor la haba rejuvenecido. l haba madurado a pesar detodo; pero se senta inseguro y sin armas cuando la tena all, sola e imperial, para lsolo, sin tapujos, sin vestido... Poda haber sido un mandn, un egocntrico, unhijoputa

    y aunque pareca un pasota, una persona que no le importara el resto de lahumanidad, l no era el hombre que se conoce y hace su papel de macaco y lo usa para

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    servirse de un harn. Poda tener ese ardor tan rabe y latino; poda sentir los versosdel poeta que necesita eyacular en los aposentos ms secretos de su amada; poda

    percibir cmo se acrecentaba

    y todos los reglones se quedaron en suspensin, en el mismo rincn que haban

    quedado, para poder or su voz que sonaba y lo enamoraba. stos eran los mejoresversos.

    y entonces ella habl, se acojon y, a la vez, algo que no se podra ni descifrar por lmismo.

    Sorpresa! Felicidades pap!

    Estoy embarazada, cario, ledijo con ese apelativo, de cario, con el que intentabaaliviar la carga que conllevaba la frase. Una carga que, luego, aumentara, ya no slo

    fsicamente en el vientre de sta y, despus al parir, fuera de ella, sino en las cuentasimaginarias de lo que haba sido un hogar monoparental, ahora convertido en familiasuigeneris. Qu haran, cmo viviran? Qu hacan con ese marronazo?

    Bueno, marronazoCmo poda ser tan tonto? Quera abrazarla, besarla, amarla anms Un hijo. Haba gente que ni siquiera poda decir que poda tener hijos; habagente que los peda al Imperio Chino como antes se los pedan a la cigea y es queahora ya no vienen de Pars, sino de Pekn.

    No la dijo nada, no la dijo que eso era un marronazo, ni se lanz como un loco abesarla. Se acerc a ella lentamente y la abraz, igual de lentamente. Se abrazaron y laapretujo contra l.

    Sea como sea, no pasa nada. Tiraremos como podamos, la dijo al odo. Ella no lonecesitaba, pero la alivi. Significaba que la quera, al fin y al cabo. Y si hubiera sidouna mujer estril de veinte aos, la habra dicho lo mismo, que daba igual? S, seguro.La vida ha de ser natural; tenemos que tirar con lo que hay, querer a quien se desea deverdad: ser como es uno y punto.

    Poda haber fracasado en casi todo, pero por lo menos poda decir que ella tena aalguien protegindola en la alcoba, de posibles pesadillas, como esos protectores indiosque se ponen en las habitaciones por mucho que se sepa que no hacen nada para quitarlos miedos.

    As somos los seres humanos. A veces somos idiotas. A veces estamos borrachos, deira, de amor, de risa, de ganas de vivir Porque morir, suicidarse y no vivir, eso s quees un pecado, y no los de la Seora Madre Iglesia. No vale de nada decir: Yo no s quhago; yo no s cmo seguir, estoy cansado, estoy roto; me voy a dejar cazar por elhombre-toro del laberinto. Hay que ser Teseo y engaar al propio tirano-bestiaalimentado por el padre cuasidivino y el Rey-Dios Zeus. Pero como nosotros no

    tenemos espada, habr que escapar de l, del monstruo. En el camino dejamos marcasde por dnde pasamos; all queremos volver para salir del laberinto. Es como un sueo.

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    El Ddalo darwinista no dejo resquicio ninguno para salir; slo quedaran las estelas enla mar, en las que mirar y creer que podemos volver a todas esas cosas que un da, s,fueron reales, y mientras, luchar contra el monstruo. ste se dirige contra ti slo

    porque es la voluntadcon la que fue forjada, la misma con la que el hijo de Zeus sedespe del cielo Y nosotros somos como l. No culpes al Minotauro. Ponte ante l:vers tu rostro; vers tu oscuridad; vers tus ganas de pelear contra ti mismo; vers eltemor contra ti mismo; vers el amor, cuando te veas en l a ti mismo y te quedes

    preguntndote quin eres; vers que el Minotauro y Teseo no son ms que lo mismo.Por eso, la mayor victoria es conseguir que Ariadna nos conceda una mano. Nuncamatars al monstruo; pero bueno es tener quin te consuele cuando sabes que un da te

    pillar el monstruo

    y ella era el amor en ese laberinto, como Ariadna. Llegaba tarde y de aquella manera,pero, ay!, quin cuestiona al Hado? Han tirado los dados y ha salido un doble uno. Por

    lo menos puedes tirar otra vez. Qu ms da la tirada? Tira otra vez y cllate.Durmieron un buen rato: unos veinte o treinta minutos, y parecieron toda una eternidad.Todas las cosas levitaban como en un sueo. Los armarios parecan rboles milenarios,sus pomos, flores; sus ropas, capas de proteccin de madera que protegan la sabia delcuerpo; la ventana con vistas al mundo de afuera, una muralla frente al este del Edn, aligual que la de los simios de hace siete u ocho millones de aos saliendo de las selvas alCaos de la Vida: ella era Eva, l Adn. Y quin se poda quejar por la Creacin?Porque as estaba escrito, y la Vida es Palabra Divina: Adaptacin, Conservacin,Cambio

    y sus ojos se abrieron an ms y todo el aspecto de sueo se fue despejando, alcontrario de lo que pasaba en el cielo de fuera, fuera de lo que se vea por la ventana,donde el cielo plomizo continuaba encapotado como oscuro dragn de azul oscuro.

    Ella se tena que ir. Un beso. Un adis. Nos veremos. S, cario. La sujet la mano.Se tena que ir. Vale. Luego nos vemos, sigui. No le gustaba que no se cumplieranlos planes, nunca salan como a l se haban imaginado. As era la vida. Qu elMinotauro est en todos lados, amigo!

    l tena que irse tambin. Record de pronto, como si hubiera ya despertado de un largosueo, que tena que ir donde su hermana y sus pequeos renacuajos. Se rio cuandopens que l pronto sentira lo que ella senta; y se dijo que tambin se pondra de losnervios y se enfadara con sus propio renacuajos, pero que los querra de idnticamanera...

    No tena ni jodida risa aquello, pero a l le haca gracia. Porque era la vida. Como si sehubiera encontrado con el Minotauro y lo hubiera asustado con una gran risotada.

    Tard un poco en ponerse en orden, vestirse y dems temas del alio. Hasta que lleg elbus y se subi en ste, el cielo se haba encapotado como un gran escudo de escamascon salientes puntiagudos, y con algunos claros, semimsticos y supervivientes de la

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    falsa noche formada por la tormenta que iba a caer. La oscuridad y los rayos del sol dela tarde se juntaban en un baile de luces y nubes o competencias, algo as como uncombate entre lderes polticos en que cada uno intentase imponer sus aspiraciones, queemanasen bajo stas las presiones de los lobbies, y al final fueran parte de lo mismo:

    parte de laNatura.

    Pasaron los edificios de Valladolid por sus ojos, a travs del cristal del autobs, igual demontonos. Sus pensamientos se debatieron en duelo entre la duda y la esperanza, queeran primos hermanos pero estaban enfrentados como Can y Abel. Sali del bus ysuspir por un momento.

    Le dio el sol en la cara; no le dejaba ver. El sol se haba dispuesto a atacarlo justo enuno de los pocos vanos de las nubes, que parecan ptreas escamas azabachescombatiendo al sol a punto de morir en el horizonte, con esa luz de realidad onrica,mientras naca la noche, creada en ese manto azul-oscuro que iba surgiendo, a punto dellegar a la grotesca catarsis de la oscuridad.

    Camin por los Pajarillos, algo miedoso. Su aspecto era amenazante. La luz del solenseaba las caras deshechas, cansadas, trabajadoras y olvidadas; la oscuridad dejaba alas sombras bailar, hacindolas temblar a stas, por las que, entre ellas, siempre podahaber un diablo; y en cualquier momento los edificios, horribles cavernas de ladrillo yhormign, se podan caer sobre l como los muros de Jeric. Todo se abocaba como unescenario apocalptico a sus ojos.

    Paseando por all se encontr con que haban acordonado lo que deba ser una escena de

    un crimen o algo as: all vio el cuerpo de un gitanillo, acuchillado como un cerdo.

    A la luz del sol uno vea un cacho de cuerpo, mezclado con cuero y sangre, como uncerdo, destripado, arrancada la vida, arrancada la sangre (eso pareca) de su ser,arrancada hasta la sonrisa, desencajada en una mueca que, en otro contexto, sonara achiste pero que as daba miedo. Tirit de terror.

    Las sombras y los contrastes de oscuridad de aquel mundo le dejaban en cierto sentidolevitar de la buena fantasa de su amor, le cogan y le bajaban de las nubes; aquello tenaalgo de tristeza, de ruin o de fatal, o de tpico tema de drogas. Quizs haba querido ser

    bueno, y por ello le haban matado; quizs le haban matado los suyos, por chivato;quizs haba sido una banda rival, quizs un ajuste de cuentas; quizs un tema de amor;quizs lo haban matado las terrorficas paredes de los edificios colindantes, que sehaban acercado a l poco a poco y le haban ahogado, como haba imaginado antes; oquizs le haba matado Fuenteovejuna, o como Ulises a Polifemo, que haba sidoNadie.Aunque en este caso Ulises haba sido asesinado por Polifemo; David haba sidoderrotado por el tirano y los judos caan en las manos del gigante:Nadieera el gigante,que era aquella ciudad.

    As moran los perros de los barrios que los nios pijos de Parasopiensan que sonmutantes, y que ms que judos, parecen palestinos: los cananeos siempre estaran, por

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    siempre, para condena del Seor, en la oscuridad de aquella cloaca iluminada por la luzde cada maana, luz fuerte y llena de liblulas, volando como lgrimas del sueo de lavida. Siempre acuchillaran a alguno que intentase huir de la crcel sin muros, porque aveces las crceles no tienen barrotes y que, para algunos, la mejor de ellas es la de loslibros, a la que se va para huir de esta primera.

    Los policas que estaban all no le daban mucha importancia; hablaban de algo que l nopoda escuchar. A ellos no era algo ms que de costumbres por all y, por qu les iba aimportar lo que no conocan, a pesar de vivirlo da a da? A quin importa lo que no seconoce, lo que le es lejano, lo que nunca se lleg a conocer? Ellos ya miraban sinimpactarse: se haban acostumbrado.

    La vida de aquel hombre era totalmente ajena; no lo conocan de nada; era otro cuerpoms que caa en la acera de Valladolid. No era muy diferente de los miles que podanmorir en la tierra: porque los muertos superaban ya a los vivos en la Tierra, por muchoque estuviera superpoblada; pues as era la vida de hoy, deslizndose hacia un topedesconocido de muertos o de vivos.

    Lo que no poda or, era que hablaban de un cuerpo de mujer, encontrado en SanNicols. Haba sido un asesinato muy claro, a vista de todo el mundo. El asesino habasido el marido: algo pasional, machista y con cuernos de por medio, adems. Ella seestaba separando de l y, encima, tena un amante. El marido, en una vena sangunea ysanguinaria, haba decidido que como no era suya, no sera de nadie; ni siquiera la quisodejar que fuera feliz: las mujeres no tenan corazn, no sentan; para el machista una

    mujer siempre sera un objeto de su ajuar. Los parientes no saban ni el nombre delamante. Nadie poda decirle a aquel desconocido, por lo menos por decencia o algo assi es que se le puede llamar decencia, que el ser ms querido para todos elloshaba muerto por un hijoputa al que le ponan, reiteradamente, unos cuernos biengrandes y que as haban conseguido humillar su ego varonil. Eso no era decencia: erainsultar pero sin querer. La realidad es as, un insulto la mayora de las veces. Aparte,cojones, el amante! Push, se era cmplice! En esta vida no se ama, se sobrevive y

    punto.

    Pas por delante y no le dio muchas vueltas. Aquel, gracias a los dioses, no era su

    mundo; haba estado cerca, pero gracias al Hado no haba padecido la enfermedad delos barrios marcados, de los que se ponen un muro de pragmatismo social.

    Los gitanos, unos navajeros; los obreros, unos mugrientos y sin cultura; las niitasadolescentes, unas golfas, una frescas; los chavales, unos vagos; y los inmigrantes unosapestados intocables. Sujetos as, mejor apartarlos de todo; apartarlos de los modales, dela Educacin, del saber, de todo: no vaya a ser que se rebelen

    Y uno qu hace? Mirar. Los gitanos siguen siendo navajeros, los incultos no van a laescuela; las frescas no se quitan de ensear las seoras tetas, que quien las ven no las

    puede dejar de mirar, los guajes se divierten en la canasta, sin dejar a nadie ms jugar,sin cesar en encestar una y otra vez ms, sin obtener ni victoria ni derrota, porque

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    juegan solos; y esos hombres de lenguas de cuento, diremos que a nadie le gusta que seles acerquen salvo si se les cuentan un cuento triste a sus hijos o a ellos mismos, niitosgrandes.

    Llam al timbre de su hermana. Sonaron la voz de ella y, a coro, las de sus hijos. Las

    vocecitas no dejaban or la voz de la matriarca, y sta se pona furiosa y los gritaba perono hacan ni puto caso.

    Al final tuvo que soltar el auricular, mientras esperaba su hermano, acostumbrado perocansado de ver la escena habitual. Se poda percibir un murmullo, que eran los rugidosde la madre poniendo en firme a la tropa dscola.

    Suspir. Luego, por fin, se abri la puerta.

    Su hermana le sonri y le abraz en cuanto le vio. Siempre estaba all, a su manera, pero

    ayudndolos. La tropa se pase a su lado; le abrazaron como los militares, de uno enuno y con desgana. La madre de la tropa le hizo pasar hasta el espacioso saln, lo nicoespacioso. Los tres pequeuelos siguieron pelendose. Despus uno de ellos dejo de

    pelear con el resto y le ense un libro.

    A su to le encant el libro, elegido por su madre; el nio haba heredado, sin sabercmo, el gusto por la lectura, aunque sin dejar de ser un alocado rebelde como sushermanos. Le dejo leyendo al chaval, en su habitacin, y la madre le coment lo desiempre. Su marido segua por ah, jugndose los cuartos.

    Ludpata. Maldito ludpata, el puto Pker, se le vinieron tales palabras a lacabeza.

    Los dos pequeos seguan luchando en batallas imaginarias sin saber que se estabanentrenando en aquellas peleas para nada, absurdamente. Porque las peleas no seguerrean, la mayora de ellas, en la vida real, se aguantan, y si se llega a sobrevivir elcamino, entonces s se consigue ganaren la Lid de la Vida; pero la furia y los puosslo consiguen asemejarse al animal irracional y no al racional, que no obstante, a vecesnos es necesario sacar...: pocas veces uno puede desahogarse y pegar un buen puetazo;entonces s que es una batalla racional y necesaria. Pero pocas, pocas veces. Casi

    ninguna o ninguna. Y cuando nos acercamos a una, casi siempre nos tocara aguantar vercmo esa partida de ajedrez se desenvuelve en derrota. Jaque. Jaque mate.

    Se quedaron en silencio, mirando la chiquillera. Qu voy a hacer? Pues seguir.Mirar hacia adelante. l la ayudara. Y seguira la vida, con sus voyerismo vital. Mirar yaguantar el chaparrn. Jodidos, pero no vencidos. Una batalla: pero no hemos perdido laguerra.

    Ella se recogi la cabeza sobre sus hombros. Como cuando eran pequeos. Doshermanos que, como todos, se peleaban o se insultaban, o se enfurecan o se dejaban de

    hablar, o; pero se queran:nunca haban dejado de estar el uno con el otro. Unidossiempre. Unidos para lo bueno y para lo malo. Y a pesar de todo lo malo, que siempre

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    pareca pesar ms que lo bueno, ah estaban; y eso era lo ms bonito de todo. Aguantar.Aguantar

    Qu futuro?, pensaron. No pudo evitar confesrselo. Estaba muy ofuscado; a la vezfeliz, a la vez agotado; deseoso de seguir, temeroso de poder caer y que las cosas fueran

    mal. Y se lo cont. Qu poda hacer? Acaso no se lo contaban todo. Eran gemelos, sinserlo. Como Apolo y Diana.

    Ella no supo qu hacer en primer instante, pero al final le sonri, y le abraz y le bes yle dijo: Ay hermanito! Pero qu vamos a hacer si cargas con todos nosotros? No losupo; y aun as la contest: Como sea. Y continu framente: Si hace falta me pongocomo esos relatos del Zafn: a escribir como un loco, noche y da, hasta que seconfunda y se fundan, y yo me vuelva loco. Por vosotros lo que sea. Sois mi familia.Siempre as de serio y tan a lo suyo y, a pesar de ello, aquello era verdad; lo hara, porsus cojones.

    No quiso tomar nada, ni un poco de alcohol. A ver si nos quitan un poco las penas, lebrome. No, no quiero, la replic. Quieres pasrtelo biensin anestesia?, ironiz.Me gusta que el desafo sea de verdad, sin juegos onricos o grotescos, contest conuna sonrisa, Nada de `drogas.

    Al poco se dispuso a irse. La dio a ella un beso y se despidi de los peques dndose lamano, pero de manera cmica, como si fuera una pelcula antigua, de comedia absurday payasa. Al salir de all, suspir y se dijo: Qu nos vendr?

    Siempre en la brecha, en la nica lucha, la del da a da, y sin una sola clemencia.

    Poco despus oy ruidos en el piso de arriba. Se peleaban, otra vez ms, marido ymujer, por temas de dinero. Su hijo estaba en la universidad, sin vocacin pero comoquien dice, vamos a hacerlo bien ya que vamos.

    Su marido acababa de perder el trabajo y la mujer se haba puesto a chillar que cmocoo lo haran ahora con el chaval, que tena el sueo de ser x graduado lo queantes era licenciado, pero ahora enseada para hacer catetos y no licenciados, pormucho que no tuviera, en realidad, ni puta idea ni ilusin por aquel sueo. Y aquel

    sueo era as como si en este sueo, el cerebro de este chaval estuviese en tabula rasa yslo se le crease una especie de niebla negra o blanca en el escenario onrico, o en todocaso, imgenes de necesidades fisiolgicas como comer, beber, etc. Es decir, que estabaen blanco total

    Aun as la madre estaba llorando y echando, de manera indirecta, la culpa al pobrehombre. La estaba prometiendo en ese momento que ira al sindicato, a ver qu podahacer. Pero l saba que nada, que no conseguira nada: ellos haban pactado losdespidos, y no ira sino que se tomara una copa y, si le daba valenta, se suicidaracomo aquellos de los desahucios. l no tena valor. Aunque nunca se saba, quizs le

    sala el valor y coga una cuerda y zasca!, al paraso. Fuera todo. Fuera problemas.

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    Pareca, entonces, la nica salida. El suicidio.

    Esa idea es la viene cuando todo parece imposible, y slo hay enemigos o, ms bien,ningn aliado; el mundo se ha alejado tanto que uno se pasa navegando por el cosmosahogndose, y quizs cayendo temporalmente en un planeta interesante, para luego

    darse cuenta que slo es un sueo producto de la cercana de la muerte. Entonces, hastalos sueos parecen pesadillas y Serezade espera para adormilar y, luego, clavarle elcuchillo al rey que la est atrapando en sus viles fantasas. Se poda decir que esta era lametfora de su vida

    Le estaba cayendo una de tres pares de cojones encima y no le importaba. Despus sefue de casa: que la jodieran a la mujer!; pase como un fantasma hasta el bar y se

    pregunt cmo haba acabado as: con una mujer que lo odiaba y que un da le habaquerido como una loca; con un hijo que conoca cada vez menos y que, en su interior,saba perfectamente que no vala para nada, ni para trafullero; y despido del trabajo quellevaba desde los veintitantosperiodo por el que se haba casado con su seora, la queya no le quera, y en el que, adems, sta se haba quedado en cinta del hijo que no vala

    para nada.

    Le miraba fijamente una joven de unos veintitantos. La conoca de vista. Era guapita; lehaba apagado mucho la vida trabajadora; se deslomaba por vivir y nadie la quera. Noera, para los ojos de los chavalotes, un conejito dulce para cazar. Y a pesar de ello erahermosa. Se miraban como se miran dos condenados a muerte.

    Vaya dos! Qu vida, qu puta vida! Un idiota sin empleo y una chica joven y en aos

    de merecer sin un que le alegrar la vida! As era la vida. Dados. Dados. Jugamosnosotros, pero los resultados no los conocemos; tampoco, muchas veces, nos dejandecidir ni cundo los lanzamos; quizs el modo s, y aun as pocas veces nos salen comoqueremos. Claro que decidimos. Claro que sabemos qu nos arriesgamos, y siempreestn ah; somos unos ludpatas vitales; nos da igual que se nos rompa el alma jugandoas, pero continuamos jugando. A veces es mejor dejarlo. Y pens en suicidarse deverdad, dejar de tirar los dados para siempre.

    Pero no pudo, pidi otra copa y volvi a casa, mientras la otra chica lo miraba,

    pensando que, como deca Murakami, en estos momentos beben los adultos. Bebemoscomo los nios tienen necesidad de soar, de imaginar, de jugar. Ella llevaba sin jugar alos juegos adultos mucho tiempo. Y se mezclaba el deseo de amor, como el que tienenlos propios infantes, y el deseo de los adultos, el del sexo. La picaban las interioridadesde tanta soledad; el no pasearlas con el flor del deseo tena sus consecuencias. La

    picaba el conejillo y no haba nada para evitarlo: quizs unos dedillos juguetones

    Hoy la tocaba trabajar. Se ganaba el jornal en un barucho aledao a un Telepizza oempresa pizzera de cuyo nombre no recordaba, que estaba cerca del paseo Zorrilla, pordonde se iba hacia la estacin, entre la Casa India y la estacin de buses. All le tocaba

    ir. Coger el C1 o C2. Ni siquiera ahora recordaba cul tena que coger: uno era paravolver, otro para ir. Lo sabra al ir, por pura lgica e inercia.

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    Estaba como mareada. Un mareo vital, diramos. Bueno, lo que es tener varias copitasen el cerebro y en el estmago. La afectaba tanto a uno, a sus pensamientos, que sevolvan lquidos, movibles, convertibles en otros estados, gaseosos, helados, comoalotro, al estmago, el que causaba en el cuerpo un desosiego fisiolgico y con l, el delos sentidos, y despus, el de los sentimientosya que al fin y al cabo los sentimientosvienen de la interpretacin sensitiva.

    Vamos, que se senta una mierda por culpa del bajn. Una jodida mierda.

    Al subir al bus lo cogi correctamente, aunque parezca imposible, el movimientodel vehculo enorme, dando trompicones, casi la hizo echar toda una soberana marca de

    pota, en recuerdo de la buena noche de aquel da, que ni recordaba cul era. Y a quinle importaba? A ella no le importaba

    Menos mal que tena paraguas! Llova como el Gran Diluvio. Pareca que nunca se

    fuera acabar Cmo caa! Y hacia abajo eh! Porque es fsica pura. Siempre paraabajo. Todo caa para abajo. Fuera bueno o malo. Ah, poda un da volverse loco elmundo, que todo cayera hacia arriba! Qu todo se vuelva loco!

    Pero todo segua igual; pero todo iba hacia donde deba ir (o eso nos dicen, o creemos);pero la Fortuna siempre caa hacia abajo; pero siempre haba alguien que sufra ms;pero yo no poda consolarme; pero todos sufran, pero todo segua igual, pero ningunopoda decirme: Tranquila. Lo s. Te entiendo. No habanadie que se arrimase por laespalda y te diera la mano para sujetarte y no caer en un abismo bien grande. As

    pensaba. Se crea un poco nica; acaso con la misma necesidad que cualquier persona

    en una situacin parecida. Porque ella era como cualquier persona. Su Yo y susCircunstancias.

    Pase por la gran avenida, preciosa y con olor parisino, aunque a su medida: una escalamenor, castellana, ms pobre y menos estilizada. Caminaba en la realidad, pero estabaen una burbuja; como una cosa extraa, como la de la chica amazona, ella se paseabaentre aquel lugar y uno diferente, a veces uno mental lleno de recuerdos, lleno dedisgustos, de desamor, de deseo, o eran, incluso, el lugar de sus propias fantasas.

    Si se pudiera formar un cajn de sastre con todos esas monstruosidades mentales

    monstruosidades me refiero como sueo de la Razn, a entendimiento goyesco,quizs se hiciera una comeda muy buena; pero tambin, su drama. Cuasimodo era

    benigno despus de ser considerado, ante todos, como un monstruo porque elmonstruo es algo social: no, mejor dicho, el Monstruo Comn es el que crea lasSociedades, pero los hombres somos, como individuos, los que creamos y luegoextendemos esa idea del monstruo como verdaderas enfermedades malignas (adems devenreas; sfilis mentales y contagiosas, comunicantes e imparables).

    Ella habra sido considerada un bicho; habra salido en algn relato kafkiano con formade gusano, y todos sus pretendientes, reunidos por ausencia de Odiseo, su novio bello,aguerrido y dems eptetos gallardo, se habran largado horrorizados: para cuando

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    hubiera llegado el hroe salvador, con todas sus batallas, sus dudas existenciales memeces humanas que todos tenemos a punto de ser exterminados, etc., etc., no lahabra reconocido, y para cuando se diera cuenta de que era ella, no sabra cmoreaccionar, y si reaccionar en algn momento, sera muy tarde: alguna esclava la habra

    barrido, literalmente, y matado a base de cachavazos. Una muerte muy asquerosa; zafiay cruel: una muerte al fin y al cabo; es la muerte, toca y toca, no queda otra. Hemoselegido, hemos luchado; pero, a veces, reitero, la Fortuna tira hacia abajo, porque es

    pura fsica. Todo lo que ha subido, cae. A veces cosas tan estpidas, como las purasesperanzas, hacen subir hacia ese lugar, y caemos. Porque es as, y uno,compresiblemente, se siente intil, un monstruo ms de aquel gaytrinar de la fantasazafia antes descrita Y qu cojones se le va a hacer? Y a quin le importa? A nadie,seores. A nadie.

    Vio cmo todo segua rodando. Sonaban los ruidos de las ruedas de los coches. Eran

    sonidos estridentes y, a la vez, silenciosos, porque eran sonidos ambientales, como loscantos de los gallos, el de la alondra o el de cualquier animal. Los edificios eran losmismos que otros das vea, y, a pesar de ello, se les poda ver deshojarse el cambio deltiempo ellos: poco,pero haban cambiado Y seguan, ah, igual, da tras da! Eso eramagia! Y no lo era. Eso s era magia y no la de la fantasa.

    La gente iba dispersa, solitaria, sin apenas un momento para verse el rostro; todos idosen su propio mundo, quizs, y lo ms probable, vaco puesto que no tenan ni tiempo

    para un pensamiento, ni una luminosa ocurrencia con la que iluminar el rostro con unarisa. Todos caminaban, sin importarse de nada, cerca del de al lado. Paseaban los

    jvenes estudiantes, los ancianos, los trabajadores, los pequeos propietarios de unatienda, pequeos artesanos; tambin hombres de negocios, policas, chicas que tendrannovios que las queran aunque no las quisieran de verdad, chicas que no eran como ella,que posean una vida normal, que no tena ella y seran felices

    Todas esas gentes eran tan cercanas que en cualquier momento se podran llegado aconocer: todas ellas se saban de sentimientos, de haber perdido, de haber ganado,admirado a alguien, querido o deseado Y despus de todo, ninguna se saba elnombre del otro, ni su historia particular.

    Y a quin le importa? Todo est inventado. Otra ms, no? Otra historia ms. Otrajodida telenovela.

    Aquella parte del mundo, la Valladolid castellana y leonesa, mitad de aquella bifazcastellana, reconocible pero olvidada, y mitad leonesa, aquella Len, la otra Castilla oCastilla-Len o Castilla y Len, que estaba en el exilio prcticamente salvo enAsturias tercamente; en aquella tierra ibrica, que no recordaba su pasado de gloriams que para eptetos y se olvida de su orgullo y de decir: no, no, no pasarn, no

    pasar el olvido, no derribarn nuestro pasado; en aquella tierra misma, decaa el solcon sus luces oblicuas parecidas a manos que sujetarn la Realidad o el mismo Da o la

    Vida misma. Con su cada, caera todo. Y no existira ya nada despus de aquello. Lanoche dejara otro ser diferente: otra Valladolid.

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    El Valle Donde la Lidse trasformaba; la lid se encubra en las artimaas de Dionisioso de Yamaquel dios de la Biblia que est entre el viejo Poseidn y el terrible Cronos,aunque tambin sea irnico y risible como Dionisios. Dulce noche, noche eterna, bajolos ojos de Diana. Ella empezaba a nacer como una especie espejismo; pronto brillarasus altas galas, cuando la Noche viniera a propagar los frutos de su padre, el Caos;entonces Diana, en el momento en que algunos no tuvieran refugio en los brazos de unadivinidad, en Morfeo, en Venus, en Marte, en Baco, los consolara a todos, porqueella es as, como la Mara de los juerguistas, de los Sabinosadoradores del cantantey otros aclitos de la vida nocturna, donde todo es posible, donde todo vive.

    Las cosas parecan igual. Los coches seguan fluyendo. La gente caminaba por lascalles, yendo a casa, yendo a trabajar, como nuestra pobre curranta; mientras ellalaburaba, otros se emperifollaban con la vestimenta y el bagaje adecuado para ir con laseorita Noche, coqueta e hilarante. Los papeles cambiaban; salan asuntos tabes, se

    sonrea por cualquier cosa cuando antes se lloraba; lo que se presuma, se vea que erafalso, aunque se haca pico a los ojos de los hipnotizados por el alcohol; el gran amorse haca estrafalario; se joda con la fea, y la fea, para ms inri, haba que joderse hablando del tema, cmo joda, de tan jodida todo el da, todas las horas, toda lavida!, amaba como ninguna, por muy pequeas que tuviera las tetaslo que le dabacierto dinamismo sexual adems, por muy de pequea de estatura que fueraay delas pequeas! Lo que dice el refrn!, pudiera ser cierto, por muy que... Se volvatodo de un nctar misterioso. Era la Noche con la Locura! Era la Noche y el Caos,Diana, Venus y todo una pompa en el Circo Mximo de Valladolid! Corran los lobos,los perros, los conejos, todos los animales de Diana!

    La Noche haca su magia perversa, como el Da, en su Realidad, que engaa con suonrico sueo de verdades; la Noche todo lo distorsionaba, y la Realidad se destilabacon el juego de las sensaciones embotelladas por su calor; el Da tena la serenidad queguardaba lo reprimido, la Noche sacaba el desorden, lo esperpntico, lo expresionista, ysu fro creaba el deseo de sacar toda esa frialdad en abrazos de otra persona, o comofuera

    Pero aquella noche no sera para ella. Algunos tenan que desperdiciar su encanto parasobrevivir; tener que sobrevivir era lo que tena que hacer, se tena que ganar el jornal

    para poder tener sus placeres, como pagar el alquiler, comprar un da de esos un libro opagarse una copa. Adems, unos tienen que trabajar para que otros tengan que vivir,no? Bueno, quizs en un futuro de robots no. Pero, mientras, algunos trabajan y otroshacen culto a la Noche. Unos se ponen, otros despachan. Aunque seamos sinceros,algunos por el da se ven libres de este servilismo nocturno en compensacin: es lo quetiene la Noche, trasfigura papeles, para bien o para mal. No hay frutos para todos; nohay diversin para todos; no hay amparo para todos. Algunos deben de llorar por lanoche; algunos deben sufrir; algunos deben ver cmo sus sueos se hacen pesadillas.

    A la pobre proletaria le tocaba la parte de observar cmo trascurre esta seorita, con sujuerga; a veces poda ver cmo vomitaba, cmo se peleaban por asuntos banales,

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    algunos carnales, algunos de dinero. Pues, eran estas cosas las que pasaba en esa noche;la Noche disfrutaba, sin ella, de su historia El Mundo: un nudo de historias, que sonuna historia; ste nudo, nudo de nudo, como un ovillo, que corre y corre, y se olvida des mismoQuizs, haya un gato movindolo?...

    As era la noche. Y ella sirviendo en medio de ella, como una sirviente de una divinidadque no se pudiera verse ni tocar fsicamente pero que ah estuviera, como el are, comola fsica o el magnetismo. Eran los dioses de la Natura. Metafricos. Alguno dir queno: pero ante la Muerteotro personaje que dicen que ama la nochepocos parecenacordarse de Dios, y los que estn all con l, nada han comentado sobre Su Excelencia;mientras, Darwin se ha acercado a los dioses de verdad, y aunque en distintas partes sellamaron de muchas formas, nuestros dioses parecen puestos al caso para representarlos.As vuelven a jugar los dioses romanos y griegos en la urbe; en el campo, los santuariosceltas en cada uno de los claros de los bosques; en las corridas, en las que se maltrata al

    viejo dios semita, Baal, sustituido por el que estn consagradas las iglesias; y en lasnecrpolis los muertos godos vuelven a la tierra con nombres ms modernos, pero conapariencias tan viejas como la de los cadveres de aquellos seores que nuestros padresdeban saber de memoria.

    Lleg hasta el garito. El jefe no dijo nada, gru simplemente y ella entr a la barra.Empezbamos bien

    Unos niatos estaban bebiendo, y aguantarlos, tener que ser una niera, y adems,servirles ms alcohol Era como si una madre le diera al hijo una espada, para

    aprender a usarla, y le riese cada vez que la blandiese frente a algn dragnimaginario.

    Los guajes se lo pasaban de puta madre, aun siendo las nueve de la noche; ya ni queranvolver a casa a cenar; iban a quedarse pedo enseguida, y encima tendran que llamar alSamur porque esos subnormales la haban liado desmayndose sobre la improvisada

    pista de baile, que serva de tal cosa la parte central del garito, por esa necesidad debailar que causa el alcohol.

    Y lo peor era que alguno le tiraba los tejos. Y la chica, necesitada, se deca que qu

    pattica era. Y todo se parapetaba como una sucesin de estupideces y otras memeces yrodaba, rodaba, rodaba, y rodaba, as, al son de las guajeras de lospequeos adultos

    Entr un chaval que conoca de su barrio y que, a pesar de que fuera un patn, le caabien, le gustaba un poquito. l buscaba a alguien. Ella no lo conoca. Sonri. Era lomejor de toda aquella noche. Qu cosas ms absurdas de la vida! Luego sera algunaotra cosa, como la soberana ostia de uno de la chavalera, que bailaba y jugaba como sifuera seor del mundo y pudieran comrselo. Pero, lo que estaba claro, que lo nimio

    poda ser lo ms grandioso en un escenario precario y lleno de malos actores. SuspirLos suspiros, como alguno habr apreciado en la vida, no son ms que rezos

    humanos, implorando la llegada de un paraso deseado.

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    El chico se fue del Telepizza a un garito del mismo estilo y se vio con una chica, y stale dio el mvil del que quera ver.

    Tan urgente es?, pregunt la piba. Estaba de muy buen ver; si no tuviera prisas, se lahubiera trabajado. Ms o menos. Relativamente, vamos. Pero lo que le tengo que dar

    es muy importante para l. Qu es? Bah, una tontera que quiere regalar a algunata Ah, s?, le pregunt retricamente; puso una mirada pcara; entrevea unaespeculativa pulsin, que a todos, pero sobre todo a este tipo de chicas, las pone msque cuando las suceden a ellas misma, como unas voyeurs del Deseo. stas es como siasquearan las acaricias, y en cambio las encantara fotografiar sus filtreos; las encanta seruna minicomentarista de los programas del corazn del barrio, del instituto, deltuenti; tienen su televisinen sus pequeas camarillas de amigas, y stas, como arpasasesinas, extienden la noticia de boca en boca en forma de terremotos sonoros. Arpas,ya digo. Aunque hay chicas que, como variante extraa, no son exactamente de esta

    tendencia y hacen esto slo por simples voyerismo, y disfrutan viendo escapar lossentimientos y, para el disfrute de los apolneos, hacen de pequeas celestinas. Estachica quizs fuera una de estas ltimas celestinescas, y no de la chusma cotilla; quefuera de las que se masturban, sensitivamente, al ser intermediarias del amor: debe sercierto que la vida es energa, y cuando la energa de los sentimientos nos toca, de lasformas ms diferentes, nos provoca una reaccin: igual que seres qumicos. Somosmuecos vud de la Qumica

    Sali de all, del local ruidoso, con el nmero de telfono y lo llam. Ya lo tengo.Tarde pero justo a tiempo. Joder, qu bien!, le contestaron desde el otro lado; ste

    pareca eufrico con la contestacin. Qu tenan ah? La caja de Pandora? Pues queno la habrn, o ya la haban abierto y quedaba all, sin corromper, la Esperanza?

    Sabes que soy un ezperto en esto de las antiguallas; el menda conoce, le sopltmidamente. S,muchas gracias; tremelo a casa, anda; lo quiero ahora mismo; se lovoy a regalar hoy mismo. Quin es la pava afortunada de tales obsequios? No laconoces. Pero es especial y, Todas lo son,chico; todas lo son, Ya, ya,Todas las tas son especiales para el tonto que la ronda. Cosas de la Vida, de laQumica. Sabes, los hombres somos qumica?, filosof el pequeo traficante dereliquias. Se rio el chico del otro lado y le contest: Ya, y la Fsica? Tenemos

    fsica. Claro, chaval. La Fsica se encarga de mantenerte en el sue lo; si a la chica lesale novio, ste te suelta un soplamocos: entonces ya vers la jodida fsica en la putacara. Aunque no es su nica funcin Si te contar. Mejor que no me cuentes ocontaras, le aconsej. Pues te gustara Qu cosas hace! Y lo que hace una chicaque va todos los das a pilates. Cmo eres, to, Soy natural. Soy yo. Soyirremplazable. Lo de nico, vale,pero irremplazable, Ahora mismo para ti s;como no vaya con esto, a la chiquilla no le vas a gustar; no vas a mojar y vas aamargarte; te amargars y te, fue cortado:Ya, ya, y me suicidar. Es una cadena.La vida es una cadena. Bueno, es ms explicativo decir que es un chicle. Vaya

    expresin, No hay otra, hermano. Bueno, ven ya. Ay, qu ganas de follar,amigo!, le contest antes de que ste colgara.

  • 7/27/2019 Sucesos de un Da Cualquiera

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    Ufff cmo est el patio. El chico debe tener un calentn del quince. No est mal, devez en cuando, echar una canita al are. Y lo que es una, que puedan ser dos, tres,cuatro, se dijo y sonri, quedndose quieto, pensando que as le creaba ms congojaal otro: qu gran cosa eso de ser parte de ese chicle qumico, y ms si uno puede tirar del y provocar un poco de friccin. Eso se llama vida. Lo dems, es teatro.

    A los escritores les encanta el teatro; no nos hagan caso; si eso, hagan caso a suspersonajes. O hagan caso, en tal caso, al personaje del escritor, por los dioses! Yaestamos jugando; como ronda la noche en el escenario, nosotros nos ponemos a jugarcon los hilos del Deux ex Maquina. Perdnenme la disertacin.

    Les confieso que ha sido adrede; ahora quieren saber qu es eso que desea el pobrechico, y yo les hago lo mismo que nuestro pequeo traficante haca. No seamosdemasiado juguetones y no queramos emparentarnos con tales sujetos, porque eso deempatzar puede ser malo: a uno le encasillan y le marcan. El chicle de la vida. Pero enmedio de la ficcin: la ficcin es un chicle imperfecto enjaulado en tinta.

    Se encamin a su destino. Pas por la estacin, aquel edificio renacentista, serio ygeomtrico, pero que tiene su cierto encanto por las noches, como cuando los guardasterciaban con el criminal, con un vagabundo o un borracho, o el puro y simple tedio. Al

    pasar delante de ella, por las vas pudo ver un tren deslizndose solitario, pasando por el