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Genealogía Familiar

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  • Genealogía Familiar

  • GENEALOGÍA FAMILIAR

  • MADRID - BUENOS AIRES

    2016

    REVISTA TRIMESTRALDE

    GENEALOGíA, HISTORIA Y CIENCIAS AFINES

    AÑO III - NÚMERO 11 SEPTIEMBRE DE 2016

  • I.S.S.N: 2341-0329 Dep. legal: M-756-2014

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  • CONSEJO EDITORIAL

    Alfonso Beccar VarelaMariano Vilella y Sánchez Viamonte

    Santiago Castillo IllingworthJuan José Agrelo

    OPINIONES DE LOS ARTÍCULOS. El Consejo Editorial de Genealogía Familiarhace constar que las opiniones emitidas en los trabajos aquí publicados son de exclu-siva responsabilidad de sus autores, sin que su publicación signifique que ni el Con-sejo Editorial ni la compañía editora de esta revista adhieran o compartan los mismos,declinando toda responsabilidad de cuantas afirmaciones puedan hacerse en los artí-culos publicados.En esta publicación, los artículos, notas y referencias son insertados gratuitamente.

  • ILUSTRACIÓN DE CUBIERTA. Otto Grashof. “La doma”. Óleo sobre tela. Buenos Aires, 1853. Colección privada.

  • SUMARIO

    LOS “AVELLANEDA IGNOTOS” Y SUS PARIENTES RUIZHUIDROBRO.por Carlos Escudé.

    SCHINDLER.por Marcelo Aubone Ibarguren.

    GENEALOGÍA DE PEDRO DE CANTABRIA.por Pablo Vega Junquera.

    LOS VASQUEZ.por Juan Cruz Jaime.

    SANTIAGO DEL ESTERO, CUNA DE LA MUJER FUERTEMARÍA ANTONIA DE PAZ Y FIGUEROA, 1730-1799.por Aldo Marcos de Castro Paz.

    VECINOS DE LAS CIUDADES DE SANTIAGO DEL ESTEROY DE SAN MIGUEL DE TUCUMÁN DE 1574 A 1650.por Pedro A. Pernigotti Olmedo Santillán.

    NORMAS DE PUBLICACIÓNSUSCRIPCIONESLISTA DE SUSCRIPTORESÍNDICE DE AUTORES Y COLABORADORES

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  • A la memoria de Ana Rosa Escudé

    INTRODUCCIÓNMAPA DE RUTA

    Ensayo de investigación de estructura compleja basado en fuentes prima-rias:

    - En la Introducción esbozaremos la inquietud que nos condujo a estasindagaciones.

    - En la Parte I, que contiene dos secciones, pasaremos a la espinosa cues-tión de las falsificaciones genealógicas. Éstas abundaron en una etapaprevia de la historia del género en la Argentina, y parecen haber for-mado parte de la estrategia de ascenso social de las clases dirigentes.

    - En la Parte II, que también contiene dos secciones, delinearemos nues-tra metodología. Abordaremos allí la cuestión de las redes de padrinaz-gos (o parentesco espiritual) como estrategia de defensa social de lasclases humildes; y el tema del uso formal, en documentos, del honorí-fico “Don” como indicador de nivel social.

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    LOS “AVELLANEDA IGNOTOS” Y SUS PARIENTESRUIZ HUIDOBRO

    APUNTES SOBRE LA PORTACIÓN DEL “DON”, LOS PARENTESCOSESPIRITUALES Y LAS ESTRATEGIAS SOCIALES DE HUMILDES Y

    PODEROSOS EN EL TUCUMÁN DE LOS S. XVIII Y XIX

    CARLOS ESCUDÉ

  • - En la extensa Parte III, que contiene ocho secciones, presentaremoslos resultados de la investigación empírica, analizando el descenso so-cial y la posterior estabilización de una rama paralela pero desconocidade Avellanedas. Según surge de la investigación, en los siglos XVIII yXIX una variable central de estos procesos fue la frecuente proliferaciónde hijos naturales.

    REFLEXIONES SOBRE ADÁN Y LA CREACIÓN

    ¿De dónde provienen los Avellaneda que pululan por el Noroeste argen-tino, sin parentesco conocido con la rama patricia que en tres generacionessucesivas, las de Juan Nicolás, Marco Manuel, y Nicolás, contribuyó a trans-formar radicalmente a este país?

    Una hipótesis razonable es que descienden de otro Adán fundador de fa-milias en estas tierras. Según el Instituto Nacional de Estadísticas de España,hacia mediados de 2016 hay en ese país 2115 individuos cuyo apellido paternoes Avellaneda, y otros 499 que se llaman Abellaneda (variante también vigenteen la Argentina). Son pocos, pero están esparcidos por un extenso territorio,encontrándose el mayor número en Murcia (y no en Vizcaya, como algunos su-ponen). Bien puede haber venido un soldado desde Almería y otro desde elPaís Vasco, coincidiendo en la elección de Tucumán como Tierra Prometida.

    En consonancia con esa hipótesis está el caso del militar vasco Gaspar deAvellaneda (b. 1654), que se estableció en Buenos Aires y que no habría tenidoparentesco con los próceres homónimos. En su Nobiliario del antiguo Virreynatodel Río de la Plata, Carlos Calvo sostuvo lo contrario, suponiéndolo fundadorde este linaje en estas tierras, y por bastante tiempo este error fue reiterado enlos estudios genealógicos locales, que atribuyeron una ascendencia equivocadaa los Avellaneda próceres. Para comenzar a corregir esta cuestión fue necesa-ria la intervención, en 1944, de Diego Luis Molinari, quien salió a refutar unescrito de Cornelio Sánchez Oviedo de 1942, que se hacía eco de Carlos Calvo.Más adelante, ya en 1972, el error fue terminado de saldar por Gaspar Guz-mán.1

    Si Don Gaspar de Avellaneda no tuvo vínculos de sangre con los antepa-sados del presidente del mismo nombre, bien podría ser que muchos de los ig-notos individuos homónimos que contribuyeron a poblar varias provincias

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    CARLOS ESCUDÉ

  • argentinas tampoco tuvieran relación. Incluso podrían descender de estemismo Gaspar (aunque eso es improbable porque, según parece, después dela tercera generación sus descendientes no portaron su apellido).

    Otra hipótesis atendible es que los Avellaneda del Noroeste argentino des-ciendan en su mayoría de un mismo tronco, pero que la historiografía sólohaya recordado los antepasados de los más importantes. Después de todo, lagenealogía es una disciplina practicada casi siempre a gente principal. Gene-ralmente, los integrantes de las clases que obtienen figuración se lanzan a re-gistrar sus ancestros después de haber llegado a una posición social expectable,y no prestan mucha atención a la identificación de los hermanos del tatara-buelo del prócer familiar y su oscura descendencia.

    Esta es una posibilidad que no puede desdeñarse. El maestre de campo Ig-nacio de Avellaneda de la Vega, padre de Juan Nicolás de Avellaneda y Tula(primer gobernador constitucional de Catamarca), tuvo catorce hijos de dosmatrimonios. Se sabe muy poco sobre varios de ellos. No se conoce muchosobre la descendencia de María Luisa, Tomás Feliz, María Petrona ni ManuelAntonio Avellaneda Espeche, todos medios hermanos de aquel gobernadorque fuera abuelo del presidente Avellaneda. Tampoco se sabe demasiado sobrela descendencia de Tomás, el hermano de Ignacio. Etcétera. No es razonablesuponer que fueran tantos los estériles o célibes.

    En cualquier caso, probablemente nunca conozcamos la verdad. Tampocoimporta demasiado saber qué relación había, si alguna, entre nuestro antepa-sado Feliz Antonio Abellaneda Baes, nacido en Salta en 1775 y casado en Tu-cumán en 1794, y el referido maestre de campo, un tucumano nacido en 1733y antepasado de próceres.

    Feliz Antonio fue a su vez hijo de los (¿salteños?) Martín Abellaneda y Si-mona Baes. Fue bautizado en la Iglesia Matriz de Salta el 23 de julio de 1776,que según algunas fuentes de esta provincia funcionaba en lo que había sidoel templo de los expulsados jesuitas (pero que según surge de las partidas pa-rroquiales mismas, podría haber funcionado en la Parroquia de San Juan Bau-tista de la Iglesia de La Merced).

    En ese pasado se agota mi historia criolla verificable. Cuando llegamos a lostiempos de Martín estamos en la generación del capitán Tomás de AvellanedaLópez de Villacanes, abuelo de Juan Nicolás de Avellaneda y Tula. El funda-dor de la rama patriarcal de los Avellaneda, Simón de Avellaneda Peñuecos, fueel padre de ese Tomás, nacido en Vizcaya en fecha desconocida y muerto enTucumán en 1708.

    Rondamos, pues, por los mismos tiempos. Y no se engañe nadie creyendo

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    LOS “AVELLANEDA IGNOTOS”

  • que el uso de la preposición “de” marca una diferencia entre linajes, porqueésta raramente estaba incluida en las actas de bautismo y era frecuentementeagregada por las familias como adorno aristocratizante. Quizás haya sido paraevitar esos zonzos equívocos que el hijo de Marco Manuel de Avellaneda fuesimplemente Nicolás Avellaneda.

    Pero, si en nuestro rastreo de una rama menor hemos llegado hasta me-diados del s. XVIII, debemos convenir en que, haya o no conexión, los Ave-llaneda gauchos no necesitamos de la rama patriarcal. Tenemos una historiapropia merecedora de su propia historiografía.

    PARTE ICOMENZANDO A DESMITIFICAR

    Previo a todo inicio de desmitificación, es necesario aclarar algunas cosasque se tornan tanto más importantes cuando recordamos los errores de undistinguido estudioso como Carlos Calvo. La cólera de Diego Luis Molinaricontra Sánchez Oviedo, que en realidad fue un tiro por elevación contra Calvo,debe servirnos de advertencia.

    No sin razón alegaba el historiador porteño que: “Nada es más difícil que es-tablecer linajes antiguos, (…) pero nada es más fácil para quien se propone satisfacer va-naglorias propias y ajenas (que) fijar los enlaces y atribuir los blasones”. Molinari insinuóincluso que había quienes habían “hecho de tal trabajo su modus-vivendi”, advir-tiendo no obstante que él pasaría por alto “tan deshonesto proceder”.

    En efecto, Calvo había atribuido a Don Gaspar títulos que no le corres-pondían. Para colmo, y como se dijo, se demostró luego que la familia del pre-sidente ni siquiera descendía de aquel personaje, que había tenido muchaactuación en la Buenos Aires del s. XVII. Como consecuencia, otros historia-dores reemplazaron al fundador del linaje patricio, y quien ocupó su lugar fueotro militar vasco, D. Simón de Avellaneda Peñuecos (o Pañuecos).

    En efecto, en su importante capítulo sobre Tucumán de Los vascos en Amé-rica (Vol. III): Provincias de Córdoba, Corrientes, Tucumán, Mendoza, San Juan, SanLuis, Jorge Alberto Corominas nos presenta la versión post Carlos Calvo deesta historia. La p. 153 comienza taxativamente con el título “Linaje de Avella-neda”, e informa:

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    CARLOS ESCUDÉ

  • N. de Peñuecos, vecino de Beci, en las Encartaciones de Vizcaya, España. Casó conN. de Avellaneda y fueron padres de1) D. Simón de Peñuecos y Avellaneda. Sigue en II.2) D. Andrés de Peñuecos y Avellaneda. En 1693 residía en San Miguel deTucumán... (p. 153).

    En otras palabras, un vizcaíno de nombre de pila desconocido, apellidadoPeñuecos, casó en el s. XVII con una señora de nombre igualmente descono-cido, apellidada Avellaneda. Esta es la historia oficial desde entonces, con va-riantes pequeñas: la mayoría de los autores y sitios de genealogía invierten losapellidos, presentando al fundador del linaje como D. Simón de AvellanedaPeñuecos. Además, Peñuecos a veces figura como Pañuecos y otras como Pi-ñuecos.

    Lamentablemente, nos encontramos en un terreno casi tan inexacto comoel que abonara Carlos Calvo, porque según el Instituto Nacional de Estadísti-cas (INE) de España, en la actualidad este apellido no existe en ninguna provin-cia de ese país, y en ninguna de estas formas. Además, este apellido tampoco seencuentra, en ninguna de estas formas, en el banco de datos de la organización Family Se-arch. No puede descartase que jamás haya sido un apellido.

    No obstante, el panorama no es totalmente fantasioso, porque si pasamosa la toponimia encontramos un paraje en Álava, dentro del término del po-blado de Espejo (227 habitantes), que a veces se llama Peñuecos y otras Pa-ñuecos. Por cierto, en Arabadok (el archivo del término histórico de Álava) semenciona tres veces una heredad incluida en escrituras de arrendamiento defines del s. XVIII. Por ejemplo:

    “Escritura de venta de ocho heredades sitas en Espejo, términos de ‘Calvario Viejo’, ‘SanMartín’, ‘Valleja’. ‘Peñuecos’, ‘La Paul’, ‘Resquejo’ y ‘Solduengo’, otorgada por Magda-lena de Zulueta, vecina de Espejo, a favor de Rodrigo José Varona.”2

    Es decir que, fuera o no apellido, el vocablo ha dejado modestos rastros.Por lo demás, también existen dos aldeas de nombre Peñueco (sin la “s”), unaen Vizcaya (23 habitantes) y la otra en Asturias (24 habitantes). Asimismo, enel pueblo vizcaíno de Balmaseda (7366 habitantes) existe un barrio de 21 ha-bitantes llamado Peñueco.

    Alguna verdad debe haber, detrás del hombre sin nombre que se apellidóPeñuecos.

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    LOS “AVELLANEDA IGNOTOS”

  • ¿AVELLANEDA O ABELLANEDA?

    Empero, hay más problemas. Estudiando la “rama ignota” de los Avellanedadel Noroeste argentino, encontramos que hasta aproximadamente 1830 el ape-llido se escribe con “b”: Abellaneda. Y no porta la preposición “de”.

    A los efectos de dilucidar si las diferencias en la ortografía de “Avellaneda”,y el uso u omisión de la preposición “de”, son indicativas de diferencias de li-naje, se realizó un relevamiento de las partidas parroquiales correspondientesa tres generaciones tempranas de la “rama patricia” de los Avellaneda. Aunqueun buen número de actas no fueron encontradas, se contó con una muestra su-ficiente como para llegar a una conclusión documentada.

    Se buscaron las partidas correspondientes a:

    - D. Ignacio de Avellaneda de la Vega (bisabuelo del presidente NicolásAvellaneda);

    - la generación de sus hijos Avellaneda Espeche (fruto de su unión conDna. Águeda Dorotea Espeche Quiroga),

    - la generación de sus hijos Avellaneda y Tula (fruto de sus segundas nup-cias con Dna. Petronila de Tula y Herrera), y

    - la generación representada por D. Marco Manuel de Avellaneda Gon-zález, que fue el único hijo de D. Juan Nicolás de Avellaneda y Tula(padre y abuelo, respectivamente, del presidente Avellaneda).

    D. Ignacio de Avellaneda de la Vega nació en Tucumán en 1733. Lamen-tablemente, no se consiguió su partida de bautizo. Sí apareció su acta de de-función, sin embargo, fechada en Catamarca el 25 de junio de 1789.

    Allí, el bisabuelo de Nicolás Avellaneda simplemente figura como D. Ig-nacio Abellaneda, con “b” y sin el “de”. Y su mujer (en segundas nupcias) esDna. Petrona Tula, sin más.3

    De los ocho hijos que D. Ignacio Abellaneda tuvo en primeras nupcias conDna. Águeda Dorotea, sólo obtuvimos las partidas de bautizo de los dos másjóvenes:

    - María del Espíritu Santo Abellaneda Espeche, y- Manuel Antonio Abellaneda Espeche.

    Ambos fueron bautizados el 14 de agosto de 1767 en Nuestra Sra. del Valle,

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    CARLOS ESCUDÉ

  • iglesia matriz de San Fernando del Valle de Catamarca. En los dos casos elapellido paterno se escribió con “b”, no se usó la preposición “de” ni tampocola conjunción “y” para separar al apellido materno del paterno.4

    No obstante, cuando el 28 de febrero de 1796 se bautizó a D. Sesario Ahu-mada, h. leg. de Dna. María de los Santos Abellaneda Espeche, todos los ape-llidados Abellaneda figuraron en el acta con “v”: Avellaneda.5 Es decir que, enlas vísperas del s. XIX, vislumbramos una tendencia al cambio de la “b” por la“v”. Como se verá más adelante, lo mismo ocurrió un par de décadas más tardecon nuestros “Avellaneda ignotos”.

    Pasando a los seis hijos que D. Ignacio Abellaneda tuvo en segundas nup-cias con Dna. Petrona Tula, obtuvimos partidas de bautizo para:

    - María Juana de Abellaneda Tula (b. 25 de julio de 1773),6- María Francisca de Abellaneda Tula (b. 14 de diciembre de 1779),7- Ma. Ignacia Abellaneda (como los demás, h. leg. de D. Ignacio Abella-

    neda y Dna. Petrona Tula, b. 18 de julio de 1784),8 y- Nicolás Avellaneda (b. 9 de diciembre de 1786).9

    Aparentemente, fue a partir de las bodas de D. Ignacio con Dna. Petronila(que generalmente aparece en las actas como Dna. Petrona) que, en esta ramade la familia Avellaneda surgió una tendencia errática a incorporar la preposi-ción “de” al apellido. Pero para el paso de la “v” a la ortografía del apellidohubo que esperar a la llegada de Nicolás, el último de estos hijos, en cuya par-tida, no obstante, se omitió el “de” y la “y” en los apellidos del padre y de lamadre.

    Sin embargo, el uso de la preposición “de” y de la conjunción “y” regresa-rían con todo vigor con el advenimiento de una nueva generación, en ocasióndel bautizo del único hijo de este Nicolás, Marco(s) Manuel, efectuado el 18de junio de 1813. 10

    Para esa ocasión, el Nicolás Avellaneda nacido en 1786 ya se había con-vertido en D. Juan Nicolás de Avellaneda y Tula. “Juan”, “de” e “y” irrumpie-ron conjuntamente en este eslabón de la cadena, a la vez que la madre delpárvulo figuró como Dna. Salomé González y Espeche.

    Pocos años más tarde D. Juan Nicolás se convertiría en el primer gober-nador constitucional de Catamarca. Y su único hijo sería el célebre “Mártir deMetán”, mandado a ejecutar por Oribe en 1841. Pero, antes de ese triste su-ceso, en 1837, ya había nacido en Tucumán el futuro presidente D. NicolásRemigio Aurelio Avellaneda Silva, hijo del ajusticiado, sin el “de” y sin la “y”.

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    LOS “AVELLANEDA IGNOTOS”

  • No obstante, la “v” había sustituido a la “b” en Avellaneda, ya en forma defi-nitiva, en ambas ramas, patricia y dejada por fuera del patriciado.

    Más aún, cuando D. Juan Nicolás dejó este mundo, el 11 de febrero de1855, su acta de defunción lo identificó con los mismos ropajes sencillos conque fue bautizado. Sin el “Juan”, el “de” y la “y”, el documento dice D. NicolásAvellaneda: el mismo nombre que su célebre nieto.11 Lo único que quedó detoda esta serie de transformaciones en el nombre y el apellido fue que la “v”ya había sustituido en forma definitiva a la “b” en Avellaneda. Eso ocurrió enambas ramas, patricia e ignota.

    PARTE IIMETODOLOGÍA

    Queda claro pues que estamos hablando de familias que, emparentadas ono, son cabalmente homónimas. Por ende, ya estamos en condiciones de pasara la investigación empírica de los “Avellaneda ignotos”, reconstruyendo su gene-alogía a partir de los registros parroquiales y censales. Para ello, estudiaremos:

    - Las cadenas de filiación de varias generaciones de los descendientes delos mencionados D. Martín Abellaneda y Dna. Simona Baes;

    - la posición social relativa de padres y padrinos a través de la verificacióndel uso de los honoríficos “don” y “doña” en las actas de bautizo, casa-miento y/o defunción;

    - el nacimiento de hijos fuera de matrimonio, una ocurrencia que en aque-lla época era capaz de arrojar a una familia vulnerable a los infiernos, ylas redes de parentesco espiritual que emergieron de la elección de pa-drinos y testigos en actos sacramentales, que en cierta medida pudieronrepresentar una estrategia de defensa social de esta gente frente al na-cimiento de bastardos.

    Como veremos, a través de redes de parentesco y padrinazgo deducidas deáridas actas parroquiales y datos censales, puede hacerse resucitar una sor-prendente trama de cautelas, solidaridades y afectos que palpitaron hace dossiglos.

    Por cierto, el estudio de estas actas nos deja con la impresión de que se te-

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    CARLOS ESCUDÉ

  • jieron vínculos entre clanes a través de compadrazgos intercambiados y reite-rados que seguramente sirvieron como control social, contribuyendo a:

    - limitar las transgresiones que, con tanta naturalidad, inevitablemente seproducían, a veces arruinando familias enteras, contribuyendo a paliarlas consecuencias sociales de éstas cuando ya se habían producido.

    APUNTES HISTÓRICOS PRELIMINARES

    En el mundo católico, el padrinazgo en los bautizos ha sido una institucióncuidadosamente reglamentada desde los primeros tiempos del cristianismo.Hasta el Concilio de Trento (1545-63) hubo gran diversidad de normativas,variando según diócesis. El establecimiento de un parentesco espiritual, dis-tinguido claramente de uno carnal, proscribía la contracción de bodas entre pa-drinos y ahijados (paternitas spiritualis), entre los padrinos y los padres de susahijados (compaternitas spiritualis), y entre los ahijados y los hijos de sus padri-nos (fraternitas spiritualis). De esta manera, se evitaba el “incesto” con parien-tes espirituales.

    Por otra parte, la tendencia histórica fue hacia una gradual limitación en elnúmero de padrinos y madrinas de un bautizo. Originalmente era frecuente quehubiera cinco de cada sexo, pero semejante cantidad de parientes espiritualesaumentaba enormemente las posibilidades de un incesto técnico, limitandomucho las bodas posibles de cada individuo. Por eso, Trento limitó los com-padrazgos a un varón y una mujer, norma que con el paso del tiempo tendióa cumplirse.

    Al decir de Héctor Fernando Sánchez Diego en su estudio sobre la Canta-bria moderna, “los vínculos contraídos mediante el padrinazgo vinculaban a dos gruposfamiliares, con todas sus consecuencias. De hecho se instaba a escoger a los padrinos de entrepersonas ajenas a la familia directa del infante”.12 Esas conclusiones son similares alas aportadas por J. Bossy para la generalidad de Europa occidental durante si-glos.13

    Como se verá, nuestros hallazgos empíricos para el Tucumán de los s.XVIII y XIX convergen con algunos de los de dichos autores para Europa,aunque no con todos. De nuestro acotado estudio emerge claramente unaalianza entre dos clanes, los “Avellaneda ignotos” y los Ruiz Huidobro. En este

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    LOS “AVELLANEDA IGNOTOS”

  • marco, se hace presente un ingrediente que aparentemente fue mucho másfrecuente en la América española que en Europa, donde el control social ejer-cido por la Iglesia era más efectivo: el nacimiento de hijos fuera del matrimo-nio.

    Nuestra hipótesis es que esta alianza de clanes estuvo dirigida, en parte porlo menos, a poner coto a una proliferación de hijos ilegítimos que dañaba so-cial y económicamente a estas familias. Entre otras consecuencias, el estudiode las actas bautismales y matrimoniales tucumanas muestra que los bastar-dos y sus padres eran privados del honorífico “Don” y “Doña”, cuyo uso, poresos tiempos, parece haber sido más general y democrático en Tucumán queen Córdoba (Argentina) o en España. Esta exclusión era quizá la consecuen-cia menos importante de la bastardía, pero es la más fácil de identificar con losdocumentos de que disponemos.

    Otra característica importante de la institución de padrinazgo es que erausada a menudo para aumentar las posibilidades de ascenso del bautizado. Porese motivo, los padres frecuentemente elegían padrinos de una posición socialsuperior a la propia. De este modo, también se formaban redes clientelares.Esta tendencia aumentó en la medida en que disminuyó la tolerancia de la Igle-sia hacia un gran número de padrinos, reduciendo los espacios asignados a fa-miliares cercanos o amigos íntimos.

    Diversos estudios cuantitativos europeos demuestran que el porcentaje depadrinos que portaban los honoríficos “Don” o “Doña” tendía a ser muchomayor que entre los padres. En el estudio citado de Sánchez Diego, sobre labase de 648 partidas bautismales de dos parroquias cantábricas entre 1619 y1682, el 16,82% de los padres portaban el “Don”, frente al 50,46% de los pa-drinos, a la vez que el 33,49% de las madres portaban el “Doña”, frente al54,94% de las madrinas (p. 40).

    Aunque en la Cantabria del s. XVIII tanto como un 95% de la poblaciónera teóricamente “hidalga”, sólo una minoría de esos infanzones estaba autori-zada a portar el honorífico “don”. Según Mantecón Movellán, en algunas re-giones eran apenas el 4% de la población,14 y si bien en otras localidades losasí distinguidos constituían un porcentaje significativamente mayor, siempreeran una minoría, de manera que su portación por parte de padres y padrinoses un indicador significativo de diferencias sociales, disponible en las mismasactas bautismales.

    Para compensar la ausencia de estas estadísticas en el Tucumán de los s.XVIII y XIX, en el caso de los “Avellaneda pobres” verificamos si los bautizados,

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    CARLOS ESCUDÉ

  • sus padres y padrinos, o los casados y sus padrinos y testigos, están anotadoscon el honorífico. Luego, procedimos a contar el número de fieles registradosen los dos folios que se tienen a la vista al abrir el libro de bautismos, casa-mientos o defunciones en la página correspondiente a un individuo bajo es-tudio, y a contar cuántos entre ellos portan el honorífico. De este modo,obtuvimos porcentuales casi tan útiles como los que construyó Sánchez Diegoen sus estadísticas cantábricas.

    PARTE IIIENTRE SALTA Y TUCUMÁN: LAS PRIMERAS GENERACIONES

    DE NUESTROS AVELLANEDA

    Como ya se demostró, los Avellaneda de ambas ramas fueron registradosindistintamente como Abellaneda o Avellaneda hasta las primeras décadas dels. XIX, con una tendencia creciente a reemplazar la “b” por la “v”.15

    Por otra parte, según emerge de las actas parroquiales, la mayoría de nues-tros “Avellaneda desconocidos” portaron el “Don” hasta el advenimiento de losprimeros hijos naturales.

    Los cónyuges D. MARTÍN ABELLANEDA y DNA. SIMONA BAES tu-vieron por hijos a:

    - DNA. MARÍA CAYETANA ABELLANEDA BAES, b. 1772 en laiglesia matriz de Salta. Los nombres de los padrinos no se distinguenbien. Todos los comparecientes portan el honorífico, en el contexto deun doble folio a la vista en que se adjudican honoríficos a padres y pa-drinos en siete de las nueve actas allí inscritas.16 La salteña Dna. MaríaCayetana tuvo sucesión. Casó con D. JUAN MANUEL QUIROZ, ytuvo por hijo a D. PEDRO IGNACIO QUIROZ AVELLANEDA (b.1809).17

    - D. FELIZ ANTONIO AVELLANEDA BAES, b. en 1776 en la mismaiglesia que su hermana. Fueron sus padrinos “el Sr. Alcalde actual de se-gundo voto D. Juan Palacios con su esposa Dna. Gerónima Hoios”. Todos losparticipantes en la ceremonia portan el honorífico en el acta, que se en-

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    LOS “AVELLANEDA IGNOTOS”

  • cuentra en un doble folio a la vista donde están registrados seis bautis-mos, en la mitad de los cuales todos los padres y padrinos portan el ho-norífico.18

    Según el texto manuscrito del primer folio del volumen que contiene estasactas,19 se trata del:

    “Libro parroquial en que se hallan apuntadas todas las partidas de bautismos de de-centes y naturales. Los primeros se encuentran desde el principio hasta el folio 208, y em-piezan los segundos desde el 209 hasta el fin”.

    Las actas mencionadas se encuentran en los folios 60 y 182, es decir, en laparte de “decentes” del volumen. Posiblemente esto contribuya a explicar el altoporcentaje de padres y padrinos que portaban el honorífico. 20

    Es interesante señalar que (quizá de manera sólo casual) el apellido Hoios(Hoyos) estaba vinculado con las primeras generaciones de la rama patricia delos Avellaneda, a través del casamiento de D. Tomás de Avellaneda López deVillacanes (b. 1683) con Dna. Juana de la Vega y Hoyos.

    Casi dos décadas después de estos nacimientos, en 1794 y ya en Tucumán,D. FELIZ ANTONIO AVELLANEDA BAES, 21consignado como naturalde Salta e hijo legítimo de los mencionados D. Martín Abellaneda y Dna. Si-mona Baes, contrajo matrimonio con DNA. MANUELA BRIZEÑO (Bri-seño), hija legítima de D. MANUEL BRIZEÑO y DNA. FRANCISCACAVEZON, naturales de Tucumán. 22

    Lo hicieron en la parroquia de Nuestra Sra. de la Encarnación, iglesia ma-triz de Tucumán (que sólo en 1897 se convirtió en diócesis). El acta consignaque los contrayentes fueron “casados y velados”. Sus padrinos fueron D. MA-NUEL FIGUEROA y DNA. ÁNGELA ZEBALLOS, siendo testigos D.JOSÉ ANTONIO SUÁREZ y DNA. MANUELA A… (abreviación).23

    Todos portan el honorífico en esta acta de casamiento. En el doble folioque se tiene a la vista cuando se busca esta acta en el libro de casamientos co-rrespondiente, hay cuatro bodas, y en todas ellas la totalidad de los padres y pa-drinos de contrayentes portan el honorífico. El acta es parte del “Libro deMatrimonios”, Vol. 3, años 1783-1816. Se trata, según se especifica en el primerfolio del volumen, de un “libro de casamientos de españoles”.

    Por otra parte, según consta en su acta de defunción, la mujer de D. FelizAbellaneda Baes, DNA. MANUELA BRISEÑO CAVEZON, había nacido en1769, muriendo en 1835 “con todos los sacramentos”. Está registrada como viuda

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    CARLOS ESCUDÉ

  • de D. Feliz Antonio. Todas las personas nombradas en el acta son portadorasdel honorífico, a la vez que en el doble folio que se tiene a la vista cuando serevisa este documento se registraron 23 defunciones, 9 de las cuales portan el“Don” o “Doña”.24

    D. Feliz y Dna. Manuela tuvieron por hijo a D. JOSÉ LEÓN AVELLA-NEDA BRIZEÑO, b. 1797, quien casó con DNA. INÉS HEREDIA, b.1819.25 Los padres y padrinos de bautismo de D. José León, que fueron D. JoséAntonio XXXXXX y DNA. FRANCISCA CAVEZON, también portaron elhonorífico en su acta de bautizo. Hay cuatro bautizos en el doble folio co-rrespondiente, y una vez más, en todos ellos los padres y padrinos portan elhonorífico. La fuente es el Vol. 5 del “Libro de Bautismo de Españoles 1782-1800”,cuyas primeras páginas resultan ilegibles.26

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    LOS “AVELLANEDA IGNOTOS”

    Partida buatismal de Feliz Antonio Abellaneda Baes

  • José León tuvo una hermana, DNA. MANUELA ABELLANEDA BRI-ZEÑO, b. 1799.27 También en su acta de bautizo todos portan el honorífico.En el doble folio que se tiene a la vista cuando se encuentra esta acta hay sietebautizos, en todos los cuales los padres y padrinos portan el honorífico. Losdatos provienen del mismo “Libro de Bautismos de Españoles” que los de su her-mano.

    Tanto José Léon como su madre, su hermana y varios de sus parientes Bri-zeño (Briseño) fueron anotados como parte de la “clase española” de Tucu-mán en el censo de 1812, analizado por Julio P. Ávila en La ciudad arribeña –Tucumán 1810-1816 – reconstrucción histórica (1920, pp. 104-110). Quienes noestán presentes son los Avellaneda de la rama célebre, cuya actuación por esosentonces transcurría en Catamarca.

    Por cierto, la familia Avellaneda (Abellaneda) auténticamente tradicionalde Tucumán, la que vivía en ese pueblito de menos de 4500 habitantes mien-tras transcurría el Congreso de 1816, es la que hemos denominado “los Ave-llaneda ignotos”.

    LOS ORÍGENES DE LA POBREZA DOCUMENTAL

    Por otra parte, a comienzos del volumen donde se incluye el acta de ma-trimonio de Feliz Abellaneda Baes y Manuela Brizeño hay una importante in-troducción manuscrita, fechada el 26 de julio de 1783, que cuenta que enocasión de la celebración de la santa visita del Obispo de Córdoba del Tucu-mán, D. Fray José Antonio de San Alberto:

    “y habiéndosele presentado este libro de casamientos de Españoles que (fue) escrito acargo del Dr. D. Miguel Gerónimo Sánchez (…) cura y vicario que fue en esta referida ciu-dad hasta el mes de agosto del año próximo pasado de ochenta y dos, vio S.S. con dolor desu corazón que desde la última visita y en el discurso de tantos años que han mediado no seasentó en él partida alguna por dicho Cura, abandonando una obligación tan esencial de suoficio con tan grave perjuicio en toda la feligresía que le estaba encomendada. Y siendo im-posible remediar estos daños, ciñéndose a lo que puede que es probeher para lo venidero:dixo, devía mandar y mandó se archibe este libro cosiéndole las pocas partidas que en pa-peles sueltos se han encontrado, sin orden ni formalidad alguna, y sin firmar para los efec-

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    LOS “AVELLANEDA IGNOTOS”

  • tos que había lugar en lo subscripto, y que se hagan libros nuebos, uno para el asiento de loscasamientos de Españoles y otro para los de Indios, Mestizos y Naturales (…)”.

    Se trata, pues, de un libro de casamientos reservado a la casta superior dela América española de entonces, y por eso no es extraño que un porcentajetan alto de los contrayentes, sus padres y padrinos, fueran beneficiados con elhonorífico “Don” y “Doña”.

    Por otra parte, el párrafo transcripto contribuye también a explicar por quéhay tantas lagunas en nuestros datos genealógicos, y quizá sea el motivo porel que no se puede cerrar el lazo entre las dos ramas de Avellaneda que hemosmencionado: los “ignotos”, que son los que aquí nos interesan, y la familia delos célebres próceres.

    Lo mismo vale para los censos. Sólo sobreviven los registros correspon-dientes a dos de los cuatro “cuarteles” en que se dividió la ciudad para el censode 1812, y queda mucho menos aún de los materiales del censo de 1816. “Tu-cumán, hasta 1887, no ha tenido archivo sino montones de papeles viejos (…) tanto másinútiles mientras peor color tenían”, dice Ávila con ironía (p. 10).

    APUNTES GENEALÓGICOS SOBRE LA GENERACIÓN DE BENEDICTA E ISABEL AVELLANEDA HEREDIA

    (HIJAS DE LEÓN)

    Pero, por fortuna, a los “Avellaneda ignotos” los podemos rastrear tanto enlos censos como en los archivos parroquiales.

    Hasta la generación de los Abellaneda Brizeño (Avellaneda Briseño), in-clusive, no se habían suscitado problemas de bastardía, que emergieron en lageneración de sus hijos Avellaneda Heredia. Sin embargo, parece haberse re-gistrado un descenso social previo, porque a diferencia de las generaciones an-teriores, no en todos los bautizos de estos niños se reconoce el honorífico de“don” o “doña” a sus padres. Simultáneamente, esta es la generación en que co-mienza la tanda de padrinos y madrinas Ruiz Huidobro.

    1 (a) – DNA. ISABEL AVELLANEDA HEREDIA, b. 1829 y m. a los cincoaños de edad.28 Todos los comparecientes al acto en que se registra sudefunción portan el honorífico, como también la niña misma, al mar-

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    CARLOS ESCUDÉ

  • gen. Se especifica también que se trata de hija legítima. De 26 fallecidosregistrados en la doble página del libro de defunciones que se tiene a lavista, hay 7 casos de portación del honorífico. 29 No consta que se tratede un libro limitado a la casta de los españoles, y la rareza relativa de ho-noríficos señala que seguramente no lo es. No se encontró el acta debautizo de esta niña.

    1 (b) – MARÍA DE LOS DOLORES ABELLANEDA HEREDIA, b. 1833y m. 1834. Sin honorífico. Tampoco se registran padrinos (parece unbautismo realizado a las apuradas). Entre los 26 bautizados de este doblefolio, hay sólo un portador del honorífico. Los curas, en cambio, todosportan el “Don”.30

    1 (c) – BENEDICTA AVELLANEDA HEREDIA, b. 1836, soltera con su-cesión, que se detallará abajo. Figura en los bautismos de sus hijos perono encontramos su propia acta de bautizo. La fecha de su bautizo pro-viene de un sitio genealógico 31 y no ha podido ser confirmada.

    1 (d) – DNA. JESÚS AVELLANEDA HEREDIA, b. 1837, que casó en 1852con D. SEGUNDO ESCOBAR, h. leg. de D. NICOLÁS ESCOBAR yde DNA. VISITACIÓN ANDRADA. Los testigos de la boda fueronD. SANTIAGO ARÁOZ y DNA. TRÁNSITO CÓRDOVA.32 Los ma-trimonios fueron contraídos en la iglesia de Nuestra Señora del Rosa-rio, de Monteros, Tucumán. Los contrayentes, sus padres y los testigosportan todos el honorífico. Se trata del único caso con honorífico entrelos seis casamientos que se registran en el doble folio 192-193. No esun libro reservado a españoles.

    1 (e) – DNA. MARÍA ISAVEL AVELLANEDA HEREDIA, b. 1839,33 sol-tera con sucesión, cuyo caso se estudiará más abajo (donde simplementela llamaremos Isabel porque su hermana mayor homónima murió en lainfancia). La bautizada, sus padres y padrinos portan el honorífico en el acta. De21 bautizados registrados en este doble folio, tres portaron el honorí-fico.34

    1 (f) – LEÓN AVELLANEDA HEREDIA, b. 1841. No se encontró el actade bautizo. Casó en 1871 con Mercedes Catalán (b. 1839), con sucesión

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    LOS “AVELLANEDA IGNOTOS”

  • (Remigio, Carmen, Polinario, Miguel Gerónimo, Modesta, Pantaleón yMiguel). Sin portación del honorífico en el acta de casamiento.35

    1 (g) – DNA. MICAELA DE LA ASCENSIÓN AVELLANEDA HERE-DIA, b. 1842, soltera, cuyo caso se estudiará abajo.36 Sus padres y pa-drinos están registrados con el honorífico en el acta de bautizo. Haydiez bautizados en este doble folio, tres de los cuales tienen padres queportan el honorífico.

    Como se ve, sólo cuatro de los siete hijos de D. José León Avellaneda Bri-zeño y Dna. Inés Heredia tuvieron partidas sacramentales verificables en lasque sus padres y padrinos portan el “Don” y el “Doña”. Es importante recor-dar que esta generación corresponde a una etapa en la que, en la Iglesia Ma-triz de Tucumán, los libros de bautismos, casamientos y defunciones ya noparecen estar diferenciados según castas. Seguramente este hecho daba mayormargen de acción a los oficiantes para otorgar o no el honorífico, no obstantelo cual quienes portaban el “Don” eran claramente una minoría.

    ¿Hubo un descenso social de los “Avellaneda ignotos” en esta generación, demanera que otorgarles el trato de “don” se había convertido en más o menosvoluntario para los curas? ¿O fue inversa la relación causal, y el hecho de quedesapareciese la discriminación oficial por casta los dejó desprovistos de unadefensa burocrática de su status social?

    No se puede responder a este interrogante, pero es importante reiterar quela pérdida parcial del honorífico se produjo antes del alud de hijos fuera dematrimonio de Benedicta (1 c) e Isabel (1 e) Avellaneda Heredia, y no comoconsecuencia de los mismos. Obviamente, una vez desencadenado el fenó-meno de la bastardía, el descenso de esta familia se acentuó y el uso del ho-norífico disminuyó.

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    CARLOS ESCUDÉ

  • LOS RUIZ HUIDOBRO, REITERADOS COMPADRESDE LOS AVELLANEDA

    Pero no sólo en este sentido fue revolucionaria la generación de los Ave-llaneda Heredia. Por cierto, la llegada a este mundo de las hermanas Benedicta(1 c), Isabel (1 e) y Micaela (1 g) representó el comienzo de una tradición fa-miliar que se prolongó por tres generaciones: la del intercambio de padrinaz-gos y consortes con miembros del clan Ruiz Huidobro.

    Es interesante reiterar que este fenómeno se produjo con anterioridad a laproliferación de hijos naturales, hecho que disminuye la probabilidad de queestos padrinazgos hayan respondido, desde su origen, a la búsqueda de rela-ciones subordinadas de clientelismo, cuyo objeto sería proteger a esta familiaAvellaneda de una aumentada vulnerabilidad social.

    Aunque la conjetura del clientelismo no puede desdeñarse, especialmenteen vistas del papel prominente de los Ruiz Huidobro en el s. XIX tucumano(véase Ávila, op. cit.), en esta etapa la presunta vulnerabilidad social no prove-nía del problema de la bastardía sino que, de existir, fue el producto de cues-tiones que no podemos conocer con nuestra limitada documentación. Además,como se verá, no sólo hubo padrinadrazgos sino que los Avellaneda y los RuizHuidobro también se casaron entre sí, de manera que las asimetrías sociales tu-vieron consecuencias limitadas.

    Finalmente, antes de comenzar con el tratamiento de los datos debe con-signarse que, en las actas que nos sirven de documentación, el “Ruiz” se quitao se agrega a “Huidobro” según el capricho del cura (o quizá del feligrés). Segúnhemos constatado, todos estos “Huidobro” eran “Ruiz Huidobro”. Ocurre unay otra vez que un Huidobro es registrado como hijo de un Ruiz Huidobro, yque un Ruiz Huidobro aparece como hijo de un Huidobro.

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    LOS “AVELLANEDA IGNOTOS”

  • LOS PADRINOS DE LAS HERMANASISABEL Y MICAELA AVELLANEDA HEREDIA

    Isabel, que nunca casó, tuvo como padrinos de bautizo a D. PEDRO HUI-DOBRO y DNA. TEODORA HUIDOBRO (siendo él viudo de DNA. ISA-BEL COLOMBRES, y ella soltera). Pedro fue hijo de las segundas nupcias deD. JULIÁN VICENTE RUIZ HUIDOBRO (padre) con DNA. MARTINAALBO.37 Teodora, sobrina de Pedro, fue hija de D. JULIÁN VICENTE HUI-DOBRO (hijo) y de DNA. FRANCISCA XAVIERA OJEDA.38

    Para más datos, en el Censo de 1869 se registra un Pedro y una TeodoraHuidobro conviviendo en la misma casa, pero de edades similares. Quizá hayahabido más de una Teodora en esta familia.

    A su vez, los padrinos de bautizo de Micaela fueron D. JULIÁN HUI-DOBRO y DNA. ISIDORA HUIDOBRO. Julián padre y Julián hijo estabanambos vivos en 1842, así que no se sabe cuál de los dos fue el padrino.39 Isi-dora era hija de D. JULIÁN VICENTE RUIZ HUIDOBRO (hijo) y de DNA.FRANCISCA JAVIERA OJEDA,40 lo que implica que era hija o nieta del otropadrino. También era hermana de Teodora, la madrina de Isabel.

    APUNTES SOBRE LAS GENERACIONES 2A (A-E) Y 3A (B) – RAMADE BENEDICTA

    Por su parte, Benedicta nunca casó y tuvo por hijos naturales a:

    2 A (a) – MAURO DAMASIO AVELLANEDA, b. 1853.41Mauro Damasio casó en 1875 con DNA. GABRIELA HUIDO-BRO, h. leg. de D. Diego Huidobro y de su cónyuge Dna. BalvinaAlbornoz.42 Este Diego,43 o su padre homónimo, fue el padrino deDna. María Luisa Avellaneda Huidobro, una hija de Dalmiro Ave-llaneda y Eudosia Huidobro que se menciona abajo. 44En la columna ubicada a la izquierda del acta de matrimonio, dondese inscriben los datos esenciales de la boda, Gabriela porta el “doña”entre paréntesis, después de su nombre, remarcándose así la dife-

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    CARLOS ESCUDÉ

  • rencia con la bastardía de su novio, que no porta el honorífico.Mauro Damasio y Gabriela tuvieron varios hijos, entre ellos:

    3 A (b) – MARÍA HORTENSIA GABRIELA AVELLANEDAHUIDOBRO, h. leg. de Mauro Damasio Avellaneda y de Ga-briela Huidobro. Casó en 1910 con JOSÉ HERRERA, h. leg.de Lino Herrera y de Audelina Aguirre.En las actas de este tardío matrimonio volvió a surgir el“Ruiz”, registrándose a la madre de la novia como GabrielaRuiz Huidobro. Los padrinos de la boda fueron Metrano Co-lombres y Petrona Ruiz Huidobro.45

    A estas alturas (1910) el honorífico ya había perdido su función diferen-ciadora de jerarquía social, al punto de que, en el acta de matrimonio de MaríaHortensia Gabriela, ni el oficiante lo porta.

    2 A (b) – ORFELIA DEL CARMEN AVELLANEDA, b. 1859. Sus padrinosfueron D. Antonio Moreno y Dna. Ignacia Heredia.46 Aquí vuelve aaparecer el apellido Heredia, pero eso no alcanzó para rastrear a esafamilia.

    2 A (c) – CAROLINA AVELLANEDA, b. 1860.47

    2 A (d) – RAMÓN TRISTÁN AVELLANEDA, b. 1866.48Fueron sus padrinos D. Julián Huidobro y Dna. Salomé Romano (lamisma que, como se verá más abajo, en 1860 fue madrina de RosaAurora Avellaneda, h. natural de Isabel Avellaneda Heredia, primahermana del bautizado y bisabuela del autor de este trabajo). Tristán fue registrado en el Censo de 1895 como abogado tucumanocon residencia en Córdoba. En el registro de los mormones corres-pondiente al censo hay que buscarlo como “Ovelanedo”, un error detranscripción de la planilla original, donde Avellaneda está escritoen forma correcta.49Pudiera ser que haya casado en Córdoba con DNA. ADELINASUÁREZ PINTO. Es lo que podría inferirse, como hipótesis ten-tativa, de “Genealogías Argentinas”,50 que indica un Tristán María Ave-llaneda Heredia. Su año y lugar de nacimiento no están registrados

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    LOS “AVELLANEDA IGNOTOS”

  • en ninguna fuente conocida, y tal como lo recoge el conocido ge-nealogista Santiago Castillo-Illingworth, no hay padrinos apellida-dos Avellaneda ni Heredia en el bautizo de sus hijos. No obstante,en la obra de Arturo Gustavo de Lazcano Colodrero, Linajes de la go-bernación del Tucumán: los de Córdoba, Vol. 3 (p. 424), se afirma que lospadres del Tristán María que casó con la Sra. Suárez Pinto fueron“Don León Carlos Avellaneda y doña María Inés Heredia”.51Esto indicaría que quien casó con la Sra. Suárez Pinto fue hermano,no hijo, de Benedicta Avellaneda. Hay un problema con esta inter-pretación, sin embargo. Benedicta fue bautizada en 1836, y losmiembros de su generación que hemos identificado fueron bautiza-dos entre 1829 y 1842. No hay información acerca de la fecha del ca-samiento de Tristán María Avellaneda Heredia con Adelina SuárezPinto, pero sabemos que sus cinco hijos nacieron a partir de 1899,es decir, cincuenta y siete años después que el más joven de los Ave-llaneda Heredia de quien tenemos noticias. Esto es improbable: parece que falta una generación. En cambio,Ramón Tristán Avellaneda, el hijo natural de Benedicta AvellanedaHeredia, fue bautizado en 1866. Puede perfectamente ser el abo-gado tucumano de 30 años que fue registrado en Córdoba en elCenso de 1895. Es enteramente posible que haya tenido su primerhijo en 1899 y el último en 1907 (que es el año señalado por LazcanoColodrero para el bautismo de Tristán María Avellaneda Suárez).Por consiguiente, no se puede eliminar la hipótesis de que el TristánMaría Avellaneda Heredia que casó con Adelina Suárez Pinto hayasido el hijo natural de Benedicta Avellaneda Heredia.En cualquier caso, el Tristán documentado por Lazcano Colodreroy por Pérez Calvo tuvo por hijos a Arturo Julio (b. 1899), CarlosLuis (b. 1901), Miguel Ángel (b. 1904), Marta Elena (b. 1906), y Tris-tán María Avellaneda Suárez (b. 1907). El último casó con Dna. Norade Bary Brinckmann y la penúltima con D. Calixto de la Torre Díaz,ambos con sucesión.

    2 A (e) – EUDORO CRISÓLOGO AVELLANEDA, b. 1870. Su madrinafue Dna. Salomé Romano, la misma de su hermano Ramón Tristány de su prima hermana Rosa Avellaneda.52Este Eudoro, como asimismo NICOLÁS MAURO AVELLA-NEDA HUIDOBRO (b. 1877), fueron los únicos miembros de esta

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    CARLOS ESCUDÉ

  • familia de “Avellaneda ignotos” que fueron bautizados con nombresde pila típicos de la rama patricia. Obsérvese que nunca un miem-bro de la rama patricia apadrinó a un párvulo de la “rama no patri-cia”, hecho que debe tenerse en cuenta a la hora de evaluar lahipótesis española de compadrazgos clientelistas.

    APUNTES SOBRE LA GENERACIÓN 2 B (A) Y 3 B (A) I- III RAMA DE ISABEL, SUBRAMA DE DALMIRO

    Por su parte, al igual que su hermana mayor Benedicta, nuestra tatarabuelaIsabel Avellaneda Heredia nunca casó y tuvo por lo menos dos vástagos na-turales:

    2 B (a) – DALMIRO AVELLANEDA, b. 1857. No se leen bien los nombresde sus padrinos de bautizo, pero entre ellos hay un D. XX Escobar,quizás su tío político, casado con Dna. Jesús Avellaneda Heredia. Dalmiro casó en 1881 con EUDOCIA HUIDOBRO, h. nat. deMercedes Huidobro.53 No hay otros datos sobre esta Mercedes. Porlo demás, en algunas actas Dalmiro figura como “labrador”. Obsér-vese que, en este caso, un hijo bastardo de esta familia Avellanedacasó con una hija bastarda de esta familia Ruiz Huidobro.Fueron padrinos de estas bodas los cónyuges D. Estratón Colom-bres y Dna. Catalina Ruiz Huidobro.54 Ésta era h. leg. de D. PedroHuidobro y de Dna. Isabel Colombres.55 Tal como se registró en 1(e), Pedro era hijo de Julián (padre). Y un Julián, no se sabe si elpadre o el hijo, había sido padrino de bautizo de Ramón Tristán Ave-llaneda, el hijo natural de Benedicta, hermana a su vez de Isabel,quien fuera madre de Dalmiro y de Rosa.En el acta de matrimonio de Dalmiro Avellaneda, además del curafirmante figuran otros dos religiosos: el vicario D. Ignacio Colom-bres, y el presbítero D. Sixto Colombres. Esta superabundancia debehaberse debido al parentesco entre los Colombres y los Ruiz Hui-dobro, y al deseo de exorcizar a los novios de los males sociales queacaecieron sobre sus mayores.Dalmiro y Eudocia tuvieron varios hijos legítimos, entre ellos a:

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    LOS “AVELLANEDA IGNOTOS”

  • 3 B (a) i – NICOLÁS MAURO AVELLANEDA HUIDOBRO, b.1877.

    3 B (a) ii – MARÍA SELVIRA AVELLANEDA HUIDOBRO, b.1881.La madrina de María Selvira fue Rosa Avellaneda, tía de la re-cién nacida, cuya descendencia y matrimonio son tratadosmás abajo. El nombre del padrino no es legible.56

    3 B (a) iii – MARÍA LUISA AVELLANEDA HUIDOBRO, b.1883.57Los padrinos de María Luisa fueron D. Diego Huidobro, ca-sado, y “Rosa Avellaneda, hija natural de Isabel Avellaneda”.Por aquel tiempo había dos Diego Huidobro, padre e hijo,que podrían haber oficiado de padrinos de la bautizada. Elmayor (casado en 1855) fue hijo de D. Julián Ruiz Huidobroy de Dna. Martina Albo. El menor (b. 1862 y contemporá-neo de Rosa y Dalmiro Avellaneda) fue hijo del Diego Hui-dobro mayor y de Dna. Balbina Albornoz. Este Diego fue elpadre de Gabriela Huidobro, mencionada en 2A (b), que casóen 1875 con Mauro Damasio Avellaneda, el hijo natural deBenedicta Avellaneda Heredia, hermana a su vez de Isabel.58

    Así pues, hubo tres generaciones consecutivas de Avellaneda con padrinos Ruiz Hui-dobro. El Diego recién mencionado perteneció a la misma rama de Huidobroque las hermanas Teodora e Isidora (madrinas de Avellanedas en las genera-ciones de Isabel y de Rosa), y seguramente fue hermano de las mismas.

    Por otra parte, recién después del prolongado proceso de descenso aquídocumentado, observamos una marcada asimetría social entre nuestros “Ave-llaneda ignotos” y los Ruiz Huidobro. El fenómeno observado por diversos ge-nealogistas europeos, entre ellos el mencionado Sánchez Diego, por el cual seregistraba una marcada tendencia a que padres que no portaban el “Dn” nom-braran como padrinos de sus hijos a individuos que sí lo portaban, no se pre-senta entre nuestros Avellaneda en las generaciones de los Abellaneda Báez, losAbellaneda Brizeño, ni los Avellaneda Heredia.

    Hasta la generación de los Abellaneda Brizeño todos portaban el “Don”.Aunque en la generación de los Avellaneda Heredia comenzaron a producirseexcepciones, los padrinazgos de los Ruiz Huidobro de esa generación se die-

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    CARLOS ESCUDÉ

  • ron en el contexto de bautizos en los que los miembros de ambas familias por-taban el honorífico.

    Pero en la siguiente generación los Avellaneda ya habían perdido el “Don”,mientras los Ruiz Huidobro que actuaban como padrinos lo retenían y seguíancasando con familias tradicionales de Tucumán, como se desprende no sólo deestas actas sino también del trabajo de Carlos Páez de la Torre (h), “Los RuizHuidobro”, publicado en Revista CCC (Tucumán, 2013).

    No obstante, los Ruiz Huidobro también tenían sus bastardos, que perdíanel honorífico y a veces casaban con Avellanedas, apadrinados por otros RuizHuidobro de mayor prestigio que seguían portando el “Don”.

    APUNTES SOBRE LA GENERACIÓN 2 B (B) Y 3 B (B) I Y IIRAMA DE ISABEL, SUBRAMA DE ROSA

    Finalmente llegamos a la menor de los hijos naturales de Isabel AvellanedaHeredia que estudiaremos en este trabajo: Rosa. Dividiremos en dos nuestrobreve tratamiento de su caso. Primero la presentaremos a ella y a sus dos niñasbastardas, y sólo después brindaremos detalles de sus bodas reglamentarias,de las que nacieron nueve hijos legítimos.

    2 B (b) – ROSA AURORA AVELLANEDA, b. 1860, h. nat. de Isabel Ave-llaneda Heredia.59 Testigos, D. Manuel Barnechea y Dna. SaloméRomano. Como se vio más arriba, Dna. Salomé fue también ma-drina de Ramón Tristán y de Eudoro Crisólogo Avellaneda, primoshermanos de Rosa que eran hijos naturales de Benedicta (quien a suvez era hermana de Isabel, la madre de Rosa).Las hijas naturales de Rosa fueron:

    3 B (b) i – ROSA SÁARA AVELLANEDA (b. 1883), 60 y

    3 B (b) ii – JOSEFA ISABEL AVELLANEDA (b. 1885). El acta de bautizo de Josefa Isabel es particularmente intere-sante porque su madrina fue su propia abuela, Isabel Avella-neda, constando en la misma que doña Isabel era “hija de LeónAvellaneda y de Inés Heredia”.61 El acta de bautizo de esta hija

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    LOS “AVELLANEDA IGNOTOS”

  • bastarda resulta así confirmatoria de toda una genealogía re-construida por otros medios.62

    A estas alturas de nuestra historia parecía que el desafortunado accidentede los hijos-fuera-de-matrimonio, que era entonces estigmatizante, estaba porconvertirse en una condición habitual de esta familia.

    Pero poco después, Rosa casó con MANUEL MARCIAL CUELLO GI-GENA (b. 1855, m. 1931),63 h. legítimo de Domingo Cuello y de Tomasa Gi-gena (Gijena), así registrado en la Iglesia Catedral de Córdoba.64

    Marcial (pues así era llamado) era un cordobés trasplantado a Tucumán, ycon él Rosa tuvo nueve hijos legítimos. Entre ellos estaba nuestra abuela pa-terna, INÉS CUELLO AVELLANEDA (b. 1894, m. 1943), que casó en 1911con el catalán JOSÉ ESCUDÉ NADAL, h. legítimo de Pablo Escudé Baliú (deBarcelona) y de Marianna Nadal Pascual (de Gerona). Don José (pues así erallamado) alguna vez fue diputado en su provincia adoptiva, y también presidióla Asociación Española de Socorros Mutuos y Beneficencia de Tucumán.65

    Sara, hija natural de Rosa, fue integrada al hogar de Marcial pero nunca fuereconocida como su hija (aunque en el Censo de 1895 figura con el apellidoCuello). De Josefa Isabel, quizá muerta en la infancia, no tenemos más noti-cias.

    Es importante reiterar aquí que, desde principios del s. XX, en Tucumánel uso del “Don” estaba totalmente democratizado, al punto de que en algunasparroquias venía impreso en los formularios encuadernados de los librosdonde se anotaban bautizos y bodas. Dejó de ser un indicador útil para nues-tros intentos de comprender nuestra historia social.

    Marcial no nació con el “don” en su Córdoba de origen. Su bautizo está re-gistrado en el “Libro Mayor de Bautismos” de Nuestra Señora de la Asunción,diez años después de que los libros que discriminaban a las castas (como el“Libro de Bautismos de Naturales”) dejaran de usarse. Pero los “libros de españoles”,un remanente del sistema colonial de castas, siguieron vigentes hasta 1873, yese niño de ojos claros no fue inscrito allí.

    No obstante, estos Cuello eran una familia en ascenso, justo lo opuesto denuestros “Avellaneda ignotos”, que venían de más a menos. Desde muy joven ensu provincia adoptiva, Marcial fue un ciudadano de provecho que luchó con-tra la epidemia de cólera de 1887, participó en la Revolución del ’90 y fue elprimer jefe de correos y telégrafos que tuvo Tucumán. Su trayectoria está re-gistrada en el obituario que le publicó La Gaceta al morir. A la vez, los obitua-rios de su hija Inés, que la elogian como cultora de las virtudes de sus mayores,

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    CARLOS ESCUDÉ

  • muestran que el estigma social de la bastardía de su madre Rosa Avellaneda nose había transmitido automáticamente a su generación.

    Por otra parte, DOMINGO ELEUTERIO CUELLO GIGENA, her-mano de Marcial, fue otro cordobés trasplantado a Tucumán. Según el Censode 1895 ofició de telegrafista (trabajo que probablemente le consiguiera Mar-cial) y agricultor.66 Casó con ELOÍSA DE ELÍAS BENAVIDES, hija del Cnel.D. Juan Estanislao de Elías Larreategui, un unitario sobreviviente de numero-sas batallas que en su momento cabalgó con Lavalle, y de Dna. Sabina Bena-vides Gainza. En el Censo de 1869 el militar figura como “coronel nacional” y ellacomo “señora”. 67

    Hubo por lo menos otros dos hermanos en esta unidad familiar: VI-CENTA CUELLO GIGENA (b. 1852), casada en 1873 con el dirigente radi-cal cordobés DIONICIO ALDAY VARELA (b. 1839),68 e IGNACIODOMICIANO CUELLO GIGENA, soltero.69

    Entre los Cuello Gigena se reiteran las redes habituales de padrinazgo, peroen forma mucho menos llamativa que entre los Avellaneda y los Ruiz Huido-bro. Marcial e Ignacio, por ejemplo, fueron padrinos de bautizo de algunos desus sobrinos Cuello Elías. El acta de bautizo de JUANA VICTORIA PER-PETUA CUELLO ELÍAS, por caso, muestra a Marcial como padrino de la re-cién nacida y reitera su filiación legítima de Domingo Cuello y TomasaGigena.70

    Las uniones que hemos resumido en esta sección nos ayudan a compren-der cómo se plasmó la gran clase media argentina en las provincias del Nor-oeste. El ascenso social de los Cuello Gigena estuvo marcado por varioselementos:

    - La legitimidad familiar,- La carrera administrativa de Marcial, que benefició a su hermano,- El casamiento de Domingo con la hija del coronel unitario Juan Esta-

    nislao de Elías, y el casamiento de Vicenta con Dionicio Alday, quequedó registrado en el “Libro de Matrimonios de Españoles” de la Catedralde Córdoba. Éste libro seguía en vigencia en un año tan tardío como1873. Por cierto, en su acta de casamiento los contrayentes, padres ypadrinos portaron el “don” y “doña” sin excepción, como si fueran lostiempos de D. Feliz Abellaneda, en el s. XVIII tucumano.

    Al entroncar Rosa Avellaneda con esta familia cordobesa devenida en tu-cumana, el pecado social de Isabel, que en esa época convertía a la madre y a

    37

    LOS “AVELLANEDA IGNOTOS”

  • sus hijos en ciudadanos de segunda, quedó expiado en una sola generación. Sin embargo, como ya vimos, el tejido de apoyos mutuos con los Ruiz Hui-

    dobro siguió funcionando en la siguiente generación a través de dos hijas deDalmiro, el hermano de Rosa, forjándose así una excepcional trama de pa-rentescos y padrinazgos, en alguna medida clientelares.

    CONCLUSIONES

    Con el casamiento de Dna. Rosa Avellaneda y D. Marcial Cuello Gigena, al-gunos descendientes de D. Feliz Antonio Abellaneda Baes ingresaron a unanueva etapa de “respetable” estabilidad en su historia familiar.

    La historiografía posible de esta historia, que aquí encaramos a pesar dela escasez de datos documentales, estuvo nutrida por:

    la identificación de padres, hijos y cónyuges sucesivos, -la portación (o negación) del honorífico “Don” y “Doña” por parte de-padres y padrinos, el nacimiento de hijos naturales, y la identificación de una importante-red de compadrazgos por momentos socialmente asimétricos, que se-guramente reflejaron cierto clientelismo entre familias. En verdad, losdatos señalan la existencia de alianzas familiares excepcionales queprobablemente reflejan no sólo amistad y solidaridad, sino tambiénuna estructura de relativo control social que no siempre funcionó.

    Si contabilizamos este fenómeno, vemos que durante el período estudiadose concretaron dos bodas Avellaneda-Ruiz Huidobro. Una fue entre los bas-tardos Dalmiro Avellaneda y Eudocia Huidobro, y la otra entre el bastardoMauro Damasio Avellaneda, por una parte, y Gabriela Huidobro, que era hijalegítima de Diego Huidobro y Balbina Albornoz.

    Además, hubieron nueve padrinos Ruiz Huidobro: Pedro, Teodora, Julián(dos veces), Isidora, Diego (dos veces), Petrona y Catalina. La mera casualidadde que la abuela materna del presidente Avellaneda fuera Dna. Juana TomasaZavaleta Ruiz Huidobro no extraña demasiado en el contexto de la escasa po-blación de San Miguel de Tucumán en esos tiempos. Pero parece extraída deuna cábala borgeana…

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    CARLOS ESCUDÉ

  • A las reiteraciones de Ruiz Huidobro se suman dos padrinos de apellidoColombres (Metrano y Estratón), como también la perseverante amiga Sa-lomé Romano, que fue madrina de tres miembros de la familia: los hermanosRamón Tristán y Eudoro Crisólogo Avellaneda, y la prima hermana de éstos,Rosa Avellaneda (mi bisabuela).

    Finalmente, sugiriendo que los prejuicios contra el bastardo no eran tangraves como podría suponerse, comprobamos que en 1881 y 1883 Rosa Ave-llaneda fue madrina de las hermanas María Selvira y María Luisa AvellanedaHuidobro, hijas legítimas de Dalmiro Avellaneda y Eudocia Huidobro. Sinlugar a dudas, eso no fue clientelismo sino la potenciación del obligado pa-rentesco carnal con un optativo y consensuado parentesco espiritual.

    A partir de entonces, cada descendiente de Dna. Isabel Avellaneda Here-dia (hija de León, que fue hijo de Félix, hijo a su vez de Martín) pudo lograrlo que su voluntad y talento natural hicieron posible, condicionados por las cir-cunstancias de las sucesivas épocas y por su path dependence individual: a vecesnada, a veces poco, a veces mucho, como cualquier ciudadano “biennacido”.

    Rosa, bastarda de Isabel y ella misma madre de dos bastardos y de nuevehijos legítimos, casó con un ciudadano de cierto mérito y hoy tiene algún bis-nieto que estudió en Oxford y en Yale. Y su primo hermano Tristán, él mismobastardo de Benedicta, se recibió de abogado y ejerció su profesión en Cór-doba.

    También hubo, por supuesto, destinos menos afortunados. Pero todoscompartieron un enorme arraigo argentino, marcado por un primer bautismofundacional efectuado justo antes de la creación del Virreinato del Río de laPlata y apadrinado por el alcalde de segundo voto de Salta. Seguramente, enalguna generación previa a la de D. Martín Abellaneda y Dna. Simona Baes,nuestros ancestros llegaron a América por Lima, recorriendo en galeón la aza-rosa Mar Océana y el Estrecho de Magallanes.

    Así pues, el transcurrir de las generaciones de nuestros “Avellaneda ignotos”se convirtió en una historia que permite tejer una historiografía plurisecularpropia en que la vertiente patriarcal del apellido se vuelve irrelevante. En rea-lidad, los nuestros fueron los verdaderos Avellaneda tucumanos. Vivían en SanMiguel y eran bautizados en su iglesia matriz mientras el Congreso de Tucu-mán proclamaba la Independencia argentina, en tiempos en que los de la ramacélebre, luego “tucumanizada”, eran catamarqueños.

    El caso se asemeja al que cuenta Platón en Las leyes. Tres pensadores dis-currían sobre lo que está bien y lo que está mal mientras caminaban rumbo ala cueva de Zeus para consultar al dios sobre el tema. El intenso intercambio

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    LOS “AVELLANEDA IGNOTOS”

  • entre los caminantes se registra en su totalidad en el diálogo, explorando losinfinitos vericuetos del derecho natural, pero al final el lector se queda en as-cuas, sin enterarse si los peregrinos llegaron alguna vez a la cueva.

    Se bastaron a sí mismos, como nuestros Avellaneda.

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    CARLOS ESCUDÉ

  • NOTAS

    1 Véase Cornelio Sánchez Oviedo, “Ascendencia catamarqueña del presidente Avellaneda”,Boletín de la Junta de Estudios Históricos de Catamarca, Año 2, N° 2, 1942; carta deDiego Luis Molinari publicada en el Boletín de la Junta de Estudios Históricos de Cata-marca, Año 4, N° 1, 6 de enero de 1944; Gaspar Guzmán, “La ascendencia catamarqueñadel presidente Nicolás Avellaneda”, Catamarca, 1972; Elsa Andrada de Bosch, artículos enel diario La Unión de Catamarca, 12-18 de octubre de 1987; Jorge Alberto Corominas, Losvascos en América, Vol. III: Provincias de Córdoba, Corrientes, Tucumán, Mendoza, SanJuan, San Luis, Fundación Vasco-Argentina "Juan de Garay", Buenos Aires, 1996. Véasetambién la página web de Gerardo Flores Vidal, “Genealogías tucumanas y catamarque-ñas”, y Marcelo Gershani Oviedo, “Una disputa en torno a los Avellaneda”, La UniónDigital, 23 de agosto de 2015, descargada el 3 de agosto de 2016, http://www.launiondi-gital.com.ar/noticias/157282-una-disputa-torno-a-avellaneda.

    2http://www.araba.eus/arabadok/search?q=*:*&start=0&fq=mssearch_geographics&fv=Pe%C3%B1uecos%3B+T%C3%A9rmino+%28Espejo%2C+Alava%29++%23842548.

    3 https://familysearch.org/ark:/61903/3:1:939X-HD2P-B?i=195&wc=M6KT-429%3A255021801%2C255021802%2C256111501%3Fcc%3D1974178&cc=1974178

    4 "Argentina bautismos, 1645-1930," database, FamilySearch(https://familysearch.org/ark:/61903/1:1:XNRB-M8L : 10 December 2014), Maria DelEspiritu Santo Abellaneda Espeche, ; citing reference cn 15; FHL microfilm 1,094,049."Argentina bautismos, 1645-1930," database, FamilySearch(https://familysearch.org/ark:/61903/1:1:XNRB-M8V : 10 December 2014), ManuelAntonio Abellaneda Espeche, ; citing reference cn 15; FHL microfilm 1,094,049.

    5 "Argentina bautismos, 1645-1930," database, FamilySearch(https://familysearch.org/ark:/61903/1:1:XNRD-RXJ : 10 December 2014), SesarioAhumada, ; citing reference cn 5; FHL microfilm 1,094,051.

    6 "Argentina bautismos, 1645-1930," database, FamilySearch(https://familysearch.org/ark:/61903/1:1:XNRB-SWB : 10 December 2014), Maria JuanaDe Abellaneda Tula, ; citing reference cn 44; FHL microfilm 1,094,049.

    7 "Argentina bautismos, 1645-1930," database, FamilySearch(https://familysearch.org/ark:/61903/1:1:XNRB-79Y : 10 December 2014), MariaFran.Ca De Abellaneda Tula, ; citing reference cn 83; FHL microfilm 1,094,049.

    8 "Argentina bautismos, 1645-1930," database, FamilySearch(https://familysearch.org/ark:/61903/1:1:XNRB-ZYB : 10 December 2014), Ma. Igna-cia Abellaneda, ; citing reference cn 39; FHL microfilm 1,094,049.

    9 "Argentina Baptisms, 1645-1930," database, FamilySearch(https://familysearch.org/ark:/61903/1:1:XN1D-LQB : 10 December 2014), Nicolas

    Avellaneda, ; citing reference cn 42; FHL microfilm 1,094,050.10 "Argentina Baptisms, 1645-1930," database, FamilySearch

    (https://familysearch.org/ark:/61903/1:1:XN1D-LQB : 10 December 2014), NicolasAvellaneda, ; citing reference cn 42; FHL microfilm 1,094,050.

    11 "Argentina, Tucumán, registros parroquiales, 1727-1955," database with images,Family-Search (https://familysearch.org/ark:/61903/1:1:QV94-4V7L : 17 May 2016), NicolásAvellaneda, 11 Feb 1855; citing Death, Nuestra Señora de la Encarnación, San Miguel de

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    LOS “AVELLANEDA IGNOTOS”

  • Tucumán, Tucumán, Argentina, parroquias Católicas, Tucumán (Catholic Church paris-hes, Tucumán); FHL microfilm 760,639.

    12 Héctor Fernando Sánchez Diego, “El parentesco espiritual en la Cantabria moderna: elpapel del padrinazgo en el valle de Iguña”, trabajo “fin de máster”, Universidad de Can-tabria, Santander 2012, p. 14.

    13 J. Bossy, Christianity in the West, 1400-1700, Oxford University Press, 1990.14 Tomás Antonio Mantecón Movellán, “Población y sociedad en la Cantabria moderna”, en

    II Encuentro de Historia de Cantabria, Vol. 1, Universidad de Cantabria, 2005, pp. 445-474.

    15 Por ejemplo, en el caso de la “rama patricia”, “María Fran.CA De Abellaneda Tula”, b. 14de diciembre de 1779, Film 1094049, cn 44. "Argentina bautismos, 1645-1930," database,FamilySearch (https://familysearch.org/ark:/61903/1:1:XNRB-79Y : 10 December2014); citing reference cn 83; FHL microfilm 1,094,049. Obsérvese, por otra parte, queen este caso en la partida se usó la preposición “de”, pero no en el de su media hermanaMaria Del Espiritu Santo Abellaneda Espeche, b. 14 de agosto de 1767, "Argentina bautismos, 1645-1930," database, FamilySearch(https://familysearch.org/ark:/61903/1:1:XNRB-M8L : 10 December 2014); citing re-

    ference cn 15; FHL microfilm 1,094,049.16 "Argentina bautismos, 1645-1930," database, FamilySearch

    (https://familysearch.org/ark:/61903/1:1:XNC2-JXD : 10 December 2014), Maria Ca-yetana Abellaneda, ; citing reference cn 60; FHL microfilm 1,098,031. Ver la imagen 239de dicho rollo, en https://familysearch.org/ark:/61903/3:1:939X-FQSG-V6?i=238&wc=M6VW-NWG%3A257115001%2C257260601%2C257266101%3Fcc%3D1974193&cc=1974193.Se trata del folio 60 del libro de bautismos correspondiente, que está incluido en este rollo.

    17 "Argentina bautismos, 1645-1930," database, FamilySearch(https://familysearch.org/ark:/61903/1:1:XNCL-JM1 : 10 December 2014), Pedro Ig-nacio Quiroz Avellaneda, ; citing reference cn 142; FHL microfilm 1,098,032.

    18 "Argentina bautismos, 1645-1930," database, FamilySearch(https://familysearch.org/ark:/61903/1:1:XNC2-KL9 : 10 December 2014), Martin Abe-llaneda in entry for Feliz Antonio Abellaneda, ; citing reference cn 182; FHL microfilm1,098,031. El acta está en la imagen N° 302 de dicho rollo. Se trata del folio 182 de estelibro de bautismos, incluido en este rollo. Véase: https://familysearch.org/ark:/61903/3:1:939X-FQSG-D8?i=301&wc=M6VW-NWG%3A257115001%2C257260601%2C257266101%3Fcc%3D1974193&cc=1974193

    19 Este texto manuscrito se encuentra en la imagen 207 del rollo de microfilm 1.098.031 dela organización “Family Search”. La imagen corresponde a un primer folio no numeradodel volumen en que se registran estas actas de bautizo. El rollo contiene varios volúme-nes foliados independientemente, de modo que el número de folio no coincide con el nú-mero de imagen, que es el dato más útil para la ubicación de un documento.

    20 Estos folios corresponde a las imágenes 239 y 302 del rollo de microfilm 1.098.031.21 Félix a veces aparece como Feliz y otras como Felis. También hay variaciones en la orto-

    grafía del apellido Brizeño (Briceño, Briseño y Briziña).22 En este texto hemos utilizado la ortografía de los nombres encontrada en las actas. Así,

    Hortensia es a veces Ortencia, Eudosia es Eudocia, Félix puede ser Felis o Feliz, etc. 23 "Argentina, Tucumán, registros parroquiales, 1727-1955," database with images, Family-

    Search(https://familysearch.org/ark:/61903/1:1:QKCP-WMXQ : 19 May 2016), Feliz

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    CARLOS ESCUDÉ

  • Antonio Abellaneda and Manuela Brizeño, 22 Sep 1794; citing Marriage, Nuestra Señorade la Encarnación, San Miguel de Tucumán, Tucumán, Argentina, parroquias Católicas,Tucumán (Catholic Church parishes, Tucumán); FHL microfilm 790,570.

    24 "Argentina, Tucumán, registros parroquiales, 1727-1955," database with images, Family-Search(https://familysearch.org/ark:/61903/1:1:QV94-WPD1 : 17 May 2016), ManuelaBriseño, 08 Dec 1835; citing Death, Nuestra Señora de la Encarnación, San Miguel deTucumán, Tucumán, Argentina, parroquias Católicas, Tucumán (Catholic Church paris-hes, Tucumán); FHL microfilm 760,638.

    25 Este año se deduce del Censo de 1869, donde aparece de 50 años, viuda, conviviendo consus hijas Isabel y Jesús Avellaneda, y con los hijos de Jesús, de apellido Escobar. "Argen-tina, censo nacional, 1869," database with images,FamilySearch(https://familysearch.org/ark:/61903/1:1:M496-H12 : 13 April 2016), InésHeredia, San Miguel de Tucumán, Tucumán, Argentina; Archivo General de la Nación,Buenos Aires (Census Commission Directive. General Archive of the Nation, BuenosAires); FHL microfilm 687,673.

    26 "Argentina, Tucumán, registros parroquiales, 1727-1955," database with images, Family-Search(https://familysearch.org/ark:/61903/1:1:XNWB-N8K : 17 May 2016), José LeónAbellaneda, 26 Dec 1797; citing Baptism, Nuestra Señora de la Encarnación, San Miguelde Tucumán, Tucumán, Argentina, parroquias Católicas, Tucumán (Catholic Church pa-rishes, Tucumán); FHL microfilm 786,503.

    27 "Argentina, Tucumán, registros parroquiales, 1727-1955," database with images,Family-Search (https://familysearch.org/ark:/61903/1:1:XNWB-NYY : 17 May 2016), ManLaAbellaneda, 31 May 1799; citing Baptism, Nuestra Señora de la Encarnación, San Miguelde Tucumán, Tucumán, Argentina, parroquias Católicas, Tucumán (Catholic Church pa-rishes, Tucumán); FHL microfilm 786,503.

    28 Porque es un buen sistema de identificación, al igual que otros genealogistas de habla his-pana hemos seguido sistemáticamente la usanza peninsular de agregar el apellido maternoal paterno, cuando se conoce. En aquellos tiempos, en las actas parroquiales tucumanastanto de gente conocida como de ciudadanos humildes, el apellido materno solía ser ex-cluido del nombre de los individuos, incluso en los casos en que era usado socialmente.Nosotros, en cambio, lo adosaremos siempre, en parte para evitar el sesgo típicamente ar-gentino de adornar a la gente principal con un segundo apellido.

    29 "Argentina, Tucumán, registros parroquiales, 1727-1955," database with images, Family-Search(https://familysearch.org/ark:/61903/1:1:QV94-WPVM : 17 May 2016), IsabelAvellaneda, 07 Sep 1834; citing Death, Nuestra Señora de la Encarnación, San Miguel deTucumán, Tucumán, Argentina, parroquias Católicas, Tucumán (Catholic Church paris-hes, Tucumán); FHL microfilm 760,638.

    30 "Argentina, Tucumán, registros parroquiales, 1727-1955," database with images, Family-Search(https://familysearch.org/ark:/61903/1:1:XNW4-YMJ : 17 May 2016), María delos Dolores Abellaneda, 31 Aug 1833; citing Baptism, Nuestra Señora de la Encarnación,San Miguel de Tucumán, Tucumán, Argentina, parroquias Católicas, Tucumán (CatholicChurch parishes, Tucumán); FHL microfilm 786,505.

    31 GeneaNet – Stammbaum Ernesto Álvarez Uriondo – Ficha de “María Hortensia Ga-briela Avellaneda y Ruíz de Huidobro”http://gw.geneanet.org/gentuc?lang=de&p=maria%20hortensia%20gabriela&n=avella-neda%20y%20ruiz%20de%20huidobro

    32 "Argentina, Tucumán, registros parroquiales, 1727-1955," database with images, Family-

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    LOS “AVELLANEDA IGNOTOS”

  • Search(https://familysearch.org/ark:/61903/1:1:QKCP-2DM5 : 19 May 2016), SegundoEscobar and Jesús Avellaneda, 01 Jun 1852; citing Marriage, Nuestra Señora del Rosario,Monteros, Tucumán, Argentina, parroquias Católicas, Tucumán (Catholic Church paris-hes, Tucumán); FHL microfilm 781,809.

    33 El apellido materno Heredia aparece en las actas de bautismo de todos los hermanos deIsabel, así como en el Censo de 1869 (donde Inés y su hija Isabel aparecen cohabitando),y también en el acta de defunción de Isabel en el Registro Civil tucumano, de 1928. Laúnica excepción es el acta de bautizo de la propia Isabel (escrito Isavel), donde se reiterael nombre de José León Avellaneda, el nombre de pila Inés, pero aparece Rodríguez enlugar de Heredia. Parece seguro que Heredia es el apellido materno correcto de Isabel, obien que en el caso de todos estos hermanos el apellido verdadero era una combinaciónde los dos.

    34 "Argentina, Tucumán, registros parroquiales, 1727-1955," database with images, Family-Search(https://familysearch.org/ark:/61903/1:1:XNWH-J9T : 17 May 2016), María Isa-vel Avellaneda, 13 Jul 1839; citing Baptism, Nuestra Señora de la Encarnación, San Miguelde Tucumán, Tucumán, Argentina, parroquias Católicas, Tucumán (Catholic Church pa-rishes, Tucumán); FHL microfilm 786,505.

    35 "Argentina, Tucumán, registros parroquiales, 1727-1955," database with images, Family-Search(https://familysearch.org/ark:/61903/1:1:XNVH-XQQ : 17 May 2016), León Ave-llaneda in entry for Miguel Avellaneda, 23 Oct 1869; citing Baptism, Nuestra Señora deLa Merced, San Miguel de Tucumán, Tucumán, Argentina, parroquias Católicas, Tucumán(Catholic Church parishes, Tucumán); FHL microfilm 791,218.

    36 "Argentina, Tucumán, registros parroquiales, 1727-1955," database with images, Family-Search(https://familysearch.org/ark:/61903/1:1:XNW1-LV5 : 17 May 2016), Micaela dela Ascensión Avellaneda, 10 May 1842; citing Baptism, Nuestra Señora de la Encarna-ción, San Miguel de Tucumán, Tucumán, Argentina, parroquias Católicas, Tucumán (Ca-tholic Church parishes, Tucumán); FHL microfilm 786,506.

    37 "Argentina, Tucumán, registros parroquiales, 1727-1955," database with images, Family-Search(https://familysearch.org/ark:/61903/1:1:QKCP-WZD6 : 19 May 2016), PedroHuidobro and Isabel Colombres, 03 Jun 1850; citing Marriage, Nuestra Señora de la En-carnación, San Miguel de Tucumán, Tucumán, Argentina, parroquias Católicas, Tucumán(Catholic Church parishes, Tucumán); FHL microfilm 790,570.

    38 "Argentina, Tucumán, registros parroquiales, 1727-1955," database with images, Family-Search(https://familysearch.org/ark:/61903/1:1:XNW4-9QN : 17 May 2016), TheodoraJosefa Huidobro, 04 Aug 1805; citing Baptism, Nuestra Señora de la Encarnación, San Mi-guel de Tucumán, Tucumán, Argentina, parroquias Católicas, Tucumán (Catholic Churchparishes, Tucumán); FHL microfilm 786,505.

    39 "Argentina, Tucumán, registros parroquiales, 1727-1955," database with images, Family-Search(https://familysearch.org/ark:/61903/1:1:QKCP-WM1C : 19 May 2016), JuliánVicente Ruiz Huidobro and Francisca Javiera Ojeda, 27 May 1804; citing Marriage, Nues-tra Señora de la Encarnación, San Miguel de Tucumán, Tucumán, Argentina, parroquiasCatólicas, Tucumán (Catholic Church parishes, Tucumán); FHL microfilm 790,570. "Argentina, Tucumán, registros parroquiales, 1727-1955," database with images, Family-Search(https://familysearch.org/ark:/61903/1:1:QV94-415Y : 17 May 2016), Julián RuizHuidobro, 27 Jan 1869; citing Death, Nuestra Señora de la Encarnación, San Miguel deTucumán, Tucumán, Argentina, parroquias Católicas, Tucumán (Catholic Church paris-hes, Tucumán); FHL microfilm 760,639.

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    CARLOS ESCUDÉ

  • "Argentina, Tucumán, registros parroquiales, 1727-1955," database with images, Family-Search(https://familysearch.org/ark:/61903/1:1:QKCP-WM1Z : 19 May 2016), JuliánRuiz Huidobro in entry for Julián Vicente Ruiz Huidobro and Francisca Javiera Ojeda, 27May 1804; citing Marriage, Nuestra Señora de la Encarnación, San Miguel de Tucumán,Tucumán, Argentina, parroquias Católicas, Tucumán (Catholic Church parishes, Tucu-mán); FHL microfilm 790,570.

    40 "Argentina, Tucumán, registros parroquiales, 1727-1955," database with images, Family-Search(https://familysearch.org/ark:/61903/1:1:QV94-42TB : 17 May 2016), Isidora RuizHuidobro, 28 Feb 1867; citing Death, Nuestra Señora de la Encarnación, San Miguel deTucumán, Tucumán, Argentina, parroquias Católicas, Tucumán (Catholic Church paris-hes, Tucumán); FHL microfilm 760,639.

    41 "Argentina, Tucumán, registros parroquiales, 1727-1955," database with images, Family-Search(https://familysearch.org/ark:/61903/1:1:XN49-1H9 : 17 May 2016), Mauro Da-masio Avillaneda, 18 Jan 1853; citing Baptism, Nuestra Señora de la Encarnación, SanMiguel de Tucumán, Tucumán, Argentina, parroquias Católicas, Tucumán (CatholicChurch parishes, Tucumán); FHL microfilm 786,508.

    42 "Argentina, Tucumán, registros parroquiales, 1727-1955," database with images, Family-Search(https://familysearch.org/ark:/61903/1:1:QKCP-7PCN : 19 May 2016), MauroAvellaneda and Gabriela Huidobro, 15 Oct 1875; citing Marriage, Nuestra Señora de la En-carnación, San Miguel de Tucumán, Tucumán, Argentina, parroquias Católicas, Tucumán(Catholic Church parishes, Tucumán); FHL microfilm 790,571.

    43 "Argentina, Tucumán, registros parroquiales, 1727-1955," database with images, Family-Search(https://familysearch.org/ark:/61903/1:1:XNV4-D9M : 17 May 2016), Diego Ja-vier Huidobro, 18 Dec 1862; citing Baptism, Nuestra Señora de La Merced, San Miguelde Tucumán, Tucumán, Argentina, parroquias Católicas, Tucumán (Catholic Church pa-rishes, Tucumán); FHL microfilm 791,217.

    44 Consignamos que en el Censo de 1869 convivían en Tucumán Balbina Albornoz (de 55años) y Gabriela Huidobro (de 18), junto con Petrona, Balbina y Josefa Huidobro. A la vez,en el Censo de 1895 convivían Gabriela Huidobro con sus hijos Mauro y Ortencia Ave-llaneda.

    45 "Argentina, Tucumán, registros parroquiales, 1727-1955," database with images, Family-Search(https://familysearch.org/ark:/61903/1:1:QV94-ZGR2 : 17 May 2016), José He-rrera and María Hortensia Gabriela Avellaneda, 24 Dec 1910; citing Marriage, NuestraSeñora de La Merced, San Miguel de Tucumán, Tucumán, Argentina, parroquias Católi-cas, Tucumán (Catholic Church parishes, Tucumán); FHL microfilm 789,390.

    46 "Argentina, Tucumán, registros parroquiales, 1727-1955," database with images, Family-Search(https://familysearch.org/ark:/61903/1:1:XNVW-BQK : 17 May 2016), OrfeliaDel Carmen Avellaneda, 01 Nov 1859; citing Baptism, Nuestra Señora de La Merced, SanMiguel de Tucumán, Tucumán, Argentina, parroquias Católicas, Tucumán (CatholicChurch parishes, Tucumán); FHL microfilm 791,217.

    47 "Argentina, Tucumán, registros parroquiales, 1727-1955," database with images, Family-Search(https://familysearch.org/ark:/61903/1:1:XN43-Y2P : 17 May 2016), CarolinaAvellaneda, 04 Nov 1860; citing Baptism, Nuestra Señora de la Encarnación, San Miguelde Tucumán, Tucumán, Argentina, parroquias Católicas, Tucumán (Catholic Church pa-rishes, Tucumán); FHL microfilm 786,509.

    48 "Argentina, Tucumán, registros parroquiales, 1727-1955," database with images, Family-Search(https://familysearch.org/ark:/61903/1:1:XNV4-5ZB : 17 May 2016), Ramón Tris-

    45

    LOS “AVELLANEDA IGNOTOS”

  • tan Avellaneda, 09 Apr 1866; citing Baptism, Nuestra Señora de La Merced, San Miguelde Tucumán, Tucumán, Argentina, parroquias Católicas, Tucumán (Catholic Church pa-rishes, Tucumán); FHL microfilm 791,217.

    49 "Argentina, censo nacional, 1895," database with images, FamilySearch(https://familyse-arch.org/ark:/61903/1:1:MW4S-31H : 25 February 2015), Tristan Ovelanedo, 1895; citingSección 16 (Población urbana), Capital, Córdoba, Argentina, source piece 12, ArchivosNacionales, Buenos Aires (National Archives, Buenos Aires).

    50 Genealogías Argentinas I, Pérez Calvo, Lucio Ricardo, (Buenos Aires, Argentina, 2000).51 La obra de Lucio Ricardo Pérez Calvo, Genealogías argentinas I (Buenos Aires 2000, p.

    299) también menciona a Tristán Avellaneda Suárez, el hijo de Tristán Avellaneda Here-dia que casó con Nora de Bary Brinckmann. En esa fuente el nombre de pila no es “Tris-tán María” sino “Tristán” a secas. Por otra parte, en el caso de la obra de LazcanoColodrero, es curioso el agregado de “Carlos” y “María” a los nombres de León Avella-neda e Inés Heredia. No se verifican en las partidas.

    52 "Argentina, Tucumán, registros parroquiales, 1727-1955," database with images, Family-Search(https://familysearch.org/ark:/61903/1:1:XN47-BYT : 17 May 2016), EudoroCristologo Avellaneda, 11 Nov 1870; citing Baptism, Nuestra Señora de la Encarnación,San Miguel de Tucumán, Tucumán, Argentina, parroquias Católicas, Tucumán (CatholicChurch parishes, Tucumán); FHL microfilm 786,511.

    53 "Argentina, Tucumán, registros parroquiales, 1727-1955," database with images, Family-Search(https://familysearch.org/ark:/61903/1:1:QV94-J7LX : 17 May 2016), DalmiroAvellaneda and Eudocia Huidobro, 29 Jan 1881; citing Marriage, Nuestra Señora de laEncarnación, San Miguel de Tucumán, Tucumán, Argentina, parroquias Católicas, Tucu-mán (Catholic Church parishes, Tucumán); FHL microfilm 790,572.

    54 "Argentina, Tucumán, registros parroquiales, 1727-1955," database with images, Family-Search(https://familysearch.org/ark:/61903/1:1:XNW9-87Z : 17 May 2016), EstratonColombres in entry for María Luisa Colombres, 10 Nov 1880; citing Baptism, Nuestra Se-ñora de la Encarnación, San Miguel de Tucumán, Tucumán, Argentina, parroquias Cató-licas, Tucumán (Catholic Church parishes, Tucumán); FHL microfilm 786,515.

    55 "Argentina, Tucumán, registros parroquiales, 1727-1955," database with images, Family-Search(https://familysearch.org/ark:/61903/1:1:XN43-2Y4 : 17 May 2016), Catalina Hui-dobro, 24 Nov 1859; citing Baptism, Nuestra Señora de la Encarnación, San Miguel deTucumán, Tucumán, Argentina, parroquias Católicas, Tucumán (Catholic Church paris-hes, Tucumán); FHL microfilm 786,509.

    56 "Argentina, Tucumán, registros parroquiales, 1727-1955," database with images, Family-Search(https://familysearch.org/ark:/61903/1:1:XNW9-282 : 17 May 2016), María Sel-vira Avellaneda, 29 Nov 1881; citing Baptism, Nuestra Señora de la Encarnación, SanMiguel de Tucumán, Tucumán, Argentina, parroquias Católicas, Tucumán (CatholicChurch parishes, Tucumán); FHL microfilm 786,516.

    57 "Argetina, Tucumán, registros parroquiales, 1727-1955," database with images, Family-Search(https://familysearch.org/ark:/61903/1:1:XN44-944 : 17 May 2016), María LuisaAvellaneda, 08 Oct 1883; citing Baptism, Nuestra Señora de la Encarnación, San Miguelde Tucumán, Tucumán, Argentina, parroquias Católicas, Tucumán (Catholic Church pa-rishes, Tucumán); FHL microfilm 786,517.

    58 También se rescataron los bautizos de otros cinco hijos de Dalmiro y Eudosia: MaríaMagdalena Mercedes (b. 1885), Eugenio Hortensia (b. 1894), Pedro Agustín (b. 1897),Francisca (b. 1900) y Eudoxia Gerarda Avellaneda Huidobro (b. 1902).

    46

    CARLOS ESCUDÉ

  • 59 "Argentina, Tucumán, registros parroquiales, 1727-1955," database with images, Family-Search(https://familysearch.org/ark:/61903/1:1:XN43-TH7 : 17 May 2016), Rosa Au-rora Avellaneda, 14 Sep 1860; citing Baptism, Nuestra Señora de la Encarnación, SanMiguel de Tucumán, Tucumán, Argentina, parroquias Católicas, Tucumán (CatholicChurch parishes, Tucumán); FHL microfilm 786,509.

    60 "Argentina, Tucumán, registros parroquiales, 1727-1955," database with images, Family-Search(https://familysearch.org/ark:/61903/1:1:XN44-3XX : 17 May 2016), Rosa SáaraAvellaneda, 12 Dec 1883; citing Baptism, Nuestra Señora de la Encarnación, San Miguelde Tucumán, Tucumán, Argentina, parroquias Católicas, Tucumán (Catholic Church pa-rishes, Tucumán); FHL microfilm 786,517.

    61 Esta acta zanja cualquier duda que pudiera persistir acerca del apellido materno de Isabel.62 "Argentina, Tucumán, registros parroquiales, 1727-1955," database with images, Family-

    Search(https://familysearch.org/ark:/61903/1:1:XNWT-CZK : 17 May 2016), Josefa Isa-bel Avellaneda, 25 May 1885; citing Baptism, Nuestra Señora de la Encarnación, SanMiguel de Tucumán, Tucumán, Argentina, parroquias Católicas, Tucumán (CatholicChurch parishes, Tucumán); FHL microfilm 785,855.

    63 Registro Civil de Tucumán, certificado de defunción de Marcial Cuello, tomo 63 Norte,folio 133 vuelta, acta 264 del año 1931.Registro Civil de Tucumán, certificado de defunción de Rosa Avellaneda, tomo 43 Norte,folio 43 vuelta, acta 884 de 1925.

    64 "Argentina bautismos, 1645-1930," database, FamilySearch(https://familysearch.org/ark:/61903/1:1:XJ9B-6QV : 10 December 2014), Manl. Mar-cial Cuello Gijena, ; citing reference ; FHL microfilm 778,730. Nuestra Señora de la Asun-ción, Córdoba, 5 de junio de 1855, Libro Mayor de Bautismos, libro 24, folio 87."Argentina, censo nacional, 1869," database with images, FamilySearch(https://familyse-arch.org/ark:/61903/1:1:M4WB-Y2L : 13 April 2016), Marcial Cuello, Córdoba, Cór-doba, Argentina; Archivo General de la Nación, Buenos Aires (Census Commission Directive. General Ar-chive of the Nation, Buenos Aires); FHL microfilm 671,707.

    65 Registro Civil de Tucumán, departamento Capital, acta 652 del 29 de diciembre de 1911,folios 151 reverso y 152 anverso y reverso; casamiento de José Escudé con Inés Cuello.Registro Civil de Tucumán, departamento Capital, certificado de defunción de Inés Cue-llo, tomo 104 Norte, folio 93, acta 773, del año 1943.

    66 "Argentina, Tucumán, registros parroquiales, 1727-1955," database with images, Family-Search(https://familysearch.org/ark:/61903/1:1:XNWS-38R : 17 May 2016), DomingoCuello in entry for Domingo Ignacio Cuello, 05 Sep 1881; citing Baptism, Nuestra Señorade la Encarnación, San Miguel de Tucumán, Tucumán, Argentina, parroquias Católicas,Tucumán (Catholic Church parishes, Tucumán); FHL microfilm 786,516. "Argenina, censo nacional, 1895," database with images, FamilySearch(https://familyse-arch.org/ark:/61903/1:1:MWH9-531 : 25 February 2015), Domingo G. Cuello, 1895; ci-ting Distrito 01 (Población rural), Monteros, Tucumán, Argentina, source piece 892,Archivos Nacionales, Buenos Aires (National Archives, Buenos Aires).

    67 "Argentina, censo nacional, 1869," database with images,