ComunicanteComunicanteComunicanteVIERNES 23 DE ENERO DE 2015 SUPLEMENTO CULTURAL 13

Y el arte, ¿para qué sirve el arte?

Si este mundo y esta humanidad están impregnados del pragmático

sentido de la urgencia y los resultados, ¿cuál es el aporte del arte? Ociosa ocurrencia de salir

por la tangente

Escritura automática (de un Godínez)

Estoy sentado y escribo. Escribo que estoy sentado ¿Cómo se puede divagar sin hacer paja?

Las pinturas del siglo XVIII de la Galería Episcopal de la Catedral, Museo de Arte Sacro, fueron restauradas luego de sufrir daños a causa de inclemencias climáticas y robos. Algunas de ellas, consideradas de casi pérdida total, recuperan su majestuosidad

Por: Ricardo Bonilla Esparza Págs: 4 y 5

Juan L. Simental Págs. 6 y 7 Daniel Azdar Pág. 8

Restauran obras de arte sacro

El 22 de enero de 1877 nació en Durango la mujer de la que se diría: “fue uno de los últimos verdade-ros contraltos en la historia del canto moderno, con notas bajas y amplias, profundas; con voz sonora y prolongada y con una técnica que le permitió interpretar a Rossini, a pesar del limitado conocimiento de coloratura en ese momento”. Su voz fue escuchada en Italia, Francia, Alemania, Bélgica, España, Suiza, Inglaterra, Argentina, Uru-

guay, Brasil, Portugal, Chile, Perú, EU… cantó al lado de Caruso y estrenó en Italia la “Misa Solemne” de Beethoven. Su última presen-tación fue en 1948, cuando, con la Ópera Nacional, cantó en el Palacio de Bellas Artes “La Gioconda”, de Ponchielli. Murió el 4 de abril de 1968.Sin embargo, como lo escribió el periodista Ignacio Mendívil (Ver-tebración, domingo 20 de abril de 2014), “parece que de ella, ya nadie

se acuerda”. El sitio forgottenope-rasingers.blogspot.mx presenta una breve reseña en la que aparece la duranguense y la titula “Cantantes de ópera olvidados”… ¿En verdad Fanny Anitúa ha sido olvidada?Andrea Montiel afirmó en “El Búho”, sección cultural de Excélsior, en mayo de 1987: “hay ocasiones en que hablar de los demás es una in-tromisión imperdonable. Otras más en que dejar de hacerlo, es omisión casi imposible. (…) Dejó huella con

sus ojos llenos de luz, su señorío, su porte legendario plagado de talen-tos. (…) Entusiasta, de ingeniosos atrevimientos, generosa, despren-dida, caritativa, justa. (…) Esta era, esta es Fanny Anitúa”.Solo muere aquello que es parte del olvido. Durango no debe olvidar a la mujer que le confirmó allá afuera, en el mundo, como tierra de artis-tas. Que el mínimo homenaje sea, a menos, el recuerdo.

El 24 de enero de 1965 murió Winston Churchill. El último de los

grandes estadistas, se le recuerda por su capacidad para predecir

acontecimientos futuros. Se destacó como orador, historiador, biógrafo, corresponsal de guerra, pintor, albañil, novelista, aviador, soldado y bebedor de coñac. “La

democracia es la necesidad de inclinarse de cuando en cuando ante la opinión de los demás”.

(Fuente: Sexenio).

La Escuela de Formación Musical invita a los conciertos en los que presentará “Mache dich, mein Herze, rein”, de “La pasión según san Mateo”, de Bach; Concierto para dos violines RV 522 en La menor, de Vivaldi, y el Gloria RV 589 en Re mayor, de Vivaldi. Hoy, 8 de la noche en el templo de Fátima y mañana, 7 de la tarde en el templo de Nuestra Señora de la Salud. Entrada gratuita.

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La Efeméride La Invitación

Director Editorial / Juan Lorenzo Simental Editor / Ricardo Bonilla Editor / Daniel Azdar Diseño / Grupo Editorial HADEC

Fanny Anitúa: ¿una de las cantantes “olvidadas”?

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“Nunca estoy solo. Tengo la costumbre de estar siempre con Salvador Dalí.

Créame, eso es una fiesta permanente”,

Dalí (murió el 23 de enero de 1989).

VIERNES 23 DE ENERO DE 2015

VIERNES 23 DE ENERO DE 2015

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Restauran obras de arte sacro de Durango

Contra el robo, las inclemencias cli-máticas y el andar del tiempo, las obras de arte sacro de la Galería

Episcopal de la Catedral Basílica Menor han sobrevivido por cinco siglos. Rescates y restauraciones han formado parte de una labor permanente para preservar esta ri-queza que forma parte de esa historia que se ha construido en Durango.

Así lo demuestra la reciente restau-ración que se realizó en una pintura de Miguel Cabrera, que data de 1767, de la Virgen de Nuestra Señora del Refugio, que era exhibida en el Museo, pero tras su robo y posterior recuperación sufrió de diversos daños.

Lamentablemente, hace dos años, en la Galería se registró un robo de arte sa-cro; quien sustrajo esta pintura no tuvo el cuidado adecuado que requería esta obra, lo que causó diferentes daños, explica el Historiador y custodio de la Galería, José Alonso Martínez Barrios.

Pinturas de Nuestra Señora del Refugio, de Santa Ana, del Obispo Pedro de Tapiz y García y de la colección de San Felipe Neri son rehabilitadas

Algunas obras de la Galería Episcopal de Catedral han

sufrido de robos y de las inclemencias

climáticas

Un estuche de la Custodia también

fue restaurado

Tras rescatarse la obra, el Instituto Na-cional de Antropología e Historia (INAH) intervino rápidamente en su restauración, con trabajo de consolidación y reintegra-ción de la pintura, que se estaba cayendo. Actualmente, ya está terminada.

Rescate de obras dañadas

Y recientemente, la pintura del Obispo Pe-dro de Tapiz y García, que sufría proble-mas de humedad, con daños en un 80 por ciento, fue intervenida en su restauración por restauradores especializados para re-cuperarla.

Estaba muy dañada, casi no se po-día mover, pues se corría el temor que se dañara aún más; por eso se recurrió a su restauración, con personal especializado, destaca el también custodio de la Galería.

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Restauran obras de arte sacro de DurangoPinturas de Nuestra Señora del Refugio, de Santa Ana, del Obispo Pedro de Tapiz y García

y de la colección de San Felipe Neri son rehabilitadas

Se cuenta con el respaldo de la Escuela Nacional

de Conservación, Restauración y Museografía

Por: Ricardo Bonilla

Un estuche de la Custodia también fue restaurado, un mueble histórico que si bien no se exhibe porque aún es utilizado en la Catedral, tenía daños en el terciopelo de su interior, al igual que donde se coloca el fuste.

Conservación indispensable

El objetivo es tener todas las obras en óptimas condiciones, que no se pierdan, que duren muchos años más para que to-dos los duranguenses y gente de diferen-tes partes cuenten aún con la oportuni-dad de conocerlas y se den cuenta de esa parte de la historia de Durango, afirma Martínez Barrios.

Con anterioridad, explica el Historia-dor y custodio, ya se había intervenido una pintura de Santa Ana y un cuadro de la colección de San Felipe Neri; actualmen-te se encuentran en la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museogra-fía (ENCRyM), en la Ciudad de México. Próximamente se esperan para exhibirlas nuevamente en la Galería.

Nosotros buscamos la gestión de al-gunas dependencias, escuelas como EN-CRyM para conservar, ya que algunas de las obras se encuentran dañadas, con ne-cesidad de estabilización, argumenta.

Al igual que estas pinturas, también se busca la restauración de los órganos. En la Catedral, se ubican órganos que datan del siglo XVII. En la nave lateral

derecha se encuentra uno de la segunda mitad del siglo XVIII que aún funciona. Para ello, la Comisión Amigos de la Ca-tedral llevó a cabo la rehabilitación en un 50 por ciento, ya que estos trabajos son muy costosos. Del otro lado, se ubica otro que se pretende restaurar, a través de una gestión que se lleva a cabo con Fomento Cultural Banamex.

Con estos esfuerzos, las obras de la Ga-lería Episcopal, Museo de Arte Sacro, se han conservado desde hace cinco siglos. Hoy pueden ser admiradas y descubrir en ellas esa historia que forma parte de la identidad duranguense.

Quien no conoce su historia está con-denado a repetirla, y la Galería representa esa oportunidad de conocerla, de observar esa trascendencia que marcó el crecimien-to de Durango, precisa José Alonso.

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Por: Juan L. Simental

Este mundo es de intereses, es de me-didas, de plazos siempre por vencer; de metas por lograr. Es de efectivis-

mo, de eficacias; de objetivos palomeados y reprogramaciones; los compromisos son para cumplirse. Es de prisas, este mundo es de llegar, siempre tener que llegar hacia alguna parte.

Que si las elecciones y las encuestas, los números que vaticinan un caballo que aventaja, como el que el pega primero para pegar dos veces. Que si los chapulines y su descaro de prometer lo que no cum-plen, pero ahora sí cumplirán –y no falta-rán los que vuelvan a creer… ¿es que hace tanta falta creer?-; que si los tránsfugas y el gatopardismo, y los partidos grandes y la chiquillería. Y el baile de los millones, pesos copiosos para echar al caño que al cabo este país, ya sabe, tiene la forma del cuerno de la abundancia.

Que si el precio del petróleo y los me-nos de cuarenta dólares por barril y el fon-do de contingencias que, juran y perjuran, salvará al país de una desgracia mayor. Y el dólar, ese tirano que esclaviza el peso desesperanzado de perspectivas mejores, billete verde constante por encima de los quince y centavos. Y el mínimo miserable, sesenta y tantos pesos exangües, justos apenas para tortillas y algunos huevos y un litro de leche y dos camiones multipli-cados por tres, por cuatro; la familia pe-queña que no vive mejor.

Que si la violencia que no mengua: Mi-choacán, Tamaulipas, Guerrero; Acapulco, la ciudad-puerto más peligrosa de México. Y los secuestros que, dice la oficialidad, disminuyeron un 18, aunque, quizá, fue tan solo el desaliento de las denuncias que nunca resuelven nada. Y la desconfianza, la increencia en las policías y en la Ley, le-tra muerta escrita en fina caligrafía.

Y el arte, ¿para qué sirve el arte?

En medio de su soledad existencial, el hombre busca completarse

VIERNES 23 DE ENERO DE 2015

Dicen que su misión es “crear belleza”, pero, quizá, es aún más que eso

La política y los políticos, y casas blan-cas y azules y amarillas y la corrupción y la impunidad… usos hechos costumbre. Este mundo es de intereses y de sálve-se quien pueda. Paren al mundo que me quiero bajar.

Y, en medio de todo, la pregunta, imper-tinente, inoportuna: y el arte, ¿para qué sir-ve el arte? Si este mundo y esta humanidad están impregnados del pragmático sentido de la urgencia y los resultados, ¿cuál es el aporte del arte? Ociosa ocurrencia de salir por la tangente.

Dijo el escritor irlandés George Bernard Shaw: “los espejos se emplean para verse la cara; el arte para verse el alma”. Quizá es que a veces es bueno que el hombre mire su alma. Quizá es que el arte está más cerca de lo imaginado: “si un hombre cualquiera, in-cluso vulgar, supiera narrar su propia vida, escribiría una de las más grandes novelas que jamás se haya escrito”, dijo el escritor italiano Giovanni Papini.

El arte, entonces, está presente, pero ¿por qué? Quizá es que el hombre, por na-turaleza, nació incompleto y a través del arte es que encuentra la manera de res-ponder al espejo, de completarse, y es que la creación de la belleza, objeto del arte, es la creación de aquello que le falta al hombre.

El mundo está lleno de

pequeñas alegrías: el arte consiste en saber distinguirlas”, Li Tai-Po

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Baste, por ejemplo, imaginar al hombre, extático, en el silencio ritual de la escucha de “E lucevan le stelle” (“Y brillaban las es-trellas”), de la ópera “Tosca” de Puccini. El hombre se conmueve, es decir, “siente con” el tenor que la interpreta, pero también con el autor que se conmovió a sí mismo en el mo-mento creativo. Hay que escuchar a Callas y el sacudimiento existencial que es la historia de “Madame Butterfly”, también de Puccini. Hay que contemplar “La piedad”, de Miguel Ángel, y el dolor amoroso de la madre que sostiene al hijo yerto; o adentrarse en “Las lágrimas de san Pedro”, de El Greco, y llorar el arrepentimiento del que negó tres veces al que le amó hasta el extremo; hay que leer el testimonio de la fe de aquel al que llamaban “ateo”, ese que, sin embargo, sacudió a Mon-señor Myriel, el santo, cuando, con lágrimas en los ojos, le dijo: si Dios es la idea de la per-fección, para que sea tal –perfecta-, entonces es que Dios tiene que existir, ¡Dios existe!… “Los miserables”, la obra culmen de aquel al que también llamaron “sin Dios”: Víctor Hugo.

Afirmó Voltaire, el abominado de las al-mas puras: “si Dios no existiera, sería ne-cesario inventarlo”… parafrasearlo se hace necesario: si el arte no existiera, habría que inventarlo.

“La civilización no suprimió la barbarie; la perfeccionó e hizo más cruel y bárbara”, dijo también el padre del Enciclopedismo. Quizá, entonces, es que el mundo moderno, prag-mático, de resultados y logros, frenético y de metas por cumplir, es la causa de que el hom-bre se pierda a sí mismo y esté aún más solo –si es posible- que en la soledad existencial en la que nace, vive y muere (Erich Fromm).

Entonces nació el arte, la tabla de salva-ción del náufrago: incuantificable, que no aporta ganancias mensurables, que no agrega un centímetro a la estatura del hombre, pero, quizá, le rescata y le reconcilia, le completa… le regresa la mirada en el espejo, cuando se atreve a mirarse a sí mismo.

“Los malos libros provocan malas costumbres y las malas costumbres

provocan buenos libros”, Descartes

¿De qué sirven los poetas?Germán A. Salazar Vázquez

Un hombre gritaba airado,(era ingeniero creo yo),a voz en cuello, enfadado, esto fue lo que gritó:

¿De qué sirven los poetas?¿Para qué los escritores?Nada siembran, solo letras,solo hablan de sus amores.

No generan producción,tampoco resuelven nada.Se la pasan escribiendode los duendes y las hadas.

Manchan de tinta las hojascon sus locuaces ideas.Frases verdes, grises, rojas,sosas, vacías o feas.

Nos leen sus letras de embrujosin tener ningún recato,se vuelven un reborujoy nos aburren el rato.

Gastan lápiz y papelen una gran cantidady sus sueños de oropeladolecen calidad.

No se explican en sus risas,no tienen ningún trabajo,no comparten nuestras prisasy lo gritan sin recato.

Optimistas irredentos,profetas de la verdad,mentirosos con sus cuentosy amigos de la amistad.

Nada hay en su favor.Nadie habla en su descargo.No tienen un defensory sí hacémosles un cargo:

Acusóles gravementede hacernos olvidarlos problemas de la gentecon su modo de narrar.

Disfrazan de azul la vida,vuelven rosa el panorama,con su voz todo dolor se olviday nace un nuevo mañana.

Fingen ellos ser felicese ignoran nuestro dolor,nos remiendan cicatricesy aligeran el rencor.

Pero un momento, espera:retiro la acusación…ahora caigo en la cuentadel poeta la razón.

Estaba cuando mi hijo en brazosen la primera ocasión, o cuando sentí su abrazoy temblaba de emoción.

Escuché sus tiernas vocescuando de mi madre inerteno tendría de sus labios roces,pues se iba con la muerte.

Presente también estuvocuando la mujer amada con su verso breve supodecirle que era deseada.

Ya mi reclamo retiro,anúlese mi querella, porque ahora del poetaalcanzo la comprensión.

El bardo pule la vida,le quita lo que la empaña,los sinsabores olviday a la tristeza la engaña.

Nos mantiene la esperanza,hace vivir la ilusión,y el escritor lo acompañadando cuerda al corazón.

Escritura automática

(de un Godínez)

Estoy sentado y escribo. Escribo que estoy sentado

Estoy sentado y escribo. Estoy pensando que estoy sentado y que escribo. Estoy escribiendo mientras estoy sentado. Escribo que estoy sentado. Escribo

que es martes 20 de enero, que pienso un par de cosas:Escribo que debo colaborar para esta edición y no sé

de qué hablar, así que pienso en la escritura automática a la vez que siento un poco de terror por llenar los caracteres requeridos para que quepan también un par de imágenes según el tema y dos tres recursos que resalten al mismo.

Escribo que llevo ya dos párrafos y que es posible salirme con la mía por una semana más.

(Me estoy deteniendo un poco, titubeo, miro el teclado, mis manos; tengo el zíper abajo.)

¡Aquí está de nuevo!: escribo que ya no hay nadie en la oficina y que tengo hambre. Que cargo 10, 15 pesos en la bolsa izquierda del pantalón (subo el zíper) y se

me antojan unas papas, no obstante –vaya vida– el edificio donde se encuentra la máquina surtidora está cerrado. Ni modo, me aguanto el hambre hasta llegar a casa.

He ido al refri de la oficina. Gusguee y nada. Todos los diseñadores comieron a sus horas. Ya ni hablamos del café. Los de ventas son los que más lo toman. Para eso de la 1 de la tarde ya no hay (¿con quién me quejo?).

Escribo que en casa tengo un sartén grande de frijoles charros que me hizo mi mamá para pasar la semana. Los probé y sabían, sin embargo, a frijoles con salchicha y jamón; es decir, que a mi mamá se le olvidó ponerle chile. “Cómprate un manojo y se los echas. Y ya”. “Sí, mamá”.

También tengo un pan Bimbo, jamón, queso amarillo y unas Ruffles (dudo: ¿con una o dos efes? Voy a Google. Google dice que con dos efes. Google, ese santo de los que ya no desempolvan enciclopedias.) ¿Qué me haré entonces de cenar? Un buen plato de frijoles y uno o dos sándwich (¿o sándwiches?) llenos de Ruffles.

Escribo que no han autorizado la edición de hoy y que todavía me faltan, justo ahora (bueno, no justo ahora porque justo ahora estoy escribiendo y van aumentando), quinientos caracteres. Debo, sin embargo –no lo lograré– hacer de esta escritura automática una

aún más automática sin caer, por supuesto, en la superficialidad, en la paja –¡vaya tonto!: ¿cómo se puede divagar sin hacer paja?

Y en terminadas cuentas, ¿lo que estoy haciendo es escritura automática? Voy a Google (otra vez) y dice de ésta: “es el proceso o resultado de la escritura que no proviene de los pensamientos conscientes de quien escribe. Es una forma de hacer que aflore el subconsciente. Consiste en situar el lápiz sobre el papel y empezar a escribir…”. Vamos, Wikipedia, actualízate, no estoy escribiendo con lápiz y papel; estoy en la computadora (daah).

Meño, el diseñador, me grita: “vámonos, ya autorizaron”.

Adiós por ahora, no terminé de escribir. Regreso mañana.

Ya regresé. Es miércoles 21 de enero. Sí cené frijoles y dos sándwich. Y sí terminé mi colaboración porque llegué a los caracteres requeridos.

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