Tema - Eucaristica - Misioneros Siempre

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LA EUCARÍSTICA La palabra eucaristía es derivada del griego y significa Acción de gracias. Es el nombre dado al Santísimo Sacramento del altar en su doble aspecto de Sacramento y Sacrificio de la Misa, y en el cual Jesucristo está realmente presente bajo las especies de pan y vino. Jesucristo mismo fue el que instituyo la eucaristía en la Ultima Cena. Hay tres verdades principales que son: Sacrificio, Sacramento y Presencia Real. LA EUCARISTÍA: UN REGALO DE AMOR El Corazón de Jesús, nos ha amado hasta el extremo, con amor abnegado y sacrificial. Nos ha amado hasta el extremo entregándose total y libremente para nuestra salvación. No ha escatimado en nada, hasta el punto de darnos Su Cuerpo, Su Sangre y Su Corazón en la Cruz, y continúa haciéndolo en la Sagrada Eucaristía. La Eucaristía es el don de su auto-donación y su amor sacrificia...l por los hombres. En la Última Cena, Jesús dijo a sus apóstoles, y a la Iglesia hasta el fin de los tiempos: "Éste es mi Cuerpo, ésta es mi Sangre, Sangre de la Alianza nueva y eterna, entregada por vosotros" (San Mateo 26). Y no solamente entregó su vida, sino que lo hizo de forma voluntaria y libre, pues éste es la marca del auténtico amor, "Yo doy mi vida.., nadie me la quita, la doy voluntariamente" (San Juan 10,18). La Eucaristía es un regalo de amor de Dios a los hombres, es el tesoro de los tesoros. Es el regalo de los regalos. Es Dios mismo que se da como don y alimento a los hombres. ¿Podríamos haber imaginado mayor muestra de amor? La Eucaristía (Misa, Comunión, Adoración) es la mejor manera de encontrarnos con Dios, de renovar nuestra amistad con Jesús... Es el mejor alimento espiritual, es la mejor oración. ¿Cuál es la enseñanza correcta sobre la Eucaristía? El modo de presencia de Cristo bajo las especies eucarísticas es singular. Eleva la Eucaristía por encima de todos los sacramentos y hace de ella "como la perfección de la vida espiritual y el fin al que tienden todos los sacramentos" (Santo Tomás de Aquino, Summa theologiae 3, q. 73, a. 3). En el Santísimo Sacramento de la Eucaristía están "contenidos verdadera, real y substancialmente el Cuerpo y la Sangre junto con el alma y la divinidad de nuestro Señor Jesucristo, y, por consiguiente, Cristo entero" (Concilio de Trento: DS 1651). «Esta presencia se denomina "real", no a título exclusivo, como si las otras presencias no fuesen "reales", sino por excelencia, porque es substancial, y por ella Cristo, Dios y hombre, se hace totalmente presente» (MF 39)". Catecismo de la Iglesia Católica 1374. ¿Cuál es el momento en que se convierte en cuerpo y sangre de Cristo? Durante la consagración, después de las palabras: este es mi cuerpo y sangre, en este momento se convierte en cuerpo y Sangre de Cristo. "En la epíclesis, la Iglesia pide al Padre que envíe su Espíritu Santo sobre el pan y el vino, para que se conviertan por su poder, en el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo, y que quienes toman parte en la Eucaristía sean un solo cuerpo y un solo espíritu (algunas tradiciones litúrgicas colocan la epíclesis después de la anámnesis). En el relato de la institución, la fuerza de las palabras y de la acción de Cristo y el poder del Espíritu Santo hacen sacramentalmente presentes bajo las especies de pan y de vino su Cuerpo y su Sangre, su sacrificio ofrecido en la cruz de una vez para siempre". Catecismo de la Iglesia Católica 1353.

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trata sobre la Eucarístia y porqué es tan importante.

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LA EUCARÍSTICA

La palabra eucaristía es derivada del griego y significa Acción de gracias. Es el nombre dado al Santísimo Sacramento del altar en su doble aspecto de Sacramento y Sacrificio de la Misa, y en el cual Jesucristo está realmente presente bajo las especies de pan y vino. Jesucristo mismo fue el que instituyo la eucaristía en la Ultima Cena. Hay tres verdades principales que son: Sacrificio, Sacramento y Presencia Real.

LA EUCARISTÍA: UN REGALO DE AMOR

El Corazón de Jesús, nos ha amado hasta el extremo, con amor abnegado y sacrificial. Nos ha amado hasta el extremo entregándose total y libremente para nuestra salvación. No ha escatimado en nada, hasta el punto de darnos Su Cuerpo, Su Sangre y Su Corazón en la Cruz, y continúa haciéndolo en la Sagrada Eucaristía. La Eucaristía es el don de su auto-donación y su amor sacrificia...l por los hombres. En la Última Cena, Jesús dijo a sus apóstoles, y a la Iglesia hasta el fin de los tiempos: "Éste es mi Cuerpo, ésta es mi Sangre, Sangre de la Alianza nueva y eterna, entregada por vosotros" (San Mateo 26). Y no solamente entregó su vida, sino que lo hizo de forma voluntaria y libre, pues éste es la marca del auténtico amor, "Yo doy mi vida.., nadie me la quita, la doy voluntariamente" (San Juan 10,18). La Eucaristía es un regalo de amor de Dios a los hombres, es el tesoro de los tesoros.

Es el regalo de los regalos.

Es Dios mismo que se da como don y alimento a los hombres. ¿Podríamos haber imaginado mayor muestra de amor?

La Eucaristía (Misa, Comunión, Adoración) es la mejor manera de encontrarnos con Dios, de renovar nuestra amistad con Jesús... Es el mejor alimento espiritual, es la mejor oración.

¿Cuál es la enseñanza correcta sobre la Eucaristía?

El modo de presencia de Cristo bajo las especies eucarísticas es singular. Eleva la Eucaristía por encima de todos los sacramentos y hace de ella "como la perfección de la vida espiritual y el fin al que tienden todos los sacramentos" (Santo Tomás de Aquino, Summa theologiae 3, q. 73, a. 3). En el Santísimo Sacramento de la Eucaristía están "contenidos verdadera, real y substancialmente el Cuerpo y la Sangre junto con el alma y la divinidad de nuestro Señor Jesucristo, y, por consiguiente, Cristo entero" (Concilio de Trento: DS 1651). «Esta presencia se denomina "real", no a título exclusivo, como si las otras presencias no fuesen "reales", sino por excelencia, porque es substancial, y por ella Cristo, Dios y hombre, se hace totalmente presente» (MF 39)". Catecismo de la Iglesia Católica 1374.

¿Cuál es el momento en que se convierte en cuerpo y sangre de Cristo?

Durante la consagración, después de las palabras: este es mi cuerpo y sangre, en este momento se convierte en cuerpo y Sangre de Cristo.

"En la epíclesis, la Iglesia pide al Padre que envíe su Espíritu Santo sobre el pan y el vino, para que se conviertan por su poder, en el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo, y que quienes toman parte en la Eucaristía sean un solo cuerpo y un solo espíritu (algunas tradiciones litúrgicas colocan la epíclesis después de la anámnesis). En el relato de la institución, la fuerza de las palabras y de la acción de Cristo y el poder del Espíritu Santo hacen sacramentalmente presentes bajo las especies de pan y de vino su Cuerpo y su Sangre, su sacrificio ofrecido en la cruz de una vez para siempre". Catecismo de la Iglesia Católica 1353.

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EUCARISTÍA, MISTERIO DE FE

¿Por qué llamamos a la eucaristía “Misterio de Fe”?

Porque la Eucaristía requiere y presupone la fe.

Se nos dice que es Cristo quien celebra la Eucaristía, y vemos a un hombre subir las gradas del altar, y oímos una voz humana, y vemos un rostro humano y unas facciones humanas. ¡Qué fe!

Se nos dice que todos los ángeles asisten absortos y comparten nuestra misa, alrededor del altar, y nosotros sólo vemos unas velas, un mantel y unos monaguillos, y gente de carne y hueso. ¿Dónde se han escondido los ángeles? ¡Qué fe!

Sí, la eucaristía es un misterio de fe. Y sólo quien tiene fe, podrá entrar en esa tercera dimensión que se requiere para vivirla y disfrutarla.

¿Cómo preparó Cristo a sus discípulos para la eucaristía, misterio de fe?

Primero en Cafarnaúm les hizo la promesa. Después en Jerusalén, en el Cenáculo, la institución. Allí hizo realidad la gran promesa. [Buscar más detalle sobre estas lecturas, para reforzar]

Lo veían día a día entregado a los demás. Se hacía pan tierno para los niños, consuelo para los tristes, consejo para los suyos, médico para los enfermos. Jesús vivía a diario las exigencias de la eucaristía. Donación y banquete que alimenta, sacrificio que se ofrece, presencia que consuela.

La Eucaristía no son ideas bonitas, no son discursos demostrativos. Es un Pan que se ofrece, una Sangre que se derrama y limpia, una Presencia que conforta y consuela. Y esto fue Cristo durante su vida aquí, en la tierra, y hoy, en la eucaristía, en cada Sagrario. Y, mañana, en el cielo.

Llegó el día de la gran promesa que narra San Juan en el capítulo 6 de su evangelio: “Yo soy el Pan vivo; quien me come, vivirá. El pan que les daré es mi carne, para la vida del mundo”. Sonaba duro: comer su carne, beber su sangre, no estaban acostumbrados a ese lenguaje.

¿Cuál fue la repuesta de los oyentes?

La incredulidad. Muchos le abandonaron, les parecía un escándalo, les parecía una irracionalidad, les parecía un canibalismo. ¡Esto es insoportable! Este rechazo fue ciertamente una profunda desilusión para Jesús. Miró a sus Apóstoles, esperando encontrar en ellos la fe, la adhesión, el afecto: “¿También vosotros queréis marcharos?”. Jesús estaba dispuesto a dejarlos irse si no creían en la eucaristía, que acababa de anunciarles. Es que no es posible seguir a Cristo sin creer en la eucaristía.

Afortunadamente, la confesión de Pedro, en nombre de todos, permitió a los apóstoles continuar en el seguimiento del Maestro. Jesús siempre exigió la fe en la eucaristía. Sólo con la fe y desde la fe, comulgando obtendremos los frutos que Él nos quiere dar. Si no, sólo recibimos un trozo de pan, pero sin ningún fruto.

La Eucaristía requiere un impulso de fe siempre renovado. Hay que dar un gran salto, de lo visible a lo invisible. Esto se da en cada Sacramento. Ese salto es la fe.

Jesús pidió fe a sus primeros seguidores. ¿Acaso queréis iros? Renovemos nuestra fe cada vez que vivamos la eucaristía. Señor, creemos, pero aumenta nuestra credulidad. Creemos, pero queremos crecer en nuestra fe.