TD_Jose Pablo Noriega de Lomas

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UNIVERSIDAD DE OVIEDO UNIVERSIDAD DE OVIEDO UNIVERSIDAD DE OVIEDO UNIVERSIDAD DE OVIEDO DEPARTAMENTO DE FILOSOFÍA MARX Y ENGELS: DOS SISTEMAS MATERIALISTAS DIFERENTES Autor: José Pablo Noriega de Lomas Director: Dr. D. Modesto Berciano Villalibre Oviedo 2.011

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  • UNIVERSIDAD DE OVIEDOUNIVERSIDAD DE OVIEDOUNIVERSIDAD DE OVIEDOUNIVERSIDAD DE OVIEDO

    DEPARTAMENTO DE FILOSOFA

    MARX Y ENGELS: DOS SISTEMAS MATERIALISTAS DIFERENTES

    Autor: Jos Pablo Noriega de Lomas Director: Dr. D. Modesto Berciano Villalibre

    Oviedo 2.011

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    INTRODUCCIN

    1. Tema

    El pensamiento de Marx y Engels ha sido estudiado ampliamente y desde las

    ms diversas perspectivas. No en vano se da la circunstancia de que estos dos grandes

    pensadores inauguran una tradicin terica que ser seguida por un gran nmero de

    intelectuales y polticos.

    Por nuestra parte, en la presente tesis pretendemos estudiar y exponer las

    doctrinas del materialismo histrico y del materialismo dialctico, mostrando sus

    diferencias as como el hecho de que son doctrinas distintas, aunque esto ltimo no haya

    estado claro en la tradicin marxista, especialmente en la ruso- sovitica. Esto forma el

    tema general del trabajo.

    Por ello, haremos un estudio sistemtico de la obra en la que los dos filsofos

    exponen su pensamiento en lo referente a sus materialismos. Como consecuencia, se

    requieren ciertas precisiones que tienen que tener en cuanta los objetivos, la

    metodologa y los lmites de la presente tesis.

    2. Objetivos

    El estudio del materialismo histrico y del materialismo dialcticos que

    abordamos tiene por el carcter propio de lo dicho unos objetivos claros:

  • 2

    1. En primer lugar se trata de exponer claramente los sistemas

    filosficos de Marx y Engels, el materialismo histrico y el materialismo

    dialctico.

    2. En segundo lugar se trata de sealar y analizar los lmites de

    ambos sistemas y las lneas claras de demarcacin que existen entre ambos, en

    tanto que el materialismo histrico trata de motivos antropolgicos; y el

    materialismo dialctico, de temas ontolgicos, de Filosofa de la Naturaleza, de

    Epistemologa, sin que olvide los propiamente antropolgicos; aunque en esto

    depende claramente del materialismo histrico. As, la distincin temtica es

    clara; y por tanto, salvo en asuntos antropolgicos, tocan tpicos distintos y

    desde perspectivas distintas.

    3. En tercer lugar, mostrar como los dos sistemas filosficos no

    estn coimplicados, de tal manera que el materialismo dialctico no viene

    determinado como una implicacin del materialismo histrico, ni inversamente,

    el materialismo histrico se presenta como la concrecin necesaria del

    materialismo dialctico. En este sentido, nuestra posicin es contraria a la del

    pensamiento materialista ruso que concibe el materialismo histrico y el

    materialismo dialctico como sistemas solidarios, subsumiendo el histrico en el

    dialctico.

    4. Distinguir ambos materialismos desde el punto de vista de la

    dialctica en tanto que el materialismo histrico muestra una dialctica histrica

    no determinista; y el materialismo dialctico tiene una dialctica natural,

    determinista y necesitarista.

  • 3

    3. Metodologa

    El mtodo que seguiremos en la exposicin de los temas comprende varias

    partes. En primer lugar, (captulos 1, 2, 3, 4 y 5) tratamos los elementos fundamentales

    de materialismo histrico: en cuanto fundamento materialista de la historia, en cuanto

    desarrollo del materialismo en la dicotoma infraestructura-superestructura, y en cuanto

    conceptualizacin del desarrollo histrico (etapas de la historia como desarrollo pasado,

    y comunismo como prospectiva o escatologa histrica).

    En segundo lugar (captulo 6), explicitamos la doctrina filosfica del

    materialismo dialctico como sistema que engloba la Metafsica, la Epistemologa y la

    Antropologa. Consiguientemente se exponen el concepto de materia y la concepcin

    del conocimiento en general y, en particular, la del conocimiento cientfico.

    En tercer lugar (captulo 7), de la evidencia de los datos se educe la tesis de la

    gran diferencia entre la concepcin de la dialctica de ambos sistemas y la no

    coimplicacin de los dos materialismos, al tiempo que se critica la interpretacin ruso-

    sovitica de los dos sistemas de pensamiento, que supone el materialismo histrico

    como una concrecin o desarrollo del dialctico, sin distinguir sus claras lneas de

    demarcacin.

    Para lograr los objetivos que nos hemos trazado hemos utilizado dos fuentes

    principales. Una- la ms importante- son las obras de los mismos autores, en especial

    las que tocan de una u otra manera los dos ncleos de los materialismos. La otra de

    menor importancia en el trabajo- que lo completa ha sido la abundante literatura que

    existe sobre el pensamiento de los dos autores. En este sentido, el esfuerzo de

    interpretacin, exposicin y crtica de los dos materialismos ha sido ingente, pero

    nosotros nos limitamos a una referencia final a la tradicin ruso-sovitica que tanta

    influencia filosfica y poltica ha tenido en el siglo XX y an conserva.

  • 4

    4. Justificacin de este estudio

    Como es conocido y acabamos de indiciar, existe una abundante literatura sobre

    el tema objeto de nuestra investigacin. Pero existe tambin mucha confusin sobre los

    conceptos de materialismo histrico y materialismo dialctico, as como sobre las

    relaciones entre ambos. As, el tema no ha sido aclarado suficientemente, y se tiende a

    confundir los dos materialismos vindolos como una nica doctrina. As, se entiende

    que estn las dos solidariamente unidas, bien porque se comprenda que el materialismo

    dialctico est implicado en el materialismo histrico o bien porque se entienda que el

    materialismo histrico es un caso del dialctico. Esta confusin, puede registrarse hasta

    el punto de que se da la contradiccin de que se entiende por materialismo histrico lo

    que es materialismo dialctico. As por ejemplo, toda la corriente de pensamiento ruso-

    sovitico que incluye el llamado marxismo-leninismo.

    Pretendemos, por nuestra parte, desmontar estas tesis mostrando, en primer

    lugar, que materialismo histrico y materialismo dialctico son dos sistemas filosficos

    distintos, con temticas distintas, que adems aplican dos mtodos distintos: la

    dialctica histrica y la dialctica determinista. En segundo lugar, pretendemos

    demostrar que, aunque materialismo histrico y dialctico no son sistemas

    contradictorios, no se encuentran en el primero elementos que prefiguren o que

    conduzcan a las teoras del segundo. En este sentido, se ver que no por tener el

    materialismo histrico elementos dialcticos, se convierte en materialismo dialctico,

    pues el sistema, el concepto y el nombre corresponden al materialismo que construy

    Engels en exclusiva, que toma forma fundamentalmente en el Anti-Dhring y en la

    Dialctica de la Naturaleza. Por todo ello el materialismo engelsiano constituye un

    sistema con elementos especulativos de carcter metafsico u ontolgico, que va ms

    all del campo antropolgico del materialismo histrico, aunque lo incluya el

  • 5

    materialismo histrico como un caso de concrecin de su propio materialismo, el

    dialctico

    5. Seleccin de fuentes

    Los escritos de Marx y Engels son muy extensos y complejos. Adems,

    presentan una serie de caractersticas que hay que tener en cuenta a la hora de elaborar

    un tema concreto y con unos objetivos determinados.

    En general, aunque se considera que la filosofa que construyeron Marx y Engels

    es un amplio sistema, sus autores no dejaron una presentacin sistemtica de su

    filosofa, de tal manera que existen versiones diferentes de lo que es esencialmente la

    misma filosofa marxista y parece difcil encontrar una definicin de cual fue la forma

    definitiva de esta filosofa.

    Bernstein o Rosa Luxemburgo y ms recientemente Marcuse entienden que no

    hay un sistema en el marxismo y que lo que es fundamental del mismo est constituido

    por los ideales ticos y humanistas1.

    Por su parte Kautsky, en su obra de dos volmenes, Die materialische

    Geschitsauffassung llega a la conclusin de que el materialismo es una doctrina

    puramente cientfica que como tal no est ligada al proletariado2 . Otros crticos del

    marxismo han querido ver en su teora una especie de historia de salvacin o el sustituto

    de una fe. As, donde los marxistas han visto una garanta de cientificidad, otros han

    visto rasgos casi religiosos en la misma concepcin marxista de la historia3.

    1 Vase T. HANAK, Die Entwicklung der marxistischen Philosophie, p. 24.

    2 Vase T. HANAK, op. cit., p. 23. Este autor cita a K. KAUTSKY, Die Materialische

    Geschichtauffassung, II, p. 681. 3 Vase LWITH, Historia del mundo y salvacin,. p. 52-53.

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    Por ello, Hanak sostiene que la filosofa marxista no est formada como un

    sistema cerrado, sino que representa varias concepciones y principios tericos que

    tienden a formar una unidad de discurso. En este sentido, parece un hecho que no existe

    un sistema marxista completamente desarrollado, por lo cual habran surgido varias

    direcciones dentro de la tradicin marxista4. Para De Yurre el centro del pensamiento

    marxista est en la misma accin humana y en su desarrollo a travs del proceso

    histrico5. Por ello puede decirse que no est acabado, pues faltan desarrollos

    filosficos. En cambio, para la filosofa sovitica el marxismo es un sistema unitario

    que no depende de otros autores. Para Stalin, el marxismo no solamente es una teora

    del socialismo, sino una visin total del mundo (Weltanschauung). Por ello sera un

    sistema ya hecho (fertiges System) que no necesita ningn desarrollo ulterior, pues est

    acabado6.

    Por otra parte, hay en Marx y Engels una evolucin. Marx en 1844 y Marx y

    Engels conjuntamente en 1845, ya defienden una concepcin materialista del hombre,

    de la sociedad y de la historia, que presupone una concepcin materialista del mundo.

    Pero no desarrollan sta, sino que se centran en una temtica antropolgica en sentido

    amplio. Despus se produce el hecho de que los dos autores del materialismo histrico

    se dedican a campos temticos diferentes. Marx se ocup de la economa y de la

    sociedad, y Engels, por su parte, de las Ciencias Naturales y de problemas filosficos de

    Lgica, Teora del Conocimiento y Ontologa o Metafsica; y por ello intent explicar el

    mundo, su origen, la naturaleza, aunque no lo hiciera con planteamientos exhaustivos.

    Sobre todo es problemtica la evolucin de Marx, en la que se distinguen varios

    perodos: el Marx joven, el Marx maduro y el Marx tardo.

    4 Cf. T.HANAK, op. cit., pgs- 21-24.

    5 DE YURRE, El marxismo, I, p. XVIII.

    6 Vase T. HANAK, op. cit., p. 22. El autor cita a J. STALIN, Anarkismus oder Sozialismus, Mosc

    1930.

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    1- El joven Marx, 1843-1845. En este perodo Marx usa el trmino hegeliano de

    alienacin (Emtfremdug) y la liberacin de ella hay que alcanzarla no solamente con la

    filosofa sino con las obras. Para ello toma de Moses Hess la idea de que la filosofa no

    debera quedarse en palabras, sino pasar a la accin, a la realizacin ya que la teora no

    basta para resolver los problemas societarios. En efecto, si el hombre se forma por la

    situacin y las circunstancias del entorno hay que cambiar estos factores7 . En este

    sentido, se seala que Marx no quiso aceptar puros problemas tericos, pues entendera

    que los enigmas tericos hallan su solucin en la praxis, por lo que nuestro pensador no

    estara de acuerdo con L. Feuerbach en el hecho de que ste se hubiese centrado tanto

    en la naturaleza, ya que era necesario el trabajo en el campo poltico, en el terreno de la

    Poltica8 . No obstante, es en esta etapa, concretamente en los Manuscritos de Economa

    y Filosofa, de 1844, cuando se produce el brote del materialismo histrico, teora en la

    que explica las formaciones superestructurales como provenientes de la infraestructura

    material, econmica o social.

    2- Es en el Marx maduro donde se encuentra la elaboracin del materialismo

    histrico. En este perodo escribe Marx obras muy importantes. Unas l solo: Tesis

    sobre Feuerbach, La Miseria de la Filosofa, Las luchas de clases en Francia; y otras

    con Engels: La Sagrada Familia, La Ideologa Alemana, Manifiesto del Partido

    Comunista. El final de este perodo se suele ver en la publicacin del Manifiesto

    Comunista.

    3- El Marx tardo se ocup fundamentalmente en trabajos para la elaboracin de

    El Capital, siendo en este sentido importante la obra los Fundamentos de la Crtica de

    7 Cf. H. POPITZ, Der entfremdete Mensch. Zeitkritik und Geschichtsphilosophie des jungen Marx. El

    autor se centra sobre todo en los Manuscritos de Pars. 8 K. MARX, Carta a Ruge, de 13 de Marzo de 1843.En MEW, vol. 27. p.417.

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    la Economa Poltica. La praxis revolucionaria es suplantada por las leyes objetivas de

    la mercanca y del dinero en el capitalismo9.

    Es pregunta obligada si hay continuidad o discontinuidad en Marx en estos

    perodos. Igualmente si Marx abandon el humanismo y la filosofa de la emancipacin

    en el tercer perodo para dedicarse al anlisis cientfico del capitalismo; o si, por el

    contrario, la filosofa tarda no representa otra cosa que la traslacin de los ideales ticos

    de juventud al lenguaje de la Economa. Permtasenos dejarlo en suspenso por ahora

    para responder ms adelante.

    Y aqu nos interesa sobre todo saber en que obras de Marx hay que centrarse

    para los objetivos de esta tesis. Hanak, Maximilien Rubel, Pierre Bigo y Karl Lwith

    creen que hay continuidad entre las obras de juventud de Marx y las tardas, en las que

    el autor se centra en la Economa. V. Adoratskij, que edit las obras completas de Marx

    y Engels, dice que en los escritos de Marx de los aos 1843- 1845 (Marx joven) se

    contiene lo esencial de la teora de Marx. Vranicki en su historia de la filosofa marxista

    defiende que Max y Engels en los aos 1844-1845 (por tanto, el Marx maduro)

    formulan sus ideas de forma ms profunda, ms amplia y ms coherente que

    posteriormente10. Y de esta opinin son tambin H. Popitz y L. Althusser.

    Por nuestra parte, consideramos que tiene razn De Yurre en que el pensamiento

    de Marx como materialismo histrico brota en los Manuscritos de Economa y Filosofa

    de 184411. De una opinin parecida, aunque ms imprecisa, es Lichtheim que sita la

    aparicin del pensamiento maduro de Marx entre 1843 y 184512. Creemos tambin que

    esta doctrina se desarrolla fundamentalmente en el perodo que va de esa fecha al ao

    9 Vase T. HANAK, op. cit., p.18.

    10 P. VRANICKI, Geschichte des Marxismus, I, p. 134; T. HANAK, op.cit., p.19; H. POPITZ, op. cit.,

    pp. 7-8. 11

    G. DE YURRE, El Marxismo ,I , p.128 12

    Vase G. LICHTHEIM, Los orgenes del socialismo, p. 197-8.

  • 9

    1848. Este perodo en general corresponde con el Marx maduro y en l se da la gnesis

    y la elaboracin madura de la doctrina del materialismo histrico

    Por otra parte, somos de la opinin deque las tesis fundamentales del

    materialismo histrico elaboradas en este perodo permanecen invariables a lo largo de

    la obra de Marx, de tal manera que no se pueden apreciar diferencias significativas entre

    el Marx maduro y el Marx tardo, aunque la temtica que desarroll fundamentalmente

    se centra en el campo de la ciencia econmica con el consiguiente anlisis del

    capitalismo. Por ello no habra que entender que exista una ruptura o un cambio

    sustancial entre el Marx maduro y el Marx tardo, en el sentido de que el primero fuera

    humanista, dedicndose el segundo a otro tipo de anlisis, al anlisis cientfico del

    capital y que, por ello, abandonara sus teoras y sus ideales anteriores. En este sentido,

    lo que cambia es la temtica pero en ello no hay que suponer un cambio doctrinal.

    Nos parece tambin que la contraposicin que se hace entre el Marx joven y el

    Marx maduro debe ser muy matizada por la que distingue entre el Marx prematerialista

    y precomunista, que a grandes rasgos corresponde al perodo de juventud, y el Marx

    materialista y comunista que aparece en 1844 y perdura durante el resto de su vida. Por

    otro lado, en lo que respecta al sistema de doctrina marxista, puede afirmarse que no

    est estrictamente elaborado como tal, pero que es reconstruible, puesto que la obra de

    nuestro autor contiene en lo fundamental una unidad de pensamiento que se manifiesta

    en la concepcin materialista del hombre y de la historia, la cual incluye el comunismo

    como fin escatolgico. As que podra decirse que el sistema es antropocntrico y

    sociocntrico, incluyendo como partes del mismo los estudios y anlisis de otros

    campos cientficos o filosficos (Arte, Teora del Conocimiento, Historia de la

    Filosofa) en cuanto que estn entendidos como provenientes de la base material.

  • 10

    Por todo ello, parece que la exposicin del Marx materialista tendr que tener en

    cuenta el conjunto de la obra de Marx desde que inaugura el materialismo histrico,

    aunque dando una presencia especial al Marx maduro, en la medida en que en las obras

    de este perodo son ms abundantes las exposiciones de sus tesis originales.

    En lo que se refiere a la filosofa de Engels, hay que hacer fundamentalmente

    dos apreciaciones. En primer lugar, que es coautor del materialismo histrico, como es

    sabido. En segundo lugar, que construye su propio sistema. Por tanto la visin

    materialista del hombre, de la historia y de la sociedad fue completada por Engels con

    una visin del mundo. De ah que de forma errnea se centren en Engels los que ven en

    el marxismo un sistema ms amplio que el del materialismo histrico, y privilegien a

    Marx los que nicamente ven en el marxismo una teora de la revolucin, la historia y el

    comunismo.

    Como sabemos, en Engels hay algo ms. Hay una teora del conocimiento,

    aunque se pueda decir que es simple: El mundo es cognoscible y se presenta el

    conocimiento como un reflejo o copia de la realidad. Hay una metafsica u ontologa: El

    ser se representa como materia y est en constante movimiento y desarrollo, segn las

    leyes de la dialctica. Hay tambin una teora de la ciencia y una cosmologa etc.

    Parece tambin bastante unnime y bastante claro que los escritos ms

    importantes para el estudio del materialismo dialctico de Engels son: el Anti-Dhring y

    la Dialctica de la Naturaleza. Tambin son de consideracin Ludwig Feuerbach y el

    fin de la filosofa clsica alemana, y Del socialismo utpico al cientfico

  • 11

    6. Agradecimientos

    No puedo menos que agradecer la colaboracin y el nimo de las personas que

    han acompaado mi trabajo. En primer lugar, la simpata de mi familia, mi esposa e

    hija, mis compaeros y mis amigos (de entre ellos especialmente D. Arsenio Alonso

    Rodrguez). En segundo lugar, al Profesor D. Modesto Berciano Villalibre quin dirigi,

    impuls y acompa mi trabajo sabiendo vencer las dificultades. En tercer lugar, al

    Profesor D. Jess Avelino de la Pienda por su ayuda y colaboracin. En cuarto lugar, a

    mi compaero y amigo D. Ramn Martnez Sobrino cuya valiosa asesora tcnica y

    ayuda en informtica fue muy importante para la realizacin de la presente tesis.

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    CAPTULO 1: FUNDAMENTO MATERIALISTA DE LA HISTORIA

    1. Planteamiento general

    Es por primera vez en los Manuscritos de economa y filosofa, escritos en el ao

    1844, cuando podemos ver verdaderamente formulado el ncleo del materialismo

    marxista ya formado como teora de la evolucin de la sociedad y del hombre, aunque

    no tenga la precisin de anlisis que muestra en otras obras posteriores. En esta obra

    tambin podemos estudiar a Marx, ya hecho comunista, que presenta la comuna como

    alternativa poltica y como fin del desarrollo poltico y social. Dice Marx en esta obra:

    Religin, familia, Estado, derecho, moral, ciencia, arte, etc., no son ms que formas

    especiales de la produccin y caen bajo su ley general. La superacin positiva de la

    propiedad privada como apropiacin de la vida humana es por ello la superacin

    positiva de toda enajenacin, esto es, la vuelta del hombre desde la Religin, la familia,

    el Estado, etc., a su existencia humana, es decir, social. La enajenacin religiosa, como

    tal, transcurre slo en el dominio de la conciencia, del fuero interno del hombre, pero la

    enajenacin econmica pertenece a la vida real; su superacin abarca por ello ambos

    aspectos13.

    Como se ve en la cita, la teora materialista est ya formulada, pues su principal

    postulado (la primaca de la vida econmica sobre otras realidades o formas de vida) ya

    se encuentra en ella. Es, pues, en la vida econmica donde hay que buscar la gnesis de

    las otras realidades. En efecto, aunque en el texto citado lo que ms tarde sern las

    13K. MARX, Manuscritos de Economa y Filosofa, p. 144.

  • 13

    realidades superestructurales aparecen como formas especiales de la produccin, stas

    caen bajo su ley general. Adems, el carcter derivado de estas realidades (estado,

    derecho, religin) con respecto a la realidad econmica, se puede observar en que la

    superacin en el dominio de la economa, que constituye la vida real, es la base del

    cambio de las otras realidades y especialmente del de la conciencia enajenada. La vida

    econmica es la vida real y su cambio no slo la altera a ella, sino tambin la

    conciencia, que de esta forma aparece como realidad derivada de la econmica. En este

    sentido opera toda la obra citada, pues trata la alienacin econmica como la

    fundamental, y la alienacin que se da en la conciencia depende de la alienacin

    econmica, en tanto que, como tambin puede verse en el texto citado, la realidad

    econmica toma la forma o existe como propiedad privada.

    Pero el anlisis materialista alcanza ya grados de explicitacin mayores cuando

    lo extiende a temas concretos en la obra escrita en colaboracin con Engels La Sagrada

    Familia14. As lo aplica al estudio del judasmo. En este estudio reconoce que el mundo

    religioso del judasmo no se expresa a s mismo, ni la realidad material del mundo judo

    es expresin de su conciencia religiosa (tal ser por ejemplo la tesis de Max Weber

    cuando defiende que la religin protestante fue un factor fundamental en el desarrollo

    del capitalismo). Por el contrario, el orden causal es el inverso: es la realidad material la

    que permite comprender la gnesis de su mundo espiritual a lo largo de la historia. As

    pues, son las condiciones materiales, esta vez el sistema financiero, como expresin de

    la vida burguesa, las que dan la explicacin del judasmo religioso. As, el judasmo

    real, profano, y por consecuencia el judasmo religioso, es constantemente producido

    por la vida burguesa moderna; y encuentra su ltima expresin en el sistema

    financiero15. En este sentido, tambin contempla al judasmo como fenmeno histrico

    14 Vase K. MARX-F. ENGELS, La Sagrada Familia, p. 125.

    15 Op.cit., p. 125.

  • 14

    con el mismo esquema de interpretacin materialista, en este caso para la historia,

    basado en lo ms real y en lo que es generante, en la prctica industrial y comercial.

    Dice: Se ha probado que el judasmo se conserv y desarroll por, en y con la historia,

    pero que ese desarrollo no puede ser constatado ms que con los ojos del hombre de

    mundo y no con los ojos del telogo, puesto que hay que basarlo en la prctica

    industrial y comercial y no en la teora religiosa16. Digamos de paso, que aqu se trata

    la teologa y la teora religiosa como falsa conciencia, pues la conciencia no ideolgica

    contempla los fenmenos ideolgicos como consecuencia de la praxis econmica, que

    es la praxis real, sobre la que se fundan las dems.

    En el libro Miseria de la Filosofa, publicado en 1847, Marx critica con dureza

    la obra de Proudhon Filosofa de la miseria. Es una obra fundamentalmente econmica,

    pero en ella no se encuentra formulado todava lo que ser el pensamiento econmico

    maduro de Marx. Este aparecer fundamentalmente con la publicacin de El Capital.

    No obstante, en ella pueden encontrarse afirmaciones que de forma inequvoca nos

    ponen en contacto con el ncleo de la teora marxista de la sociedad y de la historia

    como vamos a ver. Tambin aqu mediante la crtica de las concepciones idealistas de lo

    real pondr de manifiesto, resaltndolas, las suyas. As, en lo que se refiere a las

    categoras de las mismas relaciones de produccin (que aqu juegan el papel de base)

    como forma terica que brota de estas relaciones, ocurre que el que intenta ver en dichas

    categoras ideas o pensamientos puros se cae en un craso error. Dice Marx: Pero desde

    el momento en que no se persigue el movimiento histrico de las relaciones de

    produccin, cuyas categoras no constituyen ms que su expresin terica; desde el

    momento en que no se quiere ver en las categoras ms que ideas, pensamientos

    espontneos, independientes de las relaciones reales, se obliga uno a designar el

    16 Op .cit., p. 125.

  • 15

    movimiento de la razn pura como el origen de tales pensamientos17. Aqu, como se

    puede comprobar, hasta las mismas categoras tericas con las que se expresa la realidad

    tienen un origen material, econmico ms concretamente.

    En lo atinente a una expresin positiva del ncleo materialista, en el sentido de

    que la vida mental, ideolgica o espiritual se encuentra determinada por la materialidad

    de la infraestructura, tambin se encuentra expresado en esta obra. Por ejemplo: Los

    mismos hombres que establecen las relaciones sociales conforme a su productividad

    material producen tambin los principios, las ideas, las categoras conforme a sus

    relaciones sociales18. Igualmente, lo que llama las relaciones de hombre a hombre

    resulta de un ncleo material que esta vez conoce como condiciones de existencia y

    que hace a los hombres autores de su propia historia. Por tanto, se abandonan aqu los

    principios eternos, mostrando el verdadero punto de partida19.

    En el famossimo Manifiesto Comunista, escrito en 1848 junto con su amigo

    Engels, Marx aplica esencialmente los mismos criterios de anlisis del ya bien

    construido materialismo histrico. As, por ejemplo, las leyes de la superestructura,

    expresada esta vez como moral y religin, dependen tambin de las condiciones

    materiales, esta vez entendidas como intereses de clase, intereses de la clase burguesa; e

    incluso la nacin como realidad desaparece ante el empuje de las condiciones

    materiales: el moderno trabajo industrial, la moderna sumisin al capital ha quitado

    por entero al proletariado su carcter nacional. Las leyes, la moral, la religin son

    para l prejuicios burgueses, bajo los cuales se esconden otros tantos intereses

    burgueses20.

    17 K. MARX, Miseria de la Filosofa, p. 167-8.

    18 Op. cit., p. 173-4.

    19 Op. cit., p. 181.

    20 K. MARX-F. ENGELS, Manifiesto Comunista, p. 55.

  • 16

    As pues, como estamos viendo, es la base econmica o social la que genera las

    realidades polticas o espirituales. As, tanto el derecho como las ideas son constituidos

    por esta realidad material, en este caso de las relaciones de produccin y propiedad

    burguesas. Vuestras propias ideas son producto de las relaciones de produccin y

    propiedad burguesa, igual que vuestro derecho no es otra cosa que la voluntad de

    vuestra clase llevada a derecho, una voluntad cuyo contenido se halla dado en las

    condiciones materiales de vida de vuestra clase21. Por ello, el derecho de la poca

    contempornea es, en ltima instancia, un producto de una clase, la clase burguesa, que

    domina en la sociedad; y ste se concreta como determinacin de una voluntad

    edificada por unas condiciones materiales especficas.

    2. Las clases sociales

    Por otra parte, la infraestructura, esta vez determinada como clases sociales, es

    tambin aqu la que determina los materiales producidos por la teora o los mismos

    autores de sta. As los economistas o los comunistas son otros tantos productos de las

    clases sociales. De ellas brotan. As como los economistas son los representantes

    cientficos de la clase burguesa, los socialistas y los comunistas son los tericos de la

    clase proletaria22. Como se ve, se puede hablar de una ciencia burguesa y de una

    ciencia proletaria.

    Igualmente se puede afirmar que en el Manifiesto Comunista est claramente

    operando la teora del materialismo, como estamos viendo. No obstante, en el

    Manifiesto, el papel de condiciones materiales, sobre las que se construyen las

    realidades derivadas de la superestructura, viene en la mayora de las ocasiones

    21 Op. cit., p. 63.

    22K. MARX, Miseria de la Filosofa, p. 194.

  • 17

    representado por la estructura u organizacin de la sociedad en clases. As son las

    clases, o la dinmica que ellas generan, las que son originantes. Son entonces las clases

    sociales y la lucha entre ellas, que tiene lugar a lo largo de la historia, las que

    determinan en este caso el ncleo material sobre el que giran otras realidades, como la

    poltica o la educacin, como as se muestra en la siguiente cita: Y no est

    determinada tambin vuestra educacin por la sociedad? No lo est a travs de las

    relaciones sociales en cuyo seno educis, a travs de la intervencin directa o indirecta

    de la sociedad, mediante la escuela etc.? Los comunistas no inventan el influjo de la

    sociedad en la educacin; simplemente cambian su carcter, arrancan de ella el influjo

    de la clase dominante23. De todas maneras, como se observa, este influjo de la sociedad

    tambin est mediado por el de la clase dominante; y a fuer de buen marxismo, hemos

    de suponer que el mismo transparenta los intereses de la misma. Estos intereses son los

    que los comunistas combaten e intentan eliminar.

    Este antagonismo de clases, esta lucha de clases crea, pues, formas de

    conciencia que lgicamente cambian y desaparecen cuando cambian o desaparecen

    aquellas. Dicho en trminos ms generales: las formas de conciencia dependen de la

    realidad material porque brotan de ella. Nada tiene, pues, de extrao que la conciencia

    social de todos los siglos, pese a su variedad y diferencia, se mueva dentro de ciertas

    formas comunes de conciencia, formas que slo se disolvern por completo con la

    entera desaparicin del antagonismo de clases24. Como se ve, aparecen las ideologas,

    la conciencia social con un cierto paralelismo con la realidad social, pues a ella

    corresponden; y el cambio que trae el comunismo, como etapa del desarrollo de la

    sociedad, acarrear el correspondiente cambio en la conciencia con la desaparicin

    consiguiente de las anteriores.

    23 K. MARX-F. ENGELS, El Manifiesto Comunista., p. 64.

    24 Op. cit., p .67.

  • 18

    Por otra parte, este tipo de anlisis y fundamentacin de las formas de

    conciencia lo ensaya con una extensin mayor en el captulo tercero del Manifiesto

    Comunista25 en el que estudia la literatura socialista y comunista que no era marxista de

    aquel tiempo. En este sentido, estas ideologas tambin responden a las maneras de ser o

    a los intereses de determinadas clases sociales, as como a la situacin concreta de lo

    que se determina como condiciones materiales. As, por ejemplo, el socialismo cristiano

    responde a la conjuncin de los intereses del clrigo y de la aristocracia. El socialismo

    cristiano es slo el agua bendita con la que el clrigo bendice la rabia de aristcrata26.

    Esta situacin se produce en la medida en que el clrigo (que representa genricamente

    a la iglesia) estuvo siempre aliado con el feudalismo. Esta situacin se prolonga y se

    concreta en su poca en las doctrinas de socialismo cristiano, que son feudales.27

    El caso del llamado socialismo conservador o burgus responde al mismo

    esquema, aunque esta vez sea la sociedad burguesa, dividida en clases antagnicas, la

    responsable de estas posiciones polticas. As, este tipo de socialismo es una teora de la

    burguesa, que busca defender los intereses materiales de ella, aunque presente una

    apariencia de fines altruistas, como puede ser el de remediar la situacin del sistema

    social. As: Un sector de la burguesa desea remediar la penosa situacin social, con el

    fin de asegurar la continuidad de la sociedad burguesa28. Como es claro, la burguesa

    no busca realizar un cambio de las relaciones de produccin que sustentan su

    dominacin como clase, sino simplemente, cambios en el mismo marco del capitalismo

    con el fin de perpetuarse en el poder. Por cambio en las relaciones materiales de vida

    no entiende este socialismo, en absoluto, abolicin de las relaciones de produccin

    25 Vase op.cit., captulo III; pgs 70 a 83.

    26 Op. cit., p. 72.

    27 Vase op. cit., p. 72.

    28 Op. cit., p. 78.

  • 19

    burguesassino mejoras administrativas que se realizan en el marco de esas relaciones

    de produccin29.

    3. Formaciones ideolgicas.

    En La Ideologa Alemana, obra tambin escrita con Engels, explica nuestro

    autor en muchas ocasiones, cmo las formaciones ideolgicas dependen

    inexcusablemente de la base material. En esta obra, como se ver, aparece ya

    claramente la distincin entre la base econmica y la superestructura estatal e

    ideolgica. As por ejemplo, partiendo de la base material, explicar tanto la historia,

    como las producciones tericas (en este caso la filosofa moral)30.

    Aqu se explica la realidad de lo ideolgico sobre lo que llama prctica material,

    que se concreta como infraestructura. En este pasaje explica cmo brotan las

    formaciones ideolgicas, pero tambin cmo hacerlas desaparecer de una manera muy

    emprica y muy materialista, la cual se hace por el derrocamiento de las relaciones

    sociales reales.

    En este caso se comprende que Marx opera con el razonamiento adecuado, pero

    entendido en la direccin contraria. Es decir, que puesto que las ideologas brotan de

    unas condiciones materiales determinadas, la manera de hacerlas desaparecer, en cuanto

    que son falsa conciencia, es por la desaparicin de las mismas condiciones materiales

    que las originan y las sustentan.

    En este sentido, que marca la necesidad de transformar la realidad para, por

    medio de ello, cambiar la ideologa, se mueve tambin el opsculo Tesis sobre

    29 Op. cit., p. 71.

    30 Vase K. MARX-F. ENGELS, La Ideologa Alemana, p. 40.

  • 20

    Feuerbach. As por ejemplo, la undcima tesis: Los filsofos se han limitado a

    interpretar el mundo de distintos modos; de lo que se trata es de transformarlo31. Con

    ello, como se ve claramente, el filsofo verdadero es el revolucionario, pues cambiando

    las condiciones reales se cambia la conciencia, la representacin de estas condiciones.

    A esta manera de entender la realidad acompaa una crtica sobre lo que se

    puede entender como posiciones idealistas acerca de las representaciones ideolgicas.

    En este sentido, la contradiccin espiritual es una representacin de una contradiccin

    material, la cual al desaparecer hace que se desvanezca tambin la primera. As, cuando

    critica a Stirner, dice: los comunistas no hacen valer ni el egosmo en contra del

    espritu de sacrificio ni el espritu de sacrificio en contra del egosmo, ni envuelven

    tericamente esta contraposicin en aquella superabundante forma ideolgica, sino que

    ponen de manifiesto, por el contrario, su fuente material, con lo que desaparece su

    contraposicin misma32.

    Es lgico, entonces, que se abra la crtica contra posiciones idealistas y as, por

    ejemplo, lo hace contra el mismo Stirner porque en su teora se da la separacin entre la

    conciencia y las condiciones materiales, es decir que realiza el divorcio total entre la

    conciencia y los individuos que le sirven de base y sus condiciones reales33. En este

    sentido, tambin manifestar que tampoco la satisfaccin de la pasin individual

    depende de la conciencia sino de la realidad. Por ello, volviendo a la concepcin que

    despus expresar tambin en las citadas tesis, la voluntad de un individuo aplicada de

    manera idealista no permite desembarazarse de sus limitaciones y ello solamente puede

    ser hecho de manera materialista. As: si, por tanto, la satisfaccin del individuo se

    manifiesta como la satisfaccin (uni)lateral de una sola pasin, ello no depender en

    modo alguno de la conciencia o la buena voluntad, y menos que nada de la falta de

    31K. MARX, Tesis sobre Feuerbach, en K. MARX-F. ENGELS, La Ideologa Alemana, p. 668. 32

    K. MARX-F. ENGELS, La Ideologa Alemana, p.287-8. 33

    Op. cit., p. 290-1.

  • 21

    reflexin acerca del concepto, como san Max se imagina. No depender de la

    conciencia, sino de la realidad; no del pensamiento, sino de la realidad; depender del

    desarrollo emprico y de las manifestaciones de vida del individuo, determinadas, a su

    vez, por las condiciones del mundo34. As puede verse que el origen de la conciencia y

    sus problemas est centrado en las condiciones materiales, en la base; y que cambiar

    esta base lleva implicado un cambio de las representaciones35.

    Tambin los problemas que presentan las retorsiones de los ideales que se

    presentan histricamente tienen como base esta infraestructura material; en este caso,

    porque las contradicciones que se manifiestan en la base material hacen que la

    conciencia se torne idealista, falsa conciencia, como aos ms tarde manifestar

    tambin, en el conocido prlogo a la Contribucin a la crtica de la Economa

    Poltica36. As: cuanto ms la forma normal de intercambio de la sociedad se enfrenta

    al desarrollo de las fuerzas productivas, tanto ms se degrada la conciencia hasta

    idealizarse y convertirse en hipocresa37.

    Hay tambin una crtica de las posturas idealistas, contrarias a su teora, las

    cuales anteponen la formacin de la conciencia a la realidad de la base material. Es

    decir, cuando el orden de la gnesis del pensamiento y de lo real va en la direccin

    inversa a la establecida por nuestro autor. As dice: Para el idealista todo movimiento

    transformador del mundo existe solamente en la cabeza de un hombre elegido38. En

    este mismo sentido tambin dice: Para el idelogo todo el desarrollo histrico se

    reduce a las abstracciones tericas del desarrollo histrico39. O dicho con un grado

    de acritud bastante mayor y defendiendo lo mismo: Los Dalais-Lamas idealistas tienen

    34Op .cit., p. 304. 35Vase tambin op. cit., p. 304-6. 36

    Vase K. MARX, Contribucin a la crtica de la Economa Poltica, pgs 36-37- 38. 37

    K. MARX- F. ENGELS, La Ideologa Alemana, p. 340-1. 38

    Op. cit., p. 651. 39Op. cit., p. 651.

  • 22

    en comn con los vulgares y corrientes el que no quieren convencerse de que el mundo

    que los alimenta pude existir sin sus sagrados excrementos40.

    Se puede, pues, notar con claridad meridiana la primaca extremada que da

    Marx a lo real, a lo material frente a lo espiritual e ideolgico y la feroz crtica que

    acompaa a sus teoras materialistas en lo que se refiere a cualquier tipo de idealismo.

    Como vemos, esta crtica se desarrolla tanto en la del idealismo que cree tener unas

    representaciones autnomas de la realidad material, como en la de aquel que intenta

    transformar la realidad slo mediante las ideas, sin intentar cambiar la base, que

    constituye el origen de las representaciones ideolgicas.

    De nuevo encontramos en el Manifiesto el anlisis de las ideas y las ideologas

    como mscaras detrs de las cuales se oculta la realidad material de las relaciones de

    produccin, con los intereses de dominacin que stas conllevan. De aqu que con Marx

    tambin se pueda elaborar una filosofa de la sospecha, al igual que con Nietzsche para

    quien la moral es la mscara de los resentidos. Las interesadas representaciones en que

    vosotrosconverts vuestras relaciones de produccin y propiedad en leyes eternas de

    la naturaleza y la razn, esas representaciones las comparts con todas las clases

    dominantes desaparecidas41. Aqu, como se ve, puede decirse que la propia filosofa es

    producto de estas condiciones materiales expresadas como relaciones de produccin,

    pues una de las labores de la filosofa es la elaboracin de teoras generales que den

    cuenta de la realidad. No obstante, el trabajo de crtica de la Filosofa lo realizar Marx

    especficamente y aplicado a filosofas de autores y de pocas, como se ver.

    Por otro lado, especialmente a partir de su asentamiento en Londres, Marx se

    dedica al tratamiento de la temtica de la Economa Poltica; y su obra girar

    fundamentalmente hacia la problemtica econmica, en particular en el estudio y

    40 Op. cit., p. 651.

    41 K. MARX-F. ENGELS, El Manifiesto Comunista, p. 63.

  • 23

    anlisis del modo de produccin capitalista con un gran detalle, aunque no deje de tratar

    los conceptos econmicos ms generales en cuanto totales. No obstante, estos

    tratamientos se harn como propeduticos para el anlisis del capitalismo y sus

    presupuestos. Como consecuencia, las aseveraciones que se refieren a la concepcin

    materialista de la historia y de la sociedad aparecern, con mucha frecuencia,

    enmarcadas en el contexto de dichos anlisis. La primera obra importante de esta poca

    es la Contribucin a la crtica de la economa poltica, que fue publicada en 1859. En

    ella se pueden encontrar algunos de los fundamentos de lo que luego ser el anlisis y la

    crtica del capitalismo, especialmente en lo que se refiere a los conceptos de mercanca

    y dinero, pero tambin otros como la distincin entre valor de uso y valor de cambio,

    por ejemplo.

    Por ello, en esta obra escasean las formulaciones del pensamiento puramente

    materialistas. No obstante, en el Prefacio de esta obra se encuentran los textos ms

    citados de lo que es la formulacin del materialismo histrico, textos en los que el

    propio Marx extracta su concepcin. En l, en primer lugar aclara el planteamiento

    general del tema a partir de la crtica a Hegel.42 En este sentido, explica cul es el lugar

    de donde brotan las formaciones superestructurales (relaciones jurdicas y formas de

    estado). Este lugar lo conoce esta vez como condiciones materiales de existencia y

    concretamente donde surgen es en la sociedad civil. El anlisis de la sociedad civil, por

    su parte, habr de hacerse basndose en la economa poltica. As dice: Mis

    investigaciones dieron este resultado: que las relaciones jurdicas, as como las formas

    de estado, no pueden explicarse por s mismas ni por la llamada evolucin general del

    espritu humano; que se originan ms bien en las condiciones materiales de existencia,

    que Hegel, siguiendo el ejemplo de los ingleses y franceses del siglo XVIII, comprenda

    42 Vase K. MARX, Contribucin a la crtica de la Economa Poltica, p. 36.

  • 24

    bajo el nombre de sociedad civil; pero que la anatoma de la sociedad civil hay que

    buscarla en la economa poltica43.

    Es entonces la economa poltica de una sociedad determinada, la base sobre la

    cual se elevan la superestructura del Estado y el Derecho y las formas de conciencia que

    le corresponden. Por ello: El conjunto de estas relaciones de produccin constituye la

    estructura econmica de la sociedad, la base real sobre la cual se eleva una

    superestructura jurdica y poltica a la que corresponden formas determinadas de

    conciencia44. As pues, la vida material organiza la vida poltica y espiritual. Dicho con

    las propias palabras de Marx, que aqu usa el concepto econmico-social de modo de

    produccin: El modo de produccin de la vida material condiciona el proceso de la

    vida social, poltica e intelectual en general45. En este sentido, se manifiesta claramente

    la oposicin a Hegel, el cual ve dimanar la estructura social y toda la realidad humana

    del desarrollo general del Espritu. Los sentidos de la produccin, como se ve, son

    contrarios, pues mientras que en Hegel va del Espritu a lo material, en Marx va de lo

    material a lo espiritual. Por tanto, en Marx es lo material lo que precede a lo espiritual, a

    la conciencia y sus formas. Dicho por l en una frase muy conocida y citada en muchas

    ocasiones como apretada sntesis de su concepcin de lo real: No es la conciencia de

    los hombres la que determina la realidad; por el contrario, la realidad social es la que

    determina la conciencia46.

    Pero esta conciencia no siempre se adecua a la realidad y las pocas histricas

    pueden presentar una autoconciencia distorsionada. No obstante, an as, este tipo de

    conciencia tambin es explicada como producto de las condiciones materiales que la

    sustentan y originan. En concreto, puede ser expresada como resultado del conflicto,

    43Op. cit., p. 37. 44

    Op. cit., p. 37. 45

    Op. cit., p. 37. 46

    Op. cit., p. 37.

  • 25

    que se da en la infraestructura, entre las fuerzas productivas y las relaciones de

    produccin. De este modo: Tampoco se puede juzgar tal poca de trastorno por la

    conciencia de s misma; es preciso, por el contrario, explicar esta conciencia por las

    contradicciones de la vida material, por el conflicto que existe entre las fuerzas

    productivas y las relaciones de produccin47.

    Por otra parte, el mismo planteamiento de los problemas de una poca histrica,

    como forma de conciencia que es, depende del desarrollo material de la sociedad , en la

    medida en que estn desarrolladas las condiciones que permiten resolverlos. En efecto:

    la humanidad no se propone nunca ms que problemas que puede resolver el

    problema mismo no se presenta ms que cuando las condiciones materiales para

    resolverlo existen o se encuentran en estado de existir48.

    Los manuscritos conocidos, por su nombre alemn, como Grundrisse,

    traducidos como Los fundamentos de la Crtica de la Economa Poltica, son los

    escritos anteriores a su obra magna de Economa, El capital. En ellos ya se encuentra la

    crtica muy elaborada del capitalismo, crtica que perfeccionar en El capital. Aunque

    son escritos que tratan sobre todo de temas econmicos, en ellos tambin pueden

    encontrase algunos elementos de la crtica marxista de la sociedad y de la historia en sus

    aspectos generales. En este sentido parecen interesantes los anlisis de ideas concretas

    como las de igualdad y libertad.49En ellos estas ideas aparecen como producto de la

    base econmica, aunque ms adelante criticar sus manifestaciones concretas como

    aparentes50. As por ejemplo: No solamente la igualdad y la libertad se respetan en el

    cambio basado sobre los valores, sino que el cambio de valores es la base productiva y

    47 Op. cit., p. 38.

    48 Op. cit., p. 37.

    49 Vase K. MARX, K., Fundamentos, pgs. 132-133-134.

    50 Vase op. cit., p. 133.

  • 26

    real de todas las libertades y de la igualdad51. Pero an as tambin la acepcin de la

    libertad y de la igualdad no es la misma en la sociedad burguesa que en otra sociedad y

    eso tambin depende de las condiciones econmicas, en este caso del valor de cambio.

    En esta acepcin, la igualdad y la libertad son exactamente lo contrario de la antigua

    libertad e igualdad: no solamente no tenan por base el valor de cambio evolucionado,

    sino que fueron destruidas por su desarrollo. Presuponen relaciones de produccin que

    todava no estaban realizadas en el mundo antiguo52.

    De todas maneras, en alguna ocasin Marx parece reconocer una virtualidad

    propia de las ideas, cierta capacidad de desarrollo o concrecin en otras realidades, pues

    en alguna medida parecen imbricarse en otras instancias, aunque sigan dependiendo de

    su base. As: cuando se desarrollan en relaciones jurdicas, polticas y sociales su base

    sigue siendo la misma53. An con todo, como se puede ver la prioridad en el orden

    causal sigue estando en la base, que es las ms de las veces, la economa, puesto que

    puede decirse que es en ella donde tienen su origen en el sistema econmico, como ya

    hemos dicho. As, por ejemplo: el valor de cambio y an ms el sistema monetario

    constituyen de hecho el fundamento de la igualdad y de la libertad54.

    De cualquier modo, puede tambin decirse que estas ideas tambin son el

    resultado de una falsa conciencia, y tienen una dialctica que depende del desarrollo del

    sistema econmico, una dialctica que las convierte en una realidad contradictoria con

    ellas, pues, en realidad, el valor de cambio se desarrolla en un poder (el capital) que

    domina al trabajador. De esta manera, las ideas de igualdad y libertad son como una

    mscara de lo que en realidad es una forma de dominio: dicho de otro modo la relacin

    de la igualdad y de la libertad provoca desigualdad y despotismo. Pretender que el valor

    51Op. cit., p. 133. 52

    Op. cit., p. 133. 53

    Op. cit., p. 133. 54

    Op. cit., p. 136.

  • 27

    de cambio no se desarrolle en capital o que el trabajo que produce valor de cambio no

    desemboque en el salariado es un deseo tan piadoso como absurdo55. Con ello, como

    se ve, se desarrolla una crtica al sistema econmico, pues las libertades de que deriva y

    que produce son aparentes, siendo la opresin la realidad (la desigualdad y el

    despotismo).56

    4. Materialismo y realidad

    Marx aplica esta base materialista a los diferentes campos de la realidad.

    4.1 Produccin y desarrollo tecnolgico.

    Al igual que las diversas formas de conciencia, tambin el desarrollo

    tecnolgico, que como tal se incorpora, lgicamente a la infraestructura como fuerza

    productiva, est condicionado por la realidad material, econmica que lo precede. As,

    por ejemplo, la invencin del ferrocarril y su desarrollo tiene su causa en las

    necesidades econmicas. Cuando ya la diligencia y la carreta no satisfacan las

    exigencias ms desarrolladas del comercio, cuando, entre otras cosas, la centralizacin

    de la produccin por la gran industria exiga nuevos recursos para el ms rpido y ms

    voluminoso transporte de sus masas de productos, se invent la locomotora y, con ella,

    la aplicacin del ferrocarril al trfico en gran escala57.

    En otro lugar desarrolla la tesis materialista refirindose a las condiciones de

    produccin. Es en la apropiacin de estas condiciones donde se define lo sustancial de

    lo real, porque ello es la premisa de la actividad subjetiva, de las representaciones

    55 Op. cit., p. 136.

    56 Vase op. cit., p. 136.

    57 K: MARX- F. ENGELS, La Ideologa Alemana, p. 353.

  • 28

    mentales. Ello implica que la verdadera apropiacin es la que se da en estas condiciones

    de produccin, que son las verdaderas condiciones objetivas. As: La apropiacin

    efectiva no se desarrolla primero en la relacin mental sino en la relacin real y activa

    con las condiciones objetivas de la produccin, al representar realmente estas las

    condiciones de la actividad subjetiva58. Como se ve, tambin se da aqu una gradacin

    de la realidad, teniendo la realidad econmica ms consistencia. En este sentido, es

    tambin en la realidad de la economa donde nace la actividad subjetiva, en tanto que

    comunicacin y lenguaje. Gracias a la cual se modelan fuerzas e ideas nuevas, as

    como modos de comunicacin, necesidades y lenguajes nuevos.59 As pues es del

    mundo de la produccin de donde viene la creatividad y la formacin sustancial de

    nuevas realidades: las espirituales, que en trminos marxistas, son superestructurales.

    Esta preeminencia de la realidad econmica es la que hace que el cambio de las

    fuerzas productivas conlleve la transformacin de las relaciones polticas, la religin, el

    carcter, la concepcin de los individuos etc., siendo, en este sentido, incluso el

    desarrollo de la ciencia un aspecto del desarrollo de las fuerzas productivas.60

    Igualmente, la esencia del fenmeno de la alienacin se debe encontrar en el

    hecho de la realidad infraestructural y no en un producto subjetivo que estuviera en la

    mente de los trabajadores. Por ello su ubicacin se encuentra en la produccin. Ms en

    concreto, en la apropiacin del trabajo del obrero, en la actividad que realiza para el

    capital: La produccin de ese cuerpo objetivo de la actividad se efecta en oposicin

    a la fuerza de trabajo inmediato; ese proceso de objetivacin poseer el carcter de

    alienacin para el obrero, o de apropiacin del trabajo de otro para el capital. Esta

    subversin y esta inversin son totalmente reales; no estn en el espritu de los

    58 Op. cit., p. 359.

    59 Op. cit., p. 360.

    60 Op.cit., II, p. 30.

  • 29

    trabajadores y de los capitalistas.61 As pues, al igual que en los Manuscritos de

    Economa y Filosofa, la alienacin es econmica en cuanto que el obrero es desposedo

    por el capitalista, que se apropia del trabajo ajeno, del trabajo del aqul. Por ello, como

    ya dijimos, es una alienacin que tiene su base en la economa, su raz en el mismo

    funcionamiento del sistema capitalista y no, por ejemplo, en la subjetividad del

    capitalista particular.

    4.2. Psicologa y lenguaje.

    Por otra parte, el anlisis materialista alcanza dominios que, en un principio,

    podran parecer como no susceptibles de l por la gran sutileza que implican; y as, en

    un tipo particular de analtica del lenguaje, busca el significado materialista de palabras

    tales como misin o destinos refirindolas a las condiciones sociales que son

    manifestacin de las necesidades de emancipacin. As: Misin, destino, objetivo,

    ideal son, para repetirlo en pocas palabras: la representacin de las tareas

    revolucionarias que tiene ante s, materialmente hablando, una clase oprimida;62.

    Poco se escapa al anlisis materialista del marxismo, ya muy clara y

    repetidamente formulado en esta obra; y en este sentido, tambin el comportamiento

    individual est determinado por la materialidad de la base, por la materialidad del medio

    en el que vive63.

    En fin, la concepcin materialista de la realidad abarca tambin lo que podra

    llamarse (siguiendo a Wundt) la Psicologa de los Pueblos porque tambin la

    mentalidad o el carcter de un pueblo es producto de lo material. As, por ejemplo: Ya

    hemos tenido repetidas ocasiones de ver que a esta inflada y superabundante soberbia

    61 Op. cit., II, p. 344.

    62Op. cit., p. 501-2. 63

    Vase op. cit., p. 501-2.

  • 30

    nacional corresponde, en el terreno de los hechos, una prctica totalmente mezquina, de

    tenderos y artesanos64.

    4.3. Leyes e ideas.

    Como se ve en este trabajo, Marx opera con el condicionamiento o la

    determinacin de lo poltico por lo econmico, expresado como relaciones de

    produccin, o como fuerzas productivas. Es entonces coherente con su sistema de

    pensamiento que el autor entienda que las reglas que regulan el funcionamiento de la

    sociedad, las leyes, no son establecidas por el legislador, sino que son producto de lo

    material, de la produccin. Efectivamente: Tales reglas, han sido establecidas por el

    legislador? No. Nacidas primitivamente de las condiciones de la produccin material65.

    Por todo ello, casi como una consecuencia que se desprende de estas premisas, se dice

    que el poder poltico deriva, proviene del lugar donde se determinan la condiciones

    materiales, de la sociedad civil : el poder poltico constituye precisamente el

    resumen oficial del antagonismo de la sociedad civil66. Esta vez la dialctica de la base

    se traslada a la esfera del poder poltico, de la cual es manifestacin.

    Tambin, como puede observarse, aparece el tpico de la ideologa como

    mscara que esconde realidades materiales, en este caso los intereses de la burguesa,

    derivados de una situacin material concreta, que ya son reaccionarios porque la misma

    clase se ha hecho reaccionaria. Para el materialismo marxista no se escapa nada a su

    teora de la gnesis de las ideas. Incluso una idea tan digna de respeto, tan valiosa como

    la libertad es producto de esa realidad de las condiciones materiales, de la base, ahora

    vista como realidad econmica: Por libertad se entiende en las actuales relaciones

    64 Op. cit., p. 565.

    65 Op. cit., p. 208.

    66 Op. cit., p. 259.

  • 31

    burguesas de produccin el comercio libre, la compra y la venta libres.67 Como se ve,

    aqu tambin hay que poner en relacin los intereses con la conformacin concreta de

    las ideas. En este caso la libertad se concreta como libertad de comercio, como libertad

    econmica. En efecto, las ideas son producto de las relaciones sociales concretas; en el

    caso de la sociedad burguesa, de relaciones burguesas.

    4.4. Poltica.

    Aunque no falten algunas contradicciones sobre este tema68, puede afirmarse

    que en Marx la relacin entre las infraestructuras y las superestructuras no es biunvoca,

    sino que el orden causal est marcado en la direccin que nace de la economa y va

    hacia la conciencia o, en general, la superestructura. As la economa es independiente

    de la poltica y sta le est subordinada. De este modo dice: Y si semejantes ilusiones

    filosficas pudieron tener curso, antes, en Alemania; ahora resultan ya completamente

    ridculas, a partir del momento en que el comercio mundial se ha encargado de mostrar

    palmariamente que el lucro burgus es totalmente independiente de la poltica y que

    sta, por el contrario, se halla totalmente subordinada al lucro burgus69. Otro caso se

    ve en que el estado acta conforme a la direccin que le impone el fundamento material

    del que depende, en este caso su endeudamiento con la burguesa70.

    Por ello, es natural que, siguiendo su esquema de pensamiento, Marx critique en

    su obra a los polticos y juristas que cultivan los conceptos del derecho, pero sin ver en

    ellos lo que son: la expresin de la realidad econmica en tanto que sta se manifiesta

    como relaciones de produccin71. Como consecuencia, seala que no se pueden cambiar

    67 Op. cit., p. 61.

    68 Vase K. MARX, Contribucin a la crtica de la Economa Poltica, p. 281.

    69 K. MARX-F. ENGELS, La Ideologa Alemana, p. 425.

    70 Vase op. cit., p .427-8.

    71 Vase op. cit., p. 430.

  • 32

    las relaciones existentes por medio de la buena voluntad sino por medio del cambio que

    se ha de operar en las condiciones materiales, pues (otra vez repite) la conciencia es

    producto de las condiciones existentes, entendiendo por ellas la materialidad de lo que

    es la base econmica. Por el contrario, intentar transformar la conciencia es producto de

    la impotencia. En este sentido, se supone que impotencia para cambiar cualquier tipo de

    realidad, pues no se opera un verdadero cambio si no se transforma la infraestructura,

    que podemos decir que tiene ms peso ontolgico, de realidad. Una buena prueba de lo

    que se afirma sera la cada de la filosofa burguesa del disfrute cuando cambia la base

    material, en este caso, las contradicciones entre el proletariado y la burguesa.72

    Lo mismo ocurre con las ideologas polticas que, como representaciones de la

    conciencia que son, dependen de la infraestructura econmica o social. En efecto, el

    liberalismo y el socialismo alemanes dependen del movimiento obrero de Francia e

    Inglaterra. Este estudio de las ideologas polticas alemanas de su poca se aplica a una

    crtica a los comunistas alemanes en cuanto que no ve en la literatura producida por

    ellos la expresin de un movimiento real, porque piensa que sta brota sin sentido. As,

    aunque estos comunistas se basan en las necesidades prcticas, separan la ideologa de

    la vida real, construyendo as una relacin fantstica entre las ideas y el mundo real. Por

    todo ello Marx refiere esta literatura a las condiciones materiales alemanas de la

    poca.73

    El librito traducido al espaol con el ttulo de La diplomacia secreta se public

    por entregas en The free press (Londres) en 1857. En l Marx presenta un estudio sobre

    algunas relaciones internacionales durante el siglo XVIII. Como es de suponer, tambin

    en esta obrita aplica la teora del materialismo histrico al campo que le ocupa, es decir,

    al anlisis de las relaciones diplomticas, aunque podamos sealar que hay ocasiones en

    72 Vase op. cit., pgs. 499-500.

    73 Vase op. cit., p. 543-4-5.

  • 33

    que el modo en el que procede el anlisis histrico no es materialista.74As, por ejemplo,

    el captulo III, en el que aplica el oscuro concepto de raza al anlisis. Pero en esta obra,

    cuando se aplica el modelo materialista, se habla de intereses materiales de los estados,

    intereses en los que est el origen de las mismas relaciones diplomticas. Las

    relaciones diplomticas entre Inglaterra y Rusia no constituan otra cosa que la

    consecuencia natural de los mutuos intereses materiales existentes entre los dos

    pases.75

    De igual manera el materialismo se aplica a las ideas polticas, esta vez con una

    gran dosis de irona y en un sentido laxo, queriendo con ello indicar la movilidad de las

    representaciones en funcin de las conveniencias. La idea de patria, por ejemplo,

    depende de intereses concretos que son econmicos As podr decirse que Holanda

    haba extendido la patria en funcin de los intereses de su capital, pues el mercado ruso

    le haba permitido la inversin de su capital financiero y humano: La patria haba

    comenzado a extenderse all donde pagaran mejores intereses. Por tanto Rusia result

    poseer un inmenso mercado, no tanto por lo que se refera al comercio, sino a la

    inversin del capital y hombres.76 Del mismo modo, como consecuencia de las

    premisas materialistas, el llamado rusianismo de los estadistas holandeses e ingleses

    aparece explicado por los intereses econmicos de sus pases, que representan los

    intereses de sus burguesas. Por tanto aqu tambin exista una base slida como en

    Inglaterra para el rusianismo de los estadistas77

    Como conclusin, puede afirmarse que las condiciones materiales, esta vez

    sobre todo econmicas, hacen de causa de otras formas de vida, como la vida nacional y

    las que mantienen entre s los pueblos. Se trata esta vez de que la extensin del mercado

    74 Vase K. MARX, La diplomacia secreta, pgs. 127-134.

    75 Op. cit., p. 33.

    76 Op. cit., p. 83,

    77 Op. cit., p. 83.

  • 34

    a nivel mundial y la produccin industrial forman el ncleo sobre el cual se ordenan

    otros de tipos de realidades en transformacin. Escribe Marx: Los particularismos

    nacionales y los antagonismos de los pueblos desaparecen cada da ms, simplemente

    con el desarrollo de la burguesa, con la libertad de comercio, el mercado mundial, la

    uniformidad de la produccin industrial y las formas de vida que a ella corresponden78.

    4.5. Proceso de liberacin.

    Pero tambin la misma lucha poltica, y la liberacin y su proceso, dependen de

    su base material, de las condiciones socio-econmicas. En este sentido, es el desarrollo

    de esta base la que permite que puedan madurar las condiciones de la liberacin del

    proletariado, que no son otras que las condiciones que permiten la revolucin y la

    instauracin del comunismo. En 1847 escriba Marx: las fuerza productivas no se han

    desarrollado bastante todava en el seno de la sociedad burguesa misma, para dejar

    entrever las condiciones materiales necesarias para la liberacin del proletariado79.

    En la parte de la obra que estamos estudiando, tambin Marx y Engels, en lo que

    llaman socialismo utpico, desarrollan el esquema materialista. En efecto, este

    socialismo es, de la misma manera, producto de un desarrollo social y econmico

    previo80. ste determina las posibilidades de liberacin, esto es, las posibilidades de

    alcanzar la sociedad socialista. Del mismo modo, las posibilidades de acabar con el

    feudalismo fracasaron porque todava no estaba desarrollada plenamente la sociedad

    burguesa. Por tanto, incluso la liberacin o la transicin de unas sociedades a otras

    depende del ncleo material, del desarrollo econmico y social. Dice nuestro autor:

    Las primeras tentativas del proletariado de imponer directamente sus propios intereses

    78 Op. cit., p. 65.

    79 K. MARX, Miseria de la Filosofa, p. 195

    80 Vase K. MARX- F. ENGELS, El Manifiesto Comunista, p.80.

  • 35

    de clase en una poca de agitacin general, en el derribo de la sociedad feudal,

    fracasaron necesariamente por la forma an no desarrollada del mismo proletariado,

    como tambin por la falta de condiciones materiales de su liberacin, condiciones que

    son precisamente producto de la poca burguesa81. As pues, las condiciones materiales

    no solamente condicionan las posibilidades de liberacin sino tambin la produccin

    terica en general y, en particular, la literatura del socialismo que tendr caractersticas

    que se derivan de ellas. Escribe Marx: La literatura revolucionaria que acompa a

    estos primeros movimientos del proletariado es, por su contenido, necesariamente

    reaccionaria. Ensea un ascetismo general y un tosco igualitarismo82. En el sentido del

    anlisis que se realiza, es lgico pensar que la realidad de lo material tambin

    condicione la accin poltica del socialismo utpico, que es el que corresponde a esos

    momentos histricos concretos.83 De la misma manera, tambin estarn determinados

    por esas condiciones los roles y el momento de su declive, esta vez vistos como

    desvalorizndose y perdiendo justificacin terica.84

    5. Conclusiones

    Parece bastante claro que el ncleo del materialismo marxista explicita que lo

    esencial de la realidad humana se encuentra en lo que puede ser comprendido como

    condiciones materiales de desenvolvimiento de la vida humana; y que por ello todo otro

    tipo de realidades son derivadas de las primeras. De este modo, se distingue entre la

    infraestructura y la superestructura, de tal manera que los fenmenos religiosos,

    artsticos, filosficos y espirituales en general, as como el tipo de estado, son resultado

    81 Op. cit., p. 79-80.

    82 Op. cit., p. 80.

    83 Vase op. cit., p. 81.

    84 Vase op. cit., p. 82.

  • 36

    de las relaciones que se originan en la infraestructura, entendida fundamentalmente

    como infraestructura econmica, que es el ncleo originante.

    Por ello, se defiende que la vida econmica y tambin la vida social son la vida

    real. As, por ejemplo, se explica que el mundo religioso judo sea una expresin de la

    materialidad econmica, en este caso del sistema financiero judo. O bien- poniendo

    otro ejemplo- a partir de la vida econmica se explicar la filosofa moral de una poca.

    Por tanto, tambin a la dinmica de la vida material corresponde otra dinmica

    determinada en la ideologa o en la vida espiritual, siendo stas una especie de reflejo de

    aqullas. En general, se ve que la relacin de origen es unvoca y va en la direccin de

    la infraestructura a la superestructura, aunque en ocasiones se reconozca que tambin la

    superestructura influye sobre la base o infraestructura. Pero ello se hace ms bien

    ejercindose que representndose en el sistema marxista.

    Tambin existe en Marx, lgicamente correspondiendo con sus posiciones

    materialistas, una crtica de los sistemas idealistas que no entienden que la formacin de

    la conciencia depende de las realidades materiales; es decir, que cambian la direccin de

    la produccin en los dos mbitos que estamos reconociendo y transitan invirtiendo la

    verdadera relacin.

    Ello da lugar, por su parte, a la crtica de las ideologas en cuanto falsa

    conciencia de la realidad, puesto que no representan el orden real sino que esconden,

    por ejemplo, intereses de clases o, en general, las situaciones concretas de las

    condiciones materiales.

  • 37

    CAPTULO 2: LA INFRAESTRUCTURA Y LA SUPERESTRUCTURA

    Como hemos visto, la concepcin del materialismo marxista del hombre, de la

    sociedad y de la historia incluye un orden causal en los fenmenos antropolgicos

    (sociales, histricos). Este orden de causalidad significa que lo que, en general se

    conoce como condiciones materiales, tiene la preeminencia, hace de lugar de los

    elementos condicionantes o determinantes; y de ah dimanan los condicionados (tales

    como las ideologas o el estado). Este orden causal da lugar a la conocida distincin

    entre la base o infraestructura y la superestructura, siendo la primera el lugar donde

    podemos decir que se originan los fenmenos que son propios de la segunda. Pero

    puede decirse que, tanto la base como la superestructura, admiten muchas concreciones

    y son, en gran medida, movibles. As por ejemplo, el estado es considerado siempre

    como superestructural, pero en algn momento puede jugar un papel de base en cuanto

    que produce intereses que mueven una determinada poltica, como hemos visto cuando

    expusimos la parte dedicada al libro La diplomacia secreta.

    De igual manera, la base admite diferentes concreciones y en el orden causal,

    dentro de la misma base, hay elementos causantes y causados. No obstante, esto ltimo

    no altera la relacin entre la base y la superestructura porque sta ltima siempre es

    precedida, causada por aquella. Puede decirse que la superestructura goza de menos

    entidad que la base; y esto hasta tal punto que en muchas ocasiones los contenidos de

    ella se desacreditan cuando se muestra su origen. As, por ejemplo, la ideologa poltica

    burguesa queda descalificada en cuanto que es la plasmacin de los intereses de clase

    que posee del capital.

  • 38

    Por otra parte, esencialmente puede considerarse que son infraestructurales en

    especial las realidades econmicas, pero tambin las sociales. Por tanto, son base

    fundamentalmente los conceptos de produccin, la forma de intercambio, las fuerzas

    productivas, las relaciones de produccin, la sociedad civil, las relaciones sociales de

    produccin, la organizacin de las clases sociales, el comercio y la industria, la

    propiedad privada y la circulacin, como iremos detallando. En cuanto a las realidades

    superestructurales, tambin existe un amplio abanico de posibilidades. As: la Filosofa,

    la conciencia en general con sus formas, el lenguaje, la religin, el desarrollo de la

    historia, las ideologas polticas, las ideas polticas como las de Libertad, incluso la

    esencia del hombre, la produccin espiritual en general, el Estado y con ste la ley y el

    Derecho, el arte etc.

    1. La infraestructura

    Como ya hemos dicho, el sentido general que tiene la base en la obra

    materialista de Marx es el de ser el zcalo sobre el que se asienta la superestructura. Al

    mismo tiempo es la fuerza que lo genera. Esto significa que en el orden del ser, en el

    orden ontolgico, la base es lo primitivo y por tanto lo es tambin en el orden de las

    causas, pues casi siempre es presentada como lo que produce las realidades de la

    superestructura, que lgicamente son el efecto, lo causado.

    Como ya hemos sealado, la primera obra del Marx ya materialista (tambin ya

    comunista) son los Manuscritos de Economa y Filosofa, conocidos tambin como los

    Manuscritos de Pars. No obstante, en esta obra la distincin entre infraestructura y

    superestructura est ejercida, pero poco representada. En este sentido, se puede destacar,

  • 39

    por una parte, que el mismo hombre enajenado es resultado de la produccin;85 de la

    misma manera que el trabajo enajenado es la base de la alienacin86; y que en general el

    hombre es creacin de su propio trabajo87. Por otra, que la alienacin, que es el principal

    objeto de estudio de esta obra, es como tal econmica y que desde este sentido pueden

    comprenderse los otros tipos de la misma.88

    2. Concreciones de la infraestructura.

    El concepto de infraestructura se concreta en diferentes aspectos.

    2.1. Fuerzas productivas.

    En La Sagrada Familia concreta Marx la infraestructura como condiciones de

    produccin y de ellas se deduce la supremaca poltica de una clase, la burguesa.

    Sealan Marx y Engels: la supremaca poltica de la burguesa tiene su origen en esas

    condiciones modernas de la produccin89. Del mismo modo, en la infraestructura

    existe orden de causacin; y as existen realidades bsicas que provienen de otras que

    tambin son de la infraestructura. La cuestin de la propiedad vara enormemente de

    acuerdo al grado de desarrollo general de la industria y al grado de desenvolvimiento

    particular de los diferentes pases.90 En este caso podemos comprobar que la propiedad

    depende del desarrollo de la industria. Podramos incluso decir, usando otro trmino

    marxista, que depende del desarrollo de las fuerzas productivas, puesto que el grado de

    industrializacin es una manifestacin de ellas.

    85 Vase K. MARX, Manuscritos de Economa y Filosofa, p. 125.

    86Vase op. cit., p. 113. 87

    Vase op.cit., p 155. 88

    Vase op. cit., p. 144. 89

    K. MARX- F. ENGELS, La Sagrada Familia, p. 242. 90

    Op. cit., p. 245.

  • 40

    En La Ideologa Alemana, obra de1845 en la que crtica a los hegelianos

    alemanes de la poca y que est escrita por Marx y Engels, se manifiesta ms

    claramente que en La Sagrada Familia esta prioridad de lo material sobre lo ideolgico

    o espiritual y lo poltico. En el caso que vamos a explicar el papel de la infraestructura,

    es decir, de condiciones materiales, lo cumplen el desarrollo de las fuerzas productivas

    y el intercambio que les corresponde. Los hombres son los productores de sus

    representaciones, de sus ideas, etc., pero los hombres reales y actuantes, tal y como se

    hallan condicionados por un determinado desarrollo de las fuerzas productivas y por el

    intercambio que a l corresponde.91 As pues, las relaciones empricas que descansan

    en la produccin y el intercambio se expresan en la produccin espiritual. En este

    sentido, tanto la forma de produccin como la forma de intercambio congruente con

    l forman la base sobre la que se asientan los fenmenos ideolgicos.92

    Se puede asimismo estudiar cmo la infraestructura, en la dialctica entre sus

    partes, ejerce ese papel de motor de la superestructura del que hemos hablado en

    trminos generales. Estas partes se especifican, en este caso, como fuerzas productivas,

    formas de intercambio y organizacin social. De esta manera, hay una cadena causal

    desde la economa (fuerzas productivas y formas de intercambio) a la sociedad

    (relaciones sociales de produccin, sociedad) que tiene la propiedad de llegar a la

    superestructura. As, el enfrentamiento entre la forma de intercambio y el desarrollo de

    las fuerzas productivas lleva a las discordias sociales, lo cual hace que la conciencia

    vaya cambiando. Estas formas de conciencia pueden cambiar, por ejemplo, hasta

    convertirse en hipocresa93. Por tanto, la infraestructura en sus contradicciones, lleva a

    enfrentamientos sociales (por ello, en otro nivel de ella misma) que determinan despus

    las formas de conciencia.

    91 K. MARX-F. ENGELS, La Ideologa Alemana, p. 26.

    92Vase op. cit., p. 33. 93

    Vase op. cit., pp. 83, 86 y 340-1.

  • 41

    De otro lado, en esta misma obra hay ocasiones en que el concepto de lo

    infraestructural viene especificado como realidad emprica o relaciones empricas,

    aunque se manifieste tambin como economa. En este caso se ve cmo es esta realidad

    emprica la que mueve a los individuos; no, por ejemplo, facultades de la conciencia

    como la reflexin o la imaginacin. Lo que permite a los individuos desembarazarse en

    condiciones favorables de su limitacin esel hecho de que en su realidad emprica

    y movidos por necesidades empricas, logren realmente producir un intercambio

    universal.94

    En efecto, en lo que se refiere al condicionamiento recproco que se da en los

    conceptos de la infraestructura, en general Marx tiende a entender las fuerzas

    productivas como la base ms infraestructural , por as decir, mostrndose as como

    generadoras de las realidades de la base. As por ejemplo, seala cmo la propiedad

    privada es una institucin histrica que corresponde a ciertas fases del desarrollo de

    las fuerzas productivas, siendo en este sentido, incluso, una realidad transitoria, pues

    con la maduracin material se puede prescindir de ella 95 en el comunismo. En este

    sentido, est la propiedad burguesa vinculada a ciertas condiciones econmicas que

    son dependientes del grado de desarrollo de las fuerzas productivas y, en este caso

    tambin del comercio96.

    En este sentido, la produccin de principios o de filosofas depende de las

    relaciones sociales que los hombres establecen y que son resultado de la productividad,

    por tanto del desarrollo de las fuerzas productivas. Es, por ello, aqu el concepto

    material de productividad el que cumple el rol de ser causa primera de todo lo dems.

    Los mismos hombres que establecen las relaciones conforme a su productividad

    material producen tambin los principios, las ideas, las categoras conforme a sus

    94 Op. cit., p. 306.

    95 Vase op. cit., pgs. 419-20.

    96 Op. cit., p. 421.

  • 42

    relaciones sociales.97 Pero tambin en esta obra las teoras provienen de la

    infraestructura, ahora de las clases sociales con intereses propios, intereses que crean

    teora, ciencia. Los clsicos, como Adam Smith y Ricardo, representan una burguesa

    que lucha todava con los restos de la sociedad feudal98. Como puede verse con

    claridad meridiana estos intereses estn condicionados histricamente por desarrollos

    concretos de la sociedad, en este caso por una burguesa que intenta acabar con lo que

    queda del feudalismo.

    En conclusin, si hacemos un recorrido por las diferentes realizaciones de la

    categora de infraestructura en la obra de Marx, como hacemos en el captulo presente,

    puede verse que el autor lo hace por medio de conceptos diferentes. As: fuerzas

    productivas, relaciones de produccin, formas de intercambio, divisin del trabajo,

    clases sociales y otras ms. Pero cabe, adems, la posibilidad de preguntarse si hay

    alguna concrecin de la categora que resulte ms apropiada para el concepto; y de

    pensar si otras realizaciones de la categora estn determinadas por ella en cuanto que

    representase un nivel anterior. No trata Marx el tema especficamente; pero quiz pueda

    afirmarse que este lugar lo ocupa el concepto de fuerzas productivas. As, en La

    Ideologa Alemana puede constatarse cmo el concepto de fuerzas productivas juega el

    papel de base dentro de la base, con respecto a otro concepto infraestructural como es el

    de divisin del trabajo: Toda nueva fuerza productivatrae consigo un nuevo

    desarrollo de la divisin del trabajo99. Parece, entonces, que a partir de este ncleo se

    desarrolla por derivacin el aparato de la superestructura, con ms o menos

    mediaciones.

    De otro lado y en relacin con la prioridad de que estamos tratando, tambin nos

    parece que est expuesta claramente en el Prefacio de la Contribucin a la crtica de la

    97K. MARX, Miseria de la Filosofa, pgs. 173-4. 98

    Op. cit., p. 192-3. 99

    K. MARX-F. ENGELS, La Ideologa Alemana, p. 20.

  • 43

    Economa Poltica, en cuanto que aqu se expone la dialctica entre el desarrollo de las

    fuerzas productivas y las relaciones sociales de produccin; y tambin entre stas y la

    superestructuras: el Estado y las ideologas100.

    Por ltimo, esta anterioridad de las fuerzas productivas con respecto a otras

    partes que ocupan el concepto de infraestructura, puede, del mismo modo, ser

    refrendada en los Grundrisse. En estos manuscritos se fija a las fuerzas productivas

    determinando la organizacin social y la propiedad: La comuna y la propiedad basada

    sobre ella corresponden en ltimo trmino a un nivel determinado de desarrollo de las

    fuerzas productivas de los sujetos activos, nivel al cual corresponden relaciones

    determinadas entre los individuos y respecto a la naturaleza.101 Aqu, como puede

    verse, se refiere a un modo de produccin concreto, la comuna primitiva; pero

    lgicamente las afirmaciones que realiza son generalizables.

    2.2. Relaciones de produccin

    En La Sagrada Familia, obra escrita en colaboracin por Marx y Engels, ya

    podemos ver mucho ms claramente representada la distincin entre infraestructura y

    superestructura. Las sociedades aparecen aqu como la infraestructura de la que

    dependen los estados; y en cierto sentido esto se manifiesta en las relaciones de

    produccin que son la organizacin misma de la sociedad. As, en la sociedad antigua

    su base era la esclavitud; y en el capitalismo la base de la que depende el estado burgus

    es la sociedad burguesa. Todos ellos tienen caractersticas propias. La esclavitud era la

    base del Estado antiguo; la base del estado moderno es la sociedad burguesa, es decir, el

    hombre independiente unido a otros hombres por el vnculo del inters privado102

    100 Vase K. Marx, Contribucin a la crtica de la Economa Poltica, p. 37-8.

    101 K. MARX, Grundrisse, I, p .361.

    102K. MARX, La Sagrada Familia, p. 133.

  • 44

    De la misma manera, ms adelante, al hablar de la naturaleza del estado moderno,

    afirma igualmente Marx que ste se basa en la sociedad burguesa. As dice, refirindose

    a Napolen: Ciertamente Napolen ya comprenda la naturaleza del Estado moderno;

    se daba cuenta de que estaba basado en el libre desarrollo de la sociedad burguesa, en el

    libre juego de los intereses particulares etc.103

    Del mismo modo, en el libro de 1847 La miseria de la Filosofa, que es, sobre

    todo, una crtica a los conceptos econmicos de Proudhon, emplea y ejerce Marx el

    esquema general del materialismo, en cuanto a la distincin que estamos tratando como

    ncleo de la concepcin materialista de la sociedad y de la historia. Por tanto, la

    divisin entre una infraestructura -concebida aqu, sobre todo en el sentido econmico,

    es decir, como fuerzas productivas y como relaciones de produccin- y una

    superestructura, es clave en ella. En este sentido, las relaciones de produccin

    determinan la teora; y por ello, cuando se intenta una ubicacin en la que la

    preeminencia la tienen las realidades espirituales o ideolgicas, se est pensando

    inadecuadamente. Vase esta cita: Pero desde el momento en que no se persigue el

    movimiento histrico de las relaciones de produccin, cuyas categoras no constituyen

    ms que su expresin terica. Desde el momento en que se quiere ya ver en estas

    categoras ms que ideas, pensamientos espontneos, independientes de las relaciones

    reales, se obliga uno a designar el movimiento de la razn como el origen de tales

    pensamientos104. As puede, pues, observarse una inversin terica que no responde a

    la realidad, en la medida en que son estas relaciones reales, las relaciones de

    produccin, las que efectivamente crean la teora. Como se ve, una vez ms la relacin

    causal va de la base a la superestructura, de tal manera que cuando se intenta hacerlo en

    otra direccin se da una perversin de la teora, diramos que se incurre en idealismo.

    103 Op. cit., p. 145.

    104 K. MARX, Miseria de la Filosofa, pgs. 167-8.

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    Por otra parte, en El Manifiesto Comunista la infraestructura tambin ejerce el

    condicionamiento sobre los conceptos como puede ser el de libertad, pues esta vez las

    relaciones econmicas, las relaciones burguesas de produccin son la que conllevan la

    manera en que se concibe la idea. Por libertad se entiende en las actuales relaciones

    burguesas de produccin el comercio libre, la compra y la venta libres105. Sera difcil

    encontrar una cita ms explcita en la que se concrete la infraestructura como relaciones

    de produccin y de propiedad, relaciones que forman las ideas, que la siguiente:

    Vuestras propias ideas son producto de las relaciones de produccin y propiedad

    burguesas, igual que vuestro derecho no es otra cosa que la voluntad de vuestra clase

    elevada a derecho, una voluntad cuyo contenido se halla dado en las condiciones

    materiales de vida de vuestra clase.106 Aqu puede decirse que incluso la voluntad que

    engendra derecho responde a unos intereses; y corresponde a la realidad de la

    infraestructura de las condiciones materiales, que pueden ser expresadas como

    relaciones de propiedad y produccin.

    Siguiendo con esta obra, no hemos de dejar de indicar que en su tercera parte se

    hace, como ya se ha visto, un anlisis de las ideologas socialistas, en el que se pone de

    relieve que dichas ideologas son un resultado de las condiciones materiales, expresadas

    en concretos intereses de clase; o en una posicin inversa, como formas de pensar en el

    vaco, en la medida en que, en ocasiones, dejan de expresar verdaderos contenidos

    infraestructurales. As, los socialismos feudal, pequeo burgus y utpico.107 Ello, a su

    vez, no deja de ser una aclaracin ms sobre las virtualidades y la efectividad de la

    realidad de lo bsico, de la realidad de lo material.

    105 K. MARX- F. ENGELS, El Manifiesto Comunista, p.61