Tema 5 EL APOSTOLADO DE LOS ENFERMOS La Instrucción sobre algunas cuestiones acerca de la...

15
Pbro. Dr. Félix Castro Morales PARROQUIA DE NUESTRA SEÑORA DE LA SOLEDAD

Transcript of Tema 5 EL APOSTOLADO DE LOS ENFERMOS La Instrucción sobre algunas cuestiones acerca de la...

  • Diapositiva 1
  • Diapositiva 2
  • Diapositiva 3
  • Tema 5 EL APOSTOLADO DE LOS ENFERMOS La Instruccin sobre algunas cuestiones acerca de la colaboracin de los fieles laicos en el sagrado ministerio de los sacerdotes en el Artculo 8 y 9, cuando habla del ministro extraordinario de la Sagrada Comunin, dice: Los fieles no ordenados, ya desde hace tiempo, colaboran en diversos ambientes de la pastoral con los sagrados ministros a fin que el don inefable de la Eucarista sea siempre ms profundamente conocido y se participe a su eficacia salvfica con siempre mayor intensidad. (Art 8)
  • Diapositiva 4
  • Para que el ministro extraordinario, durante la celebracin eucarstica, pueda distribuir la sagrada Comunin, es necesario o que:. -sea debidamente instruido sobre la doctrina eucarstica, -sobre la ndole de su servicio, -sobre las rbricas que se deben observar para la debida reverencia a tan augusto Sacramento -y sobre la disciplina acerca de la admisin para la Comunin. Se debe proveer, entre otras cosas, a que el fiel delegado a tal encargo: 1 -no se encuentren presentes ministros ordinarios -o que, estos, aunque presentes, se encuentren verdaderamente impedidos 2.
  • Diapositiva 5
  • Para no provocar confusiones han de ser evitadas y suprimidas algunas prcticas que se han venido creando desde hace algn tiempo en algunas Iglesias particulares, como por ejemplo: la comunin de los ministros extraordinarios como si fueran concelebrantes. asociar, a la renovacin de las promesas de los sacerdotes en la S. Misa Crismal del Jueves Santo, otras categoras de fieles que renuevan los votos religiosos o reciben el mandato de ministros extraordinarios de la Comunin. el uso habitual de los ministros extraordinarios en las SS. Misas, extendiendo arbitrariamente el concepto de numerosa participacin.
  • Diapositiva 6
  • 1. Sobre el apostolado para los enfermos All donde los fieles no ordenados acompaan a los enfermos en los momentos ms graves es para ellos deber principal suscitar el deseo de los Sacramentos de la Penitencia y de la sagrada Uncin En el hacer uso de los sacramentales, los fieles no ordenados pondran especial cuidado para que sus actos no induzcan a percibir en ellos aquellos sacramentos cuya administracin es propia y exclusiva del Obispo y del Presbtero. 1. 2. Debe afirmarse que la exclusiva reserva del ministerio de la Uncin al sacerdote est en relacin de dependencia con el sacramento del perdn de los pecados y la digna recepcin de la Eucarista.
  • Diapositiva 7
  • 2. Jess y los enfermos Jess. Parece un imn que atrae a cuantos enfermos encuentra en su paso por la vida. l mismo se dijo Mdico que vino a sanar a los que estaban enfermos. No puede decir no cuando clama el dolor. El amor de Jess a los hombres es, en su ltima esencia, amor a los que sufren, a los oprimidos. El sufrimiento fsico se da cuando duele el cuerpo, mientras que el sufrimiento moral es dolor del alma. Para poder vislumbrar un poco el sentido del dolor tenemos que asomarnos a la Sagrada Escritura que es un gran libro sobre el sufrimiento. Desde que Cristo asumi el dolor en todas sus facetas, el sufrimiento tiene valor salvfico y redentor, si se ofrece con amor.
  • Diapositiva 8
  • 1) La enfermedad en tiempos de Jess De todas las enfermedades la ms frecuente y dramtica era la lepra La enfermedad era un pecado que tomaba carne. Es decir, pensaban que era consecuencia de algn pecado cometido contra Dios. El Dios ofendido se vengaba en la carne del ofensor.
  • Diapositiva 9
  • 2) Jess ante el dolor, la enfermedad y el enfermo Y, qu pensaba Jess de la enfermedad? Jess dice muy poco sobre la enfermedad. La cura. Tiene compasin de la persona enferma. La curacin del cuerpo estaba unida a la salvacin del alma. Jess ve el dolor con realismo. Sabe que no puede acabar con todo el dolor del mundo. l no tiene la finalidad de suprimirlo de la faz de la tierra. Sabe que es una herida dolorosa que debe atenderse, desde muchos ngulos: espiritual, mdico, afectivo, etc.
  • Diapositiva 10
  • 3) Y ante el enfermo? Primero: siente compasin (cf. Mt 7, 26). Jess admite al necesitado. No lo discrimina. Segundo: ve ms hondo. Tras el dolor ve el pecado, el mal, la ausencia de Dios. La enfermedad y el dolor son consecuencias del pecado. Por eso, Jess, al curar a los enfermos, quiere curar sobre todo la herida profunda del pecado. Tercero: le cura, si esa es la voluntad de su Padre y si se acerca con humildad y confianza. Y al curarlo, desea el bien integral, fsico y espiritual (cf. Lc 7, 14). Cuarto: Jess no se queda al margen del dolor. l tambin quiso tomar sobre s el dolor. Tom sobre s nuestros dolores. Quinto: con los ancianos tiene comprensin de sus dificultades, les alaba su sacrificio y su desprendimiento, su piedad y su amor a Dios, su fe y su esperanza en el cumplimiento de las promesas divinas (cf. Mc 12, 41-45; Lc 2, 22-38).
  • Diapositiva 11
  • Juan Pablo II en su exhortacin Salvifici doloris del 11 de febrero de 1984 dice: Cristo venci el dolor y la enfermedad, porque los uni al amor, al amor que crea el bien, sacndolo incluso del mal, sacndolo por medio del sufrimiento, as como el bien supremo de la redencin del mundo ha sido sacado de la cruz de Cristo. La cruz de Cristo se ha convertido en una fuente de la que brotan ros de agua viva. el Papa dice: "Y os pedimos a todos los que sufrs, que nos ayudis. Precisamente a vosotros, que sois dbiles, pedimos que seis una fuente de fuerza para la Iglesia y para la humanidad.
  • Diapositiva 12
  • 4) Nosotros ante el dolor y la enfermedad, Cul debera ser nuestra actitud ante el dolor, la enfermedad y ante los enfermos? Primero, ante el dolor y la enfermedad propios: aceptarlos como venidos de la mano de Dios que quiere probar nuestra fe, nuestra capacidad de paciencia y nuestra confianza en l. Y ante el sufrimiento y el dolor ajenos: acercarnos con respeto y reverencia ante quien sufre, pues estamos delante de un misterio; tratar de consolarlo con palabras suaves y tiernas, rezar juntos, pidiendo a Dios la gracia de la aceptacin amorosa de su santsima voluntad. Adems de consolar al que sufre, hay que hacer cuanto est en nuestras manos para aliviarlo y solucionarlo, y as demostrar nuestra caridad generosa.109 El buen samaritano nos da el ejemplo prctico: no slo ve la miseria, ni slo siente compasin, sino que se acerca, se baja de su cabalgadura, saca lo mejor que tiene, lo cura, lo monta sobre su jumento, lo lleva al mesn, paga por l.109
  • Diapositiva 13
  • Juan Pablo II en su exhortacin "Salvifici doloris", sobre el dolor salvfico, dice que el sufrimiento tiene carcter de prueba. "El sufrimiento debe servir para la conversin, es decir, para la reconstruccin del bien en el sujeto, que puede reconocer la misericordia divina en esta llamada a la penitencia. La penitencia tiene como finalidad superar el mal, que bajo diversas formas est latente en el hombre, y consolidar el bien tanto en uno mismo como en su relacin con los dems y, sobre todo, con Dios" (nmero 12).
  • Diapositiva 14
  • Conclusin As Jess pasaba por las calles de Palestina curando hombres, curando almas, sanando enfermedades y predicando al sanarlas. Algo tiene el sufrimiento de sublime y divino, pues el mismo Dios pas por el tnel del sufrimiento y del dolor...ni siquiera Jess priv a Mara del sufrimiento. Contemplemos a Mara y as penetraremos ms ntimamente en el misterio de Cristo y de su dolor salvfico.
  • Diapositiva 15
  • Fortalezas y debilidades en ti y en mi
  • Diapositiva 16